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Suave algodón, ¡atenti con la fertilización!
by Aapresid
Potenciar el rendimiento y obtener fibras de calidad es uno de los principales objetivos en la producción de algodón. En esta nota, te contamos como la fertilización foliar líquida puede corregir las deficiencias nutricionales, complementando las estrategias de fertilización del cultivo aplicadas al suelo.
El siguiente trabajo está comprendido en el marco de la Red de Nutrición de Cultivos del Norte, Sistema Chacras Aapresid.
Por: Ing. Agr. María Eugenia Magnelli
El cultivo de algodón va ganando hectáreas en nuestro país y, poquito a poco, va retomando sus épocas de apogeo en las provincias del norte argentino. La disponibilidad de nuevas variedades de genética mejorada, paquetes tecnológicos que acompañan el manejo productivo y la creciente demanda de fibras naturales, son algunas de las razones que potencian este impulso.
Apuntar a mayor calidad de fibra
La producción de fibra es el principal objetivo a la hora de sembrar algodón. Uno de los desafíos que enfrentan los productores cada campaña es estabilizar e incrementar rendimientos y, fundamentalmente, mejorar la calidad de fibra. Esta última está influenciada por factores genéticos, nutricionales, ambientales, edáficos, plagas, enfermedades y prácticas de manejo, entre otros.
El periodo crítico que define la calidad de fibra está comprendido entre la floración y la apertura de las cápsulas. El largo de fibra se determina a partir de 20 a 30 días luego de floración, mientras que el grosor y la resistencia se fijan entre los 30 y 60 días después de floración. Por tanto, la ocurrencia de estreses bióticos y abióticos en dicha etapa pueden impactar, en mayor o menor medida, sobre el resultado final.
Fertilización foliar líquida, un gran complemento
La aplicación de fertilizantes vía foliar presenta, entre otras, las siguientes ventajas:
Es consistente y compatible con una fertilización de suelo.
Es absorbido más rápidamente por las hojas y es más eficiente en el movimiento hacia los frutos en desarrollo.
Como se mencionó anteriormente, la nutrición del cultivo es uno de los aspectos claves a la hora de aumentar la producción y la calidad de fibra de algodón. El nitrógeno (N), el Fósforo (P) y el Potasio (K) son tres macronutrientes que condicionan, entre otros aspectos, la capacidad fotosintética de las hojas, influyen en los componentes de rendimiento (peso de capullo, porcentaje de fibra e índice de semilla) y calidad de fibra (longitud, finura, índice de madurez y resistencia de la fibra).
Conocer la disponibilidad de los diferentes elementos presentes en el suelo y las expectativas de producción, son el primer paso para definir una estrategia de fertilización para corregir las deficiencias nutricionales.
Es posible combinar la aplicación de fertilizante (Ej: Urea (46-0-0)) con los herbicidas o insecticidas, dado que hasta el momento no se han comprobado incompatibilidades, esto resulta una buena alternativa para efectuar varias acciones en una misma entrada en el lote.
Reemplazar parte de los tratamientos sólidos en regiones dónde las condiciones climáticas predisponen la volatilización de N.
Nitrógeno
El N promueve especialmente el crecimiento vegetativo, incrementa el número total de flores y capullos y aumenta el tamaño de la bocha debido a un incremento en el peso individual de la semilla.
Cuando aplicar Nitrógeno
Se considera que aproximadamente se necesitan 150 kg de N/ha (suelo + fertilizante) para producir una tonelada de fibra de algodón, aun cuando la extracción sea de 70g/ha. Para los sitios bajo riego y con buenas condiciones de humedad son necesarias dosis entre 90 y 150 kg de N/ha, para producir entre 900 y 1500 kg/ ha de fibra (Melgar, 2011). Dosis más elevadas de N se necesitan para producciones más altas bajo condiciones de riego, para suelos con alto contenido de arcilla y suelos con baja eficiencia de utilización de N.
Se estima una absorción de 6,6 a 20,9 kg de N por cada 100 kg de fibra producida. Esta absorción es mínima durante los primeros momentos de desarrollo del cultivo y se incrementa drásticamente durante la fase exponencial de crecimiento, siendo máxima en plena floración.
La disponibilidad y la absorción del fertilizante N del suelo, antes y durante la fructificación, dictarán la necesidad de la fertilización foliar suplementaria. Además, la capacidad de almacenamiento de N dentro de la planta y de la ca- pacidad de la planta de removilizar y transportar N desde los tejidos más maduros a los más jóvenes también influenciará la necesidad de la fertilización al nitrógeno suplementario.
La respuesta del algodón a la fertilización foliar es más probable cuando:
1) se ha aplicado al suelo una dosis inadecuada de N,
2) cuando se ha perdido N del suelo por lixiviación, desnitrificación, volatilización, inmovilización, o una combinación de estas vías de pérdidas,
3) cuando la humedad del suelo limita temporalmente la disponibilidad de N,
4) donde el riego o precipitaciones oportunas aumentan el rendimiento potencial.
Teniendo en cuenta estos aspectos, el equipo de investigación en algodón de la EEA INTA Reconquista, Cereijo A. y colaboradores, evaluaron diferentes dosis de Urea diluida aplicada de manera foliar y analizaron el desempeño del cultivo y la posibilidad de daños en las hojas generado por las aplicaciones.
Para adecuar la demanda del cultivo con la oferta de nutrientes del suelo, realizaron una fertilización base sobre todas las parcelas con 100 kg.ha-1 de fosfato diamónico (18-46-0) a la siembra, y luego de la emergencia una fertilización al voleo con 100 kg.ha-1 de urea (46-0-0). El ensayo consistió en la evaluación de 2 dosis de urea diluida aplicadas de manera foliar (UF-5kg.100L-1 y UF 10kg.100L-1), utilizando como control las parcelas que no recibieron los tratamientos de manera foliar, pero que sí presentaron la fertilización base posterior a la emergencia (FB). Se realizaron dos aplicaciones consecutivas, una en momento fenológico de pimpollado del cultivo y la segunda en primera flor.
A partir de los análisis de partición realizados en los distintos momentos posteriores al tratamiento, se observó que no hubo diferencias significativas en el índice de área foliar entre las dosis de urea diluida aplicadas en comparación con el control (Figura 1A). Este resultado indica que las dosis de UF utilizadas en este ensayo no produjeron daños en las hojas, siendo entonces posible la aplicación de urea de manera foliar en dosis de hasta 10 kg.100L-1
Asimismo, la partición entre la biomasa vegetativa y reproductiva hallada en los diferentes momentos (Figura 1B) muestra que, hacia el CutOut del cultivo, las plantas tratadas con la mayor dosis de UF presentaron una menor biomasa vegetativa y mayor biomasa reproductiva, indicando que en esta condición la planta habría priorizado o adelantado la formación de estructuras reproductivas sobre las vegetativas. Sin embargo, esta diferencia se iguala hacia el final o madurez del cultivo donde tanto los porcentajes de biomasa vegetativa como reproductiva son muy similares entre los tratamientos y el control.
Índice de área foliar (A) determinado en los dos primeros muestreos realizados sobre el cultivo con los diferentes tratamientos. Porcentajes de biomasa (B), diferenciados como % de Biomasa Vegetativa (%BV) y % de Biomasa Reproductiva (%BR) respecto de la biomasa total determinada en cada momento del cultivo
Respecto a los rendimientos brutos obtenidos en cada caso, se halló que no hay diferencias entre las dosis de UF aplicadas. No obstante, los resultados muestran una tendencia creciente en el rendimiento del cultivo con el agregado de urea diluida en comparación con el control que posee únicamente una fertilización base (FB). (Figura 2 A) Además, estos rendimientos brutos destacables para el cultivo en la zona norte de la provincia de Santa Fe, se vieron reflejados en elevados rendimientos de fibra (entre 1400 kg.ha-1 y 1600 kg.ha-1). En lo que respecta a componentes de rendimiento, no hubo diferencias significativas en el número de posiciones y en el peso por capullos, como se muestra en la Figura 2B. En conjunto con lo dicho anteriormente, dicho estudio concluyó que la aplicación de urea de manera diluida podría mejorar el rendimiento del cultivo, sin provocar inconvenientes en la aplicación y absorción del nutriente.
Los parámetros evaluados de calidad tecnológica de fibra de algodón más importantes se pueden distinguir en la Tabla 1. En líneas generales se puede decir que, para los diferentes tratamientos, los valores obtenidos se posicionaron como muy buenos. Aunque no existen diferencias estadísticamente significativas para estos parámetros con las diferentes dosis de UF utilizadas, se observa:
Una leve tendencia positiva respecto al índice de hilabilidad (SCI), la longitud (UHML) y la uniformidad (UI) con el agregado de urea diluida, en comparación con la FB.
El índice de fibras cortas (SFI) disminuye levemente y el micronaire se ubica en valores de bonificación para la comercialización en todos los casos.
El K es un nutriente esencial para el crecimiento y desarrollo normal de las plantas, que juega un papel particularmente importante en el desarrollo de la fibra. La deficiencia de K da como resultado una menor calidad de la fibra y menores rendimientos. Si K se limita durante el crecimiento activo de la fibra, se reduce la presión de turgencia de la fibra y por ende se da una menor elongación celular y fibras más cortas en la madurez. Cualquier cosa que restrinja el crecimiento de las raíces, como enfermedades, daños por insectos, nematodos, drenaje deficiente, acidez del suelo o compactación, reduce la absorción de nutrientes y puede aumentar la deficiencia de K.
Cuando aplicar Potasio
El cultivo absorbe cerca de 100 kg de potasio como K2O por tonelada de fibra del algodón. En cantidad solo lo supera el N. Sin embargo, solo 33 kg de K2O/ ha son exportados por tonelada de algodón en la cosecha. Similarmente al N, durante el período de máxima demanda (a partir de 60 a 80 días después de la siembra) se necesita K en un rango entre 3 a más de 4 kg de K2O/ha/día (Melgar, 2011). Con el avance de una escasez de K, las raíces sufren primero, seguido por los tejidos aéreos. Así, cuando se observan los síntomas de deficiencia de K en la parte superior de la canopia, la escasez de K ya afectó los tejidos más maduros.
Fertilización foliar con Potasio
La fertilización foliar no pretende reemplazar un buen programa de fertilización del suelo. Sin embargo, las aplicaciones foliares de K bajo ciertas condiciones pueden complementar el K aplicado al suelo para aumentar el rendimiento y mejorar la calidad de la fibra de las variedades de algodón de fructificación rápida. Las aplicaciones foliares de K ofrecen la oportunidad de corregir la deficiencia de manera más rápida (dentro de 20 horas) y eficiente, especialmente al final de la temporada cuando la aplicación de K al suelo puede no ser efectiva.
Las respuestas observadas con la fertilización foliar de nitrógeno y la detección subsecuente de deficiencias de K después de la floración (decoloración de las hojas, enfermedades foliares, y defoliación prematura) ha resultado en numerosos estudios que evalúan respuestas
La capacidad de las plantas de translocar cantidades significativas de K a las cápsulas en desarrollo dependerá de:
1) la severidad de la deficiencia,
2) la etapa del crecimiento en la que el K se convierte en limitante y la carga de cápsulas,
3) la cantidad de K acumulado en la planta que pueda considerarse una reserva y de la producción de fibra de algodón, momentos de aplicación, fuentes, y dosis de potasio.
4) humedad disponible del suelo.
Cuando los niveles de K del suelo y las dosis de fertilizante potásico son deficientes para las necesidades del cultivo, la fertilización foliar con K puede mitigar el efecto de las enfermedades de hojas, aumento del rendimiento, y mejoras en calidad de la fibra.
Para recordar y tomar nota
La aplicación de soluciones fertilizantes foliares, que contengan principalmente N y K, al comienzo de la floración y en intervalos semanales o cada dos semanas, pueden aumentar los rendimientos del algodón o prevenir pérdidas potenciales de rendimiento asociadas a deficiencias de N o K.
La mayor parte de los estudios se han realizado sobre la base de 3 a 4 aplicaciones de 5 a 10 kg de N/ha o 4 kg de K2O/ha y evaluando sus respuestas fisiológicas o de rendimiento.
La aplicación foliar de productos fertilizantes con N y/o K pueden aumentar los rendimientos, pero solo deben considerarse como un suple- mento de un programa de nutrición balanceada de productos aplicado al suelo basado en un objetivo realista de rendimiento.
Quizás el factor más importante que afecta la respuesta a la fertilización foliar es el tamaño de carga de las cápsulas de la planta.
Si el cultivo es saludable, los insectos están bajo control, la humedad es adecuada y el potencial de rinde es alto, el productor debería considerar la fertilización foliar.
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Agradecimientos:
Agradecemos al Ing. Agr. Gonzalo Scarpin (Área Investigación de Producción Vegetal, Ecofisiología y calidad de fibra de algodón, I.N.T.A. E.E.A. Reconquista) y a la Ing. Agr. Suyai Almirón (Coordinadora Técnica Zonal, Sistema Chacras Aapresid) por sus valiosos aportes en esta nota.
REFERENCIAS Consulte las referencias ingresando a www.aapresid.org.ar/blog/revista-aapresid-n-217