MAESTRIA EN INNOVACIÓN FORMACIÓN DOCENTE Estrategias de aprendizaje de ciencias experimentales en educación básica
INTERNET, DE SUEÑO A REALIDAD
Al binomio Museos-Ciencia se ha venido a sumar muy recientemente Internet. Una simbiosis en la que dos viejos gigantes de la cultura humana, en activo desde hace muchos siglos se podrían beneficiar de la entrada en escena del último producto de la construcción neuronal planetaria. En 1962, J.C.R. Licklider, primer director del Computer Research Program del ARPA(Advanced Research Projects Agency ), soñaba en el MIT bostoniano con la idea de una red galáctica de ordenadores y lo puso por escrito. Por eso se le recuerda como un origen. El origen de la Internet que, obviamente, es uno de esos inventos con muchos padres. En cambio la madre de Internet es bien conocida y única: La Guerra Fría. ARPA era una agencia dependiente del pentágono americano y buscaba la gestación de una red de interconexión de ordenadores segura, blindada mediante una estructura descentralizada, a prueba de destrucción nuclear. Y la consiguió, naturalmente. Al fin y al cabo las guerras, frías o calientes, constituyen las demandas de desarrollo tecnológico más incondicionalmente financiadas. Pero Internet creció rodeada por gente con otro tipo de ideas, más centradas en el establecimiento de una red para comunicarse y compartir que para aislarse y prevalecer, científicos idealistas que fueron los primeros en el uso y abuso del correo electrónico, o gente como la del proyecto Guttenberg que decidieron poner en la red libros clásicos al alcance de todos. De esta forma, Internet ha crecido como un árbol tropical de fuertes raíces que se ha aupado sobre el búnker planeado originalmente, con sus raíces nutriéndose de él. Internet es una realidad reciente, y es una realidad en inglés, claramente el idioma preponderante en la red, en relación a su número de hablantes. Los contenidos en español están infrarrepresentados, aunque quizá menos de lo que pudiera parecer. Así por ejemplo, se estima que un 5% de las páginas de la World Wide Web están en español, un idioma que hablan unos 400 millones de personas, que a su vez representan el 6.7% de la población mundial de 6000 millones. El tercer mundo es el verdadero marginado de Internet.