Trump, ¿las redes sociales vencieron a los medios?

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Trump, ¿las redes sociales

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Alejandro Navarrete

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l propio Donald Trump, en su primera entrevista tras la elección, habló del tema: “realmente creo que el hecho de que tenga tanto poder en términos de números con mi Facebook, Twitter, Instagram, me ayudó a ganar. Pienso que las redes sociales tienen más poder que el dinero que ellos gastaron y pienso que quizá, hasta cierto punto, yo probé eso”. No obstante, a pesar de esta presunción y de sus reiteradas críticas a los medios de comunicación, es claro que estos fueron esenciales para la creación y difusión del personaje Trump y, durante las campañas internas y presidenciales, le dieron a él una mayor cobertura. Un estudio de la firma de análisis Parse.ly mostró que, entre noviembre del 2015 y octubre del 2016, el 50 por ciento de las historias informativas generadas por grandes medios fue sobre Trump, mientras que sólo un 20 por ciento fue sobre Hillary Clinton. Otro, publicado por la revista Político, pero enfocado sólo a la televisión, mostraba números similares: 45 por ciento de tiempo aire para Trump y sólo el 17 por ciento para Clinton. “Es un Kim Kardashian de la política”, dice Mario Campos, periodista, académico y especialista en comunicación política. “Es de esos personajes capaces de mantener sobre sí el reflector permanentemente; es la política del espectáculo.

“Lo que hizo Trump muy bien fue contar una historia: que, si la gente percibía que el poder adquisitivo en su familia no estaba bien, se debía a malas decisiones de quienes habían gobernado y habían generado un país más débil que había hecho que prosperaran otros y no Estados Unidos”. Lo interesante es que Trump pudo colocar su mensaje, a pesar de tener a los medios en contra. Algunos de los más relevantes, como The New York Times, The Washington Post, e incluso algunos que nunca habían tomado una postura, como el USA Today, se pronunciaron contra él. Además, pareció, varias veces, haber también sesgos a favor de Clinton. Un ejemplo fue la filtración en Wikileaks de sus discursos privados, donde se ufanaba de tener una postura frente a empresarios y otra frente a la ciudadanía. The New York Times publicó la nota como “Transcripciones hackeadas revelan una Hillary Clinton genial en eventos de Goldman Sachs”, donde destaca que se mostraba relajada y divertida con los directivos de The Wall Street. En CNN, a su vez, llamaron la atención hechos como los revelados en Wikileaks, de que sus colaboradores le pasaban por adelantado preguntas y temas a la candidata, o la escena que se alcanzó a ver al aire, tras uno de los debates, donde una conductora aparentemente guiaba a un integrante de un focus group con la respuesta proHillary que dio después. Las encuestas mostraron que los señalamientos de acoso sexual por parte de Trump fue lo que más daño le hizo. Pero, al final, los mismos sondeos fallaron en predecir su victoria. Semanas antes de la elección, presumió sobre Nate Silver, el analista de datos, famoso por prever resultados electorales con un modelo matemático de encuestas: “siempre ha estado en el lado correcto de lo que sucedía, pero a mí no pudo predecirme”. Las encuestas fallaron; las redes sociales, no En contraste, las redes sociales, o mejor dicho, análisis basados en las conversaciones e interacciones en éstas, sí pudieron predecir el resultado de la elección. Un sistema de inteligencia artificial llamado MogIA, creado por el indio Sanjiv Rai, predijo correctamente la victoria de Trump con base en el análisis de datos de plataformas como Google, YouTube y Twitter. A su vez, un análisis de la firma colombiana MacroWise predijo también la victoria de Trump con base en dos elementos clave: la interacción en redes sociales de sus seguidores y los de Hillary, y la predicción basada en patrones de comportamiento político, que también hizo con éxito, como


MEDIOS MEDIOS

desde 1984, el profesor estadunidense Allan Lichtman, de la American University. El análisis de seguidores en el que se basó MacroWise fue hecho por los estudiantes de la maestría en Information Management en la Universidad de Maryland, Apoorva Ajmani, Karan Kashyap y Ramesh Balasekaran, y mostraba, incluso con visualizaciones muy claras, que los seguidores de Trump mantenían una mayor interacción. En sus conclusiones decían: “Comparando las redes sociales de Clinton y las de Trump se ve claramente a Trump como ganador en su estrategia digital, con

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una bien formada y conectada red que propaga sentimientos positivos. La fuertemente conectada red social provee un medio perfecto para reiterar una y otra vez su visión y establecer interacción entre sus leales seguidores”. Ricardo Alanís, jefe de análisis de datos de Cívica Digital, organización de emprendimiento tecnológico para la ciudadanía, comenta dicho estudio y los gráficos: “Hillary tiene un montón de grupos que forman alianza, pero creo que lo que logró Trump es conectar a una sola comunidad. El gráfico (que muestra la interacción de sus redes) es un círculo. Cuando (en redes) tienes un círculo es una comunidad muy cercana”. “Es muy interesante este fenómeno de ‘cámara de eco’”, continúa Alanís, al referirse al hecho de que los simpatizantes de Trump se retroalimentaban unos a otros al saturarse de información afín. “Es la ley del ‘engagement’. Básicamente tú vas a ver a personas similares a ti, porque Facebook quiere hacerte feliz. Te conoce por las cosas que te gustan y obviamente esas son las que más te va a mostrar. Si a mí me gusta Trump, le doy

Faceboock: en el ojo del huracán La profesora investigadora en medios, tecnologías de la información-comunicación y cultura digital, María Elena Meneses, es más escéptica sobre las predicciones que dieron a Trump como ganador y le parece exagerado que algunos estimen que redes como Facebook fueron clave en su victoria. Y es que Facebook, de hecho, fue acusado de permitir la alta proliferación de noticias falsas en su plataforma, las cuales presuntamente impulsaron a mucha gente a votar por Trump. Un estudio de datos realizado por BuzzFeed mostró que semanas y meses previos al día de la elección el engagament de notas falsas en Facebook se disparó y llegó al top 20 de estas, casi a los 9 millones de interacciones, 2 millones arriba de notas de medios tradicionales.

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like a Trump, le doy like a la gente que le gustan las cosas de Trump, me va a seguir mostrando esas cosas, más si tienen dinero detrás, si están patrocinadas”. De acuerdo con Alanís, esto “cambia la forma en qué entendemos la ciencia de datos para predecir las elecciones. La predicción de Trump como ganador fue hecha positivamente ahora por personas que tomaron en cuenta este engagement. Yo tengo un modelo, una forma con la que entiendo puedes predecir las elecciones. Eran las encuestas, Nate Silver, entre otras. Cuando pasa una sorpresa como esta, significa que el modelo no consideraba una variable. Lo que he leído me muestra que justamente es la combinación entre el engagement de las redes y el voto oculto por pena”.

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Entre las notas falsas más compartidas estuvieron El papa Francisco sorprende al mundo y apoya a Donald Trump, Wikileaks CONFIRMA que Hillary Clinton le vendió armas a ISIS y SE ACABÓ: Se filtra email de Hillary e ISIS y es peor de lo que todos hubieran imaginado. “Las redes sociales tienen un papel central en temas electorales y más en Estados Unidos, si consideras que ocho de cada diez estadunidenses están en Facebook y siete de cada diez toman su información política de las redes”, dice Marmenes. “Pero una cosa es la centralidad que tienen, y otra, como lo han dicho varios articulistas, que son los culpables de la victoria de Trump. A mí me parece un despropósito. Desde que se comenzaron a estudiar los comportamientos políticos en la historia de los medios ha quedado demostrado que lo que pasa es un reforzamiento de las actitudes y conductas políticas. El que es conservador o liberal, va a reforzar su identidad política en los medios que consume y ahora también en las redes”, afirma. No obstante, Meneses estima que Facebook sí tendrá que abrirse más al escrutinio público. “Así como me parece un exceso que se diga que es el causante del triunfo de Trump, también me parece necesario que rinda cuentas. Facebook es ya parte del mainstream y es cuestionado por los grandes medios, sus pares. Esto no lo había enfrentado en Estados Unidos”. Ante tales acusaciones, el fundador y director de Facebook, Mark Zuckberg, se defendió días después de la elección al publicar que 99 por ciento de la información que circula es verdadera y, luego, enumeró siete medidas en las que se trabaja para combatir este tema. Trump, más auténtico en redes Sin embargo, más allá de las posibilidades y características de los canales, otro elemento a destacar en las redes sociales de Trump fueron sus contenidos políticamente incorrectos. Ángel Buendía, consultor especializado en medios sociales y estrategias digitales, lo expresa así: “Desde un punto de vista profesional, la campaña de Hillary estaba muy bien llevada; fundamentada en hechos, estadísticas, con versión en español. Trump, en contraste, parecía como que estaba buscando el escándalo, sumamente incendiario, provocador con todas sus publicaciones”.

Trump tenía en redes algo que Hillary no, y era la sensación de interacción y la percepción de que, más que un staff, era él quien estaba realmente detrás de sus mensajes. Tal idea fue incluso reforzada por la propia Hillary, cuando criticó sus tuits “de las 3 de la mañana” contra Alicia Machado o por Obama, cuando se burló de que presuntamente le habían quitado el acceso a su Twitter, lo que dejó la idea de que, entonces, todos los tuits previos sí eran suyos. “Uno de los temas centrales de la campaña de Trump, creo que ahora podemos verlo como acierto, era mostrarse como un candidato que no era parte del sistema, y en ese sentido, ese contenido medio tosco, sin cuidar, digamos brutalmente auténtico, fue parte del mensaje: yo no soy parte del establishment, de lo que ya te tiene cansado, soy algo diferente”, dice Buendía. En México, algo similar pasó el año pasado en Nuevo León, con la elección de Jaime Rodríguez, El Bronco, quien logró vencer al bipartidismo del PRI y PAN, al presentarse como “independiente” y con un fuerte uso de redes sociales. Rodulfo Rodríguez, su sobrino y quien, desde antes de la campaña, fue su mano derecha en el análisis de datos en redes sociales con su empresa asentada en Barcelona, Dude Monkey, así lo estima: “yo veía esa similitud. Incluso con El Bronco había veces que la gente nos decía que no le gustaba algo que dijo, pero ¡te lo decía! Las redes no es otra televisión donde pones contenido y ya. Quiere interactuar”. Rodríguez señala que, tal como el triunfo de su tío, percibió un enojo y desahogo emocional en la elección de Trump: “Yo creo que le pasó algo que nos pasaba a nosotros. Con cada escándalo que le sacaban, más lo apoyaba la gente”. Y añade: “si no hubiera habido redes sociales, no creo que Trump hubiera tenido la misma oportunidad”. Al respecto, Mario Campos estima que “parte de lo que tenemos que descubrir es si, a pesar de lo que dijeron de él, (sus seguidores) votaron porque no les importó o porque no creyeron que fuera cierto. Trump, dentro de su narrativa, tenía un blindaje: me atacan porque yo soy la amenaza”. Al final, dice Campos: “siempre es muy difícil en un proceso electoral establecer cuál es el canal que tuvo un peso decisivo. Y en el caso de Trump es claro que generar conversación fue una de las estrategias para estar presente tanto en los medios como en las redes, comunicar su mensaje y luego convertirlo en votos”.


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