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DESDE LA CABINA
Bill Lavender bill@agairupdate.com
Recordando a Mi Mentor
Conocí a Frank Bledsoe en el año 1975, cuando abrí mi operación de servicios aéreos en Marshallville, Georgia. Él era mi competencia. Ya se encontraba establecido en el negocio cuando yo llegué. Yo era joven y estaba lleno de energía. Ambos, Frank y yo, operabamos Ag Cats, él se encontraba en el condado de al lado. Éramos una competencia amistosa, pero competencia al fin. Frank era un minimalista. Solo tenía el equipo que necesitaba y que era confiable. Como nuevo operador, aún no había aprendido esa valiosa lección. Iba inventando las reglas a medida que avanzaba.
En 1970, el gobierno federal tenía un programa llamado Pago amable (PIK), establecido por la administración del presidente Kennedy para resolver el problema del gran excedente de granos y maíz. El programa, en la manera más simple de explicarlo, pagaba a los granjeros por no sembrar. Ya era un operador marginado, y este programa redujo aún más la cantidad de acres en mi operación. Para colmo, casi al mismo tiempo, mi PT6-11AG, número de serie 1, falló al despegar. No pude recuperarme fiscalmente. Hice lo único que sabía hacer, y eso fue buscar trabajo en lo de Frank, mi competencia. Frank y yo resolvimos la logística; Tengo una camioneta y la capacidad de volar continuamente. Entonces absorbió mi servicio de vuelo (y la deuda) a cambio.
Tuve mala suerte, me maldecí a mí mismo por tener que ir con mi competidor. Pero, poco sabía en ese entonces, porque este movimiento ayudó a establecer mi carrera de toda la vida en la aviación agrícola y Frank Bledsoe se convirtió en mi mentor. Pensaba que sabía cómo hacer todo, y pensaba que Frank simplemente hacía las cosas “de manera diferente”. Cambié la forma de abordar casi todos los aspectos del negocio, desde volar hasta administrar. Frank hizo las cosas bien y las hizo bien desde la primera vez. Tuve más de 10 años haciendo cosas solo lo “suficientemente buenas”; Frank me inculcó la ética laboral y las lecciones que sigo conmigo hasta el día de hoy.
La mentoría en la aviación agrícola es imperativa. El viejo refrán dice “no sabes lo que no sabes”. Eso no podría ser más cierto. Años de aprender de los errores, lo que funciona y lo que no funciona. Años de conocimiento que no se pueden encontrar en un libro, en un curso de certificación o mediante la autoexploración. La mentoría hace que todos sean mejores y será continuamente el método preferido por los nuevos pilotos para ingresar a nuestra industria.
Les recomiendo a todos los aspirantes a pilotos agrícolas que busquen un mentor y absorban cada palabra que salga de su boca. Que empiecen en tierra, que entren en la oficina y aprendan cómo hacen negocios, cómo interactúan con los clientes, cómo cuidan sus equipos. Y que una vez que cuentan con toda esta información, continúen con el avión. Que aprendan cómo virar, cómo carretear y cómo volar seguros. Que conozcan cómo descansan, cómo lo dan al 110% durante los momentos en los que hay más trabajo que horas en el día. Que descubran cómo se mantuvieron vivos. Que aprenda todo. Les están dando un regalo al que no se le puede poner precio. Aprecienlo
El 3 de abril de este año perdimos a Frank Bledsoe por complicaciones de salud. Pasó su vida en aviones agrícolas y en tractores. Trabajó incansablemente hasta el día de su muerte. Frank me enseñó muchas lecciones en el camino. Volé para él hasta principios de la década de 2000, aprendiendo todo el tiempo.