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Con las pezuñas en la directa

Con más de 190 años en la actividad agropecuaria la estancia “La Isabella” fue el sitio elegido parara el encuentro Un Productor en Acción organizado por el Grupo Regional Del Campillo. A pesar del intenso viento y elevadas temperaturas, los integrantes de la regional y el personal del campo, lograron desarrollar con gran éxito la reunión. Más de ciento veinte personas se hicieron presentes para encontrar respuestas a sus inquietudes y conocer el manejo productivo agrícola-ganadero en la Pampa arenosa.

Diana Thomas de Friz, dueña de casa y pilar fundamental de la regional, hizo un sucinto recorrido de la historia del establecimiento que hasta la actualidad conserva la estructura de la estancia tradicional, en el que conviven las actividades agropecuarias y turismo rural.

La Isabella se encuentra en la “Región Pampeana Semiárida”, con predominio de suelos haplustoles énticos, poco desarrollados, muy bien drenados, con bajo contenido de materia orgánica (1,2%), muy ricos en fósforo y con la capa freática cercana a la superficie. La estructura del suelo es muy frágil, muy susceptible a la erosión eólica. El promedio anual de precipitaciones es de 713 mm, concentradas desde octubre hasta marzo.

Manejo por ambientes en planteos mixtos

En la primera estación, Eric Antelme y Mauricio Madariaga presentaron el manejo productivo del establecimiento, explicaron que hoy a la ganadería ocupas un 40% de la superficie, el 60% restante es destinado a soja, girasol, maíz y sor- go. Toda la producción se realiza desde hace 6 años en siembra directa continua, con diferentes modelos rotacionales según la capacidad de uso de los suelos y la fragilidad estructural de los mismos.

A partir de 2008 se incrementará la superficie agrícola con un nuevo sistema rotacional basado en la fertilización de reposición y una proporción de gramíneas superior al 40%, que sumada a la superficie de alfalfa representan más del 60% del total del campo, manteniendo un

balance positivo de carbono en el suelo a lo largo del tiempo.

Los nuevos modelos rotacionales serán 4:8 y 4:4 (años ganadería: años agricultura), además de agricultura continua con una secuencia maíz/soja.

En lo referente al manejo de los cultivos, el girasol se implanta entre el 5 y el 20 de octubre con una densidad de 55000 sem/ha, con fertilización balanceada a la siembra. La soja se comienza a sembrar desde principios de octubre. Se utilizan variedades grupo 4,5 en un 75% y el 25% restante V indeterminadas para los lotes más quebrados. La fertilización es de reposición para fósforo y azufre. El maíz se siembra en dos épocas; una temprana desde el 25 de setiembre al 5 de octubre y otra desde el 27 de noviembre al 10 de diciembre. La densidad es de 70000 sem/ha a 0,525m entre hileras con una fertilización balanceada para 7000 kg/ha.

Actualmente la producción ganadera ocupa un 50% de la superficie, con la invernada como actividad principal. La tendencia es que el campo aumente su porcentaje de agricultura hasta un 60 o 70%, para lo cual se debe adaptar el sistema de engorde con la finalidad de lograr mayor eficiencia, poder liberar más hectáreas y manejar las reservas de manera de no utilizar los rastrojos tan necesarios para la protección de los suelos.

Los rodeos de cría se mantienen en los lotes de inferior calidad (alfalfas degradadas) y médanos viejos cubiertos con pasto llorón. Durante el invierno se utilizan reservas de rollos de pastura, silos de alfalfa, silo de maíz de planta entera y grano húmedo.

La invernada es corta, de 12 a 16 meses desde el ingreso de los terneros hasta la salida con 440kg de peso. Se manejan en rodeos de 400 animales aproximadamente, con pastoreo rotativo sobre los lotes de alfalfa. La terminación de los novillos de cola se realiza en verdeos de invierno y maíces diferidos, logrando muy buena calidad y poco desperdicio.

En la incorporación de los silos de maíz y sorgo se han utilizado varios sistemas (aéreo, de distribución mecánica, embolsado y autoconsumo) resultando la combinación de todos, lo más conveniente.

Los índices productivos promedio de los últimos años:

La segunda estación se encontraba en un lote con un cultivo de soja recientemente implantado sobre una pastura de alfalfa degradada. Estuvo a cargo de Joaquín Rabasa (área técnica Aapresid), quién se encargó de resaltar las ventajas de la rotación agrícola-ganadera sobre las principales propiedades edáficas.

Las pasturas actúan como mejoradores de dichas propiedades al provocar una inmovilización del suelo y lograr una condición similar a un ambiente virgen. Los sistemas radiculares asociados de leguminosas y gramíneas logran un mejor aprovechamiento de los nutrientes, principalmente del nitrógeno proveniente de la fijación biológica y al permanecer vivos durante todo el año aseguran una gran estabilidad estructural lo que facilita el ingreso del agua al perfil.

En una pastura, el aporte de materia seca es continuo, permitiendo una mayor actividad de los microorganismos lo que asegura un rápido ciclado del carbono y nutrientes.

Diana Thomas de Friz (derecha) junto a Mauricio Madariaga (centro) y Eric Antelme (izquierda), presentaron el manejo productivo de La Isabella

La salida hacia la agricultura debe realizarse de manera tal de lograr la menor perturbación posible de este ambiente generado por la pastura para poder aprovechar sus bondades. Por ello es fundamental contar con una buena planificación del sistema rotacional, para evitar coyunturas que impliquen perder en pocos días lo que costó tanto tiempo alcanzar. En este aspecto contar con una producción en siembra directa estabilizada es primordial, concluyó Rabasa.

Joaquín Rabasa, calicata de por medio, resaltó las ventajas de la rotación agrícola-ganadera sobre las principales propiedades edáficas.

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