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Una nueva oportunidad para el Trigo

Los mercados internacionales, las condiciones de nuestro país, la tecnología aplicada, la capacidad de los productores y la fuerza productiva, determinarán la campaña 2010/2011

Una preocupación generalizada fue la relación de producción – calidad, y el impacto que genera el gobierno al incentivar a la industria molinera, castigando al propio productor agropecuario.

Mercados, la comercialización y el panorama para la cosecha de trigo

La perspectiva internacional del precio del trigo ha mejorado sensiblemente en los últimos dos meses, comenzó diciendo Daniel Miró (Presidente de Nóvitas S.A). La abundante cosecha mundial 2010/11 estimada originalmente, se ha visto sustancialmente reducida por problemas de producción del cereal en el hemisferio norte. Según Miró, la fuerte acumulación de existencias mundiales lograda en las dos campañas previas, ha quedado interrumpida. Tal evolución obligó a una importante reacción del mercado que comenzó a principios de Julio pasado, la cual resultó amplificada por el creciente accionar de los “fondos”, ya sean los de carácter especulativo, como los denominados Indice. Estos acontecimientos repercutieron a nivel local, posibilitando un alza importante de los valores “forward”. Si bien la mejora “tardía” del mercado internacional cambió el talante de los productores trigueros locales, el régimen de comercialización doméstico plagado de desaciertos normativos, afectan la natural vocación productiva, aseguró el especialista. Profundizando el caso de nuestro país, el Presidente de Nóvitas destacó que las crecientes dificultades que viene enfrentando la comercialización del trigo en las últimas temporadas, como resultado de limitaciones a la exportación, la consecuente falta de competencia en la formación de los precios que el productor recibe, privilegios irritantes para determinados sectores compradores y una acentuada falta de transparencia en el funcionamiento de las Instituciones (Bolsas y Mercados), cuya función esencial es garantizar una razonable equidad en el proceso comercial, perjudican los legítimos intereses del hombre de campo. Frente a ese contexto, Miró sugirió la creación de un ente privado autónomo que opere como testigo, sin capacidad monopólica para comercializar, siendo una organización de interés público destinada a facilitar que aquellos productores que lo deseen puedan mancomunar intereses comerciales para mejorar las alternativas de venta y precios más justos.

Hugo Ghio, coordinador del panel, junto a los disertantes Pablo Calviño, Daniel Miralles y Daniel Miró.

Manejo de trigo en escenarios diversos

La intención de siembra de un cultivo depende del escenario al inicio de la campaña, disparó Pablo Calviño de AACREA. En la toma de decisión se ponen en la balanza los precios esperados y la confiabilidad de las expectativas, el contenido de agua en el suelo a la siembra, la necesidad de gramíneas en la rotación y la realidad empresarial o tipo de productor, analizó el Ingeniero. Calviño manifestó la importancia de caracterizar los ambientes productivos y sus probabilidades de producción, hay que identificar la profundidad de suelo (profundos o someros), altitud o topografía, tipo de suelo, textura y materia orgánica, probabilidad y distribución de lluvias y heladas, etc., variables influyen directamente sobre el rendimiento. Para seguir, el Técnico se detuvo en el agua, mencionó que es clave cuantificar la disponibilidad del recurso, aporte de las napas, humedad a la siembra, probabilidad de recarga del perfil y distribución de precipitaciones. La disponibilidad de agua al inicio de la campaña determina la elección del cultivo, los lotes a sembrar y la tecnología a aplicar, y define el resultado final (Figura 1)

En cuanto al manejo del nitrógeno (N), Calviño planteó los siguientes interrogantes: ¿hasta qué momento el N va a rinde?, ¿cuál es la probabilidad de que se incorpore en pocos días?, ¿cuál es la correlación entre agua en el suelo en 2N?, ¿qué capacidad de aplicación tengo en corto plazo?, ¿qué relaciones de precio espero? Si bien contamos con herramientas para determinar una dosis óptima económica (ej: programa Triguero), el especialista advirtió que juega el efecto del año sobre la respuesta a la aplicación de N según profundidad de suelo. Para cerrar, Calviño declaró que el manejo por topografía permite adelantar fechas de siembra y de cosecha, reduce riesgo de heladas, los rendimientos de trigo y soja aumentan cerca de 1 qq/ha y 2 qq/ha respectivamente, y en algunas regiones puede disminuir el riesgo de fusarium.

Daño de heladas en trigo.

Los cultivos invernales están expuestos a riesgo de heladas en la mayor parte de su ciclo, sin embargo, los momentos de susceptibilidad son diferentes, comenzó Daniel Miralles de la FAUBA. Para profundizar en el tema, Miralles explicó que de siembra a emergencia hay un período de sensibilidad a heladas, pero poco importante en Argentina porque los suelos no se congelan; luego la sensibilidad se reduce hasta macollaje, donde es mínima; a medida que comienza la elongación del tallo vuelve a incrementarse, llegando al período de mayor sensibilidad entre estado de bota y antesis (Figura 2). Los mayores daños producidos por heladas se concentran en el periodo crítico del cultivo. Sin embargo, a medida que las heladas en “pasto” (macollaje) son más tardías en el ciclo menor es la posibilidad de recuperación del cultivo.

Una vez que empieza encañazón, no sólo se daña el área foliar sino también la conducción vascular con la consiguiente muerte de tallo/ espiga. Heladas tempranas en el ciclo reducirán la biomasa, mientras que a medida que las heladas son más tardías comienzan a afectar, además de la biomasa, el índice de cosecha. Entre bota y antesis, la máxima sensibilidad está vinculada al aumento de la temperatura base y la generación de estructuras florales con gran cantidad de agua, este período se extiende hasta el cuaje una semana después de antesis. Las lesiones producidas por las heladas, dependen de la intensidad y tiempo que perduran. Para cuantificar los daños sobre el cultivo, Miralles habló sobre distintos métodos indirectos que simulan la pérdida de área foliar, ortos en los cuales se disponen las platas en camaras de crecimiento y se las exponen a bajas temperaturas (T<-7ºC) a lo largo del ciclo por distintos periodos, y por último comentó que el modelo de Sumas Térmicas Negativas tiene buenas correlaciones de estimación. El cambio climático produjo modificaciones en las fechas de heladas y en el periodo libre de heladas, esto implica que debemos pensar en cambiar el manejo del cultivo, reflexionó Miralles.

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