OCTUBRE 2016
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MEDIOS DIGITALES
La espiral del silencio y
el rechazo a la visita
de Trump •
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César Cano*
E
lisabeth Noelle-Neumann describe cómo, a raíz de las elecciones alemanas en las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado, descubrió la idea de la espiral del silencio. Esta teoría propone que los fenómenos de opinión dependen de quién hable y quién permanezca callado. Los que hayan optado por el silencio, tenderán a votar por el que haya recibido apoyo explícito. La decisión ya no está basada en sus creencias, sino en el temor a quedar aislados. Desde este enfoque se puede inferir que, con un sistema de medios altamente concentrado, el control autoritario de la información y, por lo tanto, de la conversación tiene un potencial avasallador para provocar el
silencio de casi la totalidad de quienes piensen diferente. En contextos electorales, con un sistema de medios casi monopólico en la era preinternet, como fue el caso mexicano, el candidato oficial resultaba ser, sin mayor problema, el ganador. Como hipótesis podemos retomar la historia del PRI (antes PNR y PRM), de donde salieron los presidentes que gobernaron México durante 71 años, un modelo que José Woldenberg define como un “régimen de partido único”. Desde el punto de vista de la espiral del silencio y la opinión pública, una forma de explicar dicho régimen es a partir de la alta concentración de medios y, por ende, la alternancia electoral del año 2000 tendría que considerar entre sus causas funda-
mentales la apertura mediática a la pluralidad de voces. La idea de la espiral del silencio es explicada por la politóloga alemana de la mano de otro término menos elaborado: los climas de opinión. Y nos da una pista para poder trascender dicha teoría: un momento importante para romper el imperio del silencio es la conformación de contraclimas de opinión, un fenómeno posible en entornos mediático alternativos. Ya desde hace unos años es cada vez más claro. Por más control de los medios que pueda tener un gobierno en México, una realidad que todavía es muy recurrente por el condicionamiento de la publicidad oficial, los espacios en internet se volvieron crisoles de la pluralidad (no necesariamente