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El Gran Despertar- Mariana Escalona

Psicologa Clínica

Una mirada desde la Psicología Transpersonal

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El mundo está cambiando. Actualmente vivimos un despertar y un deseo de cambio tan profundo que nunca antes se había visto. Cada vez es mayor el número de personas que estamos conscientes de la cantidad de problemas que existen, y de cómo ciertas prácticas y estructuras que parecían lo suficientemente fuertes y que nos daban contención, hoy en día las vemos poco a poco desmoronarse frente a nuestros ojos.

Hoy más que nunca, muchos son los que han decidido tomar las riendas de su vida y escapar de los modelos impuestos por la sociedad con el fin de vivir la vida que realmente quieren vivir, con una felicidad verdadera y auténtica, más allá de lo que dictan los estereotipos culturales mostrados por los medios masivos de comunicación.

La consciencia sobre los grandes problemas humanos, sociales y ambientales crece día tras día, cada vez son más aquellos que están dispuestos a escuchar verdades que en el fondo conocían pero que nunca antes se habían atrevido a mirar frente a frente con valentía. Y al lado de sus familias, comienzan juntos a vislumbrar esta barrera, porque en el fondo saben que el cambio que el mundo necesita empieza por ellos mismos.

Las personas que están experimentando este despertar espiritual pueden notar que su conciencia crece, sus intereses, aspiraciones e inspiraciones están evolucionando. En otras palabras, su sentido de vida está apuntando hacia otra dirección, acompañado por un fuerte impulso de cambiarse a sí mismos y cambiar al mundo.

Hablemos de despertares espirituales…

Según la RAE (Real Academia Española) define la palabra “despertar” como: 1. Cortar o interrumpir el sueño de quien está durmiendo; 2. Traer a la memoria algo ya olvidado; 3. Hacer que alguien reflexione o recapacite; 4. Hacer que nazca o se manifieste un deseo o un sentimiento.

Desde ahí ya es posible atisbar a lo que hace referencia un despertar espiritual en el individuo, para mayor precisión trataré de explicarte con más detalle en qué consiste. La palabra “dormido o durmiendo” en estos términos es una expresión metafórica de que el ser humano permanece es una especie de “incon-

Licenciatura en Psicología en la Universidad Nacional Autónoma de México con especialidad en el área clínica. Diplomado en Psicoterapia de Juego desde el enfoque centrado en el Niño. Ha sido facilitadora de Desarrollo Humano en talleres dirigidos a jóvenes en el Colegio de Ciencias y Humanidades Azcapotzalco. Sus áreas de interés son: Psicología Analítica Junguiana y Medicina Holística. Actualmente acompaña en procesos psicoterapéuticos individuales con el propósito de facilitar el desarrollo de la conciencia y la realización del Ser.

sciencia”; en otras palabras, habitamos un sueño en esta realidad (realidad ordinaria), la cual experimentamos en mayor medida desde nuestra pasividad. Por otro lado, cuando hablamos de un “despertar” se está haciendo hincapié a un estado de “consciencia” en el cuál yo sea capaz de ver a través del velo (lo que está cubierto u oculto), lo cual me da la posibilidad de reflexionar y con ello de recordar aquello que yo ya tenía olvidado; a diferencia del sueño, al despertar comenzamos a experimentar otra realidad pero desde un lugar activo, es decir, dónde yo soy capaz de crear o manifestar un deseo.

Dicho lo anterior, se puede afirmar que un Despertar es quitarnos cientos o miles de capas de condicionamientos con los que hemos vivido a lo largo de nuestra vida, introyectos que adoptamos en función de la cultura y la sociedad en la que crecimos y que nos fue construyendo una “identidad” que acogimos como si fuera propia.

Estos velos nos han restado lucidez y en la mayoría de las veces nos han vuelto incapaces para sintonizar con lo más profundo de nosotros mismos y nuestra espiritualidad, lo cual, es completamente natural porque al llegar con el velo puesto a este mundo lo primero que hacemos al dar el primer aliento de vida es identificarnos con el cuerpo, por lo que permanecemos dormidos en esta realidad olvidándonos de que somos seres espirituales transitando una experiencia humana.

El despertar espiritual es comprender que existe algo más allá de la materia y que todo lo que nos rodea aquí es una ilusión que ha sido infundida por nuestro ego (yo), a partir de una mente que ha sido guiada sólo por nuestras limitadas percepciones sensoriales, para descubrir que dentro de cada uno de nosotros habita un alma que continuamente está clamando por encontrarse con el Espíritu.

¿Cómo identificar que estoy teniendo un despertar espiritual?

Para empezar, el que hayas llegado hasta este punto de la lectura ya es un fuerte indicio de que te encuentras en este proceso del despertar espiritual. No obstante, mencionaré algunos otros indicadores que pueden servirte como guía y que suelen ser los más habituales durante el despertar. Cabe mencionar, que se comienzan a presentar una serie de cambios físicos, psicológicos y psíquicos en la persona acompañados de manifestaciones metafísicas.

Síntomas físicos:

• Tus patrones de sueño están cambiando. • Cambios de hábitos alimenticios. • Pueden aparecer alergias a ciertos alimentos y/o erupciones en la piel. • Pasas de la hiperactividad a la fatiga y viceversa. • Cambios repentinos en la temperatura corporal. • Sensaciones extrañas en el cuero cabelludo (comezón, hormigueo, etc.)

• Estás reevaluando tus creencias. • Empiezas a practicar el desapego. • Te estás conectando con la naturaleza. • Tus prioridades están cambiando. • Te sientes más libre. • Comienzas a cuidar tu cuerpo y tu mente.

Síntomas psíquicos – metafísicos:

• Percepción de que el tiempo se acelera. • Oleadas súbitas de emoción. • Sensación inexplicable de que algo está cambiando. • Sincronicidades que se pueden presentar con números, símbolos, objetos, etc. • Cambios fuertes que alteran tu vida. • Deseo de liberarte de patrones restrictivos.

¿Qué hacer cuando nos ocurre?

Si pudiste reconocerte en varios de estos indicadores o incluso puede ser que estés presentando además otros síntomas a los ya mencionados; esto se debe a que los procesos del despertar son personales y no existe uno idéntico a otro ya que todos somos seres únicos.

Si ya te encuentras en este sendero quizá tengas muchas dudas respecto a qué hacer o qué es lo que sigue, incluso la cantidad de experiencias y sensaciones que estás experimentando podrían hacerte sentir abrumado, especialmente cuando se trata de experiencias que alteraron de manera brusca tu vida y tu realidad, trayendo consigo una manifestación abrupta del Espíritu.

Sin embargo, hay que destacar que su surgimiento también puede ser progresivo, es decir, el Espíritu eventualmente va inundando nuestro campo de consciencia. De una u otra forma, se están presentando cambios en ti y en tus percepciones de modo que estas pueden resultar gozosas, aunque también perturbadoras y difíciles de integrar dando lugar a una crisis existencial en el proceso de transformación por aquellos contenidos que están emergiendo a la luz de la consciencia.

Todo proceso de transformación es un proceso evolutivo, no obstante, si este proceso está resultando angustiante y está siendo complicado desenvolverse en la realidad cotidiana entonces lo más recomendable es buscar un apoyo desde un enfoque de Psicología Transpersonal que brindará el soporte emocional, y a su vez, permitirá que el proceso espiritual de emerger se despliegue como sea necesario.

El despertar espiritual individual influye en el colectivo.

Es esencial que recordemos que todo lo que hacemos como individuos genera un impacto en el colectivo ya que nuestra psique individual está conectada e influye en la de nuestra propia especie como un todo. Por lo tanto, cuando experimentamos un despertar como individuos en realidad estamos contribuyendo al despertar de toda la humanidad, en otras palabras, nuestro salto espiritual está siendo un salto espiritual y evolutivo del colectivo. A medida que más de nosotros avanzamos hacia el despertar, este se va haciendo cada vez más sencillo a aquellos que todavía no lo han alcanzado. Esto se explica porque entre todos vamos entretejiendo hilos invisibles formando una psique colectiva por lo que al intensificarse este estado de despertar se está impulsando al colectivo en conjunto, hasta que eventualmente todos habremos salido de este sueño.

El Espíritu está llamando a las puertas de nuestro corazón para guiarnos a todos hacia el Gran Despertar.

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