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EDITORIAL Un suelo vivo es un suelo sano

"Creemos que estamos haciendo las cosas bien y nos falta mucho". El tema es cómo mantener la sustentabilidad de la producción con los actuales niveles de extracción de nutrientes del suelo.

Como bien sabemos, antes de decidir qué uso darle al suelo es necesario conocer sus características. El análisis de suelo es sin dudas la mejor guía para el diagnóstico de sus condiciones, ya que permite una mejor planificación de las actividades y manejos, ajustando los insumos de producción. Pero este análisis no será satisfactorio si el muestreo no es representativo del sitio sobre el que se precisa información.

En general, se recomienda muestrear 2-3 meses antes de la siembra para obtener los resultados, interpretarlos, hacer sugerencias y adquirir los fertilizantes o abonos orgánicos que se necesitan aplicar según el diagnóstico. En cultivos de cosecha se aconseja hacerlo cada año. Mientras que en pasturas se puede muestrear cada 2 años, luego del pastoreo. La frecuencia del muestreo puede ser más intensa para cultivos altamente tecnificados.

Los errores de muestreo deben ser minimizados. Para ello es fundamental seguir técnicas de muestreo del suelo apropiadas y con protocolos validados. Asimismo, se debe asegurar la limpieza del barreno -de acero inoxidable, en lo posible- y mantenerlo bien afilado para lograr un corte uniforme en todo el perfil y no generar variaciones involuntarias en la profundidad del muestreo.

Los suelos sanos son el fundamento del sistema alimentario. Nuestros suelos son la base de la agricultura y el medio en el que crecen casi todas las plantas destinadas a la producción de alimentos. De hecho, la calidad de los suelos está directamente relacionada con la calidad y la cantidad de alimentos. Los suelos sanos producen cultivos sanos que alimentan a las personas y a los animales.

Los suelos proporcionan nutrientes esenciales, agua, oxígeno y son el sostén para las raíces que las plantas necesitan para crecer y florecer. Además, cumplen una función de amortiguación al proteger las delicadas raíces de las fluctuaciones de temperatura.

Un suelo sano es un suelo vivo. Un ecosistema vivo y dinámico, colmado de organismos microscópicos y de mayor tamaño que cumplen funciones vitales, entre ellas transformar la materia inerte y en descomposición, así como los minerales, en nutrientes para las plantas (ciclo de los elementos nutritivos). También cumplen un rol fundamental en el control de las enfermeda- des de las plantas, los insectos y malas hierbas, y mejoran la estructura de los suelos con efectos positivos para la capacidad de retención de agua y nutrientes, además de mejorar la producción de cultivos, entre otros beneficios.

Como si fuera poco, los suelos sanos contribuyen a mitigar el cambio climático al mantener o aumentar su contenido de carbono.

La Siembra Directa es la práctica de implantar un cultivo sin labrar la tierra previamente, siendo la misma sembradora la encargada de realizar una micro labranza solamente en el surco para depositar las semillas y así asegurar un buen contacto semilla-suelo.

Sin embargo, el concepto de Sistema de Siembra Directa (SSD) -que promovemos desde Aapresid- comporta mayor complejidad.

El SSD requiere no solo la ausencia de labranzas sino también la presencia de una cobertura permanente del suelo, con cultivos y rastrojos de cultivos anteriores. Basado en un conjunto de Buenas Prácticas Agrícolas, que incluyen una nutrición balanceada y un manejo integrado de plagas, el esquema permite producir sin degradar el suelo, mejorando en muchos casos sus condiciones físicas, químicas y biológicas. Además, logra hacer un uso más eficiente del agua, recurso natural estratégico y fundamental para el manejo de los cultivos.

Recientemente se difundió de manera global el término de agricultura regenerativa, que comparte profundamente los principios y prácticas del SSD.

En este sentido, entendemos a la siembra directa como un pilar importante que debe ser aplicado en conjunto con otras prácticas de manejo para realizar una agricultura sustentable.

Los cultivos de servicios son cultivos sembrados con el objeto de mejorar aspectos del suelo o los cultivos que se realizan en la rotación con fines productivos. Estos no tienen como fin ser cosechados, sino brindar una amplia variedad de beneficios y se destacan por el grado de conservación y protección que le dan al suelo. También son una herramienta clave con la que cuentan los productores agropecuarios para el control de malezas al tiempo en que se asegura una agricultura más sustentable. Estos cultivos incluyen opciones como centeno, distintas variedades de avena, trébol y vicia, entre otros.

Todo esto nos conduce a reflexionar acerca de la importancia de producir alimentos, fibras y energía de alto valor de manera sustentable, conservando nuestros suelos a través de manejos adecuados, que permitan procurar la salud de los mismos.

Dar a conocer los trabajos de investigación en distintos medios y compartir estos resultados a través de nuestras publicaciones para llegar a quien lo requiera, es el motor por el que asumimos el compromiso de divulgar a través de nuestra revista.

Queremos reconocer el valioso aporte de los distintos programas de nuestra institución, que nos permiten ampliar los horizontes de esta revista, apoyando el crecimiento y favoreciendo el desafío que afrontamos de indexar la publicación para lograr un mayor alcance en la difusión de nuestro sistema de producción.

Porque, como decimos siempre, “juntos sabemos más”.

Jorge Gambale

Socio Aapresid Regional Mar del Plata Director adjunto Programa Chacra Aapresid

Miembro de comisión directiva Aapresid

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