Pom, pom, pom. Qué grande es una hormiga caminando orgullosa de sí misma. Una hormiga sola puede ser el animal más grande del mundo. De repente, una gran sombra verde cambia las cosas por completo. Qué susto. Esa sí que es grande. ¿Quién eres? ¿Puedo ser tu amiga? Así es como seguimos a la hormiga en su recorrido. A cada encuentro, se alteran las percepciones: los tamaños quedan cuestionados, la nueva realidad cambia la del resto. Solo con el otro, cada uno se reconoce y se ubica. Hay entonces un nuevo lugar para todos, y el placer de compartir camino. ¿Nos acompañas?