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52 LA VISITA AL CEMENTERIO DE SAN JUAN SACATEPÉQUEZ Edvin Quisquinay Alcor
13 NÍA CHABELA Miguel Álvarez 14 SEPTIEMBRE 16 FERIA DE QUETZALTENANGO Aníbal Chajón 21 VIRGEN DE DOLORES Aníbal Chajón 24 OCTUBRE
Holger Tobuschat
26 MES DEL ROSARIO Miguel Álvarez 30 LA REVOLUCIÓN DEL 20 DE OCTUBRE Carlos Sabino 34 NOVIEMBRE 36 LA MUERTE Y LA SANTIDAD: dos expresiones de la cultura guatemalteca Johann Melchor Toledo 40 FESTIVAL DE BARRILETES GIGANTES DE SANTIAGO SACATEPÉQUEZ Rolando Estrada 48 TODOS LOS SANTOS CUCHUMATÁN Y LA CARRERA DE CABALLOS Aníbal Chajón
56 DICIEMBRE 62 68
FIESTA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN EN LA CIUDAD DE GUATEMALA
Miguel Álvarez
CONVITE, LOAS Y DANZAS DE CIUDAD VIEJA Edvin Quisquinay Alcor
71 LA FIESTA DE SANTO TOMÁS CHICHICASTENANGO Johann Melchor Toledo y
Edvin Quisquinay Alcor
77 FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE Miguel Álvarez 82 85
LA VIRGEN DE LA OH Aníbal Chajón
LA NAVIDAD EN GUATEMALA Johann Melchor Toledo
92 LA CORRIDA DEL NIÑO
Aníbal Chajón
97 ACTIVIDADES DE FUNDACIÓN G&T CONTINENTAL 100 TRADUCCIÓN
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EDITORIAL GALERÍA GUATEMALA Consejo Editorial Estuardo Cuestas Morales Mario Estuardo Montes Granai Carlos Díaz-Durán O. Carlos Enrique Zea Flores Egemberto Alvergue O. María Olga Granai de Zoller Dirección Ejecutiva Mariflor Solís Subdirección Ejecutiva Roberto Broll Edición Beatriz Quevedo Asistente Mónica Chávez de Palma Diseño Ximena Chapero Gestión Andrea Barrios de Correa Iracema Guzmán Distribución Tienda El Chayal, Artemis Edinter, Village Books, Sophos, Culinaria, de Museo, Casa de Artes, Metáfora, Joyería Del Ángel. Óscar García Elvin Martínez Traducción Alcira García-Vassaux Ana Herrerías Beatriz Quevedo Impresión Print Studio
En portada: Torito Rezado de Concepción, Templo de San Francisco Rita Villanueva © Editorial Galería Guatemala Año 16, Número 48 Guatemala 2014 Fundación G&T Continental 5a. avenida 12-38 zona 1. Centro Histórico Ciudad de Guatemala 01001 Teléfonos: 2230-5072, 2230-5076 y 2230-5078 adireccion@fundaciongytcontinental.org www.fundaciongytcontinental.org Fundación G&T Continental y su Editorial Galería Guatemala no asumen responsabilidad alguna por el contenido de los artículos aquí publicados. La información contenida en cada uno de los artículos es responsabilidad expresa del autor. Los fondos que se recauden con las donaciones recibidas por esta publicación están destinados al apoyo brindado por Fundación G&T Continental a la conservación del patrimonio cultural de Guatemala y a las actividades que con esta finalidad promueve y copatrocina.
Holger Tobuschat
EDITORIAL
Guatemala es una tierra rica en tradiciones. Estas tradiciones invariablemente se viven durante las festividades que se celebran en el país. Unas son de carácter local, otras se realizan a nivel regional y algunas se llevan a cabo en todo el territorio nacional, siempre con matices que les dan esa riqueza que se traduce en la nuestra abundante expresión cultural. En esta edición de Galería Guatemala, hemos querido documentar las fiestas sobresalientes de los meses de septiembre a diciembre. Esperamos dejar a nuestros lectores con la inquietud de explorar las próximas ediciones que cubrirán las festividades que se llevan a cabo en los demás meses del año. Agradecemos a los escritores que participan en esta edición, sobre todo al Cronista de la Ciudad, Lic. Miguel Álvarez, quien amablemente nos ha cedido un personaje de su creación para que guíe al lector, como un hilo conductor de la revista, a recorrer las diferentes festividades: la Nía Chabela. Esa inquieta mengala, que siempre está presente en nuestro imaginario como la nana, preparaba platillos de acuerdo a las fiestas del año y vivía de corazón las tradiciones guatemaltecas. De la misma forma, agradecemos las diferentes colaboraciones fotográficas que sin duda enriquecen la presente edición ya que presentamos diferentes ópticas y formas de apreciar nuestras expresiones culturales. Así pues, demos ese recorrido por las festividades tradicionales de la mano de la Nía Chabela, desde las fiestas patrias hasta la quema del diablo, desde los rezados previos a la Navidad, hasta el vuelo de los barriletes. Conozcamos más de las expresiones que nos caracterizan y nos identifican como los guatemaltecos que somos todos.
Estuardo Cuestas Morales Presidente
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La Nía Chabela Miguel Álvarez
Isabel pudo ser como cualquiera de esas mujeres maduradas bajo el sol de la Nueva Guatemala de la Asunción. Chabela era decimonónica, formada con el catecismo y las normas de la casa que la había recogido desde niña, por eso ni ella sabía su edad exacta; no quiere decir que quisiera quitarse los años, pues eso era lo que menos le importaba. Se vio dentro de una casa de gentes de comunión diaria, de aquellos que les asustaba cualquier novedad. A pesar de cierta gracia, propia de las mujeres mestizas, no tuvo novio, aunque el sacristán de la iglesia hacía que se le fuera el pájaro, como le repetían algunas veces. La Nía Chabe salía a la calle con su enorme manto negro con el que cubría sus recuerdos. Caminaba por las calles empedradas de aquella ciudad de cúpulas y torres, templos y conventos, de tejas, balcones, patios con fuentes y flores. De esa Nueva Guatemala de la Asunción que la vio nacer allá por los tiempos de Tata Lapo, y no es cuento, eran aquellos andares de los conservadores, como Rafael Carrera, más o menos en el año del Señor de 1855, eso calculaban los señores que la recogieron en el barrio de San Sebastián. Llegó niña y en esa casona fue preparada en la doctrina, hizo su Primera Comunión en la parroquia de su barrio, vio tantas cosas, llegó a la plenitud y a la vejez. En cada momento de su vida, siempre puso a Dios primero con principios inculcados de fe y moral cristiana. Los años pasaron y nunca salió más allá del Guarda Viejo, su ilusión fue conocer la Antigua Guatemala. Cada diligencia que pasaba la inducía a subirse e ir a las ruinas.
Rita Villanueva
Disfrutaba mucho de la ciudad y de sus iglesias, a las que acudía especialmente cuando había fiestas; no se perdía procesión o rezado, los corpus y sus pepianes, los paseos como el Amate o el de Los Naranjalitos. El agua de las fuentes se colaba por sus manos, más cuando se sentaba en la Pila del Perú. Cuando tenía sed, iba a la pileta de La Merced porque la Pila de la Recolección le daba miedo, pues le habían contado que era una de las predilectas de la Siguanaba. A decir la verdad, la Nía Chabela gozaba como nadie del año ritual novoguatemalense, entre nacimientos y procesiones, novenas y ceremonias, colores, olores y sabores. Llegó al siglo XX, tan esperado, pero murió algunos años después de los terremotos de 1917 y 1918, cuando sufrió tanto, no por el susto y las tembloreras, sino por ver en el suelo la elegancia de cúpulas y torres. La Pata de Chucho se fue confesada, como quería, pidiéndole a San José que la acompañara en aquel paso tremendo, del que no hay escape. Aquellas andanzas de la Nía Chabe dejaron huella en los empedrados desgastados por pasos de penitencia, cubiertos ahora por el asfalto, pero ahí están… junto a las huellas de cascos y ruedas de carretones. Su manto se perdió en la noche que cubre la Ciudad.
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SEPTIEMBRE
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La Nía Chabe un 15 de septiembre La Plaza Mayor lucía banderas azul y blanco por doquier. El portal del Palacio Nacional estaba cubierto con cordones de encino, gusano de pino y telones con alegorías pintadas. El Portal del Señor también lucía adornos, festones y luces. La Nía Chabe corrió al estruendo de los cohetes y las salvas de artillería que anunciaban un aniversario más de la independencia, mientras que las volteadoras de la Catedral, seguidas por la Chepona, lanzaban su sonido convertido en voces por la libertad. La Chabela se paró frente a la torre del ayuntamiento, a duras penas leía la cartelera en piedra que decía: “Plaza Independiente. 15 de septiembre de 1821. Primero de su libertad”. Había sido colocada a pocos días de aquellos acontecimientos. Gentes y marimbas cambiaban el cotidiano aspecto de la Plaza. La Nía Chabe había salido de la casona que era como si fuera de ella misma, no sin antes haber colocado cortinajes con colores patrios, azul profundo como el mar y blanco. En un principio, Mateo no había colocado las telas como ella quería, por lo que ayudada por el mozo, se encaramó a componerlos mientras exclamaba: “¡Qué Dios me agarre confesada!” El 15 de septiembre, ella cumplía con la patria y más que se trataba del 75 aniversario de independencia. Asistió a las ceremonias frente al Palacio Nacional; asustada miraba los cañones y los uniformes de elegancia militar.
Fiestas de Guatemala
Julio Zadik. Colección Estate Julio Zadik
Finalmente dio inicio el desfile militar saliendo de la Plaza Mayor, el cual tomó, como era costumbre, la antigua Calle Real, que por un tiempo se llamó Calle del 30 de Junio y llegó a conocerse como la Sexta Avenida Sur. Esta actividad castrense llegaba hasta El Calvario. ¡Ah, la Nia Chabe!, novelera como era en su matiz de patriota, pero también como buena cachureca, no podía dejar sus amadas costumbres, y después del paso del último batallón corrió para San Sebastián a visitar a la Virgen de Dolores del Manchén, que se encontraba de fiesta. Hizo lo mismo con la Dolorosa del Cerro. Ya cansada, fue a la Calle de las Tuches a visitar a doña Lola que estaba de cumpleaños y además calculó que habría un buen pulique, y vaya si no. Después de tanto cotorreo y de haberse enterado de algunas novedades, entre las que se hablaba que al día siguiente el Presidente don Chemita, a quien decía de mote Tachuela, inauguraría un nuevo edificio allá atrás del antiguo seminario, el Registro de la Propiedad. Volvió a la casa, como de costumbre, con barriga llena y corazón contento. Había cumplido con dos amores: la Patria y la Madre.
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Feria de
QUETZALTENANGO
Rita Villanueva
An铆bal Chaj贸n
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uetzaltenango debe su nombre a la palabra náhuatl que significa muralla de quetzales. Este nombre le fue asignado por los conquistadores españoles, ya que sus tropas de asalto procedían del centro de México y utilizaron esa palabra para designar a la población. Sin embargo, su nombre k’iche’ era Xelajub Qiej, que significa diez venado y que alude al día en que fue conquistada por el expansivo reino k’iche’ en el siglo XV, o bien alude al significado bajo los diez cerros, por su topografía. Antes de esta conquista, había sido una población mam, cuyo nombre era Culajá. La principal actividad del lugar, y por el que los mexicas le dieron el nombre de muralla de quetzales, era la recolección de tributos en plumas de quetzal. La cantidad de plumas reunidas debió ser sorprendente para los comerciantes y mensajeros mexicas. Como en todas las épocas de la historia maya, las actividades comerciales eran las más relevantes de cualquier centro urbano y Xelajub era considerada la segunda ciudad más importante del reino k’iche’, por lo que sus días de mercado debieron ser imponentes. La conquista española fue sumamente cruel en el área. En febrero de 1524 ocurrieron, a inmediaciones de la población, las batallas más sangrientas y nocivas para las tropas k’iche’. Se calcula un total de 30 mil guerreros k’iche’ muertos en las batallas, incluido el Ajaw K’alel, quien después sería llamado Tecún Umán por la historiografía guatemalteca. La conquista duró seis años y en ese tiempo hubo muertes por epidemias y traslados forzosos de población. Cuando esta etapa terminó, las autoridades españolas se interesaron en la catequización de
los indígenas. Fue así como se asignó el pueblo a los frailes franciscanos para la evangelización. Los misioneros españoles dedicaron el templo al Espíritu Santo, porque el trazado del edificio se hizo el día de Pentecostés de 1532. Por lo tanto, la festividad religiosa más importante del pueblo debió realizarse el día de Pentecostés, que es una fecha movible del calendario y depende de la Pascua. Se celebra 50 días después de la primera luna nueva de la primavera boreal. Por las referencias del período hispánico, se sabe que Quetzaltenango continuó siendo un pueblo importante, sobre todo porque estaba en la ruta de comercio entre la ciudad de Guatemala y las regiones de Soconusco, Huehuetenango y Chiapas. Los frailes establecieron un amplio atrio de una manzana frente al templo conventual. Tenía un muro perimetral que permitía la celebración de actividades religiosas, como procesiones y misas al aire libre. A un costado del atrio, se encontraba la plaza que era el sitio tradicional para las actividades comerciales. En las fiestas religiosas se concentraba, además, un importante mercado de productos locales y otros traídos desde México y El Salvador. Por ello, artículos sumamente exóticos como la seda se encontraban en Quetzaltenango. Esta tela llegaba desde Acapulco, en México, procedente de China por Filipinas. También se encontraba el añil, producido en Suchitepéquez y El Salvador, para colorear telas.
XELAJUB ERA CONSIDERADA LA SEGUNDA CIUDAD MÁS IMPORTANTE DEL REINO K’ICHE’. Fiestas de Guatemala
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Gustavo Castillo
formación de un nuevo gobierno provocó la rivalidad entre la élite hispana en Quetzaltenango y la capitalina. La mayoría de los quezaltecos se adscribieron al Partido Liberal que deseaba proteger la industria textil regional, mientras que los capitalinos, cuya mayoría era del Partido Conservador, buscaban adquisición de telas inglesas a bajo costo, lo que perjudicaba al comercio quezalteco. Así estaba la situación política cuando en 1827, el gobierno decretó que el día de fiesta se convirtiera en feria con la intención de favorecer el comercio. Dos años después fueron expulsados los religiosos del país, lo que permitió que las actividades de la feria se realizaran con bastante libertad respecto a las actividades religiosas. Cuando los quezaltecos lograron la separación de Guatemala en 1838, se esperaba que la feria adquiriera mayores proporciones. La reincorporación violenta a Guatemala, en 1840 y 1849, no estancó el desarrollo económico y, con el auge cafetalero posterior a 1860, la feria aumentó de importancia. El arribo de los liberales al poder en 1871, con uno de los altenses a la
Fiestas patrias, La Antigua Guatemala.
Durante la dominación española, la región era productora de tejidos en telares domésticos, a su vez coloreados con añil, lo que les daba un color azul característico.
Poco tiempo después ocurrió la separación política de España, con lo que la fecha adquirió un nuevo simbolismo, pues el Acta de Independencia se firmó el 15 de Septiembre de 1821. La
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Holger Tobuschat
En el siglo XVIII se produjo un fenómeno social que cambió al poblado. Tras la orden de trasladar la capital del valle de Panchoy al valle de La Ermita, muchos españoles y mestizos no quisieron mudarse a un lugar sin servicios públicos, por lo que emigraron a Quetzaltenango. Muchos de ellos habían intentado refugiarse temporalmente en lugares como Villa Nueva, porque estaba prohibido que continuasen en Panchoy, pero fueron obligados por las autoridades a radicar en La Ermita. Por eso, Quetzaltenango ofrecía un mejor panorama, completamente provisionada de recursos y con todos los servicios de la época. Al instalarse, los españoles se enfrentaron con las autoridades indígenas, quienes no querían acatar las normas. Surgió una tensión social que se calmó un poco con la creación de la municipalidad ladina, en 1806. El enfrentamiento tuvo repercusiones religiosas pues en 1809 se ordenó que la fiesta del pueblo se celebrara el tercer domingo de septiembre en honor a los Siete Dolores de la Virgen. En 1814, el Vaticano estableció la fiesta de los Dolores de la Virgen con la fecha fija del 15 de septiembre, con lo que la celebración quedó establecida en Quetzaltenango.
Ceremonia del Grito de Independencia, 2013 Plaza Mayor de la Constitución
En 1916 fueron creados los Juegos Florales, una competencia literaria nacida en el marco del Modernismo, que se celebró por primera vez en octubre de 1918. En 1921, con motivo de la celebración del centenario de la emancipación política, los Juegos Florales fueron integrados a la Feria Centroamericana de Independencia. Ese año fue cuando la feria adquirió sus características integradoras con el resto de países del istmo. A partir de 1946, se inició la elección de la Reina de los Juegos Florales. La feria ha marcado incluso la urbanización de la cabecera: primero la Plaza Central, luego el Campo de Minerva, el Teatro Municipal, el Palacio Municipal y, actualmente, el Centro de Ferias y Mercadeos. Pero, más aún, ha marcado el corazón y el pensamiento de todos los quezaltecos.
A PARTIR DE 1946, SE INICIÓ LA ELECCIÓN DE LA REINA DE LOS JUEGOS FLORALES.
José del Busto
cabeza, Justo Rufino Barrios, originario de San Marcos, permitió a la élite quezalteca influir decisivamente en la política del país pues pasaron a ser asesores o funcionarios del nuevo régimen. Lo mismo ocurrió con sus inmediatos sucesores durante más de 30 años, todos altenses: Manuel Lisandro Barillas, quezalteco; José María Reyna Barrios, marquense; y, Manuel Estrada Cabrera, quezalteco. Por ello, la feria de Quetzaltenango incrementó su importancia simbólica, sobre todo porque la fecha fue relacionada con la Independencia y no con el culto católico, pues muchas medidas liberales fueron anticlericales, así como económicas. En 1887, Barillas la convirtió en Feria Centroamericana para favorecer la promoción económica, aunque su ubicación respecto a países como Costa Rica y Nicaragua no eran las más propicias. Esto procuraba mejorar el comercio a través del puerto de Champerico y las poblaciones intermedias, como Retalhuleu y Mazatenango.
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Virgen Dolorosa de Calvario 46 cm An贸nimo, s. XVIII Palacio Arzobispal, Guatemala Fotograf铆a: Daniel Hern谩ndez Fototeca Fundaci贸n G&T Continental
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VIRGEN DE DOLORES Aníbal Chajón
E
En la misma época, en diversas regiones europeas, se consideraron otras etapas de la vida de María. En el siglo XIII, en Florencia, siete hombres decidieron dedicarse a la vida religiosa y fundaron la Orden de Siervos de Santa María Virgen, conocidos como servitas. Por su especial dedicación a la vida de María, los servitas establecieron los Siete Dolores de la Virgen: 1) La profecía de Simeón, basado en el evangelio de Lucas, capítulo 2, versículos 25 a 35, en la que el profeta anunció a María: “una espada te atravesará el alma”. 2) La huida a Egipto, según el relato que aparece en Mateo 2, 13-15. 3) Jesús perdido y encontrado en el templo de Jerusalén, basado en Lucas 2, 41-52. 4) El encuentro de María con Jesús cuando se dirigía hacia el Calvario, que no aparece claramente en los evangelios canónicos pero se especula a partir de la lectura de Juan 19, 25-28. Lo mismo ocurre con los siguientes tres dolores: 5) La crucifixión de Jesús 6) El descendimiento de la cruz 7) La sepultura de Jesús Con dicha definición, se estableció el número simbólico siete, perfección. Lo que indicaría la totalidad del sufrimiento y creaba empatía con las personas que atravesaban por una situación difícil en su vida. La fiesta tradicional de la Virgen de Dolores se celebraba el último viernes de Cuaresma, ya que la mayoría de los dolores estaban relacionados a la pasión de Cristo, de donde derivó el nombre de Viernes de Dolores. Sin embargo, en 1668, el Vaticano autorizó a los servitas la celebración de los
Fototeca Fundación G&T Continental
l culto mariano es muy antiguo en la Iglesia católica. Está documentado en las catacumbas de Priscila, en Roma, hacia el año 150. Durante la Edad Media, el culto mariano se mantuvo presente y aumentó en cantidad de advocaciones, es decir alusiones a las etapas de su vida o sus apariciones. Varios religiosos se dedicaron a la contemplación de la Virgen María y se concentraron en los hechos de su vida. Así, en la Baja Edad Media, se establecieron los Cinco Dolores de la Virgen que sufrió durante la pasión y muerte de Jesús. Se basaron en cinco momentos que pudo ver María durante el sufrimiento de su Hijo: cuando Jesús se despidió de María al iniciar su pasión; Jesús presentado por Pilatos, coronado de espinas, ante la muchedumbre y cuando ésta pidió su crucifixión; al momento de ser clavado en la cruz; cuando Jesús recibió hiel al exclamar que tenía sed, al tiempo en que Jesús iniciaba la recitación del Salmo 21: “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?”; la muerte de Jesús y el momento en que María lo recibió en sus brazos.
LA FIESTA TRADICIONAL DE LA VIRGEN DE DOLORES SE CELEBRABA EL ÚLTIMO VIERNES DE CUARESMA.
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Fototeca Fundación G&T Continental
EN 1814 FUE CONVERTIDA EN FIESTA PARA TODA LA IGLESIA CON FECHA 15 DE SEPTIEMBRE.
Virgen Dolorosa 142 cm Martín y Leandro Abarca, 1802 Iglesia de Nuestra Señora de la Paz, Guatemala
Dolores de la Virgen el tercer domingo de septiembre. En 1814 fue convertida en fiesta para toda la Iglesia con fecha 15 de septiembre. Desde entonces esa fecha tiene doble celebración. En Guatemala, la devoción a la Virgen de Dolores se implantó desde el siglo XVI, poco después de la Conquista. La primera cofradía, establecida en el territorio en 1527, estuvo dedicada a la Inmaculada Concepción. En ese mismo año fue el establecimiento formal de la ciudad de Guatemala al pie del volcán de Agua. Ahora bien, la Cofradía de la Santa Vera Cruz, de 1533; la Cofradía de Cristo Morto, fechada tradicionalmente en 1547; y la del Santo Rosario, establecida en 1559 se encontraban relacionadas a la etapa dolorosa. Aunque ninguna de las tres estaba dedicada a los Dolores de la Virgen, sí estaban relacionadas con la etapa de sufrimiento. Propiamente de Dolores fue la cofradía establecida en el templo dominico en 1598. En el siglo XVII surgieron numerosas cofradías dedicadas específicamente a los Dolores, tanto entre la población española como la indígena. La tradición oral afirma que una de las principales impulsoras del culto a los Dolores de la Virgen, la Virgen de Dolores o la Dolorosa fue la reina Juana I
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de Castilla, quien quedó viuda en 1506. Juana habría ordenado a su camarera que vistiera de luto a la imagen de María y, desde entonces, la persona encargada de ataviar a la imagen se conoce como tal. Lo cierto es que, efectivamente, las imágenes de María utilizan el traje de las viudas del siglo XV y principios del XVI, con túnica, manto y, como quedó establecido por la tradición desde el siglo XV, con una daga en el corazón. En ciertas imágenes aparece con cinco o hasta con siete dagas, en referencia a los dolores ya descritos. En cada población con cofradía de Dolores se realizaba la celebración religiosa y, con el paso del tiempo, se fueron adquiriendo esculturas para la devoción. Las más hermosas se hicieron con traje tallado y estofe, a partir del siglo XVII. Otras, se hicieron para vestir, solamente con el rostro y las manos talladas y encarnadas, como la mayoría que es sacada en procesión. De esa cuenta, prácticamente en todas las poblaciones guatemaltecas existe al menos, una imagen de la Virgen de Dolores. La festividad incluía una serie de actividades fuera de la esfera religiosa. Para comenzar, los sacerdotes recibían un pago extra por la misa, otro por el sermón y uno más si acompañaban la procesión. La cofradía pagaba en productos como leña, gallinas, pollos y huevos para los frailes. Por su parte, los cofrades debían costear las candelas de cera que se utilizaban para iluminar la iglesia. Por lo general, éste era el gasto más elevado porque no se aceptaba el uso de candelas de sebo. Debían costear los músicos y la comida que se preparaba para todo el poblado. Para cubrir todos estos gastos, las cofradías adquirían tierras, las cultivaban y criaban ganado, comerciaban y hacían productivas las propiedades. También se recurría a las limosnas. Era de esta forma que se lograba contratar a un escultor y a un encarnador a fin de adquirir la escultura de la Virgen de Dolores. La celebración religiosa incluía la misa. Si había recursos, se realizaba una procesión por el pueblo. Este cortejo incluía a los personajes importantes del poblado y la imagen procesional,
que era llevada en una pequeña anda para cuatro cargadores. En la capital, las cofradías se establecieron en los distintos templos y las más acaudaladas eran las de españoles. En las poblaciones hispanas existían imágenes para las diversas funciones religiosas. Se sabe que en la Nueva España se realizaban actos de crucifixión y descendimiento con imágenes y que se colocaba la talla del Cristo muerto sobre la de la Virgen de Dolores, en una representación de la Piedad. Aunque no se han encontrado referencias para Guatemala, es probable que se hubiesen realizado en las poblaciones con más residentes, como la capital y Quetzaltenango. Cuando los gobiernos liberales expulsaron a los frailes en 1829, las actividades quedaron en manos de los fieles. Esto creó una independencia respecto al clero que permitió a las comunidades transformar las fiestas. Las políticas anticlericales posteriores a 1871 aumentaron la autonomía, pues quedaron muy pocos sacerdotes en el país. Así, se realizaron otros cambios. Entre las innovaciones estuvo la de colocar las imágenes totalmente accesibles a los devotos, en el centro de las iglesias, así como la decoración con flores, hojas de pacaya y pino en el interior del templo. En algunas partes, se utilizaron trajes regionales indígenas para vestir a las imágenes.
San Carlos desde finales del siglo XIX, la celebración del Viernes de Dolores ha disminuido, por lo que otras organizaciones religiosas, muchas de ellas hermandades, celebran la festividad en otra fecha. Por ejemplo, en el templo de La Recolección, se hace el primer viernes de septiembre, con lo que se conserva la tradición septembrina, y la procesión recorre parte del barrio. Muchas personas no católicas no comprenden el significado de esta celebración, pero es sencillo. La mayoría de personas ha sufrido por una injusticia a un ser querido, su padecimiento o su muerte. Por ello, el sufrimiento de María era de inmediato, parte de la propia vida. Saber que la Madre de Jesús había pasado por el mismo pesar causaba empatía y catarsis. Existía la esperanza de una solución, puesto que el dogma católico afirma la resurrección de Jesús. Por ello, la devoción se hizo tan familiar y extendida. Por otra parte, las oraciones relacionadas con la fiesta promueven la esperanza y la dicha futura. Es por ello que, en realidad, en cada celebración dolorosa existe una gran dosis de esperanza y consuelo. Es, verdaderamente, una celebración de optimismo por un futuro mejor, de justicia, paz y amor. Dolorosa, Iglesia de la Recolección
Por otra parte, en la capital, después de la inauguración del Teatro Carrera en 1859, se empezó a utilizar cortinajes para decorar las iglesias, a modo de las tramoyas. Así surgieron los altares de velación con cortinajes, velas y flores, naturales o artificiales. Las flores artificiales eran las preferidas porque podían permanecer cerca del calor de las velas sin marchitarse. Como la iluminación artificial era solo con velas, la cantidad utilizada era alta y, aún en el siglo XIX, era el gasto más elevado.
La velación de la Virgen de Dolores se realizaba en la víspera del 15, es decir a partir de las 18:00 horas de la tarde del día 14. Para ello, se requería iluminación artificial. La o las misas eran celebradas el propio día de la festividad, el día 15, y luego se realizaba la procesión. Los organizadores establecían si la procesión era dentro del templo, en el atrio o en el barrio. En templos como Santo Domingo y Belén, en la capital, aún se realizan dentro del edificio. Con el desarrollo de las actividades de Semana Santa, en especial un desfile bufo que se realiza por la Universidad de
Fernando Camposanto
A mediados del mismo siglo, se incorporaron bandas marciales en las procesiones, lo que daba mayor solemnidad y hacía imposible que el cortejo pasara desapercibido en el pueblo. Con esto, numerosos compositores dedicaron a las imágenes marchas que han enriquecido el patrimonio de cada población del país.
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OCTUBRE
Mynor Silvestre
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La Nía Chabe y el Mes del Rosario La fría noche del 30 de septiembre la Nía Chabela se acostaba, pero la emoción no la dejaba dormir, su ilusión de levantarse temprano era para dirigirse a Santo Domingo. Al primer día del mes del Rosario, estaba curiosa como un gato, corría por las desoladas calles pensado de qué color habrían vestido a la Virgen. Llevaba una candela y un pequeño libro con los 31 días de octubre, y por supuesto su Rosario que tenía ya varios años de acompañarla, se lo habían traído de Lourdes. Emocionada por los repiques y la pólvora, entraba al templo, lloraba y daba gracias a la Señora por haberle permitido una vez más la dicha de iniciar otro octubre, participaba en el Rosario y en la misa, por ratos se quedaba extasiada admirando al niño dormido en los brazos de la Señora del Santo Rosario, en su mente lo mecía con tiernos alabados. En el atrio tomaba café y un rico tamal, platicando con doña Meches, otra devota y guardia del Rosario. Todo el mes, la Chabe madrugaba al templo dominico, en las tardes también hacía su visita y aprovechaba para comprar melcochas y tomar atol de elote. El último domingo del mes, no se perdía por nada de este mundo la quema del diablo, que era por la tarde y consistía en una figura del malvado, que desde lo alto del campanario era lanzado en llamas, atada de un lazo, hasta caer al atrio. Mientras caía, tronaban los cohetes. Un canchinflín rozó su mantilla y que por poco se le quema. De todas maneras fue grande el susto, y más cuando lo comentaba. La noche del 31, era la noche triste de la Nía Chabe, aunque el ambiente del templo era festivo, con las velas encendidas, el incienso y los cánticos. Ella exclamaba: “¡Virgencita del Rosario! Quiero otro octubre para alabarte”, mientras que las lágrimas brotaban de sus ojos y corrían por sus mejías, también las gotas de la candela caían en sus manos. Un recuerdo más, cortinas, flores, Aves Marías de estreno… todo esto se impregnaba en su mantón, que al desempolvarlo contaba muchas cosas de la ciudad y sus costumbres.
Procesión de la Virgen del Rosario Cobán, Alta Verapaz
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MES DEL ROSARIO Miguel Álvarez
L
os orígenes del Rosario se remontan a la Edad Media. La tradición eclesiástica indica que fue Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores, a quien la Virgen María reveló en una aparición, el misterio del Santo Rosario, lo que sucedió cuando el santo se encontraba en plena meditación. Esto se tomó como un arma poderosa para ganar almas, tradición que es respaldada por varios documentos.
Rita Villanueva
A raíz de la Batalla de Lepanto, la fiesta del Rosario tomó auge, debido al triunfo de la coalición cristiana, llamada Liga Santa, formada por el Reino, los Estados Pontificios, la República de Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya contra la armada del Imperio Otomano que tuvo lugar el 7 de octubre de 1571 en el golfo de Lepanto, frente a la ciudad del mismo nombre, situado entre el Peloponeso y Epiro, en la actual Grecia.
Virgen del Rosario en un detalle del Altar Mayor del Templo de Santo Domingo, Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario
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EL 1 DE NOVIEMBRE DE 1559 SE FUNDÓ LA COFRADÍA DEL ROSARIO EN GUATEMALA. Dadas estas circunstancias, el Papa Pío V instituyó la fiesta del Nuestra Señora de las Victorias, convirtiéndose pronto en la Fiesta del Rosario en acción de gracias por la protección concedida, e incluyó en la letanía lauretana a la Virgen como auxilio de los cristianos. Conforme al proyecto de evangelización de América, los dominicos se hicieron presentes en el Nuevo Mundo. Llegaron a la Nueva España de donde salió una comitiva a la Ciudad de Santiago de Guatemala en 1525, estableciéndose luego en 1542 y dando lugar a la Provincia de San Vicente de Chiapa y Guatemala. Esta orden jugó un papel muy importante en la defensa de los indígenas, así como en la pacificación de la Verapaz. El 1 de noviembre de 1559 se fundó la Cofradía del Rosario en Guatemala, siendo el obispo Francisco Marroquín el primer cofrade. En 1580 se fundió en plata la imagen de la Virgen del Rosario, obra de los plateros Almaina, Medina y Bosarraez. Fue trasladada a la Nueva Guatemala de la Asunción en 1777, luego de haber sido restaurada por el platero José Cornelio de Lara, después de la catástrofe de 1773. Fue coronada pontificiamente el 28 de enero de 1934. En 1992 fue declarada Alcaldesa Perpetua de la Ciudad de Guatemala. El tempo de Santo Domingo, bendecido en noviembre de 1808, fue elevado en 1969 a Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario, mediante Bula de Paulo VI.
El mes de octubre ha servido de marco para que distintos artistas y artesanos manifiesten su amor a la virgen mediante sus obras. Dentro de ellos se encuentran músicos que suelen estrenar Aves Marías en este mes, durante el rezo del Rosario de las seis de la tarde, así como altareros que elaboran altares, andas y cortinajes para revestir el templo, tocados por el fervor de esta devoción.
Taylor Alexander González
Todos estos datos nos sirven para comprender el arraigo de la fiesta del Rosario en la Ciudad de Guatemala, donde desde 1888 se celebra el mes de octubre dedicado precisamente al Rosario. Fue fray Julián Raymundo y Riveiro quien lo estableció, ya que anteriormente era un novenario que concluía con la fiesta de la Virgen del Rosario el 7 de octubre.
Cortinaje y adorno de octubre en el crucero de la nave del templo de Santo Domingo, Guatemala.
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SE LLEVA A CABO UNA FERIA POPULAR EN LOS ALREDEDORES DE LA BASÍLICA.
Dos procesiones, que suceden el primer y último domingo de octubre, ésta última conocida como de la Aurora, han permanecido en las celebraciones del Mes del Rosario. Además se lleva a cabo una feria popular en los alrededores de la Basílica que ofrece convivencia social, donde se practica la interculturalidad y se disfruta de la gastronomía de la época como dulces típicos de distintas regiones y xecas de Quetzaltenango, e incluso se puede comprar artesanías diversas. El cierre de estas actividades da inicio al fin de año, dado que el primero de noviembre, Día de Todos Los Santos, es el preámbulo.
Rita Villanueva
También en la ciudad de Quetzaltenango se venera a la Virgen del Rosario, reconociéndose como Patrona de la Ciudad. Para iniciar los festejos en su honor, la imagen de la Virgen se retira de su capilla en la Catedral del Espíritu Santo, para ser trasladada al altar mayor de ese templo después de sacarla en procesión alrededor del Parque Centroamérica. La fiesta recoge el fervor de niños, jóvenes y adultos que lanzan pétalos de rosas, confeti y globos para demostrar su devoción a La Mamita, como cariñosamente le llaman varios fieles. La Virgen del Rosario ha formado parte de la historia Quetzaltenango y la misma fue consagrada el 20 de enero 1781 por el arzobispo Doctor Cayetano Francos y Monroy. marzo de 1983, el Papa Juan Pablo II realizó la coronación esta imagen durante su primera visita al país.
de de En de
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La Revolución del
20 DE OCTUBRE Carlos Sabino
TIEMPOS DE CAMBIO
Corría el año 1944 y la guerra, la monstruosa Segunda Guerra Mundial, entraba ya en una fase de definiciones: la Alemania hitlerista y el Japón imperial retrocedían en todos los frentes y, aunque no se percibía aún el fin de la contienda, cabían pocas dudas acerca de que los Aliados se alzarían con la victoria. Un aire de cambios en la escena política se extendía ya por todo el mundo pues la Carta del Atlántico y las cuatro libertades -proclamadas por quienes serían los vencedoresauguraban paz, libertad y democracia para todos los pueblos. Atrás quedaban los tiempos del totalitarismo aunque la Unión Soviética, alineada en el bando de los triunfadores, era también un estado totalitario. Gobernaba en Guatemala el general Jorge Ubico Castañeda quién, después de realizar una memorable obra en sus primeros mandatos, se había erigido en un dictador que poco a poco iba perdiendo apoyos. En efecto, Ubico había logrado sanear las finanzas públicas durante la grave crisis mundial de los años treinta y había creado una red vial en un país hasta entonces desconectado y mal comunicado, construyendo además obras notables como el Palacio Nacional, inaugurado en noviembre de 1943. Pero ya, después de más de diez años de gobierno, había importantes sectores de la ciudadanía que se sentían descontentos con su permanencia en el poder, asegurada por los cambios constitucionales que había logrado imponer oportunamente. Encabezaban este malestar político los estudiantes, quienes apoyados por sectores urbanos de profesionales y comerciantes, comenzaron a realizar protestas contra el gobernante. Los estimulaba el ejemplo del vecino
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El Salvador donde, gracias a un movimiento cívico de creciente amplitud, el dictador Maximiliano Hernández Martínez había tenido que abandonar el poder. Las manifestaciones comenzaron en junio de 1944 y, gracias al apoyo de gran parte de la población capitalina, fueron creando una situación conflictiva que terminó por alarmar al presidente. En un comienzo se reclamaba el levantamiento de la suspensión de garantías que había decretado Ubico pero luego, a los pocos días, los manifestantes definieron como su objetivo la renuncia del mandatario y el establecimiento de un régimen democrático. No duró mucho la agitación: después de una semana de protestas Ubico, sorprendentemente, depuso toda resistencia y decidió renunciar. El general no quiso transitar el camino de la represión ni acudir al apoyo que –seguramente- poseía aún en amplios sectores de la población rural. Desengañado por la oposición de quienes consideraba como gente poco agradecida y de confusas ideas presentó de una vez su renuncia y abandonó el poder el día 1 de julio. Se fue sencillamente a su casa, no sin antes dejar el mando a un triunvirato de oficiales para que comenzara una imprevisible transición.
TRANSICIÓN POLÍTICA Y LEVANTAMIENTO El general Federico Ponce Vaides –uno de los triunviroslogró, casi de inmediato, que la Asamblea lo designara como presidente provisional. Lo hizo mediante abiertas presiones, desconociendo la voluntad de quienes pretendían que se designara para el cargo a un civil y, en las semanas siguientes, comenzó a tejer la trama para consolidar su poder personal
y ganar las elecciones que se habían previsto para diciembre de ese año. El movimiento que había llevado a la renuncia de Jorge Ubico parecía derrotado, desarmado como estaba, ante un militar sin mayores méritos que parecía encaminarse otra vez hacia el tipo de gobierno dictatorial que repudiaban. Un descontento sordo se extendió entonces entre los estudiantes que, impotentes, no lograron volver a organizar movilizaciones como las del pasado junio.
EL DÍA 19 DE OCTUBRE, VARIOS OFICIALES DECIDIERON PROCEDER AL LEVANTAMIENTO.
Pero había, en los cuarteles, una inquietud creciente. Muchos oficiales jóvenes estaban dispuestos a alzarse contra Ponce, entendiendo que debían emprender acciones audaces antes de que el presidente provisional llegase a controlar todos los resortes del poder. La conspiración, que contaba con amplio apoyo entre los civiles, crecía sobre todo en la Guardia de Honor, el cuartel de la capital que poseía las armas más modernas y una oficialidad que, en su mayoría, estaba dispuesta a luchar por la democracia y las libertades políticas. Ponce, sin embargo, no estaba desprevenido, y por eso trató de controlar la situación ordenando el traslado de los tanques y la artillería que permanecían en la Guardia de Honor. La conspiración tuvo que adelantarse pues, sin armas pesadas, hubiese resultado imposible enfrentar a los efectivos que, en el Fuerte de San José y el cuartel de Matamoros, de seguro irían a respaldar al gobierno. Un joven oficial, el mayor Francisco Javier Arana, que estaba al mando de los únicos doce tanques que poseía el país, decidió entonces que era el momento de levantarse en armas y jugarse el todo por el todo. En febriles reuniones durante el día 19 de octubre, varios oficiales decidieron proceder al levantamiento, pues contaban aún con esas armas pesadas y el apoyo decidido de la oficialidad joven de la Guardia. A las nueve de la noche de ese día comenzaron las acciones: un grupo trató de detener al comandante del cuartel, Francisco Corado, pero éste se resistió y murió en el tiroteo que siguió a continuación. Luego, ya en control de la situación, los sublevados formaron una columna de tanques que, al filo de la medianoche, salió de las instalaciones militares y comenzó a desplazarse por la capital, enfrentando a quienes, desde los otros cuarteles de la ciudad, defendían al gobierno de Ponce Vaides. A los alzados se unieron –ya advertidos de la asonadaun grupo de 14 estudiantes que estaban dispuestos a participar directamente en la acción y, algo después, el ciudadano Jorge Toriello y el capitán Jacobo Árbenz, quienes también formaban parte de la trama conspirativa.
Incendio en el Fuerte San José de Buenavista, visto desde el centro de la ciudad
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Los combates fueron intensos, dejando un saldo de muchos muertos y heridos, y a medida que pasaban las horas se incorporaron a la acción los civiles que deseaban un nuevo régimen político y que podían apoyar, de algún modo, el levantamiento. Hacia las 9 de la mañana comenzó a ceder la resistencia: un voraz incendio en el Fuerte de San José y la superioridad del armamento de los alzados hicieron que, por fin, el general Ponce Vaides comprendiera que no podía seguir combatiendo y presentó su renuncia. Febriles conversaciones, auspiciadas por el cuerpo diplomático, ofrecieron por fin una respuesta política a la situación creada: el presidente provisional y casi todos los generales del país –más de sesentapudieron abandonar ilesos el país mientras se creaba una Junta Revolucionaria de Gobierno que se hizo cargo del poder político. Los tres miembros de esa junta eran el mayor Francisco Javier Arana, líder indiscutido del levantamiento militar, el ciudadano Toriello –el dirigente más activo de la conspiración civil- y el capitán Árbenz, quien secundaba a éste en esas labores y era el más joven miembro de la junta.
Diferentes momentos del movimiento que desembocó en la Revolución del 20 de octubre de 1944.
UN GOBIERNO REVOLUCIONARIO
Para renovar por completo la vida política de la nación, la Junta convocó a nuevas elecciones legislativas y a una Asamblea Constituyente, mientras emitía decretos que ya iban configurando algunos cambios de significación. Entre ellos podemos destacar los que daban autonomía a la Universidad de San Carlos, la única existente en el país por entonces, y establecían la elección popular de los alcaldes, que ya no serían designados por el ejecutivo, como en tiempos de Ubico. También se decretaron, en este breve gobierno, cambios que tenían relación con la jornada de trabajo, la libertad sindical y otras medidas que se suponía, favorecían directamente a la población trabajadora.
La labor de la Junta Revolucionaria fue intensa. Antes que nada ratificó la fecha de las elecciones presidenciales, porque quería romper con la tradición de que quienes asumían el gobierno de modo provisional se quedaban para siempre en el mando, como había sucedido con Estrada Cabrera, Orellana y Chacón en años anteriores. Los nuevos gobernantes querían mostrar al país que eran verdaderos demócratas aunque, al no ampliar los plazos de la campaña electoral, impidieron de algún modo el necesario debate político que necesitaba el país.
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El cronograma político de la junta se cumplió a cabalidad. Se realizaron las elecciones en diciembre, dando por resultado la victoria arrolladora del doctor Juan José Arévalo, un candidato civil en el que la población depositó sus esperanzas, y se aprobó una nueva constitución a comienzos de 1945. Arévalo asumió la presidencia el 15 de marzo de ese mismo año, inaugurando así una nueva etapa política para Guatemala.
EL CARÁCTER DE LA REVOLUCIÓN Aún hoy se discute si los acontecimientos de 1944 configuraron en propiedad una verdadera revolución o fueron algo menos, un simple levantamiento militar apoyado por civiles. A mi juicio la respuesta debería ser afirmativa, tomando en cuenta lo brusco de los cambios que se introdujeron en el país, el apoyo popular que tuvo el levantamiento y la permanencia de muchas de las transformaciones que impuso. A partir de entonces cesó el largo período de los gobiernos llamados liberales, se mantuvieron las leyes laborales que en 1947 hizo aprobar Arévalo y se creó un nuevo cuadro de fuerzas políticas que subsistió por varias décadas. Pero la revolución, parece oportuno recordarlo, no tuvo un carácter socialista. A pesar de que el siguiente gobierno, el de Jacobo Árbenz, promulgó una ley de reforma agraria y otras medidas que apuntaban en ese sentido, no puede decirse en absoluto que los líderes de 1944 –ni la ciudadanía que los apoyó- quisiesen para Guatemala un destino socialista. Lo que buscaban, como queda claro en los documentos de la época, era un cambio democrático, el fin de las dictaduras de toda clase, la afirmación de las libertades cívicas y políticas. La Revolución del 20 de Octubre propugnaba un cambio en la acción social del estado que favoreciera a los trabajadores de la ciudad y del campo, pero sin atentar contra la propiedad privada ni continuar el proceso hacia la imposición de un gobierno revolucionario de tipo socialista. Hay muchas formas
de probar estas afirmaciones -en los documentos y testimonios de la época- y es muy significativo el hecho de que Carlos Castillo Armas, quien derrocara a Árbenz en 1954, fuera parte del movimiento de diez años antes y mantuviera con firmeza los decretos de la revolución y las leyes sociales de Arévalo. Hubo, es cierto, una minoría que trató de llevar a Guatemala por las sendas de un socialismo que, en los años cincuenta, todavía se veía como una promesa de justicia social. Pero la Revolución de Octubre fue, esencialmente, una afirmación de los deseos democráticos de la mayoría de los guatemaltecos –valores que se mantienen imperturbables hasta el día de hoyuna ruptura con lo que se consideraba un pasado ya perimido y una apuesta por un país moderno, donde pudiesen florecer las libertades y todos sus habitantes disfrutasen de un creciente bienestar.
Miembros del Triunvirato que asumió el poder tras la revuelta de 1944, abajo, otros líderes de la Revolución.
LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE FUE, ESENCIALMENTE, UNA AFIRMACIÓN DE LOS DESEOS DEMOCRÁTICOS DE LA MAYORÍA DE LOS GUATEMALTECOS. Fotografía hemerográfica: Carlos Sabino
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NOVIEMBRE
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La Nía Chabe hace el fiambre Noviembre llegaba con sus vientos y tardes frías, en la lontananza aparecían los celajes entre naranja y rosado, en los campos del contorno de la ciudad y en los alrededores del Cerrito del Carmen, los niños elevaban barriletes de papel de china con grandes colas, mientras que en las casas de Guatemala, entre leyenda y realidad, se vivía intensamente lo que regula la tradición, tal y como sucedía en la casa donde vivía la Nía Chabe. La última semana de octubre empezaban los preparativos. La Lola, la Sara y la Carmen, con canasto en mano y bajo la dirección la Nía Chabela, salían para el mercado grande a comprar la verdura y los ingredientes para la hechura del fiambre, tarea que duraba hasta cinco días en la cocina. Todo el equipo de la casa participaba pelando y cortando las verduras… también a más de algún vecino, pero la mezcla y los secretos eran exclusividad de la Nía Chabe, toda una herencia familiar, pero además ella tenía buena sazón. La mañana del 1° de noviembre era anunciada por dobles que daban todas las campanas de la ciudad. La Chabela, aún triste por el mes del rosario, acompañaba a los señores de la casa al cementerio para adornar a los seres queridos. Llevaba muchas flores y coronas y otra lloradita brotaba de la Chabe al momento de colocar las ofrendas, pues recordaba a cada miembro de la familia que la protegió. Aún llorosa al llegar a la casa, lo primero que hacía era poner un vaso de agua y encender una veladora, pues al decir de los mayores, a las 12:00 horas, salen las ánimas y visitan su casa, vuelven a su descanso al día siguiente, que sería día de finados.
El día de los fieles difuntos, la Nía Chabe visitaba las criptas de Catedral y de San Francisco, aunque las momias que adornaban los muros la dejaban meditabunda. Todo el mes oraba por las ánimas del purgatorio.
Rita Villanueva
Finalmente, llegaba el acontecimiento del día de Todos los Santos, el fiambre, que por cierto en la enorme mesa habrían más de ocho fiambres distintos pues habían hecho el tradicional intercambio. La Chabe se había encargado de enviar el de su casa y también de probar los otros. “Están buenos, pero no mejor que el que yo hago”, decía la Chabe. A decir verdad cada fiambre es una experiencia, cada uno es distinto, hay blancos, rojos, rosados, ácidos, semiácidos y semidulces. Pero el de la Chabe estaba riquísimo, mientras tanto los dobles se escuchaban todo el día y se escucharían todo el mes.
LA MUERTE Y LA SANTIDAD:
dos expresiones de la cultura guatemalteca Johann Melchor Toledo
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a muerte es uno de los grandes temores del ser humano, aunque es un suceso que todos tenemos que pasar. Por ello, todas las culturas antiguas han rendido culto a la muerte o al paso de esta vida a la siguiente. Algunos creían en la reencarnación y otros en una vida después de la vida. Por ejemplo, uno de los dioses egipcios, Anubis, tenía la cabeza de un perro y era el que ayudaba a las personas a pasar el río de la muerte. Al morir un faraón, lo enterraban con sus posesiones más preciadas, incluso con los esclavos y sirvientes. El Cristianismo tomó aspectos de las culturas predecesoras. Con la muerte la persona podía ir al cielo, si se había portado bien o al infierno, si no lo hizo. No fue diferente en Guatemala. En la Época Prehispánica, los mayas creían en una vida después de la muerte. El cambio del espíritu de los antepasados, entre otros aspectos, era parte medular de la religión maya. Ofrecían sacrificios humanos a los dioses, de esta forma se aseguraba una buena cosecha, evitaban sequías o inundaciones y evitaban otros problemas. En la danza del Rabinal Achí, el guerrero capturado baila, antes de ser sacrificado. Actualmente, los sacrificios son simbólicos. En 1524, con la conquista de Guatemala y la llegada del Cristianismo, los frailes dominicos, mercedarios y francisanos se encargaron de la evangelización de los indígenas. Las creencias cristianas de la muerte se fusionaron con las de los mayas. Al día de hoy, los cristianos celebraran como día festivo el 1 de noviembre por la conmemoración de Todos los Santos, y el 2 de noviembre como el día de los Fieles Difuntos. Para la tradición maya, es el día para rememorar el espíritu de los antepasados. Es también el día de la fiesta patronal en Todos los Santos Cuchumatán en el departamento de Huehuetenango y también se celebra con gran reverencia en San Juan Sacatepéquez.
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EL 1 Y 2 DE NOVIEMBRE, LOS GUATEMALTECOS VISITAN A SUS DIFUNTOS.
El 1 y 2 de noviembre, los guatemaltecos visitan a sus difuntos: padres, abuelos, hijos y hermanos que se han adelantado en el camino. Los cementerios de Guatemala se llenan de flores, que embellecen aún más cada tumba. Pero esta actividad no fue así durante la Época Colonial, cuando los muertos eran enterrados en los campos santos. Generalmente, éstos estaban debajo de las iglesias de todo el país y también en terrenos detrás del templo. Después de cierto tiempo los restos eran colocados en osarios.
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Julio Zadik. Colección Estate Julio Zadik (detalle)
La vinculación de la población con las cofradías durante esta época permitió que los feligreses tuvieran un auxilio póstumo, es decir una ayuda al momento de su muerte. Las cofradías, además de rendirle culto a su santo titular, reunían fondos para la ayuda mutua. Esto permitía que cuando moría un feligrés, se destinaba una cantidad de fondos para su enterramiento. Los cofrades y sus familias ayudaban a los deudos en todo momento a cocinar, hacer los arreglos pertinentes y pagar los gastos. Todavía en algunos pueblos de Guatemala se puede ver esta ayuda que hace todo el pueblo con cada difunto. Durante la Época Colonial, en el pueblo de Santa María de Jesús cercano a La Antigua Guatemala, había dos fiestas importantes celebradas por los quijovales: Semana Santa y la de los fieles difuntos. Los quijovales eran organizaciones de devotos de estas conmemoraciones que se reunían a recaudar fondos para pagar misas, procesiones y demás actividades. Llevaban a cabo sus actividades de la misma forma que una cofradía, pero no tenían autorización para funcionar, por lo que lo hacían desde las casas de los miembros. Los quijovales estaban muy ligados tanto a la religión católica como a la maya. Durante el siglo XIX se hizo más frecuente el enterramiento de personas en mausoleos o nichos construidos detrás de los templos. Después de la Revolución Liberal de 1871 se secularizaron los cementerios, es decir, que se los quitaron a la Iglesia Católica y los pusieron a cargo del estado. El Cementerio
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General estaba atrás del Hospital San Juan de Dios, donde actualmente está la Avenida Elena y luego se trasladó a su actual sitio en la zona 3 de la ciudad de Guatemala. En todos los pueblos, villas y ciudades del país se construyeron cementerios fuera de los perímetros urbanos. Para el 1 de noviembre se acostumbra comer el fiambre, famoso platillo que combina múltiples carnes y verduras en curtido que se decora con variedad de jamones y quesos. Existen varios colores de fiambres que se diferencian por el uso de ingredientes que le dan una coloración en particular. En algunos pueblos de Guatemala acostumbran a almorzar pepián u otra comida tradicional y más tarde comen el fiambre. No pueden faltar durante esa festividad los deliciosos dulces de cabecera: ayote, camote y jocotes en miel. El arte culinario muestra sus mejores galas en estas conmemoraciones guatemaltecas. La celebración del día de cada santo es parte inseparable de la identidad del guatemalteco. Es por ello que durante todo el año se celebran en los diferentes rincones del país las fiestas patronales de los santos y, el 1 de Noviembre se reúnen todos en un día. Rememorar y conmemorar a los difuntos también es parte de la religiosidad de los guatemaltecos porque en esta celebración confluyen las tradiciones prehispánicas, coloniales y republicanas, expresiones integrales e inseparables de los guatemaltecos.
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FESTIVAL DE
BARRILETES GIGANTES DE SANTIAGO SACATEPÉQUEZ Rolando Estrada
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E
l festival anual de barriletes en Santiago Sacatepéquez da inicio al momento de concluir el festival anterior, cuando los creativos tienen frescas las virtudes y defectos de su obra, así como los de los otros grupos participantes. En consecuencia, el proceso de diseño y manufactura del barrilete dura un año y llega a la culminación el 1 de noviembre. El calendario y santoral católico romano establece para esa fecha la celebración del día de Todos los Santos, mientras que el 2 es el día de los Muertos. Sin embargo, el sincretismo cultural en Santiago Sacatepéquez ha establecido la integración de estas fiestas en un período de 24 horas que inicia con el amanecer del 1 de noviembre. La estructura cosmológica santiagueña, de acuerdo a la tradición oral, establece que el universo se divide en dos niveles, el inframundo y el supramundo. El inframundo es la mitad del universo que se encuentra debajo del nivel de la tierra; el supramundo o cielo limita con el nivel del suelo; y el hombre camina sobre el límite superior del inframundo. Durante el alba del 1 de noviembre el dios-mundo, señor del inframundo, permite que las almas de los antepasados deambulen por el supramundo, por los lugares que frecuentaron en vida, así como que convivan con sus familiares. Ahí entonces la importancia de los barriletes, ya que constituyen el vehículo para que las almas puedan orientarse, encontrar y compartir con sus familiares. Es la vía de enlace entre los muertos, los santos y los vivos.
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En una corta relación de hechos, se describe la vivencia experimentada al convivir con barrileteros de Santiago Sacatepéquez durante la preparación y la celebración del evento más importante del año. Después de meses de diseño y trabajo de elaboración de la superficie de papel de china durante las horas de la noche, se siguen estrictas normas de hermetismo y secretividad, con el objeto de no revelar los detalles del proyecto.
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La mayoría de barrileteros se dedica a actividades económicas de la agricultura, la producción de artesanía o la industria, o atienden labores académicas y realizan la manufactura del barrilete como una actividad no remunerada. El motor de esta tradición es el orgullo de participar en el festival y, eventualmente, disfrutar porque su barrilete haya sido el ganador del concurso. El 1 de septiembre, aproximadamente a las 2:00 de la mañana, un grupo de 400 jóvenes voluntarios, hombres y mujeres, abordan autobuses que los lleva a la finca Las Viñas, en Cuilapa. En total orden y disciplina esperan el amanecer para empezar a trabajar, henchidos de orgullo, ánimo y felicidad. Cortan y cargan troncos de bambú, suficientes para llenar dos plataformas. Esta labor toma hasta las 2:00 de la tarde, para iniciar el retorno. Después del cruce en San Lucas Sacatepéquez, como a las 5:00 de la tarde, en el lugar conocido como La Joya, se adornan las plataformas y los buses, previo al ingreso a la cabecera municipal en desfile, acompañados por bandas escolares, reinas y madrinas. Paisanos, con cohetes y gran algarabía, reciben a estos jóvenes, quienes con gritos de emoción, a bordo de los buses, saludan durante el trayecto que concluye en el parque. Anualmente, este evento da inicio a las actividades públicas del festival. El 19 de octubre se lleva a cabo la elección y coronación de las reinas del Festival de los Barriletes Gigantes. Santiago
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Sacatepéquez, vestido de gala, da inicio a la actividad con un desfile por las principales calles, donde las candidatas visten hermosos trajes. Al llegar al parque central son recibidas por bandas escolares. Bailan para toda la multitud y se complementa la actividad con la exhibición de los barriletes sobrevivientes del año anterior. Al iniciar la noche, las candidatas a reinas, madrinas y ahijadas son agasajadas con una cena de gala. Luego se procede a la elección e investidura correspondiente de las bellas representantes para el festival del año. Tener acceso a las intimidades del proceso de diseño y manufactura de los barriletes es un privilegio. Los creativos y los grupos de trabajo dan a conocer sus expectativas y vivencias, imposibles de transmitir con plenitud a través de palabras y fotos. El 31 de octubre se vive una experiencia única en el cementerio. Inicia con una ceremonia maya en la Plaza Ceremonia, dirigida por un tata y llevada a cabo con solemnidad y espiritualidad. En otro sector del cementerio, grupos de barrileteros cargan postes, lazos y orgullo; familias en otras áreas adornan las tumbas de sus adelantados; se arman estructuras de bambú. Desde la madrugada del 1 de noviembre, el cementerio de la localidad se abarrota de visitantes y de familias que año con año llegan a engalanar las tumbas de sus deudos. La tropa de barrileteros se pone en plena labor de armado de los
EL 31 DE OCTUBRE SE VIVE UNA EXPERIENCIA ÚNICA EN EL CEMENTERIO.
barriletes del concurso. Se espera que el espectáculo del festival sea maravilloso con el encumbramiento de los barriletes gigantes de hasta 24 metros de diámetro y el inicio del vuelo de barriletes que concursan en el área designada.
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Los organizadores del evento reclaman 140 años de tradición. Sin embargo, entrevistas a longevos santiagueños indican que hace apenas 40 ó 50 años que se empezaron a hacer los barriletes gigantes. La tradición de armar y volar los barriletes para poder hacer contacto con los adelantados siempre ha existido. La pasión por esta tradición chapina única se trasladada a las generaciones de jóvenes que año con año la toman como propia.
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TODOS LOS SANTOS CUCHUMATÁN Y
LA CARRERA DE CABALLOS Aníbal Chajón
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Al terminar la etapa militar y sangrienta, la población indígena fue esclavizada, lo que motivó las críticas de sacerdotes, especialmente de los dominicos. Así, en 1542 se ordenó la liberación de la población indígena. En Guatemala la liberación se realizó hasta 1549, de manera que surgieron varios poblados de indígenas libres, afectos a la tributación. Cada pueblo recibió el nombre de un santo y una toponimia nativa. Uno de estos pueblos fue habitado por personas de idioma mam y recibió el nombre de Todos Santos Cuchumatán. La palabra Cuchumatán significa reunión forzada, en alusión a la forma de la sierra sobre la que se asienta. Por su parte, en lugar de recibir el nombre de un santo, los dominicos lo establecieron bajo el patrocinio de Todos los Santos, por lo que su fiesta se fijó el 1 de noviembre. Hacia 1600 el pueblo pasó a la administración de los mercedarios y dependía del curato de Chiantla.
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a celebración a Todos los Santos surgió en la Iglesia católica como forma de reconocer el mérito de aquellos creyentes que han fallecido y que han conservado su fe y virtudes pero que no son conocidos por el resto de los fieles. La tradición se remonta a la época de las persecuciones, especialmente poco antes de la autorización del cristianismo en el imperio romano, cuando no se podía llevar registro de todos los mártires, es decir quienes habían muerto por su fe. Así, en el siglo VII, el Papa Bonifacio IV dedicó el Panteón de Roma a todos los mártires. Una centuria después, Gregorio III les dedicó una capilla en la Basílica de San Pedro y estableció la celebración el 1 de noviembre, fiesta que se hizo universal a mediados del siglo IX. Al igual que las otras tradiciones católicas en Guatemala, fue implantada en el siglo XVI después de la Conquista.
gran relevancia en todas las comunidades, por lo que solamente se adaptaron algunos elementos cristianos. En la celebración, lograron conservar una de las danzas más tradicionales, la del Venado, que era un ritual propiciatorio para la cacería del animal (debe recordarse su importancia en la dieta antes de la llegada de ganado vacuno y porcino). Además, recibieron de los frailes la danza del Torito, en la que los diálogos exaltan a la Virgen y los Santos, a la vez que sirvió de tono jocoso para las actividades ganaderas de los españoles. Sin embargo, la crianza de caballos fue una actividad que generó recelo.
La fiesta de Todos los Santos, además, estaba anexa a la de los Fieles Difuntos. En el período prehispánico, el culto a los antepasados era de
Como los españoles estaban conscientes de que fue el uso de caballería y pólvora lo que les dio una ventaja durante la Conquista, prohibieron su uso
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Por el clima, la población aprovechó las introducciones españolas: la oveja, el durazno y la manzana. Al dedicarse a la crianza de ovejas, las mujeres se dedicaron al tejido de lana. Por su parte, de las frutas exóticas se preparaban licores muy cotizados en la región. La presencia hispana provocó cambios en la indumentaria masculina, pues el clima es propicio para el pantalón y la camisa, en lugar de las capas y faldellines prehispánicos. Sin embargo, el faldellín se convirtió en el sobre pantalón, que aún se puede ver en el traje masculino y que es una herencia milenaria de la tradición mam.
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EN EL SIGLO XIX SURGIÓ LA CARRERA DEL DÍA DE TODOS LOS SANTOS. entre los indígenas. Solamente los descendientes de la nobleza podían usar caballos. Cuando terminó el dominio español y estas leyes quedaron superadas, la tradición religiosa prehispánica, preservada y sincretizada con el catolicismo, conservó el uso del licor como vehículo para la comunicación con los antepasados y la población indígena se aficionó a los caballos. Por ello, en el siglo XIX surgió la carrera del día de Todos los Santos. Libres de usar caballos y conservando el uso del licor con fines religiosos, el 31 de octubre, tras el sacrificio de un ave, se inicia el consumo de licor. Como se ha hecho durante milenios, se recurre a la vigilia. Esa noche se pasa en vela y, el día 1 de noviembre, en el centro del poblado, se realiza una carrera en la que participan los jinetes bajo efectos del licor. No es una competencia, es una participación de raigambre religiosa, en honor a los antepasados. Se dice que la muerte de uno de los jinetes pronostica un año de abundancia, probablemente como remembranza de los sacrificios del pasado. Una vez más, el sincretismo es parte de la vida de miles de guatemaltecos, en este caso se anuncia la abundancia del año venidero en la época en que principia la estación seca y de mayor riesgo para las comunidades agrícolas. Es un reinicio de la vida, con sus eternos ciclos, que empieza y termina con el agradecimiento al ser divino y la súplica por nuevas oportunidades para un futuro mejor.
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LA VISITA AL
CEMENTERIO
DE SAN JUAN SACATEPÉQUEZ Edvin Quisquinay Alcor
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an Juan Sacatepéquez es un pequeño pueblo de Sacatepéquez. Su población es originalmente kaqchikel. Conserva tradiciones que vienen desde la Época Colonial, con algunos aportes de la cosmovisión prehispánica. Se conmemora la Semana Santa, al patrón San Juan Bautista y los fieles difuntos. Estas actividades se han convertido en el patrimonio cultural intangible del pueblo, que los une a toda su historia y tradición. De las tradiciones muy peculiares de la Tierra de las Flores, como es conocido San Juan Sacatepéquez, son las visitas al cementerio el día de Todos los Santos y luego el día de los Fieles Difuntos. Estas visitas se llevan a cabo anualmente los días 1 y 2 de noviembre. En estos días, los vecinos de la localidad pintan las tumbas de sus seres queridos ya difuntos y las adornan con pino y coronas de ciprés decoradas con la infinita variedad de flores que producen los vecinos del lugar, vistosos arreglos florales y flecos de colores. Cada familia usa su creatividad y muestra de esta forma el cariño a sus familiares desaparecidos.
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Son muchas las personas que visitan el cementerio sanjuanero durante los primeros dos días de noviembre. Las familias adornan las tumbas mientras comen la comida tradicional del día, como el fiambre, jocotes y ayote en miel, elotes cocidos, y toman las bebidas locales, así como aguardiente.
SAN JUAN SACATEPÉQUEZ ES CONOCIDO COMO “TIERRA DE LAS FLORES”. 52
Al atardecer del 1 y 2 de noviembre, las familias colocan velas y veladoras alrededor de las tumbas y panteones de sus difuntos. También queman incienso alrededor del lugar donde yace el difunto, alternando con oraciones y plegarias en kaqchikel. Todo el cementerio está vivo en recuerdo de los fieles difuntos. Cuando se apaga la última vela los vivos regresan a su hogar. Llevan frescos todos los recuerdos de sus familiares y esperan pacientemente al año siguiente en que los volverán a encontrar.
Holger Tobuschat
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DICIEMBRE
La Nía Chabe en la Quema del Diablo Los patojos y los vecinos salían a principios de diciembre a los potreros cercanos a recoger chiriviscos y hojarasca para la quema del diablo. El 7 de diciembre era de mucha actividad, todo el día la Chabe y las muchachas habían preparado el batido de tiste y los súchiles, la masa y la miel de los buñuelos. Un altarero llegó a la casa para preparar el altar de la Virgen de Concepción; la pequeña imagen, herencia de los antepasados, lucía entre rayos, nubes y ángeles, adornada con flores, candelas y aromas. A las 5:30 de la tarde, la Nía Chabe cogía la escoba y barría los rincones regando agua bendita y rezando el Ave María. A las 6:00 en punto, se prendía la hoguera. Con la escoba atizaba el fuego. Los patojos, que gozaban quemando cohetes y saltando, preguntaron a la Nía Chabe lo que significaba esta costumbre. Ella les contaba que la quema del diablo simboliza sacar lo malo de la casa y del corazón como purificación para recibir a la Virgen de la Concepción el día siguiente, una lucha entre el bien y el mal. Aunque antes decía, eran unas luminarias que se colocaban para alumbrar la noche de la Virgen. Al consumarse la hoguera echaban agua y recogían los restos, sin dejar señal alguna. Luego la Chabe se volvía a la cocina, mientras empezaban a llegar los miembros de la orquesta y del coro que cantarían la novena, así como muchos invitados. La Carmen preparaba el carbón del incienso y el Mateo, las brasas para los cohetes de vara que en cantidad de media gruesa se lanzarían al acabo de la novena de la Purísima Concepción. La Chabe dirigía el rezo y aunque la emoción la perturbaba, cumplió con la devoción.
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Al terminar el acto, se sirvieron chuchitos, buñuelos y batido en jícaras de Rabinal que había comprado el año pasado, la víspera de nuestra Señora de Guadalupe.
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Día de Concepción A las 5:00 de la mañana, las campanas de la Catedral y San Francisco, entre bombas voladoras y cohetes de vara, daban la alborada anunciando la gran festividad de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora. Era 8 de diciembre, el día Clásico de Guatemala. La Nía Chabe, como lo acostumbraba en las grandes solemnidades, se levantaba con el alba. Se vestía toda de blanco con moños y listones azules. Iniciaba la visita a la Virgen en la Iglesia de la Concepción, luego visitaba a “la Hermosa”, la bellísima obra de Ventura Ramírez de 1850 en Catedral y caminaba por la Calle Real, que presentaba un cuadro espectacular, las gentes colocaban cortinas y colgaduras azules, en las puertas había redes de pino y flores. Finalmente y a empujones entró a San Francisco, sentía que la iglesia le caía encima de tantas cortinas celestes y blancas con galones dorados, guirnaldas y ángeles que volaban. Se acercó al crucero de andas adornadas por nubes y ángeles. Destacaba la imagen preciosa de la Virgen de la Concepción, la representación mariana favorita de la Chabela, que no la fueran a contradecir. En el altar había pequeñas imágenes de la Virgen que la gente había llevado para la misa mayor, también se apreciaba a la multitud de niños y niñas que harían su primera comunión. La Nía Chabe había disfrutado de la misa de tres ministros con ornamentos celestes y bordados en oro, el panegírico, la orquesta y coros. Con la iglesia abarrotada se daba inicio a los preparativos para ese día.
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En el atrio, entre buñuelos y batido, la Chabe felicitó a doña Conchita que estaba de plácemes. A las 3:00 de la tarde se rezó el Rosario con acompañamiento de la orquesta y al finalizar se organizó el tradicional rezado. La Chabe contemplaba las virtudes, los arcángeles, los defensores del Dogma de la limpia Concepción, que en pequeñas andas eran potados por niños. Mientras tocaban las campanas y estallaban gruesas de cohetes de vara y bombas, a las 4:00 se levantaron las andas con la Virgen, al momento que los fieles entonaban “Pues concebida”. La banda estremecía los muros del templo. Al traspasar el umbral, la intensidad de la pólvora aumentó, al unísono la multitud cantaba a gritos “Salve, salve María”. La Chabe lloraba con tanta emoción que su aguda voz temblaba más. El cortejo tomó la Calle Real hacia la Plaza Mayor, que estaba alfombrada de pino. Atrás de la Virgen, la banda tocaba sones de pascua como “La Rabia de los Micos”. Cuando el rezado llegaba a la plaza, la Catedral repicaba, pero el mejor recibimiento era en la Concepción al bajar la calle de Santa Teresa. Allí se interpretaba la primera de las loas, que por cierto la Nía Chabe había asistido a los ensayos dando sus puntos de vista. Pasaba frente a Santa Teresa; sonaban las campanas y la pólvora. Al cruzar la calle del Sagrario empezaba a obscurecer, por eso es que en las casas habían colocado faroles. Pasaba enfrente de lo que había sido el Seminario, la Sociedad Económica de Amigos del País y la Universidad. La Chabe recordaba el recibimiento en esa cuadra, que la impresionó cuando era niña y también la quema de pólvora que en la esquina de chispas hacía el venado. (13 calle, 9ª Av.) Ya casi para entrar la nocturna procesión, coronaba la Plaza de la Victoria. Al llegar al atrio del templo se efectuaba la función de juegos pirotécnicos. La multitud disfrutaba del Día de la Concepción, pero la Chabe lo había vivido tan profundamente que no lo podía creer y al momento que la Virgen entraba y se cantaba el alabado de despedida, la Pata de Chucho lloraba, su emoción le provocaba llanto de alegría. Terminó comiendo buñuelos pues era la temporada, también el batido. ¡Y los pies! En una palangana de agua caliente y sales.
La Nía Chabe y el 12 de Diciembre Antes de ir al Santuario de Guadalupe, la Chabe caminaba la estación del rezado de la Guadalupana para apreciar la cantidad de arcos que se levantaban, eran de madera forrados con follaje de hojas de pacaya y frutas. Por la tarde y entre multitudes la Virgen Morena, entre sones y cohetes, pasaba bajo estas obras de arte popular efímero. La Chabe, atrás de las andas, disfrutaba la música y sonaba algunos de los chinchines de los que compró en los alrededores del templo, y que servirían en las posadas y las novenas. Ah, pero el 18 iba al rezado de Nuestra Señora de la Oh al Calvario, bien abrigada por el intenso frío decembrino, no por gusto llamaban a este rezado el de los Emponchados.
La Nía Chabe celebra la Navidad Los días de diciembre eran fríos. Los cielos claros y azules servían de contraste al rojo en pétalo que se mecía dándole esplendor a la flor de pascua. Las noches eras obscuras y aún más frías, la Nía Chabe se abrigaba con un perraje de lana y tomaba en jícara su agüita de ponche. Pasado el 12 de diciembre, desempolvaba los chinchines que le habían quedado del año pasado; para prevenir la falta había comprado algunas docenas la víspera de la Fiesta de Guadalupe. Ayudada por las muchachas de la casa y otro señor, remozaba los faroles remendándolos con papel celofán de colores.
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Las imágenes de José y María, vestidas de peregrinos, pasarían luego al Nacimiento, la Pata de Chucho saldría corriendo porque tendría que ir a ver los preparativos de la Noche Buena. La Nía Chabela corría entre canchinflines y cohetes, llegaba a la casa, la que encontraba muy concurrida, pero ella se iba adentro, arreglaba los floreros de pascua, daba los detalles finales a su pequeño Nacimiento que había hecho en el cuarto embrollado con aserrín de colores, con retiro (su espejito escondido), para dar efecto especial. Colocaba sus quebrados pastores de La Antigua y ponía cordones de manzanilla mientras que en la sala de la casa, había un hermoso Nacimiento con un Misterio del siglo XVIII, la prenda más querida de la familia y con pastores de muy buena talla. El cielo era de tarlatana cuajado de ángeles y estrellas, no podía faltar el musgo, la hoja de pacaya y la manzanilla, así como los riscos, las quebradas, los valles, pero la parte más linda era el portal, que sobre él pendía la estrella de Belén. A las 11:30, la Nía Chabela llevaba los incensarios, se sentaba frente al Nacimiento, tomaba la imagen del Niño Dios y la acariciaba tiernamente. A las 12:00 en punto, cuando estallaban los cohetes, el patrón de la casa colocaba al Niño Jesús sobre el pesebre; al momento se escuchaba la destemplada voz de la Nía
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Chabe que decía: “venid pastorcillos, venid a adorar, al Rey delos cielos que ha nacido ya”. Terminado el villancico se daban abrazos, felicitaciones y las lágrimas caían evocando a los seres queridos que ya se habían adelantado a la eternidad. Las lágrimas se derramaban sobre las mejillas de la Chabe, quien después de los abrazos seguía cantando “a la ro, ro Niño, a la ro, ro, ro”. Terminado el emotivo ritual caminaban hacia el gran comedor, la mesa adornada con un hermoso mantel blanco, candelas rojas, flores de pascua y Chucuyas. En elegante plato pasaban los tamales negros y colorados, ponche de frutas, exquisitos pasteles con frutos secos; y en la cocina el ambiente era también festivo, la Nía Chabe tomaba más piquete que ponche, probaba su tamal colorado de chompipe y también un negro, que por cierto, a la masa le habían agregado guaro cuando la preparaban, era el secreto de la tamalera, la Nía Lenchita. La Nía Chabe no pudo ir a la Misa de Gallo, como lo había hecho el otro personal de la casa, pero a pesar del desvelo el día de Navidad, el 25 corría a la misa, iba a San Sebastián, admiraba el Nacimiento y como buena Pata de Chucho se iba a otras iglesias a hacer lo mismo y a lo largo de la temporada visitaba los nacimientos que cuán más bellos había en cualquier casa. El 28 de diciembre, a pesar de que no se perdía ninguna fecha del calendario cristiano, fue sorprendida por una de las muchachas que le ofreció unos buñuelos. Al probarlos, sintió que no tenían sabor, pues eran unas bolitas de algodón fritas. Al ver la expresión de la que se los había ofrecido, se dio cuenta que había caído por inocente. La noche del Año Nuevo vestía a los Niños Dios con trajes de lentejuelas y mostacilla que ella les había preparado. Incensaba al de la sala y todos alababan al Niño para darle gracias por un año nuevo. A escondidas, la Chabe corría a su cuarto, estrellaba un huevo en un vaso de agua y al día siguiente esperaba ver qué le deparaba el Año Nuevo según la forma que éste tomaba. Lo único que le pedía a Dios era que no fuera a tener figura de cuatro candelas. El 1° de enero a medio día visitaba al Santísimo Sacramento en la Catedral y el Día de Reyes desde medio día tomaba el decouville y se iba al Guarda
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Para el 13 y 14 se juntaban con Doña Lolita, que vivía en el Callejón de la Cruz, para ultimar los detalles de las posadas. Del 16 al 24 los Barrios de San Sebastián y la Recolección eran sorprendidos por la tenue luz de los faroles y el tucuticutú de las tortugas, el ruido de los pitos y panderetas, la algarabía infantil y los agudos cantos de la Nía Lola. Al llegar a la casa escogida, se dividían en dos coros, la Chabe afuera y la Lola adentro. Después de tocar la puerta con un chinchín, el coro interior decía: “diga quien quiera que fuera, desde allí, qué se le ofrece, porque aquí no se acostumbra a abrir la puerta a cualquiera” y el de la calle daba la respuesta: “soy José que con María busca un corto alojamiento para que ella dé a luz con celestial embeleso”. Así cantaba la petición de posada, hasta que finalmente entraban los peregrinos al estruendo de los cohetes. Había convivencia, buñuelos y ponche, y así se repetía el cuadro durante nueve días: la del 24 era más temprano y era en la casa de Doña Lolita, para lo cual adornaba la casa con hojas de pacaya y manzanilla, daba bastante ponche y buñuelos, y repartía estampitas de recuerdo.
Viejo, donde esperaba la salida de la Virgen de la Concepción del Guarda. Le fascinaba ver a los moros y cristianos, las loas y sobre todo la cantidad de pólvora que se quemaba, pero lo primero que había hecho al levantarse fue colocar unos juguetes en los zapatos de los niños y sentar al Niño de su Nacimiento y al Niño de la casa, le pedía a Dios que no se lo fueran a robar, pues prefería que no hubiera fiesta y que el Niño estuviera en su lugar hasta el 2 de febrero. El 15 de enero regresaban los dueños de la casa con sombreros de peregrino, con reliquias de tierra blanca, dulces de Zacapa y Chiquimula, pues regresaban de cumplir su visita al Santuario de Esquipulas. Habían hecho el viaje en tren hasta Zacapa y en carruaje hasta Esquipulas, habían ido entonces por el camino de la cumbre. Los niños intrigados, fueron de inmediato con la Nía Chabe a preguntarle acerca de lo que había pasado con los compadres convertidos en lítico material y ella les explicó, que entre los compadres no podía existir amor pasional porque el resultado era convertirse en piedra tal como le había sucedido a los compadres que viajaban a Esquipulas y que estaban ahora como ejemplo. El 2 de febrero la Chabe se iba a Candelaria, compraba candelas con tiritas de papel esmaltado en colores, rosca de San Blas para la garganta y preparaba tamales, buñuelos y ponche, porque en la noche se acababa la novena a la que llegaba mucha gente con chinchines y tortugas. Además era contratada una orquesta con cantantes y coristas. Al día siguiente además del enorme quehacer, hasta secas habían quedado las ollas del ponche, y la Chabe exclamó: “ya no más ponche, la Virgen ya pasó ayer a medio día echando la bendición, ya se pueden quitar los Nacimientos y a la porra los pastores que la Pascua ya se acabó”. Y la vida de la Nía Chabela, continuará…
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Fiesta de la
INMACULADA CONCEPCIÓN en la Ciudad de Guatemala Miguel Álvarez
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La antigüedad del culto de la Purísima Concepción no es la única razón para la gran devoción popular que existe actualmente tanto en la ciudad de Guatemala como en el interior del país. Hubo, además, razones oficiales para fomentarlo: la Inmaculada Concepción se reconoció como Protectora de la Infantería Española, tras las acciones de Bombel, Holanda el 8 de diciembre de 1585; en el año de 1615, Sevilla se lanzó a las calles para celebrar jubilosamente la Inmaculada Concepción, cuya fiesta había sido establecida el 8 de diciembre muchos años atrás; en 1616 en la capital de la Nueva España, el gremio de plateros ofrendó una imagen de plata de la Virgen de Concepción a la Catedral de la ciudad de México, abriendo así el júbilo concepcionista.
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n Guatemala, el culto a la Inmaculada Concepción es muy antiguo, ya que inició desde los primeros años del Periodo Colonial. La primera cofradía que hubo fue la de la Inmaculada Concepción, según lo afirma el cronista Domingo Juarros: “Pasan de 30 las Cofradías en la Ciudad de Guatemala, pero no intentamos dar razón, sino de las más famosas. La 1ª de que se tiene noticia es la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora.”
LA PRIMERA COFRADÍA QUE HUBO FUE LA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN. La ciudad de Santiago de Guatemala fue una de las primeras que se sumaron a estos festejos debido a que el 22 de septiembre de 1617, el Honorable Ayuntamiento declaró a la Inmaculada Concepción de María como Patrona Tutelar de la Ciudad. De esta manera el 6 de octubre del mismo año, el Presidente de la Real Audiencia, Gobernador y Capitán General, Don Antonio Peraza Ayala Castilla y Rojas -Conde de la Gomera- aprobó el juramento hecho por el Noble Ayuntamiento: “para hacer público ese Patronato, el 8 de noviembre de igual año, el Ayuntamiento solicitó al Venerable Cabildo Eclesiástico, que por haber sido jurada la Inmaculada Concepción de María, Patrona Tutelar de la ciudad, se autorice procesión anual en el templo de San Francisco”. Éste es el origen del Rezado de la Concepción en San Francisco, y punto de partida para actividades similares, mismas que han sobrevivido a la fecha y otras de reciente creación. En 1654, siguiendo las instrucciones de Don Francisco de Altamirano Velasco de Ircio y Castilla, así como del Conde de Santiago de Calimaya, Presidente de la Real Audiencia de Guatemala, los Caballeros de Órdenes Militares juran defender la Inmaculada Concepción de María Santísima. Se dispuso: “...que en la plazuela del templo de San Francisco, haya fiestas populares por haber sido jurado el misterio de la Inmaculada Concepción”.
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LA FIESTA DE CONCEPCIÓN DESTACA POR EL USO DEL COLOR AZUL.
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También, en el mes de marzo de 1673, los gremios de coheteros, herreros y confiteros, juramentaron el patrocinio de la Virgen Inmaculada sobre sus trabajos, familias y personas, asistiendo su juramento al templo de San Francisco. En 1738, el Ayuntamiento de Santiago, a instancias de los franciscanos, juró a la Inmaculada Concepción como Patrona de la Ciudad. “Cada año, en su honor hubo ceremonias especiales en el templo de San Francisco El Grande que concluían con una solemne procesión, el 8 de diciembre”. La Universidad de San Carlos también realizaba el juramento de defensa de la Purísima Concepción. De esta manera, la celebración de la fiesta de la Inmaculada Concepción se realizaba con la participación del Claustro de Doctores en la Iglesia de San Francisco, lo que persistió aún en la Nueva Guatemala de la Asunción, tal y como consta en la Gaceta de Guatemala del 9 de diciembre de 1853, al describir la festividad de Concepción: “en San Francisco hubo también función solemne, concurriendo a la última iglesia mencionada el Claustro de Doctores, como todos los años”.
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INFLUENCIA FRANCISCANA
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Una disposición del rey Carlos III de 1761 indica que los oficios y misa del Día de Concepción se realicen en todo el imperio español, conforme a la práctica franciscana: “Por otro breve de su Santidad expedido a súplica del Señor Don Carlos III, en enero del mismo año de 1761, se sirvió extender y ampliar a todo el Clero Secular y Regular de los reinos de España e indias el Oficio y Misa de la Virgen en el Ministerio de su Inmaculada Concepción, de que usaba la Orden de San Francisco, bajo el rito doble de primera clase con octava”. De esta manera, y siguiendo el modelo de los franciscanos, se manda que: “por tanto en virtud de la dicha autoridad Apostólica, concedemos y respectivamente mandamos y establecemos, que en los mencionados reinos y dominios se celebre la fiesta del dicho Misterio por todo el Clero, así secular como regular, y de cualquier modo exento, bajo rito doble de primera clase con octava...”
La Real Cédula del 24 de mayo de 1788 deja claro cómo debe celebrarse tal fiesta conforme lo pide la Bula de Clemente XIII y el 8 de diciembre de 1854 el Papa Pio IX declaró como dogma de fe la Inmaculada Concepción de la Virgen María. En Guatemala, los festejos se llevaron a cabo en julio de 1855, en la Catedral Metropolitana. Destacó la Coronación de la imagen de la Virgen, obra de Buenaventura Ramírez y una procesión que recorrió las calles de la ciudad, llegando al templo de San Francisco, dado que los franciscanos sostuvieron siempre la defensa de esta creencia.
EL DÍA CLÁSICO DE GUATEMALA
La fiesta de Concepción destaca por el uso del color azul. En la misma se manifiestan muchos elementos culturales como las novenas, música, altarería, pirotécnica, alfombras, teatro popular mediante las loas, bailes populares, gastronomía, en la que destacan los buñuelos y el batido. Los rezados como manifestaciones de culto externo involucran distintos sectores de la población, unidos en algarabía y armonía.
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Ramón A. Salazar, al describir este Rezado a mediados del siglo XIX, dice: “El día 8 de diciembre era día clásico en Guatemala en otro tiempo. Los jóvenes de la actual generación no podrían formarse juicio de él, por las fiestas que aún se celebran y que no son sino triste y pálido recuerdo de las de antaño, el gran acontecimiento del día era procesión triunfal de la imagen de la virgen por las calles principales de la ciudad. Comenzaba la apoteosis a las cuatro de la tarde en las puertas del grandioso templo de franciscanos; pasaba la imagen de inmenso concurso, bajo el azul del cielo, entre cánticos de alegría y sobre alfombras de flores por la Calle Real y de allí se dirigía al templo de Santa Teresa. Un tamborón inarmónico, tocado por un niño, abría el
cortejo, siguiéndolo y formando una algazara indescriptible, marchaban, saltaban, gritaban, silbaban, arrojaban cohetillos chinos, multitud de pilluelos; más atrás efigies de ángeles conducidas en andas y rodeadas de farolitos, la de Scoto y los demás defensores del dogma, y por último y en elevado trono entre músicas y cantares, luz y alegría de la imagen de la virgen”. Esta descripción tan exacta y vivencial de Salazar nos conduce hacia 1850. El propio autor afirmó convincentemente que: “como lo vi te lo cuento… y tales eran en otro tiempo las fiestas de Concepción”. Y agregó: “En estos mis recuerdos relato, no comento, no soy místico… Estos festejos eran capaces de conmover a toda una ciudad y a todas sus clases sociales, eran aquellos: los ecos de aquel pueblo entusiasmado, cualquiera habría comprendido que ese pueblo pasaba por una de sus horas felices. Y en efecto lo era, con la fe en el pecho, música en los aires, luces en el ambiente, allá en lo alto un cielo estrellado y profundo, aquí en la tierra una inalterable paz en este pueblo, olvidando sus penas, se entregaba aunque fuese por pocas horas, a la alegría y al regocijo”.
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CONVITE, LOAS Y DANZAS DE CIUDAD VIEJA Edvin Quisquinay Alcor
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a escultura de la Virgen de Concepción de Ciudad Vieja data del siglo XVI. Es una imagen que se le conoce como la Chapetona, es decir española, porque vino de la Península Ibérica. La fiesta patronal es el 8 de diciembre de cada año y es una de las manifestaciones culturales más trascendentales de Guatemala. Los indígenas de este pueblo eran tlaxcaltecas y son conocidos como shigualos. El día 7 de diciembre de cada año se lleva a cabo el tradicional convite en horas de la tarde. Esta actividad mueve gran cantidad de propios y extraños en las calles de la población. Los habitantes del lugar se esmeran en presentar un espectáculo vistoso y colorido. Es por ello que utilizan plataformas de camiones halados por cabezales, así como camiones y vehículos pequeños. Cada uno de ellos es decorado con gusanos y festones de pino, papel de colores, enramados de ciprés, hojas de pacaya, collares de manzanilla, bombas de colores y flecos de papel crepé y china. El recorrido del convite dura aproximadamente cuatro horas. Estas carrozas presentan escenas de baile, pequeñas representaciones teatrales y música en vivo con marimbas y bandas de música de viento. Los participantes se disfrazan de personajes de la política nacional, de películas del momento y de dibujos animados. Otros se disfrazan de personajes de las Sagradas Escrituras, tales como santos, diablos, ángeles y la propia Virgen María. Las tradicionales danzas, que se conocen como bailadas en la localidad, se presentan la noche del 7 de diciembre en las principales calles de Ciudad Vieja y acompañan el rezado el día siguiente. Actualmente, aproximadamente 25 grupos de danzas componen las tradicionales bailadas. Entre ellas se pueden mencionar la de la Legión de los 24 Diablos, tradicional e icónica de Ciudad Vieja; la de Los Toritos, interpretada por niños; La Hacienda de los Negritos; La Soberana del Pueblo; Los Ángeles Caídos; La Conquista de Almolonga; La Chapetona; Moros y Cristianos; El Jardín de María;
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EL RECORRIDO DEL CONVITE DURA APROXIMADAMENTE CUATRO HORAS.
Las Shigualas; y El Tirador. Cada uno de estos grupos lleva un pequeño conjunto musical, consistente en una marimba sencilla, acordeones, instrumentos de viento, guitarras y música reproducida en aparatos de sonido. Los bailarines van a diferentes casas a seguir danzando. Luego, vuelven a la plaza del pueblo al día siguiente, 8 de diciembre, y danzan a partir del mediodía hasta la salida de la procesión de la réplica de la Chapetona. La escultura original sale solo en ocasiones especiales. Las tradicionales loas o logas se montan en los techos de algunas casas de los vecinos, quienes improvisan escenarios decorados con enramados de ciprés, pino y papel de colores. Este teatro popular religioso se presenta al paso del rezado de la
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Inmaculada Concepción la tarde y noche del 8 de diciembre. En ella participan personas vestidas de diablos, ángeles, indígenas y extranjeros, donde expresan la dualidad entre el bien y el mal. Muchas de las escenas reflejan aspectos de la vida cotidiana, utilizando un lenguaje ameno y cómico que hace que la gente se ría ante los diálogos que recitan. Las loas conjugan el teatro, la música, la danza y el vestuario. La música puede ser reproducida por aparatos de sonido o bien las mismas bandas de música amenizan el rezado. Las presentaciones continúan durante los demás días de la semana de la celebración, en distintas casas de los vecinos. Todo termina cuando la escultura de la réplica de la Chapetona es trasladada a la casa del nuevo hermano mayor de la cofradía.
LA FIESTA DE SANTO TOMÁS CHICHICASTENANGO Johann Melchor Toledo y Edvin Quisquinay Alcor
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hichicastenango es una hermosa población al pie de la montaña entre la Sierra Madre a 2,070 metros sobre el nivel del mar. A este lugar llegaron los nobles quichés que huían de los conquistadores castellanos en 1524, después de que Alvarado quemara la capital con sus reyes adentro. Los indígenas fueron reducidos a esta población que fue encargada a los frailes dominicos para su evangelización.
Julio Zadik. Colección Estate Julio Zadik
Su nombre se deriva del náhuatl tzizicastli que significa chichicaste y tenango, lugar. Por lo que Chichicastenango significa lugar de chichicastes. Según Pedro Cortés y Larraz, los alrededores del pueblo estaban rodeados de árboles frondosos y espesos. Muy cercano a este pueblo estaba el pequeño poblado de San Sebastián Lemoa, donde también hay un amplio sincretismo cultural, y donde se encontraron partituras antiguas de música colonial. El Popol Vuh, libro sagrado maya es de Chichicastenango. Los indígenas quichés concluyeron el manuscrito con la ayuda del párroco fray Francisco Ximénez. Fue llevado a la ciudad de Santiago de Guatemala, donde pasó a formar parte de la Biblioteca de la Real y Pontificia Universidad de San Carlos. Luego, el abate francés Charles Etienne Brasseur de Bourbourg se lo llevó a mediados del siglo XIX. A su muerte fue vendido. Actualmente es propiedad de la biblioteca Newberry de Chicago.
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LA FIESTA PATRONAL SE CELEBRA ANUALMENTE EL 21 DE DICIEMBRE.
Julio Zadik. Colección Estate Julio Zadik
Los quichés de Chichicastenango conservaron su abolengo y tradiciones a través de las cofradías, especialmente la de su santo patrón. La fiesta patronal se celebra anualmente el 21 de diciembre. Durante la Época Colonial, Chichicastenango formaba parte de Sololá. En 1839, según cuenta John Stephens: “solo vi un mestizo en el pueblo, que era secretario del alcalde, el resto de la población eran quichés”. Actualmente, Chichicastenango está ubicada en el departamento de Quiché. Fue elevada a la categoría de villa el 13 de septiembre de 1948. Es un ícono del país que promociona el turismo a nivel nacional e internacional. Su mercado es el más famoso de Latinoamérica. Su templo católico colonial está construido sobre una edificación prehispánica y al frente se observa otro templo, El Calvario. En el interior del templo parroquial se llevan a cabo ceremonias religiosas mayas, que mezclan tradiciones prehispánicas con las católicas. Es común que se haga en el atrio la ceremonia donde degüellan a un gallo, para que con su aleteo aleje el alma de algún difunto o brujerías en contra de los indígenas.
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La población viste sus mejores galas el día principal de la fiesta. Las danzas tradicionales de los Toritos, de los Mexicanos y de los Micos y Leones se presentan desde tempranas horas del día en la plaza del lugar. Los participantes visten con lujosos trajes, decorados con flecos brillantes, lentejuelas, espejos, plumas de avestruz teñidas de colores así como otras plumas de pavo real y faisán. Cada danza está amenizada por un pequeño conjunto musical, donde predomina la marimba cromática y de tecomates. La música se escucha durante todo el día, ya que en cada esquina de la plazuela están colocados grupos musicales y marimbas alegrando la fiesta patronal. Las máscaras y trajes de cada baile son encargados a los talleres de morería, lo que mantiene el aspecto artesanal y tradicional de las danzas. Previo a la procesión con las imágenes de las cofradías del lugar, los mayordomos de la cofradía del santo patrono, en comitiva, se dirigen al templo católico revestidos con sus multicolores trajes ceremoniales. Destacan los hermosos tz’utes que cubren sus cabezas. Llevan en las manos varas e insignias de cofradía,
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LA FIESTA PATRONAL CHICHICASTECA ES LA DE SANTO TOMÁS APÓSTOL.
Marcelino Maldonado
Marcelino Maldonado
La fiesta patronal chichicasteca es la de Santo Tomás Apóstol, famosa por su sincretismo religioso. Desde la víspera se presenta la danza del Palo Volador, que tiene origen en la Época Prehispánica.
Julio Zadik. Colección Estate Julio Zadik (detalle)
elaboradas en plata. Al finalizar la misa, las esculturas de las 14 cofradías se colocan alrededor de la plazuela. En su propia anda se llevan en procesión las esculturas de San Pedro Mártir, Santa Veracruz, Santo Tomás de Aquino, San Miguel Arcángel, Nuestra Señora de Concepción, Nuestro Señor de la Ascensión, el Santísimo Sacramento, San Jerónimo, Nuestra Señora de la Coronación, Nuestra Señora del Rosario, San José, San Sebastián y Santo Tomás Apóstol. Estas tres últimas cierran la procesión, cubiertas con sus vistosos arcos de plumas ornamentadas con espejos, lentejuelas y pedrería de colores. El recorrido de la procesión es corto, pues únicamente recorren alrededor de la plaza, mientras que el sonido ensordecedor de bombas y cohetillos es infaltable. Al finalizar la procesión, San Sebastián, San José y Santo Tomás, en sus tronos emplumados, quedan expuestos frente a la puerta del templo para poder ser vistos por el pueblo. El resto de las imágenes entran al templo parroquial.
Inmediatamente, el mayordomo de la cofradía titular baila el Tzijolaj en el atrio del templo. El cofrade lleva la imagen de un jinete montado a caballo, cubierto de monedas de plata. Se cree que esta imagen tiene el papel de consejero, adivinador y espíritu de poderes sobrenaturales. Mientras el cofrade baila y sostiene al jinete en una mano, en la otra lleva una granada de fuegos pirotécnicos prendida. El baile se hace frente a la imagen de Santo Tomás y luego desciende las gradas danzando al son de la música de tambor y chirimía. Al finalizar, otros miembros de la cofradía extienden cuerdas desde el remate de la iglesia hasta la plazuela. De estos lazos pende la imagen del jinete a caballo con fuegos pirotécnicos amarrado a él. Suben y bajan la escultura constantemente, mientras que el tambor y la chirimía no dejan de sonar. Posteriormente, los miembros de la cofradía inician el rito de traspaso de varas e insignias. Los cofrades se sientan a la mesa, de acuerdo a su jerarquía dentro de la cofradía, con sus insignias colocadas sobre una mesa cubierta de un textil indígena y pétalos de flores. Durante el rito, se quema pom e incienso, acompañado de oraciones en quiché y bebidas tradicionales. Los santos se quedan en sus tronos frente al templo hasta altas horas de la noche, cuando se queman toritos, bombas voladoras y cohetillos acompañados de sones interpretados por marimba en vivo.
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GUADALUPE Miguel Álvarez
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l culto a Santa María de Guadalupe tiene sus orígenes en el Virreinato de la Nueva España, existiendo diversas fuentes, indígenas, españolas y mestizas que arrojan información sobre este tema, dentro de las que destaca, el Nican Mopohua, documento histórico que relata las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe ocurridas del 9 al 12 de diciembre de 1531 a Juan Diego, indígena azteca. Está escrito en lengua náhuatl y el título completo es: “Aquí se cuenta como hace poco milagrosamente se apareció la Perfecta Virgen Santa María, Madre de Dios, nuestra Reina; allá en el Tepeyac, de renombre Guadalupe”. La copia más antigua se halla en la Biblioteca Pública de Nueva York en el departamento de libros y manuscritos raros.
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La Virgen de Guadalupe se convirtió en el máximo símbolo de identidad en la Nueva España, representando el punto de unión entre los nativos y españoles y reforzando la nueva visión mestiza. El 26 de mayo de 1737, se declaró a la Virgen de Guadalupe como patrona de la Muy Noble e Imperial Ciudad de México, capital del Virreinato de la Nueva España. Más tarde, el 25 de mayo de 1754, el Papa Benedicto XIV, mediante Bula declaró a Nuestra Señora bajo este título como patrona de la Nueva España; se le concedió misa y oficios propios. A raíz del reconocimiento de la Guadalupana como patrona de la ciudad de México, su Ayuntamiento, en base al juramento de extender su culto por todo el Virreinato, envió cartas a otros ayuntamientos para que se sumaran a este patronazgo, siendo Puebla de los Ángeles el primero en hacerlo jubilosamente en mayo de 1738, luego Valladolid (Michoacán), Durango, Guanajuato, Querétaro, Oaxaca, Zamora, siguiendo la Ciudad de Santiago de Guatemala hacia 1740. En Guatemala había capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe en la Catedral, desde 1680, aunque no hubo un Santuario propiamente dicho. Diversos artistas iniciaron a reproducir el lienzo original, y se difundió por todo el virreinato, incluso llegando a la península ibérica. Desde el siglo XVII, llegaron a Guatemala hermosas pinturas, obras de pintores como Correa, Villalpando y Cabrera entre otros, incluso antes del juramento municipal. Debido a la traslación de la ciudad de Guatemala al llano de la Virgen, conforme al reglamento de Carlos III, se reguló el número de iglesias y ermitas en la Nueva Guatemala, no pudiendo contemplarse la de Guadalupe, pues no existía en el anterior asentamiento. Sin embargo, se levantó un Santuario que se inauguró el 9 de diciembre de 1793, siendo uno de los primeros templos novoguatemalenses. Este templo se construyó cumpliendo una petición de la Familia Gonzáles Batres y Jáuregui, que donó a la ciudad un cuadro traído desde la Nueva España, condicionando así la construcción del Santuario y la colocación del cuadro en el altar mayor. Respecto a la celebración del día de la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre, encontramos además de los actos litúrgicos, el Rezado que se lleva a cabo la tarde y noche de ese día. Aunque no hay documentos acerca de su origen, se sabe que éste es posterior a 1793 y anterior a 1842, ya que hay referencias documentales sobre estos
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LA VIRGEN DE GUADALUPE SE CONVIRTIÓ EN EL MÁXIMO SÍMBOLO DE IDENTIDAD EN LA NUEVA ESPAÑA.
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hechos. La Gaceta de Guatemala, en repetidas ocasiones, dejó testimonio de este Rezado, así como la asistencia numerosa al mismo, igual que de otras manifestaciones populares como arcos de frutas a lo largo de la estación. Las luminarias, antecedentes de los fogarones de la quema del diablo, eran llamadas iluminaciones. Éstas se hacían para el Rezado de Concepción de San Francisco y en algunas ocasiones para el de la Virgen de Guadalupe. Además se presentaban loas a lo largo de la procesión. Hacia 1892, se sustituyó la imagen procesional por la actual, bellísima obra de los hermanos Ganuza.
del Santuario, donde hay ventas de artesanías y de comida tradicional.
En muchos países hispanoamericanos se acostumbra vestir a los niños con trajes regionales, recordando el encuentro de la Virgen con el indígena. Desde finales del siglo XIX, una tradición paralela constituye tomar fotografías a los niños con sus trajes regionales, en estudios improvisados en los alrededores
El Papa Pío X la proclamó como Patrona de toda la América Latina, el Papa Pío XI la nombró Patrona de todas las Américas, el Papa Pio XII la llamó Emperatriz de las Américas y el Papa Juan XXIII, la Misionera Celeste del Nuevo Mundo y la Madre de las Américas.
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La fiesta de la Virgen de Guadalupe se celebra en muchos poblados del país. En la ciudad de Guatemala es muy importante la fiesta en la Villa de Guadalupe, poblado fundado a finales del siglo XVIII. El rezado se lleva a cabo el 11 de diciembre, siendo también muy concurrido y alegre. Muchos otros templos citadinos como la Parroquia del Espíritu Santo y la de Las Charcas o Esquipulitas, ambos en la zona 11, realizan su festividad.
Inicio del cortejo procesional del rezado de Guadalupe en el interior del templo.
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LA VIRGEN DE LA OH Anibal Chajón
E
n la ciudad de Santiago de Guatemala, ahora conocida como La Antigua Guatemala, se inició el culto a la advocación mariana de Nuestra Señora de los Remedios. El culto fue promovido por la orden de la Santísima Trinidad y los Cautivos o Trinitarios, para salvar a los cristianos capturados por los musulmanes, por lo que tuvo relevancia en España donde los musulmanes ocuparon parte del territorio. En 1530, se asignó un solar para establecer un templo dedicado a esta advocación. El promotor fue el líder de las tropas castellanas de conquista, Pedro de Alvarado. Originario de Badajoz, Alvarado pudo ver la proclamación de la Virgen de los Remedios como patrona de Fregenal de la Sierra, una población de su provincia, en 1506. La tradición afirmaba que esta imagen apareció milagrosamente en un barranco. Por otra parte, Hernán Cortés, de la misma provincia y quien era el superior de Alvarado, llevó una pequeña imagen de la Virgen de los Remedios durante su expedición de conquista en México, por lo que la devoción de los conquistadores estaba ya arraigada y explica la temprana construcción de un templo para la Virgen de los Remedios.
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Siguiente página: Nuestra Señora de los Remedios Patrona de la iglesia de esta advocación de la Nueva Guatemala de la Asunción. Tomado del libro “Los Siete Gozos de la Virgen en el ideario de La Antigua y la Nueva Guatemala de la Asunción”, de Fernando Urquizú. Revista Estudios, Escuela de Historia, USAC, 2013. p.182
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Con el traslado al valle de Panchoy, se construyó un pequeño templo en su honor junto al río Pensativo, techado con paja y, en 1575, recibió cubierta de teja. Su escultura aparece documentada hasta 1640. En ese año, se reportó que la Virgen de los Remedios contaba, a los lados, con pinturas de Santa Justa y Santa Rufina, tenía un velo de red con puntas y poseía un cielo de damasco y terciopelo azul. En 1641, la iglesia fue convertida en parroquia. Los temblores de 1649 dañaron la edificación y, en 1651, fue reparada. Poco después de que el Hermano Pedro de Betancur llegara a Guatemala, inició una profunda devoción a la imagen. En 1733, la imagen fue sacada en una procesión de rogativa para que cesara una peste de viruela que azotaba a la ciudad. En agradecimiento, los fieles costearon una peana y un resplandor de plata, que le fueron colocados en 1746. Los terremotos de 1773 dañaron el campanario y la cúpula de la iglesia y, cuando se ordenó el traslado de la capital al valle de La Ermita, se efectuó el de la parroquia en 1784. Originalmente, la iglesia estaría ubicada en una manzana, frente al convento de San Francisco, sobre la Calle Real (actual parque Enrique Gómez Carrillo), pero nunca se construyó. Por lo que la parroquia fue establecida en el templo ya terminado de El Calvario, en 1787, de donde devino la fusión de Nuestra Señora de los RemediosEl Calvario. Hacia 1800, el escritor Domingo Juarros la reportó como Nuestra Señora de la Expectación y, en 1898, volvió a registrarse en los inventarios. El templo donde se veneró y festejó la imagen de la Virgen fue dañado por los terremotos de 1917 y 1918, pero se reparó con rapidez. En 1926, el gobierno decidió la demolición del templo y la eminencia sobre la que se construyó (en realidad un montículo de Kaminaljuyú edificado sobre un núcleo de roca) para ampliar la Sexta Avenida, así como la sustitución de la iglesia por una nueva. En 1932, la antigua imagen de la Virgen de los Remedios fue alojada en su nuevo templo, edificado según diseño de Juan Domergue. La fiesta de la imagen se realiza el 18 de diciembre ya que se fusionó con la advocación mariana de la Expectación de la Virgen, ocho días antes del nacimiento de Jesús. Esta fiesta es conocida como de la Virgen de la Oh, debido a que las antífonas de la víspera empiezan con dicha exclamación de esperanza. Versiones populares indican que María quedó sorprendida por el arcángel Gabriel cuando le informó de su embarazo y habría dicho “¡Oh!”. Por ser una imagen de la Expectación lleva al Niño Jesús en el pecho, dentro de un corazón con rayos, a diferencia de la imagen original de los Remedios, que lleva al Niño en brazos.
LA FIESTA DE LA IMAGEN SE REALIZA EL 18 DE DICIEMBRE.
Como en las otras celebraciones católicas, la fiesta empieza con la oración de las vísperas, a las seis de la tarde del día anterior. En el templo se realiza una velación que incluye concierto de marimba. Ya para entonces la imagen está colocada en un anda. El día de la fiesta, la imagen es sacada en procesión por las calles adyacentes, hasta el templo de San Francisco, donde la efigie sagrada del fraile menor le recibe simbólicamente. El recorrido se inicia alrededor de las seis de la tarde, luego de la misa. Al finalizar, retorna a su templo. Después de las actividades, los asistentes reciben la comida tradicional de las fechas decembrinas, como tamales y ponche. Esta celebración es propia del tiempo de Adviento, ya que prepara para la Natividad de Jesús y comparte la atención de los fieles con la Inmaculada Concepción y la Virgen de Guadalupe.
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LA NAVIDAD en Guatemala Johann Melchor Toledo
EL NACIMIENTO
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La representación del nacimiento de Jesús es una costumbre que trajeron los frailes franciscanos a Guatemala. Fue impulsada por el Santo Hermano Pedro de San José de Betancur cuando fundó la Orden Betlemita. Cuando se instauró formalmente en Guatemala, se mandó a esculpir una representación del Nacimiento de Jesús o Misterio que todavía se conserva en el templo de Belén en la Nueva Guatemala de la Asunción. Esta obra fue hecha por Mateo de Zúñiga, como lo explica Haroldo Rodas en su libro Glorias Betlemíticas, basado en un documento encontrado por José Chaclán en el Archivo Histórico Arquidiocesano de Guatemala.
Nacimiento, atrio de la Iglesia de la Merced.
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En la primera mitad del siglo XVII, Tomás Gage narró que durante su viaje por Guatemala notó que la población era muy devota de la Navidad. Mencionó que en una parte de la iglesia había un rancho cubierto de paja, dentro de éste destacaba un pesebre donde estaba el Niño y que le acompañaban las esculturas de San José, la Virgen María, los reyes, los pastores, un asno y un buey. Durante el Época Colonial se volvió tradición que cada casa tuviera un Misterio y que se elaborara un escenario llamado Nacimiento. Las personas que morían sin haber tenido hijos donaban su Misterio al templo parroquial donde asistían a misa. A mediados del siglo XIX, José Milla describió que para el 24 de diciembre se esperaba la Misa de Gallo, había una corrida de toros, y el Nacimiento daba un aroma a las frutas de la época. Incluso mencionó que se comían los tamales de madrugada, como todavía se acostumbra. También describió el Nacimiento de don Pascual Pacaya que hacía uso de la mecánica para que circulara el agua.
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En 1894, el arqueólogo Alfred Maudslay y su esposa visitaron la Plaza Mayor de Guatemala, cerca de las fiestas navideñas y describieron la venta de pastores que estaban vestidos con indumentaria tradicional indígena y representaban labores y costumbres de Guatemala. Esto lo reafirma César Brañas en el siglo XX, destacando la indumentaria tradicional indígena en los pastorcillos. También hizo ver que en los Nacimientos de la primera mitad del siglo XX ponían de fondo un paisaje de Palestina, lo que no correspondía a los pastorcillos indígenas, flores de quiebracajete, hoja de pacaya,
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ES UNA COSTUMBRE QUE TRAJERON LOS FRAILES FRANCISCANOS A GUATEMALA.
Nacimiento, Imágenes de vestir. Colección particular.
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Nacimiento. Imágenes talladas, técnica de aterciopelado, s. XIX
pie de gallo, manzanilla y pino, entre otros detalles propios de la flora guatemalteca. Agregó que había una representación de la sociedad guatemalteca y su vida cotidiana ya que además de los pastorcillos indígenas, aparecían monjas, policías mestizos, curas rubios, hombres a caballo, animales salvajes y domésticos.
LAS POSADAS Desde el 16 de diciembre y durante nueve días seguidos, salen de diferentes parroquias y casas de Guatemala las esperadas posadas. Rememoran cuando José y María pedían posada, estando el Niño Jesús a punto de nacer. Esta representación va en una pequeña anda adornada con flores y hojas, donde van José y María. Generalmente, cada anda va acompañada de una pequeña marimba que suena anunciando la posada. Los encargados de la pólvora queman bombas y cohetes. Delante del anda los niños y niñas hacen dos filas, portan en sus manos los faroles, elaborados de una estructura de madera y cubierta de papel de colores, alumbrando el camino de los santos. Detrás del Misterio camina el grupo de rezadores. Éstos van rezando y cantando villancicos. Llevan las tradicionales tortugas y chinchines para acompañar los cantos.
El elemento más antiguo de la Navidad guatemalteca está en el chinchín. Es un instrumento creado por los mayas y aparece representado en los murales de Bonampak en Chiapas. El chinchín es elaborado con un jícaro o morro que es vaciado y puesto a secar. En su interior se colocan semillas del arbusto cucuyux, las que permiten el sonido característico del chinchín, que se sostiene con una palo de madera. El exterior del morro es decorado con flores y hojas. La tortuga también es otro elemento del mundo maya prehispánico. Su caparazón sigue siendo utilizado como instrumento de percusión. Cuando llegan a la casa que recibirá a los Señores, un grupo de los rezadores entra a la casa y el otro se queda afuera, éstos tocan la puerta y cantando piden posada, hasta que los dejan entrar. El anda se coloca en un altar preparado por los anfitriones. Ahí le rezan y luego los invitados reciben ponche, panes y dulces para celebrar. El 24 de diciembre es la última posada y generalmente los Señores regresan a la iglesia, donde tiene lugar la Misa de Gallo. En la parroquia de San Sebastián en La Antigua Guatemala, antes de la última posada bailan los gigantes. Todo esto forma parte del patrimonio intangible, que muestra nuestra tradición en las vísperas de la Navidad.
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Nacimiento, colecci贸n particular.
Julio Zadik. Colección Estate Julio Zadik
LA COMIDA El ponche, el pan dulce y el chocolate caliente destacan dentro de la comida tradicional de esta época, así como los tamales colorados y los negros que son de sabor dulce ya que están hechos con chocolate. La base principal de los tamales es la masa de maíz. Se les considera una comida mestiza porque incluye elementos prehispánicos, como el maíz, el pavo, el chocolate, el chile y el tomate y elementos hispánicos, como la carne de cerdo, las aceitunas y las alcaparras. Se envuelven con hojas de cibaque, hojas de maxán, hojas de plátano y hojas de chocón. La mayoría de las familias guatemaltecas come tamales la noche del 24 de diciembre.
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ahora en el Museo de Arte Colonial, donde se resguardó para evitar su deterioro, ya que la iglesia se encuentra dañada por sismos. En Chimaltenango también se celebran los Reyes Magos, pero no salen en procesión.
LA NOVENA DEL NIÑO
LOS REYES MAGOS
En el mes de enero se programa la novena que se le rezará al Niño Jesús. Ésta debe ser muy solemne. Antiguamente terminaba el 2 de febrero, día de la Virgen de Candelaria. Se cree que ese día la Virgen pasa limpiando la casa de todo mal y después se puede quitar el Nacimiento. La Virgen de Candelaria es patrona de Chiantla y Jacaltenango en Huehuetenango y del barrio del mismo nombre en la Nueva Guatemala de la Asunción.
El 6 de enero se conmemora la llegada de los Reyes a adorar al Niño Dios. Ese día hay quema de cohetes y rezo ante el nacimiento. No existe una comida especial para este día, aunque muchas personas están adoptando la costumbre mexicana de partir la torta de Reyes. Los pueblos que celebran como patrón a uno de los reyes son San Gaspar Chajul (Quiché) y San Gaspar Vivar (cerca de La Antigua). La imagen del patrón de la aldea de San Gaspar Vivar está
La novena es acompañada de villancicos como Rorro Niño y Venid Pastorcillos, entre otros. Cada vez que se canta un villancico los niños tocan el caparazón de tortuga y agitan los chinchines que dan un toque muy guatemalteco al rezo. Todos los presentes son invitados a una refacción. El noveno y último día se preparan tamales, que se comen al terminar el rezo. Las letanías de la Virgen son cantadas en latín o en español, muy solemnemente.
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Julio Zadik. Colecci贸n Estate Julio Zadik
LA CORRIDA DEL NIÑO Aníbal Chajón
L
a fiesta de la Natividad se celebra desde principios del siglo III, pero fue hacia el año 350 que se estableció el 25 de diciembre como fecha definitiva. Para determinar el día, se calculó que, si Jesús había muerto en marzo, debió haber sido concebido el mismo mes, lo que daría el nacimiento el 25 de diciembre. De cualquier manera, fue útil para la conversión de numerosas personas durante el Imperio Romano. En especial, porque en el inicio del invierno boreal ya existían numerosas celebraciones religiosas en la temporada en que empezaba el frío y la vida parecía menguar. Cuando se introdujo el catolicismo en Guatemala, se produjo un sincretismo entre la población indígena, pues los misioneros trataron de aprovechar las tradiciones precristianas para favorecer la nueva religión. La evangelización estuvo marcada por un número insuficiente de misioneros respecto a la población nativa, con una relación de aproximadamente un fraile por 45,000 indígenas, en la época en que la población alcanzó su punto más bajo a causa de las epidemias. Esto motivó a que los frailes utilizaran diversos mecanismos de difusión. Evangelizaron a las élites descendientes de la nobleza, como monitores que enseñarían la nueva fe al resto de la población. Éste fue el principal papel de las cofradías, que estaban integradas por los descendientes de la nobleza nativa, de manera que las personas que conservaban las creencias antiguas eran quienes recibían la nueva instrucción. La Corrida del Niño, que se reporta en diversas poblaciones del occidente, especialmente del área lingüística kaqchikel, posee las características sincréticas propias de esa época. Se registró originalmente en Sololá y se encontraba bajo la tutela de una cofradía. El día de la celebración era el 6 de enero. Después de la misa, los cofrades salían con una imagen del Niño Dios, colocada sobre una bandeja que pendía del cuello del mayordomo de la cofradía, gracias a un largo pañuelo de seda. En aquellos tiempos, la seda era un artículo sumamente costoso, ya que
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llegaba desde Acapulco, en México, procedente de Filipinas. Flanqueaban al mayordomo dos de los principales miembros de la cofradía. Otro, recolectaba las donaciones de los fieles que se encontraban en las calles del poblado y recompensaba a los donantes con pétalos de rosa, que habían sido bendecidos en la iglesia. A su vez, los donantes conservaban estos pétalos para elevar plegarias en momentos de necesidad. Doce miembros más de la cofradía completaban el conjunto, portando varas para indicar la importancia de la procesión. Todo el grupo era acompañado por un ejecutante de tambor y otro de chirimía, quienes tocaban sones tradicionales y anunciaban en forma sonora a la comitiva. El recorrido terminaba en la sede de la cofradía, permitiendo que el Niño bendijera a todas las personas en las calles de la pequeña población. El ceremonial tenía gran similitud con la fiesta de la Paach, que se realizaba en la región mam, y que consistía en un agradecimiento por la cosecha. La Paach se realizaba a finales de noviembre y se utilizaba una hermosa mazorca decorada que era entregada y recibida por los cofrades con gran respeto y ceremonia, acompañados por música con los mismos instrumentos. En la región xinka, se reportó una actividad semejante. El 6 de enero, los miembros de la cofradía, en un baile ceremonial, cargaban por turnos al Niño Jesús. Cada portador de la imagen debía usar un sombrero muy ancho, decorado con manzanilla y frutas, lo que guarda similitudes con la actividad sololateca. De manera que es una derivación sincrética que se hizo coincidir para festejar el nacimiento de Jesús. En la actualidad, se ha reportado también en Panajachel. Aquí, el 23 de diciembre, la esposa del mayordomo debe cambiar el atavío del Niño Jesús, con un baño de huevo y jugo de naranjas agrias. Se lleva al templo, donde permanece para la fiesta del 25 de diciembre. El día 5 de enero, al finalizar la misa, los designados salen corriendo por las calles, pasando por las casas y dejando las bendiciones del Niño a los habitantes. Debido al
crecimiento urbano, es necesario completar la actividad el día 7. Luego, se cura al Niño del mal de ojo, se dice que éste puede verse porque la imagen se torna pálida. Se usan los remedios tradicionales: achiote, chilca y clara de huevo. En otras poblaciones, se reporta que se lleva al Niño en una caja decorada con bricho, pino, flores de pascua y pashte y en cada casa los portadores reciben comida de la época, tamales y ponche. Los propios emisarios llevan sombreros decorados con pashte y flores de pascua. En Comalapa y en San Martín Jilotepeque, las familias reciben la visita del Niño con alegría y le piden sabiduría para los bebés de las familias, así como ofrecen alimentos a los miembros de la comitiva. Toda la decoración es parte del concepto prehispánico de salud. El Niño es tratado como un ser vivo, sujeto a enfermarse del mal de ojo por entrar en contacto con personas calientes, por ello se le cura de la misma forma. Pero, para protegerlo, se utilizan objetos rojos: bricho y flor de pascua. Para evitar la tos del pequeño, se utiliza manzanilla y, para su comodidad, el pashte. Ésta es una de las más emotivas manifestaciones de cariño al Divino Infante, al que hay que cuidar como al más preciado de los tesoros.
Edwin Castro
TODA LA DECORACIÓN ES PARTE DEL CONCEPTO PREHISPÁNICO DE SALUD.
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FUNDACIÓN G&T CONTINENTAL AC T I V I DA D E S R E A L I Z A DA S D E M AYO A AG O S TO 2 0 1 4
MAYO Guatemala Artística Instalación de obras de arte en el Aeropuerto Internacional La Aurora. Se colocaron 16 piezas en el área de ingreso del tercer nivel, con el apoyo y participación de Jamie Bischof, Tache Ayala, Cony Secaira, Ilna de Moller, Marlov Barrios, Josué Romero, Pina Pinetta y Patty de Valladares.
Bosque de Arrayanes Homenaje a las personas y entidades que han sido condecorados con la Orden del Arrayán. El 27 de mayo, Fundación G&T Continental, con al apoyo de la Asociación Cultural Vicenta Laparra de la Cerda y del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, sembró un árbol de arrayán en los jardines del Centro Cultural, en nombre a cada homenajeado.
Visiones del Centro Histórico Exposición del artista Eduardo Giraldo. El 22 de mayo se inauguró la muestra en la Galería Guatemala del Banco G&T Continental.
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Noche de los Museos del Centro Histórico Visita guiada de la exposición Mariposas. El 23 de mayo en el marco del Mes de los Museos, el maestro Manolo Gallardo, autor de la muestra, recibió a los visitantes de la Fundación G&T Continental.
JUNIO Rescate del acervo de la Hemeroteca Nacional Plan piloto de digitalización y resguardo de documentos. Con el apoyo del Archivo Histórico de la Policía Nacional Civil, dio inicio la primera etapa del proyecto a fin de conocer las necesidades de equipo y personal. Concluyó el 21 de agosto con la entrega de los archivos digitales de cuatro años del Diario El Gráfico.
Testigos Urbanos Muestra de Jorge Mazariegos Maldonado. El 19 de junio se inauguró la exposición de su obra más reciente en la Galería del Centro de Fundación G&T Continental.
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JULIO
AGOSTO
Metamorfosis
Secuencias
Exposición de Fabiola Aguirre. El 10 de julio se inauguró la muestra de 16 piezas elaboradas en diferentes materiales y técnicas en la Galería Guatemala del Banco G&T Continental.
Muestra de Karla Higueros. El 13 de agosto se inauguró la obra más reciente de la artista en la Galería del Centro de Fundación G&T Continental.
Integgrados Muestra de grabado de varios jóvenes artistas. El 14 de agosto se inauguró la exhibición en la Galería Guatemala del Banco G&T Continental.
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ENGLISH TRANSLATION EDITORIAL From page 11
Guatemala is a land rich in traditions. Invariably, these traditions are experienced during the many festivities celebrated throughout the country. Some are local, others are celebrated regionally and still others take place all over the national territory, always with nuances that enrich our abundant cultural expression. In this edition of Galería Guatemala, we document important feasts from September to December. We hope that our readers are left with the desire to explore following editions that will cover the festivities that take place during the rest of the months. We thank the writers who participate in this issue, especially Miguel Álvarez, Chronicler of the City, who kindly granted us a character of his creation, the Nía Chabela, as to guide the readers throughout the different festivities. This lady, who could have been a nanny or a household cook whose dishes were made according to the year´s feasts, lived each Guatemalan tradition wholeheartedly. We also wish to thank the photographic collaborations that enhance this edition as we are able to present different visions and ways to appreciate our cultural expressions. So, let’s travel throughout Guatemalan traditional festivities on the hand of the Nía Chabela, from the Independence celebrations to the Devil’s burning, from the prayer meetings before Christmas to the flight of giant kites. Let’s get to know the expressions that define us as Guatemalans. Estuardo Cuestas Morales
NÍA CHABELA’S* RITUAL YEAR AS LIVED IN THE NEW GUATEMALA OF THE ASSUMPTION
SEPTEMBER
From page 13 / Miguel Álvarez
The Main Plaza boasted blue and white flags everywhere. The National Palace’s portal was covered by oak and pine garlands as well as banners with painted allegories. The Lord’s Portal also looked festive with ornaments, festoons and lights. Nía Chabe ran when she heard the firecrackers and artillery announcing one more anniversary of Independence, while the chimes of the Cathedral bells turned into liberty voices.
NÍA CHABELA In Spanish, Chabe or Chabela is a nick name for Isabel, nía is short for niña, meaning girl, but in this instance it is a term that was used to address women of certain age with respect. Isabel could have been any of those women who matured under the sun of the Nueva Guatemala de la Asunción. She was a typical woman of the Nineteenth Century, formed with the Catechism and the rules of the family that gave her a roof since childhood, being why even she did not know her exact age; which is not to mean that she wanted to take years off her age. She found herself living with people who received communion daily, who scared in the face of every piece of news. Despite certain grace pertained by mestizo women, she never had a boyfriend, although it was said that the parish clerk made her pensive. Nía Chabe would go out with her enormous black shawl with which she would cover her memories. She would walk along the stone-laid streets of the city with domes and towers, temples and convents, of clay tiles, balconies, as well as patios with fountains and flowers. This city where she was born during the conservative era of President Rafael Carrera, more or less in the Year of the Lord 1855, or at least this was what the couple who found her in the Saint Sebastian neighborhood thought. She was taken in as a child, received her Catholic doctrine, made her first communion in the neighborhood parish, and saw many different things until she arrived to the plenitude of her life and then old age, all in the same house. She put God first at every moment of her life, with the principals of Christian faith and morals. Years past and she never went farther than the neighborhood of the Guarda Viejo. She looked forward to traveling to Antigua Guatemala. Each coach she saw passing by made her want to get on and go visit the ruins. She enjoyed the city and its churches, which she enjoyed attending, especially when there were feasts; she would not miss any procession or prayer meeting, the Corpus Chisti, the traditional food, or places like the Amate or Naranjalitos. The water from fountains fell through her fingers, more when she sat on the edge to the Perú water deposit. When she was thirsty, she went to the Merced water deposit because the one of the Recolección frightened her as it was told that it was the Siguanaba’s favorite.
Holger Tobuschat
To tell the truth, Nía Chabela enjoyed like no one else the New Guatemala’s ritual year among nativity scenes, processions, novenas and ceremonies, colors, smells and flavors. The awaited Twentieth Century arrived, and she died a few years after the earthquakes of 1917 and 1918, when she suffered not because of the fright and temporary structures where people had to take cover, but because she saw the destruction of domes and towers. She died a confessed woman, as she had hoped for, asking Saint Joseph to help her through her last journey, of which there is no scape.
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Those adventures of Nía Chabe left a mark on the city’s stones worn-out by processions, covered now by asphalt, but still there…. along with the marks of horse hoofs and carriage wheels. Her shawl was lost in the night that covered the city.
NÍA CHABE ON SEPTEMBER 15TH From page 14 / Miguel Álvarez
Chabela stood in front of City Hall tower; she could hardly read the inscription on stone that read: “Independence Plaza. September 15, 1821. Liberty first.” It had been placed a few days after the event. People and marimbas had altered the regular aspect of the Plaza. Nía Chabe had gone out of the house as it was hers, not without hanging drapes of patriotic colors, marine blue and white. At first, Mateo had placed them wrong, so she had to do it herself, while she exclaimed: “May God find me confessed.” On September 15th, she fulfilled her duty with the homeland, besides it was the 75th anniversary of the country’s Independence. She went to the ceremonies in front of the National Palace; somewhat frightened, she looked at the cannons and elegant military uniforms. Finally, the military parade initiated from the Main Plaza. As usual, it took Royal Street, formerly known as June 30th and South 6th Avenue. This martial activity went so far as the Calvary Church. Ah, Nía Chabe!, she had her patriotic as well as her religious side. She could not leave behind her beloved customs, so after the last battalion passed by, she ran to the Saint Sebastian neighborhood to visit the Virgin of Sorrows of Manchén, since it was her feast too. She also went to visit the Virgin of Sorrows of the Knoll. When she tired, she went to the Tuches Street to visit Nía Lola because it was her birthday, so she foresaw there would be traditional dishes. After a good chat and having learned about the latest gossip, among which it was said that next day, President Chemita, called Tachuela, would inaugurate a new building near the former seminary, the Property Registry Office, she returned home, as usual, with a full belly and a happy heart. She had complied with her two loves: Country and Mother.
QUETZALTENANGO FAIR From page 16 / Anibal Chajón
The name ‘Quetzaltenango’ comes from a náhuatl word meaning great wall of quetzals assigned by the Spaniard conquerors as their storm troopers were coming from Mexico and used this word to identify the village. Its K’iche´ name was Xelaljub Quiej, meaning ten deer referring to the day they were conquered by the expansive k’iche´ realm in the 15th century, or, refaerring to the meaning under the ten hills because of its topography. Before that conquest, there was a mam settlement named Culajá. The main activity of the village was the collection of tributes in quetzal feathers; the amount of feathers collected must have been astounding to the Mexican merchants and messengers, therefore, they named it wall of quetzals. As in all stages of Maya history, commercial activities were most relevant to any urban center, and Xelajub was considered the second most important city of the k’iche’ realm, thus, its market days must have been impressive.
The Spaniard conquest was extremely cruel in the area. In February 1524, the bloodiest and most injurious battles for the k’iche’ troops occurred in the midst of the village; a total of thirty-thousand k’iche’ warriors were killed in battle, including Ajaw K’alel, who afterwards Guatemalan historiography would call Tecún Umán. The conquest lasted six years during which there were deaths by epidemics’ and forced displacements of settlers. Upon the conclusion of this stage, the Spanish authorities became interested in catechizing the natives; therefore the village was assigned to Franciscan Friars for evangelization. The Spanish Missionaries dedicated the Temple to the Holly Spirit, since the trace of the building was made on Pentecost day, 1532. Thus, the most important religious festivity of the village must have been on Pentecost day, which is a calendar’s movable date and depended upon Easter day; it is celebrated fifty days after the boreal spring new moon. By references of the Hispanic period we know that Quetzaltenango continued being an important settlement, particularly because it was on the trading route between Guatemala City and the Soconusco, Huehuetenango, and Chiapas regions. The friars established an ample atrium in front of the convent temple. It had a perimeter wall which allowed celebrating religious activities, such as processions and masses, out in the open. The plaza, the traditional site for commercial activities was at one side of the atrium; additionally, during the religious feasts an important marked of local products as well as products brought in from Mexico and El Salvador concentrated there; therefore, extremely exotic articles as silk could be found in Quetzaltenango. Such material was brought in from Acapulco, Mexico, originated from China through the Philippines. The indigo plant could also be found, produced in Suchitepéquez and El Salvador, used for coloring materials. During the Spaniard domination the region was a producer of weavings from domestic looms, dyed by indigo plant which resulted in a characteristic blue color. In the 18th century a social phenomenon occurred transforming the settlement. Attending the order to move the capital city from the Panchoy Valley to the Valle de la Ermita, many Spaniards and mestizos refused to move to a place without public services, thus, they immigrated to Quetzaltenango. Many of them had tried to find temporary refuge in places like Villa Nueva since they were prohibited to continue in Panchoy, but were obliged by the authorities to reside in La Ermita. Therefore, Quetzaltenango offered a better panorama, providing resources and services required at the times. Upon settling in, Spaniards confronted the natives authorities who refused to follow the rules causing social tension which was controlled somehow in 1806 by the establishment of the Ladino municipality. The confrontation had religious repercussions since in 1809 it was ordered that the village feast be celebrated on the third Sunday of September honoring the Seven Sorrows of the Holly Virgin. In 1814, the Vatican established the feast of the Seven Sorrows in the fixed date of September 15th, so was the celebration established in Quetzaltenango. A short time afterwards the political separation from Spain occurred, with that, the date acquired new symbolism since the Act of Independence was signed on September 15, 1821. The establishment of a new government provoked rivalry between Quetzaltenango and the Capital City Hispanic elite. The majority of Quetzaltenango residents registered in the Liberal Party, which wanted to protect the regional textile industry, while the residents of the Capital City, the majority belonging to the Conservative Party, sought acquisition of British fabrics at low price, which was harmful to Quetzaltenango commerce. This was the political situation when, in 1827, with the intention of favoring commerce, the government decreed that the feast day would become a fair. Two years later members of the religious orders were expulsed
from the country, allowing thus, enough freedom of religious activities within the fair functions. When Quetzaltenango obtained their separation from Guatemala in 1838, it was expected that the fair would acquire major proportions. The violent reincorporation of Quetzaltenango to Guatemala in 1840 and 1849 did not stalled economic development, and with the coffee boom in 1860, the fair gained importance. The arrival of the liberals to power in 1871 with an ‘altense’1 leader, Justo Rufino Barrios, originally from San Marcos, allowed Quetzaltenango’s elite to decisively influence the country politics as they passed on to be advisors or civil servants in the new regime. The same occurred with his immediate successors during more than 30 years, each one of them altenses: Manuel Lisandro Barillas, from Quetzaltenango; Jose Maria Reyna Barrios, from San Marcos, and Manuel Estrada Cabrera, from Quetzaltenango. For that reason Quetzaltenango’s fair increased in symbolic importance, above all, because the date was related to the country’s Independence, and not to the catholic cult since many Liberal measurements were anticlerical as well as economical. In 1887 Barillas transformed the celebration as the Central American Fair to promote economy, although its location to Costa Rica and Nicaragua was not the most favorable. By doing so, he pretended to increase commerce through the Champerico harbor and the intermediate settlements as Retalhuleu and Mazatenango. In 1916 the Juegos Florales [Floral Games] were created, a literary competition born within Modernism, celebrated for the first time in 1918. In 1921, to celebrate the centenary of political emancipation, the Juegos Florales were integrated to the Feria Centroamericana de Independencia [Central American Fair of Independence]. That year the fair acquired its integrating characteristics with the countries of the Isthmus. In 1946, the election of the Queen of Juegos Florales started. The fair has been a factor even for the urbanizing of the Department Capital; first the Central Plaza, then the Minerva Fields, the Municipal Theater, the Municipal Palace, and now, the Fairs and Marketing Center. Although even more, the fair is a milestone in the hearts and thoughts of all born in Quetzaltenango.
OCTOBER / From page 24 Nía Chabela went to bed on a cold night of September 30, but the emotion did not let her sleep. The anticipation was because she had to get up early in the morning to go to Santo Domingo church for the first day of the Month of the Rosary. She was as curious as a cat while she traveled the desolated streets of the city asking herself what color the Virgin’s tunic would be. She had a candle and a small booklet with the 31 days of October, and of course, her Rosary, which had been with her for many years now. It had been brought from Lourdes. She was excited by the bell chimes and the gun powder. She entered the temple, cried and thanked Our Lady for being able to live another joyous October, participating in the prayer of the Rosary and the mass. At times she remained still, admiring the sleeping Baby in the arms of Our Lady of the Blessed Rosary. In her mind, she would rock him with sweet eulogies. She then had coffee and a delicious tamal, while chatting with Nía Meches, also a Rosary devout and guardian. During the whole month, Chabe went early in the morning to the temple, but also during the afternoon, she visited the Virgin and bought candy and a sweet, hot beverage made of corn. The last Sunday of the month, she would not miss the burning of the devil, a ritual that took place during the afternoon and consisted in throwing a burning figurine of the evil one from the top of the tower to the atrium. While it fell, there would be firecrackers, one of which almost burnt her veil. The night of October 31 was a sad one for Nía Chabela, even though the temple’s ambiance was festive, lit with candles, burning incense, and the sound of hymns. She would exclaim: “Dear Lady of the Rosary, I want another October to praise you”, while tears would fall down her cheeks and melted wax droplets from the candles would fall on her hands. The curtains, flowers, Hail Maries, everything would remain imprinted on her mind, which could tell of many things of the city and its customs.
1 [T.N.: traditional nickname for people of that geographical area].
MONTH OF THE ROSARY OUR LADY OF SORROWS From page 21 / Aníbal Chajón
Marian cult is quite ancient in Catholic Church; it is found documented towards the year 150 in the Catacombs of Priscila in Rome. During the Middle Age, the Marian cult was present and increased in the amount of avocations, that is, allusions to the stages of her life and her apparitions. Various religious men were dedicated to the contemplation of Virgin Mary and focused on the facts of her life; thus, during the low Middle Age, the Five Sorrows of the Virgin were established, referring to her sufferings during Jesus passion and death. They were based on five moments that Mary witnessed during the suffering of her Son: when Mary sees off Jesus at the beginning of his passion; Jesus presented by Pilate, crowned by thorns, before the mob and when they asked for his crucifixion; at the moment He was nailed to the cross; when Jesus received bitter gall as he was thirsty; at the moment Jesus recited Psalm 21: “My God, my God, why have you forsaken me?”; at Jesus death and the moment Mary received Him in her arms. Also during the Middle Age, in various European regions, other stages of Mary’s life were considered; in Florence during the 13th century, seven men dedicated to religious life founded the Order of Servants of Saint Mary Virgin, known as ‘servites’. For their special dedication to Mary’s life, servite constitution established the Seven Sorrows of Virgin Mary:
From page 26 / Miguel Álvarez
The tenth month of the year arrives announcing cold weather, the winds that will blow even stronger in November, and the impressive cloudscapes behind the uneven mountainous horizon west of Valle de La Ermita. From 11:30 P.M on the 30th of September, the Basilica de Nuestra Señora del Rosario [Our Lady of the Rosary] announces, with bells and fireworks, the imminent arrival of the Month of the Rosary. The origin of the Rosary goes back to the Middle Ages. Eclesiastic tradition indicates that while Saint Domingo de Guzmán, founder of the Order of Preachers, was in profound meditation, Virgin Mary, in an apparition, revealed to him the mystery of the Holy Rosary. This was taken as a powerful weapon to gain souls, tradition corroborated by various documents. After the Lepanto Battle, the feast of the Rosary had a boom due to the triumph of the Christian coalition called the Holy League, -integrated by the Kingdom, the Papal States, the Venice Republic, the Order of Malta, the Geneva Republic, and the Dukedom of Saboya-, against the Ottoman Empire in the Gulf of Lepanto; this on the 7th of October, 1571, in front of the same name city, located between Peloponeso and Epiro in today’s country of Greece. Given these circumstances, Pope Pius V instituted the feast of Our Lady of the Victories, becoming soon the Feast of the Rosary in thanksgiving for the protection
Fiestas de Guatemala
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received and include the Virgin as Helper of Christians in the laureate litanies. In accordance with the evangelization project in America, Dominicans came to the New World. They arrived in Nueva España and an entourage departed to the City of Santiago de Guatemala in 1525; they were established in 1542 in the Province of San Vicente de Chiapas and Guatemala. This process played a very important role in the defense of natives, as well as in the pacification efforts in Verapaz. On the 1st of November, 1559, the Brotherhood of the Rosary was founded in Guatemala, being Bishop Francisco Marroquin its very first member. In 1580 the image of the Virgin of the Rosary was smelted in silver, worked by Medina and Bosarraez, renowned silversmiths; after the catastrophe of 1773 it was restored by José Cornelio de Lara, a silversmith, and then, moved to Nueva Guatemala de la Asunción in 1777. The 28 of January, 1934, the image was crowned by the Pope. In 1992 was declared Perpetual Mayor of the City of Guatemala. The Temple of Santo Domingo was blessed in November 1808, and, in 1969 it was elevated to Minor Basilica of Our Lady of the Rosary, by means of a Papal Bull of Paulo VI. All of these data helps us to understand how ingrained the feast of the Rosary is in the City of Guatemala, where since 1888 every October is dedicated precisely to the Rosary. It was Julian Raymundo y Riveiro, a Friar, who established such tradition; before then, it was a novena which concluded the 7th of October, the feast of Virgin of the Rosary. The month of October has served as framework to diverse artists and craftsmen for exhibiting their faith to Our Lady by means of their artwork; among them, we find musicians who frequently premiere Ave Marias during this month, as the prayers of the Rosary are held at 6:00 in the evening; likewise, ‘altareros’, men who arrange altars, processional floats, church draperies, all of them touched by this devotional fervor. Two processions which are held the first and last Sunday of October, this latest one known as ‘de la Aurora’, have stayed permanently among the celebrations of the Month of the Rosary. Additionally, a popular fair is held around the Basilica offering social interchange, where cross-cultural ambiance is found, seasonal cookery is enjoyed such as traditional candy from divers regions, ‘xecas’ bread from Quetzaltenango, and diverse handicrafts. The closing of these activities give way to the end of the year, being the preamble the 1st of November, Day of All Saints. In the City of Quetzaltenango the Virgin of the Rosary is cherished as well, recognizing her as Patron Saint of the City. To start the festivities in her honor, her image is withdrawn from her chapel in the Cathedral of the Holy Spirit, to be taken in a procession around Parque Centroamerica and finally placed in the main altar of that temple. The feast picks up the fervor of children, youngsters and adults who throw rose petals, confetti and balloons to show their devotion to La Mamita, as numerous faithful fondly call her. The Virgin of the Rosary has been part of Quetzaltenango history and, on the 20th of February, 1781, was consecrated the by Bishop Doctor Cayetano Francos y Monroy. In March, 1983, Pope Juan Pablo II crowned the image during his first visit to the country.
THE REVOLUTION OF THE 20TH OF OCTOBER From page 30 / Carlos Sabino
Changing times It was the year 1944 and the war, the monstrous Second World War, was coming into a defining stage: Hitler’s Germany and the imperial Japan were pulling back in all fronts, and although there was no sight yet of the end of the battle, there were few doubts about the Allies achieving victory. Change was in the air of the political
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scene spreading throughout the world as The Atlantic Charter and the four freedoms -proclaimed by those who would be winners- augured peace, freedom, and democracy for all countries. The times of totalitarianism were left behind although the Soviet Union, aligned to the winning party, was also a totalitarian regime. General Jorge Ubico Castañeda was governing Guatemala who, after having reached memorable accomplishments during his initial term of office, had become a dictator, losing support day by day. Indeed, Ubico had been able to repair public finances during the critical world crisis of the 1930’s, had created road infrastructure in a country until then disconnected and with poor communications, he had also built notable constructions as the National Palace inaugurated in November, 1943. But, after more than ten years in government, there were important sectors of the citizens who were unhappy for his permanency in power, which was secured by the constitutional changes he had imposed at the appropriate time. University students were leading this political uneasiness starting protests against the government; the example of El Salvador encouraged them, since after a growing civic movement Maximiliano Hernández Martínez had to relinquish power. Demonstrations started in June, 1944, and due to the support of considerable part of the capital city population, a very conflicting situation was created which ended up alarming the president. At the beginning they demanded lifting the suspension of constitutional guarantees decreed by Ubico, but a few days later, demonstrators defined the president’s resignations and the establishment of a democratic regime as their aim. Agitation did not last long: surprisingly, after a week’s protests, Ubico deposed all resistance and resigned. The general did not want to take the road through repression nor resort to the support he surely had among ample sectors of the rural population. Disappointed by the opposition of those he considered people unappreciative and confused in ideas, he presented his resignation at once and abandoned power on the 1st of July. He simple went home leaving power to a triumvirate of officials, and an unpredictable transition began. Political transition and uprising General Federico Ponce Vaides –one of the members of the triumvirate- almost immediately got to be designated provisional president by the Constitutional Assembly. He did it so by means of open pressures, ignoring the will of those who pretended designate a civilian, and during the following weeks, he started weaving his way to consolidate his personal power and win the elections expected for December that year. The movement that had motivated Jorge Ubico´s resignation appeared defeated, disarmed, before a soldier without particular merits who seemed to walk towards the type of dictatorial government they condemned. A soundless discontent spread, then, among the students who, impotently, were not able to organize demonstrations as the June before. Yet, in barracks, there was increasing unquiet. Many young officials were ready to rise up against Ponce, knowing that they had to launch daring actions before the provisional president would get to control all the springs of power. The conspiracy, which had ample support among civilians, was growing particularly in Guardia de Honor, the city barracks where most officers with the most modern weapons were ready to fight for democracy and political freedom. Nevertheless, Ponce was not off-guard and tried to control the situation ordering the transferring of tanks and artillery; the conspiracy, thus, had to be advanced in time since without heavy weapons would be impossible to confront the troops in San José Fort and Matamoros barracks which most certainly would back up the government. A young officer, Mayor Francisco Javier Arana, was in charge of the only twelve tanks in the country, and decided that it was the time to rise up in arms and to gamble it all. In frenzied meetings on the 19th of October, various officers decided to proceed as they still had heavy weapons and the decided support of young soldiers.
At nine o’clock that night, actions began: a group tried to arrest Francisco Corado, the barracks commander, who resisted and died following a firefight. Then, taking control of the situation, the rebels formed a column of tanks which, at midnight left the military installations and moved through the capital city, confronting those from other city barracks defending Ponce Vaides government. Warned by the rabble, a group of 14 students joined the insurgents ready to participate directly into action, so did Citizen Jorge Toriello and Captain Jacobo Árbenz, who were part of the conspiracy. The battles were intense leaving many fatalities and injuries, and as the hours went on, citizens who desired a new political regime, and thought they could somehow support the rising troops, got incorporated into the action. Towards the 9 hours the following morning, resistance started to give up: a raging fire in San José Fort and the superiority of the insurgents armament, forced General Ponce Vaides to finally understand he could not continue fighting and rendered his resignation. Feverish conversations sponsored by the diplomatic corps finally offered a political response to the situation: the provisional president and almost all of the country generals –more than sixty—should abandon uninjured the country, while a Revolutionary Governing Board was being created in charge of the political power. The three members of such board were Major Francisco Javier Arana, undisputed leader of the military uprising, Citizen Toriello –the most active leader of the civil conspiracy-, and Captain Árbenz, second to the latter in such efforts and the youngest member of the board. A revolutionary government Work for the Revolutionary Board was intense. First and foremost, it ratified the presidential elections day with the purpose of breaking down the tradition of those provisionally assuming the government and staying forever in command, as it had happened before with Estrada Cabrera, Orellana, and Chacón. The new rulers wanted to show the country that they were true democrats, although, they somehow prevented the political debate the country needed by not extending the deadline to the electoral campaign. To completely renew the nation’s political life, the Board convoked to new legislative elections and to a Constituent Assembly while issuing decrees giving shape to some significant changes; among them, giving autonomy to San Carlos University, the only one in the country, establishing popular elections of city mayors who had been designated by the executive power as it was during Ubico regime. Also, during this brief government, changes related to workday regulations, union freedom, and other measurements supposedly favoring the working class were decreed. The Board’s political chronogram was accomplished. Elections were celebrated in December, resulting in the overwhelming victory of Dr. Juan José Arévalo, a civilian candidate in which people placed their hopes; a new constitution was approved in the beginning of 1945. Arevalo came to power on March 15th, starting thus, a new political age for Guatemala. Character of the revolution The events of 1944 are still debated, either if they properly configured a true revolution, or if they were something less: a simple military rising supported by civilians. In my opinion, the answer is affirmative taking into account the sudden changes introduced in the country, the popular support to the rising and the permanency of the many transformations imposed. Since then, the so called liberal rulers ceased, labor laws proposed by Arevalo and approved in 1947 were maintained, and a new frame of political strength was created which lasted several decades. But it seems timely to remember that the revolution did not have socialist characteristics. In spite of the fact that in the next government Jacobo Árbenz promulgated a law of agricultural reform and other measurements that aimed in that direction, we cannot ascertain that the leaders of 1944 –neither the civilians who supported it—wanted a socialist destiny for Guatemala. What they sought after, as is clear
in documents of the times, there was a democratic change, the end of dictatorships, the confirmation of civic and political freedom. The Revolution of the 20th of October advocated a change in the state social action favoring city as well as field workers, without attempting against private property or continuing the process toward imposition of a revolutionary socialist type of government. There are many ways of proving these statements –in the documents and testimonies of the times- and is quite meaningful the fact that Carlos Castillo Armas, who in 1954 overthrew Árbenz, was part of the movement ten years earlier and strongly maintained the revolution and socialist laws decreed by Arevalo. Truthfully, there were a minority who tried to impulse Guatemala in the ways of socialism which, in the 1950’s was still perceived as a promise of social justice. But the October Revolution was, substantially, an assertion of most of the Guatemalans democratic wishes –values unshakably maintained today—a rupture with what was considered a lost past and a wager for a modern country, where liberty blooms and all inhabitants could enjoy increasing wellbeing.
NOVEMBER / From page 34 November arrived with its wind and cold afternoons. The landscape would show the beautiful multicolored sky. Children would fly their kites on the fields located around the outskirts of the city, as well as around the Cerrito del Carmen, while Guatemalan households, among legends and reality, would intensely live the customs dictated by tradition, as it happened in Nía Chabe’s home. The preparations would begin during the last week of October. Lola, Sara and Carmen, with their baskets at hand, and under Nía Chabela’s instructions, would go to central market to buy all the vegetables and ingredients for a concoction known as Fiambre, a task that lasted up to five days in the kitchen. All the staff would participate pealing and cutting the vegetables… also one or another neighbor, but the secret of how to put everything together belonged exclusively to Nía Chabe. The recipe was a family heirloom but she also was a good cook. The morning of November 1st was announced by the chiming of church bells. Chabela, still sad from the ending of the Rosary Month, went with her employers to the cemetery to decorate the tombs of their loved ones. She carried many flowers and wreaths and she would cry again as she placed them, as she remembered each member of the family who protected her. Still crying, she would return home and the first thing she would do was to place a glass of water on her night table and light a votive candle because the elders would always say that at noon, the souls would visit their former houses to return the next day, All Soul’s Day, to their rest. Finally, the All Saint´s Day event would take place, the fiambre. By the way, there were at least eight different bowls, as they had made the traditional fiambre exchange. Chabe had been in charge of sending her version to friends and neighbors and to taste the others they had sent back. “They are good”, she would say, “but not as good as mine.” To tell the truth, each fiambre is an experience of its own, as each is very different. There are white, red, pink, sour, and sweet-and-sour. Chabe´s fiambre was delicious and while they enjoyed the food, the bells would toll all day and all month. Chabe would visit the Cathedral and San Francisco Church crypts during All Soul’s Day. The mommies that decorated the walls left her pensive. She would pray for the purgatory souls during the whole month.
DEATH AND SANCTITY:
Two expressions of Guatemalan culture From page 36 / Johann Melchor Toledo Death is one of the human beings greatest fears, although it is an event everybody has to go through. Ancient cultures have rendered cult to death or to passing to another life. Some believed in reincarnation and others in a life after life; for example, Anubis, one of the Egyptian deities who had a dog’s head, would help people to cross over the river of death. Upon passing, a Pharaoh was buried with his most precious possessions, including his slaves and servants. Christians took aspects of their prior cultures: after dying the person could go to heaven if having been good, or on the contrary, to inferno. In Guatemala was not different. During the PreHispanic Age, Maya believed in one life after death. The change of the spirit of their ancestors, among other aspects, was the core of the Maya religion. They offered human sacrifices to their deities to ensure good harvests; to avoid droughts or floods and other problems. The dance Rabinal Achí refers to a captured warrior dancing before being sacrificed. At present sacrifices are symbolic. In 1524 upon the conquest of Guatemala and the arrival of Christianity, the Dominican, Mercedarian, and Franciscan friars took care of evangelizing natives. The Christian with the Maya believes of death were fused together. Today, Christians celebrate as a holiday the 1st of November in commemoration of All Saints, and the 2nd of November as All Souls Day. For the Maya tradition is the day to remember their ancestors’ spirit. It is also the day of the patron saint in Todos los Santos Cuchumatán in Huehuetenango, and in San Juan Sacatepéquez is celebrated with great reverence as well. The 1st and 2nd of November, Guatemalans visit their decease: parents, grandparents, children and siblings who have gone ahead in their journey. Cemeteries get saturated with flowers embellishing each grave. Yet, this activity was not so during the Colonial Period when the deceased were buried in the holy fields; generally, these were built under the churches and in terrains behind the temple. After certain amount of time the remains were placed in ossuaries. The link between the population and the Brotherhoods during this period allowed parishioners to have a posthumous succor, that is, assistance at the moment of death. Brotherhoods, besides worshiping a particular saint, they would raise funds for mutual assistance; this allowed an amount for the burial. Brotherhood members and their families constantly helped the relatives in cooking, making pertinent arrangements, and paying expenses. Still now, this assistance is accustomed in some Guatemala villages. During the Colonial Period, in the village of Santa María de Jesús near La Antigua Guatemala, two important feasts were celebrated by quijovales: the Holy Week and All Souls Day. Quijovales were organizers of devotees who met to raise funds for the expenses of masses, processions, and other activities. They carried out their agenda in the same way as a brotherhood, but without legal authorization, thus, they met in member’s residences. Quijovales were very much linked to the catholic as well as to the Maya religion. During the XIX century, burials in mausoleums or niches behind the temples became more frequent. After the Liberal Revolution in 1871 cemeteries were secularized, that is, they were withdrawn from the Catholic Church and transferred to the Estate. The General Cemetery was behind the San Juan de Dios Hospital, where now is Avenida Elena, later it was moved to its present site in zone 3 of the City of Guatemala. In every town, villa, and city of the country cemeteries were built outside the urban limits. The traditional food for the 1st of November is fiambre, a famous dish combining various meats and pickled
vegetables decorated with a variety of hams and cheeses. There are several colors for fiambres, differing among them as of the ingredients which give them a particular coloring. In some villages, first they have pepián for lunch, another traditional dish, and later they serve fiambre. During that festivity some particularly delicious candy cannot be missing: syrup pumpkin, sweet potatoes, and jocotes. Culinary art shows off its best during these Guatemalan commemorations. Celebrating All Saints Day is an inseparable element of Guatemalan identity. During the entire year the patron saint day is celebrated in all different corners of the country, and, the 1st of November all of them are honored in one day. Remembering and commemorating the deceased is also part of Guatemalan religiosity since is in this celebration that pre-Hispanic, Colonial, and Republican traditions come together: integral and inseparable expressions of the people of Guatemala.
THE FESTIVAL OF GIANT KITES IN SANTIAGO SACATEPÉQUEZ, 2013 From page 40 / Rolando Estrada
The Festival 2013 of giant kites in Santiago Sacatepéquez begins the moment in which the prior festival concludes, when the creative craftsmen have the virtues and defects of their work fresh in mind, as well as those of the other participants. Consequently, the process of designing and manufacturing kites lasts a year finalizing the 1st of November. The Roman Catholic calendar of saint’s days establishes for that day All Saints Day, while for the 2nd, All Souls Day. However, cultural syncretism in Santiago Sacatepéquez has established the integration of these feasts in a period of 24 hours, beginning at dawn the 1st of November. The cosmological structure of Santiago natives, in accordance to oral tradition, establishes that the universe is divided in two levels, the underworld and the upper world. The underworld is that part of the universe under earth level; the upper world or heaven borders with the floor; and men walk over the superior limit of the underworld. At daybreak on the 1st of November the god-world, lord of the underworld, allows the ancestors souls to wander around the upper world, by places they frequented in life, and spending time with their families. Here is the importance of the kites becoming the vehicle for the souls to point directions to the souls, to find and share with their families; they are the linking element between the deceased, the saints and those alive. In a short relation of facts, a experimental life lesson is described when living with kite makers from Santiago Sacatepéquez during the preparation and celebration of the most important year event. After months of long night hours of designing and working the china paper surface, strict norms of secrecy and privacy are followed so that details of the project would not be revealed. Most of the kite makers work in economic activities of agriculture, production of handicrafts or in the industry, or tend to their academic works, carrying out the manufacturing of kites as a non-remunerated activity. The motor of this tradition is their pride for participating in the festival, and eventually, the enjoyment if their own kite becomes the contest winner. On September 1st, approximately at two in the morning, a group of 400 young volunteers, men and women, ride buses towards finca Las Viñas in Cuilapa. Observing total order and discipline they wait for dawn to begin working, swelling in pride, enthusiasm, and happiness. They cut and load bamboo trunks enough to fill up two platforms; this takes until two in the afternoon and then, they start their way back. After the crossroad of San Lucas Sacatepéquez, around five in the afternoon, at a place known as La Joya, the
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platforms and buses are decorated, then in a parade they enter the municipal area joined by school bands, beauty and talent pageants and maids of honor. Country folks, with firecrackers and jubilation, welcome the youngsters who, with emotional rejoicing, salute from the buses during the trajectory towards central park. Annually, this event begins the festival public activities. On October 19th, the election and crowning of the beauty pageants of the Giant Kites Festival is carried out. Santiago Sacatepéquez, all gala dressed, begins the activities with a parade through the main streets, where contestants wear beautiful gowns. Upon approaching the park they are received by school bands. They dance with the crowd and the exhibit of surviving kites from the year before complement the activity. At dusk, the pageants, queens and maids of honor, are treated to an eve gala dinner; afterwards the election and corresponding investiture of beauty representatives for the year festival is celebrated. It is a privilege to have access to private processes of designing and manufacturing kites. The creative craftsmen and work teams share their expectations and experiences, which are impossible to completely communicate through words and photographs. On October 31st, at the cemetery, one witnesses a unique happening: it begins with a Maya ceremony at the Ceremonial Plaza, directed by a Tata and carried out with solemnity and mysticism. In another sector of the cemetery, groups of kite makers carry posts, ropes, and their pride; in other areas, families adorn their ancestor’s graves; bamboo structures are assembled. The 1st of November at dawn, the local cemetery is crowded by visitors and families who year after year arrive to festoon their relatives’ tombs. The kite makers troop start working full blast on the assembling and raising the competing kites. The festival spectacle is expected to be marvelous with the raising of the giant kites, of up to 24 meters in diameter, as they start flying in the designated area. The organizers of the event claim a tradition of 140 years. However, interviews to elder Santiago residents declare that it has been only 40 or 50 years since the giant kites started being made. The tradition of assembling and flying kites to try and make contact with those who have been gone has always existed. Passion for this unique Guatemalan tradition is transferred to the young generations who year after year take it as their own.
TODOS LOS SANTOS CUCHUMATÁN AND THE HORSE RACE From page 48 /Aníbal Chajón
All Saint Day celebration began in the Catholic Church as a way to recognize merits of those deceased believers who maintained their faith and virtues but were not known by the rest of the faithful. This tradition goes back to the times of persecution, particularly before the authorization of Christianity during the Roman Empire, when a registry of all martyrs could not be kept, that is, those who had died for their faith. So, during the 7th century, Pope Boniface IV dedicated the Pantheon of Rome to all martyrs. A century later, Gregory III dedicated a chapel in the Basilica of Saint Peter and established the celebration for the 1st of November, feast that became universal in the middle of the 9th century. Just as the other catholic traditions in Guatemala, it was introduced after the conquest during the 16th century. When the bloody military period concluded, the native population was slaved; this caused criticism from the priests, particularly the Dominican priests. Thus, in 1542 freedom of the native population was ordered, which was carried out in Guatemala until 1549. Therefore, several towns of freed natives came up who were under direct taxation. Each town was named after a Saint and a native toponymy. One of these towns, inhabited by people of the mam language,
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received the name Todos Santos Cuchumatán [All Saints Cuchumatan]. The word Cuchumatán means ‘forced reunion’ in reference to the shape of the mountain range in which is settled. Instead of receiving the name of a saint, the Dominican priests assigned it under Todos los Santos [All Saints], thus, its feast was fixed for the 1st of November. Towards 1600 the town administration went to Mercedarian priests and depended on Chiantla curacy. Because of its climate, the residents made the most of the Spaniard introductions: sheep, peaches, and apples. Upon raising sheep, women worked on wool weaving. The region liquors, highly sought after, were prepared from exotic fruits. The Hispanic presence provoked changes in men’s clothing, since climate favors wearing pants and shirts instead of pre-Hispanic capes and faldellíns [skirts]. However, the latter became a piece of fabric wore over the trousers which can be seen in male outfits, being a millenary inheritance of mam tradition. All Saints feast was also joined to the feast of All Souls. During the pre-Hispanic period cult to the ancestor was of great relevance to all communities, only a few Christian elements were incorporated. In the celebration they were able to preserve one of the most traditional dances, the Deer Dance, a propitiatory ritual for hunting such animal (we must remember its importance in their diet before the arrival of livestock cattle and pork). Additionally, from friars they received the Dance of the little Bull, where dialogues exalt the Holy Virgin and the Saints, at the same time it served in a humorous note the Spaniards livestock activities. However, the activity of raising horses generated suspicion. Cavalry and gunpowder were prohibited to natives as Spaniards were conscious that these there their advantage over them during the conquest. Only those descendants of nobility could use horses. When the Spaniard domain ended, and these laws were overcome, pre-Hispanic religious tradition preserved and syncretized with Catholicism, maintained the use of liquor as a vehicle for communication with their ancestors and the native population developed a fondness to horses. Therefore, during the 19th century, From page 36 Saints / the race horse of All Day emerged. Free to use horses and maintaining the use of liquor with religious purposes, the 31st of October, after the bird’s sacrifice, drinking of liquor begins. As has it been during millennia, they resort to vigil. They stay up all night, and the 1st of November, in the center of the village, the horse race is carried out where the riders are intoxicated. It is not a competition; it is a long rooted religious act honoring their forbearers. It has been said that the death of one of the riders foretells a year of abundance, probably in remembrance of past sacrifices. Once more, syncretism is part of thousands of Guatemalan’s lives; in this case abundance for the coming year is announced during this period in which the dry season, of mayor risk for the agricultural communities, begins. It is life new beginning, with its eternal cycles, beginning and ending with thanksgiving to the Divine Being and the plea of new opportunities for a better future.
A VISIT TO THE CEMETERY OF SAN JUAN SACATEPEQUEZ From page 52 / Edvin Quisquinay Alcor
San Juan Sacatepéquez is a small town in Sacatepéquez; its population is originally kaqchikel with traditions from the Colonial age, and input from pre-Hispanic Cosmo vision. They commemorate the Holy Week, their patron saint, Saint John the Baptist, and their faithful departed. These activities have become the town intangible heritage which links them to their history and tradition. The most peculiar traditions of the ‘Flowers Town’ – as San Juan Sacatepéquez is known- are the visits to
the cemetery on All Saints Day, and then, on All Souls Day. These annual visits are carried on the 1st and 2nd of November; these days the town residents paint and adorn the graves of their dearly departed with crowns made of pine and cypress leaves, decorated with floral arrangements bearing the infinite variety of flowers produced by the residents as well. Each family applies its creativity and, this way, exhibits its love to beloved departed. There are many visitors to the ‘sanjuanero´ cemetery during the two first days of November. Families decorate the tombs while sharing a traditional day’s meal of fiambre, jocotes, and honeyed pumpkin, cooked corn, accompanied by local drinks and liquor. At dusk the 1st and 2nd of November, families place candles around the graves and pantheons, they walk around the tombs burning incense alternating kacqchikel prayers and pleas. The entire cemetery is alive with the memories of the departed; when the last candlelight is consumed, the living ones return home carrying all the memories of their family members, to patiently await next year in which they will meet them again.
DECEMBER / From page 56 THE BURNING OF THE DEVIL During the first days of December the neighborhood children would gather dried twigs and foliage for the traditional bonfire that was to take place as a symbol of the burning of the devil. December 7 was a day of much activity, as Chabe and the kitchen staff would prepare the traditional beverages of tiste and súchiles, as well as the batter and syrup for the beignets. An altar was prepared by a specialist, who placed the effigy of Our Lady of the Immaculate Conception amid rays, clouds and angels, as well as flowers, candles and different aromas. The small statue was a much appreciated heirloom. At 5:30 in the afternoon, Chabe would sweep every corner, sprinkling blessed water and praying Hail Maries. At 6:00 o’clock, the bonfire was lit. She would poke it with the broom. The children had a great time igniting firecrackers and jumping over the bonfire. They asked Chabe what this tradition meant. She told them that the burning of the devil symbolized a cleansing, getting rid of all evil from the household and from the heart as a purifying act to receive the Immaculate Conception Virgin the next day. It also represented the fight between good and evil. She also explained that in the old days, the bonfires were placed on the streets to illuminate the Virgin’s Eve. When the fire died out, she sprinkled it with water and sweep up the remnants. Later, Chabe went back to the kitchen while members of the band and choir, who would chant the Novena, arrived, as well as the many guests. Carmen prepared the charcoal for the incense and Mateo the coils for the firecrackers that would be lit when the Immaculate Conception Novena was over. Chabe directed the prayer, and even though the anticipation distracted her, she devoutly complied with her duty. When the ceremony was over, she served chuchitos, small tamales, beignets, and hot fruit punch in gourds from Rabinal that she had bought the year before, on Our Lady of Guadalupe’s Eve.
OUR LADY OF THE IMMACULATE CONCEPTION DAY At 5:00 o’clock in the morning, bells of the Cathedral and San Francisco Church, firecrackers and church bombs announced the great festivity of Our Lady of the Immaculate Conception. It was December 8, the Classic day in Guatemala.
Nía Chabe, as she did for all great feasts, would get up at dawn. She dressed all in white with blue bows and ribbons. She started by visiting the Virgin at the Conception Church, she then visited “the Beautiful one” a marvelous sculpture by Ventura Ramírez of 1850 in the Cathedral. Later, she continued walking down Royal Street where she would enjoy the spectacle: people placing blue curtains and drapery and mounds of pine needles and flowers ready to be put to use for the flower rugs. Finally, she would enter San Francisco shoving and pushing because there were so many people. She felt that the church would fall onto her because of the many light blue curtains with golden decorations, garlands and flying angels. She got close to the platform decorated with clouds and angels, where the precious effigy of the Virgin of Conception stood out. It was her favorite Marian representation. She would not accept contradictions on this matter. The altar had small effigies of the Virgin that people had brought for the main mass; there were also many children who were ready to make their First Communion. Nía Chabe had enjoyed the concelebrated mass, the eulogy, the orchestra and the choir. The preparations for the day would begin with the crowded church. Out in the atrium, among beignets and hot beverages, Chabe congratulated Conchita, who was celebrating her birthday. The prayer of the Rosary began at 3:00 p.m. accompanied by the orchestra, and ending with the traditional Prayer Meeting. Chabe contemplated the effigies of Her virtues, the archangels, the dogma defenders of the purest Conception, that were all being carried by children on small platforms. At 4:00 amid bell chimes and firecrackers, the Virgin was carried out while the people sang “As she was conceived”. When She crossed the threshold, the band played loudly and the amount of firecrackers increased. People would shout “Hail, hail Mary”. Chabe would cry and her voice would break down, due to the emotion she felt. The entourage took Royal Street, all carpeted with pine needles, towards Main Plaza. Following the Virgin, the band played. When the procession got close to the plaza, the Cathedral bells tolled louder, but the best expressions of love and admiration took place while going down Santa Teresa’s Street. There, the first of the eulogies was interpreted. By the way, Nía Chabe had attended the rehearsals and had made her observations. Crossing Chapel Street, it began to get dark, being why all households had lanterns. The procession passed in front of what had been the Seminary, the Economic Society of the Country’s Friends, and the University. Chabe recalled how the Virgin had been received on that block when she was a child. Late that night, the procession would go around the Victoria Plaza and continue towards the temple’s atrium where there was a pyrotechnic show. The crowd enjoyed the Day of Conception, but Chabe had lived it profoundly. When the Virgin entered the temple and the farewell hymn ended, Chabe, a true social butterfly, cried of happiness. She ended the day eating beignets and drinking hot fruit punch. And her feet, in a bowl of hot water and salt.
DECEMBER 12 Before going to the Sanctuary of Our Lady of Guadalupe, Chabe would stroll down the Prayer Meeting station to appreciate the many arches that had being erected. They were made of wood and covered with foliage, pacaya leaves and fruit. During the afternoon and among the crowd, the dark-skinned Virgin, amid song and firecrackers, passed under these ephemeral works of popular art. Behind the platform, Chabe enjoyed the music, shook the rattles she had bought before in one of the many makeshift shops
around the temple. These were to be used for the Posadas and Novenas that would follow. On the 18th, all covered up because of the intense cold of December, she went to the Prayer Meeting held for Our Lady of Remedy in El Calvario Church.
as well as hot fruit punch and delicious fruit cakes. The kitchen also enjoyed a festive ambiance, Nía Chabe put liquor in her punch, tasted her red tamal filled with turkey and also a black tamal which had been spiked with liquior, Nía Lenchita’s secret ingredient.
CHRISTMAS December days were cold. The sky was blue and clear and would contrast with the red petals of the poinsettias. The nights were dark and even colder and Nía Chabe would cover herself with a woolen shawl and drink her hot fruit punch.
Nía Chabe was not able to attend Midnight Mass, as the other staff had, so in spite of her being tired because she went to bed very late, on the 25th she hurried to Mass at San Sebastián. She admired the Nativity Scene and, as the social butterfly she was, did the same in other churches. Throughout the season, she would also visit those in neighbors’ homes.
After the 12th, she would dust the rattles that had remained from the year before. Foreseeing that there could be few, she had bought some during the Guadalupe Feast. The staff would help her repair the lanterns with colored cellophane paper.
On the 28th, despite she did not miss a date of the Christian calendar, she was taken by surprise with beignets offered by one of the maids. When she tasted them, she could tell there were fried cotton balls. She had fallen to an All Innocent’s Day prank.
On the 13th and 14th, she would get together with Lolita who lived down on the Street of the Cross, to foresee details for the Posadas. From the 16th to the 24th, the San Sebastián and Recolección neighborhoods celebrated the Posadas with lanterns and the sound of the turtle shells, whistles and tambourines, jabbering children and the high-pitched voice of Nía Lola. When they arrived to the chosen household, they would divide the group in two choirs. Chabe would remain outside and Lola would go inside. After knocking at the door with a rattle, the people inside would sing: “Tell whoever is outside, from out there, what you want as we do not open the door to anyone”, and the people outside would respond: “I am Joseph, who with Mary is looking for a place to stay so She can give birth with celestial delight.” The hymn went on asking for a place to stay, until finally, the pilgrims would enter with the clamor of firecrackers. People would share, eat beignets and have hot fruit punch. This would go on for nine days until the Posada of the 24th, which was earlier and at Lolita’s home. She decorated the house with pacaya leaves and chamomile fruit, and was very generous with the beignets and hot fruit punch. She also distributed religious stamps as souvenirs.
On New Year’s Eve, she dressed both Baby Jesus effigies with tunics made by her with sequins and beads. She would burn incense for the one in the living room to thank Him for a new year. Then, she would run to her room to break an egg in a glass of water. The next day she would see what the New Year foresaw for her according to the shape the egg would take during the night. The only thing she asked for was that it did not have the form of four candles.
The effigies of Joseph and Mary, dressed as pilgrims, would then be placed on the Nativity Scene. But for now, the social butterfly that she was, would run back home because she had to prepare everything for Christmas Eve. Nía Chabela ran amid firecrackers, arrived home and would find it already crowded. She put poinsettias in vases and saw to every last detail of her own Nativity Scene she had built in her room with colored saw dust and a hidden mirror for special effect. She placed her broken shepherds from La Antigua and hung the chamomile fruit strings, while in the living room, there was a beautiful Nativity Scene of the Eighteenth Century, the most beloved heirloom of the family, with high quality shepherds. The sky was made of tarlatan with many angels and stars. It was covered with moss, pacaya leaves and chamomile fruit strings through cliffs, ravines, and valleys, but the most beautiful part was the portal, upon which hung the star of Bethlehem. At 11:30, Nía Chabela would take the incense burners, sit in front of the Nativity Scene, hold the effigy of Baby Jesus and gently cares it. At 12:00 o’clock, when the firecrackers began, her employer placed the Baby Jesus on the manger, at which point, Nía Chabela would sing: “Come little shepherds, come adore, the King of the Heavens is born.” Then, they would all hug, cry and exchange pleasantries, while Chabe would continue caroling: “Sleep Baby, sleep”. When the ritual was over, they would go into the dining room, where the table was beautifully set with a white tablecloth, red candles, poinsettias and chucuyas; the red and black tamales were served on elegant plates,
At noon of January 1st, she would visit the Sacred Sacrament at the Cathedral and on the 6th, because it was the Feast of the Wise Men, she would take the train to the neighborhood of Guarda Viejo and await for the neighborhood´s procession of the Conception Virgin. She liked to see the Moors and Christians dance, the eulogies and especially the firecrackers. But, early in the morning, before she left the house and anyone had awaken, she had filled the children’s shoes with small toys and then she sat the effigies of both Baby Jesus, praying that no one would steal them, as she preferred they stay on their spot until February 2nd. Tradition dictated that the Baby Jesus could be stolen by a friend of relative and then given back on February 2nd, when the owners had to host a party. On January 15, her employers would return with pilgrim hats, white earth relics and candy from Zacapa and Chiquimula, as they had duly visited the Sanctuary of Esquipulas. They had taken the trip by train and carriage. The children asked about the people turned into stone they saw on the way. Chabe explained that there could be no amorous relationship between a father and godmother of a child or the mother and his godfather. The stone figures were there as an example of what happened when they did not obey this rule. On February 2nd, Chabe would go to the Church of Our Lady of Candlemas. She would buy candles with metallic colored paper strips and a Saint Blass ringshaped pastry. Then she would prepare tamales, beignets and hot fruit punch, because the Novena would end and many people would visit with rattles and turtle shells. There would also be an orchestra with singers. The following day, not only was there an enormous amount or chores, but also the punch bowl was empty, so Chabe exclaimed: “No more punch, the Virgin visited and blessed this house so now it is time to take the Nativity Scenes down and put the shepherds away because Christmas season is over.” The times and life the Nía Chabe will continue…. *Nía Chabela is a fictional character of a maid who served an upper class family in Guatemala City. Nía is short for niña, meaning little girl, a term of endearment among friends. Chabe or Chabela is a nickname for Isabel.
Fiestas de Guatemala
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FEAST OF THE IMMACULATE CONCEPTION IN GUATEMALA CITY From page 62 /Miguel Álvarez
The cult of the Immaculate Conception dates to the first years of the Colonial Period. The first brotherhood that ever existed was dedicated to this avocation. The chronicler Domingo Juarros narrated: “There are more than 30 brotherhoods in Guatemala City, but we try not to comment but about the most famous. The first to be known is that of Our Lady of the Immaculate Conception.” The antiquity of the cult of the Immaculate Conception is not the only reason for the enormous popular devotion it has in Guatemala City and in the rest of the country. There were also official reasons for its promotion: the Immaculate Conception was recognized as Protectress of the Spanish Infantry after the actions in Bombel, Holland on December 8, 1585; in 1615, all of Seville went to the streets to celebrate the Immaculate Conception, whose feast had been established on December 8 some years before; in 1616, in the Capital of New Spain, the Gild of Silversmiths offered a silver statue of Our Lady of the Conception to the Cathedral of Mexico City, opening the Conceptionist jubilance. The city of Santiago de Guatemala was one of the first to join these festivities because on September 22, 1617, the Honorable Office of City Hall declared Our Lady of the Immaculate Conception as Official Patroness of the City. Thus, on October 6 of the same year, the President of the Royal Tribunal, Governor and Captain General Mr. Antonio Peraza Ayala Castilla y Rojas –Count of La Gomera- approved the oath and to make public such patronage requested authorization for an annual procession in the Church of San Francisco. This is the origin of the Conception Prayer Meeting in San Francisco Church. Similar activities have survived to this date and there are others of recent creation. In 1654, following instructions of Mr. Francisco de Altamirano Velasco de Ircio y Castilla, as well as those of the Count of Santiago de Calimaya and President of the Royal Tribunal of Guatemala, the Knights of the Military Orders swore to defend the Immaculate Conception of Mary. In March, 1673, the guilds of firecracker workers, ironsmiths and candy makers swore the patronage of the Immaculate Virgin over their work and families. Each year they would organize special ceremonies in Her honor in the San Francisco El Grande temple, which concluded with a procession on December 8. The University of San Carlos de Guatemala also took an oath to defend the Purest Conception. Thus, the University Council participated in the celebration, activity that continued in the new city. Franciscan Influence By a 1761 disposition of King Charles III, the ceremonies and masses of the Conception were to take place in all of the Spanish Empire, following the Franciscan practice. A Royal Letter of May 24, 1788 clearly stated that the feast should be celebrated following the Papal Bull of Clement XIII and on December 8, 1854 Pope Pious IX declared the Immaculate Conception of the Virgin Mary as a dogma of faith. In Guatemala City, the celebration took place in July of 1855, in the Metropolitan Cathedral. The festivities included the Coronation of the Virgin’s effigy created by Buenaventura Ramírez and a procession that toured the city streets, ending in the temple of San Francisco, as the Franciscans had always maintained the defense of such belief.
A CLASSIC DAY IN GUATEMALA Ramón A. Salazar described the mid-Nineteenth Century Prayer Meeting or Rezado by saying: “In the past, December 8 was a Classic day in Guatemala. Today’s youth could not have an idea of what took place then, by the celebrations that still take place as
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there are but a sad and pale reminder of those times gone by. The big event of the day was the triumphal procession of the Virgin’s effigy through the main streets of the city. The apotheosis began at 4:00 p.m. at the gates of the grand Franciscan temple. The magnificent effigy, under the blue sky, among songs of joy and over floral rugs, strolled along the Royal Street towards Santa Teresa temple. A child playing a disharmonious drum opened the entourage, followed by an indescribable marching, jumping, screaming, whistling tumult who threw Chinese firecrackers, as well as little rogues; behind were angel effigies conducted on portable platforms and surrounded by lanterns. Also, Scoto’s effigy and those of the other dogma defenders followed behind, and on an elevated throne among music and song, light and joy, was the Virgin’s effigy.” This exact and lively description of Salazar takes us back to 1850. The author convincingly stated that “as I saw it, I tell it… and such was the Conception feast of the time.” And then added: “My memories I tell, I do not comment as I am not a mystic… These celebrations were able to move a whole city and all its social classes, they were echoes of an enthusiast population and anyone could have understood that people were having a good time. In fact, with their faith bursting from their hearts, music in the air, light in the ambiance, under a deep blue and starry sky, the earth lived an unalterable peace, forgetting the sorrows it rendered, albeit for a few hours of happiness and joy.” The feast of the Immaculate Conception is known for its use of the color blue. It also manifests many cultural elements such as Novenas, music, altars, pyrotechnics, sawdust rugs, popular theater by means of eulogies, popular dance, and gastronomy in the form of beignets and hot beverages. Prayers as a cult manifestation involve different sectors of the population, joined by clamor and harmony.
PARADES, EULOGIES AND DANCES IN CIUDAD VIEJA From page 68 / Edvin Quisquinay Alcor
The sculpture of Our Lady of the Immaculate Conception in Ciudad Vieja dates from the Sixteenth Century. This effigy is known as the Chapetona or Spaniard because it came from the Iberian Peninsula. The patron feast is on December 8 and is one of the most transcendental Guatemalan cultural manifestations. The indigenous people of this village were tlaxcaltecans known as shingualos. On December 7 of each year, the traditional parade or street feast takes place during the afternoon. This activity mobilizes a great number of people, both locals and tourists to the streets of the village. The population makes its best effort to present a showy and colorful spectacle. Thus, as floats they use truck platforms, pick-up trucks and small vehicles. Each is decorated with pine and cypress foliage, colored paper, pacaya leaves, chamomile fruit strings and colored ornaments. The parade lasts about four hours. The floats present dances, small theatrical representations and live music with marimbas and wind instrument bands. The participants dress as characters from the national political scene, movies and cartoons. Others dress as characters from the Sacred Scripts such as saints, devils, angels and even the Virgin Mary. Traditional dances, known as bailadas are also presented during the eve of the feast along the main streets of Ciudad Vieja and then, the following day, after the Prayer Meeting. There are about 25 dance groups that participate during the bailadas. Among them are: the Legion of the 24 Devils, which is a traditional and iconic dance in Ciudad Vieja; the Toritos or Little Bulls, danced by children; the Little Black Boy’s Hacienda; the Town’s Sovereign; the Fallen Angels; the Conquest of Almolonga; the Chapetona; Moors and Christians; Mary’s Garden; and the Shingualas. Each of these groups has a small musical band with a simple marimba, accordions, wind instruments, guitars and
portable music reproducers. The dancers visit different homes. The next day, they return to the plaza and dance from noon until the replica of the Chapetona exits the temple in procession. The traditional loas, logas or eulogies are short dramatic verses praising the Virgin Mary. These are presented on the rooftops of neighbors who improvise stages decorated with cypress and pine foliage and colored paper. This popular religious theater pieces take place while the procession passes by. The actors dress as devils, angels, indigenous and foreign people and express the duality between good and evil. Many scenes reflect everyday aspects of life, using a pleasant and comic language that makes people laugh. The music may come from portable music reproducers or from the same live bands. The presentations continue for some days in different neighborhood homes. All ends when the Chapetona replica is taken to the house of the new leader of the brotherhood.
THE FEAST OF SANTO TOMÁS CHICHICASTENANGO
From page 71 / Johann Melchor Toledo and Edvin Quisquinay Alcor Chichicastenango is a beautiful village at the bottom of a mountain, amidst the Sierra Madre at 2,070 meters above the sea level. The noble Quichés arrived to this place when they were fleeing the Castilian conquerors in 1524, after Alvarado had burned down their capital. The indigenous people were reduced to this town and were put under the tutelage of the Dominican brothers for their evangelization. The name comes from the Náhuatl tzizicastli, meaning nettle and tenango, place, thus Chichicastenango means place of nettle. According to Pedro Cortés y Larraz, the town was surrounded by luxuriant trees. The Popol Vuh, sacred book of the Mayas comes from Chichicastenango. The Quichés concluded the manuscript with the help of the parish priest Francisco Ximénez. It was then taken to the city of Santiago de Guatemala, where it was placed in the Library of the Royal and Pontifical University of San Carlos. The French abate Charles Etienne Bresseur de Bourbourg took it with him during the mid-Nineteenth Century. After his death it was sold. Today it is the property of the Newberry Library in Chicago. Their Catholic church in Chichicastenango is built over a pre-Hispanic construction. Inside, Mayan religious ceremonies that mix pre-Hispanic traditions with Catholic rites take place. It is common to see on the atrium a ceremony where a rooster is beheaded so the wing movement of the dying bird scares the soul of a dead person or some witchcraft done against the indigenous population. The Quichés maintained their lineage and traditions by means of their brotherhoods especially that of the patron saint. The patron feast of Chichicastenango is that of Saint Thomas Apostle, famous for its religious syncretism. It is celebrated annually on December 21. During its eve, the Palo Volador or Flying Pole dace is presented. This dance is of pre-Hispanic origin. The population dresses with its best attire on the main feast day. Traditional dances are presented from the early hours of the morning at the Main Plaza. The participants dress with luxurious gowns, decorated with sparkly fringes, sequins, mirrors, as well as colored ostrich, peacock and pheasant feathers. Each dance is accompanied by a small musical band with a chromatic marimba and rattles. Music is played all day as musical groups and marimbas are placed around the plaza, enlivening the patron feast. The masks and gowns for each dance are ordered at specialized workshops, which maintain the artisanal and traditional aspects of the performances. Before the procession of the brotherhood’s effigies, the elders walk to the Catholic temple dressed in multicolored ceremonial gowns. They take along their
canes and silver brotherhood insignias. When the mass ends, the sculptures of the 14 brotherhoods are placed around the plaza. On their portable platforms, they are taken on procession: Saint Peter Martyr, Saint Veracruz, Saint Thomas Aquinas, Saint Michael Archangel, Our Lady of the Immaculate Conception, Our Lord of the Ascension, the Sacred Sacrament, Saint Geronimo, Our Lady of the Coronation, Our Lady of the Rosary, Saint Joseph, Saint Sebastian and Saint Thomas Apostle. The procession is short as the effigies only go around the plaza with the deafening sound of firecrackers and gunpowder bombs. At the end, the last three effigies in the procession, Saint Sebastian, Saint Joseph and Saint Thomas are left in front of the temple’s gate to be seen by all. The rest of the effigies enter the parish. Immediately, the brotherhood elder dances the Tzijolaj on the atrium. He takes the effigy of a man on a horse, covered by silver coins. It is thought that this image has the role of an advisor, psychic and is a spirit with supernatural powers. While the brother dances and holds the horseman in one hand, he has a lit pyrotechnic grenade in the other. He dances in front of the effigy of Saint Thomas and then steps down dancing to the rhythm of the drums and the chirimía or pre-Hispanic flute. To end the ceremony, the other brotherhood members tie ropes from the top of the church to the atrium from where they hang the horseman effigy with firecrackers. Then, the brothers celebrate a passage rite, exchanging canes and insignias. They sit at the table, according to their hierarchy with their new appointed insignias on the table, which is dressed with indigenous textiles and rose petals. During this rite, they burn pom and incense, pray in Quiché and drink traditional beverages. The saints stay in their thrones in front of the temple until the late hours of the night, when pyrotechnic bulls, bombs and firecrackers are lit accompanied by live marimba music.
OUR LADY OF GUADALUPE FEAST
From page 77 / Miguel Álvarez
The feast of Saint Mary of Guadalupe has its origins in the Viceroyship of the New Spain. Many indigenous, Spanish and mestizo sources attest to this fact, among them is the Nican Mopohua, historic document that narrates the apparitions of Our Lady of Guadalupe to Juan Diego, Aztec native, that occurred from December 9 to the 12 in 1531. It is written in Náhuatl and the complete title is: “Here is told of how the Perfect Virgin Saint Mary, Mother of God, Our Queen, Guadalupe by name, recently and miraculously appeared in Tepeyac.” The oldest copy of this document is in the Public Library of New York in the Department of Rare Books and Manuscripts. The Virgin of Guadalupe became the main identity symbol in New Spain, representing a common point between natives and Spaniards, strengthening the new mestizo vision. On May 26, 1737, She was declared as patroness of the Very Noble and Imperial City of Mexico, capital of the Viceroyship of the New Spain. Later on May 25, 1754, Pope Benedict XIV, by means of a Papal Bull declared Our Lady under this title and patroness of the New Spain and was conceded Her own mass and rites. After the recognition of Our Lady of Guadalupe as patroness of the city of Mexico, its City Hall, based on the oath to extend Her cult to all the Viceroyship, sent letters to other Municipal offices as to have them join this patronage, being Puebla de los Ángeles the first to joyously do so in May of 1738, followed by Valladolid (Michoacán), Durango, Guanajuato, Querétaro, Oaxaca, Zamora and later the city of Santiago de Guatemala in 1740. Guatemala had a chapel dedicated to the Virgin of Guadalupe since 1680, but it did not have a proper Sanctuary. Many artists began to reproduce the original painting and it was spread throughout the Viceroyship, even to the Iberian Peninsula. Beautiful paintings arrived in Guatemala since the Seventeenth Century, even before the municipal oath. These were done by painters as Correa, Villalpando and Cabrera, among others.
Due to the move of the capital by order of Charles III, the number of churches was regulated in the new city, thus a church dedicated to Our Lady of Guadalupe was not contemplated at the time as it did not exist in La Antigua Guatemala. However, a Sanctuary was built and inaugurated on December 9, 1793. This temple was built by petition of the González Batres y Jáuregui family, who donated a painting brought from New Spain, conditioning the construction of a Sanctuary and the placing of the painting on the main altar. The celebrations around the feast of Our Lady of Guadalupe take place on December 12. There are liturgical rites and a Prayer Meeting during the afternoon and night. There are no documents to attest of its origin, but it is known that it began after 1793 and before 1842. The newspaper La Gaceta de Guatemala (Guatemala’s Gazette) left testimony on numerous occasions of this Prayer Meeting depicting the number of people who attended and other popular manifestations as the placing of fruit arches along the procession, as well as luminaries, which were antecedents to the bonfires lit during the Devil’s Burning. These were first lit for the Immaculate Conception Prayer Meeting of San Francisco and in some occasions for that of the Virgin of Guadalupe. There were also eulogies along the procession. The processional effigy was substituted in 1892 by the one that is currently used, a beautiful work by the Ganuza brothers. In many Hispano-American countries, people dress their children with regional costumes, reminiscent of the Virgin’s encounter with the Aztec. Since the late Nineteenth Century, another tradition constitutes the picture taking of children with their regional costumes in improvised photo studios located around the Sanctuary, where there is a variety of handcrafts and traditional food on sale. The feast of the Virgin of Guadalupe is celebrated in many villages around the country, but in Guatemala City, the feast in the Villa de Guadalupe, a town founded in the late Eighteenth Century is very important. Their Prayer Meeting takes place on December 11, attended by many people and being very joyous. Many other city temples, as the Parrish of the Holy Spirit and Las Charcas or Esquipulitas, both in zone 11, celebrate this feast. Pope Pious X proclaimed Her as Patroness of all Latin America, Pope Pious XI named Her Patroness of all the Americas, Pope Pious XII called Her Empress of the Americas and Pope John XXIII, as Heavenly Missionary of the New World and Mother of the Americas.
OUR LADY OF REMEDIES From page 82 / Aníbal Chajón
The city of Santiago de Guatemala, known today as La Antigua Guatemala, was the birthplace of the cult of the Marian avocation of Our Lady of Remedies in Guatemala. Initially, it was promoted by the Order of the Holy Trinity to save those Christians captured by Moslems, so it was relevant in Spain where these had occupied the Spanish territory. In 1530, a plot of land was assigned to establish a temple dedicated to this avocation. The promoter was the leader of the Castilian conquest troops, Pedro de Alvarado. He was from Bajadoz, where he had witnessed the proclamation of Our Lady of Remedies as Patroness of Frenegal de la Sierra, a town in his province, in 1506. Tradition stated that the Virgin had miraculously appeared in a ravine. On the other hand, Hernán Cortés, of the same province and who was Alvarado’s superior, had carried a small effigy of the Virgin of Remedies during his conquest expedition in Mexico, thus the devotion was rooted in the conquerors, explaining the early construction of a temple dedicated to Her. With the move to the Panchoy Valley, a small temple was built in Her honor along the Pensativo river. Initially, it had a straw roof which was upgraded to tile in 1575. Documents of the temple date from 1640, when it was reported that the Virgin of Remedies was
flanked by paintings of Saint Justa and Saint Rufina, that She had a net veil and was set under a Damascus and blue velvet sky. In 1641, the church became a parish. The 1649 earthquake damaged the building and it was repaired in 1651. The arrival of Brother Pedro de Betancur in Guatemala marked the beginning of a profound devotion to Her effigy. In 1773, the effigy was taken out on supplicatory procession, asking for the end of a small pox pest. As a sign of gratitude, Her followers paid for a pedestal and a silver piece that served as light rays that emanated from the effigy. These were placed in 1746. The 1773 earthquakes damaged the church’s bell tower and dome and, when the move to the Ermita valley was ordered, the parish moved in 1784. Originally, the church would be located in a city block in front of San Francisco Church on Royal Street (today, the Enrique Gómez Carrillo park), but it never was built. The parish was established in the temple of El Calvario, which was already finished, in 1787, creating the merge of Our Lady of Remedies and El Calvario. Towards 1800, writer Domingo Juarros reported the parish as that of Our Lady of the Expectation and in 1898 it was again registered in the inventory. The temple where She was worshiped and celebrated was damaged again during the earthquakes of 1917 and 1918, but was quickly repaired. In 1926, in order to broaden a main street, the government decided to demolish the temple and the knoll where it had been built, that in fact was a mound belonging to the archaeological site of Kaminaljuyú, which had been built over rock core; a new church was to be built in substitution. In 1932, the old effigy of Our Lady of Remedies was placed in the new temple, built according to Juan Domergue’s design. Her feast is on December 18 because the avocation was merged with that of the Virgin of the Expectation, eight days before the birth of Jesus. This feast is also known in Spanish speaking countries as the Virgin of the Oh, due to the fact that the Vespers’ verses begin with that exclamation of hope. Popular versions of this anecdote indicate that when the Virgin was informed about her pregnancy by the Archangel Gabriel, she was surprised and exclaimed: “Oh!” Because it is an effigy of the Expectation, she carries the Baby Jesus on her chest, within a heart with rays, contrary to the original effigy of Remedies which has the Baby in Her arms. As other Catholic celebrations, the feast begins on the eve with the recitation of the Vespers and a wake which includes a marimba concert. By then, the effigy is on a portable platform. The following day, the effigy is taken out on procession through nearby streets, until it reaches the temple of San Francisco, where it is symbolically received. It then returns to its temple. After the activities, those present eat traditional food of the season as tamales and punch. This an Advent celebration, in preparation for the Nativity.
CHRISTMAS IN GUATEMALA
From page 85 / Johann Melchor Toledo
THE NATIVITY SCENE The tradition of recreating the birth of Jesus was brought by Franciscan priests. It was promoted by Saint Brother Pedro de San José de Betancur when he founded the Bethlemite Order. When it was formally established, he had a Nativity sculpture made by Mateo de Zúñiga which still is located in the Bethlehem temple of Guatemala City. During the first half of the Seventeenth Century, Thomas Gage narrated that while traveling throughout Guatemala, he noticed that the population was very much devoted to Christmas. He mentioned that churches dedicated a corner where they placed a straw covered structure under which the Baby Jesus was set on a manger, accompanied by sculptures of Saint Joseph, the Virgin Mary, the Wise Men, shepherds, a donkey and an ox. During the Colonial Period, having a Nativity Scene in each household became a tradition. People who died
Fiestas de Guatemala
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without heirs bequeathed their Nativity Scene pieces to their parish. In mid-Nineteenth Century, José Milla described that every December 24, the population awaited the Midnight Mass, there was a bull fight and the Nativity Scene gave an aroma of seasonal fruit. He even mentioned that they ate tamales at dawn, as people still do today. In 1894, archaeologist Alfred Maudslay and his wife visited the Main Plaza around the Christmas season and described the sale of shepherds who were dressed with traditional indigenous costumes and represented everyday jobs and customs. This was reaffirmed by César Brañas during the Twentieth Century, when he emphasized the traditional costumes of the shepherds. He also noted that Nativity Scenes during this time had Palestine landscapes as backdrops, which did not correspond to the indigenous shepherds and local flora. He added that that one could see Guatemalan society represented in everyday life because there were also nuns, mestizo policemen, blond priests, and horsemen, as well as domestic and wild animals.
THE POSADAS Beginning on December 15 and during nine consecutive days, the awaited Posadas go out to the streets on processions. These are organized by families and parishes. They reminisce when Joseph and Mary went from inn to inn asking for a place to spend the night for Baby Jesus to be born. This representation is usually carried on a small portable platform adorned with flowers and foliage. Each platform is accompanied by a marimba announcing the Posada. Men are in charge of igniting firecrackers and church bombs. Opening the procession are children who carry colored lanterns, behind follow the adults who pray and sing Christmas carols. They carry the traditional turtle shells and rattles to play along. The oldest element of Guatemalan Christmas is the rattle. It is an instrument created by the Maya civilization and appears represented in the Bonampak murals in Chiapas. It is made of a dried calabash gourd. Cucuyux seeds are inserted to create the characteristic sound of the rattle which is then run through by a stick that shuts it and then serves as a holder. It is decorated with flower and animal designs. The turtle shell is another pre-Hispanic element and it is still used as a percussion instrument. When the procession arrives to the household that will receive the Posada, some of the attendants go inside and others stay out and symbolically knock at the door. In song, they ask for a place to spend the night. The song continues inside, denying entrance until finally they are let in. The platform is placed on a prepared altar. The hosts recite the prayer of the day and then offer a hot fruit beverage called ponche, as well as sweet bread and candy to celebrate. The last Posada takes place on December 24, when the Holy Family usually returns to the church for the Midnight Mass.
FOOD Fruit ponche, sweet bread and hot chocolate are among the traditional food of the season, as well as red and black tamales that are made with corn batter. These are considered mestizo food as they include pre-Hispanic elements such as corn, turkey, chocolate, peppers and tomatoes as well as Hispanic elements like pork meat, olives and capers. They are wrapped in plantain leaves. Most Guatemalan families eat tamales on Christmas Eve. THE THREE WISE MEN The arrival of the Three Wise Men to adore the God Child is celebrated on January 6th with a Prayer Meeting and firecrackers. There is no special food for the day, although many people are adopting the Mexican tradition of offering the Wise Men Torte. Guatemalan towns that celebrate one of the Wise Men as Patron Saint are San Gaspar Chajul, Quiché, and San Gaspar Vivar, near Antigua Guatemala, whose effigy is today at the Colonial Art Museum because the temple is damaged.
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THE BABY JESUS NOVENA This novena is organized in January. In the old days it was to end on February 2nd, day of Our Lady of Candlemas. It is believed that the Virgin Mary passes through every household to cleanse all evil, after which the Nativity Scene can be put away. She is patroness of Chiantla and Jacaltenango in Huehuetenango, as well as a neighborhood of that name in Guatemala City.
streets with the effigy. They pass though the homes leaving behind the Baby’s blessing to its inhabitants. Due to urban growth, the activity is completed two days later. Then, the Child is cured from any evil eye. It is said that this can be seen because the effigy becomes pale. They use traditional remedies such as annatto, chilca, a plant used for medicinal purposes, and egg white.
The novena takes place accompanied by Christmas carols dedicated to the God Child as “Sleep Baby” and “Come Shepherds” along rattle and turtle shell sounds. Tamales are served for the ninth day to celebrate the end of the Novena. Litanies are sung in Latin or Spanish.
Other villages report that the Child is carried in a box, decorated with metallic spangle, pine, poinsettias, and other local plants. The carriers receive seasonal food in each household. The emissaries wear decorated hats. In Comalapa and San Martín Jilotepeque, families receive the Child’s visit with joy and ask for wisdom for their children, while they offer food to those who carry Him.
THE RUN OF THE GOD CHILD From page 92 / Aníbal Chajón
The Nativity Feast is celebrated since the beginning of the Third Century, but it was not until the year 35 that December 25 was established as its definite date. To determine the day, it was calculated that if Jesus had died in March, he must have been conceived on the same month, what determined December as his month of birth. In any event, it proved useful for the conversion of many people during the Roman Empire, especially, because at the beginning of the boreal winter there already were numerous religious celebrations due to the cold weather when life seemed to diminish. When Catholicism was introduced in Guatemala, it produced a syncretism among the indigenous population, as missionaries tried to take advantage of the pre-Christian traditions to favor the new religion. Evangelization was marked by an insufficient number of priests in proportion to the indigenous population, with a relation of approximately one priest to every 45,000 natives at a time when the population reached its lowest point due to epidemics. This made priests use the most diverse evangelization mechanisms. They first converted the elite, descendants of Mayan nobility, as monitors who would teach the new faith to the rest of the population. This was the main role of brotherhoods. The Run of the God Child which is reported in many western towns, especially in the Kaqchikel region has syncretic features of Colonial times. It was originally recorded in Sololá, under the care of a particular brotherhood. It was celebrated on January 6th. After the mass, the brothers would walk the streets with the effigy of the God Child who lay on a tray that hung from the neck of the brotherhood’s leader, thanks to a silk handkerchief. At the time, silk was an expensive article as it came via Acapulco, México, from the Philippines. The leader was escorted by two of the elder members of the brotherhood. Other members collected the donations given by the believers who awaited on the streets and who in turn were compensated with rose petals that had been blessed. They kept these petals to elevate prayers in their time of need. Twelve more members of the brotherhood completed the group, staffs in hand as to indicate their importance in the procession. They were accompanied by traditional tunes played by a drum and a chirimía or flute. The run ended in the brotherhood seat, allowing the God Child to bless everyone on the streets of the small town. This ceremony was similar to the Paach feast which took place in the Mam region. It was a ceremony to give thanks for the harvest on late November. An ear of corn was beautifully decorated and was offered and received by the brotherhood members with great respect and ceremony, accompanied by the same instruments. A similar activity was reported in the Xinka region. On January 6th, the brothers, in a ceremonial dance, took turns to carry the Baby Jesus. Each one had to use a wide-brimmed hat, decorated with chamomile fruits. Today, it is reported to take place in Panajachel, Sololá. Here, on December 23, the wife of the brotherhood leader must change Baby Jesus’s clothes, with a bath of egg whites and sour orange juice. It is taken to the temple where it rests until Christmas Day. On January 5, after mass, the designated brothers run through the
The decoration tradition comes from the pre-Hispanic concept of health. The Child is treated as a living being, susceptible to evil eye by having contact with “hot” people. To protect Him, they use red objects as spangles and poinsettias. For the Child to avoid cough they use chamomile fruit and for his comfort, pashte, which is a parasite that grows on trees and when gathered, may be used as a cushion. This is one of the most emotional manifestations of love towards the Divine Infant, who is to be taken care of as the most precious treasure.
FUNDACIÓN G&T CONTINENTAL ACTIVITIES / From page 97 MAY
Artistic Guatemala. Installation of art pieces in La Aurora International Airport. Sixteen works of art were placed in the lobby of the third floor with the support and participation of Jamie Bischof, Tache Ayala, Cony Secaira, Ilna de Moller, Marlov Barrios, Josué Romero, Pina Pinetta and Patty de Valladares. Myrtle Forrest. Homage to persons and entities who have received the Order of the Myrtle. On May 27th,G&T Continental Foundation, with the support of the Cultural Association Vicenta Laparra de la Cerda and the Miguel Ángel Asturias Cultural Center, planted a myrtle in the Cultural Center gardens, in the name of each honoree. Historical District Visions. Exhibit of the artist Eduardo Giraldo. The show opened on May 22nd in Galería Guatemala of G&T Continental Bank. Museum Night in the Historical District. Guided tour of the exposition Butterflies. The artist Manolo Gallardo, author of the paintings, received the visitors of G&T Continental Foundation on May 23rd, during Museum Month.
JUNE
Salvage of the National Newspaper Archive heritage. Digitalization and safekeeping pilot program. The first phase of the program began with the support of the National Police Archive in order to get to know the needs of personnel and equipment. It concluded with the presentation of the digitalization of four years of the El Gráfico Daily. Urban Witnesses Exhibit of Jorge Mazariegos Maldonado. The show of his most recent work opened on June 19th in Galería del Centro of G&T Continental Foundation.
JULY
Metamorphosis Exhibit of Fabiola Aguirre. The show of sixteen pieces elaborated with different materials and techniques opened on July 10th in Galería Guatemala of G&T Continental Bank.
AUGUST
Sequences. Exhibit of Karla Higueros. The show of her most recent work opened on August 13 in Galería del Centro of G&T Continental Foundation.
Integgrados (Integrated). Etching exhibit of various
young artists. The show opened on August 14th in Galería Guatemala of G&T Continental Bank.