Del control biológico a la IA: manejo sostenible de plagas
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¿Es posible controlar malezas sin herbicidas? La alelopatía dice que sí
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Momento de agradecimiento
Estimados socios y lectores de la revista Aapresid,
El año está terminando y desde el equipo de Prospectiva queremos aprovechar este momento para agradecer todo el trabajo compartido.
El 2024 trajo consigo grandes desafíos, y cada logro alcanzado fue posible gracias al trabajo en equipo. Por ello, queremos agradecer profundamente a todos los socios comprometidos que dedican su tiempo y esfuerzo para que cada objetivo que nos proponemos se haga realidad.
También queremos destacar y reconocer la colaboración de todo el staff de la institución, así como las contribuciones de cada uno de los programas y áreas de servicios de Aapresid. Su participación y compromiso han sido fundamentales para el éxito de estas iniciativas.
Agradecemos además a las instituciones, organismos públicos y privados, nacionales e internacionales, y a las empresas, que con su experiencia, trabajo y conocimiento nos acompañan y ayudan a seguir creciendo.
agradecimiento y buenos deseos
¡Gracias por este gran 2024! Ahora nos desafiamos hacia el 2025, donde esperamos seguir creciendo junto a ustedes.
Les deseamos un muy buen fin de año. Así como renovamos nuestras esperanzas con cada campaña que iniciamos, hagamos lo mismo para este nuevo año. Sigamos trabajando juntos para enfrentar los desafíos que puedan surgir y contribuyendo a generar mejores sistemas productivos.
¡Felices fiestas y próspero Año Nuevo!
Equipo de Prospectiva
Directora Adjunta:
Paola M. Diaz
Sub-directora Adjunta:
Carolina Meiller
Rodrigo Rosso
Antonella Fiore
Lucía Morasso
Delfina Petrocelli
Sofía Colalongo
EDITORIAL
Del control biológico a la IA: manejo sostenible de plagas
En el ámbito agropecuario, las plagas son un desafío constante para los productores. Su impacto puede ser devastador, afectando la productividad y la calidad de los cultivos. Sin embargo, la implementación de prácticas sostenibles de manejo de plagas se presenta como una solución viable y efectiva para mitigar estos daños. Según la FAO, hasta un 40% de la producción global de cultivos se pierde anualmente debido a las plagas.
El manejo sostenible de plagas se basa en la integración de estrategias que buscan minimizar el uso de productos químicos, priorizando métodos más ecológicos y económicos. Entre estas técnicas, se destaca el control biológico, que utiliza organismos vivos para controlar las poblaciones de plagas. Según González (2020), "el control biológico ha demostrado ser una herramienta eficaz y sostenible en la gestión de plagas agrícolas, reduciendo la dependencia de pesticidas sintéticos y fomentando la biodiversidad".
La nanotecnología también proporciona herramientas para desarrollar productos innovadores y eficaces que protegen los cultivos y ayudan a enfrentar el creciente riesgo de plagas, muchas de ellas impulsadas por el cambio climático.
Otra estrategia clave es la rotación de cultivos, que interrumpe el ciclo de vida de las plagas. Este método no solo reduce su incidencia, sino que también mejora la fertilidad del suelo y disminuye el riesgo de erosión (Martínez, 2018).
Por otro lado, la implementación de tecnologías Agtech y el uso de inteligencia artificial
(IA) revolucionaron el manejo de plagas. Los sistemas de monitoreo, la detección temprana de individuos plagas y el control individualizado reducen hasta un 70% el uso de fitosanitarios. Mientras que equipos como drones, y seguramente en un futuro cercano robots, facilitan una aplicación precisa y eficiente.
Estas tecnologías optimizan la toma de decisiones, evitando intervenciones químicas masivas.
Según López et al. (2021), "la incorporación de tecnologías AgTech ha revolucionado la forma en que los productores agropecuarios manejan las plagas, promoviendo prácticas más precisas y sostenibles".
Finalmente, no podemos dejar de mencionar a la biotecnología, que nos dio numerosos cultivos resistentes a plagas, y sin dudas tendremos nuevos eventos en el corto plazo.
En resumen, el manejo sostenible de plagas no solo es esencial para proteger los cultivos y preservar el medioambiente, sino también para fortalecer la resiliencia del sector agropecuario frente a los desafíos futuros. La adopción de estas prácticas beneficia tanto a los productores como a la seguridad alimentaria, además de contribuir a la conservación de los recursos naturales.
Ing. Agr. Mg. Pablo Guelperin¹ e Ing. Agr. Mg. Rodrigo Penco²
¹ Coord. Nodo Litoral Aapresid - Coord. Mesa
BPA-ER - Director Regional E. Colegio de Prof. de la Agronomía de ER - Prof. Asc. FCA UNER
² ATR Regional Paraná - Sec. de Extensión
FCA UNER - Prof. Adj. FCA UNER
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¿Es posible controlar malezas sin herbicidas? La alelopatía dice que sí
La alelopatía, un fenómeno natural en el que las plantas liberan compuestos que inhiben especies competidoras, se presenta como una alternativa prometedora para controlar malezas, reduciendo el uso de herbicidas y promoviendo una agricultura más sostenible.
Por Dr. Hugo Permingeat
Comité de Prospectiva Tecnológica de Aapresid
Los objetivos del Pacto Verde Europeo, junto con las estrategias de la Unión Europea “de la granja a la mesa” y de biodiversidad, buscan reducir en más del 50% el uso de productos químicos para la protección de los cultivos para 2030. Además, impulsan el uso de insumos naturales (bioproductos y bioherbicidas) y apoyan prácticas de manejo integrado de malezas (MIM), como se establece en el Plan Estratégico de la PAC 2023-2027.
Una estrategia ecológica para encarar este desafío global llega de la mano de la alelopatía, definida como “la capacidad de ciertas plantas, microorganismos, hongos, algas y otros organismos de producir y liberar un cóctel de compuestos capaces de influir positiva o negativamente en los componentes bióticos y abióticos que conforman el agrosistema”. Se trata de una interacción química que funciona como un método eficaz y ecológico para controlar las malezas (Pedrol and Puig, 2024).
Otra interacción química relevante es la alelobiosis, donde las señales químicas intercambiadas entre una planta emisora y otra receptora afectan tanto el crecimiento como las respuestas a los herbívoros y otros enemigos. La alelobiosis, en esencia, es una forma de comunicación química: una planta libera una señal química que otra recibe a través del aire o el agua, generando una respuesta fisiológica o conductual en otro lugar. La investigación sobre alelopatía y alelobiosis se ha centrado principalmente en la separación, identificación, vías de liberación, mecanismos, receptores y posible aplicación de sustancias aleloquímicas y señales químicas para el desarrollo sostenible en la agricultura, la silvicultura y la ganadería. Comprender las estructuras y funciones de estas sustancias es crucial, así como no se pueden ignorar los estudios sobre cómo los factores ambientales pueden afectarlas (Han y col., 2024).
Las plantas, a través de la liberación de metabolitos secundarios, pueden influir en el crecimiento y la supervivencia de organismos circundantes. Estos compuestos, liberados al descomponerse la materia orgánica o mediante lixiviación de la lluvia, afectan las interacciones planta-planta o planta-suelo-microorganismo. Los metabolitos secundarios se pueden clasificar en sustancias de defensa y sustancias señalizadoras. Las sustancias de defensa son aleloquímicos y desempeñan un papel en la alelopatía; las sustancias señalizadoras desempeñan un papel en la alelobiosis.
Los metabolitos secundarios son mayormente compuestos orgánicos volátiles y no volátiles, como fenoles, alcaloides, ácidos orgánicos, terpenoides y glucósidos, los cuales desempeñan
un papel vital en el desarrollo de las plantas, la autoprotección y la regulación de la microbiota de la rizosfera (Han y col., 2024).
Los aleloquímicos y las señales químicas desempeñan un papel importante en la adaptación ambiental y la superación de las presiones o estreses ambientales. La misma planta que crece en diferentes entornos producirá diferentes concentraciones de metabolitos secundarios para hacer frente al estrés ambiental. Por lo tanto, comprender los factores ambientales es clave para regular los metabolitos secundarios de las plantas en relación con la temperatura, la luz, las condiciones del suelo y la actividad humana en los agroecosistemas (Han y col., 2024).
Ain y col. (2023) señalan que la concentración de estos compuestos determina su actividad (el rendimiento depende de la concentración). En altas concentraciones, restringen la germinación y el desarrollo de las semillas, pudiendo utilizarse como herbicidas orgánicos; mientras que en bajas concentraciones pueden actuar como promotores del crecimiento. La función inhibidora de los aleloquímicos fue estudiada para su uso en el manejo de malezas. En este sentido, los aleloquímicos ofrecen una alternativa práctica a los herbicidas sintéticos.
Los aleloquímicos ofrecen una alternativa práctica a los herbicidas sintéticos.
Las plantas liberan compuestos alelopáticos mediante exudados radiculares y sustancias volátiles de las hojas, y parecen ser relativamente resistentes a los aleloquímicos que ellas mismas producen. Incluso algunas plantas no alelopáticas también son resistentes. Por otro lado, las plantas pueden debilitar la alelopatía de otras plantas a través de los exudados de las raíces. Curiosamente, dentro de una misma especie, pueden generar autotoxicidad,
¿Cómo es la bioquímica de la alelopatía?
Las plantas alelopáticas inhiben el crecimiento de plantas vecinas al afectar sus procesos bioquímicos y fisiológicos. Los metabolitos secundarios (aleloquímicos) llevan a cabo diversas reacciones químicas con otras plantas, perjudicando procesos claves como la fotosíntesis de las plantas y acelerando la descomposición de los pigmentos fotosintéticos.
inhibiendo el crecimiento de otras plantas cercanas. La alelobiosis intraespecífica les permite a las plantas reconocer a sus parientes, regulando así su crecimiento y mejorando la competitividad de la población. Desde una perspectiva evolutiva, este reconocimiento de parientes mejorará la supervivencia de los individuos con los mismos genes, ayudando a las plantas a sobrevivir en entornos cambiantes.
El aleloquímico más estudiado es el sorgoleone, liberado por el sorgo granífero, que degrada las enzimas del fotosistema II (PSII) e induce el blanqueamiento foliar debido a la alteración en la síntesis de carotenoides. Este compuesto inhibe la enzima hidroxifenilpiruvato dioxigenasa, mecanismo de acción de los herbicidas HPPD. Algunas investigaciones demostraron que los aleloquímicos reducen la actividad de las enzimas antioxidantes y aumentan los niveles de radicales libres, lo que provoca un aumento de la peroxidación lipídica de la membrana y una alteración del potencial de membrana.
Algunos aleloquímicos también interfieren en la división celular, la síntesis de ácidos nucleicos y de proteínas, y la respiración de las plantas, al interrumpir el transporte de electrones y la producción de ATP en las mitocondrias, además de alterar la fosforilación oxidativa de las plantas. Otros aleloquímicos interfieren en la capacidad de las raíces para absorber nutrientes o agua (Ain y col., 2023).
En
el manejo sostenible de malezas, el carácter de biodegradabilidad de los compuestos alelopáticos los hace más favorables como bioinsumos.
En síntesis, los aleloquímicos interfieren en la permeabilidad e integridad de la membrana, las relaciones hídricas de la planta, la división celular, la biosíntesis y el transporte de hormonas, la absorción y el transporte de minerales, la composición de nutrientes del suelo, las oscilaciones estomáticas, la fotosíntesis, el metabolismo, la respiración y el metabolismo proteico. Se observó que los extractos acuosos alelopáticos han reducido las dosis de herbicidas a la mitad de las recomendadas, controlando eficazmente las malezas de rápido crecimiento.
El uso de la alelopatía en ambientes de campo es cada vez más común, aunque persisten desafíos en comprender los impactos ambientales de estos compuestos naturales. Las herramientas biotecnológicas pueden ser útiles para hacer frente a estos desafíos. Los fitomejoradores, los científicos moleculares y los agrónomos pueden colaborar para aumentar el potencial alelopático de cultivos importantes. Numerosas técnicas de base genética para el control de malezas pueden mejorarse dirigiéndose a los genes responsables de los reguladores del crecimiento de las plantas en las malezas.
La alelopatía tiene potencial para el desarrollo de nuevos bioherbicidas a partir de la separación, el aislamiento y la identificación de aleloquímicos. En comparación con las sustancias aisladas, las interacciones aleloquímicas sinérgicas
pueden proporcionar mayores efectos deseables. Por lo tanto, se pueden utilizar para crear bioherbicidas con mayor potencial alelopático.
Aadpresid
En el manejo sostenible de malezas, el carácter de biodegradabilidad de los compuestos alelopáticos los hace más favorables como bioinsumos. Las propiedades fitosanitarias de las plantas alelopáticas abren la posibilidad de utilizar compuestos naturales para la protección de los cultivos. Con las nuevas herramientas de la genética molecular, la proteómica, la elaboración de perfiles metabolómicos y los métodos modernos y sofisticados de la química
REFERENCIAS
y la bioquímica, es posible crear nuevos compuestos basados en la estructura de los compuestos de las plantas, para desarrollar insumos selectivos y ecológicos.
En conclusión, la alelopatía se perfila como una alternativa viable y ecológica al control químico de malezas. Su implementación, junto con otras prácticas de manejo integrado, no solo ayuda a mitigar el impacto ambiental de la agricultura intensiva, sino que también promueve la sostenibilidad y la resiliencia de los sistemas agrícolas.
Consulte las referencias ingresando a www.aapresid.org.ar/blog/revista-aapresid-n-236
INIA Fortuna (LE 14-86)
Indicada para sistemas intensivos con altos requerimientos nutricionales.
INIA Aurora (LE 14-84)
Tasas de crecimiento similar a las mediterráneas a la salida del invierno.
Mejorar la calidad del trigo: desafíos y oportunidades de la cadena productiva Mejorar la calidad del trigo: desafíos y oportunidades de la cadena productiva
Panes, pastas, facturas, tortas y empanadas. En un país donde el trigo está presente en gran parte de nuestra alimentación, la calidad importa. En un nuevo episodio de “Levantando la Perdiz”, se analizaron los desafíos y oportunidades de la cadena productiva para mejorarla.
A pesar de que Argentina es un importante productor, consumidor y exportador de trigo, la cadena de valor enfrenta desafíos para alinear los objetivos del campo, los criterios de valoración de los molinos y los requisitos de calidad que demanda la industria. En este contexto, uno de los últimos episodios del streaming de Aapresid
“Levantando la Perdiz” propuso abordar la calidad panadera del trigo en la Argentina. Para ampliar el debate,
se convocaron invitados que se dedican a actividades representativas de la cadena productiva: David Hughes, productor agropecuario y ex presidente de Argentrigo; la Lic. Ayelén Gargicevich, jefa del Laboratorio de Análisis Químico de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR); y Claudio Joison, emprendedor, dueño de Infinita Panadería en Rosario.
Si hay algo que sabemos es que la Chicharri ta 2024. Esta plaga que afectaba principalmente a maíces del norte del país, se convirtió en un problema en zonas donde antes no lo era. Con su enorme potencial de daño y con pérdidas de rendimiento que pueden superar el 70%, es imposible no querer saber más sobre este tema.
nos espera en la nueva campaña?
cialistas para intentar responder estas y otras preguntas: el Ing. Agr. Augusto Casmuz de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), la Ing. Agr. y gerente del programa REM, Eugenia Niccia, y la Ing. Agr.
Fabiana Malacarne, responsable del programa
La panificación necesita harinas con cualidades específicas según el uso que se le dé, explicó Claudio Joison. No es igual la calidad que se necesita para elaborar un pan francés, un pebete o una galleta, ya que la calidad de la harina afecta propiedades funcionales de la masa como la capacidad de absorción de agua, la elasticidad y la extensibilidad, factores que influyen en la textura, volumen y costra de cada producto.
Sin embargo, hoy son limitadas las posibilidades de conseguir harinas con calidades específicas. Esto responde a diversos factores, como la variabilidad de la producción de trigo año a año, la segmentación del mercado y la dificultad para producir variedades con características óptimas para distintos tipos de panificación. A su vez, la demanda de trigo de alta calidad en Argentina es incipiente y menor que en otras regiones del mundo. En este sentido, promover el conocimiento sobre los beneficios y el sabor de productos panificados de alta calidad permitiría impulsar nuevos nichos de mercado, respondiendo a consumidores más exigentes que buscan panes elaborados con trigo de alta calidad.
Para profundizar en la definición, Ayelén Gargicevich señaló que la calidad panadera del trigo se define por un conjunto de atributos físicos, químicos y funcionales que determinan su aptitud para la industria. Uno de los desafíos es determinar el valor comercial del trigo para
así definir el mejor uso de cada harina. Para ello, el Laboratorio de la BCR realiza diferentes ensayos, siendo el primer paso la medición del contenido de gluten, compuesto por proteínas como las gliadinas y gluteninas, que aportan elasticidad y tenacidad a la masa, respectivamente. Un alto contenido de gluten se asocia con una mayor capacidad de la masa para retener el gas durante la fermentación, lo que da como resultado panes con mayor volumen y una miga más alveolada. Por el contrario, un bajo contenido de gluten es ideal para productos como galletas, que requieren una textura más crujiente.
Además, se realizan otras determinaciones para respaldar la clasificación de calidad, como el alveograma, el índice de caída o “falling number” y el farinograma. El alveograma, por ejemplo, permite conocer cómo se comporta la masa durante la fermentación y cómo se forman los alvéolos por el dióxido de carbono que producen las levaduras, evaluando la resistencia a la deformación y la extensibilidad de la masa.
"Los atributos de calidad son el resultado de factores que comienzan en el campo y se extienden hasta el molino y la industria."
En su conjunto, estos indicadores no solo definen la funcionalidad de la harina y el mejor uso que se le puede dar, sino que también ayudan a determinar la rentabilidad de la molienda. Los molinos pueden remunerar los lotes con características superiores, como un alto contenido proteico. Sin embargo, no todas las propiedades de calidad tienen el mismo peso económico, y la disposición a bonificar estos atributos varía mucho, ya que depende del mercado y de la disponibilidad de trigo con esas cualidades en cada campaña.
Es importante entender que los atributos de calidad son el resultado de factores que comienzan en el campo y se extienden hasta el molino y la industria, remarcaron los participantes. En el campo, el manejo agronómico, la elección de la genética y las condiciones climáticas impactan directamente en la composición y las propiedades del grano cosechado. Luego, el manejo poscosecha es clave; por ejemplo, el secado a altas temperaturas o con deficiencias en la ventilación puede afectar la proteína del trigo y su calidad panadera. Así, cada etapa contribuye a definir la calidad final del trigo.
Este escenario plantea una paradoja, ya que si bien en la práctica existen diferencias de calidad que influyen en su uso industrial y comercial, el trigo se comercializa como un commodity. En este punto, David Hughes destacó que la falta de un sistema estandarizado para cla-
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sificar y bonificar atributos específicos de calidad hace que obtener un beneficio dependa de acuerdos entre privados. Esto desincentiva a los productores a realizar un esfuerzo adicional orientado a mejorar la calidad del grano: “Mejorar atributos como el gluten por encima de cierto nivel no garantiza un incentivo de precio, lo que explica, en gran medida, por qué los productores suelen priorizar el rendimiento sobre la calidad panadera”, sintetizó Hughes.
En conclusión, los participantes coincidieron en que el productor agropecuario y el consumidor final deberían mantener un diálogo más directo y con mayor conoci
"Mejorar atributos como el gluten por encima de cierto nivel no garantiza un incentivo de precio, lo que explica, en gran medida, por qué los productores suelen prio-
Apuesta por los bioinsumos
En una agricultura cada vez más enfocada en la sostenibilidad, los bioinsumos surgen como una alternativa innovadora y eficaz. ¿Cómo se usan en el agro argentino y cuáles son los desafíos por delante?
Por Ing. Agr. Eugenia Niccia. Programa REM - Aapresid
Los bioinsumos son productos de origen biológico o natural obtenidos a partir de microorganismos, macroorganismos, extractos vegetales o compuestos bioactivos. Según su acción específica, se clasifican en las siguientes categorías:
1 Biofertilizantes/ Bioestimulantes, orientados a optimizar el uso de nutrientes y promover el crecimiento vegetal y la tolerancia al estrés,
2 Biocontroladores, utilizados para la protección biológica de los cultivos.
A nivel global, se proyecta que los bioinsumos representarán el 24% del mercado agrícola para 2029, un incremento notable frente al 17,4% estimado para 2024, evidenciando un ritmo de crecimiento más acelerado que el de los productos químicos tradicionales. En Argentina, el mercado de bioinsumos también muestra un avance importante. Según datos de CASAFE de 2023, estos productos generaron un valor estimado de 117,2 millones de dólares, lo que representa el 2,6% del mercado total de fitosanitarios (Figura 1).
NOS ACOMPAÑAN
En 2024, la Red de Manejo de Plagas (REM) de Aapresid realizó una encuesta a nivel nacional, dirigida a productores y asesores miembros de la organización, para evaluar el uso de productos biológicos o bioinsumos en el agro. Los resultados revelaron que un 27.7% de los productores encuestados había utilizado algún tipo de bioinsumo en la campaña anterior. De este grupo, los bioestimulantes fueron los más empleados (58.9%), seguidos por los biofertilizantes (30.3%) y, en menor medida, los biocontroladores (9.8%).
Los cultivos donde más se aplicaron estos productos fueron la soja, con casi el 60% de su superficie tratada, y el maíz, con un 20% (Figura 2).
"A nivel global, se proyecta que los bioinsumos representarán el 24% del mercado agrícola para 2029, un incremento notable frente al 17,4% estimado para 2024."
Figura 1. Mercado argentino de bioinsumos. Fuente: Casafe 2023.
Figura 2. Uso de productos biológicos. Fuente: REM 2024.
Clasificación
Los bioinsumos tienen un modo de acción variado y multifacético. Pueden actuar directamente sobre las plantas, mejorando su nutrición mediante fijación de nitrógeno, solubilización de minerales o descomposición de residuos orgánicos, o estimulando el crecimiento a través de microorganismos promotores. También pueden contribuir a la protección biótica contra hongos, insectos, malezas y nematodos, a través de mecanismos como biofungicidas, bioinsecticidas y bioherbicidas. La siguiente tabla muestra una clasificación general de los bioinsumos:
Categoría
Mejora del suelo o de las plantas
Subcategoría
Descripción y Ejemplos
Biofertilizante
Eficiencia en el uso de nutrientes: Fijadores de N (ej. Bradyrhizobium, Azospirillum), solubilizadores de P (ej. Penicillium), movilizadores de K (ej. Paenibacillus).
La aplicación de productos fitosanitarios de origen biológico requiere un manejo bastante preciso y cuidadoso para garantizar su efectividad. Estos insumos pueden aplicarse de diversas maneras, como tratamientos al suelo mediante cobertura total o localización rizosférica; tratamientos a las semillas, durante o antes de la siembra; y aplicaciones foliares directas al cultivo. En todos los casos, se recomienda realizar las aplicaciones en condiciones preferentemente de bajas temperatura y alta humedad relativa, debido a su sensibilidad a factores externos como calor excesivo, radiación directa o deshidratación. Además, es fundamental seguir las recomendaciones específicas de las empresas fabricantes para asegurar la calidad y efectividad de la aplicación.
Es imprescindible que todos los bioinsumos estén debidamente aprobados y registrados para cumplir con los estándares de inocuidad, garantizando así su calidad y efectividad en el control de plagas sin comprometer la salud humana ni el medioambiente. Algunos de estos productos pueden presentar múltiples mecanismos de acción, lo que requiere un registro independiente para cada uno. En este sentido, la Resolución 2023-1004, emitida el 12/10/2023, establece y aprueba el procedimiento específico para el registro de bioinsumos, proporcionando un marco regulatorio.
Los biocontroladores son una herramienta innovadora y sostenible para el manejo de plagas agrícolas, como insectos, hongos y malezas. Si bien su uso en el país aún es incipiente, cada vez más empresas están desarrollando soluciones en este ámbito, con el objetivo de complementar la acción de los fitosanitarios químicos tradicionales. Entre las principales opciones disponibles se destacan las bacterias entomopatógenas, los virus (principalmente desarrollados como bioinsecticidas para pulverización) y los hongos entomopatógenos y antagonistas.
Doble click a los biocontroladores
Bacterias entomopatógenas:
Las bacterias son microorganismos unicelulares procariotas que pueden clasificarse como Gram-positivas o Gram-negativas. Las Gram-positivas, como las del género Bacillus, son más estables en procesos de producción y almacenamiento gracias a su capacidad de formar esporas en condiciones adversas. En cambio, las Gram-negativas, no forman esporas, lo que las hace menos estables, aunque producen toxinas que actúan contra insectos plagas, ya sea completando su ciclo dentro del insecto hospedador o produciendo toxinas que actúan
Virus entomopatógenos:
Se clasifican en dos grupos: aquellos que tienen viriones embebidos en cuerpos de inclusión proteicos (OBs) y aquellos que no. Los OBs son esenciales para conservar la infectividad del virus fuera del huésped, pues resisten el agua, agentes químicos, congelación, desecación y liofilización. Entre las familias de virus con OBs se destacan Baculoviridae, Reoviridae y Poxviridae, mientras que Iridoviridae representa a los virus no ocluídos.
Baculoviridae: Estos virus se ingieren y causan cambios en la coloración del insecto, desintegración de tejidos y ruptura de la cutícula. Es la única familia con registro en el país.
independientemente. Entre las bacterias más exitosas comercialmente se encuentran las Gram-positivas del orden Bacillales (e.g., Bacillus thuringiensis, Lysinibacillus sphaericus), conocidas por su capacidad de esporular y generar cristales proteicos tóxicos. Otras familias relevantes incluyen Pseudomonadaceae (e.g., Pseudomonas fluorescens), Enterobacteriaceae (e.g., Serratia marcescens), y Clostridiaceae (e.g., Clostridium bifermentans). Además, bacterias como Photorhabdus y Xenorhabdus, que viven en simbiosis con nemátodos, generan metabolitos que facilitan la colonización del insecto huésped.
Iridoviridae: Infectan por ingestión y provocan rupturas en la cutícula y membranas, generando un efecto característico de iridiscencia.
Reoviridae: Se adquieren por ingestión, favorecida por el magnesio, y se acumulan en el tubo digestivo.
Poxviridae: Sus efectos varían significativamente según el hospedador, y la infección es generalmente por ingestión.
Hongos entomopatógenos:
Infectan a los insectos al adherirse a su cutícula, formando un tubo germinativo que penetra al interior mediante enzimas específicas. Una vez dentro, colonizan órganos, liberan toxinas que inhiben el desarrollo del insecto y finalmente provocan su muerte. Debido a su especificidad y selectividad, estos hongos son inocuos para los humanos, los insectos benéficos y el medioambiente.
A continuación, se describen los principales hongos y las plagas que controlan (los primeros dos, son los únicos registrados en nuestro país y se destinan al control de Dalbulus maidis):
Beauveria spp.: Produce conidias en una estructura de zigzag. Los insectos infectados desarrollan una cubierta blanca algodonosa formada por el micelio. Controla araña roja, mosca blanca, hormigas, trips, áfidos e insectos de cuerpo blando.
Isaria fumosorosea: Colonias blancas que se tornan lilas al madurar, con conidias ovoides y micelio de apariencia polvorienta. Es eficaz contra mosca blanca, áfidos, trips, ácaros y termitas.
Lecanicillium lecanii: Forma conidios agrupados en cabezuelas rodeadas de sustancia mucilaginosa. Genera un micelio blanco que cubre al insecto como un halo.
Instituciones que nos acompañan
Metarhizium spp.: Produce colonias verdes con conidias cilíndricas que maduran a un color verde oscuro.
Hirsutella thompsonii: Micelio fino, con conidias globosas y superficie verrucosa, formando colonias de color gris oliváceo
Control de hongo entomopatógeno
Hongos antagonistas:
Los hongos antagonistas inhiben el crecimiento y desarrollo de hongos fitopatógenos que causan enfermedades en varios cultivos. Estos hongos emplean diversos mecanismos de acción para controlar patógenos, como antibiosis,
competencia por espacio o nutrientes, interacciones directas como micoparasitismo y lisis enzimática, además de inducir resistencia en las plantas. Son útiles para regular patógenos del suelo y que afectan la parte foliar de las plantas.
La competencia entre microorganismos es un mecanismo común, en el que los antagonistas limitan el acceso de los patógenos a recursos esenciales como nutrientes, oxígeno o espacio. En interacciones directas como el parasitismo, los hongos antagonistas utilizan al patógeno como fuente de alimento. Ejemplos destacados de hongos hiperparásitos incluyen a Trichoderma sp. y Gliocladium sp., que actúan eficazmente mediante parasitismo.
Trichoderma sp. es un hongo filamentoso ampliamente distribuido en suelo, plantas y materia orgánica. Actúa como fungicida biológico, estimulador del crecimiento vegetal y agente de biorremediación, capaz de degradar pesticidas persistentes. Se adapta a diversos sustratos, lo que facilita su producción masiva, y tolera condiciones ambientales extremas. Es efectivo contra fitopatógenos como Rhizoctonia solani, Fusarium oxysporum, Botrytis cinerea y Pythium spp., entre otros.
Desafíos futuros
La encuesta realizada por la REM también reveló las principales necesidades de los productores en relación con los productos biológicos, al consultar sobre las cuestiones que podrían favorecer su adopción (Figura 3)
En resumen, las demandas claves del sector incluyen un aumento en las investigaciones locales para evaluar la implementación y eficiencia de los productos biológicos en las condiciones específicas de los sistemas productivos nacionales. El interés creciente en las tecnologías biológicas viene acompañado de la necesidad de avanzar en su desarrollo, validación y transferencia de conocimiento, para lograr una adopción más amplia y efectiva.
Aunque los bioinsumos ofrecen múltiples beneficios, su implementación no está exenta de desafíos. A diferencia de los productos químicos, su acción no es inmediata sino gradual y depende de las condiciones ambientales y del cultivo, lo que requiere un enfoque preventivo y basado en procesos. Especialistas en el tema señalan que
la clave para el éxito de los bioinsumos radica en comprender que no son un reemplazo completo de los químicos, sino un complemento.
En conclusión, los bioinsumos representan una herramienta esencial en la transición hacia una agricultura más sostenible. Aunque su adopción requiere ajustes técnicos y culturales, su potencial para mejorar la productividad y reducir el impacto ambiental los posiciona como aliados clave en los sistemas agrícolas del futuro.
Figura 3. Uso de productos biológicos. Fuente: REM 2024.
Para más información, te invitamos a escuchar:
#IntegrandoManejos - La actualidad en el desarrollo de las biosoluciones
Lógica BioFuera de bio-control
"La clave para el éxito de los bioinsumos radica en comprender que no son un reemplazo completo de los químicos, sino un complemento."
Chicharrita: lecciones para la nueva campaña de maíz
Con pérdidas cercanas al 70% causadas por Dalbulus maidis, la última campaña de maíz fue una de las más complicadas desde el punto de vista sanitario. Identificar los factores que potenciaron el problema, revisar lo que aprendimos y monitorear la evolución de la plaga serán claves para encarar el nuevo ciclo.
La presencia de Dalbulus maidis o chicharrita pasó desapercibida en Argentina hasta hace 25 años. Desde entonces, la incidencia de las enfermedades en maíz transmitidas por este vector han ido en aumento, especialmente en Chaco, Santiago del Estero, Salta y Tucumán.
En la campaña maicera 2023-2024 la plaga tuvo un crecimiento demográfico explosivo, afectando provincias que se incluyen en la “zona templada u ocasional”, como el sur de Córdoba, Entre Ríos, norte de Buenos Aires y La Pampa, y oeste de San Luis. Esta expansión causó daños severos en cientos de miles de hectáreas, con pérdidas de millones de toneladas.
La súper plaga
Por Ing. Agr. María
Eugenia Magnelli
Para Aapresid Prospectiva
Dalbulus maidis utiliza al maíz domesticado como su hospedante preferido. Sus daños, directos e indirectos, pueden causar pérdidas en producción que alcanzan el 70%, convirtiéndola en una súper plaga. Este insecto se alimenta principalmente de la savia gracias a su aparato bucal picador-suctor, el cual introduce numerosas veces en los tejidos de la planta. Las hem-
bras, además, tienen un ovipositor esclerosado que les permite encastrar los huevos dentro de las hojas, cortando la cutícula y depositándolos entre ésta y el parénquima.
Los daños directos, que derivan de sus actividades de alimentación y oviposición, producen numerosas laceraciones a los tejidos de la planta y conllevan al estrés hídrico de la mis-
ma. Según un estudio de Virla (2024), en plantas de 10 días de edad, una densidad de 10 adultos por planta deriva en una reducción del 40% de la materia verde del follaje y 60% del sistema radicular.
Sumado a lo anterior, el daño de la chicharrita se potencia gracias a su capacidad para transmitir patógenos, lo que la convierte en un “súper vector”.
Los patógenos que afectan al maíz son Spiroplasma del maíz (Spiroplasma kunkelii), Maize Bushy Stunt Phytoplasms (Candidatus Phytoplasma asteris), Virus del Rayado Fino (MRFV) y Virus del Mosaico estriado de maíz (MSMV).
Estos patógenos, solos o combinados, desencadenan la sintomatología y enfermedad conocida como “Achaparramiento” o “Raquitismo del maíz”. Una vez que el insecto adquiere el patógeno, permanece infectivo durante toda su vida.
El achaparramiento o raquitismo del maíz afecta la morfo-fisiología vascular y, por ende, la nutrición de las plantas maiceras, causando mermas de rendimiento del 70% y, en casos severos, la producción puede ser nula. Por cada 1% de incidencia del “achaparramiento” en híbridos susceptibles, las cosechas se reducen en un 0,8%.
Otro daño indirecto y que ocurre en plantas de mayor porte y con altas densidades del vector, es la presencia de abundante melado, producto de la alimentación, con el consiguiente desarrollo de fumaginas que reducen la capacidad fotosintética de las plantas (Imagen 1).
Imagen 1. Abundantes poblaciones de D. maidis (DeLong & Wolcott) (A y B) en maíces tardíos, y los melados y generación de fumaginas asociados a las mismas (C y D). Fuente: Virla, E. (2024).
De
plaga
secundaria a una gran amenaza
Según Virla (2024), Dalbulus maidis pasó de ser una plaga secundaria a una gran amenaza para el maíz, gracias a su alta capacidad de adaptación y reproducción. Las hembras ponen entre 400 y 500 huevos a lo largo de toda su vida. Cambios recientes en los sistemas de producción de maíz han favorecido su expansión:
Aumento del área sembrada, especialmente en el norte argentino, con zonas de doble cultivo de maíz o cultivos escalonados en la misma campaña.
Adopción de germoplasmas templados en áreas subtropicales y falta de oferta de maíces tolerantes al complejo de enfermedades que transmite el vector.
Expansión de cultivos bajo riego y ampliación de fechas de siembra, con maíz presente en los campos prácticamente todo el año.
Uso masivo de híbridos de maíz genéticamente modificados. Por un lado, los híbridos resistentes a herbicidas como el glifosato pueden generar maíces espontáneos o “guachos”, que permanecen en los campos después de la cosecha, sirviendo como alimento para la chicharrita durante el invierno. Por otro lado, la siembra de materiales para el manejo de lepidópteros defoliadores redujo el uso de insecticidas.
La explosión demográfica ocurrida en la campaña 2023-2024 fue favorecida por la ocurrencia de dos inviernos consecutivos cálidos y secos bajo La Niña, potenciando el “patosistema” del achaparramiento y reduciendo la eficacia de insecticidas.
Características de D. maidis que la tornan a una “plaga peligrosa”:
1. Causa daños directos e indirectos.
2. Tiene un ciclo de vida corto (29 días de huevo a huevo en condiciones óptimas).
3. Alto potencial reproductivo y gran viabilidad de huevos y ninfas.
4. La oviposición aumenta con el incremento de la temperatura.
5. Alta movilidad y gran capacidad de dispersión.
6. Los adultos pueden sobrevivir más de 75 días sin comer durante el invierno, especialmente las hembras y aquellos individuos infectivos con achaparramiento.
7. Ocasionalmente puede generar explosiones demográficas eruptivas.
En Argentina, su estatus como plaga “secundaria” o “clave” dependerá de las decisiones de manejo que se adopten tras el brote poblacional de la campaña 2023-2024.
Manejo de Dalbulus maidis
Monitoreo
Es fundamental realizar un muestreo sistemático semanal de 10 repeticiones en 10 plantas tomadas al azar, desde la emergencia hasta el estado vegetativo V7-V8 (Hruska & Peralta, 1997). Debido al tamaño y velocidad del insecto, hay que ser precavidos al acercarse a la planta que se desea monitorear. Las trampas cromáticas adhesivas pueden ayudar a monitorear la población adulta, aunque es recomendable complementar con otras herramientas para mayor precisión.
Manejo integrado similara otros virus y viroides
Para el control de D. maidis se recomienda un manejo integrado que contemple:
Mantener los lotes libres de maíces guachos (voluntarios) 90 días antes de la siembra para evitar la fuente de inóculo de la enfermedad y que los adultos invernantes dejen descendencia para la siguiente campaña.
Rotar cultivos para evitar hacer maíz sobre maíz.
Acortar ventanas de siembra (menores a 30 días) y evitar siembras escalonadas.
Utilizar híbridos tolerantes al achaparramiento. Los maíces tropicales tienen mejor comportamiento por ser menos atractivos para el vector, aunque son aptos para regiones del norte del país.
Nutrición balanceada del cultivo de maíz.
Emplear curasemillas y aplicar fitosanitarios foliares en estadios vegetativos.
Diversos estudios advierten que controlar el vector no siempre garantiza el control de la enfermedad. La chicharrita puede alimentarse de varias plantas antes de morir por efecto de la aplicación y también pueden ingresar individuos desde lotes vecinos.
Qué nos muestran los mapas de REM Aapresid
Respecto a Dalbulus maidis y al Achaparramiento del maíz, la información generada por la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (REM) en la campaña 2023-2024 reveló lo siguiente:
Maíz temprano:
Chicharrita estuvo presente en 52 departamentos (25% de los mapeados).
El 4% de la superficie recibió aplicaciones para el control del vector.
El achaparramiento en maíz estuvo presente en 38 departamentos.
Maíz tardío:
Chicharrita estuvo presente en 173 departamentos (84% de los relevados).
El 15% de la superficie fue tratada.
El achaparramiento estuvo presente en 191 departamentos (92% de los mapeados).
A nivel país, el achaparramiento afectó el 50% de la superficie, con diferencias significativas según la zona. Comparando los mapas de las campañas 2021-2022 vs. 2023-2024, se observa un aumento significativo en la presencia de chicharrita en maíces tardíos en las zonas relevadas, lo que traccionó una mayor superficie tratada para su control (Figuras 1 y 2). También se detectó Achaparramiento en maíces tardíos, con una tendencia muy similar
Figura 1. Mapas REM Aapresid. Presencia de Dalbulus maidis en maíz tardío. Campaña 2023-2024 comparada con el ciclo 2021-2022.
Figura 2. Mapas REM Aapresid. Superficie tratada para control de Dalbulus maidis en la campaña 2023-2024 comparada con el ciclo 2021-2022. La intensidad de rojo indica el rango porcentual de la superficie aplicada con insecticida.
Figura 3. Mapas REM Aapresid. Presencia de achaparramiento en maíces tardíos. Campaña 2023-2024 comparada con el ciclo 2021-2022.
al de la presencia de chicharrita (Figura 3).
Por su parte, un trabajo realizado por la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) comparó la dinámica de D. maidis en los meses de septiembre y octubre de 2023 y mismo período del año 2024, para las localidades de San Agustín (Tucumán) y Los Altos (Catamarca). Se consideraron los valores de D. maidis registrados en trampas amarillas pegajosas, con una frecuencia semanal, y los datos obtenidos en los monitoreos realizados sobre malezas, maíces voluntarios y maíz primaveral, con una frecuencia quincenal.
La información reveló una marcada disminución en la densidad de D. maidis en 2024, atribuible a diferencias en las condiciones ambientales y la disponibilidad de hospederos. Los valores más bajos del año en curso destacan la importancia del monitoreo continuo y el
"Será clave intensificar los monitoreos, controlar los maíces voluntarios y, si es necesario, aplicar medidas para el control de D. maidis."
manejo efectivo de los cultivos para reducir los niveles poblacionales del vector.
En esa línea, la Red Nacional de Monitoreo de D. maidis abarca regiones productoras de maíz en Argentina y Uruguay, y es impulsada por instituciones claves del sector agropecuario: AAPPCE, Aapresid, Casafe, Conicet, CREA, EEAOC, INTA, Maizar y Senasa. El 8° informe de la Red revela que, entre el 9 y 22 de noviembre de 2024, el 95% de las localidades del Centro Norte, Centro Sur y Uruguay no registraron presencia de D. maidis en trampas cromáticas adhesivas.
En el NOA, NEA y Litoral se detectó un aumento en algunas localidades, aunque todavía predominan zonas con ausencia de D. maidis. En estas regiones, las precipitaciones, las condiciones de temperatura y la presencia del hospedero de chicharrita (cultivo de maíz y/o maíces “voluntarios”) son factores que favorecen el desarrollo de este vector. Por tanto, para minimizar el incremento poblacional, será clave intensificar los monitoreos, controlar los maíces voluntarios y, si es necesario, aplicar medidas para el control de D. maidis.
REFERENCIAS
Consulte las referencias ingresando a www.aapresid.org.ar/blog/revista-aapresid-n-236
Pulgón amarillo: la defensa empieza en la semilla Pulgón amarillo: la defensa empieza en la semilla
Los híbridos tolerantes al pulgón amarillo ofrecen una solución efectiva para reducir pérdidas en el cultivo de sorgo y optimizando, a la vez, el uso de insecticidas.
Por ADVANTA
Melanaphis sacchari, más conocido cómo pulgón amarillo o pulgón de la caña de azúcar, es una plaga de alto impacto en el cultivo de sorgo debido a su rápida tasa de reproducción y su potencial destructivo (Singh, 2004).
Sintomatología y daño
El pulgón amarillo se alimenta de la savia que la planta necesita para su desarrollo. Este proceso causa decoloraciones en las hojas, que
tienden a un color amarillo a rojo o marrón en ambos lados (Knutson et al., 2016). Durante la etapa de desarrollo del grano, el pulgón puede generar estrés en la planta, atrofiando su crecimiento y reduciendo el rendimiento.
A medida que el pulgón se alimenta, produce grandes cantidades de melaza, lo que lleva a que las hojas se vuelvan pegajosas y brillantes. Esta melaza también favorece el crecimiento de un hongo negro conocido como fumagina, que disminuye la intercepción de luz solar y reduce la capacidad de la planta para producir azúcares a través de la fotosíntesis. Además, la abundante melaza puede prolongar los tiempos de cosecha (Knutson et al., 2016).
Del dicho al hecho: manejo de pulgón amarillo en sorgo con híbridos tolerantes
Desde hace tiempo, diversas empresas llevan adelante programas de investigación y desarrollo para el manejo integrado del pulgón amarillo en el cultivo de sorgo. Un ejemplo es el desarrollo de híbridos con tolerancia a esta plaga, como es el caso de Aphix®, de la empresa Advanta.
Los híbridos tolerantes permiten reducir el riesgo de pérdidas y limitar la proliferación del pulgón amarrillo en el cultivo impidiendo que se reproduzca fácilmente. Esta mejor tasa de reproducción de la plaga permite al productor disponer de mayor tiempo para planificar la aplicación de insecticidas.
Figura 1. Izq.: Presencia del pulgón en el envés de la hoja / Der.: Daño por pulgón amarillo y presencia de fumagina en hojas.
Principales beneficios de los híbridos
Aphix®:
Toleran altos niveles de infestación.
Disminuyen la tasa de reproducción de la plaga.
Permiten disminuir el uso de insecticidas.
Amplían la ventana de aplicación.
Aumentan el tiempo para la toma de decisiones.
Figura 2. Izquierda: híbrido Aphix® / Derecha: híbrido convencional.
Resultados a campo
Desde la campaña 2021/22, diversos ensayos realizados en conjunto con INTA (INTA Las Breñas, INTA Reconquista, INTA Marcos Juárez, INTA Paraná), la empresa Advanta y el especialista Martín Galli, evaluaron la dinámica poblacional del pulgón amarillo. Los ensayos apun-
taron a estudiar las fluctuaciones poblacionales y los rendimientos en híbridos tolerantes y susceptibles bajo diferentes tratamientos de control a umbral (umbral: 50 pulgones/hoja en 20% de las plantas), y testigo (sin control químico) (Figura 3).
Figura 3. Rendimiento de los híbridos de sorgo evaluados. Control umbral (C.U.), Sin Control (S.C.). Letras indican diferencias significativas entre tratamientos, barras verticales indican error estándar. Campaña 2021/22 - Campaña 2023/24.
Los resultados demuestran un diferencial de rendimiento de al menos un 54% en los híbridos Aphix (tolerantes a PAS), versus los susceptibles para el tratamiento testigo (sin control); y +30% en híbridos susceptibles para el tratamiento umbral versus el sin control.
Asimismo, se observó un plus de rendimiento en híbridos Aphix para el tratamiento control umbral versus tratamiento testigo sin aplicación de +6% (300 kg/ha). Este resultado resalta la importancia del monitoreo y las aplicaciones tanto en híbridos tolerantes cómo en los susceptibles, además de reducir riesgos agronómicos producto de una posible removilización de nutrientes del tallo.
Más tiempo, menos costos
Ensayos en ambientes de alta presión de pulgón validaron que los híbridos tolerantes permiten reducir la cantidad de aplicaciones, lo que implica menores costos por hectárea y mayor tiempo para el monitoreo y la toma de decisiones.
Recomendaciones para el manejo integrado de pulgón amarillo
Sembrar híbridos con comprobada tolerancia al pulgón amarillo.
Monitoreo temprano y frecuente, clave debido a la alta tasa de reproducción del pulgón
Control sorgo de Alepo para evitar que actúe como hospedante de la plaga
Tratamiento de semilla para proteger la plántula en estadíos tempranos
"Los híbridos tolerantes permiten reducir la cantidad de aplicaciones, lo que implica menores costos por hectárea y mayor tiempo para el monitoreo y la toma de decisiones."
Utilizar insecticidas recomendados cuando se alcance el umbral de acción (50 pulgones por hoja en 20% de plantas muestradas), asegurando condiciones adecuadas para una aplicación eficaz.
Consultar a un Ing. Agrónomo matriculado para la receta fitosanitaria adecuada.
REFERENCIAS
Consulte las referencias ingresando a www.aapresid.org.ar/blog/revista-aapresid-n-236
Picudo negro de soja, la pesadilla de los productores del NOA
Con pérdidas de rendimiento de hasta un 60% y un difícil control, el picudo negro es una de las plagas más desafiantes en el NOA.
Entender cómo evoluciona en cada etapa fenológica de la soja es la punta del iceberg para encarar su manejo.
En el Noroeste Argentino (NOA), el complejo de picudos asociado a la soja encabeza la lista de plagas que generan más dolores de cabeza a los productores de la región. Por su capacidad de reproducción, su potencial de daño y su rápida expansión en las áreas sojeras, Rhysso-
matus subtilis -conocido como “picudo negro”se convirtió en una plaga difícil de domar. Para profundizar en esta problemática, conversamos con la Dra. María Guillermina Socías, del Grupo Innovación en Sistemas agrícolas, Protección Vegetal – Entomología, INTA EEA Salta.
Por Ing. Agr. María
Eugenia Magnelli
Para Aapresid Prospectiva
El complejo de picudos en el NOA
Según explica Socías, el complejo de picudos que afecta a la soja (Coleoptera: Curculionidae) es una amenaza constante durante todo el ciclo del cultivo en el NOA. La especie más abundante y dañina es Rhyssomatus subtilis, el “picudo negro” de la vaina de soja, aunque el “picudo del tallo” (Sternechus subsignatus), que durante la década del 2000 fue una plaga
crítica para la producción, se sigue observando con mayor o menor frecuencia según la campaña y la zona. El grupo lo completa el “picudo arañita o menor” (Promecops sp.), un defoliador de los brotes y hojas de la soja (ver foto). Su presencia disminuyó notablemente en las últimas campañas gracias al manejo químico realizado sobre sus pares.
La entomóloga de INTA advierte que el complejo de picudos presenta características biológicas y comportamentales que dificultan su manejo, lo que exige pautas de control bien diseñadas. Las tres especies tienen a la soja como su hospedero preferido, aunque también pueden alimentarse de poroto (Phaseolus vulgaris L.). Por este motivo, las gramíneas surgen como una alternativa de rotación eficaz para interrumpir los ciclos de estas plagas.
El ciclo de vida anual de estos curculiónidos consta de:
Fase estival activa, durante la cual los adultos, huevos y larvas se desarrollan directamente en el cultivo de soja, alimentándose de él.
Fase de latencia invernal, caracterizada por el último estadio larval que se desarrolla enterrado en el suelo (hasta los 15 cm de profundidad).
Hacia finales de la latencia invernal ocurre la metamorfosis de las larvas a pupas. Ya en noviembre se observan, a nivel de suelo, los adultos pre-emergentes que están listos para reiniciar el ciclo de vida a finales de noviembre, cuando las lluvias estacionales humedecen el suelo y facilitan su emergencia. Dicha emergencia no es masiva, sino que ocurre en pulsos o camadas, dos o tres días después de las precipitaciones que humedecen el suelo (Figura 1).
Picudo del tallo de la soja (Sternechus subsignatus)
Picudo chico o arañita (Promecops sp)
Picudo negro de la vaina de soja (Rhyssomatus subtilis)
La especialista subraya la importancia de tener en cuenta este patrón de emergencia al planificar las aplicaciones de insecticidas, ya que su eficacia disminuye frente a las nuevas camadas que emergen tras las lluvias. Estas requerirán nuevas medidas de control para evitar que escapen al tratamiento inicial.
Una vez emergidos, los adultos se alimentan deshilachando los tallos (S. subsignatus), defoliando “tipo festoneo” los bordes de los brotes y hojas (Promecops sp.) o picando brotes y chauchas de soja (R. subtilis) (Figura 2). Estos adultos son muy longevos (ambos sexos) y acompañan al cultivo durante buena parte o toda su fenología. Además, presentan tasas reproductivas y de supervivencia elevadas. Las hembras oviponen más de 250 huevos a lo largo de sus 100 días de vida o más.
Figura 1. Emergencia de picudos negros adultos en pulsos asociados a las lluvias. Fuente: EEAOC.
Figura 2. Daños causados por adultos del complejo de picudos. (a) S. subsignatus deshilachando tallos de soja; (b) agalla en el tallo principal; (c) larva de S. subsignatus alimentándose de los tejidos de la planta; (d) adulto de R. subtilis picando una vaina de soja; (e) chaucha de soja con picadura circular causada por un adulto; y (f) larva alimentándose de un grano de soja. Fuente: Socías, M.G. INTA Salta.
En cuanto a los hábitos de alimentación, los picudos son insectos de hábitos crepusculares, con mayor actividad durante las últimas horas del día, toda la noche y las primeras horas de la mañana. Durante el día se refugian en rastrojos, cogollos de maíces o en brotes secos.
En cuanto a los huevos y larvas son endofíticos, es decir, se desarrollan en el interior de la planta (en agallas sobre tallos principales y
secundarios para el picudo S. subsignatus, y en el interior de las vainas de soja en el caso de R. subtilis), salvo los huevos y larvas del picudo Promecops sp. que se encuentran en el suelo. Hasta la fecha no se han identificado enemigos naturales (predadores, parasitoides y/o agentes microbianos) que actúen como controladores biológicos.
Focalizándose en el picudo negro de la vaina (Rhyssomatus subtilis), Socías remarca su gran potencial de daño, ya que tanto las larvas como los adultos lesionan el cultivo de soja (Figura 4).
Daños según las fases del cultivo
Etapa vegetativa:
Desde siembra hasta V3: Los adultos se alimentan de cotiledones y brotes tiernos, provocando la muerte de plántulas y reduciendo el stand de plantas.
Etapas vegetativas avanzadas: Si el ataque ocurre en brotes terminales, ocasiona plantas más petisas, ramificaciones y menor producción de vainas. Este daño adquiere mayor relevancia en variedades de crecimiento indeterminado.
Picudo negro de la vaina de soja
Figura 4. Ciclo de vida de Rhyssomatus subtilis en función de las etapas fenológicas del cultivo de soja. Fuente: EEAOC.
Período reproductivo del cultivo:
Los adultos pueden picar vainas desde antes causando su caída. En R4 ya se pueden ver picaduras y algunos huevos, aunque el ma-
yor momento de postura de huevos ocurre en R5/6, y por ello es la etapa más susceptible y crítica del cultivo.
En la etapa de llenado de granos (R5-R6), los adultos pican las vainas y las hembras depositan sus huevos en su interior. En la foto se distinguen las picaduras en forma circular.
Las larvas que emergen de los huevos se alimentan de los granos (± 45 días en el interior de las vainas), afectando directamente la producción.
Los orificios en las vainas facilitan la entrada de agua y patógenos, deteriorando la calidad de los granos. En la foto se observa una larva próxima a salto y un grano afectado por patógenos que ingresaron vía la picadura del adulto.
Los daños ocurridos entre R5 y R6, además de pérdidas en rendimiento, incrementan la población de picudos para la campaña siguiente.
Manejo integrado del picudo negro
Monitoreos semanales
Socías recomienda realizar monitoreos semanales para detectar la presencia de la plaga en los lotes, estimar su densidad y tomar medidas de control si es que los umbrales de daño económico así lo indican. Rhyssomatus subtilis puede ser monitoreado mediante el método de paño vertical (70% de eficacia), pero se debe complementar con la revisión de plantas y brotes (donde suelen protegerse los picudos).
Control con fitosanitarios
La especialista advierte que el manejo del picudo negro se realiza casi exclusivamente mediante el uso de productos fitosanitarios.
1 Curasemillas: Al comenzar la campaña (etapa vegetativa inicial), se recurre a los curasemillas para controlar los adultos y asegurar la implantación de la soja. Los curasemillas protegen los primeros brotes durante los 20 a 25 días posteriores a la siembra.
2 Insecticidas foliares: Superada la etapa anterior, se utilizan insecticidas foliares para controlar los adultos, con una eficacia de control superior al 90% hasta los 10 días posteriores a la aplicación y siempre que no ocurran precipitaciones que “laven” estos fitosanitarios de las plantas y ocurran nuevos pulsos de emergencias de picudos desde el suelo.
"Los daños ocurridos entre R5 y R6, además de pérdidas en rendimiento, incrementan la población de picudos para la campaña siguiente."
En este caso, la eficacia de control es prácticamente nula. Un informe de la Sección de Zoología Agrícola de la EEAOC recomienda realizar la aplicación en las últimas horas de la tarde o durante la noche, momento de mayor exposición de la plaga.
La etapa de llenado de granos es el momento más susceptible del cultivo al ataque del picudo negro. Una vez que las hembras colocan sus huevos, no es posible controlar la alimentación y desarrollo de las larvas en el interior de las vainas de soja. Altas presiones de picudos pueden causar hasta un 100% de plantas dañadas y las mermas en el rendimiento pueden superar el 60% si no se actúa a tiempo.
Rotación con gramíneas
La rotación con gramíneas estivales (maíz, sorgo, etc.) interrumpe el ciclo de la plaga, ya que R. subtilis no puede completar su desarrollo en otras especies.
"Altas presiones de picudos pueden causar hasta un 100% de plantas dañadas y las mermas en el rendimiento pueden superar el 60% si no se actúa a tiempo."
Hacer foco en la prevención
El dicho “más vale prevenir que curar" encaja a la perfección cuando se trata del picudo negro. Según la especialista de INTA, la dispersión de esta plaga es facilitada por factores antrópicos, por lo que se deben tomar medidas preventivas que eviten o retrasen su ingreso a otras zonas productoras.
Una práctica muy importante es la limpieza de maquinarias y el transporte de granos.
En zonas con baja ocurrencia de la plaga, la aplicación de insecticidas en las etapas críticas del cultivo (R5 y R6) puede ser una estrategia eficaz.
Socías dejó en claro que las especies del complejo de picudos de la soja son plagas que representan un desafío biológico y comportamental. No obstante, es posible enfrentarlas con un manejo integrado de plagas, basado en el conocimiento científico generado a nivel local y regional. El manejo debe incluir rotaciones con gramíneas, monitoreo y observación del cultivo, y aplicaciones fitosanitarias en los momentos oportunos.
REFERENCIAS
Consulte las referencias ingresando a www.aapresid.org.ar/blog/revista-aapresid-n-236
Monitoreo y control del picudo negro por etapa
(Fuente: EEAOC)
Nueva resistencia múltiple en Yuyo Colorado
La REM emitió una nueva alerta roja por la aparición de resistencia en Amaranthus palmeri al preemergente sulfentrazone, un inhibidor de la PPO de la familia de las triazolinonas, junto con resistencia a herbicidas de las tres familias de ALS y glifosato.
Nombre científico (vulgar)
Familia botánica
Resistencia a
Año de denuncia
Investigadores
Denunciantes
Zona de difusión
Antecedentes nacionales
Antecedentes internacionales
Amaranthus palmeri (Yuyo colorado)
Amaranthaceae
Sulfentrazone (inhibidores de PPO), herbicidas de las familias imidazolinonas, sulfonilureas y triazolopirimidinas (inhibidores de ALS) y glifosato (EPSPS)
2024
Ing. Agr. Ignacio Dellaferrera (ICIAgro - UNL-CONICET-FCA); Ing. Agr. Eduardo Cortés (Investigador FCA-UNL y consultor privado); Ing. Agr. Federico Venier (consultor privado)
Ing. Agr. Pablo López Anido (productor socio de Aapresid)
Biotipo en lote de la localidad de Los Juríes, centro este de la provincia de Santiago del Estero
Resistencia a Inhibidores de ALS (Clorimuron, Imazetapir, Diclosulam) Resistencia a inhibidores de la EPSPS (glifosato)
Si bien hubo reportes de resistencia de esta especie a activos del grupo de los PPO, es el primer reporte internacional de resistencia al preemergente sulfentrazone. Hay un registro en Bolivia de un biotipo de Amaranthus hybridus resistente al sulfentrazone.
Comentarios
También se probó su respuesta al herbicida flumioxazin del mismo sitio de acción presentando susceptibilidad a dicho activo.
La resistencia de malezas a distintos herbicidas sigue despertando preocupación en el sector, y una vez más Amaranthus palmeri vuelve a ser protagonista. El reciente caso en Santiago del Estero evidenció que esta especie desarrolló resistencia a múltiples modos de acción de herbicidas, lo que dificulta su control y plantea nuevos desafíos para los productores.
A nivel mundial se han identificado 79 biotipos de Amaranthus con resistencia a varios grupos de herbicidas, incluidos Auxinas, ALS, EPSPS, HPPD, PSII y PPO. En el caso de PPO, hasta el momento sólo se habían reportado resistencias a los activos postemergentes como fomesafen, lactofen y acifluorfen. Este es el primer reporte internacional de resistencia de A. palmeri al
activo sulfentrazone. El registro más cercano de resistencia a este activo fue en Amaranthus hybridus, reportado en Bolivia en el 2005.
En Argentina, se confirmó en 2013 la resistencia de A. palmeri a los herbicidas clorimuron, Imazetapir y Diclosulam (Inhibidores de ALS), y en 2016 a glifosato (inhibidores de la EPSPS).
A principios de 2024, se detectaron fallas de control en un área de 150 hectáreas en Los Juríes, en el centro este de Santiago del Estero, en lotes de soja tratados con preemergente de sulfentrazone a la dosis recomendada por el marbete. Ante este hallazgo, se recolectaron
semillas del biotipo para ser analizadas por especialistas y evaluar esta sensibilidad en condiciones controladas.
Es importante destacar que, hasta el momento, esta situación está circunscrita a un lote específico de la localidad mencionada y no se han evidenciado situaciones similares en áreas cercanas o lotes de la Chacra Bandera de Aapresid. Además, A. palmeri no es la especie más dominante del género en la región; A. hybridus es la más común. Por eso, es crucial difundir esta información entre los productores de la región y otras zonas para que estén atentos.
Figura 1. Ubicación de localidad Los Juríes, Santiago del Estero.
Análisis de resistencia en laboratorio
El equipo de trabajo, conformado por el Dr. Ing. Agr. Ignacio Dellaferrera (ICIAgro-UNL-CONICET-FCA), el Ing. Agr. Eduardo Cortés (investigador FCA-UNL y consultor privado) y el Ing. Agr. Federico Venier (consultor privado), analizó en laboratorio la población recolectada en Los Juríes (denominada Ap62) y una población susceptible de Rosario de la Frontera, Salta (Ap60).
Para comparar la susceptibilidad diferencial entre ambas poblaciones, se realizó un ensayo de dosis-respuesta, aplicando nueve dosis crecientes de herbicida (0 a 1400 ml/ha) en macetas con suelo Argiudol típico. Luego de la aplicación, se simuló una lluvia de 20 mm para incorporar el herbicida.
A los 21 días, se cuantificó el número de plantas, expresando los resultados como porcentajes del testigo no tratado. Los datos se ajustaron a un modelo de regresión logística. Para cada población, se determinaron las dosis de herbicida necesarias para inhibir los nacimientos de las plantas en un 50% (LD50) y se compararon para obtener el respectivo factor de resistencia.
El ensayo mostró que la aplicación de dosis creciente de Sulfentrazone reduce progresivamente el número de plantas nacidas, existiendo diferencias significativas entre la población sospechada de resistencia (Ap62) y la susceptible (Ap60) respecto de la dosis requerida para reducir este valor en un 50% (Figura 2). El factor de resistencia fue de 8,8; considerando la reducción en el número de plantas, esto confirmó la resistencia del biotipo Ap62 a la aplicación preemergente de sulfentrazone.
Figura 2. Nacimientos de plantas de Amaranthus palmeri con dosis crecientes de Sulfentrazone: arriba, 1; abajo, ensayo 2.
Las curvas de dosis-respuesta obtenidas indican que la resistencia en esta población se encuentra en un estado inicial, comenzando a segregarse (Figura 3). Este es el momento oportuno para implementar tácticas de control preventivas y así evitar el aumento de individuos resistentes en esta población.
Análisis similares con glifosato y los inhibidores de ALS imazetapir, diclosulam y metsulfuron, revelaron que la población en cuestión también era resistente a estos herbicidas, para los cuales Amaranthus palmeri ya presentaba resistencias simples.
Por otro lado, se realizaron pruebas similares en ambas poblaciones con flumioxazin, un herbicida que comparte el mismo modo de acción que el sulfentrazone, y mostraron que el biotipo Ap62 resultó ser susceptible.
"Las curvas de dosis-respuesta indican que la resistencia en esta población se encuentra en un es-
tado inicial, es el momento oportuno para implementar tácticas de control preventivas y así evitar el aumento de individuos resistentes en esta población."
Figura 3. Curvas de dosis-respuesta de dos biotipos de Amaranthus palmeri al aumento de la dosis de Sulfentrazone.
Sobre la maleza
En Argentina, se han descripto 27 especies del género Amaranthus, siendo Amaranthus hybridus la de mayor importancia y dispersión a nivel nacional. Sin embargo, desde hace poco más de una década, Amaranthus palmeri también se convirtió en una maleza problemática. En su área de origen, esta especie es común en suelos húmedos y perturbados, sitios excesivamente pastoreados, en pastizales del desierto, bordes de caminos, vías férreas, campos cultivados y pasturas bajo riego.
Amaranthus palmeri presenta características que la diferencian de otras especies del género, especialmente de A. hybridus, entre ellas:
1 Inflorescencias terminales largas, densas y poco ramificadas. De 10-60 cm de longitud, generalmente erectas, en especial cuando
son jóvenes. Las inflorescencias femeninas poseen brácteas espinosas y producen abundantes semillas, mientras que las masculinas son suaves.
2 Mayor tasa de crecimiento. Sistema radicular extenso y profundo, siendo una especie muy eficiente en el uso del agua.
3 Patrón de crecimiento del meristema apical agrupado. Las hojas se agrupan en la parte superior, pudiendo captar mayor cantidad de luz y, vistas desde arriba, se asemejan a la forma de una estrella.
4 Especie anual, diclino dioica (pies femeninos y masculinos separados) (Figura 4), a diferencia del resto de las especies de Amaranthus en Argentina, que son monoicas.
Estrategias de manejo
El manejo de esta maleza es particularmente dificultoso debido a su capacidad de manifestar resistencias y su alta capacidad de dispersión. Estudios recientes en Estados Unidos determinaron que una planta aislada de A. palmeri puede colonizar entre el 95 y 100% de un lote en solo tres años, lo que hace fundamental un programa de manejo acorde que minimice su diseminación. Esto exige un plan proactivo que integre prácticas complementarias a las químicas, entre las que se incluyen:
Monitoreo frecuente y prolijo para una identificación precisa en estadios tempranos, incluyendo el monitoreo de banquinas, bordes y otras áreas que podrían albergar poblaciones de la maleza. El monitoreo por aplicación química también permite detectar tempranamente fallas de control y posibles resistencias.
Rotación de cultivos para interrumpir el ciclo de la maleza y rotar herbicidas con diferentes mecanismos de acción en distintos momentos del ciclo. Elegir cultivos alternativos tolerantes a herbicidas también facilita este fin.
La siembra de cultivos de servicios ayuda a suprimir significativamente las emergencias de la maleza al disminuir la temperatura, la alternancia térmica y la luz que llega al suelo. A su vez, facilita el manejo al concentrar el flujo de emergencia.
La implementación de cultivos con arreglos espaciales competitivos, como espaciamientos estrechos y selección de materiales de mayor aptitud competitiva.
Extracción manual o mecánica de plantas aisladas antes de que las semillas maduren, para evitar escapes y dispersiones.
Limpieza de la maquinaria agrícola antes de ingresar a un lote limpio, especialmente si provienen de lotes enmalezados. Evitar la cosecha de manchones con elevada densidad o hacerlo al final.
Control químico. El éxito del control químico está relacionado con la oportunidad o momento de realizar los tratamientos.
Figura 4. Detalle de flores en individuo masculino y femeninno.
Las prácticas de control deben comenzar después de la cosecha del cultivo estival. En ese momento, se pueden encontrar plantas jóvenes que acortan su ciclo y alcanzan el estado reproductivo en tamaños pequeños, capaces de producir semillas viables. Estas plantas se deben eliminar por medios manuales o con herbicidas. Las mezclas de glifosato con hormonales (2,4-D, dicamba o picloram) y PPO quemantes (carfentrazone, piraflufen o saflufenacil) resultan efectivas. Aunque existan poblaciones con resistencia o baja sensibilidad a cada uno de los activos por separado, la mezcla de estos tres principios sigue brindando un buen control. Para optimizar el resultado, se recomienda el doble golpe con paraquat tras la aplicación de los herbicidas anteriores.
En primavera, entre octubre y diciembre, pueden registrarse nuevas emergencias que se deben eliminar tempranamente. Aquí se puede realizar el tratamiento que se mencionó anteriormente para el barbecho, pero debido a la elevada producción de semillas y la germinación superficial y continua de esta especie durante la primavera y verano, el manejo se debe centrar en disminuir el banco de semillas del suelo. Por eso se debe complementar sí o sí con herbicidas preemergentes o de acción residual, con mecanismos de acción diferentes a los inhibidores de ALS.
Dependiendo del cultivo, zona de producción (para evitar problemas de fitotoxicidad) y fecha de siembra, se pueden utilizar en soja produc-
NOS ACOMPAÑAN
tos como Metribuzin, Diflufenican, S-metolaclor, Terbutilazina, Flumioxazin, Pendimetalin, Piroxasulfone, etc. En maíz, se puede utilizar Acetoclor, S-metolaclor, Piroxasulfone, Isoxaflutole, Amicarbazone, Terbutilazina, Biciclopirone y Flumioxazin.
Las combinaciones de estos principios activos, con distintos mecanismos de acción y/o aplicados secuencialmente dentro de un breve intervalo, tienden a ser más efectivas y a extender el período de protección, ayudando a prevenir la resistencia.
Las aplicaciones de postemergencia deben ser complementarias a las prácticas culturales y a los tratamientos residuales. En soja, las opciones con mecanismos de acción diferentes al glifosato y a los inhibidores de ALS son limitadas
y suelen incluir fomesafen y lactofen, solos o en mezcla con benazolin o cloroacetamidas, aunque algunas poblaciones presentan resistencia o baja sensibilidad a los inhibidores de PPO en post emergencia. Para tener éxito en estos tratamientos, la maleza debe ser muy pequeña y estar en buenas condiciones hídricas, ya que estos herbicidas son regulares en su eficacia.
En maíz, los herbicidas inhibidores de la síntesis de pigmentos (HPPD) como mesotrione, tembotrione, tolpyralate o topramezone, en mezclas con inhibidores del fotosistema II como atrazina, son excelentes opciones. En cultivos con tecnología Enlist, el glufosinato de amonio (inhibidor de la síntesis de aminoácidos) en mezcla con 2,4-D ofrece un excelente control.
¿Qué podría pasar a continuación?
En Argentina, se observa una marcada tendencia hacia el uso rutinario de herbicidas de alta eficacia y facilidad de aplicación, lo que incrementa la probabilidad de generar biotipos resistentes. En particular, los herbicidas inhibidores de PPO se están empleando con gran intensidad y frecuencia, lo que probablemente contribuyó a la aparición de este biotipo con resistencia múltiple.
Hasta el momento, este hallazgo se limita a un lote específico en la localidad santiagueña, sin evidencias similares en áreas cercanas. Por este motivo es esencial difundir esta información para que los productores puedan revisar sus lotes después de la aplicación e identificar posibles escapes tempranos, evitando así que la resistencia se propague.
Por otro lado, el sulfentrazone continúa siendo una herramienta altamente útil en el control de A. palmeri y A. hybridus, siendo esta última la especie de mayor dispersión en el país. Para prolongar su eficacia en el tiempo, es clave implementar las prácticas de control mencionadas, de manera conjunta y planificada, ya que aplicadas de forma aislada tienen un impacto limitado.
Escaneá el QR para acceder al informe completo de los especialistas
¿Cómo funciona el sistema de nuevas malezas de resistentes
Observación a campo: “la sospecha” 0 1
02 Descarte de causas NO debidas a resistencia a herbicida
Este checklist ayuda a descartar otras causas de fallas en el control, como puede ser, una aplicación a destiempo o de mala calidad:
Otras especies susceptibles fueron controladas efectivamente
Hay plantas vivas adyacentes a individuos muertos
La especie venía siendo controlada por el mismo activo, o bien lo contrario, ya se notaban declives en el control
El herbicida en cuestión se usaba repetidamente
Ya hay casos de resistencia en la zona
03 Muestreo de semillas y envío al laboratorio
Recolectar semillas maduras y secas de plantas sospechadas de resistencia (“R”) y de plantas sus ceptibles (“S”).
Colocar en bolsas de papel etiquetadas con la siguiente información: especie - fecha - ubicación lote - responsable - tratamiento aplicado. ¡No olvidar sumar toda otra información complementaria (datos históricos, manejo, etc)!
Enviar al laboratorio correspondiente indicado por la REM.
de alertas
El sistema de alertas de la REM ayuda a detectar nuevos casos de resistencias en malezas para activar tempranamente estrategias que eviten su avance. Es preciso, objetivo, transparente y coherente ya que cumple con los criterios de la Weed Science Society of America (WSSA) y se desarrolla en 5 etapas.
04 Bioensayos en laboratorio
1. 2. 3. 4. 5. 6.
Las semillas de “R” se cultivan en macetas, en invernaderos o cámaras de ambiente controlado.
Paralelamente se cultiva una muestra de semillas de la misma especie, sabida susceptible “S”.
Cuando alcanzan el estado de planta, se pulverizan con el herbicida en cuestión, usando un rango de dosis creciente (estudio de "dosis-respuesta"), aplicado con boquillas y presiones estándar.
Las macetas se disponen en bloques al azar hasta ver los efectos del herbicida. Se evalúa la supervivencia y el peso fresco/seco de todas las plantas y se calcula el grado o índice de resistencia:
DOSIS NECESARIA PARA REDUCIR LA SUPERVIVENCIA O PESO DE LA POBLACIÓN “R” EN UN 50% IR = ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
DOSIS NECESARIA PARA REDUCIR LA SUPERVIVENCIA O PESO DE LA POBLACIÓN “S” EN UN 50%
Cuando en la dosis recomendada de campo hay individuos supervivientes y el IR supera 2, se confirma que la población recolectada es resistente.
05 Activación del sistema de ALERTAS de la REM
Difusión de alerta ROJA en redes sociales y medios de comunicación. Identificación y difusión de estrategias de manejo integrado que ayuden a controlar la maleza resistente y frenar su avance.
El oráculo del girasol
El cancro del tallo y la podredumbre seca del girasol ahora pueden manejarse mejor gracias a un modelo predictivo que anticipa riesgos y optimiza decisiones.
Por Sergio González, Norma Paniego, Ricardo Moschini, Malvina Martínez y Andrés Corró Molas.
INTA – IABIMO / Clima y Agua / AER Gral Pico.
En 2015/16, se produjo la reemergencia de cancro del tallo y podredumbre seca del capítulo en Argentina, dos patologías que afectan al cultivo de girasol. Los primeros casos se detectaron en el oeste de Buenos Aires y La Pampa, extendiéndose luego a todas las regiones productoras de girasol del país. Desde entonces se avanzó mucho en investigaciones para conocer en profundidad este problema y defi-
nir las estrategias que minimicen su potencial de daño actual, entre ellas, el desarrollo de un modelo predictivo que permite anticipar los riesgos de manera más precisa.
Estas enfermedades son causadas en forma predominante por el hongo Diaporthe helianthi, aunque también se han detectado otras especies del mismo género (Colombo y otros, 2023; Zambelli y otros, 2021).
Puede producir infecciones en hojas, tallos y capítulos. Las infecciones en hojas que llegan al tallo generan un cancro típico centrado en la inserción del pecíolo, secado anticipado y quebrado en casos severos. En capítulos, las infecciones causan una podredumbre seca en forma de “V” o de forma irregular (Imagen 1), aunque se desconoce la forma en que se inician.
Imagen 1. Síntomas de Diaporthe helianthi en girasol. Izq. Cancro del tallo. Der. Podredumbre seca de capítulo
Es importante diferenciar el daño provocado por el cancro en el tallo de aquel correspondiente a la podredumbre seca de capítulo. En híbridos susceptibles, la disminución de rendimiento por la infección en tallos puede alcanzar el 46%, mientras que la caída del contenido de aceite presenta una mayor variabilidad y puede llegar al 15% (Corró Molas y otros, 1017).
En las infecciones en capítulos, el daño es diferente. Según avances presentados por Caggiano y otros (2024) en el último Taller Científico ASAGIR realizado en Balcarce, las pérdidas de rendimiento rondan el 10-15%, con un leve efecto sobre el contenido de aceite. En lotes destinados a producción de girasol confitero, el problema de capítulo tiene mayor relevancia ya que puede producir una pérdida de calidad comercial que impacta en el resultado final.
"El modelo predictivo utiliza datos diarios de temperaturas máxima y mínima, humedad relativa y precipitaciones de la semana previa para generar predicciones, lo que facilita su uso."
Híbridos y fungicidas
Los híbridos de buen comportamiento son la herramienta de manejo preferencial, aunque cuando se presentan condiciones favorables para la liberación de esporas y posteriores infecciones, y los cultivos presentan un desarrollo exuberante, las infecciones se incrementan. Existen antecedentes que indican que un mayor índice de área foliar produce un aumento en los niveles de enfermedad. En otras palabras, los lotes más productivos y los mejores ambientes dentro de un mismo lote son los que enfrentan un mayor riesgo de daño.
El uso de fungicidas es una herramienta complementaria, pero se requieren más estudios para dimensionar el efecto de los tratamientos
Modelos predictivos: anticiparse para proteger al cultivo
El primer modelo predictivo para cancro del tallo de girasol fue desarrollado en Francia (Delos y Moinard, 1996), aunque sus resultados no siempre pueden extrapolarse a sitios con condiciones edafoclimáticas muy diferentes. En 2019, un grupo de investigadores encabezado por Ricardo Moschini publicó un modelo con datos registrados en Uruguay que predice la liberación de esporas del hongo. Si bien dicha liberación no implica que las esporas produzcan efectivamente infecciones en el girasol, es una condición necesaria para que se produzcan.
Es importante aclarar que existen factores ambientales y del cultivo que pueden afectar la eficiencia con que las esporas logran infectar las plantas, como por ejemplo, temperaturas
e identificar los factores que afectan la repetibilidad de los resultados. No obstante, existen experiencias que lograron reducir los síntomas en un 50%. También hay evidencias que indican que los tratamientos realizados en el estado de estrella (R1) son más efectivos para controlar infecciones en tallos. Los fungicidas actúan también sobre otras enfermedades frecuentes como Escudete negro, Manchas por Alternaria helianthi y Septotia helianthi
Sin embargo, el uso de fungicidas es netamente preventivo, ya que una vez visibles los síntomas, ya es tarde para realizar tratamientos eficaces. En esos casos, el uso de modelos predictivos es una herramienta muy útil para tomar decisiones a tiempo.
muy elevadas post infección en hojas, estado fenológico, etc.
El modelo utiliza datos diarios de temperaturas máxima y mínima, humedad relativa y precipitaciones de la semana previa para generar predicciones, lo que facilita su uso. En Argentina, este modelo permitió identificar zonas de mayor riesgo de liberación de esporas y monitorear campañas para anticipar eventos relevantes de liberación de esporas y su relación con la ventana temporal de mayor susceptibilidad del cultivo, que se ubica en el estado de estrella (R1).
"Los lotes más productivos y los mejores ambientes dentro de un mismo lote son los que enfrentan un mayor riesgo de daño."
El modelo predictivo está disponible online (https://agrometeorologia.inta.gob.ar/modeloe fermedad/), lo que le permite a los productores anticiparse al desarrollo de enfermedades causadas por Diaporthe spp. durante la actual campaña 2024/25. Se pueden usar datos de estaciones de la red de INTA y del Servicio Meteorológico Nacional, así como de estaciones automáticas locales cuando no se disponga de estaciones próximas al campo. También es posible copiar y pegar datos particulares desde un archivo Excel y alimentar de esta forma el modelo con datos propios.
A modo de ejemplo, se presenta la predicción de liberación de esporas para dos localidades durante la campaña 2023/24 (Figura 1).
Figura 1. Predicción de liberación de ascosporas y días de mojado en dos localidades durante la campaña 2023/24. En rojo se destacan eventos en el período de mayor susceptibilidad del cultivo, para fecha de siembra de fin de octubre.
En ambas localidades se observan eventos relevantes en forma temprana, cuando el cultivo se encuentra en estados vegetativos tempranos, fuera de la ventana de mayor susceptibilidad.
En General Pico sólo se observó un evento de muy corta duración cerca de R1, que coincide con la ventana de mayor susceptibilidad para cancro del tallo. Coincidentemente, los niveles de la enfermedad detectados a campo en esa campaña fueron bajos.
En Mar del Plata se presentó un evento de liberación de esporas de varios días de duración que coincidió con R1 para las siembras de finales de octubre. Este evento pudo haber generado suficientes esporas para provocar infecciones en tallos. Un segundo evento, ocurrido el 9 de enero, posiblemente aportó esporas para infecciones en capítulos. En esta localidad, los niveles de cancro del tallo fueron elevados en cultivares susceptibles.
En síntesis, el modelo de predicción de liberación de esporas de Diaporthe helianthi está disponible en una plataforma intuitiva y fácil de usar para todas las regiones girasoleras de Argentina. Permite trabajar con datos meteorológicos de organismos públicos y de estaciones automáticas privadas, adaptándose a diversas fuentes de información. Esta herramienta predictiva sin dudas puede contribuir a la toma de decisiones en el manejo del cancro de tallo y podredumbre seca del capítulo de girasol.
Polilla de la vid: la plaga que desafía a los viñedos mendocinos
Soluciones sustentables y trabajo conjunto para enfrentar una de las plagas más destructivas de la vitivinicultura.
Por Guillermo Azin
Ing. Agrónomo
Secretario Técnico
de Iscamen y coordinador del programa de control de Lobesia botrana
Mendoza lidera la producción de frutales en Argentina, con 75.600 hectáreas dedicadas a olivos, ciruelos, durazneros, perales, manzanos, nogales, almendros y cerezos. También ocupa el segundo lugar en la producción de hortalizas, con 35.000 hectáreas dedicadas a más de 45 especies. Sin embargo, esta riqueza productiva está constantemente amenazada por plagas y enfermedades, y una de las más destructivas es Lobesia botrana, conocida como polilla de la vid, que compromete la calidad y sanidad de los viñedos.
Para enfrentarla, el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (ISCAMEN) promueve diferentes técnicas no contaminantes,
como el Manejo Integrado de Plagas en grandes áreas (MIP), para mantener la plaga por debajo del nivel de daño económico. En este enfoque, el control químico se utiliza como complemento, mientras que se priorizan métodos amigables con el medioambiente.
Esto se debe a que el uso de determinados productos fitosanitarios, en momentos inoportunos, puede dejar residuos que afecten la calidad de los vinos. Las condiciones agroecológicas de Mendoza y la ausencia de plagas han permitido una vitivinicultura prácticamente libre de insecticidas; y solo se aplican fungicidas cuando es necesario.
Difusores de feromonas sintéticas para controlar Lobesia botrana mediante la
Lobesia botrana: la polilla de la vid
La polilla de la vid genera un fuerte impacto en la actividad vitivinícola. Esta plaga puede cumplir hasta cuatro generaciones por temporada y tiene una alta capacidad de vuelo. Las hembras ponen huevos en la corola de las flores (primera generación) y granos (segunda, tercera y cuarta generación), donde las larvas causan daños directos. Cada hembra puede poner alrededor de 100 huevos y una sola pareja puede generar 250.000 ejemplares al final de temporada. Las heridas que generan las larvas en los frutos pueden ocasionar la entrada de hongos que provocan la podredumbre de
los racimos, afectando a la calidad de la uva, mostos y vinos, y generando graves pérdidas de producción (Figura 1).
La presencia de la plaga puede determinar restricciones comerciales hacia zonas donde la misma no está presente. Por ejemplo, actualmente rige un protocolo para comercializar ciruelas hacia Brasil por Lobesia botrana El ISCAMEN propone una estrategia de control basada en la colaboración público-privada, utilizando la Técnica de Confusión Sexual.
Técnica de Confusión Sexual (TCS). Créditos: ISCAMEN.
Técnica de Confusión Sexual (TCS)
La TCS consiste en liberar feromonas sintéticas similares a las feromonas naturales de la hembra de Lobesia botrana para evitar el encuentro entre machos y hembras. La feromona sintética que atrae y confunde a los machos se encuentra en el interior de difusores. Los emisores liberan el perfume a tasas regulares durante más de 6 meses. Estas feromonas generan una nube en el viñedo que impide a los machos percibir la feromona que liberan las hembras vírgenes, reduciendo las poblaciones del insecto. En áreas de altas poblaciones de Lobesia botrana, la TCS se combina con productos que controlan los estadíos inmaduros del insecto.
Entre las principales ventajas de esta técnica, se destacan:
Protege el cultivo durante 180 días (suficiente para la temporada).
No es contaminante ni afecta la fauna benéfica.
Evita la aparición de plagas inducidas por aplicaciones sucesivas de insecticidas.
No genera resistencia ni se ve afectada por el clima.
Compatible con otros métodos de control y válida para producción orgánica.
Figura 1. Daños de Lobesia botrana.
En grandes áreas también se emplea feromona pulverizable mediante aplicación aérea, con una duración de al menos 30 días.
El ISCAMEN capacitó a más de 11.000 personas en control integrado de la plaga, organizando
Uso de productos fitosanitarios: control químico y biológico
Aunque el control químico sigue siendo una herramienta muy utilizada en la producción agrícola, el ISCAMEN promueve el control de plagas a través de técnicas alternativas a los productos fitosanitarios.
En la actividad vitivinícola, la presencia de fauna benéfica en el cultivo es fundamental para el
Control en el momento oportuno
El control efectivo de esta plaga no implica sólo elegir un producto fitosanitario adecuado, sino que también influyen factores como el manejo apropiado del monte frutal, el correcto uso y calibración del equipo pulverizador, y la detección del momento óptimo de aplicación.
El ISCAMEN analiza datos de capturas en trampas y temperaturas para calcular el momento adecuado de aplicación y envía alertas fitosanitarias a los productores (Figura 3). La primera pulverización de la temporada es crucial para un control eficaz.
talleres y capacitaciones, principalmente a campo, para que los productores aprendan a instalar los difusores de Confusión Sexual en las fincas y a incorporar estos principios de forma práctica.
control biológico de plagas y los fitosanitarios que se utilizan se dirigen a la prevención o tratamiento de enfermedades criptogámicas. Los productos deben ser específicos para la plaga, de bajo impacto ambiental y seguros para otras actividades agrícolas y la salud humana, siendo compatibles con el Manejo Integrado de Plagas (MIP). La integración del control químico con técnicas como TCS, control biológico y cultural mejora los resultados.
Evolución de la plaga en la provincia de Mendoza
Desde la detección inicial de la plaga en 2010, el ISCAMEN y SENASA llevan adelante tareas de monitoreo, lo que actualmente constituye la base para la toma de decisiones respecto al control integrado del insecto (Figura 2). El monitoreo se realiza mediante una red de trampas tendida en toda el área productiva (1 trampa cada 25 hectáreas) (Figura 3)
Figura 2. Evolución de las detecciones de Lobesia botrana desde el 2010 hasta la fecha.
En una misma campaña ocurren 4 generaciones de la plaga. Entre 2010 y 2016, con presupuestos mínimos, las poblaciones de la plaga crecieron exponencialmente, pasando de menos de 100.000 a más de 1,5 millones. El uso de
la Técnica de Confusión Sexual y de productos específicos en más de 110.000 hectáreas redujo significativamente las detecciones entre la campaña 2017/18 y 2018/19.
Después, los presupuestos permitieron “sostener o contener” la plaga, aunque habría sido ideal continuar con una estrategia para seguir suprimiendo las poblaciones. La relación entre
el presupuesto disponible y el control efectivo es clave, ya que las intervenciones deben ocurrir en momentos específicos de la temporada.
Figura 3. Trampa para el monitoreo de Lobesia botrana.
Barreras sanitarias
El Sistema Integral de Barreras Sanitarias del ISCAMEN opera las 24 horas del día, todo el año. Entre sus funciones, se encarga de controlar el ingreso de ganado, productos fitosanitarios y conservas de origen vegetal y recursos naturales renovables (flora y fauna). También supervisa el cumplimiento de leyes sanitarias y realiza la desinsectación de vehículos de cargas comerciales, transportes de pasajeros y vehículos particulares, envases vacíos, vehículos con leña y/o madera y el interior de camiones que hayan contenido productos vegetales, así como el control de la introducción de azúcar, edulcorantes y alcoholes en prevención de la falsificación del vino.
"Las
heridas que generan las larvas en los frutos pueden ocasionar la entrada de hongos que provocan la podredumbre de los racimos."
Lluvias, malezas y herbicidas: ¿estrategia defensiva o acelerador a fondo?
Las precipitaciones de primavera reconfiguraron el control de malezas. Cómo ajustar el manejo de cara a la campaña gruesa.
Por Pablo Angeletti
- Victoria Ribecca
UPL
Las lluvias de la campaña 2024/25 comenzaron a darse en algunas regiones del país a principios del otoño, aunque durante el invierno y principios de primavera mermaron, configurando una primavera ligeramente seca (Figuras 1 y 2). En agosto, gran parte de la superficie nacional registró precipitaciones medias que no superaron los 30 mm, con los mayores acumulados en el noreste de la provincia de Buenos Aires, donde se alcanzaron hasta 100 mm. Si bien estas lluvias permitieron una incipiente recarga de los perfiles de suelo, las escasas precipitaciones durante el invierno y sumado al déficit hídrico acarreado durante los años anteriores, afectaron tanto a los cultivos implantados, cereales de invierno, como a los prime-
ros flujos, ambos expuestos a bajos recursos y mostrando un reducido crecimiento.
En el caso de las malezas, no sólo se observó baja competitividad debido a la falta de recursos, sino también una menor tasa de nacimientos. Esto sugiere que una gran parte de las semillas preexistentes en el suelo, al igual que durante la campaña pasada, no encontraron las condiciones adecuadas para emerger y enciende las alarmas para la campaña gruesa 2024/25 por la potencial coexistencia malezas/cultivos.
La primavera pasada tampoco mostró condiciones hídricas favorables para los pulsos de emergencia habituales. La escasez de hume-
dad en el suelo redobló la apuesta en el banco de semillas, lo que podría repercutir en esta campaña. Investigaciones de Matzrafi et al. (2021) mostraron que semillas provenientes de plantas de Amaranthus palmeri expuestas a déficit hídrico, producían semillas más grandes y pesadas, con un 30% menos de dormición y capaces de germinar con menos humedad en el suelo. Esto las convierte en competidoras más agresivas frente al cultivo, reafirmando la necesidad de un manejo de control que contemple no sólo la baja efectividad de los herbicidas en condiciones de sequía, sino también el impacto que podría tener el remanente de semillas con condiciones fisiológicas alteradas.
(agosto-septiembre-octubre 2024).
Figura 1. Pronóstico trimestral de precipitaciones
Figura 3. Precipitaciones acumuladas (mm) en los últimos cuatro meses.
En general, los lotes no presentaron grandes problemas de malezas durante el período invernal, lo que permitió un barbecho relativa-
mente “limpio” y, al momento de hacer aplicaciones, se eligieron estrategias de control de baja tecnología en lugar de las tradicionalmen-
te usadas. Frente a la tendencia de La Niña a revertirse hacia fines de octubre e inicios de noviembre, con más de 150 mm en algunas zonas (Figura 3), muchos tratamientos se “quedaron cortos”, obligando a realizar “repasos” con herbicidas antes de la siembra de soja y maíz. Esta situación fue ocasionada por los nuevos nacimientos de malezas y, en algunos casos, por la pérdida de activos altamente solubles debido a la abundante caída de precipitaciones.
En este contexto, resulta clave conocer las características de las moléculas que actualmente lideran el mercado, considerando su eficacia de control para la maleza target y persistencia, para luego machearlas con las condiciones agroclimáticas existentes y pronosticadas. Si bien el costo de la tecnología es importante,
Soluciones que se amoldan a cada problemática: tras la “explosión” de malezas a la siembra, qué opciones de baja y alta tecnología podemos escoger.
Desde UPL contamos con opciones para cada problemática por maleza target, cultivo y ambiente a sembrar. En búsqueda de la mejor alternativa para cada ambiente, recomendamos aplicar mezclas de preemergencias en malezas que contemplen parámetros como la solubilidad de cada ingrediente, espectro de malezas, compatibilidad, sinergia entre ellos y persistencia en suelo para las nuevas camadas.
Un pilar importante dentro de nuestra estrategia de manejo de malezas latifoliadas problemáticas es DINAMIC® (Amicarbazone 70% WG). Esta es una triazolinona que interviene a nivel
no debe ser el único criterio de selección. Un ejemplo se dio este año con el uso de Atrazina para el control de Amaranthus sp. (Yuyo colorado). Si bien inicialmente el control fue eficaz, su baja persistencia y el aumento de las precipitaciones redujeron su eficacia hacia el día 30 después de aplicado (DDA).
En este cambio de contexto climático surge un interrogante: Elegir un manejo defensivo basado en preemergentes de bajo costo, contemplando la posibilidad de “repaso”, dependiendo la tolerancia a herbicidas que tenga el híbrido/ variedad o ir con el acelerador a fondo, estrategias tecnológicas de alto valor escapando a la presión de las malezas evitando así la necesidad de reingreso en post emergencia.
de fotosistema II y se posiciona como una herramienta clave en preemergencias de malezas para barbechos intermedios a soja y en barbechos cortos/ preemergencias de maíz. Su incorporación requiere pocos milímetros (8-10 mm), debido a su excelente solubilidad, dato a considerar en condiciones de baja disponibilidad hídrica.
Este año recorrimos lotes de productores que aplicados con DINAMIC® en maíces tempranos, lograron porcentajes de control de Yuyo colorado del 97% , dentro de los 50 días DDA, a pesar de estar bajo precipitaciones acumuladas de alrededor de 160 mm (Imagen 1)
De cara a las gramíneas, en busca del mejor aliado
Para el control de gramíneas tanto en soja como en maíz, WINGER® (Pyroxasulfone 85 % WG) es una estrategia prometedora recomendada mezcla con otros activos para ampliar el espectro y hacer más sostenible la estrategia de manejo. Tanto la dupla SHUTDOWN® (Sulfentrazone 50% SC) + WINGER® o DINAMIC® + WINGER® cubren un gran espectro de control a diferentes profundidades en el suelo debido a la solubilidad diferencial de cada molécula. WINGER®, al ser menos soluble, permite el
control de semillas que se encuentran en los primeros centímetros del perfil, mientras que DINAMIC® y SHUTDOWN®, al ser más solubles, alcanzan mayores profundidades y logran controles en estratos inferiores.
Conocer esta complementariedad sirve para planificar las estrategias de cualquier campaña, pero sobre todo en aquellas con dinámica de malezas irregulares (Imagen 2).
Imagen 1. Lote de productor. Testigo en borde (izquierda) vs DINAMIC® 0,6 kg/ha (derecha). Hughes, Santa Fe.
Pensando en soja, estamos preparando el lanzamiento de SHUTDOWN ULTRA® para 2025, una formulación que combina la acción del S-Metolaclor, Metribuzin y Sulfentrazone en un concentrado emulsionable. 3 diferentes sitios de acción que tienen como puntos destacados la sinergia entre ellos, alta persistencia de control y un muy amplio espectro de control. Esta tecnología demostró mayor eficacia en comparación con la mezcla individual de estos activos (Imagen 3)
Imagen 2. Testigo (izquierda) vs Mezcla de DINAMIC® (0,6 kg/ha) + WINGER® (0,2 kg/ha) con 210 mm acumulados (derecha). Gálvez, Santa Fe.
Ensayo R&D UPL Campaña 2023/24 Localidad Villa Benjamín Araoz Tucumán.
Con las malezas dentro del cultivo, ¿qué alternativas hay disponibles?
En situaciones de emergencias de malezas dentro del cultivo de maíz y soja, LIFELINE® (Glufosinato de Amonio 28% SL) es una excelente alternativa de “rescate”. Este herbicida apunta al control de gramíneas y malezas de hoja ancha sobre cultivos tolerantes. En caso de escapes de Amaranthus resistentes recomendamos aplicarlo con 2-4D (seguir recomendaciones de marbete) a fin de evitar posibles rebrotes y mitigar la aparición de resistencia.
Es clave conocer las características de las moléculas que actualmente lideran el mercado para la maleza target y considerar las condiciones agroclimáticas existentes y pronosticadas.
Imagen 3. Tratamiento con SHUTDOWN ULTRA® (2,6 lt/ha) con franjas testigo apareadas de Amaranthus sp.
Tucumán, tierra de limones
Desde los valles tucumanos, el limón se transformó en un ícono de la región. Desde los jesuitas hasta la actualidad, este cítrico motoriza un complejo productivo que va desde el campo hasta la industria.
Por Ing. Agr. Antonella Fiore
Prospectiva - Aapresid
Como pasa con muchas de las producciones alternativas de esta columna, esta historia comienza en Asia. Siglos de avances y retrocesos musulmanes en las penínsulas del sur de Europa hicieron que los limoneros se extendieran por el litoral mediterráneo hasta llegar a Occidente. Al continente americano llegaron en los barcos que cruzaron desde Europa, y al noroeste de lo que es hoy Argentina, a mediados del siglo XVI, de la mano de los jesuitas. No sería hasta el siglo XX cuando alcanzarían un volumen comercial importante.
Primero llegaron los cítricos dulces: naranjas, mandarinas y pomelos, cuya producción abastecía el mercado interno. La historia de cómo Tucumán se convierte en “la sede del limón” está marcada por una calamidad que golpeó a Sudamérica entre 1930 y 1950: la tristeza de los cítricos. El nombre parece extraído de algún libro de Gabriel García Marquez, pero la verdad es que hace referencia a un virus que causaba la muerte de las plantas y al que se lo llamó así por el aspecto mustio (marchito) de las hojas que anunciaban la muerte.
Sin embargo, los limoneros o los injertados sobre agrios sobrevivieron y reverdecieron las hectáreas de tristeza. Así comenzó a gestarse un mercado en el que hoy Argentina es uno de los productores más importantes y exportadores de limón a nivel mundial.
A fines de los 80, el complejo agroindustrial del limón cobró dinamismo y retrucó la apuesta duplicando la producción: de 24 toneladas por hectárea pasó a 50 tn/ha, según datos de Federcitrus. Los campos de caña de azúcar fueron reemplazados por montes limoneros, y la superficie pasó de 2000 hectáreas a 30 mil en el año 2000, alcanzando las 50.000 hectáreas actuales. Como las uvas en Mendoza, lo que distingue acá es el complejo productivo que se monta sobre la producción primaria y que le da verdadero dinamismo a toda la región.
Los cítricos son la rama más importante del sector frutícola. El frutal más extendido, tiene su principal sede productiva a lo largo de todo
el piedemonte tucumano, desde el norte hasta el sur de la provincia. La franja con limones en Tucumán hoy puede redondearse en alrededor de 50 mil hectáreas, a las que se suman otras 10 mil repartidas entre Salta, Jujuy y el NEA.
En 2023, el complejo limón exportó por un valor de 409 millones de dólares -entre fresco y derivados industriales-, según datos del INDEC. Las ventas externas se distribuyeron entre aceite esencial (41,6%), limones (30,3%) y jugo (28,1%). Los principales destinos fueron la Unión Europea (196 millones de dólares), Norteamérica (151 millones de dólares, con una participación de Estados Unidos del 93,9%).
Como en lo extensivo: pequeños y grandes productores
El mundo productivo del limón refleja uno de los procesos de concentración y tecnologización más avanzados de la fruticultura. Un productor pequeño en Tucumán necesita al menos unas 50 hectáreas, aunque cada vez quedan menos y sobreviven gracias a la cabida con algún exportador de fruta fresca. Un productor mediano ronda a partir de 100/150 hectáreas, mientras que los grandes y los gigantes están agrupados en la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (ACNOA).
Tafí Viejo, a 12 kilómetros de San Miguel de Tucumán, es la capital nacional del limón ya que allí se concentra la producción y la industria asociada a este cítrico.
Cosecha y empaque
Según datos de ACNOA, la cosecha de limones en Tucumán se realiza entre abril y septiembre. Durante el proceso de empaque, se realiza una rigurosa selección de la fruta que será comercializada, cumpliendo con las exigencias de calidad e inocuidad que requieren los estándares internacionales. Esta certificación garantiza que los limones argentinos cumplan con los requisitos para sus múltiples usos en la industria de bebidas y alimentos.
Industria limonera
Los limones se procesan para la elaboración de productos como jugos, bebidas carbonatadas, helados, pectina y fibras dietéticas. A continuación, se detallan los principales derivados industriales:
ACEITES
Los aceites esenciales se obtienen mediante la punción de la cáscara del limón. Este proceso se lleva a cabo en un depósito de agua donde se forma una emulsión con el aceite liberado, evitando que se pierda en la atmósfera. Luego, el agua y el aceite se separan mediante filtrado y centrifugado, y se extraen los compuestos insolubles (ceras) a través de sedimentación en frío y filtración, obteniendo el aceite refinado conocido como “cold-press”.
El jugo natural se obtiene mediante máquinas extractoras que exprimen los limones, seguido de procesos de filtrado, despulpado y pasteurización. Para conseguir jugos concentrados, el jugo natural pasa por un proceso de evaporación. Los jugos clarificados requieren una ultrafiltración previa a la concentración. Finalmente, los jugos se enfrían, envasan y congelan a temperaturas menores a los -18 °C.
JUGOS
PULPA
Las celdas de pulpa se extraen del jugo después de una primera filtración que separa las semillas y el hollejo. Luego de remover las partículas o defectos de las celdas mediante hidrociclones, se vuelven a filtrar y se concentran a un 50%. La pulpa es pasteurizada y se concentra a más del 80%. Finalmente, es envasada y conservada en cámaras frigoríficas a temperaturas menores a los -18 °C.
Una vez extraídos el aceite y el jugo, la cáscara se tritura, lava, escurre y prensa antes de ser deshidratada en hornos rotativos. Finalmente, se compacta y envasa para su comercialización como materia prima para la obtención de pectinas, que se utilizan como aglutinantes en la industria alimenticia.
CÁSCARA
Silajes de verdeos de invierno
El ensilaje de verdeos de invierno es una alternativa estratégica en sistemas ganaderos pero exige un manejo preciso. Desde la elección de especies, el momento de corte, el manejo de humedad hasta la técnica de confección, cada detalle influye en el éxito de la reserva.
Por Dr. Ing. Agr. José Martín Jáuregui
Profesor Adjunto- Cátedra Forrajes (FCA - UNL).
En notas anteriores destacamos la importancia de los verdeos de invierno en los sistemas ganaderos. También hemos discutido formas de maximizar su producción y qué especies se adaptan mejor según el ambiente. En esta oportunidad analizaremos los aspectos técnicos, las ventajas y desventajas de manejar estos recursos para confeccionar reservas en forma de ensilaje.
El ensilaje con verdeos invernales es una práctica muy difundida en algunas zonas del país, aunque puede ser compleja por sus altos costos de confección en relación con los volúmenes de materia seca obtenida. Sin embargo, en años con precipitaciones abundantes y bien distribuidas, o cuando se realizan verdeos con una buena inversión tecnológica, esta alternativa puede ofrecer reservas de calidad superiores a las que se logran con la henificación.
Principales especies para ensilar
Avena (Avena sativa)
La avena es uno de los verdeos que mejor se adapta al proceso de ensilado. Su principal ventaja es que mantiene una buena calidad nutricional incluso cuando avanza en su estado reproductivo, lo que nos da más flexibilidad para el momento de corte. Las variedades de ciclo largo son las preferidas para el ensilaje ya que acumulan mayor cantidad de biomasa, aunque requieren una planificación más cuidadosa para el momento de corte.
Un aspecto distintivo de la avena es su capacidad para mantener altos niveles de carbohidratos solubles durante todo el ciclo, lo que facilita el proceso fermentativo durante el ensilado. En estados vegetativos tempranos puede alcanzar niveles proteicos superiores al 20%, que luego disminuyen pero se mantienen en niveles aceptables aun en estados reproductivos avanzados.
Raigrás anual (Lolium multiflorum)
El raigrás anual sobresale por su elevado potencial productivo y excelente calidad nutricional. Los cultivares tetraploides son particularmente interesantes para ensilaje ya que su mayor concentración de carbohidratos solubles favorece la fermentación. Su principal limitante es la sensibilidad a la falta de humedad, lo que restringe su uso a zonas húmedas y subhúmedas (>600 mm).
Una ventaja adicional es su capacidad para mantener altas tasas de crecimiento con bajas temperaturas, lo que permite anticipar el momento de corte respecto a otras especies y obtener reservas tempranas en el año.
Cebada forrajera (Hordeum vulgare)
Aunque menos difundida, la cebada forrajera ofrece características interesantes para ensilaje, especialmente por su precocidad y rápido crecimiento inicial. Su ciclo corto permite obtener el material para ensilaje antes que otras especies, liberando temprano el lote para otros cultivos.
El ensilaje de cebada suele tener un mayor contenido de almidón que otros verdeos debido a su rápido desarrollo de grano, lo que resulta en un forraje conservado de mayor densidad energética. Sin embargo, es clave ajustar el momento de corte, ya que si se pasa del estado óptimo, puede perder calidad rápidamente.
Corte y preoreo de Ryegrass.
Triticale (x Triticosecale)
El triticale combina características del trigo y el centeno, lo que lo convierte en una opción atractiva para ensilaje, especialmente en ambientes marginales. Su rusticidad, heredada del centeno, le permite prosperar en condiciones en las que otras especies pueden tener limitaciones, mientras que mantiene una calidad nutricional más cercana a la del trigo.
Incorporación de leguminosas
La inclusión de leguminosas anuales en la mezcla a ensilar es una estrategia interesante. La vicia es la opción más difundida, pudiendo incrementar hasta un 150% el contenido proteico en comparación con ensilajes de gramíneas puras.
Para ensilaje, el triticale presenta la ventaja de mantener una buena relación hoja/tallo hasta estados avanzados del cultivo, lo que contribuye a obtener un material de buena calidad. Además, los cultivares modernos tienen una mayor concentración de carbohidratos solubles que sus antecesores, lo que favorece el proceso fermentativo.
Sin embargo, su inclusión requiere ajustes en el manejo: el mayor contenido proteico genera un efecto buffer que dificulta la reducción del pH, por lo que es necesaria una compactación más intensiva.
Vicia villosa en floración.
Otra alternativa prometedora es el trébol persa, especialmente en zonas con inviernos benignos. Su ventaja radica en que mantiene una
mejor calidad que la vicia cuando avanza en su ciclo, aunque produce menos biomasa total.
Trébol persa en consociación con Ryegrass anual. En este caso, el crecimiento explosivo del trébol dejó poco lugar para que se exprese la gramínea.
Manejo agronómico específico para ensilaje
La producción de verdeos para ensilaje requiere ajustes distintos a los aplicados en verdeos sembrados para pastoreo. La densidad de siembra, por ejemplo, suele aumentar entre un 15-20%, con el objetivo de generar mayor biomasa y plantas más finas que faciliten el picado y la compactación. Para avena, se recomiendan 250-280 plantas/m² cuando el destino es ensilaje.
La fertilización nitrogenada puede duplicar la producción de materia seca con aplicaciones tempranas. Sin embargo, niveles muy altos de nitrógeno pueden resultar en materiales demasiado húmedos y con exceso de proteínas. Una estrategia efectiva es fraccionar la fertilización: una parte a la siembra y el resto después del primer pastoreo, si se realiza aprovechamiento mixto.
La altura de corte para ensilaje puede reducirse a 5-7 cm, en lugar de los 8-10 cm recomendados para pastoreo directo. Esto permite capturar más forraje, aunque exige precaución en suelos con riesgo de contaminación con tierra, ya que la presencia de tierra puede introducir bacterias indeseables al proceso fermentativo.
Momento óptimo y sistemas de corte
El momento ideal de corte combina rendimiento de materia seca, calidad y contenido de humedad adecuado para la fermentación. El rango óptimo es entre 32-35% de materia seca, que en gramíneas suele coincidir con el estado de grano lechoso. Para las mezclas con leguminosas, el momento lo define la gramínea acompañante.
El corte directo consiste en cortar y picar el material sin necesidad de oreado. Es ideal cuando el cultivo alcanzó naturalmente el contenido de materia seca deseado. Sus ventajas son la rapi-
dez de confección y las menores pérdidas en el campo, pero requiere monitorear cuidadosamente la humedad.
El sistema de corte con preoreado es el más difundido. Permite ajustar el contenido de humedad mediante el tiempo de oreado, aunque aumenta el riesgo de pérdidas por respiración y contaminación con tierra. Es especialmente útil en verdeos con altos contenidos de humedad inicial.
Cuando el material es muy húmedo y tiene menos del 25% de materia seca, una situación común en verdeos en estado vegetativo temprano, el uso de inoculantes específicos que combinan Lactobacillus plantarum y Enterococcus faecium permiten acelerar la producción de ácido láctico y dirigir la fermentación. Además, incorporar materiales absorbentes como grano molido en proporción del 5-10% del peso verde ayuda a corregir el exceso de humedad.
En material muy seco (más del 40% de materia seca), el principal desafío es lograr una compactación y fermentación adecuadas. Reducir el tamaño de picado a 1-2 cm facilita significativamente la compactación. En estos casos, los inoculantes que combinan bacterias homofermentativas tradicionales con Lactobacillus buchneri mejoran la estabilidad aeróbica del silaje una vez abierto.
Manejo de situaciones subóptimas de humedad
Conclusiones y reflexiones finales
Los verdeos de invierno son una alternativa válida para la confección de silajes y permiten reducir el riesgo productivo en zonas donde los cultivos estivales presentan mayor incertidumbre. El éxito de su conservación depende fundamentalmente del momento de corte, el manejo de la humedad y la técnica de confección.
La tecnología actual permite manejar situaciones subóptimas de humedad con inoculantes específicos y técnicas adaptadas, aunque siempre es preferible apuntar al rango óptimo de materia seca para maximizar la eficiencia y calidad del producto final.
La decisión de realizar silajes de verdeos invernales debe contemplar aspectos productivos, económicos y logísticos. En sistemas donde estos recursos son la base forrajera principal, la confección de reservas de calidad puede ser la diferencia entre mantener la producción estable o sufrir baches forrajeros. Además, lograr la máxima producción y calidad reduce el costo de las megacalorías producidas, mejorando la rentabilidad y resiliencia del sistema.
Su padre siempre dijo que el rastrojo debía quedarse en el suelo y esa lección fue su legado
Defensor de los sistemas mixtos y pionero en Aapresid, Telmo Trossero lleva 44 años aplicando siembra directa y rotando con pasturas, siempre guiado por el consejo de su padre: dejar el rastrojo en el suelo y cuidar la tierra.
El test vocacional que le hicieron a Telmo Trossero al terminar el secundario le sugería cuatro carreras: agronomía, veterinaria, ingeniería mecánica y medicina. Eligió agronomía, una carrera que, según creía, combinaba un poco de cada una. Con la perspectiva que dan los años, podemos ver que no se equivocó.
Por Lucía Cuffia
De veterinaria, siempre llevó adelante sistemas de producción mixtos, integrando agricultura y ganadería. “Hace 44 años que hago siembra directa con rotación con pasturas. Mi padre siempre tuvo algo de ganadería, y mi conocimiento y desarrollo se dieron en este tipo de sistema”.
Ficha personal
Nombre: Telmo Juan Miguel Trossero Tonso
Profesión: Ingeniero agrónomo y productor agropecuario
Lugar de nacimiento: , creció en Gödeken (Santa Fe) y desde 2013 vive en Libertador San Martín, Entre Ríos.
Familia: Casado con Lina; padre de Cintia, Judith y Nadia; y abuelo de Thiago (14) y Elian (11).
Hobbies: “Fútbol y ciclismo. Desde hace algunos años, además de jugar al fútbol todos los viernes, colabora en el mantenimiento de tres canchas del “Club Recreativo Libertador”, recuperado en 2014. “Es una forma de ser útil a la sociedad”.
De ingeniería mecánica, siempre le gustó meter mano en las máquinas y la tecnología de cada época. Recuerda con lujo de detalles cómo era la recolección de maíz a sus 8 o 9 años, cuando la máquina desgranadora llegaba al campo y arrojaba el grano por un lado y los marlos por el otro. “Era todo un evento”, dice. Más adelante, su interés lo llevó a incursionar en riego complementario y en 1996/97 instaló una casilla meteorológica (ver foto). Esa experiencia le permitió hacer pronósticos locales en un radio de 25-30 km, algo fundamental para
planificar las pulverizaciones, en tiempos donde no había imágenes satelitales ni radares, y el pronóstico llegaba por radio.
Y de medicina, porque como productor de alimentos su actividad está estrechamente relacionada con la salud y la seguridad alimentaria. “Nuestra formación agronómica era como la de un médico clínico: saber un poco de todo y tener una visión integral del sistema. Antes de hacer algo, evaluamos todo y luego consultamos a especialistas para trabajar en equipo”.
De recorrida con la Regional Paraná.
El cuidado del suelo: herencia de un padre lector y visionario
Telmo es socio fundador de Aapresid y uno de los precursores en la adopción de la siembra directa en Argentina. Hijo y nieto de productores, pasó toda su vida en contacto con el campo. Su primer gran maestro fue su propio padre, a quien Telmo reconoce por sus decisiones de avanzada, a pesar de que solo hizo hasta 4to grado de primaria. “Mi padre era un lector voraz. En esa época el conocimiento llegaba a través de los libros, y él leía mucho de todo”, recuerda.
En aquellos años era habitual quemar los rastrojos de trigo después de la cosecha. Sin embargo, el padre de Telmo siempre se negó a hacerlo, argumentando -con buen criterio y por lo que había leído- que esos residuos debían regresar al suelo para nutrirlo y mantenerlo saludable. “Él sentía un amor profundo por el cuidado del suelo y de la tierra, algo que me transmitió desde muy chico”, resalta. “Nos juntamos para impulsar el cambio que necesitábamo. Aapresid nos dio el marco para intercambiar ideas y proyectar ese cambio a otro nivel."
Para dimensionar su enfoque adelantado, en el año 1973 su padre tomó una decisión audaz: vender el arado de reja . “Eso era como suicidarse como productor”, confiesa su hijo. El objetivo era dejar los residuos en la superficie lo máximo posible y permitir que el suelo captara la mayor cantidad de agua. En ese tiempo, participaba de las reuniones del CREA Gödeken, en convenio con la provincia de Santa Fe, y más tarde en el CREA Chovet.
Aunque la siembra directa aún estaba lejos, los Trossero ya mostraban signos de lo que vendría después. “En 1976 empezamos a hacer algunas pruebas de siembra directa, después de ver los ensayos del INTA Marcos Juárez. Antes habíamos hecho algo con alfalfa y sorgo granífero, pero la posibilidad de tener un cultivo seguro y rentable todavía era muy lejana”.
Años más tarde, Telmo conoció a Hugo Ghio (nuestro Socio Destacado en la edición anterior) y comenzó a tomar forma un grupo de productores que venía realizando distintas experiencias de SD en sus lotes. “Recién en 1987 le agarramos la mano a la directa y pudimos lograr un buen cultivo de maíz sin remover el suelo, aunque el alto costo de los herbicidas hacía poco rentable el sistema”.
Aapresid y la semilla de un cambio que venía germinando
Fue ese grupo de productores que ya venía experimentando e intercambiando aprendizajes el que decidió en 1989 conformar una asociación que los uniera y diera un mayor impulso al sistema de siembra directa.
Telmo hace un paréntesis para aclarar un dato: Aapresid se fundó en Venado Tuerto, y no en Arequito, como a veces se menciona. “Las primeras reuniones las hacíamos en Venado Tuerto y luego comenzaron a hacerse en Rosario”. En esa primera etapa, había dos comisiones: una administrativa, para las relaciones con otras instituciones, y otra técnica, en la que ingenieros y productores debatían cuestiones técnicas.
“Todo lo hacíamos con mucho entusiasmo porque estábamos frente a un cambio de paradigma. Nos tocaba hablar con productores que hacían siembra convencional y convencerlos de que podían plantar sobre un rastrojo; lo menos que te decían era que estabas loco”, recuerda.
Así nació Aapresid, marcando un antes y un después en el agro argentino. Telmo estuvo 26 años en la Comisión Directiva y hoy sigue en contacto como socio vitalicio y socio invitado de la Regional Paraná, además de participar en el Nodo Litoral. “Me mantiene informado, sigo aprendiendo y haciendo lo que me gusta. El objetivo siempre fue y sigue siendo observar, aprender y escuchar a otros”, sostiene y agrega: “Es una gran satisfacción haber contribuido en algo que era incipiente y que hoy beneficia a todo el país”.
Telmo frente a la casilla meteorológica que instaló con un socio en 1996, cuando empezó a incursionar en riego complementario (Foto tomada por Santiago Lorenzatti).
Un productor en extinción y defensor de los sistemas mixtos
Firme defensor de los sistemas mixtos, Telmo se considera un productor en extinción ya que es uno de los pocos que lleva adelante este tipo de producciones en la región centro de Argentina.“Toda mi experiencia y conocimiento fue con sistemas mixtos, cuyos beneficios hoy están corroborados por la ciencia. Lamentablemente, casi no se ven estos sistemas salvo en zonas agrícolas más frágiles, hacia el oeste o el norte, donde la ganadería tiene un rol importante”.
“Hoy, la materia orgánica y las propiedades del suelo que se preservan con pasturas son lo más cercano a las condiciones de un campo nativo o natural. La recomposición de los suelos deteriorados es mucho más fácil y completa con pasturas”, afirma este productor, que también resalta la importancia de los cultivos de servicios dentro de las rotaciones cortas.
Recibiendo un reconocimiento en el 25º aniversario de la institución en el XXII Congreso Aapresid.
Tres nombres, dos apellidos y una mudanza de Santa Fe a Entre Ríos
Telmo Juan Miguel Trossero Tonso. Ese es su nombre completo, aunque en el DNI solo aparece el apellido paterno. “Telmo es el nombre de mi papá, Juan el de mi abuelo materno y Miguel el de mi abuelo paterno”, explica.
Es padre de Cintia, profesora de Educación Física que vive en Gödeken; Judith, que es azafata y está en Palma de Mallorca (España); y Nadia, quien actualmente reside en Pensilvania (Estados Unidos), donde trabaja en educación en instituciones de nivel primario y secundario. También es abuelo de Thiago y Elián, hijos de Cintia.
En una visita al campo familiar de Telmo en Gödeken.
En la entrada de "Luisa", el campo familiar de Telmo en Gödeken.
Hace 11 años que vive en Libertador San Martín, Entre Ríos, junto a Lina, su mujer. Aunque todavía tiene el campo en Gödeken, últimamente no viaja con tanta frecuencia. “Hoy resuelvo muchas cosas por teléfono”, confiesa.
Fuera de su actividad como productor, le gustan mucho los deportes, especialmente el fútbol y el ciclismo. Defensor toda su vida en la línea de cuatro, además de seguir jugando todos los viernes, también colabora en el mantenimiento de tres canchas del Club Recreativo Libertador, recuperado en 2014. “Vivo tranquilo, tratando también de ser útil a la comunidad en el lugar que elegí para vivir”, concluye Telmo.
En una de las canchas que ayuda a mantener, con la campera y los colores del Club Recreativo Libertador.
“Vivo
tranquilo, tratando también de ser útil a la comunidad en el lugar que elegí para vivir”
El asado de los domingos: ganadería y tradiciones argentinas
Un símbolo nacional, una tradición y una de las producciones más emblemáticas del país. El asado argentino es conocido mundialmente por la calidad y el sabor de su carne, pero para los argentinos es además el clásico de los almuerzos de domingo. ¿Cómo surgió esta costumbre?
Las chispas del primer fuego
Cocinar carne animal al fuego es una de las prácticas más antiguas que inventó el ser humano. Surgió para saciar la necesidad de alimentarse con una dieta que incluyera más nutrientes y proteínas a partir de los recursos disponibles. Esta forma de alimentarse, que comenzó hace casi un millón de años, fue evolucionando y tomó diferentes formas.
Según investigaciones arqueológicas, la primera vez que un ser humano comió carne asada fue por accidente: una tormenta eléctrica provocó grandes incendios y arrasó con los animales de la zona, y en búsqueda de alimentos, los humanos probaron esa carne cocida. Con el tiempo y tras la domesticación del fuego, esta técnica se convirtió en la forma más tradicional de comer carne.
Por Sofía Colalongo Prospectiva - Aapresid
La combinación de carne y fuego no solo implicó un cambio de sabores, sino que fue un factor clave para el desarrollo de nuestra especie. Al cocinar la carne, se volvía más fácil de comer y digerir, lo que permitió aprovechar mejor su valor nutritivo. Este aporte calórico desempeñó un papel fundamental en la expansión y mejora de la capacidad del cerebro humano.
“La combinación de carne y fuego no solo implicó un cambio de sabores, sino que fue un factor clave para el desarrollo de nuestra especie”
En Argentina, la historia del asado comenzó con la introducción de la carne vacuna a estas tierras, traída por los españoles a mediados del siglo XVI, que encontraron en la llanura pampeana un ambiente natural con condiciones óptimas -clima templado y abundantes pasturas- para que el ganado se reproduzca. Dos siglos después, se estima que ya había más de 40 millones de cabezas, entre ellas, razas como Angus, Hereford y Shorthorn.
En este contexto, la carne se convirtió en el principal alimento para los argentinos, con mucha oferta y precios muy bajos.
El asado de campo
Como práctica social, el momento del “asado” nació en el campo. Los trabajadores rurales, en especial los gauchos, prendían el fuego directamente sobre el suelo, cocinaban la carne en estacas y comían alrededor del mismo. Así, este momento se convirtió en un “ritual” de buena comida, descanso y encuentro compartido.
En ese entonces, el único acompañamiento permitido y el más habitual era el zapallo, que se calentaba junto a la carne sobre el fuego.
Los gauchos tuvieron un rol central en esta tradición ya que conocían las mejores técnicas para cazar el ganado. Sin embargo, al principio no se extraía la carne sino el cuero, para ser exportado en grandes volúmenes a países europeos.
También fueron precursores en la técnica de cocción de la carne: la cocinaban poco tiempo para evitar la pérdida de los jugos. Luego, cada uno se acercaba con su cuchillo y comía sobre el mismo asador, sin cubiertos ni platos.
En un país que, tras su independencia, buscaba construir su propia identidad, la costumbre del asado se convirtió en una de las principales características de lo argentino.
Hacia mediados del siglo XX, empezaron a instalarse las parrillas en las casas de manera habitual y se establecieron las carnicerías en los barrios. De esta manera, el asado se consolidó como la comida típica de los almuerzos domingueros.
De Argentina al mundo
Las grandes olas inmigratorias del siglo XX trajeron consigo capitales extranjeros que impulsaron la construcción de frigoríficos, vías de ferrocarril y puertos, consolidando el mercado ganadero y su exportación a otros países (ver recuadro ‘Exportaciones anuales…’).
Fue entonces cuando la carne argentina comenzó a ganar reconocimiento internacional por su calidad, sabor y variedad de cortes que ofrecían, como el famoso bife, que encantó a los paladares extranjeros.
Fuente: BCR en base a datos del IPCVA
Las parrillas argentinas de hoy
Dos siglos después de la llegada de los primeros ganados al país, las razas de vacunos más consumidas por los argentinos siguen siendo Angus y Hereford, entre otras.
Si bien el consumo tuvo sus fluctuaciones, en los últimos años y por diversos motivos los argentinos eligieron otras carnes más allá de las vacunas. Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, “el consumo de carne vacuna en Argentina muestra una tendencia decreciente desde la
segunda mitad del siglo pasado, en la medida en que fue sustituida por otras fuentes de proteínas. Como resultado, en 2024, el consumo de carne bovina en el país podría ser el más bajo desde que se tienen registros” (BCR, julio 2024).
En cuanto al consumo total anual de carne (vacuna, aviar y porcina), Argentina ocupa el segundo lugar a nivel mundial, con un promedio per cápita de 116 kg al año (ver recuadro ‘Ranking de países…’ IERAL).
Ránking de países según el consumo per cápita total de las tres carnes (aviar, bovina y porcina) y su posición en el ránking de cada tipo de carne en particular.
País / Consumo per cápita
(Entre paréntesis se indica la posición del país en cada ránking)
Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea en base
Tres carnes Aviar Bovina Porcina
Cronología del asado argentino: hitos y tradiciones
Origen accidental de la carne asada
El ser humano comienza a cocinar carne al fuego luego del descubrimiento accidental de la carne asada durante un incendio provocado por una tormenta eléctrica
Expansión del ganado en la llanura pampeana
Dos siglos después de su llegada, se estima que había 40 millones de cabezas.
Hace casi un millón de años
Mediados del siglo XVI
Llegada de la carne vacuna a Argentina
Los españoles traen el ganado vacuno a estas tierras.
Siglos XVII-XVIII
El asado: símbolo nacional
Tras la independencia de Argentina, el asado se convierte en un símbolo de identidad nacional.
¿Cuánta carne comemos los argentinos?
El consumo de carne en Argentina sigue siendo uno de los más altos del mundo: 116 kg al año, aunque con una tendencia decreciente en carne vacuna.
El asado en el campo y su popularidad gracias a los gauchos
Los trabajadores rurales, en especial los gauchos, popularizaron el asado como ritual social, cocinando en estacas sobre el fuego.
Carne argentina para el mundo
Gracias a su calidad, sabor y variedad de cortes, la carne argentina gana reconocimiento internacional y se consolida en el mercado exportador.