AGENDA ELECTORAL
Tv y radio vulneran derechos • Pedro Salazar Ugarte
Medios coartan derechos En efecto, frente a la teoría tradicional que sostiene que los derechos solo son vulnerados por el Estado, en la actualidad debemos reconocer que también otros poderes privados –como los propios medios- pueden vulnerar derechos fundamentales de las personas. Los medios, como poderes, tienen la capacidad de limitar, restringir o amenazar los cuatro derechos que hemos identificado. De alguna manera, los medios dejaron de ser un instrumento de expresión de los derechos para convertirse –al menos potencialmente- en poderes que constituyen una amenaza potencial de los derechos. Para decirlo en una frase: los medios de comunicación pasaron de ser un instrumento de libertad a convertirse en un factor potencial de limitación de libertades. En efecto, los grandes medios de comunicación pueden potenciar y generar una sinergia positiva que amplíe la esfera de ejercicio de los derechos, pero también pueden ser amenazas potenciales de la libertad de expresión, del derecho de acceso a la información, de nuestro derecho a la privacidad y factores de discriminación. Esta sola posibilidad nos obliga a mirar el tema de los medios desde una perspectiva distinta a la tradicional. De hecho, para discutir y reflexionar sobre este tema, no podemos quedarnos en el plano abstracto sino que debemos aterrizar al contexto concreto en que estamos reflexionando. Y el contexto supone variables de tipo político (cuáles son las relaciones y los actores de poder en la sociedad que analizamos), de tipo sociocultural (qué tanta capacidad tienen la sociedad para resistir desde el punto de vista
Zócalo | enero 2012
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Para responder a esta interrogante, lo primero que hay que decir es que los derechos ya no son un tema exclusivo de los abogados. Por la complejidad del tema, la discusión convoca a politólogos, sociólogos, economistas y otros actores de la sociedad. Esto es interesante y desafiante sobre todo cuando hablamos de derechos y medios de comunicación porque estos también son poderes.
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entraré mi reflexión en dos tipos de medios, y sobre todo, en su dimensión comercial: radio y televisión. Me interesan los medios privados –mejor dicho concesionados porque no son propiamente de propiedad privada- y, posteriormente, haré una referencia al tema de las nuevas tecnologías: en este caso me referiré a su potencial e importancia. Para abordar ambos temas adoptaré un enfoque de constitucionalista; es decir, centrado en los derechos humanos que están relacionados o involucrados. Mi aproximación servirá, entonces, para observar la relación de los medios de comunicación en la democracia. La libertad de expresión es un derecho clave, casi un eje de análisis, cuando se habla de los medios de comunicación. Pero muy próximo a este derecho fundamentalísimo se encuentra también el derecho de acceso a la información. Éste es un derecho que complementa la libertad de expresión y que, de alguna manera, le dota contenido al subrayar qué tipo de información y cuál es la información a la que tenemos derecho. Un tercer derecho fundamental vinculado con el tema es el derecho de protección de la vida privada. La privacidad de las personas, es un derecho muy importante que también juega un papel relevante cuando reflexionamos en torno a los medios. Finalmente, un derecho que no suele vincularse de manera directa con estos temas, pero que tiene una relación muy fuerte con los mismos, es el derecho a no ser discriminados (tanto en el acceso a los medios, como en el manejo que hacen los medios de cierta información, relacionada con ciertos estereotipos o con ciertos rasgos de las personas). Estos cuatro derechos, están reconocidos en la Constitución mexicana. Es decir, no sólo se trata de derechos abstractos o fundados teóricamente, sino que son derechos constitucionalizados de los cuales somos titulares todas y todos nosotros. Por eso tiene sentido preguntarnos: ¿Cuáles son los retos en materia de medios de comunicación si asumimos una perspectiva de derechos?
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cultural a los abusos, para exigir determinadas políticas de información, para incidir de una manera activa en la protección de los derechos) e incluso factores económicos (qué papel juega la desigualdad económica en estas asimetrías de poder). Otro factor muy importante es el que se refiere al grado de desarrollo tecnológico porque cuando hablamos de medios también hablamos de estructura, de capacidad técnica, de acceso a las tecnologías. Ello nos obliga a identificar quiénes son los actores que están involucrados en una discusión sobre medios, democracia y elecciones. Si pensamos en los poderes, tenemos que hacernos cargo de que juega un papel importante el gobierno, los gobernantes, es decir, los políticos que ocupan cargos de representación y de mando; pero también juegan un papel importante los políticos partidistas y los partidos políticos, sobre todo cuando pensamos en el ámbito legislativo y en los problemas y distorsiones que conlleva la representación política. Pero también debemos considerar a los propios medios de comunicación. Estos son actores que inciden, que pesan y que intentan imponer sus intereses –en ocasiones legítimamente y en otras, incluso, ilegalmente- a través de las instancias políticas de decisión. Y sabemos que los intereses de los medios no siempre son legítimos y que tienen mucho poder para incidir en la agenda de una democracia. Otros actores relevantes en la discusión sobre medios y democracia son menos poderosos. Por ejemplo, los periodistas que también son actores relevantes y pueden jugar un papel importante en la defensa de los derechos. En esta dimensión el periodismo puede ser una agenda ciudadana. Y los ciudadanos son los otros actores interesados directamente en esta agenda. La ciudadanía, de hecho, debería ser un actor más activo de lo que se suele ser, sobre todo si retomamos la perspectiva de los derechos. No se trata de una afirmación retórica porque los derechos sólo subsisten cuando las personas –y los ciudadanos- se apoderan de ellos y los utilizan de manera cotidiana.
Cómo defenderse Cuando se asume el enfoque de los derechos, como hemos
Un tercer derecho fundamental vinculado con el tema es el derecho de protección de la vida privada. La privacidad de las personas, es un derecho muy importante que también juega un papel relevante cuando reflexionamos en torno a los medios. podido entrever, es muy relevante ofrecer respuesta a ciertas interrogantes simples: ¿quiénes son los titulares de los derechos?, ¿quiénes son los actores que potencialmente violan y vulneran dichos derechos?, ¿cómo ofrecer protección constitucional a los derechos que son vulnerados por poderes privados como los medios de comunicación?, ¿debemos imaginar nuevos mecanismos de protección constitucional, una suerte de amparo entre particulares?, en su caso, ¿cuál debe ser la autoridad encargada de proteger estos derechos? Las preguntas son sencillas pero las respuestas son muy complejas porque el derecho y las leyes son instrumentos relevantes, pero limitados. No sólo en realidades como la nuestra en la que hemos desarrollado tendencias hacia lo que Sergio López Ayllón, siguiendo a Sen, llama “fetichismo legislativo” (una tendencia a modificar las normas pensando que con ello basta para transformar la realidad) sino en cualquier sociedad compleja en la que la garantía efectiva de los derechos implica acciones económicas, políticas y de gestión social. En México, junto al “fetichismo legislativo”, además hemos desarrollado algo que llamo “gatopardismo jurídico” que consiste en modificar las normas con la deliberada intención de que la realidad quede intacta. Y eso lo vemos en muchas materias y en muchas relacionadas con los medios. Un buen ejemplo es la modificación al Articulo 134 de la Constitución —para quienes no son abogados cabe recordar que es la norma que se modificó en 2007 con la finalidad de que los distintos actores políticos dejarán de utilizar los recursos públicos para posicionar su imagen en los medios de comunicación— que ha quedado sin regulación secundaria y es violada todos los días. Ello a pesar de que era una norma que prometía mucho. También en este ámbito, entonces, el derecho es un instrumento limitado porque se necesitan acciones políticas y de gestión pública sin las cuales las normas no pasan del texto
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en el que están recogidas. A todo ello abona sin duda el fenómeno ominoso de la cultura de la ilegalidad que permea en todos los estratos y sectores sociales.
Basta con pensar que las elecciones de 2012 serán las primeras elecciones en México en los tiempos del Twitter. No sé qué impacto pueda tener esta red social en nuestro país, pero vale la pena reflexionar sobre el asunto porque estas nuevas tecnologías tienen un potencial prometedor y al mismo tiempo engañoso. Tenemos posibilidad de acceder a más información porque tenemos acceso a más medios y redes de comunicación de carácter horizontal; pero somos menos reflexivos y mucho más epidérmicos. Rosana Reguillo habla de una suerte de “hiperinflación emocional” porque reaccionamos con una enorme estridencia a las cosas, corremos rumores a una velocidad impresionante, nos obsesionamos con nimiedades. Por ejemplo, el día que lamentablemente murió el Secretario de Gobernación —Francisco Blake— algunos irresponsables habían anunciado también la muerte del Secretario de
pedsalug@yahoo.com
* Texto leido en el Seminario: Democracia, medios, elecciones, realizado en la UAM-Xochimilco.
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Sobre el tema de las nuevas tecnologías me limito a proponer algunas reflexiones generales. Se trata de un ámbito muy relevante cuando hablamos de medios, democracia y elecciones. Basta con pensar que las elecciones de 2012 serán las primeras elecciones en México en los tiempos del Twitter. No sé qué impacto pueda tener esta red social en nuestro país, pero vale la pena reflexionar sobre el asunto porque estas nuevas tecnologías tienen un potencial prometedor y al mismo tiempo engañoso. Generan un “empoderamiento ciudadano” —un término que no me gusta pero es el usado— que, paradójicamente, es un “empoderamiento vulnerable”.
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Nuevos medios, nuevos retos
Educación Pública y, en pocos minutos, todos los twitteros comentaban la noticia. En síntesis: no hay filtros reflexivos, no hay condiciones para madurar las ideas. Por eso creo que debemos ser cautelosos con el potencial transformador de estas nuevas herramientas. Pensemos en el derecho a la vida privada que también he mencionado. Estos medios pueden ser una herramienta muy peligrosa para vulnerar ese derecho fundamental. Cualquiera puede decir en dónde, con quién estamos y qué hacemos al conjunto de seguidores que tiene en su twitter sin consultarnos ni advertirnos. Esto pone en riesgo nuestra privacidad y genera posibles tensiones en la convivencia. Por eso, insisto, las nuevas tecnologías son un enorme instrumento positivo, pero también pueden ser un arma de doble filo. La pluralidad y la diversidad sin duda de voces a través de estos medios son un dato venturoso, pero también pueden ser un espejismo. Si bien es cierto que cada vez son más las voces que se expresan, también lo es que cada vez es más débil el discurso público. Me temo que, ante el vocifero de las ocurrencias, queden marginadas las voces que se detienen a reflexionar para desentrañar la complejidad de lo real. Cada vez queda menos espacio para las reflexiones sesudas que requieren una mayor ponderación y se pierden adeptos para la deliberación pausada porque vivimos en tiempos de la ocurrencia, de la síntesis, de la fama efímera y marcada por la frivolidad. Dudo que sea posible ofrecer una reflexión de fondo —que se haga cargo de la complejidad de los problemas que nos rodean, por ejemplo, en 140 twetts. Y lo que necesitamos es una deliberación democrática con argumentos, reflexiva y ajena al deliberativismo ligero o “light” que sólo intercambia información, pero no la analiza, que expone ideas, pero no las argumenta, que expone tesis, pero no las discute.
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