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Misión: Productividad

Aumentar la productividad en el marco de una agricultura sustentable fue el foco de la impecable jornada organizada por la Regional Los Surgentes-Inriville de Aapresid. La sede del evento fue el auditorio del Grupo Romagnoli en la localidad cordobesa de Monte Buey, el mismo convocó a productores empresarios y técnicos de primer nivel que discutieron éste nuevo paradigma de la agricultura.

¿Dónde estamos parados en el mundo?

Oriundo de Cruz Alta y pionero de Aapresid, Roberto Peiretti abrió la jornada presentando la evolución del consumo y la producción agropecuaria mundial.

En los últimos 30 años la demanda humana (consumo) por los productos agrícolas duplicó su nivel, se sabe que éste aumento va a continuar tanto en cantidad cómo en calidad. Cómo productores agropecuarios, tenemos que estar a la altura circunstancias y responder las necesidades de alimentos y energía que demanda el mundo. Este nuevo desafío será posible lograrlo expandiendo la frontera agrícola hacia zonas más frágiles y/o aumentando los rendimientos y la productividad. Hoy, y a la luz de las experiencias acumuladas, en Aapresid y en CAAPAS, podemos demostrar que es posible afrontar éste paradigma dentro de un marco de mayor sustentabilidad y entrar en una etapa de reparación y mejoramiento de daños ocasionados en el pasado. Lo que debemos hacer es encontrar, desarrollar y adaptar formas adecuadas de aumentar la productividad y la producción total sustentablemente, finalizó Peiretti.

La visión productiva de la Regional Los Surgentes-Inriville

Alineado a lo expuesto por Peiretti, José Luis Zorzín (ATR Grupo Regional Aapresid Los Surgentes-Inriville) explicó que el incremento de la productividad vertical, es la posibilidad que esta más al alcance para aumentar los ingresos y disminuir el riesgo de la coyuntura socio-político-económica y de mercado.

El joven profesional presentó resultados de seis campañas dónde evaluaron distintas estrategias de rotación: monocultivo de soja práctica- mente sin fertilización, monocultura de trigo/soja de segunda, trigo/soja-maíz-soja y trigo/soja-maíz con altos niveles de fertilización.

La Regional de Aapresid Los Surgentes Inriville, plateó que para optimizar el uso de los recursos y lograr un salto en la producción (crecimiento vertical) la mejor opción es intensificar la rotación

Sistemas con elevada presencia de gramíneas invernales y estivales, alta intensidad de rotación y niveles de fertilización, con soja como complemento, generan un incremento en los tenores de materia orgánica, los mayores beneficios ecológicos, disminuyen la vulnerabilidad del sistema, y producen los mayores beneficios económicos, y ese es el modelo de producción que debemos adoptar, finalizó el ATR.

Rotaciones que desafían la lógica

Los barbechos limpios no tienen sentido, desafió Jorge Romagnoli, presidente de Aapresid y dueño de casa, iniciando su exposición. Si maximizamos el número de cultivos de cosecha y de cobertura por unidad de tiempo, mantenemos el suelo siempre con raíces vivas, favorecemos la actividad de los microorganismos, responsables de la descomposición y transformación de la materia orgánica y ciclado de nutrientes. Para demostrarlo Romagnoli mostró nuevas experiencias productivas que actualmente está ajustando a campo, cómo es el caso de vicia. Los primeros resultados de ésta leguminosa son alentadores, tanto por el aporte de materia seca (en torno a los 5.000 kg MS/ha) como de nitrógeno. El punto a medir es el consumo de agua que hace ese cultivo de cobertura en relación al cultivo sucesor en la rotación. "Las diferencias medidas a campo en los dos primeros años exploratorios rondan los 15 a 35 mm, lo cual es un muy buen comienzo", destacó.

Finalmente, el titular de Aapresid enfatizó que uno de los principales desafíos que hoy tiene la agricultura es "encontrar indicadores de gestión ambiental, que se conviertan en herramientas para la mejor toma de decisiones agronómicas, a la vez que se vuelven elementos clave pensando en la certificación de la producción".

Certificación ambiental de la siembra directa

Para profundizar los conceptos planteados por Romagnoli, Santiago Lorenzatti, ex Coordinador General de Aapresid, presentó las bases del proyecto de certificación ambiental de la siembra directa, que intenta responder al dilema entre producción y ambiente.

Tal cómo lo planteara Peiretti, la agricultura tiene el crucial desafío de producir alimentos de manera creciente y el hacerlo minimizando su impacto ambiental. En este contexto, Lorenzatti dijo que el sistema de siembra directa aparece cómo un nuevo paradigma que se acerca a la resolución de éste dilema, sumado a ello, en el marco de los agronegocios la externalidad positiva de la siembra directa puede ser aprovechada para diferenciar positivamente al sistema, siendo la certificación una herramienta que permitirá capturar valor buscando obtener beneficios para el productor y la socie- dad, mejorando los suelos, la calidad del agua (menor riesgo de erosión y contaminación) y la atmósfera. Su implementación será a través de un Sistema de Gestión de Calidad productiva y ambiental (Agricultura Certificada), que brinda herramientas para una gestión agronómica profesional. Los componentes de este sistema son dos: indicadores de gestión edáficos y de eficiencia, y un protocolo de buenas prácticas agrícolas (BPA's). Este último correlacionando valores de indicadores de salud del suelo con prácticas agronómicas, como ser: no laboreo, rotación de cultivos, manejo racional de la nutrición vegetal y la fertilización edáfica, manejo integrado de plagas y manejo de información georeferenciada.

Escenario de precios granarios a largo plazo

La situación macro del mercado de granos se puede simplificar en la existencia de una creciente demanda mundial de alimentos (granos) y con una situación de niveles de stocks globales bajos, por lo que el mercado enfrenta una “crisis de demanda” generada principalmente por dos cuestiones bien puntuales: el tándem China-India y Los Biocombustibles manifestó Gustavo Lomello, Coordinador Zona Norte de Nóvitas S.A en su exposición.

Argentina debe percatarse de esto y convertir las ventajas comparativas que posee para producción de biocombustibles, en ventajas competitivas. La estabilidad fiscal es un instituto fundamental para atraer inversiones. El corte obligatorio de gasoil y naftas con biodiesel y bioetanol, respectivamente, constituye una alternativa excepcional para hacer realidad el desarrollo de un mercado sustentable de biocombustibles en el país, finalizó Molina.

Generación de valor agregado en la producción agropecuaria

Cada vez el valor de lo que se produce en el mundo está menos en las materias primas y más en los conocimientos que se le agregan a esas materias primas, dijo Gustavo Grobocopatel. Esos conocimientos son valor agregado, transformación de los alimentos o servicios que se utilizan para producir esos alimentos. A veces la gente confunde el valor agregado, y piensa que es sólo la transformación del producto o el procesamiento.

El productor agropecuario ha innovado en la parte de tecnología agrícola, en siembra directa, en biotecnología, pero no hemos visto muchos productores que se hagan industriales, o que se hagan grandes empresarios argentinos, y eso yo creo que es una de las cosas pendientes que tenemos los productores.

Para finalizar Grobocopatel resaltó la importancia de la empresa en red, como nuevo ícono de los agronegocios en la sociedad de la información. Este nuevo esquema empresarial de mucha flexibilidad, a la vez permite adaptarse rápidamente a los cambios sin perder la capacidad de innovar.

Como cierre de la jornada se proyectó el video “La verdad incómoda” de Al Gore.

La inserción de la empresa agropecuaria en los biocombustibles

Los combustibles fósiles ya no podrán abastecer a una demanda cada vez grande, anunció Claudio Molina de la Asociación Argentina de Biocombustibles. Reconoció que a esto se le suma la tendencia de los mercados a exigir una mayor amigabilidad de los combustibles con el ambiente, a partir del Tratado de Kyoto, convierte al desarrollo de fuentes alternativas de energía en una cuestión estratégica.

Los biocombustibles representan para el sector agropecuario argentino una excelente posibilidad de desarrollo de nuevos negocios, sustentables desde el punto de vista ambiental y agronómico. Las probabilidades de extender las fronteras agrícolas son altas, como así también las posibilidades de diversificar cultivos. Se generaran muy buenas condiciones para participar al maíz en las rotaciones y se producirán impactos adicionales sobre la economía agrícola, debido a la interacción entre la producción regional de biocombustibles y demanda en la cercanía de los mismos. Disminuyendo así los fletes, favoreciendo la actividad ganadera por reducción en el costo de alimentos forrajeros –a partir de la utilización de nuevos subproductos- y potenciando economías de escala, por la creación de nuevos grupos de interés participantes en negocios colaterales.

El valor agregado está en el modo que se produce y los conocimientos que se aplican en el proceso, sostuvo Gorbocopatel.

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