Septiembre - octubre de 2019
No. 38
APRENDA HABLAR EN PÚBLICO nes,
Mejore sus exposicio
. comuniquese efectivamente Taller de expresión oral positiva
Objetivo: Lograr que los participantes utilicen la palabra hablada en todas sus formas, técnicas y circunstancias, alcanzando poco a poco una efectiva comunicación con los demás. Informes:
Contenido: Calle 55 #43 - 63 1. Expresión Oral Positiva. (Perú entre el Palo y Girardot) 2. Expresión Corporal: Kinesis y PBX 2396104- movil 3136150109 Proxemia. corporacionculturalvivapalabra@gmail.com 3. La Voz Humana. www.vivapalabra.com 4. Características Voz Humana. 5. Técnica Vocal. 6. Cómo Ordenar una exposición. 7. Comportamiento ante micrófonos
Intensidad:17 horas.
Clases Martes de 6:30 a 9:00 p.m.
Septiembre - Octubre de 2019
No. 38
Contenido Editorial.
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Cuenteros en la Mira Karla Verónica Sepúlveda
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Artículo Cuentería y Sexo
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De Festival Para mí... Medellín y su gente 10 ¡sí cuentan! Hablemos de Libros Catálogo de Hombres 13 Érase una vez Programación Vivapalabra
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No. 38 septiembre-octubre de 2019
María Teresa Agudelo Verónica Madrid Betancur Corrección de estilo María Teresa Agudelo
Por: Luz Karime Restrepo Jiménez
En este volumen de la revista Contante y Soñante nos pondremos candentes compartiendo algunos relatos y reflexiones sobre cuentería erótica. Esta línea de la cuentería tiene la virtud de desnudarnos con las palabras, tanto al cuenter@ como a quien escucha, pues se crea un lazo de complicidad que despierta sensaciones corporales y estimula la fantasía. Lo erótico, o la poética corporal, como la nombra Octavio Paz, nos invita a sentir sin ser tocados, despertando zonas inexploradas del cuerpo y de la imaginación, mediante diversos estímulos que excitan los sentidos. En el caso de la cuentería las palabras son nuestras aliadas, ya que tienen la magia de crear realidades. De este modo, los cuenteros le dan vida a lo que nombran, llevando a sus oyentes a vivir detalladamente las historias. Es por esto que las personas dicen: “vamos a ver cuenteros”, disponiéndose a viajar sin moverse de sus asientos, y si a esta experiencia le sumamos los juegos de palabras eróticas podremos deleitarnos con un espectáculo que toca la intimidad. El erotismo es un tema tabú, que hemos confundido con el sexo y con lo pornográfico, y aunque la línea es muy delgada y puede que lo erótico conlleve al acto sexual, no será este su único resultado. La cuentería erótica es poesía que narra la sensualidad, el juego y el deseo llevando al público a disfrutar, a erizar su piel, a gozar con otros de algo tan íntimo. De allí que contar lo erótico nos devuelve la palabra y el deseo, nos reconecta con la sensibilidad del cuerpo y con los sentidos, nos entrelaza con los otros y con el placer.
erotismo
Editorial
Cuenteros en la Mira
Por: Jota Villaza
Karla
Veronica Sepulveda
Desde hace muchos años Karla Verónica inició su aventura por el mundo de los cuentos de la mano de la escuela de cuentería de Arca de NOE. Con los hermanos Alzate y María Teresa Agudelo como profesores de dicha escuela se aventuró por los vericuetos de este oficio, empatándose rápidamente con el humor y la improvisación con El Morenito Inc, grupo liderado por Yesid Castro, quien también desarrolló varias propuestas con diferentes nombres según la intención y planteamiento estético, siempre desde la oralidad. Karla pasó muchos años en los que, a pesar de sus talentos, tuvo un bajo perfil, sin destacarse mucho entre el maremágnum de la cuentería de Medellín, que día a día aumentaba en cantidad y en calidad. Después de varios años, Karla se desprendió de El Morenito e inició sus propias búsquedas acompañada de personajes variopintos de la cuentería paisa. En la escuela de Vivapalabra retomó su formación dejándose orientar por otros y sacando a relucir sus verdaderas dotes en la cuentería individual, y muy especialmente en la improvisación de cuentos.
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Cuenteros en la Mira
Con su trabajo de grado de la escuela marcó un hito en la improvisación con el espectáculo Cuentos de Azar, dirigido por María Teresa Agudelo, en el que demostró con altura y brillo que un espectáculo improvisado debe ser bien preparado, bien ensayado, en las más diversas variables que pudieran surgir cada noche. Ganadora de la Beca de Creación Vivapalabra, con el espectáculo Las once mil vergas, aprovechó un tema complejo y delicado de erotismo al máximo, lujuria hasta la cuasiporno, lleno de tejido social, humanismo y humor, con el que Karla hace un gran destape, no tanto de cuerpo, sino de mente, de lenguaje inteligente y especialmente de una magnifica fusión de oralidad y teatro, donde se confunde hasta qué punto está en escena el personaje, Karla, la narradora, todas o ninguna. En la improvisación sigue siendo el plato fuerte cada vez que se presenta en Cuenteros en apuros, de dominio masculino, donde ella fue la primera que rompió la hegemonía y otras han seguido su camino. No puedo dejar pasar por alto su espectáculo Exilio que nos deja boquiabiertos por la sutileza de esos tres cuentos extraños, maravillosamente escogidos y mejor interpretados por Karla, con su voz y cuerpo a través de la teatralización total, o solo desde la palabra recreando la simple conversación de tres “amigos”.
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Artículo
Por: María Teresa Agudelo
Cutería y sexo De la Revista Contante y Soñante me pidieron que escribiera un artículo sobre cuentería y erotismo, pues desde mis primeros años como cuentera, cuando decidí contar un fragmento de la novela “El Anatomista” del escritor argentino Federico Andahazi, siempre se me ha relacionado con el tema, aunque el fragmento que cuento no es precisamente erótico sino más bien de violencia sexual y pornografía, así que no hablaré aquí de cuentería y erotismo, sino que expandiré el tema y hablaré más bien de cuentería y sexo. Cuando empecé a contar “El Anatomista” yo era una niña de voz delicada y maneras suaves que siempre había sido calificada como “tierna”, pero esa novela me sedujo de tal manera que no podía resistirme a la tentación de contar algunos fragmentos. Sabía que sería un reto, ¿Cómo contar aquellas obscenidades con mi vocecita de flauta y mi dulzura?, ¿tendría que ponerme la máscara de mujer fatal y experimentada?, ¿o acaso ponerme un escote pronunciado, minifalda, labios rojos y posar de perversa? Pero no soy actriz: solo tenía mi voz, mi presencia, mi ser, y un deseo sincero de contar esa historia que tanto me había conmovido; y creo que fue eso lo que produjo el asombro del público, ese contraste entre la narradora y la historia. De esa experiencia nació una convicción que aún me acompaña en cuanto al arte de contar historias: el narrador oral debe huir de los estereotipos y los prejuicios, deber ser auténtico y atrevido, buscar historias que lo reten, que lo desnuden en el escenario, que lo obliguen a saltar al vacío.
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solo tenía mi voz, mi presencia, mi ser, y un deseo sincero de contar esa historia que tanto me había conmovido 7
El sexo ha sido un tema fundamental en la historia de la literatura y en la tradición oral de todos los tiempos. Es uno de los principales atractivos de obras como Las mil y una noches, El Decamerón de Boccacio, los cuentos de hadas tradicionales en sus versiones más antiguas o la mitología griega. Durante mucho tiempo la literatura con contenidos sexuales estuvo oculta para huir de las autoridades. En una entrevista sobre literatura erótica y cuentos obscenos, cuenta el escritor y narrador oral español Pep Bruno que durante la época de la inquisición algunas personas quemaban los libros con contenido sexual por miedo a ser castigados, mientras que otros los ocultaban en un sitio secreto de sus bibliotecas llamado “infierno”. Es por eso que obras tan interesantes como El Jardín de Venus de Félix María de Samaniego (a quien conocemos por sus fábulas infantiles), o las Fábulas futrosoficas de Leandro Fernández de Moratín, o muchas historias de tradición oral “picantes” permanecieron en las sombras durante siglos, y aún muchas de ellas siguen siendo d e s c o n o c i d a s . En el contexto antioqueño, casi todos conocemos el Testamento del paisa, una recopilación de cuentos, anécdotas y dichos de nuestra tradición oral recogidos por Agustín Jaramillo Londoño, pero muy pocas personas conocen El folclor secreto del pícaro paisa, una recopilación de tradición oral antioqueña subida de tono y elaborada por el mismo compilador. Seguramente durante muchos años ese libro prohibido solo llegó a las manos de hombres adultos, quienes lo escondían en el mismo lugar donde guardaban las revistas de mujeres desnudas: algún baúl cerrado con llave, la caja fuerte o el cuarto de trebejos (casi siempre prohibido y guardador de tesoros) ... los “infiernos” paisas.
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Artículo
Artículo Ahora los libros condenados empiezan a salir de los infiernos y no solo se exhiben descaradamente en las bibliotecas si no que además las historias que guardaban se cuentan a viva voz en lugares públicos y a plena luz del día. No voy a detenerme en nombres de cuenteros ni en espectáculos específicos sobre el tema. Casi todos los narradores orales profesionales tienen en su repertorio algún cuento con contenido sexual, que suelen ser muy exitosos entre el público adulto. Por supuesto, para contar este tipo de historias se requiere del público y el contexto adecuados, pues pueden herir susceptibilidades, irrespetar creencias o desconocer códigos sociales o culturales. Además, es importante que el narrador oral sea consciente de la delicada línea que divide lo erótico de lo vulgar y lo obsceno, y que sepa cuándo y dónde puede cruzar esa línea. El narrador debe leer al público, prepararlo para lo que va a escuchar, crear una atmósfera adecuada. Como en todo acto de cuentería, la historia es la responsable de la mitad del impacto que puede generarse en el público, la otra mitad está en la forma de contarlo. La misma historia puede ser erótica o vulgar dependiendo de si se cuenta con delicadeza y sensualidad o si se cuenta de una manera ruda y grosera. Lo cierto es que el sexo siempre ha sido un tema fundamental para el ser humano, y cuanto más se le prohíbe, más apetito y curiosidad despierta. También la palabra ejerce un gran poder de seducción sobre las personas; gracias al embrujo de su palabra Sherezada se libra de la muerte durante mil y una noches, gracias al poder de las historias los protagonistas del Decamerón se olvidan por un tiempo de la peste y el aburrimiento. Dice Octavio Paz en La Llama Doble que “la relación entre erotismo y poesía es tal que puede decirse, sin afectación, que el primero es una poética corporal y que la segunda es una erótica verbal”. Cuando se narran cuentos eróticos o cuentos con contenido sexual, esa unión entre palabra poética y sexo forman un maridaje perfecto: acarician los oídos, despiertan los sentidos, estimulan la imaginación y pueden provocar grandes placeres.
“la relación entre erotismo y poesía es tal que puede decirse, sin afectación, que el primero es una poética corporal y que la segunda es una erótica verbal”. _____________________________________________________ Bruno, P. (2016) De literatura erótica y cuentos obscenos, en: https://www.pepbruno.com/index.php?option=com_content&view=article&id= 1112:de-literatura-erotica-y-cuentos-obscenos&catid=29:articulos-no-y-animaci on-a-la-lectura-detalle&Itemid=82&lang=es Paz, O. (1993). La llama doble. Barcelona: Seix Barral.
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De Festival
Elienay José González. Productor UNOES y del Festival Internacional de la Oralidad Barquisimeto. Venezuela (UNOES)
Para mí… Medellín y su gente
¡sí cuentan!
En el año 2011 visité por vez primera a Medellín, a la cual conocía por la única referencia que muchos ciudadanos del mundo la conocíamos: aquella de…eso, de esto y de mucho más… Lo que todos saben, sabemos pues, y que no mencionaré. En esa oportunidad, con solo llegar y pisar esta hermosa ciudad, los sentimientos premonitorios que me causaban curiosidad, incertidumbre y hasta miedo, empezaron a cambiar, y siguieron cambiando a medida que pasaban los días, a tal punto que fueron borrados de plumazo por los sentimientos de hermandad, cordialidad y solidaridad.
Ese año, junto a Mau de Ceballos y Segundo Ceballos, vine a disfrutar como observador un hermoso festival llamado Entre cuentos y flores. Desde entonces un color ladrillo y un envolvente olor a primavera comenzó a bosquejarse en mi mente, ojos y corazón, sensación que no olvido y que por más de ocho años soñé, pensé y añoré volver a mirar, sentir, oler.
Desde el 2013 recibo invitación para ser jurado internacional en un desconocido, para mí, festival llamado Medellín sí cuenta. Invitaciones iban, invitaciones venían desde la Corporación Vivapalabra, corporación hermana de la Unión de Narradores Orales Escénicos de Venezuela (UNOES) a la que pertenezco y en la que desarrollo mi profesión, la de periodista, en combinación con una pasión: la producción. Producción de sueños, de vida, historias y amor, pasión en la que prima el corazón y el cariño de un grupo de gente que he conocido, tanto en Venezuela como en todo el mundo, siendo ellos y ellas, ustedes, los hermanos que los cuentos me han regalado. **Entre llamadas y más llamadas, comunicaciones facebucisticas al principio (2011 y 2012), y “guasaperas” (washaperas) después, conversábamos y conversábamos y la palabra posponer se hacía cada vez más sonora y tomaba cierto protagonismo, pues influían y confluían muchos aspectos que me impulsaban a resistir y resistir.
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De Festival El año 2019, crucial en mi Venezuela querida, se presenta con la esperanza de poder aceptar la invitación años atrás formulada. El 16 de febrero ¡sorpresa!: llega a mis manos la esperada prórroga de mi pasaporte, y es allí donde venir de nuevo a mi ciudad color ladrillo y olor a eterna primavera se convierte en algo un poco más concreto. Luego de una travesía de casi cuarenta horas por carreteras, trochas y frontera me vi el domingo 25 de mayo a las 11:00 a.m. frente a una sonriente y por fin convencida Luzma, artífice junto al Maestro Jota (pues para mí y para muchos en el mundo lo es) de las invitaciones que por seis años había recibido para fungir de jurado calificador de la categoría “profesionales”, en el festival local de cuentería Medellín sí cuenta, apenas conocido por mí a través de referencias. Al llegar a Medellín tocó sentarse, dejar atrás todo lo problemático, respirar, sacar pecho y disfrutar de lo que ya estaba servido en la mesa. Entonces pude escuchar una primera tanda de cuentos e historias contadas por cuenteros de una ciudad que se pudiera llamar el pulmón de los cuentos en Colombia. Ser parte de la edición número XII del Medellín sí cuenta fue una catarsis para mí. De veras el escuchar más de cien historias que oí como público, dieciocho como jurado (en compañía de grandes cuenteros y gestores culturales paisas) en la categoría “profesionales”, y más de cien en la categoría “abuelos”, significó un oasis en medio de un desierto personal, productivo, un desierto de ánimos, el cual fue disminuyendo a medida que me imbuía en una experiencia enriquecedora, aunque esto suene a lugar común: enriquecedora es la palabra que cabe en este momento del cuento. Y fue así como de pronto me vi protagonista de historias y más historias. Y es aquí donde cuelo una en la que relato, con el permiso de los cuenteros, un poco de mi experiencia en el XII festival local de cuentería Medellín sí cuenta. Al escuchar tanto cuento llegué a la recurrente conclusión de que través de distintos estilos y formas de contar escénicamente es difícil que esas historias desaparezcan de nuestro recuerdo. Es difícil no dejar que los bosques sigan prestando su verdor, y que podamos respirar en ellos y ser felices, que esos bosques puedan convertirse -desde la magia de un cuentero o cuentera- en viejas haciendas productoras de café, o en tristes lugares salpicados de un toque de picardía y fino humor, carruseles, bares underground, laboratorios científicos, sabanas verdosas... o no tanto. Este festival es una fábrica de historias en la que el producto que sale al público es aquel que está colmado de fantasía, pues los cuentos son de cuenta conmigo o para contar a otros, cuentos sobre todo exergéticos para mentes entrópicas en donde la energía sacude al público de su silla y la incertidumbre hace que se vuelque sobre un texto dado, regalado, contado; cuentos temibles de un volumen II que me dejaron con ganas de oír un volumen I (que debe existir), historias en las que un movido son es la clave de amor transformadora de historias maravillosas, tan maravillosas como
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De Festival
quien escucha el ronroneo de un gato, o de muchos, para llevarnos desde lo clásico a una extraordinaria versión de la universal historia de Romeo y Julieta; en fin, historias de amor que dan vuelta en un escenario. En todo cuento hay, hubo y siempre habrá una mujer como centro o parte de la historia, mujer que muestra a mujeres como eternas compañeras, mujer elemento y vida, vida y elemento, milagros, recuerdos y olvidos, esa que se convierte en cómplice en el viaje de las palabras y nos hace ver y seguir viendo que queda una mínima esperanza de que un día abriremos los ojos y veremos que los cuentos serán lo que siempre han sido y que el había una vez jamás desaparecerá del léxico de todos los atrapados por el cuento, por la magia de las palabras. Es así como luego de varios días oyendo y oyendo relatos, un día te das cuenta de que los cuentos hacen que un bar sea otro bosque, el cual nunca fue como el soñado, aquel de un final feliz. El castillo, puede que no sea un castillo, y no es tan importante eso de ser felices para siempre: basta con ser felices en el momento. A veces, muy de vez en cuando, la gente puede darte una grata sorpresa, de vez en cuando la gente te deja sin respiración. Eso me regaló este festival: noches de fantasía e historias que me llevaron a reoxigenarme y reconciliarme con el escuchar cuentos, de los buenos, los audibles, los contables, o sea la palabra, esa que nadie nos arrebatará. El Medellín sí cuenta es un festival competitivo, pero más que por la competencia y los premios (que son apetecibles desde todo punto de vista), es el momento del reencuentro de cuenteros, de historias encontradas en el escenario, de solidaridad artística, de abrazos interminables, de interesantes tertulias. Yo pude encontrarme cada noche con dos grandes de Medellín: Juan Diego Alzate (cuentero y actor de teatro, de los buenos) y con Adela Ortega (gestora cultural y de la que cuentan los que cuentos cuentan que es una cuentera, en descanso, que próximamente oiré). Lo más difícil fue tener que elegir tres puestos, tres propuestas para representar a Medellín en el festival internacional de cuentería Entre cuentos y flores. Y elegimos tres propuestas diversas, urbanas, a dúo y tradicionales, una buena mezcla que se avizora en escenarios del mundo, esos en donde los cuentos saltan y corren entre oídos ávidos de relatos de vida, ¡los cuentos! Espero que las quince propuestas restantes sigan haciendo de la palabra y del cuento su arma de guerra y de vida. Por eso puedo decir con la autoridad que Vivapalabra me otorga que MEDELLÍN SÍ CUENTA ¡y cómo cuenta!
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Hablemos de Libros
Catalogo de María Teresa Agudelo. (Maité)
hombres
Oloroso a tinta en mis manos, el machote se abrió solo en una página y empecé a leer: “Alicia lloraba en cualquier parte: a la orilla del mar o escondida tras los pliegues de una pesadilla”. Me pareció un Déjà vu. Yo sabía que esa historia la tenía yo muy adentro de mis recuerdos, de mis sentimientos, no pude detenerme hasta terminarla y entender todo. Ahora recién publicado y presentado pomposamente en la Fiesta del libro de Medellín 2019, observo cómo algunas personas lo nombran, lo acarician, lo anhelan. Cada uno trata de saber cuál es cada historia, cada uno descubre su Déjà vu en el libro, en cada historia cree descubrir algo que ya sabía, pero no es así. Son historias tan bien tratadas, tan simple y maravillosamente habladas que parecen reales, cercanas, conocidas desde adentro de cada uno, son historias tan maravillosas que parecen todas, una invención de los caprichos de una niña meticulosa que se fija en cada detalle. Es un libro que no se puede leer por partes, te absorbe, te obliga a continuar, cada imagen con anotaciones te hace querer devorar el contenido siguiente, en el que aparece un hombre, tan nítido, que incluso podría ser mujer o hermafrodita, en toda su inocencia y limpieza, pero también algunos en toda su maldad…es la humanidad retratada en forma de hombres coleccionados y catalogados, sin mucho catálogo, que suenan en la voz conversada de la narradora. Los invito a leer con despacio, saboreando cada palabra, cada letra, como las debió saborear Maité al escribirlas, al corregirlas, al leer por primera vez su primera publicación, en serio. Catálogo de hombres. Agudelo Agudelo, María Teresa. Envigado: Fondo editorial EIA 2019. Colección Pergamino – Serie Ambrosía.
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Érase una vez
Adicción
Por: Andrea Oyamburu
Valentina era de esas mujeres que, como a muchas otras, el mundo se empeñaba en llamarla “puta” aunque ella se sentía como una princesa. Una princesa hambrienta de sexo, incapaz de tener quieta su lengua juguetona que mantenía siempre húmedos sus labios a través de los cuales le coqueteaba a la vida. A Valentina no le faltaba un hombre en su cama. No era de las que repitiera: prefería la novedad, lo desconocido. Ella no se iba con rodeos, no le interesaban las parafernalias, el cortejo, el flirteo. Una mirada cruzada era suficiente para comunicar las ganas de sexo desenfrenado, salvaje y placentero. A Valentina no le interesaba enamorarse, pensaba que el amor estaba diseñado para todo tipo de personas, menos para ella. No le atrapaba la idea de gastar energía pensando en otro, esperando un mensaje o renunciando a cosas en nombre de lo común. Ella quería comerse el mundo y que el mundo se la comiera a ella, sin renuncias ni explicaciones. Tenía muy claro que el sexo era cosa de dos, o de tres, cuatro, cinco... y que aunque correrse no era premisa obligatoria, sentir y experimentar placer sí lo eran, ¿sino qué otro sentido tendría el sexo?, pensaba. Muchos hombres quedaron enredados en sus olores, se enamoraron de sus pezones -duros y melosos cada vez que se excitaba-. Otros quedaron prendados de su gemir acelerado terminado en sonrisa después de tener un orgasmo. Y todos, absolutamente todos, coincidían en que el flujo emanado de su vagina palpitante cada vez que le hacían sexo oral hacía de Valentina una mujer adictiva. Los hombres se enamoraban de ella y ella no quería saber nada de amores. Pero todo va a cambiar porque Valentina asistirá a una fiesta el próximo sábado en casa de una amiga. Lo que ella no sabe aún es que ese sábado va a conocer a Mía, una pelirroja flaca de sonrisa divertida. Valentina ignora que esa noche la conocerá esperando en la fila para entrar al baño. Mía se colará y entrará antes que ella guiñándole el ojo, y a Valentina ese gesto le dará mucha rabia, pero quedará prendada del desparpajo de la pelirroja y de cómo frunce la nariz. Le parecerá tierno. Aunque ese sentimiento le durará poco porque cuando Mía salga del baño no volteará a mirarla y eso enfurecerá a Valentina que aún desconoce esa sensación de sentirse utilizada y esa necesidad de ir tras ella para coquetearle y convertirla en otra de sus víctimas.
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Bailarán, se reirán, tomarán mucho ron, se besarán en medio de la multitud y una Valentina ansiosa y desenfrenada la arrastrará al baño, la besará sedienta mientras desliza sus manos entre los botones de la camisa roja de Mía, que habrá escogido para ese día, ya que esa es su camisa de las conquistas. Notará esos pechos pequeños y hermosos con unos pezones duros y sobresalientes, los lamerá como si fuera la última vez. Sentirá cómo el jadeo de aquella pelirroja se vuelve su preferido y la recorrerá con su lengua hasta llegar a su ombligo, ansiosa le desabrochará el pantalón para dejar al descubierto unas bragas negras de encaje. Las apartará lentamente, generando una sensación de suspense y deseo, hasta que por fin sumergirá su lengua entre las piernas de ella, y sentirá el elixir de aquella mujer. Le hará sexo oral durante un buen rato mientras alguien afuera intenta entrar al baño. Mía se correrá en su boca y Valentina sentirá que el sabor de aquella mujer es diferente, tropical...adictivo. En ese momento Mía se reirá, se subirá los pantalones, mirará a Valentina y frunciendo la nariz le dirá: Ha estado muy bien pequeña, y saldrá sin voltear. Valentina no volverá a ver a Mía, ni esa noche, ni nunca, aunque la buscará eternamente en cada hombre y mujer que pase por su cama.
En el diván
Sin tu mirada me descubro obscena, las palabras se escabullen entre mis dientes, aprieto mis labios fuertemente hasta sangrar, cerrándome para ti. Quisiera que saltaras sobre mí, destruyéndolo todo, en una contratransferencia, que me impida volver a verte. No quiero levantarme sin ser tocada, sin ser devorada por el salvaje que hay en ti. Tantos años esperándote, y tú no me tocas.
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Me atrapas entre tus manos, bien abiertas, oprimes cada una de mis teclas con fuerza y soltura, dejo que me abras y me cierres rítmicamente mientras resoplo melodías con sabor a nostalgia. Me tomas entre tus piernas, siento tu excitación al rozarme, tu sudor me baña y cuando terminas disfruto de tus últimas caricias acompañadas de aplausos.
Bandoneonista
roce Por: Luz Karime Restrepo Jiménez
Cuando volví a casa estaba tan cansada que decidí tomar un baño de agua caliente. Al cerrar mis ojos sentí cómo las gotas recorrían mi cuerpo lentamente. Traía mi equipaje cargado de sonrisas y gratos recuerdos. Transportada a otros tiempos, suspiraba. Bruscamente fui traída al presente, sentí que me miraban, pero al observar a mi alrededor solo veía el vapor del agua empañando el espejo. Seguí absorta en mis pensamientos y de repente las gotas me acariciaron con más fuerza desgarrando mi piel, humedeciendo mi interior. Sacudí mi cabeza, asustada, incrédula de lo que pasaba y decidí salir de inmediato de la ducha. Abrazada por la toalla me paré frente a la ventana y dejé que cayera; el viento sopló mi cuello y mis cabellos helándome toda y poniendo mis pezones muy rígidos, luego una ráfaga lamió mi entrepierna y me tumbó en la cama. Y allí fui tomada por sus brazos fuertes y su respiración jadeante, su lengua recorrió mis oídos, me tapó la boca, y sentí su miembro en mi espalda. Sabía que no era real, que estaba sola en casa, pero no entendía por qué no podía ser dueña de mi cuerpo.
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Érase una vez que estaba sola en casa, pero no entendía por qué no podía ser dueña de mi cuerpo. Y de tanto batallar terminé jugando ese juego. Soplaba en mi cuello y me daba mordiscos mientras acariciaba mi sexo que se hacía agua, comencé a gemir y a morder mis labios, no me soltaba, y yo apretaba las sabanas sintiendo la flama de su cuerpo que me quemaba. Ya lo quería adentro. Él jugaba a recorrer mi cuerpo, a tocarlo con su lengua, con sus grandes dedos, a apretarme, arañarme, y cuando más lo deseaba más me apretaba, me soltaba, me mordía. Al fin dispuesta para él, me descubrí extrañando un recuerdo vívido en la oscuridad.
Fotógrafo: Ioseph Valencia / Modelo: Carolina Zuluaga
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Programación 5 de septiembre Tertulia Cultural La Lengüa 7:30 p.m. Código Pulep: Lugar: Calle 55 # 43 - 63 6 de Septiembre Viernes para contar Entrada Libre. 7:30 p.m. Código Pulep: Lugar: Calle 55 # 43 - 63 7 de septiembre Cuenteros en Apuros $14.000 - $7.000 7:30 p.m. Código Pulep: Lugar: Calle 55 # 43 - 63 12 y 13 de septiembre África Erótica con: Boniface Ofogo $14.000 - $7.000 7:30 p.m. Código Pulep: PLK606 Lugar: Calle 55 # 43 - 63
19 de septiembre El secreto del brujo $14.000 - $7.000 7:30 p.m. Código Pulep: YPY483 Lugar: Calle 55 # 43 - 63 20 de septiembre Un día disTinto $14.000 - $7.000 7:30 p.m. Código Pulep: XQG272 Lugar: Calle 55 # 43 - 63 21 de septiembre Juguemos a la Guerra $14.000 - $7.000 7:30 p.m. Código Pulep: CDI850 Lugar: Calle 55 # 43 - 63 21 de septiembre Cucú contaba la rana: El Bosque me enseña con: Patricia Casas $7.000 adultos 4 p.m. Código Pulep: MZJ814 Lugar: Calle 55 # 43 - 63
Programa de Salas Abiertas Amantes y Enemigos Con: Soledad Alzáte
25 de septiembre 7:30 p. m. Entrada libre Proyecto Ganador de la Convocatoria de Estimulos para el Arte y La Cultura 2019 Secretaría de Cultura de Medellín
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Programación 26 al 28 de septiembre DESAGERAO QU’ES UNO con Jota Villaza $14.000 - $7.000 7:30 p.m. Código Pulep: KGA694 Lugar: Calle 55 # 43 - 63
28 de Septiembre Cucú contaba la rana SUEÑOS DEL MONTE con LUZ MERY RESTREPO $7.000 adultos 4 p.m. Código Pulep: SBM322 Lugar: Calle 55 # 43 - 63
3 de Octubre Tertulia Cultural La Lengüa 7:30 p.m. Código Pulep: JQQ125 Lugar: Calle 55 # 43 - 63 4 de Octubre Viernes para contar Entrada Libre. 7:30 p.m. Código Pulep: NGA587 Lugar: Calle 55 # 43 - 63 5 de Octubre Cuenteros en Apuros $14.000 - $7.000 7:30 p.m. Código Pulep:NNR325 Lugar: Calle 55 # 43 - 63
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Programación 10 al 12 de Octubre Coctel de Cuentos con Paul Rios $14.000 - $7.000 7:30 p.m. Código Pulep: TAA962 Lugar: Calle 55 # 43 - 63 12 de Octubre Cucu contaba la raba: El Bosque Feliz $7.000 Adultos 4 p.m. Código Pulep: KPW551 Lugar: Calle 55 # 43 - 63 16 de Octubre EXILIO con KARLA SEPÚLVEDA $14.000 - $7.000 7:30 p.m. Código Pulep:PZR428 Lugar: Calle 55 # 43 - 63 17 de Octubre SUCEDIÓ EN COLORES con Melissa Pinzón Entrada Libre 7:30 p.m. Código Pulep: HCU989 Lugar: Calle 55 # 43 - 63 18 y 19 de Octubre ÁLVARO TOUR con COLECTIVO CUENTO APARTE $14.000 - $7.000 7:30 p.m. Código Pulep: DAB104 Lugar: Calle 55 # 43 - 63
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Programación
CUENTOS DE ESPANTOS Y APARECIDOS con Cuenteros VIVAPALABRA
24 al 26 de octubre 7:30 p.m.
HAPPY HALLOWEEN
Boletería: $14.000- $7.000 (Para estudiantes, adulto mayor y personas en situación de discapacidad)
Pulep:KOC713
Cucú contaba la rana: Cuentos de terror Sábado 26 Octubre 4 p.m. STZ777
Adulto: $7.000
Niños pagan con sonrisas
Programación 31 de octubre Tertulia Cultural La Lengua Entrada Libre 7:30 p.m. Código Pulep: JQQ125 Lugar: Calle 55 # 43 - 63
2 de noviembre Cuenteros en Apuros $14.000 - $7.000 7:30 p.m. Código Pulep:WSU931 Lugar: Calle 55 # 43 - 63
1 de noviembre Viernes para contar Entrada Libre 7:30 p.m. Código Pulep: NGA587 Lugar: Calle 55 # 43 - 63
Programa de Salas Abiertas
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Inscripciones a partir de noviembre Info: 2396104 - 313 6150109 www.vivapalabra.com comunicaviva@gmail.com
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Cuentos de ultratumba
30 octubre
7:30 p. m.
Entrada libre Pulep:TFF994
Proyecto Ganador de la Convocatoria de Estímulos para el Arte y La Cultura 2019 Secretaría de Cultura de Medellín
Consulta nuestra Programación en: www.vivapalabra.com
En navidad el mejor regalo son los cuentos
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