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Mejorando y diversificandolos sistemas agrícolas en el sur de Córdoba
Un estudio de la Chacra Sur de Córdoba que apuesta al diseño de programas de manejo que ayuden a mejorar la capacidad productiva de los suelos a través de los servicios ecosistémicos provistos por los cultivos de servicios.
Por: Torregrosa, R.S.¹; Colazo, J.C.²; Álvarez, C.³ ¹ Gerente Técnico de Desarrollo(GTD) Chacra Sur de Córdoba,Sistema Chacras, Aapresid.² Estación Experimental AgropecuariaSan Luis, INTA & FICA, UNSL.³ Agencia de Extensión RuralGeneral Pico, INTA, UNLPam.
1. Introducción
Los suelos del sur de Córdoba destinados a la agricultura, son altamente susceptibles a distintos procesos de degradación, puesto que generalmente son poco desarrollados, de textura gruesa, con bajos contenidos de materia orgánica (MO), y por ende pobremente estructurados (Buschiazzo & Aimar, 2003). Las pasturas permanentes permitirían mantener los contenidos de carbono orgánico y la fertilidad de estos suelos. Sin embargo, los sistemas ganaderos o mixtos han sido reemplazados por sistemas de agricultura continua, basados principalmente en cultivos estivales. Como consecuencia de esta simplificación de los sistemas productivos, el deterioro de las propiedades físicas, químicas y biológicas de los suelos ha sido observado sobre una gran superficie del sur cordobés (Fernández et al., 2020; Quiroga et al., 2016). Si bien la erosión eólica juega un papel importante en el deterioro de suelos de la región (Colazo & Genero, 2020; Bozzer & Cisneros, 2019), en los últimos años el estudio de la compactación ha adquirido gran relevancia (Fernández, 2018).
Se espera que el aumento en la secuencia de cultivos y la diversificación de los sistemas agrícolas provea un conjunto de servicios ecosistémicos que puedan mejorar la capacidad productiva de los suelos. A su vez, son escasos los estudios que combinan estrategias de descompactación mecánicas y biológicas analizando su interacción sobre propiedades edáficas y variables productivas (Ewing et al., 1991).
En función de lo planteado, en la tercera etapa del proyecto de la Chacra Sur de Córdoba se persiguió como objetivo general la evaluación de sistemas intensificados en distintos macro-ambientes abarcados por la Chacra; y como objetivos específicos: i) Evaluar la factibilidad de aumentar la secuencia de cultivos en función de las condiciones ambientales y la logística operativa; ii) Cuantificar el impacto de distintos niveles de intensificación y del uso de un implemento mecánico descompactador sobre: a) La salud del suelo (propiedades físicas, químicas y biológicas); b) Dinámica y balance de agua y nitrógeno; c) Niveles productivos de los cultivos.
En la presente nota se presentan los resultados obtenidos desde la siembra hasta el quemado químico de los cultivos de servicios (CS) durante la campaña 2020.
2. Materiales y métodos
2.1. Sitios de estudio
Durante el otoño del año 2020, dentro del departamento General Roca (34° 49' 00''S; 64° 34' 00'' O), se comenzó con una serie de ensayos de larga duración (ELD) en ocho establecimientos diferentes pertenecientes a los miembros de la Chacra Sur de Córdoba (Figura 1). Se instalaron dos ensayos de rotaciones de cultivos por macro-ambiente, los cuales poseen diferencias en cuanto a sus características edáficas, climáticas y de relieve (Faule et al., 2020). Ambos ensayos del macro-ambiente Oeste se realizaron sobre suelos clasificados como Ustipsamments típicos (UT), mientras que los restantes seis ensayos fueron sobre Haplustoles énticos (HE).
Figura 1 Macro-ambientes que integran la zona de influencia de la Chacra Sur de Córdoba y establecimientos en los que se instalaron los ensayos de larga duración (ELD).
2.2. Diseño experimental
Se utilizó un diseño en franjas en el cual se evaluaron 4 rotaciones (Figura 2). El tamaño de cada parcela (unidad experimental) dependió del ancho de labor de la sembradora con la que contó el productor (ancho mínimo = 10 m) y un largo mínimo de 300 metros. En ambos ensayos de cada macro-ambiente se
utilizaron las mismas rotaciones de cultivos mediante la siembra de las mismas especies de CS. Además, uno de los dos ensayos por macro-ambiente se dividió por su largo a la mitad (mínimo 150 m) para evaluar dos estrategias de descompactación, mecánica y biológica, y su interacción.
Figura 2 Croquis de los ensayos de dos estrategias de descompactación y su interacción.
Los tratamientos planteados en ambos ensayos de cada macro-ambiente fueron los siguientes:
BB= barbecho; CET= centeno terrestre; CEA= centeno aéreo; VIS= vicia sativa; VIV= vicia villosa; 2M= mezcla centeno y vicia villosa; 3M= mezcla centeno, vicia villosa y colza. (*) En este macro-ambiente no se evaluaron estrategias de descompactación mecánica, y el sitio Melideo contó únicamente con dos tratamientos (barbecho y mezcla de centeno y vicia sativa).
2.3. Estrategia de descompactación mecánica
Se utilizó un paratill o cincel para ejercer la descompactación mecánica hasta una profundidad de 20-30 cm. La pasada de paratill/cincel se realizó luego de la cosecha del cultivo estival y previo a la siembra de los cultivos de servicio, únicamente durante el primer año (otoño del 2020). La labor se realizó cuando los primeros 20 cm del suelo se encontraban en una consistencia friable, fijando esta condición en valores de humedad edáfica entre 30-50% de capacidad de campo.
2.4. Manejo de los cultivos de servicios (CS)
Para la intensificación y diversificación de las rotaciones se seleccionaron 4 especies de CS de ciclo otoño-primaveral: centeno (Secale cereale); vicias (Vicia villosa y Vicia sativa); colza (Brassica napus). En cada uno de los ensayos, estos CS fueron sembrados puros o en mezclas de a dos (centeno y vicia villosa) o tres especies (centeno, vicia villosa y colza).
Buscando maximizar la producción de biomasa aérea de los CS, las fechas de siembra fueron lo más tempranas posible. La siembra se realizó con sembradoras neumáticas de grano fino, las cuales presentaban cuerpos de siembra distanciados a 17,5, 19, 21 y 26 cm. Se utilizaron densidades similares en ambos ensayos de cada macro-ambiente y en promedio de todos los ensayos fueron: centeno (35 kg/ha); vicia sativa (25 kg/ha); vicia villosa (20 kg/ha); mezcla de centeno y vicia villosa (11 y 13 kg/ha, respectivamente); mezcla de centeno, vicia villosa y colza (12, 16 y 6 kg/ha, respectivamente).
A excepción del ensayo ubicado en el establecimiento Melideo, todos los sitios fueron fertilizados a la siembra o en post-emergencia de los CS. Las fuentes y dosis de fertilizantes fueron similares en ambos ensayos de cada macro-ambiente. En promedio de los siete sitios, se aplicaron 11 kg/ha de nitrógeno (N) y 23 kg/ha de fósforo (P). Por otro lado, con el objetivo de favorecer la fijación biológica de nitrógeno (FBN), las vicias recibieron un único tratamiento de inoculación el mismo día en que se sembraron los ensayos, o bien, la semilla adquirida ya contaba con el tratamiento.
La terminación del ciclo de los CS se realizó químicamente. La fecha de secado de cada especie de CS se estableció en función de los estadios fenológicos más comúnmente utilizados en la bibliografía: antesis para centeno (Zadoks et al., 1974); 80% floración-inicio de formación de vainas para las vicias (Curran & Ryan, 2010); floración-inicio de fructificación para colza (Sylvester-Bradley & Makepeace, 1984).
2.5. Evaluaciones
2.5.1. Caracterización edáfica inicial de los sitios experimentales
Se determinaron un conjunto de indicadores físicos, químicos y biológicos en cada uno de los sitios experimentales (Tabla 1).
Tabla 1
Indicadores evaluados en cada sitio y metodología utilizada para su determinación.
2.5.2. A la siembra y secado de los CS
2.5.2.1. Profundidad y calidad de napa freática
Utilizando un barreno helicoidal de una longitud total de 3,2 m, se determinó la presencia y profundidad de napa freática, entendiéndose este término como el techo de la zona saturada del perfil de suelo
(Alsina et al., 2020). Cuando la napa se encontró a una profundidad menor a los 3,2 m, se procedió a tomar una muestra para la determinación de su calidad mediante el phmetro y conductímetro Hanna HI98130.
2.5.2.2. Agua útil (AU), uso consuntivo (UC) y costo hídrico (CH)
Se tomaron muestras de suelo para la determinación de AU por horizontes en cuatro estratos (0-20, 20-50, 50-100 y 100-150 cm). Con los datos de AU y las precipitaciones durante el ciclo del CS se calculó el uso consuntivo (UC) de cada uno de los tratamientos. A su vez, para estimar el costo de oportunidad frente a la alternativa de no realizar el CS se calculó el costo hídrico (CH).
2.5.3. Al secado de los CS
2.5.3.1. Nitrógeno de Nitratos (N-NO3)
Mediante un barreno calador se tomaron muestras compuestas por 10 piques en dos estratos, 0-30 y 30-60 cm. Los valores de nitrógeno de nitratos (N-NO3) expresados en kg ha-¹ del primer estrato pudieron calcularse a partir de la determinación de la DAP en los estratos de 0-10, 10-20 y 20- 30 cm. Por otra parte, los contenidos de N-NO3 del segundo estrato pudieron calcularse a partir de la estimación de la DAP a través de los modelos de pedotransferencia (Saxton & Rawls, 2006). Se tomaron tres repeticiones por unidad experimental.
2.5.3.2. Producción de materia seca (MS) de las coberturas
En dos sectores representativos de cada unidad de muestreo, se cortó al ras del suelo toda la biomasa aérea presente dentro de un marco de 0,5 m² arrojado aleatoriamente. Posteriormente, se juntó la biomasa cosechada de ambos cortes, se guardó en una bolsa de nylon, se pesó y registró el valor en planilla. De esa biomasa cosechada se tomó una sub-muestra/alícuota de aproximadamente 150-200 g, se colocó en bolsa de nylon, se pesó y registró valor en planilla. Por último, cada sub-muestra/ alícuota se sometió en una estufa eléctrica (ORL SD755) a una temperatura de 65 °C hasta peso constante (24-48 h). Se tomaron tres repeticiones por unidad experimental.
3. Resultados y discusión
3.1. Generalidades
En la Tabla 2 se observa que las fechas de siembra de los ensayos ocurrieron durante un periodo acotado de tiempo (42 días), mientras que las fechas de secado de los CS abarcaron un período de tiempo más amplio (69 días). Los sitios que se sembraron más tarde no necesariamente realizaron el secado más tarde, esto resultó en ciclos de cultivos que variaron entre 116 a 189 días. Por otro lado, las condiciones meteorológicas difirieron entre sitios, no encontrándose una asociación entre las precipitaciones registradas y la duración del ciclo de los CS (p>0,05). A su vez, resulta importante destacar que las lluvias registradas desde el 01/05 al 20/09 fueron inferiores a 20 mm en todos los ensayos.
Tabla 2 Fecha de siembra, fecha de secado, duración y precipitaciones durante el ciclo de crecimiento de los cultivos de servicios para cada sitio durante el año 2020.
3.2. Caracterización edáfica inicial de los sitios experimentales
3.2.1. Determinaciones analíticas
Los suelos de los ensayos variaron notablemente en sus características edáficas (Tabla 3). Todos los sitios presentaron valores de pH leve a moderadamente ácidos (5,8-6,3), a excepción de Los Ranqueles que contó con un suelo más cercano a la neutralidad (7,3) y el mayor valor de PSI (5%). Los contenidos de MO variaron desde 0,8 a 1,7%, observándose los valores más bajos en los sitios del macro-ambiente Oeste, en coincidencia con los elevados contenidos de arena de estos suelos. Los niveles de fósforo también presentaron una gran variabilidad (13-43 ppm), disminuyendo hacia los suelos del macro-ambiente Este. Los niveles de azufre de sulfatos de los ocho sitios se encontraron por encima de los 10 ppm, valor considerado como crítico para la mayoría de los cultivos (Espósito et al., 2008).
La CIC, es decir, la capacidad de un suelo para retener bases como el Ca, Mg o K se encontró significativamente relacionada con la textura del suelo (r=-0,69; p<0,05). A diferencia de lo encontrado por Bonadeo et al. (2017) en el sur de Córdoba, todos los sitios presentaron valores inferiores de saturación de calcio (33-62%), siendo estos contenidos muy inferiores respecto al umbral crítico establecido en 65-80%, considerado óptimo para un complejo de cambio equilibrado (Echeverría & García, 2005). En general, los niveles de saturación de Mg se encontraron dentro de los rangos de un complejo de intercambio equilibrado (6-12%), mientras que los niveles de saturación de K se encontraron por encima de los umbrales críticos (2-5%). Entre los micronutrientes, los ocho sitios registraron niveles de Zn y B por debajo de los umbrales críticos, establecidos en 2 ppm (Martínez Cuesta et al., 2020) y 0,76 ppm (Bustos et al., 2020), respectivamente. Todos los indicadores evaluados por macro-ambiente, presentaron valores similares a los observados en la Etapa 2 del proyecto de la Chacra Sur de Córdoba (Torregrosa et al., 2020).
Tabla 3 Determinaciones analíticas de cada uno de los sitios (0-20 cm). pH: potencial hidrógeno (unidad); CE: conductividad eléctrica relación suelo agua 1:2,5 (dS/m); MOT: materia orgánica (%); P: fósforo (ppm); S: azufre de sulfatos (ppm); CIC: capacidad de intercambio catiónico (meq/100 g suelo); SB: saturación del CIC con bases (%); SK: saturación con potasio (%); SCa: saturación con calcio; SMg: saturación con magnesio; PSI: porcentaje de sodio intercambiable (%); Zn: zinc (ppm); B: boro (ppm); Are: arena (%); Arc: arcilla (%); Lim: limo (%); IMO: índice de materia orgánica (unidad).
3.2.2. Densidad aparente (DAP) y resistencia mecánica a la penetración (RMP)
En ningún sitio se alcanzaron los valores críticos de DAP (1,7-1,8 g cm-³) en los que se podría restringir el crecimiento radicular de los cultivos (Arshad et al., 1996) (Figura 3a). En coincidencia con los resultados de López Fourcade (2007), en todos los sitios el estrato superficial de 0-10 cm presentó los menores niveles de DAP (1,29-1,53 g cm-³). En el estrato de 20-30 cm se registraron los mayores valores (1,5-1,57 g cm-³), con excepción de ambos ensayos del macro-ambiente Centro y el sitio María Laura (macro-ambiente Este), en donde los valores más altos fueron hallados en el estrato intermedio (1,5-1,55 g cm-³). Por otra parte, todos los sitios partieron de valores de RMP similares desde la superficie, incrementando diferencialmente hasta la profundidad de 20-35 cm, a partir de la cual la resistencia comienza a disminuir (Figura 3b). Los ocho sitios presentaron los máximos valores de RMP entre 20 y 35 cm de profundidad, aunque estos no lograron alcanzar el nivel crítico de 2 MPa establecido para este indicador (Bengough et al., 2011).
Figura 3 a) Densidad aparente (g cm-³) y b) resistencia mecánica a la penetración (MPa) de los ocho sitios de estudio correspondientes a cuatro macro-ambientes que integran la zona de influencia de la Chacra Sur de Córdoba.
3.3. A la siembra y secado de los CS
3.3.1. Profundidad y calidad de napa freática
Los ocho sitios contaron con presencia de napa freática a menos de 2,5 m de profundidad en ambos momentos de muestreo (Figura 4). La profundidad de la napa varió notablemente entre sitios de estudio pero no así entre momentos de muestreo (siembra y secado de los CS). La variación más importante se detectó en el sitio La Meliora, donde se produjo una disminución de 0,4 m al momento de secado de los CS. Por otro lado, no se encontró una asociación entre las precipitaciones registradas durante el ciclo de los CS y la dinámica de la napa freática (p>0,05).
Figura 4 Dinámica de la napa freática (m) medida a la siembra y quemado de los CS, de los ocho sitios de estudio correspondientes a cuatro macroambientes que integran la zona de influencia de la Chacra Sur de Córdoba.
Las napas freáticas mostraron distintos niveles de pH (unidad) y conductividad eléctrica (CE; dS m-¹) entre sitios de estudio, desde 7,4-9 unidades y 0,9-13,3 dS m-¹, respectivamente. A su vez, todos los sitios presentaron variaciones en cuanto al pH y la CE de las napas freáticas entre ambos momentos de muestreo (Figura 5). A excepción de Las 2 Lagunas, todos los sitios presentaron variaciones de pH de 0,5 unidades o más entre ambos momentos de muestreo, destacándose el establecimiento María Laura, donde se registró una disminución de 1,3 unidades de pH al momento del secado de los CS. Por otra parte, en un mismo sitio, las variaciones en la CE de la napa por lo general no superaron el valor de 1 dS m-¹ entre momentos de muestreo, con excepción nuevamente del establecimiento María Laura, donde se registró una disminución de 4,1 dS m-¹ entre la siembra y secado de los CS.
Figura 5 Valores de (a) pH (unidad) y (b) conductividad eléctrica (dS m-¹) de las muestras de napa freática recolectadas en los ocho sitios de estudio a la siembra y secado de los CS.
3.3.2. Agua útil inicial (AUI)
A la siembra de los cultivos de servicios, todos los sitios partieron con más del 40% del perfil edáfico (0-150 cm) en capacidad de campo (CC), siendo ambos establecimientos del macro-ambiente Centro, Las 2 Lagunas y Don Paco, los que comenzaron con los menores contenidos hídricos, 54 y 44% de la CC, respectivamente (Figura 6). Por otra parte, debido a la presencia de napa freática a menos de 1 m de profundidad, los establecimientos Los Ranqueles y Don Rafael presentaron contenidos hídricos a 0-150 cm por encima de la CC, siendo de 139 y 202%, respectivamente. Por lo tanto, para estos establecimientos, con el fin de evitar los aportes de agua provenientes de la napa freática, también se consideró el AU presente en los primeros 50 cm.
Figura 6 Agua útil (mm) a la siembra de los CS, a 0-150 cm de profundidad, en los ocho sitios de estudio. En los establecimientos Los Ranqueles y Don Rafael también se presentó el AU a 0-50 cm de profundidad.
3.4. Al secado de los CS
3.4.1. Nitrógeno de Nitratos (N-NO3)
Considerando únicamente las parcelas sin labranza mecánica, se comprobó que en todos los sitios, el tratamiento barbecho siempre registró los mayores contenidos de N-NO3 a 0-60 cm, siendo el promedio general de 73 kg ha-¹. A su vez, no se encontraron grandes diferencias en el contenido de N-NO3 del tratamiento barbecho entre sitios de estudio, con excepción del sitio María Laura (92 kg ha-¹). Contrariamente, el tratamiento centeno fue el que menor nivel de nitratos registró en siete de los ocho ensayos, con un promedio de 42 kg ha-¹, siendo nuevamente el establecimiento María Laura donde logró alcanzar los valores más elevados (64 kg ha-¹).
Por otra parte, las parcelas de vicia pura no lograron diferenciarse de los demás tratamientos, esto podría estar explicado debido a la escasa o nula nodulación de las mismas. Las escasas precipitaciones y las bajas temperaturas ocurridas durante el ciclo de crecimiento imposibilitaron que esta especie pudiera nodular adecuadamente, y por lo tanto fijar nitrógeno biológicamente como se esperaba. Por esta misma razón, es posible explicar que en los distintos sitios, las mezclas que incluyeron vicia no hayan logrado diferenciarse notoriamente del tratamiento centeno, e incluso presentar niveles inferiores al barbecho.
En los sitios El Jaque y María Laura, la utilización de un implemento mecánico previo a la siembra de los CS aumentó los contenidos de N-NO3 a 0-60 cm de suelo en todos los tratamientos, no encontrándose diferencias entre estrategias de descompactación en el sitio Las 2 Lagunas (Figura 7). En el Jaque, bajo la estrategia mecánica, los tratamientos barbecho, centeno y mezclas de dos y tres especies de CS registraron contenidos de N-NO3 que superaron en un 23, 28, 35 y 35%, respectivamente, a la estrategia biológica. En el mismo sentido, en el sitio María Laura, los tratamientos barbecho y centeno registraron niveles de nitratos superiores en un 15 y 32%, respectivamente.
Figura 7 Contenido de N-NO3 (kg ha-¹) a 0-60 cm, comparando dos estrategias de descompactación en tres sitios de estudio que integran la Chacra Sur de Córdoba. Las barras negras indican la desviación estándar (n=3).
3.4.2. Producción de materia seca (MS) de las coberturas
Considerando únicamente las parcelas sin labranza mecánica, la producción de MS de las coberturas varió entre sitios y tratamientos. En todos los ensayos, el tratamiento de centeno puro fue el que mayor biomasa logró generar, con un promedio entre los ocho sitios de aproximadamente 4.500 kg ha-¹. La Meliora fue el sitio más destacado con 10.800 kg ha-¹ de centeno, mientras que el ensayo ubicado en María Laura registró tan solo 1.960 kg ha-¹. La gran cantidad de eventos de bajas temperaturas ocurridos durante el ciclo de crecimiento de los CS (83 días con registros de temperaturas inferiores a los 0 ºC), ocasionaron la pérdida total de plantas de vicia sativa en los ensayos de La Meliora y Melideo. En los sitios del macro-ambiente Transición, no se encontraron diferencias notorias entre las mezclas de dos y tres especies de CS, esto probablemente sea debido a la pérdida del 100% de las plantas de colza, también a causa de la gran cantidad de "heladas". Por otro lado, en ambos sitios del macro-ambiente Centro, la mezcla de tres especies de CS logró productividades que superaron en un 65% a la generación de biomasa del tratamiento de vicia villosa pura (1.365 kg ha-¹). Por último, los sitios ubicados en el ambiente Este, solamente contaron con centenos de escasa producción de biomasa (2.365 kg ha-¹).
Considerando las parcelas sin labranza vertical, no se encontraron correlaciones significativas (p>0,05) entre la producción de MS y las precipitaciones durante el ciclo de los CS (mm); duración del ciclo (días); AU a la siembra (%CC) (datos no presentados). Por lo tanto, las diferencias observadas en cuanto a la producción de MS entre macro-ambientes y en algunos casos, entre sitios dentro de cada macro-ambiente, pudieron deberse, entre otros factores, a di- ferentes combinaciones respecto a: fechas de siembra y de secado de las coberturas (Tabla 2) (Lardone et al., 2014); estrategias de fertilización (Pereyro, 2019); presencia, profundidad y calidad de napa freática (Figuras 4 y 5) (Borrás et al., 2011); agua útil a la siembra de los CS a 0-150 cm de profundidad (Figura 6) (Scianca, 2010).
Comparando estrategias de descompactación mecánica y biológica, se pudo observar que en todos los sitios y para todos los tratamientos, la utilización de un implemento mecánico previo a la siembra aumentó o sostuvo la productividad de MS de los CS, coincidiendo con los resultados obtenidos por Colazo et al. (2019, 2020 a) sobre suelos Haplustoles Énticos. En el sitio El Jaque se observaron las mayores diferencias entre estrategias de descompactación, ya que la utilización de un cincel elevó la producción de biomasa de los tratamientos centeno, y mezclas de dos y tres especies de CS en un 69, 67 y 67%, respectivamente. Similarmente, en el sitio Las 2 Lagunas, los tratamientos centeno, vicia villosa y la mezcla de centeno, vicia villosa y colza registraron aumentos en la producción de MS del 20, 36 y 15%, respectivamente. Por último, en María Laura, no se registraron grandes diferencias entre estrategias de descompactación, logrando la biológica 100 kg ha-¹ de MS más respecto a la mecánica.
3.4.3. Agua útil final (AUF), uso consuntivo (UC) y costo hídrico (CH)
Al secado de los CS, considerando únicamente las parcelas sin labranza mecánica, se pudo observar que en siete de los ocho sitios, las parcelas barbecho (BB) registraron mayores contenidos de AU, a 0-150 cm, que aquellas con CS. Llamativamente, las parcelas con centeno en El Jaque registraron mayor AU que las de BB, esto podría explicarse debido a la gran cantidad de malezas en las últimas (43 plantas m-²).
En promedio de los seis sitios en que se evaluó el AU a 0-150 cm de profundidad, las mezclas de dos y tres especies de CS registraron los mayores UC de agua, con 132 y 126 mm, respectivamente, seguidas del centeno (121 mm) y vicia villosa (105 mm). Estos valores son similares al UC promedio de 135 mm registrado por Colazo et al. (2020 b) para distintos CS en 10 años de estudio. Por otro lado, la mezcla de dos especies de CS y centeno registraron los mayores CH, con 34 y 25 mm, respectivamente, seguidas de la mezcla de tres especies de CS (20 mm) y vicia villosa (15 mm). Estos resultados fueron similares a los reportados por Madias et al. (2020) en estudios llevados a cabo en varios sitios de la región pampeana, encontrando que el CH respecto al barbecho fue mayor en las mezclas de especies de CS (46 mm), seguidas por las gramíneas (30 mm) y leguminosas (27 mm). A su vez, se encontró una alta variabilidad en los distintos tratamientos, hallándose incluso valores negativos (mayor contenido de AU en las parcelas con CS respecto de las sin CS), los cuales podrían estar asociados a aquellos sitios en los que se encontró un elevado número de malezas en las parcelas BB.
Comparando las estrategias de descompactación mecánica y biológica, se observaron diferentes resultados en cuanto al AU de cada uno de los tratamientos en los tres sitios analizados (Figura 8). En los sitios El Jaque y Las 2 Lagunas, los tratamientos centeno, vicia, mezcla de dos y tres especies de CS registraron mayores contenidos de AU en la estrategia biológica, siendo del 72, 27, 98 y 81%, respectivamente, mientras que el tratamiento barbecho registró un 10% menos de AU. Por otro lado, en el establecimiento María Laura se encontraron mayores contenidos de AU en la estrategia mecánica respecto a la biológica, tanto en el tratamiento barbecho (18%) como en el de centeno (19%).
Las diferencias observadas en el AUF entre sitios y estrategias de descompactación probablemente
Figura 8 Agua útil (mm) al secado de los CS, a 0-150 cm de profundidad, comparando dos estrategias de descompactación en tres sitios de estudio que integran la zona de influencia de la Chacra Sur de Córdoba.
Las diferencias observadas en el AUF entre sitios y estrategias de descompactación probablemente sean debido a: i) las mayores producciones de MS y su consecuente mayor UC de agua, de los distintos CS bajo la estrategia mecánica en los sitios El Jaque y Las 2 Lagunas, mientras que en el sitio María Laura se lograron mayores productividades bajo la estrategia biológica (Fig. 10); ii) en los sitios El Jaque y Las 2 Lagunas se utilizó un cincel como herramienta mecánica para ejercer la descompactación, mientras que en María Laura se usó un paratill. Este último implemento resultó menos "agresivo" sobre la salud física del suelo, debido a que generó una menor remoción de tierra, y por ende de cobertura, favoreciendo una mayor conservación del agua en el estrato superficial. En estudios llevados a cabo por Bergesio (2011) y Cholaky (2003), se determinó que el enterramiento de rastrojo en labores con paratill es de un 6-20%, mientras que con cincel pareció ser notablemente superior, lo cual conlleva a mayores pérdidas de agua, principalmente por evaporación. Por lo tanto, al comparar el contenido de AU del tratamiento BB entre estrategias de descompactación en los primeros 20 cm, se pudo observar que en los sitios El Jaque y Las 2 Lagunas prácticamente no se hallaron diferencias, mientras que en María Laura las parcelas con paratill almacenaron un 46% más de AU respecto de aquellas en las que no se utilizó este implemento mecánico.
En los sitios El Jaque y Las 2 Lagunas, los tratamientos con CS bajo descompactación mecánica presentaron mayor UC y CH, a 0-150 cm de profundidad, que las parcelas sin labranza mecánica. Los tratamientos centeno, vicia y mezclas de dos y tres especies de CS bajo labranza vertical, registraron: UC de agua superiores en un 22, 9, 22 y 19%, respectivamente; CH superiores en un 74, 46, 74 y 60%, respectivamente. Contrariamente, en María Laura, se encontró mayor consumo de agua en las parcelas con centeno bajo la estrategia biológica respecto a la mecánica (36%). A su vez, en este mismo sitio, no se observaron diferencias de CH entre estrategias de descompactación.
4. Consideraciones finales
Los ensayos se realizaron sobre suelos que variaron notablemente en sus características edáficas: contenido de arena (46-86%); pH (5,8-7,3); MOT (0,8-1,7%); P (13-43 ppm); S-SO4 (13-24 ppm); CIC (6-14,8 meq/100 g suelo); CIC/Ca (33-62%); CIC/Mg (7-17%); CIC/K (6-14%); Zn (0,59-0,99 ppm); B (0,15-0,44 ppm). Por otro lado, si bien ningún sitio registró niveles de DAP y RMP que superaran los umbrales críticos, se observaron valores cercanos en los estratos de 10-20 y 20-30 cm de profundidad.
Los ocho ensayos contaron con presencia de napa freática a menos de 2,5 m de profundidad, variando entre sitios desde 0,4 a 2,2 m. Las escasas precipitaciones en todo el departamento General Roca, desde la siembra hasta el quemado de los CS (5-140 mm), coincidió con que las napas mantuvieron similares profundidades (variaciones <40 cm) y niveles de CE (≤1 dS/m; a excepción del sitio María Laura), mientras que variaron ≥0,5 unidades en el nivel de pH (a excepción del sitio Las 2 Lagunas).
A la siembra de los CS, todos los ensayos partieron con más del 40% del perfil edáfico (0-150 cm) en CC. En siete de los ocho sitios, el estrato superficial (0-20 cm) fue el que menor contenido de humedad presentó, siendo los establecimientos Melideo, María Laura y Don Paco, los que presentaron los menores valores, con 23, 33 y 34% de la CC, respectivamente. A su vez, en siete de los ocho sitios, los estratos 50-100 y/o 100-150 cm, presentaron mediciones con contenidos hídricos por encima del 100% de la CC, esto podría deberse a los aportes hídricos producidos por el ascenso capilar de la napa freática.
Al secado de los CS y considerando las parcelas sin labranza mecánica, el tratamiento BB registró los mayores contenidos de N-NO3 a 0-60 cm (73 kg ha-¹), mientras que el centeno fue el de menores contenidos (42 kg ha-¹). No se encontraron grandes diferencias en el contenido de nitratos del tratamiento BB entre sitios de estudio, a excepción del sitio María Laura (92 kg ha-¹). Las parcelas de vicia villosa no lograron diferenciarse de los demás tratamientos, probablemente debido a la escasa o nula nodulación de las mismas. Comparando estrategias de descompactación, se observó que: en el Jaque, bajo la estrategia mecánica, los tratamientos barbecho, centeno y mezclas de dos y tres especies de CS registraron contenidos de N-NO3 que superaron a la estrategia biológica en un 23, 28, 35 y 35%, respectivamente; en María Laura, los tratamientos barbecho y centeno registraron niveles de nitratos superiores en un 15 y 32%, respectivamente; en Las 2 Lagunas, no se registraron diferencias.
Al secado de los CS y considerando las parcelas sin labranza mecánica, el centeno fue el CS que mayor biomasa logró generar, con un promedio entre sitios de 4.500 kg ha-¹. En La Meliora promedió 10.800 kg ha-¹, mientras que en María Laura 1.960 kg ha-¹. Las bajas Tº ocasionaron la pérdida total de plantas de vicia sativa en los ensayos de La Meliora y Melideo, y también de las plantas de colza en ambos ensayos del ambiente Transición. En ambos sitios del macro-ambiente Centro, la mezcla de tres especies de CS logró productividades que superaron en un 65% a la generación de biomasa del tratamiento de vicia villosa pura (1.365 kg ha-1). Ambos sitios ubicados en el macro-ambiente Este contaron con centenos de escasa producción de biomasa (2.365 kg ha-¹), probablemente debido, entre otros factores, a fechas de siembras tardías (fines de mayo y principios de junio). Comparando estrategias de descompactación, se observó que: en El Jaque, la utilización de un cincel elevó la producción de biomasa de los tratamientos centeno, y mezclas de dos y tres especies de CS en un 69, 67 y 67%, respectivamente; en Las 2 Lagunas, los tratamientos centeno, vicia villosa y la mezcla de tres especies de CS registraron aumentos en la producción de MS del 20, 36 y 15%, respectivamente; en María Laura, no se registraron diferencias.
Al secado de los CS y considerando las parcelas sin labranza mecánica, en siete de los ocho sitios las parcelas BB registraron mayores contenidos de AUF que aquellas con CS. Por otro lado, no se encontró una tendencia en el UC de agua y el CH de las distintas coberturas entre sitios de estudio, sin embargo, en promedio de seis sitios: las mezclas de dos y tres especies de CS registraron los mayores UC de agua, con 132 y 126 mm, respectivamente, seguidas del centeno (121 mm) y vicia villosa (105 mm); la mezcla de dos especies de CS y centeno presentaron los mayores CH, con 34 y 25 mm, respectivamente, seguidas de la mezcla de tres especies de CS (20 mm) y vicia villosa (15 mm). Comparando estrategias de descompactación, se observó que: en El Jaque y Las 2 Lagunas, los tratamientos centeno, vicia, mezcla de dos y tres especies de CS registraron mayores contenidos de AU en la estrategia biológica, siendo del 72, 27, 98 y 81%, respectivamente. Inversamente, en María Laura se encontraron mayores contenidos de AU en la estrategia mecánica, tanto en el tratamiento barbecho (18%) como en el de centeno (19%); en El Jaque y Las 2 Lagunas, los CS bajo descompactación mecánica presentaron mayor UC y CH que las parcelas sin labranza mecánica. Los tratamientos centeno, vicia y mezclas de dos y tres especies de CS bajo labranza vertical registraron UC de agua superiores en un 22, 9, 22 y 19%, respectivamente y CH superiores en un 74, 46, 74 y 60%, respectivamente. Contrariamente, en María Laura, se encontró mayor UC en las parcelas con centeno bajo la estrategia biológica respecto a la mecánica (36%). A su vez, en este mismo sitio, no se observaron diferencias de CH entre estrategias de descompactación.
A través del presente estudio se generaron datos regionales que podrían servir como punto de referencia para futuros programas de manejo de sistemas intensificados y diversificados, ayudando a mejorar la capacidad productiva de los suelos a través de los servicios eco-sistémicos provistos por los CS. En suma, se considera que el aporte de conocimiento, en condiciones de campo, del impacto de las principales prácticas de manejo de los CS (por ej. selección de especies, fecha de siembra, fecha de secado, densidad de siembra, nutrición, sistema de labranza, etc.) sobre las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, la dinámica y balance de agua y nitrógeno y los niveles productivos de los cultivos, permitirían aumentar las eficiencias de uso de los recursos, la conservación de los mismos y por ende lograr mejoras en la capacidad productiva de los suelos.
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