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Excedentes hídricos y salinización: comienza la primera campaña para la Chacra América
La Chacra busca mejorar la gestión del agua y mitigar los procesos de salinización.
Por: Isasti, J. 1 1 GTD de la Chacra América
La Pampa Interior o Arenosa abarca unos 75000 km2, extendiéndose dentro de cuatro provincias: Buenos Aires, Córdoba, La Pampa y Santa Fe. Esta región de escasa pendiente regional y una deficiente red de drenaje se caracteriza por la alternancia de períodos secos y húmedos, como se refleja en la obra de Florentino Ameghino titulada “Las secas y las inundaciones en la provincia de Buenos Aires. Obras de retención y no de desagüe” (1884). Si bien no hay un solo factor que genere las inundaciones, los cambios en el régimen pluviométrico y el cambio en el uso del suelo de las últimas décadas son las principales causas a las que se atribuyen estos excedentes hídricos.
Si consideramos los últimos 100 años, desde la década del 70 se observa un marcado incremento de las precipitaciones anuales. El período 1970-2020 constituye un ciclo húmedo, con un aumento pluviométrico del orden de los 180 mm respecto al período 1920-1970. Por otro lado, la expansión de la frontera agropecuaria hacia el Oeste ha transformado el escenario productivo regional, desde sistemas mixtos, con gran superficie de pasturas implantadas, hacia sistemas agrícolas, de cultivos anuales y barbechos prolongados, lo que conlleva a un menor consumo anual de agua por cultivos, promoviendo el ascenso de las napas e incrementando el riesgo de salinización. A esto se le suman los eventuales desbordes del río Quinto desde la década de 1980, debido tanto a cambios en el uso del suelo río arriba como a la falta de obras hidráulicas.
Junto a este escenario de excesos hídricos, el deterioro de las propiedades físicas e hídricas del suelo imposibilita la infiltración, promueve el encharcamiento y la escorrentía, agravando la situación. Luego de las históricas inundaciones de los años 2016 y 2017, gran parte de los suelos que se anegaron o que contaban con la napa freática muy cerca de la superficie, comenzaron a salinizarse. En la actualidad, el manejo agrohidrológico de la napa y los aspectos tecnológicos concernientes al manejo y recuperación de los ambientes salinos requieren ser ajustados para los sistemas productivos de esta región.
Ante dichas problemáticas, la preocupación común de un grupo de productores dio lugar a la formación de la Chacra América, con el fin de contribuir a la mitigación y recuperación de suelos con napas salinas a través de buenas prácticas agronómicas ajustadas a estos ambientes, para mantener y/o mejorar su capacidad productiva, en un marco de gestión integrada.
Figura 1 Árbol de problemas de la Chacra América.
PUNTO DE PARTIDA
La primera tarea consistió en relevar la situación productiva de cada miembro de la Chacra mediante encuestas y recorridas, para poder diagramar las relaciones entre los problemas de los productores, sus causas y el contexto en el cual ocurre (Figura 1).
Los establecimientos en los que producen los miembros de la Chacra (Figura 2) se reparten entre las provincias de Buenos Aires (partidos General Villegas y Rivadavia), Córdoba (departamento Alejandro Roca, Juárez Celman y Unión) y La Pampa (departamentos Chapaleufú y Maracó). Los cultivos principales en la región son soja, maíz y trigo. En cuanto a los sistemas productivos de estos establecimientos, existe una gran heterogeneidad: 4 son netamente agrícolas, 2 realizan únicamente ganadería a corral y 3 realizan pastoreo directo. A esto se le suman los miembros de la Regional América de Aapresid, constituyendo un acervo de situaciones y experiencias de gran riqueza. Estos planteos se diferencian por la presencia o no de maní, girasol, sorgo, cebada, verdeos y pasturas en sus rotaciones. El nivel de intensificación de los miembros de la Chacra se ubica cerca de 1,4 en términos de cultivos por año. Los cultivos de servicios de centeno y vicia son son los predominantes, y buscan manejar las poblaciones de malezas, mejorar el sistema poroso del suelo y aportar nitrógeno vía fijación biológica para ser aprovechado con maíces tardíos.
¿QUÉ SE PROPONE LA CHACRA?
La primera de las líneas de acción que se propone la Chacra está relacionada con la caracterización ambiental, esto es conocer la dinámica temporal y espacial de los recursos naturales, comprendiendo al clima, suelo, napa y vegetación como un continuo que regula el balance de agua y sales.
Los suelos de la región presentan una gran heterogeneidad en cuanto a su capacidad de uso, desde clase II hasta suelos clase VIII. Por su textura, encontramos suelos arenoso-francos, francos, franco-arenosos, franco-limosos, lo que los diferencia en su comportamiento físico e hídrico. Según los resultados que arroja la encuesta a los productores, alrededor del 15 % de la superficie de los establecimientos está afectada por la salinización. Respecto a los bajos salinos, presentan niveles de cobertura variable y se diferencian por la vegetación natural que los cubre. Estas diferencias se correlacionan con cambios en propiedades de suelo (conductividad eléctrica, pH y porcentaje de sodio intercambiable, entre otras) y de napa (profundidad, conductividad eléctrica y pH).
Existe un gran vacío de información concerniente a la dinámica de la napa. Según su composición, la mayoría de las muestras se corresponden a aguas bicarbonatadas y cloruradas sódicas, pudiendo haber gran variabilidad dentro de un mismo campo. En relación al monitoreo de la profundidad de la napa, son muy pocos los establecimientos que cuentan con buenos registros de la misma. Sólo 2 campos tienen datos mensuales de más de 10 años. En general, la distribución de los freatímetros en el paisaje se limita a las posiciones de media-loma y en ambos se observa un aumento sostenido en los últimos años.
La segunda línea de acción la constituye la evaluación y desarrollo de distintas alternativas para la recuperación de suelos salinos, tanto en sistemas agrícolas, como mixtos y forestales. En la actualidad, el manejo que realizan los productores de los ambientes salinos comprende desde clausuras e intersiembras hasta siembras de agropiro o secuencias de cultivos adaptadas. En el caso de los planteos exclusivamente agrícolas, las alternativas de uso se restringen mucho más. En este sentido, nos proponemos evaluar genotipos para estos ambientes, tanto de cultivos anuales (cebada, trigo, sorgo) como de pasturas (agropiro, grama rhodes, panicum, lotus). Además, existen enmiendas orgánicas (compost) e inorgánicas (yeso) que en determinadas situaciones permiten mejorar las condiciones de estos suelos.
Figura 2 Localización de la Chacra América.
Finalmente, la optimización de la productividad del agua a nivel de paisaje es la última línea de acción que se propone la Chacra, a los efectos de elevar los techos de rendimiento para los cultivos más producidos en la región y aumentar el consumo de agua de las secuencias, alivianando el agua que llega a los bajos. La intensificación de secuencias mediante la incorporación de doble cultivo, cultivos de servicio y nutrición balanceada nos permitiría ser más eficientes en el uso de los recursos, produciendo más por cada milímetro de agua.
Para mayor información sobre el proyecto de la Chacra América, como del resto de las Chacras, podés visitar el sitio web:
• www.aapresid.org.ar/sistemachacras •