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La Asociación Colegial de Escritores es una entidad Ubre e independiente que agrupa a los escritores españoles con el fin de fomentar la vida intelectual, las culturas españolas, defender a sus asociados en los derechos que les reconozcan las leyes, propugnar sus reivindicaciones profesionales, representarlos en los organismos oficiales que les afecten, establecer relaciones de solidaridad y cooperación con otras entidades análogas mundiales y defender la libertad de expresión.

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ANDRÉSSOREL

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República de las Letras

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SUMARIO Andrés Sorel

En principo, la palabra

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Pedro García Cueto

Ernesto Sabato o la luz en las tinieblas

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Carmen Bandrés Sánchez-Cruzat

José Antonio Labordeta. Semblanza de un poeta

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Pedro J. de la Peña

En memoria de León Tolstói

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Jesús Felipe Martínez

Las narraciones de Antonio Martínez Menchén

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Luis Barga Fernando Martínez Laínez y el thriller

Los libros de plomo

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Juan Ángel Juristo

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La verdad de las mentiras José Luis Gracia Mosteo

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Los libros de plomo Félix Población ¿Fue masón Antonio Machado?

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Jesús Campos Garda 57

7.000 gallinas y un camello Berta Muñoz Cáliz Jesús Campos García. Fragmentos de su biografía

CRÍTICAS DE LIBROS

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Francisco Brine:;. Todos los rostros del pasado Ana Caravaca Caballero. Dubrovka Santiago Gómez Valverde. Fuga de ideas Paula Izquierdo. El nombre no importa José López Rueda. La flecha intempestiva Pablo Méndez. Cadena perpetua Juan Mollá. Contra el tiempo Francisco de Quevedo. Teatro completo Manuel Quiroga Clérigo. Páginas de un diario Clara Sánchez. Lo que esconde tu nombre Rafael Soler. Las cartas que debía

RESEÑAS DE LIBROS

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Narrativa - Poesía - Ensayo - Tea tro

Cartas al Director. Siguen las calumnias contra Azaña. Arturo del Villar

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Corrección de pruebas: Esther Gaitero Fotografía de portada: Quietud con rarezas. Óleo sobre lienzo. Jan van der Heyden (1637-1712)


El ratón de biblioteca. Carl Spitzweg

En principio, la palabra A N DRÉS SOREL

Antes que escritores somos lectores, como dice Borges. y tal vez porque somos apasionados lectores intentamos ser escri tares. En el principio fue la palabra. La palabra hizo al hombre. Y añadimos: en el principio de nuestra vida fue la lectura. Y ella nos hizo humanos. El día en que la lectura, el


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En principio, la palabra

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pensamiento, la creaClOn literaria y artística se extingan, también desaparecerán los seres humanos. Seguirá la vida. Pero será otra vida, no la nuestra. *

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Todos somos Sherezade. Leemos cada día un libro para prolongar nuestras vidas . Para retardar, inútilmente, la muerte, para al menos paralizar su improrrogable abrazo. Surgidos de la nada caminamos hacia la nada, y en esa senda recorrida cuya duración desconocemos, los libros son la más sentida compañía, motivación, para algunos de nosotros, de la existencia. *

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Mis primeras pasiones literarias tuvieron que ver con dos géneros literarios, hablando en términos canónicos, que hoy resulta más dificil diferenciar y encasillar, géneros que luego, ya escritor, sería incapaz de desarrollar. Me refiero a la poesía y al teatro. Era muy niño. Estudiaba en el colegio de los Padres Misioneros. Mi padre, maestro, había pasado a ser uno de los perdedores de la guerra. Vivíamos en Segovia, donde yo nací, y él trabajaba como chófer en Obras Públicas. Conducía camiones de transporte, máquinas quitanieves, a veces coches de la Jefatura que trasladaban a los ingenieros. Soy pues, como Antonio Gamoneda, mi admirado amigo y compañero, uno de los escritores provenientes de la cultura de la pobreza. Éramos seis hermanos. Sólo los tres varones, a costa de grandes sacrificios por parte de toda la familia, y becas, estudiábamos. Obligados a sacar buenas notas en aquel colegio abierto para gentes de clases medias y altas, militares sobre todo, Segovia era enclave para ejércitos e iglesias. Pronto me aficioné a la poesía. No había cumplido diez años de edad y ya con mi hermana, tres años mayor que yo, organizábamos en el desván de la casa en'que vivíamos recitales poéticos, pidiendo al final la colaboración de alguna moneda para poder comprar más libros, a los niños y niñas que asistían a ellos, como si de un tea trillo se tratara. Las mil


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Andrés Sorel

mejores poesías de la lengua castellana, Rubén Daría, y sobre todo Bécquer. Amé desde pequeño a Bécquer, que era como la música, mi otra gran pasión, como apenas unos años más tarde haría con Antonio Machado . Pronto perfeccionamos aquellas emotivas veladas. Empezamos a escenificar, con la ayuda de ropas viejas o prestadas, cartones pintados, accesorios recogidos en la calle o el campo, improvisados y rústicos decorados, pequeñas representaciones teatrales. Clásicos españoles, de .Calderón a Zorrilla. Hasta que al cumplir ya los doce o trece años descubrimos a Shakespeare. Shakespeare es uno de los autores de mi vida, al que siempre retorno. Macbeth se ha convertido en una de las obras que me acompañan en todo momento, como El Rey Lear, que en un naufragio o en un Continente perdido, de los que se sueñan en la juventud y que ya por desgracia no existen en esta hora de la programación visual, el conformismo y la velocidad, siempre me llevaría conmigo, salvaría por encima de cualquier cosa. Shakespeare fue el gran autor que me hizo comprender cómo se puede tratar la historia a través de la literatura. Porque más allá de las circunstancias concretas, de los hechos relatados, en él encontramos los grandes problemas que conforman la perplejidad del ser humano: el amor, la ambición, el paso del tiempo, el odio, la violencia, la concupiscencia del poder, los bajos instintos, los nobles ideales, los celos, la angustia, la ternura, la corrupción política, la maldad, la duda. *

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Avancé en el crecer a la vida, y en la juventud llegó la novela -que las otras, las de aventuras ll~vaban tiempo acompañándome, apasionándome-o Dostoievski primero, y sus criaturas atormentadas, y el mundo eslavo, y los humillados, los desposeídos, los ambiciosos, las pobres gentes y la búsqueda de Dios . Y Stendhal y su Rojo y Negro (también Lucien Leuwen y La cartuja de Parma), cuyo protagonis ta ap asionado motivó que Carlos Barral me inventara un seudónimo literario para mi primera novela (que con él iba a publicar y terminaría prohibiendo la censura) y que acabó convirtiéndose en mi auténtico nombre.


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En principio, la palabra

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Imposible me resulta elegir cuatro o cinco libros de entre los mil y uno que han dado y continúan ofreciendo sentido a mi vida. Todavía soy capaz de encontrar en apenas segundos, alguno de los más de diez mil volúmenes que conforman mi biblioteca. No los amo a todos naturalmente de la misma manera, ni los leí con el mismo entusiasmo, y contados son los que ya leo y releo siempre. Constituyen estos, a los que siempre regreso, mi auténtica voracidad literaria, y ocupan parte del tiempo que también dedico a los otros que voy descubriendo, leyendo. Pero no puedo terminar esta reflexión sin referirme a otro autor particularmente: Kafka. Todos somos protagonistas de una novela como El proceso. La humanidad sufre cada vez esa transformación que se ejemplifica en La metamorfosis. Y nunca en nuestros sueños y aspiraciones para encontrar un mundo más justo, accederemos, traspasaremos las puertas de El castillo . La enfermedad, soledad, angustia, indefensión del hombre pensante contemporáneo ha sido reflejada por Kafka con una profundidad inigualable. Nadie que ame y crea en la literatura -no hablamos aquí del mercado, lo que se vende, critica, publicita por los medios de comunicación, lo que triunfa, la simulación de la literatura cada vez más degradada y corrompida- puede ser ajeno a Kafka . Kafka está en nuestra obra, porque forma parte ya del ser humano enfermo, miserable, víctima, atormentado y sojuzgado de nuestros días. Kafka escribió un día: Escribiré a pesar de todo, indefectiblemente; es mi lucha por la supervivencia. Pero antes había igualmente escrito; Es indudable mi avidez por los libros. No tanto por poseerlos o ["eerlos como por verlos, por convencerme de su permanente existencia en los estantes de una librería. Hermosa Sherezade de las mil y una noches, de las mil y una historias. Continúa salvándonos la vida con uno de esos mil y un libros. Unos pocos son los elegidos, mas para escogerlos, optar por ellos, necesitamos los demás. Que la palabra continúe, la creación imaginativa sea el territorio en que todavía habitamos.


Ernesto Sabato o la luz en las tinieblas

PEDRO GARCÍA CUETO

La figura y la obra de Ernesto Sabato es la de un hombre cuya hond ura no tiene parangón, porque su lucidez nos devuelve a la realidad sin fisuras, a la forma de entender el mundo corno un jeroglífico donde se posan siempre las borrosas sombras del vacío. Si no ha sido un autor muy prolífico es porque su obra se cimenta en la búsqueda de la verdad, corno si ésta se escondiese entre las sombras poderosas que nos inundan. Un breve recorrido a su vida nos habla de un hombre nacido el 24 de junio de 1911 en Rojas, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Hijo de Francisco Sabato y de Juana María Ferrari, fue el décimo hijo de once que tuvo el matrimonio. El nombre de Ernesto hace referencia a un hermano que murió poco antes de nacer él, el que hacía el número nueve de la larga lista de hijos de la pareja. Por ello, por la muerte prematura de este herma-

no, sus padres decidieron ponerle el mismo nombre al futuro escritor. Hizo los estudios secundarios en La Plata, en el Colegio Nacional del mismo nombre donde tuvo corno profesor al famoso investigador Pedro Henríquez Ureña. Fue en 1929 cuando comenzó su carrera en la Facultad de Ciencias FísicoMatemáticas de la Universidad Nacional de la Plata. Activo militante del movimiento de Reforma Universitaria, de tendencia comunista, se afilió al partido y en el año 1933 fue elegido Secretario General de la Fundación J4.venil Comunista. Las dudas sobre su ideología vinieron poco después y el partido le mandó dos años a las Escuelas Leninistas de Moscu. Antes de ese viaje a Moscú (que no realizó por temor a su futuro), est\olVO en Bruselas corno delegado del Partido Comunista de la Argentina en el Congreso contra el Fascismo y la Guerra.


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Ernesto Sábato o la luz en las tinieblas

Sabiendo que el VIaje a Moscú entrañaba el riesgo de quedarse allí, sin que pudiese elegir su destino, decidió ir a París donde escribió su primera novela La f uente muda. Tras ese periodo volvió a Buenos Aires donde se casó con Matilde Kusminsky Richter, mujer que conoció en un curso sobre marxismo en su periodo comunista. Acabó el doctorado en Física en la Universidad de la Plata. Luego le fue concedida una beca en París para realizar trabajos de investigación sobre radiaciones a tómicas en el Labora torio Curie. Fue en París donde entró en contacto con los surrealistas (Benjamin Péret, Óscar Domínguez, etc .) lo que le llevaría a plantearse la literatura como un medio para analizar sus obsesiones y poner en solfa el mundo que lo rodeaba. Esta decisión fue trascendental porque nos dio la oportunidad de conocer el pensamiento de un hombre de gran talla intelectual. Empezó a escribir más asiduamente en 1941 , cuando publicó un artículo sobre La invención de Morel de Bioy Casares en la revista Teseo de la Pla ta . Publicó artículos en la revis ta Sur, llevando las reseñ as de libros y también en el d iario La Nación de Bu enos Aires. Su famosa n ovela El túnel fue rechazada en muchas editoriales, hasta que fue publicad a en la revis ta Sur, donde colaboraba en 1948, novela que adquirió muy pronto gran interés para la crítica, en especial para el gran novelista francés Alber t Camus, quien la hizo traducir para la famosa editorial Gallimard. Otra n ovela fundamental de la que voy a hablar a continuación por su hondo interés para entender el mundo del escri tor argen tino fue Sobre héroes y tumbas, publicada en 1961.

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Pero mi interés en este pequeño estudio radica en conocer la forma de entender el mundo de Sabato, la profi.mdidad que late en sus libros, macerados como si tejiese un telar donde nunca se acaba de hilar. Para el escritor argentino el libro es siempre un espacio lleno de preguntas, sin que la prisa haya mermado la calidad de su escasa obra novelística. El compromiso de Sábato con los derechos humanos quedó muy claro en su indudable apoyo a la política de Raúl Alfonsín en Argentina para des tapar el caso de los desaparecidos por la dictadura de Videla. Sabato entiende la literatura también como una sofisticada trama para denunciar el abuso del poder, que, amparado en la violencia, mermó la vida de los argentinos. Sobre héroes y tumbas es un libro fundamental, un documento imprescindible para entender las obsesiones de Sabato sobre el mundo. SOBRE HÉROES Y TUMBAS. MARTÍN, ESPEJO DEL ESCRITOR

Me interesa en este breve repaso por Sobre héroes y tumbas la figura de . Martín, cómo contempla el escritor a ese personaje alter ego, donde da forma a sus mejores reflexiones sobre su país y sobre la vida en general. Martín va llevando a cabo su periplo existencial sobre una Argentina que tiembla entre los cimientos, un país que duele por dentro, como se irá viendo en fa .novela . El escritor argentino va poniendo en su boca todo lo que siente por el mundo que le. rodea, sin que el protagonista pronuncie un largo discurso en toda la novela, Sabato le regala, a través de su rica prosa, todo lo que vive por dentro el joven Martín:


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Pedro García Cueto

Martín se sentía aislado mágicamente de la dura realidad externa, como sucede en el teatro (pensaba años más tarde) mientras estamos viendo el mundo del escenario, mientras fuera esperan las dolorosas aristas del universo diario, las cosas que inevitablemente golpearán apenas se apaguen las candilejas y quede abolido el hechizo (p. 126). También el mundo de los sueños está presente, porque el protagonista ve la descomposición de un mundo aristocrático, pervertido ya por el avance imparabIe de una Argentina que acabará en manos de los militares años después, un país en ascenso hacia la dictadura, porque se halla sin gobierno posible, sin la eficacia que le salve de los buitres que poco a poco implantarán el terror en el país. Sabato es ya un visionario, alguien que anticipa el mundo que poco después será portada en los periódicos: Aquella noche Martín tuvo el siguiente sueño: en m~dio de una multitud se acercaba un mendigo cuyo ros-

tro le era imposible ver, descargaba su hatillo, lo ponía en el suelo, desataba los nudos y, abriéndolo, exponía su contenido ante los ojos de Martín. Entonces levantaba su mirada y murmuraba palabras que resultaban ininteligibles (p. 143). El narrador dice después que en el sueño no existía metáfora alguna, sino evidencias, un mendigo que se le acercaba, pero nosotros sabemos que el mendigo esconde el avance imparable de una sociedad que ya no respeta a nadie, una sociedad quemada y consumida por el dinero, que establece cada vez, como en el gran imperio americano, más diferencias entre ricos y pobres. Bruno o Alejandra son otros personajes importantes, seres que dicen lo que no expresa Martín, siempre espejo del narrador, siempre oyente de lo que otros manifiestan, siempre en el subconsciente de Sabato. Hay muchas digresiones en el libro, porque no se trata de una novela, sino de

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un tratado sobre el ser humano, un ensayo sobre la condición humana, una visión filosófica de nuestro paseo por la vida. La crítica de Sabato hacia una ciudad que se desgaja, que va señalando en el horizonte la deshumanización de la sociedad moderna, donde los pobres son más pobres y los ricos acumulan sus bienes, mientras otros se mueren de hamb re: ¡Abominables cloacas de Buenos Aires ! ¡Mundo inferior y horrendo, p a tria de la inmundicia ! Imaginab a arriba, en salones brillantes, a mujeres hermosas y delicadísimas, a gerentes de banco correctos y ponderados, a maestros de escuela diciendo que no se deben escribir malas palabras en las p aredes ... (p . 424). Pero ese mundo de lo adecuado, d on d e triunfa lo racional, lo elegante, se contrapone al que aparece en el subsuelo, en las cloacas de la ciudad, donde se va gestando el m al que lo ver tebra todo, la enferm eda d que asola, en lo hondo, a la ciudad, m ezquina p or el p eso de unos sobre otros : Mientras por ahí ab ajo, en obsceno y pestilente tumulto, corrían m ezclados las menstruaciones de aquellas amad as románticas, los excrementos d e las vaporosas jóvenes vestidas de gasa, los preserva ti vos usados por correctos gerentes, los destrozados fetos de m iles d e abortos, los restos de comidas de millones de casas y res taurantes, la inmensa, la innumerable basura de Buenos Aires (pp . 424-425) . Todo aquel mundo de luj o va a parar a las cloacas, donde se p uede ver la miseria humana, el cuerpo elegante que nos impresiona por su bello cutis en su exacta condición de ser carnal, con la alusión a los excrementos que todos, en nuestra corporalidad, vamos dejando en los estercoleros de la ciudad.

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La condición de Sabato de hombre de ciencia, que no niega su deseo de embellecer la vida, se une a una prosa desgarrada. También el pesimismo del escritor, huérfano de Dios, conocedor de nuestro vacío existencial, de nues tro caminar con la muerte hacia la nada. La referencia a Dios, en la honda metafísica que alumbra en el escritor, se puede ver con detalle en unas líneas del libro: Además, si Dios aparecía, ¿cómo lo haría? ¿Y qué sería? ¿Una presencia infinita y aterradora, una figura, un gran silencio, una voz, una especie de suave y tranquilizadora caricia? ¿Y si se aparecía y él era incapaz de advertirlo? Entonces se mataría inútil y equivocadamente tp. 538). El suicidio de Dios es de la humanidad entera, porque Sabato no niega el halo de pesimismo que late en su recorrido por la vida, tras vadear muchos caminos, tras presenciar muchos asesinatos, mucha injusticia, todo ello, cond ición esencial de un ser humano que es, sin duda alguna , un lobo para el hombre. El despedazamiento del hombre p or él mismo es la solución al enigm a de Dios, silencio y v acío total. La novela transcurre por un hilo muy fi n o, que h ace m enci ón d e la aza rosa his toria d e Argentina, como nos demues tra Alejai.1dra y que, en sus múltiples digresiones, cons tituye un ca leid oscopio de la humanidad entera. S ABATO COMO ESCRITOR. C ONCLUSIÓN FINAL

El escritor argentino escribió varios libros d e ensayo, uno de los más interesantes es El escritor y sus fa ntas mas (1963), donde va ofreciendo su v isión de la n ovela, del creador, de sus escri tores fav oritos.


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Pedro García Cueto

Termino este breve estudio con unas palabras de este esclarecedor ensayo donde compara su visión de la novela con la de la vida, ambas miradas encuentran en el escritor un nexo común, ya que la novela es espejo de la incertidumbre de la vida: A la novela le es aplicable exactamente lo que Jaspers dice de la existencia: La existencia es una conquista . Su modo de ser esencial es 'estar en impulso'. Su ritmo propio es la crisis. Es un perpetuo movimiento de flujo y reflujo, de fracaso y vic toria. Sólo puede irse al reposo por la angustia, al abandono por el desafío, a la existencia por el escándalo. La vida espiritual es una continua tempestad de antinomias, cuyos términos tan pronto se estrellan entre sí corno se separan hasta la ruptura. El existente tiene que mantener los contrarios unidos en un esfuerzo de dolorosa tensión, nunca resuelta. (p. 142). Las palabras de Jaspers que utiliza Sábato ejemplifican muy bien lo que une a la novela con la vida, un juego donde nunca hay victoria, sí esfuerzo, un proceso donde siempre, hasta en la plenitud del instante, anida la sombra de la derrota, un espacio donde nuestra presencia vital se contrapone a la que nos hace efímeros y perecederos corno si al respirar el oxígeno estuviésemos condenándonos a perder un día el privilegio de respirar. Sabato, ahora, al cumplir cien años, nos ofrece siempre la mirada única de un hombre que ve el reverso del mundo, que ha escrito muy pocas novelas, pero que sí ha dejado en ellas y en otros libros o artículos (ensayos, críticas) su mirada hacia el universo, escéptica y descorazonadora, lo que no le ha llevado a renunciar a la vida, sino a verla con ironía, la verdadera luz de la inteligencia. Felicidades, maestro.

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Ernesto Sáb ato o la luz en las tinieblas

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El deber del escritor es escribir la verdad, no contribuir a la degradación con mentiras. Un escritor busca en su corazón. Y si no puede hacerlo mejor que se dedique a otro oficio. Para mí. .. la literatura es una forma -quizá la más completa y profunda- de examinar la condición humana. Si nos llega dinero por nuestra obra está bien. Pero escribir para ganar dinero es una abominación. Esa abominación se paga con el abominable producto que así se engendra. ERNESTO SABATO


José Antonio Labordeta. Semblanza de un poeta CARMEN BANDRÉS SÁNCHEZ-CRUZAT

Narradora y periodista

Hay en el cielo una nueva estrella, un astro resplandeciente que se encendió un triste domingo de septiembre y que, desde entonces, irradia su luz entrañable sobre nuestro destino; un destello indomable, tenaz y socarrón, capaz de conseguir que toda una nación entone a coro un canto a la libertad. Y allá, en los confines del firmamento, quizá un poco sorprendido y sin duda impresionado, José Antonio alzará sus pobladas cejas mientras consiente que en su rostro se dibuje un gesto astuto y mordaz, a la vez que de sus labios escapa con ironía una indiscreta y políticamente incorrecta sentencia: ¿pero de verdad he sido profeta en mi tierra ?/I. 11

Es nuestra comunidad un solar en el que reina la envidia y escasamente proclive al reconocimiento en vida, que tampoco después del sueño eterno rara vez se p~rmite un tan extraordinario homenaje como el que toda España ha tributado a José Antonio Labordeta, tal vez para hacerse perdonar el desdén con el que tantas veces le obsequió en su constante deambular por el suelo patrio, por donde tantas leguas caminó con una mochila a la espalda y un mensaje perenne en el corazón. Es por ello que tan fascinan te resulta la convulsión social que la desaparición de Labordeta ha provocado en un pueblo, por otras parte necesitado de guías iluminados que le devuelvan la


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José Antonio Labordeta. Semblanza de un poeta

esperanza en el futuro. Hombres como él, cercanos a las gentes sencillas y olvidadas, que se hacen comprender con pequeños gestos y parcos hechos mientras siembran con insistencia semillas que nada saben de falsa afectación. Fue la de José Antonio Labordeta toda una vida entregada a su tierra que, por una vez, no ha vuelto la espalda a uno de sus más firmes adalides. Un espejo en el que podernos mirar cuando, perdida la fe en el futuro, sólo pensamos en nuestro mal fario. Y una fuente en la que beber cuando fuerzas e inspiración flaquean. Supo llegar a todos, tal vez porque dejó su huella en todos los barros, se desvaneció en todas las nieblas y en su piel curtieron arrugas todas las alboradas de una larga existencia. Y, sin embargo, maestro, cantautor o político, es la del poeta la imagen más próxima a nuestro corazón, por más que él comentase en cierta ocasión a un periodista, que su ilusión oculta fue la de medrar en el teatro, con especial énfasis en la figura de los payasos, con quienes de verdad compartió su habilidad para meterse al público en el bolsillo. Acaso su ascendencia burguesa impidiera tal propósito, pero él, malabarista genial, supo siempre sortear el lado oscuro de los vaivenes y obstáculos que el mundo dispuso en su camino y aprendió a cultivar amistades que perdurarían siempre. Algunas quizá sorprendentes, como la que le unió a Federico Jiménez Losantos, apreciado alumno entre un elenco en el Que también se vislumbran señaladas figuras como la de Manuel Pizarra. Alquimista irreductible, siempre en pos de nuevos horizontes optó por la canción cuando le fue denegado el permiso para realizar una gira por Canarias. En un platillo de la balanza, la seguridad de un sueldo fijo con siete triel

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nios acumulados como funcionario de la enseñanza; en el lado opuesto, la utopía, un incierto destino en el que todo estaba por hacer y en el que su voz ronca, escasamente melodiosa, no auguraba ningún tipo de facilidades. Mostró de nuevo su faceta más innovadora, propia, personalísima. Y el triunfo le sonrió, con un público entregado que vibraba y coreaba cada estrofa de sus canciones, unas letras que penetran sin piedad hasta el fondo del corazón, que retratan nuestro más íntimo sentir y que trascienden lo más pura esencia aragonesa para alcanzar a toda la nación, como así se reflejó en un vitoreado concierto que tuvo lugar en el Palacio de Montjüic, ante más de doce mil espectadores. Líder carismático, fue un decidido impulsor del Partido Socialista Aragonés, quimera idealista que se desvaneció pronto, víctima de una pelea imposible contra la cruel realidad. No tardaría Labordeta en unir su destino a una nueva opción, la Chunta, a través de la cual canalizaría esa terquedad que le distinguió siempre en la vida política, al servicio de sus ideas y de una inconfundible perspectiva, cuajada en el terruño, para entender Aragón. Mas el político reivindicativo y el juglar que cantó a la libertad no son sino distintas aristas de un mismo prisma en cuyo seno yace el escritor, el poeta. Oculto bajo un denso barniz, enmascarado por el tañer de una guitarra con la que, al decir de Mario Caviria, reinventó la nueva canción baturra, hemos de encontrar al hombre, al viajero curioso e infatigable que hada camino al andar y en cuya mochila no sólo viajaba Machado, sino Balzac y Thomas Mann, Carda Larca y Neruda; César Vallejo, sobre todo. Sin duda, la figura paterna, catedrático de latín y muy afi-


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Carmen Bandrés Sánchez-Cruzat

cionado a la poesía clásica, marcó la temprana vocación de quien, más tarde, se auto definiría como un escritor cuyas canciones no eran sino poemas musicados. Tampoco puede olvidarse la influencia de su hermano Miguel, catorce años mayor, con quien compartiría habitación en la casa familiar tras la boda de Manuel, otro de sus cinco hermanos. En 1953, a la muerte del padre, Miguel se hizo cargo de la dirección del colegio Santo Tomás de Aquino; es en esta época cuando ven la luz los primeros escritos de José Antonio Labordeta, en torno a la tertulia literaria Niké, en la que Miguel poseía un gran protagonismo. El primer poemario, Sucede el pensamiento será una obra algo ingenua y melancólica en la que ya pueden entreverse los rasgos que presidirán un hermoso legado literario. La sombra de León Felipe y, sobre todo, la de César

Vallejo escoltan a la de su mentor literario y admirado hermano Miguel. Fue este el primigenio jalón de una estela que perdurará hasta su recientemente publicado Regular, gracias a Dios, -un libro de vivencias, de amistades, de recuerdos, donde al autor, ya postrado por la enfermedad terminal, quiso sintetizar 75 años de su vida. Entre aquel primer poemario y su último libro de memorias, se abre un inmenso paréntesis cuya anchura es tal vez más amplia que su longitud : articulista polifacético, baluarte de Andalán, ensayista, novelista y autor de varios libros de memorias en los que ansía expresar su más íntimo pensamiento. Pero sobre todo, poeta. Poeta y aragonés hasta la médula. En 1971 apareció la que puede considerarse, junto a Diario de un naúfrago, su obra cumbre en el campo de la poe-

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José Antonio Labordeta. Semblanza de un poeta

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campo del ensayo, dominan sus libros de viajes, entroncados con los guiones de las diversas series que protagonizó para la televisión, así como varias obras, de carácter filológico, destinadas a la divulgación de la poesía de su hermano Miguel y una más a la de César Vallejo. Por último, cabe considerar hasta cinco libros de memorias, entre Con la voz a cuestas (1982) y Regular, gracias a Dios, publicado este mismo año. Raimon, Joan Manuel Serrat, Paco Ibáñez, Joaquín Carbonell ... , Andalán y Eloy Fernández Clemente; Miguel Labordeta, el café Niké y la Oficina Poética Internacional (OPI); una bancada del Hemiciclo, plena de diputado s él los que mandar A la mierda" ... Un pequeño macuto a la espalda, viejo compañero de fatigas, con el que recorrer un país para trasladarnos un paisaje, en el que ocres y verdes no son sino meras comparsas, apenas sin relevancia, de sus verdaderos protagonistas, los hombres y mujeres que lo habitan. Y un lamento que, sin convicción, anheló borrar de sus labios: ¡qué pena este desinterés de la juventud actual por la cultura, por la canción reivindicativa, por el compromiso; qué pena esta adoración del ídolo capitalista! ¿A quién le importa hoy la poe11

sía: Cantar y callar. Cimentada en tres pilares fundamentales de los que Labordeta constituye un referente cardinal (la tierra, lo cotidiano, el paisaje humano) el libro incluía también una grabación secuestrada tres años antes, durante los convulsos meses del 68. Como sucinto resumen de su prolífica saga de artículos, cabe citar Los amigos contados (1994), antología donde se recopilan algunos de los más interesantes, publicados en Andalán como en varios diarios. Yen cuanto a la narrativa, habría que destacar El comité, novela corta que evoca el impacto de nuestra guerra civil. Abunda el relato breve en una trayectoria literaria cuya temática evoca con persistencia la soledad, el vacío existencial, la España rural, el escepticismo, la memoria... En el

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José Antonio Labordeta aspIro siempre a cambiar el mundo, un mundo que nunca le gustó y al que contempló detenido en el tiempo; que examinó con pesimismo melancólico a la vez que sorteaba con sutil destreza sus espinas más incisivas. Tal vez no llegó muy lejos en su afán de cambiar el mundo, pero no cabe duda: el mundo tampoco logró cambiarle a él.


En memoria de León Tolstói

PEDRO

J. DE LA PEÑA

Escritor y crítico literario

En su libro El retrato oval el escritor español Juan Gil-Albert hacía un trabajo extremadamente brillante de los últimos zares de la dinastía Romanov, cuyo trágico final tanto le había interesado. En privado, comentaba lo fácil que le había sido la creación de este libro, porque no lo consideraba un estudio histórico, sino como él decía: una fotografía de familia . Sin embargo, Juan GilAlbert, nunca conoció a Nicolás II ni a la zarina, ni a Rasputín ni a ninguno de los miembros de la familia imperial. Su parentesco era simplemente estético, pero suficiente para que esa identidad se transformara en un vínculo moral que le ligaba a la sangre de los zares rusos por un vínculo invisible. ¿Qué decir entonces de León Tolstói que por sus orígenes estaba tan cercano al mundo de la familia imperial rusa desde

principios del siglo XIX hasta los inicios del siglo XX? Recordémoslo: Tolstói era hijo del conde Nikolai llich Tolstói y de la princesa María Bolkonski, y esa procedencia de la alta aristocracia le hizo ser un testigo excepcional, por arriba y por abajo, de las vicisitudes de la historia rusa desde su esplendor decimonónico hasta su pa~atino desprestigio cuando ya los movimientos revolucionarios presagütban el fin del zarismo, un poco antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. Es cierto que Tolstói quedó huérfano muy joven. A los dos años de edad murió su madre, y a los diez también desaparecía su padre. Pero tuvo la suerte de ser cuidado por Ta tiana Alexandra Ergolskaya que supo educarle no sólo en los principios de un aristócrata ruso sino también en los de un hombre cristiano. Los acontecimientos biográficos


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En memoria de Leon Tolstoi

de Tolstói, estudios en Kazán, traslado a Moscú, licencia tura en derecho por la Universidad de San Petersburgo, viajes por Europa (Alemania, Suiza, Italia) y largas temporadas de retiro en Yásnaia Poliana, hicieron el resto para permitirle la escritura de algunos de los libros m ás hermosos y fascinantes de la literatura universa l, como A na Kan erina, Guerra y Paz o Resurrección. Pero es en sus Memorias y concretamente en la Autobiografía novelada: infan cia, adolescencia, juventud (Ediciones Giner, Madrid, 1977) d onde podemos encontrar la verdadera form ación d e un novelista . Un solo dato valdría p ara explicarlo. El p rimer personaje que ap arece en la obra no es un familiar o un pariente cercano, sino el profesor Carlos Ivanovich al que Tolstói consideraba en su infancia el hombre m ás ex traordinario del mundo. Y sólo tras este capítulo aparecen los dedicados a Mama capítulo II y Papa capítulo lII.

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El proceso de estas memorias muestra la agudísima inteligencia y la enorme sensibilidad de Tolstói. Sensibilidad e inteligencia que le hacen por igual ocuparse de sus hermanos y familiares de alta cuna como también de los sirvientes y de los personajes humildes, como ocurre con el asceta Gri<;ha, el ama de cría Natalia Savishna o la criada Masha: La infancia de Tolstói, que en estas memorias toma el nombre de Nikolás, como su hermano el nombre de Volodia, es la de un joven que acude a las cacerías del bosque, al aprendizaje de las formas sociales, a los bailes de sociedad, en donde aprende el vals o la mazurca y al es tudio con los precep tores que le hablan en francés. Pero, Tolstoi no se limita a esa vida habitual ' de los aristócratas rusos, sino que observa también la habitación d e las sirvientas, el trabajo de los campesinos, la vida de las aldeas, los viajes a los que le obligan sus estudios y la desapa-


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Pedro J. de la Peña

rición trágica de su madre y de su abuela. Es decir, el joven Leon, aprende lo que es el sufrimiento, el trabajo, la servidumbre, la desigualdad social y la tragedia del vivir. Y así se encamina hacia su adolescencia lleno de dudas y razonamientos que le llevan a comprender el mundo no sólo desde una perspectiva señorial, sino desde otra humana y social: "Pero llegó un momento en que estas ideas se me presentaron con tal intensa fuerza de revelación moral que hasta me asusté, pensando en el tiempo perdido en vano . Inmediatamente, en aquel mismo instante, quise aplicar estas ideas a la vida, con la resolución firme de no traicionarlas ya. Desde esa época considero el comienzo de la juventud". Este es a mi parecer el rasgo diferenciador entre Tolstoi y otros aristócratas rusos: su condición moral. Porque Tolstoi no es sólo un descriptor mara vi-

lIoso de ambientes o un narrador imperturbable de los desastres de la invasión napoleónica, o del sin sentido de las costumbres de su época, sino un escritor de conciencia, es decir, un hombre que analiza el corazón humano y procura encaminar sus acciones hacia el bien. Él mismo confesaba: "Me he habituado a aIllar el bien, y cuando me aparto de él estoy descontento de mí y vuelvo al bien con alegría." En el fascinante mundo histórico en el que le tocó vivir, para Tolstói los personajes más decisivos no son nunca los grandes per~ona­ jes como los zares, su abuela princesa o el príncipe Ivan Ivanovich, sino precisamente aquellos con cuya amistad aprende, como el príncipe Dimitri, al que apela como el maravilloso Mitia, o su preceptor Saint-Jérome, cuya relaciones pasan del odio a la admiración. Libro autobiográfico puede considerarse también el título Sonata a

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Kreutzer, -título prestado de Beethoven- en donde el personaje de Pods~ nicheff es un alter ego del autor. En esta dura novela se narran las vicisitudes de un matrimonio cuyo inicial amor desemboca en una dura batalla familiar. A la idea habitual de que el matrimonio es la consagración del amor, Podsnicheff alega que el matrimonio se basa en la violencia masculina y la hipocresía femenina y en cuanto a la duración del amor asegura que no puede durar toda una vida puesto que es "como si se dijera que una vela puede arder para siempre" y, en un arranque de amargura, afirma que la mujer escogida mantiene su preferencia en el gusto del hombre "¿por cuánto tiempo? ¿por un mes? ¿por dos días? ¿por media hora?". ¿Qué razones tenemos para pensar que el propio Tolstói sustenta estas ideas, puestas en boca de Podsnicheff?

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El novelista no las oculta: nos habla de un joven rico, "hidalgo de la estepa", alumno de la universidad, perteneciente a la aristocracia y que se casó a los 30 años tras una vida disipada de bebedor, libertino y mujeriego según las c"ostumbres de los jóvenes de familias distinguidas en su tiempo. Cuando Tolstói se casó con Sofia Andreievna Bers pensó que el ma trimonio lo convertiría en un hombre redimido de sus vicios, pero la vida transcurrida en Yásnaia Polaina y en Pigorovo -las fincas respectivas d~ su padre y su madre, con más de docemil siervos a su servicio- se fue infectando de polémicas a medida que Tolstói quiso regalarlas a sus campesinos, mientr'a s su mujer enfurecida le gritaba : -"¿Qué les dejarás entonces a tus h~jos?"

Consciente de que una revolución se presagiaba, Tolstói quería precisa-


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Pedro

mente salvar la vida de sus h ijos, adelantándose a las confiscaciones violentas de la guerra sucedidas con la llegada de los soviets. Las polémicas fueron tan fuertes que Tolstói escribe que el matrimonio es "como si en los paseos públicos se pusiesen cepos en los sitios por donde han de pasar los hombres". Su espíritu cristiano y su avanzada mentalidad social chocaban duramente con los prejuicios de una aristocracia egoísta que no preveía el fin de sus privilegios y estaba ciega respecto a la tragedia que les amenazaba. Obv iamente, en sus recuerdos Tolstói pasa de la ficción a la realidad de manera muy habitual y n os cuenta no sólo lo vivido, sino también lo imaginado, pero lo importante no es ese tránsito entre lo realmente sucedido y lo que el autor es capaz de recordar como hechos incontestables, sino que ante todas las cosas el punto de vista de Tolstói se mantiene inmutable como el de alguien que no se valora a sí mismo por lo que pueda ser socialmente o por

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lo que pueda valer intelectualmente, sino por la cantidad de bien que puede hacer a los demás. Cuando dispone sus visitas a los príncipes Kornakov, a casa de lo s Ivin, al príncipe Miguel, a las princesas Nejliudova o Yalajina, Tolstói aprende normas de comportamiento social, actitudes y ambientes que le permitirán escribir con pleno sentido de la rea lid ad de su mundo aristocrá tico. Pero son realmente los "asuntos del corazón ", los distintos cambios de creencias y el filtro perpetuamente sostenido de su espíritu interior, quienes mantienen en vilo todos sus recuerdos. Las memorias de Tolstói son en d efinitiva la urdimbre de un gran escritor, tanto desde el punto de vista d esc ri ptivo como narrativo. Pero de ellas ap rendemos algo más: que ningún gran novelista llega al escalón más alto sin una filosofía de la vida, sin una rotunda identidad humana que le permita ascender d el mero testimonio de los hechos a su p rofunda significación moral.

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La independencia de Cuba en la narrativa española

Las guerras de Artemisa JESÚS FELIPE MARTíNEZ


Antonio Martínez Menchén

Espejos de soledad Antología de cuentos 1>Jl()f.()GO J)!: JOSt, MARiA MflUNO

La narraciones de Antonio Martínez Menchén

JESÚS FELIPE MARTÍNEZ

Escritor y Profesor de Litera tura

En este volumen se reúne una muestra significativa de la obra de Antonio Martínez Menchén, tanto en lo que se refiere a las constantes temáticas como a los recursos poéticos empleados por este autor durante cuarenta años de producción literaria. Ahora bien, al" agruparse los relatos en bloques temáticos, a veces encontramos cuentos en el mismo apartado separados por diez o quince años en lo que a la fecha de creación se refiere. Ello, como han señalado todos los estudiosos del escritor linarense, es un ejemplo de la coherencia ideológica y li ter aria de su obra l , si bien se pueden hallar las lógicas variaciones de estilo, influencias e incluso preocupaciones de distintos periodos vitales.

Otro hecho me ha movido a tratar de realizar un análisis de cada cuento desde perspectivas analíticas diferentes: poco o nada puedo añadir al prólogo de José María Merino ~n lo que se refiere al cuento literario, a la importancia que este tiéne en la narrativa de Antonio Martínez Menchén y a aquellos aspectos que ilustran la coherencia interna de los relatos y su capacidad para, desde diferentes perspectivas, plasmar la soledad e indefensión del ser humano en una sociedad hos til. 1 En lU1 estudio titulado Sobre la poética de Antonio Martínez Menchén, publicado en el número 7 de la revista Tierra de nadie, traté de analizar detalladamente las constantes temáticas y estilísticas de este autor. El lector interesado puede leer este artículo también en esta dirección: http://www.jesusfelipe.es/articulos2. htm


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Las narraciones de Antonio Martínez Menchén

APARTADO SOLEDAD Como señala el escri tor linarense Lorenzo Martínez Aguilar, en este apartado "quizás estriban las claves de compresión de todos los demás rela tos del libro, porque los tres relatos de este apartado están atravesados por los miedos interiores, las inseguridades, la tristeza y la angustia de personajes recluidos en las frustraciones de su propio destino, caso de la solterona de Un reflejo en las vidrieras, o en el escritor de Andante. O acaso exorcizando el tiempo que los apresa como se nos muestra en Expediente de cierre. 2 UN REFLEJO EN LAS VIDRIERAS Este cuento es el más antiguo de los recogidos en esta la antología, ya que se publicó en el número 175-176 de la revista Cuadernos Hispanoamericanos del año 1964, un año después de que viera la luz la primera novela del autor, Cinco variaciones. Corresponde, por tanto, a la primera época de Antonio Martínez Menchén. El relato se construye a partir del soliloquio de la protagonista, una mujer sin nombre porque simboliza a cualquier mujer de la inmediata posguerra española condenada al fracaso vital. En este fluir de la conciencia, se producen saltos temporales y espaciales, al hilo de las asociaciones significativas de la narradora, saltos que van del café d onde espera al amante, a la adolescencia en la ciudad de Burgos durante la Guerra Civil. El lector irá p rogresando en el conocimiento de lo que sucede al h ilo de un monólogo que le suscita continuos interrogantes. Porque desde el 2 Presentación de l lib ro en las Jornad a Culturales de l Cen tro de Estud ios Linarenses el 8 de marzo de 2011

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principio sabemos que ella siente apuro y vergüenza por una decisión que ha tomado después de muchas discusiones y meditaciones, si bien sólo podemos sospechar que esa decisión, centro del conflicto dramático, supone que renuncie a las pocas señas de identidad que le han dejado, a los datos inmediatos del recuerdo que constituyen su personalidad y a los que el pensamiento se aferra una y otra vez: los años de la infancia, el noviazgo, su madre, la vida en una ciudad provinciana en la que todo prejuicio tiene su asiento .. . En el café, escenario de la primera parte del drama, el principal personaje es la desolación de la mujer soltera, la soledad impuesta por una sociedad que considera a la mujer un apéndice del hombre, y si no hay hombre el apéndice carece de sentido. El monólogo finaliza en el momento en que ella se enfrenta al hecho de que Luis, un hombre casado, quiere convertirla en su querida, destino señalado para muchas solteras en la España de cuartel y sacristía. La aparición del amante supone la elección del diálogo como forma narrativa. Sin embargo, se trata de un diálogo con unas connotaciones especiales. Por una parte, el único que habla es el único con derecho a voz en las relaciones sentimentales, el macho, a ella sólo le toca ver, oír y callar. O, como mucho, pensar. Por otra parte, la supuesta conversación es una paradoja ya que no sirve para comunicarse, sino que refleja la incomunicación: él perora sobre sus pólizas de seguros y ella piensa en su relación presente c ~m este hombre y en la futura cuando se convierta en un mueble más del piso que van a visitar. Porque el espacio elegido por el autor para este segundo acto del drama ta.mbién tiene connotaciones significa ti-


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vas al hilo de las reflexiones de la mujer: el lugar donde se sitúa el apartamento es un solar, espejo de la desolación correspondiente a los sentimientos. Y en él una chabola maquillada que refleja la miseria disfrazada del franquismo. En este escenario también aparecen algunas pinceladas machadianas: los viejos tornando el sol, "esta alegría de sol", la mata de geranios, en lugar de la palmera, plantada en un bidón ... La desolación y la tristeza se quiebra de pronto en el acto final, al irrumpir en la escena unas niñas jugando al corro que se cuelan en las galerías del alma de la solterona a punto de prostituirse. Y esas vivencias de la niñez borran la existencia baldía, monótona y triste; que está a punto de hacerse aún más odiosa. y descubre que tal vez no sepa lo que quiere, pero sí lo que no quiere corno esa inmensa mayoría de los españoles antifranquistas. No quiere comenzar esa nueva vida que le propone su amante, la vida de un triste objeto sexual recluido en un piso de las afueras. Quiere otr-a exi~tencia, la que soñaba cuando era niña, y para ello ha de volver a ser niña, partir de ese momento mágico interrumpido en no sabe qué momento por las hadas hilanderas. El rito iniciático se proyecta al pasado, no al futuro, puesto que el mañana no existe en una sociedad oprobiosa para todos en general y para la mujer en particular. El reflejo del sol en las vidrieras nos lleva al viejo mito del rayo del sol atravesando el cristal sin tocarlo ni mancharlo, a esa virginidad corno una de las tres alternativas que la España imperial ofrece a la mujer: sierva del marido, monja o puta. ANDANTE

Incluido en el libro titulado Inquisidores (Madrid, 1977), este relato está

escrito en tercera persona, siguiendo la técnica que generalmente se llama de narrador omnisciente. Su estructura triparti ta también responde a los cánones clásicos: planteamiento, desarrollo y desenlace. Sin embargo me parece uno de los relatos estilísticamente más ambiciosos del autor ya que se valdrá de recursos cinematográficos, pictóricos y musicales tanto para la ambientación corno para la narración propiamente dicha. El cuento comienza con un barrido de la cámara cinematográfica por la habitación del protagonista, con primeros planos significativos de los elementos que definen a un joven progresista de finales del franquismo, artista fracasado: libros de ocasión, desvencijada camilla, la estufa de butano, el trasnochado aparato de radio, carteles contra la guerra de Vietnam y del Che, dibujos de Picasso ... La banda sonora estará formada por el triste repiqueteo de la lluvia en los cristales y los sollozos de una mujer hacia la cual ahora se dirige la cámara (cuarentona de párpados enrojecidos por el llanto, arrugas, senos caídos) antes de continuar retratando el ambiente de desolación y fracaso que ahora adquiere tintes barojianos: cuchitril de la portera, portal lúgubre, escalera oséura con cucarachas, paredes desconchadas, patio interior. .. Tras la presentación de este escenario con tintes cochambrosos de prisión, el narrador situará el núcleo del conflicto, no por relativamente frecuente menos dramático: el fracaso en las relaciones de una pareja. Martínez Menchén se limitará ahora a ofrecernos el punto de vista masculino para que sea el lector quien saque la conclusión de que el cu lpable de este fracaso sentimental es él por mucho que se empeñe en demos-

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trarse a sí mismo lo contrario. Porque la supuesta diferencia de edad no es tan relevante como él pretende (ella tiene tres o cuatro años más); ella, además, lo mantiene; él le es infiel; los motivos de su fracaso como escritor nada tienen que ver con su pareja; él es incapaz de mantener una relación estable incluso con la amante joven y culta con la que trata de escapar de sí mismo .. . Este fluir del pensamiento del escritor fracasado y la red de asociaciones que va estableciendo lleva a la segunda parte en la que la pintura sustituirá al cine y . la música acompañará los sollozos de la mujer hasta silenciarlos. En efecto, la sinfonía de Mozart que retransmite la radio convierte a este músico en el protagonista de la acción (una acción paralela a la del escritor) para ofrecernos los retratos que de él hicieron diferentes pintores durante su vida. Nos encontraríamos así ante el haz y el envés del arte: el fracaso y el triunfo. Pero el narrador nos va a explicar en este relato que la cuestión no es tan simple. Abandonando la técnica de la pintura rococó con la que nos ha retratado a Mozart, el autor elige ahora

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la narración biográfica, de un tono casi expositivo, para llevar al lector a los aspectos más conflictivos de la vida del genial músico. El paralelismo de estas dos vidas que, aparentemente, nada tienen que ver, tendrá su confluencia en el infinito de la Sinfonía Concertante que nuestro escritor fracasado está escuchando. El diálogo entre la melancolía de la viola y el llanto del violín corresponde a la tristeza del frustrado novelista y al llanto de su mujer. Pero la música aún le explica más al oyente sobre la vida del compositor y también sobre la suya y la de tantos seres que sueñan y lloran. Le está hablando del paraíso perdido, de las fases del amordesamor, de los intentos de ruptura, de la profunda sima que se abre entre la realidad y el deseo. El diálogo entre la viola y el violín es el diálogo o superposición de monólogos de los dos seres fracasados, como los que ahora ocupan los dos cuartos cQntiguos. Y se completa con alusiones mitológicas con las que el hombre ha intentado trascender sus sentimientos, porque la música expresa también el conflicto vida muérte, los ritos órficos y agrarios de muerte y resurrección de los


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ciclos vegetales. Esta lucha eterna entre la vida y la muerte nos la cuenta el cuerpo despedazado de Osiris amorosamente recompuesto y revitalizado por Isis, como las notas dispersas se funden en una armonía vital, pero también en la ruptura que es la vida del músico, de las esperanzas y fracasos de los hombres y los dioses que estos han creado para tratar de comprender lo incomprensible. Si la música de la Sinfonía Concertante corría pareja a la lluvia y los llantos y lamentos de los protagonistas de esta historia, también lo harán ahora sus fracasos amorosos y vitales. En la tercera parte, la conclusión, desconectada la radio, perdido el hilo conector con Mozart, volvemos al escritor fracasado y a su escenario, a la música de la naturaleza que el genio recreara: a la lluvia, al repiqueteo del agua en los cristales, a la melancolía, los deseos, las frustraciones y los mitos que la humanidad ha ido creando con esos sonidos que se llaman fonemas y con esos orros que se

llaman notas ... O aquellos que llamamos silencio, ese silencio que estalla en la cabeza de nuestro escritor cuando se apaga el contrapunto de los sollozos.

EXPEDIENTE DE CIERRE (INQUISIDORES, 1977) Vuelve el autor a la técnica de narrador-personaje, otra vez una mujer, en este caso la hija. El relato se nos presenta ahora con un tono menos dramático, un tono cercano a la piedad risueña que nos inspiran las chiquilladas de niños o ancianos. De ahí la sabia elección de la hija para contarnos las chocheces de su padre. El relato supone asimismo W1 claro homenaje a Cervantes, eso sí invertido el pretexto narrativo: el protagonista ha perdido el sentido de la fantasía, del más allá de sus narices, por una existencia monótona Y gris, tan alienante, que precisamente ha anulado su capacidad de creación, de buscar otro espacio para sus

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hazañas que no sea el ridículo de la burocracia. Porque si lo inverosímil llevó a Alonso Quijano a despreciar -o más bien disfrazar- la realidad mostrenca que lo rodeaba, nuestro don Juan ha quedado prendido en las redes de su negociado con tanta fuerza que es incapaz de pensar en una existencia fuera de los adocenados expedientes, del ABC y de las cuatro paredes que delimitan su cubil. La jubilación sólo supone un cambio de lugar, no de vida y costumbres. Por lo que su escudero Liborio deberá acompañarle en esta negación de la aventura, en esta existencia que solo es subsistencia. El tercer vértice del triángulo, el ama espectadora de las alucinaciones de amo y siervo, es la hija, cuya existencia también ha sido vaciada de contenido y reducida al papel de contadora de historias, pero no de historias fantásticas que salven su vida, sino de una historia triste y grotesca que prolongue el absurdo de su propia existencia, eso sí pero aderezada con el cariño melancólico a que antes me refería. En el prólogo a la publicación exenta de este cuent0 3, José María Merino escribía: El cuento enumera los rituales en que se va desarrollando la existencia de los tres, la de la narradora acomodada a las minucias domésticas y la de los jubilados, especie de Quijote y Sancho entre los papeles, legajos y carpetas de una disparatada aventura postrimera. Paradójicamente, el simulacro ilumina con su falta de sentido las supuestas rutinas verdaderas, las ceremoruas de lo habitual, y todo cobra así una dimensión de vivir irrisorio y dilapidado, arrojado a los vertederos de un destino inclemente y hurlón. Una vez más encontramos en Martínez Menchén esta denuncia del 3

Editorial Diptongo. Madrid, 1994.

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papel asignado a la existencia femenina, siempre vicaria de la del hombre, cuando no sierva. Hasta el punto de que, tras desposeerla de sentido, añadiendo a la carga de la soltería la de servir al padre, los caprichos, la insensatez senil quitan el único espacio de placer que le quedaba a ella (otra vez sin nombre): levantarse algo más tarde, no madrugar para servir al hombre. Lo terrible es que el mundo ficticio de la burocracia inútil prolongada por don Juan y Liborio no es más absurdo que la existencia vacía de la protagonista-narradora: un ritual de actos repetido hora tras hora y día tras día y cuyo único sentido es su sinsentido. Cada acto representa así la mascarada, la pantomima de la vida, el tea tro de lm mundo organizado desde premisas kafkianas. En la segunda parte se nos ofrecerá el vacío de estas existencias con el retorno al pasado de la protagonista y de Liborio, vidas vacías, existencias neutras marcadas por la repetición de unos actos intrascendentes. Es evidente que este relato podría encuadrarse perfectamente en el aparta do siguiente, el de la alienación, tema recurrente en la obra de Martínez Menchén desde su primera novela, como señalaré a continuación. ENAJENACIÓN Porque los seres enajenados por una sociedad hostil recorren las páginas de relatos y novelas de este autor. En el estudio al que me refería al principio de esta crítica desarrollo extensamente el ' tema. Basta aquí con recoger la apreciación de Juan Carlos Currutchet para enmarcar las consideraciones que haré sobre cada unos de estos tres rela tos:


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En la sociedad descrita por Martínez Menchén hay como una superposición de elementos, una abigarrada sucesión de seres cosificados e incapaces de derivar hasta sus últimas consecuencias su experiencia de la vida. Una superposición de seres vinculados entre sí por una rutina que los vacía de sentido. Que subliman su frustración en la creación de fantásticos universos imaginarios; que viven compensatoriamente en sus sueños las posibilidades que la realidad les ha negado, y que también, en ciertos momentos, vislumbran lúcidamente la contradicción entre esta magnificencia de los sueños y la realidad miseráble de sus vidas, resolviendo la contradicción finalmen te en la aceptación de una oscura e inexorable fatalidad, cuyo absurdo se resume en una palabra: Destino . Toda la obra de Martínez Menchén es una esclarecedora vivisección del siniestro mito del Destino."4 EL VISIONARIO

Al igual que los otros dos cuentos que se insertan en este apartado, El visionario se incluye en el libro Las tapias , publicado en 1968. En Las tapias, el elemento que da coherencia a los relatos es también la enajenación mental, en este caso lo que en el habla llamamos locura. Sin embargo, en esta obra, el prólogo en el que se nos dibuja una naturaleza amable frente al espacio siniestro del manicomio, actúa como llamada continua sobre el lector: estos seres cuyas historias -fichas clínicas literaturizadas- no son sino trasuntos de ti mismo, de lo que te espera cuando pierdas la capacidad de decidir, cuando las tapias vayan invadiendo el espacio antes reservado al Juan Carlos Currutchet: Cuatro ensayos sobre la nueva novela espaíiola . (Montevideo, 1973.) Pág.

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hombre. La alegoría de las tapias del manicomio se extiende a toda una sociedad presa en la locura individual y colectiva, sin otras alternativas que el diagnóstico, nunca la cura . Ellos -nosotros- como diría Antonio Machado purgan un pecado ajeno, la cordura, la terrible cordura del idiota . Esta locura que aparece como elemento organizador de Las tapias y de ot,ros relatos de Martínez Menchén trata de superar los diagnósticos clínicos para instalarse en una tradición poético-literaria que podría resumirse en una sentencia del común : los niños y los locos siempre tienen la razón: "Y hay que repetir con Sanz Villanueva que la locura no es sólo terna en Martínez Menchén. Es en realidad el mismo protagonista de sus obras. No se trata de una locura entendida en término psicopatológico, sino de algo irreal, fantasmal, obsesivo y delirante, próximo a las fabulaciones de Allan Poe ."s Siguiendo las leyes internas de su propio relato, el autor nos avisa desde el principio de que algo misterioso ha sucedido. Esta técnica de ir de los hechos a los antecedentes, que utilizará posteriormente García Márquez, provoca la duda y el desconcierto en el lector. El narrador-personaje desnuda su parlamento de toda retórica romántica para presentarnos los hechos: "hacía justamente ' tres años que no le veía, jus tamente tres años desde aquel extraño y horrible día que nunca olvidaré" . A partir de aquí, y respondiendo también a la naturaleza de lo que se nos está contando, a los vericuetos de la mente humana -coprotagonista de esta historia- y a la perplejidad en que está sumido se construye una narración cirSabas Martín, Antonio Martínez Menchén o los relatos de la alienación. Cuadernos Hispanoamericanos número 339. 5

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cular, con continuos saltos entre pasado y presente, entre enfermedad y salud: llegada al hospital para ver al amigo, retroceso, evolución enfermedad, vuelta a hospital, otro retroceso, avance ... El narrador reproduce también el proceso de la enfermedad con sus continuos vaivenes entre estados de lucidez y de enajenación, evitando los recursos fáciles melodramáticos. Antes bien, nos cuenta los recovecos que conducirán a la catatonia como algo normal, casi como un informe de un médico a otro médico. Sin embargo, los recursos para mantener la intriga del relato se siguen administrando sabiamente. Durante la visita a Luis, cuya catatonia le ha convertido no en un vegetal sino en un mineral, en una estatua, aparece otro elemento que el narrador cita como si el lector ya lo supiera: "Un caso raro, desde luego ... Y sumamente curioso aquel deseo de grabar la cinta ... " ¿De qué cinta está hablando? El misterio se irá resolviendo poco a poco, con cuentagotas, prendiendo al lector en la narración que ha experimentado un giro copernicano: lo importante ya no es la enfermedad del amigo, sino esa misteriosa cinta que el protagonista dice escuchar una y otra vez hasta aprenderla de memoria. Sin aclarar este aspecto fundamental, vuelve a producirse un retroceso en la narración para regresar a la primera crisis de Luis Aroque y, desde ahí, a la manifestación definitiva de la enfermedad. Sin embargo, en mitad de este proceso se introduce otro elemento de desconcierto en el lector: cuando se encuentran los dos amigos, el enfermo se comporta de una manera absolutamente normal, sin dar ningún síntoma de trastorno mental. La recuperación de lucidez de Aroque introduce otro misterio: el hasta

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ahora inmóvil Luis p ide a su amigo que vaya a verle, puesto que tiene algo importante que decirles. Tras unos momentos de desconcierto y angustia en los personajes de la historia - y, consecuentemente, en el lector-, Luis pide un magnetófono. Se retoma el tema de la misteriosa cinta . Una nueva voz en el relato (la de Luis Aroque desde el magnetófono) produce también un giro en el estilo literario y en el contenido de la narración. Si el narrador-protagonista se habría expresado con una sintaxis sencilla y directa, con predominio de oraciones simples, yuxtapuestas y coordinadas y sólo cuando era imprescindible se utili- . zaba la subordinación, Luis Aroque emplea un estilo diametralmente opuesto, como corresponde a una narración que escapa al ámbito de lo sencillo, de lo fácilmente comprensible para introducirse en el mundo de los misterios del subconsciente. Obsérvese que, por ejemplo, el primer párrafo incluye ocho proposiciones subordinadas. Además de la semántica, del contenido del discurso, la sintaxis del emisor nos lleva a un mundo de desdoblamientos de la personalidad, de espejos formantes o deformantes que hacen de la identidad una totalidad de identidades y a la vez algo exclusivo. El discurso de Luis Aroque entronca también con los discursos de los mitos griegos y orientales, del panteísmo y de la concepción de la naturaleza como un todo armónico en el que somos menos que un insignificante átomo. Entonces el problema viene dado porque el individuo considerado normal es incapaz de.aprehender, compartir y disfrutar esta realidad. Como en el mito platónico sólo ve sombras, o aún menos que sombras. Pero, cuando, en casos excepcionales, se descubre la verdadera realidad, entonces se entra en otra exis-


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Las tapias •

Antonio N/a rl ínez -lv/enclzé n

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tencia, en una existencia plena porque es la existencia de todos los seres yestados de la Naturaleza . Ya esta metamorfosis que lleva a la fusión del yo con el todo, de manera que muere el individuo para resucitar el ser, porque el ser es todos los seres, le llaman locura, o, con término pretendidamente más riguroso, catatonia. También contribuirá la sintaxis a plasmar esta infinitud de experiencias que propicia la nueva existencia de Aroque. Los complementos circunstanciales construidos en hipérbaton y de forma paralelística (anteponiéndose al verbo y con frecuencia iniciando la oración) contribuyen a aumentar la sensación de multiplicidad de lugares, de personas o experiencias, sin barreras espaciales o temporales, que permite el nuevo estado.

Nflcua Narrativa HispáJtiro.

Terminada la grabación del parlamento de Luis, vuelve la voz del narrador en el despacho del director. Y la sintaxis se adelgaza, como se minimiza la experiencia cósmica al convertirse en misérrima realidad cotidiana.

ANTES QUE VENZA LA NOCH E Este relato, construido también en primera persona, poetiza otro de los pretextos narrativos gra tos a Martínez Menchén: la soledad del individuo en la macrociudad capitalista. Soled ad aumentada al tratarse de un ar tista q ue, inútilmente, trata de llevar su mensaje a un público inexistente. Parece claro, p ues, el parentesco argumental de este cuento con el anteriormente comentado (Andante), si bien entre uno y otro m edian casi quince años de diferencia.

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Tal vez el principio del cuento sea un homenaje al libro La muchedumbre solitaria de Riesman: "Muchas veces he hablado de soledad imprecisamente, porque me refería a un estado de espíritu que no excluye una compacta muchedumbre". Más explícito es el tributo a Kafka, como retratista de la insoportable pequeñez del ser en un mundo creado para fagocitarlo. La asociación con el escritor checo viene dada porque el narrador encuentra a un borrachín desvalido en el andén que le recuerda a un personaje kafkiano y que se une a los otros dos habitantes del andén: el narrador y un tipo con aspecto de contable. A partir de aquí, el parlamento del borracho se irá mezclando con reflexiones del narrador, como punto y contrapunto de un dueto existencial que canta la incomunicación y la soledad representadas por el borracho y el narrador a quien no molesta tanto el acompañante adosado como el qué dirán de los demás, la voz de la moral social capitalista reflejada musicalmente en los silencios de los pasajeros del vagón. Las asociaciones significativas del protagonista le hacen pasar del beodo actual al de otro ejemplo de incomunicación a quien, tiempo atrás, encontró pronunciando incoherencias cuando el protagonista paseaba su perro. A partir de aquí el narrador trata de vencer su propia soledad, su propia incomunicaclOn, agarrándose a un clavo ardiendo, buscando al primer borracho, que se ha perdido. En su búsqueda aparece el recuerdo de un tercer borracho que encontró en la Plaza Mayor dirigiendo discursos sobre su miserable vida hasta que es arrestado. Entonces se refugia en el pensamiento para vencer la soledad comuni-

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cativa. Y el pensamiento le lleva a rememorar la experiencia de la incomunicación amorosa, la más trágica junto con la incomunicación de un pintor que no expone, de un emisor sin receptor. DÉDALO

El rela to comienza rindiendo homenaje al mito que le ha prestado el nombre, si bien el laberinto del mino tauro creado por Dédalo se traslada a la estación del metro madrileño de Sol y Teseo se convierte en nuestro alucinado inventor sin Ariadna que le ayude a salir de los recovecos del monstruo urbano. Las oraciones simples yuxtapuestas y la ausencia de nexos del principio del cuento contribuyen a aumentar la sensación de vértigo, de apresuramiento absurdo para llegar al mismo punto de partida. El monólogo inserto en la narración nos va dando pistas con cuentagotas de lo que sucede. Los datos de persecución -por acumulación en los monólogos obsesivos del protagonista, unidos a la pérdida del sentido de la orientación- permitirán que el lector saque la conclusión 'de que nuestro héroe sufre manía persecutoria y, en consecuencia, paranoia. El escritor organiza el relato para que el lector se convierta en un psicoanalista que escucha al paciente y saca las oportunas conclusiones. De ahí que en el soliloquio también se hagan referencias a los que están en el sillón, o la poltrona, es decir quienes deben juzgar: para el esquizofrénico quienes deben juzgar ese invento cuya naturaleza nos descubriremos hasta el final del relato; para el lector-psiquiatra, el estado mental del inventor o quizá más propiamente el de toda esa sociedad que divide a los hombres en cuerdos y locos como si la cuestión fuese tan simple como la


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Jesús Felipe MartÍnez

división entre blancas y negras de "!as fichas del ajedrez . Porque, como ocurre con don Quijote (es evidente el homenaje a la obra cervantina en este relato), la mirada del orate sobre el mundo y sus semejantes es más lúcida que la de la mayoría de los cuerdos. Este vendedor enloquecido por la locura competitiva de la sociedad de consumo, muestra también su ira ante la sandez de quienes le rodean, sean los majaderos de sus compañeros reducidos a ovejas que balan los mandamientos de sus superiores, sean los kafkianos burócratas de la oficina de patentes que recitan el decálogo del inventor. Entre este mundo de alucinados, discurre el peregrinaje de nuestro otrora vendedor de máquinas registradoras y ahora inventor de un artilugio que no sabemos exactamente en qué consiste, pues Martínez Menchén administra con sabid uría el desarrollo de su narración, haciendo que el lector quede más prendido en las redes de la burocracia administrativa que interesado por las virtudes del aparato de ese pobre infeliz. Otra vez resuenan en el relato los ecos de El proceso y El castillo. Cuando, a la postre, descubramos que lo que quiere patentar nuestro orgulloso y famélico hidalgo no es sino la fruslería del movimiento continuo, tendremos otra bocanada de los aires de fina ironía que se filtran por la muchas puertas de la madrileña Plaza Mayor que trata inútilmente de encontrar nuestro héroe. La alegoría del eterno retorno a la nada existencial en la sociedad franquista, del inmovilismo alzado hasta los altares del Movimiento nos indican que nuestro infeliz Paradox ha fracasado porque también su hallazgo había sido registrado algunos años antes por un miserable enano a costa de baños de sangre de cuantos españoles se atrevían a enfrentar

el movimiento continuo a la inmovilidad del movimiento. NIÑOS DE POSGUERRA

El robo de la infancia por el fascismo se muestra constantemente en los personajes infantiles de Martínez Menchén. El título de uno de los conjuntos de estos relatos (Una inf.ancia perdida) no deja lugar a ninguna duda sobre las intenciones del autor. Desnudos de todo aquello que los define como niños, estos seres vagan por un mundo sin ilusión ninguna. A veces, se produce un milagro y un destello de luz atraviesa las tinieblas de la existencia cotidiana. Tal es el caso del perro invisible que alumbra las esperanzas del chico cuya madre está enferma (Fosco). En otras ocasiones, el o la protagonista tratará de enfrentarse con sus propios medios a esta realidad oprimente, escapar del mundo que le rodea e iniciar así su aventura. Luis lo intentará en Fin de trayecto. Pero su destino será aún más amargo que el de Lazarillo. Porque si éste acepta cínicamente vender a su mujer por dos mendrugos de pan, Luisito es consciente de su derrota y tan sólo le queda envidiar la libertad de los humildes grajos que revolotean sobre su prisión. Con diferentes pretextos argumentales estos niños reflejan la realidad de la pósguerra española vivida por el niño Antonio Martínez Menchén en Segovia. Son experiencias vi tales propias o las de seres muy allegados. A veces, de los susurros de los mayores el niño ha entresacado que otro muchacho del mismo barrio ha quedado huérfano porque su padre ha sido asesinado o su madre ha fallecido como consecuencia de los años del hambre; en otras ocasiones, la imagen será una carita triste aplastada contra los cristales; o bien algo que se contaba como un secreto en

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la pandilla del barrio.. . Cualquiera de estas vivencias más o menos fugaces se convertirá en materia literaria, en criatura novelesca. Pero todas comunicarán al lector que son la misma imagen con distin tos atuendos o en diferentes misiones.

IN QUISIDORES Es te cu ento aborda dos temas relevantes en la obra de Martínez Menchén: - La entrega por parte del fascismo triunfante de la enseñanza a la iglesia católica, destruyendo la labor desarrollada por la República. En contra de una enseñanza establecida sobre bases de investigación y razonamien to, postulados seguidos por la Institución Libre de Enseñanza, en la España franquista se instauró el nacional catolicismo, un fundamentalismo que aún persiste mediante la enseñanza de religión en las escuelas públicas y capillas católicas en tmiversidades es tatales - Su primer mandamiento era la represión inquisitorial (obsérvese el título de este relato que también sirve como lema para todos los relatos del libro). Es ta represión primero se dirigiría hacia los docentes, maestros y catedráticos fusila-

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dos o depurados por el Régimen. Después, sería el pan nuestro de cada día en las aulas sustituyendo el razonamiento por el dogma. Para desarrollar estos temas, el autor emplea una serie de recursos narrativos y estilísticos: 1. Comienza con una parodia del lenguaje franquista -retórica aparentemente brillante para ocultar misérrim as condiciones de vida- unido a un sintagma de claras evocaciones evangélicas. Es el fascismo teocrático, la España de cuartel sacristía devota de Frascuelo y de María: "En aquel tiempo la tierra era rica en boniato y abundante en chicharro el vinoso ponto .. . ". 2. El rela to se completa con otros elem entos que contribuyen a acentuar el enfrentamiento entre los propósitos oscurantis tas d e la teocracia y las ansias vitales de los escolares: la primavera a . p unto de llegar, como a ellos, la pubertad; las referenci as a la Isla del Coral como p araíso donde se refugian sus ilusiones; la posibilidad de una hora de asueto por ausencia del profesor. ..Todo se verá truncado por la irrupción del p redicador faná tico ...


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3. A continuación vendrá una notable pieza de la retórica eclesiástica, cuya finalidad suprema consiste en anular la capacidad de razonamiento del contrario, paralizándole mediante el terror. 4. El método parece haber triunfado con la pira a la que los chicos condenan a las lecturas supuestamente pecaminosas. Sin embargo, conforme se va desarrollando el Auto de Fe, el fin va siendo absorbido por el instrumento. El autor se vale para ello, y como contrapunto, de sus lecturas infantiles favoritas: los cuentos de Guillermo. Está claro que lo que en los proscritos era un acto de liberación infantil de homenaje a los pieles rojas aquí se ha mudado en una hoguera inquisitorial, si bien los últimos propósitos de los fundamentalistas se han trocado, puesto que el instinto lúdico de la infancia vence al terror y, además, a la hoguera, tras el escrutinio de las queridas novelas juveniles, van a parar libros que no sería precisamente los que los informadores del Santo Oficio hubiesen mandado al Auto de Fe, porque la danza guerrera en torno al fuego también exige sus tributos.

ANIBAL Y ESCIPIÓN (Publicado en 1992, en el libro de relatos Una infancia perdida.) El marco es otra vez el de la escuela nacional-católica. Sin embargo, la estructura lineal del relato anterior ahora adop ta la forma llamada in media res. El escritor comienza el relato en 3. a persona con una anécdota intrascendente, casi vulgar: dos primos comiendo un cordero asado en un mesón de un pueblo castellano, mientras comentan el suspenso del protagonista en unas oposiciones a cátedra de universidad q~e impide disfrutar la comida al fracasado . Este introito aparentemente insustancial tendrá su significado posterior-

mente al relacionarlo con la educación recibida. Pero volvamos al texto. Tras el sueño durante el viaje en el coche, su pensamiento vuelve al colegio de la infancia donde le lleva el primo. A partir de aquí se van encadenando los dos relatos: el de los dos primos llegando al colegio en los años 80 del siglo pasado y el de ambos en su etapa escolar, treinta · años _antes. La narración va saltando de un tiempo a otro, de unos hechos y personajes a otros, a partir de las asociaciones del protagonista, de la evocaciones del pasado provocadas por la vista de las dependencias y muebles del colegios y por las reminiscencias de sonidos y olores. ' La persistencia de los olores en el recuerdo es algo que utiliza con bastante frecuencia Antonio Martínez Menchén en sus obras. En el caso presente es el olor a berza y a humedad, símbolo de la miserable y triste existencia de los españoles en la España franquista . La presentación al anciano sacerdote lleva al núcleo de la acción. El protagonista, Pedro Salguero, era de niño Escipión en ese particular sistema pedagógico de los padres claretianos, que significa la competitividad llevada a su máximo grado. Y como aún no se ha apagado el eco de los cañonazos de la guerra recién terminada, y tal contienda no puede utilizarse porque fue una Cruzada en la que indefectiblemente el vencedor sería el Caudillo designado por Dios, los padres profesores retroceden a la antigüedad para buscar el conflicto entre cartagineses y romanos. Aquí sí que puede haber dos generales -Aníbal y Escipión- que se enfrenten despiadadamente durante los primeros años del bachillerato representando a los bandos en que se ha dividido la clase -otra vez el fantasma de la g uerra civil disfrazado- y trocando lanzas y

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espadas por conocimientos. Conocimientos que tienen su principio y fin en la facultad que es el alfa y omega de toda la pedagogía del momento: la memoria, tan útil para las respuestas como inútil para las preguntas. El sistema de los frailes ha conseguido un objetivo: que la rivalidad de los dos protagonistas se transforme en odio que se mantendrá durante el resto de su vida académica sin necesidad ya de enfrentamientos pueriles. Como diría Alberti al hablar del Guernika de Picasso, el. juego ya es un juego explosivo. Y, como no podía ser menos, el contrincante de Escipión aparece en escena treinta años después. Aunque indirectamente, ya que el primo dará cuenta del fracaso vital de su contrincante, un fracaso que culmina en el suicidio. El protagonista esboza una sonrisa triunfal. Es la sonrisa de los vencedores ante la aniquilación del enemigo, esa aniquilación sistemática de los republicanoscartagineses que aún continua bajo la mueca de Escipión que murmura: vae victis! PARTIDA AL ATARDECER

Construido en tercera persona, el relato se centra en otro enfrentamiento, en este caso una partida de ajedrez entre un anciano sacerdote y un niño. Las connotaciones del ajedrez con la guerra -y con la muerte- son tan evidentes que no necesitan muchos comentario: son dos ejércitos que se enfrentan hasta buscar la total aniquilación del contrario expresada en la muerte del rey: jaque mate. Para ello se valen de unos ejércitos perfectamente organizados: infantería (peones), caballería, oficiales (alférez-alfiles), alférez mayor o general (reina) y fortificaciones (torres).

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Nada, pues, más adecuado que este juego .para expresar el enfrentamiento entre los símbolos de la España dominante y la dominada. La figura del imponente sacerdote acostumbrado a mandar y a ser obedecido se completa con el símbolo arquitectónico del poder, la torre de la catedral segoviana; frente a ellos encontramos a este niño a quien, desde pequeño, han matado sus ilusiones (jugar al fútbol con sus amigos) para enseñarle a obedecer sin replicar, a plegarse a los caprichos de quienes les han derrotado en la otra guerra y tienen la sartén por el mago y el mango también. Como pago, el opulento sacerdote le dará unas migajas de comida que completen la bazofia alimenticia que en el Auxilio Social recogen los rojos. Y también como cierto runrún de la conciencia del ajedrecista tonsurado al recordar que no movió un dedo para evitar el asesinato de su amigo, contrincante en el juego y padre de este niño que termina la merienda antes de enfrentarse a un ritual tal vez menos cruento que el de la misa que oficia cada día. Durante toda la partida los remordimientos del sacer- ' dote se irán sumando a las ansias por ganar. Estas son las condiciones bajo las cuales se desarrollará la fiera y desigual batalla: la partida al atardecer (a la muerte de la tarde). Y estas son las condiciones en las que un menguado e insignificante David -representante de todo un pueblo reducido casi a la nada- ha de enfrentarse a un imponente Goliat quien, aunqü.e pacífico y humanitario, representa a quienes están habituados a aniquilar al contrario de un soplamocos. De nuevo las contradicciones irán horadando la resistencia del sacerdote, cuyas muestras de debilidad se acrecentarán conforme avance la partida.


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La presentación de los contrincantes y de las circunstancias en las que se va a desarrollar el conflicto va siendo completada por otros elementos ambientales que contribuyen a acentuar la tensión dramática: la voz chillona y nerviosa del sacerdote, el repicar de las campanas, los gritos de los vencejos y de los niños que juegan en la plaza como contrapunto a quien debe enfrentarse a uno de los verdugos de su padre, el monótono tic-tac del reloj, la muerte del verano ... Y, sobre todo, el magistral proceso p~ualelo entre los síntomas de derrota en el tablero, el deterioro de la salud del cura y la venganza del niño que no perdona (ofrece tablas) al símbolo de los verdugos de su padre, por más que se disfrace con la piel de cordero. Sólo hay una solución: jaque mate. Sinceramente creo que sólo conozco un relato en el que la tensión de los jugadores de una partida de ajedrez, aparentemente insignificante pero de trascendencia vital, se meta tan intensamente en el lector. Me refiero a El jugador de ajedrez de Stefan Zweig. También allí los antagonistas se jugaban futuro esperanzador contra reciente y ominoso pasado.

FANTASÍAS LITERARIAS En el acto de presentación de este libro ya mencionado, su autor aclaraba al papel de la llamada metaliteratura en su obra. Entre otras cosas. Decía: "Entre los rasgos que caracterizan a las obras literarias de la posmodernidad uno de los más destacados es lo metaliterario. En una crítica de mi novela Patria Justicia y pan, el profesor Eugenio Suárez Galbán señalaba éste como uno de sus rasgos, y no solo porque uno de sus personajes y su peripecia está tomado de Misericordia, sino porque cito en mi novela esta"obra de Galdós y porque el estilo y el lenguaje es intencionadamente galdosiano. Pero si esto puede ser discutible y si además de en esta novela en otras mías se pueden bucear motivos metaliterarios, lo que es indiscutible es que casi treinta años antes de que se pusiera de moda, yo hice en es te cuento un ejercicio de los más completos que se han hecho de metaliteratura. Empezando por el título, que esta tomado de un título de Maupassant; porque hago de este personaje real un personaje lite-

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rario de mi cuento; porque un personaje creado por Maupassant para su cuento yo a mi vez le hago un protagonista del mío, dándole unos rasgos propios, y el personaje real y el literario dentro de mi relato se igualan convirtiéndose ambos en personajes de ficción; porque mientras desarrollo mi relato voy desarrollando también el del gran escritor francés, utilizando con cierta frecuencia algunas de sus frases y porque sobre el relato de Maupassant voy tejiendo mi propio relato que es una fantasía sobre lo que inspiró al escritor galo su relato, de cuál fue su proceso creador, para acabar en una coda donde el autor francés y el personaje .de su cuento comparten al final un mismo destino: el manicomio. Ahora bien si este cuento escrito, repito, casi treinta años antes de la moda de la metaliteratura no es urla muestra acabada de la misma, que venga Dios y lo vea".

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Además del rela to ¿ Quién sabe?, ya comentado por el autor, en esta antología encontramos otros dos:

Triángulo (Publicado en febrero de 1971 en Papeles de Sor Armadán, luego en Inquisidores) Se trata de un cuento de es tructura circular y protagonista femenina. Además de las referencias a Po e, el rela to me parece que desarrolla un viejo mito, el de Pigmalión y Galatea, utili za do por la literatura de diferentes épocas y aun por el cine, véase, por ejemplo, My Fair Lady. . En este caso, la narradora va fundiendo dos experiencias: la de lo que pudo haber sido y no fue (el n ovio muerto antes de que su amor se materializara) y la realidad deprimente de su actual marido.


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Con el cuerpo de su marido y los recuerdos más o menos idealizados del canon amoroso nuestra Pigmalión irá construyendo su Galatea. La tosquedad del macho posesivo y dominante llamado Javier que le ha sido asignado como marido, irá siendo paulatinamente desbrozada de su rudeza y tallada con las remembranzas de ese Nito que se suicidó porque ella no supo valorar la delicadeza que se escondía tras la costra de timidez, ni los rasgos poéticos que ella confundía con amaneramiento. Pero el conocimiento del varón en toda su primitiva brutalidad ha servido de catarsis para que transforme el b arro grosero del matrimonio en el ideal amoroso. Y la ilusión se hizo carne. He aquí el triángulo amoroso más frecuente y creo que nunca tan sutilmente narrado.

Del seto de Oriente También tomo la voz del autor para comentar este cuento. Transcribo las palabras de Antonio Martínez Menchén en el Epílogo a los relatos que bajo el título de Del seto de Oriente y otros relatos fantásticos publicó la editorial Edelvives en 1988: "Del seto de Oriente es un cuento que escribí ha.ce ya bastantes años, y que me inspiró la lectura de un libro sobre arte y cultura china. Del seto de Oriente es precisamente el título de uno de los más célebres poemas chinos, debido al gran poeta Tao-Ch'en, que vivió en el último tercio del siglo IV y primero del siglo V, en la época de los tres reinos. El poema se convirtió en motivo tópico del arte y de la decoración china, y más tarde japonesa: unos crisantemos, a veces sujetos a una tabla de bambú, frecuentemente acompañados de una pareja de pájaros o mariposas. Yo quise que este


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motivo tópico sirviese de títUlo a mi relato . Al estudiar la dinastía T'ang, el libro al que me refiero narraba una leyenda del pintor Wu-Tao-Tse. No voy a referir ahora la leyenda, ya que reventaría el cuento. Sí quiero decir que, bastantes años después de que yo escribiese este cuento, leí otro de Marguerite Yourcernar que recogía la misma leyenda. Los dos rela tos, con independencia del punto común de la leyenda, son totalm ente distintos. Youcernar no refiere el suceso a Wu-Tao-Tse, sino a un pintor anterior y dice que se trata de una leyenda taoísta. Esto demuestra que las leyendas no tienen tiempo ni religión exclusivos. Yo sitúo la leyenda en la monarquía T'ang, y me inspiro también en una extraordinaria película del gran director japonés Mizoguchi, La Emperatriz Yang-Kwei-Fei, para realizar mi cuento. Y no es el espíritu de Tao, sino el del budismo -floreciente en la China de la época T'ang- el que resulta en él predominante. Son los conceptos de la renuncia y la vida como ilusión -mayalos que animan el relato. Y ese suave aire de melancolía otoñal que inspiran los p aisajes de la pintura china. Al menos, esa fue mi intención al escribirlo. N o sé si esa intención se logró". INSTANT ÁNEAS En las instantáneas recogidas en la presente antología, encontraremos algunos de los temas recurrentemente tratados por el autor. El de la soledad en la vejez, presente en la pobre vecina que se consume como una pavesa (La vecina) o en el anciano enloquecido por la muerte de su hija hace ya muchos años (En el descans illo); el de los seres embrutecidos por una dictadura capaz de violar a los seres más indefensos para convertirlos

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en mercancías (La iniciación) o de castrarlos literalmente (Serapio). Creo que la presencia de tres rela tos dedicados en esta antología a la Guerra Civil puede ser engañosa respecto a la importancia que dicho conflicto bélico tiene en la totalidad de la obra de Antonio Martínez Menchén. Porque si la inmediata y ominosa posguerra, con saltos temporales, es el telón de fondo tanto de numerosas obras para adultos como para jóvenes6, la guerra propiamente dicha tiene una presencia menos directa. Desde luego, nunca encontraremos en las obras de este autor hazaña s bélicas o descripciones de combates, sino las terribles consecuencias de la contienda para el país y, sobre todo, para el ser humano. Así ocurre en las tres instantáneas que nos ocupan. Una de ellas hará referencia a un tema que todavía sigue candente porque muchos de los verdugos o ayudantes de verdugos todavía viven y quieren echar tierra sobre sus fechorías como antes la echaron sobre sus víctimas: la feroz represión llevada a cabo por los secuaces franquistas. Cuando vuelva papá está construida como un cuento infantil, buscando una de las funciones que Bettelheim atribuye a esta clase de relatos: la de ayudar al niño a superar sus inquietudes y terrores. A pesar. de su final dramá tico, las o tras dos instantáneas (El alemán, La nieve) constituyen hálitos de esperanza sobre la capacidad del ser humano de conservar rasgos de humanidad aun en las circunstancias más adversas. Frente al homo homini Jupus se poetiza el homo homini homo. • Entre las 'prim~ras señalo Inquisidores, Pro patria morz, Una mfancla perdida, La edad de hierro, Patria justicia y pan, mientras que dirigidas también él un público juvenil destaca la trilogía englobada en La plazuela de San Justo .


Fernando Martínez Laínez y el thriller

Los libros de plomo LUIS BARCA

Con motivo de la publicación de la última novela del escritor Fernando Martínez Laínez (Barcelona, 1941), Los libros de plomo, hemos hablado con él de su libro y de uno de los géneros dominantes en la narrativa actual, el thriller, en el que se inscribe esta obra. Martínez Laínez lo define como un "metagénero", algo que se cumple en Los libros de plomo donde se engloba a la novela negropoliciaca, la de espías, aventuras e histórica. Géneros todos ellos que Fernando Martínez Laínez conoce a la perfección, pues fue uno de los iniciadores de la moderna novela negra española con Carne de trueque (1977). Pero también ha publicado biografías, ensayos,

libros de viaje, novelas juveniles e históricas. ASÍ, entre otros premios, ha obtenido el V Premio Algaba de Investigación Histórica con un libro sobre los guerrilleros españoles en la Guerra de la Independencia de 1808 a 1814, titulado Como lobos hambrientos. Y en dos ocasiones consiguió el Premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de no-ficción otorgado por la Semana Negra de Gijón y la Asociación Internacional de Escritores Policiacos, y el Premio Grandes Viajeros de Ediciones B por Tras los pasos de Drácula. -¿Como escritor de larga trayectoria en diferentes géneros qué significa esta obra en tu carrera?


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-En el aspecto literario personal, la novela Los Libros de Plomo es un premeditado homenaje a los géneros que más me han interesado desde los tiempos de lectura juvenil: la novela negro-policiaca, la novela de espías, la novela de aventuras y la novela histórica. Lo que he tratado es de fundir estos géneros en el marco del thriller, que es una especie de metagénero capaz de englobar y trascender historias de contenido muy diferenciado, de acuerdo a sus propias reglas, que básicamente se reducen a dos: el protagonismo épico y la conspiración. Del choque entre ambos surgirá la trama. - ¿ Qué tiene que tener para ti una novela de acción o intriga para que atrape al lector? - La tensión es un elemento fundamental, pero no es el único, ni mucho menos. Un buen thriller (palabra que viene del inglés "taladrar", "estremecer") es aquel en el que los valores literarios predominan sobre el "suspense"; aquel que puede leerse por el puro placer de su lectura aunque sepamos de antemano el desenlace. La novela de acción contemporánea es la hija realista de la novela de aventuras romántica, y trata de intensificar la intriga como mecanismo de atención lectora, pero el ingrediente del misterio puede ser secundario en un thriller de calidad. Lo que nunca pueden faltar son los personajes bien construidos, porque toda la trama fluye a través de ellos. -¿Tienes alglÍn modelo a la hom de pensar y escribir un thriller? -Por citar solo tres: El nombre de la rosa, de Umberto Eco; Chacal, de Fortsyth y El tesoro de Sierra Madre, de B. Traven. A mi juicio, son tres obras maestras en su género. Con ellas, además, sus autores alcanzaron una cota literaria que ya no volverían a lograr.

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-¿Piensas en el lector al escribir tus novelas? . -Inconscientemente, aunque algunos pretendan negarlo, todo aquel que escribe piensa en el lector. La escritura, en última instancia, es una forma de comunicación, y comunicarse exige siempre hablar de "otros". Una cuestión diferente es sacrificar la propia autenticidad en aras de ese colectivo invisible que es el lector, halagando sus pretendidos gustos, dictados por la moda, para que nos compre el libro. A mí me gusta escribir novelas que lea el mayor número posible de gente, pero cuando escribo intento no dejarme influir por lo que el lector pueda pensar. -Por la trama de la novela, ¿ crees más peligroso el iluminismo ca tastrojista, por llamarlo de algún modo, o las bombas nucleares portátiles? -Vivimos en un mundo bastante miserable y profundamente injusto, donde dos terceras partes de la Humanidad apenas disponen de lo más elemental para sobrevivir. La miseria en muchos casos no es solo material sino moral, de ausencia de valores sólidos y convicciones. Este tipo de miseria , además, está más acentuada quizá en esa parte rica del mundo que llamamos Occidente, un concepto que se está degradando a pasos agigantados. El iluminismo no deja de ser una salida para los "condenados de la tierra ", aquellos que no tienen nada o muy poco que perder, y que esperan una vida mejor en el más allá o en un fu turo distante. En el fondo es un concepto cristiano. Tan.to eso, como las "bombas nucleares portátiles" representan visiones apocalípticas de grupos profundamente insatisfechos con el statu qua actual, pero no podemos olvidar que el verdadero terror nuclear está en manos de unos pocos Estados, que por nad a


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Luis Barga

del mundo están dispuestos a dejarse arrebatar esa fuerza que consideran exclusiva. - ¿ Cuánto tiene de realidad tu novela Los libros de plomo, teniendo en cuenta que el capítulo de la maleta con material nuclear fue verdadero? -Mi novela es una ficción, es una historia inventada, aunque el trasfondo y la ambientación sean realistas y dejen asomar la crítica a una situación histórica marcada por la confrontación de fuerzas e intereses, como ha sido siempre. Tengo que decir que de los personajes de la novela hay uno extraído totalmente de la realidad. Se trata de Graciana, la sacerdotisa del Sacromonte, y está inspirado en una vidente de origen asirio que conocí y entrevisté en Moscú durante el tiempo que estuve trabajando de periodista en la antigua Unión Soviética. El personaje real se llamaba Dyuna y era una mujer muy atractiva, de mirada hipnótica, que debía de tener algún poder especial intangible en su interior porque el KGB iba a buscarla a su casa para llevarla al Kremlin cada vez que Breshniev, el mandamás de la URSS, que estaba muy enfermo del corazón, sufría un ataque cardiaco. . -¿ Qué simbología guarda el plomo con los moriscos? -Los libros de plomo suponían una esperanza para los moriscos de Granada, sobre todo para el estamento de la nobleza morisca. Con ellos se intentaba reconstruir puentes entre el cristianismo y el islam. Se trataba de una falsificación bien urdida, producto de la desesperación de la población morisca ante su inminente expulsión de España, que pretendía vincular al pueblo árabe con los orígenes del Cristianismo en España y dignificar de paso la lengua árabe, la principal seña

de identidad del pueblo morisco, prácticamente proscrita. - ¿ Crees que el terrorismo islamista ha sustituido en algún modo al terrorismo de ETA? -Son dos problemas distintos, que en principio solo tienen en común la amenaza y el fanatismo. En un caso, el fundamento original es una visión radical y casi desesperada del islam; en el otro, se trata de un movimiento separatista sustentado en el odio irracional a España y a todo lo español. Aquí y ahora, en este país, el terrorismo de ETA es mucho más peligroso porque atenta contra la existencia misma de la idea de España. - ¿Por qué has elegido Granada como uno de los ejes geográficos centrales de tu novela? -Porque la considero un marco idóneo para cualquier historia de misterio o suspense. Es una ciudad única en Europa, con una Casbah (el Albaicín) instalada en pleno corazón urbano y que se ha mantenido prácticamente igual desde hace siglos. Granada tiene una atmósfera especial, rodeada de paisajes fantásticos y repleta de callejones, plazoletas, cuestas, rincones y pasadizos, con gentes de procedencia muy diversa, que la convierten en un escenario "negro" ~deal. No me explico por qué el cine apenas ha explotado esta mina, que está ahí esperando ser utilizada. Espero que en el futuro lo haga. - ¿ Está en condiciones el CNI de hacer frente a la amenaza del terrorismo islamista ? -Lo ignoro, pero confío en que así sea. Lo que sí sabemos es que en los últimos tiempos, sobre todo a partir del ll-M, el CNI ha aumentado bastante los recursos, tanto económicos como humanos, para neutralizar esta amenaza. También hay muchos más estudios académicos que antes en torno al isla mi s-

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mo radical, algunos de ellos impartidos, precisamente, en la Universidad de Granada . - ¿Cómo definirías a los agentes del CN! protagonistas de la novela? -Hay dos protagonistas del CNI en Los libros de plomo: Héctor Medina y Berta Santana. Son personajes épicos que se entregan a la acción como una forma de ahuyentar sus propios fantasmas. Los dos arrastran un pasado tortuoso que en un momento de sus vidas estuvo a punto de destruirles, y del que se liberan recurriendo a la acción como una tabla de salvación existencial. En la vorágine que les envuelve dan de sí lo mejor que llevan dentro, pero están lastrados por sus recuerdos que, sobre todo el caso de Medina, salen a flote con frecuencia y son como cicatrices imborrables. -¿ Los libros d e plomo puede ser considerada una novela de espionaje o policial? -Como ya h e dicho, la novela funde géneros d iversos, en tre ellos el que pudiéram os calificar d e policiaco-negro . Ah í se h acía necesaria la ap arición de u n a h is toria crimin al en la q ue hubiera intervención p olicial. El comisario Alejandro Ayala, que es o tro de los protagonistas de la n ovela, cu mple ese papel. -En tu libro hay tres tramas interrelacionadas, ¿ crees que ello refuerza la atención del lector? -Creo que sí. Eso implica u n cambio de atmósfera y personajes que intensifica la intriga y agiliza la es tructura de la novela, aunque hace más d ifícil el desenlace y se corre el riesgo de dejar algún cabo suelto, lo cual tampoco considero muy importante si el resto de la novela funciona. La vida real y los sucesos criminales cotidianos están repletos de cabos sueltos.

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-En tu novela haces mención a la actualidad política española, ¿ cómo ves el momento actual? -Bastante malo y con un fu turo muy incierto. España es como un barco que navega en zig-zag sin rumbo fijo. - También mencionas las prejubilaciones, ¿crees que es una medida saludable? -No existe respuesta única para eso. Depende del momento, el tipo d e trabajo y otros factores de carácter social. Lo ideal sería que las prejubilaciones sirvieran para favorecer el empleo y el ascenso laboral de gente más joven y preparada, no para "adelgazar" empresas y dejar mayores ganancias en los bolsillos de quienes ya tienen muchas . -Tu anterior obra, Banderas lejanas, no era una obra de ficción , y al haber practicado numerosos géneros, ¿en qué te basas para elegir uno u otro?, ¿en cuál te sientes más cómodo? -En mi caso siempre es el tema el que determina el género. Cuando me d ecido a contar una historia, sea inventada o de no-ficción, es cuando elijo el marco genérico, la clave en la que quiero contarla. Esto me hace cambiar con fre cuencia de registro literario, y esa varied ad me gus ta. Siempre he tra tado d e n o repetirme, ni en las tramas ni en los géneros . La repetición -decía Freudes la muerte. - ¿ Qué tipo de novela te gusta más y por qué? - El tipo de n ovela de acción que, además de es tar bien escrita, te h aga reflexion ar y tra te d e m os trar el lado "B" de la política como ejercicio de cinismo y engañ o autocomplaciente donde se juega el p od er real, ese que la may oría de los m edios oculta. En este sentido, Le Carré sigue siend o un a u tén tic o maes tro, y también otros nombres como el escocés Ian Ran kin, el italian o Giancarlo de Ca tald o o el sueco Leif


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Luis Barga

Pearsson, con su trilogía sobre el declive del Estado de bienestar, que encabeza con una frase genial: "El mejor informador es aquel que no entiende el significado de lo que explica" . - ¿ Tu experiencia profesional como periodis ta , en qué te ha beneficiado para la escritura de tus novelas? -Sobre todo en la posibilidad de aumentar la visión del mundo y poder conocer y entrevistar a una fauna humana muy variada, en una época en que el periodismo estaba en expansión y significaba más que ahora, cuando la información, con frecuencia, solo es una mercancía regida por las leyes de la mercadotecnia, con el peso añadido de la tri vialización del valor de la palabra escrita. El periodismo supone un tipo de experiencia general acelerada muy difícil de obtener con otras profesiones. Sin duda, ha condicionado también mi técnica de trabajo, tanto en lo narrativo como en los aspectos documentales y el acercamiento a la realidad que, en definitiva, es la materia prima de la que extraigo mis historias. -¿ Qué similitudes y diferencias hay entre la novela y el reportaje? -La novela y el buen reportaje son ramas del mismo tronco y pueden llegar a confundirse en lo literario, como demuestra el ejemplo reciente del periodista polaco Ryszard Kapúscinski, que hubiera merecido de sobra el premio Nobel de literatura . En cuanto a las diferencias, veo fundamentalmente dos:

el enfoque y la depend encia colectiva. Una novela es una elaboración solitaria, que no requiere más contacto con la realidad que el recuerdo individual o la imaginación en el mómento de escribirla. Pero para escribir un reportaje, el periodista siempre depende de otros, necesita de las informaciones, op iniones y d eclaraciones de o tros. En este sentido, un reportaje es siempre una obra colectiva, aunque al final solo lo firme una persona. En cuanto al enfoque, es obvio que el reportaje trabaja siempre con el material de la realidad de un momento d ad o, aunque el periodista pueda fa ntasear o distorsionar algunos elementos de esa realidad, según Sl1 criterio subjetiv o. En la novela, la materia real vinculada a la realidad no es necesaria . Uno puede inventarse perfectamente una historia con personajes imaginados, situada en un espacio-tiempo ajeno por comple to a la experiencia vital del autor. La n ovela, en última instancia, siempre es una reflexión interior. -¿Qué es lo que te impulsa a escribir? -La inquietud y el d eseo de comunicar. Quizá la escritura n o sea más que el deseo de hacerse oír en un mundo discordante y embarullado, con un discur. so cada vez más uniforme y m an ipulado por los grandes poderes d e la tierra. En lo que a mi respecta, la escritura es como una atmósfera n a tural, n ecesito escribir y me siento peor cuando no lo hago.

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La verdad de las mentiras

JUAN ÁNGEL JURISTO

Aquella novela pop, Yo maté a Kennedy, de Manuel V ázquez Montalbán fue una suerte de pistoletazo de salida para una renovación del género policial en España. Por aquellos años comenzaron a publicar los pioneros del thriller, una nueva generación que incorporó a la narrativa española del género los elementos más duros de la tradición norteamericana, del giallo italiano y del polar francés. Fernando Martínez Laínez fue uno de aquellos renovadores y Carne de trueque, editada en 1977, una de las novelas más celebradas en su momento, junto a otras donde incorporó otras tradiciones que le han sido afines por cues tiones profesionales, como la ficción política y el relato histórico. Los libros de plomo, su última entrega, viene a ser una suerte de enlace entre todos estos géneros y querencias a las que se añade su adscripción a este tipo de novela que ha sido un éxito en los últimos años, donde se combinan elementos tomados del más puro thriller con la ficción de corte histórico trufado de elementos de claro contenido mistérico. En La sonrisa de la Gioconda ese repaso por el nuevo modo lo coronó con éxito. En esta novela redondea aquella incursión. La novela combina (el autor sabe manejar estos elementos con suma maestría), las referencias políticas de plena actualidad con oscuros presagios

sacados de las leyendas históricas, que actúan al modo de la suspensión de la incredulidad que todo lector del género debe cultivar para gozar del mismo con cierto arrobo. Aquí se trata de la sustracción de los libros plúmbeos custodiados en el Sacromonte y que guardan una oscura relación entre los orígenes de los primeros pobladores de la zona y el Apocalipsis de San Juan, con San Cecilia de por medio, tras un terremoto que asola Granada en el año 2010. Este hecho lo pone el autor en referencia con la sacudida de tierra que tuvo lugar en la ciudad en 1588, ocho años antes del descubrimiento de tales manuscritos, y que dio paso a una ola de fervor por Santiago del que se hizo eco el mismo Arias Montano. El énfasis en todos estos artilugios legendarios, trufados de conspiraciones que tienen lugar a lo largo de la historia, lo pone en relación nuestro autor con un planteamiento medianamente serio de nues tro presente político, algo que diferencia a es te libro de otros de similar jaez como El Código Da Vinci y sus innúmeros seguidores, eso sí, trufado de cierto sentido del humor. Lo de la rebelión del Albaicín, debe mucho a la farsa, lo que otorga cierta distancia e ironía, incluso, al supuesto drama político al que el lector asiste. Lo hermoso de este libro, lo que le aleja de otros similares, es su inteligen-


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La verdad de las mentiras

cia, su interés en distanciarse del objeto que trata, de un modo un tanto escéptico, lo que en el plano literario le lleva necesariamente al guiño continuo, a la alusión discreta, secreta. En este sentido Martínez Laínez está más cerca de las propuestas y resoluciones de un Umberto Eco que de un Dan Brown. Ello se ve claramente en la resolución del caso y en la explicación racional de Zaldívar a Berta achacando los surrealistas acontecimientos que han mantenido en jaque a la ciudad a un escape

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radiactivo, lo que, en realidad, no explica siquiera, no agota, el placer otorgado al lector cuando ha suspendido su incredulidad en las trescientas páginas anteriores. Sabemos, y el autor parece decírnoslo con un susurro, que la representación mágica ha terminado, porque todo tiene un fin, pero que en realidad podemos seguir imaginando. Lo de la radiactividad es casi una excusa para seguir sobreviviendo hasta la siguiente ficción. Porque de esto se trata.


Los libros de plomo

JOSÉ LUIS GRACIA MOSTEO

La convocatoria era el nueve de diciembre de 2010, a las siete y media de la tarde en la librería Es tudio en Escarlata de Madrid; el motivo, la presentación de la novela Los libros de plomo del escritor Fernando Martínez Laínez; el anfitrión, Juan Salvador, para los amigos EscarIa ti; allí nos reunirnos unas treinta personas para escuchar a Raúl Guerra Garrido y Eric Frattini, que presentaban la novela . Entre el público, escritores; críticos y algún editor. El acto fue divertido, chispeante y, pese a su duración (casi hora y media), cor to. Martínez Laínez nos habló de su libro, de sus viajes (ay, aquella adivina de Moscú que hacía levitar los objetos) y su visión de la vida ("En tiempos de crisis, los sinvergüenzas hacen su agosto", vino a decir, algo de lo que tra ta su novela); Guerra Garrido, de la novela de intriga, recomendando encarecidamente ésta; Frat tini, de lo que quiso . Tras la presentación, compré el libro (que algún desaprensivo me acabó birlando con la excusa de un préstamo: para que te fíes de los amigos) y llegaron las copas, el bar, los pinchos y la polémica. Debo declarar que leo con placer a Raúl Guerra Garrido (La carta es una de las mejores novelas que se han escrito nunca sobre ETA) pero estoy atento a la hora de pagar pues, a veces, se le olvida; debo confesar que no he leído nada de Frattini ni me inte-

resan los libros de supermercado, esoterismo y cuentos chinos; debo confesar que admiro a Fernando Martínez Laínez. Fernando Martínez Laínez (Barcelona, 1941) es un veterano escritor y periodista que ha sido delegado de la agencia EFE en Argentina y otros países, director de programas de Radio Nacional de España, columnista del diario ABe narrador de libros de viajes (ha obtenido el Premio Grandes Viajeros en 2001) y uno de los padres de la novela negra española, aparte de estupendo ensayista especializado en la vida militar y en la novela policiaca (ha conseguido en dos ocasiones el Premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción de la Semana Negra de Gijón) . A él se deben obras como Carne de trueque, Destruyan a Anderson o Se va el caimán, además de Viena, Praga, Budapest, El imperio enterrado o Tras los pasos de Drácula, en donde estudia el imperio austrohúngaro y la sociedad rumana, en unos ensayos que están entre el libro de viajes, la investigación histórica y la reflexión sociológica, además de otras muchas obras donde hace gala de un castellano envidiable; a él se deben, asimismo, libros corno Tercios de España: la infantería legendaria (con José María Sánchez de Toca), Una pica en Flandes y El Gran Capitán: la infantería legendaria ... A él se deben estos Libros de plomo, que son de todo menos


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Los libros de plomo

pesados, en donde aúna el género policíaco, histórico y de aventuras; una novela con forma de thriller, pero con mucho, mucho más dentro... Editada por Martínez Roca en la Colección MR Narrativa, con ilustraciones de Carles Salom en el interior, he aquí un tocho que se lee como un librito y que habla de religión y fanatismo, pero también de Granada, la Alhambra, de terrorismo islámico, el CNI o la radiactividad en unos tiempos donde todos estos temas son tremendamente actuales (me pregunto si la bruja moscovita no contagió a Fernando) ... Todo, en 448 páginas que se leen como si fueran 40. El libro comienza de forma prometedora: "Quizás la primera señal de que todo iba mal esa noche fue cuando los perros empezaron a aullar. Eran aullidos largos, lobunos, heraldos de la desgracia que su instinto detectaba en las entrañas de la tierra ." ¡Coño, me dije, este Fernando en vez de Martínez debería llamarse Fernando Nostradamus! ¡Esto parece el terremoto de Japón escrito un año antes! Así que me levanté, me serví una copita de Tawny de Oporto y volví a sumergirme en un argumento que me enganchaba, me enganchaba. ¡Coño, me repetí, este Fernando parece Timothy Leary: esta novela tendría que leerla en una narcosala! Así que me volví a servir otra copita mientras me zambullía en el año 1588 y me daba de bruces con una extraña caja de metal oculta bajo los cascotes de la torre Turpiana de la catedral de Granada; una caja que albergaba un pergamino en árabe, latín y castellano; un legajo inoportuno para los tiempos que corrían, unos tiempos muy parecidos a los que vivimos ... ¡Mierda me dije, no soy muy supersticioso, pero con lo que está cayendo en Libia, Afganistán o Irak, este tío debe de ser

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del KGB o la CIA, aunque luego reflexioné que el primero ya no existía, tal vez como yo, que a esas alturas casi me había convertido en un personaje de la novela hechizado por su magia. Así que me volví a sumergir en el libro y el vino, y me topé con aquellos raros libros de plomo que el Vaticano no tardó en declarar falsos ... Menos mal que dos agentes del CNI, Héctor Medina y Berta Santana, vinieron en mi ayuda cuando en 2010 fueron robados ... A esas alturas (dos de la madrugada, los niños durmiendo y "es tand o ya la casa sosegada", que de tod o se empapa uno, hasta de misticismo) cogí el libro y miré la solapilla: ahí estaba ese tipo que responde al nombre de Fernando mirando al cielo, con el Mulhacén detrás (seguro que lo era, aunque también podría ser Guadarrama) y con aire de iluminado. ¡Hostias me dije!, me parece que vaya dejar de beber o leer! De modo que me fui a la cama donde mi mujer dormía plácidamente y dejé el libro en la mesilla. Diez minutos después encendía la lámpara . Hasta ahí podíamos llegar: bien está (es un decir) que me privé del Oporto, pero del libro, eso sí que no. Así que me adentré en La Alcazaba que, en ese momento, estaba siendo asaltada con grave riesgo para mi vida. Serían las cinco de la mañana cuando me . reencontré de nuevo con mi yo dudando entre escaparse a Cuba o Santo Domingo, mientras dudaba entre darle las gracias a Martínez Laínez por aquella noche que me había dado o meterle dos sopaRaS por las horas de sueño que me había quitado . Como soy hombre pacífico, me entregué a un sueño reparador para descubrirme apenas dos horas después con ojeras, empanada mental y una extraña sensación de haber vivido y viajado


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José Luis Gracia Mosteo

otras vidas, algo que el periódico y el café se encargaron de ventilar, devolviéndome a la realidad y contando que la crisis ahondaba. Fue cuando recordé lo que le había oído al autor: "En época de crisis, los extremismos son moneda

corriente. Por eso en mi novela, los libros de plomo simbolizan el/paraíso perdido' que las sectas quieren recuperar" . ¡Dios nos libre!, me dije, mientra cerraba el diario, apagaba la tele y pensaba en el día de zombi que me esperaba.

EMBAJADA A

SAl\'IARCANDA E¡;él'rlarl,do·v1/lOl'tllle/z _{fLlrte.z


¿Fue masón Antonio Machado? FÉLIX POBLACIÓN

Escritor y periodista

Muchos adolescentes de finales de los sesenta nos iniciamos en la poesía con la lectura de los versos de Antonio Machado, antes de que Joan Manuel Serrat popularizara musicalmente sus poemas. En esa etapa es muy posible que la mayoría de quienes dispensábamos a don Antonio un trato preferencial y hasta reverente no captáramos en varias de sus obras referencias masónicas incuestionables. Es el caso de alguna de sus Nuevas Canciones, publicadas en 1914, o en un largo poema del cancionero apócrifo de Abel Martín incluido en Los Complementarios. En ambos aparece la palabra masón referida a sí mismo. También cuando Machado dedica a Francisco Giner de lo s Ríos, -fundador de la Institución Libre de Enseñanza en la que el poeta cursó estudios, un magnífico poema con motivo de la muerte en 1915 del introductor del krausismo en nuestro país, la mención expresa a símbolos y términos masónicos como yunques, luz, fra ternidad y talleres queda expuesta con evidencia: Y hacia otra lu z más pural partió el hermano de la luz del alba,! del sol de los talleres,! el viejo alegre de la vida santa . No hay total certidumbre acerca de la pertenencia de Machado a la masonería, organización en la que ingresaron renombrados políticos e intelectuales de su tiempo y a la que también perte-

necieron el abuelo y el padre del poeta, según recuerda Ian Gibson en su biografía. Sostiene José A. Garda-Diego que Machado se inició en la Logia Mantua de Madrid en 1930, perteneciente a la Gran Logia Española. Se basa para ello en el testimonio del historiador gallego Emilio González López, que fue profesor en la City University de Nueva York, y que en 1957 publicó un artículo bajo el título de El sol de la fraternidad en el que da por cierta esa adscripción . Según González López, "Machado no perdió su fe en la fra ternidad ni en los momentos más dolorosos de la Guerra Civil, sino que, por el contrario (... ) avivó en él esa fe, pues vio que la Guerra Civil era en gran parte el producto del odio acumulado en el alma de un pueblo y sembrado por quienes se titulaban patriotas". Sería luego el profesor Joaquín Casalduero quien abundaría en esa información con un opúsculo publicado en Puerto Rico en 1964 que por su epígrafe no deja lugar a dudas: Machado, poeta, institucionista y masón. Sesenta años después de la muerte de Antonio Machado en el desolador invierno de su exilio en Colliure en 1939, se celebró en la Casa de Velázquez de Madrid un importante coloquio internacional organizado por la fundación que lleva el nombre del poeta y al que asistieron los más reputados espe-


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Félix Población

cialistas en la vida y obra de don Antonio . Figuraba entre ellos Paul Aubert, que dictó una ponencia titulada Gotas de sangre jacobina: Antonio Machado republicano, en la que asegura, después de haber verificado una minuciosa consulta en la base de datos del Centro de Estudios de Historia de la Masonería Española (CEHME) de la Universidad Carlos III, que no hay constancia alguna de que el gran poeta de Campos de Castilla fuera masón. Es más, lo único que pudo encontrar Aubert con referencia a esa cuestión es una carta suscrita por el director general de los Servicios Documentales de Salamanca, remitida el18 de diciembre de 1957 a sus superiores, en la que se desestima la pertenencia de Antonio Machado a cualquier organización masónica. Dicha entidad, que centralizó la actividad represora durante los años que siguieron al término de la Guerra Civil, derivó después en Archivo General de la Guerra Civil y es en la ac tualidad Centro Documental de la Memoria Histórica, entre cuyos fondos se encuentran los miles de expedientes abiertos por el Tribunal Especial de Represión de la Masonería y el Comunismo (TERMC). El titular de dicho centro en los años cincuenta fue totalmente rotundo en la redacción de su misiva: "Consecuente a su atento escrito del Negociado Segundo y Antecedentes n° 15857, de fecha 11 del actual, relativo a ANTONIO MACHADO RUIZ, tengo el honor de participar a V.E. que, hasta la fecha, no han aparecido antecedentes masónicos del citado individuo".

Curiosamente sí existe un expediente del TERMC, el n° 18650, en el que consta el nombre de Antonio Machado -si bien no figura el segundo apellido-, que no se corresponde con los datos aportados por González López y Casalduero, pues el tal Machado pertenecía a la logia La Sagesse, radicada en Barcelona, entre cuya? actas aparece tal nombre en 1934 y 1936 con los cargos de hospitalario y limosnero dentro del cuadro de dignidades. Hay también otra referencia en la que se da cuenta, el 18 de junio de 1937, de que "como consecuencia de los actuales acontecimientos, se retiraron regularmente al abandonar España los siguientes socios: entre los que se citan figura Antonio Machado" . No existen más detalles acerca de la filiación y personalidad del encausado, pero por los cronológicos parece desprenderse que ese Machado no era el poeta, residente primero en Segovia -donde aseguran los citados autores que fue donde decidió su ingreso en la masonería- y luego en la capital d e España. De lo dicho se desprende, p or lo tanto, que la tesis de Paul Aubert es p or el momento la más verosímil y que la adscripción de Antonio Machado a la masonería resulta en la actualid ad difícilmente demostrable, a pesar de aquella sencilla canción escrita por el poeta durante su estancia en Soria, de la que ahora se cumplen cien años, junto a su joven y llorada esposa Leonor: En Santo Domingo, / la misa mayor.! A unque me decían/ hereje y masón,! rezando contigo,! ¡cuanta devoción!

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7.000 gallinas y un camello

JESÚS CAMPOS G ARCÍA

7.000 gallinas y un camello podría considerarse una obra puente entre el llamado Nuevo Teatro y la posmodernidad. Y si bien la puesta en escena de es ta pieza culmina con el optimismo esperanzado que corresponde al momento histórico en que se produce, no es menos cierto que la peripecia argumental, al cuestionar por igual las dos opciones en conflic to (pragma tismo y utopía), anuncia ya el inminente desencanto. La superposición de estilos (simbolismo e hi perrealismo) refuerza el carácter de transición de la pieza y forma parte de la fusión de lenguajes teatrales que Campos acometerá a lo largo de toda su obra. La revisión (o transgresión) de los géneros, junto al empleo recurrente de los signos' no ver-

bales, que aquí se apuntan, serán, en lo sucesivo, las señas de identidad de su teatro. Aunque sus obras nunca son autobiográficas, su experiencia de granjero y el rodaje en Almería de Lawrence de Arabia (coincidentes en el tiempo) son los mimbres con los que Campos armará la historia que aquí se edita. Y junto al texto, a modo de viñetas, el reportaje fotográfico facilita las cla ves de la representación. Por otra parte, y para entender mejor la verdadera significación de la pieza, se incluyen el «Cuaderno de bitácora» del autor, los recortes de prensa y el estudio crítico de Julio Huélamo. Materiales que, de un modo u otro, evocan un período en el que, con los ecos del 68 aún presentes, se iniciaba la transición política .


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7.000 gallinas y un camello

7.0 GALLINAS YUNCAMELLO de JESÚS CAMPOS GARCÍA

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ESCÉNIC

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Cuaderno de bitácora de 7.000 gallinas y un camello (fragmentos)

JESÚS CAMPOS GARCÍA

A comienzos de los 70, que es cuando reemprendo mi andadura teatral, los comp añeros de más edad ya habían desarrollado algunas estrategias para burlar los controles de la censura (situar la acción en otro tiempo o en otro lugar fueron, sin duda, las más utilizadas); aun así, no sé si por temeridad o por desconocimiento, mis primeras obras las escribo a las claras y sin ningún miramiento. Sobre todo Furor, texto que «merecería» la prohibición unánime de los censores. Aquellos cancerberos que, según he sabido después, elogiaban en sus informes los aspectos formales de la pieza, despotricaban, acto seguido, por los contenidos y, sobre todo, por el descaro de exponerlos así, sin disimulos. Con la lección bien aprendida, y teniendo muy presente la tropa de secuaces que tendría que sortear, no ya para su aprobación, sino con el propósito de que, además, la premiaran en su certamen más insigne (sea la juventud atenuante de la petulancia), me puse a escribir estas 7.000 gallinas y un camello cuyo cuaderno de bitácora voy a evocar aquí. Generalmente no es fácil precisar cómo y cuándo se pone en marcha un proceso de creación. Sí recuerdo, aunque vagamente, que me había impuesto como condición no renunciar al «aquí y ahora », por lo que, descartados los

. camuflajes más habituales, no quedaba más remedio que desarrollar una nueva estrategia comunicativa que resultara confusa para el «facherío » y meridiana para el resto de los mortales. Y en eso estaba cuando vinieron a mi mente los trescientos camellos que quedaron sin destino en Almería al finalizar el rodaje de Lawrence de rabia. (El pasaje para devolverlos a Marruecos era mucho más caro que su precio allí) . Yo había tenido por aquel entonces una granja avícola en esa misma ciudad, y esa coincidencia fue, tal vez, el desencadenante de la obra: los camellos - exóticos, deformes, indómitos- y las gallinas -vulgares, clónicas y gregarias- eran un buen binomio de opuestos con los que significar utopía y realidad. Y así fue como me puse en marcha: intuyendo, en parte, a dónde iba, y sin saber ni el cómo ni el porqué. En cuanto al cómo, pensé que la «obra bien hecha », la carpintería tea tral, el oficio en definitiva, podía ser la carnaza con la que enga tusar a la carcunda para que aceptara el discurso como propio. Los aspectos formales de la obra eran valores que yo no aborrecía y que ellos, al parecer, tenían en gran estima . Corría el riesgo, sí, de naufragar en el costumbrismo así que, para asegurarme de que es to no ocurriera, opté por el hiperrealismo: óptica que, por eleva-


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Cuaderno de bitรกcora de .7.000 gallinas y zm camello

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Jesús Campos García

ción, me pareció la más adecuada; entre otras razones, porque el conocimiento de aquella realidad me aportaba la información necesaria para tratar el tema con la minuciosidad que este estilo requiere. Y así, mi antiguo oficio de granjero -aquel tiempo que yo creía perdido- iba, finalmente, a serme · de gran utilidad en mi nuevo oficio de dramaturgo . Una vez intuida la situación, y según me puse a dialogar, fue surgiendo una historia pequeñoburguesa en la que, desde el comienzo, ya se adivinaban otras tramas secundarias -propiciadas por el entorno suburbial- y otros

planos de lectura con los que, tras su aparente simplicidad, podía alcanzarse una cierta complejidad . Y fue así, potenciando los posibles significados de cuanto podía suceder en una granja, como tuve la idea de establecer un discurso no verbal al socaire de la obra li teraria. Tan fácil como trazar dos obras: una básica y evidente -Ja argumental-, y otra, menos concreta, en la que ampliaría los contenidos de la peripecia mediante el empleo de signos no verbales -signos que atribuiría a la dirección-; la primera, para presentarla al premio y someterla después a censura, y la segunda para que «se me ocurriera» durante la puesta en escena.

NOTA FINAL Hace tiempo decía en un taller que no escribimos solos, que la sociedad en la que vivimos y a la que nos dirigimos escribe con nosotros. A lo que añadiría aquí, que también hace con nosotros la pues ta en escena. Lamentablemente, en este caso, el proceso de creación estuvo tan condicionado por las vicisitudes políticas, que al evocar el cuaderno de bitácora me he visto obligado a reflejar el navajeo de la época si quería que se entendiera qué era lo que nos movía y hacia dónde nos movíamos. La realidad teatral del momento era tan anodina que podías ver el primer acto en un teatro y el segundo en el teatro vecino sin advertir que eran obras distintas. Otro hubiera reaccionado con Insultos al público, en cambio yo

opté por las «molestias al público». Va en temperamentos. El propósito era incorporar ardores en su teatro digestivo. De ahí esa obsesión por la incomodidad inadvertida: la luz hiriente sobre los encalados; el brillo, el tintineo de las jaulas; el picoteo, el cacareo de las·gallinas; el olor a granja; la briega constante, e incluso el huevo que no se consiguió, tenían ese sentido. La sociedad a la que iba dirigido este montaje -que pudo ser el último de la dictadura y que acabaría siendo el primero de la democracia- no daba para más. Lamentablemente, en el futuro dio incluso para menos. En cualquier caso, ahí quedó, como metáfora de algo, el escenario de aquellos Teatros nacionales oliendo a gallinaza.

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Jesús Campos García. Fragmentos de su biografía

BERTA MUÑoz C Á LIZ

1938-1952

1960

Nace en Jaén, el 18 d e diciembre d e 1938.

Asume la producción del espectáculo Nacida ayer, de Garson Kanin, que se estrena en septiembre en el Teatro Recoletos de Madrid .

1953-1955

1962-1964

Se traslada a Almería, do n de lo internan en el Colegio de La Salle; allí interpretará, en función escolar, La tierra de Jauja, de Lope de Rueda, en el Teatro Apolo . En estos años participa en las tertulias del Grupo lndaliano de pintores y poetas, entre qu ieres se encuentran Jesús de Perceval, Luis Cañadas y Aurelino Cañadas, entre otros. Y escribe sus primeros poemas.

Trabaja corno granj ero en una explotación avícola de su propiedad. Tras una segunda debacle económica, se m archa de nuevo a Madrid, donde inicia su actividad corno decorador d e interiores, profesión que desarroll a corno actividad principal hasta los años n oventa.

1956-1957

1972

Entra en contacto con el TEU de Granada, que dirigía José Mar tín Recuerda, y . asume las funciones de ayudante del regidor en La Danza de la Mu erte y El barbero de Sevilla. Fund a el grupo Ilíberis, tertulia que agrupa a poetas, pintores, coreógrafos y otros artistas .

Recibe el Premio Ciudad de Palencia por La grieta y el Premio Ciudad de Teruel del Ayuntamiento de esta ciudad por Matrimonio de un autor teatral con la Jun ta de Censura .

1959 Publica la obra de tea tro breve Tríptico en La Estafeta Literaria.

1974 Recibe los premios Lope de Vega del Ayuntamiento de Madrid por 7.000 gallinas y un camello; el del Ayuntamiento de Lérida por Qué culta es Europa y qué bien arde; y el Carlos Arniches d el


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Berta Muñoz Cáliz

Ayuntamiento de Alicante por En un nicho amueblado. 1976 El 25 de marzo estrena, en el Teatro de la Princesa de Valencia, 7.000 gallinas y un camello; espectáculo que presentará en el Teatro Nacional María Guerrero de Madrid el 22 de abril. 1983 Desde este año hasta 1989, en su condición de miembro de la Junta Directiva del Círculo de Bellas Artes de Madrid, dirige los Teatros del Círculo. Como decorador, a partir de este año, se especializa en el diseño y realización de exposiciones que llevará a cabo en varios museos. 1984 Imparte el primer taller de escritura dramática organizado por el Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas. 1985 Organiza la Muestra Samuel Beckett en el Círculo de Bellas Artes, donde se llevarán a cabo las puestas en escena de diez textos de este autor, una exposición, coloquios, lecturas, conferencias, audiciones de guiones radiofónicos y vídeos.

1991 Recibe el Premio Castilla-La Mancha de Teatro, de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, por Danza de ausencias. 1997 Publica Matrimonio de un autor teatral con la Junta de Censura y En un nicho amueblado en la colección "Biblioteca Antonio Machado". El 3 de octubre estrena A ciegas, en el Museo del Ferrocarril, en el marco del Festival de Otoño de Madrid. 1998 Es nombrado presidente de la Asociación de Autores de Teatro. El 9 de septiembre se presenta Triple salto mortal con pirueta en el Teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Con otros miembro s de la Junta Directiva de ATT funda Las Puertas del Drama, revista de reflexión sobre la escritura dramática, en la que se hará cargo de la sección fija: "Tercera (a escena, que empezamos)". 1999 Escribe Naufragar en Internet, y el 27 de noviembre la estrena en el Aula de Cultura de la CAM, de Alicante, d entro de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos.

1990 2003 Junto a un grupo de autores, encabezados por Alberto Miralles, funda la Asociación de Autores de Teatro y formará parta de su primera Junta Directiva, que será presidida por Lauro Olmo y Buero Vallejo.

Recibe un homenaje en el Festival Internacional de Teatro Experimental de El Cairo (Ministerio de Cultura de Egipto), por su aportación al tea tro experimental.

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Jesús Cam pos García. Fragmentos de su biografía

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2004 El 23 de marzo es trena La fiera corrupta en Alcalá de Hen ares, dentro del Festival Teatralia. Publica las p iezas breves La primera en morir y Noche de bodas.

2006 En México participa en el encuentro "México, puerta de las Américas" e imparte un curso de escritura dramá tica

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en la Sociedad General de Escritores de México.

2008 · Edita en In-Cultura d.juan@sirnetrico.es (La burladora de Sevilla y el Tenorio del s. XXI) obra que estrena el 30 de octubre en el Teatro Circo de Albacete, y que posteriormente, el 13 de noviembre, presentará en el Teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid.


CRÍTICAS DE LIBROS Todos los rostros del pasado Ana Caravaca Caballero Dubrovka Santiago Gómez Valverde Fuga de ideas Paula Izquierdo El nombre no importa JoséLópez Rueda La flecha intempestiva Pablo Méndez Cadena perpetua Juan Mollá Contra el tiempo Francisco de Quevedo Teatro completo Manuel Quiroga Clérigo Páginas de un diario Clara Sánchez Lo que esconde tu nombre Las cartas que debía Rafael Soler Francisco Brines



Todos los rostros del pasado MANUEL QUIROGA CLÉRIGO

Nicanor Vélez, editor de Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores en la presentación de Todos los rostros del pasado dijo que "la poesía de Francisco Brines tiende a la elegía, en la que se reconoce el propio poeta". Dionisia Cañas que hizo la selección y escribió el prólogo de la antología poética recordó que "Brines está en contacto con la pérdida; meditación y pérdida configuran para él la verdadera na turaleza del ser humano. Su poesía se topa con el rostro de la muerte aunque el pesimismo nunca esté presente en sus versos. Comparte con los clásicos la mesura de la expresión y, para él, cada libro es un re to pues lo configura como parte y como unidad de su producción. Advertimos en la poesía de Francisco Brines el espíritu de poetas esenciales de nuestro tiempo como son Carlos Edmundo de Ory, José Ángel Valente,

José Manuel Caballero Bonald, Jaime Gil de Biedma, Ángel Crespo, Antonio Gamoneda ... En Brines el yo p oé tic o va más allá del yo personal, aunque en algunos de sus versos se advierta una mirada crepuscular". En esta antología Cañas ha querido ofrecer un conjunto de poemas en los cuales podamos conocer, de primera 'mano, aquella p roducción de Francisco Brines en que habla de la infancia, la juventud, el am or, la vejez y la mujer. Para escribir su prólogo ha tenido en cuenta una lectura fresca, hecha en el siglo XXI, en la q ue el p aso del tiemp o se ha id o invo lu crando con una contemplación de la vid a, la naturaleza. el ser humano y el universo. Son poemas que reflejan la id en tidad del hombre y su experiencia en el entorno en que vive. Dice Cañ as en ese prólogo : "Pocos siglos h an ofrecido al poeta tantas opciones creativas com o lo


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Tod os los rostros del pasado

hizo el siglo veinte. No se trata, pues, aquí de saber si la obra de Brines está relacionada con tal o cual tendencia estética predominante en un momento u otro de la historia de la poesía, sino más b ien de acercarse a la esencia rectora que parece conducir toda su obra y que, esperamos, quede bien representad a en nuestra antología". Carlos Barral consideró a Brines "un clásico" en lengua española. Francisco Brines (Oliva , Valencia, 1932) es uno de los poetas más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Desd e que fu e gal ardonado con el Premio Adon áis en 1960 por Las brasas, ha p ub licado poem arios muy bien recibidos p or la crítica y los lectores como El Santo Inocente (1965), p os teriormente titulado Materia narrativa inexacta, Palabras a la oscuridad (1966) que le valió el Premio de la Crítica, Aún no (1971), Insistencias en Luzbel (1977), Poemas excluidos (1984), Poemas a O.K. (1986), El otoño de las rosas (1986), Premio Nacional de Poesía y La última costra (1995) . También ha publicado u n volumen de ensayos titulado Escritos sobre poesía española (1995). Tiene en su h aber el Premio Nacional de las Letras y el 22 de mayo de 2006 leyó su discurso de ingreso en la Real Academia Española de la Lengua: Unidad y cercanía personal en la poesía de Luis Cernuda. Brines habla sobre Todos los rostros del pasado y en torno a su visión de la poesía en general. En 1987 recibió el Premio d e Las Letras Valencianas y Una Poesía completa (1960-1997 apareció en 1997. -Cuando Galaxia Gutenberg/ Círculo de Lectores me ofreció la posibilidad de publicar es ta antología me sentí especialmente privilegiado . Es una colección magnífica y que, hasta la fecha, todos los poetas incluidos en ella son de gran interés. Los poetas tienen la

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ten d encia a ser b ien editados, que los versos pidan ser leídos. Y en este caso ambas cosas se cumplen. Yo h ab ía colaborad o con anteriorid ad con u n prólogo a la obra de Luis Cernuda. En el caso de este libro creo que cualquier antología es distinta a otra antología . Su pub licación responde a la idea de quien haya hecho la selección. Para mí lo importante es saber qué ha significado para el lector un poema mía, qué experiencia h a tenido lugar tras su lectura, has ta qué punto ha llegado ese lector a participar en el poema . Yo hablo de la muerte desde muy pronto en mis versos, y lo hago porque amo la vida, porque hablar de la muerte es hablar de la vida . De todos modos sería triste que todas las an tologías fueran iguales, porque entonces sobrarían todas menos una. -¿ Es posible escribir poesía como 1/11 ejercicio moral? -Cuando leemos no buscamos encontrarnos a nosotros mismos. Es una búsqueda en la que estamos arrastrados p or el tiempo, por el pasado. Pero podíamos h aber sido otros. En la poesía podemos abrazar a una persona contraria a la que somos nosotros. Lo que importa es el aprendizaj e d e la toleranci a. Si un poe ta escribe d esde el agnosticismo, a un determinado lector puede interesarle m ás la belleza estética que si h ablara de sus propias ideas. Es necesario tolerar a los demás para que los demás nos toleren a noso tros . La person a debe enseñarnos a vivir mej or. - ¿ A quién se dirige el poeta? -La poesía no tiene público, tiene lectores. Cad a cual elige a u n poeta en un momento determinado . Generalmen te nos gusta volver' a los poetas y a los poemas clásicos. Son p lenos aquellos poemas que te dan la posibilidad de un mayor número de lecturas. Por eso es cierto que estamos más cerca d e


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Manuel Quiroga Clérigo

unos poemas que de otros. Yo más que escribir libros escribo poemas . Esos poemas, al estar marcados por una situación determinada, van a expresar la persona que soy en el momento de escribir. Hay poemas que nos ayudan a encontrar cosas, como también es cierto que la vida con la edad se va haciendo más lejana. La maravilla de la vida es cualquier cosa que ·ocurra mientras estamos viviendo. A vemos nos preguntamos por la felicidad. Y la felicidad puede ser mirar los paisajes, estar solo, instalarse en el vivir. El poeta elegíaco cuando está feliz vive. Lo hace desde la pérdida . Pero está celebrando la vida. -¿Cómo, por qué, para quién escribe poesía un poeta? -Uno no dirige la poesía. La poesía dirige a la persona. Mi primer libro pudo haber sido mi último libro. Lo escribí siendo joven, con veintitantos años y en él aparece un anciano que vive en la casa de su infancia, solo. La poesía hace un circuito, pues no sabemos si comienza en un libro o en otro. Luego, además, hay variaciones precisamente por eso, porque no sabemos donde puede comenzar. Insistencia en Luzbel fue un proyecto de ordenamiento, una poesía difícil de leer en público, porque requiere ir deteniéndose en el poema. Leer los poemas es algo plástico, que tiene menos dificultad de aprehensión para el lector que si los estuviera escuchando. En el cine, por ejemplo, encontramos una doble lectura: no nos podemos detener a pensar qué significa lo que estamos viendo . La poesía escuchada no es lo mismo que la poesía leída. Un texto poético, si encuentra un buen lector y si es bien leído, puede mejorar con esa lectura. Yo tengo una sensibilidad lectora porque he leído aprendiendo de otros poetas, no de mis propios versos. Hay una emocionante

drogadicción en los lectores y es que, al leerlo, ellos crean el poema . - ¿ Qué decir de poetas que nos han legado obras especialmente interesantes? -Hablaríamos de poetas excepcionales como Juan Ramón Jiménez o Luis Cernuda. y quienes han escrito prosa poética, que es una modalidad de la poesía. En este sentido debemos citar a "Azorín" y a Gabriel Miró, pero también a Ramón Gómez de la Serna. Ellos y otros han sido maestros directos de poetas. Azorín toca el nervio esencial de la poesía, analiza la disparidad entre artes plásticas y música, descubriendo el tiempo, la figuración, la melodía que nos descubre de nuevo. La música concreta la .oímos bien en el ballet, pues la coreografía hace de melodía, nos lleva a una música concreta. - ¿ Se puede hablar de la muerte, de nosotros, y se puede impregnar humor en los poemas elegíacos, viendo versos tan optimistas como los de "El otoño de las rosas"? -Yo creo en el esplendor modesto de la tarde. No creo en el infierno, que los humanos no lo merecemos porque no lo hemos creado. Amar la vida te impulsa a ser elegíaco. La vida es algo tan querido que nos dolemos cuando la perdemos. En mi caso nunca he comenzado a escribir un poema sabiendo sobre qué iba a escribir. La escritura se hace desde la intuición y la inteligencia . A veces, veía que teniendo el poema me era difícil escribirlo, pero quería que el poema me sorprendiera. Creo que es un don el amor físico. Nos vemos en el poema sin ser nosotros, el poema descubre en nosotros cosas que no conocíamos. Si hablamos de nosotros es porque somos nuestra persona más cercana. Pero si uno no es Narciso no tiene porqué temer nada. El tú también es perceptible como un yo . Yo hablo desde mi poe-

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Todos los rostros del pasado

sía, desde mi experiencia. Todos tenemos m u cho en com ú n pero al mismo tiempo tenemos diferencias. La poesía es imprescindible para comprenderl o. Hay poetas cercanos al Siglo d e Oro como pueden ser Gerardo Diego o Rafael Alberti, que han escrito p oemas virtuosos sobre los toros, los ángeles, la pintura. Cada poeta tien e sus p ropias cualidades . Lo interesan te de cada poema es que sea distin to a los dem ás. - ¿ Qué relación hay entre lectura y escritura ? - Todos quienes hemos escrito, hemos leído. Siempre pensamos si podremos escribir algo como lo que es tamos leyendo. Cuando yo era joven no existía la televisión, eso nos perm itía leer más. Pero hoy día hay quien es capaz de leer y no ver la televisión. La poesía enseña a vivir en plenitud, sin sujeciones. -¿Pueden los poetas animar a los jóvenes a amar la poesía? -Hace algunos años yo me negaba a ir a los institutos a leer versos a la gente joven. Pero me dijeron: "debes ir", que aprendan. Luego ves que quienes escuchan aprenden. El lector va haciendo el poema, el oyente lo escucha de una manera propia. Recibimos las emociones, se superponen unas a otras. La poesía no se debe leer literalmente, pues es su significación lo que interesa. Lo que

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ocurre es que no enseña a los jóvenes a leer. Yo tuve cuando estudiaba el bachiller a un excelente profesor, que también era poeta, Juan Bautista Beltrán, que me hizo entender la p oesía y que me acercara a ella . También es cierto que a mucha gente la sensibilidad poética se le despierta ya d e adultos. La p oesía siempre es un descubrimiento . El que se descubre es el lector. - ¿ Tendrem os pron to nueva producción de Francisco Brines? -Tengo p oemas escritos, pero también tengo un defecto, pese que h e aprend id o con los años a aceptar mis defectos. Ese defecto es la pereza, que es un instinto de conservación no d e repetición. Creo que si he escrito algo esencial ya es tá escrito. Por ello lo que escriba de nuevo tiene, necesariamente, que añadir algo a lo anterior. Lo cierto es que no quiero repetirme, pero sí quiero que salga algo nuevo. Antes .escribía y terminaba el poema, casi d e golpe a veces. Pero llegó un momento en que comencé a escribir un poema y, luego, dejarlo abandonado, a veces un año, para volver posteriormente a él. Con ello intentaba ver dónde podía existir algú n fallo y así intentar reconstruir el poema . Ahora lo que hago es que dejo el poema perfilado pero no acabado y, después, vuelvo a ver qué le falta . Y, entonces, lo acabo.


Dubrovka

MANUEL QUIROGA CLÉRIGO

Los responsables de los secuestros son los secuestradores. Los responsables de los crímenes son los criminales. Pero también hay quienes deben cargar a veces con determinadas culpas. Se trata de aquellos que no han sabido o querido gestionar el problema con un mínimo de eficacia y responsabilidad. El 23 de octubre de 2002 un grupo de terroristas chechenos fuertemente armados entraron en el teatro Dubrovka de Moscú y retuvieron a casi mil personas. En el Círculo de Bellas Artes de Madrid Gerry Adams ha dicho que el IRA no era un movimiento terrorista. Lo era. Porque nadie puede atentar contra los seres humanos para conseguir unos fines políticos. Lo era y debería haber pagado por sus crímenes en vez de sihlar a personas criminales en el gobierno de Irlanda del Norte. La actitud de Rusia con los chechenos o con los miembros de otras repúblicas como Daguestán es egoísta

e irracional. Pero esa actitud no justifica de ningtma manera cualquier acto terrorista. Pero irresponsable fue en este caso la actitud de Vladimir Putin. Putin aferrado al poder desde tiempo inmemorial dijo algo lapidario: "No quiero que se estropee ni una butaca del teatro". A partir de ahí todo valía para solucionar el secuestro infame. Putin ordenó utilizar el medio más expeditivo sin importarle en absoluto los cientos de niños y padres que estaban asistiendo a una representación teatral. Uso los mismos métodos que utilizaron en su tiempo los célebres Fujimori y Montesinos para acabar con Sendero Luminoso. Se puede ser un reprobable asesino siendo presidente de un gobierno legal. También si se es de un gobierno ilegal (el caso más sonado fue el de Franco). Una vez que Putin ordenó el asalto con lm gas letal que produjo cientos de muertes salió a la televisión y con su cara dura habitual dijo: "No hemos podido sal-


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Duvrovka

varles a todos". No le importaba nadie. A los chechenos los aniquilaron sin contemplaciones y los espectadores que tenían algún problema respiratorio murieron en el acto. Pese a todo los gobiernos de todo el mundo felicitaron a Putin por su salvaje comportamiento. Bueno. Este es el tema central de Dubrovka una preciosa novela-documento de Ana Caravaca Caballero (Madrid, 1972). La autora es Médica de Emergencias y Directora de la revista "Puesta al día en Urgencias, Emergencias y Catástrofes". Para conocer de primera mano el asalto y aniquilación del teatro Dubrovka viajó a Moscú y situó ese hecho lamentable en su relato. Pero también aparecen una serie de personajes a quienes un acto de esas características cambió la vida. Sin llegar a ser exhaustivos, sí es necesario mencionar como la familia de Sasha Turchenko se vio radicalmente afectada al encontrarse en el teatro aquella tarde dos miembros de la misma. Se trataba de su hija Irina y del padre de ésta, Misha Mijailovich. Pero también Sara la hija mayor de Sasha sufrió los embates del terror. Sara se encontraba embarazada. Ludmila o Luda era la hija mediana y será el hilo conductor de la obra a partir de los hechos del Dubrovka. Pero será también Galina Petrovna casada entonces con Misha y siendo cortejada por el médico Dirnitri Ste1nikov quien deba ir recomponiendo una familia sumida en el dolor. En ese coro trágico irán apareciendo nuevos personajes que tratan de poner algo de sosiego o de incertidumbre en la vida tras el terror. Son Sosland, que es el padre de Luda y segundo marido de Sasha, o el paramédico Yuri Mijailovich. Sosland trata de cond ucir a Sasha por los caminos de la cordura y el amor. Yuri, enfrentado a un posible matrimonio con Tatiana que no desea, deambula sin olvidar los momentos del desastre y su actuación. Se encuentra con Iulia que le conducirá a Pavel, quien

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también intervino en el acto terrorista y a la sazón se está emparejando con Luzmila. La vida anterior de los chechenos es relatada con minuciosidad, lo que podría parecer una justificación de los hechos posteriores. La Federación Rusa actúa en Chechenia a sangre y fuego con el único fin de proteger sus reservas de energía. Sin ninguna concesión al diálogo crea huérfanos y viudas día tras día como ya hiciera Huseim en el Kurdistán o lo están haciendo los israelíes en los territorios palestinos. Esa situación de amargura permanente lleva a la desesperación a quienes aún viven y desemboca en sucesos como el del teatro Dubrovka. Ana Caravaca Caballero ha escrito una novela repleta de interés. Enfrenta a los personajes a un destino inexorable y tremendo. También busca reflejar tímidas expectativas de esperanza. Tras relatar la situación . de los chechenos y su alocada decisión va narrando todos aquellos hechos que condujeron al estallido finaL Mueve a los personajes con soltura. Muchos de ellos son reales como el líder checheno Barajev o el propio Putin. A otros les ha cambiado el nombre pero les ha dado su lugar en el suceso y al resto les ha extraído de la ficción para componer una historia coral de altos vuelos. Se pasea detenidamente por Moscú llevándonos a la preciosa zona de Park Kulturi o a las orillas del río Moscova y la explanada de la Plaza Roja con su momia de Lenin aún siendo visitada. Analiza la psicología de cada uno de los actores que intervienen en tan tremendo escenario. Y al fin compone el marco preciso para relatar esa historia de varias familias en medio de unos sucesos crueles. Como buena profesional hace detenidas descripciones de las actuaciones · médicas tanto en el secuestro como posteriormente y deja un resquicio para el futuro. Por ahí puede volver a fluir la vida y dejando atrás tanto dolor recuperar el sosiego perdido.


Fuga de ideas de Santiago Gómez Valverde

JOSÉ ELGARRESTA

En realidad, el presente libro debería llamarse La vida y otras muertes (como su penúltimo capítulo), pues trata del confuso plano en que se tocan la vida real, que tiene más de muerte, en cuanto satisfactoria sólo por los fugaces momentos de felicidad, y la verdadera vida, oculta tal vez en el seno de la verdadera muerte. Así, con desesperada elocuencia, dice su autor:

Abre tus ojos, por su balcón, mi vida, quiero tirarme. ¿Adónde? ¿Adónde quiere tirarse? Un poco más adelante, la respuesta indirecta:

Rosa, dibuja lentamente el fracaso de tu belleza. La belleza de la rosa es sólo un pálido reflejo de su verdadera belleza, que se encuentra en ese mundo crepuscular del poeta, al que no puede dar alcance y debe conformarse con intuirlo:

Tontos y sabios duermen bajo tierra el mismo suei1o. ¿Inconformismo? ¿Radical nihilismo? Los extremos se tocan, pues, como también se dice al principio del libro: La luz de la memoria es el olvido .. . Por consiguiente, obra de opuestos que encierran la verdad como entre los batientes de una puerta, que sólo se entreabre. Sólo permite un vistazo rápido antes de que vuelva a cerrarse delante de nuestros ojos, demasiados sorprendidos todavía para retener la fugaz visión que nos fue otorgada (aunque sí fue suficiente para escribir el libro). Pero ¿dónde se hallan los batientes de esa mágica puerta?

Llueve sobre el triciclo lento de mi infancia que yace en la cuneta de mi cuerpo. Un día eterno llueve, llueve, llueve.


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Fuga d e ideas

En la infancia, pues, se halla el día eterno en que sueña el poeta su paraíso original, del que fue expulsado sin causa ni razón, dejándole ese dolor profundo e indefinido que baña todo el poemario:

Como un escalofrío de eternidad, el mármol es un hilo que borda el rostro del silencio. Nuevamente la añoranza de algo que se evapora ante los ojos nada más contemplado y, nuevamente, ese algo se encuentra en la infancia:

Un niño, entre las manos, este instante [sostiene, en su pulso imborrable lo salva del olvido. ¿Es entonces la infancia la única salvación del poeta? Así parece, sobre todo cuando leemos:

Somos la arquitectura que apuntala las ruinas del recuerdo. Da toda la sensación, la presente obra, de un gran edificio en que se ha operado un absoluto vaciamiento, de tal forma que es recorrido en tod as sus estancias por vientos gélidos que, no obstante, a veces traen los ecos de lo que en ellas ocurrió mucho tiemp o a trás. Y eso que ocurrió es la verdadera vida del autor, aquella hacia la cual tienden las fuerzas de su alma, las vibraciones de sus sentimientos. A estas alturas, es tá claro que el poeta se considera un exiliad o y sus poemas son poemas d e exilio, lo cual dota al libro de universalidad e intemporalidad, p ues ¿acaso es otra cosa el hombre en la presente existencia? ¿No es esto precisamente lo que lo diferencia del resto de seres vivos sobre el planeta? ¿En qué sitio lo realmente vivido es algo que no se vivió, como se reconoce en el poema denominado Tu risa?

Yen un banco pensado dos sombras preteridas eternamente aguardan a que jamás regreses

REPÚBLICA DE LAS LETRAS lll

En esta visión de la vida como un viaje en el que nunca sabem os muy bien dónde nos encontramos, la memoria y el olvido juegan al escondite como niños que desearían hallar el refugio que culmina el juego. Pero no pueden, ya que, como se dice en el poema tan justamente titulado Instante eterno:

¿ y dónde estaba Dios? Es éste un libro en que se presiente lo inefable sin llegar a alcanzarse, pero sin por ello negar su existencia. Como si el autor nos dijese: "allá, al fondo del camino, lo trascendente, lo eterno. Pero el hombre es el camino". Y el camino no se ve a sí mismo, todo lo más devuelve el eco de los pasos del caminante. En este caso, los de Santiago, que intentan reconciliamos con las sombras: De un portazo invisible se despiertan los sueños. Estos sueños son todo y por ello cabría calificar al presente libro de panteísta. Así en el poema Apuntes de Moguer leemos:

El oído del mundo se abre en fonna de tierra para escuchar la música que la lluvia convoca. De modo que, después de todo, Dios está en todas partes y por eso no podemos verlo, aunque sí sentirlo. Eso sí, un Dios sin nombre propio, pero sí con el que cada uno le dé para designar su propio e intransferible universo. Como resumen final de este viaje, en que hemos acompañado al poeta desde la nada hasta el todo, creo lo más indicado citar las siguientes palabras de su poema Muerte:

Úlluz de la memoria es el olvido, en ella duerme el beso no nacido, fruto estéril ¡por siempre! De la nada. Mi alma sueña ¡callad! No se despierte la eternidad ... ¿Qué más se puede añadir?


Nunca puro y sin mezcla

JUAN Á NGEL JURISTO

El título de la reseña alude a la cita de Yeats que abre esta novela de Paula Izquierdo y que, en cierta manera, la resume. Una obra que viene a culminar el proceso iniciado en El hueco de tu cuerpo y La vida sin secretos, que tuvo una resolución más acentuada e intensa en La falta, su anterior novela, y que se resuelve en la descripción pormenorizada, aunque fantasmagórica, de lo que dan de sí las conciencias contemporáneas enfrentadas a una realidad que les sobrepasa siempre, en cualquier forma y condición. Cuando me tocó presentar La falta en su momento resalté cierta similitud, en la atmósfera tratada, con El extranjero, de Camus. Aquello no se hizo para contentar a la autora, desde luego, sino para resaltar una cualidad común a las dos novelas y que era la de atender a cierta quiebra interior con el mundo que se presenta en el individuo y revelar un cambio del que hasta el momento nadie

había sido consciente. Albert Camus, en aquellos años, creó uno de los modernos modos en los que el individuo se enfrenta a la realidad, a la que no entiende y de la que pende siempre una aterradora amenaza, la de la desintegración de su conciencia. De esta cualidad de la personalidad, o falta de ella, parte Paula Izquierdo en la creación de sus personajes literarios, lo que no es poco, de tal manera que se inscribe en la estela de aquellos que han dado cuenta de la precariedad del ego moderno, del adelgazamiento progresivo del yo. En El nombre no importa, aunque la cosa estaba presente en sus obras anteriores, esa indagación se perfila bajo el artificio de una clásica admonición, la de la oscura conciencia del doble. Esta n ovela, en gran parte, podría ser leída como un modo actual de enfrentarse a esa tradición, pero también, y en esto se revela su anclaje a los problemas inherentes a la


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Nunca puro y sin mezcla

narrativa de última hornada, corno una metáfora oculta de lo que es la creación literaria y la forma en que se resuelve. De esos ocultamientos, que actúan al modo de una huella, y de los nítidos perfiles de un estilo que se quiere realista en los detalles, casi costumbrista, siempre tendente a dar cuenta de las mil trampas de lo cotidiano, surge ese contraste que hace de esta novela el fascinante relato de una conciencia inmersa en nuestra realidad, blanda y dura a la vez, amable y monstruosa, un tan to boba y también perversa, banal, sin duda, pero también cínica, la nuestra, en definitiva. La historia que se cuenta es la del relato de un día en la vida de Lara, una traductora que recibe una llamad a telefónica que le cambiará el modo de

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asentarse en el mundo, en su mundo, en esos signos acomodaticios y, sin embargo, inestables de lo cotidiano del que depende nuestra estabilidad. Lara remem ora a partir de esa llamada su pasado, un p as ado donde Ene, una antigua amiga, juega un papel determinante. Tan determinante que surge corno una obsesión tan forzada en las veinticuatro horas siguientes de la vida de Lara que p arece hacer las veces de un espectro o un fantasma tan propio de nuestra tradición literaria, con su tiránica llamada a lo oscuro, a la atracción del marasmo. Hay que decir que esa calculada ambigüedad, que no cabría confundir con descuidada vaguedad, es la cualidad que más resalta del libro y que mejor lo define


José López Rueda, romper el tiempo ANTONIO COSTA GÓMEZ

Foto: Consuelo de Arco

La flecha intempestiva (Pórtico, Madrid,

2010), se titula el libro de relatos de José López Rueda. Y es que la vida clava sus fechas de modo anacrónico. No hay tiempo para cada cosa, todo puede ocurrir en cualquier momento. Recuerdo las "consideraciones intempestivas" de Nietzsche. La vida rompe el tiempo, sopla cuando quiere. Es lo que indica el autor cuando habla de El entierro del conde Orgaz como un cúmulo de anacronismos. Se reúnen el caballero de la Edad Media, el santo del siglo I, el rey Felipe TI que vendría siglos después. Y el protagonista del relato. Y el entierro es una fiesta. También podríamos hablar de anatopía. López Rueda habla de seres tímidos que desean vivir y no pueden o no se atreven. Es como un Chejov desmadrado. El español apocado que tiene su experiencia pasional en Guayaquil se parece a la dama del perrito en Crimea. El profesor se queda con la esposa que le quema los libros y no se va con la valkiria escandinava. El oficinista encuentra al Diablo en Segovia con todas sus maravillas, pero no se atreve a pedirle nada. "Amable tenía la desgracia de ser un alma napoleónica metida en un sistema nervioso de novicia. Como un león que de pronto se encuentra encarnado en un cordero, Amable quería rugir y le salían balidos".

Incluso el alcalde corrupto no se atreve a robar la bolsa con que el gobernador va a comprar a sus electores. y la prostituta vuelve a las afueras del pueblo de su infancia para mirar desde lejos a su hermana que sale de excursión. Y la criada con sus extravagancias se afirma fuera de los esquemas. Y el guerrillero colombiano se muere cuando trata de escapar de los sicarios. Y el prócer de Yecla se escapa en el cuadro de El Greco. En otro cuento es directamente un castrado por la guerra que sólo puede realizar sus ansias eróticas en el morbo y en el crimen, un norteamericano frustrado que admira la vitalidad de los trópicos.. Unos se escapan al arte, otros al erotismo, otros a la literatura. López Rueda muestra los recovecos de la vida. El cuento más fascinante es La otra realidad, sobre el hombre que escapa a una dimensión donde habitan las mismas personas, pero viviendo lo que no viven aquí. Y el protagonista muestra una sed extraña, metafísica, que no se concreta en nada, y una fascinación por el agua. El agua simboliza el sueño, pero también la vida que no cabe en ningun? forma, que se esconde en todas. Rueda crea a sus personajes con rápidos trazos, con pinceladas audaces, sin descrip-


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José López Rueda

ciones ociosas. Gradúa el punto de vista y maneja hábilmente los monólogos interiores. Nos lleva de aquí para allá. Nos muestra América como más vital que España y las frustraciones de España.La vida en otra parte, o dentro de todo. y su estilo es eficaz, de una elegancia irónicaen ocasiones, con leves toques de humor, con fogonazos alucinantes a veces.

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Como esa pareja de baile que parece un animal con cua tro pa tas y dos cabezas. En eso radica la magia de la literatura. El autor de Fervor secreto ausculta los movimientos secretos de la vida,las aventuras ocultas, los tumultos escondidos en el fracaso. Como ese Napoleón al que sólo le salían frases atipladas. Y los palpa con las agujas de las palabras.


Pablo Méndez

Cadena perpetua

La velocidad de la poesía

AEP

RAÚL NIETO DE LA TORRE

Quien conoce a Pablo Méndez (Madrid, 1975) sabe que es alguien entregado por entero a la poesía, en todas sus vertientes, caminos y versiones: como poeta, sí, pero también como ensayista, editor, promotor y descubridor de nuevas voces en el panorama poético actual. Desde 1994, tempranísima fecha en que salió a la luz su primer poemario, Una flecha hacia la nada, Pablo Méndez ha publi1 Los poemas seleccionados para este análisis han sido tornados de Cadena perpetua (Madrid, Vitruvio, edición de 2009) y de Ana Frank no puede ver la luna (Madrid, Rilke, 2010). A los textos citados con anterioridad en el cuerpo del texto hay que añadir sus dos novelas, Guerra de brujas y Taller de poesía, y sus ensayos, Lo que aprendí de Gloria Fuertes, Cinco escritores en el espejo de la escritura, MarilYIl desnuda y Alba y ocaso del primer libro . En estas páginas, sin embargo, voy a analizar únicamente algunas claves fundamentales de su poesía, ciñéndome a la letra de los textos en Ip medida de lo posible, sin entrar en su obra narrativa ni ensayística. Tampoco voy a desentrañar las conexiones intertextuales entre la obra de Pablo Méndez y otros autores de su generación o anteriores, tarea sin duda interesante pero que cae fuera de mi propósito.

cado Barrio sin luz, Patio interior, La soledad del corredor de fondo y Alcalá Blues, todos ellos recogidos en Cadena Perpetua. A esta obra hay que añadir ahora, desde 2010, un nuevo y excepcional título, Ana Frank no puede ver la luna, que sirve para confirmar la valía de un poeta diferente que ha alcanzado con este libro su madurez literaria. l Podría empezar diciendo que la poesía de Pablo Méndez es una flecha hacia algún lugar dentro de nosotros mismos. Flecha en el sentido de saeta, de objeto arrojadizo lanzado a una velocidad vertiginosa, pero también en el sentido simbólico de indicador de dirección. Nos dirige, nos lleva al borde de ese abismo cotidiano que está ahí, que tanto miedo da, diciendo: «Míralo». Entonces uno siente vértigo, escalofríos, se agarra a lo que tiene más a mano, a cualquier cosa, pero ya es tarde para volver al punto de partida. Es dema-. siado tarde porque ya el poeta ha puesto ante nosotros una realidad aterradora, utilizando para ello una voz extremadamente sencilla y muy personal. Sus poemas


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La velocidad de la poesía

están llenos de esa honestidad rebelde que, a menudo, empatiza con los más necesitados: aparece el adolescente que engorda «sentado, solo, llorando, comiendo» en un mundo que no está hecho a su medida; la joven bailarina, desde los quince años postrada en una silla de ruedas tras un accidente; el travesti al que unos desconocidos insultan por la calle, que «por dentro / se está muriendo» sin que nadie lo sepa; el solitario que siente en el estómago «la savia de la muerte / y la venganza»; el hijo desesperado que a su madre enferma le pide entre lágrimas «muérete ya ». .. Resulta gratificante encontrar en nuestros días carubales una poesía tan cercana a los que sufren, tan humana en todo desde su misma raÍZ. Ya en uno de sus primeros poemas, recogido finalmente en Cadena perpetua, escribía:

al niño le asusta saber que no tiene padres, y se esconde

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Extraños inmigran tes sin viaje, exiliados de una humanidad que no perdona a quien no comprende. -Pero ¿a dónde ? ¿a dónde ? ¿Cuándo empieza o termina es to ? - No preguntes, seguir es inevitable. Efectivamen te, da la impresión de que sus poemas surgen sin p regu n tas, sin retórica, lanzados hacia adelante en una suerte de búsqueda vertiginosa que no espera recompensa. Pero ¿qué hay realmente detrás de esa búsqueda? La voz de Pablo Méndez recorre, a lo largo de los años, múltiples caminos hasta dar finalmente con una revelación única que acaso está en el origen m ismo d e su poesía. Es la necesidad de seguir vivien d o, de seguir amando la vida pese a todo, lo que nos hace seres humanos . En Ana Frank no puede ver la luna, escrito m uchos años después de Una fl echa hacia la nada , el poeta da por fin en la dian a:

entre las viejas mantas, porque aún es un niño y no sabe que el frío lo siente por dentro Y noso tros, que ap rendimos un d ía que el peor fr ío viene siemp re desde den tro, recon ocernos en esa voz una verdad incómoda, directa, ind iscu tible. He hablado de u n a flecha, p ero podría h aber dicho «mensaje», «cohete», «piedra que ro mpe en la d istancia», símbolos todos ellos presentes en la poesía de Pablo Méndez y que d an una idea de la urgencia y de la necesid ad de sus versos. En su primer lib ro, Una flecha hacia la nada, pub licado con solo 19 años, encontramos ya importantes claves para entender este aspec to de su obra:

Amo la vida, dejadme decirlo así como suena, como un cohete, como una larga piedra que rompe en la distancia, [. .. ] la vida no es nada, detrás de cada hombre no hay nada, si lo piensas, sólo el reloj, y el amor a la vida. El poeta ha encontrado, parece, u n a respuesta convincente en ese largo viaje hacia la nada que iniCió en la ad olescencia: el amor a la vida. Y nos pide que le dejemos decirlo, expresarse a su modo, sin rodeos, «corno un cohe te» dirigido acaso hacia esa luna que An a Fran k ya no podrá ver. La poesía de Pablo Ménd ez abunda en frustraciones de este


REPÚBLICA DE LAS LETRAS Ul

Raúl Nieto de la Torre

tipo, en negaciones, en ausencias recurrentes. En este sentido es elegíaca, especialmente en su último libro y quizá el más importante de su trayectoria, pues supone el colofón a los poemas agrupados bajo el significativo título de Cadena perpetua (no es casual que la niña Ana Frank, a quien abiertamente rinde homenaje, pasara encerrada los últimos años de su corta vida). He utilizado el símbolo de una flecha en vertiginosa búsqueda para definir la poesía de Pablo Méndez. Creo que esta urgencia condiciona su forma de escribir, hasta el punto de que los recursos estilísticos que utiliza están felizmente puestos a su servicio. Hay que decir, claro, que esta urgencia aparente es solo un efecto literario producido por el poeta sobre el lector, un lector que percibe los poemas como surgidos de manera espontánea, sin trampas ni artificios, verdaderos. Fondo y forma estarían, así, perfectamente imbricados en la concepción final del poema. En las siguientes estrofas de «Tiempo irrespirable», de Barrio sin luz, se aprecia una reflexión metaliteraria que puede ayudarnos a entender la particular propuesta poétic;a de nuestro autor:

Me asomo a la ventana y miro la misma calle que he visto toda mi vida, una calle triste donde nunca pasa nadie, una ca lle sucia con sillas viejas y coches sin lunas. Podría deciros que yo soy esta calle, pero es mentira, estoy harto de la poesía con sus trampas, con sus milagros de niebla. Es como si de repente tomara conciencia de que está escribiendo, de que

está mintiéndonos, de que está haciendo simplemente poesía. Y decide cambiar de dirección. De hecho, terminará el poema de la manera más sencilla posible, despojándose adrede de metáforas y de otros alardes literarios:

Estoy harto de soñar para perder, de perder para soñar después. A veces querría no es tar, lo digo porque lo siento, lo digo porque es lo único que sé decir. Volvemos a encontrarnos aquí con el poeta que necesita decir a toda velocidad, con cl poe~ que lanza mens~es desde un espacio reducido y oscuro (¿una celda?) a alguien que está al otro lado ... En relación con esto, debemos señalar el interesante uso que hace de los adverbios «dentro» y «fuera » a lo largo de toda su obra, empleándolos en muchas ocasiones con sugerente ambigüedad (¿dentro de qué?, ¿fuera de qué?). Porque uno no sabe nunca de qué lado está, y solo en el filo de esa duda encontraremos el sentido final de sus palabras. Es como si una pared invisible lo mantuviera aislado del mundo, sumido en una terrible soledad perpetua. Resulta paradójica, si nos fijamos, esa aparente oposición entre velocidad y perpetuidad, entre tantos poemas «urgentes» en sus libros y la «cadena perpetua» a la que desde un principio parece haber sido condenado el poeta (¿por quién?, ¿desde cuándo?). Pero esta no es la única paradoja de su obra. A veces nos acusa con el dedo, nos enseña el cadáver aún caliente, para luego disculparse amargamente por lo que está a punto de decir, como en el magnífico «Perdón por el poema». O se acerca a las

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La velocidad de la poesía

vidas de célebres p oetas fallecidos de hombre a hombre, sin ningún alarde pedantesco, en los textos centrales de Ana Frank no puede ver la luna. O expone sin ambages, con solo cuatro palabras (tres p ronombres y un a preposición) la contradictoria naturaleza de las relaciones h u manas:

otro: yo, para ellos. Sin rimas, sin rígidos p atron es métricos, sin retórica. No cita a otros autores. Solo dice lo que tiene que decir, y nos deja pensando, noqueados. ¿Por qué tantas ganas de quedarse desnud o ante nosotros? Es valiente. Puntúa lib re-

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mente, según el ritmo de unas estrofas siempre improvisadas. Maneja las elipsis, los encabalgamientos y los silencios internos del poema de un modo magistral. No hay en sus poemas ironía, solo ganas de ajustar cuentas con el mundo . Escribe como grita. Es una voz inconfundible, verdadera, un poeta excepcional dentro de nues tro panorama poético. Da la extraña impresión, cuando leemos Cadena perpetua y Ana Frank no puede ver la luna, de que estamos ante el diario impagable de alguien que n o hubiera querido publicar su diario (el lector de Pablo Méndez, en cierto modo , tiene algo de voyeur sorprendido y sentimental). Quizá por eso no podemos d ej ar de leerlo.

Sin lugar

Mi sed ante toda el agua del mundo. Mi falta de aire en esta montaña inmensa. Mi silencio, mi cansancio, mi extraña soledad en este mundo vencido.


Juan Mollá, ¿contra el tiempo? ANTONIO HERNÁNDEZ

Aunque muchos de ustedes ya lo saben, Juan Mollá nació en Paterna (Valencia) en 1928. Si saben además que su primer libro de poemas, Pie de silencio, se publica en 1958 estarán un poco desconcertados por no encontrárselo en alguna antología sobre la tan cacareada "Generación del 50"1, esa que allá por la mitad de la década de los setenta del siglo pasado estaba a punto de cruzar el Rubicón y se quedó mirando desde la orilla. El desconcierto pasará a perplejidad porque yo fui, junto con Juan García Hortelano, quien más alas le puse desde mi libro La poética del 50: Una promoción desheredada 2 que, por aquellos años en que sus miembros daban la impresión de otro 27 en ciernes, me publicó Sorel en Zero Zyx, una editorial cristiana

revoltosa en la que Andrés metió más pólvora de la que querían oler sus sospechoso dueños vascos tímidamente trabucaires. El por qué no .cruzaron el Rubicón la mayoría de sus componentes o la generación en grupo acabo de explicarlo con pelos, señales y heridas en el último número de la revista Cuadernos del matemático 3 , una de las mejores del país. Y, como es posible que algunos de los presentes rote de la perplejidad a la confusión al conocer que en mis declaraciones no cito a Juan Mollá, diré inmediatamente que sólo conocía suyo el poemario Poemas mediterráneos, al que, conmigo como presidente del jurado, se le concedió en el año 2002 el Premio de Crítica valenciana.


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Juan Mollá, ¿contra el tiempo?

Espero que tras la salida de esta antología Juan acompañe como poeta singular a los que sí cruzaron en solitario el célebre río itálico, un Claudia, un Gil de Biedma, un Valen te, un Eladio Cabañero, un Manuel Mantero o un Julio MariscaP, algunos de los cuales han hecho la travesía de incógnito, más que nada el último, por cierto el más identificable p or su rotunda personalidad inconfundible. Así es tá, bélicamente o no, la cosa, y com o no me importa tirar piedras sobre mi tejad o porque es tan alto que ni yo m ismo llego, Sísifo irredento, he de recon ocer con esperanza por ahora cautiva que la suerte no está echada paradójicamente h as ta que los seleccionadores coe tán eos no d esaparezcan y los reemplacen otros con más perspectiva , un conocimiento m ás completo y menos debilidades a la hora del trapicheo. O sea que Penélope teje y desteje también en la poesía y ya es la hora de que veamos el tapiz de Ju an Mollá. Puestos en plan mitológico, Ulises navega hacia Ítaca. Cuando Mollá publica su primer libro Pie de silencio en 1958, lo que yo denomino "Promoción d esh ered ad a" puede establecer un paralelism o difuso en su grado d e intención contes taria - su más relevan te vínculo- porque a la rotunda acti tud crítica sobre el régimen del primer grupo -el que se acoge al símbolo de Antonio Machado en la colección "Colliure": González, Goy tisolo, Barral, e tc.- corresponde la visión cálida d e la vid a, entrañad a con el desposeído en el segundo -Claudio Rodríguez, . Sah agún, Cabañero, etc., catapultados por Adonais- y así sucesivamente al sentido abiertamente solidario de los seniors, corresponde a la sustancialidad humana de los jun iors; al enfrentamiento incisivo de aquellos, el temblor vincu-

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lante con la realidad española maltratada en éstos; a la crudeza expositiva, la autenticidad deslumbrada; a la reclamación más o menos directa, la orfandad evidente; al compromiso concreto, la conciencia de participación comunitaria; a la firme actitud cívica, la moral como regla; a la rotunda militancia, la implicación como compañeros de viaje posibles, y a la marxistización, el antifascismo. Juan Mollá, primero, no pertenece a ninguno de estos dos grupos conspicuos; segundo, publica en una editorial poco conocida, y lo que es más importante, se adentra en el mundo de la creación deslumbrado por el prodigio de la naturaleza - como se puede observar en Contra el tiempos, el libro antológico que hoy presentamos-, surge en comunión panteísta con ella a pesar de una invocación a la divinidad suprema monoteísta - "Señor, adónde vamos?"; por ella se interconecta con el Machado metafísico, no con el comprometido- "Saber, nada sabemos. / De arcano mar vinimos. / A ignota mar iremos"- y se pone a la saga de Manrique en su canto al río Cares entre las montañas norteñas en un recorrido hacia el mar que no puede dejar de ser simbólico en su metáfora explícita, pero que si resigna su suerte a la fatalidad lo hace en una búsqueda desasosegada en el misterio. A lo largo del tiempo, a su favor o en contra, ha .ido perforando el cauce que lo lleva, aterrorizado y maravillado, al mismo tiempo hacia lo inevitable. A esta actitud, que no es constante en los grupos referidos, se unen registros que, después del llamado Cincuenta, van a tener eco en los neoculturalistas6 como ya lo tuvo del modernismo el Grupo Cántico de Córdoba: utilización del alejandrino,léxico inusual, recurn~ncia a fenómenos geográficos y elementos mitológicos, exal tación


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Antonio Hernández

invocativoadmirativa, etc. Y todo puesto al servicio de una desolación que es al par deslumbramiento: el estigma de ser hombre caminando hacia el mar entre "mortales jous, argallos, azulados glaciares ..." Mollá no vuelve a publicar hasta casi una década después. Su País de la lluvia -que así se titula su segundo libro- le ha abierto los ojos a la realidad inmediata. Su saldo desesperanzado es el resultado negativo de una opresión:

El silencio del otro. Tu silencio. El de todos nosotros, que callamos. El de esta lluvia desolada y honda. ... y mi silencio de veintitrés años. ¿ y el grito? ¿ Y la palabra? ¿ Y el rugido?

¿No granará la espiga en nuestro tallo? Inmortal impaciencia, vida nuestra, ¿no ha de brotar el grito que esperamos? El poeta disiente del entorno, toma conciencia de que las palabras también son acciones. "El hombre, por su naturaleza, puede definirse como un verbo encarnado" . Y como ha leído a Balzac no es ajeno a su certidumbre de que muchas veces una sola frase ha decidido el destino un hombre. Pero la poesía es algo más que un arma cargada de presente y el castillo de la solidaridad tiene su cuarto íntimo en el amor de dos:

Será el abrazo oscuro y libre el tiempo. Largo, los besos; el susurro, largo y la caricia al fin si ataduras . Dame tu boca y duérmete en mis brazos. Se puede decir que la desesperanza con que arranca el libro está superada. El poeta busca su libertad y, por ella, la de los demás y como complemento hacia la plenitud halla el amor individual. Va del yo al nosotros y del nosotros al tú que se integra en el todo para que

pregone su convencimiento: "Sólo el amor nos salva". Si en este último libro comentado ha acreditado su dominio formal -hay en él unos sonetos espléndidos- Juan Mollá -maestro en cada variante preceptiva- hace más patente aún su eclecticismo versicular en el siguiente libro, Milenios, en el que también nos muestra su versatilidad temática incorporando a su inventario la cuestión de EspaJ1a. La libertad deseada anteriormente es un hecho, pero corre el riesgo de ser confinada de nuevo por los carceleros de siempre, sospecha premonitoria que un año después está a punto de concretarse en el asalto al Congreso de los Diputados.

España o Muerte, escriben de nuevo [en las paredes. España o Muerte, siempre; cara o cruz; [cara y cara. España -oh, Muerte- vuelve por muros [fusilados enarbolando el mástil feroz de tu guadaña. Es sólo un fragmento del poema España o muerte con un subtítulo muy significativo: "De las paredes del barrio de Salamanca de Madrid", precisión que evita decir: quienes fueron sus autores. Mas de este libro me interesa sobre todo entrar en un asunto casi inédito en la poesía española. Digo casi inédito porque yo lo había abordado un poco antes aunque en una publicación que no creo que llegara a manos de Juan. Me refiero a la cuestión de la metempsícosi s, doctrina que defiende la idea d e que el alma de los muertos transmigra a otros cuerpos humanos. La reencarnación aquí se opera en una escala enculturativa que recorre hitos históricos hasta el principio de los tiempos prota-

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gonizados O escenificad os por el h ombre, bien en un sold ado m edieval habitante an ónimo de un tapiz, en uno d e los capitanes del cuadro de Las lanzas o como asis tente d e Tarik pasand o el Es trech o. El estilo indirecto n os remite a él, a un Juan Mollá m e tam orfos ead o que si es capaz de reconducirse h as ta su origen se halla imposib ili tad o para avanzar h acia su futuro conducido en o tros cuerpos p or su alma. El niñ o d e Brueghel, el joven d el Basca, el orondo creyente en la Mezqu ita de Valencia y el actual, contemp oráneo nuestro Ju an Mollá, recorren en el río d e su sangre el camino h as ta el m an antial súbito de la vida, pero se d a d e bruces desde su hoy con el mar, el arcan o mar de Man rique y de Machado . Poesía, pues, metafísica y, en su desconcier to, existencial en una simbiosis ajus tada de emoción y sustancia, constitutivos esenciales d e la mejor poesía . A la ola alta suced e la ola baja como a la tensión extrema el relajamiento y Memoria de papeles amarillos, el lib ro siguiente, resulta en una tonalidad y concepto más atemperados d e marca cotidiana entrañable. Las rosas y puñ ales, por decirlo con palabras suyas, se suceden si entendemos por u n os la compañía balsámica de la familia y el recuerdo amable, y por otros ese inesquivable derrotero hacia el abism o que tiene la poesía de Mollá. El ar te com o vino de la vida puede hacern os fe liz o emborracharnos hasta el horror. Su secreto está en corregir a la naturaleza y Mollá huye de su barranco torn ándolo también en niños adorables y amores fraternos. La variedad se impone sin romper la cuerda de su poética por la maestría en su oficio. Y si hay un cambio de ánimo es el repostaje necesario de ternura para seguir caminando . ¿A dónde? El poeta lleva dentro la máxi-

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ma: "No estar satisfecho nunca: he aquí todo el arte".

La sombra no es bas tante y has de hundirte en la silente oscuridad de l fon do de tu abismo secreto, la mina de azabache sepultada en tu nombre. (. . . )

Habrás de penetrar en la tiniebla del pozo ciego, recorrer el túnel intestino del vértigo y el tu bo de antracita del olvido . ( .. .)

y explorar sombra adentro sin retorno la Pirámide inmensa de tu noche buscando tu sepulcro con los ojos cerrados en lo negro. Los versos per tenecen a Sombra, medida de la lu z, que es un libro ded icado plenamente a la p lástica, esa poesía muda según fue definida por los antiguos. Carlos V, que deb ía de ser un h ombre con sentido del humor, amén de buen humor como demostró en su visita estupefacta a la Mezquita de Córdoba cuando vio dentro de ella com o un ocupa del gótico el templo cris tiano, mirando a Tiziano le dijo olvidado de su inmenso imperio: "Es la tercera vez que me h acéis inmortal". Y es que, com o escribió Horacio s, los poe tas y los plás ticos gozan siempre d el derecho de osar a todo. Depende d e cómo. Góngora pinta al h ombre y a la n a turaleza como d ebieran ser; Quevedo, como son y no importa que también exageradamente. Lope, san grantemente divinos. Un libro donde campea la pintura tien e el inconvenien te de encontrarse con Alberti en cada esquina, pero Mollá lo esquiva con una mirada que en glob a o tras artes bajo el denominador común d e la sombra, eso que da relieve y fuerza a la luz. Por tanto es la luz que no se ve o no lo parece, la fuente negra ante-


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Antonio Hernández

rior a todo de lo que va naciendo un magma para el estupor. Juan Mollá, entrometido como siempre en las preguntas esenciales, responde que al haber surgido de ella, vivimos de ella, del sabor de la magdalena proustiana, de la fragancia de su azahar valenciano de infancia, de la luz de sus playas, y que esa, por tanto, es la medida de la luz, un nuevo giro de tuerca de la tiniebla. Ni un pintor, ni un escultor, ni un arquitecto, ningún plástico aparecen en el texto a no ser para la dedicatoria de los poemas. Pero Juan sigue en deuda con ellos y en Animales impuros, amanecen con nueva luz en el poema inicial, como si quisiera proseguir la trama de asombros, "la luz de Patinir, la Primavera de Boticelli, o la Ronda de noche, las Meninas, la Cena de Leonardo". Y sin embargo, el meollo del libro, no es la estética ni su elogio, sino el relativismo, el punto de vista que se adopte con relación a las cosas condenadas. Por ejemplo, el gusano que:

Posee la manzana que las Gracias y Diosas se disputan . Oculto en el bocado de Adán, vences el tiempo. Galán del Paraíso. Rey de la Esfera. Polizón oculto que habrá de apoderarse de la nave cuando llegue el naufragio.

o Luzbel, el Ángel caído: Su lomo es frío mas su fuerza salva tal vez de la caída. y aún queda entre sus fauces cierto aroma ten tador de manzana. Qué recuerdo del vuelo arrastra la serpiente. El tiempo concedido para esta presentación me obliga a no poder seguir

paso a paso, y deteniéndome en su hondura y belleza encamadas, las muestras antológicas de dos libros más: El jardín sin límites, publicado en 1997, y Poemas mediterráneos, de 2002. Son los libros que más justifican el título de la antología Contra el tiempo por su carácter de elegía sosegada, de serena meditación que va en busca de las cosas -perdidas salvo para la memoria, esa alcancía de los recuerdos a buen recaudo. El poeta ve cómo han pasado los trenes que, sin embargo, no han dejado detrás los paisajes más hermosos. Y que la estación término próxima es "un abrazo sin fin o un espejo quebrado como el mar". Si la vuelta a la infancia supuso la búsqueda del paraíso perdido que la niñez supone, el trasunto, el viaje ha dejado el sabor y el olor del chubasco que cayó en la primavera. Esa hondura de pensamiento que es delicadeza guarda otro tesoro. Es la remuneración a quien si vivió la vida desvivido por entender lo insondable, la vivió con belleza y la retiene porque sabe guardarla como nadie. Y así el deseo es realidad soñada pero también acariciable porque él puede "volver a la primera orilla, levantar un gran faro de arena y acariciar el mar llevando firme otra mano pequeña cogida de su mano". · Juan Mollá es un poeta extraordinario en la acepción que la palabra cobra de "aparte" y en la que apunta de calidad. Su voz nunca acarrea la contaminación del eco; su estilo, como vestido del pensamiento, lo marcan la delicadeza, que es la piel de las formas, y la elegancia, que es la manera de llevarlo. No escribe para su tiempo, sino desde la antigüedad, lo que quiere decir que es un posmoderno, o sea, un clásico; da la impresión de haberse repasado la guía telefónica -tras el estudio del Código civil como gran abogado que es- porque

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es casi imposible encontrarle en trance de retórica. Cuando adjetiva, tiene sangre, respira en sustantivo; si establece p aralelismo es porque aunque las vías no se junten, llev an al mismo sitio: así las imágenes que logran del mismo ámbito espiritual cosas de distintos órdenes. Es claro, pero también transparente, que es lo que hace arte la vulgarid ad o lo ordinario. Y desmiente que los seres extraordinarios tengan corta vida, negación que le otorga lo sabio que otros llaman experiencia. No deja indiferente, al revés, inquieta porque sabe mecerse en la cuerda floja de la duda y la emoción. Después de todo esto y mucho más, ¿cóm o va a estar incluido en ninguna antología gen eracional? Hagan el favor de leerlo, de p aladearlo en la alegría y el d olor. Serán felices. y aprend erán, si ya n o lo saben, que ser feliz no conlleva necesariamente la paz y curiosamente sí contiene el desvelo. COMENTARlOS AÑADIDOS DURANTE LA LECTURA DEL TEXTO El concepto generación, estudiado en Esp aña por Laín Entralgo, Julián Marías y su maes tro Ortega y en Europa por Julius Pe tersen, fue aplicado por primera vez en nuestro país por Ped ro Salinas a los escritores del 98. Las cond iciones requeridas para formar parte de una d e ellas carecen hoy de un rigor que no sea el práctico que utilizan algunos profesores para es tudiar en conjunto y esquemáticamente a escri tores nacidos en un período de quince años o h aber publicado el primer libro durante ese tramo de fechas . Asimismo los términos generación juvenil, ascendente, cesárea y augusta sólo serían entendid os l.

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con el añadido de una superviviente al albur de un poeta, ensayis ta, narrador o autor teatral m uy longevo. La espectativa de vida actua l y la globalización contestan por sí mismas las encorsetantes leyes de Pe tersen que muchas veces excluyen de su simplicidad a escritores tardíos a la hora de publicar o editados por colecciones poéticas de poca o ninguna difusión, caso de Juan Mollá. La calificación de desheredad a indica el g rad o de orfandad en que quedan los poetas del cincuenta con la diáspora de los maestros tras la guerra de España. La aclaración hace pueril la crítica de que sus miembros más conspicuos reciben a estas alturas los mayores reconocimientos oficiales. 2.

Cuadernos del matemático, dirigido por Ezequías Blanco, acaba de publicar su número 45 y cuenta con el mecena zgo, entre otros muchos, de CEDRO. 3.

' . Julio Mariscal, poeta gaditano, considerado p or Antonio Fernández Spencer corno el mejor p oe ta a moroso español tras Gustavo Adolfo Bécquer y Pedro Salinas y por Ruiz Copete corno el más destacado poeta erótico de nuestro país, destaca por ser una de esas voces absolutamente diferenciadas y reconocibles por sus características peculiares. A salvo por algunas antologías d e selección y a pesar de opiniones aisladas tan tajantes como las aludidas, en la actualidad es un poe ta prácticamente olvidado. s

Contra el tiempo, Vitruvio, Madrid, 2011.

~. Novísimos o neoculturalistas introdujeron en sus textos palabras poco usuales en la poesía del momento. Muy anteriores a ellos la práctica es común en el grupo cordobés señalado, compuesto p or Ricardo Molina, Pablo García Baena, Juan Bernier y Mario López.

Donde da la luz. Premio Rafael Morales 1977. Colección Melibea. Talavera de la Reina, 1978.

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Quintus Horatius Flaccus, poeta latino d e la Apulia en su famoso tratado Ars Poetica .

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Actualidad de Quevedo RICARDO MARTÍNEZ

"Suele la crítica negar -escriben acertadamente los responsables de esta edición- la cualidad de dramaturgo en Quevedo, y, en efecto, no se dedicó profesionalmente a este género, pero desde luego no escapó a la fascinación de las tablas" Tal afirmación viene corroborada por su biógrafo, Pablo Tarsia, quien nos recuerda que nuestro afamado autor "dejó escrita de su propia mano una memoria de libros y papeles, entre los cuales se hallaban algunas comedias, de las cuales dos, viviendo él, se representaron con aplauso de todos" . No cabe, pues, sino celebrar la iniciativa de los profesores Arellano y Carda por su trabajo académico a fin de trasladarnos a nosotros -conocedores tópicos y desconocedores lectores- este apar tado tan sustancioso en el conjunto de la obra de Quevedo. Autor cuyo legado a las letras españolas es tan notorio no solo en los numerosos epígonos habidos en el tiempo, sino aún en la vigencia de su legado, presente más o menos explícitamente, en las letras actuales.

Su obra dramá tica había sido la parcela peor tratada hasta ahora por la crítica académica, razón por la cual es de agradecer este trabajo preciso y detallado, cuyo estudio introductorio, muy documentado, viene a arrojar luz sobre nuestros desconocimientos, a la vez que ayuda a entender el trasfondo, siempre con esa visión crítico social que le distinguió y que caracterizó su labor literaria. El libro se subdivide en distintos apartados clarific.adores, a saber: Comedias, Entremeses y Loas y bailes. Del primer apartado destaca el texto "Cómo ha de ser el privado", tema recurrente en Quevedo -reflejo de una época donde eran abtmdantes los tratados acerca de cómo se había de ejercer el buen gobierno y que dió lugar al famoso 'tema literario' conocido como "Relox de Príncipes" - y sustrato fundamental de su elaborada obra de carácter socio-político-moral conocida como Política de Dios, gobierno de Cristo y tiranía de Satanás. En cuanto a los otros apartados, recogen lo que se considera obras menores


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Actualidad de Quevedo

pero de una gran aceptación, y cuya representación solía tener lugar en el intermedio de otras representaciones de mayor enjundia. Venían a ser un entretenimiento en la espera entre acto y acto de obras de mayor entidad, de tantas como fueron dadas a la imprenta en época de los Austrias, y de las cuales había frecuente representación -con todo lujo de aditamentos de escenario y efectos- en la corte española del siglo XVII, tal como han puesto de manifiesto los exhaustivos estudios del profesor Díez Borque. Entre las aquí recogidas están el famoso 'entre-

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més del caballero .de la Tenaza o 'del marido pantasma'. Y de las Loas y bailes podemos recordar 'Los galeotes' o 'Los sopones de Salamanca'. Lo dicho, un trabajo necesario, oportuno, y una fuente de delicia literaria para el lector, razón por la cual no cabe sino felicitar esta nueva entrega de la editorial Cátedra, que tanto viene haciendo a lo largo del tiempo en cuanto a la recuperación -y fijación críticade textos de las letras españolas, ya sea el Siglo de Oro u otros precedentes eximios.

Páginas de un diario, de Manuel Quiroga Clérigo

RAFAEL SOLER

Narrador y autor dramático, Manuel Quiroga Clérigo es, ante todo, poeta de larga y fecunda trayectoria, como demuestran sus trece libros publicados. Galardonada con el segundo Premio de Poesía de la Editorial Poesía eres tú, esta última entrega recoge poemas de muy

diversos registros esc~itos a lo largo d e más de cuarenta años, ofreciendo así un interesante testimonio de las inquietudes y hallazgos que han ido jalonando su escritura .. Inquieto siempre, observador sutil, instalado gozosamente en la vida como


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Ricardo Martínez

otros en el desencanto y la amargura, Manuel Quiroga no pasa de largo ante nada que despierte su emOClOn y merezca ser contado . El sentimiento amoroso, el paisaje, los viajes, los recuerdos, cuanto queda por hacer y nos espera, constituyen así la médula espinal de su trabajo, como ya pudo el lector comprobar en Nosotros fuimos pájaros rotos (Ámbito Literario, 1.980), y en otras posteriores de igual o mayor calado como De Morelia callada (Adonais, 1997) y Las batallas de octubre (Plaza y Janés, 2002) . Bajo el acertado título de Páginas de un diario, el poeta organiza en esta ocasión los cincuenta y seis poemas que conforman el libro en cinco capítulos, dejando para su cierre el poema más reciente, Festivo ocaso, escrito en su retiro de San Vicente de la Barquera en septiembre de 2010, y abriéndolo con otros de 1971, quedando así explícita la condición de testimonio cronológico que su autor quiere dar a este Diario. Lector atento de Claudio Rodríguez y de Valente, Manuel Quiroga reconoce en todos los foros la ascendencia que sobre su poesía tuvo siempre Pablo Neruda (recordemos aquí su Homenaje a Neruda (1973), y este libro, en que el verso es ante todo testimonio de lo vivido, viene a confirmarlo. Conviene decir cuanto antes que Manuel Quiroga es escritor de viajes y en los viajes, siempre cuaderno en mano, fiel a sus obsesiones, que cultiva con la mirada tierna del que nunca termina de envejecer pues se alimenta de cuanto acontece a su alrededor, por insignificante que sea. El mundo estaba

silencioso aquella tarde recoge poemas escritos desde el desgarro que provoca la ausencia de la persona amada: una fotografía me devuelve su cuello / su palpitante carne, su leyenda arriesgada / su piel junto a la espera. El amor como acontecimiento sustantivo, presente siempre en la vida cotidiana del poeta con sus arrebatos, su luz intermitenté, sus temporales y terribles abandonos Ya se acerca el momento en que oír sus cabellos, afirma en un poema que contiene solamente este verso, y que resume bien el temblor con que fueron escritos sus vecinos, en formatos más extensos y convencionales. Bajo el título de Los relojes encontramos diez poemas que nos hablan del desamparo del hombre sin otro destino que no sea, en palabras de BIas de Otero, "apuntalar ruinas" . A ello se aplica con dedicación de orfebre Manuel Quiroga, encontrando para sosiego del lector en su camino pájaros de Italia, cantos amarillos, tardes santas y cortas, grandes caserones de ojos vigilantes, contados y cantados todos en poemas que tienen su punto de encuentro en la nostalgia. Todo el contenido de La mañana es de reciente factura: ocho poemas escritos entre 2009 y 2010 para ofrecernos la mañana y todas sus provincias. Hay en ellos una l1!ayor concisión, una estructura formal distinta a todo lo anterior, con versos más ceñidos que dan sosiego a su lectura. Testimonio de lo vivido y lo perdido, Páginas de un diario culmina una larga etapa, y nos deja a la espera de una próxima entrega de su infatigable y torrencial autor, que nos hable una vez más de cuanto al corazón concierne.

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Lo que esconde tu nombre La consagración de Clara Sánchez en el universo de la novela PEDRO GARCÍA CUETO

Clara Sánchez es una novelista de reconocido prestigio, ya que lleva publicadas muchas novelas donde ha ido creando un universo muy particular, centrado en el mundo de personajes que se desnudan en su interior, buscando la esencia de sus vidas, la razón para justificar la existencia, siempre efímera y fantasmagórica, en el mundo. Clara nació en Guadalajara, pero pasó su infancia en la ciudad del Turia, la cada vez más hermosa Valencia, ciudad de una belleza que alumbra el Mediterráneo y que se vierte con todo su esplendor en sus famosas Fallas. Pero se vino a Madrid, estudió Filología Hispánica, donde fue consolidando sus lecturas, su interés por la palabra precisa, por el sonido del lenguaje que recorre, con su hilo fino, el corazón de sus protagonistas, los cuales se adhieren a las emociones, como leit-motiv de sus vidas. En 1989 publicó la novela Piedras preciosas, luego llegó No es distinta la noche (1990),

El palacio varado (1993), Desde el mirador (1996), El misterio de todos los días (1999), Últimas noticias del paraíso (Premio Alfaguara de novela en el año 2000), Un millón de luces (2004) y Presentimientos (2008). Tiene ya varios premios importantes, además de ganar el Premio Nadal (uno de los más importantes de nuestra literatura contemporánea) por su últi ma novela, Lo que esconde tu nombre, una indagación, a través de varios personajes, con el trasfondo del descubrimiento de la presencia de un antiguo nazi en las playas de Alicante . El tema es realmente apasionante y nos envuelve otra vez en la idea de la conciencia, de la culpa que pasea por nuestros más queridos lugares, sin que nadie se dé cuenta, de la presencia del mal en señores ancianos que, en su apariencia, podrían despertar afecto, pero que esconden el horror en lffi pasado atroz. Clara Sánchez conoce la tradición literaria que sustentan esos personajes


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Pedro García Cueto

que despiertan de su noche feliz para transformarse en el horror, recordemos La metamorfosis de Kafka, novela que explica muy bien la quiebra de valores del siglo XX, ante el avance inexorable de los totalitarismos en el mundo. Pero también conoce la novelista de Guadalajara la presencia anonada del personaje de Robert Musil El hombre sin atributos, un hombre que presencia, desde su atalaya de perplejidad y su aspec to indiferente hacia el mundo, el nacimiento de una época de miedos y barbarie. Por ello, la novelista se adentra en los mundos de la apariencia que esconden el horror, ese pasado de los nazis donde nada era suficiente para experimentar con los seres humanos, para cosificar al hombre hasta convertirlo en un juguete roto, en los enormes crematorios que se descubrieron al acabar la Segunda Guerra Mundial, donde perecieron tantos inocentes, víctimas de la locura de un hombre con delirios de grandeza, un psicópata sin paliativos, como fue Hi tler. Con estos mimbres históricos, Clara Sánchez crea el personaje de Julián, un hombre que persigue a Fredrik y Karin Chris tensen, reflejos del pasado, cicatriz que pesa en su memoria, llama que le va pudriendo y que debe apagar. Julián es diseccionado por la novelista con la capacidad del entomólogo, que sabe que en las acciones se esconde el verdadero mundo, en los pensamientos, el juego de la verdad que inunda la mirada de Julián cuando llega a Alicante: "Sin embargo, nada era na tural, porque si fuese natural no nos parecería extraño e incomprensible:- ¿Era yo digno de seguir viendo estos hermosos campos plateados?" (p. 21).

La vida, como un inexorable carrusel, hace de Julián un ser que se aferra al tiempo, que niega, con su afán de descubrir al antiguo nazi, que el sino esté cumplido, sino que aún queda algo por hacer. Para la novelista, la mirada es fundamental, ya que sus personajes son desnudados, desabrigados de cualquier apariencia, se muestran como son: "No hacía mucho que me había dicho un médico que a n:i edad la memoria es una memoria cristalizada, lo que quiere decir que se recuerdan mejor los acontecimientos lejanos que los recientes" (p. 24). Es cierto, porque Julián recuerda el sombrero de su mujer, Raquel, en los años cincuenta, cuando se casaron. La novelista sabe que la memoria lo es todo, selecciona la vida, la va envolviendo de detalles que son imprescindibles, motor de nuestros pasos. Esa memoria es la que Julián va dejando en las páginas del libro y por lo que el personaje nos seduce especialmente. Pero Sandra, la chica que conoce, está llena de la frescura del tiempo, en un espejo contrario al de Julián, ver tebrando una lozanía que se irá llenando de savia al contacto con Julián. Los vasos comunicantes entre los dos enriquecen la novela. Sandra, que entra en contacto por casualidad con Fred y Karin, también lo hará con Julián, y así lo describe, como si se adentrase en el rostro del hombre, en sus interioridades, a través de su ropa, como si el cuadro vital que dibuja se nos quedase grabado para siempre, gracias a la habilidad de Clara Sánchez para construir personajes y situaciones: "Julián ya estaba allí. Siempre llevaba la misma chaqueta azul claro porque seguramente


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Lo que esconde tu 'tambre

cuando decidió venir aquí no imaginaba que se iba a quedar tanto tiempo. Había añadido un pañuelo al cuello, que j\lnto con el sombrero panamá le daba un aire de película italiana, pero no a tardar tendría que comprarse algo más de abrigo" (p. 121). La ausencia de culpa de los criminales que persigue Julián acentúa la unión entre ellos, ambos conocedores de hallarse ante una alta misión, seres que se sienten en el fondo náufragos en un mundo que no entiende de compasión. La vida cotidiana de la pareja de ancianos de terrib le pasado, sirve para que se vaya fragu ando una trama, que no voy a d esvelar, pero que está llena de matices, d onde v ive el afán vouyerista de Sandra, presente en el interio r de cada uno de noso tros, lectores del libro, pero espec tadores de ese mundo de apariencias y de trágicas realidades. Sandra sabe que en la vida cotidiana se condensan los verdaderos tejidos de la vida, su amor y su desamor, se crean los espejos donde se ve la condición humana, como el momento, m uy dinámico, donde Fred discute con Karin : "Fred prácticamente empuj aba a Karin, y Karin se ven cía sobre una cadera y sobre la otra agarrándose a la barandilla como podía" (p. 245). Las lágrimas de Karin se centra n en un asunto de joyas, lo que demues tra que las cosas nimias fun dam en tan sus vidas, mientras yacen o tros seres d ebajo de su falta de conciencia. Para la no-

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velista, las acciones cotidianas cobran mayor horror, porque esconden la falta de moral, la falta de compasión de los dos ancianos. Sin querer indagar más para que sea el lector quien libre una batalla con esos personajes que se nos meten en la piel, en la memoria, decir que Clara Sánchez da un paso más y trenza una novela intensa (con un estilo narrativo ágil y sin hermetismos para el lector), lleno de espejismos, entre el presente y el pasado, donde lo cotidiano, en su extrema simplicidad, está lleno de sombras que nos hablan de un mundo mucho más oscuro, en la senda de los grandes personajes de ficción de nuestro siglo XX, como el de Gregorio Samsa, quien descubre el horror una mañana o el Dorían Gray quien sabe que el cuadro es su alma corrompida, como el pasado de los nazis que aún p asean por algunos lugares de nuestros veranos del Mediterráneo. Julián o Sandra son los seres que viven por dentro de nosotros, se hacen nuestros al contemplar lo que no quieren ver, al igual que tanto crimen que nos asola en la actualidad y que es tá presente en nuestro mundo cotidiano, desde la pantalla aséptica del televisor, tan lejos que no nos conmueve, pero que, si estuviera frente a nosotros, -encarnados en Fred y Karin, nos revelaría nuestro miedo y nuestra cotidiana indiferencia. La novela de Clara, un paso más en su madurez narrativa, nos enfrenta, con esos fantasmas cotidianos que no queremos ver, logrando una novela que deja huella en nuestra retina y en nuestro corazón.


Las cartas que debía

RAMÓN HERNÁNDEZ

¿ Quién, si yo gritara, me oiría desde los órdenes angélicos?, se preguntaba el enigmático poeta checo Rainer María Rilke, (1875-1926), en el primer verso de su célebre libro Duineser Elegien / Elegías de Duino, y añadía: Pero, suponiendo que un ángel me oyera y me acogiese contra su corazón, su indescriptible fuerza me mataría; porque lo bello no es más que el comienzo de lo terrible. Inquietante conclusión e insondable dilema que ya presidió los más metafóricos silogismos del pensamiento griego, allá en la remota Hélade, cuya impar sabiduría nos legó el axioma de que verdad y belleza eran una misma cosa, pues ambos conceptos compartían la premisa de la armonía de las partes. Mar inconmensurable y sin orillas que tiene su origen en el idílico Génesis y su culminación en el dramático Apocalipsis, ese comienzo de lo terrible que atormentaba el espíritu del poeta Rilke, cuya evocación nos ha venido a la memoria después de varias y atentas lecturas de Las cartas que debía, libro de poemas escrito por el singular y

excepcionalmente dotado novelista y poeta Rafael Soler. Testimonio li terario publicado por Ediciones Vitruvio, prestigiosa firma editorial donde, recientemente, también vio la luz pública Maneras de volver, celebrado poemario de este galardonado autor, investido en ambos textos de una poética intransferible y veraz, honda e intensa, no exenta de sombrío sarcasmo y elegíaco hermetismo. Prestigiosos caracteres propios de la literatura insigne . de cualquier época y lugar, los cuales nos han hecho recordar a Rilke, el gran paradigma de la moderna poesía europea; tan poco o nada entendido, no sólo por sus lectores, sino, incluso, por él mismo. Más no es éste el caso de Rafael Soler; pues, si bien el autor de Las cartas que debía se manifiesta con frecuencia como un poeta metafórico y críptico, lo es de forma consciente, como no lo fue casi nunca el emblemático escritor checo, casi siempre arrebatado por una fiebre interior que le superaba. Dicho esto y volviendo al libro que hoy presentamos, vemos que este poe-


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Las cartas q ue debía

mario se ofrece al lector fragmen tado en ca torce partes y setenta y seis poemas, la mayoría breves, concisos, significa tivos y, corno ya se ha sugerido, en gran medida intencionadamente hermé ticos. A ellos nos conduce un introito de dos citas previas. Una, de César Vallejo, a través de la que el poeta peruano nos dice: Ésta es mi inmensidad en bruto ... éstas son mis sagradas escrituras ... La otra cita pertenece a Marilyn Monroe, ese otro ángel rilkeano de nues tro tiempo, cuando afirma: Vida, soy de tus dos direcciones. Doble confidencia que, en mi opinión, explica mucho del cómo y por qué nacen de la pluma de Rafael Soler estas cartas no enviadas. Aunque, quizá, sí escritas, al menos en el alma del médium poético que nos habla, bordeando siempre su abismo interior, legitimado por la razón última y primera del poema personal que, corno un boomerang, nace y muere sin concesiones a nada ni a n ad ie; p ara, una y otra vez, reinventarse en el lector, ese otro mundo ancho y ajeno que nos id entifica con el poeta. Así pues, los textos d e este p oemario recién nacido, concebid os y d esarrollados desde su íntimo ensimismamiento, no explican su razón d e ser ni responden a interrogantes, porque su esencia habita en un revivir privado, descrito en clave, utilizando un len guaje sobrio, medido, exacto, p leno d e reivindicaciones tan secretas que, muy probablemente, nacen y m ueren en el alter ego del poeta, que vive en él, como exclusivo confidente de sí mismo. No obstante lo que acab arnos de indicar, y por arte de la magia poética, esos mundos semiocultos del espíritu se perfilan tenues, tanto por la veladura estética de la palabra, corno por el resplandor difuminado de u n tiempo pasado que hiere con doliente mutismo

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y altivo resentimiento, de tan arrebatados y líricos perfiles como el verso iniciá tico de es tos comentarios: ¿ Quién, si

yo gritara, me oiría desde los órdenes angélicos? Afilado dardo dirigido a personajes anónimos, sin rostro, ajenos al lector ensimismado en una lectura obligatoriamente intensa, sumergida en el , encantamiento de una esfinge impávida, habitante solitaria de un desierto sin huellas. En este orden de cosas, ciertamente solemnes, sería vano intento y pretensión fatua carente de sentido y de lógica, tratar de diseccionar ahora un poemario que, como todos, ha nacido para ser leído; no al trasluz, sino mediante u na inmersión tan apasionada como el océano incógnito del que han nacido estos versos, compartiendo con el inspirado médium del poeta, aquí presente, el gozo y el dolor, la vida y la muerte, la condenación y el perdón. Palabra cla ve ésta p ara comprender la esencia de una poé tica inusual, henchida de verd ad , p u d or y redención; no sólo literaria, corno acon tece siempre con la obra bien hecha, sino también pletórica de serena autenticid ad . Se cierra así, creemos, el círculo que tuvo su origen en Maneras de volver, tex to anterior ya citado d el autor, d ejand o abierta la puerta que debe conducir al poe ta a otros y nuevos horizontes, d espués d e es ta travesía testimonial plen a d e áridos escollos, hermosas nos talgias y heridas melancolías, imp ulsado tod o es te m agm a por el d estino inconmovible que, a todos, poe tas o no, nos lleva, ajeno siempre al d elirio de los oráculos. . Porque el poeta, o su alter ego, aquí y ahora, se ofrece, no en su Gólgota (título de uno de sus poemas) sino en el íntimo secreto de su arte; porque sabe que 11 0 , tenedlo claro, no encontraréis mis sábanas vacías, tal y como afirma, con feroz coraje,


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Ramón Hernández

en No me gustan los bombones de licor, todo un desafío a la ya agonizante y vacía postrnodernidad. Posiblemente el mayor acierto del libro, frente a ese dolor amarillo y su guadaña; cita, que, más allá del espacio y del tiempo, encontrará las secretas caligrafías de este poemario enigmático y fascinador, plagado de secretos legítimos, de confesiones, de silencioso grito y de mudo estruendo que, muy pronto, quizá hoy mismo, desembocará en un taller de escritura para versos con futuro, título de otro poema-carta, en el que, tras evitar todos los golpes certeros de la lluvia, el poeta empuñará otra vez la pluma con descaro humildemente en vela erguido al acecho del verso mayor incandescente para desnudo ortográfico tallarlo eterno indestructible y soberano dejando sin dudar el folio en blanco, como se dice a sí mismo en el último poema, titulado, precisamente, Maneras de volver, en el que se lee: has llegado donde quiera que sea ya has llegado. Nada más cierto y nada más esperanzador e ilusionan te, pues de la pluma y el bloc de notas de este brillante y noble escritor que es Rafael Soler, esperamos el continuo renacer de su rico, ancho y frondoso bosque poético, paradigma de aquel célebre héroe de La Araucana, de Ercilla, el mítico Caupolicán, al que también cantó el genio de Rubén Daría en su libro Azul con estrofas como ésta: Anduvo, anduvo, anduvo, le vio la luz del día, le vio la tarde pálida, le vio la noche fría, y siempre el tronco de árbol a hombros del titán. Anduvo, anduvo, anduvo. La aurora dijo: Basta, e irguióse la alta frente del gran Caupolicán. Así lo deseo yo, y así será.

BIBLIOGRAFÍA DE RAFAEL SOLER: ~:

- Mallems de volver, 2009. Ediciones Vi tru vio - Los sitios interiores (sonata urgen te), 1980. Ediciones Rialp. Novela:

- Barmnco, 1985. Novela Cátedra - El slleJ'io de Torba, 1983. Noveía Cá tedra - El comzón del lobo , 1981. Institución Cu ltural El Brocense.

- El grito, 1979. Ámbito Literario Relatos:

- La otm luz del faro, 1985. Confederación Española de Cajas de Ahorro .

- Hom enaje, 1983 Confederación Española de Cajas de Ahorro. - Elmimdor, 1981. Bruguera - ClIentos de ahom mismo, 1980. Aula de Cultura de Tenerife.

- J.R. tropieza en el Paseo de la s Pallllems, 1970. Confederación Española de Cajas de Ahorro. Ensayo : - Prólogo del libro Una aproximación socioecollómica a la rebelión de las 11Iasas, de Javier Casares Ripoll, 1995. Dykinson. PREMIOS: ~:

- Accésit Premio Nacional Juan Ramón jiménez, 1980. Novela: - Premio Cáceres, 1982. - Primera Bienal Ámbito Literario, 1978. Libros de relatos: - Accésit Emilio Hurtado, 1980. - Ateneo de La Laguna, 1979. Cuentos: - Tercera Hucha de Oro, 1978. - Hucha de Pla ta , 1985, 1982 Y ] 981.

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RESENAS NARRATIVA

ALBERTO OMAR WALLS Inmenso olvido Alberto Ornar Walls nace en Santa Cruz de Tenerife en 1943. Aunque conocido como escritor, su labor en la cultura se ha dirigido a cultivar varias especialidades, las escénicas y audiovisuales junto a las literarias, y ha ejercido de profesor, director y actor de teatro y cine. También lleva años ejerciendo de gestor cultural, especialidad que ha estudiado en la Universidad Complutense de Madrid y en la de Barcelona. Ha publicado títulos como La canción del morrocoyo (novela), Papiroflexia (relatos), El tiempo lento de Cecilia e Hipólito (novela), El unicornio dorado (novela), Como dos lunas llenas (novela), Contados al atardecer (relatos), El pequeño Carlos contra el almirante (novela), Soledad Amores (novela), Arrégleme el alma (novela), El informe (teatro), Hoy me he levantado trascendente (teatro), Angeles de la espuma (poesía) entre otros. "Si así se comporta mi inconsciente, ¿por qué el empeño de volver a mi pasado? Sólo existe mi presente, y este ahora es lo único que puede dar sentido a la existencia; entonces, ¿a cuento de qué me propongo realizar este tortuoso camino de introspección? Indagar para conocer, desentrañar para descubrirme. Saber quién soy para poder estar tranquila. Dolerme para sanar".

Inmenso olvido Alberto Ornar Walls Caja Canarias, 2009

ALEXOVIEDO Las hermanas Alba Alex Oviedo (Bilbao, 1968). Periodista y escritor, ha ejercido de editor, diseñador gráfico y asesor literario. Colabora en el suplemento cultural Pérgola del periódico municipal de Bilbao y ha publicado las novelas Hektoren agenda (finalista en el Premio Ciudad de Barbastro 1994) y El unicornio azul. Mezcla de novela negra y diario de escritor, en Las hermanas Alba se unen de forma natural ficción y realidad, y desfilan personajes verdaderos o inventados con el fondo de una ciudad que gracias a Alex Oviedo adquiere un peso literario definitivo. Oviedo logra en Las hermanas Alba lo que muchos escritores actuales buscan, pero pocos encuentran: reunir en una novela breve los rasgos determinantes que están llamados a renovar el género narrativo en estos comienzos de siglo.

Las hermanas Alba Alex Oviedo Ediciones Bassarai, 2009


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Narrativa

ANA ALEJANDRE Tras la puerta cerrada Novela intimista y psicológica en esencia, aunque vertebra d a alrededor de una intriga que va siendo desvelada a lo largo de la obra, Tras la puerta cerrada relata con pasión la historia de una impostura y el proceso de desenmascaram iento de las apariencias sociales, bajo las que se escon den la na turaleza silenciada y el resentimiento de un hombre marcado por sus recuerdos. Ana M. a Alejandre Carrizosa nació en Azuaga (Badajoz). A lo largo de su vida ha residido en numerosas ciudad es d e España y Marruecos, hasta recalar en Mad rid donde actualmente vive. Es abogada y conferenciante habitual en diversos foros culturales. Colabora asiduamente en publicaciones y revistas especializadas, reflejando en sus artículos su decidida vocación literaria y su formación humanista. Con la edición de Tras la puerta cerrada, la autora inicia la publicación de su obra narrativa.

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ANA ALEJANDRE

TRAS LA PUERTA CERRADA

Tras la puerta cerrada Ana Alejandre Mileto Ediciones, 2003

Doce cuentos solitarios es una colección de historias que harán reflexionar por la profundidad psicológica y la capacidad narrativa de su autora, y que sumergirá al lector, desde el p rimer momento, en la tensión argumental y el ritmo narrativo de cada uno de sus relatos, todos diferentes entre sí, tanto en su técnica narrativa y extensión, corno en la arquitectura argumental.

Doce cuentos solitarios Ana Alejandre Irnaginediciones, 2007


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Narrativa

ANA CARAVACA CABALLERO 13 + 1 relatos médicos Ana Caravaca Caballero (Madrid, 1972) es de profesión médica de emergencias, además de Directora de la revista Puesta al Día en Urgencias, Emergencias y Catástrofes .

13+1 relatos médicos /

Ha participado en numeroso foros, congresos, talleres y programas de televisión, aunque también lleva años en el ámbito literario con incursiones poéticas, relatos y, próximamente, su primera novela Dubrovka. Cierta dosis de humor, y a veces una perspectiva ácida de la realidad, es lo que ha querido plasmar la autora en voces de anónimos protagonistas, médicos o no, pero ahondando en su punto de vista humano y emocional en el ejercicio de la medicina. Todos aquellos que vivan o sientan la curiosidad de ponerse en la piel de un médico en situaciones de lo más variopintas, lo podrá hacer a través del viaje que supone la lectura de cada uno de estos 13+1 relatos médicos.

13 + 1 relatos médicos Ana Caravaca Caballero Arán Ediciones, S. L., 2009

ANTONIO OLIVARES DE LUCAS Abuelos - Avis. Rockeros I - La grandeza de los mayores Antonio Olivares de Lucas ha dedicado su vida al mundo de la imagen y de la televisión, al deporte, salud, nutrición y estética. Hay que resaltar sus éxitos corno profesional de la Televisión desde sus inicios en TVE a finales de los años 70, en el programa "Consulte a su médico", con Blanca Álvarez, y en otros muchos más corno "El Ser Humano", "Revista Mediterráneo Internacional", "Informativos Costa Brava-Palavisió", "El show de la Televisión", "Acción en el mundo del silencio" . (para sordomudos), "Misterios Paranormales", "Conocer el personaje", etc. Ac tualmente es Director General de TV Mediterráneo Internacional. En este libro se muestran una serie de personajes de gran interés para el lector, que se ve atrapado en un mundo de aventuras, vive ambientes inquietantes cargados de fuertes emociones, con una contundente verosimilitud gracias a la riqueza de su narrativa, con amplitud de matices que sólo pueden ser descritos por quien ha estado allí. Publiequipo

Abuelos - Avis Rockeros 1 La grandeza de los mayores Antonio Olivares de Lucas


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Narrativa

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ANTONIO RODRÍGUEZ JIMÉNEZ El inseminador de la margarita Antonio Rodríguez Jiménez nació en Córdoba (1959) . Es autor de tres novelas y diversos libros de poesía. Es periodista y Licenciado en Filosofía y Letras. Ha publicado las novelas Galilea (Grupo Libro. Madrid, 1994), Plaza del Cielo (Huerga y Fierro editores. Madrid, 1996) y La alquimia del Unicornio (Almuzara. Córdoba, 2006), el ensayoantología Ante nueve poetas de Córdoba (1988) y Elogio de la diferencia (Antología consultada de poetas no clónicos). Cajasur. Córdoba, 1997. Ha publicado también los libros de artículos literarios Humos amarillos (Sevilla, 1993) y Paraíso de las migajas (Pamiela . Pamplona, 1996). Entre sus libros de poesía destacan Lunas muertas. Ciudad de luna muerta (Adonais, 1987), Los demonios de Vysehrad (Barcelona, 1999), Una hembra de esplendor (Antología 19791999) (Ayuntamiento de Málaga, 2000), Sagrados labios verdes (Algaida. Sevilla, 2005), Sonidos metálicos al sur de Manhattan (2006), Los duendes del invierno (2008) y El azúcar de Saturno (2009). "En estas páginas conviven mujeres y hombres contemporáneos, perdidos, débiles, extravagantes, medianamente felices, de vidas cotidianas y combates pasionales. Personajes pasajeros, animales feroces y otros como Rodolfo Jiménez que te impiden despegar los ojos de sus anemias sentimentales, am ores imposibles y sueños eróticos. Deseo, sexo, sangre y amor a partes iguales."

El insemin ador de la margarita Antonio Rod ríguez Jiménez Editorial El Páramo, 2009

BARTOLOMÉ SÁNCHEZ ROLDÁN Un clamor otoñal Bartolomé Sánchez Roldán, nace en Córdoba en 1943. Ha vivido y vive en Rute, pueblo del cual se siente hijo por ascendencia y apego. Ha publicado ¿ Por qué lo hiciste?, en 2005; La hipocondría y otros relatos, en 2006, y Sofía, Pedro y el Alzheimer, en 2008. Los dos últimos con resonancia internacional. «Pablo es un triste funcionario que ve cómo el paso de los años ha causado mella en él y ahora se encuentra en el otoño de su vida; lo único que le llena es la dedicación casi obsesiva por su trabajo en una Administración de Hacienda. Un buen día aparece una chica joven para ocupar la vacante de una antigua compañera. Al conocerla se disparan todas las alarmas en el reloj vital de Pablo y a partir de ese momento su vida cambia en todos los sentidos».

Un clamor otoñal Bartolomé Sánchez Roldán Entrelíneas Editores, 2010


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Narrativa

BRAULIO LLANERO El rey Simplón Nacido en Manzanal del Barco (Zamora). Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Es redactor de Radio Nacional de España. Premio de Periodismo Francisco de Cossío, de la Junta de Castilla y León, por un programa de radio. Algunos de sus libros han obtenido premios, como La rebelión de los duendes alegres y El fantasma Pupas. Uno de sus libros, La brujita Gari, fue seleccionado en 1990 para el catálogo internacional «Los mirlos blancos». En esta misma colección tiene publicado El inspector Tigrili. «Este es un cuento divertido y sin complicaciones, protagonizado por el bonachón rey Simplón 13. Todos los personajes de la historia, el dragón miope, el jocoso inventor Macaría, la caprichosa princesa Altacuna y el malvado ministro Hortensia de la Perilla, harán pasar un rato muy agradable a sus lectores».

El rey Simplón Braulio Llanero Grupo Editorial Bruño, S. L., 2006

ESTEBAN GRECIET Preludio de fuego. Octubre, 1934

El autor ha ejercido su profesión de periodista en Madrid y en diferentes destinos de ambas Castilla, Vascongadas y Asturias. Residente durante largos años en Oviedo, ha dedicado a esta ciudad dos de sus obras, a las que ahora se suma esta novela histórica sobre la Revolución.de Octubre de 1934, que tuvo su mayor incidencia precisamente en la capital del Principado.

«Hace 75 años, miles de trabajadores armados asaltaban a sangre y fuego una ciudad alegre y confiada, defendida por una guarnición diez veces inferior. Era la Revolución de Octubre contra la legalidad republicana por el acceso de la derecha a tres carteras del Gobierno. La revuelta fue sofocada dos semanas después con el decisivo apoyo de las columnas de socorro, tras dura lucha en las calles de Oviedo, que se llenaron de destrucción y de muerte. Éste es el escenario histórico en el que discurre Preludio de fuego, una renovada visión de los hechos a través de dos familias de diferente nivel social, divididas ellas mismas por un conflicto que constituyó el preludio de la Guerra Civil y a las que la tragedia enlaza en un destino común. La obra no elude afrontar con crudeza episodios dramáticos que manifiestan la frágil condición humana, la abnegación y la cobardía, la compasión y la crueldad, situaciones límite entre las que brotan también el humor, el amor y la esperanza.»

Preludio de fuego. Octubre, 1934 Esteban Greciet DG edü;oes, 2009


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Nartativa

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GLORIA GIL-GARCÍA PRIETO Más allá del nogueral

Lo que el alma imagina, sucede en la mente, pero lo que Dios imagina, sucede en la realidad.

Sólo el mar sabe si la canoa será rápida. TACaRE

Más allá del Nogueral Gloria Gil-García Prieto

JOSÉ ÁNGEL ORDIZ LLANEZA Relatos impíos José Ángel Ordiz Llaneza. La Pedrera (Asturias, 1955). Fue profesor de Física y Química en varios institutos de educación secundaria hasta su jubilación. H a publicado relatos cortos en colaboraciones, antologías y revistas literarias y las novelas Las muertes de un soñador, Buenas noches, Laura y Mujer te doy: Ha recibido los premios: Diputación de As turias (narrativa breve, 1980), Cáceres (novela, 1994), Onuba (novela, 2006) y Ángel Miguel Pozanco (novela, 2009). «La seguían los recuerdos y los perros mien tras dejaba atrás un pasado de hijos muertos y sledades». José Án gel Ordiz inicia con esta magistral frase una serie de ocho sacud idas emocionales en forma de relatos que enganchan al lector desde la primera línea. La realidad más sucia y descamada de un cortijo movido por los añejos hilos de un cacique en pleno siglo XXI, el humor m ás hilarante y mordaz de una singular comunidad de vecinos guiada por un entrañable hombrecillo con tendencia a caerse por las escaleras o la inquietante ficción de un mundo del que se h a ad ueñado una epidemia que enloquece a los seres humanos y los convierte en asesinos. Todo tiene cabida en es tas historias, algunas de ellas entrelazadas, que traspasan los umbrales de la cotidianidad para mostrar una vibrante narración, hilvanada con un brillante léxico, que no dejará indiferen te a ningún lector. Magnífica.

Relatos impíos

Relatos impíos José Ángel Ordiz Llaneza Ediciones Atlantis, 2009


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Narrativa ·

JOSÉ BALZA Percusión José Balza nació en el Delta del Orinoco (Venezuela). Trabaja en la Universidad Central de Venezuela. Narrador y ensayista, ha denominado «ejercicios» a toda su obra. Dentro de la novela, sus títulos comprenden Marzo anterior (1965), Largo (1968), Setecientas palmeras plantadas en el mismo lugar (1974), D (1976), Percusión (1982), Medianoche en vídeo: 1/5 (1988), Después Caracas (1995) y Un hombre de aceite (2008). Dentro de sus libros de cuentos destacan: Órdenes (1970), La mujer de espaldas (1986), La mujer porosa (1997), Un Orinoco fantasma (2000), Caligrafías (2004) y El doble arte de morir (2008). Ha publicado además numerosos ensayos: Este mar narrativo (1960-1987), Iniciales (1989), Espejo espeso(1997), El bolero: canto de cuna y de cama (2002), Observaciones y aforismos (2005), Ensayos crudos (2006) y Pensar a Venezuela (2008) . Premio Nacional de Literatura de su país en 1991, hay relatos suyos traducidos al italiano, francés, inglés, alemán, hebreo y otras lenguas. «La obra cumbre del venezolano José Balza, Percusión, es la historia de un viaje alucinante por la memoria y los confines del mundo. La protagoniza un hombre anciano que regresa a su tierra natal y goza, así, de una suerte de rejuvenecimiento mediante el recuerdo preciso de las experiencias que le ofreció la vida: el amor y el sexo, la filosofía y el arte, la urbanidad y la selva, el tránsito perpetuo entre la soledad voluntaria y la compañía esperanzadora en diferentes sitios de dos continentes. Hipnótica en su narración, poética en su lenguaje, Percusión es sin duda una de las novelas más hermosas y densas, más artísticas y profundas, más ricas en su estructura y voz narrativa que h a d ad o la lengua española de todo el siglo XX». «Cuánto me ha impresionado su obra». JULIO C ORTÁ ZAR

«Incapaces de someterse a un destino, los personajes de Balza indagan vidas alternas. ¿Cómo resuena una personalidad en otro destino? Esta es la 'percusión' que le interesa al n ovelista, el eco de los actos posibles». JUAN VrLLORO

PERCUSiÓN

PnóLOGO DE

T ON' MoNrESlNOS

Percusión José Balza Paréntesis Editorial, 2010


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JOSÉ LUIS G. CORONADO Los frágiles días Pertenece a la generación de narradores que empezaron a publicar con la llegada de la democracia y ha venido alternando su actividad de novelista con la de colaborador y articulista en diversas publicaciones periódicas de ámbito nacional e internacion al. Su primera novela, Las Glebas, (Ed . Vald errojel) se publicó en 1979 (Ed. Libertarias) vio la luz en 1984. El Tagarote. p remio Ángel Guerra de N ovela (Ed. Cátedra), en 1987. De este último título se p ublicó una 2. a edición en 2005. Nacido en Cuéllar (Segovia) en 1947, reside actualm en te en El Molar (Madrid) alternando su dedicación a la literatura con el desarrollo de proyectos de integración social y ejerciendo la dirección de la revista Capaces, publicación de referencia en España sobre temas de discapacidad.

Los frágiles días es la fábula de una rebelión. Es el relato de la azarosa peripecia de un grupo humano al que su condición margin al ha confinado en el extrarradio del sistema. Se trata de una tropa inusu al de personajes atrabiliarios que deciden construirse una biografía común, un núcleo de afinidad, prescindiendo de las normas que, según ellos, están convirtiendo a la humanid ad en una silente y amedrentada manada. No hay en ellos una actitud vindicativa ni planteamientos de manumisión universal, tan sólo tratan de resolver los problemas de su propia subsistencia cotidiana sin tener para ello que abdicar de su condición de individuos libres ni renunciar al horizonte utópico de la felicidad. Consideran el ordenamiento social y las legalidades en general como una panoplia de herramientas represivas en manos del poder y deciden intentar la aventura de sus vidas al margen de las reglas generales de convivencia, creando su propia ley y arbitrando sus particulares códigos morales. Para este candoroso elenco de seres segregados, el único valor que debe preservarse es la amistad y la única obligación que se debe contraer con la vida es la de vivirla como lo que es: una maravillosa oportunidad impredecible y única.


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Narrativa

El cuellarano José Luis G. Coronado presenta su libro Los frágiles días

~l norte bt QInsttttn SEGOVIA. M. R. CUÉLLAR. El autor cuellarano José Luis G. Coronado, presenta esta noche, a las 20.30 horas en la sala cultural Alfonsa de la Torre, su última novela Los frágiles días. Para esta ocasión tan especial contará con la par ticipación de los escri tores Javier del Amo y Moncho Alpuente. Además, el también escritor local Luis Sanz interpretará una perfomance sobre el libro, acompañado a la guitarra por Víctor de la Fuente. Coronado nació en Cuéllar en el año 1947 y reside actualmente en El Molar (Madrid), alternando su dedicación a la literatura con el desarrollo de proyectos de integración social y la dirección de la revista Capaces, publicación especializada en temas de discapacidad. Comenzó su carrera literaria con un artículo publicado en EL NORTE DE CASTILLA en 1970, medio con el que ha colaborado esporádicamente. Desde entonces ha

publicado ya cuatro novelas. Ahora presenta Los frágiles días, que el autor define como la fábula de una rebelión. La novela trata de un grupo heterogéneo de personajes que viven instalados extramuros del sistema, asumiendo su condición marginal y creando un nicho de afinidad al margen de las normas que, según su cri terio es tán convirtiendo a la humanidad en una silente y amedrentada manada. No hay en ellos una actitud vindicativa ni planteamientos de manumisión universal. Intentan resolver los problemas de S}l vida cotidiana sin abdicar de su condición de individuos libres ni renunciar al horizonte utópico de la felicidad. Para este candoroso elenco de seres segregados, el único valor que debe preservarse es la libertad y la única obligación que se debe contraer con la vida es la de vivirla como lo que es: una maravillosa oportunidad, impredecible y única.

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MARÍA JESÚS DEL ÁGUILA La Maleta de Oro. Cuentos para el Camino Con esta Maleta de Oro emprenderemos un viaje del que regresaremos un poco más sabios y más alegres. Un recorrido vital por un paisaje interior desprovisto de artificio, trazado con relatos breves y atemporales que evocan nuestras fábulas populares o los cuentos orientales. Narrados con sencillez y claridad constituyen un placer para la lectura y un regalo para el espíritu. María Jesús del Águila (Almería, 1961), licenciada en Ciencias de la Información, fotógrafa y terapeuta es también autora del libro Feng-Shui. La armonía con el entorno (2001), reeditado y traducido en otros países.

MARISA LÓPEZ SORIA Bicicletas blancas Marisa López Soria vive en Murcia, aunque ha nacido en Albacete y se ha educado en Cartagena. Sus libros suelen estar dedicados a una particular lista de héroes y amistades, personajes a los que la autora quiere o admira y que por diferentes motivos le han dejado su huella. Roberto se enfrenta a la perspectiva de un verano bastante peculiar. Su madre ha decidido que pasen juntos las vacaciones en Ámsterdam y que, al mismo tiempo, él aproveche para perfeccionar sus conocimientos de ... inglés. La pregunta del millón para Roberto es ¿qué hago yo en Árnsterdam con mi madre y aprendiendo inglés? Qlúzá por eso decide comenzar un diario, porque, según dicen, escribir es un buen procedimiento para combatir la perplejidad. Pronto, la reticencia inicial de Roberto cede ante la fascinación del descubrimiento de lma realidad nueva. De la mano de su profesora de inglés, Shanti, y del diálogo íntimo con Ana Frank, cuyo famoso diario lee con avidez, inicia un recorrido por la geografía y la historia de Holanda y Ámsterdam, que se convierte en una alegoría de su propia evolución personal. Este viaje interior le servirá para madurar y tornar conciencia de algunas actitudes desconcertantes e inverosímiles, pero terriblemente arraigadas, de los unos frente a los otros. Bicicletas blancas es un alegato en favor de la tolerancia y el respeto entre los seres humanos de cualquier condición. Pero, por encima de todo, es un homenaje a Ana Frank, por la lucidez y la entereza con que supo afrontar la vida y el odio de algunos de sus semejantes.

La Maleta de Oro. Cuentos para el Camino María Jesús del Águila Ediciones Son de Paz, 2004

Bicicletas blancas Marif,;a López Soria Editorial Espasa Calpe, S. A., 2022


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NICOLÁS MELINI La sangre, la luz, el violoncelo Nicolás Melini. Santa Cruz de la Palma, 1969, ha publicado los libros de cuentos Historia sin cariño de Remedios, Quiero Besarte (1999) y Cuaderno de mis mayores (2002), la novela El futbolista asesino (2000), los poemarios Cuadros de Hopper (2002) y Adonde marchaba (2004), así como artículos de crítica cinematográfica en diversos medios. Co-guionista de La raya, cortometraje de Andrés Koppet también ha escrito y dirigido el cortometraje Mirar es un pecado. «Ángel es un hombre que quiere ser culpable, aunque, si lo pensara bien, no encontraría ninguna razón para su culpa. Siguiendo la pista de María se pone, de algún modo, tras su propia pista. Indaga sobre ella y, sin embargo, se encuentra a sí mismo».

La sangre, la luz, el violoncelo Nicolás Melini T&B Editores, 2005

«La sangre, la luz, el violoncelo es un relato intimista que busca sobrecogernos e indaga sobre nuestros problemas más existenciales: el miedo a la muerte y la expiación de la culpa» ; «Se trata de la odisea pequeña de una persona en' tránsito».

PIERRE M. MOURONVAL MORALES

Las soñadoras «Marta y Sandra son unas amigas inseparables que, subidas en un potente automóvil, se embarcan en una frenética carre- . ra. Conducen a toda velocidad, provocando situaciones extremas. No compiten contra nadie, asegurándose así el premio de la rebeldía, la radicalidad y la indisciplina . Sus imprudencias al volante desconciertan al resto de los conductores, ajenos a los discursos incendiarios de unas veinteañcras que no paran de pisar el acelerador a fondo».

Las soñadoras Pierre M. Mouronval Morales Editorial Sarriá, S. L., 2010


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ROCÍO ORDÓÑEZ Dias de hielo y fu ego Rocío Ordóñez. Apasionada de la lectura, con 14 años comenzó su primera novela, y desde entonces no ha dejado d e escribir. Poesías, relatos, artículos periodísticos, guiones, teatro, novelas .. . Una obra de teatro, Cosas de Mujeres, se representó en varias ocasiones y fue grabada por TVE para la serie «Cuadernos de Paso». En 2007 publicó el libro de relatos Leyendas para una noche (Yenisei, Dul-Bilidú y El Cuentacuentos) y ahora, de la mano de Mandala &LápizCero, presenta Días de hielo y fuego. Es miembro de CiÑe (Círculo independiente Ñ de escritores). «Siguiendo las dramáticas aventuras de los protagonistas, la obra nos hace testigos de la Revolución Francesa, la España pre-napoleónica, la guerra de Louverture para liberar a los esclavos de Haití y la cultura de La Habana colonial. Por las páginas de Días de hielo y f uego van desfilando entrañables personajes que, al cabo de la lectura, vamos considerando como viejos am igos o con ocidos al tiempo que desgranan sus historias en una trama densa y cromática, plena de sacrificios y sensualidad , pasión y duermevela, lealtad y traición, humor y tragedia, guerra y liber tad, vida y muerte. Con un final sorprendente que impactará al lec tor estamos seguros de que la lectura de Días de hielo y fuego supondrá una renovada experiencia literaria difícil de olvidar».

Días de hielo y fuego Rocío Ordóñez Mandala & Lápiz Cero,. 2010

SALOMÉ RODRÍGUEZ HAGE Pasaporte a Apalachicola Salomé Rodríguez Hage nació en Tenerife en junio de 1964. Realizó estudios de Puericultura y de Educación infantil y ha trabajado siempre en el ámbito educativo de los niños. Es la autora de Pasaporte a Apalachicola, primer cuento que publica y que forma parte de una serie de relatos infantiles que giran entorno a la mágica ciudad de Apalachicola. «Rosalina posee una sustancia mágica. El Portugués y su hermano Cossimo sueñan con la pócima encantada y viajan a Apalachicola dispuestos a encontrarla, ¿qué sucederá? Peter, el mejor amigo de la niña, trata de ayudarla, pero la historia se complica cada vez más cuando Roma, el hermano de Rosalina, hace un pacto con los malvados hermanos. Ven a Apalachicola y diviértete con esta aventura llena de sorpresas.»

Pasaporte a Apalachicola Salomé Rodríguez H age Ediciones Idea, 2006


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UBALDO DE CASANOVA Y TODOLÍ

Aves nocturnas . Ubaldo de Casanova y Todolí nació en Barcelona, trabaja en Valladolid y reside en Salamanca. Licenciado en Ciencias de la Información y doctor en Filosofía y Letras, ha sido profesor de Historia Moderna en la Universidad de las Islas Baleares y en ra actualidad es responsable del Gabinete de Prensa de la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León. «A lo largo de la presente novela aparecen personajes como Berenguer Calvet, el marido de Laura, editor, Aina Vivot, vecina de Laura Cunit, una mujer entrada en años que fornica en el suelo frente al retrato de su difunto esposo; Francine Bauer, una mujer intensa que posee una constelación de ricos atributos y que reclama admiración; Ivo Monteada, arquitecto; Laia Masllorens, adolescente impetuosa e impulsiva; Nuria Almirall, compañera de clase de Laia; Clara Klein, realizadora del informativo de Laura; Ana Cler, presentadora de un programa de televisión; Chimo Cusí, Kiko Vallcorba, Julieta Ribó, Amadeu Angela t, Magda Camí ... »

Aves nocturnas Ubaldo de Casanova y Todolí Amarú Ediciones, 2001

KENDALL MAISON Agaroth y el Maestro del Conocimiento Kendall Maison reside en Bilbao desde el año 1987. Artista polifacético, es escultor y ha ejercido como locutor de radio. Su pasión por la historia y las costumbres le ha llevado a viajar por numeroso países de todos los continentes. Su extraordinaria capacidad imaginativa ha quedado patente en sus anteriores novelas, El laberinto prohibido (2007), que ha sido traducida al francés, y El Protocolo Griego (2008). Con Agaroth yel Maestro del Conocimiento nos traslada a un mundo nuevo, lleno de magia y misterio, y da inicio a una saga épica y fantástica, Las Crónicas Borbas, que hará las delicias de los más exigentes amantes del género.

Agaroth y el Maestro del Conocimiento Kendall Maison Ediciones El Andén, 20n8


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POESÍA ABELARDO MANUEL MARTÍNEZ En la cumbre del viento. Antología de poesía romántica Abelardo Martínez García, nace en Linares (Jaén ), el 14 de septiembre de 1960. «Poeta de pies descalzos, humilde corazón y alma desnuda bajo el sol, la lluvia, la esperanza, la soledad, el n aufragio, dibuja en cada estrofa, cada verso el llanto de la media luna; el tintineo del agua en el cristal, el vuelo de un p ájaro. N o es el color del lienzo quien me deja sin aliento, ni el maquillaje, ni las líneas, ni los trazos, son siempre las acuarelas. No es el desamor quien mueve su barca mar adentro, ni siquiera el oleaje, la marea ni el viento, son siemp re sus fr ágiles y tímidas velas. No es su estilo, n i su prosa ni sus versos lo que me empuja, me mata, me resucita y me envenena; cad a vez que tropiezo caigo y después me levanto, en cad a línea, en cada viaje esta dulce condena es sin duda la elegancia, el coraje y la fuerza de m i querido amigo Abelardo.»

En la cumbre del viento. Antología de poesía romántica Abelardo Manuel Martínez Cultiva Comunicación, S. L., 2009

ANTONIO R ODRÍGUEZ

AGUSTÍN ALONSO BISCAYAR Contra el olvido. Geografía de sentimientos Agustín Alonso Biscayar es un poeta asturiano. Con tra el olvido y su Geografía de sentimientos es un poemario conformado en un tríptico que se inicia con Geografía de espacios sin tiempo, continúa en una Geografía de la ausencia y culmina en una Geografía de la esperanza. Siento en mi frente y Si mi imagen se inventara incluidos en el presente libro, son los tres poemas premiados con el Primer Premio de Poesía "Puig de Missa-Ibiza" 2009.

Contra el olvido. Geografía de sentimientos Agustín Alonso Biscayar Adytum Aces Design


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ALEJANDRA MENASSA DE LUCIA La piel del deseo Alejandra Menassa de Lucia, nace en 1972. Médico especialista en medicina interna y psicoanalista. Publicaciones: Poesía: Taller de Poesía (en colaboración, 1995). Primera inquietud (1995), Al oído del viento (1998), La llave de los días (2002), La muerte en casa (Primer premio de la Asociación Pablo Menassa de Lucia en su 4. a convocatoria, 2003). En revistas nacionales e internacionales. Psicoanálisis: Psicoanálisis y Medicina (en colaboración) (2002). Actas de Congresos y revistas nacionales e internacionales. Medicina:

Manua l de Diagnóstico y Terapéutica médica Hospital Doce de Octubre. 4. a ed. Actas de Congresos y revistas nacionales e internacionales. La piel del deseo es su quinto libro de poesía. LABRANDO LA NOCHE

La piel del deseo Alejandra Menassa de Lucia Editorial Grupo Cero, 2005

Mi vida, ese ovillo deforme

con que tejo, Penélope en la noche, mi vida, ese surco inminente que labro, que desdigo. Voy por ti, a profanar la tumba de tus sueños. Bésame aquí, no tengo cicatrices de nuestro último encuentro, bésame aquí, te digo, no preguntes, no le busques estrellas a la noche, no le busques más nombres a mi sexo. Pon tu saliva en mi costado. Sé brutal y dime adiós cuando te pido a gritos que hagas de mi poema tu morada, sé brutal y no me dejes nunca. Voy labrando la noche, horadando los surcos que esperan tu semilla, mi poeta encandilado.

La muerte en casa Alejandra Menassa de Lucia Editorial Grupo Cero, 2003


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ALICIA AZA El libro de los árboles Alicia Aza nació en Madrid el 20 de febrero de 1966. Licenciada en Derecho por la Universidad Complutense. Abogada en ejercicio desde 1989. Ha sido profesora en la Universidad Rey Juan Carlos. Tiene publicados trabajos especializados en el ámbito del Derecho mercantil. Igualmente ha colaborado en diversas revistas de carácter divulgativo y cultural. El libro de lo árboles (Editorial Ánfora Nova, 2010) es su primer poemario. «El libro de los árboles nos conduce a un remoto paraje poético del que ya hablaba Gonzalo de Berceo, precursor de una fértil tradición literaria que inscribe voces tan álgidas como las de San Juan de la Cruz o Garcilaso de la Vega yecos tan vibrantes como los de Antonio Machado o Juan Ramón Jiménez. Algo de luminosa opacidad empapa los versos de Alicia Aza. Un acicate amargo de coraje y tristeza, embriagado de símbolos, nos arrastra a la búsqueda de los valores primigenios, valiéndose de esa capacidad inefable de dar vida a lo inane, de transformar en anímico lo sensible, de trocar los fenómenos de la naturaleza en paisaje del alma. Superando la inferencia clásica del locus amoenus, o ellocus belli en su caso, el poeta, a partir sobre todo del movimiento romántico, trasgredirá el mero espacio físico para integrarlo en su ángulo de convergencia. El continente devendrá en contenido. La realidad concreta se mudará en espejo. El poeta se convierte en un creador de imágenes, en cazador de sueños, en traductor de emociones. Su capacidad de interpretar el mundo excede de los argumentos racionales para sumergirse en lma dimensión ignota que no conoce límites. Todo es posible en la palabra, rompiendo sin orden la memoria de los días, la rutina fácil de la existencia que impone sin mesura las mismas leyes clónicas.» MIGUEL GAHETE

EL LIBRO DE LOS ÁRBOLES

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ÁNfORA NOVA

El libro de los árboles Alicia Aza Editorial Ánfora Nova, 2010


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ANTONIO DAGANZO CASTRO

Que en limpidez se encuentre Antonio Daganzo Castro nació en Madrid en 1976. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, poeta y comentarista musical, desde 1996 viene desarrollando una importante labor en la divulgación de la música clásica a través de la dirección de un programa de radio. Es autor del libro Siendo en ti aire y oscuro, aparecido a finales de 2004. En Que en limpidez se encuentre, sabe cruzar, de forma idónea, su amor por la música y su cuidado en las formas poéticas. Un poeta cuidadoso y sensible, que ahonda en la música interior de cada poema.

El más grave error de quien olvida es creer que el olvidado hará lo mismo. Imagino, pues, tu rostro, su expresión de sorpresa o más bien desconcierto, o mejor ira sorda, al saberte vencida en la batalla, que al muerto que mataste aún le resta podredumbre de amor para vivir. La nota has recibido, qué tal, qué haces, cómo sigues, esencia de victoria y destrozado, soy feliz.

Que en limpidez se encuentre Antonio Daganzo Castro Ediciones Vitruvio, 2007

ANTONIO MARTÍNEZ MENCHÉN

Poesías Antonio Martínez Menchén nació en Linares en 1930. El inicio de la guerra le sorprende en Segovia con su familia, y en esta ciudad castellana pasará su infancia y juventud. Estudió el bachillerato con los Misioneros y posteriormente la carrera de Derecho en Madrid. Tras pasar una temporada trabajando en Alemania, regresa a España e ingresa en la Administración Pública. En 1963 publicó su primera novela, Cinco Variaciones (Ed. Seix Barral). Desde 1985 en que publicó su primer libro para niños, Fosco, viene alternando la literatura para adultos con la juvenil. Los poemas recogidos en este libro corresponden en su mayoría a su época de estudiante universitario.

Poesías Antonio Martínez Menchén 2011


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ANTONIO PIEDRA Estamos en alta mar Edades de la sonante espuma Antonio Piedra es director de la Fundación Jorge Guillén, profesor de Literatura Española en la Universidad de Valladolid, y académico de número de la Academia Castellano-leonesa de Poesía. Como poeta ha publicado varios libros: Del rigor al desatino (1986), Calendario 'profano (1990), La moneda de Caronte (1995), Argumento de la cal (1999), Edades de la sonante espuma (2001) y Si yo fuera de verdad (2002), y su obra está recogida en varias revistas y antologías. Es inventor de la jaiquilla, estrofilla de tres versos asimétricos (cuyo nombre inventó Rosa Chacel) que es una mezcla de la pantum malaya o el haiku japonés y la seguidilla española. Como estudioso de la literatura, destacan sus estudios y ediciones sobre Platón, Baltasar del Alcázar, Rubén Darío, Jorge Guillén, Rosa Chacel, Francisco Pino, Miguel Delibes, José Jiménez Lozano, Ángel Crespo, Justo Alejo, las cubanas Carilda Oliver Labra y Dulce Marí Loynaz, Martín Abril, y un largo etc. Desde hace más de tres décadas colabora en la prensa nacional y regional. Forma parte del comité de redacción de varias revistas literarias. Dirige la colección de poesía "Cortalaire" y las publicaciones de la Fundación Jorge Guillén. Ha recibido distinciones como el premio de Doctorado en 1992, "El tesori110" de poesía en 1994, el Premio Nacional de Edición en 1995 y 1998 -con la publicación de las obras completas de Francisco Pino y de Justo Alejo, respectivamente, otorgados por el Ministerio de Cultura-, el "premio Nacional de las Letras Teresa de Ávila" a la Trayectoria Literaria 1999, el "Premio Nacional 2001 Carilda Oliver Labra" de la República de Cuba, o el "Premio Juan de Baños" de poesía 2001, o el Premio "Provincia de Valladolid a la Trayectoria Literaria, año 2004" en 2005.

Estamos en alta mar Antonio Piedra Editorial Point de lenette Sevilla, 2009

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Edades de la sonante espuma Antonio Piedra Editorial Alhulia, S. L., 2001


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BEGOÑAMONTES ZOFIO Globos Begoña Montes Zofio nace en Río de Janeiro (Brasil) en 1962, viviendo desde los 3 años en Madrid, ciudad natal de sus padres. Diplomada de E.G.B., por la Universidad Complutense de Madrid. Ha formado parte del Grupo de Poesía del Círculo· de Bellas Artes, colaborando en sus recitales trimestrales en la revista "Contrapartida" yen el programa Voces de Minerva de Radio Círculo (100.4 FM). Ha coordinado el Taller de Literatura y Escritura Creativa, dentro de la Asociación Democrática de Mujeres de Móstoles, en el e.e. Villa de Móstoles. También ha participado en varias revistas literarias y antologías poéticas. Tiene publicados los libros de poesía: Donde el azul se confunde con el verde, Ed. de autor, 2004, Entre aguas, Vitruvio, 2007, viernes de barro, Vitruvio, 2009. Globos es un poemario con evidentes muestras de calidad en el que se apuntan agudas notas de ironía, realismo, esperanza y angustia; vertidas en un lenguaje conciso y sintético, impactan te por su precisión conceptual.

Globos Begoña Montes Zofio Ad ytum Aces Design

CARLOS AGANZO Poesía 8++. Hazversidades poéticas Carlos Aganzo (Madrid, 1963) es autor de los poemarios .. .Ese lado violeta de las cosas (1988), Manantiales (2002 y 2008), Como si yo existiera (2004), La hora de los juncos (2006) y Caídos Angeles (2008); del ensayo biográfico Jorge Pardo. Improvisaciones (2000); del libro de viajes Rutas por las Juderías de España (2008) y de diferentes guías de la serie «Ciudades con Encanto» (Avila, Toledo, Segovia, Tarragona, Girona, Lugo, Soria y Pontevedra). Ha trabajado en diferentes periódicos, como ya, La Voz de Huelva y Diario de Avila. En la actualidad es director de El Norte de Castilla. Los ocho a las ocho de en el Libertad 8 son unos recitales de poesía que convocan cada mes a una heterodoxa tripulación de poetas «hazversos» unidos por la insensata empresa de encontrar dudas y certezas imperecederas en un mundo que se tapa los oídos y cierra los ojos creyendo que sobrevivir sea vivir. Para rescatar del torbellino de la desmemoria y la fugacidad estos versos recitados en mágicas veladas de resistencia emocional e intelectual, ha nacido la colección «Hazversidades poé ticas», con la esperanza aún de vencer, si acaso un instante, al tiempo, al hombre, a sus engaños. «Lo que a esto supera pertenece a los dioses », es palabra de Cavafis. JAIME ALEJANDRE

Poesía 8++ Hazversidades poéticas Carlos Aganzo Libertad 8 y Absurda Fábula,2010


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DIEGO ÁVILA No profanar el sueño de los versos Diego Á vila (1969) ha publicado los libros Vivir para matar. Nueve biografías de asesinos en serie (Vosa Ediciones, 2001) y Mujeres asesinas (Libro Hobby Club, 2005) . El primero de ellos se tradujo al serbio en 2008 con el título de Ziveti za ubistvo. También ha publicado el cuento Si Dios fuese drogadicto se llamaría William Seward Burroughs en la antología Relatados (Editorial Fuentetaja, 2006). Su primera novela, Por no verte se publicó en 2009. Algunos de sus poemas vieron la luz en la revista "Es hora de embriagarse (con poesía)".

«No profanar el sueño de los versos, de Diego Ávila, es un poemaria donde se reivindica la poesía corno un arma an árquica - y autárquica- de cañones recortados, y en la que la estrecha relación del autor con el arte nos muestra el lad o m ás duro del mismo. Poesía oscura, donde el lector encontrará una p ar te de sí mismo, un reflejo de su propia existencia. Poesía zombi, corno gusta definirla a Diego Á vila.

No profanar el sueño de los versos Diego Ávila Editorial Poesía eres tú, 2009

ENRIQUE CORDERO SEVA Lo que Noé no se llevó El autor: Enrique Cordero Seva. Meses antes de que el primer ser humano pisara la Luna, el autor de este libro había puesto los pies en la Tierra, concretamente en la capital de España. Hasta los cinco años no hizo nada memorable, pero a esa edad los Reyes Magos le traen su primera barba y decide ponerse a leer libros. Todavía no ha parado. A veces también los escribe y tiene dos de ellos publicados para niños. Hoy en día trabaja corno adiestrador de duendes y domador de lobos feroces en una biblioteca de Alcalá de Henares. La ilustradora: Pilar Campos es alta corno una jirafa para poder ver algo por encima de la cabeza de sus nueve hermanos. Para poder entenderlos y entender el mundo de bichos y plantas con los que adornar las historias y los cuentos que caían en sus manos que es, junto con perderse por las m ontañas,lo que más le gusta de esta vida. (Eso, y el pan con acei te). Así que mezcla el sol y los colores de verdad con los de las h istorias que le cuentan para narrar de otra manera, lo que ah ora leernos.

Lo que Noé no se llevó Enrique Cordero Seva Servicio de Publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2009


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FRANCISCO QUINTERO Migajas ,....1I r-'! ••.,••

Francisco Quintero, nace eh Málaga en octubre de 1974. Licenciado en Ciencias del Trabajo por la UOC y Diplomado Graduado Social por la Universidad de Málaga y Experto Universitario en Responsabilidad Social Corporativa por la UNED. Actualmente doctorándose en Ciencias Políticas. Durante varios años ha sido colaborador de la RTVA. En Canal Sur TV en programas como "De tarde en tarde" o "Contraportada" y en la radio andaluza en los distintos magazines de mañana. Durante años fue técnico de cultura de la Diputación Provincial de Málaga. En la actualidad es personal de confianza en las Cortes Generales. Dentro de su labor creativa publica El libro de mis Sueños en el año Migajas 2000 un ensayo ligero, en la Editorial Apóstrofe - Barcelona. En Francisco Quintero junio de 2003 expone en la UNED, en su sede en Málaga, Poemas La Compañía de Versos Pintados, una serie de imágenes donde plasma sus poemas de Anónimos, 2011 una manera visual. En abril de 2005 publica el poemario Dulce Entropía. La Universidad de Guadalajara (México) incluyó en 2006 su poesía dentro de la Antología que ha realizado sobre poesía joven andaluza. El relato Intuición del que es autor se incluye en el libro colectivo Rojo, Amarillo y Morado de la Editorial Martínez Roca (2006). La Editorial Imagine junto con la Xunta de Galicia editan el libro de relatos con la Traslatio Xacobea, donde participa con el relato "La diosa de la paz" (2007). Colaboró con la red de arte joven de la Comunidad de Madrid. Ha participado en distintos encuentros poéticos entre los que destacan los acontecidos en la Fundación Alberti de "Poesía Última" en el Puerto de Santa María, en Calaceite (Teruel) y en Finisterre entre otros. En 2009 gana el Primer Premio de Relatos de la Feria del Libro de Zaragoza y en la primavera de 2010 el Primer Premio de Relato Breve "Miguel Hernández" en Valdemoro (Madrid) . Ha colaborado en opinión en medios como elplural.com o elconfidencial.com. Ha participado en la producción de documentales para televisión y cine y en prod ucciones cinema tográficas. De la misma manera que los granos de trigo son la simiente de nuevas cosechas, estas Migajas, título sugerente y nada pretencioso del poeta malagueño Francisco Quintero, son la sementera donde se cimenta la andadura poética y literaria de este incipiente autor, que se aventurase en el terreno poético con un libro anterior y juvenil con el nombre de Dulce Entropía. El oficio de escribir, y más en poesía, es el arduo ejercicio de pelear con la palabra, de tratar de domeñarla o conjurarla para que exprese nuestro ser, o traducción del mundo y, en este sentido, este libro es una toma de conciencia del yo poético del autor. El poeta Quintero, como el Virgilio de Dante en la Divina Comedia, sabe que el "amor es el que mueve al sol y a las demás estrellas", y lo único capaz de darle, como desde el principio de los tiempos, sentido al Caos.» MANUEL FRANCISCO REIN A


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INOCENCIA HIDALGO El Viento Juega Con Las Hojas Secas

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Inocencia Hidalgo, nace en un pueblo de Salamanca en.1931. Tiene escritos varios libros de Medicina Natural entre ellos Lucha por la vida . Ganó el Premio Internacional de Medicina Natural, en la Federación Naturista en el año 1980 en Barcelona. Escritora y amante de la Naturaleza.

El Vien to Juega Con Las Hojas Secas Inocencia Hidalgo

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ISABEL BERDUGO CONESA Liliput y La Bitácora

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Dicen que los seres humanos somos corno espejos que reflejan el físico y ocultan lo que nadie ve: los sentimientos, así corno en la escritura se plasman los sentimien tos corno espejo de la persona. Éste es el caso de Isabel Berdugo, esta joven que hoy se acerca a mí con su nuevo libro: Liliput y la Bitácora d onde quizás, el propósito de esta joven promesa es el de conducir a través de sus poemas, con mensajes escondidos, por caminos de emociones acumul~das, desde lo más profundo semillas a florecer sacadas de su bitácora particular. Cada uno de los poemas contenid os en este nuevo libro de Isabel Berdugo, son la experiencia viva y original de una mujer joven, dispuesta a salir de un m undo de nostalgias frente a la realidad del presente. Son corno una puerta abierta a su mundo interior, venciendo el paso del tiempo en una búsqueda cotidiana que le obliga a vivir su genio, en eterna persecución, corno guía de una luz inaccesible. RAFAELA BECERRA

Liliput y La Bitácora Isabel Berdugo Conesa Asmdación Cultural Tántalo, 2006


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ISABEL DÍEZ SERRANO Relámpagos interiores. Antología 1984 - 2010 Es interesante que alguien meta el escalpelo metafísico-filosófico en los textos poéticos a ver qué sale. En el caso de Isabel Díez lo tenía muy fácil, pues su poesía está constantemente en contacto con lo celeste y lo telúrico. Su estrofa navega por los océanos o vuela por las galaxias con la misma soltura que usted y yo viajamos a Segovia. Si alguien merece el título de «cósmica» sin lugar a dudas es Isabel. Tiene un fino oído musical y su lirismo sorprende al lector constantemente. JOSÉ LÓPEZ RUEDA

Relámpagos interiores. Antología 1984-2010 Isabel Díez Serrano Editorial Creación, 2010 JOSÉ ELGARRESTA Poesía 8++ José Elgarresta. "Nací en una ciudad lo suficientemente grande como para que no se notase (Madrid) y ése ha sido precisamente mi gran drama existencial: nunca se ha notado mi presencia en ningún sitio, hasta el punto que he comenzado a preguntarme si es real, extremo que constituye el tema fundamental de mi obra. Durante toda mi vida me he visto impedido a desahogarme con las cuartillas y esta grafomanía explica todos los libros que aparecen en mi página web, así como todos los todavía no publicados, que son una legión. Los temas son muy variados: Dios, el amor y la muerte. No creo que se pueda escribir sobre más cuestiones, aunque lógicamente los matices son infinitos." «Las ocho a las ocho en el Libertad 8» son unos recitales de poesía que convocan cada mes a una heterodoxa tripulación de poetas "hazversos" unidos por la insensata empresa de encontrar dudas y certezas imperecederas en un mundo que se tapa los oídos y cierra los ojos creyendo que sobrevivir sea vivir. Para rescatar del torbellino de la desmemoria y la fugacidad estos versos recitados en mágicas veladas de resistencia emocional e intelectual, ha nacido la colección "Hazversidades poéticas", con la esperanza aún de vencer, si acaso un instante, al tiempo, al hombre, a sus engaños. "Lo que a esto supera pertenece a los dioses", es palabra de Cavafis». JAIME ALEJANDRE

Poesía 8++ José Elgarresta Libertad 8 y Absurda Fábula, 2010


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JOSÉ LUIS CLEMENTE La luz en el diván

José Luis Clemente (1956). Poeta, escritor, rapsoda, crítico de Arte, articulista ... , su obra ha sido traducida a varios idiomas e incluida en el repertorio de diversos intérpretes. Con La luz en el diván el autor da una vuelta de tuerca más en su peculiar viaje poético más allá de escuelas, tendencias y modismos. La luz en el diván no se sabe muy bien si es un Poemario Freudiano o Vienés o ambas cosas o ninguna . Con su peculiarísimo estilo, entre tierno, cáustico, inocente y sorprendido; el autor nos conduce por laberintos mentales y urbanos rumbo a lugares tan recónditos y desconocidos como nuestro propio interior, quizás el último universo por descubrir. Y quizás el que menos despierta nuestro instinto aventurero. Con La luz en el diván José Luis Clemente, a veces con talante de turista, otras con talento de viajero, nos devuelve al placer de viajar a la antigua usanza, cuando el tiempo siempre llegaba varios días después que nosotros ... Yeso, si una indisposición inoportuna, no le obligaba a hacerlo sin salir de casa ...

GUSTAV KLIMT Acude a Secession en una burbuja de laurel insuflada por Olbrich. Saca su entrada Se sienta en un rincón. y llora. Estaba seguro que la gloria era una ración de "Zwiebelrostbraten" servida en los nenúfares de la Fuente de las Ninfas

La luz en el diván José Luis Clemente Heptaseven Editores, 2008


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Poesía

JULIA SÁEZ-ANGULO Ráfagas J U1.IA SÁ};Z·ANGUUl

Julia Sáez-Angulo (Uruñela, La Rioja, 1946). Es licenciada en RÁFAGAS Periodismo y Derecho por la Universidad Complutense. Prólogo de Mario Soria Diplomadq, en Lengua y Civilización Francesa por la Sorbona Dihujo, de Lui" S5.. Val de París y en Lengua Inglesa por el West London College de Londres. Ha trabajado como periodista en diversos medios informa tivos españoles y extranjeros. Ha colaborado en Servicios Especiales de la Agencia EFE y distintos periódicos madrileños como ABC, YA y Diario 16, donde ha ejercido como columnista diaria. Ha estado al frente de la revista Cálamo y ejerce la crítica artística en Antiqvaria, Artes Hoy, Editanet y Asmoda. Actualmente trabaja en el Gabinete de Prensa del Ministerio de Cultura. Ha publicado cinco novelas: Vuelta a Ráfagas Orbiña (Consejería de Cultura d La Rioja, 1993), Días de internaJulia Sáez-Angulo do; El vendedor de plumas, La mujer del norte y El nieto del indiano, Juan Pastor, editor, 2008 además de cuatro libros de relatos: ¡Es tan fácil matar!; De mi amor al arte; Amigas de Judit; Soñadores de Vencidos y Angeles y demonios. También es autora del cuaderno de poemas Criaturas del tiempo y la memoria (2005) o, en otros géneros, Recetas del olivar; Tiendas de España y 25 años de Reseña. Ha escrito numerosas monografías de artistas plásticos y tres biografías: La marquesa de Santa Cruz de Ynguanzo, Dolores Marijuán, Maestra e Inspectora Nacional y Manuel Mora, pintor naif. Mario Soria recuerda en el prólogo, que en este libro están todos los temas que tradicionalmente encontramos en la poesía. El nihilismo cronológico o la pulverización del tiempo, que referido con palabras, se deslizan por entre los dedos como el agua. Otra cosa que también nos llama poderosamente la a tención de este libro son: la trascoloración de la realidad y el sentido sintético, omnicomprensivo de su autora, que nos recuerda experiencias estivales de un estuario o de la playa alejandrina: luz dorada, cielo brillante, azul del mar, calor, olor a pescado y sal. O también, la presencia inevitable de la memoria. Extrospección, de adentro a afuera: explicación del cuerpo por el alma; eco de Jung; dominio virgiliano de la materia. Aprehensión melódica del verso que no tiene que ser sólo escritura, sino voz viva, halago auditivo a la par que sugerencia y comprensión. y detrás de todo esto, sobre todo, está presente Dios en Haikús del asceta o Paisaje segoviano. En el fondo del tiempo está Dios, lo único fijo en el incesante caminar. Igualmente, la intuición impresionista de la poetisa, la fugacidad experimentada de las cosas, los colores evanescentes, la luz móvil embebida por los objetos que alumbra. Todo esto tiene un sostén metafísico: Dios, eternamente quieto y eternamente activo.


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JULIO PORLÁN MERLO Canciones del sur Julio Porlán Merlo (Sevilla, 1915-2007) . Es poeta de variada inspiración y aficionado a los temas populares y flamencos, amén de los religiosos (en torno a la Semana Santa) o elegíacos. Ha obtenido los premios literarios Almena y Gente mayor y ha colaborado en prensa con diversos artículos de opinión e investigación. Parte de sus coplas flamencas han sido publicadas en la antología De la tierra al aire (Sevilla, 1992) y en revistas como El Olivo de Jaén. La mayor parte de su producción, bajo el título general Canciones del sur, permanecía inédi ta hasta la edición presente, preparada por el profesor José Cenizo Jiménez. Se esforzó para sacar a la luz la obra de su hermano, Rafael Porlán, poeta de la generación del 27 en Sevilla.

Canciones del sur Julio Porlán Merlo José Cenizo Jiménez, 2010

LUIS FELIPE ESTRADA MUN IOZGUREN El peso de la luz

El peso de la luz, ha sido uno de los libros finalistas del certamen Villa de Alón de Poesía. Responde al primer fruto de una vocación poética tardía (aunque no por ello menos valiosa) de su autor, Luis Felipe Es trada Muniozguren, natural de Algorta, quien tiene en la labor arquitectónica su quehacer cotidiano. Si se quiere definir su in tento, esos veintitrés poemas, con la mayor síntesis, no cabe otra opción que la de situar las primeras líneas con que nos apertura su poemario: La poesía y la luz / son incompatibles y más ad elante, la voz sobrevive / entre los peces de la noche y, aquellas con las que lo finaliza, La noche, al fin / cautiva de sí misma. Nos abre así su ventanal y así lo cierra con sus con traven tanas y fa lleba.

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El peso de la luz Luis Felipe Estrad a Muniozguren Ady turn Aces Design, 2009


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MANUEL CORTIJO CIEZA Romanza del halcón y el agua Manuel Cortijo Cieza (Plasencia, Cáceres). Tras una corta andadura en el campo de la realización televisiva y cinematográfica, recala en la poesía. Premio Zenobia 1986, concedido a su libro De un pájaro de amor que anidó primavera al oriente de

Capadocia . «En este nuevo libro -tras un largo silencio, no de creación pero si de publicación, su primer libro De un pájaro de amor que anidó primavera al oriente de Capadocia, salió a la luz en 1986 con el que obtuvo el Premio Zenobia de poesía-, inicia, un viaje interior, al aire del amor y la vida, sobrevolando el agua, la tierra, el fuego ... un viaje que pretende mostrarnos, a través de sus símbolos, no ya la Ítaca del sueño sino el sueño mismo junto a lo vivido, lo experimentado: medita el corazón, la mente sueña, y en esa singladura de vivir, buscando, observando, aprehendiendo, escuchando y soñando, van su corazón y su cabeza, inquietos por un crecimiento personal, ahondando en una especie de filosofía gnóstica, de filosofía esotérica, tratando de saberse (y de sabernos), para abrazar la vida y su magia, para alcanzar el amor y su misterio y, a través del corazón y la razón, encontrar la verdad en el acto de pronunciar el verbo. Trascender la vida con la palabra que es el néctar de la primavera eterna, de la intemporalidad . Cortijo Cieza carnina por este libro despacio, muy despacio, no en vano ha permanecido muchos años en silencio:

El sendero del corazón exige a la mente un constante aprendizaje Porque así, aunque andemos perdidos en la noche del tiempo sin nombre, sin raíces, seremos capaces -nos dice- de h allar el canto más dulce: el amor, que es la oscura calma de los sabios.»

MANUEL L ÓPEZ A ZORÍN

Romanza del halcón y el agua Manuel Cortijo Cieza Fugger Libros Sial Ediciones


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MANUEL FRANCISCO REINA La vocación del zángano Manuel francisco Reina. Gaditano de 1974, nace en Jerez de la Frontera un 3 de junio. Realiza estudios de Filología Hispánica en Cádiz. Poeta, narrador y articulista, ha colaborado en prensa con Culturas de La Vanguardia, Diario de Cádiz, Europa Sur, entre otros. Ha publicado poemas y textos de crítica en revistas corno Papeles de la Alacena (de la Fundación Juan Ramón Jiménez), Albatros en México, La Estafeta Literaria, Culturas de La Vanguardia, instituto Cervantes Virtual, etc. Ha publicado los poemarios Razón del incendiario, Naufragio hacia la dicha, Del insumiso Amor, Consumación de estío, Las islas cómplices, El amargo ejercicio, La lengua de los ángeles, Las rosas de la carne y Las liturgias del caos por los que ha recibido diversos premios. «Estarnos ante un poemario transgresor, porque la Poesía es transgresora; osado, porque la Poesía es osada y osadía; un poemario brillante y rabioso, porque la Poesía de verdad tiene sus propias leyes y ha de deslumbrar e iluminar por igual, ha de inquietar y someter desde la verdad, ha de gritar y hacer enmudecer desde su pasión, de rebeldía irredente, porque sólo la Poesía cierta puede atreverse con la rebeldía y el pecado, ese pecado que insiste en no pedir perdón, porque es el pecado de la verdad, la insurrección y la denuncia.»

La vocación del zángano Manuel Francisco Rein a La Compañía de Versos An ónimos, 2010

MAGDALENA LASALA

MANUEL MUÑOZ HIDALGO La calle del vacío. Ulica Prr5Zna Manuel Muñoz Hidalgo (Alcantarilla, Murcia). Estudió Humanidades y Magisterio y fue profesor durante treinta años. Dirigió Instituciones Culturales VOX de madrid, fundó y dirigió el Taller de Poesía VOX y Teatro en la E. Escuela Española. Ha publicado trece libros de poesía: Prisiones del aire y Antes de que la noche apareciera, entre otros; veintinueve piezas de teatro: El temblor de la llama, Amor prohibido, La marea y Llanto y madrugada, Martín Lutero y Catalina de Bora, por citar algunas; un libro de encuentro con personalidades fundamentales de las letras españolas: La voz de la memoria, de pedagogía teatral; El teatro, Prácticas y ejercicios ... «En esta obra, imágenes muy sugestivas se mezclan con figuras retóricas, componiendo un panorama agresivo y patético a la vez de la tragedia de Polonia ocupada.» MAREK WAWRZKIEWICZ

Presidente de la Unión de Escritores Polacos

La calle del vacío Ulica Pró~na Manuel Muñoz Hidalgo Sial/Fugger Poesía


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MANUEL QUIROGA ClÉRIGO Páginas de un diario Manuel Quiroga Clérigo (Madrid, 1945) obtiene con Páginas de un diario, el premio del concurso de poesía de la Editorial Poesía eres tú del año 2010. Páginas de un diario, es un compendio de la poesía de Manuel Quiroga con poemas escritos desde 1970 en los que el autor hace un recorrido por los principales temas de la poesía con importantes matices de añoranza. DESCENSO A LA MEMORIA

Desciendo a la memoria lugar en que los años iniciaron la infancia Surgen calles tranquilas que antes fueron paisaje y hoy son huellas mojadas Llamando a nuestra puerta el tiempo fue un futuro que inventaba palabras

M. a LOURDES FERNÁNDEZ MARTÍNEZ Labios de vino y miel «Por donde quiera te filtras. ¡para quieto, Eros! ... si es que puedes». Este poemario erótico y unidor, casi de andar por casa, intenta fondear y sobrevolar el erotismo para alcanzar la cima del sensual universal de la belleza. De ahí el dulce césped,! los lagos remansados ... Erótico, sí. Para nada místico. Para nada falto de fuerza, de asiento y dirección. Sus páginas contienen todo el rihlal del cortejo: toda una preparación ... con temblor de oquedad ... penetran en el huerto. Podríais encontrar una lectura en línea con los versos de Whitman. ¿Apuntan estos versos a un amor panteísta? .. todo lo somos nosotros, todo las estrellas de los campos de agosto. ¡Ay si no entráis en capilla mientras muy lentamente os va llegando el h1rno! : la cascada de lirios de la médula. Porque os concierne el tacto y el vaho de la noche y el vaho de los hayedos. Que os cobije la noche más allá de los sueños. Que noches infinitas entrelacéis vuestros cuerpos olvidando los ríos que fueron más precisos. Que dejéis de saber de las alondras. Hoyes hoy por la mañana/ La luz es una y bastante.

Páginas de un diario Manuel Quiroga Clérigo Editorial Poesía eres tú, 2010

L\bios de \'ino y miel

Labios de vino y miel M. a Lourdes Fernández Martínez Bohodón Ediciones, 2008


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OCTAVIOUÑA Cierta es la tarde

Cierta es {a tarde Octavio Uña, Doctor y Premio Extraordinario de Doctorado por la Universidad Complutense, que amplió estudios como becario del Ministerio de Educación y Ciencia en Alemania, Bélgica, Inglaterra y Estados Unidos, es en la actualidad catedrático de Sociología, director del Departamento de Ciencias Sociales, director del Máster Universitario en Gestión e Investigación de la Comu nicación Empresarial y director del Grupo de Investigaciones y Estudios de Sociología Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos. Cierta es la tarde incluye un cen tenar de poemas de Octavio Uña. El p resente texto se sum a a una amplia producción, trad ucid a a varias lengu as, d istinguid a con premios y homenajes y es tudiad a por expertos de la lengua, la literatura y la crítica literaria: Escritura en el agua, Edades de la tierra, Antemural, Castilla, plaza mayor de soledades (4 n edición), Usura es la memoria, Mediodía de Angélica, Ciudad del aire, Labrantíos del mar y otros poemas, Cantos de El Escorial, Cuando suena el Merlú, Crónicas del océano (2. n edición).

OGSMANDE LESCAYLLERS La Memoria Cifrada

Octavio Uña

Cierta es la tarde Octavio Ufia Visión Libros, 2010

La Memoria Cifrada Ogsmonde Lescoyllers (;,LIBÁN EDITORES

Ogsmande Lescayllers. De origen franco-sirio n ació en Cuba. Doctor en Derecho Penat Licenciado en Ciencias Políticas, Historia del Arte y Literatura Hispanoamericana. Poe ta, periodista, narrador, crítico de arte, filósofo, lingüista, ensayista, editor. Es autor de más de 20 obras.

«La memoria cifrada es la metáfora de la memoria. En ella se quiere expresar todo lo que hay de intencionalidad en el lenguaje. La memoria que fue y sigue siendo antes que el libro. El libro que sin la memoria no lo sería, viene a fusio narse y a significarse para dar sentido a la expresión; expresa u omitida de los micros y macrocosmos que nos habitan. En es te intenso, :motivo y original texto, su autor, Ogsm ande Lescayllers, ha Ido desgranando, no sólo los significantes y significados de la palabra, sino que ha ido más allá, ha estructurado en una especie de ortología, de aquello que siendo, no d iscurre en la palabra. También el silencio aquí juega un papel fundamental. »

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La Memoria Cifrada Ogsmande Lescayllers Calibán Editores, 2009


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PEDRO J. DE LA PEÑA La zarza de Moisés. Antología 1970-2008 Pedro J. d.:: la Peña

... «EI tiempo, a cuya fabulación se entregaba el poeta en su primer libro en 1970, ha venido a corroborar la pulcra y honda trayectoria literaria de Pedro J. de la Peña, en una triple vertiente: la lírica, la narrativa y la crítica. Corno narrador nos ha ofrecido novelas inolvidables corno Ayer las golondrinas (1977), por citar su última muestra hasta el momento: una rebelde y apasionada reinterpretación de la vida de Bécquer; o libros de relatos corno La rosa de los vientos (1996), que no me canso de recomendar. Corno crítico yensayista tan celebrados son sus trabajos sobre el siglo XIX: Antología de la poesía romántica (1984), El feísmo modernista (1989), Las estéticas del siglo XIX (1994), corno sus lecturas magistrales de José Hierro o de Juan Gil-Albert, sin olvidar las incontables y jugosas propuestas de sus artículos en prensa y revistas, siempre sabios y heterodoxos. Corno poeta, en fin, doce títulos jalonan su itinerario lírico a lo largo de más de tres décadas de ejercicio del verso, avaladas por una amplia recepción crítica y por importantes premios literarios. La zarza de Moisés precisamente nos facilita un acercamiento esencial a ese itinerario, a través de una antología de su obra en verso, realizada por el propio poeta, que viene a ser contrapunto de la más ambiciosa y recién aparecida Poética del fuego. Antología 1970-2001 (Huerga & Fierro 2002) ... ... El nuevo horizonte está aquí, en ese fuego, en este compromiso, en este magisterio que trazan su palabra y su esperanza en medio de un panorama de ruinas.» JOSÉ LUPIÁÑEZ

ARQUITECTURA COLONIAL

Acepto entusiasmado los fortines, pero acepto sus ruinas igualmente. Quienes así dejaron nuestra huella no contemplaron brazos incontables, indiferentes al sudor, los látigos, la estría roja de las negras espaldas, los quejidos. Trapiches y encomiendas son hoy huecos de caries en dentaduras descompuestas. Una selva de hiedra toma las ciudadelas y ahoga las vacías bocas de los cañones.

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La zarza de Moisés. Antología 1970-2008 Pedro J. de la Peña Huerga&Fierro editores, 2009


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PURA LÓPEZ CORTÉS

Alacena Pura López Cortés (Almería, 1952) se ha dedicado a la docencia toda su vida. Especialista en Filosofía, presidió el Ateneo de Almería, y dirigió sus Pliegos poéticos. Ha publicado una docena de poemarios, entre ellos, Para vencer la sombra (Editorial Torremozas, 1986), 1991 . Versos de asfalto (Editorial Devenir, 1996) y A la orilla del viento (Editorial Jirones de Azul, 2008). Numerosa, asimismo, su participación en antologías y obras colectivas, como Mujer y poesía (Editorial Ánfora Nova, 2000), Poesía y conflicto (Fundación Juan Ramón Jiménez, 2001) y Los poetas cantan al olivo (Fundación Lara, 2007). «Escribo desde que recuerdo porque ya de niña tenía la necesidad de comunicar a los demás aquello que sentía: alegría, incertidumbre, amor, desamor, solidaridad, justicia, rabia, nostalgia, plenitud ... Considero la poesía el medio no sólo para estar en comunión con la otredad, sino también para dar voz a los sin voz, a quienes por cualquier circunstancia no pueden hablar, incluso porque han muerto sin que su palabra se oiga por un silencio impuesto. Quiero, como diría Miguel Hernández, "Ser viento del pueblo". Por eso busco expresarme con la mayor sinceridad y claridad, yo, salvando las distancias, también "detesto las romanzas de los tenores huecos", que decía Machado. En este libro recojo recuerdos fundamentales de mi vida, que me han hecho ser como soy y sentir como siento. Es, sin más, mi cuaderno de bitácora.» PURA LÓPEZ CORTÉS

Alacena Pura López Cortés Ediciones Carena, 2010


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RAFAEL GUILLÉN Versos para los momentos perdidos Rafael Guillén nació en Granada el año 1933. Su obra participa de las coordenadas más valiosas de la llamada «generación del 50», según numerosos estudios especializados en poesía de postguerra, manuales de Historia de la Literatura Española del siglo XX, antologías sobre la época o reseñas críticas. En 1953 fue uno de los creadores del grupo Versos al Aire Libre, que inició el resurgir de la poesía granadina tras los veinte años de silencio que siguieron al asesinato de García Lorca. En 1957 fundó y dirigió, junto con José G. Ladrón de Guevara, la colección de libros Veleta al Sur. En 1994 le fue concedido el Premio Nacional de Literatura por Los estados transparentes (Barcelona, 1993). En 2003 se le otorgó por unanimidad el Premio de la Crítica de Andalucía por Las edades del frío (Barcelona, 2002). Antes había obtenido, entre otros, los premios Leopoldo Panero (1966), Guipúzcoa (1968), Boscán (1968) y Ciudad de Barcelona (1969). Como otros de sus libros más destacados, cabría citar Los vientos (Madrid, 1970), Límites (Barcelona, 1971), I'm speaking (Evanston, EE. UU., 2001), Los dominios del cóndor (Málaga, 2007) y la amplia antología Estado de la palabra (Sevilla, 2003), publicada en Vandalia. Acaban de publicarse sus Obras Completas en tres volúmenes: dos de poesía y uno de narrativa y prosas varias (Granada, 2010) . Sus poemas y artículos han sido traducidos a numerosos idiomas. La poesía supone un cierto -más bien incierto- estado de ánimo y su lectura requiere un sosegado espacio de tiempo no siempre fácil de conseguir entre las tantas cosas más o menos absurdas que nos reclaman. Dicho lo cual, quien quiera que hojee este libro pronto verá que no es un libro de poemas, que . requeriría más su atención, sino un intento de aprovechar cualquier resquicio por el que se pueda incorporar algo de poesía a esta ajetreada vida cotidiana que nos depara el siglo XXI. Es un libro para leer mientras empieza el telediario, o en la cola del pan (sería cruel decir en la cola del paro), o esperando el autobús.

Versos para los momentos perdidos Rafael Guillén Fundación José Manuel Lara, 2011


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RA ÚL HERRERO Los trenes salvajes «A mí sólo se me ocurren Carlos Edmundo de Ory, original y sorprendente, y mi admirado Antonio Fernández Molin a, genial siempre. Algún Gradolí, que se aleja sin desearlo de su mediterraneidad y entre las nuevas generaciones, un extraordinario Raúl Herrero, que va para clásico.» J OSÉ MARÍA DE MONTELLS

«El poeta se inserta con entusiasmo y duende en los movimientos literarios más renovadores. favorecen su imaginación y su rebeldía. Y muy especialmente sus juegos artísticos y su reivindicación del azar.» LUCE MOREAU - ARRABAL

«Es precisamente ahí en el choque entre lo concreto y lo abstracto, d onde encuentro la fuerza de los poemas de Herrero, así corno en sus imágenes ... » JÓHANN HJÁLMARSSON

«H errero nunca sucumbe a la arrogancia ni al dogmatismo, siempre se muestra reflexivo y pensa tivo.» VI VECA TALLGREN

«Creador audaz, Raúl Herrero, fra ccion a su tiempo a modo de tablero de ajedrez y, amigo de Roberto Goa, escribe con los ojos, mira con las manos y pin ta con el corazón. » ANTONIO F ERNÁNDEZ MOLINA

Los trenes salvajes Raúl Herrero Libros del Innombrable,

2009


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SABAS MARTÍN Ojos de calendario Sabas Martín nació en Santa Cruz de Tenerife, en 1954, es escritor, periodista y Académico Honorario de la Academia Canaria de la Lengua. Es autor de una treintena de volúmenes de distintos géneros por los que ha recibido diversos premios. Su obra ha sido traducida y publicada en Francia, Alemania e Italia, así como en diferentes países latinoamericanos. Colaborador en múltiples publicaciones españolas y extranjeras, figura en numerosas antologías nacionales e internacionales. Fue Director del Teatro de Cámara del Círculo de Bellas Artes de Tenerife y del Teatro Experimental Universitario de Canarias, Venezuela y Argentina. Jefe de Redacción en Radio Nacional de España, ha sido asimismo Adjunto a la Jefatura de Programas y Coordinador de Programas Especiales, de Radio 3.

GUERRA Y (TV) PAZ

Cuando la guerra comparece en casa y ocurre un manantial de imágenes del satélite a la pupila del salón, un escalofrío de lluvia a tientas me asalta y me delato cuando la guerra comparece en casa y descubro la costumbre de la muerte en la redundancia del bostezo.

UN LIBRO EN BLANCO

Como el mar o un libro en blanco el amor para, ola a ola, día a día, escribirlo juntos.

oJOS DE CALENDARIO Sabas Manin

Ojos de calendario Sabas Martín Ediciones Idea, 2011


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SALUSTIANO MASÓ Metafísica recreativa Salustiano Masó (Alcalá de Hen ares, 1923) obtiene con Metafísica recreativa, el primer p remio d el concurso de poesía de la Editorial Poesía eres tú del año 2008. Se tra ta de un p o emario plagado de recursos literarios en los que Salustiano deja ver su oficio de poeta tratando los princip ales ternas de la poesía. La metafísica es una de las p rincipales teorías de la filosofía que originó Aristóteles y que trata de las "cues tiones últimas", Salustiano acierta plenamente con el título de la ob ra ya que la poesía trata esas mismas cuestiones de la humanidad recreándose en ellas.

INTERROGANTES ¿ Redactar tus memorias? ¿y qué cabida dar en ellas a la textual inmensidad de lo fallido? ¿ Qué hacer con los momentos nefastos? ¿ los torcidos renglones y los ajuares carcomidos? ¿ en qué acerico disimular las agujas de la perfidia?

¿ Cuán ta cal destinar a ineludibles blanqueos? ¿ y maquinaria idónea

para demoler espejismos? ¿ y sobre todo cuánto indeclinable amor propio y dotes organizativas para organizar el O LVI D O ?

Metafísica recreativa Salustiano Masó Editorial Poesía eres tú, 2009


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SOLEDAD CAVERO Hijos del trueno

Soledad Cavero

Soledad Cavero Rivas nació en Madrid. Irrumpe en el panorama literario de la capital en 1980. Como especialista en Animación a la Lectura, ha participado en la Escuela de Animadores del Instituto de Ciencias de la Educación. Es autora de una variada producción literaria: Poesía, relato, ensayo, artículos, teatro para niños. Aparte de sus obras infantiles y ensayos poéticos, ha publicado siete poemarios (Madrid, España, entre 1982-2002) y uno de aforismos poéticos titulado: Ráfagas (Madrid, 2009).

PALABRAS PREVIAS Parsifal despertó en mí una madrugada. La empatía con el personaje fue total y me entregué a esa inspiración sin reservas. Sufrí con Él como todo ser humano que hoy profundiza en los hechos y cambios que registra nuestra tierra. Hubiera querido traspasar límites y trasmitir mejor ese mundo de intuiciones que me acercaba hacia este personaje. Mas a veces la creación poética se queda corta, a las puertas de un más allá peligroso, pero aun así intenté seguir sus huellas desde una distante cercanía. Un horizonte nuevo gesta la Tierra desde hace milenios, donde el hombre pueda alcanzar temprano o tarde su verdadera dimensión. El planeta está herido de muerte, y su angustia se propaga a lo largo y ancho de los continentes. Dentro de ese caos y angustia, que nosotros también respiramos, Parsifal vendrá un día a este mundo de ciegos y sordos que vivimos para iluminarnos interiormente. Una resurrección traerá con él. La mujer forma parte de la totalidad. Anida en ella la mística razón de la evolución próxima a emerger. Por eso, la integración hombre-mujer debe ser mayor cara al futuro, ya que sólo así será posible conducir a futuras generaciones hacia una estabilidad basada en el amor, no en la guerra. Giran los siglos y a través de ellos nada permanece. Pero existe una llamada interior que nos organiza, y de la que nace esta nostalgia nuestra por un mundo mejor. De esta llamada nacerá el héroe que todos llevamos dentro. El héroe que Parsifal transluce en estos poemas. SOLEDAD CAYERO

Hijos del trueno

Hijos del trueno Soledad Cavero Ediciones Cardeñoso, 201 O


EN SAYO

ANTONIO MARÍN MUÑOZ Aquellos años terribles Antonio Marín Muñoz. Lopera (Jaén, 1970), es autor de diversos libros de naturaleza histórica, entre los que destacan La Guerra Civil en Lopera y Porcuna, Vestigios de la Guerra Civil en Lopera, Posguerra en Lopera (1939-1950), Asedio al Santuario de Santa María de la Cabeza y La reconstrucción de la provincia de Jaén bajo el Franquismo (1939 -1957). Aquellos años terribles reconstruye la vida de un español durante la posguerra en un pueblo de Jaén. Todo lo que se cuenta es real, excepto la historia de los protagonistas. Se lee como una apasionante novela, pero todo lo que se cuenta es cierto y forma parte de nuestra historia más reciente. Santiago es un joven de ideas nacionalistas que llega en el año 1945 a un pueblo de Jaén para establecerse como librero. Encontrará a un pueblo arrasado por la guerra civil y con la población pasando muchas penalidades como el hambre, la miseria y la opresión. El protagonista conocerá el amor verdadero de la mano de Gabriela y averiguará los entresijos que mueven el régimen franquista. Algunos españoles aún conservan vivo el recuerdo de lo que fue la vida cotidiana en la llamada España de Franco. Esta novela nos sumerge en los angustiosos tiempos de la inmediata posguerra donde existía el racionamiento y el estraperlo, y en los esfuerzos del régimen por controlar férreamente vidas y conciencias. La novela Aquellos años terribles es una magnífica reconstrucción de los duros años de la posguerra española. Estamos ante una obra que constituye un fiel reflejo de un atormentado y mísero período de la vida de los españoles.

Aquellos años terribles Antonio Marín Muñoz


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Ensayo

AGUSTÍN SALGADO El Pedroso de la Armuña: Memoria de Los Ovalle-Solís Un denodado trabajo de investigación culmina más de diez años de trabajo en torno a la historia de El Pedroso de la Armuña. Este municipio situado entre Salamanca y Medina del Campo, entre un faro del saber y un emporio del comercio, que pudo sucumbir a la despoblación en el primer tercio del siglo XVII, ha visto correr el tiempo a través de personajes y acontecimientos de cuya profunda huella da testimonio esta monografía del escritor Agustín Salgado.

Compañía Nacional de los Ferrocarriles del Oeste de España Telegrama núm. 14.079 A las 0,10 del día 9 de 8 de 1936 Estación remitente Salamanca Estación destinataria Pedroso destinatario -AlcaldeTEXTO En contestación a su telegrama n° 6903 he de manifestarle que a eso del amanecer se presentarán por esa guardias civiles y falangistas. Cabanillas. Recibido a las 0,12 y remitido al destinatario a las 0,15 del día 9 de agosto de 1936. El factor (su firma)

El Pedroso de la Armuña: Memoria de Los OvalleSolís Agustín Salgado Ediciones de la Diputación Provincial de Salamanca,

2007


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DIEGO GARCÍA CASTAÑO

Las rutas de los mercaderes Diego García Castaño. Licenciado en Ciencias Matemáticas. Autor de los libros: Matemáticas Teóricas y Matemáticas Prácticas para el Curso Preuniversitario (este último en colaboración con Luis M. Mateo López, Ingeniero Agrónomo), Biografía y

Matemática de Jorge Juan, Avivando los Recuerdos, Trascendencia Científica de Jorge Juan Santacilia y Vicente Quiles, un alcalde que pensó en futuro. En Las rutas de los mercaderes y el alborear de la Matemática, Diego García Castaño, en una línea didáctica de observación y conocimiento del pasado, aborda "otra forma" de concebir el conocimiento y estudio de la Historia, la Geografía y la Matemática. Este esbozo de cultura popular pretende recrear el ánimo del lector con el latir de la historia, el fluir de la matemática y el progreso de los pueblos bajo el andamiaje de las rutas de las especias y la seda, de Babilonia, Constantinopla y Alejandría, de Euclides, Arquímedes y Diofanto, del enlace traductor griego-renacentista de los árabes, de la Revolución Comercial del siglo XIII, de los legados de Fibonacci, Luca Pacioli y Leonardo da Vinci, de las rutas que intuyeron los descubridores del siglo XV y consolidaron los del XVI. De la Revolución Astronómica desde Copérnico hasta Newton, que el autor concluye con unas críticas vertidas con vivacidad y desparpajo por Jorge Juan Santacilia, de los grandes negocios transoceánicos que realizaron holandeses y británicos que marcaron el rumbo hacia el despertar industrial y científico del siglo XIX, en el que George Boole creó recursos suficientes para que en el siglo XX pudiéramos disfrutar de computadoras electrónicas, conmutación telefónica y simplificar, algebraicamente, circuitos con dispositivos biestables.

, LAS RUTAS DE LOS MERCADERES y EL ALBOREAR DE LA MATEMÁncA DIECO CARCtA CASTAÑO

Las rutas de los mercaderes Diego García Castaño Editorial Club Universitario, 2009


Tiempo de hablar [ocho escritores a grabadora abierta] de Eduardo Castro Maldonado

EDUARDO CASTRO

TIEMPO DE HABLAR [ OCHO ESCRITORES A GRA BA DORA ABIERTA ]

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Tiempo de hablar Eduardo de Castro Alhulia, S. L., 2010

Eduardo Castro Maldonado, de la Real Academia de Buenas Letras de Granada, es periodista y escritor. Nacido en Torrenueva en 1948. Corno escritor, tiene publicadas las siguientes obras: Muerte en Granada: la tragedia de Federico García Lorca (Akal, Madrid, 1975); La mala conciencia (Universidad de Granada, 1979), novela ganadora del premio Ángel Ganivet de

narrativa en 1978; Tú (a Tacuara) (Coín, Málaga, 1989), poemario amoroso galardonado con el segundo premio Arcipreste de Hita en 1981; Versos para Federico: Larca como tema poético (Universidad de Murcia, 1986; Com ares, Granada, 1999); Guía Genera l de la Alpujarra (Granada, 1992 y 1995); El burro del Cardenal (Na rr a tiv a Ide al, Granada, 2003); Sábados a contracorriente (Dauro, Granada, 2004) y Razón de vida (Alhulia, Salobreña, Granada, 2008). Es coautor sairnismo de GemId Brenal1, al sur del laberinto (con Juan Antonio Díaz López, Litoral, Málaga, 1985 y 199 ~) Crónica de un sueño. Memoria de la h'a/1sicióll democrática en Granada : 1973-1983 (con Antonio Ramos Espejo y Francisco Romacho, Málaga, 2002). Además, ha participado en los siguientes libros colectivos de narrativa, poesía y ensayo: Se nos murió la traviata (El Guadalhorce, Málaga, 1978), los andaluces cuentan (Aljibe, Granada, 1981), La faz de Brenan (Mira mar, Málaga, 1994) y Antología de Puerta Real (Asociación de la Prensa, Granada, 2002). Relatos suyos figuran en antologías corno Granada en cuento (Da uro, Granada, 2002), Granada, 1936: Relatos de la guerra civil (Gran ada, 2006) y Cuento vivo de Andalucía (Guadalajara, México, 2007). Asimismo ha colaborado en la redacción de la Enciclopedia General de Andalucía (C & T Editores, Málaga, 2004) y en la actualidad lo hace en la del Diccionario de AUtores Granadinos que publica la Academia de Buenas Letras en su página web .


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Ensayo

ÍND I CE La entrevista como género periodístico. GERALD BRENAN: «El actual proceso español es ejemp lar». Gerald Brenan habla de viajes. JAVIER EGEA: «El amor es de carne y hueso, no llueve de las nubes». GLORIA FUERTES: «Es imposible vivir sin amor». IAN GIBSON. «Los laberintos prohibidos de una investigación vital sobre Larca».

JUAN GOYTISOLO: «como escritor, aspira siempre a ser releído». .En la Chanca con Juan Goy tisolo, cincuenta años d espués. FÉLIX GRANDE: «La poesía no es un género literario: es lID estado de gracia». ALFONSO SASTRE: «El sistema actual es impensable sin la censura». RAMÓN J. SENDER: «Me siento identificado con mi destino».

La entrevista como género periodístico Estoy con quienes consideran que la entrevista -o mejor dicho, lo que usualmen te se denomina como «entrevista en profundidad»- es un género periodístico diferenciado. Por supuesto que también han de calificarse como entrevistas las que habitualmente se hacen para recabar datos o entresacar frases y comentarios para su inclusión en un reportaje,no en vano algunos de los manuales existentes sobre géneros periodísticos definen la entrevista como un subgénero del reportaje ... .. .Pero, dada su condición de género interpretativo, no se trata, en ningún caso, de transcribir textualmente las palabras de la persona entrevistada, sino que siempre debe suponer, como bien explica otro de los manuales al uso, un acto creativo: «El material hablado durante la entrevista, posiblemente grabado, deberá adquirir un nuevo orden, ser selecciona-

do o recor tado, y realizar una adaptación conveniente que permita crear la ilusión de una conversación en vivo .. . ... Escritores, como se sabe, de personalidades, géneros, estilos y registros variados y bien diferenciados unos de otros, pero todos ellos santos de mi devoción lectora, cuyas entrevistas nunca fueron en su d ía realizadas por encargo de los medios en los que vieron la luz, sino concebidas siempre por el entrevistador, concedidas luego a éste a petición propia y ofrecid as con posterioridad a los medios en cuestión, donde finalmente fue ron publicadas. De ahí que, al reunirlas ahora en forma de libro, el conjunto que conforman sólo podía resultar tan heterogéneo - y quizás, en algún caso, incluso anacrónico- como mis personales gustos literarios, sin que por ello dejen de tener interés - así, al menos, lo espero- para los lectores actuales.


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ENRIQUE PAJÓN MECLOY Filosofía y ausencia Enrique Pajón Mecloy (1930), Doctor en Filosofía, ha sido Jefe de la Sección de Cultura de la ONCE, fundador de la revista Sirio, y profesor de Historia Comparada de las Religiones en la Universidad Complutense. «Lo ausente es aquello en lo que se piensa, pero que no se percibe. Cuando Enrique Pajón aborda el tema del arte, su inquietud no está en lo que puede ser contemplado, sino en la aventura humana que permite imaginar y concebir aquello que no está. Un proceso similar es el que le permite adentrarse en la intimidad de la filosofía. Se trata de lo pensable, no de aquello que puede ser percibido o, incluso, conocido. Este libro, y toda la obra filosófica de Enrique Pajón, invita a ir más allá, a traer a la luz un mundo que todavía permanece inexplorado. Enrique Pajón Mecloy es autor de multitud de estudios filosóficos en torno al concepto de irrealidad como desencadenante de todos los procesos culturales. El presente volumen, Filosofía y ausencia, supone el siguiente paso en la evolución del pensamiento de este autor, que incorpora el concepto de lo ausente como centro de su investigación.

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Filosofía y ausencia Enrique Pajón Mecloy Ediciones Antígona, S. L, 2010


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GERARDO MUÑOZ LORENTE Glosario panhispánico del amor y del sexo Gerardo Muñoz Lorente (Melilla, 1955) vive en Alicante desde 1981. En 1987 fue publicada su primera novela, El fantasma de Lucentum (Acervo), reedición en Equipo Sirius, 2004. En 2006 apareció su última novela, Asesinato en Molívell (Equipo Sirius) . Además fueron editadas entre otras, El Manuscrito (Alcorde, 1990), El Hallazgo (Alcorde, 1991) conformando la trilogía titulad a La plica de Balbino el Viejo, reeditada en un único volumen por Equipo Sirius en 2003; El fruto de la melancolía (Huerga & Fierro), finalista del Premio Azorín de Novela 1998; Ramito de hierbabuena (Plaza & Janés, 2001) El Rosario de Mahoma (Equipo Sirius, 2004); La semilla de la Dama Negra (Equipo Sirius, 2005); y Refug io de Libertad (Equipo Sirius, 2006). A estas obras de ficción hay que añadir el sa tíric o Diccionario críptico-práctico para políticos (Alcorde, 1990); y los ensayos Los falsos f undamentos del cristianismo (Club Universitario, 1999), Los mensajes del Corán (Club Universitario, 2002) y Cosas que importan en 51 artículos periodísticos (Club Universitario, 2006). Autor de más de dos centenares de artículos periodísticos, Gerardo Muñoz colabora habitualmen te con la emisora Radio Alicante (SER), el diario alicantino Información y Localia TV de Alicante. Nunca ha habido un a intercomunicación tan fluida entre los hispanohablan tes como en la actualidad . La emigración laboral, los viajes turísticos, el intercambio a través de la literatura, el cine, la televisión y, sobre todo, internet, ha hecho posible que cada vez más hispanohablantes se comuniquen entre sí utilizando el mismo idioma. Esta com unicación pone de manifiesto la amp litud de nuestra lengua, evidenciando lo reducido de nuestro propio vocabulario y hasta confundiéndonos por el uso de palabras polisémicas cuyos significados se entienden de muy diferen te manera, provocando en ocasiones situaciones ridículas o divertidas. Estas confusiones son aún más embarazosas cuando los términos usados se refieren -o pueden entenderse- al sexo. El principal objetivo de este glosario panhispánico es ayudar al lector a ampliar su vocabulario, intentando así evitar las confusiones, casi siempre bochornosas, que pueden producirse al mantener. una conversación con otro hispanohablante. Y como no es práctico un glosario en el que se traten todos los posibles asuntos que pueden abordarse en una conversación, nos hemos limitado al amor y al sexo, por ser probablemente los de mayor variación y riqueza de vocabulario, y porque, como hemos dicho antes, originan los más incómodos equívocos.

Glosario panhispánico del amor y del sexo Gerardo Muñoz Lorente Ediciones de la Torre, 2008


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INOCENCIA HIDALGO

El colesterol en los niños y en los mayores Existen muchos libros dedicados al colesterol, pero qmzas pocos son los que de una forma clara y natural afrontan su prevención y curación por métodos naturales y no agresivos para nuestro organismo, este libro nos enseña además a controlar nuestro colesterol a través de la alimentación y terapias naturales y ofrecen al lector una amplia información y consejos terapéuticos de gran utilidad y de probada eficacia para evitar que suponga un problema y un peligro para nuestra salud. El colesterol en los niños y en los mayores Inocencia Hidalgo Ediciones Cedel, 2006

INOCENCIA HIDALGO GARCÍA

Ocurrió en la Guerra Civil Española Es un libro donde se narran sucesos vividos durante la Guerra Civil Española. Pero ante todo, son los recuerdos de la infancia de la autora, que como una aplastante losa quedaron para siempre grabados y archivados en sus neuronas. Es el recuerdo de una niña que vivió la crueldad de una guerra entre hermanos. Callada y silenciosa escuchaba los relatos de los mayores aterrorizada por los grandes desatinos de una guerra fra tricida. Esta novela no habla de las batallas de la guerra . Narra las penalidades de la retaguardia en la provincia de Salamanca, zona franquista, donde según Unamuno: "La cosecha de muertos en Salamanca se hace insoportable ... existe la más bestial persecución y asesinatos sin justificación".

Ocurrió en la Guerra Civil Española Inocencia Hidalgo García Mandala Ediciones, 2010


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ISABEL BERDUGO CONESA Efectos burbuja

EFECTOS BURBUJA ISABEL BERDUGO CONESA

En mi primer libro de la trilogía Distensión tras la guerra fría he propuesto la idea de que el Derecho Internacional Humanitario proteja a las víctimas del terrorismo, ya que equipara estos, de crímenes contra la Humanidad. He analizado el Derecho Internacional Humanitario de la Convención de Ginebra de las Naciones Unidas, que protege a las víctimas de conflictos bélicos; que son crímenes contra la Humanidad, que no prescriben, y sus víctimas están amparadas por el Derecho Internacional Humanitario, que creó la Corte Penal Internacional. Ya desde el IV Curso de Derecho y Defensa celebrado en la Facultad de Derecho de Jerez en 2003 y dedicado al DIH, yo destaqué este aspecto: la protección del Derecho Internacional Humanitario y el Tribunal Penal Internacional, a las víctimas del terrorismo, por ser igualmente víctimas de conflictos armados.

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JOSÉ ANTONIO VIDAL CASTAÑO Campo de Sepifons. Republicanos españoles en Judes (1939-1940) Estimado lector, en tus manos el cuarto volumen de esta colección de monográficos divulgativos de los Campos de Concentración del Sur de Francia, que fueron el alojamiento obligado de decenas de miles de nuestros compatriotas al final de la Guerra Incivil que asoló España de 1936 a 1939. El magnífico trabajo del historiador D . José Antonio Vidal castaño, autor del monográfico, nos ilustra sobre uno poco conocido, el Campo de Septfonds, cerca de Montauban. Como en ocasiones anteriores, este trabajo ha sido patrocinado por el Patronato de Cultura de Fuenlabrada y la Dirección General de Cooperación y Comunicación Cultural del Ministerio de Cultura . A todos nuestro agradecimiento

Campo de Septfonds. Republicanos españoles en Judes (1939-1940) José Antonio Vidal Castaño "Memoria viva", 2006

JUAN GALLEGO SANZ

Presidente de "Memoria Viva "

MARÍA CRISTINA C. MABREY Luzmaría Jiménez Faro o el canto de la luz: La editora y la poeta María Cristina Mabrey nacida en Madrid, es Doctora por la Universidad de North Carolina, Chapell Hill. Su tesis doctoral versó sobre la poesía de Luis Cernuda. Ha d esempeñado su labor docente en varias universidades de los Estados Unidos y en la actualidad es profesora de la University of South Carolina en Columbia, donde dicta cursos de litera tura, es tudios culturales y literatura comparada. Tiene publicados trabajos sobre Miguel Hernández, Antonio Machado, Federico Garda Lorca, Gloria Fuertes y Teresa de Á vila, entre otros. Gran parte de su carrera académica la ha dedicado a la investigación de la poesía de mujeres escritoras de v anguardia y a la crítica feminista. Su ensayo Ernestina de Champourcin, poeta de la Generación del 27, en la ocultei senda de la tradición poética femenina (Madrid, 2007), es uno de los más completos y documentados sobre la poesía de esta autora.

Luzmaría Jiménez Faro o el canto de la luz: La editora y la poeta María Cristina C. Mabrey, Ediciones Torremozas, S. L., 2009


Anaqueles sin dueño de Pedro A. González Moreno

MANUEL LÓPEZ AZORÍN

En Anaqueles sin dueño aborda Ped ro A. González Moreno la temática del suicidio, a través de unos cuantos poetas y escritores cuyos libros habitan las estanterías de su b iblioteca. Pero ¿qué conduce al suicidio y por qué? El sociólogo francés Émile Durkheim en su obra El suicidio (1897), viene a señalar que son fenómenos individuales que responden esencialmente a causas sociales . Por tanto el suicidio, dejando aparte sus motivaciones personales, psicológicas o anímico-depresivas, sería un hecho de naturaleza social. El poeta Francisco Caro, en relación a estos Anaqueles sin dueño ha dicho que "es un libro del que los poetas-suicidas se han apoderado. Ellos, pero no sus voces, porque es Pedro A. González Moreno quien impone a los habitantes de sus baldas su compasivamente rigurosa forma de contar. Su forma de sentirlos vivos y suyos, de sentirse compañero y acompañado. El poeta - dice Caro- procura situarse, en su derrota, la de ellos". Tal vez esa derrota de "los que pretendieron suturar con puentes / el hondo precipicio/que hay entre la belleza o la locura". Una voz, la de Pedro A González Moreno, poéticamente sabia y humana-

mente misericordiosa, que nos ofrece su dolor, la agonía, la incertidumbre, la rabia, su rebelarse contra lo establecido, su impotencia frente a lo no deseado, su d esorden, su miedo, su búsqueda, el fervor y la duda, su desasosiego, su locura, la diferencia frente a los otros ... Surge aquí, pues, de la voz creativa de un poeta cuya cosmovisión nos h a venid o ofr eciendo su p erson a l mundo de luces y de sombras, la compasiva mirada por la derrota de unos seres, idos ya, que nos recuerdan que el suicidio h a e s tado siempre ligado a la hu m anidad y sus costumbres y, también, que viven en sus poemas y, en ocasiones, hacen que otros vivan y sientan con sus poemas : "Escucho los cruj idos / d e la madera, un roce / de páginas pisadas / y noto que es mI carne la que cruje / bajo el peso de tanto desconsuelo" . No vaya negar mi gusto por toda la poesía d e González Moreno, y os aseguro que Anaqueles sin dueño es un buen libro donde la belleza y el horror se hermanan y nos muestran sus más hermosas m áscaras visibles, a través de la voz personal d e un poet~ que sigue fiel <1 sí mismo incluso en una temática tan d iferente,tan literaria, como es ésta.


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Ensayo

MARÍA JESÚS ORTIZ LÓPEZ La verdadera historia de Ramón Carda Montes, Rache María Jesús Ortiz López, natural de Fuente Álamo (Albacete). Es licenciada en Filosofía y Letras (Románicas) por la Universidad de Murcia (1971), escritora e investigadora, y Catedrática de Lengua castellana y Literatura en el I.ES. "José Conde García" de Almansa (Albacete) . ROCHE, muy conocido por los entornos murcianos y albaceteños como bandido envuelto en el aura de la leyenda, cobra · presencia en este libro como el militar carlista que fue y cuyo expediente, hasta ahora inédito, muestra esta otra faceta de su persona. Fuente Álamo y Montealegre del Castillo, de Albacete, son los pueblos con los que se le vincula familiarmente. y completamos su biografía con las noticias que sobre él aparecieron en los periódicos de su época, sobre sus andanzas como militar y luego como prófugo de la justicia.

La verdadera historia de Ramón García Montes, Roche María Jesús Ortiz López

MIGUEL OSCAR MENASSA Aforismos y decires

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... La poesía, la creación; el amor, el deseo, el trabajo, la paternidad, la maternidad, la maestría, la soledad, el dinero, la crueldad, la política, la ideología, el sexo, la diversión, en general, el fútbol, la amistad, se ven definidos en frases, a veces, de una limpieza teórica increíble y, otras veces se sienten tocados, puestos al descubierto, por frases comunes, inocentes y, tal vez, por eso parecen verdaderas. El libro tiene al menos una frase para cada uno de los grandes y más queridos sucesos de la vida del hombre actual: sus fracasos, sus triunfos, sus odios, sus amores, la profunda tristeza de la muerte y, aún, palabras para el goce, para la alegría. La mujer en este libro es libre, trabajadora y mantiene firmes sus deseos en la alegría pero, también, en el dolor .. . EDITORIAL GRUPO CERO

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Aforismos y decires Miguel Osear Menassa Editorial Grupo Cero, 2008


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M.a PAZ SANZ ÁLVAREZ Epistolario 1929-1971. Cántico a la amistad y Fe de vidas Max Aub - Jorge G ~,llLén Tras la primera publicación del Cántico de Jorge Guillén en 1928, Max Aub intenta ponerse en contacto con el poeta pidiéndole las señas a León Sánchez Cuesta, librero y amigo de los poetas de la Generación del 27. La primera carta que Aub envía a Guillén data de enero de 1929, y a partir de esa fecha empieza este epistolario que recopilamos. Se trata de la correspondencia entre dos escritores que se admiraban y que sólo es involuntariamente interrumpida por los ava tares de las circunstancias (la Guerra de 1936 y sus consecuencias). Recuperan el contacto epistolar a partir de 1944, y continuará hasta la muerte de Max, acaecida en 1971. En esta correspondencia no sólo podemos encon trar un testimonio biográfico de ambos autores y de su mutua admiración, sino también lffi compendio de crítica literaria sobre sus propias obras y sobre las de sus coetáneos. Este epistolario constituye un testimonio singular e imprescindible para la recuperación de la memoria cultural del exilio.

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Epistolario 1929-1971 Cántico a la amistad y Fe de vidas Max Aub - Jorge Guillén M. a Paz Sanz Álvarez 2010

PABLO GARCÍA COLME ARES (Coordinador) Conflictividad y movimentos sociales en Castilla y León. Del tardofranquismo a la democracia Pablo Garda Colmenares (Coordinador). Autores: Pablo Garda Colmenares, M.a Concepción Marcos del Olm o, Luis Antolinez Roque, Carmen Pascual Allén, Pilar Díaz Sánchez, Antonio Pyñeyroa d e la Fuen te, Cristina Gómez Cues ta, José María Gago Gonzá1ez, ~v1 .a Jesús Dueñas Cepeda. Sorprende comprobar el índ ice de descontento social y laboral que mos traban las proúncias castellano-leonesas en este período. En buena medida se debe al haber estado estos temas fuera de los focos de la investigación y por considerar este espacio como exclusivamente conservador. De ahí que este libro muestre cómo la movilización social y p olítica contra la dictadura también tenía p rofundo predicamento con manifestaciones de diverso signo: desde el conflicto laboral de los años sesenta y se tenta, tanto de trabajadores como de los pequeños campesinos, has ta el movimiento vecinal; del mismo modo que las mujeres presionaban para mejorar sus condiciones legales · y ver reconocida su participación en la lucha an tifranquista; o los libreros que asumían el papel de ampliar los horizontes culturales y políticos de sus lectores.

Conflictividad y m ovimientos sociales en Castilla y León.

Del tard ofranquismo a la dem ocracia Pablo Gard a Colmenares (Coordinador) Universidad de Valladolid


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PABLO ZAPATA LERGA

Soldado de a pie. 500 años después Pablo Zapata Lerga nació en San Martín de Unx (Navarra) en 1946. Realizó estudios de Magisterio, Filosofía y Filología Hispánica en Bilbao. Su labor se ha desarrollado corno profesor de Lengua y Literatura Castellanas en distintos institutos de Bizkaia. Se ha especializado en el fomento de la lectura, ha organizado decenas de bibliotecas escolares y ejecutó el Plan de bibliotecas escolares del Gobierno Vasco. Ha dado infinidad de conferencias a alumnos, padres y profesores animando a la lectura. Infatigable viajero, contador de cuentos, ha publicado una veintena de libros que incluyen poesía, ensayo, novelas infantiles y juveniles, históricas ... La Universidad de Sevilla, con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América, invita a hablar a Bernal Díaz del Castillo, quien en su ancianidad escribió Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, cansado istade que todo se fuera en honores para Cortés y se olvidaran de los que fueron soldados de a pie en aquella gesta. Este venerable anciano, a través de unas conferencias en un lenguaje con aires del XVI y posteriores diálogos, hace una revisión histórica desde su punto de vista de humilde soldado defendiendo lo que él hizo, poniendo las cosas en su sitio y tratando de aclarar malentendidos y desenfoques de la época.

SOLDADO DE A PIE 500 AÑOS DESPUÉS

Soldado de a pie. 500 años después Pablo Zapa ta Lerga Llma Fonlffi, S. L., 2010


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PEDRO J. DE LA PEÑA José Hierro. Vidra, obra y actitudes ÍNDICE PRIMERA PARTE. «LA QUINTA DEL 42 » (1936-1952) El origen del poeta La residencia v alenciana Retorno al reino perdido El contexto literario de «Quinta del 42 » La poesía de posguerra Su concepto poético durante «Quinta del 42» La poesía del compromiso Los libros de «Quinta del 42« Tierra sin nosotros Alegría Con las piedras, con el viento ... Quin ta del 42 SEGUNDA PARTE «CUANTO SÉ DE MÍ» (1 957-1965) Resid encia en Madrid El contexto literario de «Cuanto sé de mí» La segun d a generación de posguerra Su concepción poética d e «Cuanto sé de mí» Reflexiones sobre mi poesía Los libros de «Cuanto sé de mí» Cuanto sé de mí Libro de las alucinaciones TERCERA PARTE. «AGENDA EN NUEVA YORK» (1970-2002) Poeta del mundo El contexto literario de «Agenda en Nueva York» La poesía de finales del S. XX Los libros de «Agenda en Nueva York» Agenda Cuaderno de Nueva York CUARTA PARTE. LA COSMOVISIÓN DE JOSÉ HIERRO La temporalidad La música Fe de vida (y muerte) El autobiografismo ÚNICA PERO IMPRESCINDIBLE CONCLUSIÓN BIBLIOGRAFÍA SOBRE JOSÉ HIERRO

José Hierro. Vida, obra y actitudes Pedro J. de la Peña Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes, 2009


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PILAR CARCÍA LOUAPRE

Isabel de Borbón Nace en Madrid en donde estudia en la Escuela Normal e inicia sus estudios universitarios que suspende por casarse en 1955 con un economista francés, residiendo en París desde entonces. Durante siete años vive en Italia, en donde estudia Lengua y Literatura italianas. De vuelta a Francia se licencia y luego se doctora en Letras en la Universidad de la Sorbona de París enseñando Lingüística Española desde entonces. Profesora también de las prestigiosas: Ecole Polytechnique y la de Altos Estudios Comerciales (H.E.C.) Hace varios viajes a las islas Filipinas; la publicación de su obra Historia del idioma español desde la conquista a nuestros días le valió el título de Miembro de la Academia Filipina Correspondiente de la Real Academia de la Lengua Española. Su tesis, publicada, sobre El Doctor Gregorio Marañón y la Historia de España la condujo a la investigación histórica a la que se consagra desde entonces.

VICENTA CORTÉS ALONSO Esclavos y libertos

Isabel de Borbón

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Isabel de Borbón Pilar Carda Louapre Aldebarán Ediciones, S. L., 2008

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Adepta a la divulgación, Vicenta Cortés Alonso (Valencia, 1925), goza de la justa fama de su seriedad, competencia y enorme sabiduría en la temática de la esclavitud, corno así se refleja en este libro que reúne todos sus artículos publicados sobre la misma. Retrocede en el tiempo para estudiar la trata en los primeros años del siglo XV, siempre utilizando los libros de cuentas del Mestre Racional, custodiados en el Archivo del Reino de Valencia, para luego ampliar tanto el marco cronológico corno el análisis, al ocuparse de la venta, de la procedencia y del destino de partes determinadas de la mercancía, fueran canarios, indios, moros o negros. El triangula histórico Iberia-África-América y sus relaciones traumáticas en torno al descubrimiento y colonización del continente americano, con las aportaciones humanas de ambos lados del Atlántico, queda perfectamente testimoniado en esta obra .

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Esclavos y libertos Vicenta Cortés Alonso Editorial Mundo Negro, 2011


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Teatro

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TEATRO AGAPITO MARTÍNEZ Escribir teatro. Una guía práctica para crear textos dramáticos Agapito Martínez Paramio (Zamora, 1961) ha estudiado en la Escuela de Arte Dramático de Valladolid y ha seguido su formación en dirección y dramaturgia con maestros como Jerzy Grotowski, Eugenio Barba, Fermín Cabal y Sanchos Sinisterra, entre otros. Ha dirigido y escrito más de cuarenta obras de teatro profesional y ha impartido numerosos talleres de dirección escénica, improvisación y creación dramática. Además de sus obras teatrales, ha publicado Cuaderno de Dirección Teatral. Escribir teatro es una guía práctica para todo aquel que quiera emprender la escritura de textos para su representación teatral. Con claves prácticas para: - la creación de una estructura sólida - la creación de personajes creíbles y profundos - la revisión del texto atendiendo a la sonoridad del lenguaje para su puesta en escena - hacer las posibles modificaciones según cómo reaccione el público ante la obra Escribir teatro ofrece un método tan práctico como eficaz para llevar a buen término sus textos dramáticos.

Escribir teatro. Una guía práctica para crear textos dramáticos Agapito Martínez Alba Editorial, 2011

ANTONIO LÓPEZ PIÑA La pieza Antonio López Piña nació en Madrid en 1974. Es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología. Estudió artes aplicadas a la escultura en la Escuela Superior de la Palma en Madrid. Fue miembro del grupo de teatro Ipis Porovi. Desde 2007 es profesor en el colegio americano de Zaragoza (School Year Abroad) donde imparte en la actualidad las asignaturas de Historia de España y Filosofía Política a estudiantes estadounidenses preuniversitarios. «Amadeo trabaja desde hace años en lo que él considera un proyecto colosal. La reunión con unos amigos de la familia durante un fin de semana de vacaciones desencadena un conflicto en el que los individuos ponen al descubierto sus frustraciones y sus deseos, mostrando la tiranía que se oculta en la genialidad, la lucha por la justicia desde el arte y la humanidad que late silenciosa en el fondo de lo aparentemente cotidiano».

La pieza Antonio López Piña Ediciones Antígona, S. L., 2010


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Teatro

BLANCA DOMÉNECH CASARES Vagamundos Blanca Doménech Casares (Madrid, 1976) es licenciada en Dramaturgia y Ciencias Teatrales por la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid. Desde sus comienzos profesionales ha estado relacionada con el mundo del teatro y la televisión, un campo en el que ha trabajado corno guionista en la series Manolito Gafotas, Geniales y Panteras grises. Ha residido en la isla de Menorca durante cuatro años (20052009) lugar en el que ha colaborado activamente con el Círculo Artístico de Ciudadella participando en sus actividades corno ponente en torno a la figura de Samuel Beckett, profesora de las II Jornadas de Teatro y corno lectora del Jurado del Premio Borne de las ediciones 2007 y 2008. Su primera obra teatral Eco fue publicada por Editorial Fundamentos (2001); sus relatos Plaza de la Libertad por la Revista MERCASA (2005) y Poemas arrugados, finalista del · Premio de Narración Corto Isla de Menorca, publicado por la Editorial Menorca, 2007. Ha escrito también los artículos El Premio Borne (2007) y la reseña de la publicación del premio Maria Teresa de León para la Revista Acotaciones. Actualmente trabaja corno colaboradora de la Editorial Santillana. Vagamundos sucede en una isla inhóspita que no alcanza los diez kilómetros. Su anverso es mítico y la sitúa fuera del intercambio mercantil entre los hombres: sus habitantes desprecian el dinero, los aparatos eléctricos no funcionan, las comunicaciones están cortadas. Hay tempestad y los barcos no atracan ... ¿Atracaron alguna vez? Nadie reconoce a nadie. Las identidades son cada vez más dudosas, las rocas tienen vida propia y a t~­ rrorizan con sus silbidos ... Las resonancias se desvanecen y se multiplican, corno le sucede a Max, protagonista poliédrico, ajetreado, triunfador contemporáneo, recién llegado a la isla en la búsqueda desesperada por encontrar a su hermano desaparecido. Y cuyo viaje no le conduce sino a reconstruir una verdad cada vez más alejada y difícil de descubrir. . Con Vagamundos, Blanca Doménech invita al lector-espectador a realizar su propio viaje dentro de un texto y con unos personajes convertidos en enigma.

Vagamundos Blanca Doménech Casares Centro de Documentación Teatral,2010

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Teatro

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CARLOS ÁLVAREZ-NÓVOA

Fornicar no es pecado. Hotel Party. Chivato Autor íntegro y alejado de los vaivenes de las modas Carlos Álvarez-Nóvoa nos presenta tres textos, que a pesar de su tremenda diversidad, tienen ciertos denominadores comunes como son una depurada y bellísima técnica, gran capacidad para plasmar las imágenes, estilo impecable y culto, y una evidente y cálida humanidad. En un momento de nuestra civilización donde la deshonestidad, el engaño, la falta de rigor y de cualquier forma de moral o ética tiene su reino, la integridad de Carlos es sorprendente y esencial. Esa palabra "integridad" además, en su sentido de complementar, nos sirve para recoger cada una de sus facetas: actor, director, dramaturgo, maestro, en definitiva un hombre de teatro, un hombre estricto del que me atrevería a decir que es como aquellos que consideramos "del renacimiento", por su amplia cultura, pero al mismo tiempo, un hombre de la modernidad en constante búsqueda de nuevas maneras, nuevas formas o nuevas fuentes de creación. Un hombre íntegro, muy alejado de los vaivenes de las modas. Los tres textos tienen ciertos denominadores comunes: . A) Una depurada y bellísima técnica que le permite con fluidez transportar a las palabras los conceptos, las imágenes, las sensaciones, los ritmos y los comportamientos. B) Un texto literario "visible". Como gran hombre de teatro consigue que el lector nunca se pierda, porque le hace ver, con curiosa "fisicidad" lo que el texto va describiendo y lo que permite entrever. C) Un estilo culto, pensado y sopesado en grado extremo, deja, sin embargo, sobresalir, en momentos, ráfagas, expresiones, de un hondo carácter popular, a veces provoca improvisaciones lo que le hace aún más rico, más actual. D) Una evidente y cálida humanidad. Un humanismo que fluye en cada una de las obras, empapándolas de cercanía.

JOSÉ CARLOS PLAZA

Fornicar no es pecado. Hotel Party. Chivato Carlos Álvarez-Nóvoa Junta de Andalucía. Consejería de Cultura, 2006


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Teatro

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CHARO GONZÁLEZ CASAS A quien celebre mi muerte Charo González Casas nació en Madrid. Es licenciada en periodismo, estudió dramaturgia en la RESAD y fue redactora en las revistas El Urogallo y Dunia. Corno cuentista, ha publicado decenas de relatos con el pseudónirno de "Mary Glup" en Gratis, revista dedicada a la movida madrileña y también como "Violeta Bala". Corno novelista, es autora de El mensaje del náufrago. Como dramaturga, ha estrenado las obras Talgo con destino a Murcia, en el Centro Dramático Nacional; Morir soñando, en el Teatro Flotante del Nilo (El Cairo) y Un suicidio es cosa seria, Humberto, Sopa de sobre y corazón al peso, en salas alternativas de Madrid y Barcelona. A quien celebre mi muerte sucede en una aséptica sala de espera donde confluyen distintos personajes, conscientes de que ya han fallecido y de que en esa estancia han de esperar a ser llamados, sin saber cual será, a partir de ahora, su destino. Durante la espera todos irán mostrando parte de sus biografías, de sus "accidentes", mientras que de forma gradual van siendo llamados por LA VOZ, a la vez que otros desaparecen de la sala de espera momentáneamente, por sentirse invocados desde el mundo que acaban de dejar.

A quien celebre mi muerte Charo González Casas CM!. Dept. at Austin College, 2009

ENRIQUE LENZA Zweig Es peligroso jugar con el amor Enrique Lenza (Madrid, 1928) se inició en el arte de Talía en el TEU, cuna escénica durante el franquismo, como director y como actor, siendo 'su eclosión como autor tardía, al datarse su primera obra en 1985 (La voz de ayer perdida). Es un reconocido autor teatral y fundador del grupo La Careta . Lenza conserva un gran número de obras inédi tas en su haber Zweig Es peligroso jugar y aquellas que han visto la luz de la Enrique Lenza con el amor imprenta, lo han hecho en varias edi- Asociación de Autores de Enrique Lenza toriales como La Avispa, Asociación Teatro, 2009 Ñaque editora ,2007 de Autores de Teatro, Ñaque: entre ellas Zweig y Es peligroso jugar con el amor. Entre sus obras de teatro publicadas en los últimos años están: La caja vieja-Réquiem por un torero (La Avispa, 2003); ¿Merecía la pena vivir así? (La Avispa, 2004); La amarga soledad-Nubes de verano (La Avispa, 2004).


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LUIS AGIUS

Todos somos Albert Camus Luis Agius (Madrid, 1969) es compositor, escritor y concertista de piano. Comenzó sus estudios de piano en 1981 y compuso su primera obra en 1990. Ha publicado dos discos, Doce Klavierstücke e Interiores (2001). Ha grabado con el patrocinio de la Fundación Autor sus primera Opera Monsalvat (2005) y ofrecido recitales-concierto de poesía y piano en diversas capitales españolas, en Bratislava (2002) y Bruselas (2005 y 2009). En 1998 escribió su primera novela, Las manos de Danu Lipatti. Desde el año 2000 escribe en publicaciones especializadas sobre música y desde 2004, relatos breves. En 2009 ha resultado premiado su relato Una cuestión de honor, y publicado en la revista Abril de Luxemburgo. También ha escrito su primera obra de teatro Todos somos Albert Camus (2009). En la actualidad prepara su primer libro de relatos Músicos ante el abismo. El dramaturgo Albert Camus, en la cumbre de su madurez creativa y de su fama, se encuentra sumido en una profunda crisis vital que ha de llevarle, incluso a su pesar, a tomar una trascendente decisión. A la par que vive en este dilema, se encuentra dirigiendo el montaje de una de sus obras teatrales de más éxito Calígula. Falta poco para el reestreno y Camus, mientras dirige esta puesta en escena, en un descanso y a requerimiento de los actores, va a entablar un intenso debate con ellos, haciendo un repaso de toda su trayectoria como escritor, ensayista, periodista, combatiente de la resistencia y, en general, de toda su vida, desde su infancia miserable en Argelia, hasta la concesión del premio Nobel de Literatura.

Todos somos Albert Camus Luis Agius Ediciones Antígona, S. L., 2010


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Teatro

R. C. GONZÁLEZ CASAS

Corazón al peso R. C. González Casas analiza el recorrido interior que lleva a

Edmundo a cambiar su filosofía de la vida a través de la construcción de una comedia estructurada en un acto único, con multiplicidad de escenas. Debido a la brevedad de estos cuadros, la agilidad de sus diálogos, la simultaneidad de algunas situaciones y la incesante superposición de personajes, la acción se dinarniza constantemente y se abren unas magrúficas perspectivas y posibilidades de escenificación. Existe, por tanto, una gran riqueza y enorme potencial en los motivos, anécdotas y recursos que contiene esta obra y con los que es capaz de crear divertidísimos enredos cómicos y absurdos. En Corazón al peso proliferan las situaciones disparatadas e hilarantes que no impiden la reflexión sobre modos de vida a través de múltiples juegos literarios y escénicos, usos coloquiales de la lengua, conversaciones. Por ejemplo, a través del humor se insiste en la asociación "novio=cadáver", que nos lleva a identificar la realidad circundante de nuestro mundo rutinario y formal, sus ceremonias, corno algo obsoleto y carente de sentido y vitalidad. CARMEN MONTERO

CORAZÓN AL PESO

RC . GONZÁLEZ CASAS

Corazón al peso R. C. González Casas Teatro Independiente Alcalaíno, 2005


Cartas al Director

Siguen las calumnias contra Azaña

ARTURO DEL VILLAR

El haber encarnado los ideales de la República en su persona motivó que tan to la Iglesia ca tolicorromana como las fuerzas monárquicas y fascistas volcaran sus ataques antirrepublicanos en la figura de don Manuel Azaña. Toda la derechísima de la nación le dedicó sus a taques continuados, mediante caricaturas deformadoras en las revistas satíricas, declaraciones de políticos extremistas, y calumnias lanzadas como chismes sobre su vida privada. Los militares monárquicos sublevados centraron sobre él sus insultos soeces y descalificaciones personales durante la guerra, y después de su victoria prosiguieron la campaña difamatoria en sus publicaciones, incluso en los libros de texto aprobados para las universidades . Cuantos sufrimos ese período vergonzoso de la historia de España tenemos presente lo que significó esa operación infamante de descrédito contra quien simboliza a la República tanto como la bandera tricolor, el Himno de Riego o la matrona con el gorro frigio. y la campaña continúa. Acabamos de comprobarlo al leer el último número de la revista REPÚBLICA DE LAS LETRAS, el 120, correspondiente al mes

de enero, que acaba de aparecer, con su habitual retraso. Un artículo de Félix Población, titulado El miedo de Azaña y el honor del general Rojo, asegura que el expresidente de la República murió de miedo al ver que el pueblo en que se hallaba, Montauban, "estaba lleno de soldados nazis". Una de las críticas que le hicieron los extremistas de derechas fue que actuó con miedo en la toma de decisiones. Hay quien se atreve ahora a diagnosticar el miedo como causante de su muerte. Es repugnante, porque es falso, y demuestra el odio que sigue inspirando en algunos. Cuando residía en Pyla-sur-Mer, en febrero de 1940, sufría agudos dolores de pecho, que el ilustre doctor Monod comprobó eran debidos a una antigua lesión cardíaca no diagnosticada: la aorta se le había dilatado extremadamente. Otros dos médicos confirmaron la lesión, y prescribierop reposo absoluto. Como secuela de esa dolencia padeció una enfermedad renal y pleuresía. Dormía recostado, porque se ahogaba al intentar acostarse. Es testimonio de Cipriano de Rivas Cherif en la biografía que escribió de su cuñado, Retrato de un desconocido.


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Arturo del Villar

Ante el avance del Ejército nazi sus allegados decidieron trasladarle al sur. El 22 de junio salió de Pyla-sur-Mer en ambulancia, acompañado por su .esposa, el doctor PalIe te y el mayordomo. Se detuvieron obligadamente en Montauban, en donde siguió guardando absoluto reposo. El presidente de México, Lázaro Cárdenas, ordenó al personal de la Embajada en Francia una protección activa a los exiliados españoles, y en especial al expresidente. En el año 2000 se publicaron los informes remitidos por el ministro plenipotenciario Luis Ignacio Rodríguez Taboada al presidente Cárdenas, con el título de Misión de Luis I. Rodríguez en Francia. Gracias a este libro disponemos de una información completa sobre los últimos meses de la vida de don Manuel, entre julio y noviembre de 1940. Los mexicanos se comportaron con él mejor que muchos espafioles. La primera descripción hecha por el ministro mexicano del ilustre enfermo, el 2 de julio, es patética: "Parecía una sombra. Sus carnes se habían consumido hasta lo increíble; tenía la palidez del cadáver y sus ojos profundamente hundidos acusaban la huella del dolor y del martirio" (p . 239) . A finales de julio se enteró de que su casa en Pyla-sur-Mer había sido asaltada por los nazis, y sus familiares detenidos. Su cuñado fue conducido a la tétrica Dirección General de Seguridad en la Puerta del Sol madrileña. La noticia le causó un amago de ataque cerebral que le privó momentáneamente del habla y le hacía delirar. A finales de agosto la Embajada tuvo noticia de la llegada a Montauban de unos falangistas, presumiblemente para secuestrar al expresidente y llevárselo a Madrid. Ante ese riesgo, el minis-

tro Rodríguez alquiló unas habitaciones en el Hotel Midi a nombre de la Embajada, el 15 de setiembre, y puso su bandera en los balcones. Allí instaló al enfermo, junto al personal de la Embajada en vigilancia continua. Dos días más tarde hizo este apunte sobre el estado de salud -de don Manuel: "Descansaba en su cama después de los choques nerviosos recibidos en los últimos días y que le habían ocasionado una aguda postración difícil de vencer para el doctor Pallete. Con temperatura alta, su corazón fallaba cada vez más, al extremo de que en algunos colapsos el paciente parecía asfixiarse y sólo encontraba respiro dominándose con los brazos, en la cabecera del catre, hasta erguir su pecho'" (p. 260) . Un telegrama fechado el 19 de septiembre decía escuetamente: "Ataque hemiplejía sucedido hoy 16 horas ahuyenta enfermo posibilidades salvarlo. Médicos desesperan" (p. 262) . El 23 consignó más detalles: "Los médicos opinan que el caso del señor Azaña es bastante grave; el ataque de hemiplejía que sufrió y que le ha paralizado la mitad del cuerpo, lo acerca cada día a la sepultura" (p. 264). El 2 de noviembre un miembro de la Embajada telefoneó al minIstro Rodríguez para decirle: "Tengo la pena de informarle que el señor Azaña está agonizando. Anoche le repitió el a taque y le ha privado del conocimiento" (p. 273). El ministro mexicano se trasladó a Montauban inmediatamente, y llegó a tiempo de verle morir, y de ordenar su embalsamamiento. Después se entrevistó con el prefecto para organizar el entierro, que fue autorizado bajo la enseña mexicana solamente. Por lo tanto, don Manuel Azaña no murió de miedo, sino de sus varias dolencias, ultimadas en una sucesión de

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hemiplejías. Puesto que no podía salir de su habitación, por impedirlo su estado físico, es imposible que viera a los soldados nazis en el pueblo, y es seguro que ni su esposa ni sus allegados en esos momentos de dolor le contaron nada que pudiera incrementar su angustia. Decir que murió de miedo es una calumnia más que se añade a las innumerables lanzadas contra él durante su vida política y después de su fallecimiento. En el mismo libro se reproduce un comentario del ministro Rodríguez, en el que niega la supuesta confesión final del expresidente ante un obispo catolicorromano. Expone los datos que él mismo vio y los que le contaron sus subordinados, y afirma que "es un

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infundio más para él desaparecido", con esta tajante declaración: "No tuvo vacilaciones en el momento postrero; tampoco incurrió en titubeos hipócritas; mucho menos salpicó de cieno su conducta" (p. 279). El cieno se lo siguen echando los enemigos políticos, que lo son de la libertad. Setenta años después de su muerte un ignorante descubre que murió de miedo, y encuentra una revista que publica su delirante elucubración. En cambio, esta aclaración basada en testimonios verídicos seguro que es rechazada, por lo que la difundo por el correo electrónico para defender la limpia memoria de don Manuel Azaña, el símbolo de la República Española que algunos intentarnos recuperar.


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AC E • Asociación Colegial de Escritores de España AÑO XXXIV

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