2 minute read

Amar a Picasso

Texto: Amalia González Manjavacas/EFE

Advertisement

Fotos: EFE

El estudio de la obra de Picasso (Málaga, 25 de octubre de 1881 - París, 8 de abril de 1973), del que ahora se cumplen cincuenta años de su muerte, no solo se ha adentrado en su talento y en todas sus perspectivas como artista, precursor del cubismo, del arte contemporáneo..., sino también en las sombras de su personalidad, pero poco quizás en sus relaciones con las mujeres de su vida, sus amantes, sus compañeras y musas que inspiraron al artista.

Y es que los genios son humanos, y como tales, poseen debilidades inconfesables, nubarrones, grises o sombras como cualquier mortal. Muchos han sido personalidades atormentadas o muy complicadas, o poco convencionales para la época que les tocó vivir, algo que en el terreno artístico es muy frecuente. Pensemos en Miguel Ángel, Caravaggio, Goya, Van Gogh, Pollock... por citar solo entre los genios de la historia del arte.

Picasso/Chanel explora la relación de dos grandes creadores del siglo XX: Picasso y Chanel, muestra en el MuseoThyssenBornemisza de Madrid, en 2023.

En el caso del pintor malagueño, esas sombras vertebraron todo lo relativo a sus relaciones afectivas, hacia las mujeres de su vida, sus amores o compañeras, pero también hacia sus hijos, a los que tampoco poco dedicó mucho tiempo. Gran seductor, tuvo varias féminas al mismo tiempo. Le costaba romper el lazo que le unía a ellas llegando a mantener varias relaciones a la vez, la saliente y la nueva.

Las mujeres que amaron a Picasso

La primera relación duradera del artista fue Fernande Olivier, la musa de la llamada época rosa, su amor de juventud. Ella estaba casada cuando comenzó su relación con un Picasso todavía desconocido. Una relación que duró unos siete años, hasta 1912, cuando el malagueño la deja (poco a poco, como hará con todas), al interesarse por otra.

Eva Gouel fue la pasión de Picasso, cuando él emprendía su etapa cubista, pero enfermó y murió muy joven, en 1915, quizás de tuberculosis. Amo a Eva fue una de las muestras de amor que le regaló y la pintura L’Enfer (El infierno) refleja el sufrimiento que vivió al perderla.

La bailarina rusa Olga Khokhlova, o Koklova, fue su primera esposa, la mujer con quien el malagueño formó lo más parecido a una familia tradicional y muy burguesa y la madre de su hijo Paulo.

Mosquetero y mujer desnuda del pintor español Pablo Picasso (1881-1973), durante una subasta en la casa de subastas Christie’s en Londres.

Marie-Thérèse Walter era una joven rubia e ingenua, de solo 17 años, de la que quedó prendado Picasso, casi treinta años mayor. De aquella relación nació su hija Maya, pero solo un año después de este nacimiento, el pintor empezó a perder el interés al encontrar una nueva amante. Se suicidó solo tres años después de la muerte del pintor al no poder entender la vida sin él.

Y ¿quién era el nuevo amor de Picasso? La fotógrafa Dora Maar, una mujer independiente e intelectual con la que podía conversar más ampliamente y testigo de excepción del proceso de creación del Guernica (1937). Su relación duró alrededor de ocho años.

Otra joven de 21 años, y estudiante de pintura que admiraba al genio malagueño, se empeñó en conocerlo a toda costa. Y vaya si lo conoció. Era Françoise Gilot que con una personalidad envidiable dada su edad llegó a presentarse sola en su casa.

Tuvo una relación con otra adolescente, Genevieve Laporte, de 17 años, quien le entrevistó para el periódico de la escuela y cinco años después de aquel encuentro ocasional comenzó un romance mientras seguía viviendo con Françoise.

En 1953, ya con 71 años, Picasso conoció a Jacqueline Roque, de 26 años, con quien se pudo casar tras la muerte de Olga, en 1955. Una nueva imagen femenina más adulta y relajada se refleja en sus obras. Fueron veinte años de matrimonio y la mujer junto a la que murió el 8 de abril de 1973. Trece años después, en 1986, otra insoportable ausencia llevaría también a Jacqueline a quitarse la vida.

El diseñador junto a su mascota amada.

This article is from: