Rearme 03 2012

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N°8 - Año 5 - Marzo 2012

POR LA UNIDAD DE LOS DISTINTOS SECTORES EXPLOTADOS

PERO BAJO LAS

BANDERAS HISTORICAS DEL PROLETARIADO La lucha del pueblo de Aysén muestra, en forma de ensayo, las formas y los contenidos que adopta el rearme de los trabajadores y el conjunto de los explotados del país. Nosotros afirmamos que la tarea principal que tienen planteada los trabajadores del país en este periodo es alcanzar su rearme ideológico, político y orgánico. Reencontrarse con su conciencia revolucionaria de clase, construir las organizaciones de combate que representen sus intereses independientes y edificar un partido político que cumpla el rol de una verdadera dirección revolucionaria y por el socialismo.

luchas populares estallaron contra el régimen (años 1982 y 83) amenazando en su dinámica convertirse en una ofensiva que retomara el camino interrumpido por la mano militar. Bajo la consigna de “evitar una nueva Nicaragua” (que derrotara la dictadura de Somoza mediante una insurrección popular) diversos sectores burgueses emprenden la tarea de dar una salida pactada al régimen dictatorial.

Creemos que las luchas en curso en los últimos años en Chile, luchas parciales libradas por distintos sectores del pueblo, son una escuela que prepara a éste para su rearme, para la lucha entre explotados y explotadores, y por tanto es un deber de las organizaciones revolucionarias analizar la forma y el contenido que éstas adoptan.

La Concertación de Partidos por la Democracia nace justamente con el objetivo de encaminar el explosivo ascenso popular por la senda de la paz social y de la colaboración de clases. Quebrando el eje de la contradicción principal entre capitalismo / socialismo logra suplantarla por la falsa contradicción entre dictadura / democracia. Tras esta ilusoria argumentación logra comprometer al proletariado nacional en la hoy amaLa lucha del pueblo de Aysén es parte de un misma rga experiencia de la democracia burguesa. hebra que une y fisonomiza los primeros combates serios de los sectores oprimidos del país tras el regreso La democracia así conseguida no fue diseñada al azar. de la democracia burguesa en 1990, tras diecisiete El objetivo de ésta era vestir con ropaje civil la obra años de dictadura. de la dictadura, impidiendo en su diseño la posibilidad de incidencia real de formaciones de clase al interior Durante el periodo que va desde 1970 a 1973 obre- de la institucionalidad reaccionaria. Así, manteniendo ros y campesinos avanzaron decididamente hacia la intacta la edificación contrarrevolucionaria, la Contransformación revolucionaria de la sociedad. En este certación consiguió mantener y profundizar la faena camino no sólo construyeron, embrionariamente, las antiobrera y proimperialista. organizaciones de doble poder necesarias para conseguir el objetivo de expropiar a los expropiadores, ver- Esta realidad se erige hoy como una pesada loza sobre daderos gérmenes de un nuevo régimen social, sino los hombros de los explotados. Las jóvenes generaque también se separaron de las direcciones políticas ciones han sido el azadón que comienza a agrietar la que se erigían como un obstáculo para sus objetivos herencia dictatorial. En este camino la secundan hoy históricos. A pesar de esto las direcciones de los par- diversos sectores sociales que al luchar cuestionan tidos Comunista y Socialista, embarcados ya en el el conjunto del modelo imperante. Sin embargo este camino de la claudicación sin combate, permitió el contenido a momentos se le escapa a sus propios protriunfo de la contrarrevolución burguesa. tagonistas.

una serie de problemas específicos. El eje está marcado por la carestía de la vida y por el abandono de que son objeto como región por parte del gobierno central en una serie de aspectos vitales (conectividad, educación, salud, etc.) Las soluciones a las que aspira el pueblo de Aysén son exigidas al gobierno. Para esto han confeccionado un petitorio de 11 puntos, cuya redacción ha sido guiada por una serie de personeros empresariales, tal como describe a El Mercurio Alejandro Cornejo, empresario y delegado de la Cámara Chilena de Comercio de Aysén: “no sabían (los dirigentes sociales de Aysén) que querían en cada uno de los puntos. Eso nos motivó a ayudarles con ideas y redactar el petitorio para que el gobierno tuviera una base con la cual negociar”.

El carácter policlasista que evidencia el Movimiento A pocos años de instalada la dictadura, enérgicas El movimiento social de Aysén busca dar solución a Social por Aysén se expresa en la composición de las

Índice

La lucha del pueblo de Aysén/Editorial/¿ de que democracia nos hablan ?/ Mujer: el capitalismo nos iguala en la represión


organizaciones que lo integran. Pareciera que es posible unir tras los mismos objetivos a una gama de sectores que, a pesar de tener intereses contrapuestos en ciertos aspectos, pueden batallar en una misma trinchera cuando se trata de un bien superior. ¡Nada más falso que esta idea! Si bien transitoriamente se mancomunan aquí obreros, pequeños productores, empresarios y políticos burgueses, los beneficios que cada uno de ellos persigue en esta amalgama son bien antagónicos.

buscan solucionar una serie de problemas concretos mediante la negociación con el gobierno y para ello se asesoran y depositan su confianza en personeros políticos burgueses y empresariales que, creen, les facilitan el acceso a la vía institucional ¿por qué la forma que asume esta lucha es tan violenta y explosiva? Porque simplemente saben que de otra forma no serán escuchados. Esto lo han aprendido con la experiencia de cuatro gobiernos de la Concertación y uno de la Alianza.

Mientras obreros, estudiantes, pescadores artesanales y pobladores defienden en esta batalla sus condiciones básicas de subsistencia, los sectores empresariales del transporte buscan mayores cuotas de ganancia al reclamar un subsidio al precio de los combustibles, los empresarios del comercio buscan que los salarios suban a costa de subsidios del Estado, desentendiéndose de la responsabilidad de pagar mejores sueldos a sus trabajadores y, de paso, beneficiarse del incremento de la capacidad de consumo que resultaría de un alza de salarios. Lo que se afirma se expresa prácticamente en que quien cuida las barricadas día y noche, quien enfrenta y combate a las fuerzas represivas es el proletariado aysenino.

Esta compresión no es aún consciente. No debemos olvidar los peligros que engendra esta lucha de “todos juntos por un objetivo superior”, hoy expresada por la forma “ciudadana” que asume. Esta fue la forma que asumió la lucha por la democracia, “todos juntos contra la dictadura”, dejando de lado el problema medular, que es el problema de clase, y así nos derrotaron.

La inexistencia de un sector activo que levante las banderas e intereses del proletariado en esta lucha ha posibilitado el desarrollo de un discurso “ciudadano” tras el cual se esfuma la naturaleza de clase del conflicto que azota a los pobres de la región. La resultante de esta composición ha permitido imponerse a los sectores más conciliadores del movimiento, quienes han logrado, de momento, deponer los bloqueos a la espera de la negociación con el gobierno, aún cuando los bloqueos y barricadas constituyen la principal herramienta de presión de que se ha valido el pueblo de Aysén en estas jornadas. A pesar de las debilidades con que los explotados de Aysén enfrentan esta pelea, creemos que los métodos de lucha empleados encierran una certera comprensión: si en este movimiento los ayseninos pobres

La estrategia del gobierno ante el conflicto consta de cuatro claves: mostrarse siempre abierto al diálogo; impedir que se genere una imagen de conflictividad social en el país, para lo cual busca aplacar el movimiento vía represión; no ceder en ninguna demanda que “contagie” a otras regiones; dividir al movimiento en la negociación misma, aludiendo al carácter “técnico” que requiere el diseño de cada una de las soluciones. En definitiva, lo único que el gobierno ofrece es dialogar sin ceder en ninguna demanda real mientras reprime y divide al movimiento. Pero, ¿qué podría ofrecer, si cada una de las cuestiones demandadas encierran un cuestionamiento al conjunto del modelo? ¿Por qué el actual sistema democrático chileno es incapaz de absorber mediante mecanismos institucionales flexibles las luchas y demandas sociales? Porque la democracia “conquistada” vía pacto social ha sido diseñada justamente para excluir de ella a las mayoría explotadas del país, para erigirse y funcionar sólo en la medida en que el pueblo esté completamente aplastado y pasivo. Cuando esta pasividad se

rompe el modelo entra en crisis, siendo desbordado. Los sectores más clarividentes de la burguesía, preocupados por las luchas que irrumpen en la escena social, no tardarán en buscar las reformas institucionales que permitan solucionar estas “fallas” del sistema, pero esas soluciones no son las que los explotados reclaman y necesitan. Esta democracia defiende los intereses de los explotadores, de los enemigos de los trabajadores. Los explotados han de destruir las instituciones opresivas de la burguesía para levantar la verdadera democracia obrera mediante la conquista del poder político. Para lograr esto la forma que asuma el rearme de los explotados no da lo mismo. Si bien sus batallas deben librarse en conjunto con todos los sectores interesados en derribar el modelo pinochetista, sean o no estrictamente proletarios, en esta combinación la clase obrera debe marchar con total independencia de clase, levantando sus organizaciones y su programa de clase propio. Mientras los gremios empresariales silvoagropecuarios de Aysén declaran que “repudiamos el actuar de ciertos sectores cuyos actos han afectado la propiedad pública y privada de la región. Rechazamos la violencia y nos declaramos en contra de los cortes de camino y principales vías de acceso a la región” y se desmarcan así del movimiento en defensa de sus intereses de clase; mientras los dirigentes claudicantes de la coordinadora de “Tu Problema es Mi Problema” llaman a no retomar el bloqueo de calles y declaran que esperarán al gobierno, “con todo el cariño del mundo” (palabras de Iván Fuentes a Emol) para llegar a una solución, el pueblo está cansado de esperar. La dinámica de las luchas sociales en curso están preñadas de lecciones. Nuestro deber es hacer que estas lecciones sean traducidas al lenguaje de la conciencia de clase para avanzar así en el urgente rearme ideológico, orgánico y político de los explotados del país.

editorial El 11 de marzo se cumplieron 2 años desde que Sebastian Piñera asumiera la presidencia de Chile. A diferencia de años anteriores, esta celebración estuvo lejos de ser una celebreación repleta de discursos y cenas elegantes donde toda la clase política se felicitaba a si misma por cumplir con excelencia sus tareas; este aniversario fue invadido por la procupación y la desorientación. Las encuestas no son la única señal de la crisis latente que vive el gobierno. Las movilizaciónes estudiantiles por una educación estatal, gratuita y de caliad durante todo el 2011, y las manifestaciones que hoy se levantan en Aysen por el costo de la vida, son las mejores y mas claras señales de la decadencia no solo de un gobierno, sino de toda una clase politica y de un sistema económico. La inefiencia e insensibilidad tecnocratica, los conflicto de intereses, la corrupción y la brutal represión son caracteristicas que resaltan en este gobierno, pero también marcaron con creces los gobiernos de la Concertación. Por tanto, las masivas y diversas movilizaciones sociales no son una reacción contra este gobierno, es una reacción natural de rabia, frustración y dignidad contra todo un sistema ecónomico de explotación, que agudiza sus contradicciones y decadencia en Chile y en todo el

mundo. Todas las movilizaciones que se han levantado este último tiempo reivindican demandas que ponen en cuestión la democracia burgesa y el sistema capitalista, quizas no en forma directa y frontal, pero es latente la conciencia que adquieren nuevamente grandes masas de trabajadores y estudiantes, que insitintivamente ven con claridad que los responsables de sus miserias y angustiás son esas 5 familias, incluyendo la familia del presidente, que día a día incrementan sus fortunas a costa de la explotación y robo toda la clase trabajadora. El Gobierno y toda la clase política han sido encarados por grandes masas de explotados; la derecha, la concecertación, los descolgados de la Concertación y el PC no encuentran excusas que justifiquen sus innumerables traiciones, todos les recriminan por su trabajo incansable para implementar hasta el más mínimo detalle el modelo económico que la dictadura militar impuso brutal y sangrientamente. La clase política en su conjunto ha sido expulsada de las asambleas y de las marchas, muchos de ellos han querido colgarse sin ningún éxito. La democracia burgesa no encuentra aún el mecánismo para encerrar las fuerzas de miles de estudiantes y trabajadores que han salido a las calles en la institucionalidad y el estado de dercho de la Constitución

de 1980. Seguramente este año 2012 veremos al mismo gobierno errático, respondiendo con represión policial y medidas populistas. La burguesía seguirá buscando el mecanismo para poder volver a capturar a la clase obrera en las telarañas de su democracia. Pero el sistema Capitalista seguirá en crisis en todo el mundo, su decadencia seguirá afectando profunda y violentamente nuestras vidas, ante esto debemos continuar recorriendo el camino que estos años la clase trabajadora ha retomado. En las calles, en las asambleas, en las huelgas y en las tomas del liceo, donde la clase en su conjunto ha nutrido su conciencia de clase, donde día a día recoge las lecciones que solo la lucha le pueden dar. Este año 2012 estudiantes y trabajadores seguirán saliendo a las calles, ya quedo claro el 2011 que no existe otra opción. Pero nuestras tareas como clase siguen pendientes, el rearme político e ideológico de nuestra clase es una tarea urgente y necesaria, es el único camino que nos permitirá no solo obtener las legítimas y justas demandas que nuestro pueblo hoy defiende, si no que también nos permitirá retomar las banderas del socialismo revolucionario. Esta sólo en nuestras manos seguir en el camino que nuestra clase ha retomado estos últimos años.

¿ de que democracia nos hablan ? En el escenario político nacional se alzan voces que reclaman una profundización de la democracia, muchos dicen que hay que terminar de una vez y para siempre con las limitaciones impuestas por la dictadura (y la Constitución de 1980) al sistema democrático. Se dictan leyes para lograr estos objetivos, la

inscripción automática en los registros electorales es un ejemplo, las discusiones en torno al termino del sistema binominal de elecciones es otra muestra de la preocupación que existe en torno al tema. Si atendemos al fondo de estas discusiones podemos

advertir que entre las distintas expresiones políticas de la burguesía no existe una opinión unánime. Sus posiciones oscilan entre el temor a la generalización de la crisis social y política que se manifiesta con la irrupción del movimiento estudiantil y de los alzamientos regionales, y el terror al cambio. Por una


parte comprenden que los mecanismos democráticos existentes son limitados al momento de enfrentar estallidos de esta naturaleza y por otra parte, les resulta difícil abandonar estas herramientas de control sobre las masas porque les han brindado décadas de buenos negocios y de tranquilidad. En más de un sentido, la burguesía se sabe prisionera de su propia historia. Si mantiene el sistema político intacto, corre el riesgo de que este sea desbordado. Si lo transforma corre el riesgo de facilitar la recomposición política del campo proletario tal como ocurrió durante aquel ciclo histórico que se desarrolló entre 1925 y 1973. Ante esta discusión, nos preguntamos. Cuándo los personeros de la UDI, de RN, de la DC y del PC hablan de “profundizar la democracia”, ¿de que democracia están hablando? Esta pregunta es plenamente valida ya que la democracia en general no existe. No existe una concepción de la democracia al margen de las clases sociales. El llamado “bien común”, o la “voluntad general” no existen al interior de una sociedad fragmentada porque lo que es bueno para un burgués constituye una tragedia para un proletario. Un ejemplo: la educación privada en Chile es un excelente negocio para la burguesía nacional y es una brutal negación de todo derecho para la gran mayoría de la juventud. Otro ejemplo: la libertad de prensa es la libertad de los dueños de los medios de comunicación para imponer su burdo modelo de vida y de sociedad: farándula y consumo, alienación y despolitización masivos. Insisto en la pregunta, ¿de que democracia nos hablan? Y defiendo su pertinencia ya que desde el pensamiento burgués existen distintas concepciones de democracia las que pueden llegar a ser incluso contrapuestas; además si revisamos la historia de Chile podemos verificar que la configuración concreta de la democracia burguesa en nuestro país ha tenido una existencia las mas de las veces negadora de lo que se supone son sus principios inspiradores. Instituciones propias de la democracia burguesa tales como el sufragio universal, la igualdad de poder político expresada en la máxima “un hombre, un voto”, el respeto a la voluntad de las mayorías, el derecho de petición a la autoridad, la separación de poderes, el derecho de organización y expresión políticas no han encontrado terreno fértil en nuestro país. Un poco de historia: Acerca la Republica de 1833 Entre 1833 y 1891 rige en Chile la primera “republica democrática” estructurada al amparo de la Constitución Política de 1833, obra magna de Diego Portales. En la práctica se estableció un régimen monárquico con ropaje republicano. El Presidente de la Republica gozó de facultades extraordinarias y podía declarar el estado de sitio, medios que se consideraban indispensables para enfrentar desordenes públicos que amenazaran la tranquilidad del país. La separación de poderes no era tal ya que el presidente de la republica tenía el poder de veto suspensivo sobre proyectos de ley aprobados por el Congreso. Un proyecto vetado podía ser rediscutido transcurrido un año desde el veto y con la aprobación de dos tercios de los parlamentarios. Además el ejecutivo nombraba jueces y ministros de corte. La Constitución de 1833 no contemplaba el sufragio universal y reconocía como ciudadanos activos con derecho a sufragio: “a los chilenos que habiendo cumplido 25 años si son solteros y 21 si son casados, y sabiendo leer y escribir tengan una propiedad inmueble o algún capital en giro”. Este es el llamado voto censitario, de acuerdo a la fortuna. Resulta claro que no tienen derecho a voto

los pobres, los analfabetos y las mujeres, los que en conjunto constituyen la gran mayoría de los habitantes del país. Además, la ley electoral establecía un sistema de voto indirecto, mediante el cual los municipios controlaban las juntas calificadoras de ciudadanos. A ellas recurrían las minorías ciudadanas para obtener la calificación para votar. Intervenir en la composición de las juntas calificadoras resultaba de vital importancia para garantizar el resultado de las elecciones, cada gobierno de turno lo hacia sin mayor dificultad. Diego Portales puso todo de su parte para establecer este régimen autoritario basado en la desconfianza hacia las mayorías. Decía Portales : “La Democracia que tanto pregonan los ilusos, es un absurdo en los países como los americanos, llenos de vicios en donde los ciudadanos carecen de toda virtud, como es necesario para establecer una verdadera republica. La Monarquía no es tampoco el ideal americano: salimos de una terrible para volver a otra y ¿Qué ganamos? La Republica es el sistema que hay que adoptar; pero ¿sabe como yo la entiendo para estos países? Un gobierno fuerte, centralizador, cuyos hombres sean verdaderos modelos de virtud y patriotismo y así enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y de las virtudes. Cuando se hayan moralizado, venga el gobierno completamente liberal, libre y lleno de ideales, donde tengan parte todos los ciudadanos”. (1) ¿Qué significaba para Portales enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y de las virtudes? Mantenerlos sumisos. Solía afirmar que el orden social se mantiene en Chile por el “peso de la noche colonial” y alababa esa tendencia general de las masas al reposo como garantía de tranquilidad publica. Además la constitución era difícilmente modificable y por lo mismo los cambios tardaron décadas. Recién en 1874 se eliminó el voto censitario y en 1877 la mujer pudo ingresar a la Universidad. El absolutismo presidencial se legitimó en la misma medida en que pudo conservar el orden social establecido en favor de la oligarquía hacendada y de sus aliados de siempre, la Iglesia Católica. En todo caso, Portales no ocupa un sitial exclusivo en lo que a autoritarismo y desprecio al pueblo se refieren. Tiene notables competidores. Por ejemplo Domingo Santa María (Presidente de Chile entre 1881 y 1886) afirmaba lo siguiente: “se me ha llamado autoritario. Entiendo el ejercicio del poder como una voluntad fuerte, directora creadora del orden y de los deberes de la ciudadanía. Esta ciudadanía tiene mucho de inconsciente todavía y es necesario dirigirla a palos… Entregar las urnas al rotaje y a la canalla, a las pasiones insanas de los partidos, con el sufragio universal encima, es el suicidio del gobernante, y yo no me suicidaré por una quimera…” (2) El orden oligárquico de los hacendados, plenamente vigente durante el siglo XIX, no se modificó en lo mas mínimo con el desarrollo de la minería pero para desgracia de los poderosos, la clase de los “no propietarios”, simples braceros, nuestros antepasados, crecía en número y se organizaba. Las condiciones de vida y de trabajo eran sencillamente atroces. El trabajo infantil en las minas, el trabajo de mujeres durante jornadas de hasta 12 horas diarias, la desocupación, el hambre, el analfabetismo y el bandolerismo arrasaban sin control. Augusto Orrego Luco afirma: “los cálculos mas modestos revelan que el 60% de los niños mueren antes de llegar a los siete años… en medio de la miseria la higiene es imposible y la falta de higiene es mortal para el recién nacido…” (3) En aquella época la única política estatal establecida en favor de los sectores populares fue el desarrollo de la educación que los liberales y conservadores consideraban una herramienta moralizadora de los obre-

ros, que les enseña el valor del ahorro, de la disciplina y el orden. La republica parlamentaria (1891 a 1925) El año1891 se inicia un nuevo periodo político para Chile caracterizado por la caída del absolutismo presidencial y por el establecimiento de un régimen parlamentario. Este período se extendió hasta 1925. Como decíamos, ya en 1874 se había eliminado el voto censitario y se estableció el voto masculino para todo aquel que supiera leer y escribir, junto con eso se había eliminado algunos mecanismos que permitían al ejecutivo manipular los resultados de las elecciones. Producto de lo anterior, la nueva republica parlamentaria tuvo que recurrir al falseamiento grotesco de los resultados de las elecciones y a la generalización del cohecho. La compra de votos se generalizó tanto que gran parte de la población llegó a considerar que tenían derecho a exigir dinero a cambio de su voto. Ante esta realidad Arturo Alesandri Palma planteaba en 1906 la idea de restringir el sufragio universal. Decía Alessandri: “Hemos dado el sufragio universal a un pueblo que no estaba preparado para ejercer este derecho, y esta altísima función de un pueblo soberano y libre, hemos tenido la vergüenza de verla convertida y degenerada en el mas vergonzoso mercado electoral. Necesitamos restringir el sufragio universal para contener el desborde del cohecho electoral desenfrenado que nos corroe y destruye”.(4) El parlamentarismo no modificó el carácter autoritario y con predominio oligárquico que predominó hasta 1925, en dicho período la democracia chilena se caracterizó por la absoluta falta de participación de los trabajadores, mineros, campesinos, inquilinos y de las mujeres en la vida política nacional. Los personeros de gobierno transitaban de la vida pública a la privada con total impunidad. Los presidentes y ministros de estado dejaban el cargo y retomaban sus negocios. Un ejemplo, Alessandri fue abogado de las salitreras, lo mismo Mac Iver y otros. El quehacer político oficial era resorte exclusivo de la oligarquía terrateniente, de los altos mandos militares y eclesiásticos, de banqueros y comerciantes. Producto de esta practica no existían diferencias programáticas entre los partidos políticos de la época, si surgían divergencias se falseaba el resultado de las elecciones o bien se recurría a la practica generalizada del cohecho. Cuando estos mecanismos resultaban insuficientes, la oligarquía recurrió a la represión “moderada” de los disidentes o bien a la masacre de los obreros que recurrirían a la huelga. Desde fines del siglo XIX se hace sentir la existencia del movimiento obrero constituido por mineros del norte grande que se desempeñan en la industria del salitre, por los trabajadores de la zona del carbón y por sectores fabriles y portuarios de Santiago y Valparaíso. Las huelgas fueron invariablemente reprimidas. Si los obreros mantenían el movimiento la respuesta fue la masacre. Así ocurrió en 1903 en Valparaíso, en 1906 en Antofagasta, en 1907 en Iquique, en 1921 en la salitrera San Gregorio de Antofagasta y en innumerables ocasiones más. La represión retardó el crecimiento de la organización obrera pero en definitiva no pudo impedirla. La oligarquía tampoco pudo impedir el surgimiento del Partido Obrero Socialista en el año 1912 , ni la extensión de la organización masiva de clase tal como se expresó en la Asamblea Obrera de Alimentación Nacional (AOAN) constituida en 1918, organización que logró formar un frente común de lucha compuesto por obreros, capas medias y estudiantes. Fue tanta la fuerza que alcanzó la AOAN que el gobierno tuvo que acceder a sus peticiones, todas destinadas a en-


frentar el problema de la carestía de la vida. La oligarquía comprendió el peligro. En la AOAN convivían peligrosamente las temidas mayorías. Era necesario separar aguas y rescatar a las “clases medias” que se confundían en un común espacio con el “roterío”, con los proletarios. El diario El Mercurio comenzó una campaña sistemática para una organización autónoma de la clase media. Alessandri Palma atiende el llamado de estas capas y comprende la necesidad de su integración a la vida política nacional, también comprende que la acción proletaria puede ser neutralizada mediante el establecimiento de legislación social. Alessandri Palma fue un líder antioligárquico que logró la adhesión masiva (y hasta fanática) de amplios sectores medios y populares pero no puede sostenerse que fue un defensor de la democracia, al contrario, es responsable directo de la masacre de la oficina salitrera de San Gregorio en 1921 y años mas tarde, de los asesinatos cometidos en el Alto Bio Bio conocida como la masacre de Ranquil. La democracia en expansión y sus limitaciones No pretendemos hacer un recorrido exacto de la historia del llamado “Chile republicano”, esa es una tarea de enorme envergadura que excede estas páginas. Solo buscamos responder a una interrogante, ¿en que momento histórico las instituciones que caracterizan a la democracia burguesa tales como el sufragio universal, la igualdad de poder político expresada en la máxima “un hombre, un voto”, el respeto a la voluntad de las mayorías, el derecho de petición a la autoridad, la separación de poderes, el derecho de organización y expresión políticas de todos los sectores sociales, han encontrado terreno fértil en nuestro país? Por lo menos entre 1833 y 1925 el terreno fue claramente hostil al desarrollo de toda democracia. El ciclo inaugurado por la Constitución de 1925 y que culmina en 1973 constituye un nuevo escenario que posibilitó efectivamente la acción política organizada de amplios sectores populares. A paso lento se amplió el derecho a voto, en 1949 se otorgó derecho a voto a las mujeres mayores de 21 años y que supieran leer y escribir, recién en 1970 se reconoció este derecho a los analfabetos. Se legalizaron los sindicatos y se toleró el desarrollo de poderosos partidos obreros –socialista y comunista- de corte reformista que fueron tolerados mientras practicaron una política de reivindicaciones dentro del sistema sin cuestionar las bases de la dominación capitalista y burguesa. Estos

partidos sumaban conquistas “para la clase obrera” a través de compromisos con antagónicos sectores sociales con los que compartían escaños en el parlamento o gabinetes en los ministerios. Durante décadas los trabajadores reconocieron a estos partidos como “sus” partidos sin que tuvieran real protagonismo en su vida interna y menos aún en su dirección. La existencia de la democracia en Chile durante el siglo XX conoció constantes interrupciones. La dictadura de Ibáñez, la ley de defensa de la democracia, la ilegalización del PC, estados de sitios. Las masacres no terminaron, Ranquil y José María Caro son prueba de ello. Pese al carácter represivo de la democracia burguesa se puede afirmar que durante el siglo XX y hasta 1973 la sociedad chilena conoció una cierta ampliación de la democracia que se expresó en el sufragio universal, en la estructuración de partidos obreros que elección tras elección aumentaban su representación parlamentaria, que disputaban el monopolio de la acción política a burgueses y oligarcas. Este ciclo terminó trágicamente el 11 de septiembre de 1973. Los mecanismos de la democracia burguesa se mostraron impotentes para detener la voluntad mayoritaria que manifestó su voluntad de poner fin al sistema de explotación capitalista; ante esto, el conjunto de la burguesía, acaudillada por su comando militar, impuso una salida sangrienta para restablecer el orden capitalista y burgués amenazado. El golpe de 1973 inauguró un nuevo escenario histórico. La dictadura militar dominó durante 17 años. Se retiró después de dotar a la burguesía y al imperialismo de una institucionalidad política adecuada para garantizar sus intereses. La constitución de 1980 es la obra magna de la dictadura militar burguesa y en su concepción influyó notablemente Jaime Guzmán Errázuriz, feroz critico del sufragio universal. Refiriéndose a éste señala Guzmán que : “las restricciones que inicialmente establecieron las democracias del siglo pasado para acceder a su ejercicio, revelan una cierta aceptación tacita a sus variados inconvenientes”.(5) El señor Guzmán considera una desgracia que en la sociedad de masas contemporánea no se pueda restringir el cuerpo electoral como lo hacía el voto censitario en Chile durante casi todo el siglo pasado. Todo su pensamiento revela la necesidad de diseñar mecanismos que permitan el ejercicio del poder político a la minoría social burguesa, que impidan la expresión política independiente del proletariado, pero esos mecanismos deben aparecer revestidos de la legitimidad propia de los regimenes democráticos. El pensamiento de Jaime Guzmán representa una exacta continuidad del pensamiento

oligárquico expuesto por Diego Portales y que prevaleció intacto en Chile, por lo menos hasta 1925. En la matriz de este pensamiento se encuentra la necesidad de imponer la voluntad de la minoría oligárquica o burguesa, el desprecio a las mayorías populares y la voluntad de aplastar tempranamente y por los métodos que sea necesarios cualquier amenaza al libre desenvolvimiento de su sistema. En el fondo sienten que este país les pertenece. Que nadie tiene derecho a transformarlo. Que los asalariados constituyen una desgracia inevitable y que desafortunadamente comparten el mismo suelo. Los gobiernos de la Concertación renunciaron a cambiar las reglas del mal llamado sistema democrático, gozan del sistema binominal que les garantiza representación parlamentaria y que consolidó la derrota ideológica y política mas profunda que ha podido sufrir el proletariado nacional desde que hizo su aparición como actor de importancia en la vida del país. En la misma medida en que el sistema impone la formación de alianzas que morigeren las posiciones extremas para evitar el conflicto político y social y garantizar representación parlamentaria, en esa misma medida, se ha desdibujado toda posibilidad para la expresión autentica de la izquierda, de la oposición anticapitalista al sistema. Nuestro periódico, Rearme Obrero, se propone contribuir a retomar el hilo histórico del pensamiento político proletario y de la práctica revolucionaria de masas. Las reflexiones acerca de la democracia burguesa y de sus crímenes continuarán ocupando un espacio en nuestra prensa. Sin reservas daremos a conocer en los próximos números nuestra concepción acerca de la democracia proletaria y de su negación absoluta personificada en la camarilla dirigente de los estados obreros burocratizados. Igualmente nos debemos una reflexión exacta acerca de las formas de “democracia burguesa” que hoy día preparan los poderosos de Chile.

notas

notas 1 a 4 tomadas de “los Mitos de la Democracia chilena”. Tomo I. Felipe Portales nota 5. Jaime Guzmán “El sufragio Universal y la nueva Institucionalidad”

Mujer: el capitalismo nos iguala en la represión El día de la mujer trabajadora, recientemente conmemorado, encuentra a las mujeres trabajadoras de Chile luchando en las calles de Aysén, en la huelga de Tottus y en tantas otras trincheras, invisibles para los medios de comunicación burgueses, defendiendo las demandas del conjunto de la clase obrera. Mientras los grandes titulares de los diarios enfatizan este 8 de marzo en las tareas pendientes que la sociedad tiene para con las mujeres en materia de igualdad, no se menciona que la burguesía ha logrado igualar a los sexos en la represión. Si Bachelet llegó a la dirección de ONU Mujer manteniendo en prisión política a Juana Calfunao y habiendo dejado caer sobre miles de niñas la más brutales golpizas durante la Revolución Pingüina, es porque el problema de la opresión de género tienen sus orígenes en la sociedad de clases y su superación pasa ante todo por la abolición de la misma. Este es el camino que señalan

las mujeres que luchan comprometidas con la sector de mujeres que ocupan una posición privivasta gama del pueblo. legiada dentro de la sociedad, de ese sector que crea e implementa planes para explotar de manePero las mujeres tenemos el doble de razones por ra más eficaz a las mujeres de la clase trabajadora las cuales luchar y en cada una de las luchas ge- y para animar con su moral decadente leyes que nerales debemos defender nuestros intereses pro- impiden el control de nuestros cuerpos. pios. La pobreza es un mal que azota con mayor fuerza a las mujeres jefas de hogar; la moral re- Mientras ciertos aspectos de la opresión contra accionaria de la clase dirigente se empoza sobre las mujeres es padecido por el conjunto de las nuestros cuerpos al malograrse una vez más la mujeres del país, sólo las mujeres comprometiley de aborto terapéutico; la violencia domésti- das con la transformación revolucionaria del ca como parte del paisaje; los abusos sexuales conjunto de la sociedad, que ha generado estos por parte de carabineros en contra de las niñas y males, son consecuentes luchadoras de la causa adultas detenidas en manifestaciones y huelgas, de la liberación del género femenino y de la huetc. manidad. Son éstos algunas de las expresiones de la larga lista que demuestra que la opresión de género es una cuestión real y que su conexión con la actual sociedad de clases es innegable. La ex presidenta Bachelet, la senadora Matthei, la ministra del Sernam Carolina Schmidt, son parte de ese

Saludamos desde Rearme la batalla que libran las mujeres y hombres pobres de Chile enfrentando la represión con dignidad y coraje en la defensa de sus condiciones de vida y en contra del modelo impuesto por la dictadura.


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