Ideas

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Dígalo con música


orquestas infantiles

Para dominar un instrumento no existe más dificultad que la desidia, ni más mérito que el talento. Bajo esta premisa, niños y jóvenes aprenden a cultivar el amor por los fraseos clásicos.

E

l telón sube y el auditorio guarda silencio. El director levanta su batuta y los miembros de la orquesta se preparan para empezar la función. En los suaves movimientos que comienzan a ejecutarse se prolongan, invisibles, las indicaciones que siguen los músicos para ofrecer otra vez un espectáculo. El concierto dura lo previsto. Tiene un comienzo y un fin determinado. Sin embargo, bajo ese instante de exposición ante el público se esconde como un iceberg un mundo desconocido y sin el cual jamás se lograría la excelencia en sus actuaciones. Quince años de trabajo y miles de conciertos en el calendario cuentan la historia de la Fundación de Sistemas de Orquestas Infantiles y Juveniles de Uruguay; un emprendimiento que tiene como misión la búsqueda y el ejercicio de la excelencia musical como ejes para la superación personal. Desde una oficina que se les cedió en el auditorio Adela Reta del Sodre, el equipo liderado por Ariel Britos y Claudia Rieiro se enfrenta al reto cotidiano de formar a próximas generaciones de músicos clásicos. Pero sus objetivos no empiezan allí. El fundamento de sus acciones es la promoción de valores. Su sistema se inspira en el modelo implantado a fines de la década de 1970 en Venezuela por José Antonio Abreu,

un director musical que, movido por un fuerte impulso social, estableció el primer sistema de orquestas para jóvenes con exitosos logros en la vida de niños y adolescentes de los sectores sociales más vulnerables de su país. Dos décadas más tarde, Britos, que hoy preside la fundación y dirige la orquesta, acudió junto a Rieiro a una clase impartida por docentes que integraban parte del sistema de formación venezolano. Al regreso, decidieron llevar adelante en Uruguay un proyecto similar. Descubrieron que la música clásica es más que un arte efímero y apostaron a que fuera una herramienta con la que educar sin discriminación ni barreras económicas. Así fue que instalaron núcleos formativos en Montevideo, Florida y Maldonado donde los estudiantes provenientes de distintos sectores sociales se van formando, para luego convivir en la Orquesta Sinfónica Juvenil del Sodre, José Artigas. “Acá las diferencias sociales se liman y se establecen códigos de convivencia muy saludables. No hay racismo, y si hay atisbo de algo parecido, lo apagamos rapidísimo, dice Britos. “Sabemos que la educación en valores es lo primero, incluso lo marcamos como una prioridad que acompaña al aprendizaje del instrumento musical. Sin determinados valores es muy difícil llegar a ser un buen artista”. Son precisamente estas cualidades las que convierten a la orquesta en una herramienta de desarrollo social e

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por Yelly Barrios. Fotografías: pablo rivara.


del Barrio al mundo

Gustavo Dudamel, uno de los directores más condecorados de su generación, comenzó su formación como músico en el Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela. En 2009 la revista Time lo nombró como una de las 100 personas más influyentes. Nació en 1981 en Barquisimeto, una pequeña ciudad del país caribeño. Este año ganó el Grammy Award a la mejor interpretación orquestal, junto a la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, por la ejecución de la Sinfonía Nro. 4 de Brahms.

individual con metas claras orientadas al aprendizaje estético, artístico e instrumental de la música clásica. ¿Puede entonces la formación en artes facilitar la educación en valores? En la práctica los integrantes de la fundación no lo aseguran de forma rotunda. Sería una afirmación demasiado genérica. Sin embargo, al focalizar la mirada en la música clásica desaparecen sus dudas. “Para presentarse 40 minutos en el escenario hay que prepararse mucho tiempo, más en el trabajo de orquesta, porque allí hay una convivencia inevitable con tus compañeros y con el director, al que hay que acatar. Eso genera una serie de valores y el trabajo en equipo se convierte en lo más importante. Es vital. Sin tolerancia no se puede lograr eso, el ambiente sería irrespirable y se transmitiría al público”, afirmó el director.

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Sin barreras

La indisciplina o la ausencia de pasión y compromiso son prácticamente las únicas circunstancias que dejarían a un niño fuera de uno de los núcleos formativos de este sistema de orquestas. Por eso el respeto es uno de los primeros temas que se ponen sobre la mesa al momento de iniciar un ciclo. En Flor de Maroñas, en un espacio cedido por una escuela pública, Mónica de los Santos coordina desde el mes de marzo un núcleo que empezó con once inscriptos entre 6 y 12 años, y al que hoy asisten 89 niños. A poco de cumplir los cinco meses de clases los estudiantes ya leen partituras y ensayan sus primeras piezas en violín, viola, violoncello y percusión.

Con mucha atención los pequeños alumnos observan los movimientos que les indica su profesora al iniciar la clase del día.

Con el último timbre de salida de la escuela, arrancan los preparativos para las clases de música, historia y coro que dictan integrantes de la orquesta José Artigas. Más de la mitad de los niños que asisten provienen de hogares donde hay problemas con el uso de drogas, el consumo de antidepresivos o la carencia de una palabra alentadora. Y pese a todo cada día esperan ansiosos que comiencen las clases. Ese espacio les mostró paisajes que antes no veían y les cambió la vida. Si se les pregunta por el trabajo realizado, tanto distinguen un violín de una viola como reconocen que nadie les regalará nada y que solo el esfuerzo les ayudará a salir adelante. A sus 11 años Guadalupe tiene claro que la negativa de su familia no le impedirá seguir asis-

tiendo a las clases de música. “Vengo porque me gusta. Mi madre a veces me dice que falte pero vengo igual aunque llueve o truene”. Giuliana, en tanto, contó que en su casa no lo pueden creer. “Es algo nuevo, nunca ni mi mamá ni yo nos imaginamos que podría hacer algo así”. Y Eduardo, uno de los alumnos con más problemas de disciplina al comienzo del curso, hoy es el mejor de su grupo tocando el violoncello. Le pone mucha energía a la experiencia y si bien su timidez le impide contar con palabras lo que siente, su cara se ilumina cuando abraza el instrumento y lo hace sonar. “Cuando empezamos no podíamos comunicarnos”, recuerda Monica de los Santos. “El primer día era una batalla campal y les dije que no venía a buscar amigos o enemigos, sino a que


nos conociéramos. Así me gané su respeto”. Para ella, sortear ese obstáculo es fácil comparado a otros con los que debe lidiar a diario. Un ejemplo es la burocracia de algunas instituciones del Estado, y otro la ausencia de recursos para que cosas muy simples, como reparar baños sin saneamiento o colocar lámparas de luz, aporten un ambiente más ameno donde impartir las clases. A pesar de los contratiempos, el duende de la música juega escondido entre las paredes de las aulas y les hace olvidar los problemas por un rato. Es tanto el entusiasmo que en tiempos en los que otros disfrutaban de sus vacaciones, ellos insistieron para no suspender las clases. Y los profesores, pese a una agenda recargada, respon-

dieron con el mismo ánimo de siempre. Tienen la camiseta puesta. “Cuando desde chico formás parte del sistema ya es hasta inconsciente el deseo de enseñar a otros”, contó Pablo Perera, que a sus 19 años ya es conocido como uno de los mejores percusionistas de su generación. Magdalena Suárez, docente de violoncello a sus 17 años, opinó que lo que sobresale del método es que a todos se les presenta la misma oportunidad. "Luego cada uno sabrá cómo aprovecharla".

Maestro de maestros

Desde pequeños y hasta los 10 años todo es entusiasmo. El aprendizaje es un juego, un espacio de convivencia con amigos. Pero cuando llega la adolescencia la deserción es grande. Es que man-

tener la atención de los adolescentes, recordarles la importancia del trabajo y la disciplina no resulta tarea fácil. “Los métodos antiguos funcionaban para evitar el abandono porque los estudiantes tenían menos distracciones”, confesó Diego Naser, uno de los docentes que llegó a Uruguay para dictar un curso de perfeccionamiento. En el Auditorio Adela Reta, donde impartió sus clases a jóvenes cuerdistas, aplicó técnicas pedagógicas contemporáneas que serán replicadas luego en los núcleos formativos infantiles, como el de Flor de Maroñas, los de Ciudad Vieja y los del interior del país. Se trata de dinámicas educativas en las que “se cambió el envase” de la información y se readaptó el contenido a los intereses actuales.

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El maestro Diego Naser exige a su alumno Franco Franco rigurosidad en su técnica. El resultado al escucharlo en un concierto es magnífico.


Los integrantes de la orquesta juvenil se preparan para una gira por Estados Unidos en 2013. Eso requiere muchas horas de ensayo.

“El niño ya no está sentado ante una página gris. Acá les presentamos otras dinámicas. El libro mismo les atrapa porque es como leer una novela agradable, y eso revierte el índice de deserción. Pero el objetivo es el mismo que el de la escuela clásica: lograr la afinación, el buen sonido y la musicalidad del instrumento”.

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Estigmatizada

Las acciones para generar nuevos públicos, dejando de lado la falsa idea de que los conciertos de orquesta son aburridos para los más jóvenes, es otra de las razones que hacen distinto al sistema. “La música clásica estaba estigmatizada en este país. Eso en Europa no se da, porque es parte de la cultura, está internalizado en la gente. Hay que decirlo claramente, en Uruguay tampoco hubo nunca un proyecto de música clásica dirigido a jóvenes. Esta es la primera vez que una orquesta con 130 músicos de altísimo nivel llega a cautivar a las nuevas generaciones de espectadores”, opinó Naser. En los conciertos que ofrece la José Artigas se adaptan los programas a las necesidades del espectador. Los músicos pueden tocar con igual maestría una sinfonía de Antonín Dvorak o un candombe. “El público que viene a verlos es más joven y eso gesta un cambio. Porque son niños que vienen de la escuela y el liceo a escuchar a sus compañeros que están tocando, y poco a poco se van familiarizando con

la música clásica. De este modo van creciendo junto a ella”. Con una amplia trayectoria en el mundo de la música clásica, primero como violinista, luego como gestor de su propia escuela de música en Alemania, Diego Naser sueña con radicarse nuevamente en Uruguay. Él, que financió su estancia con el apoyo de la embajada libanesa y la Fundación Garramón, conoce las dificultades a las que se enfrentan los directores del proyecto orquestal. Pero también sabe cuál es el potencial, porque cuando estaba formándose como músico, el país no tenía opciones de este tipo. Durante la entrevista bromeó junto a Britos sobre lo maravilloso que podría ser reinstalarse a trabajar a tiempo

completo. Y aunque cada uno desde su lugar trabaja para alcanzar ese propósito, ambos saben que restan varias puertas por abrir, sobre todo psicológicas. “Trajimos al país a Diego Naser que no tiene nada que envidiarle a un maestro extranjero de música, de esos que suelen llegar aquí con todos los laureles. Es un docente que hace una gran tarea en el exterior y tenemos que darle una expectativa real para poder recuperarlo. Hay que terminar con el folklore nefasto de que nadie es profeta en su tierra. Eso no es verdad. Sí se puede”, concluyó Britos, quién también aseguró que la perspectiva profesional de los músicos uruguayos debería cambiar. “Hay posibilidades de que se desarrollen acá. El éxito no solo está en irse”.


SELLO PROPIO

EL HILO INVISIBLE

. ´ Sybilla Sorondo Mielzynska (1963) nació en Nueva York y se nacionalizó española en la década del 70', cuando su padre, un diplomático argentino de carrera, se instaló junto a la familia en España. Reside actualmente en Mallorca, desde donde proyecta gran parte de su trabajo, y resguarda la intimidad de su mundo. Su fama comenzó en la década de 1980 y rápidamente se la reconoció como la mejor diseñadora española, después Cristóbal Balenciaga.

La Sala Canal de Isabel II de la Comunidad de Madrid, exhibe una completa muestra de Sybilla, reconocida diseñadora española. Su curadora, Laura Cerrato Mera, compartió con PAULA cómo fue el proceso de narrar cuatro décadas de historia de la moda.

U Colección Sybilla Noche, 1997.

n antiguo depósito de agua reconvertido en espacio expositivo, la Sala Canal de Isabel II de la Comunidad de Madrid, acoge desde el 27 setiembre hasta el 15 de enero de 2023 la exposición Sybilla, el Hilo invisible. A lo largo de cinco plantas se recoge lo más destacado de la producción de la creadora Sybilla Sorondo Mielzynska (1963), hija de padre argentino y madre polaca, nacida en Nueva York, pero afincada desde su adolescencia en Madrid, donde se convirtió en una de las diseñadoras más apreciadas del nuevo prêt-à-porter español, en la década de 1980. El talento y la genialidad que la caracterizan la hicieron merecedora de valiosos reconocimientos en el mundo de la moda, como el Premio Balenciaga (1988), la Aguja de Oro de Dafnis (1997), la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2014), el Premio Nacional de Diseño de Moda del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (2015), el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid (2018). Formada en los talleres de costura de Yves Saint Laurent en París, a su regreso a Madrid en 1983 Sybilla presentó su primera colección, compuesta

por piezas inspiradas en la naturaleza, con formas envolventes y tejidos que compró en la feria de segunda mano de El Rastro; y en viejos almacenes de telas. Su acoplamiento a La Movida Madrileña, y su éxito fueron inmediatos. Los investigadores aseguran que su obra representa la llegada de la posmodernidad al ámbito del diseño en España. Para la década de 1990 ya había firmado con Italia y Japón, dando el salto a la escena internacional. En los años siguientes, a la vez que decidía retirarse de las pasarelas de Milán por no estar afín con las dinámicas que estas exigían, lanzó una línea juvenil, y más asequible, a la que llamó Jocomomola. En este mismo periodo se consolidaron otras de sus propuestas conocidas como Sybilla Noche, Sybilla Casa y Sybilla Novias. Sin embargo, la dificultad de encontrar nuevos inversores la llevaron al cierre de sus tiendas, permaneciendo abiertas solo en Japón. Reacia a las entrevistas y a exponer su vida privada, la creadora trabaja y tiene su residencia en Mallorca desde hace varios años. Su insistencia por mantenerse al margen del foco mediático y el de las redes sociales la ha rodeado de un halo de misterio que quizás, nutre aún más la mística de su trabajo. Al menos hasta ahora. Porque

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POR YELLY BARRIOS. FOTOGRAFÍAS: G. GUMIEL, F. VALIENTE, N. GARBE.


Vestido España, 1996. En el corsage, hilos de nylon unen las distintas piezas geométricas que forman la delantera, partiendo de una cruz latina.

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si algo logra la muestra Sybilla, El Hilo invisible, es destacar lo que verdaderamente importa en un creador: su inspiración, su método y su obra. PAULA visitó la sala expositiva en Madrid, y recorrió con suma curiosidad la exposición. Luego conversó con su curadora, Laura Cerrato Mera, quién contó cómo fue el proceso de armado de una puesta que narra con éxito, elegancia y delicadeza cuatro décadas de historia de la moda española, de la mano de la diseñadora, considerada la creadora más significativa que ha dado aquel país a nivel internacional, desde Cristóbal Balenciaga hasta nuestros días. −¿Cómo llegó Sybilla a su vida? −Vengo del mundo de la moda desde las instituciones, desde diferentes ámbitos en realidad, y ya la conocía. Veía algo que era de ella, y la reconocía. Era curiosa esa conexión. Un día, gracias a un amigo común que tenía relación con ella, le mandé un email en el que le decía a lo que me dedicaba, y que me encantaría trabajar con sus colecciones. Eso fue justo a fines de 2018, ella recién había cerrado tiendas en España y había que inventariar parte del archivo de sus colecciones, porque se iban a poner a la venta. Fue entonces que empecé a trabajar con ella, haciendo un

estudio de ese archivo que era chiquitito y que luego se vendió, A partir de ahí, empezamos a tener bastante contacto y a compartir muchas cosas. Encajamos bien. Luego vino la pandemia y me contactaron desde la Comunidad de Madrid para hacer esta exposición. −¿La iniciativa surgió desde el gobierno de la Comunidad de Madrid? −Ellos llevan haciendo en este mismo espacio un ciclo de exposiciones de moda dedicadas a diseñadores consagrados. Ya antes de la pandemia tenían esta idea con Sybilla, ella es la gran diseñadora española, y la retomaron una vez terminado el confinamiento. Así empezó este proyecto. −En el audiovisual que acompaña esta exposición y en algunas de las pocas entrevistas que dio Sybilla a medios internacionales en cuatro décadas, repitió varias veces que siempre le gusta trabajar con sus amigos. ¿Está usted en ese grupo? −Cuando cuenta eso, habla mucho de cuando empezó y fue sumando amigos. Cada uno de ellos no tenía nada que ver con la moda, y es curioso cómo entre toda esa gente que no venía del mundo de la moda, hicieron todo lo que hicieron. Es verdad que Sybilla y yo hemos conectado muy bien desde antes del trabajo para la exposición, y eso hizo más fácil

que yo la pudiese bombardear con este asunto. Ha sido muy generosa conmigo; tuvo mucha apertura. −A lo largo de la exposición hay varios hilos que conducen al visitante por el mundo de la creadora. ¿Cómo llegó usted a concebir este relato? −El encargo que me hicieron fue el de preparar una exposición de Sybilla. A partir de ahí le di muchas vueltas para saber qué era lo que quería contar. Podía haber sido una exposición cronológica, pero me parecía que se le podía sacar mucha más sustancia. Por eso el resultado es una mezcla de investigación y de charlas con Sybilla. Ella trabaja de una forma muy intuitiva, nunca racionaliza el proceso, pero yo leía cosas en las entrevistas antiguas y en los reportajes que me llamaban la atención y las iba apartando, las dejaba agrupadas y me decía: aquí hay algo. Y bueno, sin hacerla pensar mucho, porque al ser ella tan intuitiva le hacía hacer cosas rápidas. Le decía, por ejemplo, "si tuvieras que escribir palabras que definan tu trabajo, tus códigos, ¿cuáles serían?". Y le daba el trozo de papel y le insistía: hagámoslo rápido, en cinco minutos. Ella se ponía a escribir cosas y de repente, esa especie de juego, fue bien con ella y le empecé a encontrar un sentido. Empecé a entender cómo era su manera de trabajar. Así surgió lo que se cuenta en este proyecto.

−¿Qué le dijo ella cuando se lo contó? −Esto me pone un poco roja y todo. Sybilla me dijo que conseguí entender su manera de trabajar. Ha sido un proceso muy interesante. −¿Encontró un método de investigación que será válido también para usted a futuro? −Es verdad que trabajar con el artista tiene algo muy importante. Para mí era importante hacer coincidir la investigación con nuestros diálogos personales, y las propuestas que le fui haciendo mientras avanzaba el proceso de armado de la exposición. −Supo destacar el trabajo de ella por encima del suyo. Eso en muchas exposiciones de arte contemporáneo, por ejemplo, se desdibuja. El curador a veces parece más importante que el artista que presenta. −Sí. La mía igualmente es una visión. Es un relato que propongo. Me interesó que la gente pudiera conocer y acceder a lo mismo que estaba viendo yo. −Comenzó investigando para un catálogo, entró en el mundo íntimo de la creadora y luego preparó esta muestra que ahora recibe visitantes que le hacen preguntas en las visitas guiadas especiales, que usted dirige, ¿cómo es ese proceso?

−Es muy lindo porque uno ve que la gente está realmente interesada. Porque mientras ocurre este proceso estás con tu historia, y nunca sabes qué pasará hasta que llegas a ponerte frente a alguien que te da su punto de vista. La gente que viene a las visitas guiadas que dirijo dos veces por mes, es muy curiosa, tiene muchas preguntas de todo tipo. En el primer encuentro por ejemplo, recuerdo que vino desde un estudiante de historia que tenía que hacer un trabajo y había elegido esta exposición como tema, a gente que es asidua a la Sala Canal, que viene a cada exposición que se propone, y gente que llegaba del entorno de la moda y que conocía el trabajo de Sybilla, por tanto le apetecía profundizar y saber más. Es una mezcla interesante de público, y yo me doy cuenta que me gusta contar la exposición. −¿Tuvo ocasión de hacer eso anteriormente? −No, y me parece súper bonito. También para mí es un proyecto muy especial, entonces tengo ganas de compartirlo. Ha sido muchísimo trabajo; pues ahora, que llegue adónde sea. −Una exposición de moda como esta, con tejidos, pide ser tocada, ¿qué cree? −Sí, lo pide. Claro. Para mí las expo-

siciones de moda piden dos cosas que son muy difíciles de dar. Una de ellas es tocar. A mí me pasa. Todos estamos tan familiarizados con tocar la ropa, quizás en una exposición de arte contemporáneo no, pero la ropa, que la llevamos todos puesta, apetece tocarla. Pero también está la necesidad de conservación de los textiles, que claramente, si cada persona que pasa por la sala va tocando los trajes, al final de los tres meses notaremos manchas, deterioro, y daños que no corresponden. −¿Y qué otra cosa le hace falta? −La otra cosa que falta, y que de alguna manera lo hemos intentado solventar con los videos de los desfiles, es el movimiento. Un traje siempre pide movimiento. −Usted se formó en historia del arte, ¿qué la llevó a elegir la especialización en historia de la moda? − A la vez que hice historia del arte, cursé conservación textil, y empecé a trabajar en esto último. Y me fue llamando cada vez más la atención. Esa formación me llevó al Museo Balenciaga que está en Getaria en el norte de España, cuando todavía no era un museo; solo estaba la fundación. De repente, cuando me encuentro con las colecciones de Balenciaga, con textiles amplísimos, banderas, tapicerías, con la moda, y las

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Piezas que pertenecen a instituciones de prestigio como el Museo del Traje. CIPE de Madrid, el Museu del Disseny de Barcelona, el Museo Galliera de París o la Fundación-Museo de la Moda de Chile, además de numerosas colecciones privadas, como la de Lorenzo Caprile.


Abrigo y vestido, Sybilla por Gibó, 1991-92.

La muestra expone piezas junto a las fotografías utilizadas para los catálogos de promoción en el momento de su lanzamiento. Para lograrlo, muchas clientas cedieron sus objetos como es el caso de este paraguas, diseño de Sybilla, que aparece por detrás en la imagen de Guillermo Gumiel. En el maniquí gabardina, vestido, paraguas y botines de la colección Otoño-Invierno 1988-1989, llamada Mentiras.

Izquierda, redingote transformable. Derecha, vestido transformable y reversible. (2004).

creaciones de Balenciaga, fue impactante. Entonces dije ‘me apetece un montón ir más por aquí’. Al principio me fui especializando en exposiciones, pensando en ello, pero luego me fui interesando en entender los porqués, en entender más la moda como fenómeno contemporáneo. −¿Qué cuenta Sybilla de la historia de la moda en el siglo XXI? −Sybilla está un poco despistada, creo. Despistada no sé si es la palabra adecuada. Es un sector muy loco el de la moda. Tal y como ella trabaja, y teniendo en cuenta que desde el principio está muy comprometida con lo medioambiental, creo que todavía no encontró una manera de enfrentarse a este momento en el que es muy difícil que un diseñador como ella, que hace cosas especiales, atemporales, muy cuidadas y trabajadas, sepa cómo competir con los grandes conglomerados, y el fast fashion. Eso deja muy poco espacio

para este tipo de mercado que es caro. Estamos acostumbrados a comprar barato. Esta no es una marca de esas que tienen un montón de productos a su alrededor, que nos permiten creernos lo que sea. Se hace complicado para un montón de diseñadores saber cómo hacer, más en un trabajo como el suyo que por procesos, por técnicas, no son baratos. −Y para ella que ya está consagrada, su insistencia en no exponerse también debe jugarle en contra. −Sí. Por ejemplo, para ella Instagram no está en su mundo. En términos de cómo nos movemos casi todos, Sybilla va a contrapelo. Ella rehúye, no le gusta salir, ni ser protagonista. Cuando en 1992 rescinde contratos en Europa, una de las razones de peso por las que se aleja, más allá de la mezcla de circunstancias que vivió, fue la exigencia de estar expuesta a los medios, tanto en los desfiles, como en las entrevistas. ¿Acaso el trabajo no puede hablar por sí solo? Ella considera que su trabajo habla por sí solo; que es una locura esta sociedad en la que tenemos que ser todos iguales. Y es difícil querer salir de ahí. También cambió mucho el mercado, las compras por Internet, sin probarse, sin ver, y sin tocar. Creo que ella todavía no sabe bien cómo hacer. Igual que en sus inicios, cuando le costó pensar que la ropa no era para sus amigos, y que le empezarían a comprar personas anó-

“La trayectoria de Sybilla está llena de cambios inesperados. Sus experiencias como empresaria, sus éxitos y fracasos, la obligaron muchas veces a salir de su zona de confort, a curtirse y aprender”. nimas que de seguro no iba a conocer nunca. No sé, supongo que hay una manera para todo. La tiene que haber. −¿Cómo fue el proceso de armado de esta exposición, en un entorno tan atípico y específico? ¿Pensó en él desde el principio? −Sí. Ya sabía que sería este espacio y siempre lo tuve en cuenta. Bueno, resultó que al final fue fácil acoplar la historia a este lugar. Encajaron muy bien las diferentes cosas que quería contar, y que cada una estuviera en ascenso, en las plantas de la sala. Luego para el diseño en sí, la verdad es que tuve la suerte de contar con un equipo muy bueno. Hubo muy buena sintonía tanto con el arquitecto como con el diseñador gráfico con el que trabajamos las ideas que estaban en nuestras cabezas y que pudimos trasladar muy bien al espacio. Supieron trabajar con los contrastes, con los colores de Sybilla, que era importante. Al principio nos asustaba un poco porque los colores, tantos trajes y que encajen bien parecía

imposible, pero estamos contentos de haber tirado para adelante con la decisión. Se ha conseguido entrar también en un espacio íntimo, que te invita a hablar bajito. Un estilo también próximo al de Sybilla. −¿Cuál es el hilo invisible? − Es eso que conecta toda la trayectoria de Sybilla. No es obvio, no es algo que detectes inmediatamente, pero está ahí y consigue dar coherencia a todo su trabajo en el que hay una serie de códigos que siempre están ahí, camuflados, escondidos, invisibles. El nombre de la exposición es además un guiño a los trajes que abren la exposición, en los que Sybilla utiliza la técnica, nada sencilla y muy suya, de coser con hilos de nylon. −En varias ocasiones califica a Sybilla como la mejor diseñadora de la moda española, ¿qué argumentos sostienen esta afirmación? −Hace poco, tuve una visita con amigos de Sybilla. Ella misma me pidió si podía guiarlos por la exposición y lo

Vestidos Sybilla Black por Itokin, 2013. Vestido Sol, de embarazada, Sybilla por Gibó, 1992.

hicimos. Estaba una amiga que había trabajado con ella unos años y mientras recorríamos las plantas de la sala nos contó que en una ocasión tuvo que ir a un ministerio público a hacer un trámite. Allí preguntó por Sybilla la diseñadora y le dijeron que no estaba en el listado de diseñadores. ¿Cómo que no está?, les replicó la amiga. "No, Sybilla está bajo el código administrativo, de creadora, no de diseñadora", le dijeron. Entonces ella le preguntó: ¿qué diferencia hay entre creadores y diseñadores? Y allí se enteró que los creadores son aquellas personas que tienen un universo propio con el que consiguen influenciar a otras personas. Y eso es Sybilla. Ella ha influenciado a muchos, sean españoles o extranjeros. Ahora es cierto que lleva una temporada mucho más tranquila y alejada, retirada; y se habla mucho menos de ella, pero a nivel internacional es la diseñadora española -quitando a Balenciaga, que es otro momento y otra manera de hacer moda-, que más influencia a otros diseñadores en el mundo. Ella produce muy pocos años en España, y enseguida la fichan desde Italia y luego de Japón,

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De la serie llamada Pintar con Tela, tres diseños de las coleccciones Primavera-Verano, de los años 1987 y 1989.


Laura Cerrato Mera es doctora en Historia del Arte, master en Museografía y Exposiciones, licenciada en Historia del Arte y titulada en Restauración de Tejidos. Especialista en la obra de Sybilla desde 2017. En el año 2019 realizó el encargo del estudio, catalogación, valoración y gestión del archivo de la empresa Proesa, donde Sybilla fue la diseñadora.

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“El zigzagueante recorrido de Sybilla forma parte de su viaje interior, que responde a su constante búsqueda de coherencia, su curiosidad nunca satisfecha, al miedo de quedarse atrapada y al convencimiento de que es necesario pensar en cómo podemos contribuir a resolver los problemas a los que nos enfrentamos cada día”. un mercado nada fácil con el que está trabajando desde los 80’ hasta hoy, y donde aún conserva unos cuarenta puntos de venta. −¿Qué cree que conquista a los japoneses? −Ha variado a lo largo de las décadas. Pero la silueta que propone Sybilla siempre les pareció muy interesante. Los japoneses consiguieron traducirla. La moda de Sybilla es más intelectual. Es verdad que no es una moda para todo el mundo, y los japoneses lograron, preservando la identidad de su diseño, hacer de esa moda algo mucho más comercial. −¿Cuál es su primer recuerdo con un diseño de Sybilla? −Era muy joven. Tengo un recuerdo que no sé muy bien cómo lo tengo, porque de adolescente no era una loca de

la moda, ni nada por el estilo. De hecho, era la época de Nirvana, e iba muy grunge por la vida. Pero tengo esa memoria que me impacta, porque se me olvidan muchas cosas, pero esto no. Recuerdo haber ido con mi madre a buscar un vestido para la primera vez que me dejaban salir de fiesta en Nochevieja, las fiestas de fin de año. Fuimos a una tienda multimarca, vi un vestido y me fui directo a él. Le dije a mi madre, me gusta este y ella miró la etiqueta y me dijo: "olvídate, esto es de Sybilla". Yo no sabía quién era, pero ese momento se me grabó. Luego tuve prendas de Jocomomola… Las conservo todavía. La exposición Sybilla, El Hilo Invisible cuenta con unos 80 conjuntos de indumentaria, más fotografías, revistas, reportajes de prensa y otros objetos de archivo,

como catálogos y videos de los desfiles más emblemáticos de finales de siglo XX. Son más de 160 obras que transportan al público dentro del universo de Sybilla a través de las cinco secciones en las que se articula: El hilo que hilvana, El hilo que urde, El hilo que trama, El hilo del tiempo y Un hilo de voz. Este último, ubicado en la planta más alta de la sala, está dedicado a la proyección del documental del mismo nombre, que se puede ver completo, en el Canal de Youtube de la Consejería de Cultura de Madrid. El propio título de la muestra, se configura finalmente como respuesta a una pregunta que la propia curadora, Laura Cerrato Mera, se hacía a sí misma: ¿por qué se la reconoce a Sybilla y a su forma de trabajar, en todo lo que hizo a lo largo de su larga trayectoria, a pesar de haber creado piezas muy diferentes en cada etapa?


para pensar

símbolo a

fuera llueve torrencialmente y hace frío. Un muchacho pequeño y francamente gordo, de unos diez u once años, entra en una tiendita que tiene en las paredes estantes que llegan al techo y que están abarrotados de libros de todo tipo y tamaño. El chico se queda pasmado, pero igual hace un esfuerzo y se dirige a un hombre que está fumando un cigarrillo. El humo que sopla por la boca hace anillos que aumentan de tamaño y se desvanecen más arriba, igual que las señales que hacen los indios cuando se comunican a distancia de una colina a otra. El hombre tiene cara seria, una nariz llena de bultos, luce un poco polvoriento. El chico piensa que se parece mucho a un bulldog de los que muerden. Al hombre no le gustan los niños porque ensucian los libros con mermelada y porque lloran y se quejan. Al niño no le gustan las generalizaciones y no acepta que le den sermones sin más. Con timidez y con firmeza le aclara que no todos son como él dice. “Me llamo Bastián. Bastián Baltasar Bux”, dice el chico. “Un nombre bastante raro –gruñe el hombre–, con esas tres bes. Bueno, de eso no tienes la culpa porque no te bautizaste tú. Yo me llamo Karl Konrad Koreander”. Bastián sufre los abusos de sus compañeros de clase. Fue huyendo de ellos que entró en la tienda de libros de ocasión de Karl. Mientras se resguarda de la lluvia y se desahoga, el hombre le cuenta de un libro peligroso que

Por Yelly Barrios. fotografías: latinstock.

habla de un joven que se llama Atreyu que vive en un mundo de seres fantásticos con enanos, caracoles de carrera, dragones, y es el elegido para salvar a Fantasía de la Nada o Vacuidad, males que lentamente están consumiendo al país. Es La historia interminable y Bastián lo roba para saber más. Hasta ahí el argumento de este cuento en el que palabras como robo, gordo, acosado, polvoriento, feo y fumador hoy son mal vistas y no se deben tocar en los confines del reino de lo políticamente correcto. La historia interminable es una película de 1984, también una canción que fue banda sonora de la versión estadounidense que tuvo el film, y antes que todo es un libro que Michael Ende publicó por primera vez en 1979, en alemán, y que luego se tradujo a 36 idiomas. En este caso, robo, gordo, acosado, polvoriento, feo y fumador hacen que una obra adorada por toda una generación, pueda ser cuestionada en la siguiente. Por lo menos así es hoy.

La nueva censura

El 11 de abril pasado, El País de Madrid publicó: Vetada La Caperucita Roja por sexista. En una escuela de Barcelona un grupo de padres retiró 200 cuentos infantiles de la biblioteca por considerarlos tóxicos. Anna Tutzó, una de las madres que dio testimonio de la decisión al diario, prefirió no enfocarse en los títulos que habían excluido, sino en la idea que motivó tal decisión. Dijo que lo importante era poner el foco en el problema de fondo, que va más allá de los cuentos tradicionales. “Estos son minoritarios, la decisión también afecta a libros para aprender el abecedario,

los colores o los hábitos. La sociedad está cambiando y es más sensible a la cuestión de género, pero esto no está reflejado en los cuentos”. En otro momento, con otro contexto, por distintas causas, se cuestionaron los libros de la saga Harry Potter de J.K. Rowling por promover la brujería; los libros de cuentos de los hermanos Grimm se prohibieron porque contenían excesiva violencia; los de Roald Dahl, como Charlie y la fábrica de chocolate o El melocotón gigante, sufrieron la misma suerte en algunos ámbitos en donde los calificaron como inadmisibles por alentar el consumo de drogas y utilizar modos agresivos. Ana Garralón, docente, traductora, investigadora, librera, crítica literaria, dedica su vida a los textos para niños y jóvenes. Esta madrileña nacida en 1965, que creció en un hogar en el que descubrió la lectura por sí misma llegada la la adolescencia, es una referente entre educadores, narradores orales, escritores y académicos de la lengua. Una voz calificada que se dedica a ahondar en muchas áreas, entre ellas las generalidades de la corrección política, para entender y repensar los porqué de querer borrar el pasado de un plumazo. Si bien ofrece conferencias e imparte clases presenciales, desde hace muchos años es en su blog Ana Tarambana, donde explaya sus opiniones sobre temas de actualidad, como el de la escuela de Barcelona. “Censurar libros destinados a los niños es una práctica tan vieja como la historia del libro y de la pedagogía. Todos conocemos historias de volúmenes quemados, secuestrados, adaptados, incluidos en listas… Hasta aquí –escri-

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había una vez un

Hay vuelos de pájaros que escriben palabras en el cielo, descripciones en las que se puede escuchar cómo crece la hierba, hay hadas, duendes y bosques encantados. Basta con leerlo para imaginarlos. Pero si se cambian los cuentos, si se les quita cualquier detalle que hoy se entienda incómodo, ¿qué pasará?


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Adiós fantasía

“Todo este control acaba repercutiendo, como es lógico, en los hacedores de libros: editores, escritores e ilustradores. La profesionalización del sector, la globalización, la internacionalización y las múltiples posibilidades de publicar libros en varios países hace que en los últimos años se haya puesto cuidado en lo que se publica”. Todos

Ana Garralón lanzará próximamente un nuevo curso sobre literatura infantil y de género, en su escuela online. “Me interesa analizar qué ha pasado con el movimiento feminista y los libros para niños, desde los años 70' hasta hoy”. Más info en www. anatarambana.com andan con cautela. Los autores evitan palabras que no se puedan entender en otras culturas, y el doble sentido. Los ilustradores, ante el dilema de dibujar un niño o una niña, un gordo o un flaco, un rubio o un moreno, optan directamente por ilustrar animales. “La ambigüedad, tan necesaria en la literatura, empieza a diluirse: en muchos casos a los textos les faltan capas que permitan d iferentes interpretaciones, nos faltan temas comprometidos con la política, los derechos humanos, la historia reciente, el cuerpo humano, la sexualidad. Por supuesto, el humor es uno de los grandes ausentes. Como todos sabemos, el humor se basa en la parodia, en ridiculizar, en burlarse de los demás. Y nadie quiere que le acusen de ofender”. ¿Qué hacer ante esta policía del pensamiento? ¿Cómo crear libros para niños? ¿Cómo escribir sin miedo a este

control salvaje e imprevisible? Las preguntas que se plantea la investigadora la llevan por varios caminos en los que la piedra en el zapato es lo políticamente correcto, término que comenzó a ejercitarse en los 80' cuando un grupo de estudiantes universitarios de Estados Unidos se propuso cambiar el lenguaje para evitar ofensas. Es larga la lista de palabras con las que se intenta suavizar otras, calificadas como despectivas. “Blancanieves es considerada inmoral por vivir con siete enanitos, y desde luego, odiamos a todas las princesas –excepto a las que se tiran pedos– por perpetuar modelos machistas. Cualquiera puede dar su opinión y decidir que el libro no le gusta porque atenta contra su minoría, sea esta la de las madres solteras, la de los veganos (que llegan a decir que Vamos a cazar un oso no es apropiado para niños), o las de feministas que directamente censuran un libro si una mujer aparece en la cocina o se insinúa que es una esposa. Cosas que pasan en la sociedad se trasladan a los libros para niños”. Si en los 70' se buscaba romper tabúes y quitar censuras, agrega Garralón, hoy se está trabajando para crear nuevas prohibiciones. “No importa de dónde seas ni lo que hayas escrito, si pusiste la palabra 'negro', toda tu obra va a ser cuestionada. Los valores estéticos han pasado a segundo plano, o más bien, han dejado de ser tomados en cuenta”. Filtros, nuevas consignas, panfletos pedagógicos son pan de cada día. Otro enfoque del asunto se da con la reescritura de cuentos libres de derecho de autor, a los que se les dan nuevas perspectivas. El caso paradigmático es la nueva versión de El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, titulada La principesa. “Los autores de la adaptación indican que, además de ser una traducción de género, se reescribe con una mujer protagonista que viaja a planetas donde los oficios son desempeñados indistintamente por ambos sexos, donde los animales reciben un trato más amable que en la obra original y la rosa se transformó en un clavel. La idea es que personas pertenecientes a

grupos tradicionalmente discriminados puedan ver reflejada su realidad y de paso, construir una visión del mundo más amplia e inclusiva que la que encontramos hoy en nuestras sociedades. Este sí que sería un libro aprobado por los ‘lectores sensibles’, una nueva figura en las editoriales que detecta posibles ofensas a cualquier minoría. Pero, ¿queremos que la literatura se convierta en eso?”. El pasado mes de junio, esta investigadora fue invitada a cerrar la V Jornada sobre Narración Oral y Lectura en Huesca, ciudad que pertenece a la comunidad de Aragón. En dicha oportunidad, esta especialista, conocida en el sector por sus traducciones y ensayos, dio una conferencia titulada Lavar antes que leer, un título provocador que tomó de Marina Colasanti, escritora brasileña de adopción, de padres italianos, que se posicionó como una voz potente en defensa del cuento clásico. Durante más de una hora repasó los pensamientos de otros investigadores, tiró de varios hilos y tejió los lineamientos que tanta falta hacen para discutir y

defender a la literatura infantil y juvenil del filtro de la censura. Se armó de argumentos para debatir en contra de los cuentos enviados a la "lavandería" donde pretenden limpiarles la sangre visible y también la intangible. Una batalla que no es nueva, y por eso mismo es difícil alcanzar conclusiones definitivas. En su exposición mencionó a autores como Emilio Carlo Giuseppe Salgari, Robert Louis Stevenson, Mark Twain, Hans Christian Andersen; y a Los viajes de Gulliver, Piel de asno, Barba Azul, Pulgarcito y Caperucita Roja, entre otros. Citó y narró circunstancias tan interesantes que atrapan hasta a un distraído, compartió puntos de vista que, por lo pronto, dan inicio a una discusión sólida y dejan espacio a las preguntas. Lo mismo que hacen las buenas historias.

Había una vez...

Son las tres palabras mágicas que abren la puerta a un espacio que separa al lector de su realidad. Los niños lo saben. Los cuentos clásicos, que no son realistas, son simbólicos y complejos, se quedan débiles, pálidos, inexpresivos

cuando se los intenta depurar. Este es un tiempo en el que se evitan los dobles significados y se amputa la imaginación. Ana Garralón lee para explicar, como quien cuenta un cuento: “si alguien escribe fuego se refiere al fenómeno, según la Real Academia Española, caracterizado por la emisión de luz y calor generalmente con llama, y se evitan a toda costa significados que puedan llevar a ambivalencias como serían el fuego de su amor, el fuego fatuo, marchitarse a fuego lento. Ya nadie apaga el fuego con aceite, ni atiza con fuego una conversación, muy pocos están entre dos fuegos y, desde luego, nadie echa fuego por los ojos. En la lavandería son especialistas en limpiar restos de los viejos tiempos, roles anticuados, personajes que no queremos que ofendan, ciertos estereotipos y actitudes que no nos parecen adecuados para los niños. Pero lo que mejor hacen en esa lavandería de cuentos es quitar las manchas de los símbolos. No dejan ni rastros. Les da igual lo que represente algo tan aparentemente inofensivo como un huevo, ese misterio de la naturaleza que ha fascinado a lo largo del tiempo

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be Garralón en el blog–, nada extraño, pues los libros han circulado, han sido leídos y han confrontado pensamientos diferentes”. Las justificaciones para esta censura, que se ejerce tanto en regímenes totalitarios como democráticos, se basan en motivos morales, sociales, ideológicos y pedagógicos. Garralón cita títulos que pasaron por estos contratiempos como La cocina de noche de Maurice Sendak, a quien se le reprochó en la década del 60' en Estados Unidos que aparecía un niño desnudo. Un caso más reciente, pero también del siglo pasado, es el del bestseller ¿Dónde está Wally? Un grupo de lectores protestó porque encontró a una mujer en topless. Un poco de escándalo fue suficiente para vestirla en la siguiente edición. En 2015 un alcalde en Venecia prohibió 49 libros argumentando que promulgaban un mensaje homosexual, entre ellos estaba Pequeño azul pequeño amarillo de Leo Lionni, donde el color azul abraza tan fuerte al amarillo que hacen nacer el color verde. En su artículo Contra lo políticamente correcto en la literatura infantil, Garralón describe que la intervención del cantante Elton John, que tiene casa en la ciudad de los canales, obligó a que se revisara esa lista que finalmente quedó reducida a dos títulos. La municipalidad de París anunció hace unos años que retiraría de las bibliotecas el Diccionario loco del cuerpo, de Katy Couprie, y Beta de Jens Harder, porque contenían escenas que podían impresionar a los niños o a los padres. Se solicitó que fueran guardados bajo llave. No se sabe qué fue más sorprendente, si la noticia, o que en el siglo XXI existiera un comité de vigilancia de libros.


la literatura es símbolo y lenguaje, y cambiar esto muchas veces significa ignorar ambos. Estoy aburrida de ver libros mediocres que cambiaron estos cuentos, ¡como si la literatura pudiera cambiar a la gente! –¿La idea de que leemos menos, es real o cambiaron los hábitos de lectura? –Creo que se lee más que hace 15 años, pero hay un discurso que busca alarmar. Hay gente que lee en su móvil o en una tablet; pero sí es cierto que para quienes no tienen el hábito lector hay una oferta de ocio amplia (televisión, Internet) que quizás no ayuda. –Cuando se quiere regalar un libro a un niño o un joven, ¿cómo se aprende a elegir? –Es importante leer y tener un criterio propio. Por lo general, si un autor es de tu gusto, vas a comprar varios títulos del mismo. También está el tema del género, y el estilo. Hay personas que se dejan orientar, y otras que se arriesgan. Pero siempre me sorprende que los niños son los últimos a los que se consulta. ¿Por qué no tener una bonita conversación con ellos para saber lo que les gusta?

y se sabe, del que tanto se ha escrito y representado. No importa si hay mitos que hablan de él, si en Grecia se crearon historias a su alrededor, si aparece en representaciones milenarias, si los que lo han visto en El Jardín de las delicias del Bosco se preguntan por qué el que representa el mundo está de pie mientras que los otros están tumbados. ¿Qué más da si en un bronce del siglo VIII A.C. aparece representado en un cascabel cargado de formas con significados? ¿Qué más da que haya sido pintado por Piero della Francesca, por Constantin Brâncusi y por otros tantos? En la lavandería les da igual que la forma de un embarazo sea oval y que el huevo represente justamente el misterio de los orígenes del mundo. Ya no encontraremos libros para niños que ahonden en este enigma. A lo mucho, ya desposeído y degradado, podría aparecer como un huevo de Pascua coloreado”. Y

continúa: “las emociones, que nos parecen tan reales como un hecho físico son, sin embargo, y por mucho que se empeñen en algunos cuentos en cuantificarlas, invisibles e intangibles. Una manera de darles intensidad en la literatura es usar los símbolos. Detalles concretos que evocan esas ideas en la mente del lector, pues el escritor nos hace visualizar su significado. Los símbolos pueden ser cualquier cosa. Desde el huevo, la ambientación de un relato, un objeto repetido, una sustancia, una forma, un gesto, un color, un sonido, una fragancia”. Muchos de los cuentos más celebrados del siglo XX se inspiraron en el imaginario de los clásicos que hoy se quieren lavar. Mundos que fueron nutridos por hadas que luego los escritores volcaron a sus historias que leyeron las próximas generaciones. La tradición se mueve de una época a otra transformándose en

nuevas historias cargadas de simbolismo. ¿Qué podemos esperar –se pregunta Garralón– de futuros escritores que solo han leído cuentos titulados como por ejemplo El delantal de papá? Y propone una respuesta. El símbolo, adecuadamente comprendido, agrega realidad al relato en tanto que deja percibir directamente a través de los sentidos alguna idea o actitud que es parte de la experiencia que describe el autor. Cada lectura es única y cada libro significa cosas diferentes para cada lector. Así, al menos, son los libros que nos empujan a pensar. Entonces provoca reflexiones, lanza ideas y propone puntos de vista. Lo hace cuando dice que atacar al símbolo es la manera más fácil de vaciar la literatura de su riqueza y su complejidad, que necesitamos la historia y tener vínculos entre el pasado y el presente, entre el presente y el futuro. En estos

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Opinión de experta

momentos parece que solo miramos hacia el futuro; y el pasado conectado a la naturaleza, a un imaginario rico en fantasía, está a punto de desaparecer. “Me gustaría insistir en este punto, el de la conexión con la naturaleza. Me atrevería a decir que el 90 por ciento de los adultos que compran libros infantiles viven en entornos urbanos. Ciudades de cemento donde la naturaleza únicamente decora, donde la vida automatizada ha significado la pérdida de esa conexión, un tanto mística y misteriosa. Libros como los de Thoreau, que se aísla en una humilde cabaña, u otros como Un año en los bosques o similares que recogen experiencias en busca de ese contacto primigenio, son una señal de lo desconectados que estamos de ese mundo mágico y misterioso, capaz de hacer que nos preguntemos por los enigmas de la vida. Pensemos en un bosque y en toda las resonancias que tiene en la literatura. Pensemos en el árbol, símbolo universal del conocimiento, con troncos enlazados que se juntan y se separan representando la unión, la diferencia o la expresión de la manifestación múltiple antes del retorno a la unidad. Una imagen frecuente en muchas tradiciones. Pensemos en su verticalidad, en el paso de las tinieblas subterráneas hacia la luz”. Es un elogio a la fantasía. El tema no se agota, se ramifica como ese árbol y abre espacio a otras preguntas. ¿Queremos perder la fascinación por lo oculto? ¿Perder la libertad de interpretar? La complejidad aparece reiteradas veces en los manuales de escritura y en los de crítica literaria y es la suma de varios factores: la forma, el tono, las palabras elegidas, el punto de vista, los personajes, la trama, el diálogo, los escenarios, el tema. “En Las aventuras de Huckleberry Finn la manera de contar del chico protagonista incluye gramática errónea y argot. La dama del perrito de Chejov está narrado en tonalidades de gris reflejando el callado anhelo y el corazón humano cuando está con turbulencias. El escritor riega la tierra con gotas de imaginación para llegar al alma de ese extraño que es el lector. Los libros de Roald Dahl son magníficos porque uti-

lizan de manera muy hábil los diálogos para reflejar conductas, acciones y hacer avanzar la lectura. La primera persona de Pipi Calzaslargas es absolutamente encantadora y llena de provocación, lo que nos hace preguntarnos en cada página cómo va a salir de los líos en los que se mete ella solita. Libros que llegan a lo profundo de las emociones de sus personajes. Por lo general no vale escribir “qué triste se sentía”, sino mostrar la tristeza y esto solamente se puede hacer a través de imágenes, metáforas, ambientes, de un uso rico del lenguaje que lleva a los lectores a ese sentimiento. En literatura infantil es muy difícil encontrarlo. La literatura es el detalle, una especie de artesanía hecha de artificio que provoca reacciones impensadas en los lectores... Los libros para niños de hoy en día parecen manuales de instrucción para la vida,

dejando de lado las emociones que las historias pueden suscitar. La primatóloga Jane Goodall contó en sus memorias cómo Las aventuras del doctor Dolittle le hicieron descubrir que los animales podían ser transportados y dijo: ‘mi sueño infantil de ir a África a vivir con animales, del que todos se rieron, empezó a mis ocho años cuando leí que el doctor Dolittle devolvió a África unos animales del circo, y creció en 1944, cuando leí Tarzán de los monos. Tenía diez años’. Un hecho, por cierto, que comparte con la cantante Patti Smith. Hoy estos libros están en la mira. Son políticamente incorrectos y las modernas generaciones no quieren que sus hijos se contaminen con ellos. Lo que tal vez no sabían es que sus héroes de la vida real, como Patti Smith o Jane Goodall, se alimentaron de esas fantasías y consiguieron tener la vida que ellos, tal vez, desean para sus hijos”.

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Viajera constante, recorre Iberoamérica en busca de poetas y narradores. Es una exploradora de voces y palabras; conversa, escucha, lee, se informa, investiga. Coordina cursos desde su web y entre tareas y viajes, respondió a Paula. –¿Cómo llega a la literatura infantil? –Siempre fui muy lectora, y al estudiar magisterio la tuve como asignatura. Ahí decidí que quería juntar mis dos intereses: la docencia y la literatura para niños. Cuando terminé la carrera abrí una pequeña librería especializada, y seguí

hasta hoy con actividades muy variadas. –¿Qué libros y autores recomienda? –Varía según lo que esté trabajando, o los cursos de formación que esté haciendo. Recomiendo clásicos porque creo que son fundamentales a la hora de tener un bagaje lector. De los contemporáneos, Arnold Lobel, Roald Dahl, Maurice Sendak, Peter Härtling, Lygia Bojunga Nunes, Christine Nöstlinger. Me interesan los autores que han marcado un antes y un después. –¿Qué es un clásico para usted? –Un clásico es un cuento que gusta a varias generaciones y que también tiene algo de canónico: una historia contada según parámetros tradicionales, con una estructura que se reconoce, y que actualiza temas viejos, entre otros. Dentro de los clásicos estarían los cuentos de hadas, por ejemplo. –En el reino de lo políticamente correcto, ¿de qué vale cambiar un clásico? –Creo que no tiene ningún sentido:


cita obligada

ArcoMadrid Entre el 27 de febrero y el 3 de marzo se realizó la 38ª edición de esta feria internacional DE ARTE CONTEMPORÁNEO en la que participaron 203 galerías; solo una uruguaya. ESTE ES un repaso del evento, en el que se mueven millones EN compra y venta de obras, Y además se OLFATEA lo que se cocina en el mercado. Por Yelly Barrios. Fotografías: Ifema.

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chan para ir de compras, como la que realizó el Museo Reina Sofía por valor de 350.000 euros– y la infaltable polémica. Este año los méritos fueron para el ninot del Rey Felipe VI, un muñeco de más de cuatro metros de altura. La imagen de esta obra se filtró antes de la inauguración. Los medios de comunicación y por supuesto las siempre presentes redes sociales, no hacían más que dar vida a la pieza que presentó Santiago Sierra en colaboración con Eugenio Merino en el stand de Prometeo Gallery. Sierra, quien inició su carrera en los circuitos artísticos alternativos de Madrid y que se consolidó en México, logró que a muchos se les asomara un colmillo mientras que otros se indignaron sin más, pero no solo por la reproducción del monarca con

Las galerías

Con lápiz, papel y plano en mano, el grupo –unas veinte personas–, comenzó la visita con Almudena, la guía. Todos llevan un audífono para escuchar mejor lo que ella contará a través de un micrófono solapero que sostiene con la mano derecha. En la izquierda lleva una libreta con forro de símil piel de cebra que alzará cada vez que note que alguien la pierde de vista. —Empezamos por aquí. ¿Quieren terminar en algún lugar específico? —Sí, en un bar con una cerveza —le responde uno. Como si el arte dependiera del grado etílico de quien lo ve. La recorrida da comienzo en el stand de la galería Filomena Soares de Portugal, la cual presentó obras de Helena Almeida (1934-2018); una referente del feminismo internacional y pionera en el uso de su propio cuerpo representado en la obra fotográfica. En el stand de PPOW Gallery la opción fue mostrar el mundo desgarrador de David Wojnarowicz (1954-1992), miembro de la bohemia de Nueva York en los 80' y un duro crítico de las instituciones religiosas y de sus miembros. Su enfoque se manifiesta en obras en las que se muestra un Cristo sangrante con el cuerpo cubierto por insectos. La crudeza y el dramatismo son los protagonistas. Durante años Wojnarowicz fue prohibido en muchos países, entre otros, México. Los detractores argumentan que el artista incita al odio de las instituciones católicas. Más adelante aparece otra obra que eligió a la monarquía como punto de partida. Sin embargo, en comparación con el polémico ninot del rey, los del artista finlandés Riiko Sakkinen pasan bastante desapercibidos. Este creador, radicado en España desde hace veinte años, presentó en el stand de Forsblom Nuestros Reyes Favoritos, que consiste en una enumeración de 18 nombres –Rey Melchor, Rey Gaspar, Rey Baltasar, Rey León, y demás– acompañada por un dibujo de Felipe VI hecho con marcador permanente. “Es fácil leer la crítica. A mi no me gusta decir lo que pienso. Lo que es interesante es lo que evoca la obra”, comentó Sakkinen.

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n caballo hecho con retazos suspendido en el aire por cuerdas; una bolsa con tierra que evoca la vida de hombres que ya no están; telas con impresiones fotográficas que se venden a mil euros en una bolsa divina; esculturas de piedra, madera, hierro, metal, barro; instalaciones sonoras, mudas, deconstruidas, físicas; textiles con bordados. Obras que comunican por sí mismas, que emocionan. Obras con su contexto e historia, que pasan sin pena, que denuncian o que provocan. Arco, la feria de arte contemporáneo más prestigiosa de Madrid y una de las mayores de Europa, cerró su 38ª edición el 3 de marzo. Se llevó consigo decenas de transacciones de compraventa –coleccionistas y museos aprove-

tanto realismo, sino porque su contrato de venta incluía la promesa por parte del comprador de quemar la obra. Para que quede claro: por contrato quien la comprase debería abonar 200.000 euros y luego, en un plazo no mayor a un año, quemarla. Quemar el muñeco del rey, la exigencia que muchos criticaron por politizar el arte y que otros aplaudieron exactamente por lo mismo. Una exigencia que parece tendencia. Sin ir demasiado lejos, en octubre de 2018, ocurrió algo similar cuando la obra Balloon Girl del británico Banksy se vendió a un millón de euros y luego se destruyó en una máquina para triturar papel que tenía incorporada. A estas alturas, de uno y de otro, apenas se escuchan ecos. —Marisa, ¿adónde está lo del rey?—le preguntó una señora a su amiga el miércoles 27 de febrero. Esa mañana las puertas de Arco se abrieron a las 10:00 para galeristas, coleccionistas, patronos de fundaciones y artistas. A las 12:00 se habilitó el paso a la prensa y a otros profesionales. A partir de entonces comenzó el desfile de personajes, que pueden ser tan atrayentes como las obras de arte entre las que pasean. En varios casos incluso más. Un señor de edad, delgado y elegante, caminaba con cinco sombreros superpuestos. Mucha gafa redonda, de las pequeñas con montura gruesa, chaquetas de pana y jean, trajes sastre riguroso y pajarita, pañuelos en la solapa, bermudas estridentes y zapatillas a juego, o con un tapado sobre los hombros y un andar soberbio sobre taco doce para evitar que se caiga el abrigo. Unas cuantas señoras combinaron colores impensables para la hora del desayuno; unas lo lucían con gracia otras como si no tuvieran espejos a mano. Todos, altos o bajos, coquetos, interesados e interesantes. Un grupo de estos esperaba a primera hora el comienzo de una visita profesional guiada. En una de ellas, la que organizó Fundación Macba (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona), participó PAULA. La recorrida es uno de los servicios dispuestos por los organizadores para ayudar a los invitados a decodificar lo mejor que hay en la feria entre el ruido de tantas propuestas a la vez. Un itinerario de dos horas en el que se conocen las mejores ofertas de las galerías consolidadas, de las alternativas y de las emergentes.

Performance del artista italiano Andrea Galvani exhibida en Opening, versión emergente de Arco. Allí, un grupo de estudiantes de física tratan de desarrollar la trayectoria de un haz de luz, dejando en claro el potencial de las ciencias exactas como materia creativa.


Pain is universal but so is hope (2007), pertenece a la cubana Liset Castillo, una artista emergente que vive entre Ámsterdam y Nueva York. En 2004 obtuvo la prestigiosa Beca Guggenheim.

Asesoramiento a distancia

En el espacio de la galerista Sabrina Amrani, colgados en el blanco neutro de la pared, había cuadros de distintos tamaños blancos también. El efecto visual a distancia no contaba nada, pero la intención era precisamente resaltar la obra del paquistaní Waqas Khan: un proyecto monocromo con intervenciones sutiles que requieren tiempo para su creación y para su contemplación. A quince centímetros de la obra se veía un óvalo tallado al milímetro por goteo. En Studio Trisoralgio la protagonista es la luz con la que se reconstruye la anatomía de un hombre. La instalación es del italiano Fabrizio Corneli. En tanto, en el stand de Elvira González una de las grandes galeristas de España, se mezclaron los maestros de toda la vida, como Eduardo Chillida y Joan Miró con creadores de la nueva generación. De entre todas, las fotografías del español Chema Madoz son cautivadoras. Un botón de muestra: un ciprés esculpido como si fuera una espadaña, un campanario, una imagen icónica de los territorios de la península ibérica. Varios artistas abordaron Venezuela y la crisis política y

Arriba izquierda, Arte nuevo (2015), de Fernando Bryce, uno de los creadores peruanos con mayor proyección internacional, quien tuvo representación en varios stands. Esta obra la presentó Alexander and Bonin Gallery de Nueva York. Derecha, Ninot, la obra en cera de Santiago Sierra y Eugenio Merino, que representa al Rey Felipe VI. La misma tenía cuatro metros y medio de altura y fue una de las atracciones de ARCO. Todavía está a la espera de un comprador en un almacén de una empresa especializada.

humanitaria que la afecta. El trabajo de Alessandro Balteo (1972), creador nacido en Caracas y radicado en Berlín, es un cuestionamiento a los planes prometidos por Hugo Chávez y nunca concretados. Balteo duplicó imágenes de aquellos proyectos infértiles en los que lo único que quedó en evidencia fue que en su país comenzó a tener más valor el petróleo que la leche. Baró Galería de San Pablo apostó por una instalación de felpudos dispuestos como una gran alfombra en los que están impresos los logotipos de instituciones y empresas privadas que han ido desapareciendo en Venezuela desde que llegó el chavismo al poder. “Es un símbolo de cómo fueron pisoteadas”, explicó un responsable. Por último, si hubo una propuesta sonora esa fue la de la artista israelí Naama Tsabar (1982) que presentó la galería Dvir. La creadora realizó una instalación con paños de fieltro y fibra de carbono de los que se tensaron cuerdas de piano sujetas con clavijas de guitarra para afinar el instrumento. En función de la tensión de las cuerdas se producía un sonido u otro que se amplificaba con parlantes oyéndose por casi todo el pabellón.

Accents orange et bleu (1950), del artista Carmelo Arden Quin, nacido en Rivera en 1913 y fallecido en Francia en 2010. Galería Misiones exhibió la obra.

El país invitado

Los espacios entre los stands de las galerías son como calles transitadas en doble dirección. Algunas terminan en un auditorio, otras en áreas reservadas a organismos e instituciones oficiales y algunas en librerías. Al mostrador de una de estas se acercó una señora con rostro distraído. —Hola, ¿sabéis dónde está Perú? —La respuesta, la broma fácil, fue en Sudamérica, pero lo que ella buscaba era la zona destinada al país invitado este 2019 que presentó el trabajo de más de 200 artistas peruanos. Buena parte de la producción contemporánea de estos creadores gira alrededor de la historia, las consecuencias del colonialismo, la política o el medio ambiente en su país. Es el caso de Elena Damiani (1979) de galería Revolver con sede en Lima y Buenos Aires, y Fernando Bryce (1965), representado por galería Alexander and Bonin de Nueva York. Ella presentó una obra concebida sobre mapas geológicos que revelan los resultados de la actividad minera en Perú. Él, entre otras propuestas, fue parte del stand que preparó el diario El País de Madrid con la exposición de una serie de dibujos que, cuál viñetas, cuestionaron los discursos oficiales.

Los coleccionistas

—Siento que no veo nada. ¡Hay tanta información! —se escuchó decir a una señora en los pasillos. Para ella, y otros en esa situación, existe el programa First Collector, que financia Fundación Santander y que ejecuta Arte Global, una consultora dirigida por Elisa Hernando, una referente en materia de arte contemporáneo y colecciones privadas.

Stand de la galería Helga de Alvear donde destaca las fotografías de Julian Rosefeldt autor de Manifesto, película protagonizada por Cate Blanchett.

La dinámica del programa es sencilla. Durante los días que dura la feria agendan a los interesados en recibir asesoramiento gratuito para iniciar o ampliar una colección. Mantienen una entrevista presencial en la que se pretende delimitar los gustos artísticos del interesado y a partir de esa base se construye una lista, una propuesta con nombres de galerías y artistas, con los precios de las obras y el modo de ubicarlos. Por ejemplo, si el interés del coleccionista es en artistas iberoamericanos, la propuesta puede contener obras que van de 14.000 a 40.000 euros, como puede ser un cuadro de José Pedro Costigliolo de Galería Misiones, única representante de Uruguay que visita Arco desde hace tres años.

Avanza el reloj, aumentan las visitas

Almudena levanta la mano con su libreta forrada de símil piel de cebra para reagrupar a su gente que se entrevera con el resto. Hay quien aprieta el paso, otros que miran obras con detenimiento, que están seducidos por una pieza o que siguen un poco perdidos. La guía les cuenta por el micrófono que vio pasar al ministro de Cultura, José Guirao, al artista Daniel Canogar, a Francesca Thyssen-Bornemisza, hija del barón del mismo apellido. Después les dice que llegó el momento del cierre. Entonces, los integrantes de la visita, que tomaron apuntes de las galerías que querrían revisitar, se despiden, se difuminan entre la gente, cada uno con su rumbo. Alguno seguro que se irá al bar.

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Ya está más que incorporado que la distancia no es barrera para casi nada. La tecnología, los medios de comunicación, las redes sociales acortan caminos, abren puertas a nuevas posibilidades. De eso va Red Collectors, una plataforma digital dirigida a coleccionistas de arte que combina el asesoramiento automatizado con uno personal y privado. Ofrece servicios online de catalogación e inventario de colecciones y tasación de obras de arte. El software lo desarrolló Elisa Hernando, directora de Arte Global. La ayuda que ofrecen puede darse en dos grandes niveles. El primero se trata de responder a un cuestionario que pretende definir su perfil artístico. En base a esas respuestas el equipo de Red Collectors le hará una selección personalizada de obras de arte. A medida que cambien sus gustos o tenga curiosidad por otras propuestas podrá cambiar el perfil inicial o completarlo con estas nuevas inquietudes. El segundo paso es dar apoyo en la compra. Hay un plan para cada persona y el equipo de la consultora se encargará de ofrecerle los mejores precios, además de encargarse luego de gestionar la entrega, el enmarcado, la instalación y demás servicios relacionados. www.redcollectors.com/es/


UN MAESTRO LLAMADO TEO Hace rato que la robótica dejó de ser el futuro. Es más, forma parte de la vida cotidiana, en casa, en la industria, en los hospitales. Esta experta en la materia trabaja desde hace quince años en un proyecto gracias al cual es posible entender mucho mejor en qué consiste ese emocionante universo de sensores, motores y códigos informáticos. POR YELLY BARRIOS. FOTOGRAFÍAS: DIFUSIÓN C.M. & SHUTTERSTOCK.

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oncepción Alicia Monje Micharet (Badajoz, Extremadura, 1977), cuenta que en su hogar había cables, dispositivos electrónicos, bobinas y otros tantísimos materiales parecidos, con los que su padre -profesor de formación profesional de electricidad y electrónica-, armaba sus propios radios y televisores. En ese contexto, los juegos y las curiosidades de la infancia fueron marcándole un camino. Se interesó tanto por las máquinas como por los mecanos y los puzzles, y quiso entender cómo era posible que apretando el botón de una pequeña consola, se moviera un muñequito. Mientras estudiaba, tanto en el colegio, como en secundaria, e incluso en su formación terciaria, desarrolló habilidades de comunicación que la consolidaron como divulgadora científica. Su método: explicar en palabras llanas la complejidad de su materia de estudio. “Cuando me gusta una cosa, me gusta compartirla, y que la gente la entienda. Me aprendía la lección y se la contaba a mi madre para que ella la entendiera. Tenía en ella un apoyo muy grande. Es una manera de absorber conocimientos mucho mejor. Cuando lo verbalizas, te das cuenta si realmente has entendido lo que has estudiado. Hice esto desde muy pequeña”. Desde 2006, es doctora en Ingeniería Industrial por la Universidad de Extremadura, con distinción de Doctorado Europeo y Premio Extraordinario de Doctorado. Integró diferentes equipos de investigación en Estados Unidos, Francia, Italia, y Alemania. Y además, fue asesora científica en la película Autómata, producida y protagonizada por Antonio Banderas; y en la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Comunidad Económica Europea, donde poco a poco se busca establecer paradigmas y legislaciones para dar un marco de contención y ética al desarrollo e innovación en estas materias. Desde 2017 es profesora titular del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática en la Universidad Carlos III de Madrid, donde integra el grupo de investigación, Robotics Lab, pione-

ros en robótica y automatización, tanto en España como a nivel internacional. Desde su despacho en Madrid conversó con PAULA acerca del alcance de su trabajo, de su lugar como comunicadora científica, de las clasificaciones, las limitaciones y las potencialidades que tiene la robótica y, por supuesto, de Teo (Task Environment Operator, en castellano Operador en el Entorno de las Tarea), “un robot humanoide, de tamaño y peso humanos, concebido como un autómata asistencial destinado a mejorar la calidad de vida de las personas”. Este es un encuentro introductorio al emocionante mundo de la robótica de la mano de una de sus máximas exponentes en español. −¿Qué es la robótica? −La robótica es un compendio de tecnologías donde participa la mecánica, porque el cuerpo de un robot es mecánico; la electrónica, porque hay señales que circulan y comandan los movimientos del robot; y hay por supuesto, informática, que es la responsable de ser el cerebro que ejecuta los comandos de control del robot, la que le confiere inteligencia. Para que la inteligencia funcione adecuadamente, necesita datos que procesar, y en base a ellos, decidir cómo debe actuar. Esos datos provienen de sensores y es su sistema de percepción el que le permite saber el estado en el que se encuentra, saber cómo es el entorno, y gracias a eso, realizar la tarea de la manera más eficiente. Un robot es algo parecido a un ser humano: tiene un sistema de percepción, un sistema de procesamiento o razonamiento (inteligencia), y un sistema de actuación. Estos son los tres pilares fundamentales que permiten que los robots de hoy en día tengan un desempeño adecuado. −¿Qué vínculo tiene la robótica con la inteligencia artificial? ¿Se suele confundir uno con otro? −No tienen nada que ver, pero se necesitan mutuamente. Un robot hoy en día necesita de inteligencia artificial para realizar sus tareas de forma eficiente. Pero la inteligencia artificial, por sí sola, no es un robot, no requiere de un cuerpo mecánico para desarrollarse y actuar.

−¿Cuáles son los robots más avanzados que existen al día de hoy? Si es que se puede resumir. −La robótica tiene una particularidad: su aplicación es transversal, es decir, prácticamente hay una infinidad de áreas que son susceptibles de desempeñarse con la ayuda de un robot. Los robots se diseñan atendiendo a las particularidades concretas de cada área. Un tipo de robot muy singular es el robot humanoide, en el que interviene una habilidad muy exigente como es la locomoción bípeda. La estabilidad de estos robots es un problema muy serio y difícil de resolver, y por eso aún no están integrados en la sociedad. Aun así, la empresa Boston Dynamics ha desarrollado uno de los humanoides más avanzados del mundo, que se llama Atlas. También Elon Musk ha desarrollado un humanoide que llamó Optimus, aunque su rendimiento es mucho menor que el de Atlas. También de la mano de Boston Dynamics encontramos a Spot Mini, un robot cuadrúpedo, que junto con los robots móviles ampliamente utilizados, representa la robótica más avanzada. No podemos olvidarnos de los robots industriales, que han alcanzado un grado de precisión y repetitividad sumamente extraordinario. −¿Qué otros avances hay en estas áreas? −Muchos. No podemos dejar de mencionar los robots manipuladores. El reto de la manipulación es muy complejo, pero actualmente existen robots manipuladores avanzados que realizan una función muy importante en la industria y en los almacenes automatizados, entre otros. También están desarrollándose con fuerza otros robots de servicio como los robots médicos o los robots en agricultura. Los robots industriales, por otro lado, han evolucionado hacia una versión mucho más segura en la interacción humano-robot, como es el cobot, que está preparado para trabajar cara a cara con el usuario sin necesidad de operar de forma aislada. Recientemente se conoció el caso de un paciente holandés que sufría parálisis desde hacía cinco años y que volvió a caminar gracias a un sistema de implan-

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CONCEPCIÓN MONJE


12 JUNIO I 2023 I PAULA

Concepción Monje. Investigadora en Robótica y catedrática de la Universidad Carlos III de Madrid. Sus trabajos en los campos de la Robótica y Control de Sistemas han sido reconocidos con los siguientes premios: Premio Gigante Extremeño (2019); Premio Ada Byron a la Mujer Tecnóloga de la Universidad de Deusto (2019); Premio de Excelencia a la Investigación de la Universidad Carlos III de Madrid (2018); Premio Mujer y Tecnología de la Fundación Orange (2018); Premio a Mejor Científica Contemporánea -Selección Española de Ciencia (2017), otorgado por la revista de divulgación científica QUO en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España.

tes electrónicos desarrollado por investigadores de la Universidad de Suiza, ¿conoce el caso? En ese caso han usado implantes cerebrales, lo que se aleja de mi campo de investigación. Una alternativa para pacientes con parálisis son los exoesqueletos, que son estructuras vestibles. Las colocamos sobre nuestras extremidades y nos aportan la energía articular necesaria para mover nuestro cuerpo en caso de discapacidad, o en caso de querer disfrutar de súper capacidades de locomoción. Conozco bien el caso del exoesqueleto pediátrico Atlas, desarrollado en España por la investigadora del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) Elena Garía Armada, quien ha recibido

recientemente el Premio Inventor a la mejor patente del año a nivel europeo. Ella desarrolló un exoesqueleto que permite que niños con parálisis sean capaces de caminar. Es una realidad que desde luego tiene mucho impacto en la vida de las personas con discapacidad. −¿Qué otro ejemplo podría darnos? −Dentro de los robots móviles, podemos destacar el desarrollo de los coches autónomos y los drones. Los coches autónomos de hoy en día son auténticos robots avanzados, pero hay que entender que aún no estamos en el momento de que los coches conduzcan cien por ciento por nosotros, requieren aún de nuestra supervisión y actuación.

−En casa tenemos robots de cocina o la aspiradora que limpia sola, ¿son robots verdaderamente o electrodomésticos sofisticados? −Un robot de cocina no es un robot, es un autómata avanzado. Sin embargo, Rumba sí cumple con la definición de robot, limpia de forma eficaz ayudado de una inteligencia artificial capaz de analizar el espacio y decir cómo recorrerlo eficientemente. Este robot se concibió originalmente para aplicaciones militares, y finalmente su tecnología invadió nuestros hogares. −¿La investigación en cuanto al escaneo de territorios funcionó como se esperaba, o sigue en desarrollo? −Como todo campo de investigación, siempre puede mejorarse la tecnología, pero podemos decir que hoy por hoy es muy avanzada y robusta en el caso de los robots limpiadores. −¿Quién es Teo? −Es un robot humanoide que hemos desarrollado en el Robotics Labs, que es nuestro laboratorio de investigación. Tiene forma humana, con dos piernas, dos brazos, sus manos, su cabeza. Teo es

“Estamos trabajando en robótica blanda, reemplazando las articulaciones de TEO por articulaciones blandas actuadas por tendones artificiales. Esto hace que el robot sea más seguro en su interacción con los humanos y con el entorno, y que absorba las vibraciones de los impactos realizando sus tareas de forma más robusta”. una plataforma sin fines comerciales para investigar las distintas habilidades que queremos implementar en los robots. Habilidades de locomoción, de manipulación, de inteligencia. Lo que hacemos es implementar técnicas que le permitan caminar sin caerse o manipular objetos sin que se le caigan. También con sus cámaras tiene la capacidad de reconocer imágenes e interactuar con los humanos. Es muy versátil. −¿Cuándo comenzó a trabajar con él? −Cuando llegué a esta universidad en 2006 estaba RH1 (de Robot Humanoide uno), y antes, RH0. El RH1 se cayó en unas pruebas que estaba realizando un doctorando con él, y en el golpe se rompieron varios motores y ejes, por lo que fue casi imposible recuperarlo. Era costoso repararlo y además su diseño ya era obsoleto. Esto aceleró un poco la idea de hacer un robot nuevo, que finalmente llamamos Teo. Fue entre 2007 y 2008 cuando empezamos a trabajar unas ocho personas en el diseño de este robot humanoide, desde cero. Es un prototipo costoso de desarrollar, requiere muchos recursos humanos y muchos recursos económicos. −¿Lo quiere? −Es muy curioso porque sabemos que es una máquina, y como tal se aleja mucho de ser un humano. Pero su apariencia e inteligencia nos provoca empatía y un cierto sentimiento de cariño. −¿Cómo ha evolucionado el trabajo con Teo? ¿Qué investiga actualmente? −Estamos trabajando en robótica blanda, reemplazando las articulaciones de TEO por articulaciones blandas actuadas por tendones artificiales. Esto hace que el robot sea más seguro en su

interacción con los humanos y con el entorno, y que absorba las vibraciones de los impactos realizando sus tareas de forma más robusta. Hemos desarrollado un cuello y un brazo robótico blandos, y bioinspirados, que están bajo proceso de patente. Esperamos que esta tecnología tenga un gran impacto en la robótica actual. −¿Por qué le importa la divulgación, y dar visibilidad a otras científicas? −Más que visibilizar el trabajo de otras mujeres, en lo que contribuyo es en visibilizar mi trabajo, que es de lo que mejor puedo hablar. Creo primero que se necesitan científicos divulgadores, que hagan entender la ciencia a la gente para que se comprenda su importancia y se sepa lo que se hace en los laboratorios. Lo que se desconoce no se valora, y eso tiene sus consecuencias negativas, la principal, es que no atraigamos al nuevo talento. En estas ramas de la tecnología, de la robótica, se requiere de mucho talento y de formación continua. Esto no acaba cuando terminas la carrera universitaria. La única forma de conseguir que la gente se involucre y decida hacer carreras de este tipo es, en parte, visibilizando qué es la ingeniería, para qué sirve y mostrando su impacto. Esta es una responsabilidad que tenemos porque realmente la ingeniería y la ciencia nos permiten evolucionar como sociedad. Además de esto, también es importante reducir el sesgo de género tan importante que existe en la ingeniería, por lo que visibilizar el trabajo de la mujer ingeniera tiene un impacto muy positivo. −¿A esto contribuyen los talleres y encuentros tecnológicos dirigidos a niñas?

LA ROBÓTICA BLANDA

El equipo de Robotics Lab de la UC3M desarrolló articulaciones blandas inteligentes para robots para hacerlos más versátiles, deformables y estables. El objetivo de este proyecto es dotar de mayor robustez a los robots y mejorar la interacción entre la máquina y las personas. Esta invención se caracteriza por estar fabricada con un material blando, altamente deformable y que puede articularse mediante hilo sedal que actúa como tendones. Tal como se indica en la web de la universidad, “una de las aportaciones de este proyecto es a nivel asistencial. Por ejemplo, las personas que precisen de asistencia robótica para la realización de determinadas tareas podrán disponer de robots más seguros y versátiles en sus movimientos. En el marco de esta investigación, también se han elaborado articulaciones de tipo ‘origami’, basadas en el plegado del papel. Para ello, se ha utilizado acetato y sensores de nanofibra de carbono.

−Es importante hacer este tipo de actividades desde la edad temprana para que tanto niños como niñas conozcan la tecnología en primera persona. De esta manera se les da las herramientas para decidir con conocimiento de causa qué quieren estudiar, sin que se impongan opiniones sesgadas generalmente vinculadas al género.

13 JUNIO I 2023 I PAULA

El nombre del robot TEO hace referencia a Task Environment Operator (en español Operador en el Entorno de las Tareas). Algunos lo conocen también como RH-2, de la estirpe de robots humanoides que surgió hace más de quince años con RH-0 en RoboticsLabs, de la Universidad Carlos III de Madrid.


18

internacional

el observador Domingo 5 de junio de 2011

protestas en españa

El 15-M de la Puerta del Sol se reinventa para no desaparecer indignados. Una asamblea nacional buscará un nuevo modo de funcionamiento

Sin ser miembro del núcleo duro del 15-M, pero como ciudadana, María González Aguado, investigadora de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), observa que el movimiento en general pide un paso más en su organización. En su charla con El Observador sobre el tema, la joven filósofa observa el fenómeno como una totalidad que comenzó meses atrás de una manera no organizada en un sentido jerárquico, pero sí coordinada. “Este es un movimiento muy pensado, con un trasfondo teórico muy importante, con personas que están curtidas en asambleas y con niveles altos de formación”, mencionó. María está convencida de que el 15-M se mantendrá y que el proyecto tiene que internacionalizarse. “Un país no puede tomar determinadas decisiones en eco-

lll Por el mundo Los “indignados” de Barcelona están en Egipto gracias a una pancarta de la acampada en la ciudad condal que se ha lucido en el Museo Egipcio y en la plaza Tahrir.

apunte

Tuits desde Barcelona

Se diluye la fuerza inicial del movimiento español. E. Morenatti/AP Yelly Barrios Especial para El Observador

J

ueves por la tarde. Un mariachi toca la guitarra en una esquina despejada en la plaza Puerta del Sol. Algunas personas que salen de la boca del metro se detienen y lo escuchan. Frente a ellos un grupo de ciudadanos discute con una periodista de un canal de televisión un informe realizado días atrás. Se quejan de la información. Le recriminan que estuvo “sesgada”. Caminando unos pasos más con destino al corazón de la plaza se visualiza un grupo de pequeñas carpas que colorea la zona. Por detrás sobresale la gran toldería azul que alberga desde el pasado 15 de mayo a los autodenominados “indignados”, reunidos allí para demandar cambios al sistema electoral, político y económico en España.

Más disperso La disposición se asemeja a la de un campamento. Incluso con la división de las parcelas realizada con cintas amarillas que marcan senderos sobre los que no se puede montar la tienda. La organización y la limpieza se mantienen. Sin embargo, la percepción de que la fuerza inicial del movimiento se diluye, o exige una reinvención,

está en el aire. Se dispersa en las calles adyacentes a Puerta del Sol, en los minutos de pantalla de los telediarios y en las páginas de la prensa local. En el epicentro de la concentración donde días atrás se veía personas organizándose y trabajando, ahora se mezclan muchos y variados grupos. Unos están cantando en ronda, otros jugando al ajedrez, leyendo, durmiendo, o simplemente paseando para ver “cómo va la cosa”, según comentó un transeúnte. La dispersión de las fuerzas iniciales fue pública esta semana con la conferencia que realizaron portavoces del grupo Democracia Real Ya (DRY) –uno de los movimientos más visibles que participó de la gesta del fenómeno en Madrid y en toda España–, tomando distancia de las acciones que se emprenden actualmente en la Puerta del Sol. En la misma jornada en la que convocaron a varias acciones, entre ellas una movilización internacional para el próximo 15 de octubre, DRY dejó claro que el movimiento asentado en la plaza y ellos “son diferentes”. Las consideraciones de los ciudadanos a través de las redes sociales también dejan constancia de esta fragmentación. Y pese a esta sensación, muchos de los “indignados” buscan

lo dijo

“Este es un movimiento muy pensado, con un trasfondo teórico muy importante, con personas que están curtidas en asambleas y con niveles altos de formación” María González

Investigadora de la universidad complutense de madrid

“Eso fue bueno y sano en sus comienzos. Sin embargo, al infiltrarse integrantes de partidos políticos, como el comunista, hace que el movimiento pierda su lógica inicial” Ismael Crespo

miembro del instituto universitario de investigación ortega y gasset

maneras de reinventarse para no caer. Incluso, si se trazara una línea imaginaria en la emblemática plaza de Madrid observaríamos que al mismo tiempo que en un lado se siente un paulatino regreso a los días previos a la instalación del campamento, en el extremo opuesto late el germen de la resistencia a desaparecer. Por ello están realizando ejercicios de asambleas participativas guiadas por animadores para establecer mecanismos de discusión, debate y reflexión en grupo. “Son actividades prácticas. Las decisiones que tomemos hoy no son vinculantes”, se oía vocear a un animador grupal el pasado miércoles por la noche.

Distintas miradas Según Mónica de 36 años, portavoz del 15-M, desde el Acampada en Sol tienen claro que su propósito actual es reorganizarse. “Nosotros mantenemos nuestros objetivos de no estar asociados a ninguna agrupación en particular. Nos deslindamos de DRY. Ahora mismo estamos abocados a reorganizarnos y buscar maneras de ser sostenibles”, reafirmó. En ese camino se encuentran este fin de semana en el que se realiza una asamblea nacional para consensuar nuevos modos de funcionamiento.

Marc es catalán y Paula uruguaya, ambos residen en Barcelona y opinaron sobre el 15-M en su ciudad: “La #acampadabcn es el resultado de la pésima gestión política de una crisis que es percibida cada vez más como una estafa”. “Expresión de un amplio descontento que crecía sordamente, la plaza visibiliza la necesidad de reapropiarnos de nuestras vidas y demostrar que estamos perdiendo el miedo”. nomía solo, las debe tomar en coincidencia con el mayor número de países. Por eso este movimiento pretende expandir una acción coordinada, en el marco de un proceso de emancipación y regeneración democrática”, concluyó. Con otra perspectiva, Ismael Crespo, director del departamento de Comunicación Política e Institucional del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset, comentó que el movimiento “ahora mismo está muerto” desde el punto de vista de su repercusión política. Cree que se mantienen en el “candelero” pero que la “fuerza” inicial que se percibía en él en febrero, marzo y abril “ya no está”. Crespo está convencido de que el 15-M es una acción premeditada que encontró eco por realizarse en un contexto especial de crisis económica y descreimiento por el sistema político. “Eso fue bueno y sano en sus comienzos. Sin embargo, al infiltrarse integrantes de partidos políticos, como el comunista, hace que el movimiento pierda su lógica inicial”, opinó. l


OBSERVADOR 18 INTERNACIONAL | ELDOMINGO 8 DE AGOSTO DE 2010

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HAITÍ A SEIS MESES DE LA TRAGEDIA

Reconstruir Haití a pulmón f Un Techo para mi País edificó en julio 150 casas. Se planifican otras 1.600 para próximos meses POR YELLY BARRIOS DE LA REDACCIÓN DE EL OBSERVADOR

os ritmos de la reconstrucción de Haití se miden en tiempos únicos y las necesidades de sus habitantes se definen con parámetros diferentes a los que pueden conocerse en Uruguay. Allí la urgencia y la pelea por la supervivencia son las que marcan las prioridades de la vida cotidiana. A casi siete meses del terremoto que el 12 de enero puso a Haití en boca de todo el mundo, algunos ritmos de las zonas afectadas ya retomaron en parte a la normalidad. Se puede transitar en vehículos privados por varias zonas, el uso del transporte público está restablecido, es posible realizar compras en supermercados y algunos barrios privilegiados gozan de servicios esenciales –como acceso al agua potable y a la electricidad–. Sin embargo, los escombros amontonados a los costados de las calles, la basura que comienza a acumularse, la falta de recursos humanos para dar asistencia sanitaria y los miles de familias viviendo en tolderías son evidencia de que las mínimas condiciones de dignidad para muchos damnificados aún no fueron atendidas. El 12 de julio dos uruguayos viajaron a Haití para sumarse a un equipo de Un Techo para mi País, que desde febrero está trabajando en la construcción de soluciones habitacionales para que miles de niños, jóvenes y adultos de Puerto Príncipe –y localidades adyacentes– puedan abandonar las “tiendas” en las que pernoctan desde el sismo. Juan Pablo Cibils, subdirector social de Un Techo para mi País en Uruguay, se subió a un avión en Montevideo y aterrizó horas después en República Dominicana. Tras una combinación con un vuelo de las Naciones Unidas ingresó en territorio haitiano. De allí en más inició un camino que le dejó mucho más de lo que imaginaba. Su compañero en este viaje, Mauro Scopice, de 22 años, llegó por otra vía y se encontraron en las oficinas de la organización en Puerto Príncipe. Al llegar al lugar, fueron descubriendo diferentes perspectivas de la realidad haitiana actualmente. Una de las miradas más significativas que cuenta Cibils es que mucha de la ayuda humanitaria recibida internacionalmente no se ve reflejada en las calles de Puerto Príncipe. “Uno se pregunta ¿dónde está toda la ayuda? Nosotros mismos como institución nos

L

EXPERIENCIA. Juan Pablo Cibils compartió casi un mes con los voluntarios haitianos

PERFIL

e

Juan Pablo Cibils EDAD: 25 años OCUPACIÓN: subdirector social de Un

Techo para mi País en Uruguay estudió psicología. Actualmente está preparando su tesis de grado.

LAS CIFRAS

e

15 Es el valor en pesos uruguayos de cinco litros de agua potable.

16 Son los países en los que está presente Un Techo para mi País.

PROFESIÓN:

preguntamos hasta dónde podemos llegar”, comentó Cibils a El Observador. TRABAJO Y VOLUNTARIADO. En febre-

ro Un Techo para mi País llegó a la zona afectada por el sismo en Haití. En aquella oportunidad las necesidades de los ciudadanos eran otras. En aquel entonces aún se retiraban cuerpos de entre los escombros y los centros de asistencia estaban repletos de lesionados y heridos. Luego, junto con el progresivo silencio de las repercusiones in-

326 La cantidad de viviendas construidas entre febrero y julio de 2010 en Haití.

500 Es el número de voluntarios que trabaja en Haití junto a la organización.

1.600 Es el estimado de viviendas que se construirá entre setiembre y enero de 2011.

30.000 Las familias que viven en la localidad de Canaan, donde trabajaron los uruguayo que viajaron en nombre de la institución.

APUNTE

e

Más que el termo y el mate, importa el agua e “¿Cómo se llama esa vaina?”, le preguntó a Cibils un niño haitiano de 9 años cuando lo vio con termo y un mate en la mano. David, con quien pudo establecer un vínculo cercano por que hablaba español, aprendió “los rituales” del mate rápidamente y compartió una ronda con los uruguayos. Lo folclórico que puede ser esta si-

tuación en otras circunstancias, en Haití no significa más que el disfrutar del acceso a tomar un poco de agua potable. “Igual le gustó”, bromeó Cibils. En Haití el acceso a los servicios básicos, como el agua potable, es restringido. Muchos deben viajar de una localidad a otra para poder tener agua para beber.

ternacionales de la tragedia, fueron surgiendo las carencias respecto a dónde ubicar a los damnificados. Hasta el día de hoy al circular por Puerto Príncipe se encuentran centenares de “tiendas” –más precisamente cuatro estacas con un toldo encima– por las calles. Cibils describió que incluso hay miles de estos refugios que están ocupando espacios en lo que antes eran plazas públicas céntricas. En todo ese contexto, la “misión” de la institución es trabajar para que las familias puedan dejar de vivir en esas carpas y acceder a

las “viviendas de urgencia” que construyen en los 16 países donde están presentes. En lo que va del año edificaron 326 de estas viviendas de madera, de 18 m2, y se proyectan para agosto y setiembre otras 600. Para enero de 2011, cuando se cumple un año de la tragedia, se organiza una gran campaña para edificar 1.000 viviendas más. Pese a todos estos planes, Cibils reflexionó sobre la necesidad de educar para generar redes de solidaridad y voluntariado entre los haitianos. La institución logró movilizar en


EL OBSERVADOR 11 DE JUNIO DE 2010 8 ACTUALIDAD NACIONAL | VIERNES

LA UNASEV PRESENTARÁ EL PRIMER INFORME DE SINIESTRALIDAD EN URUGUAY

En 30 años murieron 15.000 personas en accidentes viales C. RODRÍGUEZ

f El dato equivale a la

CLAVES

desaparición de una ciudad entera en el interior del país

••• Para preparar el informe se recopiló información del Ministerio del Interior, las distintas intendencias y de la Unasev. ••• Los expertos en seguridad vial insisten en marcar que en materia de tránsito no ocurren accidentes sino siniestros. ••• Flores es el departamento que tiene la tasa más alta de muertos en siniestros viales y la más baja en uso del casco. En San José sucede un fenómeno similar.

POR YELLY BARRIOS DE LA REDACCIÓN DE EL OBSERVADOR

ntre 1980 y 2009 más de 15 mil personas murieron en siniestros de tránsito y otras 500 mil resultaron heridas. Los datos, que equivalen a la desaparición de una ciudad en el interior del país en 30 años, forman parte del primer informe de siniestralidad vial en Uruguay que prepara la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev). Para el informe, que se presentará formalmente a fin de mes, se tomaron en cuenta los datos de todo el país en cuanto a lesionados en siniestros viales. Gustavo Arbiza, ingeniero de la Unasev, explicó a El Observador que el concepto de “lesionado” incluye los heridos y los fallecidos en siniestros viales. En todo el país en 2009, Uruguay registró un promedio de 74 lesionados en siniestros de tránsito por día. El dato complementario es que en el mismo período se registró en promedio un muerto cada 16 horas.

E

ARTIGAS, EL MEJOR POSICIONADO. En

promedio, Uruguay tiene una tasa de 16 muertos cada 100 mil habi-

e

ACCIDENTES. Un flagelo que no cesa

LAS CIFRAS

e

2.000 60 55 50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0

es el promedio de lesionados menos que registró Uruguay desde la puesta en marcha de la Unasev.

535 personas fallecieron en siniestros viales en 2009.

27.000 fueron los heridos en siniestros viales en 2009.

tantes. Sin embargo, al cotejar los datos por departamento, se determinó que Artigas es donde se registró el menor índice, con una tasa de cinco muertos cada 100 mil habitantes en 2009. En el extremo opuesto se ubica Flores, con una tasa de 50 muertos cada 100 mil habitantes. Montevideo registra una tasa de 10 muertos (ver gráfica). El indicador que se usó para obtener estos datos resultó del cálculo de la cantidad de muertos en siniestros viales en 2009 sobre la cantidad de habitantes. RUTAS NACIONALES. En tanto, en los últimos tres años se registró un crecimiento de siniestros viales en las rutas, al determinarse que el promedio pasó de 31% a 37% en 2009. Por el contrario, se registró un descenso de siniestros viales en jurisdicción municipal el año anterior. INCIDENCIA ECONÓMICA. La evolución histórica de los accidentes en los últimos 30 años tiene vinculación directa con el crecimiento económico del país. Arbiza explicó que cuando hay crecimiento económico también crecen los siniestros viales, es decir el número de muertos y heridos. Cuando hay crisis económica, esas tasas bajan. “Eso es típico de países que no tienen políticas de Estado en seguridad vial. Los países que sí poseen políticas estatales fuertes de seguridad vial crecen económicamente y los siniestros bajan”, explicó el experto. Hasta 2008 Uruguay tenía un registro creciente de siniestralidad vial. A partir de ese año, con la puesta en marcha de la Unasev, la tendencia comenzó a descender. Los picos más altos se registraron en la década de 1990, con más de 600 muertos por año en el país. ●


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