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Año 6, Nº 19.
Octubre de 2011. Responsables: Lorena Danieluk, Julieta Ríos, Claudia Fernández, Germán Tor. Asesor: Enrique Acuña www.apm-blog.blogspot.com
Editorial
El psicoanálisis en la intersección: entre la felicidad para todos y el bien de cada uno Por Julieta Ríos La Asociación de Psicoanálisis de Misiones se contenta en celebrar sus VI Jornadas Anuales, que lleva por título “Des-clasificar –Nuevos paradigmas clínicos”, como resultado de un año sumamente fructuoso, marcado por una fuerte presencia del psicoanálisis que trasciende no solo la ciudad, sino también las fronteras de la provincia y del país. Iniciamos este año contando, como es habitual, con la presencia de nuestro asesor Enrique Acuña, en la apertura del Seminario Clínico del Instituto Oscar Masotta y del II Encuentro del Psicoanálisis con la Historia y la Cultura, que ha reunido a psicoanalistas de Encarnación, Asunción, Buenos Aires, La Plata y Misiones. Experiencia que dio muestras de que el psicoanálisis mantiene su vigencia a través de estos enlaces de grupos analíticos bajo una misma política de trabajo articulado. También organizado por la comisión de Lecturas Críticas de la APM, tuvimos la satisfacción de recibir en Posadas a Marcelo Ale, analista de la Asociación de Psicoanálisis de La Plata, quien a partir de su libro Pasión y encanto en la experiencia analítica, y un seminario que dictara a propósito de la relación entre psicoanálisis y estructuralismo, ha provocado a la lectura e investigación a partir de poner en tensión y a la vez articular puntos en común del psicoanálisis con otros discursos.
En junio, la APM dio inicio en la Ciudad de Oberá, a una serie de Cuatro Conferencias sobre el Malestar en la Cultura, cuya primera clase estuvo a cargo de Christian Gómez, director de enseñanzas de la APM, bajo el título ¿Qué es el inconciente? La interpretación de los sueños. Para tal motivo extendió la invitación a toda la provincia, a través de una entrevista que dio y se publicara en Pregón Misionero, donde se refirió al malestar de la sociedad como resultado de la imposibilidad de conciliar el placer de cada uno y la felicidad para todos, señalando a la vez que el psicoanálisis tiene una respuesta a los fenómenos masivos que se presentan como consecuencia y constituyen las llamadas adicciones, depresiones, estrés, entre otros. Las clases siguientes estuvieron referidas al Objeto de arte y la mirada, a las adicciones y, finalmente, a continuación de nuestras VI Jornadas, se realizará la última de estas conferencias, que será dictada por Enrique Acuña y tendrá como tema Entre ciencias y religiones: el psicoanálisis. Es decir que el psicoanálisis no es ajeno a lo que sucede a nivel social y cultural, sino que se hace eco de dichas problemáticas, y participa en forma activa. Recientemente se llevó a cabo una mesa redonda en torno a la cuestión mbya-guaraní, que reunió en Posadas a antropólogos y analistas miembros de la APM. En esta ocasión contamos
con la presencia de Ricardo Fava. Asimismo, se proyectó en Oberá el film documental La Bruma, Tatachiná –dirección de Enrique Acuña-, alrededor del cual se constituyó una mesa debate, con la participación de: Alejandro Benitez (cacique de Pindó Poty), Ricardo Fava (Antropólogo de Buenos Aires), Daniel Gómez (Docente UN NE) y con la coordinación de Christian Gómez. Parte de todo este camino recorrido, encontrará el lector en esta edición del Boletín, además de las reseñas respecto a las actividades que se desarrollan cada año en la APM, así como en la delegación Posadas del IOM, teniendo en cuenta que lo que nos impulsa es promover la importancia del psicoanálisis, a partir de la institución analítica, no solo como una cura de lo singular sino también como un saber hacer con el síntoma social.
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ARTICULACIONES Jacques Lacan, un detalle Enrique Acuña En el vocabulario crítico, la palabra precursor es indispensable, pero habría que tratar de purificarla de toda connotación de polémica o de rivalidad. El hecho es que cada escritor crea a sus precursores. Su labor modifica nuestra concepción del pasado, como ha de modificar el futuro. En esta correlación nada importa de la identidad o la pluralidad de los hombres. Jorge L. Borges (“Kafka y sus precursores”) Septiembre lacaniano. A 30 años del adiós de Jacques Lacan algo perdura de su deseo. Una voz que resuena, a pesar de; es la de Jacques-Alain Miller quien publica su Vida de Lacan -escritos para la opinión ilustrada- que, como las Vidas paralelas de Alejandro y César (Plutarco) subraya mejor el cursus de una vida según sus realizaciones efectivas, mas que las anécdotas biográficas del álbum familiar. Hay entonces al menos un detalle a seguir. Parecería que la vieja teoría del kaos se invierte: el aleteo de una mariposa en Saigón, está ahora en Paris y causa vientos que se amplifican provocando una tormenta en… Homenajes y medios masivos hablan de Lacan. Figura odiada y amada, dialéctico, avanza enmascarado. Hace su pase al siglo XXI con el psicoanálisis como traje cuasi perfecto, aunque múltiple. En fin, un gran hombre o cualquiera, pero seguro alguien que no se presta a la historia oficial. Cito aquí a Miller: “Algunos se complacían en atribuirle bajas pasiones que son, lo juraría, las suyas propias: fortuna, notoriedad, poder. Pero todo eso cae por su propio peso para el hombre de deseo, son medios de su deseo, no es su deseo. Lacan encarnaba por lo contrario lo que hay de enigmático, de poco tranquilizador, incluso de inhumano en el deseo, y sigue siendo todavía hoy un enigma. Encarnaba
algo como aquel ¿Qué quieres? Del que él mismo hace en su grafo el punto de pívot del deseo.” Para Elizabeth Roudinesco –por alguna oscura razón que ya insiste en su Diccionario con la tendenciosa entrada a Oscar Masotta- en su último libro Lacan, envers et contre tout (Ed. Seuil, 2011): “Se trata de la historia del psicoanálisis y de su historiografía, donde todo pasa entonces retroacción y en un contexto, (…) Lacan -después de Freud, y todos sus sucesores- es siempre mirado tanto como un demonio como un ídolo”, pero agrega, es por culpa de los psicoanalistas que “prefieren la memoria a la historia”(…) “enemigos de su disciplina y su herencia”. (pag. 12-13) Ella supone que ya pasó la época heroica del psicoanálisis y que ahora los analistas “se transforman en psicoterapeutas organizados en una profesión reglamentada por el estado”. Muerto ya el último gran hombre de la aventura intelectual que sería Lacan, se podrá hablar a las nuevas generaciones de “otro Lacan confrontado a sus excesos”. La historiadora recurre a una historiografía basada en la obra cerrada más que en la enseñanza abierta, inconclusa. Se trata de los motivos personales, baúl de anécdotas entre lo público y lo privado; olvidando la dimensión del “secreto para
si mismo”, “rasgo de genio” que habita el psicoanálisis. Nosotros, lectores de Borges, preferimos evocar lo múltiple de alguien que teje la red entre sus precursores y sus sucesores, en un vector que anuda el pasado con el futuro, según la temporalidad de un futuro-anterior. Leemos así: Lacan kafkiano, el que crea sus precursores, autorizándose en la cita a Freud, Spinoza, Aristóteles, Clearembault, LeviStrauss, Kant y Sade, pero también la cibernética, la topología, la lógica y el clasicismo de la enciclopedia francesa. Lacan épico, en su doble retorno: primero, al sentido de Freud en tanto una dirección que va hacia un objeto “vacío de Dios”, mientras se objeta como pecado original de Freud el hacer de padre con su invención. Segundo: retorno al sentido de la historia por lo que la objeta, roca en el camino que la hace durable, captando el objeto por lo imposible de decir. Ese es un real que se vuelve su síntoma y lo obliga reinventar el psicoanálisis. Lacan paródico: en su operación de retorno a las fuentes para hacerles decir algo de lo que conviene a su desarrollo: “la parodia de nuestro discurso: sea que se atenga uno a su etimología que indica un acompañamiento, e implica la precedencia del trayecto parodiado” (Obertura
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a los Escritos). Es ese proseguir al lado de Freud. Algo que Masotta aprende bien al fundar su Escuela de Buenos Aires. Lacan ético: el que se ofusca ante el semáforo rojo, para no ceder a su deseo de existir. Solitario en su continuidad: “Entristecí a una persona muy próxima a Lacan al decirle que si bien él me había instalado en la posición de redactar sus seminarios, de todas maneras yo veía en él un cierto lado después de mi el diluvio.” - dice Miller. Es así que Lacan no dejará otra herencia que un enunciado sin enunciación fija, una equis (x) a ser interpretada por quienes lo sigan. Salto mortal en el aire, en un movimiento que va del precursor al sucesor. Lacan significante: Como planteó Germán García en su lectura de Vida de Lacan con el subtítulo: la discreción de JacquesAlain Miller. Es que el significante es discreto, no es sin otro significante en la acción de la estructura del lenguaje. Como aquello que se impone, el significante se interpreta por el Otro que opera sobre el sujeto. Dos caras entonces, su dimensión semántica como su dimensión pragmática. La primera es interminable, atañe al sentido que se escapa, la segunda se verifica. Jacques-Alain Miller se sucede temporalmente con otro deseo. Recrea, elucida y dicta un curso donde interpreta la
actualidad del psicoanálisis, pintando sus problemas cruciales con un pincel tan clínico como lógico. Enseñanza de un sucesor nombrado explícitamente por el precursor. Analizamos entonces el contexto de la historia basada en el archivo mas profano, del significante “Lacan”. En el informado libro La constelación del sur- traductores y traducciones en la literatura argentina del siglo XX- de Patricia Wilson leemos: “si se piensa que un texto se completa con su marco de lecturas, que el polo de recepción interviene en el soporte textual, convirtiéndolo así en objeto estético, toda traducción no puede sino ubicarse dentro de la literaria importadora.” Así la estética de la recepción de un texto depende del contexto histórico-político que determina las lecturas, según el horizonte de expectativas, es decir que el sentido último quedaría en manos del lector-importador. Esto lleva a la pregunta acerca de qué sucesor de Lacan supone el lector del siglo nuevo. Y en nuestros países glocalizados. El detalle que faltaba: el deseo del analista. Ubicado entre el precursor Freud y el sucesor Miller, “Lacan” se traduce en una modalidad no semántica –no ya el vocabulario como adecuación- sino una política del decidir: lo que queda por transcribir de su enseñanza, o de “su ma-
Mercedes Denti
nía de neologismo” de la que Roudinesco se queja. Lo que queda por traducir de Lacan son las formas actuales en que se puede encarnar en alguien como la clínica de “el deseo del analista”. Claro que no es sin un modo de organización ad hoc, según nuestros mercados comunes en crisis, en el contexto que permite que esa (x) se transmita. Tomando el detalle en su ejemplo, en un seminario dado en Brasil en 1991, diez años después de la muerte de Lacan; Miller pregunta “¿No podemos decir que hay algo del deseo de Lacan en esta estructura del deseo del analista?”, cita del prefacio de ese seminario publicado en Buenos Aires en 1997 como El deseo de Lacan por Germán García, quien responde: “El deseo de Lacan era su singularidad, mientras que el deseo del analista que propuso se dirige al despertar de cada uno” Los llamados analistas lacanianos ¿Qué hacemos con Lacan como puro significante? Pregunta que se impone como aquel addagio arábe que reza: “y cuando el pájaro haya volado… ¿qué haremos con la jaula?”. Seguramente otra cosa que encerrarnos en los límites del lenguaje de cada uno. La comunidad que viene será lacaniana. Apuesta al significante.La Plata, primavera del 2011
Lic. Rodrigo Cibils
Lic. en Psicología Clínica
Psicólogo M.P. 391
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CICLO 2011 EN LA APM 5º Clase del Curso anual “Los nombres del otro no son del Otro, síntoma e identificación en la experiencia analítica” Dictado por Christian Gómez Comentario: Germán Tor Para la quinta clase de su curso anual C. Gómez se valió de la lectura del texto freudiano “Psicología de las masas y análisis del yo” para continuar con el abordaje de la tensión entre identidad e identificación. A su vez tomó como referencia uno de los libros citados por Freud en dicho texto: “Psicología de las masas” de Gustav Le Bon, libro en el cual Freud se basa para hablar de la masa social. Indicó que allí Freud comenta fundamentalmente dos autores: Gustav Lebon y McDougal. Del primero se detiene en su descripción de la masa social y del segundo destaca una característica ausente en el primero: el carácter de afectividad que caracteriza a la masa. Además, señaló Christian, el segundo agrega una distinción más al respecto, distingue masa de multitud, la multitud se caracteriza por ser circunstancial, por lo tanto la duración de ese fenómeno es fugaz, espontánea y los fenómenos psicológicos que se producen son también fugaces y espontáneos, en cambio, una masa se caracteriza por contar con organización y una temporalidad histórica. Del primer autor mencionado, comentó Christian Gómez, a Freud lo primero que le llama la atención es la descripción que da de la masa “Ente provisional que consta de elementos heterogéneos unidos entre sí durante cierto lapso”. Ante tal descripción Freud formula la pregunta ¿Qué los une? Lebon responde que los une el contagio y la sugestionabilidad, y al respecto agrega que “El contagio es un efecto de sugestión”, siendo ésta última producto de un influjo. Esta respuesta no satisface a Freud, ya que considera que el autor no termina
de explicar la naturaleza de dicha sugestión y de dicho influjo. Debido a ello Freud prescinde de los términos “contagio” y “sugestión” por considerarlos imprecisos y realiza un recorrido argumentativo que lo lleva a introducir y a oponerles los términos de “identificación” y “libido”. Respecto a la libido, Freud plantea que la entiende como una ligazón afectiva de la cual no se puede prescindir, o sea, lo que une los cuerpos a eso le llamamos “amor”. De ese modo, destacó Christian, Freud cambia completamente la concepción porque la psicología de la masa freudiana es que lo que une es siempre el amor. Ahora bien, agrega Freud, hay una ligazón afectiva anterior al amor, anterior al eros y es la identificación. Y a la pregunta ¿qué es la identificación? Freud la define de un modo –señaló Gómez- que es problemático: la identificación es una manera de recuperar el objeto perdido; o sea que me identifico a algo que en tanto objeto está como perdido. O sea que identificar es una manera de recuperar el objeto. En éste punto comentó que consideró necesario dedicar toda una clase del curso (la siguiente) al comentario del capítulo en donde Freud se detiene en el abordaje del término “identificación”, capítulo que lleva por título “La identificación”. A continuación se desplazó a comentar la comparación que hace Freud entre la hipnosis y el enamoramiento a partir de la idealización. Señaló que Freud se detiene en la siguiente afirmación “Un rasgo de la masa es la idealización” Y agregó que el modo en que Freud explica esa afirmación es lo que podría permitir distinguir el
nombre del otro (imaginario) del nombre del Otro. Freud responde que en la masa podemos suponer los siguientes componentes: un objeto exterior, el yo (que vamos a escribir como “a”) y el ideal del yo. Y la relación entre ellos sería la siguiente: en una masa encontramos que los yoes se unen libidinalmente por tener en común el haber puesto el mismo objeto exterior en el lugar del ideal del yo. Por ejemplo, si es una masa como la iglesia, entonces suponemos que todos pusieron a Cristo en el lugar del ideal, o sea que la figura de Cristo está idealizada y los yoes se identifican unos a otros por ubicar el mismo objeto exterior en el lugar de su ideal. A ello arrojó una hipótesis: no es lo mismo que en lugar del ideal esté Cristo a que esté, por ejemplo, la marihuana. Si a dicho esquema lo tenemos que actualizar, hoy por hoy las masas no se caracterizan por su organización y su temporalidad histórica. Allí es donde algo de lo que dice Freud explica el texto de Hacking, el efecto bucle que describe Hacking, o sea que hoy por hoy cualquier cosa permite aglutinar, no es necesario Cristo para armar una masa, armas una masa con el consumo de marihuana o con la palabra “anorexia”. Entonces hoy lo que tendríamos es un montón de conglomerados que se constituyen de ese modo pero que no son universales. Retomando la referencia al libro de Alejandro Grimson “Los límites de la cultura”, señaló que actualmente se observan fenómenos de masa que son transnacionales pero que son particulares, no universales, por ejemplo, rebrotan fenómenos que se creían que la globalización iba a superar, como por ejemplo los nacionalismos.
[5] A partir de allí pasó a retomar una pregunta formulada por Freud que también permite avanzar en la tensión entre identidad e identificación ¿por qué la masa si bien tiene rasgos neuróticos no es la neurosis? Freud responde, que si alguien adopta el objeto de la masa, de esa manera entra en la comunidad. O sea que una buena manera alguien tiene de eliminar el rasgo neurótico es borrarlo a cambio de una identificación masiva al ideal. Y agrega Freud
que es por eso que seduce tanto cualquier propuesta que le haga creer al individuo la ilusión que va a entrar en una masa, o sea que va a poder agruparse con otros a partir de un rasgo común. De acuerdo a este planteo, otra orientación posible sería que en el lugar del ideal no haya un objeto exterior común sino un detalle íntimo, aquí ubicaríamos a la neurosis, donde tendríamos la singularidad de alguien. Aquí podríamos ubicar el nombre del Otro, donde el ideal
parte del inconsciente de cada uno, por lo tanto ese rasgo singular no hace masa, no es lo que se tiene en común con los otros sino lo que se tiene como más íntimo. Subrayó que no es lo mismo organizar una vida recurriendo a un nombre que forman masas sociales a que una vida esté rumbeada por un nombre íntimo, lo cual lleva a plantear la siguiente pregunta ¿con cuál rasgo alguien va a decidir nombrarse?
Seminario Anual: Actualidad de la clínica diferencial 5ta. Clase El día 21 de Septiembre se llevo a cabo en la Asociación de Psicoanálisis de Misiones la quinta clase del Seminario Anual: “Actualidad de la clínica diferencial “, clase en la que se da inicio a la primera parte del tercer eje que ordena dicho seminario, bajo el título Perversión, a cargo de las docentes Adriana Gómez y Claudia Espínola. En la primera de las dos clases que conforman este eje Claudia Espinola realiza una lectura de textos freudianos en los que el autor hace referencia a la perversión, comenzando por referirse a las cartas a Fliess donde Freud se refiere a los mecanismos psíquicos de percepción, inconciencia y preconciencia para explicar que ciertos acontecimientos de carácter sexual han sido separados de la conciencia. Aquí Freud utiliza el término versagung, traducido como denegación pero utilizado para designar un detenimiento de un proceso hacia la retranscripción a la preconciencia y conciencia suponiendo como defensa a la represión. Dice Freud: Dentro de la misma fase psíquica y entre transcripciones de la misma variedad, se ponen vigencia una defensa normal a causa de un desarrollo de displacer; una defensa patológica, en cambio, solo existe contra una huella mnémica todavía no traducida de una fase anterior. A partir de aquí Freud plantea tres grupos de
psiconeurosis sexuales: histeria, neurosis obsesiva y paranoia y otra, como consecuencia de vivencias sexuales prematuras, la perversión, cuya condición parece ser que la defensa no sobrevenga antes que el aparato psíquico se haya completado o que no se produzca defensa alguna. También refiere la docente que Freud habla de un carácter bisexual inicial del cual devendría un ser femenino o masculino y a los cuales supone un paralelo entre displacer-neurosis y placer-perversión. En 1905, Freud retomaría en Tres ensayos de teoría sexual, esta idea de un carácter bisexual inicial, para pensar en el primero de los tres ensayos la idea de Aberraciones sexuales, donde trabajará con dos términos que son: objeto y meta, refiriéndose al objeto como objeto sexual definiéndolo como la persona de la que parte la atracción sexual y define meta sexual a la acción hacia la cual esfuerza la pulsión, hacia los que la experiencia considera las desviaciones en relación con la norma supuesta. Aquí refiere, en relación al objeto sexual, a la inversión, en la que señala hombres cuyo objeto sexual no es la mujer sino el hombre y mujeres que no tienen por tal objeto al hombre, sino a la mujer. A la vez clasifica a estos invertidos según sean absolutos, anfígenos u ocasionales. Para continuar, Adriana Gómez, tomó el se-
gundo apartado del programa, dentro de la presente clase: el fetiche como modelo. Continuando como bien decía, a partir de lo planteado por Claudia Espínola acerca de la Aberraciones sexuales planteadas por Freud en 1905 donde introduce la perversión junto a la sexualidad normal. Define a las perversiones como transgresiones anatómicas o como demoras en relaciones intermedias con el objeto sexual. Dentro de las primeras ubica el fetiche, como un sustituto inapropiado del objeto sexual. Dice: un objeto sexual normal es sustituido por otro que guarda relación con él pero es completamente inapropiado parea servir a la meta sexual normal. Es decir, el fetiche depende de la sobrestimación del objeto sexual ya que invade todo lo conectado al objeto por asociación. El sustituto del objeto sexual es en general una parte del cuerpo poco apropiada a un fin sexual, o un objeto inanimado relacionada con la persona sexual o con su sexualidad. El caso patológico, plantea Adriana Gómez, sobreviene solo cuando la aspiración al fetiche se fija y reemplaza a la meta sexual normal o cuando el objeto fetiche se desprende de la persona amada y pasa a ser un objeto sexual por sí mismo. Entre 1909 y 1927 Freud analiza casos de fetiches del pié en varias oportunidades, culminando esto con el texto Fetichismo,
[6] de 1927 donde se puede observar que al igual que con la neurosis en la teoría freudiana el eje es el complejo de castración, es decir, la génesis del fetichismo estará articulada al complejo de castración. Plantea Freud: el fetiche es el sustituto del pene, pero agrega, no de cualquier pene
sino de uno muy particular que ha tenido significatividad en la primera infancia, pero se perdió más tarde. El fetiche es el sustituto del falo de la mujer- de la madreen que el varoncito ha creído y al que no quiere renunciar. Lacan dice: el pene en cuestión no es el pene real sino el pene en
la medida en que la mujer lo tiene, es decir en la medida en que la mujer no o tiene, o sea el falo.
Comentario: Claudia Fernández
MÓDULOS DE INVESTIGACIÓN Actualidad de la clínica, respuestas a lo contemporáneo Por Julieta Ríos Siguiendo la línea planteada en el módulo a partir de la lectura y referencias indicadas por Lacan en el seminario De los nombres del Padre, comentamos desde el texto Totem y tabú de Freud, de 1913.
En este escrito, Freud aborda la cuestión del padre en las sociedades primitivas como la australiana, donde el totem constituye un sistema de creencias y de organización de las tribus salvajes, está en el origen de las
religiones y sistemas posteriores de eticidad. El totem está en el lugar de las instituciones y religiones actuales, ya se lo puede pesquisar como algo que da orden. Freud recurre al mito de la horda primitiva,
[7] que se regía por un padre gozador que tenía acceso a todas las mujeres. Por ello despierta el odio de los hijos, que matan al padre, lo cual termina dando origen a una obediencia retrospectiva, que impone ciertas prohibiciones (Oscar Masotta). Es decir que producen un resultado diferente al buscado: sentimientos de culpa y arrepentimiento. Se prohíben ellos mismos el acceso a las mujeres del grupo. O sea que adquieren de esta manera un cierto orden. Dos prohibiciones totémicas fundamentales: “no matarás al animal totémico” y “no gozarás de las mujeres del mismo clan”.
Ambas remiten a la prohibición de la muerte del padre y a la prohibición del incesto, respectivamente. El totem se convierte en un objeto de culto, puede ser cualquier animal, vegetal, entidad natural, etc. El totem va a representar al padre. A partir de él, surge en la comunidad el tabú del incesto, tabú entendido como prohibición, como ley. Freud señala con estas elucidaciones que en la base de las sociedades totémicas, subyace una renuncia pulsional. Se puede leer en Freud, a partir de Lacan, que recurre al mito para dar cuenta de la
función simbólica del padre. Continuaremos con la investigación a partir de la lectura de textos freudianos, El malestar en la cultura y El tabú de la virginidad. Con las nociones de padre simbólico, imaginario y real retomando el recorrido que señala Markos Zafiropoulos en la enseñanza de Lacan, en su libro “Lacan y las ciencias sociales”. Responsable: Julieta Ríos Coordinador: Christian Gómez Asesor: Enrique Acuña
Lectura de los casos de Sigmund Freud Por Adriana Gómez La lectura conceptual del caso Dora decantó, del concepto de transferencia al texto “Función y campo de la palabra y el lenguaje en Psicoanálisis”, texto que además de mostrar una función política, ya que marca la posición de Lacan en 1953, con la consigna del retorno a Freud y el tiempo variable de las sesiones; muestra también la época de predominio de lo simbólico en la enseñanza lacaniana. Lacan plantea allí en contraposición a las teorías pos freudianas, que solo se dará su pleno sentido a los conceptos fundantes del psicoanálisis orientándose en un campo de lenguaje, ordenándose a al función de la palabra. Centramos la lectura en las nociones de palabra plena y palabra vacía. Palabra vacía es aquella con la cual “el sujeto habla en vano de alguien que, aun-
que se le pareciese hasta la confusión, nunca se unirá a él en la asunción de su deseo”. Entendemos, que es un discurso sin la implicación del sujeto que habla, sin efectos subjetivos. Ante la palabra vacía la psicoterapia responde con el análisis de las resistencias. La indicación de Lacan es responder ante esta con la suspensión de las certidumbres del sujeto. El debate del módulo introduce entonces al Sujeto supuesto Saber, tomando como efecto de su presencia esa suspensión de certidumbres, la posibilidad del pasaje al equívoco. No podemos omitir el uso de la interpretación haciendo par al manejo de la transferencia. Con esta respuesta de parte del psicoanalista, dice Lacan, comienza la realización de la palabra plena. Palabra reveladora
de la verdad del sujeto. Vemos como Lacan no sitúa a la palabra plena – verdadera en el pasado histórico del sujeto, sino que el efecto subjetivo de proferir una palabra plena es producir una modificación en el sujeto al reorganizar los hechos pasados, a la vez que como consecuencia obliga a tomar una posición ante lo que está por venir. El recorrido hecho en la reunión anuda palabra plena a transferencia e interpretación. Para retomar esto, la lectura grupal continuará con “La dirección de la cura y los principios de su poder”. El módulo se reúne los segundos miércoles de cada mes a las 18:15hs. Responsable: Fernando Kluge Coordinador: Carlos Wall. Asesor: Christian Gómez.
El psicoanálisis y los acontecimientos del discurso Por Adriana Gómez La reciente reedición de la revista Literal abre para el módulo una veta nueva para la investigación de la entrada y existencia del psicoanálisis en Argentina. La impron-
ta psicoanalítica de literal estuvo impulsada en primer lugar por Germán García. Germán García (1) explica la posición política de Literal ante la situación de la
época “En la guerra, entonces, tenés dos cosas: tenés la ofensiva, que tiene que ser de una gran velocidad, y la defensiva, que es asimétrica, puede estar toda la
[8] vida. Entonces, yo me dije: hay que hacer una revista a la defensiva. Y el slogan defensivo de ese momento es: “no matar la palabra, no dejarse matar por ella. Cualquiera que estaba en el asunto sabía que no matar la palabra era que no nos íbamos a callar, no íbamos a ser orgánicos. No dejarse matar por ella quiere decir que no íbamos a ser guerrilleros tampoco. Ni orgánicos ni guerrilleros”. Jorge Quiroga sostiene que si bien era García el psicoanalista, al grupo le parecía pertinente que el psicoanálisis tuviera un lugar en literal porque traía una seria
discusión sobre las cosas y era tan importante como la literatura en la revista. El lugar y los efectos de el psicoanálisis dentro de Literal son resumidos por Ariel Idez (2): “pensar literal como una máquina de lectura dotada con el lente oblicuo de la teoría psicoanalítica lacaniana, recién importada al país por Oscar Masotta, que los literalitas ocuparan contra sus enemigos predilectos: el realismo y el populismo….. en literal no se tratará de escribir para (la revolución, la lucha del proletariado, asumir el compromiso) sino de escribir por (escribir) asumiendo el
goce (sí, onanista) de la letra…” Responsable: Rodrigo Cibils. Coordinador: Adriana Gómez. Responsable: Christian Gómez.
1. Entrevista incluida en el dossier literal en www.bn.gov.ar. Realizada por Juan Mendoza. Año 2009. 2. Literal- edición facsimilar-Buenos Aires. Biblioteca Nacional. 2011.
Psicoanálisis y Salud Pública Por Claudia Espínola
En los últimos encuentros, en lo atinente a la Salud pública, tomamos en consideración ciertos discursos que se pretenden homogeneizantes –en tanto abogan por la igualdad de derechos-, desde el sesgo de la infancia. Con la constitución del Estado Moderno, se comienza a hablar de derechos y protección a los niños y de los niños. Aparece la Pediatría, y la Pedagogía a nivel Educativo. Phillippe Ariés plantea que es a partir de entonces que el niño será “alguien de quien preocuparse”, “a quien proteger”, y “de quien protegerse”. Por el lado del discurso jurídico, se nombra al niño como “menor”. El diccionario (*) define Menor, del siguiente modo: “(Del lat. minor, -ōris). 1. Que es inferior a otra cosa en cantidad, intensidad o calidad. 2. adj. comp. Menos importante con relación a algo del mismo género”. En tanto menor, el niño debe hacerse representar por Otro. Ello no se aleja de aquél momento mítico trabajado por
Freud en el Proyecto, en el cual el niño se encuentra inerme, a merced de la asistencia de sus cuidadores. El problema recae en el plus de victimización al que se lo expone, al ser pensado como incapaz de responder por sus acciones –en detrimento de sus recursos. Tomando a E. Acuña (**): “El problema es reducir al sujeto a su posición de victimización, minoridad que hace ubicar el mal en alguna parte del mundo, sin saber de la causa de su deseo”. Entonces la minoridad no pasa por una cuestión de etapa cronológica, sino por una posición que vela los propios modos de respuesta. En este mismo sentido podemos pensar la situación de aquél que porta una discapacidad, en ocasiones denominado minusválido: “(Del lat. minus, menos, y válido)”. Ubicado en un lugar de bebé eterno, muchas veces es tomado por el deseo materno, en absoluta dependencia, como sin posibilidad de hacer algo por sí mismo
y menos aún responder por sus acciones, por su deseo. Cabe agregar aquí también la situación de la psicosis infantil –en tanto que, en la actualidad, los niños con dicho diagnóstico reciben tratamientos en los llamados “Centros de atención para niños con capacidades diferentes”. De lo dicho hasta aquí, surge la pregunta por el lugar que ocupa el niño portador de discapacidad en el deseo del Otro. Responsable: Claudia Espínola. Coordinador: Claudia Fernández. Asesor: Leticia García (Asociación de Psicoanálisis de La Plata) Notas: (*) Diccionario Real Academia Española. (**) Acuña, Enrique Lo real miente (en el síntoma)- Texto difundido en el Foro clínico Actualización en inhibición, síntoma y angustia, 01/04/06. Publicado en boletín Nombres del psicoanálisis en movimiento, año 2 Nº 9.
Claudia Espínola Lic. en Psicología
15718425
Consultorio: Rivadavia 1636, 8º D. Tel.: (03752) 15722641
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LA BIBLIOTECA DE LA A.P.M Publicaciones recibidas: -Jacques Allain Miller. Vida de Lacan. Escrito para la opinión ilustrada. Buenos Aires. Grama Ediciones. 2011. Donado por Christian Gómez. -Jacques Allain Miller. Matemas II. Buenos Aires. Manantial 2008. -Jacques Allain Miller. Los divinos detalles. Buenos Aires. Paidós. 2010. -Paolo Caruso. Conversaciones con Lévi – Strauss, Foucault y Lacan. Barcelona. Editorial Anagrama. 1969. Donado por Marcelo Ale. -Tzvetan Todorov – compilador - . Teoría de la literatura de los formalistas rusos. Buenos Aires. Siglo XXI. 2011. Donado por Marcelo Ale. -Literal edición facsimilar. Buenos Aires. Biblioteca Nacional. 2011.
-Psicología de las masas. Gustave Le Bon. Formato digital. -Ficha: Dossier Literal. Entrevistas a Germán García, Luis Guzmán, Jorge Quiroga, entre otros. Biblioteca Nacional. -Descartes. Por una política del Witz. Dir. G.G. Año XVII. Julio 2011 - Nº 21 -Bartolomé M.A. Parientes de la Selva. Los guaraníes mbyá en Argentina. Ed.de la UCA, Paraguay 2009 -Cebolla Badié, Marylín. Etnografía sobre la miel. Ed. ABYA YALA
Acerca del III Encuentro de Psicoanálisis con la Historia y la Cultura: el síntoma de cada uno en la cultura globalizada. Por Rodrigo Cibils El 16 y 17 de septiembre del presente año, se realizó en Paraguay el III Encuentro de Psicoanálisis con la Historia y la Cultura –el síntoma de cada uno en la cultura globalizada-. En esta ocasión, Asunción se vistió de anfitriona para recibir a psicoanalistas e interesados de Asunción, Encarnación, Buenos Aires, La Plata, Posadas y otras ciudades. Ya el encuentro se empezó a vivir semanas antes a partir del envío on-line de “Pre-textos” que ade-
lantaron el debate de esta ocasión. Como temática central, “el síntoma de cada uno en la cultura globalizada”, se abrió la partida hacia pensar al psicoanálisis a partir del síntoma de cada uno pero en lo global de la cultura, en donde el acto analítico tiene consecuencias en lo social. Se trata, entonces, de la intervención del analista en el hecho social. El encuentro estuvo organizado en tres mesas con exposiciones de distintos lu-
gares y con una intervención de Enrique Acuña: “La angustia social y el síntoma en el diván”. En la primera mesa, intervinieron desde Posadas Lorena Danieluk y Rodrigo Cibils, y desde Asunción, Álvaro Porley. Lorena Danieluk se interroga lo contemporáneo a partir de la vigencia actual del texto de Freud sobre “El malestar en la cultura”. Cataloga al camino de la felicidad como de irrealizable, ubicando a los síntomas como testigos
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[ 10 ] de las tensiones que vive cada época y los efectos singulares que muestran lo ilusorio de esa promesa de felicidad. Señala que el psicoanálisis, a diferencia de otro discurso de la época, genera una torsión en la trama en donde lo público (para todos, la cultura) y lo privado (de cada uno, la pulsión) se encuentran. No sólo porque hace jugar en el interior de la experiencia lo público, sino que también hace de una experiencia privada algo que implica un retorno del sujeto a lo público, pero diferente esta vez. Por su parte, Álvaro Porley, vuelve sobre el mismo texto freudiano haciendo una lectura actual del mismo. En la segunda mesa, Melissa Duré y Diosnel Martínez (de Asunción), articulan psicoanálisis y política exponiendo ejemplos paraguayos, y a partir de un trabajo sobre el chiste y la comicidad. En una lectura detenida del texto freudiano sobre la agudeza recurren a la dimensión cotidiana de los juegos ingeniosos con las palabras y sus efectos de creación, como una manera de intentar decir algo que a veces se prefiere callar. Por otro lado, Mara Vacchetta Boggino (de Asunción), recurre en su trabajo a un bagaje de referencias histórico-políticas donde pone en juego la intervención del analista en un contexto actual, donde a partir del tiempo, la historia y la política, el analista interviene en los debates contemporáneos de cada país hermano, Argentina y Paraguay. En la tercera mesa, Christian Gómez desde Posadas, señala que el psicoanálisis inter-
viene en lo social a partir de una concepción de qué es la cultura dando cuenta de que en vez de vínculos sociales más o menos estables hay síntomas. Revisa diferentes referencias desde la ciencia y la filosofía (Richard Rorty, John Searle, Ian Hacking, entre otros) para pensar el hecho social. A las posiciones del relativismo cultural y del construccionismo, el psicoanálisis responde con la pregunta acerca de qué hay de viejo en lo nuevo, aquello que se repite, al modo de los cometas, en los síntomas contemporáneos en tanto demuestran la conjunción en el hablante entre el lenguaje y el goce, donde la “aurora del síntoma” se opone al crepúsculo de las tradiciones en tanto insiste en hacer un camino singular para cada quien en una experiencia que lo extrae de cualquier intento de aprehensión colectiva. Diana Lesme, desde Asunción, retoma el texto freudiano sobre “El malestar en la cultura”, para pensar la violencia en las escuelas posmodernas. Sitúa dos ejes para pensar las instituciones educativas a la luz del psicoanálisis: la promesa, fallida, de felicidad como bien común y los esfuerzos por establecer pautas universales de acotamiento del goce, siendo estas siempre fallidas a partir de un retorno siempre sorpresivo de la pulsión en su insistencia por una satisfacción, demostrando la afirmación freudiana de la educación como un imposible. Por último, Dolly Sosa, desde Encarnación, trabajó sobre la problemática cotidiana que vive la juventud encarnacena a partir del avance de la transformación obligada su ciudad. Estudia esta trama cotidiana a partir de
la referencia freudiana sobre las identificaciones, la constitución de los ideales y la voz imperativa del superyó, ubicando al analista como un actor participativo en estos debates públicos. Enrique Acuña, en su intervención titulada “La angustia social y el síntoma en el diván”, condujo al auditorio por un recorrido que es propio de la experiencia de un análisis en donde a partir de una operación del analista la angustia social se vuelve un síntoma vinculado a cada sujeto. Señala que la angustia social de un instante crítico y sorpresivo olvida el relato que cada uno puede hacer de ese hecho y produce una evaluación de factores externos sobre los protagonistas que anulan al sujeto que está en juego en ese acto. Para el psicoanálisis, la angustia no miente, en donde el relato se anula y hay una experiencia de un displacer. Entre otras referencias, Enrique Acuña, retoma el cuento de Hoffman trabajado por Freud y ubica como Lacan en el seminario de la angustia introduce el el concepto de “unheimlich”, la angustia en el nivel externo, en el nivel social, en el nivel perceptivo. Al final de su intervención, y tomando el mismo seminario de Lacan, despeja la pregunta sobre que es un análisis para ubicarla como una experiencia real, en donde se toma la palabra para empezar a hablar de ese elemento que apareció como extraño, como angustia, para luego transformarlo en un síntoma que está apoyado sobre las fantasías, y luego extraer un objeto “a” sobre el cual el sujeto tiene una relación ya no de extrañeza sino de extimidad.
Conferencias obereñas Reseña por Fernando Kluge, Carlos Wall y Germán Tor. Sábado 25 de junio ¿Qué es el inconsciente? La interpretación de los sueños Invitado: Christian Gómez (A.P.M. Posadas). Interlocutor: Carlos Wall El 25 de Junio se llevó a cabo en la ciudad de Oberá Misiones la primera conferencia sobre “El Malestar en nuestra Cultura”, la cual se integra en un programa de cua-
tro encuentros que se desarrollaran a lo largo del año en esa ciudad y que estarán a cargo de docentes miembros de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones y de Enrique Acuña como encargado de la conferencia de cierre de las jornadas. La conferencia llevó por título “¿Qué es el inconsciente? La interpretación de los sueños” y estuvo a cargo de Christian Gómez, quien tuvo como interlocutor a
Carlos Wall. Christian partió por despejar qué quiere decir malestar y cómo se lo piensa en la Cultura, entendida ésta como trama simbólica inherente de lo humano y por lo tanto como efecto del lenguaje. Mediante un esquema explicativo delimitó la hipótesis de que el malestar es el efecto de una tensión entre la felicidad para todos y el bien para cada uno. Lo que llamamos
[ 11 ] la cultura se ubica del lado de la felicidad para todos, es decir que el dispositivo cultural debe, a modo de imperativo, promover el bien común. Desde la otra esquina la Pulsión freudiana queda ubicada en el costado del bien para cada uno, se trata aquí, de un término que designa un apremio inherente a lo humano, apremio que exige satisfacción a pesar de no indicar de antemano el objeto que espera alcanzar ni la forma de satisfacción que colmará la exigencia. Pasó a destacar que la cultura y la pulsión se recubren parcialmente. Hay una parte de la pulsión que no es captada por la cultura y por lo tanto el malestar es un efecto de cada vez que el resto aparece. Para el psicoanálisis, los síntomas son intentos, invenciones singulares, que buscan arreglárselas con ese elemento que queda por fuera de la yuxtaposición entre pulsión y cultura. A continuación Christian desarrolló la particularidad de la invención freudiana como modo de abordaje de ese malestar, el dispositivo en el que Freud incursiona apunta a la búsqueda de una causalidad inconsciente a partir de invitar al sujeto a hacer uso de su palabra y así empezar a nombrar algo de su malestar. Remarcó que ese saber ignorado no está escondido sino en el propio lenguaje. Y ello porque el inconsciente se articula a los síntomas y éstos, por su parte, metabolizan ese resto pulsional que exige satisfacción. Resto capturado por el lenguaje, entonces el inconsciente aparece por el hecho de hablar y lo hace a través de cuatro fenómenos en los que opera el inconsciente: síntoma, actos fallidos del lenguaje, los juegos o ingenios del lenguaje (agudeza o witz) y los sueños. Freud dirá entonces, según acentuó C. Gómez, que el inconsciente es retórico (por ejemplo en la ironía: algo dicho que en un contexto quiere decir lo contrario). El inconsciente habla entonces con las figuras de la retórica, lo cual justifica el acercamiento del psicoanálisis a la literatura, la poesía y el arte; los cuales se valen de esas mismas figuras. Para finalizar Gómez citó a Alexander Kojeve y su referencia al emperador romano Giulano quien en su discurso se valía de la ironía enunciando algo que quería decir lo contrario. Conformando dicha
cita una metáfora de como habla el inconsciente: que escribe pero no para ser leído por un analista sino para ser leído por el propio inconsciente, el que lee su inconsciente es quien se analiza. Sábado 27 de agosto ¿Qué encierra el objeto de arte? La mirada como real Invitado: Lorena Danieluk (A.P.M. Posadas). Interlocutor: Rodrigo Cibils La 2º conferencia llevó por título “¿Qué encierra el objeto de arte? La mirada como real” y estuvo a cargo de Lorena Danieluk, quien tuvo como interlocutor a Rodrigo Cibils. Lorena quien partió de la respuesta que se halla en el título de la conferencia “la mirada como real” y propuso desarrollarla a partir de la siguiente afirmación que fue el eje a desarrollar y despejar “Afirmar que la mirada está en el campo del gran Otro no va a tener que ver con la erotización de la visión, según la cual cada neurótico pinta su propio paisaje, sino más bien significa que el sujeto queda apresado por esa mirada, mirado constantemente por ella” Para despejarla, Lorena primero se dedico a abordar la idea freudiana de que el órgano está erotizado, libidinizado, de allí esa idea de que “se puede tener ojos para no ver”. Distinguió tres modos de esquicia trabajados por Freud: 1º) Esquicia entre ver y mirar, referencia “De la perturbación psicógena de la visión según el psicoanálisis” de 1910; 2º) Esquicia entre ver y mostrarse, referencia “Pulsiones y sus destinos” de 1915; 3º) Esquicia entre fantasía y realidad a partir de la constatación de la castración, referencia “El fetichismo” de 1927. En la primera ubicó la distinción entre el ver como una función biológica y el mirar que va a estar ligada con la sexualidad, con la erotización de esa función biológica o, dicho en otros términos, con que algo de la pulsión se satisfaga allí. En la segunda esquicia Freud plantea la separación entre el ver y el mostrarse, plantea un mirar activo que se conecta con la investigación en la sexualidad infantil y su sustitución por un mostrarse al otro. En la tercer esquicia ubicó el abordaje del problema de la castración, qué sucede cuando el niño se encuentra con la falta del falo materno, lo que introduce
la esquicia entre lo que se percibe en la realidad fáctica (la madre castrada) y lo que el niño fantasea (la premisa universal del falo), lo cual introduce el problema de qué sucede cuando alguien mira, constata una realidad fáctica y hay algo otro que está siendo fantaseado. Luego continuó señalando que, según los términos introducidos por Lacan en torno a los registros del lenguaje (real, simbólico e imaginario), podemos ubicar los planteaos freudianos en el registro imaginario: un yo que mira a otro yo, un yo que se muestra a otro yo, etcétera. Y pasó a destacar que a partir de los planteos de Lacan se puede ubicar un desplazamiento en torno a la mirada. Un primer abordaje que realiza éste es a partir del estadio del espejo, en el que la constitución de la imagen del cuerpo, de un yo, es efectiva a partir de la intervención, de la sanción del Otro del lenguaje vía la palabra, encontramos aquí el registro de lo simbólico. Si no hay esa sanción, no se produce la unificación del cuerpo, hay un cuerpo fragmentado como hayamos, por ejemplo, en la esquizofrenia. Luego, continúo Lorena, Lacan introducirá el registro de lo real en torno a la mirada, la mirada como real, como objeto real, como aquello que queda por fuera de lo simbólico, lo que no se puede captar vía la palabra. Para entender éste segundo desarrollo de Lacan, Lorena indicó una serie de desplazamientos y transformaciones filosóficas en torno al modo de entender la percepción. En relación a dichos desplazamientos, señaló un pasaje del abordaje racionalista, en donde un sujeto percibe un objeto exterior, al planteo hecho por Descartes, en donde el objeto de la empiria es dudoso, también mencionó lo desarrollado por Schopenhauer, quien plantea que el mundo es mi representación, por lo tanto el mundo puede ser percibido según el capricho de cada uno. De ese modo, subrayó Lorena, fue cayendo la idea de que el objeto se encuentra por fuera y el sujeto es el que lo percibe. En ese contexto Lacan introduce una nueva subversión en la teoría de la percepción, tomando como referencia “Lo visible y lo invisible” de Maurice Merleau-Ponty, plantea que hay algo que no se ve (la mirada) pero que determina la visión y
[ 12 ] agrega que la mirada, como real y como objeto, va a tener que ver con el hecho de que el objeto mira al sujeto. Entonces, de acuerdo a esto, el sujeto se siente mirado por ese objeto que es la obra de arte, o sea que ahí donde él cree que mira a la obra de arte, ahí es mirado por esa obra. Remarcó que el desarrollo que trazó hasta este punto en torno a la pregunta por la mirada como real según Lacan es introductorio y que de ellas podrían partir investigaciones que profundicen aún más la temática. Luego pasó a destacar que tanto Freud como Lacan consideraron que el artista le lleva la delantera al psicoanálisis y que es a partir de ello que podemos decir que el arte le enseña al psicoanálisis. Siguiendo esta vía, Lorena se detuvo en despejar qué fue lo aprendió Freud a partir de su investigación en torno a Leonardo Da Vinci y su obra. A partir de ello señaló que Freud, a partir de la lectura de las biografías de Leonardo, retoma su hipótesis sobre la sexualidad infantil ligada a la causalidad de los fenómenos neuróticos y ubica en su lectura de la biografía de Leonardo la inhibición de éste en el ejercicio de su sexualidad, como así también la inhibición en su producción artística en determinado momento de su vida y el aumento de su investigaciones en torno a artificios de lo más diversos. Ello lo llevó a Freud a introducir una vínculo posible: la investigación en Leonardo ponía en juego algo de su sexualidad infantil, de modo que la pulsión sexual pudo hallar su satisfacción a partir de esa vía: la investigación. Es así como Freud pudo aprender algo acerca de un posible destino de la pulsión iniciada en la investigación sexual infantil: el destino continuado en la obra de arte y la investigación en Leonardo Da Vinci. Freud a partir de ello acuñará el término de “sublimación”, que designa un modo diferente a la neurosis de lidiar con el empuje constante de la pulsión, ya que escapa al conflicto entre instancias psíquicas, a la inhibición y la compulsión y logra conectar la fantasía del artista a partir del objeto de arte que produce y permitiendo, a su vez, conectarse con la cultura, ya que ésta última aloja y goza de ese objeto producido. Sábado 24 de septiembre ¿Qué nom-
bran las adicciones? Los sintomas y las pulsiones Invitado: Fernando Kluge (A.P.M. Oberá). Interlocutor: Claudia Espinola La 3º conferencia llevó por título “¿Qué nombran las adicciones? Los síntomas y las pulsiones”, estuvo a cargo de Fernando Kluge, quien tuvo como interlocutor a Claudia Espínola. El eje de la conferencia giró en torno responder la pregunta: qué nombran las adicciones. Para responder a dicha pregunta abordó y argumentó la distinción entre tóxico y droga, valiéndose inicialmente de una serie de textos freudianos. 1) En primera instancia, lo que designan las adicciones para Freud, señalo, es un exceso y ese exceso es el que se vuelve tóxico, ubicó la referencia en la primera clínica freudiana, en donde distingue las psiconeurosis de las neurosis actuales, ubicando en éstas últimas a la sexualidad como produciendo un exceso y derivando en tóxico para el aparato anímico, siendo “actuales” porque su etiología no remite a una historia del sujeto. De modo que hay un resto pulsional, una tensión sexual acumulada que produce un exceso. 2) Lo segundo que nombrarían las adicciones es que éstas, según lo plantea Freud en una Carta a Fliess a modo de hipótesis, es que estarían ligadas a la masturbación, ubicando a ésta como adicción primordial. Es decir que las demás adicciones serían derivadas de ésta adicción primordial. Para entender este planteo explicó qué entiende Freud por masturbación: hay una acción mecánica y una fantasía ligada a ella, pero cuando habla de la masturbación como adicción primordial se refiere más bien a la acción mecánica, viéndose ausente la dimensión de la fantasía. En conexión esto último señalo que fantasía se enlaza con el pensamiento, con el registro simbólico y que, de acuerdo a estos dos designaciones planteadas, en las toxicomanías podríamos hipotetizar cierta ruptura con el Otro, de modo que en ellas tendría prominencia el autoerotismo. A partir de allí se desplazó al comentario del texto freudiano “El malestar en la cultura”. Señaló, retomando lo planteado en la primera conferencia, que el malestar designa la tensión y diferencia entre
el bien para todos (cultura) y el bien de cada uno (pulsión). Para Freud el malestar tiene que ver con una restricción pulsional. A partir de ello ubicó tres lugares de donde puede partir esa restricción y los modos de soluciones posibles pero limitadas: el mundo exterior, solución posible: la ciencia; la restricción producto de la relación a los otros, solución posible: el aislamiento; la restricción debido al cuerpo, en donde Freud ubica la insistencia pulsional, respuestas posibles: los quitapenas, los narcóticos. Y subrayó que Freud menciona que extremar esas soluciones puede, paradójicamente, comportar un peligro y derivar en un nuevo malestar, es decir que recurrir a quitapenas en grandes cantidades puede llevar a un nuevo sufrimiento. Y pasó a destacar que, a partir de ello, es necesario preguntarse cómo vive la pulsión cada época, cada trama cultural particular. Y pasó a introducir la hipótesis de que la toxicomanía está vinculada al modo en que se vive la pulsión en lo contemporáneo en donde, a diferencia de la época de Freud, la toxicomanía se ha generalizado. Siguiendo esta vía, tomó como referencia el texto de Jacques Alain Miller “Conferencia en Comandatuba: Una fantasía”, quien destaca que actualmente el resto pulsional se halla en el centro de la escena social, es decir que la veta simbólica (ideales, moral, tradiciones, religiones, etcétera) que antes lo articulaba ha perdido su eficacia. Ahora bien, señaló, el psicoanálisis no apuesta la revalorización de las tradiciones para abordar ese resto pulsional, no se propone, por ejemplo, ubicar a la “abstinencia” como ideal sino que la propuesta del psicoanálisis sería tramitar dicha toxicidad vía la palabra, introduciendo la pregunta por la responsabilidad de quien habla, el sujeto, con respecto a su relación con el objeto que consume. Para explicar dicha orientación Fernando comento el artículo “Psicosis en clave de adicción” de Enrique Acuña, publicado en “Resonancia y silencio. El psicoanálisis y otras poéticas”, del cual destacó cómo el autor plantea la paradoja que introduce el psicoanálisis en su modo de concebir el síntoma: en él se halla presente una satisfacción en juego que hace que alguien opte por aferrarse
[ 13 ] a su sufrimiento, de modo que el analista tiene que poder orientarse por esa ganancia que alguien obtiene a partir de su síntoma. La cuarta conferencia, titulada “Entre
ciencia y religiones: el psicoanálisis”, se llevará a cabo el 22 de octubre y estará a cargo de Enrique Acuña, quien es miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana, del Centro Descartes Buenos Aires
y es asesor de nuestra Asociación. Debatirán con él Fernando Kluge, Julieta Rios, Adriana Gomez y Carlos Wall. El lugar de encuentro será la Casa de la Cultura, en Oberá, en el horario de las 16 hs.
Debates actuales:
Mesa redonda en torno a la cuestión mbya guaraní. Por Lorena Danieluk. El pasado jueves 13 de octubre se llevó a cabo en el Museo Histórico y Arqueológico “Andrés Guacurarí” de la ciudad de Posadas una mesa redonda en torno a la cuestión Mbya en Misiones. Organizada por la Asociación de Psicoanálisis de Misiones. La misma tuvo como eje el Libro de M. A. Bartolomé* “Parientes de la selva”, contó con la presencia como invitado del Antropólogo Ricardo Fava de la ciudad de Buenos Aires, Christian Gómez, Psicoanalista miembro de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones y la coordinación de quien suscribe. Tras recordar el texto Freudiano “El múltiple interés del psicoanálisis” (1910) y lo que allí Freud plantea: no sólo el interés del psicoanálisis por otras disciplinas – el psicoanálisis no es sin otros discursos sino también el interés que otros discursos deberían de tener por el psicoanálisis. En esta oportunidad se trataba entonces de Antropología y Psicoanálisis. Por su parte Ricardo Fava orientó su ponencia en torno a la pregunta: ¿Quiénes son los Mbya en la actualidad?, que según cree es una especie de eje en el libro de
M. A. Bartolomé. Tras recordar la intimidad que existe entre los Mbya y la selva, de allí el título Parientes de la selva, responde a la pregunta apelando a dos cuestiones, por un lado la resistencia Mbya a la colonización y evangelización, como insistencia de un pueblo en seguir siendo Mbya, en no perder su identidad; por otro lado –algo muy actual - la pérdida de la selva – su territorio –. Ubica a la religiosidad como el núcleo duro de esa cultura. Plantea – quizás al modo de una acción posible – la diversidad cultural y la importancia de respetar la cultura Mbya Guaraní, en tanto es aquello que les permite ser precisamente Mbya y no otro cosa. Christian Gómez, comenta que la “cuestión” en este caso Mbya, se refiere a algo no resuelto, posteriormente tras aislar dos términos: Símbolo y Reciprocidad, que han resonado en su lectura del libro de Bartolomé. Comenta que el síntoma para el psicoanálisis permite leer eso que no marcha, menciona entonces, al modo de una hipótesis posible: cierta incomodidad en la región en trono a la cuestión Mbya. Bajo la égida de lo que enseña el libro “Parientes de la selva” sostiene que
el par Naturaleza / Cultura se desdibuja, el medio ambiente está humanizado. Retoma el texto de Levis Strauss Antropología Estructural en el capítulo la Eficacia simbólica, para mostrar que entre naturaleza y cultura está lo simbólico, más precisamente la religión (palabras alma). Entonces lo que regula el intercambio entre los seres humanos y el monte y también entre los seres humanos entre sí, tendría que ver con lo que M. Mauss denomina intercambio recíproco de dones. El Mbya no se considera dueño de la selva, es parte de ella. De este modo la agresión a la selva es también una agresión a la cultura Guaraní. Las ponencias despertaron inquietud en la audiencia dando lugar posteriormente a un intercambio muy interesante.*Miguel Alberto Bartolomé. Licenciado en Antropología por la Universidad Nacional de Buenos Aires. Maestro y Doctor en Sociología por la Universidad Autónoma de México. Profesor Investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores y de la Academia Mexicana de Ciencias.
CINE DEBATE: PROYECCIÓN DEL DOCUMENTAL “LA BRUMA – TATACHINÁ -”. -Cine teatro OberáPor Adriana Gómez En el marco de las actividades que la A.P.M. desarrolla durante este año en la ciudad de Oberá, el día viernes 14 de
Octubre se Proyectó el documental “La bruma – tatachiná -” realizado bajo la dirección de Enrique Acuña.
El debate que siguió a la proyección tuvo como invitados a Alejandro Benítez, cacique de la aldea Pindo Poty; Ricardo Fava,
[ 14 ] antropólogo social; Christian Gómez, miembro de la APM, y a Daniel Gómez, abogado docente de la UNNE. Además de las intervenciones del auditorio. El cacique Alejandro Benítez se refirió a la situación actual de la comunidad mbya guaraní planteando que su reclamo por los derechos sobre sus tierras trasciende la necesidad de mantener un espacio físico propio, señala que para la comunidad de trata de un territorio que abarca el monte y de donde obtienen los alimentos, las plantas medicinales y los materiales para construir sus viviendas. Con respecto a esto y a partir de un comentario del publico en relación a la participación los grupos ecologistas en defensa de la selva; el cacique Alejandro cuenta que el organismo estatal de ecología se ocupa de ámbitos como los parques nacionales
y no se involucra con la defensa de los territorios guaraníes. Sobre el caso del niño Julián que también está plasmado en el documental, señala que no se trató de una enfermedad común, y por esta razón la medicina blanca no funcionó. Dependía de la voluntad de los Dioses y podría ser tratada por medio del ritual que no tuvieron la oportunidad de realizar. Ricardo Fava subrayó en la cultura guaraní su relación particular a la religión, a la selva y a las palabras. Es así como el monte es un territorio simbólico dotado de significaciones donde encuentran alimentos y medicinas. Subraya que en el caso de Julián no se trata de un enfrentamiento entre ciencia y creencia, se trata más bien de un enfrentamiento entre dos creencias, la creencia en que se trataba
de una enfermedad médica ante la creencia de que se trataba de una enfermedad con un simbolismo espiritual. Por su parte el abogado Daniel Gómez agrega que la constitución nacional exige el respeto por los pueblos originarios y plantea que el primer paso para esto es conocer su cultura y creencias. En pos de esto, una intervención del público sugiere la inclusión en las planificaciones educativas, de la temática de los pueblos originarios como vía para dar a conocer e inculcar el respeto hacia la cultura guaraní. La proyección de este documental tiene el efecto de sensibilizar sobre la cuestión mbya – guaraní y esto obliga a la toma de posiciones que deben tener su consecuencia en acciones específicas; es la reflexión de Christian Gómez.
INSTITUTO OSCAR MASOTTA Seminario Clínico Ciclo 2011 “Del sueño al síntoma –vías de acceso al inconsciente”, Reseña: 5ta clase. A cargo de Graciela Esperanza: “La Neurosis de transferencia”. Por Lorena Danieluk Los días 12 y 13 de agosto del corriente se llevó a cabo la 5ta clase del IOM, a cargo de Graciela Esperanza -Directora del CID Bariloche, Miembro de la EOL, y de la AMP El trabajo se organizó consecuentemente en dos días, durante el primero la docente desarrolló la temática propuesta por la clase, en este caso “La Neurosis de transferencia”, el segundo día de trabajo se llevó a cabo la actividad de “Enseñanza de los casos” donde Julieta Ríos y Claudia Espínola presentaron, cada una a su vez, un caso de su práctica.
Tras recordar lo postulado por Lacan en el Seminario VIII donde este último dice que la transferencia es el núcleo más opaco de la experiencia, de lo que se trata es de la disparidad subjetiva de la misma, no se trata de cuestiones técnicas sino más bien de hacer la experiencia del análisis. Presenta entonces tres puntos, como marco introductorio: 1 Asimetría 2 No saber 3 Abstinencia. Para que un análisis sea posible, en el acto mismo de escuchar hay asimetría, la
creencia en la misma es la transferencia, lacan llama a esto no solamente SSS, sino también presencia del analista, deseo del analista Asimetría, quiere decir que quien sostiene la posición de escuchar tiene que escuchar de manera diferente, esto se sostiene de una teoría, de la posición del analista respecto del discurso analíticos, se sostiene fundamentalmente entonces del análisis del analista. Puesto que el deseo del analizante – como deseo inconsciente, sexual, infantil e indestructible – se pondrá en juego de
[ 15 ] manera diferente según la escucha transferencial. La asimetría que da lugar a la transferencia. Para que esa asimetría se ponga en función será necesario que alguien sepa, fundamentalmente el analista que ambos están sostenidos por la estructura del lenguaje, además que el analista sepa – en dos sentidos – que haya pasado por la experiencia, que pueda dar cuenta de las operaciones lógicas que pueden acontecer en un análisis. A falta de títulos para el analista, lo que tiene a disposición para operar son reglas: la atención flotante y la asociación libre. El enunciado de la regla será fundamental, no es indiferente el enunciado de la misma. Esto le da a posibilidad al analizante de la equivocación, en tanto creyendo que habla libremente, tendrá la posibilidad de equivocarse, experimentar que no sabe lo que dice y que es un sujeto del lenguaje. El analista trabajara en la asimetría para que resuene en el analizante la equivocidad de la lengua, además sostendrá lo traumático de a experiencia. Cuestión que es traumática por que el mayor riesgo que tiene el analizante es hablar, tomar la palabra, porque el analizante se encontrara con el no saber. Esto dará lugar a la aparición del inconsciente, como algo hablado y no sabido. Entonces para que el sujeto acceda a algo del inconsciente debe pasar por la palabra. No se sabe sino después, lo que el sujeto dijo anteriormente. El no saber – lo no sabido de un saber - es el marco de la transferencia, siendo que la transferencia es el amor al saber. La regla de la abstinencia tendrá que ver con que el analista se abstiene precisamente de saber, de ofrecer saber. Además no habla de sí, por el efecto de sugestión que esto puede ejercer y, como otro punto importante no responde a la demanda, se abstiene de satisfacer la demanda. “te pido que rechaces lo que te ofrezco – el amor -, porque no es eso”, única manera que algo del efecto de verdad le sea presentado al sujeto. El deseo del analista tiene que cruzarse con el amor de transferencia. Otra cuestión articulada a la abstinencia es que el analista este en posición de ob-
jeto y no de sujeto, si esta como sujeto puede sexualizarse el discurso, puede haber relación analista – analizante. En función de este marco, la docente toma de S. Freud lo siguiente: La interpretación de los sueños, se refiere a la presencia del inconsciente en la conciencia del sujeto. Un mecanismo muy cercano al falso enlace. Aquí la transferencia es energética e intrapsiquica, desplazamiento de la carga libidinal. Estudios sobre la histeria, Freud usa la palabra “ubertrangung”, concierne a un fenómeno interpsíquico – traslado de la representación inconsciente al analista -, la presencia de esto es algo que desempeña un papel de obstáculo, impedimento, resistencia. Es una representación que ya ha operado. La transferencia como fenómeno es nueva, pero se hace de cosas viejas. Se destaca en este texto freudiano la transferencia como espejismo y como compulsión a asociar. Recuerdo repetición reelaboración, Freud se encuentra con lo que denomina resistencia de transferencia. Se genera el concepto de “Agieren”, el paciente deja de recordar – rememorar, y actúa, repite sin saber que lo hace. La repetición aparece bajo la forma de acto. Un límite a la rememoración. Aparece aquí el concepto de compulsión a la repetición, pero ¿Qué repite?, sus inhibiciones, sus rasgos de carácter, sus rasgos patológicos… se puede en este punto pensar que tanto lo que el sujeto rememora como aquello que repita corresponden al retorno de lo reprimido, teniendo en cuenta que esta repetición sigue la idea de evitar el displacer, es una repetición que no está más allá de principio de placer. Más bien busca los medios de la repetición del placer original. Más allá del principio del placer, hay un paso decisivo, cuando Freud plantea que la compulsión a la repetición se articula a una energía no ligada, como una especie de libido que no esta contenida por los significantes. Freud piensa que cuestiones –displacenteras – pueden objetar el principio de placer, plantea tres: la neurosis traumática, el juego de los niños y la neurosis de transferencia – como síntoma neo producido por el análisis que tiene un origen fundamentalmente pulsional
-. Esto hace que Freud modifique su teoría de los sueños, dirá que los sueños en transferencia no son realización de deseo sino que dependen de a compulsión a la repetición. Aquí el paciente repite el trauma, cuestión que tiene que ver con la pulsión de muerte y la intención de la misma a volver a un estado cero. Graciela Esperanza se refiere entonces que de esta manera se puede pesquisar el pasaje que va de una idea de la transferencia como sostenida al deseo inconsciente a una idea de la transferencia como algo más pulsional. Conferencia 27, la transferencia, texto que hay que leer con otro – “La terapia analítica”, Freud se pregunta por la eficacia de psicoanálisis, cual es el espacio de la intervención analítica, en que espacio es posible hablar de efectos terapéuticos – transformaciones psíquicas, hoy se puede decir transformaciones reales, a nivel del goce del paciente. Freud recuerda que la función del analista no es mejorar la calidad de vida, tampoco preescribir nada. El analista trabaja en otro lugar, ni en los síntomas, ni en las cusas – pulsional-, trabaja lejos de la sintomatología, no importa eliminar el síntoma, es más bien en otra escena, lo cual no quiere decir que no apunte al síntoma, pero el analista trabaja en un lugar que unas circunstancias asombrosas le han hecho asequible, trabaja en la transferencia. Es la única práctica que monta y desmonta la transferencia. La comunicación o interpretación si el analista no constituye un lugar en el inconsciente del paciente no lograra nada, la interpretación no será eficaz. Se debe de constituir la “neurosis de transferencia”. La neurosis - ya constituida- se concentra en la persona del médico, ya no se trata de una enfermedad vieja sino de una neurosis nueva, recién creada, que sustituye a la anterior. La ventaja que tiene el analista es que se encuentra en el interior de la neurosis en calidad de objeto. La neurosis de transferencia crea al analista, lo crea como objeto. Si esto no se produce el analista es un terapeuta. Entonces la cura será efectiva sólo sí el analista se ubica en el interior de la neurosis como objeto. La neurosis de transferencia es además
[ 16 ] el modo en que el Edipo entra al análisis. Entonces el analista no sugestiona, más bien desmonta la transferencia, le hace ver al paciente no sólo los espejismos de la misma, sino también su relación al goce. El trabajo analítico se articula en dos partes, primero toda la libido es esforzada a pasar de los síntomas a la transferencia y concentrada allí y posteriormente se libra batalla contra este nuevo objeto. Si no hay la transferencia no hay entrada al síntoma en análisis. La actividad del día siguiente, “Enseñanza de los casos”, con la consecuente presentación de casos por Julieta Ríos y Claudia Espínola, con los comentarios respectivos de G. Esperanza, permitió articular algunas de las cuestiones teóricas trabajadas el día anterior. Siguiendo entonces el sesgo de lo que el caso enseña al psicoanálisis. Asimismo han quedado resonando cuestiones que seguramente impulsarán investigaciones venideras.
-entre el psicoanálisis y la culturaNº 1, primavera 2011 SUMARIO Editorial, por Christian Gómez Ciudades La invención del analista o la suspensión del buen gusto por Germán García Tribulaciones de Macedonio-autor por Ana Camblong El sillón fuera de contexto por Martha Bordenave El arte como política de lo real por Malena Teijeiro Tiempo de vivir, tiempo de recordar por Mara Vacchetta Posadas des-memorial, por Teresa Warenycia Experiencias Extrañeza y extimidad por Enrique Acuña Una nota de lectura sobre el estilo antitrágico, por César Mazza Cuando las etiquetas se despegan por Marcelo Ale ¿Qué nombran las adicciones? El sujeto y el goce por Fernando Kluge ¿Qué encierra el objeto de arte? La mirada como real por Lorena Danieluk Huellas El normal medicado por Germán Schwindt La ética del psicoanálisis por María Isabel D’Andrea Psicoanálisis y salud mental: políticas de lo posible por Germán Britch
La ley, el sujeto y el goce por Marcela Romero Psicoanálisis: historia y política por Rodrigo Cibils Subjetividad y juventud encarnacena por Dolly Sosa Sobre la actualidad de la psicosis y sus tratamientos por Julieta Ríos Letra chica Ese silencioso sonido solitario por Leticia García El derecho y el revés por Claudia Espínola Vida de Lacan por Carlos Wall Pasión y encanto en la experiencia analítica por Germán Tor Sobre políticas y publicaciones por Adriana Gómez Selva, cultura y las palabras-alma por Ricardo Fava Cuenta gotas Captar las formas de lo indefinido. Entrevista al pintor Zigmunt Kowalsky. Literatura regional e identidad, por Luis Angel Larraburu
Asociación de Psicoanálisis de Misiones Comisión Directiva: Presidente: Julieta Ríos, Vicepresidente: Rodrigo Cibils, Secretario: Claudia Fernández, Tesorero: Claudia Espínola, Pro-Tesorero: Betty Chemes, Vocales: Adriana Gómez, Germán Tor, Fernando Kluge, María Rogobski Director de enseñanza: Christian Gómez, Asesor: Enrique Acuña. 3 de febrero 1814 - 1º Piso, Oficina A, Posadas, Misiones - Teléfono: (03752) 15 82 71 89 · Secretaría: Miércoles de 20 a 22 hs. · www.apm-blog.blogspot.com · e-mail: apm_posadas@hotmail.com Av. Lavalle 4052 · Tel/Fax (03752) 436425 (N3300OOP) Posadas · Misiones · Argentina secretaria@imprentacreativa.com.ar