Tarea 8 revista de biologia

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El aparato circulatorio o sistema circulatorio es la estructura anatómica compuesta por el sistema cardiovascular que conduce y hace circular la sangre, y por el sistema linfático que conduce la linfa unidireccionalmente hacia el corazón. En el ser humano, el sistema cardiovascular está formado por el corazón, los vasos sanguíneos (arterias, venas y capilares) y la sangre, y el sistema linfático que está compuesto por los vasos linfáticos, los ganglios, los órganos linfáticos (el bazo y el timo), la médula ósea , los tejidos linfáticos (como la amígdala y las placas de Peyer) y la linfa. La sangre es un tipo de tejido conjuntivo fluido especializado, con una matriz coloidal líquida, una constitución compleja y de un color rojo característico. Tiene una fase sólida (elementos formes, que incluye a los leucocitos (o glóbulos blancos), los eritrocitos (o glóbulos rojos), las plaquetas y una fase líquida, representada por el plasma sanguíneo. La linfa es un líquido transparente que recorre los vasos linfáticos y generalmente carece de pigmentos. Se produce tras el exceso de líquido que sale de los capilares sanguíneos al espacio intersticial o intercelular, y es recogida por los capilares linfáticos, que drenan a vasos linfáticos más gruesos hasta converger en conductos que se vacían en las venas subclavias. La función principal del aparato circulatorio es la de pasar nutrientes (tales como aminoácidos, electrolitos y linfa), gases, hormonas, células sanguíneas, entre otros, a las células del cuerpo, recoger los desechos metabólicos que se han de eliminar después por los riñones, en la orina, y por el aire exhalado en los pulmones, rico en dióxido de carbono (CO2). Además, defiende el cuerpo de infecciones y ayuda a estabilizar la temperatura y el pH para poder mantener la homeostasis. Sistema circulatorio cerrado: En este tipo de sistema circulatorio la sangre viaja por el interior de una red de vasos sanguíneos, sin salir de ellos. El material transportado 2


por la sangre llega a los tejidos a través de difusión. Es característico de anélidos, cefalópodos y de todos los vertebrados incluidos el ser humano. Sistema circulatorio abierto: En este tipo de sistema circulatorio la sangre no está siempre contenida en una red de vasos sanguíneos. La sangre bombeada por el corazón viaja a través de los vasos sanguíneos e irriga directamente las células, regresando luego por distintos mecanismos. Este tipo de sistema se presenta en muchos invertebrados, entre ellos los artrópodos, que incluyen a los crustáceos, las arañas y los insectos; y los moluscos no cefalópodos, como caracoles y almejas. Estos animales tienen uno o varios corazones, una red de vasos sanguíneos y un espacio abierto grande en el cuerpo llamado hemocele. La circulación de la sangre o circulación sanguínea describe el recorrido que hace la sangre desde que sale hasta que vuelve al corazón. La circulación puede ser simple o doble: Circulación sanguínea simple, la sangre pasa una vez por el corazón en cada vuelta. Circulación sanguínea doble, la sangre pasa dos veces por el corazón en cada vuelta. La

circulación

sanguínea

también

se

clasifica en: Circulación sanguínea completa, no hay mezcla de sangre oxigenada y desoxigenada. Circulación sanguínea incompleta, hay mezcla de sangres oxigenada y desoxigenada. El corazón de los seres humanos y de la mayoría de los vertebrados más evolucionados se divide en cuatro cámaras, es tetracameral. En otros animales solo tiene dos o tres cámaras, o incluso una sola en forma tubular. Además hay animales que tienen más de un corazón.

El corazón Es un órgano muscular hueco, ubicado en la zona conocida como mediastino, espacio que se encuentra en el centro de la 3


caja torácica hacia el lado izquierdo, por detrás del esternón, entre las costillas y los pulmones. Su función principal es impulsar sangre a todo el cuerpo, además de llevar oxígeno y nutrientes a órganos y tejidos. El latido del corazón garantiza que todas las células del organismo reciban un suministro continuo de esos elementos vitales. El corazón late a distinto ritmo, de acuerdo con la actividad que se esté realizando y el oxígeno que los músculos necesiten. Vasos sanguíneos El sistema de canalizaciones de nuestro cuerpo está constituido por los vasos sanguíneos, que según su diámetro se clasifican en: arterias, venas y capilares. Por esta estructura de conductos grandes y pequeños, circula la totalidad de nuestra sangre una y otra vez.

Las arterias Son tubos que parten del corazón y se ramifican como lo hace el tronco de un árbol. Tienen paredes gruesas y resistentes formadas por tres capas: una interna o endotelial, una media con fibras musculares y elásticas, y una externa de fibras conjuntivas. Llevan sangre rica en oxígeno, y según la forma que adopten, o hueso y órgano junto al cual corran, reciben diferentes denominaciones, tales como humeral, renal o coronaria, entre otras.

Las venas Una vez que la sangre ha descargado el oxígeno y recogido el anhídrido carbónico, este fluido emprende el viaje de regreso hacia el corazón y los pulmones a través de las venas. Estos conductos

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constan de dos capas, una endotelial y otra formada por fibras elásticas, musculares y conjuntivas. A diferencia de las arterias, sus paredes son menos elásticas, y cada cierta distancia poseen válvulas que impiden que la sangre descienda por su propio peso. Los capilares Los vasos sanguíneos se hacen cada vez más finos a medida que se van ramificando en el cuerpo. Formados por una sola capa de células, la endotelial, esta red, por su extrema delgadez, facilita su función de intercambio gaseoso entre la sangre y los tejidos o entre la sangre y el aire que ha penetrado en los pulmones. En la entrada de estos pequeños tejidos hay unas franjas que se distienden o contraen para permitir o impedir el paso de la sangre. En todo el cuerpo se estima que hay más de 60 mil kilómetros de ellos, siendo el punto más lejano del viaje que hace la sangre, y el lugar de aprovisionamiento de todos los tejidos y órganos, porque cada una de las células del cuerpo está a menos de 0,2 milímetro de un capilar. La sangre Por nuestra extensa red de conductos sanguíneos fluye la sangre. Un ser humano adulto tiene, en promedio, algo más de cinco litros. Aunque parezca extraño, es un tejido como los cartílagos o los huesos; sin embargo, gracias a su base líquida, denominada plasma, puede desplazar a millones de elementos figurados (componentes de la sangre), que constituyen una parte esencial de su estructura, como, por ejemplo, los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. La sangre tiene varias tareas: •

Reparte a todo el cuerpo los nutrientes necesarios para el desarrollo de la vida.

Transporta miles de moléculas de hormonas y proteínas, esenciales para que el organismo funcione bien.

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Retira de los tejidos los desechos compuestos por dióxido de carbono y restos de nitrógeno.

Capta moléculas de oxígeno en los pulmones y las conduce a cada célula del cuerpo.

Regula la temperatura corporal, pues distribuye calor, logrando mantener un promedio de 37 ºC. Cuando se presenta un cambio brusco de temperatura, los capilares (vasos sanguíneos que unen las arterias con las venas), actúan de inmediato para regularla.

Protege al organismo de agentes patógenos y enfermedades. La sangre también tiene una función inmunitaria o defensiva; los glóbulos blancos o leucocitos atacan cualquier elemento extraño que ingrese al cuerpo.

Seguramente nunca te has puesto a pensar: "Debo respirar". Lo haces sin darte cuenta, ya que es algo que se ejecuta en forma mecánica, incorporando oxígeno cuando inspiras (o inhalas) y expeliendo anhídrido carbónico cuando espiras (o exhalas). Para mantenerse activas, las células del organismo necesitan oxígeno. El sistema respiratorio

realiza

respiración,

que

es

esta un

función proceso

mediante

la

involuntario,

controlado por los centros respiratorios ubicados en el tronco cerebral. Lo accionan ciertos órganos y estructuras como las vías respiratorias o aéreas (cavidad nasal, faringe, laringe, tráquea y bronquios) y los pulmones. Luego de que el aire llega a los pulmones, el suministro de oxígeno es transportado por la sangre, para distribuirlo a todos

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los tejidos del cuerpo. Paralelamente, este sistema se encarga de expulsar el dióxido de carbono hacia el exterior del organismo. Partes del sistema respiratorio Las vías respiratorias Las vías respiratorias son un conjunto de órganos (cavidad nasal, faringe, laringe, tráquea y bronquios) que llevan el aire hacia los pulmones. Están recubiertos en su parte interna por una capa de tejido epitelial (compuesto de células muy pegadas, que apenas tienen sustancia intercelularnentre ellas, con lo que protege al organismo de lesiones e infecciones) y una mucosa respiratoria. La función de esta mucosa es mantener el aire que entra a los pulmones a una temperatura y humedad apropiadas. En la superficie de este tejido se alternan dos tipos de células: las mucosas, que producen y transportan moco hacia la entrada de las vías aéreas, y las ciliadas, que poseen cilios, unos pelos finos que se mantienen en constante movimiento, logrando limpiar la superficie de los pulmones y las partículas adheridas en la mucosa. El aparato pulmonar Es donde se efectúan los intercambios gaseosos entre el aire del ambiente y la sangre. Debido a la naturaleza gaseosa de sus contenidos, las vías respiratorias están cubiertas por una armazón ósea o cartilaginosa, que hace posible mantener abiertos estos caminos para que el

aire pueda pasar libremente. Las principales funciones son: - Ventilación: el volumen del tórax varía de

acuerdo con las contracciones musculares que trasladan el aire dentro y fuera de los pulmones.

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- Respiración externa: el oxígeno que entra a los pulmones pasa a la sangre. En cambio, el dióxido de carbono (producido en las células) realiza la ruta inversa, y sale del interior al exterior del cuerpo. - Respiración interna o celular: es el intercambio de gases entre la sangre y los tejidos, proceso por el cual ocurren cambios químicos que liberan energía y dióxido de carbono (pasa de las células a la sangre). Cavidad nasal Es la vía de entrada del aire. Está formada por huesos, cartílagos duros (tabique nasal) y cartílagos blandos (fosas nasales). Las fosas nasales son dos cavidades en la base de la nariz. Están conectadas, en su parte exterior, por los orificios nasales, los que, a su vez, se encuentran separados entre sí por el tabique nasal. La tráquea La tráquea, un tubo que va desde la sexta vértebra cervical hasta la quinta vértebra torácica, es la continuación de la laringe y da origen a los bronquios. Su principal función es ser la vía para que el aire pueda entrar y salir de los pulmones. Puede llegar a medir unos 12 centímetros de longitud; su estructura es elástica, debido a que está formada por anillos cartilaginosos unidos entre sí por el ligamento anular. Está cubierta por una mucosidad llena de cilios, los que sacan las partículas de polvo.

Bronquios En los pulmones, los bronquios se subdividen en estructuras más pequeñas. Los dos bronquios principales se 8


llaman primarios. El primario derecho se ramifica en tres bronquios secundarios, y el izquierdo en dos. Estos, a su vez, se subdividen formando los bronquiolos (ramificaciones de solo un milĂ­metro de ancho).

Diferencias

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Editora Yenniffer Mujica

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