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¿Qué hacemos con las malezas problema?

El empleo generalizado de glifosato causó una revolución en la evolución de las comunidades de malezas, al seleccionar biotipos resistentes. Si bien existen estrategias para mantener la producción, hay que seguir de cerca el tema trabajando con productores, técnicos e instituciones.

La gestión en el control de las malezas Luis Eduardo Lanfranconi, INTA OT Río Primero (EEA Manfredi) y Profesor de la UCC, comentó que la presencia de residuos en superficie, generado por los sistemas agrícolas bajo siembra directa, tiene distintos impactos en las comunidades de malezas. Por un lado, al mejorar la condición de humedad del suelo, facilita la germinación de algunas especies de malas hierbas (asteraceas). Por otro lado, los rastrojos pueden afectar la germinación y el desarrollo de las malezas en forma negativa y esto está relacionado con efectos alelopáticos. Niveles de residuos superiores a 2,5 t/ha disminuyen la presencia de malezas principalmente Amaranthus retroflexus y Chenopodium album, no así la de Galinsoga parviflora. Lanfranconi también se refirió a la aparición de “nuevas” especies de malezas en los barbechos, como consecuencia de utilizar el Glifosato en sus dosis más bajas a las recomendadas o reducidas para el tamaño de las malezas. Esas especies poseen varias cohortes en una temporada, la germinación ocurre fuera de los momentos de aplicación del herbicida escapándose al control; Ipomoeas sp. representa un ejemplo en el centro cordobés, citó el especialista. Según el Técnico de INTA, hay que trabajar en programas de control integrado de malezas y métodos preventivos, contar con un buen diagnóstico y distribución espacial a partir de un mapa de malezas, para avanzar en estrategias de control con herbicidas realizando aplicaciones en puntos donde se encuentra el problema, esto disminuye sustancialmente los costos de control y el impacto ambiental. Los avances en nuevas tecnologías en materia de posicionamiento global (GPS), sistemas de información geográfica (GIS), programas de computación y el desarrollo de equipos de aplicación, han abierto la posibilidad en el uso de tratamientos localizados, cerró el especialista.

Malezas resistentes y tolerantes a glifosato en el NOA.

El Ingeniero Ignacio Olea, de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, explicó que dicha institución están trabajando en un sistema de manejo de malezas para el cultivo de soja enfocado en Sorgo de Alepo resistente a glifosato (SARG) el cual tiene en cuenta la presencia o ausencia y el nivel de infestación del lote. En el primer nivel, se prioriza la prevención, mediante una serie de medidas relacionadas con la limpieza y operación de las máquinas cosechadoras, la rotación de cultivos y de modos de acción de los herbicidas utilizados. En el segundo nivel (matas aisladas o agrupadas linealmente), se prioriza evitar la constitución de nuevas plantas y su semillado, asi como la eliminación de los rizomas de las ya existentes. Esto se logra mediante el empleo de herbicidas residuales (metolaclor), el despanojado manual o químico (graminicidas fop y dim), y con tratamientos localizados no selectivos (nicosulfuron, imazapic e imazapir). El tercer nivel corresponde a los lotes muy invadidos, donde el barbecho químico se realiza mediante la mezcla glifosato + MSMA y el manejo de la soja con imazetapir y graminicidas (fop y dim). Olea advirtió sobre Echinochloa colona, especie resistente a glifosato detectada en la zona citrícola de Tucumán en 2007. En el primer año de experiencias en Tucumán para el manejo de este biotipo en el cultivo de soja, indican que los tratamientos en el barbecho químico deben realizarse al finalizar la emergencia de la primera cohorte. La mayor efectividad en el control se obtuvo con la aplicación secuencial de un graminicida (fop o dim) seguida, luego de una semana, del tratamiento convencional con la mezcla de glifosato más 2,4-D para el manejo de las otras malezas. Las recomendaciones para el manejo de los biotipos resistentes en el NOA, no son generadas acordes a la frecuencia con que se identifican, y la celeridad con que se difunden, los nuevos problemas. Para concluir, el Ingeniero de la EEAOC manifestó “mantener la diversidad es la estrategia para el manejo de resistencias y tolerancias” y así será posible que el glifosato siga siendo una herramienta sustentable en los esquemas productivos, de lo contrario llegará un momento que este será inútil.

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