Soberanismo y medios de comunicación, el caso catalán
FEBRERO 2015
Artur Mas i Gavarró, presidente de la Generalitat de Cataluña.
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adrid, España.- El adelanto electoral en Cataluña, anunciado el pasado 14 de enero por el presidente de la región, Artur Mas, centró nuevamente la atención del mundo en el proceso independentista catalán. Un proceso donde las estrategias comunicativas han jugado un papel fundamental. El próximo 27 de septiembre, es el plazo que han fijado los principales partidos catalanes -Convergencia i Unió (CiU) y Esquerra Republicana de Cataluña (ERC)- para realizar elecciones con marcado acento plebiscitario, en las que el resultado definirá quién liderará los esfuerzos independentistas para los próximos años. Las elecciones ya no serán en 2016 como estaba previsto. En su anuncio, Mas señaló que esta decisión implica que llevarán el proceso soberanista hasta la victoria, hasta ganar, para garantizar el proceso de transición nacional y generar las estructuras de Estado necesarias para una Cataluña independiente. En el mismo sentido se pronunció el líder de Esquerra, Oriol Junqueras, para quien estos comicios representan la consulta definitiva.
Manuel de Santiago Freda* / Corresponsal en Europa
La elección de la fecha no ha sido azarosa, precisamente el 27 de septiembre de 2014, Artur Mas firmó el decreto de convocatoria de la consulta catalana que se llevó a cabo el pasado 9 de noviembre. Un ejercicio no vinculante que arrojó como resultado que 81 por ciento de los más de dos millones de personas que participaron votaran que sí a que Cataluña se convierta en un Estado propio e independiente de España. Desde hace algún tiempo estos "días señalados" se viven como cruciales en Cataluña. Si nos atenemos a los discursos de los actores políticos, cada cita parece ser un paso de gigante en la consecución de la independencia. Las de este serán las terceras elecciones en la región en menos de cinco años, luego de las de 2010, donde CiU, el partido de Mas, se alzó con el poder. También están las de 2012, donde Mas no sólo no consiguió la mayoría absoluta sino que perdió 12 escaños y le abrió la puerta al ERC. Además, coincidirán con las elecciones en varios ayuntamientos en mayo y con las generales españolas para elegir al presidente del gobierno, en una
fecha que todavía no ha sido decidida por Mariano Rajoy, pero que ahora está condicionada por el tema catalán. “España nos roba” Se pueden aventurar muchas explicaciones del auge independentista en Cataluña, pero quizá la más obvia es la del agotamiento de los consensos constitucionales. La llamada transición a la democracia de finales de los 70 y principios de los 80, es el periodo donde se funda el actual estado de cosas en España. La crisis de este modelo, cuya máxima expresión es la Constitución de 1978, se ha hecho particularmente visible en dos de sus principales soportes: en el desarrollismo económico impulsado por el neoconservadurismo y en la organización política del Estado español. La vinculación entre ambos provoca que las soluciones propuestas desde el espectro político pasen por un rediseño de la economía y de los consensos políticos de la época. El debilitamiento de la monarquía, del bipartidismo y de la ordenación territorial son expresiones del deterioro del paradigma de la transición.