Deberes escolares definitivo

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DEBERES A DEBATE CÓMO AYUDAR A TU HIJO ADOLESCENTE

INTRODUCCIÓN

Durante los años de enseñanza secundaria, los deberes se tornan más intensos y las notas empiezan a importar más. Al mismo tiempo, los adolescentes deben afrontar muchos otros cambios importantes. Se están adaptando a los cambios físicos y emocionales que conlleva la pubertad, al tiempo que el ajetreo de la vida social y los compromisos deportivos adquieren mayor importancia. Tomemos como ejemplo el caso de Ángel, un alumno de 2º de la ESO, cuyo horario semanal es el siguiente:


– De lunes a viernes, acude al instituto desde las ocho y media de la mañana hasta las dos y media de la tarde. – Come a las tres, al llegar a casa. – Casi “con la comida en la boca”, sale de casa para ir a particular de inglés o a clase de guitarra (dependiendo del día), de cuatro a cinco y media de la tarde. – Los miércoles y viernes además juega al baloncesto de seis a siete y media.

Es conveniente que Ángel estudie todos los días al menos una hora, haciendo especial hincapié en aquellas asignaturas que le supongan mayor dificultad. Pero Ángel también tendrá que hacer los deberes: los días que “por suerte” no tiene mates los terminará en una hora y media. Si no es el caso, emplea unas dos horas aproximadamente. En total, 3 horas de trabajo y estudio personal al día. El tiempo que Ángel invierte durante la semana en actividades de esfuerzo mental/académico (sin contar baloncesto), es de unas 9 horas al día. Una de las cuestiones obvias es: ¿Cuándo dejamos tiempo para que Ángel esté al aire libre, juegue, se relacione con otros chicos o disfrute de un rato en familia? Existe un intenso debate entre los padres y profesionales del ámbito educativo partidarios de los deberes, y los que consideran que, más que beneficiar, perjudican a los alumnos.


ARGUMENTOS DEBERES

A

FAVOR

Y

EN

CONTRA

DE

LOS

INCONVENIENTES DE LOS DEBERES – Uno de los problemas más visibles es que los niños y adolescentes no consideran que aprender sea algo divertido o emocionante; más bien todo lo contrario (lo asocian a aburrimiento…). – Pueden promover la competitividad entre alumnos y no el trabajo cooperativo o colaborativo. – Muchas de las tareas propuestas genera conductas automáticas: no se fomenta la comprensión, sino la producción, lo que conlleva una memorización descontextualizada de información o la repetición sin reflexión. – Pueden ser causa de conflictos familiares: es lógico que a un chico le cueste dejar de jugar, de estar conectado o simplemente de descansar para ponerse con la tarea del cole, por lo que habitualmente los deberes son motivo de conflictos. – También pueden generar otro tipo de problemas, como la demanda de ayuda, a veces en exceso (¡cuántas veces oiremos “Mi hijo y yo hemos hecho la tarea de lengua”!). – Impiden o limitan el tiempo de ocio. En ocasiones parece que los adultos olvidamos que el ocio es un aspecto importante en el desarrollo personal. – Uno de los mayores problemas del planteamiento de los deberes actualmente es que, al no haber un criterio unificado, genera muchas desigualdades (la cantidad y tipología de las tareas extraescolares varía dependiendo del cole al que vayas, el profe que “te toque”…).


BENEFICIOS DE LA REALIZACIÓN DE DEBERES – Pueden ayudar a consolidar los contenidos abordados en clase, favoreciendo la generalización de los aprendizajes. – Así como hemos señalado que podrían fomentar la competitividad, bien enfocados motivan y promueven valores positivos (trabajos en grupo, actividades de carácter solidario, búsqueda de información empleando diversas fuentes…). – Facilitan una rutina de trabajo fuera del instituto. Que los niños y jóvenes desarrollen hábitos adecuados es algo fundamental. – Podemos verlos como una ocasión para facilitar la comunicación e interacción entre padres/hijos y demás miembros de la familia (entrevista al abuelo, ayudar a un hermano…). – Generan autonomía en los alumnos/as, superación y disciplina. – Refuerzan la concentración y la memoria.

¿CONCLUSIÓN? Como podemos observar, existen argumentos sólidos tanto a favor como en contra de los deberes. Pero, puede que padres y profesionales hayamos enfocado mal el dilema. Al igual que en muchos aspectos de la vida, no todo es o blanco o negro. No podemos decir con rotundidad que los deberes perjudiquen a los niños, pero tampoco podemos señalar lo contrario. Al final, el debate y la reflexión deberían estar en el cómo. Es decir, las tareas fuera del cole pueden beneficiar a los alumnos si: – Las ajustamos a las características de éstos: potencialidades, necesidades, intereses. – Favorecen la reflexión y capacidad crítica.


– Son actividades originales, diferentes, variadas, que fomentan no sólo la interiorización de información, sino también la creatividad, la educación en valores, inteligencia emocional, etc. – La cantidad es razonable, adecuada. Esto quiere decir que debemos diferenciar entre el uso y el abuso de este tipo de tareas.

¿CÓMO PODEMOS AYUDAR A NUESTRO HIJO CON LOS DEBERES ESCOLARES?

Más allá del debate sobre si los alumnos tienen que hacer o no deberes en casa, lo cierto es que realizar las tareas escolares fuera del horario lectivo es un pilar del sistema educativo en España, los padres pueden desempeñar un papel fundamental para ayudarles a afrontar todos estos desafíos y rendir en los estudios, ofreciéndoles un poco de ayuda, apoyo, guía y seguimiento, y sabiendo qué problemas requieren su participación y cuáles que se mantengan al margen.

Establecer un área de estudio Asegúrate de que tu hijo adolescente dispone de un lugar tranquilo, bien iluminado y carente de distracciones donde pueda estudiar y hacer los deberes. El lugar debería disponer de papel, bolígrafos, lápices, calculadora, un diccionario ortográfico, otro diccionario de sinónimos y cualquier otro material y libros de consulta necesarios. Debería estar alejado de posibles distracciones, como la televisión, el teléfono móvil y los videojuegos. Concédele autonomía, pero comprueba de vez en cuando que su hijo se centra en los deberes y no se distrae con otras cosas. Si necesita un ordenador para hacer algunos trabajos, que esté en un lugar de uso común en vez de en su dormitorio, para evitar entretenerse durante el tiempo de estudio. Considera también la posibilidad de utilizar controles parentales, disponibles a través del proveedor del servicio de Internet (ISP, por sus siglas en inglés) y programas que bloquean y filtran los materiales inapropiados. Averigua que páginas de Internet recomiendan los profesores de su hijo y agrégalas a la carpeta de favoritos para que pueda acceder a ellas fácilmente. Enseña a tu hijo a consultar fuentes fiables y a


confirmar la información procedente de aquellas que parezcan cuestionables.

El apoyo de los padres En lo que se refiere a los deberes, está disponible para apoyar y guiar a tu hijo, responder a sus preguntas, ayudarle a interpretar las instrucciones de los trabajos y revisarlos cuando los termine. Pero resístete a la tentación de darle las respuestas correctas a las preguntas que le formulen o de acabarle usted los trabajos. Puede resultar difícil ver a un hijo estresado por los deberes, sobre todo cuando tenga una prueba o examen o se acerque la fecha límite de la entrega. Pero podrás ayudarle enseñándole las habilidades de resolución de problemas que necesita para completar sus tareas académicas y ofreciéndole apoyo y ánimo cuando se ponga a trabajar. He aquí algunos consejos más para que a tu hijo le resulte más fácil hacer los deberes: 

Tu hijo/a necesita que le des ánimo: Al igual que los adultos cuando estamos ante retos importantes y necesitamos ánimo y apoyo, ellos también. No dejes de animarle, de decirle lo contenta/o que estás por su esfuerzo y que cuando hay esfuerzo siempre habrá una recompensa.

Planifica las cosas con anticipación. Siéntate regularmente con tu hijo para revisar las exigencias de las distintas asignaturas y asegurarse de que están equilibradas. Si su hijo tiene un volumen especialmente elevado de deberes, tal vez te interese modificar su horario para que pueda disponer de más tiempo de estudio durante la jornada o bien limitar sus actividades extraescolares. Los profesores y orientadores escolares pueden tener una perspectiva más acertada sobre qué asignaturas exigen más o menos trabajo.


Establece una rutina de trabajo. Transmite a tu hijo el mensaje de que los trabajos escolares son una prioridad y establece una serie de reglas básicas, como fijar un lugar y un tiempo cada día para hacer los deberes. Y deja claro que no habrá televisión, móvil, juegos, etc., hasta que acabe los deberes y se los revises.

Inculca habilidades organizativas a tu hijo. No hay nadie que nazca con habilidades organizativas, este tipo de habilidades se van aprendiendo y practicando con el paso del tiempo. La mayoría de los niños no empiezan a tener distintos profesores y diferentes aulas hasta que llegan a Secundaria, donde la organización se convierte en algo fundamental para rendir en los estudios. Facilita a tu hijo un calendario o planificador personal para ayudarle a organizarse el tiempo.

Plantear metas: De forma gráfica y visible, ayúdale a hacerse un cuadro de metas a corto plazo que tenga que conseguir y motivarle para que las alcance.

Aplica los temas escolares al "mundo real". Habla a tu hijo sobre cómo lo que se aprende se puede aplicar fuera de clase; por ejemplo, lo importante que es cumplir los plazos de entrega (algo que también le ocurrirá en el trabajo cuando sea mayor) o cómo los temas que tratan en la clase de historia se relacionan con lo que ocurre en el mundo actual.

Problemas con los deberes Especialmente en los cursos superiores, los deberes aumentan de volumen y de nivel de exigencia y es posible que planteen retos importantes a tu hijo. Las siguientes estrategias pueden ayudaros a los dos: 

Estar disponible. No necesitas estar encima de tu hijo a la hora de los deberes, pero sí cerca de él por si te necesitara. Si tu hijo parece realmente agotado tras intentar resolver unos


problemas, sugiérele que se tome un descanso, tal vez haciendo varios tiros libres de baloncesto contigo. Es posible que lo único que necesite sea desconectar un rato para tener la mente despejada pero, cuando llegue la hora de retomar los deberes, indícaselo y pregúntale cómo puedes ayudarle. 

Estar en contacto con la escuela. Mantén el contacto con el tutor y los profesores de tu hijo a lo largo del curso escolar para que te informen sobre sus progresos, especialmente si tiene dificultades. Te informarán sobre cómo le va a tu hijo en el instituto y sobre formas de ayudarle a rendir más en los estudios. Pueden ofrecerte una visión general sobre las exigencias del curso, y orientarte sobre cualquier tema.

No te olvides de las técnicas de estudio. Ayuda a tu hijo a desarrollar unos buenos hábitos de estudio, tanto en lo referente a las clases como a los deberes. Cuando ayudes a tu hijo a preparase para un examen, por ejemplo, sugiérele estrategias como utilizar tarjetas nemotécnicas para memorizar datos, tomar notas, hacer esquemas y subrayar lo más importante mientras lee.

Anima a tu hijo a pedir ayuda. La mayoría de profesores puede ofrecer una ayuda adicional antes o después de las clases y también te pueden recomendar otros recursos para ayudar a su hijo. Anima a tu hijo a pedir ayuda cuando la necesite; a veces no es fácil, ya que en clase se suele recompensar a los alumnos por conocer las respuestas correctas, y a nadie le gusta reconocer que no las sabe. Elogia el esfuerzo de tu hijo. Solicita al orientador escolar o a sus profesores información sobre recursos pedagógicos, en caso de que la necesite.

No esperes a recibir las notas para enterarse que tu hijo tiene problemas académicos. Cuánto antes intervengas, antes podrás ayudar a tu hijo a retomar el buen camino.

Aprender para la vida Asegúrate de que tu hijo sabe que estás disponible en caso de que surja algún problema, pero que es importante que trabaje de forma independiente. Fomenta el esfuerzo y la determinación, no solo las buenas notas. Hacer esto es decisivo para motivarles a rendir en los estudios y a tener éxito en la vida.


Con un poco de apoyo por parte de los padres, los deberes pueden ser una experiencia positiva para un adolescente, que favorecen la adquisición de habilidades para la vida y que necesitará para tener éxito en los estudios y en muchas otras facetas de su existencia.

LOS DIEZ ERRORES MÁS COMUNES DE LOS PADRES AL HACER LOS DEBERES CON LOS HIJOS Y CLAVES PARA EVITARLOS

Los deberes son una responsabilidad asumida por muchas familias. El 80% de los alumnos en Primaria recibe ayuda de sus padres para hacer las tareas escolares y el 45% de los estudiantes en Secundaria, según una encuesta elaborada por TNS Demoscopia. Pero, sin duda, ayudar a los hijos a realizar los deberes puede ser motivo de tensión y conflicto en casa, incluso suponer una gran carga, sobre todo, para muchos padres que trabajan y les falta tiempo de dedicación a los hijos. Para llevar bien esta gran responsabilidad, es conveniente conocer cuáles son los errores más comunes que cometen los padres a la hora de realizar los deberes con sus hijos y también las claves para realizar con éxito estas tareas y convertir el momento de hacerlas en algo positivo: 1. Hacer los deberes en cualquier sitio: en la cocina mientras se prepara la cena; en el cuarto de estar mientras otros ven la tele, la madre o padre hablando por teléfono,… Clave: procurar que el «momento deberes» sea importante para la familia: en un lugar fijo, es mejor si es su propio rincón de estudio. Si no se dispone de él, en un ambiente de silencio y trabajo general en la casa, sin distracciones, sin tele... Si mientras los chicos trabajan, papá o mamá leen o también trabajan estaremos enviando un buen mensaje. 2. Protestar como adultos sobre la cantidad o calidad de los deberes. En su lugar: aceptar la realidad. Los deberes son los que son y los que tocan. Si vemos que sobrepasan a nuestro hijo, debemos acudir al centro educativo para notificarlo, pero en casa se debe respetar todo lo posible la decisión del profesor. Estamos preparándoles para la vida, y en la vida habrá mucho trabajo y esfuerzo. Es adecuado que cuando se hable de los deberes sea de una forma positiva.


3. Hacerlos nosotros.

Por el contrario: realizar las tareas escolares de los hijos ni aumenta su capacidad de trabajo ni su disciplina, ni les hace aprender nada nuevo. El sentido común ya nos lo está diciendo.

4. Entender los deberes solo como nuevos aprendizajes de conocimientos. Ideas clave: los deberes escolares son refuerzos para el aprendizaje y, sobre todo, una ocasión para aprender a trabajar de manera autónoma. Los padres pueden explicarles las dudas, pero mucho más razonable es ayudarles a encontrar la respuesta que buscan: en sus propios libros de texto, en internet…

5. Convertir los deberes en el «momento regañina» de cada día: no gritos, no amenazas, no comparaciones. Recuerda


siempre los “3-NO” a la hora de los deberes, las tres cosas que los padres JAMÁS tienen que hacer. Los gritos, amenazas y comparaciones solo consiguen humillar a tu hijo.

En su lugar: convertir el tiempo de hacer deberes en un tiempo de paz y tranquilidad. Si el alumno tiene dificultades, puede y debe consultarlas con sus profesores al día siguiente. Es muy perjudicial crear en casa ansiedad ante lo relacionado con la escuela. Por el contrario, premiarles por el esfuerzo: premia su dedicación, el que haya cumplido con sus deberes, con actividades juntos el fin de semana, por ejemplo.

6. No tomar en serio su necesidad de presencia y apoyo. Por el contrario: estar disponibles escuchándoles cuando así lo requieran.

para

ellos,

mirándoles

y

7. Imponer un control absoluto. Ideas clave: si quieren que les “tomemos la lección”, debemos hacerlo. Si les ponemos nerviosos o ellos nos ponen a nosotros, es mejor confiar en su responsabilidad. Y decirles en voz alta que confiamos en ellos. Lo más recomendable es que los deberes los corrijáis juntos. También, ayudarles a marcar tiempos, incluidos los descansos (5-10 m.); pero, sobre todo, no estar a su lado inspeccionando cada movimiento y cada distracción.


8. Evitar el diálogo con los profesores. En su lugar: Potenciar el diálogo y la colaboración con los profesores y consultarles si hace falta alguna ayuda suplementaria.

9. Permitir que afronten las tareas escolares agotados ya de tareas extraescolares. Ideas clave: las actividades extraescolares son necesarias pero no pueden ser obsesivas. Debemos adecuarlas a la personalidad e intereses del hijo y permitir tardes en las que solo haya que jugar en casa y estudiar. Cuando se eligen las actividades extraescolares también se tiene que elaborar un cuadro organizando los horarios, para que haya tiempo para todo, y no hacer los deberes en “huecos” libres.

10. Ser anárquicos. Por el contrario: los deberes son, sobre todo, un aprendizaje del trabajo autónomo y la autodisciplina. Les ayudamos si les animamos a establecer un tiempo mínimo y máximo, siempre que sea posible a la misma hora, en el mismo sitio, siempre con el móvil apagado. Todo tiene su momento, es un gran aprendizaje para un niño pero son sus padres quienes deben mostrárselo. También con el ejemplo. Resumiendo, crear ciertas rutinas y entornos favorables, acompañar y alentar a los hijos mientras realizan las tareas y revisarlas junto a ellos cuando han terminado serían las principales premisas para convertir el momento de los deberes en algo agradable.

Un reciente artículo publicado en el Periódico de Aragón (22 de mayo de 2018) recoge una propuesta que nos puede dar pistas sobre una futura regulación de los deberes escolares:


Aragón propone personalizados

deberes

que

no

cuenten

para

nota

y

Familias, docentes e inspectores elaboran un texto que se entregará próximamente a la DGA. Tendrían un alto grado de voluntariedad y su no realización no tendría «consecuencias negativas»

Puedes acceder a la noticia a través del siguiente enlace: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/aragon/aragon-proponedeberes-no-cuenten-nota-personalizados_1285526.html

Fuentes Cecilia Collantes Pérez. Psicopedagoga. Hadi Psicología. Steven Dowshen, MD (https://www.nemours.org) ABC Familia. El Español. (https://omicrono.elespanol.com)


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