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¿CÓMO PODEMOS COMPETIR? LAS VENTAJAS DE LA DIVERSIDAD EN LA COMPETENCIA GLOBAL

Opinión

Por: Fernando A. Parrado H Profesor de la U. Sergio Arboleda y U. Santo Tomas en interculturalidad. Gerente de Global Minds.

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Recuerdo que al reflexionar sobre los TLC algunas empresas afirmaban que no les preocupaba la competencia internacional, ya que estaban posicionadas de buena manera en el mercado local y decían que no les interesaba exportar sus bienes a EE.UU. o Europa. En suma, la globalización simplemente no les tocaba. Sin embargo, cuando firmas empresariales de EE.UU., Canadá, Asia y Europa llegaron al país, las utilidades de las empresas colombianas se impactaron. Fue así como comprendieron que la competencia Global había llegado a nuestra puerta y que esas firmas empresariales tan lejanas, se instalaban en nuestro mercado local. Ahora, la Competencia Global está en cada rincón de Colombia.

Por otro lado, algunas empresas colombianas como Nutresa, Pan Pa Yá, Heison, Aguabendita, entre otras, aprovecharon la apertura de las fronteras del comercio exterior y multiplicaron sus ventas, demostrando que se puede competir en los mercados globales.

Un ejemplo fehaciente de empresas colombianas que han triunfado globalmente es Nutresa, la cual ha incorporado la interculturalidad/diversidad como un concepto importante para competir. Dicho concepto es un pilar implementado por firmas empresariales dentro de sus estrategias competitivas para entender los mercados en los que quieren entrar. Pero ¿qué es la diversidad o la interculturalidad? ¿Cómo nos puede ayudar a competir globalmente?

Desde hace 8 años Global Minds se dedica a entrenar ejecutivos de multinacionales, que clasifican en la lista “Fortune 500”, sobre cómo trabajar en Colombia y entrenar a empresas colombianas sobre cómo competir en mercados internacionales. Si antes para competir globalmente se necesitaba el inglés como herramienta principal, ahora se vuelve una necesidad el entender cómo se relacionan, comunican, negocian y manejan el tiempo otras culturas. Esto nos permite competir en un mercado global y defender nuestro mercado local.

Es así como la interculturalidad permite, en parte, entender que no es el idioma inglés, japonés o ruso lo que les permite alcanzar el espacio en ciertas naciones, si no que son los comportamientos organizacionales de los japoneses, norteamericanos y rusos lo que marca la diferencia. Por supuesto, si aprendemos estos comportamientos podremos competir globalmente ya que adecuaríamos la cultura organizacional de nuestras empresas para una competencia global. En fin, la interculturalidad o diversidad es entender que podemos aprender nuevos comportamientos de otras culturas para competir globalmente, por ejemplo, podríamos aprender no solo inglés, alemán o japonés sino también:

1. Confiar y trabajar en equipo como los japoneses. Tantos años de guerra en nuestro país ha minado la confianza en el otro y esto ha generado patrones de comportamientos que están basados en la desconfianza, lo que induce a crear excesivos procesos que hacen incompetentes a nuestras empresas. También la falta de confianza ayuda a no crear equipos de trabajo efectivos. German Puyana en su libro “Cómo somos los colombianos”, describe cómo es nuestro trabajo en equipo y cómo lo podemos mejorar, comparándolo con el esquema de trabajo en equipo japonés. Debe resaltarse que Japón es una isla que no posee la cantidad de recursos naturales que tiene Colombia, no obstante tiene empresas y marcas reconocidas mundialmente ya que basan su riqueza en el talento humano. Por ende, los japoneses en general realizan procesos de selección serios en los que se escoge a las personas por su talento; hacen convocatorias abiertas para buscar escoger el mejor personal; realizan correctos empalmes y proyectan este recurso con planes de carrera. Sin duda, de la cultura japonesa podríamos aprender trabajo en equipo, confianza y manejo del recurso humano.

2. Reducir el nivel de jerarquía de la empresa como lo realizan los australianos o los estadounidenses. Esto mejoraría la comunicación entre niveles de la organización y aumentaría el empoderamiento de los mandos medios, lo que ayudaría a disminuir la carga ocupacional de los gerentes generales que podrían concentrarse en vender, generar alianzas y pensar en la parte estratégica de la firma. La información fluiría por toda la organización y las decisiones se tomarían más rápido.

3. Manejo del tiempo como los suizos. Esto mejoraría la planeación estratégica de las empresas, logrando fijar metas a corto, mediano y largo plazo; solo el cumplimiento de nuestra agenda semanal ya nos haría mejorar bastante en competitividad. Sería interesante explicarle a un británico o suizo que esta semana me dejaron “plantado”. Acá la interculturalidad nos aporta el manejo del tiempo.

4. Tener buenos hábitos de comunicación como los holandeses permite tener un adecuado feedback. La violencia se nos metió en la comunicación y el papel del emisor y el receptor se ve afectada por esta condición. Por ende, al momento de expresar una crítica debe tener un contenido constructivo que genere en el receptor la capacidad de entender su error y así solucionarlo. Por otro lado, se debe tener una actitud dispuesta a la corrección que sea utilizado para superarnos y mejorar.

5. Hacer lo que se dice y cumplir las citas como en Canadá (I am my Word- yo soy mi palabra - proverbio canadiense). Entender que un compromiso y una palabra es más que un contrato y llegar a las citas nos ayudaría mucho a competir globalmente.

6. Negociación gana-gana como en Canadá o Estados Unidos. Aunque la negociación gana- gana o modelo de Harvard nace en Estados Unidos, algunas sociedades lo han acogido y lo están implementando. Al respecto se debe mencionar que nuestro estilo de negociación tiene una tendencia gana-pierde, como lo dice Enrique Ogliastri en su Libro “Cómo Negocian los Colombianos”, ya que buscamos nuestro beneficio sin pensar en el beneficio de los demás. Por el contrario, la negociación gana- gana tiene una tendencia distinta a la anterior y busca que en los términos de intercambio comercial las dos partes salgan favorecidas. En conclusión, la diversidad o interculturalidad permite ampliar nuestra visión para comprender que nuestra cultura no es la única y hay otras formas de comunicarnos, relacionarnos, negociar, manejar el tiempo y otros valores que nos permite ser más competitivos globalmente.

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