Red de Maíz Tardío - Campaña 2023/24

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> RED DE MAÍZ TARDÍO

¿Qué es la Red de Maíz Tardío?

¿Para qué la Red de Maíz Tardío?

¿Qué hacemos y quiénes participan?

Agradecimientos

INFORME RED DE MAÍZ TARDÍO CAMPAÑA 2023/2024

RED de MAÍZ TARDÍO

¿Qué es la Red de Maíz Tardío?

Es una red de conocimiento e intercambio de experiencias sobre el cultivo de maíz sembrado en fechas tardías en zona núcleo expandida (Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos).

Cada campaña acompañamos a los productores para que sigan creciendo y cuenten con una plataforma donde puedan consultar e intercambiar información, siendo partícipes activos de la realización de los ensayos y el análisis de la información.

¿Para qué la Red de Maíz Tardío? ¿Qué hacemos y quiénes participan?

Desde hace más de 10 años la RMT se encuentra generando información sobre el manejo de maíz sembrado en fechas tardías en la zona núcleo de Argentina. El área sembrada con maíz tardío es cada vez más extensa (4,5 millones de hectáreas), por lo tanto, conocer cómo conducir este cultivo, y adaptarse a los diferentes cambios que trae su manejo, es una demanda del sector agropecuario. Es por eso, que se creó la Red de Maíz Tardío, un espacio para generar y divulgar información, sobre: comportamiento de híbridos (rendimiento y estabilidad), manejo de la fertilización y sanidad (respuesta a la aplicación de fungicidas).

La Red está abierta a todos los productores, técnicos, asociaciones, instituciones y empresas que estén interesados en la temática.

A nivel experimental se trabaja en 20 localidades distribuidas en 2 sub-zonas localizadas en la región núcleo expandida.

A su vez, llevamos adelante acciones de transferencia como; jornadas a campo, talleres de intercambio, participación en eventos virtuales, giras técnicas. Además divulgamos el conocimiento generado y experiencias a través de nuestra web, redes sociales y publicaciones técnicas. Las actividades de experimentación son

llevadas a cabo dentro de los sistemas de producción, en campos de productores comprometidos con la institución, debidamente protocolizadas y ejecutadas por un profesional responsable en cada zona. Participan de la Red de Maíz Tardío empresas proveedoras de genética, de fertilizantes y fitosanitarios; aportando conocimiento, tecnología y apoyo económico para llevar adelante el proyecto.

Para el análisis de la información la Red cuenta con una Coordinación Técnica, representada por el Dr. Santiago Álvarez Prado, quien brinda soporte científico, analiza datos y transfiere los resultados generados.

Finalmente hay una Coordinación General a cargo del programa Sistema Chacras de Aapresid, representada por la Dra. Lina Bosaz, quien está a cargo de coordinar la ejecución de las diversas actividades planificadas en el proyecto.

Agradecimientos

La presentación del siguiente informe es posible gracias al aporte y trabajo de un gran número de productores, técnicos, instituciones y empresas participantes de la Red. A continuación, los responsables de cada actividad:

Generación de demandas de conocimiento, conducción de ensayos y relevamiento de datos:

· Regional Rosario

· Regional Los Surgentes-Inriville

· Regional Pehuajó

· Regional Rosario

· Regional Laboulaye

· Regional Adelia María

· Regional Monte Cristo

· Regional Trenque Lauquen

· Regional Justiniano Posse

· Regional Bolívar

· Regional Del Campillo

· Regional Río Tercero

· Regional Venado Tuerto

· Regional Videla

· Regional Rafaela

· Regional Paraná

· Jorge Lorinck

· Pablo Palazzesi

Coordinación General: Lina Bosaz (Sistema Chacras – AAPRESID)

Coordinación Técnica: Santiago Alvarez Prado (UNR – IICAR - CONICET)

Empresas participantes: La Red de Maíz Tardío 2023-24 fue posible gracias al apoyo de las siguientes empresas:

• ACA

• BREVANT

• DUO

• LOS GROBO

• NEXEM

• NK

• SPS

• SYNGENTA

• IF – INGENIERIA EN FERTILIZANTES

En esta edición también agradecemos al programa REM de AAPRESID. Quienes mediante un trabajo colaborativo elaboraron protocolo de evaluación del Complejo de achaparramiento y se presentó la información obtenida.

INFORME RED DE MAÍZ TARDÍO

CAMPAÑA 2023 - 2024

Alvarez Prado, S. 1, Carro, S. 2, Masgrau, A.2, Dani, L.2, Razquin C. 2, Gonzalez N.2, Rodrigo Penco R.2, Navier Pico N.2, Zenklusen C. 2 , Palazzesi P. 1, Bardeggia F. 2, Guazzaroni M. 2, Rainaudo M. 2, Paradela S.2, Gonzalez A. 2, Bompadre N. 2, Recondo A. 2, Moya R.2, Magra S.2, Palloni I.2, Sagardoy V.2, Videla J.2, Lorink J.2, Renaudo P.2, Diaz E.2, Bosaz L.2

1, Facultad de Ciencias Agrarias, IICAR - CONICET

2, Aapresid En el presente informe se muestran los resultados de la red de ensayos de maíces tardíos de AAPRESID para la campaña 2023-24. Durante la misma se llevaron cabo experimentos comparando híbridos actualmente disponibles en el mercado sembrados en fechas de siembra tardías en distintas zonas productivas. A su vez, se realizaron experimentos donde se evaluó la respuesta a la aplicación de distintas fuentes nitrogenadas y otros donde se evaluó

el impacto de la aplicación de fungicidas sobre el rendimiento final. El objetivo del informe es aportar información para la elección del genotipo en fechas de siembras tardías. La pregunta original tiene que ver con cómo optimizar el manejo del cultivo para poder aumentar el rendimiento potencial y/o achicar la brecha de rendimiento, comprendida como la diferencia entre el rendimiento potencial en secano y el rendimiento real obtenido por el produc-

tor. Esa brecha se encuentra en valores de 38 a 52% dependiendo de la zona. De este modo, el informe plantea 3 ejes: Incremento del rendimiento potencial a través de elección del híbrido. Reducción de la brecha a través de la nutrición nitrogenada del cultivo. · Reducción de la brecha de rendimiento a través del uso de fungicidas.

Definición de la red

La red integró 15 sitios con ensayos comparativos de rendimiento (ECR), alrededor de la región central del país, agrupados en dos grandes subzonas: norte y sur (Tabla 1 y Fig. 1). En la Tabla 1 se describe la ubicación e información general de cada sitio. En 4 sitios se realizaron ensayos de fertilización nitrogenada (Soldini, Corral de Bustos, Mattaldi y Quenumá) y en 3 sitios se realizaron ensayos de respuesta a fungicida (Pehuajó, Martínez de Hoz y Mattaldi). Todos los lotes utilizados tuvieron un mínimo de ocho años de agricultura bajo siembra directa. Del total de los sitios, 3 fueron sembrados y dados de baja debido a que no se pudieron cosechar por la alta incidencia y severidad del complejo de achaparramiento del maíz (Fig. 1). Ellos fueron Paraná, Rafaela, Videla.

Figura 1. Mapa de subzonas y sitios donde se realizaron los experimentos de la red. En todos los sitios se llevaron a cabo ensayos comparativos de rendimiento (ECR). Verde: sitios donde sólo se realizaron ECR. Naranja: sitios donde se realizaron ECR y ensayos de fertilización. Amarillo: sitios donde se realizaron ECR y ensayos de fungicida.

Manejo

Todos los experimentos se realizaron en condiciones de secano y con la tecnología disponible del productor, lo que repercute en variación de decisiones de manejo referido a densidad, fertilización y aplicación de fungicida (Tabla 1).

El rango de fechas de siembra observado fue de alrededor de un mes desde el 26 de noviembre al 27 de diciembre. La densidad a cosecha varió de 4,0 a 8,4 plantas m-2 destacándose Bolívar con la menor densidad y Posse con la mayor densidad

de plantas de la red (Tabla 1). La disponibilidad de nitrógeno a la siembra (suelo de 0 a 60 cm de profundidad) varió de 14 a 145 kg N ha-1 (Tabla 1). Respecto al aporte de nitrógeno mediante fertilización este varió entre 4 y 200 kg N ha-1 (Tabla 1) completando una cantidad de nitrógeno disponible entre 63 y 248 kg N ha-1. El cultivo antecesor fue variado (cultivo de servicio, cultivo invernal, soja de primera o de segunda), predominando la soja de primera y los cultivos de servicio (Tabla 1).

Respecto al agua disponible, la mayoría de los sitios mostraron una profundidad de napa mayor a los 2 metros con la excepción de Mattaldi, Laboulaye y Jovita. Se observó una gran variabilidad en cuanto a la carga del perfil a la siembra variando entre 30 y 100% de agua útil a la siembra según el sitio. De los 18 sitios, 4 de ellos presentaron 50% o menos agua útil a la siembra (Tabla 1). Por último, las precipitaciones durante el ciclo en general fueron adecuadas variando entre 200 y 835 mm (Tabla 1).

Tabla 1. Descripción de lotes y manejo en aquellos sitios que fueron sembrados y cosechados.

Híbridos evaluados

Se evaluaron un total de 12 híbridos de 7 empresas. La lista completa de híbridos se describe en la Tabla 2.

Protocolo estandarizado

En todos los experimentos se utilizó un diseño en bloques completos aleatorizado con dos repeticiones. Las parcelas fueron franjas de 6 a 8 surcos, y de 200 a 240 m de largo según localidad. Los ensayos se sembraron y cosecharon con la tecnología disponible por el productor. Las variables analizadas fueron rendimiento (corregido a 14,5 % de humedad), humedad

a cosecha, porcentaje de plantas logradas, volcadas y quebradas.

Los datos fueron analizados por subzona y en conjunto mediante modelos de efectos mixtos con el programa R (Bates et al., 2013). Tanto en el análisis conjunto como en el análisis por sitio, se muestra el máximo efecto de realizar una correcta elección del genotipo estimado como la diferencia entre el máximo y mínimo valor de la variable analizada (rendimiento). Esta diferencia de rendimiento también se expresa en forma relativa al rendimiento promedio del sitio. La interacción híbrido x sitio también se analizó mediante el método univariado de índices ambientales a través del coeficiente de regresión (Finlay y Wilkinson, 1963).

Tabla 2. Lista de híbridos evaluados en la red durante la campaña 2023-24.

RESULTADOS

En la campaña 2023-24 de la RMT se obtuvo un rendimiento promedio de 7846 kg ha 2), muy similar al rendimiento promedio histórico de la red que es de 8218 kg ha 2) aunque con elevada variabilidad asociada a cuestiones climáticas y sanitarias. En cuanto a la campaña, esta se caracterizó por presentar temperaturas elevadas, por encima de 35°C en distintos momentos del ciclo (Fig. 3). Este patrón se repitió en todos los sitios evaluados.

Figura 3. Variación de las temperaturas máximas y mínimas diarias para las distintas subzonas de la RMT. Las líneas roja y azul corresponden a la temperatura máxima y mínima de la campaña 2023-24, respectivamente. Las líneas punteadas indican temperaturas de 3°C (helada agrometerológica) y 35°C (golpe de calor). Los gráficos de cajas y bigotes de la derecha muestran la variación de rendimiento para cada subzona en cada campaña de la RMT.

Temperaturas mayores a 35 °C suelen considerarse como golpes de calor y, según el momento del ciclo en el que ocurran pueden generar un impacto negativo significativo sobre el rendimiento en grano. Para determinar el impacto de las altas temperaturas sobre el rendimiento, se estimó la fenología para cada sitio de la RMT considerando un tiempo térmico entre siembra y emergencia de 90°Cdía, un tiempo térmico entre emergencia y antésis de 900°Cdía y un tiempo térmico entre antésis y madurez fisiológica de 900 °Cdía. Para ello se utilizó la temperatura media diaria de cada sitio y se consideró una temperatura base de 8 y 0°C para fase vegetativa y reproductiva, respectivamente. Luego, se determinó el período crítico como 400°Cdía centrados en antésis y el llenado de granos como 200°Cdía después de antésis hasta madurez fisiológica. Finalmente, tanto para el período crítico como para el llenado de granos se sumaron los días con temperaturas mayores o iguales a 35°C. Durante el período crítico se contabilizaron entre 0 y 15 días con golpes de calor, mientras que durante el llenado este rango fue menor, entre 0 y 6 días. En líneas generales, no se observó una relación directa entre el rendimiento y la presencia de golpes de calor, tanto durante el período crítico como durante el llenado de granos (Fig. 4).

Figura 4. Relación entre el rendimiento promedio de cada sitio y la cantidad de días con temperaturas mayores a 35 °C durante el período crítico y el llenado de granos para la campaña 2023-24. Verde claro hace referencia a los sitios de la subzona SUR. Verde oscuro hace referencia a los sitios de la subzona NORTE.

Estos resultados sugieren que el cultivo de maíz no tuvo restricciones hídricas, lo cual permitió refrigerar al cultivo durante los eventos de alta temperatura. A diferencia de la campaña anterior donde la disponibilidad de agua explicó la mayor proporción de las variaciones en rendimiento, esta campaña presentó elevadas disponibilidades de agua con entre 350 y 1025 mm totales (Fig. 5).

Respecto a la sanidad del cultivo, esta campaña se destacó por la presencia del complejo de achaparramiento, el cual mostró un impacto variable con un gradiente de norte a sur (Fig. 6). Tal es así que los sitios experimentales que se dieron de baja, fueron los que presentaron 100% de incidencia y severidad (Fig. 6)

Figura 5. Relación entre el rendimiento promedio de cada sitio y el agua útil a la siembra (panel de la izquierda), el agua de las precipitaciones durante el ciclo del cultivo (panel del centro) y, el agua total (agua útil a la siembra + pp; panel de la derecha) para la campaña 2023-24.

6. Incidencia y severidad del complejo de achaparramiento sobre algunos sitios de la RMT para la campaña 2023-24. En rojo se indican los sitios que se dieron de baja a causa de esta enfermedad.

El rendimiento promedio de la campaña fue de 7846 kg ha-1, con variaciones entre 5900 y 10800 kg ha-1 en Villa Cañas y Laboulaye, respectivamente (Fig. 7).

A continuación, se detallan los rankings de rendimiento para la zona Sur (Tabla 3) y Norte (Tabla 4). En ambos casos se puede observar que el sitio (ambiente) explica entre 70 y 80% de la variación del rendimiento, mientras que el genotipo sólo explica entre 1,5 y 2% de la variación del rendimiento (Tabla 3 y 4). Cabe destacar que si bien la elección del genotipo representa una baja proporción de las variaciones en rendimiento cuando se analiza toda la base de datos en conjunto, el impacto de elegir el genotipo puede representar entre 800 y 5500 kg ha-1 dependiendo del sitio lo que, expresado en términos relativos, representa entre un 12 y un 56% del rendimiento promedio (Tabla 3 y 4).

Variación del rendimiento para los distintos sitios de la RMT durante la campaña 2023-24. La línea verde indica el promedio general de rendimiento.

Figura
Figura 7.

Tabla 3. Rendimiento (kg ha-1, 14,5% de humedad) de los híbridos evaluados en todos los ambientes de la zona SUR, ordenados de mayor a menor rendimiento de acuerdo con el promedio conjunto (primera columna). En verde se indican los híbridos de mayor rendimiento sin diferencias significativas de acuerdo con la DMS (p<0,05). Se indica la diferencia entre el rendimiento máximo y mínimo en cada caso y su relación (en porcentaje) respecto al rendimiento promedio del sitio.

Tabla 4. Rendimiento (kg ha-1, 14,5% de humedad) de los híbridos evaluados en todos los ambientes de la zona NORTE, ordenados de mayor a menor rendimiento de acuerdo con el promedio conjunto (primera columna). En verde se indican los híbridos de mayor rendimiento sin diferencias significativas de acuerdo con la DMS (p<0,05). Se indica la diferencia entre el rendimiento máximo y mínimo en cada caso y su relación (en porcentaje) respecto al rendimiento promedio del sitio.

Cabe destacar que en la localidad de Pehuajó la diferencia entre el híbrido que más rindió y el que menos rindió es del 56% respecto al promedio del sitio. Este valor se

explica por un problema de vuelco observado previo a la cosecha para esa localidad donde la variación entre híbridos fue entre 0 y 100% de vuelco (Fig. 8). Esta

variabilidad tan marcada se explicó por la aplicación, por error, de 2,4D en un experimento donde no todos los híbridos eran tolerantes (Fig. 8).

8. Porcentaje de plantas volcadas de los híbridos evaluados en todos los ambientes de la RMT 23-24. Entre los sitios evaluados se destaca Pehuajó

Figura

Tabla 3. Rendimiento (kg ha-1, 14,5% de humedad) de los híbridos evaluados en todos los ambientes de la zona SUR, ordenados de mayor a menor rendimiento de acuerdo con el promedio conjunto (primera columna). En verde se indican los híbridos de mayor rendimiento sin diferencias significativas de acuerdo con la DMS (p<0,05). Se indica la diferencia entre el rendimiento máximo y mínimo en cada caso y su relación (en porcentaje) respecto al rendimiento promedio del sitio.

Los sitios se cosecharon con una humedad de alrededor de 17% promedio variando entre 12.8 y 34.5% entre sitios (Tablas 5 y 6). Entre los sitios evaluados se destaca Monte Cristo con los menores valores de humedad y Quenuma con los mayores valores de humedad, muy próximos a valores de madurez fisiológica (35-40%).

La información generada en esta campaña se analizó en conjunto con la información de las campañas anteriores (2011 al 2023). Esto

permitió cuantificar cual es el impacto de elegir correctamente un híbrido y como varía este efecto según el ambiente en el que estemos. De esta manera, para cada combinación de sitio x campaña se estimó la diferencia entre el rendimiento del híbrido que más rindió y el que menos rindió. Esa diferencia se dividió por el rendimiento promedio del sitio y se expresó en porcentaje.

Por último, ese porcentaje se graficó en función del índice ambiental, estimado como

el rendimiento promedio de cada sitio x campaña. En líneas generales, se puede observar una relación negativa entre la calidad del ambiente y el impacto de elegir un híbrido. En ambientes de mayor potencial, la correcta elección del híbrido significa entre un 20 y 50% del rendimiento promedio. En ambientes de muy mala calidad, la elección del híbrido representa entre un 30 y un 100% de diferencias en rendimiento entre el mejor y el peor híbrido (Fig. 9).

Figura 9. La figura de la izquierda muestra dos niveles de rendimiento. El rendimiento potencial en secano y el rendimiento actual. La diferencia entre ambos indica la brecha de rendimiento actual. Las líneas punteadas sugieren una situación donde se aumenta tanto el rendimiento potencial como el actual producto de la elección del genotipo, manteniendo la brecha de rendimiento. El gráfico de la derecha muestra la relación entre el efecto de elegir el genotipo

NUTRICIÓN

El segundo eje de este informe corresponde a la reducción de la brecha de rendimiento a través de una mejora en la nutrición del cultivo. Para ello, se llevaron a cabo experimentos en cuatro sitios de la red, dos ubicados en la zona Norte (Soldini y Corral de Bustos) y dos en la zona Sur (Mattaldi y Quenuma). En cada sitio, se evaluaron 3 condiciones de nutrición nitrogenada: i) un testigo sin fertilizar, ii) una aplicación de 55 kg

nitrógeno ha-1 en forma de urea a la siembra y iii) una aplicación de urea a la siembra (35-37 kg) más una aplicación del fertilizante foliar FRONDA en V4, totalizando ~55 kg nitrógeno ha-1 . El objetivo de utilizar el fertilizante foliar tiene que ver con reducir el aporte de fuentes ureicas de fertilizante y aumentar la eficiencia en el uso del nitrógeno. En cuanto a los resultados, los sitios evaluados permitieron explorar una amplia

variación de rendimientos, entre 5500 y 9500 kg ha-1 donde los sitios de la zona Norte presentaron mayores rendimientos que aquellos de la zona Sur (Fig. 10). Respecto a los tratamientos de nutrición nitrogenada, sólo se observaron incrementos en el rendimiento ante incrementos en la disponibilidad de nitrógeno en Soldini, mientras que los otros sitios no presentaron diferencias (Fig. 10).

Figura 10. Los gráficos de barra muestran el rendimiento observado para cada tratamiento de disponibilidad de nitrógeno en cada sitio. Letras distintas dentro de las barras indican diferencias estadísticas en rendimiento. El mapa de la derecha indica la ubicación de los sitios evaluados. El coeficiente de variación de los experimentos fue menor a 10 en los 4 sitios experimentales.

Volviendo a la pregunta de si se pueden achicar las brechas a través de la nutrición nitrogenada (Fig. 11), estos resultados sugieren que esto depende del sitio. Al evaluar la respuesta absoluta y relativa del rendimiento ante el aumento en la disponibilidad de nitrógeno se observa que en un sitio aumentó el rendimiento entre 984 y 1194 kg ha-1, en un sitio disminuyó (entre -700 y -1354 kg ha-1) y en dos sitios el rendimiento se mantuvo estable (Fig. 11). Estos cambios representaron entre -10 y 16% del rendimiento promedio cuando sólo se utilizó urea y entre -20 y 13% cuando se utilizó urea + fertilizante foliar (Fig. 11). La investigación continua en esta área contribuirá a validar los resultados y explorar nuevas perspectivas.

Figura 11. La figura de la izquierda muestra dos niveles de rendimiento. El rendimiento potencial en secano y el rendimiento alcanzable limitado por nutrientes. La diferencia entre ambos indica la brecha de rendimiento. Las líneas punteadas sugieren una situación donde se aumenta el rendimiento alcanzable sin modificar el

FUNGICIDA

Por último, se analizó la posibilidad de reducir la brecha entre el rendimiento potencial en secano y el rendimiento actual a través del uso de fungicidas. Para ello se realizaron tres experimentos en las localidades de Martínez de Hoz, Pehuajó y Mattaldi. En estos sitios se probó el efecto de aplicar un fungicida alrededor de V10 con un producto experimental de Syngenta (carboxamida + triazol) sobre los

mismos 12 híbridos testeados en los ensayos comparativos de rendimiento de la Red de Maíz Tardío. Para el caso de Pehuajó, solo se evaluaron los híbridos con tecnología Enlist que no sufrieron ningún tipo de daño por la aplicación de 2,4-D. Se utilizó una dosis de 500 cc + aceite mineral parafínico. Al igual que en campañas anteriores, la respuesta a la aplicación de fungicida fue

variable dependiendo del sitio experimental. En esta campaña no se observó un impacto significativo por el uso de fungicidas (Fig. 12), probablemente explicado por las condiciones ambientales no predisponentes. Al comparar el cultivo tratado vs. el cultivo sin tratar, en conjunto a través de los tres sitios, este último presentó un rendimiento 300 kg ha-1 mayor que el tratado (Fig. 12).

Figura 12. Comparación de rendimiento observado para la situación CON funguicida y la situación SIN funguicida en conjunto y en las localidades de Mattaldi, Martínez de Hoz y Pehuajó. “ns” indica que no hubo diferencias estadísticas significativas de rendimiento entre tratamientos. Los valores en rojo indican el rendimiento promedio de cada situación. El coeficiente de variación de los experimentos fue menor a 10 en los 3 sitios experimentales.

Luego, se analizó cada sitio por separado con el fin de evaluar la respuesta en cada híbrido específico (Fig. 13). Al no presentar diferencias significativas, los sitios mostraron respuestas variables que fluctuaron entre -1445 y 791 kg ha-1, o -19 a 9%, donde unos pocos híbridos mostraron respuestas positivas claras (Fig. 13).

Respuesta al fungicida (kg ha -1 )

Martínez de Hoz

Figura 13. Respuesta genotípica del rendimiento a la aplicación de funguicidas para los sitios de Martínez de Hoz, Pehuajó y Mattaldi. En el panel de arriba se presenta la respuesta en términos absolutos, mientras que en el panel de abajo la respuesta se presenta en términos relativos. Las líneas rojas indican la media de cada híbrido. Los puntos negros indican el valor de cada repetición. La línea negra punteada indica el cero o la ausencia de respuesta a la aplicación de funguicida.

DUO235 PWU ACA476TRESPS2743VIP3 NXM 5122 PWUE NXM1122 PWUENK835 VIP3 Grobo 1924THSBRV8421 PWUEN NK855 VIP3 SPS2615VIP3 BRV8472 PWUENBRV8380 PWUE

Respuesta relativa al fungicida (%)

Martínez de Hoz

DUO235 PWU ACA476TRESPS2743VIP3 NXM5122 PWUE NXM1122 PWUE NK835VIP3Grobo1924THS BRV8421 PWUEN NK855VIP3SPS2615VIP3 BRV8472 PWUENBRV8380 PWUE

Estos resultados sugieren que, para esta campaña y estos sitios evaluados, es poco probable reducir la brecha de rendimiento

NXM1122 PWUE NK835VIP3 BRV8472 PWUENACA476TRE BRV8421 PWUEN SPS2615VIP3Grobo1924THS NXM5122 PWUEBRV8380 PWUE NK855VIP3DUO235PWU NXM1122 PWUENK835 VIP3 BRV 8472 PWUENACA476TRE BRV 8421 PWUEN SPS2615 VIP3 Grobo 1924THS NXM 5122 PWUE BRV 8380 PWUE NK855 VIP3 DUO235 PWU BRV8380 PWUE BRV8421 PWUENNXM1122 PWUENXM5122 PWUE BRV8380 PWUE BRV8421 PWUENNXM1122 PWUENXM5122 PWUE

líneas generales, se observa una mayor respuesta en ambientes de peor calidad, estimado a través del índice ambiental. La

-10 y 5% (Fig. 14). Cabe destacar que, a pesar de la respuesta positiva, existen campañas particulares, como esta campaña y la anterior,

Pehuajó
Pehuajó
Mattaldi
Mattaldi

Figura 14. La figura de la izquierda muestra dos niveles de rendimiento. El rendimiento potencial en secano y el rendimiento actual. La diferencia entre ambos indica la brecha de rendimiento. Las líneas punteadas sugieren una situación donde se aumenta el rendimiento alcanzable sin modificar el potencial producto de la aplicación de fungicidas, reduciendo la brecha de rendimiento. El gráfico de la derecha muestra la relación entre la respuesta al funguicida (%) y la calidad del ambiente, expresada como índice ambiental. Los colores indican si el sitio corresponde a la zona Norte o Sur. L línea punteada negra horizontal indica el cero que equivale a la ausencia de respuesta.

CONCLUSIONES

sis de suelo a la siembra para diagnosticar deficiencias.

• El uso preventivo de fungicida no se debe realizar por receta. A lo largo de las campañas analizadas la respuesta fue muy variable a la aplicación de funguicidas. Su uso debe estar sujeto a la presencia de la enfermedad. Para ello es indispensable monitorear el cultivo.

Nitrógeno en vicia/maíz: ¿Crédito o penalidad?

Las brechas de rendimiento en maíz, definida como la proporción entre los rendimientos obtenidos con las prácticas agrícolas que se utilizan en cada lote con la tecnología del productor y los rendimientos máximos alcanzables, se han estimado en alrededor del 40% (Aramburu Merlos et al., 2015). El nitrógeno (N) es el principal nutriente responsable de dicha brecha, por lo tanto, es nuestra Bala de Plata para construir rendimiento. En la actualidad, es necesario incrementar en un 50% el aporte actual de N al cultivo con el objetivo de cerrar las brechas de rendimiento.

Tradicionalmente, la siembra de maíz en la región pampeana es a principios de primavera (es decir, de septiembre a principios de octubre), pero con la introducción de genotipos portadores de genes Bt, se ha generalizado la siembra a principios de verano (mediados de diciembre) (Vitantonio-Mazzini et al., 2020). El éxito del maíz de siembra tardía se basa en su mayor estabilidad en el

tiempo debido a un balance hídrico más equilibrado durante el período reproductivo. Esto resulta en una elección menos arriesgada para los agricultores en comparación con el maíz de siembra temprana, a pesar del menor potencial de rendimiento de grano asociado a la disminución de los niveles de radiación solar y temperatura (Mercau y Otegui, 2014; Vitantonio-Mazzini et al., 2020).

El maíz de siembra tardía tiene un barbecho invernal más largo en comparación con el de siembra temprana, 6 vs. 9 meses, respectivamente, lo que permite la inclusión de un cultivo de invierno previo orientado a cumplir múltiples objetivos, tales como: i) mejorar la captura de recursos valiosos para toda la productividad del sistema de cultivo, como el agua y la radiación solar, ii) aumentar el retorno de los residuos del cultivo al suelo en sistemas de siembra directa, iii) mejorar el reciclaje de varios nutrientes y, iv) incorporar N extra si el cultivo previo es una especie fijadora de N (Cafaro La Menza et al., 2023). Entre las opciones de cultivos de invierno para el

maíz como doble cultivo está la inclusión de vicia (Vicia sativa L. o Vicia villosa L.) como cultivo de cobertura (Enrico et al., 2020). En este caso, se espera un aporte significativo de N desde los residuos con baja relación C:N dejados por este cultivo, ya que están expuestos a altas temperaturas y a las precipitaciones que se producen durante el verano (Biassoni et al, 2024). En este marco, teniendo en cuenta esta estrategia de manejo surgen algunas preguntas:

¿Hay respuesta a N aún con antecesor Vicia?

Si bien el cultivo de vicia puede realizar un aporte de N al cultivo siguiente, un relevamiento de la respuesta a N según antecesor realizado en la región pampeana muestra que aun con antecesor vicia sigue existiendo respuesta a la fertilización nitrogenada, pero de menor magnitud (Figura 1). Así, se observó que cuando el maíz está sembrado sobre un barbecho la respuesta promedio es de 1800 kg ha-1, mientras que cuando se siembra sobre vicia esta respuesta promedio se reduce a 1200 kg ha-1

La Bala de Plata en tiempos de brechas

2. Relación entre la biomasa aérea de la vicia (Panel izquierdo) y el N acumulado en vicia (Panel derecho) con la respuesta a la fertilización nitrogenada en el maíz sembrado posteriormente (rendimiento relativo = 1 significa que no hay respuesta a la fertilización nitrogenada) (Salvagiotti et al, 2024a).

Figura 1. Respuesta a la fertilización nitrogenada en maíz con y sin vicia como cultivo antecesor en el invierno, para la región pampeana. n: número de sitios experimentales (Cafaro La Menza et al, 2024).

Asimismo, estudios realizados en la región pampeana sugirieron que la biomasa aérea de la vicia puede servir como predictor de la respuesta a la fertilización nitrogenada (Salvagiotti et al., 2024a). Estos modelos de respuesta sugieren que no se espera respuesta a la fertilización con N en el maíz cuando la biomasa aérea de la vicia supera los 5200 kg ha-1 o la acumulación de N en la biomasa aérea de la vicia es mayor a 160 kg N ha-1 (Figura 2).

Sin embargo, dado que hablamos de doble cultivos, muchas veces el aporte de N de la vicia (o indirectamente la biomasa producida), no es el único factor que explica la respuesta (o ausencia de respuesta) a la fertilización nitrogenada en el maíz posterior (Carciochi et al., 2023). Esto es debido a que en el doble cultivo también existe una

competencia por el recurso agua, el cual esta ligado a la fecha de terminación del cultivo de cobertura.

Un análisis realizado para la región pampeana (Cafaro La Menza et al. 2024) indicó que la respuesta a la fertilización con N en cultivos de maíz cuyo antecesor fue vicia estuvo asociado a: (i) el contenido de N en vicia (menor contenido de N implicó una mayor respuesta a la fertilización), (ii) la disponibilidad de agua (mayor respuesta a N con balances hídricos más favorables) y (iii) el contenido de materia orgánica del suelo (mayor respuesta a N con menores valores de materia orgánica por menor aporte de N nativo). En síntesis, la respuesta o no a la fertilización con N en maíz aún con antecesor vicia se explicaría por el balance entre la demanda y oferta de N.

¿Cuánto

y cuándo aporta N?

El efecto neto de la vicia surge de la diferencia entre el N absorbido por un maíz sin fertilizar con N luego de un barbecho y el N absorbido por el maíz luego de vicia. Estudios realizados en cultivos de vicia con una biomasa aérea de más de 5000 kg ha-1 , han mostrado que el efecto neto por la inclusión de vicia osciló entre 32 y 40 kg N ha-1 (Figura 3). Realizando el análisis de la residualidad de la vicia en un trigo posterior a ese maíz se observó que aún existió un efecto residual de 12 kg N ha-1 (Figura 3).

Este efecto equivale en promedio a una producción de 1-2 t ha-1 de maíz y 0,3-0,4 t ha-1 de trigo.

Figura

Figura 3. Aporte nativo de N (cuantificado como N acumulado en el cultivo de maíz) de distintos cultivos invernales (trigo, vicia y arveja) y un barbecho. La diferencia entre el N acumulado luego de vicia y barbecho muestra el efecto neto por la inclusión de la vicia. Resultados de dos campañas en el sur de Santa Fe (Biassoni et al, 2024).

¿Cuál es el efecto en el largo plazo de la inclusión de vicia en la rotación?

La ocupación del suelo con cultivos de cobertura ha mostrado efectos residuales en los cultivos de cosecha. En un estudio de larga duración en Oliveros (Santa Fe) se observó que luego de 16 años, aquellas secuencias que ocuparon el suelo con cereales y cultivos de cobertura incrementaron la producción de soja en aproximad a-

mente 400 kg ha-1 respecto del monocultivo continuo de soja (Salvagiotti et al, 2024b).

En otro estudio se calcularon balances de N en distintas secuencias de cultivo, sumando las entradas a través de la fijación biológica de N y los aportes de los fertilizantes nitrogenados en los cereales, y sustrayendo la exportación del N con los granos (Keho et al, 2020). En dicho estudio, los mayores balances positivos en el

sistema (por encima de 300 kg N ha-1) se observaron cuando vicia estuvo incluida en la secuencia. Esto sugiere que los aportes de la fijación biológica de las leguminosas de grano como arveja o soja son suficientes para compensar la exportación con los granos, y que los balances de N más positivos en el sistema ocurrirán cuando se usen cultivos de cobertura en donde no hay exportación de N (Figura 4).

Vic/Mz-Sj

Arv/Mz-Sj

Trg/Mz-Sj

BB/Mz-Sj

Vic/Sj-Sj

Arv/Sj-Sj

Trg/Sj-Sj

BB/Sj-Sj

Figura 4. Balance de N (ΔN) en diferentes secuencias que incluyeron gramíneas y leguminosas luego de 6 años (3 ciclos de rotación). En amarillo esta remarcada aquellas secuencias con mayor proporción de leguminosas. FBN= fijación biológica de N; Fert N= fertilizante nitrogenado; Granos=exportación de N con los granos (Kehoe et al, 2020).

CONCLUSIONES

Los sistemas actuales de producción de maíz en argentina están limitados por N, situación que se agrava con el tiempo. En este contexto, la vicia ha demostrado ser un cultivo de cobertura adaptado a una gran área geográfica de la región pampeana, con beneficios a corto y largo plazo pensando en los ingresos de N al sistema. En el corto plazo, si bien hay un efecto neto de N en el maíz posterior, este aporte dependerá de la biomasa que pueda aportar la vicia y las condiciones climáticas que permitan expresar el rendimiento del cultivo de maíz. En el largo plazo, existen efectos positivos de la vicia, por lo que su inclusión en las secuencias debería evaluarse con faros largos. Además del aporte de N hay que destacar otros servicios ecosistémicos que puede aportar la vicia como el control de malezas y la reducción de la erosión, entre otros.

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