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Agricultura Sustentable Certificada de Aapresid en la feria de alimentos más importante del mundo

La empresa agroindustrial Cono SA participó de la Feria ANUGA en Alemania y llevó bajo el brazo su sello ASC de Aapresid

En el marco actual de la globalización de la economía, los productos alimenticios tienen un rol importante como eslabón integrador entre el sector agrícola y el mercado. Para poder llegar a mercados como la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, entre otros, los productos alimenticios deben ofrecer garantías que validen la información sobre origen y proceso de elaboración.

Para garantizar al consumidor que un producto alimenticio presenta efectivamente uno o más atributos de valor diferenciadores, existen sistemas voluntarios de control. Un sello que garantice un atributo de calidad puede convertirse en una importante herramienta de comercialización en beneficio de las pequeñas empresas agroindustriales.

Desde Aapresid se trabaja incansablemente en promover la certificación de los procesos vinculados a la producción de los alimentos. Recientemente, el sello de Agricultura Sustentable Certificada (ASC) estuvo presente en ANUGA, la feria de alimentos más importantes del mundo, de la mano de la empresa agroindustrial Cono SA, quien cuenta con la certificación ASC.

Esta feria internacional reúne cada dos años a los actores del sector alimentario y es el escenario de negocios más importantes del rubro. La última edición tuvo lugar del 5 al 9 de octubre en Colonia, Alemania, y contó con más de 6000 empresas expositoras de más de 90 países, entre ellas Cono SA (empresa certificada ASC de Aapresid) y fue visitada por 150.000 profesionales del sector.

Enfocada en la producción de alimentos saludables y sustentables, Cono SA siembra cerca de 30 mil hectáreas anuales y tiene intervención en toda la cadena de suministro, desde la producción hasta la exportación. Además de los principales commodities, la firma cordobesa lidera el cultivo y exportación de especialidades de alta calidad como garbanzo, porotos y semillas de chía.

Para toda su gama de productos, la firma cuenta con certificaciones de calidad internacionales como Kosher para el mercado israelí, FDA para el norteamericano, BRC Food Safety y certificaciones orgánicas para Estados Unidos y Unión Europea. En 2017, comenzaron con la implementación de ASC inicial y desde entonces, renuevan el compromiso con las Buenas Prácticas Agrícolas (BPAs), ya por tercer año consecutivo, logrando una totalidad de 11.000 hectáreas certificadas.

En diálogo con Aapresid, Pablo Campo del área Comercial, explicó que mientras la mayoría de los sellos se enfocan en los procesos industriales, ASC permitió sumar la producción primaria a un modelo basado en la calidad y la sustentabilidad.

“ASC aporta beneficios complementarios a las normas que ya tenemos implementadas, favoreciendo a unificar toda la cadena de procesamiento y comercialización, y permitiendo la trazabilidad desde el campo a la mesa”, afirmó.

Concretamente destacan beneficios como el monitoreo constante del suelo para su conservación; la reducción de costos por ahorro de aplicaciones durante el ciclo de los cultivos debido a la sistematización de los monitoreos de lote y a la implementación de cultivos de servicio; la disminución de la pérdida de cobertura de suelos por la conservación y enriquecimiento de cortinas de bosque nativo, entre otras.

“Actualmente apostamos a certificar la totalidad de nuestros campos con ASC total, exigiendo y transmitiendo los principios de las BPAs a todos nuestros contratistas, arrendatarios y proveedores”, agregó.

En línea con una visión orientada a la producción de alimentos saludables y sustentables, Cono SA eligió ASC para asegurar el manejo responsable de la producción. “Los mercados del mundo, en especial el europeo, exigen cada vez más garantías sobre aspectos de sustentabilidad. El consumidor quiere saber cómo se produjo el alimento que consume. Si bien esto puede verse como una dificultad, nos obligó a introducirnos en un espiral de mejora que hoy nos parece fundamental. Controlar los procesos, mejorar la calidad de los productos es para Cono una necesidad”, sostiene Campo.

Pero además de los beneficios internos, ASC permite mostrarse como un actor que se preocupa por controlar los impactos de su producción. El sello de calidad ASC se basa en la misma metodología que el resto de las normas reconocidas internacionalmente y permite hablar en el mismo idioma con los compradores.

“Hoy ASC nos abre puertas permitiendo anticiparnos y posicionarnos. En el caso de los commodities, existen algunas alternativas en el mercado como la soja EPA y CRS, donde los exportadores certifican los establecimientos productivos. ASC no sólo exige los requisitos que certifican los exportadores, sino que es mucho más completa y por eso nos interesa impulsar su reconocimiento internacional”, explicó.

En este sentido, están convencidos de que ASC los posiciona mejor frente a exigencias futuras. “Hoy ya estamos experimentando con distintos clientes que consultan si tenemos certificaciones en buenas prácticas agrícolas, para asegurar la venta, y ante una similar calidad de producto, eligen aquel cliente que esté certificado desde su materia prima”, afirmó.

ASC hace especial foco en el secuestro de C del suelo. Al respecto, Campo aseguró que lo ven como una oportunidad para posicionarse en mercados de C. “Los mercados exigen huella de carbono y plan de remediación de actividades que demanden mayor consumo de recursos. Numerosos clientes nos consultan si tenemos calculada la demanda de recursos hídricos y energéticos por tonelada producida, y tener este tipo de cálculos realizados con anterioridad, demuestra al cliente la prioridad que podemos darle a estos temas”, dijo.

En cuanto a la articulación entre distintos estándares, Campo asegura que esto no fue un problema: “Si bien cada uno tiene sus propios requisitos, lo que implica un desafío, todos hablan un mismo lenguaje”. Al respecto, advirtió que la clave está en la convicción de los directivos. “Una visión estratégica clara, asegura contar con los recursos y el tiempo necesario para adaptar la infraestructura, logística y cuestiones operativas”, cerró.

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