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#ACTUALIDAD “The King is… el maíz”

Jorgelina Traut

Periodista y Locutora

Tal vez debería haber empezado así la apertura del Congreso Maizar 2023 “CoCreando la Bioeconomía”, que me tocó conducir el pasado 31 de mayo en el Golden Center de Buenos Aires. Hasta creo que me hubiese atrevido a hablar en inglés, entendiendo que todos iban a comprender el significado por ser una expresión tan popular en algunos aspectos. ¿Y por qué comenzar así? Porque más allá de que existe una cadena de valor en torno a este cultivo (y también del sorgo) y un Congreso que le da protagonismo cada año de la mano de Maizar, se trata de un cultivo que merece los mayores honores.

¿El maíz es más importante que el resto de los cultivos en Argentina?

Sí y no. Sí, porque es el cultivo que mayor producción aportó en los últimos años y es el que más agregado de valor promueve, entendiendo subproductos y la infinidad de cosas que contienen maíz (más de 4000 productos). No, porque a veces no es cuestión de ocuparnos de un alimento por encima de los demás sólo porque es más productivo o tiene mayores “funcionalidades”.

- ¿Importa todo lo dicho?

- ¡Epa! ¡Te pusiste mala!

-No, ¡realista!

El realismo puede sonar desde raro hasta cortamambo, pero resulta el mejor aliado para entender el verdadero presente y no una foto borrosa de la actualidad.

El realismo nos lleva a comprender que muchos sabemos el potencial del maíz, mientras que muchos otros llenan sus bocas hablando de él con datos de la realidad, fácticos, concretos. Pero estos últimos -y también otros que nada consideran acerca del maíz-, lo dejan pasar sin pena ni gloria como agua dulce que llega hasta el mar. De hecho, la salinización de infinidad de litros de agua dulce en Argentina fue un tema también mencionado por Pedro Vignau, presidente de Maizar y presidente honorario de Aapresid. De modo correcto, concreto y eficaz, el presidente de la entidad convocante, brindó una clase magistral sobre maíz y reflexionó sobre la salinización como otra forma de desaprovechar los recursos que tenemos y de dejar pasar situaciones que generarían oportunidades para el país entero y que otras naciones buscan tener.

Vale destacar que hablamos de realismo como sustantivo porque nos referimos a una cualidad realista. Nada tiene que ver aquí el realismo socialista como fenómeno o movimiento, sino que simplemente se trata de un concepto de lo que significa hablar de la realidad.

Es cierto también que es subjetivo, ya que no todos observan la misma realidad. Sobre todo en estos tiempos donde ya no son dos ni siquiera tres, sino que son múltiples las realidades que se observan y cada una se observa como la verdadera.

De todas maneras, muchos de ustedes o la gran mayoría comparte la realidad que yo percibo, por eso el atrevimiento de hablar de la “realidad” y por lo tanto “el realismo”.

Volvamos al comienzo de esta columna, que considero el punto más importante. ¿Por qué recibir con honores al maíz? Tal vez porque ocupa el segundo lugar en el ranking de mayores aportantes de divisas al país, después del complejo sojero. Tal vez porque esta situación se da luego de abastecer muy bien al mercado interno que no solo lo consume en forma de choclo, polenta, aceite y proteína cárnica (porque antes fue alimento de animales) sino, como ya lo dije, en muchísimos productos que ni siquiera tienen pleno desarrollo aquí, pero que podrían tenerlo.

“El maíz ostenta el título de ser el producto con presencia en más mercados: en 2022 fueron 117", precisó Gustavo Idígoras, presidente de CIARA-CEC. “La Argentina estuvo presente en más países de la mano del maíz que del fútbol”, destacó Idígoras. Pero además dijo otra cosa muy clara: “En nuestro país, hay menos expertos en inserción internacional que expertos en cerrar mercados”. Y eso congela el corazón de “El maíz ostenta el título de ser el producto con presencia en más mercados: en 2022 fueron 117" infinidad de argentinos que sí entienden lo que significa, que sí visualizan el potencial del maíz y las enormes trabas que se tienen.

Para Marisa Bircher, ex secretaria de comercio exterior, Argentina entiende la complejidad ambiental y también sabe producir. El desafío es volver a negociar abriéndonos al mundo y desde el Mercosur. “Tenemos la obligación de trabajar por la seguridad alimentaria. Debemos tener mayor presencia. Se necesita más conocimiento sobre el consumidor”, apuntó Bircher. Fue más que interesante el panel que compar- tieron Idígoras, Bircher y Marcelo Elizondo, especialista en comercio internacional. Elizondo apeló al dictum del ex presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, que señala que “gobernar es explicar”. “Tanto el Gobierno como el sector privado deben trabajar mucho en la explicación, en contar que Argentina es un país infravinculado y que, por eso, pierde inversión, acople tecnológico, envergadura de empresas y, en definitiva, oportunidades de desarrollo y prosperidad”, decía Elizondo. “Hay que machacar, difundir: el discurso proteccionista generó la paradoja de que lo que nos hace más daño es lo que más apoyo tiene”, enfatizó el experto. Para eso, aseguró que es necesario un liderazgo político “con ideas claras, equipos y articulación con el sector productivo, alianzas”. Y el sector productivo debe mostrar sus historias de éxito y comprometerse en la discusión política.

“Nuestra defensa (del aperturismo) es silenciosa. La del proteccionismo es a los gritos, y el político atiende al que se queja”, señaló Idígoras, complementando a Elizondo.

Por otro lado, escuchar a Daniel Serrano, ex Presidente de Toyota Argentina, decir que hoy un auto alimentado 100 por 100 con bioetanol tiene menos huella de carbono que un híbrido cualquiera sea su marca, es cargar las sienes de impotencia. ¿Por qué? Porque sabemos que tenemos una ley marco regulatorio de biocombustibles, sancionada recientemente, que no es aprovechada como oportunidad legislativa para aumentar los cortes obligatorios, llevándolos por ejemplo del 12% actual (mitad maíz mitad caña de azúcar) al 27% de Brasil y en crecimiento.

Podríamos continuar durante largo rato destacando conceptos vertidos en el Congreso Maizar, que sin dudas serían reconocidos por todos los actores de la cadena y de la comunidad agrobioindustrial que reconocen al cultivo con todos los honores que merece. Simplemente, quiero terminar estas líneas diciéndoles, una vez más:

The King is… el maíz.

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