Desconocer la calidad del agua para las aplicaciones agrícolas puede ser costoso Se debe analizar el agua utilizada en las aplicaciones y conocer los requerimientos de los activos a aplicar.
REd de innovadores
En las pulverizaciones agrícolas se utiliza agua como vehículo para transportar los activos al blanco. El agua (H2O) es una molécula compuesta de dos átomos de hidrógenos y uno de oxígeno, capaz de disolver y sostener sustancias orgánicas y minerales. La calidad del agua es crucial para la performance de los productos a aplicar y esto se ve directamente reflejado en el control alcanzado con la pulverización. Sin embargo, según datos de una encuesta realizada por REM Aapresid en 2018, casi el 30% de los productores no conocen la calidad del agua con la que están pulverizando.
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Para tener la certeza de que el agua es la adecuada para utilizar en nuestras pulverizaciones, se deben conocer los valores actualizados sobre lo que hay presente en la solución que pueda interactuar con los activos. Por ello se recomienda realizar al menos dos análisis de laboratorios distribuidos en el año (la composición del agua
varía por temporada), tomando la muestra directamente de la fuente utilizada. Además, es necesario conocer cuáles son las recomendaciones brindadas por las empresas formuladoras de los fitosanitarios sobre el agua a usar. El tiempo dedicado a conocer la calidad del agua con la que contamos permitirá ahorrar costos que muchas veces se enmascaran en otros “errores” de las aplicaciones. Los factores que determinan la calidad del agua son: pH, salinidad (total de sólidos disueltos y dureza) y turbidez. pH La molécula de agua puede disociarse en H+ y OH-. El pH da idea de la proporción relativa de cada uno de estos iones en la solución y se calcula como la inversa del logaritmo de base 10 de la concentración
de H+. Por ello, a menores valores, mayor cantidad de hidrógeno en la solución y viceversa. La escala varía de 0 a 14, donde 7 es neutro (misma cantidad de H+ y OH-), a menores valores decimos que el agua es más ácida y a mayores valores el agua es más alcalina. La alcalinidad total del agua está dada por la suma de la alcalinidad de hidróxidos, carbonatos y bicarbonatos presentes (ver más adelante). El pH del agua tiene marcados efectos en el proceso de aplicación de los fitosanitarios. Un pH superior a 7 provoca hidrólisis alcalina aumentando la disociación del activo a utilizar, proceso permanente e irreversible. La masa de los iones OH- es mayor que la de los H-, por ello al encontrarse en mayor proporción (agua alcalina) y debido a la cinética química, los activos que se introduzcan al agua van a tener mayor probabilidad de colisionar con esta masa y disociarse, disminuyendo así su vida media. Una ma-