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IV. Apuntes generales sobre la enseñanza de las artes

IV. APUNTES GENERALES

SOBRE LA ENSEÑANZA DE LAS ARTES

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Las artes y la creatividad artística

Tereza Wagner47

La enseñanza de las artes no ha sido siempre desprivilegiada en la historia. Al contrario, en la Antigüedad griega, el Renacimiento italiano y en el siglo de la Ilustración, filósofos, educadores y escritores han reconocido la importancia de estas disciplinas en todos los niveles del conocimiento y del quehacer humano.

En el siglo XVIII, Friedrich von Schiller puso estas disciplinas en el centro del proceso de aprendizaje. El concepto general que subyace es que la humanidad se perfecciona a través de la estética y el arte y así mismo se realiza colectivamente como comunidad y totalidad humana. Dicho de otra manera el conocimiento de las artes y su práctica son imprescindibles para la constitución social y la pacificación de las relaciones entre individuos, así como para el respeto de valores universales que nuestra civilización promueve incansablemente, entre otras la justicia, la ética, el conocimiento, la verdad, las cuales son también las metas de la educación.

Por otra parte, los hermanos A. W. y F. Schlegel desarrollaron una teoría extremadamente importante sobre la creatividad y su proceso, haciendo hincapié en la universalidad de dicha capacidad. Más tarde Freud consideró asimismo la cultura, su práctica y su estudio, como la única esperanza de la civilización para llegar a crear un mundo justo.

47. Tereza Wagner coordina el programa sobre arte y creatividad; División de Arte e Iniciativas

Culturales, UNESCO.

El siglo XX ha estado más preocupado por el avance tecnológico, el progreso y la creación de riquezas, que por el arte y la cultura. De manera que los valores arriba mencionados han quedado substituidos por estos nuevos parámetros socio-económicos que son por naturaleza elementos materiales importantes de la vida humana, pero que no pueden en ninguna forma remplazar los valores culturales que tienen una función de realización humana colectiva de las comunidades.

Nuestra época ha demostrado que la cuestión de la enseñanza de las artes y la cultura en el ámbito escolar tiene importancia, aunque los pasos que se han seguido para tomar medidas al respecto son demasiados tímidos para haber tenido aún una influencia práctica en la realidad.

En efecto, se puede decir sin equívoco que la totalidad de instancias ministeriales encargadas de educación en América Latina y el Caribe comparte esta opinión. Prueba de ello es la presencia de materias artísticas en el currículo de la escuela secundaria, y en algunos casos también de la escuela primaria.

Sin embargo, el que exista en teoría en el currículo no implica que exista la enseñanza artística en la práctica. Las razones de esta divergencia entre la teoría y la práctica son múltiples: falta endémica de maestros y profesores formados en la enseñanza de las artes; falta de disposición horaria puesto que se multiplican las clases de lengua y de matemáticas, particularmente en la escuela primaria; falta de motivación del cuerpo profesoral; desinterés por parte de los padres de alumnos por las materias artísticas; y finalmente, en muchos de los casos, la pedagogía y los contenidos de la enseñanza artística están excesivamente atrasados, los métodos que se utilizan son repetitivos, poco imaginativos y rígidos, ¡cuando el arte es un juego que interpela el deseo de saber de los niños! De tal modo, en ocasiones ocurre que cuando un colegio cumple con las directivas de los currículos y organiza clases de música o de artes visuales, la enseñanza es casi contraproducente. En vez de estimular las habilidades de los niños, despierta en ellos poco interés, aburrición y temor. En dicha circunstancia no es sorprendente que las clases de educación artística tengan tan mala reputación y que se piense que esa enseñaza debería tener lugar fuera de la escuela y ser llevada por especialistas que han sabido adaptar sus métodos a la capacidad lúdica y la curiosidad creativa de los niños.

En efecto, se oye a menudo a los pedagogos exclamar al respecto “¡La escuela no puede hacerse cargo de enseñar todo lo que los niños deberían saber!”. Como si la personalidad moral del maestro no pudiera desprenderse del carácter de seriedad y severidad que en todas circunstancias debe adoptar frente a sus pequeños alumnos. Sin embargo, si estas disciplinas no son vistas en la escuela, la enseñaza de las artes no sería obligatoria y sólo los niños privilegiados podrán beneficiase de una enseñanza artística.

Años atrás se transmitía a los niños el patrimonio cultural de la familia y de su comunidad dentro del núcleo familiar. Hoy en día la estructura familiar en muchos casos se reduce a la monoparentalidad de manera que el impacto de la identidad cultural en el niño es mucho menor. La institución educativa debe tener en cuenta la evolución de la sociedad y de sus estructuras básicas al revisar y reformar el currículo y los métodos de enseñanza.

En su artículo, Ana Mae Barbosa48 enumera las diferentes áreas del quehacer profesional en donde el conocimiento de las artes visuales y la historia del arte es necesario. El mismo ejercicio se hace con respecto a las otras disciplinas artísticas, la música, la danza, las artes escénicas, la poesía… y en efecto existen numerosos estudios49 que prueban que la calidad de la enseñanza se encuentra decididamente mejorada cuando el niño y el adolescente pueden experimentar sus conocimientos (en las diversas materias científicas o literarias) gracias a la práctica de las artes y el manejo de sus técnicas.

Los apuntes sobre la enseñanza de las artes que presentamos a continuación no son sino breves indicaciones de lo que, en los diferentes campos artísticos, el niño y el adolescente deben aprender, así como los desafíos que presenta una enseñanza de calidad que los ayude a apoderarse del lenguaje propio de la disciplina estudiada. Una enseñanza basada en el aprendizaje de la creatividad, que borre las delimitaciones entre las materias y aspire a la interdisciplinariedad: éstos son factores decisivos para que esta enseñanza pueda despertar en el niño curiosidad e interés por el conocimiento y sus diferentes ramas.

48. Ver artículo en esta misma publicación. 49. Ver bibliografía.

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