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Monitoreo sistemático de lotes y bordes, el primer paso para el manejo de malezas
El ABC de REM define los 10 pilares para un manejo racional de malezas.
REM agrupa las principales prácticas para manejo racional de malezas bajo tres grandes ejes: las que permiten adelantarnos al problema, las que propician un buen ambiente para el cultivo y las que se destinan a controlar las malezas que igualmente crecen.
En el primero de esos grupos, se ubican el monitoreo sistemático de lotes y bordes, el cuidado de ingreso de semillas de malezas y el manchoneo.
El monitoreo sistemático es la primera práctica que se recomienda. Muchos estamos familiarizados con este término pero resulta necesario dar a conocer específicamente qué decimos cuando hablamos de monitorear y cuáles son puntualmente los pasos para llevarlo a cabo de manera exitosa.
Según la RAE, la definición de monitorear es “supervisar o controlar algo o alguien”. En el caso del monitoreo de malezas nos referimos específicamente a detectar invasoras o alertar acerca de cambios en la composición florística, decidir acerca de la conveniencia de un tratamiento en un cultivo, constatar la eficacia y/o fallas de un tratamiento y/o la posible aparición de resistencia. Todo esto permitirá tomar las medidas necesarias para que el problema no se acreciente. Cuando hablamos de malezas, algunas veces el “umbral de control” es cero, por ello hay que ser sumamente cuidadoso a la hora de desarrollar esta actividad.
Decimos que es sistemático porque se hace de una forma predeterminada, con cierta periodicidad y dejando registro para la toma de decisiones presentes y futuras.
Al aparecer nuevas resistencias o sospechas, es importante tanto para uno como para el bien común denunciarlas a Rem y enviar muestras a analizar si fuera necesario.
En el año 2014 se dio a conocer un Protocolo para Diagnóstico de Malezas en Cultivos Extensivos, documento elaborado por REM, CREA, AAPPCE y especialistas de INTA y distintas universidades. Este protocolo permite que el monitoreo sea un procedimiento fácilmente repetible y no subjetivo, de modo que pueda ser realizado por diferentes personas a lo largo del tiempo, manteniendo la uniformidad de la información relevada.
Algunos puntos a destacar de dicho protocolo son:
� Establecer fechas de monitoreos periódicas en el tiempo que permitan, de ser necesario, llegar a tiempo con el control y, además, poder realizar comparaciones interanuales.
� Conocer la biología de las malezas y especificar aquellas más problemáticas presentes en la zona. De esta manera, al llegar al lote contamos con información de antemano sobre lo que podemos encontrar.
� Ubicar los posibles “ambientes” que encontraremos en el lote a relevar, según la topografía u otros elementos del lote, para darle un trato diferencial a cada uno (“zonificar”) en caso de que sea necesario.
� Puntualizar los tres sectores que debemos monitorear: bordes, lugar de entrada de cosechadora e interior del lote. Esto permitirá, por un lado, detectar de forma inicial el ingreso de alguna especie nueva al lote; y por otro, tomar la decisión de control o no.
� Establecer un patrón de medición en la parte interna del lote con un número de sitios de medición determinado, según la superficie y la “zonificación” del lote.
� En cada sitio de medición, se deben especificar las especies encontradas, cantidad y tamaño; y también detectar si hubo nuevos nacimientos o fallas de la aplicación anterior.
En el último tiempo esta tarea ha sido facilitada por apps específicas (Imagen 1), por ejemplo SACHA y SIMA, que permiten relevar la información de manera rápida y objetiva, compartirla fácilmente con todos los interesados y, quizás el rasgo más importante, dejar un registro organizado para análisis futuros a nivel de lote, región, campaña, maleza, etc.
Si bien el monitoreo de malezas es una práctica que normalmente se realiza, no se hace con la frecuencia (días entre monitoreos) y calidad (nivel de información relevada) que amerita. Esto es esencial para poder evaluar la efectividad del manejo de malezas que estamos haciendo, ya que sin un método de evaluación no podremos conocer el impacto de nuestro manejo en el sistema o advertir si necesitamos modificar algo para alcanzar mejores resultados.
Imagen 1 En la actualidad, existen diversas apps que permiten relevar información del lote de manera rápida y objetiva.