Revista Aapresid Especial Congreso 2023

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EDITORIAL

04 Abrazando las oportunidades

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SUMARIO

del Carbono para una nueva sustentabilidad

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“Lo que pasa en Aapresid, NO queda en Aapresid”

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¿Podemos compensar las emisiones de GEI con el secuestro de C en Siembra Directa?

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El potencial del agro argentino en la mitigación del cambio climático

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Estrategias de carbono en el mundo

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CALENDARIO Programas y eventos del mes

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Reflexiones sobre la nueva regulación de la Unión Europea contra la deforestación

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Bioeconomía, tendencias globales

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Mundo agroalimentario, clima y sociedad: un desafío para pensar juntos

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Del campo a la mesa: estrategias sustentables en la cadena agroalimentaria


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¿Cómo serán las empresas y la producción del futuro?

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Agricultura regenerativa y Agroecología: ¿dos caras de la misma moneda?

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Suelo, ambiente y datos: avances liderados por la Universidad de Tennessee

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El futuro de la nutrición vegetal: abordaje para la salud del suelo, nutrición de cultivos y cambio climático

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Cultivando servicios

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Desafíos del maíz tardío en la región central argentina: ¿podemos mejorar su manejo

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Inteligencia artificial para el manejo de malezas

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Oportunidades y estrategias para la carne sudamericana


EDITORIAL Abrazando las oportunidades del Carbono para una nueva sustentabilidad Nadie sabe tanto como lo que sabemos todos juntos. Una vez más, volvimos a demostrar cuánto disfrutamos la experiencia de juntarnos para construir de manera colectiva. El 31° Congreso Aapresid “C, elemento de vida”, fue mi último Congreso como Director Adjunto de Aapresid Prospectiva. Este espacio donde ponemos faros largos para intentar predecir escenarios futuros. Cualquier expresión de gratitud que pueda manifestar resulta insuficiente para transmitir lo sumamente agradecido que estoy con esta institución, que me dio el honor de liderar esta dirección. Estos años representaron la etapa de mayor aprendizaje en mi vida, en todos los aspectos, pero sobre todo en lo referente a mi crecimiento técnico.

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Anticipar escenarios futuros para ser más sustentables es una actividad que inevitablemente demanda la colaboración de muchos. A mi humilde entender, no es tanto la investigación de escenarios futuros lo que nos enriquece, sino el diálogo, la conversación y la discusión en torno a los posibles escenarios que nos depara el futuro. Esto es lo que significaron para mí estos años en Prospectiva: múltiples intercambios con el equipo de Congreso, directivos, gerentes de programas de Aapresid, staff, socios, integrantes de ejes temáticos, especialistas internos y externos. También con instituciones, fundaciones, universidades y una lista infinita de gente siempre predispuesta a contribuir a nuestra visión prospectiva. En este Congreso C, quedó claro que el que manda es el suelo. Que son bienvenidos los créditos, bonos y otras externalidades pero lo importante es mantener un suelo siempre vivo, siempre verde y siempre diverso. Reafirmamos el inmenso valor que aportan a nuestros sistemas tanto los productos, el software, el hardware y todas las nuevas tecnologías que se introducen. También re-aprendimos que este valor se maximiza cuanto más combinables y más capaces son esas tecnologías de sinergizar con otras al integrarse en los procesos que rigen nuestros sistemas de producción sustentable. Asimismo, quedó claro que somos diversos y que estas combinaciones, esos “elixires” de producción sustentable varían según muchos “depende”. Tantos “depende” como profesionales de la agrobioindustria nos juntamos en el Congreso C.

En total, fuimos 7899 inscritos que nos juntamos para decirle sí a la bioeconomía. Nos reunimos para acordar que, mediante la comunicación, la educación y las políticas públicas adecuadas, no existen límites para una economía del carbono vivo. La riqueza de nuestra gran cuenca fotosintética representa una oportunidad para el desarrollo de toda Argentina. Quiero despedirme con una frase célebre de José Ingenieros, ya que considero que puede ayudarnos a entender el valor del momento que estamos viviendo: “En la utopía de ayer se incubó la realidad de hoy, así como en las utopías del mañana palpitarán nuevas realidades”. La utopía de ayer, creo, fue la utopía de la siembra directa. A través de ella construimos la vapuleada sustentabilidad de hoy, la realidad que nos toca y que nos duele. Sin embargo, esta sustentabilidad actual ha demostrado su robustez, al juntarnos a muchos, incluso en medio de nuestras diferencias. Esta sustentabilidad actual también ha demostrado ser resiliente y, sobre todo, evolucionable: siempre estamos dispuestos a avanzar hacia una realidad más sustentable. En la utopía del carbono, del mañana, palpitará una nueva sustentabilidad. Solo falta que sigamos siendo cada vez más los que abracemos con respeto, convicción y coraje las oportunidades del carbono, el elemento de vida. ¡MUCHAS GRACIAS!

Nicolás Bronzovich Director Adjunto saliente Prospectiva Aapresid


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#ACTUALIDAD

“Lo que pasa en Aapresid, NO queda en Aapresid”

A diferencia de Las Vegas, lo que pasa en el Congreso Aapresid, no queda en Aapresid. Una vez más, las reflexiones de la última edición del Congreso traspasaron las fronteras de Rosario, que volvió a ser la ciudad congregante del encuentro anual.

Jorgelina Traut Periodista y Locutora

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Es muy común que cada congreso Aapresid deje esta impresión, funcionando casi como su leitmotiv. Sucede que, lo que pasa en Aapresid, perdura en cada uno y en cada grupo que acude en manada, todos con la intención de no perderse detalle de lo que allí sucede.


Los ves. Jóvenes, muy jóvenes algunos, otros no tanto, pero están juntos y deciden ir juntos para luego regresar a sus casas, a los campos, a las chacras, a las pymes agropecuarias, llevando consigo todo lo que vieron, lo que se enteraron y lo que encendió luces en sus mentes. Lo que pasa en Aapresid, se va con cada uno y con todos. Y ni hablar del QUO VADIS. Déjenme compartirles cómo lo viví un año más en carne propia de punta a punta. Agradecida ya de manera reiterada pero nunca redundante, por la oportunidad que la entidad me brinda de ser parte y de aprender junto al

resto. Juntos indagamos cada historia, cada trayectoria y cada pensamiento. El primer panel fue sobre el mundo agroalimentario y una cantidad de información sobre los Países Bajos, sobre Brasil, así como la cercana historia de una empresa argentina que sigue creciendo y apostando al desarrollo. Kai Purnhagen, de la Universidad de Bayreuth, Alemania; Simkje Kruiderink, del Ministerio de Agricultura de Países Bajos; Andrea Parrilla, Agregada Agrícola de la Embajada de Brasil en Argentina; e Ignacio Lartirigoyen, de Lartirigoyen y Cía, fueron los protagonistas de un de-


bate sobre las demandas del mundo y, específicamente, desde Europa. Se analizó el caso de los Países Bajos, como ejemplo en el manejo de agua y el enfoque a largo plazo, un escenario analitico que se repite al observar a Brasil y sus últimos 20 años de política común para el sector agrobioindustrial, independientemente de los cambios gubernamentales. También se resaltó el caso de Lartirigoyen, ejemplificando toda la capacidad del capital humano en Argentina. Este panel marcó el inicio de lo que sería un conjunto de sensaciones positivas que los asistentes llevarían consigo a “Las Vegas”.

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Este panel marcó el inicio de lo que sería un conjunto de sensaciones positivas que los asistentes llevarían consigo a “Las Vegas”.


Luego llegaría una pregunta que puede parecer un tanto añeja (sin intención de ofender a nadie) pero que sigue vigente: “¿el campo? ¿la industria? ¿o la agroindustria?”. En este momento, nos deleitamos escuchando a experimentados profesionales que, con argumentos más que sólidos, nos sumergieron en reflexiones profundas que queremos hacer carne. Diana Mondino nos instó a dejar de lado la dicotomía, pensando que siempre ha sido, es y será “el campo y la industria”. Por otro lado, las propuestas de Teddy Karagozian, entre otras, apuntaron a que se tome más gente desde el empleo privado.


Sin lugar a dudas, estas perspectivas vinieron a unir más que fragmentar. Con diferencias en los cómo pero sin tantas oposiciones, fue más un escenario de coincidencias en la dirección que el país podría tomar. Hubo un tercer gran momento y fue el último del QUO VADIS, justo antes del cierre del Congreso y de la foto final que tanto me emociona. Llegaría el turno de abordar la pregunta: “‘¿Un país con lugar para todos?”. En ese instante, la garganta se me hizo un nudo, una mezcla de emociones entre el dolor y la oportunidad. La emoción de ‘te quiero abrazar por lo que elegiste pasar para ayudar a otro” versus “te quiero abrazar porque me llenas de esperanza de que otra Argentina es posible, ¡con lugar para todos!”

“Te quiero abrazar porque me llenas de esperanza de que otra Argentina es posible, ¡con lugar para todos!”

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Florencia Galimberti, de la Red de Innovación Local (RIL); Lucas Amadeo, fundador de Jornaderos Agro; Catalina Hornos, de Haciendo Caminos y Evelyn Coronel, de Aapresid Joven, fueron los valientes protagonistas de este panel. Sus historias emocionaron al público y lograron sembrar esa semilla de esperanza siempre intacta, siempre preparada para tomar contacto con la tierra y hacer fotosíntesis. Ellos se encargaron de ponernos, una vez más, la piel de pollo. El ímpetu de Lucas, que demostró cómo simplemente abrirse a observar las necesidades de los demás puede llevarnos a entender cómo podemos enriquecer sus vidas y vincularlos,

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como ellos hacen desde su lugar, con los jóvenes recién salidos de la carrera de Agronomía, con mucha ambición pero a menudo sin mucha sapiencia de cuál es el mundo que los espera más allá de los libros. La presencia con ganas de Florencia, quien desde RIL, acompaña en un trabajo diario con cada municipio y con cada grupo humano que quiere cambiar los destinos de la ciudad donde vive, y cuyo voto popular los ha puesto o los pondrá en breve a trabajar. La frescura y la voluntad de Evelyn, para ser parte y seguir creciendo en el semillero que es Aaparesid Joven, con el trabajo diario y el compromiso ineludible que cada miembro aporta, y que ella pudo transmitir a la audien-

Con mucha ambición pero a menudo sin mucha sapiencia de cuál es el mundo que los espera más allá de los libros.


cia. Y Catalina, un ejemplo de puro amor, pura entrega y pura lucha por las madres adolescentes, sus hijos prematuros, la falta de información, el analfabetismo real y tangible, y la carencia indiscriminada e infinita. A pesar de las situaciones más adversas, sigue comprometida y con ganas de seguir acompañando, sin preguntarse hasta dónde, sino más bien preguntándose qué más puede hacer. Es difícil no sentirse tocado por cualquiera de las situaciones descritas. Es muy difícil no entender cuando digo que la garganta se anuda y el corazón se expande, porque descubre más espacio para ayudar a los demás. Hoy quiero cerrar con la premisa que tanto pregono: “Hacernos cargo”. Hace poco editorialicé en Campo Minado, por Radio Perfil sobre esta premisa, sin embargo, hoy cobra más sentido que nunca. Más allá de conocer, reconocer y empatizar con las dificultades de otros, el desafío es plantear soluciones que puedan, al menos, sacarlos de un mediano conflicto. Imaginemos si todos los que, a través de nuestro trabajo diario, apadrinamos o brindamos aunque sea una parte pequeña del tiempo y los recursos que tenemos para ayudar a otro, ¿qué pasaría? ¿Cuántas personas seríamos? ¿Cuántas personas tendría la posibilidad de estudiar, desarrollarse, crecer y formar una familia? Como dice la canción, “¿Cómo sería?”.

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Creo que sería fantástico, tanto que podría sonar utópico. Pero déjenme decirles que los sueños pueden convertirse en realidad. Este grupo de jóvenes ya hizo lo propio, firmando un convenio de cooperación para llevar a cabo acciones conjuntas. Soñemos juntos que podemos lograrlo. Convirtamos a Argentina en un lugar para todos. Que no quede solo en un panel de QUO VADIS, sino que se trate de una consigna con presente y con futuro, para que… “lo que pase en Aapresid, NO quede en Aapresid”. Tal como ha sido hasta ahora, que siga su camino en comunidad y se materialice en realidades del presente y del futuro.


¿Podemos compensar las emisiones GEI con el secuestro de C en Siembra directa? En el primer día del congreso “C, Elementos de vida” Miguel Angel Taboada (Carbon Group Agro-Cimatic Solution SRL - FAUBA) nos brindó su visión sobre el manejo del Carbono en los sistemas productivos más característicos de la región, cuáles son las principales emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y que prácticas abordar para aumentar la captura de carbono en nuestro suelos.

Sin dudas el cambio climático es un tema de agenda en todo el mundo, por ello durante la exposición M. Taboada comenzó preguntando ¿podemos llegar a alcanzar un nivel de carbono en la neutralidad? ¿La compensación de carbono puede neutralizar las emisiones de gases de efecto invernadero? El principal gas emitido por los agroecosistemas es el óxido nitroso y es uno de los tres GEI que se emiten en el mundo. El óxido nitroso se origina a partir de todo el nitrógeno que ingresa anualmente al sistema a partir de los residuos de los cultivos que van quedando en el suelo, también a través de las fertilizacio-

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nes nitrogenadas y si estamos ante un sistema de producción ganadero debemos contabilizar como otra fuente de ingreso las eyecciones de los animales. La particularidad que tiene el óxido nitroso con respecto al dióxido de carbono y el metano, es que la única fuente de emisión es la agricultura. El dióxido de carbono es uno de los protagonistas estelares en los GEI, que no solo es emitido por la mineralización de la materia orgánica en los agroecosistemas sino que también por la quema de combustibles fósiles. El dióxido de carbono a diferencia del óxido nitroso es el único gas que puede ser capturado y absorbido mediante el proceso de fotosíntesis y así puede formar parte de la materia orgánica de los suelos, es en este sentido que Taboada in-


dicó “(...)Gran parte de la difusión del carbono en los suelos es el mecanismos que tenemos para manejar el almacenaje de carbono en la tierra y además sumó que gran parte del manejo de este carbono, ya sea en los suelos de

uso agropecuario, en los suelos de los distintos ecosistemas forestales o pasturas, es unos de las temas actuales soluciones basadas en la naturaleza para poder compensar las emisiones de GEI (…)”

¿Qué está pasando en nuestros sistemas productivos con el stock de carbono? El desafío que enfrentamos actualmente es mantener los stocks de carbono en nuestros suelos, y no es tarea fácil. La regional de Aapresid de Bahía Blanca ha llevado adelante en los últimos años ensayos comparativos que reflejan la complejidad de esta situación.

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Primeramente se observó que en aquellos sistemas de manejo agrícolas con producción de cultivos los sistemas pierden carbono comparado con un sistema de pastizal natural. En los campos que se realizaban prácticas de labranza la caída del stock de carbono era superior que en los campos que se realiza siembra directa (labranza cero). Por algunas circunstancias estas prácticas de laboreo se están retomando, y hay que prestar atención porque el stock de carbono puede comenzar a decaer, además de las consecuencias que ya conocemos como ser pérdida de estructura en el suelo.


En el balance de carbono se observó que en sistemas laboreados se han emitido un total de 2200 kg de Co2 Eq./Ha. mientras que en sistemas que realizaban siembra directa emitían 1740 kg de Co2 Eq./Ha, lo que nos permite concluir que debemos continuar con la siembra directa para reducir hasta un 18% menos de emisiones totales y conservar mejor la materia orgánica del suelo.


El efecto de nuestras practicas en la emisión de GEI y en la captura de C En nuestros agroecosistemas el 25% de las emisiones de gases de GEI se deben a los residuos agrícolas; por otro lado el 40% de las emisiones es por las fertilizaciones nitrogenadas (urea , uso de UAN) aunque en nuestro país es menos del 10% del total de las emisiones ya que en algunas ocasiones se repone menos nutrientes de lo que se extrae; un 27% carbono que emiten los suelos a causa de la mineralización y por la quema de combustibles en las operaciones de siembra, fertilización y cosecha. Estudios realizados en la zona de Pergamino y Rojas en cuanto a la intensificación de las rotaciones en nuestros sistemas agrícolas partiendo de dos series de suelos distintos y realizando las mismas rotaciones demostraron que para poder incrementar el stock de de carbono en nuestros suelos vamos a depender del stock inicial que tengamos, es por ello que se puede afirmar que es muy difícil aumentar la materia orgánica de los suelos cuanto más alto es el punto de inicio en cuanto al stock inicial. La capacidad de los suelos de secuestrar carbono difiere fuertemente y uno de los factores que lo regula es cuál es el punto de partida.

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Si hacemos comparaciones de diferentes rotaciones encontramos que por ejemplo una rotación típica de la zona Trigo-Soja-Maíz-Soja comparada con otras emite menos pero tiene baja capacidad de secuestro; la rotación Trigo-Soja- Arveja- Maíz donde hay una fuerte presencia de leguminosas, tiene una capacidad de secuestro del carbono superior. En rotaciones donde hay predominancia de gramíneas como Trigo- Maíz Tardío- Trigo- Maíz tardío, se emiten grandes cantidades de óxido nitroso por los niveles de fertilización que demandan y en los Cultivos de servicio tenemos emisiones a pena por encima de los niveles de secuestro, al igual que las pasturas. En el secuestro de carbono se considera no solo el carbono de los suelos, sino cuánto se ha emitido para producirlo y eso es lo que llamamos emisiones netas, la base para calcular la huella de carbono.


En el final del panel comprendimos que si seguimos haciendo la agricultura como la venimos haciendo es muy poco posible que lleguemos a compensar el total de las emisiones. Pero es fundamental recalcar que al ser el único sistema agroecoloógico del planeta que tienela capacidad de capturar carbono, debemos combinar las herramientas que están a nuestro alcance y que se han demostrado que tienen resultados positivos (como ser la utilización de cultivos de cobertura en las rotaciones, continuar con la siembra directa con cultivos que generen gran aportes de residuos, la adecuada nutrición vegetal siembra directa) para poder compensar todas estas emisiones de GEI y generar sistemas lo mas cercano posible a la neutralidad


El potencial del agro argentino en la mitigación del cambio climático Aapresid y Syngenta mostraron resultados de un estudio que revela las oportunidades de secuestro de carbono y mitigación del cambio climático que tienen los suelos agrícolas argentinos.

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Rosario, 10 de agosto de 2023 - En su 31° Congreso, Aapresid y Syngenta presentaron los primeros resultados del mapa de brechas que muestra el potencial de captura de carbono de los suelos agrícolas y cómo la adopción masiva de prácticas como siembra directa, rotaciones y cultivos de servicios ayudarían a acercarse a ese potencial. Estos primeros datos se obtuvieron a partir del acuerdo de trabajo en conjunto entre Aapresid y Syngenta. Los mismos consisten en mapas de las brechas entre los niveles actuales de carbono orgánico que secuestran los suelos agrícolas y los niveles alcanzables y potenciales para cada región.


El COS alcanzable es aquel al que se puede aspirar si se implementan prácticas tendientes al secuestro de carbono, mientras que el COS potencial es invariable y representa el nivel máximo de COS que puede almacenar el suelo y depende de factores como tipo de suelo, textura, profundidad. Ambos mapas se obtuvieron a través de modelos de simulación con proyecciones a 20 y a 50 años. Entre los resultados más relevantes, los mapas revelan que, para el promedio de las tierras agrícolas del país, los suelos se encuentran a sólo el 46% de su capacidad de secuestro de carbono orgánico del suelo (COS).

“La adopción masiva de prácticas como siembra directa continua, rotaciones con gramíneas, cultivos de servicios y manejo balanceado de nutrientes ayudarían a cerrar la brecha entre lo actual y lo alcanzable. Esto representaría un incremento de 15-20% de los niveles de COS actuales, y permitirá mitigar más de la mitad de las emisiones ligadas a la agricultura”, dijo Marcos Bradley, director general de Protección de Cultivos de Syngenta para Latinoamérica Sur. “Este proyecto que lideramos con Syngenta es muy importante, ya que nos permitirá saber dónde estamos parados en niveles de COS y a qué valores podemos aspirar en cada

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región. Pero, por otro lado, es clave para saber cómo ajustar estrategias para maximizar el secuestro en cada ambiente (nivel de intensificación, diversificación, nutrición, etc.)”, explicó Marcelo Torres, presidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid). “En ese camino, el aporte de los productores de Aapresid que vienen implementando prácticas tendientes al secuestro es fundamental ya que nos muestran el norte, ese ‘alcanzable’ al que podemos aspirar. Por último, el proyecto ayudará a generar herramientas para dar garantías de nuestro rol en la mitigación del cambio climático y posicionarnos a nivel global”, agregó.


"Los productos generados dentro del proyecto brechas de carbono son productos “vivos”, que serán actualizados (anual a bianualmente) y mejorados a medida que más productores se sumen a la iniciativa, y podamos desarrollar información cada vez más precisa y específica. En el corto plazo estos resultados serán incorporados en una plataforma on line, para permitir a los interesados ingresar, visualizar cada uno de los productos generados y comparar sus datos con los valores actuales, alcanzables y potenciales", aportó a su vez Marcos Bradley.

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Figura. Brechas de carbono ( t C/ha a 0-30 cm): (A) entre niveles actuales y alcanzables (B) entre niveles alcanzables y potenciales, (C) entre niveles actuales y potenciales.


Estrategias de carbono en el mundo El XXXI Congreso de Aapresid hizo honor a su lema “C, elemento de vida” con la presentación de numerosos proyectos de carbono que se llevan a cabo alrededor del mundo.

La producción de alimentos es responsable de una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), sin embargo, la producción agrícola, ganadera y forestal también pueden ser suministradoras de carbono (C) haciendo uso de la fotosíntesis para carbonizar los suelos descarbonizando el aire. Desde Aapresid la promoción para la implementación de siembra directa (SD) es uno de los pilares de esta nueva agricultura responsable.

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Frente: Beltrán Galo Benedit (Bayer)


En la última jornada del Congreso de Aapresid 2023, destacados investigadores en la huella de carbono exponen la realidad productiva, política y social de diferentes geografías donde desarrollan proyectos para la reducción de emisiones GEI y la captura de carbono en el suelo, e insisten en la necesidad de políticas de estado que hagan de estos proyectos verdaderas estrategias de cambio que trasciendan los gobiernos e involucren a todos los actores de la sociedad.

Bayer: desarrollando proyectos para el mundo Bayer desarrolla dos tipos de proyectos que persiguen implementar protocolos de medición de impacto ambiental. Por un lado, los proyectos de créditos de carbono enfocados en la implementación de prácticas de manejo sustentable para capturar carbono en el suelo, a través de la descarbonización donde las plantas toman el CO2 de la atmósfera y lo fijan en el suelo. Y por otro lado, los proyectos de intervención en la cadena de valor (ICV) o de servicios de sustentabilidad que buscan eficientizar los procesos y reducir las emisiones generadas en toda la cadena productiva. En 13 países del mundo ya suman un total de 4.000 productores y 360.000 hectáreas aplicando prácticas de agricultura de conservación o intensificación sustentable. Los proyectos son abordados en función de la realidad productiva de cada región con el objetivo de encontrar los principales factores de emisión y generar prácticas o metodologías para intentar reducir las emisiones.

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Es así que en Estados Unidos debido a la baja adopción de SD trabajan con los productores en la promoción de SD, la rotación de cultivos e incorporación de cultivos de servicios (CS) a través de un sistema de subsidios. También desarrollan un ICV para eficientizar las aplicaciones de fertilizantes nitrogenados en gramíneas. En Asia hay 2 proyectos con productores de arroz enfocados en reducir los ciclos del arroz y conservar el agua. Uno de ellos es la SD de arroz y la tecnificación de pequeños productores evitando la siembra en amelgas y posterior trasplante manual. Y el otro es la metodología de riego intermitente para reducir el uso de agua y el período de anegamiento que genera el gas metano como emisión. En contraposición, la demanda europea viene dada por la presión social y es la industria quien está tomando iniciativas de carbono. El objetivo de trabajar conjuntamente con productores de tomate, papa, trigo, cebada, es mapear sus


sistemas logrando un inventario de emisiones y buscar prácticas específicas para reducirlas. Lo mismo ocurre con latinoamérica donde se trabaja con industrias y traders para registrar las emisiones en la cadena, encontrar las mejores prácticas para mitigarlas y lograr una producción mapeada, certificada y acceder a un mercado diferenciado. “Estamos convencidos de que para tangibilizar un mercado de carbono para los productores es fundamental trabajar en el ecosistema, es decir, trabajar desde los productores, en conjunto con asociaciones, investigadores y la industria” expresa Galo Benedit responsable de Sustentabilidad de Bayer.


¿Qué está haciendo Alemania por la agricultura del carbono? Ludwig Wreesmann es uno de los líderes de la Sociedad Alemana para la Agricultura de Conservación que, al igual que Aapresid, desarrolla un papel fundamental en la promoción y avance de prácticas para la agricultura de conservación en la región fomentando un sector agrícola más sostenible y resiliente. La organización sin fines de lucro cuenta con 1.200 miembros, la mayoría productores, asesores, investigadores y partners de la industria. La realidad productiva es muy variada, desde productores de 5 hectáreas a big farmers de 5.000, la mayoría bajo SD pero muchos aún con labranza convencional, y uso de semillas que van desde las tradicionales a orgánicas, y a esto se le suman diversas condiciones edafoclimáticas. “Lo importante es que, en términos generales, hay una muy baja adopción de agricultura de conservación y hay mucho por hacer”, menciona Ludwig. En Alemania hay 3 grandes proyectos en expansión. Uno llamado “plantas de compañía” - para nosotros cultivos de servicios -, que tiene como prueba la siembra de colza intercalada con arvejas u otros frijoles. Lo bueno de usar estos cultivos es que en invierno estas espe-

cies de compañía se hielan y dejan abundante cobertura que además de proteger al suelo dejan el nitrógeno para ser aprovechado por el cultivo de colza. El otro es de “coberturas permanentes” con la idea subyacente ‘suelo siempre verde y siempre vivo’. Y por último, el de aumentar el carbono en el suelo el cual se hace difícil ejecutar al enfrentar políticas tendientes a generalizar contratos en pos del secuestro de carbono con una coyuntura de arrendamientos, riesgos meteorológicos y prácticas agrícolas muy cambiantes año a año.

El suelo bajo la lupaagricultura del carbono? El microbiólogo Frank Loeffler (Universidad de Tennessee) plantea desafíos aún más impensados para la producción de carbono orgánico del suelo. Antes la agricultura era el arte a través de

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la experiencia, y ahora pasamos a una agricultura digital de ciencia de datos y mucha información que nos ayudan a tomar decisiones.


“Tenemos que tener sensores en el suelo para medir su microbiología y entender los procesos que se están dando para poder controlar el C orgánico y el N del suelo a fin de que todo sea positivo para los cultivos”, dice el investigador.

Izquierda a derecha: Manuel Pereyra Iraola (Moderador Aapresid), Frank Loeffler (Universidad de Tennessee), Ludwig Wreesmann (Sociedad Alemana para la agricultura de conservación)

El suelo es uno de los hábitats más diversos para los microbios y por ello están trabajando en encontrar biomarcadores que indiquen “la microbiología está haciendo algo que sugiere que el C orgánico del suelo está aumentando o que nos diga aquí hay muchas emisiones de gases”. Este tipo de información a favor de entender los procesos microbianos y de cómo actuamos y trabajamos en agricultura nos ayuda a mejorar la salud del suelo y luchar contra el cambio climático.


Reflexiones sobre la nueva regulación de la Unión Europea contra la deforestación El XXXI Congreso Aapresid fue escenario del 25° Diálogo Internacional de productores de oleaginosas (IOPD), donde tuvo lugar un panel que analizó los desafíos y consecuencias de la nueva regulación de la UE contra la deforestación.

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Durante la primera jornada del Congreso Aapresid “C, elemento de vida”, tuvo lugar el 25° Diálogo Internacional de productores de oleaginosas (IOPD). En este side event, que contó con el apoyo local de Aapresid, Acsoja con ASAGIR y representantes de cámaras y productores de otros países del mundo, se debatieron aspectos relacionados con tendencias de mercados y tecnologías asociadas a las oleaginosas. En ese marco y bajo la moderación de la presidente honoraria de Aapresid, María Beatríz “Pilu” Giraudo, tuvo lugar el panel “Perspectivas sobre la reglamentación de libre deforestación de la Unión Europea”, en el que se compartieron reflexiones acerca de la nueva regulación de la UE contra la deforestación (EU Deforestation-free Regulation -EUDR-).

“Y el 90% de la deforestación y la degradación forestal son provocadas por la expansión de tierras agrícolas”


Para conocer de primera mano los detalles de esta regulación, Viktoria Lovenberg, jefa de la sección Económica y Comercial de la Delegación de la Unión Europea en Argentina (EU Delegation), explicó los puntos más importantes y los motivos que dieron impulso a la misma. El objetivo general de esta regulación de la UE, explicó la especialista, es minimizar la contribución a la deforestación y degradación forestal a nivel mundial. En tal sentido, la medida busca minimizar el riesgo de que los productos de las cadenas de suministro asociados con la deforestación se coloquen en el mercado de la UE o se exporten desde él. Además, se pretende incrementar la demanda y el comercio de la UE de materias primas y productos legalmente certificados y "libres de deforestación". Según los datos que compartió la especialista, entre 1990 y 2020, se perdieron 420 millones de hectáreas de bosque en todo el mundo, lo que representa una superficie superior a la de toda la Unión Europea. “Y el 90% de la deforestación y la degradación forestal son provocadas por la expansión de tierras agrícolas”, señaló Lovenberg. En este sentido, la piedra angular de la legislación son las normas de diligencia debida para todos los operadores que ingresen productos relevantes al mercado de la UE o que exporten desde la UE, los cuales deberán estar libres de deforestación.

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Y por casa, ¿cómo andamos? En cuanto a los desafíos que esta regulación implica para los productores de países en desarrollo, como Argentina, Sabine Papendieck, socia gerente de la consultora en mercados internacionales ESTRATECO, brindó su perspectiva. Pese a que América del Sur registró una pérdida neta de bosques de 2,6 millones de hectáreas en el período 2010-2020, la tasa de pérdida neta disminuyó considerablemente en comparación con 2000-2010. Al respecto, remarcó que se trata de un dato importante porque muestra una proyección que tiende a valores positivos. “Si bien todavía tenemos tarea por hacer con respecto a lo que es deforestación, en América del Sur estamos en franco retroceso. Esa es la visión que tenemos que plantearnos y obviamente ver cuál es la actividad respecto a tareas de reforestación que están haciendo los países desarrollados,

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en donde vemos un compromiso pero que tiende a una disminución respecto a decenios anteriores”, dijo. Según la visión de Papendieck, en países en desarrollo, es importante pensar cómo podemos encontrar un retorno económico a esos servicios ecosistémicos que la forestación plantea para hacer viable el desarrollo de estas regiones. “Se necesita ser verdes pero también sustentables en las medidas que se implementen”, señaló. Al respecto, subrayó la importancia de balancear la conservación con el desarrollo, incentivando a los productores a adoptar prácticas sostenibles. “Hay que pensar desde el punto de vista del equilibrio, teniendo en cuenta todas las categorías de impacto, los distintos niveles de desarrollo y el financiamiento para que esto sea efectivo”, dijo.


Regulaciones locales y regionales que buscan ser oídas La necesidad de considerar las regulaciones nacionales y regionales se posicionó como un punto crítico durante el panel, sumando a la fuerte defensa de los sistemas productivos que conservan y regeneran la región.. “Si bien la reglamentación dice que van a respetar la regulación doméstica en el due-diligence no está claramente definido”, señaló Sonia Tomassone, asesora en comercio exterior de la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (CAPECO). “Mi autoridad nacional competente tiene el poder legal en mi país y ya existen sistemas en mi país, por lo que es importante que la reglamen-

tación de la UE lo reconozca. Podemos adaptarlo y hacer sistemas equivalentes pero siempre que se respete la autoridad nacional competente y las regulaciones locales. Cualquier asociación tiene que basarse en el mutual trust y confiar en las autoridades de cada país”, sostuvo la disertante en referencia a Paraguay. Tomassone también calificó como “grave” la responsabilidad que la legislación le confiere a los operadores. “Si el operador tiene alguna duda o tiene motivos para creer que existe un riesgo de carga de incumplimiento, puede decidir abstenerse de comprar en determinados mercados. Esto llevará a que los propios im-


portadores se queden sin proveedores, porque la realidad es que somos pocos, con la consiguiente complicación en la disponibilidad de las mercancías y alimentos”, señaló.

Viktoria Lovenberg, jefa de la sección Económica y Comercial de la Delegación de la Unión Europea en Argentina (EU Delegation).

En la misma línea, Gustavo Idigoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), advirtió sobre el impacto económico y social que la regulación podría tener en los países exportadores: “Argentina es un gran exportador de productos derivados de la soja al mundo. Europa representa solo el 20% de nuestro target de mercado. Sin embargo, cuando la UE pide un requisito nuevo, no solo tenemos que ver el 20% sino el 100% de nuestras ventas”. La reglamentación, según planteó, no considera las situaciones preexistentes de los países. “Es importante que haya reconocimientos de los sistemas de cada país, y no que tengamos que hacer algo nuevo, en 18 meses”, expresó.

Sabine Papendieck, socia gerente de la consultora en mercados internacionales ESTRATECO.

Gustavo Idigoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA).

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En esta línea, lamentó que no exista una norma europea que reconozca a la agricultura regenerativa. “En el Mercosur somos líderes mundiales en agricultura regenerativa que tiene enormes beneficios en captura de carbono, en reducción de erosión y uso de fertilizantes. Por


eso considero clave transformar la visión regulatoria del castigo en una visión regulatoria del beneficio”, dijo. El intercambio mostrò el histórico compromiso de la regiòn con las prácticas sustentables y la preocupación y ocupación -a través de diferentes iniciativas en curso- de acompañar a la “No deforestación” con el impulso de sistemas de producción que armonicen cuidado ambiental, economía y desarrollo de la población.

“El commodity se produce en cantidad y es barato. Si tenemos que segregar, habría menos producción y el costo sería 10 veces más alto, lo que derivaría en una crisis de seguridad alimentaria en el mundo”


Bioeconomía: tendencias globales “Luego del desarrollo de la bioenergía y la aplicación de biotecnologías, las estrategias de carbono eficientes son el futuro”, comentó Eduardo Trigo de IICA en la segunda jornada del Congreso AAPRESID C, elemento de vida.

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Durante el día Jueves 10 de Agosto, en la segunda jornada del Congreso Aapresid “C: elemento de vida”, los especialistas Jochen Dürr (Universidad de Bonn) y Eduardo Trigo (IICA), junto al moderador Marcelo Regunaga (GPS) comentaron las tendencias en torno a la bioeconomía. En primer lugar, Regunaga, comentó que el avance de la Bioeconomía en los últimos 5 años a nivel mundial fué impulsado por los de-

safíos del cambio climático y la necesidad de transicionar de una economía fósil a una basada en lo biológico. Reformulando estrategias y políticas tanto desde instituciones, como desde los sectores privados se lograron importantes avances. Es así que a partir de afrontar estos nuevos desafíos, surge también una nueva oportunidad de crecimiento.


Tendencias Globales y nuevos desafíos La Bioeconomía, según la Global Bioeconomy Summit, “es la producción utilización y conservación de recursos biológicos, incluyendo los conocimientos, la ciencia, la tecnología y la innovación relacionados, para proporcionar información, productos, procesos y servicios en todos los sectores económicos, con el propósito de avanzar hacia una economía sostenible”. Por su parte, Jochen Dürr señaló que el desarrollo de la Bioeconomía se basa en cinco pilares que son: la seguridad alimentaria, el manejo más sostenible de los recursos naturales, la menor dependencia de los recursos fósiles, adaptación y mitigación del cambio climático y el desarrollo económico, medido en más puestos de trabajo, desarrollo territorial y mejor competitividad. Para llevar adelante estos objetivos, se requiere innovación no sólo desde la tecnología, sino también desde el ámbito institucional y social.

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Las tendencias en Investigación y desarrollo viene por el lado de los avances biotecnológicos a través de la creación de start-ups. Los procesos a desarrollar son aquellos de fuertes bases biológicas, por ejemplo reacciones enzimáticas, que parten de nuevas materias primas como por ejemplo desechos o subproductos. De esta manera se apuntan a obtener nuevos productos, en el contexto de una bioeconomía más circular. En este sentido, remarcó que sigue siendo importante el impulso de las cadenas de valor, que se vuelven cada vez más complejas haciendo la economía más circular. De esta manera la biomasa de “desecho” puede ser considerada insumo de otras industrias, como de la alimentación, industria de biopolímeros, biofertilizantes, energía, etc.


Además, uno de los mayores desafíos en el futuro próximo es la descarbonización de la energía y transporte. Con este fin, la producción de biomasa no será suficiente para sustituir la energía fósil, y deberá ser acompañada por una mayor captación de CO2. Como contraparte, la producción de materiales y químicos demandará mayores cantidades de C, pero deberá provenir de la biomasa, la captación de C y, sobre todo, el reciclaje. A pesar del crecimiento y las oportunidades, hay desafíos a superar. Dürr, comentó que todavía hay que resolver conflictos en las bases de los objetivos, como la disputa entre recursos para alimentación y energía. Otro punto que retrasa su despegue es el aún lento crecimiento del mercado de C y, en muchos casos, falta de financiamientos.


América Latina: biodiversidad y mercados

Por su parte Eduardo Trigo, Asesor de la Dirección del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, dijo que la bioeconomía puede resumirse en dos elementos fundamentales: recursos biológicos y conocimientos. En lo que hace a recursos, América Latina cuenta con gran biodiversidad, potencial agrícola, y casi un tercio del agua dulce del mundo. La región desempeña un papel crucial como sumidero de carbono global y su futuro está intrínsecamente vinculado a la gestión de carbono en el planeta. El salto hacia la bioeconomía puede impulsar esta gestión de manera efectiva al aprovechar brechas de productividad en la agricultura y la biomasa vegetal. Por el lado de la ciencia, las inversiones en investigación y desarrollo son mucho menores que en otras regiones del mundo, aunque existen grandes plataformas para acceder a los conocimientos. Sin embargo, para ponerlos en el mercado, se requieren actitudes empresariales innovadoras.

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La bioeconomía en América Latina ya está en marcha en diversos sectores. La Región es líder en bioenergía con un gran variedad de cultivos, tanto en bioetanol como biodiesel y esto sirvió como plataformas de nuevos desarrollos, pero la generación de los marcos regulatorios todavía es una deuda pendiente. Donde el impacto fue mayor es en la biotecnología. Su uso permitió importantes desarrollos a nivel local y las regulaciones en esta área son de punta. El próximo salto es hacia el C, que será un commodity para el nuevo mercado. El gran desafío es cambiar para ser “Carbono eficientes” y agregar valor a ese paso. Por último, comentó que queda discutir la nueva institucionalidad que hace falta para aprovechar el futuro. En términos de gobernanza, aún falta adquirir la visión de desarrollo y llevarlo a un discurso político consistente. Actualmente la región tiene una visión de desarrollo desactualizada con una territorialidad desequilibrada.


La transición hacia la bioeconomía no será fácil y requerirá la construcción de consensos y regulaciones adecuadas. Para impulsar esta evolución y alcanzar los objetivos de desarrollo sustentable resultará fundamental la colaboración entre países, el fortalecimiento de la investigación y el compromiso político.


Mundo agroalimentario, clima y sociedad: un desafío para pensar juntos En el último día del Congreso AAPRESID “C: elemento de vida”, especialistas de distintas partes del mundo contaron sus experiencias y comentaron cómo entender el sistema agroalimentario global actual a través del diálogo.

Manuel Chiappe (Barbechando) como moderador y los especialistas Kai Purnhagen (University of Bayreuth), Simkje Kruiderink (Ministerio de Agricultura de Países Bajos), Andrea Parrilla (Embajada de Brasil) e Ignacio Lartirigoyen (Lartirigoyen y CIA) expusieron sobre cómo reconocer las nuevas oportunidades de desarrollo sustentable en el sistema agroalimentario.

Una agenda en común En primer lugar, Kruiderink habló sobre cómo después de los disturbios agrarios en los Países Bajos y el surgimiento de un nuevo partido político dedicado a representar a los productores y habitantes rurales, se abrieron nuevos canales de diálogo con el sector público, privado y la sociedad en general.

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Históricamente, la convivencia con contra la naturaleza marcó la relación entre los Países Bajos y su entorno. Territorios ganados al mar simbolizan esta lucha, pero también destacan la necesidad de un enfoque más sostenible. Los Países Bajos son el segundo mayor exportador de alimentos, a pesar de su pequeño tamaño en comparación con otras naciones, como Argentina. Sin embargo, estos logros no están exentos de desafíos. Al poseer 1.6 millones de cabezas de bovinos, 17.5 millones de neerlan-

deses, 12 millones de cerdos y 37 millones de aves de corral, las emisiones y la degradación ambiental representan un verdadero problema. La atención hacia la biodiversidad y el cambio climático está impulsando la devolución de tierras productivas al mar, evidenciando una nueva perspectiva en la relación con la naturaleza. A partir de esto, pudieron desarrollar las políticas del futuro pensando en la naturaleza en primer lugar, en la sociedad en segundo y por último en la economía, que debe ser coherente los otros dos niveles.

a los programas de sustentabilidad y adopción de tecnologías de Yara

Mayor rentabilidad

Seguimiento agronómico

Mayor eficiencia

Herramientas digitales

Descarbonización

Prescripciones variables


También comentó que aún con diálogos complicados, la forma de trabajar es creando una sola agenda en conjunto con sector público y privado, con una visión a largo plazo, cuidando el suelo y el agua, dentro del contexto de la normativa de la Unión Europea que ayuda a no perder el eje.

Políticas públicas que trascienden los gobiernos Parrilla, por su parte, habló del caso de Brasil que luego de lanzar en 2010 el PLAN ABC (Agricultura de Bajo Carbono) logró mitigar 193 millones de toneladas de C equivalente en los

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primeros 10 años. Este plan se basa en el desarrollo de sistemas que integran la producción forestal, ganadera y agrícola con prácticas sustentables, como siembra directa, riego, tratamiento de residuos animales, plantación de bosques y preservación de espacios naturales. Entre 1970 y 1990, el gobierno brasileño realizó una inversión significativa en investigación científica y desarrollo tecnológico. Esto permitió la tropicalización de variedades vegetales y razas de animales, transformando suelos ácidos y pobres en terrenos fértiles, una visión audaz y una inversión en ciencia y tecnología marcaron un punto de inflexión.

De esta manera pasaron de la inseguridad alimentaria a ser uno de los países líderes en exportación, disminuyendo un 40% el costo de la canasta básica. El aumento en la productividad de la agroindustria fue el motor de desarrollo social y económico, gracias a que las políticas de Estado no cambiaron con los cambios de gobiernos. Además, aclaró que frente a las nuevas exigencias mundiales medioambientales en la producción de alimentos, hay muchas iniciativas y prácticas sostenibles en los países del cono sur. “Esas prácticas tienen que ser reconocidas por los países importadores y ese valor agregado se debe reflejar en el precio”, concluyó Parrilla.


Ignacio Lartirigoyen (Lartirigoyen y CIA).

Manuel Chiappe (Barbechando).

Reglamentación “Anti-Deforestación” de UE: ¿Amenaza u oportunidad La lucha contra la deforestación es un desafío global que requiere una acción decidida y estratégica. Sobre este tema habló Purnhagen, refiriéndose a los nuevos cambios en la reglamentación de las políticas de la Unión Europea para ponerle un alto a la deforestación, bajar las emisiones de C e impulsar la reforestación. Esta normativa, que entró en vigencia desde junio de 2023, busca en primer lugar que los bienes que se importen provengan de territorios libres de deforestación, es decir que el cambio en el uso de la tierra haya ocurrido antes del año 2020. Entre los bienes afectados se incluyen ganado, soja, cacao, café, aceite de palma, entre otros.

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Para llevarlo a cabo, se debe asegurar la trazabilidad y la geolocalización de toda la información que certifique que se cumplen las exigencias requeridas durante todo el periodo de producción. A su vez, estos establecimientos pueden ser auditados en forma aleatoria y sorpresiva, y en caso de no cumplir las sanciones serían muy importantes.

cuenta con leyes que reglamentan los recursos forestales, por lo que en ese sentido, tenemos una ventaja competitiva como país. Nuestro desafío está en la trazabilidad, y es en lo que muchas instituciones ya están trabajando, con el objetivo de poder mostrar el compromiso con la sustentabilidad a lo largo de toda la cadena.

Si bien esta estrategia enfrenta críticas sobre su nivel de burocracia y posibles limitaciones competitivas, es un paso necesario para abordar la deforestación global. Se espera que estas medidas tengan un impacto no solo en la Unión Europea, sino también en otras regiones, impulsando un cambio positivo.

Por último, Lartirigoyen, comentó que: “frente a los desafíos del futuro los productores de Argentina somos muy resilientes y estamos muy bien preparados, en términos de sustentabilidad ambiental. Sin embargo, falta seguir trabajando en la parte social”. Actualmente mediante el diálogo y la educación se está tratando de unir dos mundos separados: la ciudad y el campo, y comentó que parte de la solución comienza en el encuentro.

En este sentido, Chiappe comentó que desde el 2008, la mayoría de las provincias de Argentina


Del campo a la mesa: estrategias sustentables en la cadena agroalimentaria Líderes de la industria agroalimentaria compartieron sus perspectivas sobre el presente y futuro de la cadena de suministro en este sector, y aportaron su experiencia en temas de sustentabilidad.

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“Vemos que los productores argentinos gestionan sus explotaciones de manera eficiente. Sin embargo, todavía no vemos que los consumidores estén dispuestos a pagar más caro por una papa frita producida bajo agricultura regenerativa”, reconoció Guillermo Cascardo, gerente asociado de Agronegocios para PepsiCo, durante el panel que tuvo lugar en la segunda jornada de Congreso Aapresid y que reunió a representantes de reconocidas compañías alimenticias, para que compartan sus experiencias en cuestiones de sustentabilidad.

Desde Pepsico, vienen trabajando en estrecha colaboración con los productores argentinos, quienes les proveen papa, avena y maíz, para los productos Lay 's, Doritos y Quaker. “Tenemos un grupo de 15 productores con los que trabajamos juntos hace más de 25 años. Estamos convencidos de que la clave es estar cerca del productor, porque finalmente es él quien decide. La confianza nos permite avanzar más rápido en materia de sustentabilidad”, reconoció Cascado.


La empresa cuenta con chacras demostrativas, denominadas “Demo Farms”, en donde los productores prueban nuevas tecnologías para mejorar cuestiones como el consumo de agua, la regeneración del suelo y la reducción de la huella de carbono. “Si desde la empresa no hacemos algo para mejorar la forma de producción, nuestro insumo va a salir cada vez más caro. Este modelo nos ayuda para que los productores experimenten nuevas tecnologías y puedan incorporarlas, viendo resultados concretos”, agregó. En esta misma línea, Melina Marquisio, Sustainable Agriculture Leader en Nestlé, destacó el rol que tienen como empresa de ser nexo entre consumidores y productores. “Por un lado, buscamos capacitar técnicamente a los productores y darle valor a lo que hacen diferente. Y por el otro, tenemos que educar a los consumidores para que valoricen lo que están consumiendo”, expresó. Para que esto se pueda lograr, la disertante insistió en la importancia de la colaboración: “Los cambios requieren un enfoque colaborativo. Es un esfuerzo conjunto que necesita la convicción de todos para poder lograrlo". En relación a la creciente preocupación por parte de los consumidores sobre la calidad y los procesos detrás de los productos que consumen, destacó que existe una gran alineación entre las empresas en este aspecto. Nestlé viene implementando diversos programas que promueven la agricultura regenerativa y que ofrecen bonificaciones a los productores que se sumen. “Entendemos que todo cambio tiene que traducirse en beneficios compartidos”, dijo.

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Del campo a la botella, un recorrido sustentable Como representante de una de las compañías cerveceras líderes, Vanesa Vazquez, gerente de Crecimiento Inclusivo y Sustentabilidad en Quilmes, dijo que están enfocados en mostrar de manera colaborativa y transparente el camino que siguen los ingredientes en sus productos. “Es clave trazar este recorrido desde el campo hasta el plato y comunicarlo a los consumidores, y contar, por ejemplo, que 1 de cada 4 cervezas está hecha con cebada de la provincia de Buenos Aires, como una forma de reconocer y darle valor a todos los actores involucrados”, destacó.


La empresa viene trabajando en la articulación y colaboración con el ecosistema, basando su gestión en tres principios: ambiente, sociedad y gobernanza, con una meta de carbono neutralidad 2040. “Esto se traduce en la frase ‘del campo a la botella’ que el consumidor reconoce familiar y que nos permite contar cuáles son esas buenas prácticas agronómicas que desarrollan 1200 productores agropecuarios en Argentina”, contó la representante de Quilmes. Según compartió, hoy cuentan con casos testigos de agricultura regenerativa, donde 28 productores están empezando a recorrer este camino y desde el 2019 utilizan energía eléctrica renovable proveniente de un parque eólico con 15 molinos, ubicado en la localidad cordobesa de Achiras. Abastecerse de insumos y productos que sean sustentables desde su origen, es algo que llegó para quedarse. “Hoy los consumidores se preocupan por conocer la procedencia de lo que comen, y este factor influye en sus decisiones de compra”, expresó Héctor Ivancovichi, director de agronegocios del Grupo Bimbo.

En consonancia con un enfoque sostenible, la compañía multinacional mexicana dirigió su atención hacia la agricultura regenerativa como una forma de abordar la degradación de los suelos. Según contó Ivancovichi, hace seis años Bimbo inició su proyecto en esta área, con un enfoque en tres objetivos primordiales: restituir la salud de los suelos, incrementar la biodiversidad y mejorar la calidad de vida de las comunidades asociadas. En este proceso de transformación, resaltó la importancia de la medición para evaluar si el proceso implementado está realmente logrando los resultados deseados en términos de los tres objetivos. Para esto, Bimbo trabaja en estrecha colaboración con socios científicos que ayudan a entender los beneficios, medirlos y analizar los datos recopilados para mejorar los procesos. Asimismo, el ejecutivo destacó el creciente interés del consumidor en lo que come y de dónde proviene. “Esto ya está influenciando en las decisiones de compra, por eso es clave abastecerse de insumos que sean sustentables desde su origen”. En este sentido, contó que, para el 2050, la compañía aspira a utilizar ingredientes provenientes al 100% de prácticas de agricultura regenerativa.

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Recalculando...mercado enevolución Por su parte, Francisco García Mansilla, gerente de Originación en Viterra, hizo hincapié en los cambios que está experimentando el mercado y la agroindustria en general. “Los flujos, los mercados de destino y las demandas del consumidor están en constante evolución. En este nuevo panorama, las grandes compañías estamos dejando atrás nuestro papel tradicional como entidades de trading centradas en activos únicos, para pasar a posicionarnos como empresas de originación y distribución, adaptándonos a la necesidad de ofrecer productos que no son estándar sino más personalizados según las nuevas demandas del mercado”, subrayó.

El disertante destacó la importancia de entender este cambio como un desafío ecosistémico que implica una transformación profunda en la forma de trabajar, tanto de las empresas como de los productores. Si bien reconoció que el productor argentino es eficiente, el representante de Viterra señaló la necesidad de mejorar la cadena de producción y resolver desafíos internos. “Hoy no basta con ser eficiente produciendo. Tenemos que resolver muchos problemas que hoy afectan a la cadena. Hoy la producción no es eficiente de punta a punta. La confianza es esencial para lograr eficiencia”, cerró.


¿Cómo serán las empresas y la producción del futuro?

Referentes de distintas empresas compartieron sus visiones sobre cómo la tecnología, los datos y la colaboración están moldeando el futuro empresarial y productivo en un mundo en constante evolución. En la segunda jornada del Congreso Aapresid "C, elemento de vida", se presentó un panel que buscó responder a la pregunta "¿Cómo serán las empresas y la producción del futuro?". Bernardo Milesy (Glocal), Agustín Torriglia (Aapresid), Martín Hagelstrom (IBM) y Federico Miles (Syngenta), compartieron sus visiones y reflexiones sobre cómo será el futuro de las empresas y la producción agropecuaria en un contexto de crecimiento poblacional y demandas cambiantes. La moderación de la charla estuvo a cargo de Guadalupe Converton, directora de Auravant.

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Agustín Torriglia, miembro de la Regional de Aapresid de Río Cuarto y co-founder de Innventure - el fondo de inversión desarrollado por productores, empresas y expertos que buscan financiar startups innovadoras-, abrió el diálogo destacando la necesidad de repensar la producción de alimentos y recursos en un entorno en constante cambio. Con foco en las demandas futuras de alimentos, energía y fibras, Torriglia resaltó la importancia de diversificar la producción agrícola y explorar nuevas posibilidades a partir de la biomasa.


Agustín Torriglia (Aapresid).

También se refirió a la necesidad de disminuir las brechas productivas y monetizar los productos de la cadena de valor. “En perspectiva, vemos que hay un aumento de la demanda de alimentos y necesitamos achicar las brechas productivas. Esto se puede lograr con tecnología pero también aprovechando otras oportunidades. Podemos producir más y con una menor huella ambiental, pero entendiendo que podemos monetizar lo que estamos produciendo”, expresó el socio de Aapresid. Sobre los desafíos a futuro en materia de tecnología y agro, Torriglia hizo hincapié en cuatro puntos: “Por un lado, hay cada vez más disciplinas y actores involucrados, lo que demanda un

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relacionamiento colaborativo para que puedan surgir nuevas empresas. En segundo lugar, necesitamos procesar la gran cantidad de datos que hoy estamos generando. En tercer lugar, aparecen nuevas posibilidades para generar bienes y/o productos. No podemos dejar que 2/3 del maíz se vaya como grano. Debemos relacionarnos de otra manera con el resto de la cadena para transformar y darle valor a la biomasa”, detalló. Por último, enfatizó el rol fundamental de la agricultura en la captura de carbono y el de-

safío vinculado a la sustentabilidad. “Decimos que producimos con una menor huella ambiental pero no vemos el diferencial de precio que podemos obtener. Hoy, en Argentina, no lo estamos midiendo y estamos perdiendo la oportunidad de aprovecharlo”, remarcó.


Tecnología e innovación: hacia un futuro colaborativo Martín Hagelstrom, de la empresa IBM, resaltó la importancia de la colaboración entre los diferentes actores del ecosistema agroindustrial, desde empresas tecnológicas hasta proveedores, para lograr un impacto significativo. “IBM trabaja con el ecosistema. No tenemos la capacidad ni la experiencia para participar en todas las industrias, por eso la única forma de llegar con valor es haciendo alianzas con empresas que están más cerca del usuario final”, dijo. El representante de IBM mencionó algunos ejemplos concretos de cómo la inteligencia artificial y el análisis de datos climáticos pueden ayudar a los agricultores a tomar decisiones más informadas y sostenibles. “YARA, por ejemplo, hoy está usando nuestros datos del clima para proveer recomendaciones a los pequeños productores”, destacó.

“No alcanza con comprar tecnología sino que debemos ser capaces de generar soluciones con tecnología para el negocio y la única forma de lograrlo es trabajando en un ecosistema en donde yo no hago todo, sino que me asocio con otros”, agregó. Sobre el desafío de aumentar la productividad, Hagelstrom apuntó a la importancia de que las empresas alineen sus objetivos de sustentabilidad con sus objetivos de negocios. “Para que sean sostenibles en el tiempo, las iniciativas deben contribuir a aumentar la productividad, mejorar la eficiencia y reducir costos”, destacó. En la misma línea, Federico Miles, gerente de Agricultura Digital en Syngenta, destacó la importancia de la colaboración con distribuidores y asesores para llevar la tecnología al productor de manera efectiva.

Federico Miles (Syngenta).

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“El camino pasa por generar nuevas sinergias y fomentar nuevos modelos de negocios. Las nuevas vinculaciones entre los distintos actores de la cadena permitirán generar nuevas ofertas y nuevos servicios para los productores”, señaló Miles. Según entiende, el desafío consiste en evitar abordar todos los aspectos de una sola vez, optando por un enfoque gradual. Para lograrlo, propuso generar encuentros y sinergias a escala local, en los entornos donde cada actor participa activamente. “Esto está creciendo y lo importante es meterse. Nadie sabe cómo va a ser la agricultura del futuro, pero no hay dudas de que será colaborativa. El camino es desarrollar nuevos modelos

de negocio, vinculándose con otras empresas y actores que quizás antes no lo hubiéramos pensado”, aseguró. El representante de Syngenta también mencionó algunas iniciativas concretas de medición de huella de carbono y cómo estas soluciones pueden llevar a un cambio en la manera en que los productos agrícolas son valorados.


Bernardo Milesy (Glocal).

Monetizando el potencial de los datos En representación de Glocal, Bernardo Milesy, CEO y manager partner de este fondo de inversión de startups, compartió la visión de la empresa en impulsar sistemas de producción más sostenibles y aseguró que el agro puede seguir el camino de la industria del fútbol al exportar tecnologías de primer nivel. El empresario destacó la importancia de crear nuevos modelos de negocios que aprovechen la tecnología para transformar la producción de alimentos. Además, enfatizó la necesidad de comprender que el valor real proviene de los datos y de cómo se utilizan para generar valor en toda la cadena.

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“A pesar de la incertidumbre que generan los cambios, tenemos la certeza de que el futuro tiene al productor en el centro, con todos los datos que genera. El desafío es entender que lo que uno va a vender son datos, ese es el negocio al que vamos. Para esto, hay que abrirse y jugar con otros jugadores para que los datos se conviertan en valor”, dijo.


Milesy también señaló los desafíos que enfrenta el sector agropecuario al comunicar sus logros de manera efectiva a la sociedad. Al respecto, destacó que la medición de datos juega un papel fundamental en el proceso de transmitir las numerosas contribuciones positivas que el agro está realizando. “Medir los datos es poder comunicar todo lo bueno que estamos haciendo”, afirmó.


Agricultura regenerativa y Agroecología: ¿dos caras de la misma moneda? El XXXI Congreso de Aapresid fue escenario de debate sobre dos grandes conceptos que hoy el agro pone sobre la mesa.

Desde que la agroecología superó los límites del ámbito científico y académico se ha convertido en un concepto polisémico con muchas interpretaciones diferentes. La agroecología surge como una asociación entre la ecología, dedicada al estudio de ecosistemas naturales, y la agronomía basada en el estudio de los sistemas agropecuarios. Ambas tratan sobre las relaciones entre los seres vivos y el ambiente pero con objetivos diferentes, de allí surge la agroecología como respuesta para compatibilizar ambas ciencias.

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Entonces, ¿de qué hablamos cuando hablamos de agroecología, agricultura regenerativa, agricultura sustentable y agricultura de procesos? ¿Es todo lo mismo? La respuesta claramente es no. Y para responder a todos estos interrogantes, el Ing. Agr. Eduardo Requesens dió cátedra en la materia en su paso por la primera jornada del Congreso de Aapresid “C, elemento de vida”.

A la agroecología, ciencia y a la agricultura regenerativa, biodiversidad El primer gran debate que Requesens abre al público es sobre el tratamiento que le damos a la agroecología como ciencia, movimiento o una práctica productiva más. No hay dudas de que se trata de una ciencia que surge de la conjunción de intereses entre ecólogos y agrónomos y que tiene a los agroecosistemas como objeto de estudio. Y que tampoco se trata de una práctica productiva. “Por ejemplo, la siembra directa (SD) tiene su base de sustentación científica en la edafología -el estudio de los suelos- pero cuando hacemos SD no decimos que hacemos edafología (...) Una cosa es la ciencia que le da sustento y otra es la práctica que se basa en esos conocimientos”, aclara el especialista. Hoy en día hay muchos conceptos nuevos tales como agricultura sustentable, agricultura regenerativa, agricultura de procesos, que tienen en común a la agroecología como base de sustentación científica.

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El vínculo entre la agroecología y la agricultura regenerativa es la búsqueda de un nuevo equilibrio en los sistemas agropecuarios que han sido modificados por el hombre. Allá por la década del 60’, el modelo de la revolución verde fue reemplazando los ecosistemas naturales en equilibrio con el ambiente, maduros, con alta biodiversidad y continuidad biológica, pero baja productividad neta; en un modelo de sistemas simplificados que funcionan en un estado de inmadurez, lejos del equilibrio con el ambiente, que tienen baja biodiversidad y discontinuidad biológica, pero una alta productividad neta que era lo necesario para abastecer a una creciente población mundial. El ideal de esta simplificación era canalizar todos los recursos del ambiente hacia una sola especie de cultivo de interés productivo y sincronizar las labores agrícolas, sin pensar en el efecto residual de la pérdida de biodiversidad. La biodiversidad es mucho más que la variedad de especies en un sistema determinado, tiene que ver con la variedad de genes, células, genotipos, poblaciones y nichos funcionales que funcionan en conjunto como un sistema adaptativo complejo. Y ese comportamiento le brinda al sistema capacidad de homeostasis, capacidad de autorregulación.


Es allí donde la agricultura regenerativa surge para regenerar la biodiversidad que la simplificación ha desgastado; viene a devolverle tres atributos fundamentales al sistema: estabilidad -respuesta para amortiguar las variaciones interanuales-, resiliencia -capacidad de reponerse después de un estrés- y sustentabilidad -capacidad de sostener indefinidamente la capacidad productiva.

¿Cómo regeneramos nuestra agricultura? Requesens destaca en primer lugar la necesidad de regenerar la biodiversidad. Esto se puede lograr de manera planeada con cultivos de valor productivo, aumento de las rotaciones e intensificación; y de manera asociada, es decir, dándole valor funcional a sectores que no tienen valor productivo pero que contribuyen a mejorar la producción como son los corredores biológicos naturales o generados por el hombre.

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En segundo lugar, se requiere regenerar la continuidad de los procesos biológicos incorporando el nuevo concepto de “suelos siempre vivos”. Los cultivos de servicios pasan a ser una excelente herramienta para ocupar barbechos y contribuir a la captura de carbono, reducir la infestación de malezas, incorporar nutrientes al suelo y protegerlo contra la erosión entre otras tantas bondades. Y por último, se debe actuar en regenerar los procesos ecológicos que subyacen a los productivos. Es decir, trabajar sobre los procesos vinculados a la materia para mejorar la salud del suelo; a la dinámica poblacional de organismos plagas a través del manejo integrado; a la dinámica poblacional de organismos benéficos ya que permiten controlar estas plagas o mejorar la polinización usando el diseño de refugios y corredores biológicos; trabajar en procesos relacionados a la selección natural controlando el

Los cultivos de servicios pasan a ser una excelente herramienta para ocupar barbechos y contribuir a la captura de carbono


desarrollo de la resistencia a plaguicidas; y también sobre aquellos vinculados a la competencia entre plantas para mejorar la habilidad competitiva de los cultivos y minimizar el uso de herbicidas, eligiendo fechas de siembra en relación al flujo de emergencia de las malezas, cultivares, densidades, vigor germinativo, y fertilización. Pasar de la agricultura convencional a la agricultura regenerativa, no se hace de un día para otro. Se requiere reconectar la agronomía con la ecología, darle tiempo al sistema para equilibrarse, y en su transición es necesario evaluar su evolución midiendo parámetros biológicos, edáficos, productivos y económicos. Entonces, ¿la agroecología y la agricultura regenerativa, son dos caras de la misma moneda? Si, efectivamente. La agroecología es una ciencia que aporta fundamentos teóricos a la agricultura regenerativa y ésta se convierte en una práctica para la primera. Con el tiempo se convierte en un círculo virtuoso y en eso debemos empezar a andar, palabras del especialista sobre el cierre. El ingeniero deja un mensaje final esperanzador acerca de que “el nivel de concientización y compromiso es cada vez mayor (...) estamos entrando en ese camino y estos ámbitos de debate como el Congreso de Aapresid son maravillosos”.

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Suelo, ambiente y datos: avances liderados por la Universidad de Tennessee Investigadores del Instituto de Agricultura de la Universidad de Tennessee abordaron cómo la tecnología, la microbiología y la super informática están remodelando el futuro de la agricultura.

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Bajo el título "Suelo, ambiente y análisis de datos: avances liderados por el Instituto de Agricultura de la Universidad de Tennessee (Knoxville, Estados Unidos)", en la segunda jornada del Congreso Aapresid "C, elemento de vida" tuvo lugar un panel internacional con docentes e investigadores de esta prestigiosa institución. El panel contó con la participación del Dr. Frank Löffler, profesor del Departamento de Microbiología de la Universidad de Tennessee (UTK); el Dr. Jie Zhuang, líder de un grupo de agricultura inteligente y profesor en la UTK; y Deborah Penchoff, directora asociada del Laboratorio de Informática Innovadora y docente en la misma universidad. Estos expertos ofrecieron una visión profunda sobre cómo la tecnología, el análisis de datos y la investigación en microbiología están impulsando la transformación del sector agrícola.


El primero en tomar la palabra fue el Dr. Jie Zhuang, quien se centró en la interconexión vital entre alimentos, energía y agua para la supervivencia humana. El disertante habló sobre la transición hacia un estado "Net Zero" en emisiones de gases de efecto invernadero y la importancia de alcanzar objetivos de reducción para 2030 y cero emisiones para 2050. Sobre cómo se pueden reducir las emisiones y llegar a cero emisiones, Zhuang hizo foco en tres cuestiones: los desafíos de sistemas, las soluciones de sistemas y la ciencia aplicada a la práctica. El investigador compartió estadísticas que muestran que la agricultura y la generación de energía consumen la mayoría del agua dulce (95%), y mencionó algunas investigaciones que se están llevando adelante al respecto: “En nuestra universidad se están evaluando iniciativas para reutilizar y reciclar el agua en diferentes campos. Se trata de tecnologías muy prometedoras que estarán disponibles en los próximos años”.

Según refirió, los desafíos en el suministro de alimentos, energía y agua van de la mano del crecimiento poblacional y el cambio climático. “La agricultura, en particular, contribuye en un 34% en las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo y consume un 70% del agua mundial, entre otros problemas. Lo que debemos hacer es transformar estos problemas en soluciones, enfocándonos en la agricultura regenerativa y en la colaboración entre regiones para optimizar el uso de recursos”, señaló. Zhuang también advirtió sobre la falta de políticas efectivas y la necesidad de que los productores adopten nuevas tecnologías de manera sostenible, e instó a una colaboración intersectorial entre científicos, legisladores y partes interesadas para lograr soluciones prácticas.

“El uso de análisis de ADN en el suelo nos permite obtener un detalle de los microbios presentes y las proteínas que predominan. Esto se puede trasladar al tratamiento del cultivo, manipulando el sistema de manera tal que este proceso en el suelo resulte beneficioso para la agricultura”,

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Desentrañando la microbiología del suelo La disertación del Dr. Frank Löffler se centró en la microbiología del suelo. Desde un enfoque detallado, el profesor del Departamento de Microbiología de la UTK resaltó cómo los microorganismos presentes en el suelo desempeñan un papel crucial en la agricultura y cómo sus acciones influyen en la emisión y secuestro de gases de efecto invernadero (GEI). Uno de los enfoques principales de su charla se centró en la relación entre los microorganismos del suelo y las emisiones de óxido nitroso, un potente gas de efecto invernadero. El Dr. Löffler subrayó la importancia de comprender los procesos de reducción del nitrógeno y la desnitrificación, resaltando la competencia entre los procesos beneficiosos y dañinos.

Asimismo, mencionó algunas líneas de investigación que permiten revelar la diversidad de microbios y sus funciones, y su implicancia para la mejora de la agricultura. “El uso de análisis de ADN en el suelo nos permite obtener un detalle de los microbios presentes y las proteínas que predominan. Esto se puede trasladar al tratamiento del cultivo, manipulando el sistema de manera tal que este proceso en el suelo resulte beneficioso para la agricultura”, destacó. Otra de las preguntas que planteó fue cómo lograr que el carbono absorbido por los cultivos se convierta en carbono recalcitrante que perdure en la tierra y beneficie al suelo a lo largo del tiempo. “Aunque los microbios desempeñan un papel clave en este proceso, su funcionamiento es aún una caja negra que desconocemos cómo funciona”, reconoció.


En este punto, señaló que la medición de biomarcadores emerge como una alternativa viable, ya que podría revelar los misterios detrás de la transformación de carbono lábil a recalcitrante. “Al aprovechar estos indicadores biológicos, podemos vislumbrar si la tierra está ganando o perdiendo carbono recalcitrante”, dijo.

A partir de indicadores biológicos, tales como biomarcadores, podemos vislumbrar si la tierra está ganando o perdiendo carbono recalcitrante. Dr. Frank Löffler

Sobre el cierre de su presentación, el disertante resaltó la importancia de establecer una colaboración más sólida entre la investigación y la

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práctica agrícola, para optimizar la producción, reducir emisiones y avanzar hacia un futuro más sostenible.


La revolución de la super informática y la IA Deborah Penchoff, directora del Laboratorio de Informática Innovadora y profesora del departamento de Ingeniería Nuclear de la UTK, se refirió al poder transformador de la computación de alto rendimiento y la inteligencia artificial (IA). ¿Qué es la super informática o informática de alto rendimiento? “Pueden imaginárselo como una pila masiva de elementos que permiten técnicas de procesamiento paralelas para brindar soluciones rápidas”, resumió Penchoff. En este contexto, señaló cómo evolucionó la informática, y aunque la tecnología actual es veloz, afirmó que se anticipan avances aún mayores en la próxima década. La investigadora destacó cómo estos avances permiten analizar conjuntos de datos masivos, una tarea que antes resultaba inabordable. “La combinación de la super informática y los algoritmos permite la obtención de respuestas valiosas a preguntas complejas”, apuntó.

Penchoff enfatizó que la IA no es magia, sino una herramienta que requiere datos adecuados y control sobre sesgos algorítmicos. “Si un algoritmo está sesgado, las producciones van a estar sesgadas. Por eso necesitamos una población de datos adecuada. El campo hoy genera infinidad de datos que se pueden catalogar y así construir el algoritmo que se emplea para dar respuestas a preguntas que de otra forma no se podrían obtener”, señaló. La conferencista también abordó los desafíos en sostenibilidad y la necesidad de colaboración multidisciplinaria para solucionarlos. En su equipo, científicos de diversas áreas se enfocan en cuestiones como minerales críticos, reparación ambiental y biocarbón para el secuestro de carbono. Finalmente, resaltó que la combinación de super informática e IA puede transformar las prácticas agronómicas, los modelos económicos y el diseño de políticas públicas, instando a una mayor fusión entre la ciencia y la práctica para el beneficio de la sociedad a escala local y global.


El futuro de la nutrición vegetal: abordaje para la salud del suelo, nutrición de cultivos y cambio climático. El Dr. Achim Dobermann se hizo presente en el XXXI Congreso de Aapresid “C, elemento de vida” para referirse al nuevo paradigma de la nutrición responsable de las plantas que nos obliga a pensar cómo queremos nutrir a nuestros cultivos en los próximos 10 años.

En el primer día del Congreso Aapresid “C, elemento de vida”, el Dr. Achim Dobermann (International Fertilizer Association) motivó a la audiencia a reflexionar sobre el futuro de la nutrición vegetal para abordar la salud del suelo, la nutrición de los cultivos y el cambio climático. En los últimos 2 años se registró una caída del consumo de fertilizantes de un 2 a 3% anual para nitrógeno, 4 a 5% para los fosfatos y hasta un 10% para el potasio, ocasionadas por una combinación de eventos mundiales que ha generado disrupciones en el mercado de fertilizantes. Los elevados precios del gas en Europa, la crisis del COVID que saturó la

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cadena de suministros y la guerra Rusia-Ucrania que afectó grandes volúmenes de exportaciones de fertilizantes, fueron los detonantes para que ello ocurriera. No obstante, se espera para esta campaña una modesta recuperación del mercado y a largo plazo las proyecciones a 2050 apuntan a un índice de crecimiento del 1% anual global de la demanda de fertilizantes. En este sentido, es necesario pensar cuánto va a crecer la población mundial, cómo va a alimentarse, cómo podemos ser más eficientes para producir más con menos fertilizantes, y cuán preparados estamos para eso. El Dr. Dobermann nos insta a pensar aún más allá, ¿cuántos más nutrientes podemos reciclar en el futuro? ¿Será posible el éxito de las bioinnovaciones? ¿Cuánto podrá aportar la inteligencia artificial?


El nuevo paradigma para la nutrición de las plantas Es un hecho que los nutrientes minerales son necesarios tanto para las plantas como para los humanos ya que nos proveen alimentos (Figura 1). Es por ello que este nuevo paradigma de la nutrición responsable de las plantas replantea el rol de los nutrientes en un sistema de cadena alimentaria.

Figura 1: Minerales necesarios para la nutrición de plantas y humanos

Para ello, menciona Dobermann, la industria de los fertilizantes tiene que encontrar un equilibrio entre la seguridad alimentaria y la protección del medio ambiente, a través de la innovación a lo largo y ancho de la cadena de nutrientes. En este sentido, hablar de nutrición responsable de las plantas es considerar a la sostenibilidad como oportunidad de negocio

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con un enfoque en los sistemas alimentarios (Figura 2). Y para ello, “el objetivo claro de aquí al futuro es la reducción de emisiones y otros impactos ambientales para mejorar la nutrición y salud de los suelos -más materia orgánica y carbono-, mejorar la productividad, eficiencia


y resiliencia en la producción de cultivos, generando el reciclado de nutrientes a partir de residuos en el marco de la economía circular de la que tanto se habla ahora”, palabras de Achim en referencia a la innovación que ya está empezando a hacer ruido en el ámbito.

Figura 2: Ejes de la Nutrición vegetal responsable


Transformando el sistema alimentario desde una perspectiva de nutrientes Las nuevas tendencias y avances en la materia, tienen como eje la transformación, es decir, cambiar las formas en las que venimos haciendo las cosas. Hay 5 puntos claves de innovación que se vienen dando en la actualidad y que apuntan a ser prometedores en el mediano plazo. Uno de ellos tiene que ver con la producción de fertilizantes descarbonizada y descentralizada. En la actualidad las emisiones de CO2 de la producción de amoniaco representan casi 1% de todas las emisiones globales de carbono, pero hacia 2050 el objetivo es el cero neto para el “amoniaco verde”. Esto es esencialmente

Empieza un nuevo juego. Interesante. Se empieza a generar una unidad de negocio completamente distinta. Algunos ejemplos de ello son Nitrofix, un container generador de amoniaco que nos lleva a preguntarnos si será posible hacer nuestro propio fertilizante nitrogenado. Otra propuesta en desarrollo es Nitricity, que consiste en un generador de ácido nítrico (HNO3) para producir amoníaco para la fertirrigación directa al campo. Y un tercer prototipo que está haciendo ruido es la fijación de nitrógeno (N) en plasma de microondas, que es básicamente el mismo principio del electrodoméstico que genera la síntesis de amoníaco por reducción de N2, o producción directa de NO2/NO3 por oxidación, a poca temperatura y bajo requerimiento de energía.

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usar energías renovables (solar e hidráulica) para hacer electricidad y de esa electricidad se puede dividir al nitrógeno del aire y al hidrógeno del agua para después fusionarlas en la elaboración de amoníaco. Algo totalmente innovador que permitiría a la industria de amoniaco verde generar no sólo el fertilizante amoníaco tal como lo conocemos, sino energías verdes y amoníaco como combustibles de envío otros usos. Es aquí donde va a haber una verdadera revolución en el mercado, por la no dependencia de combustibles fósiles para la elaboración de fertilizantes, y la posibilidad de fabricarlo en cualquier parte del mundo haciendo cambiar la dinámica de precios por oferta y demanda.


Estas nuevas formas de hacer fertilizantes nitrogenados y además contar con energías renovables permite empezar a pensar cuándo llegarán las primas de precios “verdes” y más certificaciones que demanden los mercados mundiales. Asimismo existe un interés en el desarrollo de la próxima generación de fertilizantes: los nano fertilizantes, biofertilizantes, y fertilizantes inteligentes, que traen incorporado el concepto liberación controlada de nutrientes, combinando química, ciencia y genética microbiana, pensando en productos de mayor valor pero con mejor desempeño.


¿Qué papel juega la inteligencia artificial? Claramente empieza un nuevo juego industrial, el de la inteligencia agronómica, cuyas implicancias ya no son exclusivas de la producción de alimentos sino del cambio climático y la forma en que las herramientas digitales de hoy y del mañana podrán acompañar las recomendaciones y decisiones a campo. Las recomendaciones de fertilizantes actuales empiezan a mostrar algunas limitaciones. Continúan siendo enfocadas a un solo campo,

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un solo cultivo, un solo nutriente; generan gran dependencia de las pruebas de suelo; y los algoritmos no tienen en cuenta muchos factores que impulsan la respuesta de los cultivos a los nutrientes; no tiene en cuenta la incertidumbre y no comunica el riesgo a los productores. Esta poca retroalimentación de rendimiento para el aprendizaje y el ajuste local podría venir de la mano de la inteligencia artificial como copiloto de fórmula para el agrónomo y el productor.


Se están desarrollando y poniendo a prueba modelos de lenguaje grandes basados en la recopilación de un gran cúmulo de datos que permitan el análisis, procesamiento e intercambio continuo y ajustable de campo. Se podría pensar en formas diferentes de recomendar a campo

usando whatsapp linkeado a chat GPT y generar modelos agronómicos consultivos (Figura 3). El universo que se viene es enorme y debemos estar preparados y ser proactivos en tomar estas iniciativas e incorporación de tecnología.

Figura 3: Asesoramiento sobre nutrición de cultivos de autoaprendizaje basado en datos e inteligencia artificial


Cultivando servicios En el marco del XXXI Congreso de Aapresid, Gervasio Piñeiro y Viviana Florencia Bondaruk, presentaron los resultados y análisis de la Red de Cultivos de Servicios de Aapresid para la campaña 2022/23.

“Los cultivos de renta que usamos son unos 3 o 4, y ya los conocemos bastante; por eso la diversidad en los sistemas tiene que ser incorporada a través de los cultivos de servicios (CS)”, comienza su disertación Gervasio Piñeiro (CONICET) para darle un marco al trabajo de investigación que viene haciendo el equipo de la Red de Cultivos de Servicios de Aapresid. El objetivo de la Red de Cultivos de Servicios es generar información sobre estos cultivos a través de la articulación entre productores, el equipo de coordinación técnica y las empresas que aportan conocimiento y los materiales a evaluar.

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En esta oportunidad, los investigadores Gervasio Piñeiro y Viviana Bondaruk (ambos CONICET), asumiendo el rol técnico en la red, acercaron los resultados obtenidos en la campaña 2022/23 para las distintas líneas de evaluación orientadas a encontrar el ranking de producción por especie y variedad, los momentos de productividad de cada especie, los consumos de agua en comparación con los barbechos, y la relación carbono/nitrógeno a través del tiempo.


Gervasio Piñeiro (FAUBA - CONICET).


Conociendo variedades y su comportamiento por ambientes El primer interrogante que se planteó la red para la campaña 2022/23 fue conocer el comportamiento de diferentes especies y variedades dentro de cada especie usada como CS, en los 9 sitios que comprende la red. Estas locaciones abarcan toda la extensión del país y fueron agrupadas, según las precipitaciones de la campaña evaluada, en sitios húmedos, tal es el caso de Tandil, Quenuma, Plaza Clucellas, General Roca y Paraná; mientras que Monte Ralo, Río Segundo, Las Breñas y San Agustín quedaron entre los sitios secos. Con esta clasificación se buscó medir la producción de biomasa aérea en ambos sitios -húmedos y secos- para los diferentes CS. Dentro ellos se realizó una vasta selección, todas disponibles en el mercado, que incluyeron Brassica carinata, 2 variedades de rábano dentro de la familia Crucíferas; 3 variedades de avena blanca y 1 de avena strigosa, cebada forrajera y cebadilla criolla, 4 variedades de centeno, 2 de triticale y un raigrás para el grupo de las gramíneas; y finalmente las leguminosas seleccionadas fueron melilotus albus, trébol, vicia villosa y sativa.

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Promediando la producción de todas las especies, a simple vista fue Tandil quien se quedó con el primer puesto alcanzando producciones de biomasa entre 7.000 a 10.000 kg MS ha-¹ mientras que Río Segundo fue quien se quedó con el último lugar con tan sólo 500 a 600 kg MS ha-¹ . Lo interesante es entender la interacción que hubo entre las especies y el ambiente donde fueron sembradas.

Es así que, analizando los sitios húmedos, las gramíneas en general funcionaron mejor en los ambientes del sur, y las crucíferas al norte, destacando en productividad la carinata por sobre los rábanos. Por otra parte, las gramíneas probadas tuvieron una producción intermedia e intercalada entre avenas y centenos como los mejores, y triticale y raigrás como los menos productivos. Por último, entre las leguminosas, la vicia villosa y sativa tuvieron rindes similares en sitios húmedos, pero a los tréboles no les fue muy bien.


Analizando los sitios secos, las crucíferas rindieron similar en ambos ambientes. La sorpresa vino de la mano de las gramíneas que invirtieron su performance mostrando el centeno y triticale mejor producción de biomasa aérea

que la avena, la cebada y el raigrás. Y lo mismo ocurrió con las leguminosas donde el Meilotus albus sobresalió dejando a la vicia villosa, vicia sativa y al trébol en la cola de los datos.

¿Cómo es la dinámica temporal de esa producción de biomasa? Del trabajo se desglosa una segunda línea de evaluación basada en medir la producción de biomasa aérea a lo largo del tiempo dentro de las variedades de cada especie para ambos ambientes. Los datos fueron analizados haciendo cuatro cortes en la escala temporal. Un primer corte a los 100 días aproximadamente pensando en una ventana corta del CS;y luego un corte por mes, en septiembre, octubre y noviembre, para aquellos sitios que no secaron antes de esta fecha. La gran conclusión es que existe interacción genotipo-ambiente y que, por lo tanto, es importante elegir la especie y la variedad del cultivo de servicio a sembrar.

Se arribaron a algunas conclusiones más: Gramíneas: las avenas son de alta producción, tanto la variedad Elena como Susana, mostraron los mayores niveles de MS ha-¹. Dentro de las gramíneas, el triticale anduvo mejor en los sitios secos, respecto a los ambientes

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húmedos, siendo la variedad Barbol la mejor. El raigrás fue el más lento y el menos productivo en casi todos los sitios; mientras que en el centeno la variedad Don Carlos fue la que se comportó mejor y más rápido en sitios húmedos. Leguminosas: vicia villosa es la mejor para los sitios secos y empata con sativa en los húmedos. Aquí lo interesante es el muy buen comportamiento del melilotus en los ambientes secos del norte del país. Crucíferas: tienen buena producción en ambientes húmedos y en general son cultivos tempranos. Luego comparando los rábanos, la variedad Bokito le gana siempre a Daikon. Y por último, Brassica carinata resulta prometedora en los ambientes húmedos.



Consumo de agua y calidad de biomasa de los CS: ¿qué sabemos? Adicionalmente se midió el consumo de agua del barbecho y de los CS. Rankeando a las especies por ambientes, en los sitios húmedos la carinata y la vicia fueron las especies de mayor consumo hídrico, seguidas por el centeno con amplia variabilidad en el consumo observado. Mientras que en los sitios secos, la disponibilidad y el consumo hídrico fue menor, siendo las gramíneas las de mayor consumo. Lo que más llama la atención es el consumo de los barbechos de alrededor de 150 mm casi similar al de un CS en ambiente seco. Esto significa que la ganancia de sembrar un CS sigue siendo rentable más allá del agua que se lleva para el cultivo posterior. Es necesario mirar la película completa y todos los servicios que nos aportan.

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Respecto a la calidad de biomasa, el equipo midió relación C/N afirmando que las gramíneas presentan mayor C/N ccuanto más se aleja de la siembra y por lo tanto disminuyen la calidad; y por el contrario las leguminosas -principalmente vicias- mantienen constante su calidad en el tiempo y no representan cambios con la inoculación. Cuando se analizan los valores para las mezclas también se comprobó que las de mejor calidad contienen mayor proporción de vicias en su composición (75%) y aún más con la incorporación de rabanito. “La clave es pensar con cabeza agronómica cuál es el cultivo, la variedad, el servicio que buscamos en cada sitio y cada lote, probando cosas nuevas y aprendiendo de los aciertos y errores” reflexiona Gervasio al finalizar el panel.


Desafíos del maíz tardío en la región central argentina: ¿podemos mejorar su manejo? En el segundo día de Congreso, Santiago Alvarez Prado (UNR - CONICET) presentó resultados promisorios de la última campaña junto a la Red de Maíz Tardío.

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La Red de Maíz Tardío (RMT) de Aapresid es un espacio coordinado por el Sistema Chacras que nace desde la necesidad del productor y fue creado para dar respuestas a las demandas a través del desarrollo de tecnologías sustentables. Las dos banderas que alzan estos sistemas son el aprender produciendo y el protagonismo en red, surgiendo así la red de maíz tardío para abordar problemáticas específicas de la región centro del país. Este equipo tiene su trayectoria en la evaluación del comportamiento productivo de distintos híbridos de maíz sembrados en fechas tardías en la zona núcleo expandida sobre la cual Alvarez Prado mostró avances de los resultados obtenidos en la última campaña 22/23.

Explorando la base de datos de la RMT En la XXXI del Congreso el equipo que trabaja en la RMT, de la mano de Alvarez Prado, presentó los resultados de la campaña 22/23 explorando la base de datos que la Red tiene desde hace 10 años.


La región central en estudio, está comprendida por varias localidades agrupadas en 5 subzonas: Buenos Aires centro, sur de Santa Fe-norte de Buenos Aires, Córdoba sur, Córdoba centro-norte y litoral. En ellas se realizaron ensayos siguiendo el protocolo general de experimentos en franjas de unos 8 surcos por 200 mt. Se utiliza un diseño en bloques con 2 repeticiones y lo interesante es que en cada situación se utiliza el manejo del productor, es decir, para todos los maíces tardíos usados la fecha de siembra (FS) fue elegida por el productor, así como las decisiones de densidad, fertilización, y manejo de plagas y enfermedades.

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Cuando hablamos de fechas de siembra de maíz pensamos en tempranos y tardíos, pero la realidad es que dentro de cada segmento hay una enorme variabilidad de fechas posibles. Es así como en esta campaña los maíces tardíos fueron sembrados desde el 29/11 al 5/01 y también hubo variación en la densidad entre todas las localidades que fueron de 3 a 7 plantas/m2. Sin dudas que el factor de mayor notoriedad, luego de 3 sequías consecutivas, fue la variación de agua útil a la siembra que varió desde 16% hasta 92% de agua disponible a la siembra (capacidad de campo) y luego en el transcurso del ciclo del cultivo también hubo bastante variación en las precipitaciones.


¿Qué nos dejó esta campaña? Sobre un total de 18 sitios sembrados usando 18 híbridos diferentes, el ingeniero presentó conclusiones promisorias sobre los 9 sitios cosechados hasta el momento de la presentación. Para contextualizar, fue uno de los peores años en términos de rendimiento ya que se obtuvieron unos 5900 Kg ha-¹ promedio cuando el promedio histórico de la Red es de 8500 Kg ha-¹. El promedio tiende a mostrar es-

tos desbalances ya que por ejemplo, analizando dos subzonas contrastantes, en Buenos Aires centro se obtuvieron los rindes más bajos, e incluso el piso de los 10 años de evaluación, mientras que Córdoba sur estuvo por encima de la media, no obstante fue una campaña ríspida que se replicó tanto en los ensayos como en los productores.


Un aspecto interesante fue el efecto que tuvo el ambiente sobre los genotipos y la humedad a cosecha. Es así que, analizando dos subzonas contrastantes, tanto en Buenos Aires centro como en Córdoba sur, la campaña estuvo caracterizada por temperaturas elevadas por encima de los 35° C, interrumpidas por una helada a mitad de febrero, y luego siguieron eventos de extremo calor por varios días. La diferencia radicó en que en la primera se arrancó con menos del 60% de agua útil a la siembra (en dos de los cuatro sitios de la subzona) y en la zona cordobesa por arriba de ese valor.

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A pesar de ello, en Buenos Aires centro los maíces tardíos rindieron en promedio 5.547 kg ha-¹ (rango de 3.500 a 7.400 kg ha-¹) con un promedio de humedad a cosecha de 17%, y en Córdoba sur alcanzaron los 7.374 kg ha-¹ (rango de 4900 a 9800 kg/ha) con una humedad promedio de 14%.


Esto significa que, estos eventos térmicos no fueron menores ya que ocurrieron durante o saliendo el período crítico del cultivo afectando directamente al rendimiento, pero además el agua útil a la siembra y las precipitaciones durante el ciclo explica también gran parte de esas diferencias. Asimismo, si ponemos la lupa en la elección del híbrido, el equipo halló que el 1% de la variación en rindes está explicado por el genotipo. En los sitios bonaerenses elegir bien el genotipo representa entre 2.500 y 3.900 kg ha-¹ de diferencia entre el híbrido que rindió menor y el que rindió más; mientras que en Córdoba sur esa elección del genotipo puede variar entre 2.000 y 2.500 kg ha-¹.

Fue uno de los peores años en términos de rendimiento ya que se obtuvieron unos 5900 kg ha-¹ promedio cuando el promedio histórico de la Red es de 8500 kg ha-¹ .


Haciendo un ranking general de todos los sitios y todos los híbridos utilizados, se hallaron diferencias aún mayores de entre 600 a 10.800 kg ha-¹ de variación en rinde, de 13 a 25% en humedad a cosecha, pero la ganancia por elegir correctamente el genotipo se achicó a 1.200 kg ha-¹ y 1,5% de humedad. Lo importante aquí, destaca Alvarez Prado, es que independientemente de la subzona analizada el agua a la siembra fue quien explicó el 70% de los rendimientos y otra gran parte fue explicada por las lluvias ocurridas durante el ciclo. “Esto lleva a replantearnos la idea de que con el tardío no debemos preocuparnos por la demanda atmosférica y sólo por el nitrógeno y la densidad”.

¿Podemos ajustar las tuercas en el manejo del maíz tardío? La respuesta claramente es que sí. No es lo mismo elegir cualquier fecha de siembra ni cualquier densidad ni genotipo. Esa elección varía en cada subzona e incluso en cada localidad dentro de ellas, y tiene múltiples aristas de factores que impactan sobre ello, como fue el caso de la sequía en esta campaña.

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Lina Bosaz, Coordinadora de la RMT y moderadora del panel, insiste en que aún quedan preguntas sin responder, y ese es el objetivo que se plantea la Red hacia futuro. El equipo busca la forma de optimizar el manejo del cultivo del maíz tardío en las diferentes subzonas, y para ello las líneas de trabajo seguirán hacia la identificación de las variables de manejo y ambientales de mayor influencia sobre el rendimiento del maíz tardío en la zona núcleo expandida, para cuantificar la respuesta del rendimiento ante variaciones de las mismas. Existen respuestas diferenciales de los genotipos a la fecha de siembra y a la densidad según el ambiente, y la respuesta en rendimiento y a la fertilización nitrogenada no sólo estará dada por la plasticidad de los híbridos sino también por la disponibilidad de agua a la siembra y la oferta hídrica dentro del ciclo.

La idea general es poder predecir el rendimiento lograble mediante un “manejo ideal” que combine las variables agronómicas más importantes en sus niveles óptimos para cada subzona. Y poder comparar, a través de ensayos a campo, ese “manejo ideal” que maximiza el rendimiento versus el manejo del productor en distintas subzonas.


Inteligencia Artificial para el manejo de malezas El especialista Guy Coleman aseguró que “la revolución en la aplicación dirigida en malezas viene de la mano de ‘Algoritmos de Aprendizaje Profundo’”.

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Finalizando el primer día del Congreso Aapresid, “C: elemento de vida” tuvo lugar el panel “De la naturaleza a los algoritmos: detectando malezas con machine learning”. En este espacio, los disertantes Guy Coleman (Universidad de Sydney) y Marcos Mammarella (DeepAgro), junto al moderador Agustín Bilbao (productor socio de Aapresid), hablaron sobre las nuevas tecnologías aplicadas al manejo de malezas.

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Para marcar el contexto, Bilbao comentó que alrededor del 80% de los agroquímicos que se usan en Argentina corresponden a herbicidas por lo que las herramientas de control selectivo resultan estratégicas. Además, el aumento de malezas resistentes en constante auge, lleva a la búsqueda de nuevas soluciones abordadas desde una mirada sistémica.


¿Qué hay de nuevo? La aplicación dirigida existe desde hace décadas. Inicialmente, para que las máquinas pudieran “ver” las malezas se le daba al sistema determinadas reglas, principalmente basadas en el color. De esta manera se realizaban aplicaciones dirigidas en barbecho, explicó Coleman. Ahora, al ingresar una gran cantidad de imágenes digitales, y marcar las malezas manualmente en una primera etapa, el algoritmo busca todos los datos de cada capa que componen esa imagen y los analiza. Mediante el “Aprendizaje Profundo” de la inteligencia artificial, se logra “predecir” cuál planta es maleza, incluso en lugares difìciles dentro del cultivo. Este algoritmo

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funciona mediante redes neuronales artificiales multicapa y el proceso puede reconocer patrones cada vez más complejos. Parece magia pero en realidad se requieren miles de imágenes para entrenar al algoritmo. Mammarella explicó que la computadora hace exactamente lo mismo que un cerebro, es decir analiza los procesos para tomar la decisión en base a la experiencia previa acumulada tras analizar miles de imágenes que les permite saber cuál es el cultivo y dónde están las malezas. Esta capacidad de imitar el proceso cognitivo de pensamiento de una persona es lo que se conoce justamente como Inteligencia artificial


Por lo tanto, es necesario cubrir la mayor cantidad de malezas posibles, adaptadas al entorno en donde se desarrollan los cultivos. Además, se deben identificar todos los estadios de crecimiento ya que en una misma fecha pueden haber varios pulsos de emergencia y las malezas se ven muy diferentes. Por lo tanto, la recolección de datos regionalizados es fundamental para resolver estas diferencias fácilmente.

Aplicaciones “verde sobre verde” “Nosotros estamos trabajando con aplicaciones dirigidas hace ya varios años y si bien los equipos resultan caros a primera vista con los ahorros en fitosanitarios se pagan entre 2 a 4 años”, comentó Bilbao. Esta innovación es liderada por productores en todo el mundo y puede ser adaptada para trabajar en diversos cultivos. Mammarella remarcó los beneficios de las aplicaciones selectivas, relacionados con el menor uso de fitosanitarios, reducción del uso de agua y menor empleo de bidones, aportando

así mayor sustentabilidad al sistema. Sin embargo, esta revolución en la aplicación “verde sobre verde” puede utilizarse durante todo el año, no sólo en barbecho, y permite disminuir la fitotoxicidad que puede ocurrir dentro del cultivo. A su vez, estos ahorros en el uso de herbicidas permite acceder a otros principios activos más costosos que antes no se utilizaban, diversificando mecanismos de acción y retrasando el avance de resistencias.

REVISTA: EDICIÓN ESPECIAL CONGRESO

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¿Hacia dónde vamos en los próximos años? Para Mammarella, la aplicación no termina solamente al entrenar a esta Inteligencia artificial para que identifique una maleza en particular, sino que las posibilidades son infinitas. Por ejemplo, haciendo un residual post emergente se podría contar el stand de plantas, como un técnico haría una recorrida del lote, pero en este caso desde nuestra oficina, al mejor estilo Street View. En ese pasar de la pulverizadora podríamos determinar los puntos donde hay mayores afecciones. No solamente identificar a

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las malezas, sino también ver gaps de plantas, defoliación o alguna desuniformidad en los cultivos para por ejemplo aplicar fertilizantes foliares de manera selectiva, etc. Colleman puntualizó que en el manejo de malezas, el próximo desafío será el control diferencial, basado en la identificación y el tamaño de la maleza, teniendo en cuenta el contexto del cultivo, por ejemplo diferenciar gramíneas en cultivos de cereal.


También se plantea continuar desarrollando un enfoque multimodal, que permita trabajar con muchísima información al mismo tiempo, como historia del lote, biomasa del cultivo e impacto en el rinde para decidir si se requiere o no aplicar a cada maleza en particular.


Oportunidades y estrategias para la carne sudamericana Fernando Mattos, del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Jorge Meza Robayo de FAO y Carlos Cherniak destacaron las fortalezas de la producción de carne y presentaron ideas innovadoras para potenciar el sector.

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Fernando Mattos, actual Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, dio inicio al panel refiriendo que muchas veces se habla del sector agropecuario desde el desconocimiento, minimizandolo por ser un sector primario, y en realidad genera mucha tecnología de proceso para dar mayor valor agregado con la perspectiva de ser más competitivos a los nuevos escenarios que se nos presenten. La sociedad está sugestionada y muy sensibilizada por los serios problemas que vive a causa del cambio climático. En los últimos años, el sector cárnico ha sido señalado de manera injusta por su contribución a los efec-

tos ambientales, dejándolo bajo sospecha. Al respecto, Mattos apuntó que todos los actores que forman parte deben reivindicar la imagen del sector, mostrando que es un sector que se basa en el uso responsable y sostenible de los recursos naturales. “La agricultura, sin lugar a dudas, hace su aporte y aunque no es el único, tenemos un compromiso en cuanto a la metas ambientales propuestas. Se puede mejorar el desempeño en cuanto a la base de su emisión, y no debemos olvidar que es el único sector que emite gases de efecto invernadero y tiene la capacidad de captar gases, una gran virtud y ventaja”, señaló.


¿Qué desafíos debe afrontar el sector? El incremento de las temperaturas medias ambientales por el cambio climático ponen en la óptica de la sociedad los aportes que realiza el sector agroalimentario, y de esta misma manera también se cuestionan los diferente modelos productivos y la formas en que se llevan adelante. Mattos indicó que nuestra región tiene una oportunidad enorme en materia de producción sostenible. Aclaró que es necesario demostrar al mundo que los procesos productivos gene-

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ran todas las medidas respecto a la sostenibilidad de los recursos, la protección de los biomas, de los cursos de agua, la protección de los suelos. En cuanto a las producciones de carnes, también se pueden llevar adelante controles sobre pastoreo, degradación de los suelos, degradación de las pasturas, proporción de materiales genéticos más productivos y que puedan generar procesos productivos con ciclos más eficientes y cortos.


En los sistemas productivos, quedó demostrado que se puede incorporar el factor ambiental en Uruguay a través del proyecto realizado en conjunto con la FAO, asistiendo a productores con técnicas como divisiones de lotes, eliminación de categorías improductivas, ajustes de carga, rotación de pasturas, la incorporación de materiales mejorados. Estas técnicas elementales permitieron mejorar la eficiencia productiva y lograron reducir las emisiones en más de un 14%, aumentando la productividad.

Hacia el final de su charla, Mattos dijo que el Mercosur debe unirse, haciéndole frente a la mirada tan negativa que se pretende difundir en el sector. Por otro lado, dijo que es fundamental tener eficiencia productiva y generar un balance de emisiones que pueden ser medibles, y que aquellos productores que lleven adelante prácticas que engloban el factor ambiental deben ser premiados al igual que los países que las promuevan.

Estas técnicas elementales permitieron mejorar la eficiencia productiva y lograron reducir las emisiones en más de un 14%, aumentando la productividad.


Fortalezas y oportunidades del sector en este contexto En línea con el discurso de Matto, Jorge Alberto Meza Robayo, de la FAO, agregó que es fundamental la contribución de los alimentos de origen animal en materia de nutrientes para la conformación de dietas saludables. Aunque afirmó que no todos los productos son iguales, lo que demuestra una heterogeneidad en las carnes. Los sistemas productivos se pueden desarrollar en una amplia gama de sitios. Por eso mismo, se puede hacer ganadería en combinación con sistemas forestales, en pastizales naturales o en pasturas implantadas. Es en este sentido, Robayo reflexionó sobre estos modelos aclarando que la carne sudamericana a nivel global no es un producto homogéneo y esto se debe especialmente a las diferencias en los modos

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de producción en un contexto global y ambiental de mitigación y reducciones de carbono. No es el mismo producto el que se obtiene en un pastizal natural que aquel que se logra en una zona con previa deforestación. Por este motivo, señaló que el sector debe visualizar como una estrategia y oportunidad de mercado la realización de la actividad con conciencia en términos de gestión del carbono. La carne sudamericana a nivel global no es un producto homogéneo, desde el punto de vista ambiental y del ciclo del carbono. “Tenemos un sistema que se sostiene sobre la base de pastos naturales y otro sobre la base de pastos nuevos en áreas deforestadas. El balance de carbono entre uno y otro es diferente, y por


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lo tanto en un contexto global y ambiental de mitigación y reducciones de carbono, son dos productos diferentes. Es importante partir de esta diferenciación”, señaló el especialista. El rol del consumidor es fundamental. Gran parte de la población se basa solamente en características organolépticas de sabor o solamente por el precio a la hora de realizar la compra de carne, pero también existen consumidores interesados en conocer el origen de los productos para hacer comprar más conscientes en términos de calidad y asegurando procesos más amigables con el ambiente, además del bienestar animal. En este sentido, Robayo reafirmó que el motor del cambio es el consumidor, porque es quien consolida el producto y quien puede movilizar desde su preferencia el comienzo del cambio. El cierre del panel estuvo a cargo de Carlos Cherniak (FAO), quien dejó un contundente mensaje para el sector sobre los temas de agenda que se están dando en el marco internacional. Primeramente, mencionó los ejes básicos de la FAO. “Por una lado, la FAO hace una con-

tribución técnica y por otro lado hay un trabajo normativo que da lugar a una gran cantidad de debates y discusiones vinculadas al comercio internacional que se convierten en la antesala de las discusiones que se desarrollan en la Organización Mundial de Comercio. Por lo que es fundamental que se trabaje en unidad tanto el sector privado y público de los diferentes países de Latinoamérica para defender los intereses de nuestros sistemas productivos”, dijo. Según mencionó, muchas veces, en estas discusiones, se enfrentan ideología vs. ciencia, y desde algunos países se intenta instalar que existe un solo modelo y una sola respuesta a la solución de los problemas, desconociendo la variedad de modelos y soluciones que hay en los países, donde los procesos de transformación de se desarrollan bajo contextos y realidades distintas.

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El disertante también hizo hincapié que desde el sector se están tomando medidas con cierto compromiso en las metas de sostenibilidad, destacando aspectos como el bienestar animal, resistencia antimicrobiana, las políticas alternativas de crianza, la alimentación de los animales y la integración de la producción animal y los bosques, para fortalecer la producción animal. En los últimos años, la visión negativa instaurada por ciertos sectores sobre la ganadería, ayudó a fomentar y fortalecer el consumo de proteínas sintéticas, poniendo en duda la calidad nutricional de los productos de origen animal. Al respecto, Cherniak compartió con el auditorio que se han realizado estudios que avalan el aporte nutricional de los alimentos de origen animal, y que se requiere de un consumo ba-

lanceado para poder tener un buen desarrollo cognitivo de niñas y niños, afirmando que esto es ciencia y no ideología. El conjunto de países de Latinoamérica aspiran a lograr una producción animal que garantice la seguridad alimentaria, local, regional y global, siendo sostenible en sus tres dimensiones y sin que una sea excluyente de la otra. El objetivo es construir una agricultura familiar más resiliente, con un manejo integrado de la ganadería y la agricultura y los bosques, y que las innovaciones tecnológicas estén a disposición de las economías en desarrollo para la generación de empleo y arraigo rural, fortaleciendo las perspectivas del sector.

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