De Dolores y Amares (... poemas perros para 5 gatos)

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De Dolores y Amares (‌ Poemas perros para 5 gatos)

A. J. Aberats Ed. De balde

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Mariví … de tu cariño, de tus abrazos, de tus consejos, de tu nariz de Cleopatra… quedo huérfano. El Guggenheim, Gaztelugatxe, Santimamiñe, del día a la noche, trocan, sin tu luz. Y don Quixote y todo Chespir te llora. … En Francia se hacen cruces. ¡En Holanda las naranjas son negras! En los garganchones matritenses carraspean irritantes nubes secas. … Dolor es, fue y será, ¡Profundo!, y bien de lágrimas, pero detrás, siempre, siempre, siempre, siempre, ¡Orgullo fraternal!, estarás tú, y contigo toda la gente que amas. … Que amaste, no. ¡No! … Que amas. En presente perfecto pues así es tu amar. … … Imperfecto fue el tumor. Hermana, te quiero.

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Por un alfiler Corbata mi gaznate por el simple hecho de ver un alfiler de boda en la pared. Clavado en el corcho. ‌ La novia tal novia es, el novio manojo de nervios, la madrina amada de plata, el padrino morado un ojo. ‌ AquÊl fue mi ojo, aquella fue tu boda, hermana.

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Llamando a Satanás Quisiera ser calé para enlutar el corazón de por vida. Negro tizón, negro carbón, negro roto. ¡¡Negro Infierno si hay Dios!! Injusto Él, lo reniego. Y si existe… … en el laboratorio nos vemos, cabrón.

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Y al escuchar cantar “Whatever will be, will be?” Una, dos, tres… a granel, del ojo al papel, la lluvia buena. La que tiene motivo y no remedio. La que es pura alegría, siendo erial el sufrimiento. Una gota, de ti un recuerdo, sobre semilla inerte, y el campo me cuaja flores donde debería crispar dientes. Hermana, en primavera te quiero más.

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Lluvia y Sol Lloro por mi hermana, por mi cuñado, por mis sobrinos. Por la hermana-cuñada de mi propia hermana, y por los cuñados-hermanos. Lloro por la suegra-madre. Lloro por sus alumnos-hijos, por sus amigos-amigos… Lloro por mí mismo. Lloro pues no me queda otra. Lloro y por dentro sonrío.

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Per sempre Duele si supino, duele si lo pienso. Duele si prono y también si no. Y más si lo recuerdo… Y eso es lo peor, el dolor fresco, el que refresca que aún se está vivo por dentro y por fuera. Y nunca acaba de pasar. Per sempre duele el alma rota y la carne con sentimientos.

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My sister´s eye He visto a mi hermana, vamos, ella me ha mirado a mí. Unos segundos, en la negrura, a ojo fijo, feliz y chispeante, me ha dicho que todo va bien, que irá. … Y al palparme yo, he respondido: ¡Pues hasta ahora de cojones! … Pero te haré caso, sister.

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Trochas resilientes Cuando canso del camino trillado atrocho por donde creo que puedo. Sean barrancas, o prados con cuernos, zarzaleras de no pagar convites, o sotobosque que desemboque jungla, abrir vía en esos andurriales me priva. Aunque la mayoría de las veces me despeñe. Y no hay mal hostión del que uno despierte. Así son los sueños hasta en la vigilia.

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Heroína Sin máscara te quiero, en vena, a pelo. Pura tal vienes y vas. Llena de buenos sueños, reparadora de sufrimientos. Dulzona. Mujer Universal.

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Por si llegase tarde a la cita Lento me recupero en retaguardia, todavía tengo metralla dentro y me lastran las pesadillas, se me vuelve agudo todo el día, la vigilia troca en malos sueños. Y me evado con la morfina. En vena te me chutan y sonrío, te escucho tal que a la vera, te huelo la noche en el pelo, caramelo se vuelven tus labios cuando me “amenazas” con un beso. ¡Y desorbitar yo los ojos! … Y pedir mayor diligencia, a la enfermera, para no llegar tarde a la cita.

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Rehabilitación Novicio de mal tahúr gambetean mis dedos el aire, rota mi muñeca rota, cruje la carraca a leño. Una moneda, una canica, un lápiz me son barras de ejercicio, instrumentos de suplicio, pistas de despegue. Y con dolores, vuelo.

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Impar A una mano no caza el gato. Manco no saluda el soldado, manco no hay buen cigarro, manco se queda sin cuerda el reloj. Tic, tac… Tic, tac… tic. A una palma no hay aplauso, ni lazada prieta en el calzado, y aún menos trepar tus celosías. … A dos, será otra cosa.

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Nuevo tacto Hipersensible me ha quedado una mano, y su muñeca, y el codo… Pero me han dicho que no es malo, es oportunidad única para descubrir, ¡redescubrir!, los viejos tactos; sopesar ambidiestro las texturas. Y toco. Acaricio cosas sin parar. Con la mano buena nada ha cambiado, con la mala todo marcha al retortero. Lo templado es frío, y lo frío, gélido. Suave el algodón desde siempre, la zarpa zarca me canta braille, protesta el cabello hecho cerda, la viscosidad incierta de la vaselina, la candidez de un cubito de hielo. ¡El desvarío del Sol a las 3 de la tarde! … Esta mano protestona mía, sólo dejará de piarla, el día que al fin concrete

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tu temperatura exacta.

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La Vida son dolores Dicen las Bellas Academias, que el criterio a desarrollar, en las intervenciones rigurosas, es: salvar la vida, el miembro, la funcionalidad, y la estética. Obra de Arte no soy, obvio, ni edificio pese a acoger vida, soy un simple Ser Humano. Y me proponen trancar la mano para nunca más sufrir dolores. … Anular el miembro para no sentir. … ¡¿¿Y si fuese el corazón??! ¡Por favor, si los dolores son Vida! Dolores, que a mí, me lo confirman. Ojalá viviese toda mi vida con dolores. … Y de colores, bien de pastillas.

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Interiorismos Todo va muy rápido y a la vez también muy lento. Médicos, fisioterapeutas, abogados. Burocracia. Sueño y vigilia alternan con el intervalo de un parpadeo, de un papel que entrego, de la enésima radiografía. ¡Ja, me quieren conocer por dentro, y yo mismo no lo he conseguido!

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El devenir del gato Gato, alguna vida gasté sin saber que había cuota. Que recuerde, en la M-30 adelanté de un brinco un coche dejando atrás mi propia moto. En la punta del cabo de Gata casi conocer a Poseidón por quedarme sin tracción a capricho de las olas. Y salvarme mis uñas, requetecomidas ellas, al perder los pies de gato en un cortado sin cortina en el pueblo de Patones. … Suelo caer de manos, y aunque alguna me rompa, todavía me quedan vidas.

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Tal que a Cervantes… Me insinúan gentes doctas que ando a dos pasos de topar con cesantía, de reconocérseme arcabuzazo en la defensa de honores patrios. Medalla no pues yo soy chusma, apunte de estadística siniestra, dato negro en país con luces. La Máquina devora cuerpos. La Máquina devora vidas sin afectar a los dividendos. Ni a Conciencia de quien administra, que en el fondo, somos todos.

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Prefiero vivir pesadillas A mí me despertaban con cariños, besos, pedorretas en el cuello si persistía en morfear. Despertaba sonrisa en ristre quisiese o no, sí o sí. Salvo, aciagas las noches, en que lloraba sin motivo. Truculentos los infantes sueños. Y levantar con los ojos cegados, pegadas las pestañas con sal. ¡”Azúcar”! decía mi madre. Horrible, horrible la sensación. … Ya no lloro mientras sueño, me lo reservo para la vigilia. Y así, en algún sitio ser feliz.

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Ergonomía moral Filípides, el de Maratón, corrió 42 kilómetros para narrar una masacre. M. Mbaye, el senegalés, apenas recorrió un par con un saco a la espalda. Uno llevaba noticias, el otro sueños. Uno es héroe olímpico, el otro (era) mantero madrileño. … Y no lo entiendo. El Ser Humano no está hecho para correr.

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De blanco al Más Allá Cuando me den pira que no vista mi cuerpo bandera alguna de contienda. En todo caso que sean colorines, flores, arco iris, la rueda gitana me obnubila. Pero preferiría por sayón póstumo la camisa secada en la solana, el blusón oliendo a jabón de sosa, el pañuelo de los festivos, la sábana fresca del ajuar, la Conciencia de los no nacidos. Antes de darme cerilla que me amortaje bandera de Paz. … Aquí ya he visto mucha guerra.

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Desarrapados Bajo esta piel soy negro, y amarillo, y verde a ratos. Bajo esta ropa voy desnudo, descalzo dentro del zapato, calvo tras los pelos. Me arropa la vieja Europa, y sin embargo, yo quisiera tener los sueĂąos del que llega en bote neumĂĄtico.

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Muros, vallas… lo que sea Florece el espino de acero, la concertina trepa y crece, los tapiales visten vítreos brillos, y a mí no me gustan las lindes. Abomino, repudio, reniego. ¡Hasta maldigo al buen mar cuando da servicio de frontera! Las zarzaleras dan buenas moras, las alambradas malos moratones. No soy bestia que quiera coto, aspiro a un campo sin puertas.

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Malos viajes Y soñé con Mujeres Jirafa explotadas por hombres sapo, en contextos esclavistas dónde oficinistas foráneos buscan asueto idílico. Tintineaba la plata, sonreían las cuitadas exóticas, y ¡Click!, la Conciencia acababa enmarcada. Sí, Paraíso de bestias este planeta cuartomundista.

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A remolque A remolque pese a motores, ¡A remolque!, de los hombres, siendo sus progenitoras. De las Leyes, llevando balanza y platos. En los trabajos más bajos sí ¡ser las limpiadoras! Y de los que no tienen curro, las más. Y sin embargo en casa no faltaros. … No, no lo entiendo… o sí. Pero, yo me crié con 4 leonas.

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A protestar se aprende protestando Deletrear en Vietnam a Mickey Mouse mientras se esparce muerte y napalm, no es muy distinto a exigir en Pamplona la presencia de Bob Esponja para acabar con una manada de puercos salvajes. La surrealista realidad es aplastante. Y a protestar se aprende protestando. Yo sí te creo, hermana, hija, amiga‌

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Ojalá llueva ¡Qué llueva! qué llueva, que el agua se infiltre en la tierra, que los ríos bramen, que los lagos se colmaten. Que la Vida sacie la sed. … Y limpiar un poco el planeta. Vamos, lo que se necesita es un Diluvio académico de los de no salvarse ni dios.

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Romperte el cielo encima Rayos, relámpagos, truenos. Lluvia, nieve, granizo. Cuando no tenían nombre los fenómenos atmosféricos, causaban pavor en el Hombre. Y hoy lo siguen haciendo. Bajo enrayada no hay valientes, sólo necios sin cobijo.

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Disquisiciones tras la tormenta Año tras año vuela la semilla del álamo. Revolera por alada en estas fechas despega. Densas bandadas… molestas. Aunque no vayan muy lejos, y con la lluvia caigan a tierra. Y los reguerillos pluviales, en recodos y riveras, dejar graneros para hormigas, para aves avizoras, y para que en breve, hasta de las alcantarillas, broten nuevas varas arbóreas. … C´est la vie!!!

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Cuánto más, menos Campo magro de mi saber es mi inmenso desconocimiento. En eso soy excelso, sí. Mi ignorancia es de jactarse. Y pese a que la ataco y acoto, ¡Saboteándome a mí mismo!, más fortalecido salgo consiguiendo ser más sandio. En plata, estúpido. A mí el estudio me deja lelo, me llena de desconocimientos e inquietudes reflexivas. Es una putada saberse tonto, en un mundo lleno de listos.

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Me siento… … Cómo una escultura rajada que busca el equilibrio apoyada en una piedra. Pienso perfecto el momento, pero sé del daño pasado y vaticino incierto el futuro.

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Al cesar lo que es del cesar y a… Pese a escritores se nos escribe los devenires, con puntos e íes inamovibles, dictados por… nadie. Y en venganza, a… nadie hacemos daño transfiriendo los presagios a terceros personajes interpuestos. Que a su vez, ¡Libres!, a… nadie quejan su sino aunque se caguen en lo más alto. “¡Un mojón para el cesar y otro para su primo!” gritó uno mío, y a mí me excomulgaron.

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Omnipotencia Un finales de marzo, de un marzo de rabo torcido, amanece un sol de mayo. De un mayo florido. Pero es un día de luto, ha muerto un hijo de dios. De un dios que dicen vivo. ¡Vaya castigo para un hijo! … Yo no consentiría eso con un hijo mío, teniendo los poderes de todo un dios. Yo… Yo yermo dejaría el planeta. No quedaríais ni uno.

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Entretelando de telares En el telar de cintura, a capricho, ponen hilos, lanas tintadas crudas, de iniciĂĄtica lectura, que aparentan dibujitos. Y siĂŠndolo, no lo son. Simple no es, la urdimbre, del guichol.

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Filosofar filosofías Pensaba en Sócrates, Platón, Aristóteles. ¡La Santísima Trinidad! Los jefes de la merca de la “meta”. Señorones en su tiempo, con voz, me pregunto yo, si hoy, ellos, serían igual de elitistas cabrones, esclavistas, machistas, racistas, beatorros, prepotentes y patriachiqueros en los tiempos actuales que corren, cómo eran en sus propios tiempos. … je… De su pensamiento viene el nuestro ¡Y les tenemos en un altar!

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Los extremos del hilo Ya desde pequeño en el colegio, y en el instituto, y la universidad, participé en obras teatrales. Eso sí, siempre papeles menores, figurando, doblando personajes, todo cosa de mero relleno. Y no es que se me dé mal, que mal se me da, desde luego, es porque siempre aborrecí ser títere de voluntad ajena. “¡Yo, yo titiritero o nada!” que dijo Cayo Julio César.

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Reflexiones desde el sofĂĄ (Lo que no se habla, lo que no se escribe) El stilo es la pluma y tambiĂŠn la columna. Las palabras apuntalan el cielo sobre la cabeza. El mundo que se enuncia no ha de tener misterio. El no enunciado, es pesadilla.

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Viajar para saber Por qué entregarse a estudiar el mundo, si del todo es imposible que dos litros cúbicos cubiquen en su interior la grandeza del universo. … ¡Los multiversos! Tangible y cuantificable, y cuasi comprensible, quizá resulte lo humano. Pero siendo tantísimos, y tan raro el más normal, que antes de saber nada, sobre nadería alguna, deberíamos sin duda saber más de nosotros mismos. Y viajar, viajar hacia adentro para conocer el exento infinito.

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El caserón de la Pepa En el casón de mi bisabuela dormían 6 muertos en el jardín. Y en el desván… en el desván un diván de cuero, escopetas, jaulas, cepos, bicicletas, artes, cuadros, telarañas, ¡dos benditas claraboyas!, y recuerdos de un hijo extraviado. Mi abuelo. A mí me daba miedo el diván desgastado.

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Los nobles tienen árbol, a nosotros ni raíces nos dejan Vaya por delante que yo soy un hijo de puta. Los pobres no tenemos apellidos, y de tener, heredamos el estigma. Hijos de Marte, de las Legio romanas, de guerreros vascones o hispanovisigodos, de gentuza del camino en mil Culturas. Hijos de la Naturaleza, de bosques, de ríos, de montañas. Hijos de animales. Hijos de motejos. Hijos de profesiones, o hijos dignos, o indignos, de su pueblo. Hijos de puta, somos, y seremos, y el que más, el que le niega los restos propios

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a otro desgraciado sin raíces. ‌ Hoy ha muerto C. Manson, hoy es sabido el san Martín.

N. A. Un besaco enorme al gremio; sean madres o no.

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¿”Poesía Política”? Ni dudar. … Acaso concebir otra “Poesía” que aquella que sirva para poner en concordia… tu alma y la mía. ¡Alta Política ésa! Eriales todos los campos que no riegue ese espíritu.

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Juntar letras Toda Literatura es Poesía. Toda. Tras cada letra hay loa, ingenio, historia, intención. Baila frenética la mano, transmite la danza al stilo, y engarza un sonido a otro creando voces, vocablos, oraciones que expresan alma. Discursos que plasman espíritu. La letra escrita embriaga. Aunque no nos guste la voz de todos los dipsómanos.

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Zambranismos Los poemas son ecuaciones de dudas, florituras por dígitos, arabescos en los datos, relativas métrica y música. ¡Y puede que el poeta busque respuesta exacta! La Poesía nunca, ella se debe a la pregunta.

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¿Por qué escribir… mmmm… Poesía? Por Necesidad. Personal y Social. La de uno mana a nada de toser el propio alma un amor, un dolor, un algo sin Justicia. La otra, otro tanto, pero más intensa. No es tema entre 1 ó 2, es cosa de más, de 3, 5, 7… 11… 7.000 millones y un primo. Y por eso, es, me es, necesaria. … mmmm… La Poesía.

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Quizaaaa… Poema maestro sea aquel que dice todo con nada, que ahorra y despilfarra. … e inflama pechos.

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¿Verso libre? ¡Por supuesto! En forma y modo. Vital por pineal, directo al escroto. Mordisco de lobo que agarra gaznate. ¿Leíste a Wolfe, a Lorca, Quingzhao, Pushkin, Beauvoir… … Ovidio, Safo…? Y ¿Qué te pareció la métrica de sus traducciones? … Verso libre se hace uno, no se nace hecho. …

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¡Limitaciones a mí! Si poco tengo para decir mucho, mejor no decir nada. Y mirarte en silencio. Pero con Espacio, no existiría Tiempo y tendría que inventarlo para que entendieses lo mucho, muchísimo, que me fascinas.

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N. A. Poema en obras, disculpen las molestias.

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Clase de Lírica Negativista II No te miento. No te engaño. No podría, no me lees. No juro porque no prometo. Y no blasfemo, si reniego, de negaciones absolutas, pero… apenas me gustas, sí.

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Ensayo sobre el chismorreo A dos. A cuatro ojos es la conversación… … más los pares que la hagan suya, o tuertos en suerte, o ciegos en desdicha. Granada eres. Ciudad serrana alejada de su puerto. … Y ahí lo dejo, para que murmuren.

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“Burlar” Me priva andar las calles, tender el oído al habla de las aceras urbanas. El cotorreo de los parques. Cazo y pesco vocablos, y luego los suelto, sí. Y “burlar” es reincidente. Ahora caen muchos pichones, desplumados todos ellos, que pían risas esgrimiéndolo. ¡Antes fueron torcaces de Vega las que zurearon enarbolándolo en alejandrinas composiciones! Son aves periféricas en barriadas de ricos. Sí, ellos también burlan, pero es a la Muerte, los controles del Fisco, o los toros sanfermineros. Y no, no me van los burladeros,

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para burlarse de vida alguna. ‌ Y los toros me van vivos, muertos no los quiero.

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… ¡Metahostias! Miedo me da la mediocridad, el ser el tipejo del final de la barra, el traje marrón en primavera, un café, zumo y tostada, tres euros. Excelente he sido… y soy. Inútil he sido… y declarado. No sé hacer la “o” con un canuto, pero con un canuto sé hacer la “o”. Y con un punzón… escribir en sumerio. … Mejor peor, que sólo malo. Y bueno, bueno sólo a ratos. … El Futuro será palabra de otro yo que no soy yo. … … Y ahora mídeme los pasos. Tres de largo, y cuatro de hondo. … gilipollas.

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Poesía sobre una tarta La Poesía también se come.

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Customizando el 15 Me gusta cuando hablas porque estás como presente, y me oyes desde cerca, y mi voz te toca. Parece que los ojos se te hubieran fijado y parece que un beso te abriera la boca. Como todas las cosas están llenas de mi alma emerges de las cosas, llenas del alma mía. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra alegría. Me gusta cuando hablas y estás como cercana. Y estás como riendo, mariposa en arrullo. Y me oyes desde cerca, y mi voz te alcanza: déjame que te hable también con tu alegría claro como una lámpara, simple como un anillo. Eres como la noche, parlanchina y constelada. Tu alegría es de estrella, tan próxima y sencilla. Me gustas cuando hablas porque estás como presente. Cercana y alegre como si hubieras nacido. Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que sea cierto.

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Amores malditos Maldito el poeta cuyo mejor poema carezca de verso alguno. Maldito el dramaturgo que pierda sus guiĂąoles. Maldito el novelista que no fabule. Maldito el ensayista que no desafine. ÂĄMalditos los malditos! Maldita la letra impresa y la carne de tus labios.

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Poesía en la prosa El universo es Poesía, baile en las neuronas, realidad de otro día. Las órbitas son verdad. El planeta, por contra, es manipulada prosa, pisotones en un 2x4, inverosímil lo real. Los nexos son mentira. … Por suerte, te sé verso en un mundo prosaico.

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Referencias Intento escribir en el silencio para escucharme los pensamientos, y tambiĂŠn perder el hilo por el vuelo de una mosca. Extraviarse y encontrarse es sino del que gusta la aventura propia. FilosofĂ­a que aboca a la locura no teniendo referencia externa. Un hito, una seĂąal, un faro, tu sonrisa iluminando la negrura.

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¿Qué es verte? … Verte… … Verte es verter tinta en el tintero.

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Volviendo al meta… tema Volviendo a la meta… dona No hay nada más sinestésico que la propia palabra. Un sonido articulado capaz de hacernos sentir amor, calor, hambre, miedo. Todos poetas, todos enfermos. Aunque tranquiliza saber que a las bestias salvajes los sonidos sin articular les evocan lo mismo. Un sssssh, un uuuuuh, un ronroneo gutural, un beso imprevisto tuyo, a cualquier ser le eriza el vello.

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Al abrigo de tus párpados. ¿Quién sabe lo que guardas? Siempre seria. Te rodean leicas. Y posas a medida. Mirando más allá del caballete. A los vacíos horribles. La soledad de lo ficticio. Pero quiero recordarte que: ¡¡Lo Real está en el cuarto de los juguetes!! Entonces carcajearás. Y tus pestañas batirán. … No, no han sabido. Sacarte la sonrisa. No es que no tengas.

N. A. Títulos para un poema sin versos.

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¿Hoja en blanco? No, hoja en negro ¡Azul! Tupida de tinta prieta que oculta tus rasgos en la resma. Palabras, exclamaciones, frases, saturan el blanco, niegan la luz, montadas, encabalgadas, entrelazadas, convierten en selva el poema. Y doy machete a la cuartilla, hago roza a la redonda inventando un pulcro margen. Y desbrozo los entrelíneas y clareo una cabecera. Y envarar algún verso quebrado, y poda de tijera fina y gruesa. Con suerte, al final, se ve el jardín. Y con muchísima suerte, huele a ti.

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Si la Poesía… Si la Poesía fuese sencilla hasta los tontos cómo yo la escribirían a dos manos. Pero es casi imposible hacer, dar ripio a la altura de Natura. Impensable querer equipararse a un relámpago corriendo nubes, al Mar saliéndose del vaso, los Himalayas creciendo un palmo. O al abejorro quieto en el aire, la paleta arbórea del otoño, el aire tajante del cristal roto. ¡Incluso un parpadeo tuyo! Si la Poesía fuese sencilla hasta los tontos cómo yo la escribirían a dos manos.

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Desnudar el alma literaria Mi primer carnet de biblioteca, ¡falsificado!, a los 5 años; menester tener 6, pero yo, a los 6, tuve mi primer beso; y eso merecería monográfico. Luego tebeos, comic y Salgari, y mucha narrativa oral, ¡ancestral!, de la Bitxori. Mi primer libro serio, “El asno de oro” a los 9. A los 10 Segismundo en el Español, Gloria Fuertes en el salón de actos, y el verano con Tellagorri. ¡¡Menudo año ése!! La adolescencia perdida hasta acertar con Asimov y… … Y padecer fiebre caníbal y canibalizar los clásicos,

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de los presocráticos, a los post-aristotélicos de hoy en día. … ¡¡¡E incluso leer el Quijote por nonagésima vez, y esa vez, morirme de risa!!! … Y adulto alcanzar la dignidad de ciego en Buenos Aires. … Y concatenado a ello, tú. … … A los 8 años escribí mi primer relato: “La cantata del pianista”. Y sigo sin saber tocar las teclas. Mi último poema, se me escapa de los dedos, y dudo que llegue a tu oreja.

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Milton, Borges‌ Saramago‌ os entiendo Camino rumbo a la ceguera, la niebla, lo inconcreto, lo difuso. Bultos bordean mi senda, sombras furtivas agazapan, tinieblas lindan y parcelan. Aunque lo mío tiene arreglo, me basta una letra gordota y ponerte a ti en el flexo.

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¿Elevarse… para qué? … ¿Para caer? Sino y Gravedad mandan, y atendiendo a ello, clavo en el piso la pala y abro profundo agujero. Quizá, sino antitético, y antigravedad, con ello, sin esfuerzo, me eleve. Pero… ¿para qué? … ¿Para otearte a lo lejos? … Bien… Vale. … Entonces merece el esfuerzo.

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Rebuscando encontrĂŠ palabra que algo te concreta Extraterrestre.

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… la del liberto en Roma Casi las mismas vidas que anhela y canta el ubérrimo ubetense, he vivido enrocado en mí. … Tal teresita, sí. Y no quejo. Siendo el pellejo propio del todo también lo sentí ajeno, mas el dornajo no llena solo y la nevera, sola, sólo hace ecos. ¡Lástima de ser semidiós! … Dios completo… ¡Ja! … … A tragar se dijo. Y vestí de mil oficios, y otros diez mil imaginé por serme fácil evadir de lugares y contextos. Displicente el ambiente… ¡¡SaZam!!

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Me rematerializo en Egipto barriendo arena del desierto, o en Venus, marciano, practicando turismo enológico. Tan sencillo me es saltar, y veraz lo que allí vivo, que hay ratos, temporadas, que no puedo concretar la existencia que transito. Tan vívidas, tan reales las percibo, que algunas realidades las gozo, y otras atrozmente las sufro. Y sin alambrada que me delimite, padecer, y gozar al tiempo, todo sentimiento intrínseco. Y en una de éstas, te conocí a ti. Sí. Bucanero de relleno, jefe de máquinas en velero, sobrellevaba mi sino de surcar océanos de libros.

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¿”Sobrellevar”?... La flipé por algún tiempo. ¡Dios! Qué placer de vida el saber del peligro de morir ahogado en mares de tinta infestaditos de letras y refranes náuticos. … Y de pronto tú, ¡tú!, tú, aprendiza de marinera con hechuras de capitana, te presentabas en cubierta. Tú. Y también te supe encontrar, y tú dejarte ver, en bodega y pañoles. Y si levantaba el ojo al cielo, trufaldina, revoloteabas la arboladura. … ¡Y en mar abierta nadar!

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Omnipresente te me hiciste; y yo firmados compromisos hasta conmigo mismo. … Y suspirarte, por saberte al instante inalcanzable. … Ahora, equidistante tu ser igualmente de Próxima Centaury, sin embargo, por liberto en Roma yo, te intuyo a tiro de vocablo envenenado; de los que destilan poisson d´Amour.

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Trastiendas De la trastienda te sacaba el género, y reservarte las mejores partes ¡Hasta el secreto! Del despiece, para ti, lo mejor. … aunque dijesen los jefes que contigo no hacíamos negocio. Yo tiraba con carne ajena y no me dolía levantar la báscula. Hoy, con carnicería-pollería propia, sigo enviándote chuletitas mediante valija electrónica. … Pero son de mis bestias.

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Oferta en la casquería El Alma tengo en venta, por cuatro míseras perras que sean arrumacos buenos. En oferta, ¡Hoy!, el corazón. Y los pulmones de regalo. Sí, regalo el aliento, la voz. Y que no hay dos sin tres, vayan las tripas también. No me vendo, me regalo. … Porque yo elijo mis amos, aunque no quien me ame.

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Confesión, perimorten, del grumete Si te miro a los ojos directo es porque no temo naufragar. Muy al contrario, en ellos, me refrescaría, bañaría, bucearía mil vidas seguidas. Me entregaría a serte marinero. Surcar tu piel, empaparme en tus temporales, cabotar tus curvas y fondear en tu ombligo. Vivir sin pedir cuartel, tierra, amarre a otro bajel. Vivir confinado en la mar océana que eres. … Y perdón por el tuteo. … … glup, glup, glup. … ¡Capitana, de amor y de mar muero!

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Encallado sobre el blanco En mi viaje al Polo Norte, dejé escritos varios tratados. Un par sobre cómo escapar de ese infierno concreto, pero el magro fue gastronómico. Cocina fresca mientras hubo, después la mayoría conservas. Orientada a la conserva… … al menos de calorías. Empecé con las susodichas, con laterío y salmueras, y al poco agudicé prisma siendo las cantidades nimias; raciones de por día; meras tapas de taberna. Por el contrario, lo que abundó un tiempo fue la carne de caza, de salir a matar con ella, y volver la fiel bestia

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muerta y hecha filetes. Cocina canina cainita fue el tema del apéndice. Y también alguna rata tuvo la dicha final del puchero; media docena enclenques, luego dos gordotas y bípedas; fueron mala gente, y por degustar de la buena, sobre el petril del carnicero desfilaron los cándidos. A los aguerridos, en la noche, postre, ensartarles el corazón. Y ya sin contertulios de sobremesa, comerme las velas y drizas, la rueda del timón y hasta las mismas letras de este mismo poema. Y blanco siguió el papel tal cual estaba antes de llegar yo.

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El último golpe y me retiro Ya no sirlo. No, ni robo coches, ni atraco gasolineras y menos asaltar bancos. Pasé página. Pequeño se me quedó desvalijar pisos, casas, mansiones, palacios, museos… ¡El Arte por encargo o por propio capricho! … Y ya tampoco me sacia. Ni darle la estampita a holdings y burocracia. Todo lo he tenido. Lo único que me falta para empezar a ser bueno, al no poder ser más malo, lo escondes tú en el pecho. Y al acecho te suspiro.

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Maderas de colores Índigo, azul, rojo, verde, siempre me gustó aprender, bocata y mochila al hombro, al ojo todo era escuela. Tenía madera, la madera sobraba. Madera en pupitres y sillas, de madera, la regla, también. De madera el oído del maestro, hasta de madera las colchonetas. Madera de preso no tengo, no, y me escapaba de clase, del colegio, del planeta, sin despegar del asiento. Eché madera de novillero.

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Accidentes Días buenos, y días malos, cuaja el agro al trabajarlo. Hoy fue regulero; los surcos no salían rectos, y de enhebrar cadeneta, cortos y poco hondos. Floja la peonada. Lo único que me anima es presentir tu sonrisa al describirte el tractor volcado.

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Verde Con surcos torcidos arĂŠ el papel, y sembrar. Y regar. Palabra de palmera me dio un dĂĄtil, y en el verbo prosperar trepĂł la parra, y acaudalar hortalizas y legumbres en bancales, y un prado adjetivado de yerbas buenas. Y frutales. Todo ĂĄrbol, planta, seta, musgo, liquen tiene cabida en mis tierras por si emperrases en cenar verde.

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Química, Horticultura y Poesía Mientras observo los tiestos a veces olvido que soy químico, o lo pretendo, y que lo mío es trastear con tubos de ensayo, descomponer el aire, amalgamar impulsos, obtener subproductos que Natura esconde. … Falso. … Mentira. En Natura no hay subproductos, y menos ocultar belleza alguna. Hasta el número áureo, pura Poesía, lo vociferan las margaritas. … No, no soy químico. Químico es mi sobrino Pablo.

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Componiendo Más difícil que Scarbo, más complicada que Sorabji, te me plateas, partitura. La obertura es engañosa, del paso cauto al galope, en apenas cuatro zancadas. Y el cuerpo fajado de carreras, de brincos y cabriolas de plicas, de enrevesados desmembradedos que dan la vuelta a los tímpanos. Y apoteosis en la salida, un irse sin dejar de estar, un frenesí por llegar, un terminar en pom, pom… ¡¡Pom!! Y poner tu nombre a la sinfonía.

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Olimpismos De no ser triatleta, me desanimaría al levantar la vista y ver que nos separan, que median entre nosotros, un mar de humor ambiguo, un denso bosque sin caminos y un río seco de alquitrán. Necesito bañador, zapatillas y bicicleta. Sólo eso. Bueno, y también me ayudaría que echases al suelo miguitas o hebra de tu vestido.

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Sudar el chándal Entre deportistas de élite eché callos y buenos sudores. ¡Unas malas bestias! Último mono del equipo fui y por lo tanto responsable del aparataje y demás utilería. Vallas, pértigas, martillos, arcos, pistolas, tacos… Y memorizar mil llaves, y correr de aquí para allá testigo en mano o bocadillo. ¡Menudos animales almorzando! … Ah. Se me olvidó concretar que éramos electricistas.

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Indigente Aire, agua, tinta cardiaca. Limosna para el alma. Viernes, sábado, domingo, o a diario, de tus suspiros mendigo. … - ¡Señora! No me eche monedas, que el cartel es para otra.

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Perro yo La piel de mi perra la quisiera para mí. Y su fuerza, su nobleza. Los ojos con que me mira. Y su lengua para dar besos, su voluntad de trabajo, sus orejas de trapo, su trufa para descubrir premios. Su ilusión por la Vida mientras le preparo el dornajo. Y sus siestas. … Perra la mía vida, si envidio la vida perra.

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Al alba me fusilan Me fusilan en breve, amanece, y escucho formar en el patio. Y aún tengo tiempo, y hago, para volver a conocerte, enamorarte, enamorarnos locamente. … Y vienen a buscarme, oigo pasos. Y ocasión tengo para repetir, para revivir la vida contigo. … ¡Ya están aquí! De mi celda al paredón 100 metros, y oportunidad para seguir respirándote. Y me lanzó. Hasta mientras me vendan te huelo, te siento, te pienso. Y oír que ordenan, y responden, que cargan los fusiles, y ratitín final para ti tengo. … ¡¡Y que apunten!!… … Y te beso… te beso… te beso… … ¡¡¡Y que disparen!!!

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……… Y aunque hicieron no hubo tiros, sólo el “clic” de disparar en vacío y la risa del pelotón de asesinos. No. No, ellos “no” me mataron, pero debido al infarto fallecí. … Y no maldigo a los malnacidos, por “regalarme” mil vidas a tu lado.

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La voz del minero Un cuaderno de poemas, versos sueltos, pensamientos, me juramenté escribir en un momento de oscuridad. El Tema libre, aunque acorde a la dramática del título: “De Dolores y Amares…”. … … Barrenos en la entraña. Imposible, me dije, imposible. … Y ya no me queda carburo, ni grafito… ni hojas limpias. … Y sigue manando mena de la mina.

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Arqueología poética … Escarnar, escarbar, excavar desde siempre me fue pasión. De niño ya hacía toperas. Me distrae, me abstrae, al punto, que me olvido que existe el mundo… … el moderno, y me cubico en el antiguo. Más hondo, más viejuno, más pretérito. Más volcado en lo que hago, más cuidado con los vestigios. Y al encontrar 22 muescas incisas, en la cara de un ladrillo cocido, leer en su disposición tu nombre. Y calcártelo de recuerdo y prueba. Y probar con ello que te recuerdo.

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La venus de Brassempouy El cabello largo y trenzado, la cara redonda y fina, la barbilla insinuada ojiva, pómulos de pocas primaveras. Eres tú. Es tu cuello de cuento, son tus cejas desfruncidas ¡Tu nariz de musaraña! Sólo le falta a la mirada el color de tu cálido iris.

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Tú y tu devoción a Amón-Ra Provengo del reino de Anubis, del inframundo de perdedores, de confines de densas nieblas. Y tampoco quejo desencajado, me gusta lo terrible del terruño pues no es tan malo lo pintan. Hechas las costillas al pecado no hay recodo sin su disfrute. Salvo tú, que no quieres bajar. Pero si capricho te es el Sol, cuenta en la próxima con Amón-Ra, en 4… en 40… en 400 cachos, pero conmigo lo encontrarás. Piensa en una cama de rayos uva.

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En jeroglífico te lo digo León, espermatozoide con lazo, león, cigüeña en pose altiva. Morse críptico, sueños de Champollion. Arenas y voces del desierto convertidas en insufrible reloj. Leo cartuchos con tu nombre y restalla sensual mi lengua. Es hora de sin excusa despertar, de dejar de soñarte diosa egipcia. Semicírculo plumapluma, tacita pluma plumapluma tortel y espermatozoide con pajarita. Un jeroglífico es la vida.

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La pintora de Andócides Alfarera de pelo tintado ocre, que al torno volviste loco y al barro hiciste alzarse, coció tu horno pieza sublime. ¡Y la decoración le va a la justa! Una diosa figurada en rojo que en el regazo porta un búho. Subyuga la escena por bella. Debe ser Minerva. Minerva, o tú y tu hija.

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Narciso el griego Narciso fue aplicado alumno de un tal Tales y un cual Pitágoras. Mas intereses espurios y torticeros les endosaron a ellos y su escuela la responsabilidad del ahogamiento. Y se actuó en consecuencia. Sócrates tuvo que tomar cicuta, Platón pasó a divagar con sombras, y Aristóteles buscó amparo instruyendo al príncipe de Macedonia. “Conocerse a sí mismo” cayó en desgracia. Hasta hoy en día, ¡maestros mediocres!, usan “narcisista” por reproche sin saber que fue el mejor alumno.

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La Dama de Elche Me rompiste las convicciones, me destartalaste el saber. No puede ser, no existes. Eres una entelequia singular, un cúmulo inaudito de dones, una rareza Espacio-Tiempo, el sueño de una antigua deidad. ¡Eres clavadita a la Dama de Elche! … Pero mucho más completa.

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Dueño de nada Dueño de mi universo puedo extinguir todo ruido y fuente de luz. … O no. … mmmm… No, no puedo. … Ahí estás tú.

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Y te llevé conmigo Cuando tropezaron mis ojos contigo dejé de echar la vista al suelo, de sumergirme en cuerpo y alma entre vetustos libros insulsos. Paisaje, aire me fuiste, sol en la cara, mar inmensa. Mediterránea. ¡¡Y lo eras!! … Y al despedirse mis ojos del horizonte que significabas, me juré a mí mismo llevarte conmigo. Y te hice personaje. … ¡¡”Diosa”!!

102


Acto de fe Un Todo es más que la suma de sus partes. Tus partes, por sí solas, son más que cualquier Todo. Sumadas, un Absoluto. De mi panteón dueña.

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12-26 Me chivaron el día del fin del mundo, o del nacimiento de uno nuevo, y saqué entrada para el evento. En platea. Y estoy ansioso por asistir. Por ver encenderse los farolillos del cosmos, por presenciar el rasgar del telón del Gran Teatro, y hasta por escuchar a las diosas que intervengan en el acto. Y a ti a la que más. Poesía y Barbarie es este universo, sí.

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Dialécticas Muy entretenida te hago agitando las nubes. Urdiendo celliscas y granizos sobre incautos desprevenidos que no las ven venir. No te saben en el Olimpo. Y entre ellos se preguntan, se responden… discuten… … el ser meros personajes de sesuda tragicomedia. Te intuyen… mi Señora.

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Teologías de un ateo De no conocerte te negaría, entendería muy mala fe en aquel que te vistiese real. Y sin duda acabaría estallando si tras desglosar tu currículum te describiesen cabalmente un pie. No comprendería como consientes con tu divina potencia absoluta tamañas ruindades en el mundo. ¡Te maldeciría sin dudarlo! Por suerte, por desgracia, sólo eres una mujer normal, que hasta por referencias enamora. … más que cualquier diosa.

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Puertas al… En tu rostro quise ver las puertas del Cielo, y sabiéndome luciferino también las del Infierno. El Purgatorio, obvio, no.

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Invocaciones Musa hermosa de solventes gracias, la de ojos de cervata y mirada de loba, de manos menudas trileras, de cadera digna de La Serpiente, muslos de soportar templos, y pies de bailar mariposas. No me esquives, acude, conjura. ManifiĂŠstate.

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Voces de otra parte Se me acaba la tinta, el papel, los versos. Las excusas. Las bandadas al paso silban, y a mí me requiere la mar. Allí encontraré un calamar, y quelp, y el verbo del capitán. Pero entonces me llamarán voces de tierra adentro.

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Saltarse las distancias Desde mi ventana veo la mar, y la huelo, estando a 400 km. Y oĂ­rla. La llevo dentro, y dentro de ella me pierdo. La navego, la nado, la buceo. Es tan inmensa y azul que me recuerda a ti. Y desde mi ventana te veo.

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Varado Me llama la mar, la escucho, me llama. Resuena sin pausa la ola, efervescente la espuma, las playas de china chascan y aun distante las escucho. Las mareas, los temporales, hasta oigo las calmas chichas. Entonces empiezo a olerla, en el aire, en tu piel, en mis recuerdos, y la mar, de mĂ­, hace leva.

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Madrid puerto franco El océano son autopistas que responden a sus mareas, con barcos de cuatro ruedas, sirenas a todo trapo, y ballenas de dos pisos que surcan la ciudad. … Piratas todos. Madrid flota en alquitrán aunque tenga cielos goyescos. Madrid es todo mar. ¡Madrid tiene gaviotas que mal saben volar!

112


Las rarezas del mar La Mar es una mancha azul que acaba en el horizonte curvo. Y húmeda, fría, salada. Con la viscosidad incierta entre la espuma y el hielo. Y con tendencia huidiza y de ahí su perpetuo movimiento. Es temperamental en exceso, capaz de transgredir 20 km, cómo replegarse 20 en opuesto. Y de humor corrosivo. La Mar, aunque atiende al Sol, ama locamente a la Luna.

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Varado tierra adentro… mucho… quizá demasiado ¡Ay, Bitxori! Que la mar me brota por los dedos. Las ballenas, los santelmos, las batallitas del Bigotones. Cierro los ojos y las escucho. Bacalao del Gran Sol, mercar con los ingleses, y comprar tulipanes en Flandes. Y en La Francia beber vino. La mar me llama a voces y me empapa sin abrir ventana. “¡Ven!”… e iré. Siempre voy. Hasta que ya no vaya.

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Corte de luz Suena el mar en el patio, suena a verdadero siendo falso. Hay sirenas, voces ebrias, y trapo en los tendederos. AĂşlla el viento, cuaja el cielo rayos y mi cuarto bambolea con la vela que arde. Y me escapo navegando. ÂĄDesde ya soy marinero!

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A pulmón o Dulce Narcosis Es casi un ritual, me calo las gafas, tomo aire, y me sumerjo. Azul tú y el mar. Vuelo. Buceo. A ras del mismo lecho paso el rato que puedo, y no pudiendo más, espero sirena tu beso. ¡Y a veces me lo das!

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Del Mar… Me gustan las ballenas; y más las blancas socarronas. Y los kraken de ventosudos brazos, los carcharodones de enormes morros, las sierpes sinuosas y urticantes, y los lobos marinos, piratas y brujas. Toda fauna marina “mala” me arrebata. ¿No habrías de enamorarme menos tú, siendo medusa meliflua, hipocampa desbridada, bonita de ninguna almadraba? ¡Y con ojos cómo luciérnagas en penumbra abisal! … ¡¡Bella hasta la raspa!!… Por una sonrisa tuya yo secaría dos océanos.

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Alma de polizรณn Hombre de mil colores, polizรณn en tu pecho. Contigo navego sin saber ni importarme adรณnde voy, y sin que sepas que estoy. La Vida es el trayecto. El mundo es todo mar, y la Felicidad un ojo de buey.

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Hacerse a la mar La pluma abre vela, artillado el cañón con tinta, navego mares cuadriculados. A estribor siempre olas. A babor otro tanto. Abismos a la redonda. Y tiburón yo, o surco o me asfixio. Eso también, la estela se mantiene y a mí me orienta.

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Quejas marineras ¿Hasta cuándo mi condena? … Sufrir, suspirar, susurrar, surcar mares de hastío echando redes de arrastre. Malas artes, que aunque capturen, esquilman las profundidades, arrasan los plácidos lechos, y yo te echo de menos. Por el día, y por la noche. Banco ártico el tálamo, océano la negrura circundante. Ni tu sombra roza hoy anzuelo.

120


Navegar ĂĄrticos Navego entre hielos y a la nada canto buscando un eco para esquivarlo. De ser ĂŠste tuyo, a pique y sonriendo.

121


Zozobras oscuras en alta mar Zozobra mi entereza al desaparecer el horizonte y saberme al acto perdido. ¿Dónde navego? ¿Dónde navegas? A la redonda todo es océano, azul, ondulado a capricho de viento y Luna. Y de noche, sí, será negro. … Enciéndeme una luz, mi vida.

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La sinceridad del náufrago Floto a la deriva en el mar oscuro, no sé si llevo a la guisa 50 horas, 50 años, o 50 vidas consecutivas. El día me desespera, la noche me deslumbra. A veces desearía encontrar una isla, o que me coma un tiburón sin tardanza. La vida en la mar es muy dura, y sólo consigo sobrellevarlo porque tú protagonizas los espejismos.

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Cuando el Mar habla A veces las olas hablan, son lengĂźetazos de sal que rompen en la playa. Y a nada que atiendo, cuando dos encabalgan, desentraĂąo que la Mar a ti tambiĂŠn te llama.

124


TĂş en la mar TĂş en la mar eres poema, y la mar te es cuartilla.

125


Locuras Vicio de poetas es hablar al éter, y oír las peregrinas respuestas en el batir intempestivo de una polilla, el bostezar un autobús su paso por la vía, o cantar la churrera su género vespertino. … Sí. Apenas separa al poeta del loco el motivo de su concreta locura. La del chalado es motu proprio, el otro enajena la cordura por una respuesta difusa no propia. … sencillo.

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Otras meditaciones del Triste Te sé y te hago lejos, y te siento tan imposible, que las carnes se me agrietan y la sesera me crepita. ¡Y respingo un ¡ay! pa dentro! Y desde dentro me respondes: “Brazos de molinos… … aspas de gigantes”. … Y yo cada día más enamorado de tu lenguaje críptico, Dulcinea.

127


Camisas de fuerza Vida de descarriado hago. Sonámbulo divago por aleros, en bata pateo la Gran Vía o guisoteo naderías etéreas en vagones de metro. Y nadie me despierta ni recrimina los aspavientos. Me deben tomar por loco, y eso que sólo les bosquejo cómo eres por fuera. Si te refiriese por dentro, de la camisa cruzada no me salvaba ni Cristo.

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Mis 10 minutos malos … ¡Fuera bicho! Pajarillo que pías amor cambia raudo de ventana, hoy me levanté cazador, amante no correspondido. … ¡Fuera bicho! No me turbes la mañana, muda, y no de plumas, amigo, ahueca el ala que no respondo de mí. … ¡Fuera bicho! No insistas, no busques ayuda en el zureo de la paloma ni el compadreo del jilguero. … Carente de liga alguna, sí, traeré el cuenco del alpiste.

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Al pajarillo amarillo Sí… pero no. Sí… pero no. No vienes, desde lejos miras. Y tuerces la cabeza, y cambias el escorzo; pero no la mirada. Me observas, ya me observaste antes, cuando senté en la terraza y saqué el mijo; te acercaste volando y andando a saltitos. Y cada día un saltito más, hasta llegar a mi mano. … O te pille el gato. Yo en la palma tengo mies.

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Ornitropología en el frenopático En el banco que frecuento, al pajarillo amarillo, dejo semillas semiescondidas dónde sé que busca. Y por postre pan mojado. Pía y requiebra de maravilla, pero si me acerco calla. Y si ya estoy yo allí, cuando él se presenta, no habla. Sólo me mira. Él también me estudia.

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Contacto (Fase 3) Los compis me ríen pirata por llevar al hombro el pájaro. ¡No entienden el gran paso! Que perche junto a mi oído me ha permitido oírle trinos, gorjeos, requiebros robados a otras aves del Paraíso. ¡Y entenderle algunas cosas! Paseamos por los jardines, y al acabarse los senderos nos internamos en el bosque. Y al pie de árbol señero suele agarrarme de la camisa y subirme a la misma copa con no pocos aleteos, eso sí. Y allí, extasiados de horizontes, yo pío y él me habla. Y a ratos cantamos juntos.

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Aculturarse al vuelo Lillo, el pajarillo amarillo, dice que ya estoy preparado para echar a volar sin miedo. Pero los últimos ensayos fueron tremendos batacazos. Aunque bien es cierto que saltar de rama a rama se me da tal que nacido. Y de ahí tildarme orangután, los de siempre, para difamar. Y no es pelo, son plumas rojas lo que me reviste el cuerpo. … Y sin otra zarandaja, a la de tres saltaré. … a la de tres salto… Y a la de tres volé. Y a mi lado volaba el pájaro. 1,5 segundos volé esa vez. … La progresión es excelente.

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Perderse en las nubes Lo que más me gusta de volar es que no hay fronteras, que las nubes son blandas, que la tierra se ve redonda. Y el silencio que impera. ¡Y el jugar con otros pájaros! Y si canso de volar, planeo, y mientras me divierto viendo cómo me buscan en la residencia, en el jardín, en la circundante floresta. ¡Que me busquen cuánto gusten! Nunca más pisaré suelo.

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Etruriadas Mala mi aruspicina, aciaga, nefasta, funesta. Siniestra. Descorazonadora. Nada bueno, todo lo malo. Maldigo mis tripas y su lectura. … ¡¡Yo soy el pájaro!!

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Cuentos Hasta la Vida. Cuento. Todo cuento. Poesía, dramaturgia, novela… cualquier ensayo… ¡Cuento! O ha de ser. Cuento, o tontería.

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¡Ojalá no te crezca el corazón! Que por siempre lo tengas de niña, enamoradiza de la Luna menguante, de la nevada que amanece incólume. Que no te reprima el pecho un grito, una exclamación, una risa, un silencioso pasmo al cruzarte el cielo una estrella, o la senda un cervato atolondrado. Que tu corazón, ojos y pulmones, sean siempre jóvenes, susceptibles de impresión.

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Rebelión en la terraza De una maceta en barbecho brotó una planta sin nombre. Y le puse el tuyo. Y con ella hablaba, más, que con las demás. Debieron sentir ofensa, o sanota envidia, ¡el cuidado exquisito!, y una buena mañana todas las plantas de casa, al unísono, me pidieron, exigieron, el mismo trato. Todas querían llamarse “Amor mío”.

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Monstruos domésticos Crear es dar vida, insuflar albedrío, otorgar autonomía, y no arrepentirse de ello. Personas, personajes, países, universos. Crear es un acto de Amor aunque nuestros hijos sean deudos del Averno. A mí los míos me hacen bueno y eso que soy el mismo Lucifer.

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De cuando el Demonio se enamoró de su maestra Seño, sí, es cierto lo que le dijeron de mí. Soy nieto de Azazel… y bastardo. Con diferencia fui el más malo de mi quinta de destete. Y en parvulitos destacar, arrinconando a niños y profes, en las esquinas del aúla. ¡Sí, en párvulos despuntar! … Apuñalar con vivos colores. … Pero he cambiado, seño, me he afeitado los cuernos y peinado a salivazo la raya. Y esta misma mañana ayudé a abrir las puertas del cole y era el primero en el patio. Y en el primer pupitre siento. … ¡¡Y si algún malnacido la interrumpe, en el recreo le sacaré las tripas

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y me comeré sin aliñar su alma!! … Ya le digo que he cambiado, seño.

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Burrakas La burra ya no chuta, maltrota quejumbrosa. No hace pasto del horizonte. Carraspean sus vĂĄlvulas, los dientes gastaditos, las patas abordilladas. Y mal ve. Tiene pĂŠrdidas la cuitada. Y me temo lo peor, que acabe hecha chacina. Temo, pues con un cerdo ya me pasĂł.

142


Amor perruno La Peluchi es un corazón con patas, es terciopelo marrón y morrochata. Tiene mofletes cortineros, un muñón que es batidora, orejotas que aplauden solas, y figurín de gimnasta. Y manitas de bailarina. Y voz de traviesa. Y… (…¡Crack!...) … ¡La Mapi es mú mala, qué cojones!

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Cuando duerme Libro abierto es mi Peluchi, ronca hondo, garruchera, y troca a gemir, bufar, gruĂąir, si tuvo jari con la Pipa. Es su amiga. Se sueĂąan. Y si duermen juntas, no duermen, se pelean.

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De lobo a perro De la montaña bajó el lobo, solo, venteando carne sabrosa. Tenía cogido el rastro, prendido a la napia, y atravesó el bosque con trote presuroso. Y astuto cruzar tres ríos, atravesar diez carreteras, y vadear dos concertinas hasta llegar a su destino. Y parado ante tu puerta, picar fuerte la aldaba, y ofrecerse perro. Y ladrar amoríos.

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Yegua mía Si me dejases amarte, te dejaría de querer, de retener el latido y sin dudar desbridaría. Caballo de corazón corazón de caballo. Trotar páramos, saltar abismos, galopar desiertos ya hacía “sólo” queriéndote. Corazón de caballo caballo de corazón. Amándote, correspondido, nos pintarán en las paredes los Hombres del paleolítico.

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Ratona de biblioteca Ratón de biblioteca eras, correteando entre mis piernas, mordisqueando revistas y libros, haciendo nido con hojas sueltas. Y yo mirarte de reojo, observar absorto el baile de tu delicada naricilla al topar con tinta sabrosa. Sentabas, clavabas codos y se te iban las horas. ‌ Y a mí contigo.

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Sublimarte abeja Abeja te sé y te hago, revoloteándome los labios, despertándome sonrisas. Temor no, te sé el disfraz de favorita de Afrodita, y aunque en mi boca poses, no temo otro aguijón que el de no saberte leer la exacta ubicación del campo de amapolas. Y marrar la cita.

148


Tontamente Ayer, tras la chaparrada, encontré una lámpara tirada. Y por sucia, limpiarla, frotarla. ¡Y aparecer el genio! Me quedé conmocionado, pero en nada, le pedía… … Estar al instante contigo. Nada más. Sólo eso. Y carcajeó la simpleza. Me ofreció redondear tema con 4 niños, 2 perros y 1 gato, buenos trabajos y perspectivas, y dos rinconcitos idílicos para pasar veranos e inviernos. Y ciento cuatro años de sana vida. Cualquier cosa que quisiese haría. Bien. Perfecto. Requetebién. Y le volví a insistir, que raudo, me llevase a tu misma vera. Y contigo compartir 2 deseos.

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Los anillos del ĂĄlamo Hizo de sus manos sarmientos, dedos estirados al cielo repletitos de hojitas verdes. El sol despeina la copa, el aire las barbas afeita, y los amantes lo descortezan. Pero el ĂĄlamo sigue en pie, pudriĂŠndose por dentro lento, sin prisas, sin agobios, estoico, mĂĄs humano que los humanos. De hecho, en otra vida lo fue.

150


El chopo es lo que tiene… Mala fusta la del chopo, mala varita mágica, mala la llama exhalada, malo su sombra sestearla. Sólo se presta bien al Amor. Es bueno para azuzar amores, recortar mágicos corazones, avivar la llama de pasiones, u oler las almas verdes. En uno escribí nuestros nombres con tinta que no le hiciese daño.

151


A la Luna Y llegué a la Luna, al Mar de las Calmas. Y al abrir la puerta allí ya estabas sentada. - ¿Qué haces aquí? –te dije- Esperarte –dijiste- ¡¿Sabías que venía?! - No. Pero era factible.

152


¡Una tuerca! Una pobre tuerca, desvalida, perdida de buen herraje, malrodaba calle abajo, a saltitos, sus 12 pasos. ¡Y quejar su desapasionado sino! Y por oírlo, pararla yo, y susurrarle un secreto: “¡Si engarzase su dedo dentro, sin otro engaste serías tesoro!” … Y en el bolsillo la tengo.

153


La vergüenza de los 300 Casi trescientos, y no espartanos, son los poemas que he mandado a “¡conquistar!” tus altos muros. Y resistes. No quiebras. No rindes la plaza. … Y haces bien. Yo no les mandé a guerra alguna, eran heraldos de mi voz, y no les pedí guerrear, les ordené arpegiar ¡Amor! Y por tal, perderán la cabeza. … … Indultaré a dos.

154


Petrificar por voluntad propia Más bella que el agua clara, que el sol de invierno en solana, se me dijo que era la moza. Vivía en una cueva perdida de una sierra vieja e inhóspita y allí fui para corroborar fama. Barrunté fuese la anacoreta, ¡Serrana!, venida desde La Vera, u alegrarme pensando que fuese la prima guapa de la tal Menga. Y por temor a lo uno y lo otro, sin que ella me viese, observarla. Y ahora soy parte de la montaña.

155


Por persistir en conocerla En un sueño me dijo Cortázar dónde vivía la maestra cuentera. Y añadir un aviso: “Ten cuidado, según habla por palabra embellece y acaba siendo irresistible, y, quedarás atrapado en su gruta”. ¡Gracias por la información y el aviso, maestro! Con cuatro cosas hice petate y al momento partía en pos. Y andar, andar perdido la sierra hasta acertar con prueba de ella. Vamos, me encontré a mí mismo convertido en piedra caballera. Era un yo de hace un par de siglos, un yo patidifuso esculpido en roca. ¡Aja! Cerca debía vivir la dama, y antes de acudir me vendé los ojos, y llegado, declararme devoto de todos, toditos, sus cuentos.

156


Y ella reír, carcajear sincera, y yo transmutar en estalagmita. ¡Cortázar, esto se avisa, mamón! … No me previniste de su risa.

157


Sueños profundos Nunca supe cómo lo hacían, pero en mi reloj de cuco vivía una familia de elefantes. Silenciosos, nada ruidosos, apenas eran conscientes los vecinos de la finca. Por el día comían en el parque y por la noche se recogían dentro del confortable nido. Siempre muy discretos ellos. Aunque un día la madre salió con la trompa en cabestrillo, y al preguntarle por ello, me dijo que se levantó, sonámbula, para atender a la hija cuitada que barritaba un mal sueño. Y darse un trompazo morrocotudo. Pero nadie del inmueble percatarse. Ni yo, y eso que vivían en mi salón.

158


Tigresa siberiana, de piel de copos y rubia a rayas. Ojos de felina buena, mirada perdida y fija, melancolía en las cejas. Son los barrotes que sabes, son los extraños que miran, es la vida en el Circo. Por eso, creo, no sonríes para las fotografías.

159


Barbaridades La lagartija tornasol toma el sol en el castillo, parece recién escapada de la portada de Vogue Oxford. Escorza contra la mampostería, palpando la granulometría rocosa, los ojos cansados, hastiados, la lengua contenida en la boca. Piensa… ¡¡Y qué bello pensar!! … Yo, yo quisiera ser herpetólogo.

160


Lita Lita, la gatita, no sabe que no es gata, que la calle no es parque, que la lluvia cala. Ella ve su reflejo tirado en el suelo y ríe, y sobre él salta, subiendo del charco al cielo de nuevo las gotas de agua. Y brincar y maullar alegre. Y si un pájaro pasa, ella se irá piando y moviendo alas … hasta que despegue.

161


La mamá de Lita La mamá de Lita, Lota, con el rabillo zarco vigila las cabriolas de su hija que no es gato. Brinca de un charco a otro, o bate elegante las alas, o trota con tranco de potro ¡Esta niña no para! Lota, la mamá de Lita, le consiente y anima a transmutar a voluntad. Ella sí sabe que no es gata, que 2 árboles no son parque, que la lluvia empapa. Pero ronronea la felicidad

162


Rotación y traslación Lita y Lota, gatitas de Celedón, bailan en un plato, en una taza puesta al sol. Y gira loca per se la porcelana, y ellas ríen y maúllan con ganas. ¡Hoy no hay ratón que valga! ¡Hoy no llama el ovillo de lana! Hoy, para ellas gira el mundo, con la complicidad del feriante.

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Etólogo de 3 al ¼ Sin la menor duda la osa es la dueña de toda la montaña, de mis vistas sobre ella. Tanto me llena su quehacer que el guardabosques me ríe, y reprocha, perdido el objetivo por enamorado de la plantígrada. Y yo le devuelvo la sonrisa porque no tengo objetivo, sólo unos prismáticos rotos. Y voluntad de convertirme en oso.

164


Canciones de invierno Osa y osezna ivernaban, 2 mts de nieve en la puerta, el invierno fuera cantaba. Roncaba la osita plåcida envuelta en la piel materna. Roncaba hondo la madre envolviendo a su cachorra. Osa y osezna ivernaban, 2 mts de nieve en la puerta, el invierno fuera cantaba. Roncaba la osita plåcida envuelta en la piel materna. Roncaba hondo la madre envolviendo a su cachorra. Osa y osezna ivernaban‌

165


Osa y osezna Me vuelan las horas, los dĂ­as, admirando a las osas pirenaicas. La vida dejarĂ­a ir con ellas, pero temiendo los zarpazos las amo mediando catalejo gordo. Y suspiro sus correrĂ­as monte arriba monte abajo, ejerciendo la maternal docencia y la filial desobediencia. Viviendo sus naturalezas plenas. Esa osa y su osita me han perdido el ser, y ahora sĂłlo desearĂ­a ser otro oso en la ladera.

166


Y cruzar el ancho mar Me eché a nadar el océano por saberte sirena, hada del agua, y obtuso yo, pensarte encontrar, con toda seguridad, en el horizonte. Donde juntan Cielo y Mar. Y la unión está muy lejos, siempre está más allá. … Pero dicho está que voy. ¡Menos mal que soy calamar!

167


Sospeché al verte alas Aunque parezca mentira uno no elige numen, los numina nos eligen y asignan musa. O que sea ésta, delegada, la que de aquellos se sirva para amargarnos la vida. Hadas malvadas que enamoran, que baten alas, o pestañas, tal que haces tú.

168


El Djinn La verdad es que sí, que el djinn te birló la risa, el pelo, la cara, el ser… Juega a ser tú, y lo hace muy bien.

169


Tranquila que aparecerán … mmmm… A mí me habla el día y te intuyo pelín triste. Los ojos en las esquinas, sonriendo comedida, quizá esperando duendes. Los buscas, los sabes presentes, son fechas para que ronden. … Tranquila, aparecerán. En cuanto pongas al pie del árbol miel, vendrán gritando a jugar montados en sus cabalinos.

170


Croan las ranas locas Cro, cro cro, cro, cro cro, cro, cro cro, cro, cro cro… Croan las ranas locas que un hada sin espada ha salido del agua. Dueña ella de río y ribera coteja que llegó la primavera. El verde corriendo paralelo, las margalidas destacando, los árboles abotonados, las aves piando requiebros. Croan las ranas cómo locas que ojalá no vuelva al agua.

171


Nutrir La hija de la giganta de un dĂ­a a otro crece un dedo, un palmo el oro de su cabello. Tiene hambre insaciable de carne, de agua, de nubes, de cariĂąos, de montaĂąas con nieve, de cuentos, de conocimiento. Come y crece, come y crece, la hija de la giganta. Y en la olla cuece La Luna.

172


Dulces sueños Dulce la voz que arrulla, la que arropa con mimos, la capaz de hablar a ojo, de templar oídos tiernos. Y más dulce la mano que reseña silencio, la de pulso tranquilo aunque la luz muera, la que arroja besos y desea buenos sueños. Y lo más dulce… El ratitín que está tu oreja tras la puerta.

173


Nana para insomnes La Luna tararea nanas, tiene a la vera una estrella que no quiere dormir. Y no es astro, es terrón de azúcar, gota de lluvia, grano de sal. Diminuta. Es más grande su sonrisa que ella misma. Es un cuerpo celeste que crece a toda prisa. … Y La Luna recita feliz.

174


Cuento infantil Te imagino locomotora que se escapa de la vĂ­a y corre a esconderse al bosque. De puntillas, arrastrando la catenaria y en la medida silenciosa. Aguantando las carcajadas. Eres capaz. Hay ojos que asĂ­ te miran.

175


Un par entre 7.000 millones Nos dista una coincidencia, una anécdota que sea digna de narrar en invierno a los nietos. … Tú entrabas en el hotel y yo salía con maletas, y entre medias nos amamos. O la de ir por separado al estreno de una obra, y sentarnos al codo Cupido. Un pañuelo que cae al suelo, un dintel de vagón de metro que enmarca otro destino. Que entre 14.000 millones de ojos, tu concreto par, acierte a encontrar los míos, sería un bello encontronazo.

176


A mis ojos… Siempre que te he visto, siempre me has sonreído. Y 1.000 ojos hechos platos. Y en la boca siempre libros. Y tus labios. … Y tus labios siguen siendo los mismos. Y en la boca sigues llevando libros. Y tienes cuatro ojazos. Y una sonrisa… seria. … Poco has cambiado. … Y lo de la sonrisa se arregla.

177


Azul Azul cómo el ángel azul. Azul cómo en mis sueños. Azules tus ojos siendo cervezas. Azul tu ropa yendo desnuda. Azul el día siendo noche. Azul tu boca bermellona. Azul tu sangre. Azules tus huellas. … ¡Azul tal Rubén Darío! Azul. Azul. … … Azul.

178


Soñarte en colores Azul. Amarilla. Roja. Convertida en un warhol te llevé anoche a la cama. Y soñar que te contemplaba, que a ratos casi me hablabas. Sonreías, esperabas la mañana, querías ser carne de día. … Y al despertar, hemos hecho el amor.

179


El tiempo está loco Titilan tus ojos primavera y fuera es benigno otoño. Tu pelo trae el verano y tu piel el fino invierno. Rayos de nube seca tus brazos, tus piernas palmeras en desierto, tu pecho huracán irredento, tus caderas el bamboleo climático. Me pirra la locura de tus tempos.

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Buganvilla Años que no beso. Años que no amo. Años secos, agostado. Y entonces tus palabras me regaron los pies, y desperté revegetando. Y cuajado de flores, te tupiré dosel de versos.

181


Ante el espejo Hoy me noto triste, lánguida mi sustancia. Debe ser por el día. 25 grados, soleado, una pizquina de aire, las flores estallando … ¡¡Y yo tristón!! No lo entiendo. ¿Tú lo entenderías? … Y al meterte en el ajo me descubro sonriendo ante el espejo empañado.

182


El ímpetu del Amor Llega tal primavera rabiosa. Vendaval que plañen ventanas, ola sin su maestro Kanagawa, terremoto llevando zancos. Así de impetuoso es el Amor. No atiende a otros quehaceres salvo los considerados propios. Capaz de levantar tejados, inundar siesos desiertos, o desgajar California del plano. Por lo menos, yo así lo siento si me imagino a tu lado.

183


Llueve a espuertas Me gusta la Poesía porque ha de tener verdad. No serlo. Pero sí tenerla. Una miqueta, una pizca, un clavo al que agarrarse, para justificar, que en día perro, también vea tu cara en el cielo. Y los pantanos que lo necesitan.

184


Grabada en el ADN Desde siempre te conozco, estás en mi memoria genética. Tus hechuras, tu rostro, tu mente prodigiosa articulada en palabras, de nacimiento traigo impreso cómo cánones de belleza. Imposible no prendarme, no ansiar alimentar mis células con tu simple respirar. Y si sonríes, primavera.

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Casi un 21 de junio Tras “mal” arranque de estación lluviosa, bajo el arco iris, un campo de flores. Y tú embutida en esa primavera. Sesteas la hora, tumbas en el coy. Filibustera de tierra adentro ¡qué mar más seca la estepa interna! ,,, Salvo junto a la charca. … cro, cro.

186


Desarticular Trigo, heno, té de roca, yerbas de solana te ornan y visten la cabeza de verano. Y dentro las semillas, las ideas que te germinan y florecen en tus dedos. Natura te saturó de dones. Ojos donde abrevar unicornios, nariz de canonizar “eñes”, regaliz rojo por labios, y tu lengua con su don de sanar cuerpos y mentes. Y tu barbilla perfecta, y tus pómulos nacarados, y tu frente lisa de prejuicios, y tus orejas joyas desnudas. … ¡Y tu nuca siempre dulce! Y si sigo bajando llego a tu cuerpo, y con ello a la locura, y convicción, de no tener yo registro lingüístico

187


para describir tu bello ombligo, ni concretarte lo que me desarticulas.

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Peregrinas conexiones Halcón en lo alto tú, yo piedra en la arena acariciada por tu sombra. Si tú semilla nueva, yo nube que vierte las gotas que anhelas. Seas tú frondosa selva, sea yo gibón deforme deambulando tus copas. Letra iluminada tú, yo códice Calixtino que contiene tu epígrafe.

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Retratar miradas Rotunda, profunda, inteligencia destilas, intelecto que se cuestiona, quizรก, la verdad que hay al otro lado de sus pupilas.

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Palabras en la mirada Somos nuestros ojos, lo que dicen, lo que callan. Pupila adentro estamos, y en realidad, no tenemos cara. Somos miradas pensantes. Y aun muda, bien se te escuchan los parpadeos.

191


Ir y volver ¡Eh! Ir y volver ¡Huele el mar! Sécalo, desálalo. Tráete la playa en los bolsillos. Llena la maleta de cangrejos, lapas, de conchas raras, estrellas y erizos. Y algún rayo de sol. Pero por favor vuelve, vuelve, por favor.

192


Bajo el Sol A plomo caen los rayos en mitad de la canícula, y tú, intrépida, bajo ellos haces sombras. Rompes la solana que pacen las rocas con tu cimbreo felino y el cabello ordenado. Bien protegidas tus sienes, desde chica, contra la intemperie; con crema y lectura. Y quizá, un sombrero a juego.

193


Te advierto El sol del verano en Castilla también tiene su retranca. El lorenzo es chicharrero, melodioso cómo aliento seco salvo en vegas y charcas. Fuera de esas sombras los terrones se hacen tierra, flamean sin arder rastrojos, lejos de la mano todo queda. Castilla tiene un sol amigo al cual tumbar en primavera, en verano, ¡Ojito!, es enemigo. ¡Ja! … Sí. ¡¡Que tenga él cuidado contigo!!

194


Contradicciones Inexplicables Te he oído quejar de Amor. … Y no lo entiendo. De quebrantarte la palabra. … Y me hago cruces. De morírsete la sonrisa. … Y muero contigo. De verlo todo color negro. … Y yo traerte pinturas. No es por contradecirte, es porque te amo y tengo alma científica. Y no me lo explico.

195


En el firmamento… … de mi mundo hay dos soles, tus ojos, perpetuos en el cielo. Y una gran luna, tu boca, que tiene quince mil fases. Sea de día, sea de noche, búscame junto al telescopio.

196


Te soy sincero… y enfádate si quieres … mmmm… ¿Sincero? Sincero, me das miedo. No quisiera ser motivo de tu aguda mirada, ni causa de tus morros. De tu cruce de brazos, del respirar contenido, el talle escorzado. La cuadratura de tu vestido. ¡Válgame san Traspiés ser nunca la razón! … Y eso sí, con cariño te digo, enfadada estás de escándalo.

197


Pasear De la mano, calle arriba calle abajo. No me importa la ciudad, ni siquiera que fuese campo. U erial. De la mano, monte arriba monte abajo. De dĂ­a o de noche, en invierno u en verano. Pero eso sĂ­, que sea tu mano, la que entrelacen mis dedos. Y si es menester, nos sentamos.

198


Con los pies en el suelo Tú mujer y yo hombre, tengo pulsiones muy variadas. Algunas elevadas y herméticas, otras de lo más mundanas. Sí, por ejemplo, anhelo contigo pisar las hojas que caen al suelo en los parques, en el bosque. Pisar donde no haya hojas porque las barra la mar. Hollar donde nadie hollase, abrir vía donde no haya senda. En la cama sentir tus pies, junto a los míos, y jurarte que no los tienes fríos.

199


Ven

Ven. Tres letras que mueven mundos, quiebran voluntades. Un despegar tus labios, ¡”Ven”!, y el Sol presto amanece. ¿Habría de resistir yo siendo tu lengua imán y mi cuerpo mero yerro? … No. Irremediablemente, iría si me dices ven.

200


Dónde encontrarte, Amor … Bajo una higuera del Paraíso, en la cala favorita de la Luna, en el trigal llovido en mayo, o en la caverna de tu piano. Esos serían los sitios indicados.

201


Lo llevaré al taller Tic… tic… tic… Roto el relé del pecho no me escucho el tac. ¿Estoy muerto? ¿En stand by? Tic… tic… tic… No me carbura el tac. Quiere arrancar, lo noto, hace el continuo ademán, pero no echa a trotar. Menos mal que te sé mecánica.

202


Tal que tú Me gustan las mujeres con más acentos que yo, las de verbo suelto y lengua de estilete. Con sonrisas en los ojos, en las manos imanes, el corazón horno rojo, y en los pies tambores. ¡Mujeres con barba interna de señor mayor! Mujeres a las que amar hasta el fin de los tiempos. Si la ves ante el espejo, dile que pregunté por ella.

203


Al oído Al oído un “Te amo” tuyo ha de ser ola del Hades que abrasa entresijos, dilata pulmones y pupilas, y caldea la sangre tibia. A lo poco eso. A lo más, un infarto.

204


Más ecos no Dicen de un lugar, tan aislado, aislado … aislado… que sólo se escuchan los runrunes propios. ¡¿Quién querría entrar?! Yo no. ¡¡Lo que me faltaba!! Escuchar también al hígado, al páncreas, los intestinos… ¡Al dedo meñique! suspirar hondo y claro por los ángulos de tu cara.

205


El egoísmo sobrevenido ¡Ya sabía yo que iba a pasar! Ahora mis entresijos te debaten. Corazón, mente, alma y cuerpo, dialogan en susurros sobre ti, y aunque entre ellos no se oigan y empecinen en sus posturas, yo les escucho a todos. Y todos te quieren para sí. ¡Soy, somos, unos egoístas! Y no me extraña el sentimiento.

206


Sí, soy egoísta Pero compartiría con cualquiera agua, pan y tierra, de poder. Y sal. Y saber. Y hasta Amor si éste es espiritual. Si es del otro, del carnal que se dice, del que envuelve y vuelve loco, me sé la vena egoísta. Y sólo lo compartiría contigo.

207


Dentro de mí Dentro de mí hay 1.000 “yo” y todos te suspiran al unísono. Y cada uno por concreto motivo y razón de uso horario concreto. De hecho, yo soy el libertino, el que asoma a media noche, el más truculento de todos mis yo. El que te imagina y aboga desnuda, el que se atreve a soñarte cómplice. Ése soy yo… ahora mismo, pero, dentro de un rato seré otro yo. Ainssss…

208


Juntar Cielos e Infiernos Entiendo, que tengas miedo, de ti misma. Con tu mente, con tu cuerpo ¡Con tu cuerpo y con tu mente! sentaría Satanás a tu diestra, y el mismo Dios a tu siniestra… … Si quisieses, sí ¡Vaya que sí!

209


Nádame más Te bañas en el tintero, quiera o no. Y agarrada a vuelapluma acabas en la hoja. Y me la nadas de arriba abajo. A crol, a mariposa, a braza. A verso libre el largo. Ida y vuelta, ida y vuelta. Nadas. Nada más, nadas. Y me hipnotizas.

210


Alucinante alunizaje A pasito chico, de suspiro, a tiento medido de respingo, me acerco a tus labios. Rojos. Rojísimos. ¡Y alucino! … Tus ojos profundos por sabios. Tu nariz extraterrestre. … ¡Un aleteo la maniobra y alunizo! … Los motores ronronean, el aire tórrido de las toberas, y mis labios amarran al puerto de tu boca. En firme. De por vida, si me das plácet selenita.

211


¿”Mediasonrisa”? Días, días y días, y días, sólo te disfruté sonrisas plenas, barcas lunares de Tanit, coral australiano entre tus labios. ¡Iluminabas cualquier antro! … es un decir. ¡¿Y ahora agarras bandera, ¡Te la agarran!, de lánguida y melancólica?! … mmmm… Dentro de ti, en algún sitio, te tienes que estar desternillando.

212


Tal… “¡Tal el cielo son tus ojos!” clamó el poeta. Y una cortina de nubes tomó raudo las alturas para jarrear miel pura. “¡Tal tu piel son los campos!” Y nevó azúcar morena. … … …

213


Cíclope en la distancia Me enamoré de una cíclope con cuerpo de isla griega, piel de sal y cabello de sol. Y sonrisa etrusca, menorquina, sonrisa de cuento telúrico. Y amueblada la quijotera. Una quimera casi, casi del todo sirena. Un monstruo pudiera, si monstruoso fuese, ser tan completa y bella. Mujer 10.

214


Humana, sí Humana me gustas más. Mujer. Hija, hermana, madre. Compañera. Isla. Continente. Mar océana. Oxígeno en las venas. Arena bajo los pies. … Sobrenatural, a la que descuide.

215


Hay labios, y labios Y labios que son perversos, grosellas que atemperan a gusto y sazón de la envenenadora. Olas y nubes que jugasen he conocido labios. Y labios que enmudecen otros labios. … Labios siempre pareados. Por ello, si de entre todos, tuviese que elegir uno para llevarme al Infierno, sin dudar, me quedaría con tu labio superior, el que perfila sombra de murciélago y le hace juego la Luna llena. … Y el par, ni dudar, ex aequo.

216


En ruta Con beleño sé que vuelas, y con otras mil maneras. Flotando te hago, sentada en la escoba, leyendo notas de pócimas. … Sabido es el aquelarre. ¡Bendito el pandemónium que cuente con tu sombra maldita! ¡¡Ojalá seas la más mala del contubernio!!

217


Nos separa un río que es océano En la otra ribera sé que estás, al otro lado del vado hay una corona de luces y doy por hecho tú presencia. Resplandece el cielo. Allí será de día mientras estés. Aquí, la noche.

218


Y allá estás Dicen que es espejo, que devuelve brillos, que da reflejos. Que nos capta los sueños. Que a la Luna, si se le escucha, hasta habla. Y conversa. Y yo lo hago, y por alumbrarte en otro pago, para ti le doy recuerdos.

219


A vueltas contigo a las 06:05:04 un tres de febrero… Vueltas y vueltas doy en torno tuyo. No sé salir de ti. Atrapado me hallo en la dinámica del giro. ¡Ojalá fuese éste en decreciente espiral!

220


Me enamoré de… … de la ola disléxica que me generas, que rompe en mi boca, propaga ondas en mi calota, me cuelga sonrisa tonta, sueños de perfecto idiota, y suspiros de infeliz. Me excita tu nombre las neuronas, estremecimiento aliterado eléctrico, y aun pronunciada muda me erizas lola la piel.

221


Y no hay dos sin tres Hasta el s. XIII sé de mis genes, de ahí para atrás, en pergaminos ajenos descendí, tiempo ha, al origen de la Vida. Y luego más allá. Y más allá. Y más. 16.000 millones de años me conseguí retrotraer. Y en los dos lados estás. Y puede que tras las lindes. Sí, tarde o temprano nos reencontraremos, aunque pasen otros 16.000 m.a.

222


¿Dónde no tienes Arte? ¿En tu pelo?... No, porque baila solo. ¿En tu frente, tus cejas, tus pestañas? ¿En tus ojos que circunscriben galaxias? ¿Tu nariz tobogán en la playa? ¿Tu boca, ¡tus labios brocal del bendito Infierno!, ¡¡Tu lengua de susurrar universos!!? ¿La barbilla que yo quisiera en mi espalda? ¡Ese cuello de desmerecer alhajas! ¡Esos hombros que acaban con el invierno! ¿Tu pecho de diosa griega, tu abdomen de primavera, tu cadera paréntesis de todo horizonte? … ¿Acaso tu dulce sexo? ¿Tus piernas tahilandesas? ¿Los pies que te imantan al suelo? … Y ni pensar en tus brazos, una caricia tuya es pincelada de Caravaggio.

223


Y vistes la noche Vampira de piel nívea y ojos escondidos, lista de mil años, tus labios dignifican altares, y tu cuerpo vuelve tangible el aire. Muérdeme, por favor, no me tengas piedad. Muérdeme, no lo pienses más, y si no lo piensas… piénsalo.

224


Por retenerte en mi retina Por mirarte de frente me quemĂŠ las pupilas y ahora te veo por doquier. Grabada, sello tu efigie, sonrĂ­es en un penacho de humo, o bailoteas entre las nubes. En esta misma cuartilla tus ojos toman percha y siento su caricia muda. ÂĄJa! Ya puede esperar sentado mi optometrista.

225


Depende cómo amanezca Abre luminoso el día y el Sol es tu cara, y tus pelos rayos áureos. Si llueve y es necesario, tal se presenta la tesitura, son lágrimas tuyas las que despeñan por rebuscarte emoción antigua que dignifique coyuntura nueva. Creas y destruyes. Exorcizas. De dentro a fuera te plañe el alma y nada bueno te retroalimenta. … O quizá sí.

226


Jugar con tus cabellos ad eternum Anhelo poder hundir mis dedos en tu pelo, y mesarlo, y juguetear con él hasta que protestes, y levantando los ojos del libro me exijas que te deje en paz o que te bese. Y ése será tu gran error, haré que te cunda la obra más que Las mil y una noches.

227


Mens sana in corpore sano No sé qué me perturba más, si tu lengua desnuda o tu cuerpo abrigado.

228


Te recuerdo Dramática desde la pila, a primera vista me fuiste pecado literario. ¡Literal! Tus curvas, tu sonrisa. Tus labios rojísimos. Tus cabellos briznas escogidas en campos y atardeceres. Y voz tímida pero segura. Sabes lo que quieres. Y aunque nos una el Ulises, el tuyo es del tuertérrimo Joyce, y el mío el de un feito sin nombre.

229


Desoír tu voz Tú me hablabas pero yo no te oía, te miraba a la boca para leer en tus labios las cosas que me decías. Me centraba en desentrañar el vuelo de tu lengua, el danzar de tus comisuras, la elegancia de tu carótida. Si te hubiese escuchado sin mí se hubiese ido Odiseo.

Nota del Poema “300”. Poema Indultat.

230


Y ahora desmoriría por tu voz Háblame aunque esté callado, háblame aunque me creas dormido. Pese a ausente, distraído, pese a masticar turrones duros. Aunque me quede sordo, aunque cera de responso me selle los oídos. … Por más que me certifiquen muerto, háblame, y te lo prometo, vida mía, dejaré lo que esté haciendo para atenderte mejor.

Nota del Poema “300”. Poema Indultat.

231


Acúfenos A veces creo que me hablas, pero también me sucede con los presentadores de la tele, el halcón chillando rasantes, las olas rompiendo alegres, los ladridos en la distancia, la vibración audible de los cables, los claxonazos y gorjeos silvestres. … ¡Hasta los grillos en la noche! A veces, todo, eres tú, musitándome ininteligiblemente.

232


El duende enamorado De cerca, o desde lejos, lo suyo es prendarse de tus sinuosos hombros. Melocotones albinos, planchas huesudas piratas que dan arranque a las cataratas de tus brazos. Y tus manos espuma, que a contraluz, tintan arco iris en el aire. Y en tu corazรณn la marmita que ansiamos los enanos verdes.

233


Por leĂ­da y hermosa Me enfado conmigo mismo al no poder aunar con decencia, tu mente y tu cuerpo, en una sola poesĂ­a. ÂĄImposible me es! Demasiado excelso, el patrimonio, de tu carne y pensamiento.

234


En el anaquel Quién fuese libro de tus estantes, y por lustro, o con más frecuencia siendo bueno el asiento, tener el placer, de sentir tu mano, recorriendo mi piel a pulso lento. Y si me abres en canal, y besas dactilarmente, dame después fuego, por prohibido, o “motu proprio” autocombusto, y, sin pretender, te desgracio la alejandrina.

235


Qué decir Qué exaltar de ti, que per se tú no magnifiques, que doctos maestros no hayan puesto en pública loa. Laureles… manzanas… … cornucopias de lo que sea. No te sobra exvoto. … Te falto yo.

236


Algún día … Un día de estos, uno de estos días, tropezaré contigo y no habrá vuelta atrás.

237


Más que… Más que las venus paleolíticas, que el lince zarpeando pájaros, la puesta desde el cerro del Tío Pío, el amanecer sentado en cap Barbaria. Mucho más que las sonrisas extrañas, que el sabor ibérico en la boca, los cardenales de La Rioja, el postre, café, copa y porro. Muchísimo más que el respirar, que el hilvanar palabras tontas mientras me devano las tripas, ¡Infinito más!, me gustas.

238


Poema pendiente de tu rima final “Te”, “te”, “te”, “te”… “te”… … y tú nunca un “Tú”. Y con sólo un “tú” tuyo, yo construiría 1.000 universos. Con una palabra un diccionario, con un suspiro un huracán, con una nota una sinfonía ¡Con un latido el mismo Tiempo! Dame una migaja y te daré pan, dame un beso y……

239


Casi todo es entrenable Por vergüenza no te digo, de palabra, que te quiero. Pero desvergonzado te digo, con palabras, que te amo. Hablarte en presente y prosa, me atribula. Cantarte con figuras pseudolíricas, me alimenta. … ¡Más tonto no puedo ser, no, ni aunque me entrene!

240


Ojear ojos Te busco en cualquier rostro, pero jamás doy con tus ojos. ¡Nunca están salvo en tu cara! No son tú, no eres ellas. Y llueve… y hay paraguas, y la gente con capucha, y las calles abarrotadas. … No, hoy tampoco.

241


Única Cómo tú nadie, sucedáneos, sombras, seres mate. Carnes de prosa, que no de verso. Tú eres luz, aire de quebrada, sustancia del mar. Verbo en la nada. … Eres sueño… sueño… sueño… sueño… ¡Y eres real!

242


Amortajar la voz en tu reja (((Amor, dame vida… Amor, dame aliento… Amor, dame agua… … dos dedos de tu ventana… Motivo para seguir torturando la garganta, sin mandar todo a hacer gárgaras. Amor, que invoco a deshoras y empuntos, Amor, que vistes sueños, Amor, Amor, Amor, a la que a la ventana salgas, y te robe un beso))).

243


Motivo eres Eres el oxígeno exhalado del pino, el gabán de piel que sin llama arde, la voz que desparpaja granizos, el olor a verano en ciernes. Eres. Eres aire salutífero. Eres. Eres ser de libre albedrío, eres sonrisa en los labios. Eres. Eres más de lo que imagino. Eres. De todo eres motivo.

244


La belleza elemental “¡Fiero el fiel de fierro firme en la frontera!” Parece buen empiece para poema épico o puñetero pisalenguas. Aun así, yo lo cambiaría, por poner en tus labios, un matutino manido: “Amor, buenos días”. Y eso sí me sería épica, y trabalenguas en la boca.

245


Bilocación en el colectivo … Brummbrumm… … Brummbrumm… Es mi parada pero no me apeo, calle abajo sigo en el autobús, mirando por la ventanilla. Veo lo que pasa fuera y dentro, y otro tanto con respecto a mí. Y de repente me encuentro conmigo mismo andando, paseando despacio a la Mapi. Soy yo… ¡Soy yo! Pero tú no estás, por eso no bajé en la parada de atrás.

246


Problemas Hay, quien de un momento a otro, se entera que ha perdido una pierna. Y quien queda afónico o sordo de la noche a la mañana. Y quien no encuentra dedal aunque vuelque el costurero. Problemas tenemos todos, pero contigo los míos serían menos. Mi problema es que te quiero.

247


Autodiagnosis Sí. Definitivamente creo que sí, que tengo el cerebro enfermito. Me hago la autodiagnosis rigurosa y todos los resultados lo confirman. Si me someto a traducir babilonio resulta que tú amansaste el Eúfrates, y si escruto las lunas de Júpiter entre Io y Europa danzas elipsis. Eres el círculo que circunscribe Pí, el bosón de Higgs que me alimenta, la savia que engrosa mis yemas, diosa mistérica de cualquier época. Sí. Definitivamente creo que sí, que por tus moléculas desvarío.

248


Río arriba y sediento Orillado a cualquier riachuelo un día te respiraré en el aire, serás un loto, o violeta del Paular, o brote roto de la jara nueva; embriagadora siempre. Y oírte en el murmullo del agua, y verte irisada en gotas sueltas. Y saborearte a manos llenas en la sombra del abedul. … Y no saciar.

249


Resacoso Tirado en la alfombra siento que peso 200 kg, y hueco debo estar por el atronador eco. La lengua de esparto, los ojos vidriosos, pulso panderetero, y galbanoso tal festivo. Recuerdos brumosos. Necesito agua en abundancia y una foto tuya, e introducida en el vaso beberte sin mesura.

250


Silencios Silencio. Me miras y callas. Silencio. Te miro y callo. Silencio. La vida fluye, atrona, sin que la escuche. Escucho tu silencio, tus pensamientos, tu respirar diario y no quiero mĂĄs. Encuentro armonĂ­a.

251


Sublime monotonía Fantaseo con tu persona. Te pongo en tesitura de sufrir juntos mil calvarios, los peores sinsabores, y apenas tres tragos, ¡¡Tres!!, de ambrosía pura. Y un mismo final. Uno, en el que, para con bien, nos reímos de lo acontecido. Y nos damos un beso de buenas noches. … o buenos días.

252


Hace ná Estuve en Córdoba y encontré tus ojos en el puente, en la mezquita, en el embriagador hablar. En tiestos. En pucheros. En callejas y plazuelas, y en la avenida del río. Y también en el aire nocturno, que traía frío, y recuerdos de tu garganta. Y entonces encontré tu cuello en el puente, en la mezquita…, aunque no seas cordobesa.

253


Dulce lenguaraz De tres en tres te echo suspiros, miradas… … y mano a la cacha si tuviese permiso. No teniendo, enmiendo la intención y sólo lo elucubro; te suspiro en Lisboa, mirándonos en un café, antes de acariciarte el muslo y sugerirte los postres.

254


Mareos Me marean los calmantes y tu cadera maltesa. Las gafas graduadas nuevas y tu lengua haciendo escarnio. Los ĂĄrboles obedeciendo vientos y el ondular de tu melena. Las nubes corriendo rĂĄpido y tus pies andando lento. La mar repicada y tĂş, quieta, ante mi escritorio.

255


Tú, yo y la elíptica solar Te imagino conmigo, a mí contigo. El sol, la mar, arena para excavar niños y perros… (… y adultos) … una vela a lo lejos, un cormorán en lo alto, tortilla de patata entre el pan. Y un reloj sin manecillas.

256


Evocaciones

… Tus piernas compás perfecto, tus brazos robados a Venus, la ventana de tu mirada y sus batientes persianas. Tu boca… ¡Tu boca! Tus labios nunca pidieron un beso, sólo enunciaron motivos para yo desear besarlos.

257


Crear in mente Tengo in mente un cuento, una bonita historia alegórica al Amor, la Paz, la Armonía. A la maravilla que es el mundo. Una tragicomedia, pues ha de ser, con un inicio del todo cierto, un nudo en curso de mil demonios y un final en exceso previsible. Y pese a ello, del todo necesario. Sí, te has de enamorar de mí.

258


Si… si… si… … si te tuviese delante… … y tuviese buena mano, mejor que nunca tuve, te podría dibujar. Perfecta. Hiperrealista o difusa. Pero perfecta. Con la mano que gasto sólo mis ojos entienden la perfección de tus líneas.

259


Tranquila si ves una vaca volar, soy yo, que te pienso No llevo bien el airazo al alimón del cielo plomizo. Y encima arrastrando el biorritmo. Me encuentro cansado, agotado, carente del pulso que sé propio. Falto de tono mis ojos divagan por los rincones del salón, y al acertar con un mechero, ¡Un chisquero verde melón!, estalla en mi cerebro tu pelo, y de seguido, diana floreada, tus cejas, tus ojos, tus labios y la sonrisa que enmarcan. Y apoteosis, tu voz desnuda. Entonces el día queda calmo, aunque fuera vuelen vacas.

260


Comprar sucedáneos En el mercado que nunca cierra te encuentro. Sé que te encontraré. Per se resaltas entre los estantes allá donde preste atención. Estás, pues hay cabello de ángel, y miel de muy buen ver, y fresas y cerezas rojísimas, y nata fresca y tersa de extender. En todo tejido sinuoso estás. Tú eres envase de perfume, y libro abierto al que entregarse. Tú eres con quien finjo que hablo mientras compro en el supermercado lo que creo me hace falta en la vida.

261


Fantasear con paraísos Tengo un recodo del mar en la cabeza. Allí arraiga un pino de buena sombra, el agua es transparente y los peces vuelan, en el fondo anémonas rupícolas se mecen. Sol de codo a codo. Arenas de oro y nácar. Y a la redonda la constante marinera, llegando las olas hechas murmullo a la orilla. Allí hago los picnic cuando fantaseo con llevarte al lugar más bonito del mundo. Aunque tú eres quien redondea el pago, sea éste playa paradisiaca de aguas turquesas o compartiendo salpicaduras en piscina pública.

262


Intangibilidades inconsistentes Sé que te acercas sigilosa porque el vello se me eriza y en la piel percibo tus ojos. Y no me muevo. Y te acercas más, más y más, al notarlo en el calor que irradias. Y no respiro. Y siento que sientas en mi hombro para ver qué ando trajinando, asomas a la resma limpia, tan limpia, que es espejo. Y en él te reflejas tú. Y te sorprendes. Y se sorprende la poesía. Y sonríes. Y la poesía carcajea. Y me das un beso. Y yo, yo desear que este poema fuese de sustancia consistente.

263


Abstracciones Es de noche, ya no hay hora. No hay ni Luna. Sólo a mis ojos las sombras se mueven lentas. Y no disturban. Entienden que te piense, y pensándote Sol, ellas se repliegan… Amaneces.

264


Al recordarte‌ Lo primero que hago, es, arquear las comisuras y colgar sonrisa interna; luego perder la vista; pese a verte de memoria. Y al tiempo, reflejo, contener la respiración. Y reiniciar inhalando por si te encontrase esencia. Y dilatar los oídos, porque aunque seas hada, los aleteos te delatan. Y alborotårseme la piel por percibirte a la redonda. Y tragar saliva por saberte ya en mi boca. Si te pienso, materializas.

265


A falta de sueños, buenas son quimeras … Mísmamente un octavio de agosto, mediodía, y una piscina llena de limones flotando. En frente el mar. Y tu sombra corre el bordillo y el agua, y al cabo, atronando, otra silueta menor toma estampa en la pileta. Y las dos en jarras. Y reír intangibles y malasombras. … ¡Los limones se separan!... … Y riendo corréis en direcciones dispares. Ayer no te soñé, pero te imaginé con ganas.

266


Cerca y lejos Paseo por la casa y no te encuentro, y miro por la ventana y no te veo. Y si afino el oído tampoco te escucho. Pero te siento y te cubico cerca. Así que cierro los ojos y sorpresiva apareces. Tumbada en el sofá, entrando en la ducha, regando las plantas. ¡Estás omnipresente! Aunque si los abro, no, dejas de estar a la redonda.

267


Hambre en los sueños A mar has de saber, a luz de Luna llena, a nimbo que asciende cargado de lluvia fresca. Y a desierto recién regado, a tarta y pastel del día, a naranjas y limones, a carne hecha de ambrosía. Y así no es extraño el apetito con que despierto.

268


Quédate Quédate, hace frío; la ventana está empañada, no corre ni aire la calle. Arrebújate calentita en la cama. No destapes. No quiebres la burbuja, no abras a la mañana. Duerme un poco más, duerme hasta que seas real. Sigue soñando conmigo.

269


… Por ahí… Si me ves, no, no me hables. Mírame a ojo fijo, clávame la pupila, y luego bésame. Bésame aunque despertemos.

270


Quiero… … dormir y soñar contigo, y al otro lado respirarte. Ser fuelle en la aventura, saturarme los alveolos, sellar a voluntad la glotis. Y despierto, ¡Ja!, asfixiarme.

271


El pozo claro Tengo un manantial de aguas límpidas y reconfortantes. Un pozo artesiano que no tiene cubo, ni soga, ni brocal. Es un agujero abierto en el suelo arcilloso, un garganchón al Infierno del que extraigo lluvia. Es fuente de vida, es la savia del huerto. Es mi alegría, mi razón de ser. En él tú te bañas sin saber, y yo sólo bebo en sueños.

272


Cantidades oníricas Hago por soñar contigo, me esfuerzo por sintonizar tus ondas cerebrales y así acompañarte en el universo onírico. Allí todo es posible, todo, hasta que te enamores de mí, que me desees, con tantas ganas, que lo mismo en la vigilia me escribas, sin más razón, que contarme que has soñado conmigo ¡Y hasta darnos un beso! ¿Un beso?... ¿Sólo un beso? ¿Un paupérrimo beso? Entonces no sería yo, conmigo te hubieses despertado con una carreta de besos y achuchones. … Y poca ropa.

273


Parpadear Sentabas en la cama, cómoda, franela a cuadros y camiseta larga del abuelo. El pelo recogido en moño. Sonreías y no parpadeabas. Yo sí parpadeé, tímido, y el mundo explotó, tal temía, ante mis ojos. Y parpadear… Y parpadear furioso… Y parpadear… … Pero no hay retorno.

274


Zarandear mariposas Sueño que me sueñas, y sueñas que nos soñamos, y allí… allí soñaré que no sueño y despertaré a tu lado.

275


Tax free En la frontera entre vigilia y sueĂąo te beso. Me besas. Me muerdes. Te muerdo. Jugamos a querernos. En esa zona franca, libre de impuestos, el amor imaginario no tiene gravamen. Arancel es lo irreal.

276


Ante la imposibilidad de hacer real los sueños Hay días que me sé espeso, que no rimo el 1 con el 2. No soy capaz de expresar lo que por dentro siento, me supera, no tengo voz. ¡Y rodeado de Poesía estoy! Acaricia el Sol las plantas, la Mapi tumba en sombra, oigo solfear a los pájaros, y el café me sabe a Gloria. ¡Y tú leyendo las noticias! Tan redondo el momento que me entiendo soñando. … Y maldita me quede la vigilia.

277


Dormir es un lujo de la Conciencia Señal de buena bolsa o de un agujero sin fondo en la misma, indicador de una salud de hierro o de estar perdido en la agonía. Duermen los benditos inocentes y los pillados in fraganti, los que lo tienen todo hecho o todo por hacer. Los de colchón ergonómico de látex y los de esterilla entre chinorros. Duermen los vivos en la ciudad, y los tontos en el camposanto. Tarde o temprano todos dormimos. Yo no. Yo no puedo dormir sin ti y contigo tampoco dormiría. Me parecería un desperdicio de tiempo.

278


Efímera noche Te retuerces en la cama, desperezas a la mañana, tibia la piel, legañosa, jet lag del despertar. Es de día, hace nada noche. Un parpadeo apenas atrás estabas en la otra punta de cualquier universo, un parpadeo después, ya, vuelves a la cruda realidad de un mundo infestadito de fronteras, bichos y niños. … Y el imposible descansar.

279


Hablar en sueños Por hoy ya basta, a tus brazos voy. Casi a ciegas, sordo, insensible, cruzo el pasillo. Los pies de plomo, la cama lejos. Y con gran trabajo me dejo caer. Y no me asusta abrirme el melón contra la mesilla. ¡Ni la sangre a granel! La culpa es mía por andar dormido hablando contigo. Pero era interesante, Amor, lo que me decías.

280


Declararse a la antigua Llevarte al altar pretendo, al ara del Supremo que sea, al casino, a la plaza de abastos, a la verbena en la patrona. A las cuatro esquinas, a los cuatro vientos, a los cuatro mares, contigo al talle bailaría. ‌ A tu casa solariega iría, llevando arras de compromiso y palabra de mil vacas.

281


Flis, flas‌ un aleteo Bello lo breve, drama lo exiguo, puùeta lo futil. Unos segundos, al menos minutos, unas vidas quizå, necesitase, para, degustarte un parpadeo.

282


Tú y yo, sí, tú y yo Despacio, muy despacio, mis labios en tus labios, tu corazón en mi pecho. Un revoltijo de manos, un caldero de sentimientos. Terminas donde yo empiezo, empiezas donde yo acabo. Tú… Tú y yo. Sí, tú y yo.

283


Sin prótesis Tuerta, coja, manca y desdentada, te querría. Y tartamuda. Mírame con el ojo que te baila alegrías, paseemos los bordillos, hagamos manitas. Que un diente tuyo eclipse ya mismo el Sol. ¡Y ametrállame un “Te amo”! Si lo breve dos veces bello, con una sombra tuya yo me desposaría.

284


“Casarse” a la mesa Soy tan simple, que para conquistarte, te invitaría a comer, a merendar, a cenar. ¡A desayunar no, qué osadía! Y si dijeses “no”, nada pasaría, y pasado un tiempo volvería a insistir. Diciendo que “sí”, no dejaría intervalo para, estando en ello, proponerte enlazar con el siguiente deber gastronómico. ¡A desayunar no, qué falta de tacto! Y si rehusases, igual estaría contento, y en otro momento volvería a la carga. Pero aceptando, y cumpliendo la propuesta, te sugeriría estirar ágape y velada. ¡A desayunar no, no, por no ser lugar! Y entendería, que empachada, dijeses “por hoy basta, por favor”, pero susurrando un “adelante”, antes de invitarte a desayunar, que acabaré haciendo, te invitaría a ver amanecer.

285


Y en casa chocolate con churros. … o café… zumos… Antes de invitarte a desayunar, debería saber qué desayunas, para tener previsto de por vida.

286


Licencias propias Cómo buen juntaletras abuso de licencias, llegando a la osadía de inventar una marital. Y sin que sepas hacer vida. Salimos, entramos. Vivimos. Nada del otro mundo. Sin embargo, no cambiaba esas mañanas imaginarias en las que lenta desperezas, con azúcar por legañas, por otras más reales en las que ya estés acicalada al encontrarte vespertina. En las mías, duermo contigo e intercambiamos sueños.

287


4 labios para un beso Un problema tienen los besos, y es que son cosa de dos. Y pese a ser dos los labios, no basta una sola boca. Han de ser dos. Una a otra se dan sabor, calor, textura‌ Certeza de existencia. ‌ y de Vida de ultratumba.

288


Delante de mí… Una pareja pasea el parque, y pese a llover andan despacio. Ella cala gorro de asidua a la lluvia, él pelo de teckel marinero. Van hablando y riendo el aguacero, y a ratos sueltos hasta silbando. Y en una de éstas, sin mirarse, sin dejar de hacerlo fijamente, sus manos en el aire se entrelazan. Y siguen hablando, y riendo, y a ratos silbando a la maleza. Y sin dejar de mirarse, sin dejar de hacerlo tiernos, cruzan los brazos en la espalda. Y se dan un beso. Y luego silban a la nada. Y de la nada salen un niño y un perro. Y yo, yo sonrío en la distancia.

289


¡¡Ecco qua el Apocalipsis!!

Tiembla… tiembla el Cielo. Las columnas se resquebrajan, Atlas claudica y se rinde, la concha de tortuga está rajada. ¡¡Ecco qua el Apocalipsis!! De las tumbas salen los muertos, las palabras florecen cizañas, los niños nacen desdentados viejos, en sangre bañan las playas. Es el Fin, y sólo lamento, no finiquitarla en tus labios.

290


El misterio del ventanal Al alba despierto para verte dormir. Y abrir la ventana, subir la persiana, y perfumarte de Luna. Pálida ella y pálida tú. Ambas bellísimas. El Sol sale despacio, tarda en acariciarte, y cuando suave lo hace, contra mí te arrebujas. Por eso, de par en par, amanece el ventanal.

291


El Amor crudo El Amor crudo es cruel por cuasi quimérico. Rayano lo imposible. Cajón de sastre virtuoso que defectillos tiene, pero pocos; los que uno a sí mismo tolera o consiente en el binomio. El Amor es la Utopía real, es no computar los días, alimentarse de sentimientos. Encontrar alguien tan especial, que sepa navegar hasta esa isla estando cómo esté la mar.

292


Al menos en mi cabeza Te imagino desnuda y sonrío. Y sonríes. Cruzas la habitación despacio, segura de tus pasos, para bajar la persiana y encender la luz. Y abrir la cama, tumbar sobre ella, y llamarme a tu vera. Y yo seguir sonriendo por saber real el sueño. … Al menos en mi cabeza.

293


R “Amor”, “dolor”, abundan las “r” en las pulsiones puras. Como si el batir la lengua, desde siempre, hubiese sido síntoma de zozobra. La barca mueve en puerto, la húmeda desamarra, el intelecto largo trapo y navegan las palabras. “Querer”. “Querer” tiene muchas erres para surcar cualquier mar. “Amar”. “Amar” tiene una erre infinita que nunca se acaba de pronunciar.

294


Pie de beso Si conciso ha de ser el Amor, sea el nuestro un poema que ligue nuestros labios. Un beso rimado con ripio y rĂŠplica, con juego de morros, malabares de lenguas. Un poema sin necesidad de traductor.

295


Amor, amor, amor Tres veces más y será conjuro. … Amor, amor, amor… ¿Dónde estás?... Has de estar. … Amor, amor, amor… ¡No puedes fallarme! … Amor, amor, am… ¡Ah! Ahí estás, gracias a Dios, y no a Satanás. Aunque hija del Infierno igualmente te amaría. … amor.

296


Morir por Amor Por Amor moriría, y por amor he muerto. Y el mismo veneno darme otra vez vida. Amor, que cura y mata con la misma gota, no lo concibió Paracelso. Tú y yo sí. Tú también resucitaste.

297


Volar alto, muy alto Para evadirme de la tristeza he de volar, volar en vertical, hasta atravesar las nubes. Y acá estás, irradias. Abajo también estás, sí, pero allí ahora eres lluvia, y aquí, en un rato, serás la Luna. Y eres el aire y el silencio. Y el pensamiento y la carne. Combustible de altos vuelos.

298


Dulce y apetitosa Tu cabeza en la almohada, mis ojos en tu cara. Respiras tranquila, duermes, mientras yo contengo el aliento. Hueles a sueĂąo, a beldad, a ninfa que surge del mar. Tan apetitosa te hago, que te despertarĂ­a a mordiscos de los de sĂłlo usar los labios.

299


Febrilidades Febril te soñé anoche, soñé un montón de incoherencias, sinsentidos del cerebro en casi 40º. Mi subconsciente jugando al Tetris. Y entre tanto dislate tú, pacificadora, tisana, tú, a mí, sin avisarme me abrazabas. Y yo responderte en la tenaza, y a tiro tu cuello, besártelo. Besar tu cuello, tu hombro, y delicioso el sabor onírico, abrir los ojos… … Y al final de tu espalda, tu culo. Redondo y duro. Y al agarrártelo, y no dolerme la mano, ni verme las cicatrices, romper a llorar vigilias. Y despertar gimoteando.

300


Detén tu danza de bruja Desnuda, bailas en mi cabeza. Peonza desatada, carne centrífuga prieta, lengua de carrusel… ¡Para! Déjame contemplarte, degustarte desbordante, saborearte el alma inquieta. Y oral, hacerte el amor.

301


Tatuarte palabras Con tintas dulces te escribiría en la piel versos de amor. Y no dejar pliegue sin su poema, recoveco sin texto. Toda tú una oda. Vestida de palabras, tintada de deseos. De arriba abajo. Los muslos, el pecho, los labios… … Y borrártelo a lengüetazos.

302


Lingualidades Al oído te bailaría la lengua para abanicarte amoríos. Y en el cuello te buscaría el sabor de la carótida. Y en tu pecho trazar caminos que lleguen a sus picos. Y tumbar morros, en tu ombligo, para libarte el néctar. Y besarte el sexo… Y empezar de nuevo buscándote los labios.

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“Amor”… principio y fin Amor, si entendiese el mundo, con números te amaría. No siendo éste mi caso, recurro a palabras complejas. “Amor” te digo, y ese amor ostenta la luz del Mediterráneo, el olor a césped segado, el jolgorio de los gorriones, la textura del tomate verde. ¡El sabor de tus labios! Ése mismo “Amor” engloba el disfrute de la infancia, la juventud formada rebelde, la madurez de cuerpo y alma. Ese “Amor” no tiene ocaso. Amor, sólo escribo “Amor”, y no avanzo más paso.

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FIN

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