A Zabludovzky, medalla al olvido

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AGOSTO 2013

Foto: Cuartoscuro, Guillermo Perea

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A Zabludovsky, medalla al olvido • Manuel Tejeda Reyes

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l pasado 18 de abril se publicó en la Gaceta Parlamentaria el dictamen con base en el cual, la Cámara de Diputados entregó el día 30 del mismo mes, en sesión solemne, la medalla al Mérito Cívico Eduardo Neri a un personaje muy conocido en el mundo del periodismo y la información, Jacobo Zabludovsky, quien durante muchos años fue el conductor del noticiero más importante de Televisa, “24 horas”. Eduardo Neri, quien da nombre a dicha insignia, fue legislador durante los sucesos de la decena trágica y es recordado por su valor al pronunciar un discurso desde la tribuna de la XXVI Legislatura en 1913, en el cual reprochó a Victoriano Huerta, el golpe de Estado que éste perpetró en contra de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez. Sólo que a diferencia de ellos o Belisario Domínguez, Neri no fue asesinado, pero su determinación es recordada en la actualidad con la medalla al Mérito Cívico que lleva su nombre. La propuesta para reconocer a Jacobo Zabludovsky la realizó Dante Delgado, coordinador nacional del

Partido Movimiento Ciudadano, y contó con el apoyo de legisladores del Partido Verde Ecologista de México. A partir de la lectura del dictamen, puedo afirmar que no hubo mayor discusión ni debate, sobre el papel que tuvo el “galardonado” en el pasado reciente, sólo enaltecimientos a su trabajo y gratos recuerdos de sus entrevistas a políticos y artistas, sus reportajes en México y el mundo, así como de su trabajo tesonero y disciplinado. Desde mi punto de vista la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión tomó una decisión apresurada, sin realizar el debido análisis de los méritos y las faltas de Zabludovsky, lo que necesariamente hubiera requerido de un ejercicio de memoria, principalmente por parte de los legisladores de oposición, ya que tanto los diputados del Partido de Acción Nacional, como los del Partido de la Revolución Democrática que votaron a favor de condecorar al periodista, olvidaron todos los agravios que éste infringió a la democracia, la imparcialidad y los favores que prestó siempre al sistema autoritario, mismo que lo cobijó desde el poder.

Considero que antes de ser premiado, Zabludovsky debió ser sujeto a un examen estricto, en donde además de tener presentes los momentos estelares de su vida y de su trabajo profesional, también se recordaran los “distinguidos” servicios que ofreció al poder político. Era necesario que por más indulgentes que los diputados quisieran ser, antes de tomar la decisión de entregar la medalla que premia el Mérito Cívico, averiguaran por qué Jacobo Zabludovsky perdió el interés por servir a su público y por qué Televisa, empresa a la que le entregó sus servicios durante medio siglo, se quitó el lastre que significaba su presencia en la misma, ante la desconfianza que su nombre implicaba. Propongo que nosotros hagamos el ejercicio que los diputados omitieron y que por lo tanto recordemos quién es Jacobo Zabludovsky y cuál ha sido su trayectoria. Este personaje de la vida pública mexicana nació el 24 de mayo de 1928 en el barrio de La Merced de la Ciudad de México; a los 18 años, al mismo tiempo que se inscribió en la entonces Escuela Nacional de Jurisprudencia, de la Universidad


á l i s i s

elecciones presidenciales en que competían Pablo Emilio Madero por el PAN, el viejo PAN, y Miguel de la Madrid por el PRI, el mismo PRI, en el programa de Zabludosky (sic) pasaron una gacetilla falsa y perversa, para desalentar a los votantes, diciendo que Madero se había retirado esa mañana de la contienda; no se pudo aclarar la nota en todo el día, ni el principal del programa, ni sus ayudantes recibieron llamadas o aceptaron aclaraciones.” Televisa intentó al final de la gestión de Miguel de la Madrid establecer un canal de noticias, a la manera de CNN. El proyecto se llamó ECO y su gestión fue encargada al periodista insignia de la casa, Jacobo Zabludovsky, entonces en la cúspide de su carrera en televisión. El proyecto no alcanzó el éxito esperado y la empresa de Azcárraga resolvió regresar al periodista para que concentrara sus esfuerzos de información, análisis y opinión, en el programa “24 horas”, transmitido por “el canal de las estrellas”. El retorno del ahora galardonado por sus “Méritos Cívicos” a la pantalla chica, coincidió con la cercanía del proceso electoral que renovaría la presidencia de la República en 1988. Durante la campaña presidencial de ese año, en los principales espacios informativos de Televisa, y particularmente en el noticiero “24 Horas”, conducido por Zabludovsky, se realizó un abierto proselitismo en favor de Carlos Salinas de Gortari, el candidato del PRI. El retorno del periodista a su espacio televisivo natural pareció deberse a la necesidad de apuntalar la candidatura del favorito del entonces presidente Miguel De la Madrid, el infausto Salinas de Gortari, quien resultaba un político desacreditado por sus pésimos resultados en la gestión económica del gobierno saliente. Ese papel de propagandista del candidato oficial

An

Los días en Televisa Su amistad con Miguel Alemán Velasco, en esos años estudiante de la carrera de derecho igual que él, lo llevó a desempeñarse en el periodismo escrito, que ejerció en diferentes medios, especialmente en el periódico Novedades, ligado a Miguel Alemán Valdés, en donde por mucho tiempo escribió la columna "Clepsidra". En la revista Siempre escribió artículos y reportajes que lo mostraron como un buen analista de la política nacional. Zabludovsky fue también informador en medios audiovisuales, particularmente en la televisión, su producción fue más que abundante: el noticiario cinematográfico "El mundo en marcha" y las emisiones: "Primera plana", "Telemundo", "Hoy domingo" y el programa mañanero "Su diario Nescafé", emisión que conducía con Pedro Ferriz Santacruz, según recuerdos adquiridos de mi abuela materna. No tardó en poner su saber al servicio del gobierno: fue Coordinador de Radio y Televisión de la Presidencia de la República durante el sexenio de Adolfo López Mateos y Con-

sejero de la Dirección de Prensa de la misma, en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz. En 1967, cercano a cumplir los 40 años de edad, se graduó de abogado con una tesis del tema “La libertad y la responsabilidad en la radio y la televisión”. De la trayectoria vital de Zabludovsky referida hasta el momento, es posible advertir que los diputados de la izquierda política olvidaron que la persona que decidieron poner como ejemplo del Mérito Cívico fue consejero del presidente Díaz Ordaz, en momentos en los que tanto se denigró y acosó a jóvenes y maestros, durante el movimiento estudiantil de 1968. La experiencia adquirida por Zabludovsky hasta ese momento, lo llevó a encabezar el proyecto noticioso de la familia Azcárraga. El clan dirigido por Emilio Azcárraga, quien se identificaría como “soldado del presidente” y por lo tanto, también del Partido Revolucionario Institucional (PRI), generó un monopolio de entretenimiento e información con el surgimiento de Televisa, empresa creada en 1972, con Zabludovsky encabezando el área de noticias, quien sin rubor, practicó impunemente la manipulación informativa más desvergonzada y cínica. Esa conducta, junto con el descarado papel de brazo propagandístico del sistema que también desarrolló, además de su propensión por adular a los gobernantes en turno, se convirtieron en un lastre que no se corrigió durante décadas, para infortunio de la sociedad mexicana. Recordemos algunos ejemplos de la conducta de Jacobo Zabludovsky, para sustentar lo mencionado con anterioridad. En el artículo que publicó sobre el tema en el periódico La Jornada, Bernardo Bátiz mencionó lo siguiente, con respecto a la manera en que Zabludovsky informaba a su público: “…el día de las

PERIODISMO

Nacional, ingresó a los medios de información, de los que ya no saldría jamás: empezó como ayudante de redacción de Radio Continental y al año siguiente se convirtió en subjefe de noticieros de la estación XEX.

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lo ejemplifica la explicación dada por el propio Jacobo Zabludovsky sobre su retorno a la pantalla en 1987, luego de su fallida aventura en Estados Unidos con la empresa ECO: "Me lo pidió el licenciado Miguel Alemán, creo que porque así convenía a los intereses del sistema". (El Universal, 25 de marzo de 1987). Bernardo Bátiz hace memoria acerca de la relación existente entre la oposición panista y el flamante premiado por sus aportes cívicos, durante el desarrollo de la campaña presidencial de 1988. Dice el ahora militante del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA): “…en cierta ocasión el PAN repartió por toda la ciudad miles de calcomanías en las que aparecía la caricatura de Zabludosky, (sic) adornada con una larga nariz igual a la del Pinocho de Disney, tan larga que ya tenía ramas, hojas y pajaritos; se trataba de echarle en cara que mentía en sus programas, cuando el icono del neopanismo Manuel J. Clouthier competía con Salinas por la Presidencia de la República. Entonces la terquedad y el valor civil de Maquío lograron que se abrieran las puertas de la televisora para darle oportunidad de responder y aclarar lo que parecía un ensayo de guerra sucia, tan útil después.”

Suponiendo sin conceder que esas hayan sido las razones para premiar a Jacobo Zabludovsky, tengo para mí que si un periodista a los 85 años de edad va a estrenar su independencia y va a empezar a dar muestras de imparcialidad, entonces está rezagado por lo menos 60 años.

Omisión o pluralismo Por lo que a mí corresponde, recuerdo que en los espacios informativos de Televisa sistemáticamente se omitía

información relativa a las campañas que realizaban los dos principales candidatos de la oposición: el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y el ingeniero Manuel de Jesús Clouthier. Pero lo que más recuerdo con relación a los acontecimientos políticos de esos días y al periodista Jacobo Zabludovsky, es la entrevista que realizó a algunos de los medios hermanos de Cuauhtémoc Cárdenas, quienes en un acto de la peor guerra sucia, por las implicaciones familiares que el hecho tuvo, descalificaron al ingeniero Cárdenas por su salida del PRI. Durante los años del Salinismo, Zabludovsky fue un fiel comparsa del sistema. Ninguna denuncia en su programa por los fraudes electorales, ni investigación mínima que revelara los excesos que se cometían desde el gobierno. Sólo el aplauso cortesano y la felicitación por todos los “logros” del presidente. Quizá por esas razones, Julio Scherer García no aceptó recibir en 1998 el Premio Nacional de Periodismo que, por su trayectoria, acordó asignarle el jurado encabezado por Jacobo Zabludovsky, de quien el fundador del semanario Proceso ha dicho que reúne todo lo que él repudia dentro su oficio. Los diputados de izquierda olvidaron también que tanto Televisa como Televisión Azteca realizaron largas horas de transmisión responsabilizando al gobierno del Distrito Federal por el asesinato del conductor Francisco “Paco” Stanley y en esos días difundieron encuestas orientadas a destacar la opinión ciudadana sobre la poca acción gubernamental ante la delincuencia que se vivía en la ciudad. "Alguien tiene que renunciar", decía Jacobo Zabludovsky en el programa "Hoy" de Televisa, en obvia referencia a Cuauhtémoc Cárdenas. Ese día el ahora galardonado por sus Méritos Cívicos mostró una vez más,

hasta dónde podía llegar su amarillismo al presentar una noticia. Quienes le otorgaron la medalla Eduardo Neri a Zabludosky quizá enaltezcan hoy, el programa de radio “De una a tres”, que dirige el condecorado actualmente, no es el mismo que aquel "24 horas" de Televisa. Quizá consideren que es otro el periodista que hoy se dirige al público y que lo hace con un talante de apertura informativa, muy distinto al de aquel vocero gubernamental que no se atrevía a criticar al sistema autoritario. Probablemente resalten que el informador de ahora, permite que su auditorio escuche todas las tendencias de la vida política nacional y también que pueden ser entrevistados todos aquellos que durante años tuvieron cerradas las puertas de sus programas en televisión. Suponiendo, sin conceder, que esas hayan sido las razones para premiar a Jacobo Zabludovsky, tengo para mí que si un periodista a los 85 años de edad va a estrenar su independencia y va a empezar a dar muestras de imparcialidad, entonces está rezagado por lo menos 60 años. Ese hecho y los sucesos que hemos recordado no fueron tomados en consideración por nuestros desmemoriados y convenencieros diputados a la hora de decidir el destino de una medalla que merecía estar en mejores manos.


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