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Cultivos de invierno en la campaña 2019/20 en el Nodo Oeste Medanoso

Un análisis de todo lo que dejó esta campaña, con información sobre trigo, cebada, cultivos de servicios, fertilización y otros temas de interés.

Las regionales Aapresid del Nodo Oeste Medanoso realizaron un análisis de la campaña 2019/20 de cultivos de invierno. Para ello se logró recopilar información de las cuatro regionales que integran este Nodo, llegando a un total de 12.040 hectáreas, repartidas en 109 lotes. En el Cuadro 1, se detalla la cantidad de superficie informada por cada regional.

El principal cultivo sembrado durante la campaña 2019/20 fue el trigo, que ocupó un 55 % de la superficie. Le sigue el centeno como cultivo de servicio (28 %) y luego la cebada (15 %). También hubo lotes en los que se sembró centeno para cosecha, y vicia y centeno+vicia, como cultivo de servicio (CS), que se registraron casi en su totalidad en la regional Trenque Lauquen (Gráfico 1).

Tabla 1 Superficie relevada de cada regional del Nodo Oeste Medanoso.

Gráfico 1 Hectáreas sembradas en el año 2019, por cultivo.

Gráfico 2 Variedades más sembradas expresadas por hectáreas.

Gráfico 3 Evolución de la fecha de siembra.

TRIGO

En cuanto a la elección de variedades de trigo (Gráfico 2), se observó una amplia paleta, pasando por los tres grupos de calidad y abarcando ciclos largos, intermedios y cortos. La variedad más sembrada y que se registró en el 48 % de los lotes, fue Don Mario Algarrobo, destacada por su alto potencial de rendimiento, seguida por Don Mario Ceibo (13 %) y Bioceres Basilio (10 %). Los tres son trigos de grupo 2 de calidad y se diferencian por ciclo: Algarrobo y Basilio de ciclo intermedio, mientras que Ceibo es de ciclo corto.

La variabilidad de fechas de siembra dentro del nodo y también dentro de cada regional fue muy amplia, ya que las siembras para trigo comenzaron el 23/5 y finalizaron el 16/7 (Gráfico 3). Un dato a destacar es que para el 15/6 se encontraban sembrados el 50 % de los lotes de trigo.

A la hora de elegir la fecha de siembra son muchas las variables a tener en cuenta por parte del productor, por ejemplo, el estado de humedad del perfil, la presencia de malezas, la variedad a sembrar (principalmente su ciclo) para disminuir la posibilidad de ocurrencia de una helada en el periodo crítico, y la disponibilidad de la maquinaria para realizar la labor, que muchas veces no depende del productor.

Hacer análisis de suelos antes de comenzar la siembra es clave, pero, ¿realmente se lleva a cabo esta práctica? En la campaña 2019/20 se realizaron muestreos en un 68 % de los lotes que iban a fina, un porcentaje bastante alto y que merece destacarse. Si bien siempre se puede ir mejorando y aumentando el nivel de productores que lo realizan, cada año se observa un aumento. Esto demuestra que el productor le da importancia a las buenas prácticas agrícolas y, ésta práctica en particular, es una herramienta fundamental para conocer los lotes y manejar la nutrición de cultivos.

Respecto al trigo, en el 81,4 % de la superficie con este cultivo se realizó análisis de suelo (Gráfico 4).

Teniendo en cuenta el N aplicado junto con el fertilizante fosforado y el N proveniente de los productos nitrogenados, la dosis promedio aplicada fue de 85 kg de N/ha, lo que equivale a 185 kg/ha de urea (Gráfico 6).

Gráfico 4 Porcentaje de hectáreas en las que se realizó análisis de suelo.

Gráfico 5 Dosis de nutriente aplicado por kg/ha.

Gráfico 6 Dosis de N aplicado por kg/ha.

Gráfico 7 . Fuentes y momentos de la fertilización

Sobre la aplicación de S, se realizó mediante fuentes como 7-40-5, SolMIX y Ureasul, en dosis promedio de 10 kg/ha, aunque esta práctica se llevó a cabo solamente en el 22 % de los lotes (Gráfico 7).

En cuanto a esta variable, se analizaron cantidad de aplicaciones, enfermedades, estadío en el que se realizaron y productos aplicados. En el 42 % de los lotes se realizó una sola aplicación, dos aplicaciones en el 7 % y, como punto a destacar, en el restante 51 % de los lotes no se hizo aplicación. Esto evidencia la baja presión de enfermedades que se registraron en esta campaña.

En cuanto al momento de aplicación, la mayoría de las aplicaciones se realizaron en espigazón (60 %), lo que demuestra la intención de aplicaciones tardías para llegar con cultivos sanos a cosecha, sin mermas en el rendimiento. El otro 40% restante, se dividió en 34 % en encañazón y 6 % en macollaje.

Las principales enfermedades (Gráfico 8) que desataron los controles fueron Roya Anaranjada (Puccinia triticina), Roya Amarilla (Puccinia striiformis) y Mancha Amarilla (Drechslera tritici-repentis). Las tres son enfermedades foliares que provocan mermas en el rendimiento, principalmente por la disminución de la superficie fotosintética de la planta, logrando la senescencia de las hojas en grandes infestaciones. Para su control, se aplicaron varios productos con distintos principios activos y en algunos casos mezclas de 2 o 3 sitios de acción. En el 56 % de los lotes se aplicaron dobles mezclas, triazol + estrobilurina, y triazol + carboxamida, siendo la primera la más común.

En el resto de los lotes (29 %) se aplicó una triple mezcla, compuesta por triazol, estrobilurina y carboxamida; y en el 15 % restante se aplicaron productos con un solo principio activo (triazol o estrobirulina).

En cuanto a las características de los principios activos, se puede mencionar que:

Triazoles:

• No son efectivos para RN.

• Ciproconazol tampoco para MA.

• Persistencia +- 14d.

• Protector y fungistático (bien como curativo).

Gráfico 8 Enfermedades registradas en la primera y segunda aplicación aplicación.

Gráfico 9 Cantidad de hectáreas afectadas por malezas, expresado en %.

Estrobirulinas:

• Tolerancia/ Resistencia por parte de MA.

• Persistencia +-21d.

• Protector y antiesporulante (principalmente preventivo).

• Alta probabilidad de generar resistencia.

Carboxamidas:

• Más eficaces.

• Menor probabilidad de generar resistencia.

• Aumentan persistencia.

• Mayormente preventivo.

Un punto a destacar es la baja cantidad de lotes que tuvieron problemas con malezas, solo el 4 %. Esto se debe principalmente a las buenas prácticas de manejo y a los controles adecuados que se realizaron tanto en los barbechos como en postemergencia de los cultivos. A la hora de nombrar las malezas con mayor presencia en los lotes, rama negra (Conyza sp.) fue la principal y los controles fueron dirigidos a la misma. También hubo malezas secundarias como cardos (Carduus sp.), capiquí (Stellaria media) y sanguinaria (Polygonum aviculare) (Gráfico 9).

RENDIMIENTOS

Se decidió analizar esta variable cruzándola con las variables anteriores. En primer lugar, se calculó el rinde máximo, mínimo y promedio del nodo, y por cada regional dentro del nodo, lográndose los resultados que se detallan en el Cuadro 2.

Al analizar los rendimientos y las hectáreas del nodo, se calculó que se produjeron 19.930,4 toneladas de grano. También, y en base a los porcentajes de daño que se estimaron en cada lote, se hizo un cálculo para saber la cantidad de toneladas teóricas que se hubiesen producido sin adversidades. Según dicha estimación, el número asciende a 25.197,3 toneladas de grano, lo que significa que se perdieron (reiterando que es estimado) unas 5.267 toneladas en las hectáreas analizadas.

Cuadro 2 Rindes máximo, mínimo y promedio de cada regional y del Nodo, expresados en qq/ha.

Respecto a cómo afectó la fecha de siembra a los rendimientos, no se pudo concluir nada debido a la gran dispersión de puntos y a la baja correlación entre las variables, aunque hubo una muy leve tendencia a que decaigan los rendimientos a medida que se atrasaba la implantación del cultivo.

Sup (ha)En relación a la calidad del lote, como era de esperar, se observó que en los lotes de mayor potencial, los rendimientos fueron en promedio superiores a los obtenidos en ambientes de medio y bajo potencial. Se lograron rindes promedios de 45,97 qq/ha, 29,84 qq/ha y 18,77 qq/ha en lotes de alto, mediano y bajo potencial, respectivamente.

Por último, se analizaron los rendimientos obtenidos por las distintas variedades. Hay que aclarar que hubo variedades que fueron sembradas en pocos lotes por lo que sus resultados no deben tomarse como parámetro y hay que tener en cuenta la variabilidad ambiental dentro del nodo. En este sentido, Don Mario Algarrobo se destacó con rindes máximos de 63 qq/ ha, seguido por Baguette 620 con 61 qq/ ha, Don Mario Ceibo con 59 qq/ha, Limagrain Alhambra con 56 qq/ha y Don Mario Ñandubay con 55 qq/ha. Debemos señalar que el resto de las variedades pueden haber rendido menos por las zonas en las que se realizaron sumado a otros factores determinantes, y no por un efecto directo de la variedad (Gráficos 10 y 11).

Gráfico 10 Rendimiento promedio del Nodo.

Gráfico 11 Rendimiento por variedad expresado en kg/ha y superficie por variedad expresada por ha.

Gráfico 12 Variedades de cebada que se sembraron, expresadas en hectáreas.

CEBADA

En cuanto a cebada, la variedad que más se sembró en el Nodo fue Andreia (83 % de los lotes), que sigue siendo la más sembrada a nivel país, seguida por MP1012 (11 %) y Alicia (6 %) (Gráfico 12).

En cuanto a la fecha de siembra de cebada, se encontró una muy amplia variabilidad dentro del nodo y también dentro de cada regional, ya que las siembras comenzaron el 25/5 y finalizaron el 15/7 (Gráfico 13). Se destaca que para el 24/6 se encontraban sembrados el 50 % de los lotes.

En la campaña 2019/20 se realizaron muestreos previos a la siembra. En el 60 % de la superficie destinada a cebada se realizó análisis de suelo (Gráfico 14).

Con respecto a la nutrición de dicho cultivo, se realizaron aplicaciones de Urea y de Ureasul, principalmente en la siembra y durante el macollaje (Gráfico 15).

Gráfico 13 Evolución de la fecha de siembra de cebada.

Gráfico 14 Porcentaje de hectáreas en las que se realizó análisis de suelo.

Gráfico 15 Fuentes y momentos de fertilización de cebada.

En cuanto a enfermedades, el mismo porcentaje de superficie, 27 %, se vió afectado con Roya anaranjada y Mancha de red (Gráfico 16). Con respecto a malezas registradas durante la producción de dicho cultivo, Rama Negra fue la principal (Gráfico 17).

Respecto al rendimiento de dicho cultivo, el promedio fue de 36,50 qq/ha (Gráfico 18).

Gráfico 16 Porcentaje de hectáreas afectadas por enfermedades.

Gráfico 17 Cantidad de hectáreas afectadas por malezas expresado en %.

Gráfico 18 Rendimiento promedio de cebada en el Nodo.

Gráfico 19 . Rendimiento por variedad expresado en kg/ha y superficie en hectáreas.

En cuanto a variedades y rendimientos, MP1012 se realizó solo en dos lotes de Pellegrini (Regional Trenque Lauquen), con rindes de 16 qq/ha, y Alicia en un solo lote de Int. Alvear (Regional La Pampa) con un rinde de 33 qq/ha. La variedad más sembrada, Andreia, tuvo una gran variabilidad y alcanzó techos de 49 qq/ha y pisos de 7 qq/ha, con un promedio de 30,1 qq/ha (Gráfico 19).

CULTIVOS DE SERVICIO

Los datos analizados corresponden a 18 lotes de la regional Trenque Lauquen. En 15 de ellos se realizó centeno, en 2 vicia y en uno mezcla de centeno con vicia. En su mayoría, se sembraron sobre girasol, y solo dos lotes sobre soja de 1ra, uno sobre maíz y otro sobre maní.

Respecto al manejo, se analizó la fertilización de los mismos, que sólo se realizó en ocho lotes con 50 kg/ha de PMA, y también se evaluó la fecha de siembra y secado. Sobre estos últimos puntos, se observaron siembras muy variables, que van desde el 15/4 al 15/6, y las fechas de secado fueron desde el 1/9 al 5/11, logrando un promedio de persistencia del cultivo de 138 días (4 meses y medio). Durante este período, se consiguieron los servicios que se buscaban: control de malezas y acumulación de carbono, principalmente.

Las fechas de secado deberían apuntar a lograr acumulación agua para el cultivo posterior, evitando fechas de secado muy próximas a la siembra, sobre todo en campañas como la 2019/20 con pocos eventos de precipitaciones durante la primavera.

INFORMACIÓN GENERAL DE LA CAMPAÑA DE CULTIVOS DE INVIERNO

FERTILIZACIÓN

En cuanto a la fertilización fosforada a la siembra, se utilizaron distintos productos como fuente de este nutriente: PMA (75 % de los lotes), PDA (17 %), 7-40-5 (7 %) y por último Nitrocomplex (1 %). Las dosis variaron entre 8 y 28 kg P/ha, y fueron incorporados a la siembra en su totalidad con la sembradora.

Respecto a la fertilización nitrogenada, el manejo fue muy variable, tanto en productos, como en momento y formas de aplicación. Los productos usados fueron: urea (59 % de los lotes), Solmix (22 %), Ureasul (16 %) y urea en mezcla (3 %). La mayor parte de estos productos fueron aplicados en macollaje (66 %), seguidos por aplicaciones a la siembra (19 %) y en presiembra (15 %). La idea de la aplicación en presiembra es lograr que el nutriente se incorpore de manera correcta al suelo, previendo algún evento de precipitaciones. Si bien la temperatura es baja en la época previa a la siembra, puede haber pérdidas por volatilización. Esta aclaración va de la mano con que el 100 % que realizó esta práctica lo hizo al voleo, por lo que el producto queda en la superficie del suelo.

Una alternativa realizada en el 60 % de los lotes que aplicaron N a la siembra fue el chorreado con Solmix, que evitó la problemática antes mencionada. Ambas prácticas (fertilización pre y en la siembra) tienen como objetivo lograr un buen desarrollo inicial y aportar el N necesario para suplir, en parte, la baja tasa de mineralización y los requerimientos del cultivo en sus primeros estadíos.

En los lotes que se aplicó N en macollaje, en el 85 % se voleó, mientras que en el otro 15 % se chorreó con productos líquidos. En aquellos lotes en los que se voleó urea, hay que tener en cuenta que quizás no todo el fertilizante se haya incorporado al perfil del suelo debido a los escasos eventos de precipitación registrados en algunas zonas.

ANTECESOR ESTIVAL

Los cultivos de fina fueron sembrados en su mayoría (71 %) sobre soja de 1ra y en segundo lugar (21 %) sobre girasol. Esto demuestra la baja cantidad de lotes que se utilizan en rotación de gramíneas sobre gramíneas y sobre sojas de segunda, lo que puede traer aparejado algún problema productivo por el nivel de rastrojos y presencia de enfermedades en rotaciones de cebada/soja de segunda- cebada o trigo/soja de segunda – trigo; o incluso alternando la especie gramínea.

CALIDAD DEL LOTE

La mayoría de los cultivos se realizaron en lotes de mediano potencial (59 %), seguidos por lotes de alto potencial (33 %) y dejando en último lugar a lotes de bajo potencial (8 %). Esto sugiere que los productores tienden a colocar sus cultivos de fina en lotes más productivos, dejando lotes de bajo potencial para otras actividades o cultivos.

AGUA EN EL PERFIL A LA SIEMBRA

El 66 % de los lotes se encontraban con el perfil completamente lleno, mientras que el resto estaba a la mitad de su capacidad de almacenaje. Esta variable no se debe generalizar y hay que ser cuidadosos en su análisis, dado que la profundidad de los suelos, su textura y estructura no es la misma en todos los casos, por lo que la capacidad de almacenaje de cada suelo es distinta. Sin embargo, es importante destacar el alto porcentaje de lotes que se encontraban con buen contenido de agua a la siembra, lo que permitió un buen comienzo de los cultivos.

NAPA

Para analizar esta variable se consideró la influencia o no de la napa y la profundidad a la que se encontraba la misma. En el 76 % de los lotes no hubo influencia de napa mientras que en el resto sí. En cuanto a la profundidad de la misma, hubo lotes con la napa a 80 cm y lotes que la tenían a 3 m de profundidad. Esta última característica se correlacionó de buena manera con los rendimientos (R2= 0.635), lo que evidenció, en una campaña como esta, que a medida que la napa se encontraba a una mayor profundidad, los rendimientos disminuían.

RÉGIMEN DE TENENCIA DE LA TIERRA

El 46 % de los lotes correspondía a campos propios de los productores, mientras que un 44 % estaba bajo la modalidad de arrendamiento. El 10 % restante corresponde a lotes asesorados por socios de las regionales y que colaboraron con información.

ADVERSIDADES

La campaña se caracterizó por una fuerte sequía que provocó grandes pérdidas en los rendimientos de los cultivos, salvo zonas puntuales donde las precipitaciones fueron más adecuadas y permitieron un buen desarrollo de los cultivos. Para dimensionarlo en números, el 88 % de los lotes sufrieron la sequía, con pérdidas del 100 %, lo que llevó a abandonar los cultivos y destinar los lotes a cultivos de gruesa.

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