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Podredumbres de raíz y tallo en maíz: Cómo detectarlas, cómo prevenirlas. Margarita Sillon

Ing. Margarita Sillon. Investigadora de la Universidad Nacional del Litoral y Directora del Centro de Sanidad de Cultivos.

Podredumbres de raíz y tallo en maíz: Cómo detectarlas, cómo prevenirlas

Estas patologías no tan conocidas se encuentran dentro de las denominadas “enfermedades de fin de ciclo”. Los patógenos involucrados en las mismas pueden tener impacto en rendimiento y en calidad de cosecha del cultivo de maíz.

Palabras Claves:

Maíz, enfermedades, podredumbre, raíz, tallo, agente causal, hongo, Fusarium graminearum, Giberella zeae,

Fusarium verticilloides, Syn. F. moniliforme, Stenocarpella spp., Diplodia spp., Colletotrichum graminícola, Macrophomina phaseolina, síntoma, daño, control.

En la Argentina el cultivo de maíz ocupa aproximadamente 3 millones de hectáreas y los factores que limitan su producción están relacionados con el manejo de la fertilización, condiciones ambientales, malezas, plagas y enfermedades (Salvagiotti, 2009).

En el maíz ha adquirido importancia el progreso de las denominadas “enfermedades de fin de ciclo”, donde se podría incluir a aquellas que son ocasionadas por patógenos hemibiotróficos y necrotróficos, y que se presentan en hojas como zonas de tejido muerto, reduciendo el área fotosintéticamente activa del cultivo (Formento, 2001; Sillón, 2008a; De Rossi et.al, 2010).

Más allá de la roya común y los tizones, que son enfermedades foliares que progresan en floración, y que el técnico está acostumbrado a observar, aparece un complejo de hongos que ocasionan las podredumbres de raíz y tallo (PTR), patologías no tan conocidas y que pueden tener impacto en rendimiento y en calidad de cosecha, por los patógenos involucrados en las mismas.

Cuando las raíces no reciben suficientes carbohidratos para mantenerse vigorosas, debido a que el abastecimiento de azúcar se ha limitado por condiciones de stress, un complejo de hongos invaden los tejidos debilitados de la planta iniciando estas enfermedades (Foto 1).

Generalmente se presentan después de floración, que es el estado en que los factores involucrados en la aceleración de la senescencia natural contribuyen al aumento de la susceptibilidad de las plantas. Los organismos causales están presentes en casi todos los campos, y la ocurrencia de la enfermedad está fundamentalmente influenciada por el ambiente, y el efecto que éste tiene sobre el híbrido. Los daños de lepidópteros, las enfermedades foliares o insuficiente agua disponible son factores que pueden desencadenar las PTR.

Los agentes causales son hongos que persisten en el suelo y rastrojos, por lo tanto la siembra directa bajo monocultivo asegura su supervivencia. Por otra parte, la siembra directa permite almacenar y disponer de mayor humedad en el suelo, factor que disminuye la susceptibilidad a las PTR.

En toda la provincia de Santa Fe estos problemas sanitarios han progresado en forma sostenida, tanto en prevalencia como en intensidad, con mayor impacto en maíces “de segunda”, asociado a ciclos con déficit hídrico (Figura 1).

La podredumbre basal del tallo puede ser considerada “enfermedad de fin de ciclo”: cómo detectarlas….

Los primeros síntomas se manifiestan en tallos verdes, como un manchado en los entrenudos inferiores, luego las hojas pierden color y pueden marchitarse. Ocurre un debilitamiento general de la plantan. Existe una pudrición del tejido interno (Foto 1), y la planta se torna vulnerable al vuelco. Los hongos involucrados en las PTR son un complejo, y pueden presentarse uno, dos o más, según condiciones ambientales y epidemiológicas. Si participan varios géneros fúngicos la sintomatología que se observará a campo dependerá del principal agente causal (Tabla 1).

Los hongos involucrados en las PTR son también algunos de los agentes causales más importantes de las pudriciones de la espiga y coincidentemente pueden ser los más comunes en semilla. Pueden generar desintegración de tejidos en las espigas, ocasionando podredumbres de diferentes tipo (húmeda o seca), y algunos patógenos producen micotoxinas. Estas afecciones provocan daños considerables en las zonas húmedas, en especial cuando las lluvias son superiores a lo normal desde el período de formación de la espiga hasta la cosecha.

Foto 01

Desintegración interna de tejidos que provocan el quebrado de tallos de maíz y pérdida en el número de espigas en pie al momento de la cosecha.

Figura 01 Evolución de la prevalencia de PTR en Santa Fe, según fecha de siembra. Fuente: Sillon,M; Fontanetto, H y Albrecht,J. Red de Evaluación de Híbridos de Maíz 2007-2011.

Tabla 01 Principales agentes causales de PTR y sintomatología.

Fusarium graminearum (forma asexual) Giberella zeae (forma sexual) FOTO 2

Fusarium verticilloides (Syn. F. moniliforme)

Stenocarpella spp. (Diplodia spp.)

Colletotrichum graminícola FOTO 3

Macrophomina phaseolina FOTO 4

Manchas en los tallos, de coloración rosada y la medula desintegrada, pero los haces vasculares intactos. La médula queda de color rojo-rosado, con puntuaciones negras en el interior de los tejidos rosados. Los puntos negros observados corresponden a “peritecios” que son estructuras sexuales del hongo.

Desintegración de los tejidos de la médula, en la base del tallo lo cual debilita esta zona, blanda al tacto, favoreciendo el vuelco físico de la planta. En cortes longitudinales se observa coloración cremosa rosada, pero sin puntuaciones negras (peritecios) en su interior.

Base del tallo se observan lesiones oscuras que se extienden hacia arriba y hacia abajo del área del entrenudo inicialmente afectada. La médula se decolora y desintegra y por lo tanto el tallo queda quebradizo. Las estructuras pardas o negras corresponden a “picnidios”. No presenta médula rosa.

Areas húmedas sobre la superficie de los entrenudos basales. Estrías negras alargadas. Inicialmente pueden empezar en los nudos y progresar a lo largo del tallo. Dentro de las lesiones se observarán puntuaciones negras “con espinillas” que corresponden a unas estructuras llamadas acérvulas, que pueden observarse con lupa de 40X. Puede haber pudrición de la raíz, generalmente antes de la pudrición de la base del tallo. Esta podredumbre ocurre con clima húmedo y muy caluroso.

Plantas que se arrebatan, tornándose de color oscuro. Dentro de la base de los tallos se observan “vetas” oscuras, que al observarse con lupa muestran cientos de microesclerocios. Se presenta en condiciones de sequía y altas temperaturas

Entre los patógenos de las podredumbres de la espiga se encuentran Diplodia (Stenocarpella maydis/Diplodia maydis), la infección de este patógeno se inicia generalmente en la base de la espiga, o desde los tallos (Foto 5). Las espigas se recubren con un moho blanco grisáceo, generalizado entre las hileras de los granos afectados que los deja finalmente adheridos. Aparecen puntos negros que corresponden a los picnidios. En Giberella (Giberella zeae-estado sexual, y Fusarium graminearum-estado asexual) se observan mohos blancos/rosados/salmón que comienzan por el ápice de la espiga, extendiéndose hacia la base. La extremidad de la espiga queda desprovista de granos. En chalas y raquis se distingue un moho rojizo y con peritecios superficiales negroazulados (cuerpos cerrados que contienen esporas sexuales). Otros patógenos involucrados son Aspergillus flavus y A. niger, se observan granos enmohecidos de color verdoso (A. flavus) y negro (A. niger) de aspecto pulverulento.

La Unión Europea ha reglamentado límites máximos de micotoxinas en granos vinculados a los géneros Fusarium spp. y Aspergillus spp., tornando más exigente el mercado internacional de granos, en particular de maíz. Las micotoxinas son unas sustancias producidas por los hongos que pueden afectar al grano de maíz y producir diversas alteraciones y cuadros

Foto 03 Planta afectada con antracnosis. Ensayos de manejo en INTA Rafaela. Ciclo 2011/2012.

Foto: Margarita Sillon

Foto 02 Micelio rosado en tallos, característico del género Fusarium en maíz. Tostado, NO de Santa Fe.

Foto: Margarita Sillon

Foto 04

Planta afectada con podredumbre carbonosa (Macrophomina phaseolina). Observación del signo del hongo. Esperanza, ciclo 2011/2012 en maíces de primera fecha de siembra.

Foto: Margarita Sillon

patológicos en el hombre y en los animales. Teyssander (2007) diferencia dos grandes grupos: Aflatoxinas (producidas por el género Aspergillus spp.) y Fumonisinas o toxinas producidas por el género Fusarium spp.

PTR: Cómo prevenirlas…

El objetivo del control de las enfermedades del maíz es destruir la combinación de los factores necesarios para su aparición y esto solo puede lograrse conociendo los síntomas que nos anuncian la presencia de un microorganismo, los ciclos de la enfermedad, las partes vegetales involucradas y la diseminación o propagación.

Los patógenos que ocasionan las PTR requieren un manejo similar. Varios son los investigadores que han abordado estas estrategias en los Congresos de Aapresid (Carmona, en el XIV Congreso Aapresid (2006) y Teyssandier en el XV Congreso Aapresid (2007). Entre las principales medidas para disminuir su impacto podemos citar:

 Uso de híbridos de buen comportamiento  Evitar la siembra con alta densidad poblacional que pueda predisponer a plantas con tallos más finos.  Mantener una buena rotación de cultivos, teniendo presente también que éstos patógenos pueden disponer de estructuras de resistencia que persisten en los rastrojos por largos períodos.  Efectuar un correcto control de insectos, que reduzca el riesgo de generar heridas que facilitan la infección y colonización de tallos y raíces por parte de los patógenos.  Manejar en forma eficiente el momento de la cosecha, evitando prolongarlo en el tiempo.  Reducir la tasa de incremento de las enfermedades foliares mediante el control químico con fungicidas de alto período de protección. En el análisis de resultados de control de enfermedades en el cultivo de maíz siempre deberá considerarse el papel que juega el híbrido en la expresión de síntomas y el progreso epidemiológico del tipo de patógeno involucrado en la enfermedad dominante.

Cuando la enfermedad principal se refiere a tizones o manchas foliares su desarrollo se acelera en tejidos senescentes, por lo que su evolución suele estar asociada a estados posteriores a R1. En la campaña agrícola 2011/2012, caracterizada por un fuerte estrés hídrico en Santa Fe, los maíces “de segunda” presentaron condiciones para el desarrollo de enfermedades de fin de ciclo, y PTR.

Las aplicaciones de fungicidas realizadas en floración lograron reducir un 50% el número de plantas afectadas con estos patógenos, lo que significó mayor número de espigas en pie al momento de la cosecha. Como se observa en la Figura 2 la situación de monocultivo generó una presión mayor de patógenos, y el control químico permitió mejoras de hasta 1500 kg/ha con respecto al cultivo sin tratamiento, que presentó 45% de PTR.

Foto 05

Podredumbre de la base de la espiga (Diplodia). Observación de los picnidios, signo del hongo. Sur de Santa Fe, ciclo 2009/2010.

Foto: Margarita Sillon

Figura 02 Rendimientos (kg/ha) para testigos y tratados con fungicidas (triazoles+estrobilurinas) en distintas situaciones epidemiológicas, para la campaña agrícola 2011/2012. Fuente: Sillon, M. Informe CAI+D/UNL

Fuente: Sillon, M. Informe CAI+D/UNL

A modo de conclusión podemos pensar que el clima de la próxima primavera condicionará siembras tempranas o tardías para el ciclo 2012/2013. En las segundas la probabilidad de tizones y diversas manchas foliares será mayor, y su aparición puede ser posterior a R1, pero se deberán tomar las decisiones de control entre panojamiento y floración, no más tarde. Finamente destacar que el stress que producen una roya o un tizón podrá desencadenar PTR, en aquellos híbridos exigidos por alta producción, sin ningún manejo previo de enfermedades.

Agradecimiento: A los productores que integran Aapresid y Grupos CREA por la disposición a participar en trabajos de investigación a campo.

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