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Estados Unidos regresa a la final

bateador designado– conectó una línea al jardín izquierdo para impulsar a Arenado. Arenado, de hecho, tuvo un partido sentimental en el plano personal por ser hijo de migrantes cubanos. El antesalista tiene, además, abuela materna puertorriqueña.

Giovanny Vega >gvega@elvocero.com @GiovannyVegaPR

Estados Unidos volverá a luchar por el campeonato del Clásico Mundial de Béisbol.

Después de ganar la edición de 2017 ante Puerto Rico, la novena estadounidense avanzó anoche a la final del importante evento de 2023 al vencer a Cuba con pizarra de 14-2, en un juego celebrado en el LoanDepot Park, de Miami, Florida, en el que no faltaron los carteles a modo de protesta por las diferencias políticas entre ambos países.

Esta será la segunda final en la historia para Estados Unidos. Mañana intentarán repetir su cetro cuando disputen la final ante el ganador de la otra semifinal entre Japón y México, que se celebrará hoy a las 7:00 de la noche. El encuentro entre la novena cubana y la estadounidense se celebró ante la presencia de 35,779 personas, y bajo la sombra de múltiples protestas por las áridas relaciones diplomáticas entre ambos países. Durante el partido irrumpieron en el terreno tres fanáticos, mientras otros exhibían letreros que leían “No más comunismo, miseria y dictadura” o “Patria y vida”.

Cuba fue el equipo que más agresivo arrancó, tanto así que los primeros tres bateadores conectaron imparables y llenaron las bases en la primera entrada. Acto seguido, el abridor estadounidense Adam Wainwright otorgó una base por bolas al bateador designado Alfredo Despaigne, que remolcó a Roel Santos para el 1-0.

Estados Unidos no tardó en reaccionar y tomó control 2-1 en la parte baja del primer inning con un jonrón del primera base Paul Goldschmidt con el guardabosque Mookie Betts a bordo. La ventaja se amplió en la segunda a 3-1 con otro vuelacercas, esta vez del campocorto Trea Turner.

Los estadounidenses volvieron a amenazar en la tercera entrada al ocupar las bases con un sencillo de Nolan Arenado, un pelotazo del lanzador a Kyle Schwarber y un boleto a Will Smith. Fue entonces cuando Pete Alonso –quien fungía como

La novena estadounidense continuó vapuleando al seleccionado cubano anotándole una quinta carrera en la tercera entrada con un elevado de sacrificio de Tim Anderson, que llevó a ‘home’ a Kyle Schwarber. Los norteamericanos anotaron dos más en la cuarta con un triple de Arenado, que remolcó a Goldschmidt y luego un boleto a Schwarber, que impulsó a Arenado para el contundente dominio 7-1.

Cuba reaccionó después de cuatro entradas de sequía. Con hombres en las esquinas, el segunda base Andy Ibáñez conectó un imparable al jardín central para abrirle paso a la segunda carrera, esta vez en las piernas del tercera base Yoan Moncada para el 7-2.

Estados Unidos volvió a anotar en la quinta entrada con Pete Alonso y Jeff McNeill.

Acto seguido, en la sexta, Turner conectó un cuadrangular con Smith y McNeill a bordo para llevar la pizarra a 12-2. En esa misma entrada, Betts trajo la carrera número 13 corriendo desde primera base, donde estaba al momento de un doble de Mike Trout.

La número 14 llegó en la octava con un vuelacercas de Cedric Mullins. La regla de misericordia –que hubiese puesto fin al partido por la diferencia de diez carreras–no se activó por ser una no aplicable en semifinales.

Cuba no pudo avanzar a su segunda final en la historia. La única vez que lo lograron fue en 2006.

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