Antología Santiago en Paz

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AntologĂ­a Santiago en Paz 2011

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© Editorial Yerba Mala Cartonera 2011. © Santiago en Paz 2011 Proyecto social cultural y comunitario sin fines de lucro. yerbamalacartonera@gmail.com http://yerbamalacartonera.blogspot.com Proyectos análogos: Eloísa Cartonera (Argentina), Sarita Cartonera (Perú), Ediciones la Cartonera (México), Animita Cartonera (Chile), Dulcinéia Catadora (Brasil) y muchos más en casi 20 países. ______________________________________________________ Impreso en: Imprenta “Magda I” Av. Oquendo 371 dpto. 2A. Cochabamba Derechos exclusivos en Bolivia Impreso en Bolivia ______________________________________________________ Esta publicación ha sido posible gracias al apoyo desinteresado de Magda Rossi.

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DANITZA FUENTELZAR P. “….Como el inútil aleteo de quien cae en picada esperando que se advierta su señal” (

) Primavera 2005

HAPPY NEW NEW DAY

Me despierta la muerte se levanta a las 7:00 am irremediable, irrevocablemente desayunamos juntas café con leche y tostadas a veces huevos revueltos.

((((((((((Me duele la menopausia a los 28))))))))))

(V.-8)

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VIUDAS SUICIDAS 2 “Suicide underground”

En la realidad de los perdidos de día no pasa nada de noche el trafico se detiene con un ”Te la mamo papito” Atemporalmente se sumergen en el bar emborrachándose con vasitos plásticos cumpleañeros ((((((((Rellenos de pésimo ron fiado)))))))) Mal rock ambienta la noche y entramos en el subterráneo de la urbe Se manifiesta la suciedad intima de la ciudad. Aparecen eróticas gárgolas urbanas y regios travestís con sus culitos paraditos, hociquitos bien pintados y bien bien delineaditos los ojos La barra es para los borrachos parroquianos la intimidad para los embriagados artistas de cuarta saboreando cristales de coca armando papelillos con “esmoquin” (((((Y una que otra pildorita pastillita pro felicidad))))) Abandonados por el amor, asumiendo su triste desgracia, quizás los visite un nuevo desconsolado esta noche!!!!!!!!!!!!!!!!!, a quien puedan repetir el doble discurso de su triple vida. (V.-23) 6


DE LOVESONG Un Extraño a mí ex –amante; amante porque tiene mujer que le repite “te quiero”, que le plancha las camisas y lava los calzoncillos amarillos que yo le regale, los que le saque a mordiscos en el pasillo del doceavo piso. Extraño a mi ex –amante; que me amó, que amé y que le aman; ex -amante mentiroso, amoroso, goloso fantasioso de mi entrepierna, pretencioso de su lengua pincel (Jamás me dibujó) Dos

Tengo un nuevo amante ((Este no tiene mujer a quien someter)) a él le interesa el feminismo posmoderno y provocar a los machos besándolos en los labios; a él le gusta lesbi-kiss a él no le provoca mi boca (((Solo quiere follarme poéticamente por el culo))) Tres Quisiera tenerme, tentarme esta nena ,”chic” quillita, lobita adolescente de-sen-can-ta-da de las tulas que nunca probara. Quisiera saborearme el clítoris y 7


restregarme las tetas en la espalda para calentarme y provocar mi líbido lésbico Quizás la deje chupetearme un rato ((((Hasta que me de asco)))) (V.-26)

URBITCH!!! Se masturba sosteniendo un libro de poesía prestada (((en la otra, crema de manzanitas y recuerdos))) su culo aceitado brilla en un instante de la noche obscenas gaviotas gritan ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡empezó la temporada de playa

Hoy ya no me pierdo en su mirada borracha ya no te encuentro en el mundo de las gárgolas perdidas

te sacaron las pupilas carnero hospiciano Te corcheteraon el corazón Pastelito bomboncito lolito Marginalito Llámame cuando quieras!!!!!!!!!!! Quizás podamos rayarnos con jack Y charlar sobre el patético suicida instante en el que la angustia flácida de la existencia se apodera de todo.

Ábreme los labios con tus dientes de cordero que yo saborearé la cicatriz de tu erección. (V.-20) 8


VIUDAS SUICIDAS TRES “playgroundlove” No puede dejar de mirarlo Sus dientes se estrangulan en la quijada Polvo blanco se asoma en su nariz ((((((Ese movimiento de boca "La vuelve loca"))))) Sabe que morderá sus pezones Que le tirara el clítoris Y le ensangrentara el culo En una persecución de sexo sado.

Solo la besa por el sabor a muerte en sus labios De vez en cuando se ama(rra)n para no perderse. (V.-12)

BAJO 9 METROS DE ARENA DUNA (ABRIL 23)

Su siquiatra le receta que visite el cementerio por lo menos una vez al año. (En el aniversario de su muerte) No ahí cristo ni dios ni nadie Solo viudos labios desconsolados de muerte Le visitará con sus hijos y nietos Le instalará una placa (muchas flores secas) 9


"Es amor te digo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Engaùame bastante y seamos felices para siempre�

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ELÌAS HIENAM, (BERLÍN, 1983) A CANDELARIA CORTÉS, EN EL CENTRO DE TODO LO QUE IMPORTA

policía la norma, la casa, la familia la norma, cosquillas en la panza y los amigos, el encierro la norma y sólo fumo, cigarros norma y nada fumo, y seguir por seguir, si no pasa nada la norma, policía la norma, la casa, la familia la norma, cosquillas en la panza y los amigos, avanzar pa' no morir, tranquilo, si no ha hecho nada del terror, nada negligencia la norma, nada estupidez, nada corrupción y el miedo de estar lejos. Miro el centro de justicia desde el parque André Jarlan y los ojos se tornan vidrio tras el humo, las torres y el potrero en que pastan caballos de feria y circo en septiembre, mi niña, ni miedo ni esperanza, qué centro de justicia, qué museo de la memoria, qué hospital tautología, edificios monumentos que se burlan porque no hay salud, justicia, ni memoria.

BARRO EN LOS ZAPATOS que pase luego la 301 y se lleve luego a los perros enroscados a la hora en que no venden sopaipillas enroscados corretean en vigilia la demora del estilo y de la ruina mientras fuman anestesias (-que pase luego el barro y el cemento) miradas de vidrio se empañan en jardines dos de arena, escombros de burbujas olvidadas traen micros que no sirven, pavimentos aplanados de a poquito se amontonan devorando la cuneta en que se sientan aliviados, enroscados al olvido, con las colas para el frente 11


-que pase luego la 301. parecimos una imagen de abandono, escombros en estadios que hoy no existen galerías asoleadas cortisonas amoniaco vista al frente, los jardines de cemento son burbujas olvidadas que convierten golosinas en alivios

y soñé con el maricón de Apolo, enfermo y moribundo en hospitales con pasillos y ventanas, entre pasos que resuenan en maderas. Yo, vestido de enfermera, silbando y con bigote entre los perros de jaurías del otoño que salvajes superviven lo que impulsa nuestro mundo: nadie con sus carnes pasará junto a los perros para verte, es la vida desatada, me decía entre la fiebre y los ladridos, labios rotos, garrapatas en pasillos con ventanas dan a patios amarillos, remolinos de aluminio ya sin viento, entre las hojas, en el suelo donde nacen las camadas eutanasia.

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GUIDO ARROYO (VALDIVIA, 1986) De Zonas de excavación. Editorial Pillaje, 2010.

ZONAS DE EXCAVACIÓN Botellas vacías: mercancías de la sangre que se van apilando unas a otras como intentando construir un edificio de palabras disonantes p. ejem. Amor y Tiempo que en su envés llevan tallado un poema adolescente sobre el olvido por eso la fachada es moderna/ predecible todo cabe en el boceto de una ciudad pluvial/ cuando no hay pilares que sostengan sus embalses y sospecho que las acuarelas del anwandter* -donde el río soporta los tembloresse agotan como mapas difuminados imposible habitar en ellas /contemplarlas desde un cuartucho donde calientas cáscaras de naranja para evitar que el humo de pescado trastorne el sentido de tu novia que teje un gorro leyendo a tipos que hablan sobre el origen de la vigilancia y entonces en qué momento (las palabras se volvieron herramientas que sirven para mitigar) el vacío de un diálogo filial y lejano como bodegón europeo? 13


De Naturaleza Muerta. Ediciones del Temple. 2011.

PIEL DE ARAÑAS Al compañero Gordillo y su largo viaje

Tallados en el extremo izquierdo del velador o en las patas de la cama. habitan los restos de sentido que vamos desechando entre pasajes. de un diálogo sucedido en el remanso de la escalera. cuasi colonial cuasi barroca cuasi decó cuasi imbunchera. una trasmisión asentada en fachadas republicanas. que hoy no sostiene ni el roce del panfleto. imagino por ejemplo, clausurar mi vista y arrojar. un poco de arena hacia todas las laminitas del álbum histórico-patriótico. que aparecieron en los libros café de nuestra enseñanza. y que luego descubrimos monumentalizados. en el espacio urbano de las postales. así las cosas: de la ciudad va quedando el deseo de perdernos como si se tratase de un material bosque laberíntico forjado a mano pero el tiempo se encarga de arrugar nuestros ojos, enfrentaros a la cáscara del espejo y acontecen los viajes, acontece la neblina mostrando el color de la indecisión esa zona de derrumbe que insistimos en nombrar resistencia

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pero asecha el cambio climático: quema la piel, sin mediar flúor o cloro o sustancia ígnea puesta a la fuerza en el agua por el estado moderno y su deseo de normalizar las fronteras dejando suspendida la bárbara claridad que desfonda todo mapa

entonces abramos los ojos, tallemos el mapa esta marea cobriza y afilada -como grisáceo brillo de corvoes también una lengua -que por falta de cojones no nos cortamos-, es también una despedida, las letras de una película alejándose: que pronto debería terminar

NATURALEZA MUERTA

Es entrañable la valentía del travesti que en la azulada noche de invierno merodea avenidas clausuradas enfrentando, con su torso desnudo el punzante viento del trigal como si fuera el lenguaje, la diáspora de un manifiesto político enterrado enfrentando, en definitiva la falta del beso –el actual espejo trisado que desde su tribuna privilegiada consume las zonas, las palabras 15


el bosque de eucaliptos– que cruzamos con los ojos cerrados y una herida abierta

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JUAN MANUEL SILVA (SANTIAGO, DEL AÑO DEL CHANCHO) ÁLVAREZ CONDARCO El mundo, una estructura fina y ardua por ningún hombre diseñada se dibuja en las misivas que cargo a Casimiro Marcó del Pont. Falsas, como la imaginación que diseña siquiera la posibilidad de que recuerde cada señal característica del paisaje, estas hojas también intentan reflejar al mundo. Sé que cuando dibuje en la lengua de los mapas aunque tras noble propósito, mi esfuerzo no pasará de nombrar el paso de los Patos o Uspallata. Pues no hay en la que quepan todos los pasos que un hombre da para enfrentarse a su destino. Yo, Álvarez Condarco, debo haber sido mongol o portugués en otra vida. Hoy, quien se sabe incapaz del orbe. Mañana, otra calle más en la ciudad.

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ERNESTO GUEVARA Soñé una ola de hombres cerrarse como un labio en la gran lengua de América, el Aconcagua era el estremecido rencor de los trabajadores, gotas y gotas de sangre reunidas, poleas, engranajes de la gran máquina con que el progreso vendría a construir una nueva vida, un nuevo hombre. Porque míseros cayeron por los caminos de animales e indígenas a matar indígenas como animales para irse Dones y Doñas, excelentísimos. Soñé una ola sin nombres ni pieles ni cabellos al cruzar a Chile, en esta Mendoza del año cincuenta o aquella en la que un grupo de ladrones prometieron libertad como perros cimarrones mascando recién nacidos. Porque esa ola la forman los más, los mayoritarios en todo aspecto los que acumulan con su trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar las ruedas de la historia y ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a que los sometieron. Soñé la paz del árabe en el desierto, su nombre disuelto en los segundos, pisada a pisada cruza las lenguas y las tiranías del espíritu, susurrando. Ese sonido de agua o sangre por la ladera del monte previo a la explosión, quise no el que fui o el que seré, sino ninguno el que vino en un motor con bicicleta, el laertiada. Nadie.

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JOSÉ LEANDRO URBINA Mira la roca –escribo- y en ella intenta descubrir el rostro de su madre. La de Moisés y la de Cristo, Pedro, un cabro que vivía a la vuelta de la esquina. Si el exilio fuese así, solamente o solo y no con Dios, tocando a diario la sangre en cada puerta no vería tan clara esa esquina encallada el metal en los maderos y esa aldaba en forma de lágrima sin caer como llanto de piedra contenida la cordillera que dejo.

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LUIS CARLOS SANABRIA (COCHABAMBA, 1987) LUNA DE MIEL Hoy te ves hermosa. Sólo viéndote, entiendo como el arte, en todas sus expresiones, tiene forma femenina, y sus mayores representantes, son bellas diosas llamadas musas. Es que no hay dónde perderse, dejas un aire de inocencia pecaminosa que alborota y desordena los sentidos de cada hombre —y por qué no, alguna mujer— que por alguna u otra razón, tiene contacto contigo. Hoy tienes tus cabellos castaños peinados con una trenza, que reposa con gracia sobre tu hombro derecho, bordeando delicadamente la periferia de tu cuello. Vistes una delgada blusa floreada, fresca, de delicada tela, que se cuelga suavemente de tus hombros a través de un par de tiritas, mismas tiritas que sostienen el resto de la prenda, aferrándola a tu cuerpo, acariciando tu cintura, y cubriendo así tus monumentales pechos. Bien abrazada a tus caderas cae una falda relativamente larga, ligera y holgada; que cubre las intimidades de tu cuerpo hasta más o menos la altura de tus rodillas. Después se contempla la maravilla de tus piernas perfectamente torneadas, unas pantorrillas al mejor estilo cochabambino; tus altas canillas y tus pies delicados —pies casi desnudos, los cubren unas sencillas sandalias— de precisa forma, y esa curva plantar que desborda delirante sensualidad. Cada uno de tus dedos de calculada proporción, en orden de tamaño, y cubiertos por unas bellas uñas decoradas: Tus pies son una delicia que lleva a la locura. Tu rostro angelical exhibe una sonrisa perlada, llena de alegría y gracia, delimitada por la carnosa fresa de tus 20


labios rojos, haciendo contraste con tu piel blanca; hacia el norte de tu faz se halla una perfilada nariz, y tus bellos ojos cafés. Tu rostro se encuentra delimitado por tus tiernas mejillas. Tienes en los brazos y manos algunas marcas de heridas pasadas, y alergias, que lejos de quitarte gracia, potencian tu belleza y delicadeza. Caminas bamboleando tu cuerpo con un ritmo tan musical, que da la impresión de que bailas a cada paso que das; y es que esa es otra de tus gracias, y justamente por esa, me enteré de tu existencia. Me explico, tú sabes bien que por toda la gracia que tienes, la fraternidad de caporales en la que bailas te eligió para que los representes en aquel concurso de belleza tradicional de carnavales, en el que compiten todas las fraternidades; ¿Cómo no ibas a ganar? fuiste coronada como ―Reina del carnaval cochabambino‖. Este hecho, excelentemente cubierto por los medios de comunicación, hizo de ti una imagen pública. Me encontraba desayunando la sagrada taza de café sin azúcar, con una tostada con mantequilla y picadillo, y mientras leía el periódico cayó en mis manos el segmento de noticias sociales que en primera plana y a todo color exhibía tu fotografía que cubría toda la portada: tu pelo lacio enmarcaba tu rostro, sonreías coquetamente y apoyabas una de tus manos en tu cintura. Me quedé absorto. Leí apresuradamente tu nombre y la entrevista que te hacían. Descubrí así que estudiabas medicina, y que hacías el tercer año de la carrera. Fue lo primero que necesité saber para empezar a conocer cada una de tus reacciones, cada uno de tus actos de rutina, y hasta tus expresiones. A tanta perfección tuya, es obvio sentirme intimidado por las tremendas cantidades de gavilanes que acechan cada 21


uno de tus pasos, aprovechando la mínima oportunidad para coquetearte, tratar de convencerte, tratar de conquistarte; yo los miro desde lejos, preocupado porque alguno te convenza con todas las mentiras y habladurías que siempre te ofrecen, y así te alejen de mí. Esto no puede pasar, pues aunque tú no lo sabes aún, yo soy el hombre de tu vida. Estamos destinados a compartir una vida juntos. Por eso debo obrar pronto. Tú no me conoces, pero verás que yo sí te conozco a ti —y mucho mejor que nadie, podría afirmar—, esto no me preocupa, porque una vez que estemos juntos, tendrás toda una vida para conocerme y amarme; sé muy bien que tal vez al principio no lo hagas, tal vez incluso me odies, pero sólo es cuestión de tiempo, pues te darás cuenta de que yo soy aquel que Dios preparó para ti, para cuidarte y protegerte como la reina que eres —y no sólo del carnaval, sino también de mi corazón—. Decidí esto el otro día. Me encontraba escondido entre unos arbustos, frente a tu casa —16 de julio, entre La Paz y Ramón Rivero—, siguiendo un oscuro callejón en el que tengo un buen refugio, y me brinda una perfecta visión a la ventana de tu cuarto —no te asustes por esta actitud de observarte, es lo más normal del mundo, lo hago desde que vi tu foto en el diario, por eso es que sé tanto de ti— y con los binoculares que llevaba te veía saltar y bailar. Luego te pusiste pijama, y te cambiaste frente a mi sin ningún pudor ni vergüenza —¿será porque me amas?—, te sentaste en la computadora, y te quedaste horas frente a esa pantalla, luego levantaste el teléfono y hablaste un rato. La expresión en tu rostro cambió, parecías angustiada y preocupada. Después de hablar casi una hora, colgaste y apagaste tu computadora; te acercaste a la ventana, la abriste, apoyaste tus brazos en el marco 22


inferior, y encendiste un cigarrillo. Entonces viste hacia el lugar en el que me escondía, era como si nos estuviéramos viendo fijamente a los ojos, bajo la luna llena de esa noche estrellada. Fue el momento más romántico de mi vida; mi corazón latió como una estampida de búfalos. No me importó que en la tarde te viera bastante cariñosa con un imbécil de esos que te molesta, no me importó que al momento de tomarle la mano y regalarle un abrazo yo me haya puesto rojo de ira y verde de celos. No me importó que haya querido morir ese instante. Eso ya no importaba, era el momento más bello de mi vida, y necesitaba perpetuarlo con algo. Terminaste tu cigarrillo y cerraste la ventana, apagaste la luz de tu cuarto y te acostaste; aquella era la oportunidad perfecta para conseguir ese algo que se encargaría de perpetuar por la eternidad ese mágico momento entre los amantes que aún no habían estado juntos. Después de un rato de oscuridad en tu alcoba, me acerqué a tu casa, trepé el muro, y me lastimé con el alambre de púas que supuestamente protegería tu casa, para no ser profanada por extraños como yo. No me importó, no me dolía. Caí a tu jardín, y avance lentamente, para no hacer ruido y no despertar a nadie, ni a tu mamá, ni tu hermana, y menos a tu perro. Lo conseguí, nadie se percató de mi presencia, subí las escaleras, y caminé hasta el fondo del pasillo, donde se encontraba el umbral que dirigía a tu alcoba; ingresé y te vi dormir, pero no podía tomarme mucho tiempo, pues en cualquier momento podría despertar alguien, y más que traerme problemas, sería el fin para mis planes de amor contigo. Así que casi al vuelo, tomé unas tijeras de tu escritorio, me acerque a tu cama, y con delicadeza, corté un mechón generoso de tu pelo —olía como a naranjas y goma de mascar, además de llevar por 23


su puesto, el olor tuyo— me arriesgué y te di un beso fugaz. Salí rápidamente, evitando que me descubran. Lo conseguí. Llegué a casa emocionado y feliz, era la prueba de amor que estaba esperando de ti. Entonces tomé mi decisión, no hay tiempo que perder. Ahora espero en mi auto —disfrazado de radiotaxi, de la empresa que siempre utilizas—, pues saliste a bailar con tus amigas. Espero que salgas de la discoteca, y yo ofreceré mis servicios, no desconfiarás. Justo ahí vienes. —¿Móvil señorita? —Sí, gracias. —Subes— a la 16 de julio, entre La Paz y Ramón Rivero, por favor. Mi corazón late aun más fuerte, estoy muy nervioso, ¡por fin estaremos juntos! Nos besaremos y haremos el amor. Seré tu hombre y serás mi mujer. No puedo distraerme, tengo en la guantera las tiras de tela de algodón para amarrarte — pues no quiero lastimarte con cualquier vulgar cuerda—, un paño y un frasco de cloroformo.

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MILLE TORRICO (COCHABAMBA, 1987) TRES Llegábamos cada tarde a ese chalet en una zona roja y marginal de esta ciudad. Preparábamos chocolate y comíamos bizcochos o nos bebíamos el vino espumante de su hermano escuchábamos Rammstein jugábamos guija y fumábamos en el balconcito de su cuarto. Éramos nosotras en la cocina intentando hacer salsa tártara en la sala con los vasos de pepsi en la habitación de su madre muerta en la bañera que olía a éter en la cama matándonos a cosquillas. Éramos nosotras y tu novio. (De noche, caminábamos seis calles, armados con bates y tomábamos un taxi).

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SEÑORITA V.I.P. La niña que a los trece ha enloquecido a la escuela soy yo la que entiende de elegancia la que conoce de tendencias y de maquillaje la que gana las olimpiadas de álgebra la que sabe de historia la que corrige la ortografía y la sintaxis del resto y a quien el resto pregunta el significado de las palabras la que maneja su dormitorio como área platinium y su email y su número telefónico son top secret la que no hace amigas, las elige la que organiza pijamadas con exclusive pass la que le dice no al mister verano la que se queda con el solista en el ballet y el protagónico en la obra de teatro la que causó conmoción al marcharse de la ciudad (y no supo empezar de nuevo) pero eso que te hace la angustia eso que no tiene más anuncio que una imagen distorsionada en un canal local eso que está en la calzada eso que califican de pasional eso que es un desparramo de huesos quebrados y sangre eso, no soy yo.

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NUNCA SERÁS JUSTINE Nunca oirás el crujir de tus huesos sangrará tu boquita No abrirán tu espalda a mordiscos Nunca sentirás la asfixia de estar boca abajo No caerás de rodillas No golpearántu rostro contra el suelo A ti, linda te darán un beso te invitarán un helado llevarán a casa y plantada allí con tus intenciones consumirás en ese llanto que no exacerba ningún deseo violento de tomarte.

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ODSMAR FILOPOVICH, (LA PAZ, 1986) XXX Bajo un cielo Depeche Mode Viajo Dream On en 1987 Jaguar rojo XJ-SC Cabriolet Hasta que el freno grite Al borde del abismo El motor vacilará ansias de auto destrucción ansias de infinitud Porque en la noche el fuego arde más alucinantemente Día sucio Trinos lejanos son el eco del sueño en el amanecer oscuro que se condensa en la niebla como una luz ciega El vació de arriba contra el vacío de abajo hasta encender el día con un estruendo Nubarrones cargados de mugre eléctrica desgarran la garganta del cielo ronco hasta el fondo de las alturas donde los truenos se revientan contra las piedras Cuánta lluvia guardada en los palos viejos, también humaredas Y los relámpagos que se atoran en los cristales son la iridiscente callosidad que blinda el horizonte El gris podrido de lo blanco y lo negro, no terminan de coagular 28


EL MEJOR DE LOS MUNDOS Si el dolor tiene sonido YO vi la oscuridad Puro aire negro saliendo de las cosas hasta condensar la ceguera Pero YO preferí la luz antes que nada El fuego blanco de la taquicardia La menta infinita de los brillos YO que soy nada poco tosco Declaré a la parábola como madre del ejemplo (A la metáfora: esencialmente material Tanto como materialmente esencial) Por los que cruzan el día entero Con el cerebro excitado de vida Poco distraído por no decir idiota Y si solosólo sees feliz YO preferí antes siempre La cocainomanía del Pato Lucas

8 Otro pastel de saliva Otra poesía no declamable Pura locuacidad verborréica ¡Ad infinitum! El poemista lo sabe No existe el final de un poem Tampoco los círculos Solo las líneas espirales 29


ADRIANA LANZA (1978) Poemas extraídos del libro inédito: Tiempo de sirenas

LAS PALABRAS Sin alzar la voz todo es posible. Las palabras se asoman por los bordes, perpetúan sentimientos desafortunados, los cobijan, como a huevos de serpiente en favor del ciclo vital. Tu cara de cera en la pantalla sigue blanca, con los ojos idos. Podrías ser Jesucristo. Esperaba el milagro de ti con tu cara de yeso. Pero no sirves para nada. Las líneas en fuga rompen el espejo se yerguen pequeñas máscaras en filas negras. Una hoja en la espalda para la reina. Hacen figuras de nazca, muestran otras caras, otros ojos, mucha sangre. Cargan un cuerpo elemental.

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BOCA DE SIRENA Imprégnate. Escamas del monte me han tocado reconociendo la luz de los niños sobre el árbol. La luna serena templa instrumentos durante la noche. Las sirenas avientan el pan desde la boca. El de cada día. Lengua Se desnudan las intimidades, ensanchan los miembros y eriza la piel cuando la lengua sube del cuello al pabellón de la oreja. Un idioma extraño se hunde por la espiral del cuerpo.

CUEROS NEGROS Son patadas al fondo hueco cubierto de cuero llamando en sostenido bajo también son sones ta ta ra ta ta ra ta ta ra tá ta ta ra ta ta ra ta ta ra tá pom pom pom pom pom pom pom pom poro pom Canta como quieras. El juego entre ser antigua y actual, adolecer por estar prendida al mundo. Cuerpo desnudo amarrado al palo en el centro de la plaza. De la seriedad del rito se descarga una risa nostálgica, con lágrimas, kitsch o under, 31


según la agudeza del grito. Repítete una y otra vez desde diferentes perspectivas: Con lentes retro y cabellos violetas, cuando te atraparon los canas por desquiciada y pactaste con los chicos de la pista quemándote las manos. En el tronco te sentiste finalmente hombre de tan borracha. La rabia porque los amabas, eran buenos y jugaban contigo. Trepaban al cerro y te contaban unas historias. De repente tocaban esos espacios... ya sabes, de carne y hueso. Los adorabas. Te prohibieron andar con ellos. Copiaste poemas en pañuelos desechables y esperaste en la intemperie a que alguien los cogiera hasta las seis de la mañana. Tus suspiros serían inhalaciones fatales en las noches de fiesta. Después de estas sustanciales concesiones sabrás lo insípido del recuerdo. No es un triunfo recuperar a la actriz nocturna sino para desentrañar furiosamente los peldaños a mi puerta.

RESINA Entonces arrancaremos las hojas de un árbol proyectado en el muro para quemarlas con tu tedio y se anotará la más negra canción como dádiva del llanto huérfano. Se sostendrá en algún lugar del pliego una lluvia de diablos, sirenas y otros seres. La memoria se hará resina después de la demolición. Mi querer nace del fuego mientras te pinto las caras 32


y hablo de ti mi reina en el centro mismo del sosiego y de tu casa.

TIEMPO DE SIRENAS Te nombro diosa porque te hice una corona, brillante, esmerilada. No sé cómo invocarte si no es con ofrendas. Lo superficial me trasciende, me desmorona. No aparecen todas las voces en mi garganta. Cada uno canta como le viene, sintiéndose menos, jurándose más en la esfera. Siempre solo escucha su I- Pod y entra en sí mismo. Ni el más ateo olvida a dios. Escribir con los dedos en vez del alma, es la mejor manera de tocarte mi reina. Hacer tus formas voluptuosas o ridículas. Pero que seas tú con lamentos y festejos en la soledad. Muéstrate tal y como quieras, una más en la neblina de tu tiempo nuevo, sumergida con cuerpo de sirena cantándole a Dios para enloquecerlo.

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CAROLINA HOZ DE VILA POMADA Mi corazón es una pomada tantas heridas vienen a él para ser consoladas Mi corazón: un batallón de caídos injerto hilvanando la guerra y el frío fascinando a turistas con sueños de agujas en un hilo tiñe sus miedos con un grito de materia disecada desde la matriz… cada vez latiendo… un trozo de carne al final de la noche: es mi sello de emperatriz, cubriendo de gusanos y lombrices cada puerta. Así es mi corazón una pomada de primeros auxilios para quemaduras en primer grado naturaleza muerta lo buscan, al menos, los discapacitados resbalan y hunden sus cráneos en un motel de caridad para ciegos y sordos aves de paso, buscando la habitación ideal para encerrarse, sembrar sus huevos y marcharse… sin dejar postales. (Del libro: “Monstruo del armario” – 2010)

AMAS DE CASA DESESPERADAS El miedo guarda un secreto en nuestro cuerpo es un viejo amuleto gastando las horas que son como píldoras 34


adormeciéndonos en rotas vasijas… El día avanza lento… Cangrejos retostados a la orilla de un delirio son los pecados que amanecieron con nosotras se cocinan inhumanos en el cuerpo como amores brujos que inventamos Polvos musicales con aroma a cementerio son nuestro apetito codiciado nos seducen de tan distintas formas abreviando el espacio de nuestras horas. Siempre al borde del precipicio nacemos viejas enamoradas de un instinto asesino como de un último antídoto Amas de casa somos bullicios ajenos en alcobas de lino dormimos junto a un enemigo guardando centímetros de distancia escondiendo un arma de alto calibre bajo la almohada. A nadie pertenecemos, bien lo sabemos a ningún dios que nos de confianza o el amor pueda devolvernos. Girando en un tocadiscos, conocemos el futuro, porque siempre somos y hacemos lo mismo, hasta cansarnos y aborrecer nuestra fisonomía en un espejo. Criamos nuestro infierno descargándolo como un revólver lento un baño de negra lucidez por día confabulamos en secreto. 35


Balas veloces, como el instinto, atraviesan nuestra carne se acomodas felices en nuestras costillas y nos vuelven con la muerte pacientes y amables. (Del libro: "Monstruo del armario" - 2010)

UNA NOVIA CON GLAMOUR Soy una princesa enamorada una rosa deshojando su olor de niña en el mármol de tu cuerpo indiferente… Soy una princesa mimada como todas las doncellas de revistas agonizo una novela de portada, Soy la principal protagonista en el deporte de llorar y ser abandonada. Soy una princesa enamorada tan frágil que me puedo quebrar soy un cristal en la finura de tus manos haciendo cosquillitas a tus nervios de metal Soy un tallo de flor preciosa Cubierto de pétalos que arrugas, con tus garras de gárgola. No me importa ya, Estoy hecha de encajes de mentiras y chantajes Ahí me ves cubierta de joyas en el corazón, que tus palabras bonitas y coqueteos a la vista me enseñaron a adornar con un rozón. 36


Soy una princesa enamorada llevo un diario de secretos bajo mi cojín una lista de hechizos y de amantes tuyas una navaja corta- venas, por si tú me haces sufrir Sé cuando llorar Sé cuando fingir Sé cuando gritar Y hacer de cuenta que estoy perdiendo el juicio frente a ti desmoronándome en el piso con ataques de epilepsia calculados y concisos, que te roben el aliento y hacerte desistir de tu deseo de escapar y dejarme una vez más tirada en el piso como a otra actriz de “Mujer: casos de la vida real”.

(Inédito- 2011)

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Ediciones Yerba Mala Cartonera Para no desesperar en las trancaderas, para dejar pasar las propagandas de la TV, para aguantar las marchas, para caminar subidas sin darse cuenta, para bailar al ritmo de la cumbia del minibús o para cuando tengas simplemente ganas de leer. Un libro cartonero, casero, tu mejor cómplice.

Otros títulos Crispín Portugal, Almha, la vengadora Gabriel Pantoja, Plenilunio Juan Pablo Piñeiro, El bolero triunfal de Sara Jessica Freudenthal, Poemas ocultos Beto Cáceres, Línea 257 Darío Manuel Luna, Khari-khari Gabriel Llanos, De muertos y muy vivos Santiago Roncagliolo, El arte nazi Vicky Aillón, Liberalia Adolfo Cárdenas, Sueño de Reyes Juan José Podestá, Novela Negra Saavedra, Lourdes: Memorias De Un Walkman Cuentos De Alasitas (Ganadores Concurso Cuento Breve Oscar Cerruto 39


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