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Redes sociodigitales, bajo la lupa
Las redes sociodigitales dejaron de ser elitistas y se convirtieron en herramienta para diseminar rumores, filtrar noticias falsas, convocar tanto a manifestaciones pacíficas como a saqueos de comercios. No faltan los políticos que aprovechan la popularidad de estas plataformas para manipular la información y obtener beneficios, muestra de ello es el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, El Bronco, en México, y Donald Trump, en Estados Unidos, quienes obtuvieron el triunfo electoral al orientar sus campañas a las redes sociales y dejar a un lado a los medios tradicionales. Por ello, las redes sociales son motivo de estudio de grandes pensadores como Humberto Eco, y el recientemente fallecido Zygmunt Bauman, quien fue un crítico de las ideas y vislumbró los cambios sociales del mundo. Por su libre acceso, las plataformas digitales son generadoras de fake news (falsas noticias) que cuando son aclaradas conllevan a la posverdad. Los teóricos destacan que este concepto deriva de que la frontera entre honestidad y deshonestidad es cada vez más porosa, lo que permite crear información falsa, producto de una modernidad líquida que se filtra por los poros de la sociedad.
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Aleida Calleja
á l i s i s
Saqueos reales.
El descontento social fue aprovechado para iniciar protestas generalizadas y algunos saqueos en los estados de México, Hidalgo, Veracruz, Michoacán y en la Ciudad de México. El 4 de enero circularon masivamente, mediante cuentas de Twitter, llamados a saquear las tiendas Walmart y audios vía Whatsap con voces de supuestos policías que alertaban tener la orden de disparar indiscriminadamente a quienes salieran a protestar. En cuestión de horas el pánico circulaba por las redes, lo que incitó a comerciantes a cerrar sus tiendas por miedo a la violencia y a los atracos. Algunos medios empezaron a replicar los mensajes en las redes, sin mediar corroboración alguna de datos. La organización Lo Que Sigue, especializada en analizar los contenidos en las redes sociales, encontró cientos de bots (acrónimo de robot, no hay una persona detrás de las cuentas sino un software que inunda las redes sociales) y contabilizó 485 cuentas y poco más de mil 500 mensajes
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a impronta que marcó el inicio de este año fue el enojo y la indignación por el “gasolinazo” que aumentó hasta en 20 por ciento el precio del combustible. Además del altísimo incremento, en muchos lugares del país hubo una escasez inusitada del carburante. Ante el descontento social, las redes sociales empezaron a funcionar como catarsis ante lo que es ya un hartazgo por la difícil situación del país y por las nada convincentes explicaciones del gobierno federal que se dieron de manera tardía. Primero fueron los políticos quienes condenaron el alza, a lo que muchos ciudadanos respondieron espontáneamente para fincarles responsabilidades, pues el fenómeno de los gasolinazos empezaron desde la gestión del expresidente Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN), y también porque la mayoría de los partidos en la Cámara de Diputados avalaron la medida.
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gasolinazo y filtración
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Rumores, redes,
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en Twitter responsables de inundar la red con rumores y llamados al robo a comercios, lo que los convirtió en tendencias (trending topic). De acuerdo con declaraciones de integrantes de esta organización, la difusión de los mensajes salió de Huxiquilucan, Interlomas y varias zonas de Naucalpan, en el Estado de México. Publicaron videos e imágenes de Turquía e Irak como si fueran hechos que ocurrían en Naucalpan. Con los asaltos que se constataron y los rumores en la red, que reportaron incluso robos donde no los hubo, se generó un clima de miedo y zozobra entre la población. En contrapartida otras voces, mediante las redes sociales, advirtieron que esa campaña de miedo, incluidas las grabaciones que circularon vía Whatsapp, no tenían otro objetivo que acallar la protesta ciudadana, pues, con la advertencia de que supuestos policías dispararían a los manifestantes, se trató de inhibir a la gente de salir a las calles para mostrar su descontento y exigir dar marcha atrás al gasolinazo, criticar al gobierno federal y fortalecer la idea de que Peña Nieto debe renunciar a la Presidencia, una demanda que se repite desde los trágicos hechos de Ayotzinapa. Esa campaña en las redes no fue espontánea, sino una franca manipulación que tenía por objetivo sembrar caos y miedo, planeada por alguna instancia con capacidad económica y logística pues, como bien cuestionó la organización Lo Que Sigue mediante un video: “¿Quién puede emitir 1,500 mensajes en una hora? Hay que preguntarse quién tiene esa capacidad y esa intencionalidad”. Las sospechas apuntan a las instancias políticas denunciadas por utilizar este tipo de estrategia en la red para crear tendencias falsas, atacar a sus oponentes y cambiar los relatos a su favor. Es revelador que una parte de los mensajes fuera emitida desde el Estado de México y que la mayor parte de los atracos ocurriera en esa entidad. En posteriores declaraciones, las autoridades federales, mediante las secretarías de Gobernación (Segob) federal y de Seguridad Pública (SSP) de la Ciudad de México, indicaron que localizaron las cuentas falsas y que la policía capitalina logró captar, con sus cámaras de seguridad, a los grupos organizados que realizaron los violentos robos. Las imágenes fueron grabadas entre el 4 y 5 de enero por el Centro de Comando, Control, Cómputo y Comunicaciones de la Ciudad de México (C4). En ellas se observa a grupos de jó-
venes que llegan a las tiendas ubicadas en el norte y oriente de la ciudad para saquearlas, en delegaciones limítrofes con el Estado de México. Aunque iban desde diez hasta 50 personas, en ningún momento se registró alguna protesta o movilización ciudadana1. Las evidencias sobre estos días que pusieron en alerta a la ciudadanía apuntan a una estrategia para provocar caos, desconcierto y miedo, que tuvo que echar mano de grupos organizados, recursos y capacidad logística. El periódico El Financiero logró contactar a un integrante de las llamadas “sectas”, grupos que se contratan para emitir mensajes falaces que interfieren en el diálogo social de las redes para manipular la opinión pública. El periódico entrevistó a “Benito Rodríguez” líder de cibersecta, quien admite que le pagaron por crear psicosis; sin embargo, no teme ser detenido. También reveló que lo han contratado gobiernos y partidos políticos para generar miedo”2. Las autoridades nos deben muchas explicaciones. Son las responsables de investigar los hechos, las que deben determinar la autoría de la perversa estrategia que aún tiene consecuencias funestas, que enrarece el ambiente político del país. Amenazas e ¿informes falaces? El 11 de enero el periódico El Universal publicó una nota en primera plana donde indica que la Policía Federal (PF) acusa a Andrés Manuel López Obrador, a legisladores de partidos de izquierda y a algunas autoridades locales de promover las protestas contra el gasolinazo. Según el diario, tuvo acceso al documento Análisis criminológico de los sucesos relacionados por el incremento al precio de la gasolina de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), donde se señala a estos personajes. Esas acusaciones vinculaban a estos actores políticos con los hechos violentos y los robos, sin diferenciar el llamado a la protesta de las acciones delictivas. Ante la ola de críticas por estas afirmaciones, la PF emitió un Twitter en el que dijo que verificaba la autenticidad del documento revelado por el periódico, con lo que dio a entender su falsedad. La aclaración del rotativo ante este enredo se quedó en una breve nota en su sección de trascendidos Bajo reserva, en la que asevera que cuestionó a la dependencia y que su respuesta fue que el documento sí es auténtico, pero que no era para publicarse en medios. ¿Quién le miente a la so-
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11 cias, especialmente en los últimos años, de que ésta aflora por la infiltración de provocadores, pero ninguna autoridad sigue una línea de investigación al respecto. Nos corresponde una exigencia ciudadana para que haya resultados eficaces en las investigaciones sobre los hechos aquí consignados. Es imprescindible defender nuestros espacios de libertad de expresión e información mediante las redes, es parte de la defensa de nuestras ya tan socavadas libertades ciudadanas.
@callejag
Información disponible en: http://www.animalpolitico.com/2017/01/gruposorganizados-saqueos-cdmx-videos/ 2 Información disponible en: http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/admiteel-lider-de-cibersecta-que-le-pagaron-por-crear-psicosis 1
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ciedad? ¿Para que le filtra la autoridad ese documento a un medio si no era para publicarse? ¿Estaban experimentando la reacción social? ¿Querían desacreditar a un líder político, pero les salió el tiro por la culata? ¿De veras las autoridades creen que es lo mismo llamar a la protesta que a la violencia y al saqueo? ¿Porqué se presta a este tipo de estrategias un periódico como caja de resonancia del discurso oficial? Tanto la PF como El gran diario de México deben una explicación a la sociedad. Su silencio sólo abona la desconfianza, no son tiempos de jugar con fuego. Otro de los efectos funestos del gasolinazo son las amenazas que reciben integrantes de la organización Lo Que Sigue por haber denunciado la manipulación de las redes sociales. La organización Artículo 19 indicó que Alberto Escorcia fue víctima de intimidación el 11 de enero, cuando usuarios de Twitter no identificados revelaron el domicilio y teléfono del activista y recibió amenazas y comentarios ofensivos. La divulgación de sus datos personales tiene como objetivo hacerle saber que lo tienen ubicado y es una forma de silenciar a los activistas por los derechos humanos. Ante este cuadro de riesgo se exigió a la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México investigar los actos de intimidación y que el Mecanismo Federal de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas amplié los mecanismos de protección para Escorcia. Varias lecciones deja este ingrato episodio. En la primera le recuerda a los medios de comunicación que deben realizar un periodismo serio y profesional, corroborar datos, hechos, y no reproducir mensajes de las redes sin mayor aspaviento; la segunda deja en claro que urge una alfabetización digital, para que la ciudadanía no replique información falsa y la denuncie cuando la encuentre en las redes
sociales. Si bien los rumores existen desde siempre en la historia de la humanidad, la masividad y velocidad de las redes los potencia peligrosamente. La tercera es contar con mecanismos e instancias de investigación institucionales fortalecidas para atajar los rumores y dar con los responsables de este tipo de estrategias irresponsables. No se trata de legislar sobre las redes, que no faltará un político que ya lo piense, sino de establecer una gobernanza para su uso de manera multisectorial y colaborativa, para evitar los abusos de la herramienta que son las redes sociales que, bien utilizadas, pueden ser sumamente benéficas para la sociedad y el juego democrático. A pesar de la campaña en redes, durante enero salieron miles de personas a protestar de manera pacífica en contra del gasolinazo a lo largo y ancho del país, con lo que se demostró que la protesta es un derecho y que no tiene porque vincularse a la violencia. Existen reiteradas denun-
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El 4 de enero circularon masivamente, mediante cuentas de Twitter, llamados a saquear las tiendas Walmart y audios vía Whatsap con voces de supuestos policías que alertaban tener la orden de disparar indiscriminadamente a quienes salieran a protestar.