Visión general del tercer grado

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Tema de Estudio

Visi贸n general del tercer grado Dr. Helmut Von K眉gelgen



Curso para maestros impartido en la Ciudad de México, del 20 al 24 de agosto de 1973. Resumen preparado por la Profra. Dolores S. Gómez G. Información adaptada para los padres.

Visión general del tercer grado Dr. Helmut Von Kügelgen

La imagen del hombre El maestro ha de estudiar una y otra vez, las etapas del proceso evolutivo y desarrollo del niño, para formar así un niño vigoroso y saludable. En las diferentes etapas de la vida del niño se presentan varias crisis, y si tiene una imagen de todo el proceso evolutivo, estará preparado para ayudarlo. La vida está limitada por los portales del nacimiento y de la muerte; el portal del nacimiento está enmarcado por el amor. Debe tener conocimiento de que el niño entró por el portal del nacimiento, trayendo consigo un caudal de su vida prenatal, que irá aposentando en su personalidad. El niño sano trae consigo una espontánea confianza y la voluntad de vivir; la tarea del maestro consiste en evitar que se destruya ese legado, y saber manejar esas tendencias para dar oportunidad a que se realicen. Al mismo tiempo, su existencia está influida también por el portal de la muerte; si el maestro tiene presente el momento de la muerte, ayudará a que el niño tenga un sentido de sabiduría y libertad. Debe tener presente en la educación, el proceso evolutivo que culmina con la muerte. El mundo prenatal y el postmorten son uno mismo. En todos los días de

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nuestra vida se reflejan el nacimiento y la muerte; toda adquisición de sabiduría y libertad está relacionada con el proceso de la muerte. En todo niño, la voluntad de vivir está acoplada con el afán de conocer; estos dos elementos deberán estar presentes a lo largo del proceso escolar.

El proceso de aprendizaje consiste en: primero hacer, luego comprender y, entre ellos, la captación emotiva. A propósito de la primera fase, cabe recordar que la voluntad se manifiesta al nivel del cuerpo, cuando el niño empieza a erguirse; la primara conciencia del yo 1 llega más o menos a los 2 años; para el final del primer septenio, el niño ha 3

llegado a la madurez necesaria para entrar a la escuela.

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Primer septenio Voluntad

Al final del primer septenio se libera la voluntad;

Segundo septenio Sentimiento

el segundo septenio culmina con la liberación del sentimiento;

Tercer septenio Pensar

el tercer septenio culmina con la liberación del pensamiento.

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En el segundo septenio se ubica la edad 9 años, de particular interés para 3

nuestro tema, que es la preparación del tercer grado. 1

Voluntad y destino están emparentados. Cada 2 años hay momentos de crisis 3

que, si logramos superarlos, entramos en un proceso de liberación. A la crisis de los 9 años, Steiner la llamó el RUBICÓN. En esta edad, el niño debe encontrar una relación nueva con su familia y escuela, y también una nueva relación con el pasado; empieza la mirada crítica. Con el término del “Rubicón” se alude al episodio histórico en que Julio César, después de sus años de “exilio gálico”, se alista para cruzar el río Rubicón y lanzarse a la reconquista de Roma, de donde había partido años antes. Esta búsqueda de una nueva relación con el hogar, con el pasado, con lo heredado, es el problema del escolar a los nueve años. El plan de estudios del tercer grado ha sido diseñado para ayudar al niño a salvar esa nueva situación crítica, con su familia y con su medio ambiente. Lo que hasta hoy fue relación inconsciente, se hará consciente. Los niños a los nueve años son particularmente sensibles y, con gran sentido de justicia se preguntan: ¿Tienen ustedes, maestros, derecho de educarnos? A los nueve años, el niño llega al más perfecto balance entre sus funciones orgánicas. Empieza suavemente a vincularse con el pasado y a tener las primeras

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ideas sobre lo que quiere ser en el futuro1 Este vislumbre del futuro después se opaca, para reaparecer en la edad adulta. Desde el punto de vista del maestro, los niños a esa edad son más rebeldes, traviesos; el maestro debe estar preparado para encauzar debidamente esas tendencias. Tiene que saber observar con mirada clínica en qué momento tiene cada niño, y el grupo en general, este saludable cambio. A partir de los 9 años, nace la facultad de convivir con lo aprendido durante el sueño, para renovarlo a la mañana siguiente; antes de esa edad, no tiene caso que encomiende los temas de estudio a la “consulta con la almohada”; a partir de los nueve años, sí. Steiner nunca precisó la edad exacta en que tiene lugar el cambio de la relación del niño con su temperamento, (recordemos que él indica que el niño tiene otra relación entre el temperamento y la base corpórea que será el adulto; véase por ejemplo, el esquema en la pág. 36 del libro de Bindal [El cálculo] pero por las observaciones hechas en la escuela se ha llegado a la conclusión que es en esta edad cuando sucede).

Materias que se tratarán en el tercer grado El maestro debe revivir el acto de aprendizaje de la escritura; esto se hará con la introducción de la escritura cursiva. Para introducirla, debe saber si los niños ya han pasado por el Rubicón, porque éste es un análisis consciente; de este modo, arranca al niño de la rutina y actua sobre su voluntad. Es necesario que el niño empiece a recapacitar conscientemente sobre lo que está haciendo. Hay niños que tienen problema en el trazo de la parte baja de la letra g ( ); esto demuestra falta de voluntad y el maestro debe marcar el error concretamente

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Véase Susanne Berlín, BOLETÍN No. 14

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para que pueda mejorarlo; si el niño logra cambiar en algo su letra, habrá dado un paso adelante en su voluntad. Es muy importante la dicción del maestro; en esta época el niño debe descubrir la belleza del lenguaje; puede ser no sólo por medio de la poesía sino durante todo el tiempo de la clase, para que el niño reciba una bella impresión que satisfaga su sentido estético. Debe presentarle poesías cuyo contenido esté por encima de su nivel intelectual, que ahora capta por medio del sentimiento, y que depositan en él imágenes que le ayudarán a llenar el caudal en su vida futura. El lenguaje hablado es el instrumento principal del maestro para transmitir belleza, y debe estar consciente de ello. Todo maestro debe cultivar, él mismo, el reino de la belleza. Toda práctica del lenguaje es, a la vez, educación del Yo humano. Así se contribuye a que el niño sea dueño de su propio destino.

Temática de las diferentes materias R. Steiner hizo algunas observaciones esclarecedoras acerca de lo que él llama el “misterio del mal”; es necesaria la confrontación con el mal, y es justamente a la edad de los 9 años cuando esta idea, conflictiva para el niño, cobra especial importancia. La meta del maestro es vencer el mal en todas sus manifestaciones, y en esta lucha contra el mal, los festivales tienen gran importancia. El mal como fenómeno de conciencia se ha venido incorporando a la humanidad con los albores de la época moderna. Hay una frase de Goethe que así lo expresa “No hay fechoría de la que yo no me sintiera capaz”. Debemos vencer, dentro de la propia conciencia, las inclinaciones que tenemos hacia el mal. Esta situación afecta a toda la humanidad a partir del siglo XV, y es cuando la educación empieza a ser más importante; a través de ella, nos convertimos en vencedores de las fuerzas antagónicas.

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Para enfocar esta lucha contra el mal, hemos de adoptar una posición de equilibrio. Las virtudes no son el polo opuesto del mal, sino el punto de equilibrio entre dos posibles aberraciones. La virtud está en peligro de rodar hacia cualquier extremo de degeneración. Cada virtud es el perfecto balance entre los extremos. También el mal tiene doble cariz, y es necesario conocerlo porque sólo así podemos vencerlo. He aquí un ejemplo: la valentía, obviamente una virtud, puede degenerar en dos sentidos. Hacia uno: llegar al atrevimiento, travesura, osadía, intrepidez; en el otro, puede degenerar en timidez, pusilanimidad, cobardía. VALENTÍA

TIMIDEZ, PUSILANIMIDAD, COBARDÍA

ATREVIMIENTO, TRAVESURA, OSADÍA, INTREPIDEZ

Démonos cuenta de la estructura ternaria del bien entre los dos polos del mal, pues conociendo esto, podremos actuar adecuadamente sobre los niños. Cuando un niño sabe mantenerse en ese equilibrio, hemos de ayudarle para que adquiera cada día más vigor en esa posición. El castigo (consecuencia) debe ser siempre constructivo, cuidando de que si se expulsa algún “espíritu maligno”, entre siempre uno benéfico. Nunca hay que contraponer la necedad del maestro a la del alumno.

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Hay una hermosa leyenda que nos enseña cuál es el gran peligro de no dar al niño algo que lo sustente cuando lo castigamos. “Había una vez un corazón habitado por un espíritu maligno. Una vez lograron sacarlo; al corazón no le dieron nada a cambio; se quedó completamente vacío, sin nuevos valores. Después de algún tiempo, el espíritu maligno volvió y, al ver desocupado el pobre corazón, llamó a otros siete cómplices suyos y todos se anidaron en el corazón”. Consideramos a la Educación Waldorf como el esfuerzo de inmunizar al niño contra la degeneración de la inteligencia. Es necesario que el maestro ligue su enseñanza con las fuerzas del corazón y con el sentido de responsabilidad. Un festival en torno al clásico símbolo de la lucha de San Miguel contra el dragón, propone llevar a la conciencia del niño la lucha constante que debe existir contra el mal. En la Primaria el maestro ha de buscar una forma imaginativa pictórica para que los niños capten esta situación en que la humanidad se encuentra; para los maestros; es decir, los adultos, debe ser preocupación totalmente consciente.

Dicción Existe el peligro de hablar mucho sobre lo que se va a hacer, y al final no hacer nada. Es importante que primero el maestro, y después los alumnos, infiltren en su lenguaje cotidiano algo del lenguaje artístico que se utiliza en la poesía. Trabajará la clase con los versos que el propio maestro ha seleccionado, y lo hará en la parte rítmica, al principio de la clase principal. La selección de los versos la puede hacer con mirada retrospectiva (es decir, destacar lo logrado) o con mirada hacia el futuro (es decir, destacar lo por lograr).

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Procurará que haya coordinación entre el caminar y el hablar, cuando el niño dice el verso. El Estudio del Antiguo Testamento está en su justo punto en el tercer grado, porque no hay otra historia de un pueblo que a cada instante se rebela a su Dios, y esta rebeldía es reflejo de la situación en que se encuentra el niño en el tercer grado. Posiblemente, el maestro pueda utilizar pasajes de la Mitología Maya según su criterio. Lo importante es arraigar al niño en aquella gran memoria común. En el tercer grado empieza a florecer lo que es típico en las Escuelas Waldorf: los libros hechos por los mismos niños. Conviene que tengan un cuaderno de poesías que cada niño puede iniciar con un verso. Un cuaderno para Lengua Materna, poniéndose en calidad de espectadores, para analizar lo que ya conocía antes. Para empezar la enseñanza de la Gramática, el maestro debe analizar su relación con ella, descubrir el elemento espiritual que en ella late, sin olvidar el buen sentido del humor. Considerando que el lenguaje es lo más humano que poseemos, es necesario que los niños relacionen la Gramática con lo humano. Si estudian los tres principales grupos de palabras, pueden relacionarlas con las diferentes partes del cuerpo humano: Manos y pies

Acción

Verbos

Corazón

Emotividad

Adjetivos

Cabeza

Pensamiento

Sustantivos

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Es conveniente introducirlos simultáneamente, pero dando primacía a la enseñanza del verbo. Cuando se insiste en la polaridad de los diferentes contrastes, es más fácil que el niño aprenda a distinguirlas.

Una vez que los niños tienen familiaridad con estas palabras, el maestro puede utilizar diferentes esquemas.

En el tercer grado, se empieza básicamente con el primer grupo de palabras: verbo, adjetivo y sustantivo (véase círculo interior), y se puede iniciar con

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pronombres o interjecciones, dejando las demás áreas vacías para dejar expectación en el niño.

Lengua Nacional Primer bloque

Segundo bloque

Verbo, adjetivo, sustantivo. Debe empezarse con la sintaxis para contrarrestar la decadencia del lenguaje. Una de las misiones más importantes en este grado es que los niños aprendan a expresarse con oraciones completas; el maestro jamás debe cansarse de exigir a los niños respuestas completas.

Para expresar un pensamiento completo, el niño necesita integrar verbo, adjetivo y sustantivo. Si ayuda al niño a expresarse en pensamientos completos, contribuye al cultivo de su inteligencia. Podemos destacar dos elementos esenciales de la oración: sujeto y predicado. Si el sujeto hace algo que produzca efecto, surge un tercer elemento: el objeto. Sujeto

Verbo

Complemento

El herrero

forja

la herradura

(robusto)

(en media hora)

(redonda) (del caballo)

Aditamentos que no son esenciales a la oración

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• La diferencia entre complemento directo e indirecto se puede hacer en el cuarto año. • El niño debe saber cuáles son las partes esenciales y cuáles los aditamentos. • El niño debe manejar conscientemente palabras que ya conoce. El maestro puede empezar con los ejercicios de expresión del propio niño: él puede hacer resúmenes de sus propias experiencias, de lo que haya visto, oído u observado. Conviene que esto vaya precedido de ejercicios orales, pasando después a un ensayo común de resumen escrito, para llegar finalmente al individual. Los textos de los cuadernos de época se copian, o puede el maestro dictar, al mismo tiempo que escribe en el pizarrón. El dictado como medio para mejorar la ortografía se considera tiempo malgastado. Durante la Primaria no importa que el niño exprese pensamientos filosóficos, sino la reproducción fiel de lo que haya oído, visto u observado. De esta manera, conquista el lenguaje como forma de expresión, que más tarde, le servirá para creaciones propias. En el tercer grado, se empieza en forma rudimentaria con la redacción de cartas, procurando que el mensaje sea una precisa descripción. R. Steiner insiste en que la técnica de las cartas se haga extensiva al área de los negocios. Por ejemplo, la época de “Construcción de Casas” ofrece oportunidad para formular pedidos a proveedores. Se recomienda que haya tres o cuatro bloques de Lengua Nacional en el tercer grado. Primer bloque

Clases de Palabras

Segundo bloque

Introducción de la sintaxis

Tercer bloque

Aplicación práctica de lo aprendido por medio de cartas y resúmenes.

Cuarto bloque

Dedicado al manejo oral, con pequeñas dramatizaciones.

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Lo escrito será el punto final de lo que primero pasó por la palabra hablada. Todo el año va acompañado de pequeñas canciones y poesías orientadas de acuerdo a la época del año. Al final de cada clase principal, el maestro dedica los últimos diez o quince minutos a narraciones de los temas propios del tercer grado.

Dicción Artística Al trabajar con los versos, conviene que los niños aprendan a escuchar lo que ellos mismos están diciendo. Hay varias medidas para esto: a) Por ejemplo, decir el verso en voz baja, e ir aumentando cada vez el volumen. Algunos niños necesitan adquirir conciencia de este máximo impulso; otros, en cambio, harán el ejercicio en forma contraria: del volumen más alto al más bajo, para apaciguar la forma explosiva de su lenguaje. b) Para obtener una pronunciación clara y nítida, es necesario que el maestro ponga especial énfasis en la pronunciación de las consonantes. c) En el tercer grado, debe el niño adquirir el sentido de la belleza del lenguaje, y a través de estos ejercicios, descubrir la abundancia de una letra determinada en cada verso. Se puede practicar un mismo verso, cada vez con una de las cinco vocales. Estos ejercicios desvían la atención del mensaje conceptual que comprenderá en años posteriores, y lo llevan a descubrir la expresión del lenguaje como tal. En vez de “Hubo una vez…” se empieza con “Haba ana vaz…” Las consonantes traen un mensaje de fuera hacia dentro: son llamadas sonidos ambientales; las vocales son sonidos de dentro hacia fuera, y éstos son llamados sonidos anímicos. d) Se pueden escoger palabras para decirlas al revés, sin escribirlas. Con estos ejercicios ha de lograr que el niño sea consciente de lo que él

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mismo dice. También se recomiendan para los niños que tienen dificultad con la ortografía, pues agudizan su conciencia para la correcta sucesión de letras que necesitan en la escritura. e) Coordinación de movimientos y palabra hablada. La palabra es expresión de la vida emotiva; el movimiento de nuestra vida volitiva; de esta manera se logra mayor coordinación entre estos dos aspectos. Todo esto culmina con las pequeñas dramatizaciones. Es importante señalar que todo lo que el niño escriba, esté precedido de la palabra hablada. Originalmente, el lenguaje ha nacido del movimiento. Recomendaciones Pedagógicas para ayudar al niño a expresarse en oraciones completas. a) Es necesario que el niño se dé cuenta cuál es el elemento artístico que le dice que su oración está completa: el elemento musical. b) El niño puede dibujar en el pizarrón la curva que señale el movimiento (cadencia) de una frase, y así se dará cuenta de que, al terminar, debe “aterrizar” la onda. También puede servirle para distinguir la cadencia ascendente de una oración interrogativa. El niño hace un hermoso dibujo:

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Estudios sociales (Estudio de la realidad o estudio de cosas)

Construcción de casas Lo que late como impulso inconsciente en el niño en edad preescolar, se eleva a nivel de conciencia en el tercer grado. Es muy natural que el niño haga “su propia casa”, como queriendo protegerse. El niño debe conocer el medio ambiente que lo rodea y, de esta forma, ampliar su horizonte; debe despertar en él un sentimiento de gratitud cuando descubra que todo lo que le rodea se lo debemos al trabajo de muchas personas. Es necesario que el niño conozca cómo se construye una casa, que se dé cuenta de que el plano de la casa es el pensamiento del arquitecto y es una actividad mental-espiritual. Puntos que debe considerar: 1. ¿Cómo debe ser nuestra casa? Guiar a los niños con un impulso cultural, es decir, pensar en algo que esté un poco arriba de lo que tienen. 2. Revisar los diferentes oficios que intervienen en la construcción de una casa. 3. Adquirir conciencia de lo que está oculto debajo de la tierra: drenaje, luz, agua, gas, líneas telefónicas, etc. 4. Oficios de las personas que suministran los materiales para la construcción. Una de las metas de toda educación, es que cada niño ponga especial esmero en sus trabajos, pero es necesario asimismo que presten la máxima atención y esmero en los trabajos de los que los rodean. Es bonito que, después del bloque de “Construcción de Casas”, si el tiempo lo permite, estudien otros oficios que no entran en la construcción de casas, como son las artesanías: alfarería, cestería, tejidos, etc.

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Se recomienda que los niños conozcan la historia sobre la construcción de la Torre de Babel, porque fue cuando se inventó el arte de hacer ladrillos. Es conveniente que el niño visite un horno de tabique para que se dé cuenta de cómo se hace. Debe tener un reconocimiento de conjunto: ladrillo, mortero, concreto, cemento, varilla, hierro, etc.; para tener una primera noción de la jerarquía de los materiales de construcción. Es conveniente acompañar la construcción con las fiestas que se acostumbran en el país: • Fiesta de colocación de la Primera piedra • Edificación o colado del techo • Fiesta de inauguración. El maestro debe organizar el bloque de tal modo, que quede como una estructura completa y artística. Terminar el bloque cuando todavía reine el entusiasmo, y no cuando ya haya decaído el interés. Recordar que uno de los elementos esenciales, es insistir en la visión del arquitecto, que en sus planos tiene la oportunidad de ver la casa desde diferentes partes. El bloque de construcción de casas ofrece la oportunidad de introducir las medidas de escala para darlas después en la época de Aritmética. Conviene utilizar en este bloque las antiguas medidas (cuartas, pies, etc.), y después, de cada una hacer la conversión a centímetros. Pueden hacer un plano del salón de clases y uno de su casa. Al finalizar el curso, los niños deberán tener una visión clara entre los diferentes tipos de casas, y moverse con ojos abiertos en el mundo de las construcciones que nos rodean.

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Agricultura Es el otro gran bloque que nos relaciona con el mundo que nos rodea, ¿Qué se pretende con ella? 1º. El primer propósito es el aspecto social, que el niño se dé cuenta de que, atrás de todo aquello que consumimos en la vida cotidiana, siempre está el trabajo de muchas personas. 2º. Aparte de apreciar el esfuerzo de los demás seres humanos que hacen posible nuestros propósitos, es la gratitud hacia los elementos de la naturaleza: agua, tierra, etc. 3º. El aspecto histórico, no en forma muy profunda. Formas de utensilios de trabajo, su aspecto, cómo se usaron en tiempos antiguos y en la época actual. 4º. Inicios de la historia natural, y posteriormente, de las Ciencias Naturales. El primer paso en toda historia natural es conocer los diferentes tipos de cereales, plantas, (reconocerlos por la vista). Teniendo en cuenta estos 4 aspectos, el maestro debe buscar un hilo orgánico que permita ensartar uno y otro. Esto lo puede hacer de varias maneras, por ejemplo: a) Tomar como punto de partida alguna aldea, describir el número de habitantes, estudiar su producción agrícola, si es o no autosuficiente. b) Tomar como punto de partida la biografía de un niño que esté relacionado con el tema. En este caso, tiene la oportunidad de mencionar los sentimientos del niño (admiración, gratitud, etc.), introduciendo así el aspecto social. c) Que los niños tengan la oportunidad de observar directamente alguna parcela o milpa, para ver el crecimiento de una planta. Después de tener una visión clara y general del cultivo de diferentes productos viene otra pregunta: ¿Cómo se alimenta la ciudad de México?

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Esto implica que debe añadir el grandioso sistema del transporte. (Aquí también puede hacer un poco de historia). Cuando un niño se entusiasma realmente por alguna profesión u oficio, puede estar seguro que ha hecho llegar a él el verdadero mensaje. Otro aspecto será conocer cómo y a dónde van todos los materiales de desperdicio, y qué pasa con ellos. En este proceso circulatorio de entrada y salida de productos, el niño debe adquirir conciencia y sentido de responsabilidad social. Si se toman en cuenta todas estas consideraciones, se transmitirá a los niños una conciencia social completa. Si ésta no va acompañada de un verdadero sentimiento de gratitud, puede degenerar en crítica. Así, en lugar de formar colaboradores, podría formar críticos. El gran socialismo del futuro consiste en que los adultos tengamos una visión clara de lo que hacen nuestros congéneres, y que de la comprensión integral de lo que hacen los demás, nazca el auténtico sentido de fraternidad social. Aunque la Botánica propiamente entra en el 5to grado, ya han de tratar en el 3er grado las plantas en su conexión a la tierra que pertenecen, la planta como ser vivo, como un proceso vivo. Conviene enfatizar el estudio de las plantas como seres vivos, hacerles ver que cada planta tiene su propio ciclo, en el que no está previsto que ésta sirva de alimento para el hombre; por lo que el hombre interviene en el ciclo natural de la planta. Y si esto lo hace con cariño, la planta corresponde dando buena cosecha. Nuevamente tenemos un aspecto por medio del cual el niño podrá desarrollar el sentimiento de gratitud. Relación planta – hombre. Si el maestro describe esta relación en forma de imágenes y representaciones vivas, apelando a su fantasía e imaginación, estará dando al niño el correcto alimento, como una semilla que crecerá y se desarrollará con el tiempo.

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Ejemplos: a. Si le platica a los niños de la planta y la influencia del sol sobre ella, estará formando la base para después hablar en forma científica de la fotosíntesis. No tiene que hacerles creer que esto explica todo el crecimiento de la planta, sino que el misterio de la vida es mucho más grande. b. Si les platica a los niños acerca de las “cualidades maternales” de los suelos, estará sentando las bases para que más tarde explique la química de los suelos. Si con este sentimiento de gratitud hacia la tierra lleva a los niños al estudio de la Agricultura, formará la base para sentir la relación emotiva del hombre con la tierra. Sabemos que hay maestros en constante preocupación por el bien de sus educandos; y otros a los que no les importan los alumnos, sino que tienen únicamente la profesión como medio de sustento. Similarmente, en la construcción de casas, hay personas que sólo trabajan para ganar el sustento, y otras que saben que están creando algo que servirá de refugio a otros; es decir, están ayudando socialmente a sus congéneres. Si el maestro enfoca su enseñanza en este segundo aspecto, cultivará en los niños el sentimiento básico social, y además, los preparará para que cuando sean adultos, tenga una buena identificación y relación con su trabajo, aun cuando éste parezca insignificante. Si destaca el valor del trabajo humano, el niño podrá comprender el de los demás y el de él mismo. De esta manera estará echando los cimientos que determinen la futura relación del hombre con el mundo. Si crea en el niño condiciones psíquicas saludables, le servirán de sustento y de sustrato, de donde constantemente pueden surgir energías de vida en todo el curso de ella. R. Steiner dice que la escuela es el lugar previo para la “gran escuela” que es la vida misma.

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En la escuela hemos de aprender cómo hemos de aprender en el resto de la vida. No es la meta que, al terminar el año, todos los niños sepan lo mismo, sino que cultiven la capacidad de aprender, cada niño en particular, según sus propias posibilidades. Es una suerte si en una comunidad escolar hay niños muy diferentes. Esta variedad de talentos puede ayudar a los demás para enriquecerlos; sin que por ello existan rencores o envidias. El maestro evitará que los niños bien dotados se vuelvan vanidosos; a ellos podrá criticarlos más que a los menos dotados, siendo esto un estímulo para su superación. Siempre hay niños con cohibiciones que piensan que no pueden hacer nada; para ellos muchas veces es mejor la ayuda de algún compañero. El maestro ha de tratar que la comunidad del tercer grado sea un modelo de cómo queremos que en el futuro funcionen todas las virtudes cívicas, ayuda, respeto y gratitud a nuestros congéneres.

Aritmética Se ampliará lo visto en el segundo grado, aplicación de lo aprendido en la vida práctica.

Medidas Es conveniente que empiecen con las medidas del propio cuerpo para lograr una relación humana real, y que los alumnos también descubran las limitaciones de éstas, que no pueden ser universales. Llegará después a la medida universal derivada del cuerpo terrestre: el metro.

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Las medidas de longitud se toman de la tierra; las medidas cúbicas, de la tierra y el agua: 1 gramo = al peso del agua contenida en 1 cm3. Es importante que el niño conozca el origen de las medidas. Para el niño es profundamente emocionante saber que todo lo relacionado con el tiempo tiene su base en el curso del sol y los astros. Conviene que los niños construyan un reloj de sol y sepan que el hombre inventó el reloj por ser más práctico. Es un recurso pedagógico, moral; si los niños hacen cálculos de horas, días, minutos y segundos. Despertar a los niños para que se den cuenta de la diferencia cualitativa del tiempo: hay un tiempo mecánico y otro viviente. Es conveniente que el niño, para sus mediciones, haga su propio metro, construya su plomada y su nivel, esto último para tener sentido de horizontalidad y verticalidad. Las tareas de aritmética deben tener un doble aspecto: Relacionar al niño con la vida práctica y al mismo tiempo evitar que nazca el egoísmo. Con este objetivo, habrá de seleccionar, para tratarlos en clase, problemas en donde el niño no busque la obtención de mayores beneficios para él mismo, sino para la comunidad, con un fondo moral saludable. Estos son pues, los tres grandes temas que ocuparán la Clase Principal en el tercer grado: 1. Lengua Nacional 2. Estudio de la realidad en que vivimos (Estudios Sociales) 3. Aritmética

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Conviene empezar esta última sesión (24 de agosto de 1973) con una reflexión antropológica: A menudo, tenemos la tendencia de considerar separadamente, el pensar, sentir y querer; y debemos tener presente que hay una sola alma en el niño, por lo que estos tres aspectos se entre fluyen. Toda enseñanza en la Primaria debe moverse en torno al sentimiento, centro de gravedad del segundo septenio. Si el maestro logra llevar al escolar, con toda vitalidad, la imagen henchida de fantasía, tiene la oportunidad de “ascender” a la región del pensamiento; y por otra parte, “descender” a la volitiva.

Hemos visto que en el primer septenio todo parte del hacer y finalmente llega al pensar. En el adulto: primero se concibe un pensamiento, luego se entusiasma y le da calor, para finalmente llevarlo a la acción. En la edad escolar que nos ocupa, el maestro debe partir de la zona media, cultivar la saludable emoción para que de ahí vaya por un lado, a la comprensión; y por el otro, a la ejecución. Pero aún en este punto, no hay que olvidar que en la Primaria hay remanentes de la pasada edad preescolar, así como rudimentos de la futura vida adulta.

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Después de consumado un hecho, reflexiono sobre él; comienzo imaginando con vivacidad el acto; después, lo vivo en el recuerdo y de ahí, nace la experiencia que voy acumulando durante toda mi vida. Experiencia o sabiduría es voluntad, que se ha hecho vieja en el recuerdo. La transformación del pensamiento en “voluntad joven”, es la fuerza del amor o entusiasmo. 2 Esto tiene mucha importancia en la educación, porque el adulto que conoce estos aspectos sabrá la forma correcta de enfocar sus enseñanzas. Por ejemplo: si únicamente da al niño una orden: “Haz esto”, pronuncia un pensamiento, brincando la región media, y lo obliga a ir directamente a la acción. Hay dos tipos de niños: unos sordos en el pensamiento y otros sordos en la parte volitiva. Los adultos debemos de buscar el remedio para estos dos tipos de niños, activando su región media; su entusiasmo, su fantasía. Para suavizar la tensión de una inteligencia limitada en el niño, para romper el encierro en que se encuentra, hemos de conducirlo hacia un campo de acción donde hay cariño, entusiasmo y amor. La experiencia nos señala, una y otra vez, que para los niños limitados intelectualmente o volitivamente, se abren nuevas posibilidades dentro de la comunidad de compañeros, y conquistan una inmensa confianza a través de actos de amor. En los niños con fallas en el sistema de comprensión o de acción, logramos muy poco si nos dirigimos al pensamiento. En ambos casos hay que trabajar con la región media para ejercer la acción terapéutica hacia uno u otro polo. R. Steiner dice: “la suma total de lo que hemos hecho, sobre todo en actos

buenos, reaparece como el caudal intelectual que traemos al nacer en una vida futura”. El maestro puede ayudar a que esto sea posible, proporcionando a los niños ese caudal de actos buenos que le ayudarán en el futuro.

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Véase “El estudio del hombre”. 2ª. Conferencia

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Los diferentes maestros se complementan entre sí, ya que forman las bases para uno y otro polo. En tercer grado, es conveniente evitar el trabajo como simple destreza manual; es decir, el niño debe tener la sensación de estar haciendo algo útil para los demás. Hacer algo útil y con gusto artístico, llena los objetivos prosaicos con la plenitud del alma estética.

Educación Física Empieza a cobrar los primeros carices de ser un ejercicio gimnástico. Todavía se conserva algo del carácter de juego de los dos primeros grados, tomando como punto de partida para ellos, los oficios (cortar leña, segar el trigo, etc.). Steiner insiste mucho en que se desarrolle un tipo de gimnasia con movimientos significativos para que el niño participe emotivamente en ellos. Recomendó que se inventaran juegos cuyo fin no fuera obtener un premio o ganar una competencia, sino involucrar la parte emotiva por medio de los juegos. El cultivo del lenguaje debe enfocarse apelando a la parte psíquica-emotiva; así la voz adquiere el timbre y el tono adecuado.

Euritmia Se pasa a expresar palabras enteras e inclusive frases enteras. Esta secuencia de movimientos ayuda al niño a vencer dificultades ortográficas.

Música Se introduce la notación musical (pentagrama), pero indicando solamente la curva de la melodía. Se agudiza el sentido de notas altas y bajas, ritmos. Se extiende

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el rango de la canción hasta la octava, y se procura que tengan muy bien marcado su principio y su fin. Es labor del maestro restituir la salud perdida y neutralizar los daños que le causa la civilización moderna.

Idiomas extranjeros Movimientos con intensidad en la palabra hablada y oída. Solamente al final de este grado, se puede empezar en forma cautelosa a escribirlo. El ideal, es que en estos tres primeros grados se deposite en el niño un caudal de voces, que le permita expresarse en forma oral, siquiera en forma modesta.

Bosquejo de la planeación sugerida de los bloques Lengua nacional 1 bloque Mitología (lugar central) 2 semanas 1 bloque Escritura cursiva, ejercicios 3 semanas 1 bloque Clasificación de palabras 3 semanas 1 bloque Sintaxis, descripciones y resúmenes 3 semanas 1 bloque Lenguaje activo, dramatizaciones 3 semanas Estudio de la realidad en que vivimos 1 bloque Agricultura 4 semanas 1 bloque Construcción de Casas 4 semanas 1 bloque Artesanías, oficios, servidores públicos 4 semanas Aritmética 4 bloques Con intervalos más o menos de 2 meses y medio 12 semanas entre uno y otro Dibujo de formas 2 bloques 4 semanas Recapitulación final 2 semanas

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… Con demasiada facilidad; nosotros, gente del siglo XX, nos imaginamos que la conciencia y el pensamiento griego funcionaban igual al nuestro. Con similar facilidad; nosotros, los adultos de hoy; esperamos, y de hecho exigimos, que los alumnos de primaria razonen y juzguen como nosotros. Con semejante actitud, pecamos contra la verdadera naturaleza del niño. Aunque a los planeadores de la educación y a los autores de libros de texto les duela, hemos de tener en cuenta que el niño mentalmente sano, no va a la escuela en pos de conocimientos, sino en busca de emoción y belleza. No busca clases “interesantes” sino clases sugestivas, de esas que podríamos llamar “bonitas”. Lo que la escuela moderna le entrega al niño es, para él, “piedras en vez de pan”; no cumple su verdadera misión, que es la de suministrarle todos los elementos que ha de requerir para integrar su futura personalidad dinámica, y asimismo, emocionalmente estable. Esto es lo que deben recibir todos los futuros ciudadanos; los alumnos que al terminar la primaria, tienen la suerte de poder pasar a la educación secundaria, recibirán en una segunda fase, como si dijéramos “por añadidura”, los conocimientos científicos que no es posible que se asimilen antes de la pubertad. Sintetizando: en primaria, más vale personalidad sin ciencia, que ciencia sin personalidad. ¿Cómo se logra? La educación de la personalidad es, básicamente, educación de la emotividad; y para estimular emociones saludables en el niño, no hay mejor recurso que el arte. Detengámonos en ello: La enseñanza que se apoya en este postulado, practica el respeto a la individualidad del niño, pero algo más, no es tan necia como para abogar por la abolición de la transmisión de conocimientos en la escuela primaria; el niño tiene que asimilar ciertos conocimientos y conceptos; pero inclusive esta transmisión se hace más efectiva si se presentan con técnica y ropaje artístico. Así, la enseñanza artísticamente orientada mata dos pájaros de un tiro: contribuye a forjar la personalidad, y al mismo tiempo, hace más digeribles los conocimientos académicos.

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Comentémoslo desde dos aspectos: el de la memoria y el de la fatiga. Primero, y sin meter argumentos neurológicos, destacar que la memoria ha de considerarse, básicamente, no como una facultad intelectual, sino emotiva. Esta afirmación quizá les sorprenda, pero basta con detenernos en el hecho de que, a las 24 horas de haber leído una plana del periódico, sólo recordamos las noticias que, en el momento de haberlas leído, nos produjeron alguna emoción, por ligera que haya sido, grata o desagradable. Lo mismo vale para el aprendizaje: el niño sólo retiene aquellos mensajes del maestro que, en el momento de impartirlos, hayan estado acompañados de alguna emoción. (Sería tema de otra conferencia destacar que ningún libro de texto, ninguna pantalla de televisión, ningún otro recurso audiovisual, puede substituir esa influencia personal y personalizada del maestro). La memoria no retiene conceptos, fórmulas, etc., sino imágenes, situaciones, vivencias. Si estudiamos el proceso del acto recordatorio, no tardamos en descubrir que tiene dos aspectos: primero, recordar la peculiar situación en que se recibió el conocimiento, así como las emociones que acompañaron a esa recepción; segundo, “reconstruir” al contacto de la imagen recordada, el concepto en cuestión. Los conocimientos que se reciben en forma emotivamente neutral, quedan adheridos a la sede de la memoria (nuevamente, sin entrar en consideraciones neurológicas) tan superficialmente como una mojada estampilla sin goma, que se desprende y cae tan pronto como se evapora el agua. Los conceptos abstractos se olvidan; las situaciones y vivencias que acompañan la adquisición de los conocimientos, son inolvidables y permiten la evocación de los conceptos. El segundo aspecto es el de la fatiga. En forma muy abreviada y prescindiendo de toda fundamentación fisiológica, destacar que: toda enseñanza artística engendra emoción; toda emoción implica vibración; toda vibración es ritmo; todo ritmo involucra participación del sistema rítmico del hombre; es decir, de sus funciones respiratorias y circulatorias, y este sistema rítmico tiene la peculiaridad de no cansarse jamás: nuestro corazón y nuestros pulmones trabajan durante 70 años, o los que sean, las 24 horas del día, sin interrupción. Así pues, la enseñanza artísticamente estructurada no se dirige en primer término al cerebro, sino al corazón, y sólo de ahí llega indirectamente al cerebro, con la gran ventaja de que,

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procediendo de esta manera, el alumno se cansa mucho menos que si la enseñanza fuera dirigida directamente al cerebro; es decir, al entendimiento. Invitamos a que algún día, a las 12 horas, observen a los niños que salen de la “Escuela Primaria Experimental Waldorf” en Iztacalco (una escuela del Gobierno, dependiente precisamente de nuestra Dirección General de Educación Especial, que en plan experimental, está poniendo a prueba lo que se está explicando), y a simple vista, se darán cuenta de que su gran mayoría están menos agotados, fatigados; hasta se puede decir, rebosantes de vitalidad en comparación con los niños que salen de otras escuelas. Observando el estado de ánimo en que diariamente salen los niños de la escuela, se obtiene a menudo más información sobre la índole y cualidad de la enseñanza que recibieron, que a través de las áridas hojas de calificaciones. En lo que antecede, se han comentado algunos de los beneficios inmediatos de la enseñanza artística en el proceso del aprendizaje. Pero los beneficios no se limitan a los años escolares, sino que se proyectan sobre toda la vida ulterior. Ya se dijo al principio, que los verdaderos resultados de nuestra actual educación no se observarán hasta principios del siglo XXI. Para darnos cuenta de la magnitud y urgencia de la tarea que se ha de acometer, a continuación se citan algunas opiniones de un autor suizo (Brotbeck), y que muy bien ilustran la situación: “Si la evolución sigue su curso tradicional, la escuela producirá individuos cada vez menos firmes y resueltos, cada vez menos interesados, cada vez más rígidos en su pensar: obstruye la cabal maduración humana; los jóvenes se habrán estancado en una etapa de ‘pubertad permanente’; es decir, no podrán rebasar el nivel psíquico que corresponde de los 14 a los 16 años”. “Lo que transmite la escuela de hoy, carece de efecto profundo, porque deja en ayunas vastas áreas de la personalidad humana, y los jóvenes llegan a la Universidad subdesarrollados en lo espiritual, y se rebelan, al darse cuenta que la Universidad tampoco les suministra lo que la escuela primaria y secundaria debiera haberles dado”.

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En efecto, la primaria en el sistema tradicional, ha carecido de lo fundamental para estimular vigorosos sentimientos, y sólo a través del sentimiento se llega al niño, no con amonestaciones: el famoso “ya te dije”, o “qué necio eres”, o “no entiendes razones”; no surten efecto alguno. No olvidemos que la actitud del niño no está para entender razones; otras cosas le preocupan y tienen, para él, mucha mayor importancia y categoría que la de entender las razones del adulto. Y continúa el autor suizo: “En nuestra generación van desvaneciéndose los intereses sociales, artísticos, científicos, religiosos. Ya no se llega a términos con el propio destino, y va en aumento el número de personas que tienen que acudir al psicoanalista o al psiquiatra, porque ya su propia personalidad en subdesarrollo no les ofrece sostén, norma ni patrón”. Esos individuos que hoy se refugian en el consultorio de los psiquiatras, son a menudo personas muy inteligentes; poseen muchos conocimientos. No vamos a discutírselos, simplemente decimos que a esos conocimientos les falta la infraestructura emotiva e imaginativa que debiera haberse asentado primero, a saber, en la primaria. En este caso, no se levantaría lo que saben, sobre un suelo escurridizo, sino que descansaría sobre un orgánico fundamento sólido. Si los maestros se dedican en primaria a crear esa infraestructura emotiva e imaginativa, de ninguna manera estarán malgastando sus esfuerzos. Quizá, esto suene a teoría, con ser eminentemente práctico. Un pequeño ejemplo: en este edificio estamos a unos 8 kilómetros del Zócalo. Supongamos que de aquí, queremos mandar allá a dos muchachos de 10 años. Les indicamos la ruta a seguir, con los nombres de todas las calles de su recorrido. Uno de los muchachos, el que siempre sacó 10 en lectura, sabe leer los letreros de todas las calles; pero se perderá en aquella esquina en que, por casualidad, falte el letrero. El otro dice: “no sé leer, pero conozco el camino”, y éste sí llegará al Zócalo. Ese “conocer el camino” es lo que yo llamo “poseer la infraestructura imaginativa”. Sigamos: La educación artística en la escuela primaria no solamente tiene sus efectos benéficos para el proceso del aprendizaje y la estabilización de la

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personalidad del adulto, sino que proyecta sus rayos inclusive a la edad madura y a la vejez. En efecto, si nosotros no cultivamos ahora la sensibilidad artística en la primaria, somos responsables de que nuestros hoy alumnos, llegados a viejos en el año de 2030, nos maldigan. La época moderna ha traído consigo un aumento de los ratos de ocio, de la duración promedia de la vida, y en muchos casos, un adelanto de la edad de jubilación. Los futuros ancianos, por falta de otra cosa en qué ocuparse, y que valga la pena; necesitan poseer en su alma, un álbum de luminosos recuerdos, de luminosas imágenes, imágenes que den valor y optimismo; que permitan a los abuelos mirar, con íntima satisfacción, las riquezas anímicas que han estado recibiendo a lo largo de su vida; y que, a través de las narraciones de tiempos idos, fluirán hacia sus nietos. Si descuidamos en la primaria la formación de la infraestructura imaginativa, podemos estar seguros de que a los 20 años de edad se presentará una hipertrofia del intelecto; a los 40 otra hipertrofia de las pretensiones materiales; y a los 60, la última hipertrofia: la del vacío vital. Hemos de darle en la educación primaria una estructura tal, que jóvenes, adultos y ancianos; recuerden siempre, con íntima gratitud, los años de aquél período, de aquélla etapa de la vida que les confirió solidez y aplomo en la conducta, y que depositó en ellos la inamovible convicción de que la vida tiene sentido: la vida vale la pena de ser vivida. Lo que se está sugiriendo, no es fácil de cumplir: en vez de trabajar hacia éxitos a corto plazo (el próximo examen, la próxima promoción, la próxima calificación), aspiramos a otro tipo de éxitos: los de largo plazo; que sólo se pondrán en evidencia cabalmente, cuando la mayoría de los aquí presentes ya no ambulemos sobre este planeta.

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