5 minute read

Ensayo - La batalla más difícil

Next Article
Tápate

Tápate

La batalla más difícil

Advertisement

ENSAYO

“Los sueños, en cambio, no son cosa fácil. ¿Qué estás dispuesto a hacer para escalar puestos? ¿Con cuánto dinero estás dispuesto a vivir?”

Emilio Pichardo Pérez

26

A mí me pasa algo muy raro. Seguramente también a ti. A veces cuando recuesto la cabeza en la almohada y me propongo dormir, una duda ataca mi tranquilidad. Que si el vestido es azul o blanco, que si Messi es el mejor del mundo o lo es Cristiano Ronaldo, comida mexicana o italiana, ¿los Rolling Stones o los Beatles? ¿Mariana o Camila? Pero la otra noche fue terrible. Más que un par de horas me pareció pasar tres años de vida encerrado en un cuarto sin salida. Una paradoja del sacrificio. El dinero o la vida; libertad o muerte ¡Qué difícil! La sociedad humana se ha compuesto poco a poco a lo largo de los años. Reglas de comportamiento, de pensamiento, de vestir, de hablar, de amar, de sentir, se han establecido como un guion para triunfar en este camino llamado vida. Las expectativas se han fijado. No nos podemos salir de esta clase de recetario que al final, los expertos, los líderes nos dejaron de herencia.

Mira tú, es fácil. Estudia y estudia muchísimo. Debes de aspirar a tener el mejor promedio de la clase. Ve a misa todos los domingos. Confiésate. Sigue al pie de la letra los consejos de tus padres, del sacerdote y del maestro. Viaja. Pero cuando viajes tómate fotos en todas partes. No importa si era Acapulco, tu di que estabas en Miami. Sal a los antros. Paga cuentas de miles de pesos. Preocúpate por ti y solo por ti. De vez en cuando ve a misiones, tómate muchas fotos y súbelas a tus redes sociales. Muéstrale al mundo que eres caritativo. Elige una carrera en base a cuánto dinero vas a ganar. Medicina, derecho, administración, ingeniería. ¿Dónde tiene más contactos tu papá? Entra a una universidad privada (entre más cara, mejor). Júntate con la gente de tu mismo código social. No sabes cuándo vas a necesitar su ayuda para formar una empresa o para empezar a trabajar. Nunca escuches a los de abajo, a los diferentes, no vaya a ser que te contagies. Busca a una mujer bellísima físicamente. No importa

si por dentro está vacía. Busca a aquella que se tome selfies todos los días y que busque la aprobación y el feedback. Miles de followers. De retweets. De comentarios. Eso te hablará de tu éxito en el amor. Cásate con ella. Forma una familia. Compra una casa. Enorme por favor. Aunque te endeudes de por vida. Un coche no basta, tres al menos. Nunca dejes de comprarle lo que pidan a tus hijos y a tu esposa. Porque a lo mejor viene el divorcio si lo dejas de hacer. ¿Necesitas más placer? Hazlo por debajo del agua. Mantén una relación secreta con tu secretaria. Con la maestra de tu hijo. La doble vida es una alternativa si la sabes manejar. Educa a tus hijos igual. Repite este recetario. Si alguien te contradice, ningunéalo. Esta vida tan plena. Solo se disfruta así. ¿Entendiste? Bien, si no te convenzo yo que lo hagan los demás ¿cómo se viste la media en clase? ¿Qué marca usa? ¿De qué hablan? ¿Ya salen con niñas? Anda ve. Pídele a tu papá todas esas cosas. No es tan malo

después de todo querer pertenecer a la sociedad. Lo más grave viene cuando se trata de nuestras pasiones, nuestros sueños. ¿Qué quieres ser? Escritor, director de cine, futbolista, artista, actor, astronauta, músico, historiador, detective, filósofo. ¡Bah! Reprime tus sueños. ¿Estás dispuesto a escuchar a tus propios padres y amigos decir: “Oye mijito, pero piensa bien de qué vas a vivir, porque en eso que quieres estudiar la cosa está difícil”, “Te vas a morir de hambre”, “¡Uy! No te quiero aquí en la casa a los cuarenta”, “Vas a ser pobre wey”? Se han establecido ya unos plazos de qué debemos tener y en qué edad debemos tenerlo. Pero puedes no sufrir. Hay que ir por la fácil. “Mira, tú puedes quedarte con la empresa de tu papá, pero tienes que estudiar al menos administración”, “Si estudias derecho, puedes trabajar en el despacho del tío Ramón, son al menos ochenta mil pesos a la quincena. Piénsalo bien.” No falta quien te dirá que no eres bueno en estas carreras. Que

no sirves para esto. Que debiste estudiar una carrera promedio. ¿Tú estás dispuesto a escuchar la crítica? A lo mejor es preferible estar sentado en una oficina frente a una computadora, mientras el minutero y los segunderos del reloj te consumen. Para llegar a casa, dormir un poco y repetir la misma rutina, día con día, día con día. Al menos vas a tener un sueldo fijo. Tienen todos razón. Los sueños, en cambio, no son cosa fácil. ¿Qué estás dispuesto a hacer para escalar puestos? ¿Con cuánto dinero estás dispuesto a vivir? ¿Qué privilegios estás dispuesto a quitarte? ¿A quién estás dispuesto a alabar para quedar bien? ¿Te importa tu dignidad? Rogar, llorar, aplastar, lastimar, callar, robar, matar, traicionar. Verbos que seguramente tendrás que hacer si quieres ser alguien. Ahora creo que comprenden más mi insomnio. El dinero es necesario, sin embargo, los seres humanos lo hemos convertido en prioridad sobre todas las cosas. Incluso dejamos

nuestras fantasías, lo que en verdad amamos, por él. Perdemos nuestra libertad por esclavizarnos ante las normas de la sociedad. Escribirlo, decirlo, es muy idealista. La dificultad radica en hacerlo. Resistir. Sabernos en un camino difícil, lleno de trabas, pocas oportunidades. Pero también saber que a final de cuentas depende de nosotros mismos lograr el éxito verdadero. No el que se mide por los dígitos de tu cuenta bancaria o del numero de seguidores que tengas. Sino el de la realización personal. Sentirse pleno con la meta que te fijaste. Y siempre aspirar a más. Pero no a costa de segundos o terceros. Siempre por amor, nunca por dinero. No es fácil ¿verdad? Por eso comprendo a las masas. Tienen todas las de ganar. Y está bien. Como en todo hay pros y contras en este dilema. Quién no quisiera vivir sin tener que quemarse el coco, sin tener que sufrir un solo día, sin pasar hambre. Quién no quisiera también tenerlo todo. Sin embargo, yo voto por no

perder el tiempo haciendo cosas que no quiero hacer. Voto por no venderme. Por la libertad. Escojo la vida. Encontrar nuestro lugar en el mundo. Con los pies siempre en la tierra, pero la cabeza en el cielo. Recuerda que morirás. El tiempo es breve. Imagina arrepentirte. De

solo pensarlo da coraje. Vacío. Y ante esta batalla interna, hay respuestas. Fáciles de decir, difíciles de hacer. Duermo. Tranquilo. Y despierto al día siguiente con la sensación de que los soñadores, nunca aprendemos.

This article is from: