REGLAS Y LÍMITES EN LA FAMILIA ¿Por qué es necesario poner reglas y limites a los hijos?
Existe varias razones para aplicar reglas y límites en los hijos algunas de ellas son:
Necesitan estar guiados por los adultos para que aprendan a saber cómo realizar lo que desean de la manera más adecuada. Se establecen reglas para fortalecer conductas y lograr así el crecimiento personal. Los límites deben basarse en las necesidades de los hijos. Lo que se limita es la conducta, no los sentimientos que la acompañan. Los límites deben fijarse de manera que no afecten el respeto y la autoestima de los hijos. Evitar calificar a los hijos.
Hoy en día se reconoce una profunda crisis de autoridad en todos los ámbitos de la sociedad. Se ha confundido la autoridad con el autoritarismo o el uso inadecuado del poder. Tener autoridad significa marcar límites y objetivos claros que permitan a los hijos diferenciar lo que está bien de lo que está mal de acuerdo con la cultura familiar en que se vive. Sin embargo, esta condición sufre una crisis
cuando padres y madres reconocen que han perdido la autoridad ante sus hijos, como consecuencia de la excesiva flexibilidad de estos límites. A partir del nacimiento del niño o la niña, en muy poco tiempo después los padres se declaran incapaces para ejercer la autoridad y buscan ayuda para enfrentar los comportamientos inadecuados que son cada vez más frecuentes en la niñez.
¿Cuál es la explicación a este fenómeno que se profundiza en la adolescencia? La respuesta; el inmenso amor que se siente por los hijos provoca en muchas ocasiones que las actuaciones paternas y maternas, llenas de buena voluntad, lleven a la pareja a cometer errores como los siguientes:
Permisividad. Las y los jóvenes necesitan referentes y límites para desarrollarse con seguridad.
Ceder después de haber dicho NO. El “NO” no se negocia cuando se ha tomado la decisión de manera consciente y sin la carga de emociones negativas.
Ejercicio del autoritarismo. Es el extremo contrario a la permisividad y se ejerce cuando se intenta que los adolescentes hagan todo lo que el padre o la madre quieren acabando con su personalidad. Es la obediencia absoluta.
Falta de acuerdos para educar. Se puede dar entre los padres o con otros miembros de la familia. Los Jóvenes deben tener límites muy
claros pero también muy estables y consistentes de parte de quien los educa.
Relacionarse con gritos y perdiendo la cordura. Tal actitud refleja una falta de control emocional, es un abuso de la fuerza que el adulto posee, provocando una humillación en los hijos que se van acostumbrando a este ambiente. Poco a poco se acostumbran y cada vez hacen menor caso a los gritos y otras formas de violencia.
Falta de cumplimiento en las promesas y en las amenazas. Cuanto más se promete o se amenaza a los chicos, menos cumple el padre o la madre lo que dice. En ambos casos se debe ser realista.
Falta de comunicación para tomar acuerdos. Factor de alta importancia, especialmente en la etapa adolescente. Provoca el rompimiento de las relaciones entre padres e hijos.
No escuchar. La vida moderna está llevando a las personas a olvidarse de escuchar a quienes les rodean. Los padres se quejan de que los hijos no los escuchan, pero tampoco los hijos son escuchados.
Olvidar que alguna vez se fue adolescente. Se manifiesta con la exigencia de comportamientos casi perfectos, señalando duramente los errores de los hijos.
¿Qué hacer para evitar incurrir en este tipo de prácticas? Aquí se brindan algunas sugerencias que contribuyen a fortalecer la autoridad de la madre y el padre, pero no hay que olvidar que se debe confiar en el sentido común y en el inmenso amor orientado a educar a las hijas e hijos independientes y seguros de sí mismos:
Tener muy claros los objetivos de la educación familiar.
Educar con el ejemplo.
Darles tiempo suficiente para aprender.
Valorar sus intentos por ser mejores.
Brindarles la confianza necesaria.
Reconocer los errores propios.
Evitar los largos comportamiento.
discursos
“SERMONES”
sobre
el
buen
Existen dos factores que son absolutamente imprescindibles en la relación con los hijos y las hijas: Amor y Sentido Común “Educar a un niño es como sostener en la mano un jabón. Si aprietas mucho sale disparado, si lo sujetas con indecisión se te escurre entre los dedos, una presión suave pero firme lo mantiene sujeto.”
Bibliografía Astorga, N. C. (s.f.). "Aplicando límites y reglas a nuestro hijos". Recuperado el 16 de Marzo de 2012, de Consultorio Especializado en Lenguaje y Aprendizaje: http://www.grupoalianzaempresarial.com/consultorioespecializadoenlenguajeyaprendizaje/aplica ndoreglasylimitesanuestroshijos.htm Jhon, L. (s.f.). "Las Reglas y los Límites". Recuperado el 16 de Marzo de 2012, de Sepiensa Org: http://sepiensa.org.mx/sepiensa2009/jovenes/escuela/reglas_autoridades/s_reglasYlimites/regYli m_2.htm Talk To Them. (25 de Agosto de 2011). "Ayude a los adolescentes a establecer límites". Recuperado el 16 de Marzo de 2012, de Talk To Them: http://www.talktothem.org/es/consejos-para-dialogarcon-sus-hijos/ayude-a-los-adolescentes-a-establecer-limites.html