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EL PARÍS MÁS CHIC

La experiencia de viajar a este desino será maravillosa si te quedas en un hotel céntrico. Vale la pena gastar un poco más para darte, al fin, las vacaciones de tus sueños.

He viajado a París in nidad de veces y siempre descubro cosas nuevas. Recién llegada de una semana en este destino, aquí tienes mi diario de viaje. Si lo apropias, te aseguro que lo disfrutarás muchísimo.

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Con este itinerario de siete días conocerás la esencia de la ciudad; lo mejor es que puedes llevarlo a cabo como mejor te parezca. Muy importante: mi zona favorita para hospedarme es cerca de la rue de Rivoli y la Place Vendôme, sin duda, ¡el París más elegante y chic!

Recuerdo que en una época de mi vida prefería “La Ciudad de la Luz” al estilo de un póster turístico del Rive Gauche, pero ahora me alegra quedarme del otro lado del río Sena. Así que te propongo hoteles, como el suntuoso Le Meurice, el lujoso y más moderado en precio Westin París Vendôme –donde me he quedado últimamente–, y el aún más moderado y encantador The Brighton. Todos ellos son perfectos para iniciar caminatas inolvidables. La zona, por supuesto, ofrece los hoteles-palacio: Ritz, De Crillon, el Hotel de la Marine o el Mandarin Oriental. ¡Haz tus maletas!

1d A 1 Una Mirada A Lo Mejor

Cuando estés en tu hotel, haz una caminata de reconocimiento por el barrio. Si nunca has ido a París o no lo has visitado en mucho tiempo, toma un tour de Big Bus y, sin bajarte, da el recorrido de tres horas por los sitios emblemáticos; desde el segundo piso del autobús tendrás una visión excelente. La oficina principal de Big Bus está en avenue de l’Opéra, a 15 minutos de la zona de los hoteles que te sugiero. Al terminar el tour, camina hacia la Ópera y almuerza en el legendario Café de la Paix un delicioso Croque Monsieur y un helado Berthillon, ¡divinos! De la Ópera camina hacia la Place Vendôme y entra al elegante Hotel Ritz, donde estuvo la princesa Diana unos minutos antes de morir. Conoce sus boutiques y el Bar Hemingway, el preferido del escritor, restaurado con su antiguo esplendor.

Saliendo del hotel está la boutique original de Chanel en rue Cambon. Ese día reserva una cena muy trendy en Kong, a través de su techo de cristal verás cómo cambian los matices azules del bellísimo cielo parisino. Al terminar, descubre el hotel Cheval Blanc, justo al lado, uno de los sitios de moda.

D A 2 Arte Y Sabores Divinos

Empieza en los portales de rue de Rivoli –¡llenos de elegantes compras!– y cruza el Jardín de las Tullerías hacia el Museo del Louvre, donde puedes comer en la terraza del Café Marly, con vista a la pirámide del Louvre. Compra tus tickets para entrar más rápido –skip the line– y admira la Mona Lisa, la Victoria de Samotracia, la Venus de Milo y los suntuosos apartamentos de seda roja de Napoleón III.

Al salir, ve hacia el Pont Royal y el río Sena, donde navegan barcazas y la vista es divina. Si cruzas hacia los quioscos de venta de libros o bouquinières, verás Notre Dame al fondo. Por el Pont au Double, cruza al Rive Gauche y busca la simpática rue de la Huchette, y por ella llega a la Place Saint-Michel, el corazón de Saint-Germain des Prés, con una atmósfera encantadora. Continúa por la rue Saint-André des Arts hasta los cafés de la rue de Buci, ¡y verás un París de película! Ve a Paul, una deliciosa pastelería a muy buen precio. Camina por la rue de Seine al Boulevard St-Germain, y sigue hasta el Café Les Deux Magots y el Café de Flore, dos sitios históricos. Para terminar un día fabuloso, disfruta un café quizá donde se llegó a sentar JeanPaul Sartre con Simone de Beauvoir. Por la noche, cena en los Campos Elíseos, con el iluminado Arco del Triunfo. Ahí hay sitios de precios moderados: Los mejillones de Léon de Bruxelles y L’Alsace. ¿Y de postre? Macarrones de Ladurée. Si tienes energía, enamórate del París iluminado en los barcos Bateaux Mouches, en el río Sena –el tour con cena no vale la pena–.

Máscara de pestañas todo en uno, CHANEL

Una Nota Personal

Déjame contarte que de pequeña, mientras crecía en La Habana, el sueño de mi vida era conocer París. ¡Me sabía de memoria el mapa de la ciudad y hasta el diagrama, piso por piso, del Museo del Louvre! Era maravilloso planear las caminatas que algún día haría y que años más tarde hice realidad. Sin temor a equivocarme, puedo decir que París es el sueño de muchas de nosotras.

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Lo Mejor De La Moda

No regreses a casa sin ver el París chic, aunque sea admirando los escaparates de las boutiques. Camina cerca de la Place Vendôme hacia la nueva tienda de Louis Vuitton y después recorre las vitrinas de rue Saint-Honoré y de Faubourg Saint- Honoré, de firmas como Chanel, Dior, Gucci o Hermès. Más tarde ve a rue Royale, donde está la famosa iglesia de la Madeleine. De ahí dirígete a las tiendas departamentales Galeries Lafayette y Printemps. En la noche, cena en el encantador brasserie Le Grand Colbert. ¡Te va a encantar!

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Ll Nate De Historia

Dedica medio día o incluso un día completo a recorrer el Palacio de Versalles, un reflejo de cómo era Francia hace algunos siglos. Mi grupo y yo rentamos un auto con chofer (por 60 dólares la hora) y puedo decirte que entre varias personas vale la pena, y como habíamos reservado el desayuno en el restaurante Ore del chef Alain Ducasse –dentro del palacio–, al terminar entramos directo ¡sin hacer fila! Visitamos el espectacular recinto, los jardines y regresamos en nuestro auto. Sin duda, un día perfecto. No olvides reservar una cena muy chic en Caviar Kaspia.

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Sitios Emblem Ticos

Ve a la Torre Eiffel y sube hasta la punta –compra tus boletos para evitar hacer fila–, pero antes párate justo debajo de ella y admira lo impresionante que es. Come en Madame Brasserie, un nuevo bistró más informal que abrió en la torre y después camina por el Campo de Marte hacia la tumba de Napoleón en Los Inválidos, cruza el Sena hasta el Musée d’Orsay –¡toma un taxi si te cansas–, donde “viven” los grandes cuadros impresionistas del mundo. ¡Fantástico! Ahora toma el metro o un taxi, y trata de alcanzar la puesta del sol en lo alto de la colina de Montmartre, junto a la basílica blanca del Sacré-Coeur. Al fondo verás la típica Place du Tertre, llena de cafés al aire libre para cenar. También puedes ir al Rive Gauche y cenar en el fabuloso Le Procope –uno de mis favoritos–, donde Napoleón dejó como pago su tricornio, el cual puedes admirar. Será un día largo y movido, pero muy especial.

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De Museos

Esta jornada dedícala a recorrer espacios emblemáticos, como el Centro Pompidou –por fuera su arquitectura es fabulosa– y el Museo Carnavalet de la Historia de París, ¡mi favorito! Una vez ahí no olvides ir directo a los recuerdos de María Antonieta y la Revolución francesa. Además, visita el Museo Picasso. Todos están en la zona de Le Marais, con boutiques y cafés trendy alrededor. En su barrio judío, camina por la rue des Rosiers y come en el famoso y sencillísimo L’As du Fallafel. Otra opción es almorzar en el alegre restaurante La Bourgogne en la Place des Vosges, donde vivió el dramaturgo Víctor Hugo.

FOTOGRAFÍAS: GETTY IMAGES Y CORTESÍA DE LAS MARCAS. * PRECIO EN PUNTO DE VENTA.

D A 7 Tour Sofisticado

Conoce la Avenue Montaigne, con las boutiques más elegantes de la ciudad –Prada, Valentino, la maison original Christian Dior, Versace, Céline, entre otras–, así como el Hotel Plaza Athénée. Dar una caminata sin prisas por esta avenida es una experiencia típica del París más sibarita. Te recomiendo comer en L’Avenue, en Avenue Montaigne y probar su risotto de camarones.

Y si tienes tiempo, recorre los cercanos Campos Elíseos, sube por una acera hacia el Arco de Triunfo y baja por la otra para encontrarte con Ladurée, con sus famosos macarrones. Recorre los cafés al aire libre, como Fouquet’s, y pasa por el Monoprix, donde venden excelente ropa. Recuerdo que la noche que hice el recorrido tomé una copa en el patio del Hotel Costes, decorado por Jacques García. El sitio es fabuloso. Y si puedes tolerar las enormes filas, trata de conocer el salón de té de Angelina, en la rue de Rivoli, y disfruta de un Mont-Blanc ¡con su famoso chocolate caliente! El salón era frecuentado por el novelista Marcel Proust y es una bella imagen de la Belle Époque.

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