UNIVERSIDA REGIONAL AUTONOMA DE LOS ANDES “UNIANDES” Nombre: Adriana Ronquillo
SEGURIDAD ALIMENTARIA
Curso: 1ro de CHEFS
Efectos de los contaminantes químicos alimentarios Los contaminantes químicos presentes en los alimentos son, a menudo, consecuencia de la contaminación ambiental. Llegan hasta ellos a través del suelo, el aire o el agua. Este hecho se agrava con el uso de sustancias pesticidas, farmacológicas, abonos y otros productos químicos utilizados en la industria. Entre los posibles efectos adversos sobre la salud humana, destacan las consecuencias en el cerebro durante la gestación y los primeros años de vida. Los contaminantes químicos que más preocupan son los orgánicos persistentes (COP). Por su naturaleza acumulativa, tanto en el medio ambiente como en la cadena trófica, se concentran en la pirámide alimentaria hasta llegar a las personas. Es el caso del metilmercurio o los PCB (bifenilos policlorados), que se acumulan en el medio marino y de ahí pasan a los peces, que ingieren después los seres humanos. Otros contaminantes, como los metales pesados (aluminio, mercurio, manganeso o plomo) también tienen un efecto neurotóxico en el organismo. Los alimentos son la principal vía de exposición y, aunque en la actualidad su uso está regulado y muchos de ellos se han prohibido, no es posible eliminar por completo su presencia del entorno debido a su persistencia y baja degradación.
Efectos de los contaminantes químicos alimentarios Estas sustancias, que llegan a los consumidores a través de la dieta, tienen efectos perjudiciales en el cerebro durante la gestación y los primeros años de vida Los contaminantes químicos presentes en los alimentos son, a menudo, consecuencia de la contaminación ambiental. Llegan hasta ellos a través del suelo, el aire o el agua. Este hecho se agrava con el uso de sustancias pesticidas, farmacológicas, abonos y otros Ing. Diego Freire
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productos químicos utilizados en la industria. Entre los posibles efectos adversos sobre la salud humana, destacan las consecuencias en el cerebro durante la gestación y los primeros años de vida. Los contaminantes químicos que más preocupan son los orgánicos persistentes (COP). Por su naturaleza acumulativa, tanto en el medio ambiente como en la cadena trófica, se concentran en la pirámide alimentaria hasta llegar a las personas. Es el caso del metilmercurio o los PCB (bifenilos policlorados), que se acumulan en el medio marino y de ahí pasan a los peces, que ingieren después los seres humanos. Otros contaminantes, como los metales pesados (aluminio, mercurio, manganeso o plomo) también tienen un efecto neurotóxico en el organismo. Los alimentos son la principal vía de exposición y, aunque en la actualidad su uso está regulado y muchos de ellos se han prohibido, no es posible eliminar por completo su presencia del entorno debido a su persistencia y baja degradación.
Un cerebro en desarrollo resulta muy vulnerable a la exposición de las sustancias químicas contaminantes en agua y alimentos. Las investigaciones realizadas al respecto han constatado que, entre los posibles efectos adversos sobre la salud humana, las consecuencias de mayor importancia son las detectadas en el cerebro durante la gestación y los primeros años de vida. Aunque el cerebro adulto es inmune, incluso niveles bajos de contaminantes llegan al embrión a través de los alimentos ingeridos por la madre, que traspasan la barrera placentaria. Durante la lactancia, sustancias como algunos COP presentes en la leche materna inciden de forma negativa sobre el desarrollo cerebral del bebé.
Del mismo modo, durante las edades más tempranas, una alimentación con alta incidencia de contaminantes químicos puede ser el origen de este tipo de problemas. En ocasiones, las consecuencias adversas pueden ser permanentes y abarcan deficiencias psiconeurológicas, como trastornos de atención, alteración de función motora, lenguaje y memoria o disminución de la capacidad cognitiva. Diversos estudios sobre poblaciones en las que convergen los factores de alta concentración de contaminantes marinos, unido a una dieta muy rica en pescados, demuestran un elevado aumento de este tipo de alteraciones entre la población infantil.
Ing. Diego Freire
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Zonas más contaminadas
En el caso de los países nórdicos o Islas Feroe, donde se analizó el nivel de PCB, se detectaron concentraciones significativas en la leche materna porque, a pesar de que la zona estudiada no estaba cerca de las posibles fuentes contaminantes, los vientos y corrientes marinas los arrastraron hasta estas regiones. Más allá de este dato, recientes investigaciones apuntan que los efectos nocivos sobre el desarrollo cerebral no están sólo restringidos a las zonas contaminadas, sino que pueden originarse en otros lugares urbanos de casi cualquier parte del mundo.
Ing. Diego Freire
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