REVISTA 028

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de las Letras REVisTA DE LA ASOCIACION COLEGIAL DE ESCRITORES N.o 28 - _AGOSTO-OCTUBRE, 1990

SUMARIO EDITORIAL. 3 Andrés Sorel. El comunismo ha muerto, ¡viva el capitalismo! 5 U.R.S.S. 7 Carmen Fernández Méndez. El proceso literariO' y peres-t roika. 9 Velimir Jlébnikov. El mito. 19 Andris Jakubans. Opiniones. 22 Revistas -literarias de los años 90. 23 Alexandre Mikbai'lov. Perestroika y crítica en la u.R.S.S. 27 Historia, Revolución, Literatura. 31 . Janina Deguyté, Marcelijus Martinaitis. Dos poetas de Lituania. 41 A Conciencia. 45 R.D.A. 49 Delga Konigsdorf. Contra el olvido. 51

Director: Andrés SOREL Consejo de Dirección: Raúl GUERRA GARRIDO Isaac MONTERO Carmen BRAVO-VILLASANTE Gregorio GALLEGO Juan MOLLA Santos SANZ VILLANUEVA Confecciona: Angel PATON Redacción y distribución: ASOCIACION OOLEGIAL Sagasta, 28, 5.° - 28004 Madrid DE E$CRITORES Teléf. 4467047

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LoS trab ajos e informa¿-iones publi¡:ados en REPUBLICA DE LA,S LETRAS 'pueden ser, reproducidos libremente siempre que se cite su prOcedencia.


SUMARIO

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RichaId Pietrass. De toros y de necios. 55

José Luis Sagües. La literatura en la República Democrática Alemana. 59 CHECOSLOVAQUIA. 65 Philip Roth. Checoslovaquia. 67 CIara Janés. Los poetas checos del siglo XX y las primaveras de Praga. 75

RUMANtA. 81 Eugenia Popeanga. El sistema cultural rumano y el totalitarismo. 83 Ileana Malancioiu. Pesadilla. 91 BULGARIA. 93 Ivan Tsvetkov."La crítica en Bulgaria. 95 LIBROS RECIBIDOS EN LA ASOCIACION. 97 Narrativa. 97 Poesía. 99 Ensayo. 100

ERRATAS EN LA TRADUCCION DE ELIOT POR J. M. VALVERDE PUBLICADA EN EL N.O 27 DE «REPUBLICA DE LAS LETRAS» Página IV. Verso 21. Dice: debe decir: Verso 23. Dice: debe decir: Página XII. Verso 10. Dice: debe decir:

Y me preguntó j Y me pregunto v,a cilaciones cavilaciones j

húmeda, medalla húmeda, mellada

Lamentamos estos errores y pedimos disculpas al gran poeta y traductor de Eliot.

Igualmente queremos subrayar que en dicho número de «Traducción y creación » colaboró con la aportación de ideas y tr~bajos el escritor y traductor Francisco J. Uriz,


EDITORIAL

En e,1 mes de mayo de 1990 ,cel'ebr,amos unas Jornadas sobre e,1 tema de Perestroika y literatura, organizadas conjuntamente por la Asociación Colegia:1 ,de Escritor,es de España, ,la Faoultad ,de Fi'lo'logía de 'la Universidad Compl,utense y lacOllaboración de ,la Direoción General de'! libro y Bihliote,cas ,del Minist,erio de Cultura. Nuestra idea era publi,car ,eil 'co,ntenildo ,de Ilas mismas en el pres,ente número de REPUHL:IGA DE ,LA,S LETRAS, pero ,la caótica situación por la que pasan algunos de esos país,es partidpantes, y e,1 que no nos dejaran muchos de ,ello.s sus textos ---.;difídlmeonte podrían hacerlo ,IOos rusos que apenas si i.ntervinie·ron- nos obligó a r-e¡pl·antear el número inral,uyenrdo j'unto a las ponencias o ·comuni,caC'iones de algunos de ,los participantes, otros mate-ria,les que diesen ,una vi·sión ,lo más ampllia ¡posibl,e del tema desarrollado.. Para una ,completa información, damos sin embaJ'lgo el ,programa de di'chas jornadas . Lunes, 7 de mayo Fonoteca • Biblioteca Nacional.

Facultad de Filología.

GUSTAVO VILLAPALOS * FERNANDO MORAN JAVIER GARCIA SANCHEZ YURI CHERNICHENKO HELGA KONIGSDORF

EL DEBATE ESTE·OESTE

PERESTROIKA y LITERATURA La Sociedad del Año 2000 JORGE SEMPRUM ALFONSO SASTRE ANORES SOREL

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LEV ANINSKY ILEANA MALANCIOIU


EDITORIAL

4 Martes, 8 de mayo

Asociación Colegial de Escritores.

Facultad de Filología.

LITERATURA EN LA U. R. S. S.

LAS VANGUARDIAS LITERARIAS

JOSE FERNANDEZ * JOSE FERNANDEZ

LUIS GARCIA MONTERO CARLOS PARIS

LEV ANINSKY YURI CHERNICHENKO

IVAN STRTKA SIMEON YANEV

Miércoles, 9 de mayo Facultad de Filología.

Fonoteca • Biblioteca Nacional.

LITERATURA EN LA REPUBLlCA DEMOCRATICA ALEMANA JAIME RETOLAZA JOSE LUIS SAGüES JOSE LUIS REINA RICHARD PIETRASS HElGA KONIGSDORF

EL COMPROMISO DEL ESCRITOR MANUEl VAZOUEZ MONTALBAN LOURDES ORTIZ *

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RICHARD PIETRASS DIMITAR SHUMNAlIEV ADAM ZAGAJEWSKI Preside: JUAN PABLO FUSI

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Jueyes, 10 de mayo Facultad de Filología .

Asociación Colegial de Escritores.

LOS PROBLEMAS PROFESIONALES

LITERATURA EN .RUMANIA Y BULGARIA EUGENIA POPEANGA JUAN EDUARDO ZUÑ IGA ILEANA MALANCIOIU DIMITAR SHUMNAlIEV SIMEON YANEV

Encuentro entre participantes de los Pa íses del Este y escritores de la A. C. E. Preside: RAUL GUERRA GARRIDO

Viernes, 11 de mayo Facultad de Filologia.

Facultad de Filologia.

LITERATURA EN POLONtA y HUNGRIA

LITERATURA EN CHECOSLOVAQUIA

JUAN CARLOS VIDAL JOSE LUIS REINA

ClARA JAN ES IVAN STRTKA

ADAM ZAGAJEWSKr MIHALY DES

Moderación y coordinación: ANDRES SOREl Asociación Colegial de .Escritores JOSE LUIS SAGÜES Facultad de Filología

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No asistieron.


El comunismo ·ha muerto, ¡viva el capitalismo!

ANDRÉS SOREL

A sido más que una crisis: un hundimiento casi generatlizado, al menos en Europa. Había sido anunciada, reprimida en fechas y 'lugares que quedaron como hitos históricos: Hungría 56, Checoslovaquia 68, Polonia 81. Un fantasma, el del fin del comunismo, comenzó a incendiar la Europa del Este. A comienzos del 90, ésta salta por los alires. Liquidación por derribo. Comunismo: pasó de ser utopía a poder representado por minorías que ~ns­ tauraban el caopitaJismo de Estado e incluso aIentaban formas imp.eria1listas como última consecuencia ded comunismo. y para los h~bitantes de estos países, el fantasma que recorría su mundo era el fantasma de Ila democraoia. Mientras, nosotros teor,izábamos, luchábamos, porque la razón y el ciudadano - no el pueblo, que nunca ex,iste ni podrá exisVir- cobraran el absO'luto protagonismo histórico. En nombre de sus ideas -dación utópica hacia sooiedades menos 1nju~tas, incluso justicieras- mur,ieron ID'hles de visionarios. Los mercaderes -de la banca, la Ig.lesia, o sus testaferros, los mi.litares- se replegaban asustados. La revolución parecía barrer las cinco esquinas del mundo. .A!lgunas .triunfaban. Poco a poco, sin embargo, sus prim1tivos impulsores iban siendo apartados de ellas, persegui-

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dos. Hombres educados en ¡os VieJos servilismos -ideología absolutista, acumulación del poder, policía como método efectivo para conservarlo, tortura y asesinatos empleados para eliminar a los disidentes- se hacían con ~as riendas de los aparatos de Estado y en nombre de la revolución administraban la ideología y la sociedad. En la derrota se unían los románticos recordando un poema de Erich Fried: Los caminos de 1a revolución son difici'les y confusos: el camino de la contrarrevo:[uoión es simple como ed camino de una brula a través [de 'la cabeza. Al fin, los esolavos del comunismo acceden a ~ a ·Libertad . Y se precipi1tan, gozosos, en nuestras sociedades. En Berlín basta con cruzar la sombra de un muro. Llega'r a España será más costoso. Quienes ·10 consigan, podrán comprar, sin oensuras -y porque son das únicas eX'istentes en el mercado-, las revistas de ,la ,libertad. En ellas, ,los famosos -artistas, anunciadoras de porcelanas, ex de cualquier reino, matrimonio o 'cosa- les expl,ican cómo se construyen y decoran sus nuevos chalés; nada de ensuciar sus pensamientos con problemas como el de la vivienda. Los duques o duquesas, sobre


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ANDRÉS SOREL

todo el barón y su . señora, quizá los personajes de 1a Kultura que más páginas han ll:enado en los periódicos «serios» españoles los últimos años, explican cómo cultivan y favorecen el arte, a~ tiempo que, duques, duquesas, condes, condesas, pontif,ican sobre sus excelencias y puesta a punto en eIl viejo arte de amar; no van, los unos o Jos otros, a perder el tiempo hablando del manido y trasnochado tema de la tierra, por ejemplo, en Andalucía o Extremadura, donde a~gulfos záfios 'campesinos que no son capaces de enterrar a Kropotkin o Engels aún hablan de temas como el de la reforma agraf'ia. Los y las famosas lucirán sus trajes y joyas -aJ tiempo que sus ami9tades ocasionales- partioipando en campañas contrá e¡ SIDA y 'las drogas -antes eran los negritos, todavía sigue el del hambre-, que siempre es menos traumático que hablar y estudiar en profundidad las imp1icaoiones de algunos gobiernos, poI,icías y hasta funciona'rios del derecho en esos temas (también na prostitución, tan necesaria y útiJ para las mujeres que 'la practican en ,libertad, ¿no.?). Comprobarán cómo los ejecutivos se quejan del exceso de trabajo que les lleva a tener que someterse a reposos en clínicas privadas - hasta a Houston tienen que desplazarse algunos-, mientras aquí aagunos empeoinados hablan de que fa1tan camas, o que \la proliferaoión de medicinas y sus precios obedecen a los intereses de aJgunas mu.],tinacionales. ¿Y los intelectuales? Estos son más felices: se regodean degollando al ma!lo de ~a película, el comunismo, que encima, para mayor inri, pref,irió ejercer de malo de verdad, y así, limpias sus manos de contaminación marxista, pueden asearse, vestir sus galas y partid par en ,las pasaTt~las, terruJias de bellas artes, cursos de verano ... ¡Conste que aún no acuden a las lentejas de Mona Jiménez! Y 'la radio y ola televisión mu!It~plicaron sus rertullias con amplios abanicos ideológicos que van de Curie! a Romero, de Romero a CUl'ie1.

¡Ah!, a muchos extrañará, si de España hablamos, que a,lgunos osados desempolven arohivos de bibliotecas a eXltinguir, comprobando cómo nombres de Jas más i'¡'ustres faminias, los F.ranco ila primera, hasta sus más ínfimos emp1eados, periodistas, 1ocutores de 'radio, bustos de TV, funcionar,jos administrativos, censores de Joibros, etc., se ,repi,ten en aquella y esta época, y no sólo 00 sus cabezas visibles, sino hasta en sus hijos y nietos. ¡Dios nos 'l1bre de estos nuevos linquisidores que no han sabido asimiilar 1as lecciones de la Historia!, podrán decir ~os defenest'radores de las estilltuas leninistas y ~os nombres que allí ahora son con saña bOl'rados y enterrados. Allg,unos ,tal vez, pensantes, se dirán, agofadas .las J,imosnas que ,les entregaron para degustar los goces de .la sociedad de~ bienestar: ¿pero qué vamos a hacer con ,los millones de seres humanos que ya no son necesa,rios para na nueva .teenologí'a ind ust'riaoJ, eXlterminarllos? ¿Quién devolverá sus mat~rias primas a los países subdesarrollados, expdl'iados por el ~orioso desarrollo de.Icapital,ismo? Se habla de una deuda que por lóg,ica bancaria cada amo illumenta y aumenta. ¿Y ~a deuda contraída por los conquistadores, explotadores, esa nunca se reconoce? 'l y qué se hará cuando se agoten ~os recursos naturales? . Comunismo y capÍltalismo se unen a la sombra de un Estado fuerte cuyo apara,to es dominado por Ilas nomencOaturas respectivas, pa.rtido allí, Iglesia, Ejércioto, banca aquí. Afortunadamente. ahora parece que el reino de ila 1,iber,tad -nunca más se habla del de ~a necesidad- va a hacernos iguaOes a 'l osoiudadanos de todos ,los países europeos. El comunlsmo ha muerto, ¡viva el crup'iJtailismol Y 10 único que aconsejamos a Jos hermanos que a pa,rtir de ahora deciden acompañamos en esta travesía es que, por favor, no p~nsen. Será ~a única manera de que se sientan verdaderamente 1,ibres.


U.R.S.S.



El proceso literario y perestroika A li:teratura soviética y rusa en genera,l tendría que agradecer al hecho de perestroika por lo me. nos dos cosas: el haber conseguido los escritores ,¡jbertad de creación, tan necesaria para todo artista y el haber recuperado para :la literatura rusa las obras vetadas a!DJteri:ormente. El proceso de la perestroika, en cierto sentido, ha cont>inuado y profundizado el empezado en la época del «deshielo» de ,los años cincuenta que se vio oÍnterrumpido durante cierto ti'empo por el período de «estancamiento» brezhnev1ano. Se sabe que en los años cÍlDcuenta, que se llamaron del «desmelo», surgió toda una pléyade de poetas y escútores de talento. Eugenio Evtushenko, Andrés Voznesensk1, Robert Rozhdestvenski, BeIa Ajmadúlina son sólo a,lgunos de -los nombres aparecidos y favorecidos por un olima político nuevo. En aquellos años precisamente también vio luz el cuento de Alexandr Solzheni,tsyn «Un día en la vida de Iván Denísovkh», donde se habló por pr,imera vez sobre la vida de un habitante en un campo de trabajo, una persona inocente llegada ahí po,r casualidad, .como ocurrió con otros tantos cientos de miJ.es desaparecidos en ,los años de Gobierno de Stalin. Desde la llegada de MijaH Semguéevich Gorbachoval Gobierno en 1985, ,la Ullión Soviética ha vivido un proceso de cambio sin parangón desde el final' de la Segunda Guerra mundial; perestroika y glasnost (palabra-s mágicas en boca de reformadores y comentaris.tas), no perseguían, inioialmente a,1 menos, otro objetivo que dotar de eficacia y racionalidad a unos sis'temas obsoletos y burooráticos, negadores, ciertamente, de la libertad, Los cambios apuntan a -la libertad política. Es un prooeso liberal. Según 'el escritor Vita-!i Korótich, ducrante la,rgos años se ha menospreciado la opinión popular en asuntos como son

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oJas tareas de los escritores y la cultura, en genera.J. Se ha fomentado una suerte de estra1'ificación de méritos en la que correspondía el lugar superior a aquellos autores ga'lardonados con las márimas condecoraciones estatales; en la capa inmediatamente inferior se encontraban los escritores de amplia popularidad pero que no habímrecibido ningún premio oficia'!, y, fina,lmente, aquéllos cuyos vafores literarios fueron -reconocidos póstumamente. La brecha abierta entre el interés del 'lector y el juicio de los cargos administrativos ha creado una distancia entre unos y otros que en más de una ocasión ha provocado equívocos y complicaciones. V. Korótich dice: «Proteger la literatura no significa envolver a los escritores entre a'lgodones. Es necesario que podamos discutir y criticar su trabajo. Hay que cuidar 'la obra de un escritor pero es necesario también discutirla». La nueva y esperanzadora reaEdad literaria con su ambiente de transparencia, ante todo, crea la posibilidad e incluso ,l a necesidad de escr·i bj;r sabiendo que ahora no existen temas «vedados», conflictos (<indeseables», personajes (<DO admitidos». La conocida en el extranjero glasnost es una ,rea:Iidad extraordinaria para la Unión Soviética. Por pr,imera vez a lo largo de setenta años se derrumbó la bóveda de la ideología normativa que cubría el campo espiritual. De debajo de sus ruinas instantáneamente irrumpieron numerosas y diversas ideas, criterios y «micro ideologías». Estas «miniideologías» contienen múltiples y variados aspectos: religiosos, polí1'icos y socia·les. Se viene formando una comp¡'¡cada atmósfera viva de ,i deas, una ideología nueva, aún enigmática, aún no ·revelada por completo. En esta enigmática ide<Ylogía nueva fI'otan fragmentos restantes de an1'iguas culturas, aniquüladás tan absurda y brutaoImente duran.te


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del país ia voz del escri,tor o el artista es la más vibrante. Aires nuevos parecen recorrer ~a Unión Soviética. Están en boga términos ampliamente significativos: Perestroika (política de reconstruc.ción o transformaoión social), glashost ,(transparencia). Hay indicios esperanzadores: se rehabilita a los escritor~ como Andrés P.latónov; Eugenio Zamiatin, Vla; ,dímir Nabókov, Vladislav Jodasévich, Iosif Bro9ski, entre otros y se publican :a:lgunos de sus textos; la novela de moda en .'la Unión SoV'iéüca es El Cadalso de .chinguiz Ai-tmáJtov que trata, entre otros, el problema de drogas y marginación. La 'era Gorbachov ha comenzado .. , - Todas las obras nuevas publicadas re". cienvemente conforman un mosaico que permite al lector hacerse una ~dea, siquiera aproximada, de esta especie de re,surgir de la literatura sov1ética, aI calor de unos intentos de cambio socia,l y cul.tura!. En el aotuaI equipo dirigente se .percibe una tendencia a la tCileranoia, muy semejante a la que ya mostró N. J ruschov al' comienzo de su Gobierno . .El lide razgo actua~mente 10 sigue man1:eniendo la' prosa : socia,l .e ideológica ' o literatura poH,tica, Al rechazar el espíritu 'del «patronazgo» y de la «tuteI'a» socia·les, ajenos a ,la democracia, las mejores obras de la 'liferatura soviética multinacional afirma!Il 1a riqueza, el sentido co' mún y fa independencia del pensamiento. -La situación literaria actua,1 es algo inesperada, Durante medio siglo no se pudo publicar El Réquiem de Anna Ajmátova. A. Kostin. Durante cerca de veinte años no se puProyecto de antimonumento a .blicaron 'Ias novelas de Alexandr Bek, Anna Ajmátova, 1989. Vladímir Dudíntsev, Anatol'i Rybakov, Esta intensa formación ideológica se el poema Por el derecho del Recuerdo está producj.endo también en calles y pla- de A!lexandr Tvardovski. Ahora esas zas, en la conciencia de 'la intelectuali- obras, como muchas obras no publicadas dad, sobre ,todo en ja de ,las figuras cul- .anteriormente, V'ieron la ,luz. Se invitó al. turales y I'iterarias. Prosistas, poetas y lector a vivir y pensar lo que no había ensayistas son los que inyectan nuevas pensado ni vivido sufioientemente, o in.:ideas en la conciencia socia'¡ y mantiene cluso .Jo que antes :ignoraba. Todas estas en ella ~a tempera,tura del hervor. A me- obras resultaron ser esperadas y ansiadas. .lludo políticos o científicos buscan entre ¿Estaba preparada qa gente para ello? los escritores a quienes pudieran ayu- No para unas u otras pubHcaciones sino darles a presentar sus ideas a la opi.nión en general para 'la glásnost literaria. Quipública. Porque hoy en la acústica social zás, estaban preparadas porque la «nueva

la borrasca revolucionaria; fragmentos de un sinnúmero de ,iniciativas creadoras llenas de ta,lento de las que tm rica fue ~a historia soviética y que sucumbieron ora en las condiciones de ia ciega dictadura, ora asfixiadas en la a"tmósfera énrarecida del ,inmoviI:ismo.


EL PRQCESO ,LITERARIO Y PEREsTROIKA menta'lÍdad» íba madurando en las me.. jores obras de la literatura soviética, en las difíc:itles y cOlltradictorias vías de la crítica literaria. La nueva 'mentalidad se iba configurando en la ~ucha contra 10 que frenaba el déSa.'rrollo del país. Esa ménta-lidad no fue cakulada ni preparadá sino nació entre sufrimientos. : Los pr.incipales hechos de la vida in" terior de ija Unión Soviética 'han encontrado ref.lejo en las obras litera-rias de los 'escri,tores soviéticos. Si se comparan los temas que hoy se -tratan en las obras 1i t'e rarias Gon 10s de -liace unos cinco años o más. se encontrará .g'ran diferencia. En ruedas de prensa con los escritores, encuentros con ,los literatos, se abordan directamente los temas de actualidad. Ahora se puede escribi-r acerca de todo, no bay ya temas prohibidos. ¿Qué se puede decir de las obras que despertaron gran interés del público soviético así como discusiones tanto en la prensa como entre los lectores? ¿Qué se puede deci r de los temas, caracteres, situaciones en esas obras? Casi todas ellas ham. aparecido en Tevistas ,1i.lierarias últimam ente yen fechas bastante recientes. Las revistas y almanaques literarios Como: «Znamia», «Novy Min>, «Druzhba narodov», «Iunost», «Neva» y otros se encargaron de llevar a'l público las obras de :los escri,tores y poetas, muchas de ellas inaccesibles basta ahora. , Los escri,tores soviéticos de boy se caracterizan por un marcado enfoque cívico. ¿Puede el pensamiento histórico vivir a base de reticencias y silencio? En la década de 'los sesenta se elaboraba algo así como un «surtido» político y estético obligatorio' de la literatura y el arte. Las 'listas de ese {<surtido» expresaban una bond a desconfianza en aa gente, en la inteligencia y la conC'iencia del pueblo, en todo 10 que existía y v,ivía en tomo. Esas 'listas no eran tan inofensivas como pueden parecer hoy. Formaban parte de 'los estereotipos ideológicos que durante largo ti.empo frenaron el desarrollo de la literatura y el arte así como de ~a crítica literaria. Hace poco, el escritor francés Claude 'S'imon, Nobel de Literatura de

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1985, puso el ejemplo del estancamiento a·r.tístico que han sufrido 1()s países del Este europeo al gooeralizar' uñ intento de unión entre :la ideología y el arte, mencionando <dos resultados catastróficos de estancamiento y retraso social>}. No es fortuito que muchas obras de aquellos áños de los años anteriores, convertidas hoy en orgullo de la 'Jioteratura soviética esperaran su hora años y a veoes decenios. Y, en genera'l, en ,las últimas décadas, la literatura soviética se desarrollaba superando 'lentamente, con dificultad, el esquematismo sociwl y estético. Era una .]ucba de éxüo variable, a veces dramática, pero si la «nueva mentalidad» va prevaleciend'o poco a poco sobre la «vieja», se debe, en cier-ta medida, a que J'a literatura soviética en su mejor parte eontribuyó a la formación y la difusión de la «nueva mentao).jdad» entre el pueblo. , '-EI "nivel de 'l a cultura decayó en esos años. No sólo por 'la razón de que a,lgunos -literatos de primera fila e migraron al ext-ranjero tras ¡l a Revolución de Octubre, sino que ,la «exportación» de los intel-ectua.Jes ba continuado en Jos años posteriores (Eugenio Zamiatin); es sólo alguno de los nombres que ,tuvieron que marcbarse de su país por las circunstancias imposibles para ija creaciólIli artística; otros tantos estuvieron a punto de j'rse y no obtuvieron el permiso necesario y por la razón de que durante décadas se ha procedido a un exterminlio fí sico de '¡as mejores figuras de 'l iteratura y ciencia. Según el escritor Víctor Astafiev, en ningún país, en lIlúngún siglo babía vivido y trabajado un sólo artista bajo oircunstanCÍ'as tan dramáticas, en un tiempo tan trágico como éste en el que 1es ha tocado vivir y trabajar a ellos, que están al borde de un abismo, percibiendo Teal, tangiblemente y n() de un modo ijj:terario el «¿ser o no ser?» bam1etiano. Las novelas re.. cientemente pubJ.icadas, que nos hacen volver al pasado, abarr can 1as décadas del '.neinte ¡vI cincuenta y coincúden en 10 principal: aspiran a cubrir las lagooas en 1a educación bis,tórica y mora~ del pueblo. Quizás, en ellas es demasiado grande el papel de los datos y pormenores que


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CARMEN FERNANDEZ M8NDEZ

antes casi se desconocían. Pero alguien debe relatar lo no 'relatado hasta el final, lo interrumpido a media paflabra. Es una tarea absolutamente natura,1 y necesaria táin.to pata la literatura como para la historia. Pero en especiaI para la üteratura" con su objetivo eterno e indiscutible: el ser ' humano, se lrate de un campes-ino de ' Riazán o de un estudiante de Moscú, de un chiquillo de un hogar de niños o de un científ.ico genético perseguido. No voy a hablar casi de ,la poesía por -la razón de que el 'Ínterés mayor despierta aotuahilente la narrativa por la informaoión que proporciona. En lo que a la poesía se 'refiere, tras la muerte de B. Pastemak, existen varios valores consolidados y reconocidos. Eugenio Evtushenko, uno de los más f.irmes partidarios y publicistas de' -la nueva política impulsada por M. Gorbachov, en su artículo (aparecido en el periódico «Sovetskaia Kultura» expone ,las razones que apoyan la diversidad ideológica e interpretativa frente al obligado unidimensionaEsmo del anterior régimen soviético. Según el poeta, los cambios por -los que atraviesa el país son un proceso que no busca destruir los ideales sino retirar el rodaje dogmátoico que anquiilosaba dichos ideales. Andrés Vomesensló, considerado por muchos el mejor poeta vivo y traducido a idiomas extranjeros. También podríamos hablar sobre Bella Ajmadúlina y Robert Rozhdestvenski, entre otros. En 'la narrativa, por un lado, están representantes de ~a prosa mral o de la «escúela campenS'Ína»: VasiJi Belov, Fiodor Abrámov, Sergio Za'lyguin, Va1~IJotín Rasputin y otros, Este movimiento que surgió en los años sesenta y setenta, con su pr-eferenci'a por Uos argu'mentos ligados al campo y al campesino ruso, intenta 'revalorizar 'los valores ecológicos, acosados por ~a desmedida toecnologización -industrial, y exa~-tar el sentido humano de la vida ligada al medio rural. VasiH Belov -en su novela «BI año del gran viraje» (el segundo libro de «Las Vísperas») continúa el mismo tema y demuestra cómo ~a relación moral «hombre - tierra» fue destruida. V. Belov

viene escribiendo su crónica - sobre los finales ' de los años veinte y comienzos de los treinta durante casi dos décadas y cada nueva entrega es más trágica que la anterior. Antes [lO podía hablar de muchas cosas ('la primea-r parte se publicó con grandes cortes). Ahora, gracias a Perestroika, puede d'eciT toda ,la verdad sobre la «colectiv,ización total» del año 1929, estremeciéndonos con cuadros de las absurdas represiones. Hasta hace poco era impensable leer una obra como ésta, que dice la verdad sobre el proceso de colectivización en el país, de creación de cooperativas: kO'ljóses y sovjoses. Siempre se preSentó como un hecho necesario para levantar ,l a «aMasad'a agricu~tura» rusa, un paso hacia adelante en el proceso de -industriaflización del país pero nunca se ha hablado del precio, el coste humano -que supuso el gran proceso de colectivización: millones de vidas, unos muertos, otros desterrados a Siberia o Asi'a CentraL , Los escritores sOV'Íéticos, especia-Imente los de ,la' «escuela campesina», sí han hablado en sus obras sobre los problemas de -la a,ldea rusa. La 'I1ovela de Ana,toli Anániev, «Cánones y campanas» se podría resumir en esta frase «entregar 1a tierra a ,los campesinos». Lo propugnan Iván Bespá'lov, historiador que estudia -la vida del pueblo, y P·iotr Kuruavtsev, maestro de escuela hecho Director de un koJjos en el sur de los Ura1les. Pese a que es una .¡aea sencilla y planteada por la vida misma, en su torno se ~n1abla una -l ucha complicada y dramática. Cabe seña~ar que los personajes de AnatO'li Anániev no se preocupan sólo de mejorar en lo material 'la existencia de los campesinos, sino también de realza'f los vallores espirituales que hasta hacía poco eran prop'ios de los habitantes de ~a aldea rusa. Algunos escritores de la «escuela campesina y entre ellos AnatoH Anániev creen que para resolver Ilos problemas socia'les es indispensable hacer retornar al ' hombre a la tierra, a sus raíces. . En el verano de 1930, en el informe p-ara el XVI Congreso de Pa-rtido se de-


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Kiev. Catedral de Santa SofĂ­a.


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CARMEN FERNÁNDEZ MÉNDEZ

cía que el programa quinquenal de construcción de 'los koljoses fue cumplido en dos años en más del cincuenJta por cien. <<El qU'inquerrio fue cumplido en dos años» es Jo que quedaba más grabado en ·la conciencia política de las masas .en aquel período. ¿Qué significa para la conciencia y la imaginación de hoy? El Mar Juvenil y La Cantera de Andrés Platónov nos dan una idea de una de las variantes de ,la percepción artística del proceso de entonces. iQué caras, qué actos surgen ante nuestros ojos, qué voces reviven 'tras la 'lejanía de aquellas estadísticas políticas! La literatura ofrece sus respuestas, no son irreprochables pero nos hacen volver a la objetiva realidad histór.ica del <clugar y el t·iempo». La narrativa «rura'l», fenómeno de 'la muhinaciona'l l'¡ teratura soviética de los años sesenta y setenta, continúa, aunque de manera distinta, más Ubre, con otros héroes y argumentos. Existe hoy día UIIb gran interés hacia la historia de su país, para volver a revivir su difícil experi'encla pero de una manera veraz. Uno de los temas principales entre esta olase de Uteratura y que no es nuevo, pero 'i nterpretado desde un punto de vista histórico distinto, es el del Jefe del Gobierno soviético durante más de ¡;reinta años, una persona que rigió los destinos de un país de doscientos millones de habitantes. Me refiero, naturalmente a 'Ia figura de Sta'lin. Estuvo representado durante muchos años como el «padre de la nación», «el guía espiritual» peJI'O, por fin, en ~a época de N. Jruschov se :le quitó el áurea dorado de casi un «dios» y se habló del culto a la personalidad . En Jos años sesenta la :literatura soviética habló ya bastante de los abusos y las represalias que habíam: tenido ~ugar 00 !la época de Sta'¡'¡n. Después este proceso se li nterrumpió en 'Ios años de estancamiento político ('Ios años setenta). Pero nunca se ha podido leer obras literarias tan \'erídicas, con ,luz histórica nueva y rea:!, como ahora en ·los años de progresiva transparencia en la vida del país. En la obra de V. Belov delibera como enemigo del

Estado que di:rige y, por consiguiente, como enemigo de sí mismo, ,l o cua~ no es oJógico. También se le representó como a un malhechor común y corriente, cosa que hizo Ana101i Rybakov en su libro Los Hijos de Arbat. En .Ja narra1llva de hoy la prosa sobre la guerra sigU'e ocupando un lugar importante. El enorme espacio de ,l a pasada guerra se recorre de nuevo, honrada y vMerosamente en da novela de Vasi1i Grossman Vida y nestino, escl'lta en el año 1959 pero que no se publicó hasta hace poco. En su obra el escritor aporta su visión de ·la Segunda guerra mundial. Tomando como eje 1a batalla de Stalingrado, rela'ta a un toiempo el terror staünista, las vicisitudes de ,l a guerra y la vida cotidiana en ~a ·r etaguardia, ·intepretando el v,jejo tema, cada vetZ más actua1 y necesario, de ,l a 1ibertad del jlndividuo frente al si·s tema y sus modos de deformación . Otro nombre reabi,Ji:tado perteneciente a la prosa sobre 'l a guerra es el de Víotor Nekrásov, nacido en la ciudad de Ki'ev en 1911. Su primera novela En las trincheras de S~lingrado (1946) rompió por pr,i mera vez con la producción novelesca de ,la época, puramente propagandística. Las obras sigU'iemtes del ,escri·tor provocaron ~a i'r ritación de oJas Autoridades terminando en mayo de 1979 con su privación de la oi,udadanía soviética. Los escritores como Konstantin Símonov, Vas'¡'¡ Bykov, VJadímir BogomÓ'lov, Konstantin Vorobiov también comenzaron su narratoiva en contra de ~as .recomendaciones y Jos clisés. Los escritores VlilJdímir Dudíntsev, Danill' Granin, V.ladímir AmIoinsk.i, qmzás, siempre se sentían a-toraídos por el mundo de la ciencia, así tenemos 1as obras Vesti'duras blancas, El Uro y otras. La eteliDa 'Iucha del bien y del mM en aquella forma concreta e histórica que adquiere en la realidad soviética, es la que se estudia en la novela Vestiduras blancas. Ante nosotros se desarrolla ~l panorama del ambiente científico de aquellos años (hace 40), el triunfo de ,la pseudociencia apoyada políticamente, Ja lucha


ECPROCESO LITERARIO Y PERESTROIKA

de los' verdaderos investigadores por defender su trabajo prácticamente en clandestinidad, el trabajo por el que a veces dañ 'lia"sta 'su vida. Es curioso que casi a,l mismo tiempo han aparecido tres obras 1!iteraTias que tratan el tema de 1a famosa sesión de ,la Academia de Agricultura del año 1948: la novela de VUadímir Amlinski Se justificará cada hora ... , la novela de Daniil Granrin El Uro y ia novela de V:ladímir Dudíntsev Vestiduras blancas. La Ultima resulta ser .)a continuación del tema sobre :los científicos en la obra arnrerior del escritor (No só'l o de lJan vive el hombre) publicada en el mismo año del :xx Congreso y cuya consecuenoia fue ,la dificultad posterior para imprimir sus obras y ~as condiciones que no favorecían 'en nada el ambiente creativo. El Uro de Dan.iii Grall'in, en reaIJdad, se basa en el mismo conf:licto que la novela Vestiduras b'lancas de V. Dudíntsev, pero ese corrlilioto se halla complicado por el excepciona'l destino del protagonista T!Ímoféev-ResoV'slci, em1nente biólogo ruso, apodado por sus amlgo el Uro, que pasó gran parr·t e de su vida en el extranjero. El autor se detiene lleno de asombro ante la f.igura del Uro, personaje rea~. ¿Cómo logró defenderse a sí mismo y no sucumbir en Jas circunstancias que, al parecer, descartaban la conservación de su origi'llM personalidad? Y eso que el Uro -TJmoféev-Resovskrino real1zó hero1cas hazañas: simplemente, «se permitió segui'r si'endo como era». El escritor expresa así su pasrión por el tema: (d..a cienoia es uno de los temas en que el escritor puede ¡trabajar toda su vida; el mundo de 1a oienoia es sumamente complejo y múltiple. ... Su mundo -de gran responsaba~dad, de búsquedas intensas, de pensar, de concebir me .tenía cautivado. Esto pasaba no so~amente porque yo mismo era científico y conocía el ambiente en que se desenvolvían mis personajes. En ~os años cincuenta y sesenta el mundo entero depos-itaba grandes esperanzas en los oientíf.icos. Eran muy atractivas las ideas tecnocráticas: de que la ciencia podía transformar la realidad,

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de que-el cuLto 'a la razón permitiría ordeniu el mundo.» ' Otro de ,los temas tratados en Ia literatura de hoy es el de nacionalidades, un problema muy actual. Se puede decir que la novela de Anatoli Pris-tavkin «Pernoctó la nubeci,ta de oro» en cierto modo ,toca ese tema. Esta obra habla de otra página de la rustorr1a de la que no se habló hasta hace poco. La tonalidad emocional de ,la obra se debe a que habla de 'Ios niños, y no simplemente de los niños sino de 1as víctimas de la guerra: los huérfanos llevados a t:erras de los chechenos (un pueblo d~l Cáucaso), acusados de tra,ición y de colaboración con los enemigos y expulsados por eso de sus lares. El espeoial dramatismo de la obra escrita «en aras de la justioia» reside en que los niños tienen que pagar por el mal cometido por 'los mayores. El movimiento ecologista crece en la Unión Sov,iética en pos de la también impetuosa catástrofe ecológica. Los escritores soviéticos no queda·ron indiferentes a :los problemas del deterioro de medio ambiente atrayendo con sus artícu:los y obras la atención de miJes de personas. En la producción 'literaria de a,lgunos escritores, como Víctor As·táf,iev, Sergui Zalyguin, VaJetín Rasputin, resaI.ta ~a concienoia ecológica, la preocupaoión por las consecuencias de las centnIJles atómicas. Los escr ~tores se convier.ten en los defensores de la natura·leza ma'ltrada: el lago Ba,ikal, el mar de Arral, etc. Ya hace a:lgunos años publicó el escritor Víctor Astáf,iev su novela El Pez Rey, donde mostró su preocupación por -la naturaleza vi·rgen d~l norte, por .J.as r.iquezas de los ríos y los bosques del país, por el med·io ambiente que se va deteriorando cada vez más. Chinguiz Aitmátov, uno de los esori,tores más relevantes de la literatura sov·iética multinaoional de hoy, en su última obra El Cadalso (publicada en España con ~l nombre de El Calvario de Abdío) ha desvelado a~gunos de los temas más candentes de Ja vida moderna soviética, ~a drogadicción, -la defensa de .la naturaleza, etc. Ch. Aitmátov escribe: ·(<EI problema no consiste úrucamente en


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CARMEN FBR,NÁ'NDEZ MÉNDEZ

preservar 1a natuTa'leza frente a la irracionaJl actividad económica dcl. hombre. La misma ,i mportancia tiene el tomar concienoia de que la actividad del hombre hacia la néllturaileza influye inevitablemente en 'las relaciones humanas. Sumergidos en el ataque vehemente contra la naturaleza, no hemos sospechado durante mucho tiempo que cl. vencedor es precisamente e'l venoido. Nuestra derrota po se mide sólo por el descenso de caudales fluviailes ni por las hectáreas de bosque muer,to o ~as ,tasas de contaminaoión de la atmósfera por em~siones nocivas. Lo más grave es que se corre el riesgo de que el hombre pierda a'lgo muy importante para su vida espiritual. y Ja a'Lteratura aún no ha profundizado suficientemente en este fenómeno. Precisamente en eso hago hincapié en El Cadalso.» Hoy día los escritores soviéticos luchan en las fiJas de ,los pacifistas, como .por ejemplo Més Adamóv,ich, uno de los pacif.istas más consecuentes e incociliabIes. En su a'r-tícu10 «Unas pailabras contra Ja fuerza» esoribe: «.prombioión absoluta dcl. derramamiento de sangre y de la crueldad, impuesta por los intereses supremos del género humano: he aquí la fórmula de humanitarismo que nace en -las postr,imerías del más crucl. y cruento ,de los siglos ... ». Y sigue: «Los hombres tienen Ja obligación de formar en sí mismos el rechazo absoluto a Ja matanza de sus semejantes, :trul como la que experi-mentan haoia el canibaEsmo ... El hombre es racionélll en el grado en que es bondadoso, ca'ri,tativo y humano ... ». Todo 'esto era ,imposible ueer en Ja prensa hasta no hace mucho. Otro de los temas nuevos, tabú en la época anterior, es el de la ml,igión. Ahora se escr,ibe mucho sobre este tema, ·sobre 10do desde el año 1988 en el que se .celebró el milenio de la Iglesia ortodoxa rusa. Dmitri BaJashov, autor de novelas .históricas, declaraba: «En nuestro país existe una terrible faha de respeto a las culturas nacionales, y no hablemos ya -de la tradicionaol mofa de los creyentes. Hemos casi destruido la Iglesia rusa,

anillado Jas costumbres, ~os ritos y fiestas popula,res, ~a vida de ~a aldea rusa. Hemos visto la profanación de 'los santuarios, de las costumbres de Ja vida tradicional del pueblo, declarando que tojo eso es oscurantismo e :ignorancia.» ¿Por qué es limportante este problema que encontró también su refilejo en la O},iteratura actuaol? Porque va muy unido al asunto de la espi.ri.tual'idad. Hoy el cristianismo está Claoramente representado en la ideología pluraoli tao 'f.iende a penetrar en ua cultura, en la pOlÜtica y en la conciencia socirul. Bn ¡los artículos de los prosistas Va!lentín Rasputin y VJadímir Krupin, entre otros, encontramos testimonios del renacer religioso, indicios de ·la fusión del or,istianismo tradiciona~ con la literatura y ua vidá espiritua1. Por una parte, tenemos la «,Iiteraotura reten,ida», o sea obras litera.rias escritas años atrás y que no han podido publicarse a su tiempo en el país por circunstaoncias ev.jdentes, por ot'ra, la <ditera-tura rescatada» o ¡Jos «nombres resca,tados» que muchas veces, tras un dargo tiempo han vuelto a su país de origen . Tenemos en cuenta las obras de Jos escritores emigrados durante la revolución de Octubre, o en ,los años veinte - treinta y poster.jores. Estos nombres y obras vetados y silenciados durante muchos años en la Unión Soviética han podido regresar a sus ·lectores comp'letando así el panorama de la jiteratura rusa y soviética. La in.troducción en su haber espiTituaol de obras prohibidas durante oIargos años fue una de las más impor,tantes man'ifestaciones del triunfo de Ja democracia y la gláSDost en el período de la perestroika. Las ]-i.mitaciones y prohibiciones .i mpuestas por ,los burócratas a ,las manifestaciones del talento artístico pa'recen haber sido eliminadas en este momento. Uno de los nombres recuperados para .la .Jiteraotura soviética fue el del poeta Iosif Brodski, premio Nóbel de ']'iteratura (1987). Dos lineas de versos nada más . pudo Brodski pub].jcado en su país (como un epígrafe a Jas poesías de Anna Ajmátova). Sin embargo, como ya ocur'rió con btros poetas (ejemplo VUadímir Vysotslci)


EL PROCESO LI11ERARIO Y PERESTRíOIKA

sus poesías rse difundían copiadas. Bl poeta estaba presente en la Uriter·aJtura no oficia'l pese a 10s esfuerzos de «excomulgarlo» de ella. Esa «excomunión» comenzada en 1964 con un proceso judicial acusándole de parasi.tiÍsmo (a pesar de la defensa del poeta por escritores tan conocidos como Kornei Chukovslci, Auna Ajmátiva, AJexandr Tva'rdovsk,i) t'erminó con ~a emigración forzosa del poeta. Acturulmente el poeta se publica en muchas rev,is,tas 'li,teraDias de ola Unión Soviética. Otro de aos nombres recuperados también para Ja 'literatura es el de Nicolás Gumiliov fuslliado en el año 1921 por s u presunm pa.¡;t1cipación en una conspiración antirrevoluoionaria. Como se escr.ibe ahora, ~a culpabilidad del poeta no está demostrada y su muerte ha sido, como aa de tantas otras personas, un tributo más a los años del Terror rojo. Las poesías de NicoJás Gumi,liov no se puhlicaron desde 10s años veinte, prácticamente desde su muerte. Durante muchos aJños parecía vivir úni.camerute «la 'leyenda de Gumiliov», un poeta maldi,to, un tra,i dor, en versión oficial, a la revolución. Han pasado generaciones sin haber pod.jdo conocer sus poesías. Y ahora en diferentes 'fevistas soviéticas se ha vuelto a revivir la vida del poeta y se han publicado Jos 'fibros de sus poesías. Eugenio Zamiat-Í'n, muy apreciado por Jos escroitores como Consta'tÍn FedID, Máximo Gorki y otros, considerado como maestro de ,l a literatura, desplegó una gran labor culturaI a comienzos de los años veinte en Petrogrado. Precisamente en los primeros años que s'iguieron a la revoluoión de Octubre, Eugenio Zamiatin participa en casi todas las inicia,tivas de Ja esfera cuJturrul, trabaja en 'l a Editorial Literatura Universa,l, en el Comité de Piezas Históricas, la Casa del Arte y la Casa de los Científicos. Pero al escritor k ocurrió Jo que a otros IJitera,tos: a f,ines de 10s años veinte en torno a su nombre se formó un ambiente de extrañeza y hostiHdad, sufrió acosos en la

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prensa y persecuci·ones, inoluso ' fue deportado y, naturalmente, se le negó la pub1icación de sus obras. Sabemos que semejantes circunstancias significan la muer,te creativa para un escritor y E. Zamiatin se decidió pedir permiso al Gobierno para marcha'r al extranjero. En junio de 1931 escribe una carta a Sta'lin. BI escritor falleció en París sin haber podido ver más sus obras publicadas en su patria. Podríamos seguir toda una ilarga ,lista de po~tas y escri,tores: Yuri Dombrovski, Borís Pasternak, MijaíJ Bulgákov, Mijaíl Zóschenko, M1jaíl Bajtín, Andrés Platónov, Alexandr Sozheni.tsyn, Nioolás Kliúev, Borís Záitsev, Sasha Chiomyi. Sasha Sokolov, V:ladislav Jodasévich, Varlam Shailámov, Anatoli Rybakov. Alexandr Bek y otros. La unidad de ,Ja cultura rusa es muy importante y por eso que tiene tanta relevancia la vuelta de algunos nombres y obras literaciias olvidadas o vetadas anteriormente. Las novelas, narraoiones y poemas que durante largos años no v,ieron :la il uz a causa del miedo y publicados ahora devuelven a ila sociedad la 'idea completa de la verdadera gama ideológica y artística de !la E-teratura soviética. Teniendo ahora de nuevo Ja grandiosa narra¡tiva en las mejores obras de VJadími·r Nabókov, Andrés P,latónov, MijaH Bulgákov y otros autores se puede discutir acerca de ellas. Vita.Ji Korótich dice que considera de gran importanoia el proceso de democratización, pues de otro modo sería ,imposible el desa'ITollo de la sociedad soviética. Aunque en este momento el proceso de qa perestroika va por un camino muy difíci,l, como ha rucho el escritor Graham Greene, confiemos también nosotros que dicho proceso de democratización, reestructuración y transparencia, comenzados en el país en el año 1985 se profundice y vaya adelante, favoreciendo. entre otros, aJ campo de ·tIa creación ,1iterar1a.


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MoscĂş. Catedral de San Basilio.


El mito Velimir Jlébnikov (*) RAS sacar a la ~ uz en 1987 Creaciones, la ed!ición por ahora más completa de obras de Velimir J!lébnikov, la edri:toriall Sov,ietski Pisátel la completará en 1990 con dos tomos de Investigaciones y memorias sobre Jléboikov. Este netrato colectivo que se fue oreando durante 80 años por investigadores, :Jüeratos, testigos accidentrules, amigos y familiaTes, es ,l a primera exper,iencia y base originrul para una fu tura biografía científ,ica de Jlébruikov, E l primer torno compnende trabajos clásicos de, Maiakovski, Aséiev y Tyrriánov, que hace tiempo están en circu¡)aoión científ.ica; extractos de artícu'los de Mandelshtam y Gurniliov; artículos de Grigori Vinokur, ,inéditos o escritos especia'lmente paTa testa edición, hallados en archivos por el joven investigador Max,im Shapiro; un inédito artí culo de Gr,itz; trabajos de Yacobson. Skurrutovski, Panov, Guinzburg, Gaspárov, Sarabjámov, Dani,levski, etcétera. La prepa'raoión de este tomo está a cargo de Jos científicos conocidos más allá de nuestras fronteras: Zinovi Paperny y Via'chJe.slav Ivanov, Premio Lenin y diputado del pueblo de la URSS.

T

posible que ese tomo incluya el a·l1tícu'lo de un astrofísi'co, en el curul ,los cáiJculos de ,la historia humana, rea1izados por nébnikov, se explican a pal1tiT de 'los destellos de estrellas supennlUevas en el firmamento. Yo destacaría espeoialmente el artículo de Lidia Guínzburg sobre Jlébnikov y ;Ios escriotones J arms, Oléin~kov, Vvedenski, ZaboJotslci., pa,ra ,los cuales el poeta fue ell maest'ro prinoipal. Si en nuestra ¡literatura hay alguien que continúa la traáioión de J'lébnikov, ,l o haoe

VIACHESLAV IVANOV:

- La idea de reallizar e1 'libro sUTgió hace unos 15 años cuando Jlébnikov aún no es taba reconooido en ,nuestro país (al menos, oficirulmente). Mi'e ntras íbamos preparando Jteontamente nues,Dra edioión, 'se conmemoró el centenario del poeta y un creciente número de personas estudió su obra. Entre nuestros a,utores f,iguran f,ilólogos, críticos de arce, estudiosos de la cul,tura, pintores, poetas. Es porque el mismo J'lébll'ikov fue un hombre de conocimientos muy «abigarrados»... Es

V. Ermilov.

E. Neimaer. Versos. Ilustración.

a 'través de los últimos .. . El articulo de Guinzburg es sign,if.icativo 'también porque su autora, pese a s us 80 y ,tantos (*) :romado de «El libro y el arte en la URSS». 2/65. 1990.


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VELIMIR JLÉBNIKOV ALEXANDR PARNIS:

O. Rozánova. A. Kruchonij , Aliagrov (R. Yakobson). Libro superinteligente. Uustración. Grabado en linóleo, 1915.

años, trabaja activamente continuando la linea de -la crínica 'l iteraria rorma:]'ista que descubrió a JJébnikov. Hay algo de singUllar interés: sólo ahora empezamos a comprender muchas cosas en 9a obra del poeta. Se revelan sus nexos con la vanguarilia cUll/fmTilJ} europea. Nuevas hipótesis y asooiaciones surge n también a medJda que estamos conocil~ndo a escritores y poetas que tienen afinidad con J:l ébrukov (J arms, el poeta francés Artaud, etc.). Así que, probablemente, pronto habrá que edita'f un volumen más para completar ,la edición. Efectivamenre, se han recogido muoho Il?ás milJner~aJles que los que se pudo ~n.­ oluiT en esa edición. Muchas memorias ·saHeron a 1uz por inioiativa del. crítico literaftio Alexandr Pamis, quien dedicara ~arios años a buscar testigos a trabajar :¿n ¡ ar~hi vos, a elaborar,. €o;m:\?ntar,~os.

- Estos testimonios se 'r ocaleotaban poco a poco. Nos costó en arme ,trabajo encontrar a :los pocos que conooieron a Jlébnikov y viven aún. Ent're ellos, afortunadamente, hubo amigos íntrimos del poeta, como Burliuk, Kruchionij y Petnikov. Es valioso el relato Mis pláticas nocturnas con Jlébnikov, de Andrievski, entonces jove n l~lllerato y miembro del Ejército Rojo, posteriormente diTector de oine. En nuestra edición estas memorias aparecen por primera vez, redactadas por el autor y con sus comentarios detallados. Uno de mis mayores éxitos fue haber encontrado el archivo de Rud()llf Abich quien 'l oca,l'izó y encuestó a numerosas personas que habían conocido a Hébni. kov durante su estancia en Persia, incluidos (¡lo más sorpl1endente!) ruIgunos persas, y en ,los años 30 'trat ó de editar un l·ibro sobre el poeta. Ya tenía i ncluso un contrato con la editoria>!. AJl enterar· me de eso por "]os años 60 empecé a buscar esos archivos sin contaT con ni ngún da,to exaoto y sólo intuyendo que ahí podía haber ~mportantísj.mos materiales. Abich murió en 1937 acusado de trotsk,ista; en sus cartas desde el campo de concentración "le pidió a su mujer salvar el archivo de }lébnikov. Ella fue detenida más tarde, pero logró poner los papeles en dos cajas y enviadas a familiares en Bakú. Murieron todos "los autores de esas memorias; "]os famio1iares de Abich cambiaron su apeUido a'l emán y sólo gracias a una feI.iz casualidad, tras cinco años de persiste ntes búsquedas, pude hallar los documentos que habían permanecido durante 30 años en un só.tano en Bll.kú : Por amarga jronía fueron destruidos los esqri-tos del propio Abich,


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«LA BIOGRAFíA DE JLÉBNIKOV EQUIV AUE

A

SUS

COMPOSrCIONES

BRILLANI1ES

VERHALES.

SU

HIOGRAHA ES EJEMPLO PARA

LOS POETAS Y RE PROGHiE PARA LOS

TRAFICANI1ES

POÉTICOS.»

VLADIMIR MAlAKOVSKI

al tiempo que 'se conservaron el re&to de los papeles, .inoluidos Jos originales de Jlébnikov y 'las memorias sobre él, esoritas en aos a,ños 20. Todos es.tos documentos se publican en ia pre&en1e edición. El volumen está ordenado cronológicamente, describiendo 'la vida de JIébnikov desde ,la infancia hasta sus últimos días. Pero la memor,ia humana no siempne es caba.ol, por 110 que el aparato cientilico de tia edición, tan importante en publicaciones de esa indole, corrige y completa :10 que han alterado u omit-ido sin querer los autores. Los documentos

y materiales de p.e-riódicos de los años 1910 y de archivo, que son incluidos en los comentarios, reflejan el proceso Hterario de aquella época. J.lébrrikov estuvo vlÍnculado es,trechamente con los pintores de vanguardia rusa de prinoipios de sig:¡o. Además de fot'ografías, en esta edición entrarán obras del mismo Jlébnikov y de amigos íntimos del ,poeta, cuyos nombres son orgullo del arte ruso: Malévich, P[,lónov, Lariónov, Goncharova, Hul"l,iuk... Muchas de estas obras se publican por primera vez. Efectivamente, abundan 'leyendas en torno a la v,ida y la obra de Jaébnikov. Toda su vi9a de peregrino y vagabundo fue uno «mito». «Jlébnikov es autor mitológico, creador del ta,l vez más asooIDbroso mi,to poético de :los tiempos modernos -escribía el orítico literario Mirón Petrovsk!i-. Pero el mito sobre el prop'io Jlébnikov va a contrapelo del ~onoc imiento oientíofico objetivo. Sustituir tia leyenda sobre el poeta por una rigurosa imag¡en científica es tarea Unprescindib1e, dado el inapagable interés social] por na vida y la obra de JIébruikov.» Entrevistó : Irina SKURIDINA

8 8'S


ANDRIS JAKUBANS

·\

Opiniones de Andris Jakubans . - El real!ismo de hoy dista mucho del oláSlico, «normativo». El escritor aspira a trascender ' [os marcos del sentido «común» pa,ra penetrar en el mundo íntimo, lirico, subconsciente, donde se progucen .Jos prinoi pa'les movimientos del alma humana, o a'l mundo del absurdo, de la paradoja. Porque das paradojas son «v Ltaminas» del alma y se aprenden mej.or que las verdades de Perogrullo.

-

Me preocupa que la .l!iteratura de perestroika se convierta en coyuntura, y la crítoica, en moda. A~gunas veces me preguntan por qué no fustigo a los burócratas a quienes hoy se ha dado en llamaT freno de la peresrroika. Creo que el principall freno del progreso está en nosotros, en la inercia de la mentaoLidad y de ¡la acoión. No es fácil renunciar al pasado, pese a que ya están por atrás los tiempos en que ~a moral era sinónimo de política, mientras que el colectivo absorbía a la persona'lidad. El ser humano debe recobTar la confianza en su propio valor e ·individ ualidad. Cuando la vida se desvruloriza, la sociJedad se deshuman.iza y se va el oxígeno psicológico.

~a

ANDRIS

J AKUBANS

es escritor,

guionista, traductor. Nacio en 1941. Se graduó en la Universidad Letona. Trabajó de estibador, obrero de montaje. Empezó a escribir mientras hacía el servicio militar. Es autor de los libros Mi guitarra blanca, . La cena con un 'Payaso, Ida de .l a bruja, Restauración de las mariposas y de -nu~vo un perro de las mariposas, Sus ' obras han sido ve¡'tidas al checo, polaco, finés , búlgaro, inglés y alemán. Reside y trabaja en Riga.


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_', N'E:V A , .: MOSKVA, ZV.ELDA

Isadora Duncan, . durante su estancia en la U .R.S.S.

denominarse fenómenos no identificados del cosmos Y de la psiquis humana, Y de SOIloújin, La risa tras 'el hombro iz. quierdo, novela conta que a juzgar por la vasta correspondencia de ,lectores .. suscito un ampno Y vivo in.terés (a principi9s de 1989 publicamos ~a primera parte de la obra). . Con el propósito de cont~uar la tradioión de nuestra revista que apoya la v'¡ nculaoión de la filosofía rusa e india. nos proponemos publicar Shambala respJandeciente, de Niko1ái Rér~j, ltibro inédito en nuestro país, e1 cual está ded~cado al misterioso y legendario País de los Hima:!aya, y el pr,imer li.bro de la serie «Etica Viva», Hojas d~l jardín de Maria (1 volumen, Clamor; II vo1umen. iluminación). La redacoión proyecta publicar El viejo Moscú, destacada obra de Pyl:iáyev. nQ reeditada desde hace cien años. El título eXlÍme de explicaciones y comentarios detallados. El }libro de Pyliáyev nos revela un mundo pasado, distanciado de todos nosotros por el decursar de ~os tiempos, pero extraordinal.'liamente vivo, cálido y muy interesante desde el punto de vista cognoscitivo, Un mundo olvidado .. .

uno d~ nosotros por el vacío espiflitual que se configuró en la sociedad (a!1go como continuación de la ampliamente conocida novela El último guerrero), y Vereschaguin, Corvus Corone, en la cual GUENNADI NIKOLÁYEV, el autor indaga -en forma grotesca y DIRECTOR DE « ZVEZDÁ» con elementos de ficción- el aotuall La prosa, que predomina en nuestu Moscú: ua sucesiva destrucci6n de monumentos mtllguos, e1 agravamiento de revista, estará representada en 1990 por las relaoiones sociales, la exacerbación los nombres y títulos siguientes: Lijodóyev: novela histórica El almade los problemas ec~lógicos; - la novela de MikoUJlish, Homínidos. naque familiar o La vida desde el final Vida y aventuras de un joven idealista, hasta el principio. El autor desarrolla Cl,lyo .protagonista perdió la costumbre -sobre la base de documentos y [eyendas fami,liares- una originaJ concepoión de fundarse el ído!lo; - la novela de P'rojánov, El ángel histórica de la revolución rusa, presenpaso volando, narración de ~iI1tensa in- tada no. en forma de crónicas, sino a triga sobre un hombre preocupado por través del sistema de imágenes literarios. el predomilIl!io de las tendencias tecno- En -la novela apareaen personajes ideacrát,icas en ,la vida de nuestro país y del dos por el autor y f,iguras históricas: Lenin, Trotski, Strulin, Zinóviev y Ká· :resto del pllaneta; • ~ los ;relatos de Sídorov, Encuentros IPenev. . , .y' Maestros, sobre na vida espiritual de " , S91zhenitSin: novela J\,gosto del Ca'Rusia 'Y 'de India, sobre rro que puede .torce, Pr,imer Bloque de «narraélón en


REVISTAS LITERARIAS DE LOS AÑOS 90

condenas cumpllidas», La rueda roja, que SoIzhenitSlin continúa desarrollando .en la actualidad. : Kornílov: Desmovilización. Novela que habla de la intelecturulidad soviética en el período de «desmelo» con Jruschov, sobre el inioio de 'l a «desmov:i1ización» del pueblo que salía de los terribles cuarteles del estaliruismo ... La novela escr,i ta a fin de los años 60 fue editada en Occidente mientras que en nuestro país se publica por primera vez. Sosnora: Mi casa. Novela confesiona1 de un poeta que, como saben y recuerdan los lectores de su poesía, t,iene una mundividencia compleja y or.iginal. Suchkov: Historia de AIpátov. Relato sobre un soldado de guardia, que fue a parar all otro lado de la aaambrada. Mass: Sorele. Relato documenta~ sobre el destino trágico de los aotores del Teatro Judío de Mijoels. Las memorias acaso sea el género más popular de la aotualidad. En 1990 empeza·remos a publicar Ilas memor-ias Es mi confesión, del Genera'l «disidente» P . Gr.igorenko, y el libro La mujer férrea, de Berbérova, sobre Zakrévskaia-Benkendorf-Bud'berg, mujer rusa de extraordina,rio destino, quien durante muchos años fue secretaria personal de Gorki y luego de Wells. En lo oonoerniente al género per,jodístico mencionaré ,las obras .pr.inoipaaes: B. Nikolslci. La lucha por la democracia; V. Tendriakov. Metamorfosis de la propiedad; Ya. Gordin. El mito de la confabulación masónica. En la labor de la revista pa·rtlÍoiparán activamente los científicos: el historiador y etnógrafo Lev GumiEov ofrece capítulos de un libro de que ¡es autor, el his-

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toriador Vlinográdov y el médico Samóilov, un artículo sobre Iván PáV'lov; el historiador Roi Medvédev, el a,rtículo sobre George o.rwell; el f.ilósofo Kagan. un artículo sobre el papel de qa aJase obrera en 1as condiciones del presente. La sección de critica ofrecerá en forma sistemática trabajos de autores soviét,icos y extranjeros sobre Il a prosa y la poesía contemporáneas, artíoulos sobre la obra de Mijaíl Bulgákov, Yuri Dombrovslci, Feódor Abrámov. V,l adimir Nabókov. Iósif Brodsk;i. etc. Estamos preparando materiruJes dedicados aI centenario na'talicio de Pasternak, a la herencia l,iil;eraria de BeLi. Kuzmin, Guippius, Kazakov, a ensayos literar,ios de fi'lósofos rusos de principios del siglo XX y de escritores extranjeros.


Leningrado. Monumento a Catalina II.


ALEXANDRE . MIKHAILOV

Perestroika y crítica en la U. R.' S. S.

L

A crítica se encuentra siempre bajo el fuego de Jos 'escritores, novelistas, poetas, dramaturgos ... No recuerdo que, a lo largo de la historia de ·la IJioteratura rusa contemporánea, haya habido un solo momento en el que los escritores hayan dicho: ¡q.ué crítica tan admirab}e tene¡nos! ni, por su parte, dos críticos: ¡qué hermosa literatura ;la nuestrra! · Este descontento mutuo es, probablemente, el que estimula el avance de la literatura y de la crítica, obligándolas a dirigirse hacia unos fines concretos y a arriesgarse y embarcarse en nuevas experiencias. En todas las épocas, y debido a la escasez de obras maestras, da crítica ha encontrado razones para mostrarse jnsatisfecha con el n'ivoel de ,la aiteratura. Actualmente, en el mercado 'literario abundan obras de un nivel med10cre o, mcluso, bajo (y no me estoy refiriendo a la literatura vulgar) y, aunque llamamos al sigtlo XIX «ell sig,lo de oro», no podemos olvidar que junto a Pushkin, Gogol, Tourgueniev, Dostolevski, Tolstoi o Chejov existieron otros escritores y obras de un nivel inferior: obras mediocres e incluso de mala calidad que, sin embargo, tenía'u sus lectores. Pese a ello, no podemos dejar de hacer justicia a,1 «siglo de oro» puesto que entonces no había tantos libros maOos como aos hay actualmente. Es preciso preguntarse si el motivo por el que ;]os esoritores no están contentos con la crítica es porque la s,iguen consid'e rando bajo el prisma de su propia experiencia, aunque no quisiera simplificar el problema dióemdo que la crítica está mal vista por aquellos que se consideran erróneamente juzgados. Refirién· ·

* Traducido por Alicia Rosales Matrán . Tomado de la Revue n.O 33 de la Association Jnternationale des · 'critiques Littéraires.

(*)

donos a ~os grandes escritores y a [as obras Jiterarias «de gran calibre», esta actitud probabl'emente se deba al hecho de que la orítica no ha s'ido capaz de mostrar toda la profundidad, todas las conexiones y todos los matices estéticos de una obra 'llueva. No es casuaEdad que una vez transcurridos años y hasta siglos, volvamos a analizar ilas grandes obras Jiterarias descubriendo en ellas nuevos sigruficados y atractivos. En una palabra, .]a mutua insatisfacción que manifiestan los críticos a;l referirse a la literatura y los escritores al hablar de ija crítica no se debe a las ambiciones o al ma:] carácter de unos y otros, aunque sea la real'idad del proceso 11terario. Los crítkos estamos hoy aquí reunidos para discutir, entre nosotros, acerca de 'la ' crítica y, posibJ.emnte, · oritica,rla. No podemos y no debemos ser indulgentes al hablar sobre el nivel de 'la crHica en nuestros propios país'es. Me 'gustaría decir que en el caso de nuestro país, me refiero . a .]a literatura

A. Kostin . . Pushkin: Evgueni Oneguin. Ilustración.


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' . A.,LE'XANThRE ' MIKHArLOV

N . Kalinin. T. Gautier. Viaje a Rusia. Ilustración.

y crítica .fusas (aunque se puedan llevar a cabo apreciaciones simill ares para las demás literaturas nacionales), somos testigos de un proceso de reva'luación bastante imperativo y dramático. La liberalización de ·la vida pública en tiempos de Krutchev supuso el levantamiento del «-telón de acero» haciendo posibJe que se descubrieran muchos escritores y obras hasta entonoes prohibidas. Sin embargo, presionado por 1as fuerzas oonservadoras y receloso, él mismo, de la velocidad con que dicho proceso se desarrollaba en el terreno ~ite rario, Krutchev se ,l anzó a un ataque contra este fenómeno. No hablo de la era de Breznev durante la cual se frenaron ;los avances y se estrangularon nas tendencias liberales en la ,l iteratura y el arte. Ahora han cambiado muchas cosas. La Perestroika no sólo ha afectado a 1a actividad política y económica sino también a 'la vida cultural. Los lectores vuelven a descubrir nuevos nombres. Para empezar, pueden acceder a ese continente, hasta ahora desconocido, que es el de la 1iteral:'ura de los emigrados, conocida como «literatura de Ja primera dleada»

de emigración (es decir, aquellos que se marcharon nada más termina.f la Revoluoión de 1917). Tanto los lectores como Jos críticos 'lüerarios tienen hoy la posibilidad de conocer las obras de grandes escritores sin Uas que el panorama de la litera·tura rusa esta,ría incompleto. Cabe citar aquí el nombre de VladimiF Nabokov, sin olvidar tampoco a Ivan Bounine, cuyas obras acaban de empezar a publicarse en nuestro país aunque de forma incompleta. . Los IJectores han recibido y continúan recibiendo las obras de Mikhall Boulgakov y de Andrei Pllatonov, víctimas de numerosos ataques, y cuyas obras estuvieron prohibidas durante años. La aparición de 'l as obras de estos grandes escritores ha t'fansformado radicalmente los criterios de evaluación de la li-teratura contemporánea establecidos por ;los aectores y los oríticos. Aquello que por e l mero hecho de pertenecer a la literatura socialista soviética se consideraba modélico, ha pasado a ser actualmente a.lgo lúgubre y sin atractivo. Acabamos de publicar -con una gran tirada- las obras de escritores vivos o

V. Ermi1ov. Grabado' en -linóleo, 1920.


PERESTROIKA y CRITICA EN LA U.R.S.S.

recientement'e fallecidos y, hasta ahora olvidados, algunos de los cua'les eran conocidos en Occidente pero no habían sido publicados nunca en nuestro país. También, se han empezado a publicar en periódicos y ediciones de libros las obras pertenecientes a los escritores de Ua tercera oleada de emigración. Entre ellos, ocupa un ,l uga,r destacado Mexandre Solj-~nitzine, uno de los grandes escritores rusos contemporáneos. Todo esto ha modificado radicalmente el panorama de la Uiteratura rusa. Los críticos se han visto obligados a buscar otros criterios de evaJuación, a introducir una nueva escala de vallores y a mirar con ojos nuevos la historia de la '¡'iteratura de ,los últimos setenta años. Parece evidente, por tanto, que la crítica no está preparada para reconsiderar seriamente el proceso; tarea que, a decir verdad, resullta imposible de realizarr en un plazo tan corto. Por este motivo el publicista, para quien las emociones dominan frente al aná¡'¡sis, a menudo suplanta a ,l a crítica mientras el analista hace oídos sordos, negándose a escuchar cualq uier opinión contraria. E n algunos casos, dicha revaluación puede ll evarnos a confundir Jos términos. Por ejemplo, es fáciil caer en la tentación de desacred'i tar o rechazar Ua persona o la obra de escritores tan importantes como Gorki o Maiakovski. Y, sin embargo, no cabe duda de que es preciso mira,r con ojos nuevos a ambos escritores. Si bien Gorki fue proclamado

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como el fundador del reaolismo socialista no es menos verdad que algunas de sus obras, de sus cartas o de sus pensamientos, que claramente contradicen este titulo, no se han pulJlicado nunca. Como ahora -y no lo ;l amentamos- hemos dicho adiós al reatlismo socialista, hay quienes intentan «arrojar a Gorki del. barco contemporáneo» como elirían los futuristas rusos. Sin embargo, Gorki es un fenómeno en ,l a \literatura del siglo XX, un autor de talla no sólo europea sino mundiall y debemos analizar su herencia de manera consciente y rigurosamente ci·entífica. Las tentativas de minimizar la importancia de MaiaIcovski, uno de 10s pr imeros poetas de vanguarelia del presente siglo, son del mismo orden. Se pretende presentarle como ideólogo del estalinismo basándose para ello en conclusiones absolutamente falsas. Considero que se trata de un aoto de venganza puesto que el poeta fue «canonizado» por Starrin quien, por otra parte, no tenia ya nada que temer del difunto. Estos son algunos ejemplos característicos de Jo que está ocurriendo en el país. A pesar de todo, no pienso que la critica se encuentre en un callejón sin salida. Tiene que pasar tiempo antes de que desaparezca el desconcier,to y para que los criterios científicos vuelvan a ocupar el luga r que 'les corl'esponde. Será entonces cuando el panorama de la literatura rusa del siglo XX adquiera su verdadero aspecto.


Campana de MoscĂş.


Historia, Revolución, Literatura (*)

VLADLEN SIROTKIN y ALEXANDR SOVOKIN, I ambos doctores en Historia, ALEXANDR TSIPKO, doctor en Filosofía y FIODOR CHAPCHAJOV, crítico y miembro ,del Consejo de Redacción de «Literatúroaya · Gazeta». se reunieron en la sede de este semanario para analizar la literatura que se refiere a la historia del Estado soviético, «Archipiélago G ULAG», de Alexandr Solzhenitsin, y otras obras que antes no eran conocidas en los amplios círculos de lectores. Ofrecemos el texto abreviado de esta (liscusión.

FIODOR CHAPCHAJOV: Seguramente, coincidimos en que 1a publicación del Archip iélago GULAG, de A:lexandr Solzhenitsin, primero en la rev1ista Novi Mir y luego fo rmando el primer tomo de sus obras (Editoriall Sovetski Pisátel), fue el acontecimiento más notabl,e en la vida diteraria del alño pasado. Muchas revistas anunciaron que ya este año conoceríamos otras obras del mismo autor: Primer círculo, Cancer Ward, y Jos «nudos» de la Rueda roja. La gran mayoría de Jeotores só lo ha oído habla r de estos libros, fueron muy pocos los que Ilos .]eyeron. Abara llegan a ser pat.rimonio de todo el mundo. . Junto con Archipiélago GULAG, me parece, cabe recordar también otras obras: Pensamientw importunos, de Máximo Gorki, las cartas de VJadími'r Korolenko, Las fuentes 'y el sentido del comunismo ruso, de Nikolái Berdiáev, los diarios de Mijaíl Prishvin, Chevengur y El foso, de Andréi, P.latónov, y Todo corre, de Vas iJli Grossman. El que estos libros ya sean patrimonio de nuestra vida cultural. amplia inconmensurablemente los límites del 1ema enorme que se llama «La revoluoión y la literatura». Pues nos hemos reunido aq uí para aolarar qué han aportado estos libros a nuestro conocimiento y comprensión de la historia. (*) Tomado de Literatura Soviética, n.O 7 'de 1990.

ALEXANDR SOVQKIN: Uiltimamente, la obra de Solzheni-tsin atrae Ja atención de muchos órganos de prensa. En una ocasión ya expresé mi opinión sobre Archipiélago GULAG. El escritor devino un verdado::-ro cron'ista de 1as pruebas y los sufrimientos por los que pasaron el propio autor y miles de otros condenados sin culpa a los campos de concentración staEnianos. Archipiélago GULAG describe el destino trágico de ,los humillados injustamente en los años de las repr·esa1lias stalinianas, cuando 10s órganos puni,tivos, que de hecho, por orden de Stalin dejaron de subordinarse al partido y el Poder soviético, perpetraban arbitrariedades, exterm ;naban a los cuadros soviéticos y del partido, ultrajaban a qui.enes caían en sus manos. ALEXANDR TSIPKO: Quisiera hablar de lo que más me emociona: Platónov, ,las cartas de Korolenko, Pensamientos importunos, de Gorki, y 'Ios ~mp resio­ na ntes diarios de Prishvin. Estas obras no sólo deben conocerse y apreciarse por sus valores estéticos. Me parece que lo importante es que ayudan a encontrar una respuesta acertada al interrogante principal que hoy se plantea ante los intelectuales. Después de que nos enteramos de ,los horrores del sta'l.in~smo, de nuestra historia posterior a la Revolución de Octubre, cua'lquier persona normal debe preguntarse: ¿Por qué ocurrió esto,


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HISTORIA, REVDLUCIÓN, LITERATURA

acaso no era posible evitafllo, acaso no existían fuerzas opuestas al proceso de autoexterminio iniaiado por aquellos acontecimientos -radicales? Hay quien afirma que na crueldad, Jas ansias de la venganza y Jas ,r epresiones estuvieron predeterminadas por toda la marcha de nuestra histoflia y nadie pudo oponerse a ello. Creo que 'la importancia excepcionaol de Andréi P,l atónov consiste en que refuta este punto de vista. Sus libros testimonian que no es cierto que aquella época y 'l a gente de aquella época no se guiaban por Jos criterios morales, que todos aceptaban la crueldad como un bien, suponi,e ndo que sin la crueldad y sin tlas represalias era imposible resolver ~os problemas socirules candentes. No cabe olvidar que entre 'los intelectuales rusos Jos bolcheviques formaban una minoría ins:ignificante. Además, ¿es aplicable dl concepto «intelect,urul» a quien está convenido de que ,todo cuanto sirve a 10s intereses de la clase obrera es moral; quien supone que para él las leyes, aa moral y !la religión no son más que prejuicios burgueses? No es casual que después de ila guerra oivil casi todos los intelecturules rusos se vieran forzados a abandonar Rusia. Tampoco es casual que en el propio partido bolchevique la gente culta formara una mIDoría insignificante. VLADlJEN SIROTKIN: y en Jas revoluciones norteamericana o francesa del siglo XVIII, ¿acaso .]os radica'les constituían Ua mayoría del público culto? Y Belinski, Herzen, Dobroliúbov, Písarev, Chernishevski ¿son la mayoría o ~a minoría de !los jntelectua'les rusos del siglo XIX? En general, me parece un error formular así el problema, porque si ~os revolucionarios fueran la generalidad, ¿qué faHa harían las revoluciones? Lamentablemente, en esto consiste la tragedia de muchas revoluciones, cuyos líderes en aras del «bien de 1a mayoría» im ponían por la ,fuerza (so pena de ·la guillotina o de Jos campos de concentra-

ción en Solovkí) la vdluntad de la minoría revolucionaria. No es oierto que después de 'l a guerra civil «casi todos aos intclecturules rusos» abandonaron Rusia. Emigraron cerca de 2,5 millones de una población de 130 millones, con la par.tioularidad de que no todos entre los primeros, ni mucho menos, eran intelectuales. ¿Qu:iénes IT es ayudaron a los bolcheviques a ganar 'l a guerra civi1? Los «especia'listas miJitares», ex generales y coron~les zaristas, que, como reconoció el general Denikin en Ja emigración, ayudaron con su «mente y experienoia» a organizar el Ejército Rojo. ¿Quién realizaba en la práotica la Nueva Política Económica? ¿Stanin, Mólotov, Kaganóvich? Ni mucho menos : 'los profesores Kondrátiev, Chayánov, Yurovski y cente nares de otros intelectuaIes morruJmente honestos de la Rusia prerrevolucionaria. Es verdad que Stalin condenó a todos estos «adláteres» a la muerte o al GULAG, pero eso ya no es tema concerniente a la re volución, sino a la contrarrevol ución . Esta escisión entre Gos initelectuaJes rusos se ve olaramente en los tándem Korolenko -Lunacharski y Gorki- Platónov . A.T.s.: Son asombrosamente distintos los caminos de la revoluoión espiritual de dos escritores : Gorki y Platónov. Gorki en P.e nsamientos im¡portunos comprende perfeotamente todos ,los puntos neurálgicos de 'l a política de los bolcheviques. En ello es precursor de S01zhenitsin. Gorki comprende que ila autocracia y la revolución generaron ,l a crueldad, y en más de una oca ión, práoticamente, justifica esta crueldad. Pero, por otra parte, Gorki comprende que un intelectual no tiene derecho de apelar a [as capas ignorantes de 'l a sociedad, porque son una gente desgraciada, movida por ~a envidia y el ensañamiento. Esta parte de la sociedad es muy susceptibae a Ja demagogia social y política. Pero más tarde Gorki dice que ~os bolcheviques 'Jeflíal). razón cuando' ~destruían la ~ieja Rusia en aras de un gran incendjo, por-


mSTORIA, REVOLUCIÓN, LITERATURA

que aquello era necesario para liberar all hombre. En cambio, Platónov en la novela Chevengur, escrita en 1929, descubrió que ia destrucción de 10 viejo conduoe, prácticamente, a ,l a catástrofe. En esencia, EJ foso es un tratado, una discusión con el marxismo. P,latónO'v comprende que 1a idea ma'rxista encam.inada a eliminar lo espontáneo en la vida sociall y la reglamentación general cond ucen al régimen ouar·telario. Comprende que no puede haber ninguna fel,icidad y que ningún experimento puede traer resuMado porque nadie ,tiene derecho a resO'lver en su nombre el destino de otra persona. Platónov señala que !la propia incorporación de .la gente a la corriente revolucionaria, cuando uno se ve ob[igado a violar la ley, Callar 1a bayoneta en el pecho de su hermano, no puede llevar al resurgimiento moral Stalin es una consecuencia de la guerra civiU. Aquella catástrofe moral que estuvo predeterminad a por ~a guerra civi'l, tenía que dar vida, inevita blemente, a un fenómeno del tipo de Stal~ n. Aquí está presente la rutina de la destrucción de la mora1. V.S.: Es asombroso, pero en nuestras discusiones sobre Ja histonia y la ¡literatura, nosotros, en Uo f'undamental, '!lOS ensimismamos en los problemas de nuestra Patria. Aunque, 10 que discutimos - hablandO' de Salzhen~tsin, Platónov, Grossman, ZamiatioJl, Berdiáev-, la humanidad viene ana'lizándolo desde hace unos 300 años. A veces, cuando uno lee nuestra literatura, parece que todo esto ocurre sólo en nuestro país. En Francia sobre Robespierre se ha escrito ciento de veces más que sobre Stalin en nuestro país. Mientras que un problema mucho más importante es Uarevolución y la libertad, el Estado y el individuo. La divisoria que pasa entre los escritores, filósofos e histO'riadores es una: en pro o en contra de las revoluciones en tanto que <<!locO'motoras de la historia» Ca r,los Marx. Por ejemplo, Alexandr Solzhenitsin está en contra. Para él, cua'lquier revollución se iguall a a la cons-

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trucción del GULAG. El escritor nO' es pionero, ni mucho menos aa afirmarlo. En Francia, la RFA, EE. UD., HaJIia y Polonia existe enorme 'l iteratura historiográfica que prueba que ,las revoluciones europeas «no eran ~ógicas, ni indispensables». A.T.s.: Hay revoluciones y rev()lluciones. Cuando hablamos de la Revolución de Octubre, tenemos que distinguir sus consignas, apoyadas en el sentido común, y el programa estratégico de 10s bolcheviques, apoyado en la utopía de Marx. No olvidemos que Lenin, llevando a las capas más pobres de Rusia a,l asaJIto del Pallacio del Invierno, en aquel momento no se guiaba por el sentido común, sino pO'r una utopía. Y 10 confesó en 'los finales de su v.ida. Pero !la Nueva Política Económica (NEP) como una oportunidad, como un camino hacia el sentido común, hacia la vida, fue perdida. Triunfó la no vida. Por eso estoy en contra de los intentos de intel'pretar la perestroika de hoy como una continuación de la Revolución de Octubre y de sus ideales. La perestroika tiene su razón de ser sólo como una revolución del sentido cOlnún, como una segunda NEP que se rezagó en más de medio siglo. En esencia, está llamada a curarnos de aquellas enfermedade$ igualitaristas, que los bolcheviques, en su embl'iaguez revolucionaria, inocularon conscientemente a Rusia durante el «colnunismo de guel'ra». V.S.: A este respecto, yo estoy absolutamente en contra. De uas revoluciO'lles nacieron los Estados de derecho en la Gran Bretaña, en EE. UD. y en Francia. ¿Acaso no 'es a lo que aspiramos hoy nosO'tros, aunque con un atraso de setenta años, aprobando las 'leyes de derecho en 'las sesiones del Sov:iet Supremo y en las del Congreso de los Diputados Populares? Por supuesto que la división de ,las revoluciones en «sensatas» y «no sensatas» no üene nada de nuevo. PO'r ejem-


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IllSTORIA, REVOLUCIÓN, LITERATURA

plo, Margaret Thatcher considera que la revolución inglesa fue «sensata», pero la francesa no Jo era, y ~o declaró en público en los festejos dedicados al 200 aniversario de esta última en París. Los orígenes de ,la actual crítica de la Revolución de Octubre hay que buscarlos en Las fuentes y el sentido del comunismo ruso, de Berdiáev. De alli proviene la filosofía de Solzhenitsin. Grossman, Platónov y Zamiatin. Berdiáev tiene razón al decir que el comunismo ruso no nació de ~ a Revolución de Octubre y no se desarrolló en GULAG, sino que proviene de Radíschev * y de ~os decembristas. Durante un largo período en nuestra literatura destacábamos conscientemente sólo na corriente radicai-populista y ~uego marxista en el. pensamiento sooial ruso que llamaba a Rusia al incendio (Radíschev- Belinski-Herzen-Chernishevski- Plejánov), y silenciábamos conscientemente (no se incluía en el programa de enseñanza) la corriente moderada religiosa (Chaadáev- Dostoievski-VL Soloviov- Berdiáev) la cuall, en pos de Pushkin, repetía: «No quiera Dios que seamos testigos de ver una revuelta rusa, estúpida e implacable» .. La equivocación fundamental de Len.in y de los bolcheviques en 1917 residía en que confiaban en el inminente comienzo de una revolución proletaria mundial en Occidente y en el 'inminente derrocamiento del yugo cdlonialista en Oriente (Lenin: «Comenzamos nuestra obra confiando exclusivamente en Ila revolución mundial»). A.T.s.: El error de Lenin no consistía en que sobrestimó la madurez revolucionaria del proletariado europeo, sino en que nunca pensó en serio en ~ as consecuencias de Ja guerra civhl desatada por él. en 'la po ibi:Iidad de rea:lizar su sueño, el que impuso a su propio pueblo. A mi modo de ver, Grossman en su • Alexandr Radíschev (1749-1802) , escritor ruso, precursor de las ideas revolucionarias en Rusia, abogó por la abolición de la servidumbre.

novela Todo corre tiene razón al afirmar que no hay el problema Sta'lin, sino el problema Lenin, bolchevismo.. Pero no tiene razón rul pasar comp1etamente por alto ftas fuentes marxistas de'l bolchevismo. A propósito, Grossman en muchos aspectos se contradice. Por una parte, dice que Rusia eligió a Lenin y fue en pos de él. Pero, por otra parte, afirma que para logra'r la victoria Lenin tuvo que subyugar con espada y fuego a Rusia, y sin dudar .un instante borra r de la faz de la Tierra provincias y distritos que ponían en t ela de juicio su justeza ortodoxa. Pues ¿quién seguía a Lenin? Grossman no es sincero en lo fundamenta'l, en su afirmación de que «el sanctasanctórum de ~a revolución rusa». de la Revdlución de Octubre, fue la libertad, que, supuestamente, traicionó Lenin. La in,tolerancia que mostraba Lenin para con .la libertad política, esa intolerancia de la que escribe Grossman. no proviene del carácter ruso, sino, antes que nada, de ,la dootrina mancista sobre 1a dictadura del pr~etaúado , de ~a convicción marxista de que 'la hbertad y los derechos burgueses, el parlamentarismo y la libertad de prensa debían caer en el curso de 'la triunfa~ revoJución proktaria. Es evidente que cuando se trata de un r.evolucionario, más aún, de un partidario de la doctrina sobre ~ a dictadura de1 prdleta·riado, entonces 'la cuestión del carácter nacionrul se tra~ada a segundo plano. Los rusos Lenin o Bujarin, por sus sentimientos y convicciones, distan más del ruso Korolenko que del judío Bcla Kun o del pO'laco Dzerzhinski. Pero al mismo tiempo los judíos Pasternak y Guerhenzón, por su estructura moral. tienen inconmensura]j]emente más afinidad a ~os rusos Berdiáev y Bulgákov que a los judíos Trotski o Blumkin. A mi modo de ver, Grossman no es fuerte en el anáJlisis de ~as fuentes del leninismo, sino en la descripción de este fenómeno, porque se a'Írevió a ver a Lenin y la Revo'lución de Octubre con ojos normales, partiendo del sentido común y rechazando nos mitos. La publi-


l eni ngrado. Palac io de Invierno. Octubre de 1917.


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IllSTORIA, REVOLUCIóN, LITERATURA

cación de esta novela en Oktiabr, así como del djario de Prishviill y de los artículos de Burtin sobre Marx es tan necesaria como ,la publicación de las cartas de Korolenko a Lunacharski en Novi Mir o la publicación del a'ftículo de Soloújin «Leyendo las obras de Lenin» en ila revista Ródina. Cuando se puede pensar hbremente en todo no es difícil distinguir una equivocación de 'la verdad. Lo peligroso es cuando so pretexto de luchar por ,l a verdad rustórica, por ila dignidad de su propio pueblo, se pone en duda la propia libertad de prensa y 'l a libertad de discusión. Nunca comprenderemos lo que ha pasado con nosotros y cómo tenemos que vivir en adelante si otra vez ponemos un ,t abú sobre la temática leninista. V.S.: Su «JWCIO» instruido a Lenin me recuerda Jos «procesos» contra Robespierre durante los recientes fest'ejos del 200 aniversario de la Revolución Francesa . En París, un grupo de historiadores y fi'lósofos sensatos creó incl uso una «Sociedad en defensa de Robespierre». Creo que la causa de Lenin no necesi,ta de una defensa como ésa en nuestro país, porque su critica Ca'l igual que la de Solzhenitsin, Grossman y otros) refleja como un espejo aquella iconográfica imagen dogmática de Lenin, que proviene de Stalin y que durante años venía imponiendo nuestra literatura históricopartidista: Lenin es monolítico, ortodoxo, recto como una flecha desde su destierro en Shúshenskoye y hasta su muerte. Ahora usted cambia en un ,instante los pallas y al Lenin stalinista ~o transforma en el de Solzhenitsin y Grossman. ¿No se convi'e rte usted en sacerdote de otra leyenda? Usted ha mencionado 1a NEP como una vía hacia el! sentido común, hacia la vida, que lamentablemente, quedó desbaratada. Pero en este caso Lenin es completamente disrinto, es un Lenin que en enero de 1923 reconoce con dolor: «Nos vemos obligados a reconocer el cambio radicall que se ha operado en todo nuestro punto de vista sobre el so-

cialismo». ¿De quién era este punto de vista? De Marx y Engels. Recordemos que en el XI Congreso del partido, en la primavera de 1922, dl último Congreso en su vida, objeta apasionadamente a los ortodoxos doctrinarios Pr'e obrazhenski, LaTin y Piatakov: «Ningún Marx y ningunos marxistas podían prever esto (la NEP. - Nota de V.S.) y TIa hace fa:lta mirar para atrás». Desgraciadamente, l a enfermedad y la muerte no de permitieron a Lenin llevar hasta cl fin este «cambio radical». Primero ganaron la ba,talla los doctrinarios tipo Zinóviev, y 'luego sobre sus espaldas llegaron al poder Uos arribistas sin principios del «comando» de Stalin . A.T.s. : Siempre me asombra con qué facilidad, en diversas etapas de su 'l ucha, Lenin cambia los paradigmas de partida de su pensamiento. En su juventud, cuando lucha contra el utopismo de los populistas revolucionarios, sostiene el punto de vista de la producción, habla con madurez e intdligencia de que es importante conservar y consolidar las condiciones objetivas del trabajo campesino en Rusia. Cuando polemiza con Stolypin, ve que nuestro campesino es pobre, antes que nada, porque es perezoso, que en el campo ruso el campesino holgaz.án constituye la mayoría y en él radican todos los problemas. Pero en cuanto se agudiza 'l a si·tuación, el enfoque de ~a producción se esfuma y el campesino pobre, el holgazán, se convierte en el protagonista de la historia, en un portador de la verdad y la justicia suprema y se le confiere el derecho a destrui r cuanto apuntaila :eJ trabajo en la sociedad. V.S.: ¿No sería más fáci'l declarar que todo el marxismo es una quimera y que 10s bolcheviques son fanáticos del poder. como lo hizo el profesor Zbigniew Brzezinski, y se acabó? Pero cuando este último, después de un largo intervalo, volvió a visitar nuestro país y vio con sus ojos la perest'foika, este profesor, a juzgar por su entrevista concedida a


HISTORIA, REVOLUCIóN, LITERATURA

Pravda, ya no habló del «fracaso», prefiriendo el término «una crisis demorada». Más aún, como un activista político, un analítico con -rica experiencia y un anticomun ista convencido, de pronto declaró: «Yo quisiera que ,l a perestroika se vea coronada con el éxito». ¿Acaso ha o'¡vidado que la perestroika tiene su origen en la Revolución de Octubre?

A.T.s.: Usted, Vladlén, no quiere reconocer que el sistema de vrulores por el que se guiaba Lenin durante la guerra civil era erróneo. Usted no quiere reconocer que 'la revolución proletaria mundiall, en la que ~os bolcheviques cifraban sus -esperanzas y en aras de .la cual sacrificaban con la conciencia pura el potencirul humano de Rusia era una ilusión, igual que su fe en el comunismo. Para mí es evidente que la 'l ucha que sostenía Lenin contra los llamados intelectua.J.es burgueses, el deseo de desprenderse 10 antes posible de quienes no compartían su fe en el futuro reino comunista, causó un daño irreparable a nuestro pueblo y también a nuestro Estado. Seguramente, los revolucionarios están condenados a sufrir la aversión hacia sus hermanos inte'lectua'les que alcanzan lo que ellos no pudieron alcanzar. Como regla general, un hombre que es capaz de llegar aJas aJI:turas de 1a maestría profesiona,l, no se convierte en revolucionario profesiona.l. V.S.: Me parece que usted funde su doctrina, su fe y su práctica. Desde el punto de vista de la teoría, ellos siguieron siendo doctrinarios de la revolución mundia'i. Tengo en cuenta a los bolcheviques de la guardia ,leninista. Creo que muchos escritores nuestros no comprenden que :lo princi'pall son las consecuencias del ,propio acto del paso del poder de unas manos a otras. En particular, no lo comprende Alexandr SolZlhenitsin. El trabajo de un historiador y el trabajo de un escritor tienen su especificidad. Yeso es natura~. Me parece que el escritor ha cumplido su cometido al presentar en forma artística Jos acontecimientos. En cuanto a sus concepciones

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filosóficas, sus aspiraciones a anadizar y sintetizar la his,toria, aquí veo un amplio campo para la discusión. Porque ni siquie. ra León Tolstói ni Fiódor Dostoievski lograron construir una concepción filosófica íntegra ... A.S.: Podría aceptar esta última afirmación suya, pero a esta mesa no se han reunido escritores, sino científicos que deberhm atenerse a unos principios metodológicos bien determinados y aducir unos hechos exactos y comprobados. Lamentablemente, podemos señalar que en varias ocasiones nos hemos desviado del tema. Como historiador de tia Revolución de Octubre que ha escr-ito más de un libro sobre esta gran revolución popula.r, no puedo aceptar la opinión de que ésta, supuestamente, no nos ha dado nada a nosotros. ni nada diera a ~a humanidad. Sobre es-te problema se ha escrito mucho y se escribirá aún más, mas es poco probable que alguien, excepto los detractores de la Revolución de Ootubre pudiera confirmar esta conClusión. De la misma manera, no puedo aceptar categóricamente Ga opinión de que Lenin perdiera su fe en el socia.lismo en 1921 y comprendiera que era imposible construir el socialismo en Rusia. Los partidarios de esta idea parten de un postulado leninista, transmitido e interpretado incorrectamente, sobre «un cambio radical que se ha operado en todo nuestro punto de vista sobre el socialismo». ¿En q ué consistía, pues, ese cambio radical? Lenin incluso explica que «consiste en que antes poníamos y debíamos poner el centro de gravedad en Ua lucha política, en la revolución, en Ua conquista del poder, etc. Ahora (en enero de 1923. -Nota de A.S.) el centro de gravedad se desplaza hacia la labor pacífica de organización 'cultural'». Resulta que éste es el quid del Munto, no s-e trata de una renuncia al sociaJIismo. Por falta de tiempo, no me detend ré a ana1izar los postulados, a mi modo de ver incons istentes, de que Lenin, supuestamente, era partidario de Ila doctrina del «sal-to al comunismo», como tampoco el problema de


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lITsrORIA, REVOLUCIóN, UTBRATURA

los plazos de la viotoria de la revdlución mundial y la afirmación de que sólo Jos especialistas que no llegan a-las alturas en su maestría profesiona'l se convierten en revolucionarios. Después de tamañas desviaciones de la verdad histórica, nos parecerán de menor significa'ncia Uos errores que comete Solzhenitsin al bucear en Jas causas de 'las deformaciones directas en la historia de1 Poder soviético y en los orígenes que predeterminaron la violación, por parte de sus órganos, de la lega'lidad y del orden jurídico. Bajo la pluma de SolZlhenitsin, Lenin se pinta como culpable de ,todas las desgracias que sufrieron las víctimas de ,las represiones en los años del Poder soviético, se pinta como inspirador de las mismas, mientras que Stalin, ,tan sólo como continuador de su causa. Con frecuencia, Solzhenltsin cita algunas manifestaciones extraídas deI contexto de Uas obras de Lenin sin tener en cuenta la si tuación histórica concreta. He aquí un ejemplo. Del contexto del artículo de Lenin ¿Cómo debe organizarse la emulación? cita las palabras: «... limpiar el suelo de Rusia de todos :los insectos nocivos ... », descifrándolas de ta'! manera que Lenin no se presenta como defensor de los trabajadores pobres y oprimidos contra los explotadores, a lo que está dedicado su artícu~o, sino como un orgaruzador e inspirador ideológico de los arrestos y fusilamientos de gente inocente. Sowhenitsin vio en el ar,tículo de Lenin sólo,]a comparación de los explotadores, ladrones, parásitos y gamberros con Jos insectos. En cambio no presenta la ,lucha contra ellos como una defensa de ~os trabajadores contra los explotadores y los bribones, sino como el comienzo de la ilegalidad y la arbitrariedad continuadas por Stalin. Este método de traSladar los conceptos, nacidos en Ja época de la revolución y de la guerra civil, a otra época, cuando los e~plotadores ya habían dejado el escenario histórico, significa pasar completamente por alto las condiciones reales y concretas y abandonar los principios elementales del historicismo.

V.S.: Me parece que aoJ analizar el Archipiélago GULAG habría que comparaI1lo con otros trabajos, escritos antes. Digamos con la recopilación Veji (<<Jalones»), cuyo 80 aniversario se celebró el año pasado. No es casual que esta recopidación apareciera después de la primera revdlución rusa, cuando sus autores vieron qué era 'la borrasca popu'lar. Ellos fueron los primeros en advertir: señores de izquierda y señores de derecha, que en igual medida flirteáis con el pueblo, vosotros jugáis con el fuego, y os veréis barridos por aquella fuerza que se levanta en Rusia. La corriente de la literatura rusa y del pensamiento social ruso, que toma sus inicios en Chaadáev y va hacia Dostoievski y Solzrenitsin, viró del materialismo al idea'lismo y empezó a buscar la sa;]vación en la religión, apoyándose en la religiosidad del campesino ruso, en su moral, -revestida de sentimiento religioso. Pero ellos conocían mal a su pueblo, lo observaban como de 'lado, de las ventanas de sus fincas o durante 'la caza, como Nikolái Nekrásov. Era un conocimiento especulativo. A.T.s.: En esto hay que reflexionar de manera concreta y exacta. La pe. restroika, 'antes que nada, debe ser el resurgimiento de Rusia. Esto es importante para todas las repúblicas, para todos los pueblos de la URSS. Si el corazón ,del país es sano, si en Moscú, Píter, Nizhni Nóvgorod y Tver * la gen. te va a vivir como la gente, guiándose por el sentido común y no por la demagogia de sus dirigentes provinciales y delegados sindicales, entonces se puede 'esperar que nuestro Estado se conserve. Por eso hay que retornar lo antes posible a ,lo que se puede todavía retornar, a lo que ha quedado de la vieja Rusia, devolver los derechos autóctonos a la Iglesia Ortodoxa, resucita:r ,las artesanías populares, Ua tradioional produc. • Respectivamente, nombres antiguos de las ciudades de Leningrado, Gorki y Kalinin. -N. del Te.


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Clon rusa, al campesino libre, Jas tradiciones, !los símbolos de Ja vieja Rusia, por fin, hay que devolver Siberia, sus tierras al emprendedor hombre ruso. Pero al mismo tiempo, a mi juicio, no se puede admitir que el resurgimiento de Rusia se convierta en el resurgimiento del misticismo ruso, de la fe en su predestinación especial. Aquí está nuestra debilidad, el talón de Aquiles; si no hubiera existido el mesianismo ruso, nadie habría podido seducir_ nos con el mesianismo de Carlos Marx.

v. S.: Desde mi punto de v-ista, éste es el punto más vU'lnerable de :la concepción histórico-filosófica de Alexandr Solzhenitsin. CIa'fo que io que él escribe de GULAG, del terror stalinista, no se puede objetar. Pero cuando proolama el retorno a la vieja Rusia tradiciona:l, aquí las objeciones son inevitables. La «rueda roja» recorrió Rusia y destruyó la moral rusa basada en ~a religión. Sol2lhenitsin exhorta a devolver Jos imperecederos valores mora;les. Pero es el m:ismo utopismo que el utopismo de :los bolcheviques de izquierda. Ya no existe aquel campo y no existirá, porque todo el desarrollo mundial de Uos países industria;]es conduce a ,l a desaparición de las aldeas. Uno puede llorar cuanto se quiera, duele ver esas aldeas arruinadas y vacías, pero se comprende perfectamente que ya es imposible hacer resucitar esa imagen querida, cuya base fue la comunidad, la religión or,todoxa. A. Ts,: Usted dice que ya no hay vuelta atrás. Sí, ya no se puede retornar a aquella comunidad idealizada quena existía en la realidad, Pero no puedo compartir el pun-to de vista de que no se pueda en general restablecer las estructuras semidestruidas de :la vida, S01zhenitsin tiene razón al afirmar que antes de 1917 Rusia tenía una población con alta resistencia para la vida que podía asumir aa responsabilidad por 1a economí~ del país, Den la tierra a Jos hombres y restablecerán aquellas estructuras que existían antes.

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V. S.: Solzhenitsin no aborda el aspecto económico del problema, ¡e interesa el aspecto moral, sooial, re1igioso. Estima que Ja semb1aMa moral de Rusia proviene de la fe, lo destaca en el Archipiélago GULAG, en Rueda roja y otras obras. La vulnerabilidad de So'lzhenitsin es 'la misma que tenían Dostoievski y To'lstói cuando construían su programa positivo.

A. S.: En 10 que se refiere a la posición moral de Solzhenitsin, se ve mejor que nada en su actitud hacia Lenin. Me he :referido ya a su consciente tergiversación de nos criterios de lJenin. SoIzhenitsin odia el País de los Soviets. Considera que «durante 70 años aniquilamos todo en nuestro país, la vida del pueblo, su base biológica, económica y moral», que Len in, «teniendo poco de común con la cultura rusa», fue «implacable» y «extraordinariamente malintenoionado». V. S.: Olaro que Sdlzhenitsin en sus obras renuncia a Lenin, al igual que 10 hace Grossman en su novela Todo corre.

A. Ts.: ¿Y se puede decir que Lenin y su práctica eran un reflejo de :lo que esperaba Rusia? Solzhenitsin responde negativamente a esta pregunta. Y estoy convencido de que tiene razón. A. S.: Pero Solzhenitsin, mofándose del postulado leniniano sobre la defensa de la Patria sociallista contra uos enemigos externos y, especialmente, internos, hipertrofia los errores de la Cheká, describiendo su actividad como una violencia total contra el pueblo ruso. No 'le viene a la cabeza la idea de que mientras existían los explotadores. el poder de ~os trabajadores no podía existi'r sin una institución como la Cheká, V. S,: Sí, Solzhenitsin tiene razón porque llega a ia misma posición a la que estamos llegando nosotros. Porque nos pronunciamos por un Estado de Dere-


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cho, por los valores universafes. por el humanitar,ismo. A . S.: ¿Pero aoaso no es evidente que el escritor se muestra como un defensor consecuente del humaniltarismo, de la libertad individual, com o un adversario de toda dictad ura, pero en seguida se contradice, olvida su humanitarismo en cuanto se trata de la defensa por el pueblo soviético de sus conquistas revolucionarias? En este caso está de lado de nuestros enemigos, justifica todas sus acciones armadas contra el bolchevismo.. Incluso confirma esta posición suya con las manifestaciones de Lenin, pasando por alto, por supuesto, Ja concreta orientación clasista de éstas.

A. Ts.: Un interrogante que tanto les gusta a ,los intelectuales rusos: ¿quién es el culpable y qué hay que hacer?

D . Bisti. Apuleyo. El Asno de Oro. Sobrecubierta.

V. S.: Creo que la culpable es la situaci ón histórica concreta de aquella época en que vivían ~os protagonistas de Dostoievski, Solzhenitsin y otros escritores rusos y soviéticos. Y ¿qué hay que hacer? A mi juicio, aH postulado del gran escritor ruso Solzhenitsin ---Ila violencia engendra los archipiélagos GULAGcontestó bien A!lexandr Yákovl}ev en su ponencia «La Gran Revolución Francesa y la contemporaneidad»: «La historia no pued e ser otra, pero nosotros tenemos la obligación de ser otros. Debemos volver a profundizar en Ja admisibilidad y los límites de la violencia en la historia. Pero no en su pasado, sino hoy y en el futuro , donde la violencia no puede tener lugar. La idea de la violencia en tanto que partera de la historia, se ha agotad o, al igual que la idea del Poder de la dictadura que se wpoya directamente en la violencia».


Dos poetas de Lituania (.) JANINA DEGUYTE - MARCELIJUS MARTINAITIS

JANINA DEGUYTÉ Nació en 1928. Es licenciada en letras, una de las figuras más destacadas entre los poetas que escriben en Lituania. Ha escrito numerosos libros para niños y traducido al lituano poesía de Briusov y Verhaeren. Su poesía se hace notar por su voz íntima, el predominio de la emoción, imaginería basada en la poesía tradicional y su estrecha vinculación con la naturaleza como contrapeso a los recuerdos devastadores de ,los años de guerra. Es autora de Gotas de fuego (1959), En la palma de la tierra (1963), Veranos septentrionales (1966), Luna llena (1967), Menguantes azules (1%9), Resplandor de nieve (1970), Jardines crepusculares (1974), Entre el sol y la desposesión (1980), una colección de obra reunida, Horas de silencio (1978) y En púrpura abierta (1984). Ha sido traducida al ruso, letón y otros idiomas de EUfO'pa oriental.

MANZANOS EN FLOR Andan los manzanos con tocas blancas. Andan los manlzanos -como madres- por la tierra, en la noche cerrada. ¿Qué buscáis? ¿Huellas que hoy cubre el centeno, o vuestros hijos dormidos bajo los trigaJes? ¿Quizá cogéis piedras en vuestro regazo, sillares para casas futuras? ¿O quüzá venís a tocar en las puertas 'lavadas por turbiones cual lunas llenas de vida y de aromas ... ? Andan 10s manzanos como tocas blancas. Andan los manzanos -como madres- por la tierra, en ,la noche cerrada. (*) Tomado de «Hora de Poesía», revista que dirige Javier Lentini y que en su número 44, marzo 1986 dedicó un especial a la poesía lituana, presentado y traducido por Biruté Ciplijauskaité nacido en Lituania, y exiliado a Estados Unidos, donde imparte clases en la Universidad de Wisconsin.


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DOS POETAS DE LITUANIA

LLUVIA ESTIVAL De pie en la linde ambos: el abedul y tú. Cantando como dos pájaros en ,la jaula de gotas de lluvia estival. ¡Qué mano alcanzara su altura! No interrumpís vuestra canción. De pie, cantáis. Como dos pájaros en Ja jaula de gotas de lluvia estival.

[TE LLEVO EL POEMA ... ] Te llevo el poema, esa cas1ta de nubes blancas, donde al entrar puedas calentarte o estar contigo mismo. Aquí no ponen cubierotos de plata en la mesa. Aquí no se recibe con alfombras rojas. Pero no quiero que te quedes esta noche a'l raso.


DOS POETAS DE LITUANIA

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MARCELIJUS MARTINAIDS Nació en 1936. Es licenciado en tecnología y literatura, colaborador en la redacción de varias revistas literarias que se publican en Lituania. Su poesía se caracteriza por el deseo de evitar toda retórica, un acercamiento inmediato a las cosas y a lo que le rodea, humanización de los fenómenos naturales. Incorpora a BUS poemas un fondo del hablar primitivo del campesino y la forma de la canción popular. En Corona (1981) ha reunido selecciones de su producción anterior, con considerables correcciones. Sus obras son Nieve de abril (1962), P·or los puentes de nubes (1966), Solsticio (1969), Oscuridad de los ojos, luz del corazón (1974), Roonances de Kukutis (1977), Las mismas palabras (1980), Lejos de los campo de centeno (1982).

[SI SOY UN ARBOL. .. ] Si soy un árbol que han de tala,r un día, no me convirtáis en vallas, no me hagáis kña. Hacedme puente, puerta o umbral: lugar de encuentros.

[ME LLEVARA EL HORTELANO BLANCO ... ] Me llevará el hor.telano blanco, aún dormido, una noche clara de junio por puentes colgantes. Entre la tierra y 1a luna espejearán las aguas, florecerá:n las estrellas como lirios.


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DOS POETAS DE LITUANIA

Veré ... Una muchacha anda de f.lor en flor, entre Jos lirios; cae sobre .la luna su áerea sombra. y me llevará el hortelano blanco

por puentes colgantes. aún dormido. Esa noche clara de junio. ¿quién me despertará entre la tierra y la luna? ¿Quién me reconocerá. si ya no soy reconocible?

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A conciencia (fragmentos)*

A CONCIENCIA se titula un libro puesto en circulación por la editorial Judózhestvennaya literatura. Reúne un a selección de los mejores artícu los y ensayos de mensaje cívico de amplia reso nancia publicados últimamente en pe riódicos y revistas. Pres ti giosos escritores y periodistas soviéticos llaman la atenc ión a los más acuciantes problemas de la vida de nues tra sociedad, tratan del pasado y el presente. Son decididos pa rtidarios de las transformaciones que se llevan a efecto. Cada uno mani fies ta su criterio personal. Los debates, e l choq ue de opiniones, dan cabal testimonio de la renovación espiritual en todos los sectores de la soc iedad. E ntre los autores f iguran Chinguiz A itmátov, Anatoli Anán iev, Víctor Astáfiev, Grigori Blaklánov, Vas ili Belov, Larisa Vasílieva, Maya G á nin a, Alexandr Guelman , Daniil Granin, Ion Druze, V ladimir Drozd , Evgueni Evtus henko, Evg ueni Nósov, Valetín R as putin , Róbert Rozhdéstvensk i, F iódor Burlatski , Y uri Ka ri aki n, Andréi Nuikin, Leonid Pochiválov, Vas ili Seliunin , Anatoli Stréli a ni , Yuri Chernichenko y Nikolái Shmeliov.

GRIGORI BAKLÁNOV:

- Tenemos que ,l impiar el socialismo de cuanto se le ha adosado. Tenemos que rescatar 'l a acepción 'legít·ima de conceptos y vocablos como conciencia, honor y dignidad humana. VASILI BELOV:

- Se puede hablar muchísimo de los aspectos soci aJles. Es absurdo oponer la ciudad al campo en el sentido moral y espir:i,tual. Pero es necesario reconocer con franqueza: el campo está privado de muchos bi,el1es que tiene Ja ciudad. En otros ámbitos también está a la zaga.

* Tomado de «El Libro y el Arte en la U.R.S.S.», 2/ 61, 1989.

F IÓDOR B URLATSKI:

- Los políticos serios, igual que otras personas cuaJesquiera que trabajan con responsabilidad, comprenden que ocU'ltar un problema equiva,le a incrementarlo y deja r que adqui,era las dimensiones tales que es ya imposible resolverJo. Ponerlo de manifiesto sigrrifica comenzar a resolvertlo. ¿Acaso anDes, en e1 período del culto a la 'PersonaJlidad de Sta'lin, no caían aviones, no chocaban trenes, no había confliotos entre naciones? Claro que sí. Pero todo se rodeaba de un silencio sepulcra.\. Ahora el país paga esos años y decenios de si1.encio. La glásnost es el espejo del pueblo y éste no teme mirado, porque sabe el s:ignificado del refrán: «Cuando ·traes el faldón levantado nunca cargues sobre incuJpado ... » Sí,


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A CONCIENCIA

hace faHa cambiar la fisonomía de la sociedad, para no tener que cargar sobre su espejo.

¿Se ejercita la misericordia en nuestra vjda? ... ¿Es frecuente que nos llaman a ser misericordiosos?

ALEXANDR GUELMAN:

VLADIMIR DROZD :

- Nos volvimos perezosos con cierta rapidez, dejamos pasaT cosas imposibles sin prestarles atención, nos embargó no sé qué euforia respeoto a las posibil:idades que se nos ofrecen y hay quienes se apresuran a hacerse con una pizca de la ,l ibertad que apenas ha empezado a salir de la caparazón de hierro de las arbiüariedades. Son reproches también a mí mismo, mejor dicho, a mí mismo en primer término. Es necesario -tomar a,liento, ahora es al máximo necesario. De ningún modo ha terminado la ,l ucha. M contrario, la etapa decis iva, y la más difícil, apenas comienza.

- Hay otra cuestión candente que plantea ·l a vida actual : el prestigio moral de un intelectuaJ. ¿De qué prestigio moral de un fiscal cabe hablar si él se ha acostumbrado a saltarse la ley? ¿De qué prestigio moral de un escritor cabe hablar si sus palabras y sus hechos están ta'n distantes unas de otros como dos galaxias? No hay que f.ingir que los años de estancamiento nos afectaTon al mínimo. El conformismo, el pancismo, la erosión espiritual se notan en el ambjente de los escritores no menos, seguramente, que en los demás. Escribí de esto en mi novela El espectáculo mucho antes de comenzar la perestwika. Pero, ¡cuántos reproches me hacen hasta ahora mis colegas!

CHINGUIZ AITMÁTOV:

- La esoJavitud espiritual puede ser también voluntaria, ansiada y dulce incluso, puede tener sus adeptos y defensores como culto patriarcal servil que se rinde a una persona'lidad y se implanta con medios tota·li,tarios. Cuando los hombres son humillados durante largos años, cuando son incapaces de oponerse a las arbitrariedades y a la crueldad oficiales, quedan predispuestos a deificar el mismísimo mal, encontrando así una compensación interna a su impotencia ... La legítima cultura del hombre de pensamiento libre puede desarrollarse solo por los carriles de la democracia y la glásnost.

EVGUENI EVTUSHENKO:

- Es democrá,tica en pleno sentido solo la sociedad que se considera gobierno ella misma, en todo, de abajo a arrjba, y que no tiene por tal una jerarq uía de la cual todos esperan primero, servilmente, indicaciones y -la cua'l luego endosan la cnlpa por c ualquier error. Las carantoñas de obediencia incondicional encubren nuestra propia irresponsabi,lidad cobarde. El desarrollo de ,las iniciativas creadoras en las masas es incompatible con el háb ito de que la iniciativa se toma sO'lo arriba. V ALENTÍN R ASPUTIN:

D ANIIL GRANIN:

- Estoy seguro de que el hombre nace con Ja capacidad de compadecerse del mal ajeno. Cr,eo que es un sentimiento innato que nos es dado junto con los instintos, junto con el alma. Pero si este sentimiento no se util:iza ni se ejercita, se debilita y se atrofia.

- Toda sociedad se sos,tiene por los valores de sus postulados, es cierto, pero el hombre no debe aceptados a ciegas. Comprendiendo el a lcance, el sentido de esos postulados, los propugnará con mayor resolución. En defin itiva, diré que ahora nos es impresci ndible una personalidad activa. Pero esta personalidad


A CONCIENCIA

debe ver bien, debe saber distinguir entre la verdad y la mentira, debe tener una proyección certera. En este caso podremos vivir a conciencia. BoRís

NIKOLSKI,

director:

Una y otra vez oímos decir a ,los escépticos: miren, pronto se les agotará la «reserva de oro» del acervo literario, ·tendrán publicadas ,las obras que por difeJ;cntes razones había n permanecido inédi·tas. ¿Qué harán? ¿Admitirán que el viento vuelva otra vez a sus giros, o sea, ofrecerán sus columnas a la litera:tura mediana y mediocre? No, contesto a Jos escépticos. Veremos la perestroika en ,l a literatura y en el periodismo.. No puede repet.irse la si-tuación en que con frecuencia todo lo determinaba el «·tema» y no 'l a hondura de la interpretación ar,tística de 1a vida. ¿En qué se basa mi optimismo? Ante todo, en lo que tenemos rerumente en la carpeta de nuestra redacción. Ahora que se han abierto Jas esclusas de la glásnost, hemos ·recibido y seguimos re-

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cibiendo muchos -testimonios de lo vivido y sufrjdo tan profundos, fuer-tes y sugestivos que por la fuerza del impacto emociona:l sobre el ·l ector pueden competir perfectamente con .Jas obras de literatos profesionales. Estas memorias, autobiografías, cartas son de máxima veracidad. Es natural, porque el precio de estas páginas fueron el do.lor, ,los sufrimientos y a veces la vida misma de los a utores. Trasuntan los destinos de varias generaciones, dan a conocer ,la moral de los hombres que no perdieron la fe en el bien y la justicia. Así, nos proponemos publ.icar Apuntes sobre Ana Ajmátova, de Lidia Chukóvskaya; La catástrofe y el segundo nacimiento, obra de Evgueni Gnedin, iliplomático que sufrió represión en 1939; El epílogo, 'Dovela de recuerdos de Veniamín Kaverin; Un libro de la vida, novela a utobiográfica de Natalía Ivanova-Románova que pinta un amor grande y trágico. D isponemos de muchos originales de esta clase, que, creo, no dejarán indiferente a ningún lector. Es ,lo primero. Lo segundo - y quizá lo fundamental- cons·is,te en que ahora cambia toda

Leningrado. Palacio de Invierno . Grabado del siglo XIX.


R.D.A.

Leipzig. Monumento a Goethe.


~" ,

,


HELGA

K6NIGSDORF

Contra el olvido

D

URANTE muchos años hemos oelebrado el 8 de mayo como día de la liberación. Esto es, , teníamos el día libre. Pero, en realidad, era el día de la derrota. La derrota del fascismo alemán. Y ese fascismo pertenece a ,la historia de nuestro pueblo. Fue una variante especirul. Una con una crueldad minuciosa, marcada por nuestra tendenoia a mezclar la exaotitud con el kitsch. A un pueblo tilO puede a!liviársele su historia. A nosotros, y me refiero sólo a la RDA. se nos impuso sencillamente el antifasoismo como doctrina de estado. De repente nos habíamos convertido todos en ,los descendientes de ,la resistencia. f.-os culpables eran siempre los OtTOS. De esta manera no hemos tenido que trabajar el luto, ni por el fascismo, ni por el esta'linismo. Y de nuevo aparece un trozo de historia que deberíamos tratar en profundidad. Y otra vez se vislumbra su supresión. La oportunidad de aprender reaJmente a,lgo de la historia, de hui.r de ,la terrible obLigación de tener que repetinla, quedaría desaprovechada. ¿ Qué significa guardar luto? Signif.ica reconocer una pérd,ida dolorosa, sufrir por ello, entender cómo se llegó a aquello, aceptar la pérdida y hacerla product,iva para la vida futura. El hombre tiene que trabajar el ,luto, cuando reconoce que se ha equivocado. Que se ha comportado de manera equivocada. Sufre ,la pérdida d e su propia imagen, de autoestima. Una grave hum illación, Si no se trabaja el luto, no puede supera,r Ja hl'lmillación. Sólo ,la suprime. Todos conocemos Ja dificultad del tra to con las personas que no se autoestiman. Resulta muy difícil acabar con ,la humillación no asimilada

en sí misma. Esta gente ·intentará siemp¡;e recuperar su autoestima herida humillando a otros. Busca,rán un chivo expiatorio a quien echar su propia culpa. Tendrán que demostrarse a sí mismos que otros son mucho peores que ellos. Discriminarán a otros. Y aún así, no resultará. Porque la violación de Ja prop;a dignidad no puede curarse hiriendo la dignidad de ,los demás. Esto vale para grandes y chicos. Los pueblos humillados ,tienden a d'iscriminar y a marginar a otros. Son propensos a ideas raci stas y nacionalitsas, Jo que no procura una conciencia nacional sana, sino que marca si.empre un complejo de infe¡;ioridad nacional. Los akma:nes llega'I'on siempre demasiado tarde. Tarde a la revolución in· dustr.ial. Demasiado tarde aI reparto del mundo. Habían perdido una guerra y se les impuso un tratado de paz. La ta· flación supuso una humillación econó· mica añadida. Las cond,iciones de la sicología de masas del nacionalsocialismo estaban dadas. Imagen de dominadores, degradación de ,los demás, principalmen ~ te de los judíos y de los pueblos de raza eslava. Hasta la guerra y el ex,terminio de masas. Pero la cuenta no sal~ó. Desde entonces, los alemanes del este y del oeste viajan por el mundo y alardean de su capacidad. Los a,lemanes oc~ cidentales de su capacidad en el terreno económico. Los orientrules tenían al menos el deporte. Parece como si de nuevo no entendiéramos nada. Nosotros apenas tenemos tiempo para ello, porque aquí reina el salvaje oeste económico. Durante años fuimos llamados «nuestros hermanos y hemanas del Este». Pero ya este pueblo

HELGA K6NIGSDORF. Nace en Gera (R.D .A.) en 1938. Estudia Ciencias F ísicas en las uni vers idades de Jena y Berlín. Obras de Narrativa: Mcine Ungchorigcn Trliume (Mis sueños insolentes). 1978. Der uuf der Dinge (La marcha de las cosas). 1982. Rcspektloser Umgang (Trato irrespetuoso). 1986. Lichtvcrhliltnisse (Oi rcunstancias de Luz). 1988.


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HELGA KONIGSDQRP '

artero ha atrapado a los otros con su propia ideología vociferando en ~as calles «Patroia unida» hasta que Ilos intelectuales que cotorreaban dignidad cerraron el pico. Y cuando el dinero no llegó rápido este pueblo de la RDA se' manifestó en la AJexandefrp'latz, hasta que incluso a los alemanes federales se les heló la risa. Por fin se ha entendido na lección: Sin economía de mercado Ja cosa no marcha. Lo que cuesta !la transformación de una economía destruida por una defioiente gestión, se ve precisamente ahora. Ahora, dé repente, hay que utilizar abiertamente los codos. Y eso 'a susta a muchos, porque antes se hada de manera encubierta, o' por aüás. Todavía no se sabe cómo jugar 'con reglas nuevas. Pero se quiere ser bueno. Por 'Jo menos mejor que el otro. El miolagro económico está prácticamente preprogramado. Los contribuyentes"gérma?ooocidenta.les tendrán que rascarse "el bolsillo. DeSpués de la reforma monetaria, tras "larga abstinencia, sólo se compran productos occidentaJles. Cuantas más empresas quiebren en nuestro país, mejor. ' Méjor para Jos -inversores. El capitarno tendrá así quebraderos de cal{eia con - la tecnología anticuada: Nuestra mano de obra sigue estando viciada por el' socialismo; pero es barata. Y ' se habla efmismo ,idioma. Y se está '-cerca. Después de una relativa 'igua,ldad du:: rante décadas, aunque fuera "sólo iguaJdad en la ausencia de derechos, habrá ahora una división 'social en una medida nunca vista. Un milagro, sí. Pero algunos se maraVlillarán. y ' el miedo de llegar . tarde, de perder el ·vJ.'Ien, mantiene a ,todo el pueblo en violo. Todos están excitados. Apenas se escucha al otro. La nueva izquierda 'está dividida y sin fuerza. El PDS (1), surgido de 'las ceruzas como el avé "Fénix, puesto que ya 100 tiene que paga,r facturas, es ahora de izquierdas. Ha sido una equivocación fa.taJ poner en relación el viejo sistema, con enemigo de (1) Nota del ' Traductor: Partido del Socialisino Democrático (antes PSUA, comunista).

clase y Stas"i (2) incluida, con una política de izquierdas. Las vliejas reivindicaciones de la izquierda eran desde hace tiempo sólo adornos superfluos. Pero se desconfía enormemente de esta transformación y no permite Ja unidad entre ,la izquierda . .Atl cantrarh Además se necesita un cuJpable. Y así se tiene uno. No hay que inventársclo. ¡Cómo dejar que el cuilpable no desempeñe su funoión! Senti,r la huella en uno mismo... y esta'ríamos de nuevo trabajando el luto. No. Para eso no tenemos tiempo. Primero hay que escapa'r se rápidamente a Mallorca, mientras que 10s occidentales s'e marchan a Meck,lemburgo. Pero pronto, muy pronto, nos falta.rá el dinero. y entonces, quizá, nos acordemos de nuestros vecinos «amigos» y les enseñaremos ,lo que de verdad vaJe el d'inero. Esto en el mejor de los casos. Y si se nos acaba el dinero, incluso para esto, tendría'mos a los cu:lpables en "nuestro propio país. Y si' no, ya lo encoÍltraremos, y ya verán do que es bueno. 'Nosotros, que' habíal11ds' lengullido el antifascismo a cucharadas: ' " Además d'e 1::chumillación de~haberse encontrado en 'un extravío Cle -Ja histor,ia, se añade el ' maJ uso ' del antifascismo. Bl antifasdsmo, que contihuamente" se empleaba como argumento y justificación, siempre que nd había auténtiéos arg0II?-'entos.- Y el ma,l uso l del antifascismo durante :añbs hace que ahora, que sería 'urgente ' utiJ.i ~afo!o, " sea sospechoso. El só.Jb nombra,rlo lJroduce I~un cÍerto rechazo. ' No tenemos tiempo. Estamos enormemente ocupados. Tenemos 'que mentaJizarnos ' para el miJagro. Pero si no nos dejamos siquiera tiempo para respirar hondo, si no aprendemos nada, una vez más, de la historia, nos vamos a maravillar mucho y muy pronto. Y p'o dría ser nuestro último milagro. Bl tiempo de ,las utopías y de los sueños armónicos ha pasado. A Jo mejor servirán ,para un rato de fuerza motriz (2)

Stasi

= Policía

secreta.


Berlín. Alemania. «Puerta de Brandenburgo».


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HELGA K6NIGSDQRF

en la dirección cororeota. Pero tarde o temprano se convertirán siempre en algo peligroso. Tenemos que aprender a viviT con la contradicción. Tiene que haber estructuras en ,las que puedan discut,irse y hacerse productivas dichas contradicciones. A Jo fascista sólo puede oponerse a Ja larga una democracia fuerte. sóao mediante la participación en la formación democrática de 'l a voluntad es posible ganar autoconfianza. Nosotros, en los países del intento del socia,lismo fracasado, estamos terriblemente humillados. Han herido nuestra dignidad por da failta de derechos civiles, por la diotadura. por envilecimiento intelectual. Nuestra fuerza de trabajo no se aprovechó eficazmente. Por tanto, poco podíamos contribuir a Ja so'lución de los problemas globales de da humanidad. Prácticamente hemos vivido en la modernidad, con estructuras feudatles. Naturalmente, podríamos ocupamos un ratito más de si el uno o el otro son más o menos inocentes, más o menos capaces o quáen de todos ha sufrido más. y seguramente se encontrará a alguien frente a quien sentirse mejor. También frente a cada pueblo. Pero cuánto nos autoles'ionaríamos. De nuevo. Pero ant'es de que el aire sea escaso,

deberíamos llegar rápidamente aJ acuerdo de que cada persona tiene derecho al mismo. Y de que todos tenemos razón de esta,r orgullosos de nuestra fuerza creativa y de nuestra ~ nmensa potencialidad. y que debemos utiliz.arJa con la razón. El año pasado vivimos un gran momento de belleza. Para mi ese momento se produjo en una 'l'eun,ión que tuvo Jugar en Ja Iglesia de la Redención bajo el títuJo: «Contra el sueño de la razón». No tendríamos que olvida,r la historia. Ni el sufr~miento al que mutuamente se han sometJido nuestros pueblos. Pero tendríamos que perdonarnos aos unos a los otros, y a Inosotros mismos. Nosotros, que pasaremos a,1 fin de ser «nuestra gente» a ser «él!I'emanes», tendremos que recobra.r los va,lores positivos que están 'ligados a ello. Recuperar nuestra identidad nacionall. Distanciarnos de cualquier tipo de arroganoia nacional. Ello no se sobreentiende. Para ello necesitamos nuestra unión en Europa . Esa unión que solo puede existir en una comunidad democrática y responsable. Para ello debemos tomarnos tiempo, ahora que las fronteras se haoen permeables y encontrarnos los unos a [os otros tranqui,lamente y conocernos mejor. Traducción : José Luis SagüéB

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RICHARD PIETRASS

De toros y de necios MIGUEL HERNANDEZ COMO EL TORO

(1934)

Como el toro ha nacido para el ~uto y el dolor, como el toro estoy marcado por un hiel1co infernal en el costado y por varón en la ingle con el fruto. Como el ·toro ,lo encuentro diminuto todo mi corazón desmesurado, y del rostro del beso enamorado, como el toro a ,t u amor se 10 disputo. Como el toro me crezco en el castigo, la lengua en corazón tengo bañada y llevo al cuello un vendava[ sonoro. Como el toro te sigo y te persigo, y dejas mi deseo en 'lEna espada, como el toro bu1"lado, como el toro. Paseaba por Madrid con la curiosidad del 'l'ecién llegado. Los amigos me dejaron a ¡l a hora de ¡l a siesta. Desde la Plaza de Santa Ana, por el Paseo del Prado, Jardín Botánico y Parque del Retiro llegué, atardeciendo, a la P·laza de Tocos. Aunque habían dado ~as nueve, Ja corrida de aquel domingo no había terminado todavía. A cuentagotas salían aJgunas personas aisladas del manumenrtaJ edificio, pero Ja puerta principa1 continuaba férreamente cerrada. De manera que comencé a dar 3a vuelta al coloso de ladrillo y me escurrí par una entrada latera1 &in vigiJancia. La galería estaba todavía vacía, 1as entradas a la arena continuaban custodiadas por los empleados. Así pude ver el último toro en una televisión a color en un mostrador desierto. El toro, agonizante, permanecía con la cabeza humillada y el torero se la dirigía con la muJeta hasta encontra·r el descabello detillivo. Como una corriente, los espectadores iban abandonando ea templo repleto hasta Ja bandera y v,i a los

toreros, que también se apresuraban por sa,lir, esperados por un cOl'redor humano, felicirtados y abrazados. Sobre ila plaza cubierta de azul salía ya vertica[ Ja luna. mientras que íla hasta entonces if'itua1 escena se di:luía en 10 profano. AdOllescentes se arrojaban -almohadillas que oruzaban las ,traversas, aJgunos espectadores saltaban a la a'l'ena buscando Ja sangre derramada y posaban para la foto con un par de banderillas de recuerdo. Seguí la huella de los toros arrastrados. Y me asusté: Los seis, ~nCluso el que apenas unos minutos antes había visto en el monitor, estaban colgados, desollados y descuartizados en un cuarto de azulejos, mientras ¡l a piel y las entrañas ,las llevaban en grandes cubos de goma a una furgoneta cercana. En el suelo de piedra ensangrentado cuatro cráneos y dos cabezas de toro que me observaban con ojos grandes seguramente destinadas a'! disecador, para adornar cualquier día las paredes de un local Apenas media hora después del final de Ja corrida, sarlía

RICHARD PIETRASS. Nace en Lichtenstein. Sajonia (R.D.A.) en 1946. Obras de Poesía: Freiheitsmuseum (Museo de Libertad). 1982. Spielball (Balón de juego). 1986. Notausgag. 1987. Was Mir Zum Glück Fehlt. 1989. Weltind 1990.


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RICHARD PIETRASS

Bel'lín. Alemania. «Monumento a Lutero».

la furgoneta; en ella :.los bur.Jados en la lucha. Sin pena n!Í g10r~a, como si m'unca se hubiesen enfrentado al tra¡po rojo... . Perdonad, amigos, pero ¿no parecía la lucha, a veces a muer:te, entre nuestros sistemas al fina,l una corrida de toros? ¿No éramos nosotros «el toro burlado» de Miguel Hernández, de políticos y miliq¡.res azuzados a una 'inmjsericorde lucha faot-r,ioida? El sooialismo como forma de Estado ha ido cayendo, país pOT país, y sólo es una cuestión de tiempo·, el que desalloje toda ila a·rena. Los caTniceros se apresuran a desollar al cadáver todavía caliente por 'las orejas, 'regateando ya el pesQ y el precio. No todo puede aprovecharse, habrá que ,ti·rar aJlgo a \la basura. ¿Qué queda? El 'fecuerdo de una corrida de cuarentaicinco afios. Una torpe fuerza de estallidos sin efecto era venoida por Ja espada más hábil; el arrastrarse, pO'f el camina·r erguido. Quedará

el recuerdo de seres hermosos, devorados por 'la ,lucha .ritual yel negocio. Queridos amigos españ01es, perdonad el primitivismo de mi comparación de aquell que mo conoce las dimensiones mú.ltiples y profundas del toreo. En realidad nos encontramos en Europa al f.inall de una guerra combinada de armas y dineros. Los ejércitos lndustriales de Europa Oriental deponen sus anticuadas armas civiles, sus fatigadas máquinas y 'las municiones de sus mercancías ·invendibles. Asistimos a ~a liquidación total por cese de negocio. Las consignas de nuestros líderes fantasmones, a ,la larga no podían reemp1aza'f el mercado paralizado por ellos; la cerrazón hermética, no ell entrelazamiento; la X, no la U. Lo que se nos prometió como el reino de Jos cielos en -la tierra 10 percibí tempranamente como un campamento de trabajo confortable a nosotros, los


DE TOROS Y DE NECIOS

presuntos dueños de 1a propiedad popular, como ' s,i,ervos. La dirección del campamento, 'i'nlcia1.mente instalada por la potencia o.rienrtal victoriosa, venía adoptando cada vez más rasgos neofeudales, reproduoiéndose pronto sólo por sí m~sma. La derrota de este incesto encorsetado por 'el miedo podría :induciros a vosotros, en Occidente, a sentimientos triunfalistas baratos, a festejar sin crítica vuestras condiciones. Eso lo lamentaría. Porque los bancos, cada vez más bancarlios y los ca'·,:ta].es, cada vez más capita:les ya servirán para darme mLedo, tanto en Madrid como en BerlínjFrankfurt. Ha muerto el socialismo, perver:tido por el ejercicio demasiado largo y no controlado del poder, solamenté como orden estatal y económico, no como ,idea de un mundo más justo. Sólo ahora, al desaparecer la RDA, empiezo a entenderme como de izq uierdas. Antes, frente a aquellos que se acomodaron bajo esta seña:l en ,los sillones del. poder, eso me era imposible. Creo que ser de izquierdas no significa otra cosa que estar en contra del poder inhumano. Aunque iQunca he per,tenecido a' un partido -y no voy a afi~iarme a ninguno tampoco en el futuro- me he sentido siempre como una persona política, en el sentido de la solidaridad con con Jos débiles, con los que no ,t ienen voz. Yo mismo soy de ,los débi'les. Pero tengo una voz. No 1a voz muda del elector, sino 1a de ~a poesía, de Ja prosa cor:ta. E l hecho de que los autores de la RDA estuvimos en e l meollo de la confrontación de las ,ideas Cla que ayudó a preparar el cambio), .]0 sentimos cuando censuraban nuestros manuscriJtos. Ninguno de mis tres libros de poesía se publ,icó sin mutitlaciones. Y uno se quitó de la caseta en la Fel'ia del Libro de Leipzig. Existían prohibticiones de hacer lecturas públ,icas. Y, a pesar de todo, esta lucha contra la censura poHtica me parece una bagatela frente a ,l a censura económica que se nos avecina, quiere decir el examen sin pi,edad bajo el punto de vista de la posiM:i dad de venta. A ilos censores ideoJógicos a veces los podíamos engañar o Cé\Jnsar -un juego a veces ex-

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citante, no por úItimo porque nos dio la sensación de ser importanlies- pero el rechazo de ~os editores por razones financieras Jo veo venir con desconoierto. Un poema no es un tebeo o una novela negra. Sin subvenoiones, una pa,r:te de nuestra ¡l iteratura y de nuestras traducciones quedará en el camino. Aa igual que muchos de mis compañeros autónomos ~tres de cada cua'tro -un porcentaje del que nuestros co.legas en occidente nos tenían envidia- podían existirr así) me resisto todavía a volver a mi profesión estuáiada, ]a de psicólo, que apenas ejercía. Aunque la población de qa RDA está en un estado de ,tensión síquica extrema, para no decir, de enfermedad, no se si encontraría 00 puesto de terapeuta, o se me reconocería el desempleo, dado que nadie me ha despedido.. Si antes el dinero no era trema de conversación, ahora es reJ. tema número uno. Esto me duele. El hombre no vive sólo de pan, Y, aunque entretanto, 'la unión económica y monetaria con aos alemanes occidentales sea nuestra única poSlibi!.lidad, va a suponer una disminución considerable del ahorro y n umerosísimas quiebms induS'tr,ia.Jes. Como Günter Grass, yo hubiese preferido una Confederación Alemana a una rápida unificación. Hubiese preferido un ilargo proceso de aprendizaje democrático, una RDA, abierta al mundo, independiente, una RDA distinta, mejor. La sangría de cientos de miles de gente joven hizo que nuestro Estado empezara a madurar para el cambio. Y el continuo abé\Jndono del país, inc\.uso después de abierto el muro, 10 hizo derrumbarse. No había o.tra alternativa. Además Ilos electores decid ieron así en marzo (1). A pesar de todo, pienso que la unificación de Alemania, como aa de Europa, servirá principwmente a Ja Gran economía. Yo creo que a ,los pueblos les sería su~iciente, por el momento, con la (1) En marzo de 1990 se celebraron elecciones generales en la RDA, logrando los cristiano demócratas la mayoría. Los comunistas sufrieron una considerable derrota, quedando fuera del Gobierno. (N. del T.)


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RIOHARD PIETRASS

Libertad alcanzada. Unificación significa siempre también empobrecimiento en el sentido de pérdida de va,riedad. Los sistemas opuestos de este y oeste sacaban provecho el uno del otro, desafiándose con el desarrollo de sus log.ros más rerepresenta,üvos. Una Gran Europa con una única moneda artificiad como el ECU, la encuentro aburrida. Pesetas y peniques, liras y copees y el mundo de mariposas de los sellos, son ,t ambién un bien histórico y cultural. La fluctuación sin freno de las fuerzas del trabajo conducirá a una pérdida irreversi,ble de la idenllidad cultural nacional. McDonruId y VW desde Groenlandtia a Gibratar, desde Irlanda a,1 Mar Caspio. ¿Y 'los Estados Unidos de la literatura de Europa? Un bello pensamiento, en el que me resulta difícil oreer, a pesar de nuestro bonito encuentro en Madr,id. Si de nuestro encuentro saliera una futura ,traducción de a1gún l1bro de los países aquí representados, nos aJegraríamos. Mi experiencia de V1iajes como éstos es una apertura permanente con respecto a,1 país conocido, una v¡entana abierta para toda la vida, una lengua más entrenada para el idioma desconocido. Pero no nos engañemos. Por nas f.ronteras penetran 10s libros de las grandes editorülJles. En rea1~dad, sólo ellas poseen ese poder. Si 1a Iliteratura es un negocio, será una -literatura de bestseller. Pa'ra otra cosa apenas se ,l a tiene en cuenta. El tren en dirección a un mayor entretenimiento ha parbido. A lo largo de Europa, la literatura desaparece de los programas radiofónicos. Tres minutos es 1a duración

aceptable para la pallabra, iluego se cambia 1a sintonía. ¿Y da televisión? Mejor callemos. La .Jioteratura surgirá mientras los hombres vivan en esta tierra. Pero será cada Vf2 menos leída. Seamos así de realistas. El mes pasado, 1a lectora de mi editorüal fue desped,ida, porque hay que despedü peroSonall si 1a ed1tol"ial qUJÍere tener posibiljdades de superviV1encia en la economía de mercado. Mi ed,iotor me esoribió hace ,unas semanas que necesita mioS ,ltibros. ¿Los neoesita de verdad? Un critico de Bremen me aseguró que ,las edi,toriales alemanas occidentales incluyen en sus programas semestrales algún libro de poesía, porque les resulta rentable en función de los !impuestos. No debo ofenderme, es así. ¿Los impuestos a Hacienda como úI1tima posibi,illdad para una 'lrÍreratura amenazada? De sus muchas funciones, a la literat'ura seria le quedará la de ser 1a otra memoria y la de la conoiencia tenaz, la de ser creadora de palabras y la de los senllimientos y experiencias conver.tidos en belleza. El hecho de que na 1.iteratura importante no envejece, ,lo prueba, después de la poesía de Hernández, una poesía de Bertolt Breeht. Escrita en 108 años 50, muestra el sen1limiento actual de mi pueblo:

El cambio de rueda (1953) Estoy sentado a'l borde de na carretera ~a rueda. No me gusta en ,lugar de donde vengo. No me gusta el ~uga1' adonde voy. ¿Por qué miro el cambio de rueda con [impaoiencia?

el conductor cambia

Traducción : José Luis Sagüés


JOS~

LUIS

SAGü~S

La literatura de la República Democrática Alemana: Ultimo acto L día 3 de octubre de 1990 entró en v·igor el «Tratado sobre el es,tabJecimiento de Ja Unidad EstaiJ:al de Alemania». Con su aplicación, la República Democrática Allemana ha dejado die exist.jr. S~ 'acabó. Cayó el telón dcl' ,intento fallido de construi'r un sociad:ismo real en suelo alemán. Entre otras muchas causas y razones, ese estado desaparece porque en el' curso del desarrollo histórico, todo lo que un día fue real se torna irreal, pierde su necesidad, su razón de ser, inoluso su caráoter nacionaL La histor-ia, a'J' igual que el conocimiento, no puede encontrar jamás su remaiJ:e definitivo -como subraya F. Engels en «Ludwig Feuerbach y el fin de la fiJosofía clásica aJ'e mana>)- en un estado ideal perfecto de ,la humanidad; una sociedad perfecta, un estado perfecto, son cosas que sólo pueden ex-istir en la imaginación; por el contrario, todos los estadios históricos que se suceden no son más que otras ,tantas fases transitorias en cl proceso infinito die desarrollo de 'la sociedad humana, desde 10 inferior a lo superior. Con la desaparioión de :la RDA, la polémica sobre el número de literaiJ:uras alemanas dejará de tener sentido. La discusión sobre la existencia de una o varias, todavía no ha tenido ¡tiempo de cerrarse, pero esta polémica ha obedecido la mayor pa.rte de 1M veces a discrepancias -ideológicas con perfi~es decididamente extrali,terarios. Durante tiempo se maOltuvo que poco importaba el que ,los aJ'emarres viviesen en uno o más estados, pues pertenecía al concepto de ,literatura alemana toda obra escri·ta en alemán. Esa sería la ra~ón por la que austríacos como Stifter, Ri'I1re o Hofmannsthal y el checo Kafka estén encuadrados dentro de 1a literatura alemana y que ocurra ~o mismo con los

E

suizos Gottfried Keller, Conrad F. Meyer y Carl Spitteler. En Ja actualidad sucede ~o mismo con los austríacos Ingeborg Bachmann, Peter Handke, o Heimito von Doderer, Jos suizos Max Frisoh, F. Dürrenmatt y Peter Bichsel, el rumano Paul Celan o el búlgaro Elias Canetti. Se consideraba que a la literatura no le une o separa el caráoter nacionai o las fronteras entre Estados, sino sólo el lenguaje. Así, el polaco J osef Conrad (Korzeniowski) pertenecería a la comunidad .literaria ingJ:esa por haber escriiJ:o su obra en inglés, el americano Charles Sealsfield (Karl Postl) a la a.Jemana por la misma razón y el irlandés Samuel Beckett a la francesa por idéntico motivo. Fue Wa:lter Ulbricht, en aquel entonces vicepresidente del gobierno y secretario genera·l del Pal"tido Socialista Unilicado de Alemania (SED), quien en un comunicado enviado al IV Congreso de Escritores (1956) formwó 1a tesis de dos literaturas a'lemanas claramente diferenciadas. La cuestión quedó definitivamente zanjada cuando AJexander Abusch, el entonces ministro de cu:Jtura, dejó sentado que no era correcto decir que la RDA par.tía de la unidad de AJemania en su toma de postura político-literaria, sino que se debía partir de 'la exisiJ:encia de dos estados alemanes y de ~a evo'lución de dos ~·i,teraturas con distintas tareas en el presente. Esto es, mantenía que sistemas sociales contrarios remiten a 10s escritores a tareas ,también contrarias y ello conduce, por consigllieniJ:e, a un desarrollo por separado de ambas literaturas. Evidentemente, sería infantiJ cons·iderar que la ·litera·tura de la RDA comienza el 7 de octubre de 1949, fecha de 1a fundación de 'la República Democrática AJemana, pero sí es cierto que con la for-


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JOSÉ LUIS SAGÜÉS

macIOn de un nuevo estado alemán, la literatura que alli aparecía cobraba unas funciones nuevas, al ser radicaJmente djstinta la reaEdad deM estado recién creado. En ese sentido, independientemente de la opinión que nos mererzca la discusión sobre si hay una o más literaturas aJemanas" puede afirmarse, que en vi.rtud de ¡l a nueva situación histór.ica creada a final de ,la segunda guerra mundial, 1a literatura de ,l a RDA ha marcado un hito en la historia de ,l a litera'tura en lengua alemana. En cuaJquier caso, el dictamen de 1a considerable dis,tancia y diferenciación entre las .Jiteraturas alemanas del este y del oeste, ha sido históricamente superado. Pr,imero, porque el problema de deciclir cuántas literaturas aJJemanas hay, se hizo enormemente complejo desde que a mediados de los años 70 y casi sin interrupción, más de un centenar de autores de la RDA, a'lgunos de ellos muy notables, abandonaron el país, ya voluntariamente, ya a la fuerza, insta'lándose la mayoría de ellos en ~a RFA. En segundo lugar, porq ue desde comienzos de Jos años 80 la convergencia entre ambas lioteraturas empietza a evidenciarse y se asiste a un proceso de doble asimi,lación. El deterioro de 'l a vida, el acoso y ,l a opresión del ,individuo configuran cl' paisaje literario de las dos A:lema1rias. IncJ'uso puede afirmarse que 1a literatura de la RDA más reciente trasciende la temática específica RDA, que había caraoterizado ,el quehacer iliterario de 1a RDA con anterioridad. En ,los últimos años, los autores más significativos de la RDA tratan -de forma semejante a Ja de ~os autores oocidentales- ,la relación entre la autodeterminación individual, ,las reivindicaciones y Jas pretensiones colectivas, entre el adaptarse, el someterse y la resistencia, entre lo idea'l y Ja realidad. Renunciando además a cualquier embellecimiJento de la realidad -tan propio del llamado realismo socialista- procurando un reaHsmo abierto, minucioso, una exposición de los hechos, a veces antropolJógica, pero de decidido valor estético. Esas afirmaciones se constatarían en el notable

aumento de popuJaridad de la literatura de la literatura de Ja RDA en Jos 1ectores de la Repúl:ilica Federal. Autores como Stefan Heym o Hermano Kant tienen libros cuyas ediciones han superado Jos 100.000 ejemplares. La narración «Kassandra» de Christa Wolf llegó en la RFA a ,los 415.000 ejemplares, su, ilibro «Storfall», a Jos 300.000, el Ebro de Maxie Wander «Guten Morgen, du SchOne» rondó -también los 300.000 y «Der fremde Freund» (en la RFA apareció con el tHuJ'o <<Drachenblut») de Christoph Hein supera ya los 120.000 ejemplares. Los libros de otros autores de la RDA como lrmtraud Morgner, Ulrich PJenzdorf, Helga Konigsdorf, Er,ich Loest o Monika Maron han alcanzado cifras considerables de edición y han despertado un inusitado interés y atención de ,los medios. Probab'lemente el interés por J'a nueva ,l iteratura de la RDA sea temá,tico. En la RFA no se la ,lee tanto por conocer al vecino del este, como por el hecho de confrontarse con los problemas globales que más preocupan en la República Federal: la destrucción de Jos fundamentos vita!les de la naturaletza, el pelig.ro de un suicidio nuclear, la enajenación y el aislamiento del indiv.iduo en una sociedad racionalizada al máximo, ,los intentos de Jas mujeres de vivir su propia vida en una sociedad de hombres. en resumen, las contradicciones de una civilización industrial considerada como pato'lógica. Muchos lectores ya ni se dan cuenta que Chr,ista Wolf o Christoph Hein son autores de 1a RDA. lnc'luso los expertos no podrían decir, citándose a:]gunos pasajes anónimos, si el ,texto respeotivo es de Chr,ista Wolf o Erich Fried, de Hanns Cibulka o Nicolas Born, de R. D. Brinkmann o Sacha Anderson. La Jiteratura escrita en la RD'A cobró una mayor especificidad y autonomía desde comienzos de l'Os años 70. Junto a una mayor libera:ü~ación política, exis.tía también la vo'l untad de referir literariamente el proceso de transición a una sociedad que se pretendía socialIsta, reflejando J'os comlictos, las tensiones, las


BerlĂ­n. Alemania.

<~El

ParlamentoÂť.

--.

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JOSÉ LUIS SAGüÉS

espera:nzas y las decepciones. Objeto literario fueron :Jos profundos cambios que se producían en todos Jos órdenes y se buscaba una nueva sensibilidad, que rompiera con la uniformidad anterior. El abanico temático se fue ampliando, iniciándose un proceso de creación más dinámico, más f.lexiWe y más plural aunque, natura'lmente, más con.t radictorio, tenso y conflictivo. Conviene recordar, que durante .l a década de los 70 abandonaron el país un número, considerable de autores, entre ellos Peter HucheI, Thomas Brasch, Sarah Kirsch y Günter Kunert, todos ellos de primera línea. La represión, aunque no generali¡zada, fue, en ocasiones, la única respuesta del estado a los afanes democratizado res y a las vo,luntades más crHicas. Así, el poeta y cantautor Wolf Biermann, al que se le privó la ciudadanía y se 'le prohibió el regreso a la RDA, el filósofo Rudolf Bahro, autor del polémico ./:ibro «La alternativa», que fue encarcelado y las sanciones al' economista Robert Havemann o al escr,i tor Stefan Heym, por citar solo los casos más relevantes. En este contexto, surgieron unas tendencias temáticas en ,l a literatura, que se centraron principalmente en Ja concepción de la vida cotidiana como un hecho histórico sobre el cUélll era necesario reflexionar críticamente, en la importancia que se le confería al hecho individual, interpretando lo individual como el hecho social concreto más 'r elevante y en el' intenso tratamiento poético de las formas de vida en el «sociélllismo realmente existente», sus circunstancias y sus consecuencias. Las tendencias creativas, los principios elaboradores y de concepción se caracterizaron por la búsqueda de autenticidad, 'la relativización de la materia narrativa recurriendo principalmente al eJemento fantástico ,l a búsqueda de la diferenciación sobre temas comunes tratados en décadas anteriores y la movi,l idad de las formas y 'los géneros, la tendencia a mezclarlos y a modificarlos. Durante esos años se asiste, en definitiva, a'l final' del mono,litismo literario. Numerosos autores muestran una decidi-

da vo,luntad de traotar Jos nuevos fenómenos sociales y de abordados en toda su variedad. De esta manera, fa literatura se adelantó a las ciencias sociales, fue adoptando una función suplente, haciéndose objeto ,l iterario lo que en occidente sería específico de J'a prensa o de la socio,logía. Se empezó a evitar la armonía y se rechazaba la exigencia programática de disfrazar o concHia:r 'las contradicciones ya evidentes entre estado y sociedad. Uno de los objetivos literarios fue determinar el puesto y la función del hombre en la sociedad. Los problemas del tipo normaJ y filosóf,ico fueron ganando en importancia planteándose el cómo. debería actuar la literatura reaEsta en su voluntad de mostrar la realidad de forma auténtica y no sometida a las necesidades estata'les o a ,los caprichos de los ideólogos del' poder. A lo Jargo de los mos 80 1as contradicciones se agudizan en todos los ámbitos de la vida en Ja RDA. El panorama' internacional sufrió grandes cambios. El finaol de 'la era Reagan y el' ascenso de, Gorbachov hicieran posible una política de distensión. La guerra fría tocaba a su fin, 'las demandas democrati¡zadoras y por una subida genera,lizada del nivel de vida en ,los países socialistas se extendía por todas las geografías. En la RF A se puso fin a 13 años de gobierno socialdemócrata, siendo elegido canciller Helmut KohI en octubre de 1982. Con ello se acababa la luna de miel de la ostpoIitik y comenzaba una po,lítica de acoso y derribo de la RDA. La intransigencia y el dogmatismo de los dirigentes comunistas de la RDA hicieron imposible un acercamiento entre el estado y la sociedad. El éxodo, la huida del país de centenares de mi,les de ciudadanos fue contestado en 1989 con un cierre total de las fronteras . Todas 1as condiciones estaban dadas para el derrumbamiento de la RDA. En estos años ,la literatura de este país, enormemente enraizada en la sociedad, un país que está a ,la cabeza de Europa en el consumo de I·ibros po,r persona al año. tiene como cons,t ante ,l a exigencia


LA LITER!A.TURA EN LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA ALEMANA

de diá.logo, de democracia, de liber,t ad. Con independencia de las actitudes indiv,idullJles, quizá sea en el X Congreso de Escri,tores de la RDA, celebrado en BerHn en noviembre de 1987, donde se exprese con total claridad la demanda de libertad política y de creación y la actitud decididamente crítica de los escritores. Ese congreso ha marcado un hito, porque ha sido el más claro exponente de la perestroika literaria en la RDA. En él se adoptó de una vez por todas una postura clara contra la censura. En resumen, lo que se vino a decir fue lo siguiente: La solici,tud de permiso, :la intervención y el control estatal de la literatura, la censura de Jas editoriales y de libros, de editores y autores está superada, es inútil, paradójica, inhumana, hostil al' pueblo, ,iIega,1 y punible. LA CENSURA ESTA SUPERADA. Tuvo su justif.icación en los primeros años después de acabada la segunda guerra mundial. Entonces, la censura, al igual que las cartillas de racionamiento, cumplía la función de ordena'r el caos, de administrar la carencia de todo. Era natura,lmente ,lógico que se censuraran, por ejemplo, las obras de autores nazis. Pero en la misma fecha en la que ya no se hacían necesarias 1as cartillas de racionamiento, debería haber desaparecido también la censura. LA CENSURA lES INUTIL, porque no puede impedir la literatura, a lo más puede impedir su difusión durante un tiempo. Pero generalmente, libros censurados en la RDA, acaban editándose tiempo después como es el caso de a,lgunos libros de Stefan Heym, Ch. Wotf, Volker Braun o Monika Maron, por citar sólo a1gunos autores. LA CENSURA ES PARADOJICA, porque provoca siempre el efecto contrario de lo que pretende. El objeto censurado no desaparece, sino que se hace todavía más evidente, despierta más interés, acaba siendo el mejor propagandista de lo prohibido. LA CENSURA ES INHUMANA, se opone al autor, al Jector, a,l edi,tor y aI

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censor mismo. La RDA ha perdido --como comenté antes- numerosos autores en ,los últimos 10 años. Sus obras, la discusión de las mismas, hubieran contribuido al diálogo social. Lo más grave es que para evilar la censura, muchos autores se autocensuraron desde el comienzo, t raicionando el texto, negándose así mismos. La censura incapacita a,1 Jector, lo condiciona. ¡Cuántos malos libros han acabado teniendo éxi,t o por el simple hecho de haber sido censurados! La censura destruye a1' edi,tor, aniquila su autoridad, su credibilidad. No le permite establecer la línea editorial con independencia. LA CENSURA ES HOSTIL AL PUEBLO. Los Jectores son soberanos -para emitir un jUlÍcio y una valoración. La actitud de la censura de decidir por los lectores es una clara manifestación más de ,la arrogancia de 1a administración. LA OENSURA ES ILEGAL. Por anticonstitucionaL Vulnera varios artículos de la Ley Fundamental de la RDA. LA CENSURA ES PUNIBLE. Porque daña en aMo grado ,l a imagen de la RDA y significa un envilecimiento y una degradación. Christoph Hein resumía .Ia actitud del Congreso ante 1a censura de la manera siguiente: «La censura tiene que desaparecer lo más rápidamente posible y sin recambios, para evitar mayores daños a nuestra cultura, para no continuar perjudicando nuestra imagen y nuestra dignidad, a nuestra sociedad y a nuestro estado». También la prensa fue objeto de crítica por los escritores que participaron en el X Congreso de Escritores. Fue precisamenteChristoph Hein, quien arremetió contra '¡os medios de comunicación socillJI, principalmente la ,prensa, a quien agradeció irónicamente su papel en el éxi,t o de 1a literatura. Porque la prensa durante estos años no atendió a las demandas sociales, ni reflejó 'las preocupaciones y, en cambio, la Jiteratura sí que se ocupó de ,todo ello. Y se acababa diciendo que una prensa que no trabaja


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JOSÉ

LUIS SAGÜÉS

Dresde. Teatro.,Real. Grabado del siglo XIX.

públicamente, que nO informa de la verdadera realidad, s~no de Ja rea,lidad deseada, no sólo presciI).de dé ,toda la verdad, sin que pierda su credibilidad, y se priva de ajercer una inf.l~encia PÓsitiva. Porq ue la mejor y más eficaz propangada no fue nunca verdades a medias sino la crítica, .la controversia y el ejercicio de la verdad -':'por dolorosa que r~ulte. En definitiva -se decía-, la aotual función d'e la literatura de 1a RDA es la' de animar, a"leñtar, eSf.lrilUla~. No se trata de insistir en el optimismo irraciona:l de épocas pasadas, fruto de un idealismo abstracto, sino mucho más de la llamada función Casandra de 1a literatura. Casandra, hija del rey Priamo de Troya, que a-l no ceder a 'las presiones -al deseo amoroso de Apolo- le fue concedida la sabiduría, ola capacidad de ver

el futuro, pero con el caSotigo de que sus predicciones nunca serían creídas. No se trata, sin embargo, de una función Casandra de ,la literatura, para no ser .creída, sino una función y una voluntad de no eq¡belleceJ, de no falsear la realidad, sino de animar a trabajar por la -transformación, a defenderse, a resistir. Pero el telón ha caído. Ya no hay República Democrática ·Alemana. Quizá sus escr.itores, recuperada "libremente la palabra, encuentren una nueva voz; Parece ser que ,la voluntad de los escritores en este nuevo tiempo fantástico y difícil que se anuncia sea -<::omo un día señaló Anna Seghers-. «Escribir, para que muchos vuelvan a respirar a'¡¡viados bajo la ,lue:, el embrujo. la claridad, eI duende de Ja palabra.»


CHECOSLOVAQUIA

Praga. Teatro Nacional. (Maqueta).



PHILIP ROTH ENTREVISTA A

I\rAN

KUMA (*)

Checoslovaquia vAN

Klíma naoió en Praga en 1931. Sus trabajos como noveJista, cCÍltico y dramaturgo fueron vetados en Checoslovaquia por las autoridades comunistas. Su novela Amor y basura, inspirada en parte en su vida de barrendero en Praga en los años setenta, casualmente se publicó en Checosqovaqu.ia e'l mismo día de mi llegada allí. La edición ,inicial de esta novela (su primera publicación en ChecosJovaquia después de veinte años), fue de 100.000 ejemplares. Ese mismo día por ,la tarde supo que otro de sus libros, Mis alegres mañanas, una colección de relatos cortos, había sido pub'licado tam bién en una edición de 100.00 ejemplares. En los tr,es meses ~ranscurridos desde la abolición de ·la censura se representaron dos de sus obras, una de ellas en el teatro y otra en forma de adaptación para la pequeña pantalla. Otros cinco libros suyos aparecerán este mismo año. A principios de la década de ,los setenta, cuando comencé a v,i ajar regularmente a Praga todas las primaveras, Ivan Klíma era mi guía. A par'tir cie 1976 ya no pude obtener el visado para viajar a Checoslovaquia, y manteníamos correspondencia a través de ,¡os mensajeros hola ndeses o germano-occidenlt aies que d iscretamente transportaban correo, manuscritos y libros para personas som e~idas a estrecha v,igi,lanoia. En el verano de 1978, diez años después de ,la invasión rusa, hasta Ivan, que siempre me había parecido uno de los más ardientes opositores al rég.imen, estaba lo bastante exhausto para admitir en una de sus cartas: «A veces dudo si es razonable permanecer en esta miseria el resto de nuestras vidas.» Catorce años después de nuestro último encuentro pude comprobar con sorpresa que 'la fascinante combinación de

I

f.lema y energía de Ivan Klima perma. necía ,inta,ota, y que sus fuerzas no habían disminuido. Ivan había formado parte del eje de actividades ahora conocidas en Checoslovaquia con el nombre de <da revolución», y, sin embargo, no mostraba el menor indicio de cansancio. I van Klíma y yo pasamos los dos primeros días de nuestro encuent ro charo ,lando; después escribimos juntos el siguiente resumen de nuestros intercamb¡os: - ¿Cuál ha ~ido su eX¡periencia publicando libros en ediciones «samizdab> durante todos estos años? La publicación furtiva de obras literarias en canl:idades tan limitadas sin duda tendrá un púbHco por lo general más culto e intelectualmente más sofisticado que la med'ia de I'ectores checoslovacos. Presumiblemente este modo de publicar favor·ece un sentimiento de solidaridad único y secreto entre el lector y el escritor, y eso puede ser muy estimu,lante. Sin embargo, ya que el «samizdaf» es una respuesta limitada y artificial a los males d'e la censura, .no deja de ser poco satisfactoria para todos. Hábleme de la cultura literaria que ha surgido ~ torno a este tipo de ediciones. - Su observació n en cuanto a que la literatura «samizdat» fomenta un determinado tipo de -lector me parece acertada. El «samizdat» checoslovaco surgió en unas circunstancias únicas. El Poder, apoyado por ejércitos extranjeros, temia las críticas. Era consciente también de que cualquier forma de vida espiritual va encaminada hacia Il a 'liber,tad. Por eso no dudó en prohibir toda clase de cUtl,tura autóotona, impidiendo escribir a (*) Por su interés para ef presente número dedicado a Perestroika y literatura publicamos fragmentado el trabajo que apareció en CULTURAS del Diario 16, el sábado 17 de junio de 1990.


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PHIL.'IP ROTH

los escrjtores, exponer a Jos artistas, y mos que ,los ,talleres estata,les nos enouaa los científicos, especia'l mente en el dernaran los J'ibros; éstos a menudo llecampo de Jas oienCias socia,les, -investi- vaban i,l ustraciones de Jos mejores artisgar de forma independiente; des,truyó las tas, vetados también. Muchos de estos Universidades, al nombrar catedráticos a libros serán, o ya son, e:! orgullo de los personas que, en su mayoría, eran dó- bibliófilos. Con el tiempo aumentaron el ciles emp'leados. La naoión, que cayó número de ejemplares, Jos títullos y Jos por sorpresa en esta cautividad, la acep- lectores. A ,los escritores pronto Jes sitó con pasiv,i dad, al menos durante all- guieron f,i,lósofos, historiadores, sociólogún tiempo, presenciando con impoten- gos, católicos disconformes, así como cia la desapar,ición de las personas que aficionados al jazz, 'l a música pop y tanto había respetado y en quienes había folk, y en general escri,tores jóvenes que depositado su conf.ianza. se negaban a publicar sus obras de modo El «samizdat» surgió paulatinamente. oficia;), aunque se Jo permj,tiesen . TamA comienzos de 10s setenta, mis amigos bién empezaron a aparecer muchas obras y compruñeros escritores cuyas obras trad ucidas. A:I pr,inoipio ,l a poJicía intentó -impedir habían sido prohibidas sallan reunirse en mi casa una vez a,l mes. Entre ellos el «samizdat», confiscando ejempITares en se encontraban los grandes creadores registros domici,liarios. Un par de veces de la 'literatura checoslovaca: Vác!lav arrestaron a los mecanógrafos que 'Ios Rave!, Jirí Grusa, Ludvík Vaculík, Pavel copiaban. El «samizdat» se convirtió en Kohout, A:lexander IGiment, Jan Tre- el dragón de múHiples cabezas del ouenfulka, Milan Uhde y muchos más. En to, o en una plaga para las autoridades: estas reuniones leíamos nuestras obras el «samizdat» era inconquistable. en voz a,1,ta; otros, como Bohumil RraToda vía no hay estadísticas precisas, bal y Jaroslav Seifert, no venían en per- pero sé que había aproximadamente sona sino que nos enviaban sus obras. doscientas pub'licaciones periódicas y La PO'licía empezó a ,i nteresarse por el varios miles de ,libros de «samizdat». Obcarácter de nuestras reuniones; hicieron viamente cuando hablamos de miles de que ,l a tel evisión emitiera un cortome- títulos no siempre podemos esperar gran traje en el que se apuntaba vagamente calidad, pero una cosa separaba al que peligrosos cónclaves de conspira- «sami zda t» del resto de la cultura chedores se celebraban en mi casa. Me or- coslovaca: era independiente, tanto del denaron que suspendiéramos ~as reunio- mercado como de la censura. Esta innes, pero e ntre todos acordamos meca- dependencia atraía a la generación más nograf.iar nuestros manuscr,itos y vender- joven, en parte por el aura de lo prohilos al precio de coste de da copia. Uno bido. La investigación oientífica deterde nuestros mejores escritores, Ludvík mi.na,r á cuál fue su verdadero a'lcance; Vaculik, se hizo cargo de:! «negocio». calculamos que aJgunos de los I'ibros tuAsí es como empezamos: con una vulgar vieron varias decenas de mi:¡es de Jecmáquina de escribir. tares, y no debemos dlvidar que muchos Los libros se imprimían en tiradas de de estos ·libros fueron pub~-icados por veinte a treinta copias; el coste de una editoria:les checoslovacas en el ex.ilio, y copia era aproximadamente tres veces entraban en el país de dos modos más superior aJ de un Uibro normal . Pronto insospechados. se corrió el rumor de lo que estábamos Tampoco debemos olvidar el imporhaciendo. La gente empezó a buscar tante papel que desempeñaron Jas emiestos ,libros, aparecieron nuevos «taUe- soras de radlo extranjeras Rad-io Free res», que frecuentemente cop'iaban Jos Europe y The Voioe of America, en la ejemplares '¡·Iega!les. Al mismo 'íiempo d ifusión de ¡la liter~tura no censurada. mejoró la cá'H.dad de la presentaoi·ón. Radio Free Europe emitía en forma de De un modo ~Igo enrevesado, consegui- seria,1 'los libros «samizdat» más famo -


Praga. Torre del reloj.


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PHILIP ROTH

sos, y tenía cientos de mi,les de oyentes. Uno de 10s úJ,t,imos libros que escuché fue la obra de Havel Interrogatorio a larga distancia, que además de ser autobiográfica es la eXposioión de sus ideas polí,ticas. Estoy convencido' de que esta «cu'l tura sumergida» influyó decisivamente en 10s at'onteoim5entos revoluoionarios del otoño de 1989 .

:-Siempre me pareció que en .Occidente se hablaba de la «musa"' de ~a censura» tras el telón de acero con cierto" romanticismo y ligereza. Me atrevería a decir que ciertos escritores occidentales envidiaban la terrible presión bajo' la cual escribían ustedes, Y' la claridad de- la misión que esta carga propiciaba':: en su sociedad ustedes eran prácticamente los únicos transmisores de la verdad. ¿Qué precio han pagado los escritores por esto? -Las prohibiciones en cuanto a la pub1icación de nuestras obras estaban unidas no sólo a la prohibición de toda actividad social, sino también en Ja mayoría de 'los casos a 1a prohibición de realizar cuallquiler tipo de trabajo para el que el escri,tor estuviera cuaJificado. La maporía de mis colegas escritores se ganaban Ja vida como obreros. No era frecuente encontrar médicos que se ganasen 1a vjda limpiando ventanas, como en ,la novela de Kundera, pero muchos escríotores, cüticos y traduotores se ganaban la vida de esta manera. Otros trabajaban en obras, de operadores de grúas, o en excavaoiones geológicas. Podría parecer que talles trabajos proporcionan ail escritor experiencias interesantes. Es cierto; siempre y ouando el trabajo dure una tiempo Jitllitado y haya esperanzas de escapar del embotamiento menta,1 y de ,las duras faenas. Quince o veinte años trabajando así, totalmente marginado, altera tu personalidad por completo. La crueldad y la injusticia destrozó a muchos tota'lmente, otros llegaron a agotarse tanto que fueron incapaces de volver a reall1zar cualquier trabajo creativo. Y sj a pesar de todo ~ograban perseverar, era a costa de

sacrificaTlo todo: el sosiego y a menudo su vida privada.

-Los ,escritores oficiales son un misterio para mí.. ¿Eran todos ellos malos escritores? ¿Era posible ser un buen escritor y aceptar las normas oficiales? -Hay una diferencia significativa entre ·Ios escritores que apoyaban a~ régimen durante 'los años oincuenta y los que Jo apoyaron después de 'l a ocupación en mi:! .novecientos Sesenta y ocho. Antes de la guerra la llamada Jiteratura de izquierdas desempeñó un papel importante. Especialmente la generación más joven su.cummó a Jas ilusiones de una sociedad nueva y más justa que iban a construir ·Ios comunistas. Fueron precisamente ellos los que vieron la verdadera cara del régimen y contribuyeron a organizar ell movimiento de 1a «primavera de Praga», desmitificando ,l a dictadura staJ.inista. Después de 1968 ya no había motivos, excepto para algunos fanárticos extremistas, que les jmpulsasen a compartir esas i'¡usiones:. BI Ejército sov,iético ya no era un Ejéróto de ¡Jjberación a ojos de .la: nación, sino un Ejéroi.to de ocupaoión. Si un escritor no advertía estos cambios, su ceguera le impedia contarse entre Jos espír~tus oreativos; si los advertía y simulaba desconoceruos, se Je puede tachar de oportunista (y ,esta palabra es ,la más amable que se pueda utilizar). Por supuesto ~] pToblema residía en el hecho de que aa ocupaoión no dmó unos ouantos meses, s'¡no dos décadas. Práoticamente todo una generación de inconformistas, desde finaJes de los setenta en adelante, se vio obligada a emigrar. El resto ,tenía que aceptado e mc1uso colaborar. La televisión y la radio tenían que seguir funoionando, [as ed·i,tori~es tenían que llenar papel con ·Ietra impresa. Incluso peTsonas bastante decentes deoían si no hago este trabajo, ,10 hará a,lguien peor que yo. No quiero deciT que todo 10s escri.tares que han publicado en Jos últimos años son necesariamente maJos.. Pero se puede afi'fmar caJtegóricamente que el


c;HECO$LQVAQUIA

7.1

VacJav Rave\.

esfuerzo e(¡'¡'toria~, superando todas Jas trampas colocadas por la censura, era una carga muy pesada para ,las obras de muchos escfli,tores. He comparado cuidadosamente Jas obras de Hr~baJ -que según mi criterio es uno de 10s grandes prosistas europeos actualesque aparecieron en <<samizdao> con ~as que se pub~'icaron of,icia1mente en Checoslovaquia. Los cambios que se vio obligado a efeotuar son, -desde eJ punto de Viista de 1a obra, litera!1mente monstruosos. Pero peor era ell hecho de que muchos escritores contaban con Ja censura de antemano, y deforlDab~n sus obras.

-Desde que las fuerzas de ocupación rusas invadieron Checoslovaquia, una considerable muestra de obra de escritores checoslovacos contemporáneos han sido publicadas en EE. OO. de entre los que viven en el exi'lio, Kundera, Pavel Kohout, Skvorecky, Jirí Grusa y Arnost Lustigj entre los que se encuentran en Checoslovaquia, usted, Vaculik, Hrabal, Holub y Havel. No se me ocurren diez nombres de escritores holandeses o noruegos que hayan sido publicados en Norteamérica desde mil novecientos sesenta y ocho. Es una ~resentación sorprendente .para un pequeño país europeo. Los escritores extranjeros han sido muy


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PHILIP - ROTH

respetuosos con vuestras obras. ¿Se les ha ocurrido pensar que esto posiblemente haya cambiado, y .que en el futuro quizá ya no se diñjan a nosotros sino a los suyos otra vez? -Los escr~tores checoslovacos se veían forzados por aas circunstancias a tener experJencias que, de no ser por el cruel dest,ino de la nación, hubieran sido totalmente ajenas a ellos, y que, a¡' pasarlas al papel, pudieron resrn,t ar exóticas para muchos lectores. También es verdad que el oficio de escflitor -o en general cualquier trabajo artístico- era el único en el que se podía ser indepenmente. Muchos creadores se hicieron escritores por esa .razón. Todo esto pasará en oieflta medida. Según vaya cambiando ¡la sociedad, cambiará la Jliteratura y sus temas. Pero no creo que por ello nuestra ,literatura deje de atraer al público e~tranjero.

vencido de que Kafka escribía por la íntima necesidad que sentía de confesar sus cr.isis personales, y así resolver lo que para él no tenía solución en ~a vida real, especialmente fas relaciones con su padre y su imposibilidad de pasar determinada barrera en su relación con las mujeres. Las metáforas de Kafka eran tan poderosas que excedían con creces su intención inicial; esto demuestra que un escritor que sabe rei!lejar sus experiencias más íntimas en profundidad y de un modo sincero, aJcamza también Jas esferas suprapersonaoJes o sociales. La 3:iteratura no tiene que esforzarse por reflejar :]a realidad política. ni preocuparse por los sistemas pasajeros; puede trascenderlos y a Ja vez responder las preguntas que el sistema suscita en Jas personas. Esta es la Jección más :importante que he aprendido de Kafka.

-Kafka. Me gustaría saber qué papel ha desempeñad'o en SU imagfnación durante todos estos años. ¿Por qué prohibieron sus libros las autoridades comunistas? -La pregunta de por qué Jas obras de Kafka fueron prohibidas por los regímenes comunistas queda conte&tada por una soja frase del personaje central de Amor y basura: «Lo más ifeJevante de la persona1lidad de Kafka es su honestidad.» Un régimen basado en la mentira, que exige aparentar exteriormente sin preocuparse de las convicciones persomvles, un régirrren que tiene miedo de ,toda persona que se pregunta el por qué de sus actos, no puede aceptar a nadie cuya veraoidad consiguió una totalidad tan fasoinante e incluso aterradora. En cuanto aol significado de Kafka para mí, lo más importante es que él era un escritor apolítico. Me gusta oitar Jo que escribió en su d:iar,io el' día dos de agosto de IIri!l. novecientos catorce. Es muy breve. <<AIemania ha deClarado Ja guerra a Rusia. Por la tarde fui a ~adar.» Aquí el plano histórico y el personal están al mismo nivel. E&toy con-

-Havel, me gustarla que me ex¡Jlicase por qué 'ha encarnado en su 'persona la nueva idea que Checoslovaquia tiene de sí misma. -Ha'vel es conocido principalmente en el resto del mundo como un gran dr.amaturgo, un illteresante ensay,ista, y por úIltimo un disidente, tan contrario al rég,imen que no le importó sufrir toda cJ:ase die persecuciones por sus convicciones pOlíticas, incluso la prisión. Pero en esta lista de cuaolidades o profesiones de Have1 falta, en mi opinión, ~a más importante. Los críticos ·sitúan a Havel como dramaturgo en la corriente del teatro del absurdo . Pero en Ilos tiempos en que Jas obras de Havel se podían representar en nuestros teaJt:ros, cl públ.ico checoslovaco fas entendía princ'ipa'lmente como obras pol~ticas. Yo solía deci:r, medio en broma, que Havel se hizo dramaturgo sobre todo porque en aquella época e1 teatro era Ja ú.OIica pJa-taforma desde la cuall se podían exponer las ideas políticas. Desde que ie conocí, Have1 fue para mí en primer luga'r un político, en segundo .lugar 'U:Il gran ensayista, y sólo por úJt,imo un dramaturgo. No pretendo'


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PHILiPROTH

vaJorar sus ,logros, sino más l:>ien la prioridad de sus intereses, sus .inolinaciones personales y su entusiasmo.

-¿Qué harán los escritores checoslovacos en el futuro para sobrevhir económicamente, ahora que ~tán a punto de perder el amparo de un sindicato de escritores subvencionado, de una ,industria editorial subvencionada, y que habrán de competir en 'el mercado y por tanto pub.licar 'libros rentables? ¿Y qué puede comentar de la economía de mercado de la que empieza a hablar su Gobierno y su relación con la cultura comercializada que engendrará? -Como ,individuo que ha vivido en Jos BE. UD. atlgún ,t'¡empo, y cuyas obras se han publicado sólo en Ocoidente durante veinte años, soy consciente del «pel,igro» que una sociedad Jlibre, y especialmente una economía de mercado puede traer a ,la cultura. Sé que pasará el período en el que ,los ILibros de poesía a!1canzaban en nuestro país ediciones de varias decenas de m'iles de ejemplares. Recientemente apareoió un memorándum

sobre Ja postura de la ,teJ'ev'¡sión. Por supúesto este memorándum no pide ija intC0ducción. de la censura, sino de 'UIIl coffilJté para ,las a'rtes que esté por encima del partipo, un grupo de autoridades indepe rlj'entes de un nivel espir,i,tuall y ~ ?l.l.:wi . mox~l' &.penor. E"r(', .Oheco&1ovaq uia 'la literrutura ha disftuXado siempre de una gran afición y estimi1,. Esto se desprende de] hecho de ,que : en un país con menos de doce millones de habitantes, se han pub}:icado librqs de buenos escritores, tanto checoslovacos ,cOmo traducidos, en ediciones de cientos de miles de ej'emplares. Quizá no" sea tan utópica ,la idea de :intentar influir en rros medios de comunicación para mantener el niveI culturaff', e inoluso para formar a ~a nación. S~ a,l menos paDre de Ja idea pudiera rea,litza,rse, sería sin duda; alguna, un acontecimiento único en la histo'fia de Jos med,jos de comunj"cación. Teniendo en cuenta que, después de todo, este pequeño país centroeuropeo ha proporcionado de vez en cuando importantes impUllsos de carácter espiritual


CLARA

_ JAN.~S

Los poetas checos del siglo XX y las primaveras de Praga

U

NA primavera adelantada tuvo ,luga r en Praga como consecuen.' cia de ,los hechos que se inicia, ron el 17 de noviembre de 1989, fech~ en q ue ,los estudiantes de su universidad celebraron una manifestación conmemorativa del primer movimiento universitario contra el ocupante hitler,i ano: a .]os golpes sa lvajes de las brigadas antidisturbios siguió un llamamiento a la huelga genera'l y 10s cafés, gimnasios, piscinas y sobre todo ~os teatros se convirtieron en 'l ugar de discusión, extendiénd ose la llamada a todo el país. Ya en los primeros días se creó la agrupación Foro Cív,ico que representaba este sentir, y, tras una serie de negociaciones y manifestaciones multitudinarias que culminaron con ia huelga de dos horas del día 27 de noviembre, se llegó a la instauración del sistema plura'l'ista, formándose un gobierno de coalición. Como presidente de la nueva república democrática fue eJ.egido precisamente un escri,tor, el dramaturgo Václav Ravel. Junto a Havel, en el Foro CíV'ico estuvo Alexander Dubcek, el que hiciera posible lo que se conoce con e l nombre de «Primavera de Praga». En 1939 los nazis, ante el movimiento de los estudi antes --cuyo aniversario fue motor de lo que hoy presenciamos- respondieron con la supresión de toda enseñanza superior de la lengua checa, serio castigo para un pueblo que, sometido a la influencia del Imperio astrohúngaro, liabía vivido una opresión de siglos en su idioma, pues sólo desde 1881 el checo ocupaba en la universidad un puesto de igua'ldad con el alemán como ,l engua de cultura -recordemos a dos grandes escritores nacidos en Praga que escribieron en alemán: RiJke y Kafka-. Fue a parür de ese momento, de 1881, cuando ias 1etras checas experimentaron un renacer. ,

A ,este factor se unió después otro de ca.pital importancia, precisamente el final del Imperio austrohúngaro y la creación de ,la Primera República checoslovaca indepenáiente en 1918. El país que tanto t iempo viviera sometido gozaba de pronto de libertad y buscaba ~os medios para darse estructura politLca a sí mismo. Eran además años erucia'les en el devenir histórico europeo y también para el arte y la Jtiteratura tan vinculados a él. En poesía, concretamente, dio Checoslovaquia una ge neración de creadores comparable a ,la nuestra del 27. Nacidos a principios del siglo XX, estos poetas conocieron a Jo 1'a rgo de su vida 10s terribles inV'iernos de la ocupación na21i, ~a guerra y la dictadura estalinista, y como árboles de profundas raíces y potente savia, el renacer tras los sucesivos deshielos. Entre ellos el que vivió más años, Jaroslav Seifert, recibió el Premio Nobel, por «el tJLrismo y gran riqueza de invención » de su poesía, y porque ésta «d a una imagen liberadora de 'la humanidad indomable y diversa». El lo aceptó -según s us declaraciones- como representante de sus compañeros, ya que otros -dijo- , como Hel'las, Nezval y Halan, ,'lo hubiesen merecido. Pa'ra en tender a estos poetas, tanto en lo referente a su obra como en 'lo que toca a su vida, hay que tener en cuenta los acontecimientos histó ricos europeos y concretamente ,l a R evo,l ución rusa de octubre de 191 7 y la Primera Guerra Mundial, y también el arte europeo del momento que toma el r umbo de las vangua rdi as (en 1909 se publica ea Primer Manifiesto futurista, en 1916 se crea D adá y en 1921 mace el surrea'lismo). En el momento en que se proclama Ja Primera Repúbl'ica, el pueblo checo está impregnado de espíritu socialista y vive en la eufor,ia de la revolución. Muchos


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OLARA JANÉS

jóvenes escritores constituyen un grupo, al que dan el nombre de DevetsH, que proclama que el arte debe ponerse al servicio del proletar,i ado. Seifert, Nezval y Halas forman parte de él. En esta atmósfera de prinoipios de la República, cuando mdie sospechaba aún los años crueles que se avecinaban, se crea, en 1921, el Pa,r tido Comunista Checoslovaco y entre sus fundadores figura precisamente el poeta Ja'fOSllav Seifert. Es de not<l'r que '¡os demás poetas mencionados se hacen también del partido en un determinado momento. Seifert, que perteneoe, como se ha visto, al Devetsil, sufre, sin embargo pronto una decepción enorme tras un viaje a la Unión Soviética y deja el pa,rtido. Sucede esto en 1929. Holan, por su parte, permanecerá en él muy pocos años. No así Halas ni Nezval. Ahora bien, el arte del grupo Devetsil era ante todo un arte comprometido con el arte mismo, pues, aunque predicaba que éste debía servi r aol pral:etariadO', entre sus lemas figuraba: «una ma1a poesía llena del mayor compromiso no será nunca poesía comprometida» y, ,consecuentes con su ex.igencia de calidad, sus miembros no temían las innovaciones. Sus teorías se reunieron en un manifiesto titulado El nuevo arte proletario, que redactaron el teórico Karel Teige y Jaroslav Seifert y que 1eyó este ú,¡.timo en una velada pública. A ella asistió, con ánimO' de rebatir lo que se dijera, el joven poeta moravo V:io tezslav Nezval Acabada la lectura se inició una discusión que duró toda ,l a noche y termmó con la incorporación de Nezval a1 grupo. Sucedía estO' en un momento de plenO' estallido litera'rio, el olima político era propicio. para ello. Con ,l a unión de Nezval, Seifert y Teige Jas cosas tomaron un rumbo nuevo.. En el seno del D evetstl surgió un Illuevo movimiento cuyas raíces se hallaban en las vanguardias europeas y concretamente en Dadá: el Poetismo. Se produjo una escisión en el grupo quedando marginados los partidarios del arte estrictamente praletar.io y el Poetismo lanzó pronto sus manifiestos y con ellos estos jóvenes pa-

saron de proclamar el arte al servicio del proleta,riado a decir: «lo que llamamos Poetitsmo es el arte de 1a vida, el arte de vivir y gozar», «el Poetismo ofrece un ar,re ligero, burbujeante, fantástico, festivo, no heroico, lleno de amO'r, sin huella de romanticismo» y «es el arte de perder el tiempo». El Poetismo i,nfluye en todos ,los poetas de esta generación y en las posteriores, incluso en Holan, que no forma parte de grupo a-lguno, y en Ha'¡as. Son, sin embargo, Nezvall y Seifert sus máximos representantes, y particularmente el primero que de hecho es su creador, como será luego el introductor del surrea.Jismo en Checoslovaquia. Este estallido se recoge en 1ibros como En las ondas, de Seifert, Poemas para postales, Pequeña rosaleda o El acróbata, de Nezval, donde se juega con Ilas palabras y Jos sonidos y se utilizan desde rimas incoherenres que recuerdan las conciones wantiles a la libre asociación de ,imágenes siguiendo 1a fantasía . Burbujas burbujas blanco trébol lo que pasó pasó no g,r,itéiS dice un poema del primer libro de Nezval mencionado. Pero los poetas se adelantan con frecuencia a los acontecimientos y podríamos decir que Seifert es quizá el primero en captar el nuevo giro que darán las cosas. En el atilo 26 publica ya un ~ibro. El ruiseñor canta mal, donde nos ofrece un ca rnavaJ cuyas máscaras son máscaras de gas y cuyo al1Tequín viste un t'raje de reta'les de sudarios. ¿Qué ha sucedido? La postura poetista ha hecho. que se vuelva a plantear el tema del conflicto que supone la antítesis arte y vida. El contraste entre ,l a fantasía poetista y la sórdida realidad explica el movimiento pendular entre optimismo y pesimismo que ahora se produce. En este momento aparecen Abanico en delirio (1926) y Sepia (1927), primeros libros de Holan y de Ha'las respectivamente, poetas de Jos que dijo Ripellino


LOS POETAS CHECOS DEL SIGLO XX...

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consti.tuyen. «la gran diarquía del barroco «Le escribo, Karina y no sé si está viva», y de las tinieblas». Las tinieblas, de he- para concluir con estos versos: cho, van cobrando reao1idad y en 1933 «T¡m cruelmente joven y ya maduro, ' Hit'ler sube al poder, en 1938 amenaza me río hasta sangrar y lloro 'lágr,imas Checoslovaquia y en 3a Conferencia de [dJe sangre Munich, Francia, lta,lia e Inglaterra la y abandonado de Dios y a Dios l': abandonan a su suel1te; 00 año después [aba'lldonado se produce ~a ocupación y el país pasa le escribo, Kar.jna, y no sé si estoy a ser el Protectorado de Bohemia y Mo[vivo ... ravia. Durante ·Ia ocupación todos estos poetas se suman a la 1ucha, unos con Cuando en 1945 tuvo 1ugar la ,liberasu poesía, Ja mayoría por medio de or- ción, ,los poetas cantaron con gozo ese ganizaciones clandestinas, como es el momento, uruendo a él los recuerdos de caso de Halas que forma parte del Co- la guerra, sobresalieron dos Ebros: Sol. Illité nacional revolucionario de escrito- dados del Ejército Rojo, de Halan y res y despliega una actividad extraordi- Casco del tierra, de Seifert. En el primero naria también en el terreno ~iterario, un soldado empuja un ramillete de dalias preparando una antología de paemas an- hacia el interior de la boca de U!D cañón, tifascistas clandestina : Grito de la corona si bien .Juego lo entrega a una anciana checa, y otra que aparecerá en PaifÍs: y ambos se hacen una reverencia; en el Voces de 'l a patria, con poemas de Halan, segundo se canta directamente ~a primaToman, Seifert, Hora y suyos propios. vera de ,la guerra: «Han florecido las Halan, por su parte, se convierte en el ramas a'l fuego de 10s disparos», dice poeta abanderado en pro de la :libera- el poema «Insur-reción en Praga». La que ción, su poesía de origen hermético suoedió a ésta y polarizó todos ·Ios en- pa r,tía de la línea trazada por Ma- tusiasmos culminando con la subida del llarmé- se vuelve sencilla para el pueblo Partido Comunista Checo al poder, duró, en obras como Respuesta a Francia, sin embargo, poco, pronto empezó a nuSeptiembre del 38 y Canto de los tres blarse con los tintes de la política estareyes. La voz de estos creadores adquiere Enista. Las rígidas directrices de Moscú el va'lor del rescoldo que mantiene la arrojaron sobre fas escritores que fueron voz y conciencia dd pueblo durante Ja brasa debajo de la ceniza exterior. Una nueva generación publica sus pri- ocupación, los terribles hielos de las meros libros en estos años. A ella per- prohibiciones. Ha,sta ,los que más activatenece el joven judío Ji,ri Orten, de trá- mente habían luchado fueron acusados gica y breve vida. Sabiendo que corría de «formalismo decadente», como Halan, un gran riesgo, sin dinero, privado por o de «hipocondría, incertidumbre, rosu raza de entrar en ·l a Escuela de arte manticismo y subjetividad», como Halas. dramático donde quería estudiar para Sucedió 'esto después de ,l a muerlie del actor, viéndose obligado por 10 mismo a último, acontecida en 1949. Halas, que sentarse ' en tranvías y cafés en determi- precisamente por su actiltud 1uchadora nados sitios, elige, con todo, queda'rse en había aceptado un cargo político del goPraga aunque incluso algunos de sus bierno comunista, al ver que .las cosas parientes más oercanos han emigrado. :no suoedían como se había esperado, muQuiere vivir su destino, no abandonar su rió pI'leso de . angustia y repitiendo la . lengua, entregarse de lleno a su vocación frase: «he engañado a :la gente». Nezval, también comunista convencido, de escritor, como s·i presintiera su trágico fÍln Oe atropelló una ambulancia fue el único que, a pesar de su surreanazi y por ser judío y no admitido en lismo, 10gró permanecer en pie, sin ser los hosp'i,tales murió el mismo día, el prohibido, y Uegó inoluso a minist'ro de día en que cumplía 22 años). Orten inicia información. Murió en 1957. Halan, en así su extremecedora «Sépt.ima elegía»: cambio, de temperamento hipersensilJle,


Praga. Palac io de Hradchรกny. Sala de Vladis lao.


WS POETAS CHECOS DBL SIGLO Xx. ..

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secuencia se .Je condenó al silencio. Este silencio duró hasta el año 65. Publicó entonces durante tres años y se vio proh;il;>ido de nuevo. Llegó el momento del franco deshielo del estalinismo, preparándose .los cambios que tendrían lugar "en 1968, cuando A:lexander Dubcek ocupó el puesto de Secretario Generai del Partido Comunista Checoslovaco, es decir ' la <<Primavera de Praga». Entonces en .]as librerías no sólo se hallarían las obras de Ha'las, Holan y Seifert, sino inc'luso Jas de algunos escritores exiliados. A Seifert y a Hola n ~e les nombró Artistas nacionaoles y al segundo se ],e otorgó el Premio del Estado Checo&lovaco. Esa pr·imavera, sin embargo, fue también muy breve. Moscú no permitió que floreciera y ,la atajó oo v.i ando sus tanques a Praga. Precisamente en momento tan comprometido se eligió a Sei!fert presidente de la Unión de escritores checos --es de tener en cuen,ta que los medios de comun·icación, periodistas, y escritoSi la vida navega si'guiendo el curso res tuvieron una gran importancia en [de ~as aguas todo momento en el proceso de desestay 'la muer,te a contracorriente IÍll1iización- . SeifeDt condenó entonces públicamente la invasión y firmó el Mano' podemos conocer [la desembocadura. nifiesto de las 2.000 palabras, viéndo&e Si la vida na vega a contracorriente de nuevo prohibido. El si,lencio que cayó y la muerte siguiendo el curso de las sobre 61 se prolongó, pues nueve mos [aguas después firmaba la Carta 77, en favor no podemos conocer la fuente. del respeto a .los derechos humanos en Ch~coslovaquia, de 'la que fue uno de Pronto le llegó el reconocimiento in- los porta voces el actual presidente, tJernacional al' concedérsele el Premio Váolav Have!. Etna-Taormino en 1966 y po&teriormente «El principio de la Carta 77», dijo el Internacional de Poesía de Bruselas, André Glucksmall'll!, «reside en ,l o que en 1974. Patocka llamaba 'la solidaridad de los A Seifert la prohibición ,l e llegó más estJ1emecidos', la solidaridad de quienes tarde y conoció diversas etapas. El esta- saben que uno mata o se deja matar- en Linismo se fue endureciendo y alcanzó nombre del Bien, de quienes se sienten su pooto cU!lrninante en 1952, cuando tu- sacudidos en sus convicciones más firmes vieron lugar los terribles procesos a al- y rechazan sacrilficar a una doctrina, gunos de .Jos mi\smos miembros del par- cualquiera que sea, las ,libertades elementido que 10 habían impuesto, acusados tales que nos sirven de garan.tía contra de traidores, causando escánd010 a todos lo peor. Bl derecho de opinar, rezar o los niveles. En 1956 parecía que se ini- no rezar, hacer huelga, asociaTse, circuciaba el deshielo y se permitía cr·iticar lar. La abolioión del monopolio del Parla política cultma'l, Seifert, que en todo tido sobre el poder, el saber y 1a promomento dijo ,lo que tenía que decÍ'r, lo piedad. Este es el programa que ha conhizo con firmeza y cla,ridad y como con- formado la unidad de varias generacio-

recibió el anatoma con violencia, se encerró, dijo, <<muro por muro», en su casa -vivía en la isla de Kampa, en el corazón de Praga- para no volver a salir hasta su muerte acontecida en 1980. Desde que realizó ese gesto empezó a convertirse en un mito vivo, se sabía que vivía de noche, que escribía sin cesar, que no veía a nadie !Iri miTaba a la calle a través de las ventanas cuyas cortinas permanecían echadas y que sus manuscritos se ,i ban amon.tonando por los rincones. En 1963 'empezaría a publicarse de nuevo su obra, ahora el fruto de estos años: Avanzando, Dolor, Una noche con Hamlet, Toskana, Historias, En el último trance, desvelando un mundo lúcido y desoJado, rigurosamente actua,l, presidido por .]a relatividad, 1a fugacidad de lo terreno, la nada omnipresente, lo invisible como realidad, en poemas que apuntan siempre un concepto fiilosófico, como el titulado «Conocimiento»:


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CLARA J ANÉS

Praga. Vista parcial.

nes antitotalltari'as». Y este es el programa que ha f.lore~ido en la presente primavera. Si Seifert tuvo que publicar en Alemania, en 1977 y 1979 respectivamente, La columna de .l a peste y Paraguas de Picadilly, que no apa·recieron en Praga hasta años después hoy en las revistas de literatura se ven artículos de famosos exilados, como Kundera o Skvorecky y poemas de aquellos que han llevado a cabo una creación subterránea, como Karel Siktanc o fueron mantel1idos p~r-

petuamente en la oscuridad por sus ideas religiosas como Jakub Deml o Jan Skacel. «Una imagen liberadora de la humanidad indomable y diversa», como vio la Academia sueca en Jos p o~mas de Seifert, es lo que se dibuja nítidamente en sus páginas, y esto responde a,l noble impulso que alimentó a aquellos poetas luchadores naci dos a principios de siglo y es ]0 que se adivina refoJejarán también muchos de los que escriban a partir de ahora.


RUM,ANIA



EUGENIA POPEANGA

El sistema cultural rumano y el totalitarismo

H

ABLAR o escribir sobre la li- detectar y poner de manifiesto no sólo teratura rumana significa, hoy elementos puramente literarios sino toda en día, un -tema difícil y com- una red de cód·igos sociales, políticos, prometido, y eso no por la di- económicos y culturales que aotuaban en ficultad intrínseca de realizar un intento ,la década de los 80 y de alguna manera de anáolisis o una visión panorámi.c a de siguen actuando también en 1a etapa de una litera:tura poco conocida en España, trans ición hacia 'la democracia. El mundo cultural rumano haoe basino fundamentalmente por la postura que puede adoptar el crítico ante su co- .jance, en este momento, de su actividad metido. Este se encuentra ante dos al- y de sus posturas en el pasado, haciendo ter.nativas: una, 1a de mantener el distan- tamhién un esfuer·ZQ para configurarse ciamiento académico, el tono equilibrado de nuevo (después de casi cincuenta que permi,te enjuiciar con objetividad años) como un sistema cultural comulos hechos literarios más importantes a nicativo, significativo en sí y en el conlo largo de ,los siglos, otra la del crítico texto c ultural europeo. En la linea de fas totalmente inmerso en su época, que trabajos de Lotman sobre la tipología de practica más bien el ensayo que el aná- los sistemas culturales, podríamos conlisis teórico, frío . Las circunstancias en siderar el sistema totalitarjsta como un que se nos presenta este trabajo nos em- sistema sintáct·ico, sistema que tiene una pujan hacia la segunda postura que su- serie de caraoterísticas muy próximas a pone intentar una lectura crítica de -toda lo que se ha producido en Rumanía desuna época cultural, entendida esta ,lectu- pués de la segunda guerra mundial. Un ra desde una perspectiva semiótica. Una sistema cu,l tural de tipo sintáctico se orlectura globa l de la época de los años 80 ganiza a través de una r,ed de códigos implica .la detección de las pa'labras clave, de toda clase activados y expansionade los sememes que accionaban desarro- dos, mediante relaciones de coordina:· llando campos semánticos en torno a Jos ción y/o de subordinación. Umberto Eco, cuales se organ iza ba aquel mundo cul- en su Tratado de Semiótica General, nos tural. Prefe rimos dedicarnos a entender dice que: <dos cód.igos, por el hecho de esta última década en lugar de esbozar estar aceptados por una sociedad, consun panorama de la literatura rumana en tituyen un mundo cul,tural que no es general, porque no creemos en la capa- ni actua·1 ni posible (por lo menos en los cidad de este último tipo de estudios de térn1 os de la ontología t radicional); su comunicar otra cosa más que informa- existencia es de orden cultural y consción. Un trabajo sobre el desarrollo de tituye el modo como piensa y habla una una literatura, en concreto ,la rumana, a sociedad y, mientras habla, determina el través de los siglos, termina siendo un sentido de sus pensamientos a través de acopio de datos, de los así llamados «he- otros pensamientos y éstos a trav~ de chos ,literarios» que ofrecen únicamente otras palabras. Como pensando y hablanun contenido informativo plano --caren- do es como una sociedad se desarrolla, te de significación, :información que al se expande o entra en crisis, hast a cuanser reproducida fuera del con.texto por do se enfrenta con mundos imposibies un receptor se vacía, a veces, inoluso, (como ocurre con los textos es,téticos o de su contenido primordial. En cambio con las conversaciones ideológicas), una una lectura de tipo semiótico permite teoría de Jos códigos se preocupa bas-


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. EUGEN[A POPEANGA

tante por la naturaleza 'culturar de dichos cócligos y se pregunta cómo hacer para 'tocar' 10s contenidos... (p. 122). Normalmente un código es-tá formado por unidades cul,turales que se entienden fundamentalmente como unidades de contenido, unidades significa·t.ivas que organizadas en series proporcionan rasgos conativos a'l código. El sistema totalitario "comó sistema s,i ntáctico parte de la selección de un código como preponderahte sobre los demás y el elegido suele el código politico que mantiene en una relación de subordinación iJ:anto los codigos socio-económicos como los culhira,les. , En un principio, en la fase de constitución las unidades cuJturales que articulan el código político aparentan una significación que "va -perdiendo a medida que se consolida"'en ·Ia sociedad. ,c El contenido inicial de las unid ades q ue "forman el código pO'lítico está apoyado; en 'los libros sagrados de ,la teoría comunista, libros clásicos como los de Marx, Engels o Lenin, cuyo conocimiento · era obligatorio y que además se difundían precisamente a través del código que los convertía en norma y también en dogma. Ahora bien, a medida que el sistema: en su totalidad se consolida, ·los clásiéos y sus tex,tos pierden importancia, y 'sed 'v,en reemplaJZados por otros: los emitidos por el propio dictador. Su discurso pretende llegar a ser un nuevo modelo de'··un sistema cultural complejo y mediante el códjgo político que regula sintáotica'mente su pseudomensaje el emisor intenta eliminar lo significativo, muestra su propensión por lo concreto, por los hechos, por la práotica diaria del gesto repetido, ser·iado pero 'lejano de cualquier simbolismo mLtico ritual La difusión de estos textos, tanto de los considerados «primordiales» como de sus «adaptaciones ori.ginales» f.irmadas por los dirigeniJ:es de turno se .realiza a gran eséa:la, a través de todos Jos medios de comunicación y también mediante procesos organizados d e comunicación educativa, El público, amplísimo, sufre este bombardeo informativo, y está constricto á actua.lizar 'la información en :la orga-

ser

nización de los demás códigos. El problema reside en la imposibilidad real de aplicar :las normas sintácticas que configuraban el discurso político a otros dominios de la vida social, pese a que el código político pretende subordinar por completo todos Jos demás códigos. Se entrevé una falsa difusión de las unidades culturales del código más poderoso puesto que el público es s610 ,el destinatario , de la información pero no un receptbr dispuesto a transformar esta información, a diger.irla y volver a transmi.tirla, El código político aunque presente en todas ·Ias manifestaciones de la sociedad rumana se agota en sí mismo, carente de toda significación, y su poder opresivo se basa en .Ia ampliación horizontal de grandes cadenas repeti,tivas que burocratizan la vida en todos sus aspectos. Esta proliferación seriada da lugar también a una serie de si'ntagmas rígidos, fórmulas rituales, dentro del rito oficiado por el di ctador en cada acto y con cada discurso que pronunciaba, se crea una especie de jerga dd comun ismo cuyo iniciador era el mismo oficiante, Pero a diferencia de todo lenguaje ritual que enc ierra una profunda significación, una verdad primordial, el lenguaje de la dictadura es el lenguaje de la mentira ritual, difundida y repetida hasta ·la saciedad y evidentemente alejado de toda rea·lidad . Los inv::stigadores rumanos lo llaman metafóricamente «la ·Iengua de madera» entendiendo por ello .la rigidez del formulismo, la burocra,tización del lenguaje, que conlIeva la negación de fa naturaleza sígmica del lenguaje mlsmo. - En un sistema cultural dominado por las relaciones de subordinación de los códigos económico, social y cultura'l al político, si bien ,l a opresión en cuanto a los primeros reviste formas interesantes, lo más destacable en este momento es la incidencia en el código cufturaL En una relación puramente slniJ:áctica, la individua'lidad de los demás códigos y su actuación independiente se ve mermada; el código cultural ve dJsminuida su aotuación a nivel de subcódigos es,téticos y notamos la obligatoriedad del


-. ...

Bucare8t. Ateneo.


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EUGENIA POPEANGA

uso del <denguaje de madera» en discur- a la cohesión de sus importantes cadenas sos que tienen asignados por su natura- burocráticas conjuntadas y dirigidas por leza otro tipo de lenguajes que ~e son un código poderoso pero completamente propios (el lenguaje, 'literario, artístico, vacío, autorreferente. musical\, arquiteotónico ...) El papel gloEn estas circunstancias la configurabalizador asumido por el código político ción del código cul,tura,l conoce un desaanula ,todo ,i ntento de significación indi- rrollo múltiple. Por un lado una articuvidual o codificada a través de una clave lación de unidades culturales que obedistinta, el signo de la importancia cul- decen a la norma del código político, 10 tural de un individuo o de una unidad que de hecho significa la pwliferación cultural no reside en su capacidad comu- del discurso político con medios propios nicativa y conativa sino sólo en el hecho de del subcódigo estético. De ahí nace la ser un eslabón en una serie. Se pretende creación de corte, la creación panegírit:a subordinar al individuo como ser social destinada a 'i ntoxicar al público que utiy como creador a una estruotura única, lilZa para descodificar los mensajes una totalmente manipulada, igual para todos, que aparentemente enciclopedia ejerce sus principios, sus normas de igual- puesto que ,los conceptos que contiene se dad democráticamente, pero en reaEdad definen siempre de acuerdo con las norestá en el límite de la dictadura, cuando mas y reglas del código polHico. La peno convierte 'todo un sistema cultural en ligrosidad de esta forma de hacer cultura una dictadura. Sign.ificativa también para reside en Jos artistas que a pesar de su el sistema sintáctico es su ¡postura ante vinculación con el código p olítico, por la oposición de dos unidades culturaks tanto de la carencia de mensaje propio, viejo/nuevo, oposición exis,teote, de be- poseen una buena técnica de manejo de cho, en todos 'los sistemas culturales, pero los elementos retóricos y por tanto puecuya resolución es distinta según su na- den disfrazar su vacío de significación. turaleza. En ,el sistema que nos ocupa En relación con este tipo de creadores se promueve el término «nuevo», desacre- se ar-ticula también el concepto de «arditando y minimizando el primer término tista comprometido» -concepto que inde la oposición. Aparentemente se trata trínsecamente tiene un sentido posit ivo; de un intento de promoción a través del el de1 creador inmerso en el mundo que término «nuevo» -de la unidad cultural le rodea, creador que de una forma tode progreso -sin tenerse en cuenta que talmente consciente está dispuesto a enuna ruptura deliberada e !impuesta me- cerrar ,los mensajes de este mundo en su diante normas o dogmas con una unidad creación, con ~a intención de comunicarcultural a!ltamente significativa y con los mediante el subcódigo estético. Pues profundas resonancias socia'les y cultura- bien, en un sistema totalitarista el comles, produce en el receptor justamente promiso de a,lgunos creadores no se reauna reacci ón de rechazo hacia el con- liza con la sociedad, sino con el código cepto promov.ido, entendido como vacío, del poder por tanto adquiere connotafalto de con.tenido, mero eslabón en ta ciones nega,tivas, provocando el alejacadena verbal, y también una reacción miento de estos creadores justamente de de potenciaJización del contenido del con- la vida socia,l auténtica y 1a práctica de cepto opuesto. La destrucción de 1as un ar,te de «éhte» y para una «élite» iglesias, de Jos monumentos históricos y política. De a:lguna manera és,te es el de las aldeas, los desplazamientos de la sentido del concepto de «realismo sociapoblación hacia zonas urbanas en una ,Iista»- , concepto muy manido en los situación de conti nuo empobrecimiento, primeros años del régimen y caído en todo esto en nombre del progreso, de la desuso por su poca entidad significa,tiva, creación de una sociedad nueva, demues- por su vaguedad y por no representar tran corno un sistema totaJjtarista se más que una alternativa en el desarrollo mantiene única y exclusivamente gracias del código cultura'l, La otra aHernat,iva


EL SISTEMA CULTURAL RUMANO Y EL TOTALrDARISMO

es Ja configuración de un código cultural no oficial, por tanto no sometido, o no totalmente sometido el código poHtico, cuya aparición se hace posible justamente por 1a máxima potencialización de los elementos de poética y retórica propios del subcódigo estético. Se trata de creadores que tienen que convertir su mensaje en un mensaje secreto, oculto, mensaje que llega solamente a un público restringido, un público capaz de penetrar 1a múltiple capa de elementos estéticos para llegar al verdadero sentido de la obra, púb:lico que a su vez tiene suficiente habilidad para transmitir Ja creación por otros canales que no sean los oficiales. Claro está, este ,tipo de cultura corre el peligro de elegir y determinar su público, que debe ser un público entend.ido -y se podría llamar también una cU!ltura de élite-, pero a 1a vez se trata de una cultura rea,lmente compromet,ida con sus cometidos y su papel en la sociedad. El compromiso de Jos artistas con el mundo en que viven se manifiesta en 1a voluntad de entender sus mecanismos y de rea·lizar una creación cuyo mensaje fuese a enriquecer los contenidos significativos de 'la misma. Bl fenómeno del compromiso entendido como visión crítica y lúcida de la sociedad y no como compromiso con el poder, se ve obstaculizado por un elemento muy poderoso y estrechamente v,inculado con el código po'lítico; eso es la censura. Aparte del profundo significado de la autocensura en el. acto de creación individual, en un sistema cultura'! dominado por el código político, la censura actúa como ,una rejilla que filtra la información y los mensajes, teniendo siempre como ,modelo el conjunto de normas .preestab:lecidas. La operación de censura'r la creación pretende adoptar un carácter ri,tual con fines éticomora'les, pero en rea'l:idad se trata de un acto de prohibición de tipo opresor, por representar éste un intento de corregir la libertad del creador según el molde de un código exento de todo significado. La actuación de la censura contribuye a fortalecer en rea'lidad la sustancia pro-

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fundamente informal del sistema. Pero a pesar de la fuerza con la curuJ. funciona la censura en Jas últimas décadas de la cultura rumana, se nos pone de manifiesto una seria incapacidad de aa institución de captar esencias o ma;tices. Los lectores-censores, funcionarios seguidores del código político reallizan casi siempre descodificaciones inadecuadas, parciales, y de esta forma se dan bastantes casos de obras que llegan a salir a 1a calle. E! público atento a ~os effores o a la incompetencia de 'la censura está preparado para descifrar correctamente el mensaje, para entender ~a acttiud comprometida del creador y para ofrecer unas moda'lidades de ci'rcU!lación fuera de los canales oficiales, momento en que la censura alertada por Ua difusión de Jas obras impone su prohibición. A través de este mecanismo se han podido publicar obras de Ana Blandiana, Dleana Malancioiu, Mircea Dinescu, Agustín Buzura, Stefan Agopian, etc., obras que han conocido un corota período de difusión para desaparecer después por una decisión de ;la censura a1ertada en realidad por ua reacoión del ~lector ante el mensaje transmitido. Esta reacción tardía indica quizás también una especie de miedo o bien una absoluta incapacidad de comprensión de Uos contenri.dos de la creación que se k presenta, lo que demuestra una vez más que la censura se configura como una amplia red burocráJtica creada por un sistema sintáct·ico. Aparte de 10s pOE!Jtas que gracias a las amplias posibi'lidades de 1a poética y de ~a retól'ica se apartan tanto del gran público, como de ,los haohazos de 1a censura, en Rumanía se desarrolla una prosa que presenta varias vías de encuentro con el público. En nuestra opinión, entre las múltiples formas de hacer prosa comprometida, podrían ser representativas las de Ana Blandiana, Stefan Agopian y Agustín Buzura. El caso de Stefan Agopian con el Manual de los acontecimientos (1984) es quizás un poco más compllejo. El autor centra su narraci.ón en una época pasada, el comienzo del siglo XIX, época de


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EUGEN[A - POPEANGA

triste recuerdo en 'la blistoria rumana, por ser la culminación de 'la decadencia, del vicio, de 1a corrupción de la sociedad fanariota, Sus personajes son variopintos y estrafa~arios, su aspecto y actuación obliga al Jector a situarse en na frontera de 10 real con 1'0 fantástico, Consta que conjuntamente con un profesor de geografía muerto de hambre y con su acompañante (vasallo, escudero, bufón) con nombre altamente alusivo «el Armenio Zadic», aparecen perros que 'hablan, un pájaro enorme llamado Ulises que lleva consigo, encerrado en un frasco un sí maravilloso y grotesco llamado Diana y toda un cohorte de curas, guer,reros, venteros, etc, Los avatares de estos personajes y su reacción ante ¡la aventura proporcionar a!1 autor ila situación adecuada, para que, de una forma velada y sutil proceda a un traltamiento despiadado de la «época de oro de la diotadura», pasado por toda la gama del juego crón'¡co desde 'lo cómico hasta ]0 esperpéntico. En el mundo imaginado por Agopian puede suceder cualquier cosa, todo se puede también reconocer, puesto que está ya catalogado, está ya en un manua11, por tanto 10s seres que allí habitan no se e~trañan de aa oreja que sale de da pared de la venta, de la fa:lta de comida, y la necesidad de preparar para la cena un rato, de ias delaciones continuas. Utilizando el recurso de la narraoión histórica Agopian burla la censura y pub1ica «la lista de las personas delatadas y su delito». Nos encontramos pues con que «000 ha dicho que eso no está bien, otro que Viva 'la Revolución, otro que con ilos turcos estábamos mejor, otro habló de la ,ley de los niños, otro que no hay sa1, ot'fO que el Príncipe es un 1adrón, otro que se está mejor en Inglaterra, uno que tiene cinco monedas de oro, otro que tiene malos sueños, uno que ya no paga impuestos, otro que ya está bien de vivir mal, uno que el Príncipe que se vaya al diablo, otro que no hay Dios, uno que va a matar a su vaca, otro que no quiere más hijos, uno que se C .. . , uno que mejor ser gitano, otro que se va a Francia, iOno que quién tuviera un

arma, uno que no está bien que te líes con los griegos, otro que mejor se calla, uno que se va a,l bosque, otro que siempre se puede ir a peor, uno que le entra la risa, uno que hay pes,te cada dos años, otro que por qué no da una peste, uno que se c ... en el Príncipe, otro que huele mah>. El libro de Agopian es una alegoría cruel del sistema cUlltural rumano, pero su creación se configura como una obra críptica, de difíciJ descodificación para el público. Se ,trata efectivamente de un «manual de las cosas que acontecen» pero un manuall secreto; siendo esta la única forma de concebir una escritura comprometida y lúcida. Finrulmente otra opción, puesto que, con estilos diferentes Ana B-landiana y Stefan Agopian pertenecen a da misma tendencia, la del aIejam'¡ento aparente de lo cotidiano -y la elección del discurso onírico fantástico o a1egórico-grotesco, decíamos que la otra opción es la de Agustín Buzura con ila trilogía de Ia cual publicó ya El muro de la muerte y El camino de la ceniza (1989) . En El camino de la cenIza, cuenta su autor ,la historia del periodista Adrián Coman, el cua'l, insatisfeoho con su vida familiar y su trabajo, decide esoflibir una novela testimonia'! en ,l a que se cifra la búsq ueda del ingeniero Helgomar, desaparecido a raíz de la revuelta minera de 1977. (El lector debe suponer que la anterior novela de este ciolo, El muro de la muerte, relata en primer p'lano este episodio histórico.) Tail búsqueda k es encargada al periodista, por móviles evidentemente amorosos, por una médico. Una vez más, henos aquí ante ea mundo de los médicos:' la doctora Viotoria Oprea, enamorada del ingeniero desaparecido. La gran dificultad del tal empresa, Ja densa niebla que vela Ja verdad del caso He1gomar, así como 'la amplia red de personas relacionadas con el ingeniero, conducen arr periodista detective por diversos caminos del país, por donde siempre ,le acompañan el miedo, la cobardía, la angustia, junto con el deseo inmarcesible de llegar a conocer la ver-


EL SISTEMA CULTURAL RUMANO Y EL TOTALITARISMO

dad, con todo y 1a amenaza de la Ley, de 'Ia persecuoión y de la muerte. Nada está claro; todo se cifra en medias palabras, en un dima de ambigüedades y de promiscuidad sociall y humana. Tras la muerte de Victoria, en un accidente que tiene todos los visos de un crimen premedi·tado, el pefliodista en cuestión, libre ya de su compromlso, decide utilizar su materi al, allegado a lo 'largo de la búsqueda a través de cintas magnetofón icas, para escribir una novela. Sale de la ciudad, rumbo a ninguna parte; recoge a una mujer por Bl camino, la cual llegará a ser su gran amor, y juntos, en dirección a Ja montaña, emprenden el viaje simbólico merced al cual se despojarán de 'la vergüenza, la cobardía y, sobre todo, el miedo. El camino de la ceniza se puede interpretar como un camino iniciático en que el neófito va despreniliéndose, en cada peldaño de su ascenso, de una papte de sus terrores constitutivos. Los dos enamorados arriban a un pueblo de montaña, y en el justo momento en que pare-

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cen haber hallado la tranquilidad y la plenitud del amor, el periodista suf're un accidente: resul·ta atropellado por un camión cooducido por el propio cacique del 'Iugar, con el cua·l se había ya enfrentado. Es de suponer, por descontado, que no se trata aquí de 'Un accidente fortuito, si bien la nove\la no nos lo aclara, pues finaliza en una situación de suspense, dejándonos ante 1a duda de si el protagonista se SalIva o muere. El camino de la ceniza pIlasma y relata con notoria fuerza un retazo de historia que Nene lugar en la Rumanía de los años ochenta. Se trata, sin embargo, de una historia velada, solapada, por cuanto pesa sobre su ,trasfondo 'l a férrea censura de 'Ia época. El ,lenguaje es eI propio de una novela de corte psicológico : predomina el monólogo inteflior y el estillo indirecto libre. En el ámbito de 1as letras espalÍÍolas, Buzura 'DOS -recuerda, bajo este aspecto y sin perder de vista su condición de médico escritor, a un Martín-Santos.


Bucarest. Fuente Sarindar.


Ileana Malancioiu

ILEANA MALANCIOIU. Nació en Godeni, Arges, 1940. Libros de poesía: El Pájaro cortado, 1967. A Jerónimo, 1970. El corazón de la reina, Antología poética, 1973. Lirios para la señorita novia, 1973. Mi hermana del más allá, 1980. La línea de la vida, 1982.

PESADILLA El retrato de AdO'lf Hitler Sobre mi cabeza Yo sin poder gritar Heid y yo sin poder escribir Heil y una muchedumbre alegre Pasando con andar Il.igero y gri1ando Heill J usto bajo el ralo bigote Del Führer y eso ocurre sabiendo yo muy bien que desde la segunda guerra mundial se han ido ya cuatro décadas Lo que no ~mpide Que me oprima el miedo Siempre que la muchedumbre también hipnotizada ante el retrato grite: Heil, Hei~ .


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ILEANA MALAlNCIOIU

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ENTERRADOS DE PIE Enterrados de pie para ocupar menos espacio y éL entre nosotros, ent,errado también Sin saber que ,l a mano con Ja cua'l amenaza es toda podredumbre hasta el mismo hueso. Si fuera por lo menos el hueso sagrado Se quedaría allí sO'lo y además En el sitio en que le hemos asentado En el tiempo de la gran desgracia Pero qujén sabe si más tarde No pasará sobre él como si fuese nada Toda la Uarga filIa De gentes enterradas de pie Para ocupar menos espacio.

UN CRIMEN COMETIDO EN LA CALLE MAYOR Un crimen cometido en ·la Calle Mayor A plena luz del día, un horroroso crimen y nadie se lamenta y nadie grita Nadie intenta atrapar a1 criminad Yo misma estoy aquí tranquila, escribiendo mis versos Como si mi poema pudiera detener El crimen cometido a plena Uuz del día En ola Calle Mayor.


BULGARIA



IVAN TSVETKOV

La crítica en Bulgaria (*)

¿P

OR qué?» y «¿Para creación y construcción de «El Abrigo» quién?» son ci.erta- de Gogo\. Este mismo erudito y crítico mente 1as cues·tlOnes escribió un volumen entero para explicar que preocupan a la forma en que está «hecha» o escrita la cada generación de novela «Guerra y Paz» de Tolstoi. Existe, críticos ,li,teral'ios y a cada crítico ~iteraf\i o por tanto, una odtica que gira en tomo en partJicular. Es el inrerrogante esencia:! a un estrecho círculo de profesionrules esque subyace a ~a aotividad crítica, no sóJo pecializados y otra que busca ell apoyo a como quehacer literario sino también sus afirmaciones y preferencias entre un como fenómeno socia:!. No existe proba- público de lectores interesados. 'E sta úlblemente ni un sdlo crítico que niegue tima se desvela por cumplrir la dura tarea la resonancia, más o menos amplia, que de elegir con exactitud ,los vallores attíspueda haber tenido su actividad. Pero, ticos, al tiempo que rechaza bs exigen¿para quién? Quizá. para sí mismo, al cias coyuntura1es y desarrolla el gusto de satisfacer una necesidad espiritual e in- los ,lectores. telectuall o una vocaoión individual que Tras cinco siglos de interrupción de evoluciona hasta convertirse en destino nuestra cultura, marcados por el conociinfailil'le. Si el crítico escribe ¿no es aca- do yugo otomano, la critica moderna so para saborear el placer de un cono- búlgara por fin v,io Il a Juz. Después de cimiento poco común o vivir hasta el una Edad Media brillante en Ja que BUilfina.! el contacto con los valores estéticos? garia se convierte en el centro de la es¿ O será la crítica una llamada, una ne- critura y cultura eslavas, se cortan los cesidad consciente de mantener una con- lazos y mi país se sumerge en las tinieblas versación intelectual con el creador apre- de la dominación extranjera. Nécho Bontciado y admirado y que sería también chev es ,l a primera estrella que aparece una conversación sobre el hombre con- en nuestro firmamento cdtico siendo, él temporáineo y Jos problemas a ·los que se mismo, representante de un movimiento enfrenta ~a humanidad en nuestros días? nacional y democrático de 'liberación y Recuerdo 10 que en una ocasión dijo de amplia difusión de las ideas del desAlbert Einstein, el gran pensador del sig,lo pertar nacionaL Su prlÍmer gran estudio XX: «Tres cosas me dan la noción de tiene como objeto el definiT 1as obras de eternidad: «Don Quijote», «Crimen y cas- la literatura mundial que merecen ser tigo» y el firmamento». Un pensamiento traducidas al búlgaro y de qué manera que cualquier crí.tico IJi.terarjo podría for- debe llevarse a cabo dioha tarea. En la mular y que daría un sentido subllime a época del Despeta'r nacional en la que este «¿Por qué? y «¿Para quién?». Fue se forman una sociedad e inteligentzia un crítico 'inglés el que declaró estar dis- nuevas, es precisamente ésta ,la cuesbión puesto a sacrificar toda su obra a cambio sobre la que se centra el interés. SiIn emde dos páginas de «Los He,rmanos Kara- bargo, será en el transcurso de los dos mazov» - un ejemplo entre muchos otros primeros decenios después de la liberadel diálogo mantenido entre la crítica y ción de Bulgaria cuando se pueda hablar verdaderamente de corrientes críticas y el gran esoritor ruso. Los seguidores más eminentes de la es- científicas. Es preciso mencionar a'i Procuela forma'lista rusa dieron una respuesta muy pa'fticular alI «¿Por qué?». Así, (*) Traducido por Alicia R05ales Matrán. ToBoris AIchenbaum t uvo que dedicar todo mado de ~a Revue Association Intemationale un estudio al problema de 1a confección, des Critiques Littéraires, n.O 33, julio, 1990.

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IVAN TSV-ET,KOV

fesor Ivan Chiohmanov como representante más notorio de la escuela cu:J.uurohistórica por haber conservado a[ más aUo nivel 1as tradiciones de la época del Renacimiento y de las Luces; estudioso de la literatura italiana del Renacimiento ha sentado, fundamentaDménte, las bases del problema del estudio u-iterario .comparado. Es él también quien nos ha dejado la primera invesrigación, el p:¡:imer diálogo detallado con nuestro mái c"el~­ bre poeta y prosista -Ivan VazoV::' Se trata de una intmducción, uD. feliz ·inicio del interés concreto por la psicología de la creación Meraria. Ahora bien, no será sino años más tarde cuando su dis<;ípulo y seguidor, e[ profesor Mikhail Arnaoudo, no só10 autor de estudios sobre Jos más i1ustl'es poetas bú'lgruros del siglo :xx sino también un estudioso del folklore . nacional, aborde este tema en 'lma obra fundamentaD, traducida pl'incipa,l mente al ruso. Sus trabajos llevan na marca apreciable de 1a metodología positivlista. Con Ja aparición del modemismo en ]a lit'eraotura búlgara, su desarrollo y evolución dan luga·r a la nueva corriente crítica cuyo jefe de fijas es el Dr. Krestev, seguidor dell ·idealismo alemán. Aunque su escuela def,iende la fi'losofía del individualismo no podemos, ni en éste como en ningún otro caso, caer en una simplificación semejante y así el propio Dr. Krestev no permanece ajoeno a las luchas sooialles contra ,la monarquía y 'l a dictadura. Excelente conocedor de ,las literaturas europeas, es autor de un profundo estudio sobre Henrik Ibsen, ~ nCi].uido en su volumen «Estudios literarios y filosó ficos» publicado en 1898. Permí,tanme citar sólo las tres pr.imeras IÍlneas: «Aún en nuestros días el dramaturgo socia,l más importante, a pesar del entusiasmo suscitado por su joven aunque peLigroso ifivaij, el sueco August Str:indberg, por encima de ,l a popularidad de Birnson -otro noruego- y no obstante el enorme talento y el impulso vehemente

de los dramaturgos a:1emanes Hermann Sudermoon y Gerhart Hauptmann, sigue siendo el gran noruego Henrik !bsen, miMante inspirado del individualismo y hostigaqor implacable de las hipocresías convenciona)les. Cada uno de sus dramas... se revela desde hace 10 ó 15 años como un fenómeno literario a escala europea». En ·la misma época, surge ia corriente sooiológico-marx·ista con Dimiter Blagoev a Ja cabeza, que inoide en las ideas socialles y en la repercusión que tiene la obra ~iteraria en ell público. \ La escuela psicológica en el campo de la orítica obtiene un éxito espectacular durante los veinte primeros años de .este 'siglo; dirigida, una vez más, por un profesor de universidad, Boyan Pénev, autor de una historia origÜIla'l de la litera>1ura bÚllgura así cómo de estudios sobre la intelJigentzia, sobre numerosos esCifitores rusos o pO'lacos y sobre ]a vida de Beethoven . Por el contrario, la corrient'e de crítica estructuralista y estilística no consiguió atraer a muchos seguidores en Bulgaria. Sus r,epresentantes, aunque de gran talento, no supieron abrundonar el ámbito estrictament'e universitario. Sensible a Jos cambios dinám icos acaecidos en eil mundo, Qa crítica ~j'teraria debería encontrar probablemen.te una nueva manera de responder a ~os et-e rnos «¿Por qué?» y «¿Para quién?». Los valores y criterios humooos universales, la prioridad de .Jos problemas humanistas, ]a mayor unidad e :interacción de nuestro mundo, hacia Jos que se or·ienta ]a nueva mentalidad política. afectan también a nuestras actividades y a nuestra responsabilidad común ante [a hteratura internacional. Nos alegramos de que nuestra Asociación de críticos J.iteraTios asuma dicha responsabilidad y actúe con éxito apoyando la amistad . culturaI, en favor de una casa común de los críticos europeos.


LIBRas

RECIBIÍ>OS EN LA ASOCIACIóN

NARRATIVA LUIS ALFlmDQ BEJ AR El manuscrito de París Prem'io Castilla-r-a: Mancha 1988. Edición del Servicio 'de Publi'caciones 1989. El Jurado que otorgó-e(Premi@ estaba compuesto por Soledad Puér,tola,s y/ Ramón Buroley. _E l -autor náció y 'reside en Toledo y ha obtenido an teriormente los premios Sésamo y Eulalio Ferrer, habiendo publicado otras dos novelas y un libro de relatos.

MANUEL JURADO Las pirámides de sal Editorial Regional de Extremadura. 1990. 'Obra que obtuvo el VII Premio Constitución Mn jurado integrado por Andrés de Novela Amorós,-r A. GM"~ía Blázquez, J. A. Gabriel y Galáh, Gon¡;alo Hida,lgo y José Manuel Gon,záiez . Calvo ~i·,'E1 aufor es sevillano y ha pub1ica<ijo lib.f.~s de' pqemas, novelas, ensayos y tradllCcion'éf eje ~poetas alemanes.

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'Edi¿iones J. C. · 1J990. . .' . IEl autor, deteotivepfjvado, reside en Sevilla, 'Y ha.~ublicagp?-~iversos relatos, si~qd9 DelegadoYparaAriaal'ilcía del Instituto Gallpu en la actua,lidad. La presente obra recoge diversos casos de la llamada crónica negra.

JOSE FERNANDEZ CASTRO Juan José Santa Cruz Serie Biografías. Caja de Granada. 1990. El autor es especialista en temas granadinos. Ha publ·icado varias novelas, entre ellas «Baladas del Amor Prohibido» Premio Angel Ganivet, y entre sus biografías destaca Ja dedicada al Doctor Alejandro Otero.


LIBROS 'RECIBIDOS EN LA ASOCIACIóN

POEsíA RAMON REIG Concierto Barroco de un verano que me fui al mar. EnymiO'n. Ed. AyusO'. Un juradO' cO'mpuestO' pO'r Fanny Rub.iO', Jenaro Ta.Jens, M. A. Vázquez Medel, JO'rge Urrutia y JuliO' BlancO' otO'rgó a Ja presente O'bra el premiO' Luis Cernuda del AyuntamientO' de Sevilla. «CO'nciertO' barrO'cO' de un veranO' que me fui al mar» es un cO'mpendiO' d.e sensaciO'nes. JuntO' a cO'nnotaciO'nes amorO'sas aparecen una serie de reflex·iO'nes sO'cia·les, políticas e inclusO' metafísicas.

RAUL CARBONBLL

Decir Endym.iO'n. PO'esía. 1989. El autO'r, va1encianO', ha publicadO' variO's .librO's de pO'esía, el últimO' «Viaje al O'céanO'» ·en AdO'nais, una nO'vela y tres funciO'nes teatrales.

JOSE LUIS TRISTAN Vaniloquios. AdO'nais. El autO'r nació en Jaca, Huesca. PrO'fesO'r en ZaragO'za actualmente. Este, su primer librO' impresO', figuró entre lO's finalistas de AdO'nais 1987. Intenta ser un hO'menaje a Ramón Gómez de la Serna.

PEDRO ANTONIO URBINA Hojas y sombras. EditO'rial Andrómeda 1990. RelatO's, biO'grafías, teatro, nO'velas se inscriben en <la abundante biO'grafía de este pO'eta, autor entre O'tras O'bras de <<EstaciO'nes cO'tidianas» AdO'nais, y «HO'jas de calendariO'» PublicaciO'nes El GuadalhO'rce.

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HIO

lIBROS :R.ECIBII)()S ENr LA A-SOCIACIÓN-

M.a LOURDES FERNANDEZ Poesía Mínima para una niña de menta Edita el Ayuntamiento de Villafranca ( de los Barros. Badajoz. llustraciones de Rufo Navarro. Partitura «Baaada del niño sin ira» de José Munir.

Poesía Mínima para ulla Ni1ia de Menta M.' Lollriles Fe17lández

ENSAYO

MARIA ANTONIA GARCIA DE LEON TERESA MALDONADO Pedro Almodóvar, la otra España Cañí. (Socidlogía y crHica cinematográficas). Edita h Biblioteca de Autores y Temas Manchegos, 1989. Obra de colaboración entre M.a Antonia García de León, socióloga y profesora de Ja Universidad Complutense, y Teresa Ma1donado, periodista y escritora.

&critoras románti'cas españolas.

1

Coordinación de Marina Mayoral. Recopi'lación de las ponencias ¡presentadas en el 'semi-nario del mismo ,título realizadO' en marzo de

1.

1989.

Ediciones de 'la Fundación del BancO' EXltel'ior. 1990.

BMILIO BARON PALMA Luis Cel"'nuda: Vi'da y Obra Bi\)]joteca de la Cultura Anda1uza. 1990;-' Una obra que ana1iiZa en detenimiento. J·a vlda· del extraordinario poeta sevillano.

Et-/LO GARC\J p'':'', \-1A

luis CERNudA: vidA y ObRA EN\AyO

"'.

etSUOT!-CA OE LA C;JL'U:¡A ANOALIJZA


101

LIBROS 'RECIBIDOS EN LA ASOCIACIóN: ('~ARM'EN

BRAVO'-VILLASANI1E

E~sayos de literatura infantil ,

Un;y,er&idad' de Murcia. 1989. ;.'

C ..: la misma autora : Antología ¡de la literatura infantil española. 3. Ed i,tor1al Escuela Españo!la, 1989. Selecoión de ,la ¡producción infanti'l más moderna, con textos actuales que van de AntoruorrobJes a Cristina Femández Cubas.

JOSE MO'YA Más allá del sentido común Ediciones GrafieXJpress. Bilbao. Del mismo autor: La' ignorancia "

M: LUISA LAVIANA CUIETO'S Tupac Amaro Colecoión Forjadores de América. EditoriaJes Andaluzas Unidas .. 1990. La a U!tora, asturiana, es Doctora en Historia de América por la ciudad de Sevilla, donde vive. Ha trabajado numerosos artícu1los y libros de investigaoión sobre Ecuador.

BE RNARDO' CANGA Guía de Jos lagos asturianos Si,lverio Cañadá, \ Editor. Fotografías de Carmen Piñám. El autor es Coordinador general de aotividades en el Oentro de Enseñanzas Integradas de Gijón y asiduo colaborador de periódicos, rev,istas, y enciclopedias sobre temas de ,la naturaleza asturiana.

MARIANO' JO'SE DE LARRA Artículos de Costumbres Ediciones Alfar, 1990. En la misma editoriail y colección:

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LmROS 'R ECmmos EN LA ASOCIACIóN

lJEOPOLDO ALAS «OLARIN» El diablo en Semana Santa y otros relatos

JOSE MANUEL TtRIGO ClYITÑO El habla de 'los niños en Sevilla. Ediciones Alfar. Sevilla. 1990. El autor es Profesor Titular de Didáctica de la Lengua en Ja Escuela Universitaria de Magisterio de la capi,tall andaluza y la presente obra es un estudio sociolingilistico del habla de Jos niños de diversas edades.

DAISAKU lKEDA Budismo primer mi'lenio Editorial Taurus. Traducción de Rosendo Ferrán Herrero. El autor es novelista, críllico, poeta, profesor y propagador deol budismo. Las Naciones Uni- ' das de han concedido el Premio Nobe1 de la PaIZ.

ACTAS DE LAS V JORNAiDAS DE INVESTIGACION INTBRDlSCINJIiNARIA La mujer en M -Andalus Reflejos históricos de su actividad y categorías socia les. Ed. M: L Viguera. Ediciones de la Universidad Autónoma de Madrid y Editoria'les Andaluzas Unidas.

autocnptIca I

EUSEO FBRRER Autocríptica Mesidor Ediciones. 1989 .. «Estos tex'tosconst'Ítuyen para el autor Ja búsqueda de un punto cero: la ruptura o da puesta en cuestión, al menos, de una gran parte de ila simbología histórica que constiltuye ~a base de todos nuestros vallores t radicionales ... una lituratura antirrea,lista que no es sino el paradigma de -toda una cultura que convierte la vida en algo retórico e inconsisoonte».

Elíseo FeHer

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LIBROS RECIBIDOS EN LA ASOCIACIóN

MANlJiEL ALTOLAGUIRRiE Diez cartas a Concha: Méndez Edición e .introducción de James Valender. Ed·ita: Centro Cultural de la Generación del 27. Cartas escritas por Altolaguirre a su esposa en los días que siguieron al! nacimieruto de su hija Isabel Pa,lo,a, el 13 de marzo de 1935. MARQUES DE V ALPARAISO El perfecto desengaño Carlos V en Yuste Ediciones El Museo Universa1. Ed'ición, in-troducción, notas y selección de grabados de Ma'fÍa Dolores Cabra Loredo. Obra que une al texto del Marqués, Francisco Gonzáll:ez de Andía, Virrey de Navarra y de Sicil'ia, que dbtuvo el Marquesado en 1632, una documentación abundante en cartas, documentos y una nómina de personajes. SANTIAGO BERUiETE V ALENOIA Libro dell ajedrez amoroso Editorial Regionall de Extremadura. 1990. La presente obra obtuvo el VII Premio Constitución de Ensayo. El autor es '¡~cenciado en Filosofía, sección de Estética, por la Universidad del País Vasco y nació en Pamplona en 1961. Ha publicado dos libros de poesía y aJlgunos relatos.

FRANCISCO CRESPIN CUESTA Piedras y Cruces Latidos del Fernán-Núñ'ez monumental, histórico y kgendaI"io. CARLOS FRIGOLA Los angeles caídos Ed itorial Kairós. 1989. Prólogo de Luis Racionero. Antropología, Geo-Cosmología, Chamanismo y folkmedicina. El autor es psiquiatra y psicoanalista, autor de varios J,ibros y editor de la Revista de Ciencias Orgonómicas y director de Ja Fundación Willhelm Reioh.

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Raúl GUERRA GARRIDO

Vicepresidentes : Isaac MONTERO ' El'ena SORIANO Secretario General: Andrés SOREL Vicesecretario: Carmen BRAVO-VILLASANTE Teresa BARBERO Pau MISERACHS Carmen CONDE

Tesorero: Gregario GALLEGO Vocales: MeJiano PERAILE ~, Jesús PARDO

Asesor Jurídico: Juan MOLLA

Santos SANZ VILLANUEVA Jacinto LOPEZ GORGE.

Consejeros: Lauro OLMO Cesáreo RODRIGUEZ AGUILERA

- - - - - - - - PRESIDENTES SECCIONES AUTONOMAS - - - - - - - Andalucía: Catalunya: Asturias: José Luis GIMENEZ FRONTIN Víctor ALPERI , • i ,Rafael DE ,COZAR,

Ti'átlüctores: ' Esther 13ENITEZ: ,

Angel María DE LERA Jesús FERNANDEZ SANTOS

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SOCIPS D!= H'ONqR: Daniel SUEIRO Carlos BARRAL

Fran,cis,co GA,.RCIA , PAVON Eduardo DE GUZMAN '




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