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Abriendo los Ojos Ante la Fatiga - el Asesino Silencioso
por Ted Delanghe
La mayoría de las personas pueden recordar alguna situación de “cabeceo” mientras conducían un auto. Has estado en la ruta durante horas y horas, con los ojos caídos y el tiempo de sueño se acerca. Tus ojos se cierran por unos segundos, tu cabeza se inclina hacia adelante, luego se endereza con una mirada de sorpresa como si acabaras de ganar la lotería, lo cual de alguna manera lo hiciste si todavía estás vivo y no tuviste un accidente durante tu mini-siesta a 60 mph.
Estoy seguro de que si se hace una encuesta entre pilotos agrícolas con varios años de experiencia, se encontrará con que bastantes de ellos han tenido estos ‘microsueños’ mientras volaban, ya sea durante el traslado, o tal vez incluso durante la fumigación real. Si bien estos episodios son la consecuencia de una gran dosis de fatiga, son solo parte de un menú mucho más amplio de consecuencias graves.
Una potente mezcla de esfuerzo físico y mental
Cuando se trata de investigaciones de accidentes, la fatiga es uno de los factores que más contribuye al error del piloto, con efectos que incluyen una capacidad de atención reducida, pérdida de concentración y una disminución de la coordinación, todas las habilidades necesarias para un vuelo seguro. Estos factores también pueden obstaculizar el proceso de toma de decisiones, de importancia crítica en altitudes y velocidades aéreas típicas de la aviación agrícola.
La fatiga física puede ser el resultado de una variedad de factores, como la falta de sueño o cualquier tipo de actividad física exigente. La fatiga mental puede ser el resultado de factores como trabajar muchas horas en un entorno estresante, una toma de decisiones constante o un compromiso excesivo en términos de lo que se puede lograr de manera realista en un tiempo determinado. ¿Suena familiar?
Aguda y Crónica – Elijan su opción
La fatiga también se puede clasificar como aguda o crónica, la primera es a corto plazo y se puede tratar fácilmente mediante el descanso y una cantidad adecuada de horas de sueño profundo. La fatiga crónica se acumula durante un período de tiempo más prolongado y puede requerir atención médica para aliviar sus efectos. En ambos casos las consecuencias son considerables.
El folleto Fatiga en la Aviación de la FAA afirma que “la fatiga es una condición caracterizada por un aumento de la incomodidad con una disminución de la capacidad de trabajo, una reducción de la eficiencia, pérdida de potencia o capacidad para responder a la estimulación, y generalmente se acompaña de una sensación de cansancio”. No es difícil imaginar que poner todos estos factores juntos es una receta para el desastre.
Es muy importante darse cuenta de que la fatiga no debe malinterpretarse como un simple cansancio. En cambio, es una combinación de agotamiento físico y mental que puede impedirle completar su trabajo de manera segura y eficaz. También puede llevar a una persona a tener mal humor, estar irritable, tener dificultad para concentrarse en el trabajo en cuestión y a saltarse elementos de la lista de chequeo. Todas son señales de advertencia de que debe abordar el problema de manera proactiva antes de que se convierta en un incidente o accidente importante.
Muy fatigado para volar?
Entonces, ¿cómo lidiar con las graves consecuencias de la fatiga? Comienza con el conocimiento de que uno de los aspectos más insidiosos de la fatiga, es cómo se infiltra en las operaciones de manera sutil, acumulándose lentamente hasta convertirse en un factor importante que contribuye a un accidente o incidente. Debido a esta naturaleza “astuta”, una buena forma de empezar es tener una
serie de señales objetivas que le avisen de la aparición gradual de la fatiga.
Vuele a una altitud exacta durante el traslado hacia el campo. En cada vuelo, registre detalles como tiempos de ascenso y descenso, hectáreas tratadas, cantidad de carga, etc. Alterne aterrizajes entre dos y tres puntos. Vuela a una velocidad exacta en la final. Cada vez que nota que ha perdido un elemento o nota una caída en el rendimiento, sabe que está cayendo en el pozo de la fatiga. Es hora de dejar de volar, tomar un descanso y hacer lo que sea necesario para regresar a operaciones seguras y efectivas.
Como sucede con muchas cosas, unos gramos de prevención valen por un kilo de cura. Cuando duerma, asegúrese de estar tranquilo, cómodo y libre de distracciones. Trate de dormir al menos siete u ocho horas por día. Tómese un descanso al mediodía y descanse media hora. Asegúrese de comer sano. Evite la cafeína seis horas antes de acostarse.
Cultura de seguridad
Por encima de todo, mantenga una cultura de seguridad, especialmente importante cuando tiene una gran clientela de agricultores solicitando sus servicios de manera repentina y severa, donde el estrés puede empujar los límites del viento, el clima y la seguridad considerablemente. Tenga en cuenta que un avión accidentado no cubre tantas hectáreas como uno intacto. Folleto FAA Fatiga en la Aviación disponible para descargar en: http://www.faa.gov/pilots/safety/pilotsafetybrochures/
Ted Delanghe es un ex piloto de la Fuerza Aérea Canadiense que se convirtió en piloto agrícola, habiendo volado más de 50 tipos de aeronaves, desde ultralivianos hasta cazas, incluyendo una gran variedad de aviones agrícolas. Actualmente reside en Regina, Saskatchewan, en dónde también es un consultor de negocio con foco específico en la aviación y en el sector aeroespacial.