Adventist World Spanish - May 2022

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05/2022 Una cuestión de confianza Página 10 Sostén mi mano Página 23 La cruz sigue en pie Página 24

Una comunidad de oración


10 Una cuestión de confianza Frank M. Hasel

13 ¡Nunca más en la rutina común! Melody Mason

15 Cómo comenzar un ministerio de oración en su iglesia Tim Lale Imagen de tapa: Tim Mossholder; Trabajo artístico: Annabelle Wombacher, Jared Mar, Sierra Ratcliff y Benjamin Cahoon

16 Perspectiva mundial Seguros en la tormenta Ted N. C. Wilson 18 Descubramos el Espíritu de Profecía Las oraciones de la mensajera del Señor Merlin D. Burt 20 Fe en acción El primer adventista que conocí Lou V. Marion, según lo contó a Violet Marion 22 Reseña bibliográfica El corazón de la misión Ronald Kuhn 23 Voces jóvenes Sostén mi mano Carolina Ramos 24 Devocional La cruz sigue en pie Pratap Gopala Rao

26 Respuesta a preguntas bíblicas ¿Descanso sin adoración? 27 Salud y bienestar La salud del cerebro 28 ¿Puedo contarle una historia? Dios y Marvin 30 Fe en crecimiento ¡Lo hizo un niño como tú! Sandra J. Billi

Antes de la sanación BILL KNOTT

«Si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran…». Las palabras evocan lugares bien distantes y conciertos del pasado, la mayoría pequeños, con una asistencia moderada, en medio del calor del verano. Nueve de nosotros –estudiantes universitarios– hace más de cuarenta años pasamos un verano juntos, como parte de un conjunto vocal. Recorrimos decenas de pequeñas congregaciones y múltiples encuentros eclesiásticos en el noreste de los Estados Unidos. Vivir juntos durante diez semanas con los que comenzaron el recorrido como amigos, fue un desafío. El segundo tenor admitió honestamente meses después: «Ese verano llevó las amistades al límite, para revelar de qué realmente estaban hechas». No obstante, cada noche, después de una hora y quince minutos de cánticos bien practicados y testimonios personales inspiradores, concluíamos cada concierto con un emotivo himno basado en las palabras de 2 Crónicas 7:14. Tomados de la mano (excepto cuando nos secábamos el sudor de la frente o ahuyentábamos las persistentes moscas), cantábamos con entusiasmo, claridad y en armonía los resultados de la humildad, de buscar el rostro de Dios, y de volvernos a él en obediencia: «Entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra». ¡Sabíamos tan poco de la humildad –o de la oración– a los veinte o veintiún años! Nuestro mundo brillaba de prometedoras expectativas. Imaginábamos carreras exitosas en medicina, docencia, trabajo social y ministerio pastoral. La humildad que necesitábamos estaba allí: en la audiencia, en la congregación bajo la gran tienda de reunión, entre las almas de corazón duro que, asumíamos, obstaculizaban el deseo divino de sanar y bendecir a su pueblo. Cantábamos como evangelistas de una verdad que aún no habíamos aprendido a vivir, porque la humildad solo ocasionalmente es una característica de los cristianos jóvenes, por más sinceros que sean. Al igual que muchas otras cualidades loables, la humildad y la oración son dones que acompañan la creciente madurez en la vida espiritual. Hay que vivir un poco –acaso pasar por varios quebrantos y dolores– para apreciar el llamado persistente de Dios a humillarnos ante él, y los demás, y para orar tanto en el lugar tranquilo como allí donde dos o tres se reúnen en su nombre. Las condiciones bajo las que Dios se compromete a escuchar nuestras oraciones y sanarnos, requieren que dejemos de darnos una importancia exagerada. Haríamos bien en entonar las palabras honestas de un viejo himno que expresaba: «De inclinarnos y postrarnos no nos avergonzaremos». Esta edición de Adventist World es una invitación a los mismos hábitos espirituales que proclamaba tan despreocupadamente nuestro conjunto vocal hace tantos años. La oración sin humildad es tan solo un soliloquio, un monólogo piadoso que Dios puede escuchar, pero en el que nuestro duro corazón obstaculiza su respuesta. La humildad nace, se alimenta, crece y se profundiza cuando nos unimos a otros creyentes para reclamar la duradera promesa del Salvador: «Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mat 18:20). Después de leer la edición de este mes, encuentre un amigo –mejor aún, dos amigos– y pídanle al Señor el perdón y la sanación que su pueblo remanente tanto necesita.

Creemos en el poder de la oración, y aceptamos pedidos de oración que compartimos en nuestro culto semanal de cada miércoles por la mañana. Envíe sus pedidos a prayer@adventistworld.org, y ore por nosotros mientras trabajamos todos juntos en pro del progreso del reino de Dios.

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Instantánea

“Home safe home” (Hogar seguro hogar) es un proyecto de ADRA en Croacia para ayudar a personas como este matrimonio de Petrinja (segundo y cuarto desde la izq.) quienes perdieron su vivienda en el terremoto de diciembre de 2021. Nuevas casas de madera brindarán un lugar seguro para estas familias. Fotografía: Vanessa Pizzuto / Adventist Media Exchange (CC BY 4.0)

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Noticias breves

Notificación de sesión regular de miembros de la Corporación Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día Por la presente se notifica que la próxima sesión regular de los miembros de la Corporación Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día se llevará a cabo en The Dome of America’s Center, San Luis, Misuri, EE. UU., el viernes 8 de junio de 2022 a las 14:00, para llevar a cabo cualquier punto de agenda que pueda presentarse a ese cuerpo. Los miembros de esta corporación son los delegados al LXI Congreso de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día.

Cuán frecuentemente oran los miembros Se preguntó a los miembros de iglesia si oran más allá de agradecer por los alimentos. He aquí sus respuestas: 4%

Nunca

6%

Menos de una vez al mes

8%

Una vez por semana

17% Más de una vez por semana 65% Todos los días o más de una vez por día

Daisy Jane F. Orion Secretaria de la Corporación

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El número de dispositivos que se conectaron al evento «Juegos sin fronteras». Con el deseo de ver florecer a una generación más joven en la iglesia, varios líderes de jóvenes de Europa colaboraron para crear un evento para adolescentes de 13 a 16 años. El 5 de marzo, grupos de las iglesias locales se conectaron al evento por Zoom. Dado que en algunos lugares aún hay restricciones por el Covid, muchos grupos de la iglesia no pueden reunirse regularmente. El evento conectó a los grupos de jóvenes de las iglesias locales con la iglesia mundial, permitiendo que los adolescentes experimenten un evento virtual en tiempo real con otros grupos del continente.

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N=58,285 Fuente: Encuesta Global de Miembros 2017-2018

«Ahora podemos ofrecer más opciones de tratamiento y dar a nuestros pacientes una esperanza renovada. La característica más emocionante del Centro de Medicina Nuclear es el nuevo SPECT/CT, que va a ser una opción transformadora del proceso de diagnóstico en numerosos campos médicos tales como cardiología, ortopedia, oncología, endocrinología y nefrología, entre otros». —Richard Koh, gerente general del Hospital Adventista de Penang, en referencia al primer centro completo de medicina nuclear en el norte de Malasia, el pasado 13 de marzo. El Centro Adventista de Medicina Nuclear, marca el comienzo de mayores hitos para el hospital, ofreciendo diversos diagnósticos y procedimientos médicos para ampliar sus servicios a los pacientes.

URL: https://bit.ly/35odSzW

CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN GENERAL 2022 Por la presente se da anuncio oficial de que el pospuesto LXI Congreso de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día se llevará a cabo del 6-11 de junio de 2022 en el America’s Center en San Luis (Misuri, EE. UU.). La primera sesión comenzará a las 8:00 del 6 de junio de 2022. Se insta a todos los delegados a que se hagan presentes en ese momento. Los delegados también podrán acceder al Congreso en forma remota mediante medios electrónicos. Ted N C Wilson, presidente de la Asociación General Erton C Köhler, secretario de la Asociación General


Noticias breves

75

El número de años que celebró la escuela indígena Holbrook ubicada en Holbrook (Arizona, EE. UU.) el pasado 6 de marzo. En los últimos 75 años, estudiantes de muchos grupos indígenas han estudiado en Holbrook. Los graduados han llegado a ser enfermeros, docentes, pastores, contadores, dentistas, soldadores y empresarios privados, y han servido en las Fuerzas Armadas.

Visite www.adventistreview.org para hallar información sobre el próximo Congreso de la Asociación General, del 6-11 de junio en San Luis (Misuri, EE. UU.). Encontrará noticias, videos y entrevistas. Lea las actas de la sesión; siga el evento en vivo; escuche podcasts. Un lugar para hallar todo: www.Adventistreview.org

«Ha marcado una diferencia en la manera de pensar de los estudiantes. Tener la oportunidad de marcar una diferencia tangible permite que los estudiantes vean una forma de vivir que tiene valor y significado para la comunidad». —Beth Villanueva, profesora de inglés en el Colegio Adventista Atholton, en la Asociación de Chesapeake en los Estados Unidos, sobre una iniciativa de recaudación de fondos liderada por los estudiantes, que busca ayudar a refugiados afganos que están reubicándose en la comunidad. Entre diciembre y marzo recaudaron más de US$5000 y otras donaciones. Entonces entregaron alimentos y otros artículos a 18 familias afganas.

«Me da gran placer ser una parte activa de este nuevo medio de evangelismo. La radio puede llegar a lugares donde nosotros los pastores no podemos acceder». —Solomon Maphosa, presidente de la División de África Meridional y Océano Índico, respecto del lanzamiento de la estación de radio en línea de Radio Mundial Adventista, el pasado 6 de marzo. Más de 150 personas, incluidos líderes e invitados, asistieron al evento. (->) Manelisi Vala y Noel Sibanda AdventistWorld.org Mayo 2022

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Noticia en detalle

Día Mundial de la Juventud abraza a «Los olvidados»

Jóvenes adventistas de 183 países marcan una diferencia por Cristo.

Beth Thomas, para ANN, Libna Stevens, División Interamericana, y Adventist World

Desde 2013, el Día Mundial de la Juventud (GYD por su sigla en inglés) de la Iglesia Adventista ha alcanzado a millones en todo el mundo para Cristo, lo que incluye a los jóvenes que participan anualmente. Este año no fue la excepción. El 19 de marzo de 2022, jóvenes de cada Asociación, Unión y División de la Iglesia Adventista escogieron «ser el sermón» en sus vecindarios y comunidades. «Participantes de 183 países compartieron las actividades por Twitter, Instagram, Facebook, TikTok y YouTube, con las etiquetas #GYD22, #BeTheSermon, #LovingTheForgotten, #yovoy y otras –informó Sam Neves, director asociado del Departamento de Comunicación de la Iglesia Adventista–. En total, alcanzaron a más de treinta millones de individuos al publicar o compartir entre sí las actividades del GYD». DETRÁS DEL LEMA

La comisión de planificación del evento escogió para 2022 el lema «Amar a los olvidados», sobre la base de Mateo 25:31-40. En ese pasaje, Jesús felicita a sus seguidores por

servirlo al alimentar a los hambrientos, recibir a los extranjeros, vestir a los desnudos, alentar a los enfermos y visitar a los prisioneros. Asombrados por sus palabras, los seguidores de Cristo responden que no sabían que lo estaban sirviendo al hacer esas cosas. Jesús responde: «De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis» (vers. 40). Al adoptar esos ejemplos, «nos enfocamos en alcanzar a los que suelen ser pasados por alto –dijo Gary Blanchard, director de Ministerios Jóvenes de la Iglesia Adventista–. Desafiamos a los jóvenes de todo el mundo para que alcancen deliberadamente a los encarcelados, refugiados, ancianos y miembros ausentes». Blanchard explicó que a menudo nos enfocamos en llegar a las personas de la calle, lo que está bien, pero no siempre vamos más allá, hasta otros que también necesitan amor. «Quisimos expandir el ámbito de ayuda», explicó. Esa tarea llevó a que los Conquistadores y los jóvenes compren alimentos para los pobres, preparen «bolsas

de bendiciones» para las personas sin hogar, ministren a los refugiados y vayan puerta a puerta, compartiendo el amor de Cristo en sus vecindarios. «Es un estilo de vida –dijo Maria Manderson, asistente editorial del Departamento de Jóvenes de la Iglesia Adventista–. No es tan solo un evento de un día. Los jóvenes están entusiasmados, y están diseñando nuevas maneras creativas para que así sea». PROPÓSITO Y PASIÓN

«GYD es un día especial, de muchas oportunidades para que los jóvenes tengan un impacto sobre la comunidad con propósito y pasión, donde pueden servir y testificar de manera colectiva», dijo Al Powell, director de Ministerios Jóvenes de la División Interamericana. Ese impacto ha hecho que más de un millón de jóvenes de Interamérica estén activos cada año sirviendo y alcanzando a sus comunidades. «Ha habido mucho entusiasmo, y no solo el día del evento –añadió Powell–. Estamos viendo una tendencia: jóvenes que aman al Señor y buscan hacer algo por Cristo diariamente, no solo en ese día especial», dijo. PLANES PARA 2023

Al preguntársele sobre los planes para 2023, Blanchard contó que el lema será «El amor es un verbo». «Queremos ver que la iglesia mundial alcance a los estudiantes y educadores –dijo–. Obviamente, el lema también se presta para otro tipo de iniciativas, pero en 2023, nos enfocaremos especialmente en esos dos grupos». Jóvenes adventistas participan de las actividades del Día Mundial de la Juventud en Ciudad del Carmen, Campeche, México, el 19 de marzo. Noticias de la División Interamericana 6

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Noticia en detalle

Nuevas instalaciones fortalecen la televisión y radio adventistas en Chile

La misión de Nuevo Tiempo es llevar a las personas a Cristo, dicen los líderes.

Nuevo Tiempo Chile y Adventist World

Nuevo edificio de Nuevo Tiempo Chile, en Chillán. Jorge Atalido

Nuevo Tiempo Chile llevó a cabo la tan esperada ceremonia de inauguración de sus nuevas instalaciones en las cercanías de la Universidad Adventista en Chillán, el 20 de febrero de 2022. El nuevo centro de comunicaciones de la sede de medios adventistas en el país incrementará la producción de recursos para la red Nuevo Tiempo, que ha estado funcionando por unos veinte años. «El edificio previo no suplía las necesidades de radio, televisión y redes sociales. Por años, anhelamos tener nuevas instalaciones que cumplieran los requerimientos técnicos y humanos –dijeron los líderes–. Gracias a Dios, este sueño se ha hecho realidad, lo que nos permitirá alcanzar más hogares con el mensaje de esperanza y salvación». Patricio Olivares, director general de Nuevo Tiempo Chile, dijo que, alcanzar ese hito es una gran bendición. «Es un momento de gran alegría que perdurará en el tiempo –dijo Olivares–. Lo que hoy estamos comenzando tiene que seguir desarrollándose, pero nos sentimos felices porque tenemos una casa, un lugar donde producir nuevos programas, seguir soñando, creciendo y creyendo en tener un

poderoso impacto sobre los que aún tienen que conocer al Señor». El objetivo es crecer –tanto en cantidad como en calidad– en el área de evangelismo por TV, radio e Internet, para que la Iglesia Adventista siga predicando fielmente sobre la segunda venida de Cristo por todo Chile y América Latina. Tomás Parra Contreras, director de las redes Radio Nuevo Tiempo y Radio Novo Tempo de la División Sudamericana, dijo que es un gran logro para la red que dirige. «Chile es muy importante para la red, y queremos seguir produciendo contenidos de calidad y también contenidos relevantes para la salvación de muchas personas», dijo. Para Aldo Muñoz, presidente de la Unión Misión Chilena, la alegría de la inauguración es solo parte de la historia. «También es muy importante la conexión entre Nuevo Tiempo y las congregaciones locales. Más de 180 coordinadores de Nuevo Tiempo están visitando los hogares para dar los estudios bíblicos que se ofrecen cada semana en la red», dijo Muñoz. La ceremonia de apertura contó con alabanzas musicales y un recorri-

do de las instalaciones. Claudio Johnson, director y editor de TV, recordó la historia del ministerio en el área: «Ha pasado mucho tiempo desde que comenzamos en el antiguo edificio. Este avance es algo que cambiará todo para mejor». El pastor Stanley Arco, presidente de la División Sudamericana y quien por años trabajó en Chile, también recordó los comienzos de Nuevo Tiempo. Dijo que esperaba que los planes de Dios en el área de comunicaciones se sigan cumpliendo en la región y aún más allá. «Este edificio es importante a la hora de seguir produciendo recursos no solo para Chile sino también para la División Sudamericana y el mundo», dijo. Jorge Rampogna, director de comunicaciones de la División Sudamericana y exdirector de Nuevo Tiempo en Sudamérica, concordó con Arco. «Nuevo Tiempo Chile sigue siendo relevante porque de este mismo lugar, se seguirán desarrollando contenidos estratégicos de esperanza y salvación, para que más y más personas conozcan a Jesús y lo acepten como su Salvador personal», expresó.

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Enfoque de noticias — División Interamericana

3.675.689 Número de miembros de la División Interamericana al 31 de diciembre de 2021

4213 El número de personas que se unieron a la Iglesia Adventista después de seis semanas de mensajes espirituales en línea. La Serie de Evangelización en Línea «Huellas de Esperanza» se transmitió desde Jamaica y fue posible gracias a esfuerzos coordinados de los equipos de evangelismo en los territorios de habla inglesa de la División Interamericana. Eso incluye las regiones eclesiásticas: Jamaica, Caribe Atlántico, Caribe, Caribe Holandés y Belice.

«El mundo está pasando por muchas crisis. Millones de personas están sufriendo y están oprimidas, sin esperanza y viviendo en la incertidumbre. Otros se enfocan en el consumismo, el placer, los vicios y la holgazanería, lo que parece llevarlos a ninguna parte. ¡Pero qué bendición es ver que los niños y los jóvenes de la iglesia celebran su día, ayudando y siendo ejemplos de fidelidad, reflejando el amor de Dios!» —Elie Henry, presidente de la División Interamericana, en referencia al Día Mundial de la Juventud, una iniciativa anual de la iglesia mundial que anima a los jóvenes adventistas para que «sean el sermón» mediante actos de servicio. Este año, el evento se llevó a cabo el 19 de marzo.

«Estamos procurando seguir brindando nuevas habilidades a los ancianos de iglesia y sus cónyuges, para que puedan estar preparados y equipados y continúen enseñando, ministrando, predicando y administrando junto con los pastores, a medida que buscan adaptarse a los desafíos que enfrenta hoy la iglesia». —Josney Rodríguez, secretario ministerial de la División Interamericana, en referencia a un evento reciente de capacitación de ancianos en el que participaron 43 mil personas. Más de 35 mil ancianos completaron el programa de certificación, y el resto se ha sumado a la nueva cohorte.

Más de 200 El número de niños, jóvenes y adultos que recorrieron 40 kilómetros en bicicleta por las calles de Bogotá (Colombia) el 25 de febrero, para lanzar la primera de decenas de iniciativas y actividades que conmemoran el centenario de la presencia adventista en el país. Los ciclistas también se movilizaron para promover la vida sana entre los transeúntes y tenderos. Llevaban camisetas con un logotipo que decía «Quiero vivir sano». Esta iniciativa de la División Interamericana promovió los ocho remedios naturales (nutrición, ejercicio, agua, luz del sol, temperancia, aire puro, descanso y confianza en Dios), y tanto ciclistas profesionales como aficionados compartieron sonrisas y esperanza. (^-)

Juan Alvis 8

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Perspectiva

Kathie Lichtenwalter, Adventist Mission, y Adventist World

Inside Creative House / iStock / Getty Images Plus / Getty Images

La Unión de Oriente Medio y Norte de África cumple diez años Las estadísticas y los testimonios personales muestran un destacado crecimiento. Hace diez años, la Iglesia Adventista formó la Unión Misión de Medio Oriente y Norte de África (UMONA) para poder llegar a una de las regiones más difíciles. Solo el tiempo revelará el impacto pleno de esa decisión clave de 2012, pero las estadísticas y los testimonios personales cuentan una historia de destacado crecimiento de la iglesia mediante el poder del Espíritu Santo. «Está claro que Dios está movilizando los corazones de muchos, algo por lo cual podemos estarle agradecidos», dijo Rick McEdward, presidente de la UMONA desde 2016. FLEXIBILIDAD Y APOYO A LA MISIÓN

Hace diez años, después de mucho análisis y oración, la iglesia mundial estableció la UMONA a partir de veinte países que antes pertenecían a la División Transeuropea y la División Euroafricana (ahora División Intereu-

ropea). La inédita decisión también colocó a la UMONA directamente bajo la tutela de la sede central de la iglesia, y reorganizó sus servicios para brindar mayor flexibilidad y apoyo a la misión. Al momento de su organización, esta región denominacional contaba con unos 3100 miembros en una población de 525 millones, o dicho de otra manera, un adventista por cada 170 mil personas. Para 2021, la feligresía había crecido 82 por ciento (5668 miembros), o un adventista por cada 97 mil habitantes en una región cuya población se ha expandido a 550 millones. Asimismo, el número de iglesias filiales se ha más que triplicado (de 25 a 85 entre 2016 y 2021), y el número de grupos pequeños ha pasado de 65 en 2017 (el primer año en que se reportó) a 157 en 2021. McEdward dijo que las cifras son alentadoras. «Pero aun con este crecimiento digno de destacar, la tarea es abrumadora –añadió–. En el presente, con un miembro por cada 97 mil personas, la posibilidad de que alguien se encuentre con uno de los miembros y escuche el evangelio es mínima». Solo el Espíritu Santo puede desafiar las probabilidades y llevar a las personas hasta un miembro que pueda alcanzarlos con el amor de Dios. UNA OBRA PLANIFICADA

Los menores de 35 años representan el grupo más grande que tiene

que ser alcanzado con el evangelio en Oriente Medio. «Involucrar a este grupo y conectarse con su complejo mundo presenta un desafío siempre cambiante y creciente», dijo Chan Min Chung, director del grupo Trans Media de la UMONA. La recientemente formada organización multimedia tiene por tarea comunicarse tanto con los jóvenes como con los mayores de la región. Para los líderes de la iglesia, se trata de un territorio que presenta grandes desafíos. La gente entrega su corazón a Cristo en medio de crisis nacionales, inestabilidad social, colapso económico, inmigración, guerra y trauma personal. OBREROS DE DIOS

McEdward dijo que se han cosechado grandes resultados gracias al apoyo de la iglesia mundial, la creatividad de los líderes de la iglesia que conformaron el territorio hace diez años, y el servicio fiel de obreros de cada país de la región y de otros países del mundo. «Pero los desafíos son demasiado grandes para que alguien se adjudique el éxito, las soluciones o la autosatisfacción», expresó. «Cada día, con sus desafíos en apariencia invencibles, nos sirve de recordatorio de que el territorio, las personas y la siega le pertenecen al Señor de la siega –dijo McEdward–. Somos privilegiados de ser simplemente sus obreros». AdventistWorld.org Mayo 2022

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Enfoque

Una cuestión de confianza FRANK M. HASEL


Si oráramos por mil años, nuestras oraciones no serían más aceptables a Dios que cuando oramos por primera vez. acemos bien en recordar que nuestras oraciones no son respondidas por lo que hacemos o por quiénes somos sino por lo que Dios es. Ese es el testimonio constante de las Escrituras. Dios responde a nuestro pedido de perdón y orientación «por amor de su nombre» (ver Sal. 31:3; 109:21; Jer. 14:7). La Biblia nos dice que, si le pedimos algo que comer, él no nos dará un escorpión ponzoñoso, sino que disfruta de darnos cosas mucho mejores (ver Luc. 11:12, 13). Dios se deleita cuando nos comunicamos con él en oración. Escucha y responde nuestras oraciones por su bondad, fidelidad y amor, no por causa de nosotros. Aun si oráramos a cada instante, no podríamos orar lo suficiente como para merecer la aceptación de Dios.

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LA ORACIÓN CENTRADA EN DIOS

La oración no tiene que ver con nosotros sino con Dios

Imagen: Tim Mossholder; Trabajo artístico: Annabelle Wombacher, Jared Mar, Sierra Ratcliff, y Benjamin Cahoon

La verdad es que nuestra condición humana es mucho más desastrosa y egoísta de lo que pensamos. Pero la buena noticia es que la gracia de Dios es aún más maravillosa de lo que imaginamos. Esto también se aplica a nuestras oraciones. Es la gracia de Dios lo que inunda su deseo de responder a nuestras oraciones y necesidades. Deberíamos aceptar que muchos de los pedidos que le hacemos se basan en razones muy egoístas. Puede ser que alguien ore por éxito en la causa de Dios porque el que ora también juega un papel importante en ella. Puede ser que ore para que alguien se salve y no muera porque no le gustaría vivir solo. Puede ser que ore por la conversión de otra persona porque entonces su vida sería mucho más fácil. También puede ser que le pida cosas específicas a Dios porque se haya acostumbrado a cierto estándar de vida y no se contente con menos. La lista podría continuar.1 Desafortunadamente, el pecado nos coloca en el centro del mundo, haciendo que nuestra vida y nuestras oraciones estén enfocadas en nosotros. Nos impulsa aquello que queremos, lo que percibimos como necesidades, lo que sentimos. Por nuestro egoísmo, solemos llevar registro y nos comparamos con otros, lo que nos lleva a una vida de descontento y envidia. Pero la oración que es agradable a Dios no solo desea recibir cosas. Ninguna relación saludable funciona de esa manera, mucho menos con un Dios soberano. Dios se deleita en una oración que hace de él el centro de todo. Porque nos deleitamos en recordar quién es, tenemos fe en lo que puede hacer. LE GUSTA DAR

Es maravilloso, y un misterio de la gracia divina, que Dios escucha nuestras mejores oraciones, pero lo bueno es que él también escucha nuestras oraciones más débiles. Siempre está listo para escuchar una oración sincera. Le encanta responder a nuestras oraciones, y se deleita en enviar ayuda. Tiene mil maneras de ayudarnos de las cuales no sabemos nada (ver Jer. 33:3).2 La única razón que puede explicar ese maravilloso hecho es que nos ama. Nos ama con ternura. Desea lo mejor para AdventistWorld.org Mayo 2022

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Cuando oramos, estamos dando un paso de fe al confiar en que Dios cuida de nosotros por amor de su nombre. nosotros. En su gracia, quiere regalarnos lo que realmente necesitamos. Porque es nuestro Creador y Redentor, sabe mejor qué necesitamos. Por ello, en respuesta a nuestras oraciones, nos da lo que ni siquiera se nos ocurre pedirle. En último término, nuestra relación con Dios en oración es una cuestión de confianza. ¿Confiamos lo suficiente en él para entregarle plenamente nuestra vida sin dudar? ¿Nos atrevemos a pedirle cosas que solo él puede dar, y confiamos plenamente que las proveerá a su debido tiempo? Esto solo funciona si nos humillamos ante la mano poderosa de Dios, confiando que él es bueno, que nos oye, que está preparado para darnos alivio y que tiene mil maneras de ayudarnos, que ni siquiera imaginamos. Esa fue la experiencia de muchos de los que vivieron en tiempos bíblicos (p. ej., Éxo. 14:13, 14; 2 Crón. 14:10-12; 20:15, 29; Luc. 1:46-55). Cuando enfrentaron desafíos y dificultades infranqueables, Dios les brindó ayuda y una salida que, en términos humanos, no esperaban. SEGUROS EN SU AMOR

Cuando oramos, estamos dando un paso de fe al confiar en que Dios cuida de nosotros por amor de su nombre. Cuando orientamos nuestra vida según su voluntad, lo invitamos a nuestro trabajo, familia, amistades, noviazgo, matrimonio y crianza de los hijos. No tenemos que estar en la iglesia para orar a Dios. Podemos orar mientras viajamos, lavamos los platos o la ropa. Podemos orar mientras estamos en la computadora o en el lugar de trabajo. Pero también podemos orar de maneras significativas cuando dedicamos un tiempo especial para Dios. La oración cultiva una actitud del corazón que reconoce la soberanía y el amor de Dios. Esa oración puede cambiar nuestra actitud. En efecto, puede transformar nuestra vida al enseñarnos cómo enfocar nuestra mente en el carácter de Dios y confiar en sus tiempos. La oración brinda una perspectiva nueva, y muy necesaria, que solo entendemos cuando tenemos presente a Dios. Estar en la presencia 12

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de Dios renueva la vida; fortalece nuestra fe; enciende la esperanza; celebra la gracia abundante de Dios; inspira valor y nos otorga una santa osadía para acercarnos a él. Porque nos deleitamos en nuestro poderoso Creador y amante Redentor, no sentimos necesidad de vivir anhelando otras cosas o querer tener más y más. El pecado hace que miremos horizontalmente a las cosas de este mundo buscando lo que solo puede hallarse verticalmente en la presencia de Dios. PADRE NUESTRO . . .

Quizás ese es el aspecto más importante y hermoso que Jesús quiso enseñarnos en el Padrenuestro. Es una oración que, para muchos, se ha convertido desafortunadamente en una vana repetición. Ha pasado a ser una rutina irreflexiva porque se repite sin pensar. Aun así, si se ora de manera deliberada y con propósito, es quizá la oración más peligrosa y revolucionaria que existe: «Por eso, ustedes deben orar así: “Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. No nos metas en tentación, sino líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”» (Mat. 6:9-13, RVC). 3 Solo ese énfasis en hacer la voluntad de Dios, en propagar su reino, en adorar su nombre, en deleitarse en quién es él y lo que representa, nos permite que seamos más cómo él: que perdonemos a los que nos han hecho mal, venzamos la tentación, y recibamos de él todo lo que necesitamos para vivir una vida que le agrade y que sea una bendición para los demás. Si ponemos a Dios en primer lugar, si él es el deseo de nuestra alma y el deleite de nuestro corazón, y si él amplía nuestra mente, no necesitamos preocuparnos. Si captamos una vislumbre de quién es realmente Dios y qué es lo que ha hecho por nosotros, quedaremos asombrados, y el deseo de nuestras oraciones reflejará algo de ese amor y belleza desinteresados que caracterizan a Dios. Cuando nuestras oraciones tengan un claro énfasis en Dios, podremos saber que lo que él da es suficiente para satisfacer nuestros anhelos. Véase Frank M. Hasel, Longing for God: A Prayer and Bible Journal (Nampa, Id.: Pacific Press Pub. Assn., 2017), pp. 42-45. 2 Cf. Elena White, El Deseado de todas las gentes (Mountain View, Calif.: Pacific Press Pub. Assn., 1955), p. 297. 3 El texto bíblico pertenece a la Versión Reina Valera Contemporánea, Copyright © 2009, 2011 Sociedades Bíblicas Unidas. 1

Frank M. Hasel es director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas en la sede de la Iglesia Adventista.


Enfoque

¡Nunca más en la rutina común! La oración nos ofrece una vislumbre de la belleza del carácter de Dios MELODY MASON

E

n cierta ocasión escuché la historia de un viajero que, mientras recorría un país asiático, fue a visitar un gran templo. Cuando llegó, vio una multitud que adoraba a un inmenso ídolo dentro de un santuario dedicado a él. El hombre observó cuidadosamente y notó algo muy peculiar. Muchos de los adoradores tomaban pequeños trozos de papel y los cubrían de barro. Entonces los arrojaban con fuerza hacia el ídolo. Después de observar esto por cierto tiempo, preguntó qué significaba esa extraña actividad. Le dijeron que los trozos de papel contenían las oraciones de las personas. Se envolvían las oraciones en barro con la esperanza de que eso ayudara a que se adhirieran al ídolo. Los adoradores creían que, si sus oraciones quedaban unidas al ídolo, serían contestadas. Pero si las oraciones caían al suelo, significaba que eran rechazadas por ese dios. Como cristianos, puede ser que miremos con condescendencia a semejante práctica inútil. Creemos que le oramos al Rey del universo, el que no solo colocó las estrellas en Imagen: Patrick Schneider

su lugar, sino que nos ama profunda y personalmente. Escucha inclusive las oraciones silenciosas que no nos animamos a pronunciar en voz alta. No obstante, ¿qué hacemos cuando no siempre sentimos su amor, cuando parece que oramos y oramos y, sin embargo, nuestras oraciones no pasan del techo, y menos aún, quedan adheridas al trono celestial? BUSCADME Y CONOCED MI CORAZÓN

Es en esa circunstancia cuando necesitamos el consejo del salmista: «Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno» (Sal. 139:23, 24, NVI). Aunque Dios siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones y se deleita en responder lo que es para nuestro bien, a veces, permitimos que otras cosas se interpongan entre Dios y nosotros, y eso estorba su respuesta. Puede que tengamos pecados sin confesar (Sal. 66:18). Otras barreras son la

incredulidad (San. 1:6, 7), la falta de perdón (Mar. 11:26), los conflictos no resueltos (Mat. 5:23, 24), la mundanalidad (San. 4:3) o la autosuficiencia (Isa. 64:6). Ser descortés con el cónyuge (1 Ped. 3:7) o hacer oído sordo a un necesitado (Prov. 21:13) también pueden estorbar nuestras oraciones. A veces estamos tan ocupados «haciendo lo correcto» que no hacemos de Dios lo mejor de todo (Luc. 10:41, 42). En otras ocasiones, dejamos de buscar a Dios con todo el corazón porque nos distraemos con los dispositivos electrónicos, los medios sociales u otros ídolos que nos separan de él (Éx. 20:3). Cualquiera sea el caso, tenemos que pedir a Dios que quite el barro de esos obstáculos si queremos ver poder y crecimiento reales en nuestra vida de oración. ¿Cómo podemos liberarnos de ese barro dado que vivimos en un «lugar barroso» llamado tierra, en una ciudad llamada Laodicea? UN NUEVO COMIENZO

Deseo compartir brevemente parte de mi testimonio personal. AdventistWorld.org Mayo 2022

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Al igual que muchos otros, crecí en el tibio desierto del cristianismo moderno: rica y llena de bienes, creyendo que no necesitaba nada, cuando en realidad, era pobre, ciega, desnuda y, sí, estaba muy embarrada. Me siento agradecida de haber crecido en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, con padres que amaban al Señor de corazón. Aún recuerdo levantarme de chica a las cuatro y escuchar que mi padre oraba por mí. Sin embargo, aun de joven, no entendía realmente el poder de la oración ni comprendía la belleza del evangelio. Puede parecer extraño, dado que había sido cristiana toda la vida, pero mi corazón no reaccionaba ante lo que Cristo había hecho en el Calvario. ¡No me tocaba personalmente! Gracias a Dios, un día él me mostró la verdadera condición de mi corazón pecaminoso, que necesitaba un Salvador. Como resultado, me sentí quebrantada como nunca antes. Lloré con angustia al pensar que mis pecados –sí, mis pecados (en forma personal)– habían llevado a la cruz a Jesús. También lloré con gozo por el amor abrumador y maravilloso que derramó sobre mí. Ese día marcó el comienzo de una vida completamente nueva de oración con Cristo. Después de esa experiencia, ya no me contenté con vivir la vida cristiana típica en el desierto. Quise más de Jesús, y me atreví a pedirle más. Comencé a despertar cada mañana temprano para estudiar la Biblia durante horas, a menudo con lágrimas en los ojos, al enamorarme de su Palabra. Al hacerlo, Dios comenzó a llevarme lentamente hacia mayores profundidades y a atraerme hacia él. Comenzó a enseñarme cómo seguirlo, y cómo orar con fe. A medida que crecía mi amor por él, comencé a ver respuestas a mis oraciones: respuestas reales, algunas asombrosas, a menudo específicas. Descubrí que si bien él «es poderoso para hacer todas las cosas mucho más 14

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abundantemente de lo que pedimos o entendemos», a menudo solo espera que se lo pidamos (Efe. 3:20, NKJV). Han pasado unos años ya desde que comencé esa travesía más profunda, y Jesús aún me está enseñando tiernamente cómo amarlo y cómo orar. Me ha dado una muestra de la Tierra Prometida, y creo que ya no sirvo para la rutina común. Ya no puedo imaginarme pasar un día sin hablar con él. Salmos 34:8 nos dice: «Gustad y ved que es bueno Jehová. ¡Bienaventurado el hombre que confía en él!». ¿Ha probado usted el gozo inefable de una vida más abundante con Jesús? ¿Ha descubierto la belleza y el poder de la oración y de pasar tiempo leyendo su Palabra? Si está buscando la clave para una vida efectiva y vibrante de oración, no es algo complicado. He descubierto que Dios no busca superhéroes espirituales. Se nos dice: «lo único que nos da derecho [a la misericordia de Dios] es nuestra gran necesidad».* Él quiere encontrar a los que reconocen su necesidad acuciante y lo buscan con todo el corazón. Busca a los que confiesan sus pecados, le permiten remover el barro de su tibia condición laodicense, y oran con fe, perseverando en oración hasta que llegue la respuesta. Lo que es más importante, busca a quienes lo pongan cada día en primer

lugar, apartándose de las distracciones, los teléfonos y la tecnología –aun de muchas «cosas buenas»– para pasar tiempo a sus pies, disfrutando de lo mejor: ¡De él mismo! El mundo está agitado. Abundan el dolor y el sufrimiento. La lucha por la supervivencia y el esfuerzo por ganarse el sustento a menudo son abrumadores. Las atracciones del mundo aún ejercen poder sobre nosotros. A pesar de ello, Dios nos llama para que lo busquemos cada día en primer lugar y antes de todo. Estad quietos y conoced que yo soy Dios –nos dice–. ¡Soy tu necesidad más grande y urgente! Yo me ocuparé de todo lo demás, pero por sobre todo, en este momento, necesitas de mí. No nos conformemos con un cristianismo superficial o con oraciones recubiertas de barro. La Tierra Prometida está ante nosotros. Pidamos a Jesús que quite los obstáculos que nos apresan y avancemos de rodillas, atreviéndonos a pedir más, pero por sobre todas las cosas, más de él. Elena White, El ministerio de curación (Mountain View, Cal.: Pacific Press Pub. Assn., 1959), p. 119. *

Melody Mason, es autora de Atrévete a pedir más: Secretos divinos para la oración contestada. Trabaja con los Ministerios de Oración de la Asociación General.

Cinco claves para que su vida de oración sea más profunda 1 Pídale a Cristo que sea su alarma matutina. 2 Pregúntele qué pecados necesita reconocer y confesar. 3 Considere implementar una «desintoxicación digital». Por sugerencias prácticas, lea «Unplugged» (Desconectado), de Frank Hasel, en https://adventistreview.org/issue-archives/page-2015/ page-1511/1511-30/

4 Ore en forma específica y ore la Palabra. Por ideas sobre cómo hacer esto, vea los recursos en https://www.revivalandreformation. org/resources/all/praying-the-word-prayer-and-promise-card 5 Ore hasta que vea resultados. ¡No se dé por vencido!


Cómo comenzar un ministerio de oración en su iglesia

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l ministerio de oración es el fundamento espiritual de su iglesia. Cuando sienta el llamado de Dios para comenzar ese ministerio, tenga en cuenta lo siguiente: Prepárese. La Biblia abunda con consejos sobre cómo aproximarnos a Dios, y a él le gusta que lo hagamos. Para ministrar a otros mediante la oración, tenemos que prepararnos espiritualmente. Dedique tiempo a orar, confesar sus pecados y recibir el perdón y la renovación que trae el Espíritu Santo cuando nos humillamos ante Dios. Junto con la preparación espiritual, puede investigar un poco. Repase una guía del ministerio de la oración, como por ejemplo Prayer Ministries Coordinator Quick Start Guide (Guía rápida para coordinadores de ministerios de oración) de AdventSource.* Busque aumentar sus conocimientos sobre prácticas de oración, y considere maneras en las que la oración puede ser un ministerio. Ore pidiendo sabiduría. Vale la pena dedicar tiempo a que el Espíritu Santo le aclare sus propósitos. Puede que esto incluya orar regularmente por su pastor y otros líderes

Image: Lightstock / Shaun Menary

espirituales; pedir y recibir orientación para los ministerios de su congregación; brindar un despertar espiritual y el crecimiento de los miembros y de usted mismo; aumentar la calidad y la frecuencia de la comunión con otros; interceder ante Dios en momentos de pruebas y catástrofes tanto dentro como fuera de la iglesia; etc. Reúnase con su pastor. Un ministerio de oración efectivo siempre debe ser de común acuerdo con los líderes de la congregación, en especial el pastor. Es mejor acercarse al pastor con una actitud de recibir consejo además de describirle su intención. Invítelo para que se involucre. Busque establecer el marco básico del ministerio. Comience con la reunión de oración. Pocas reuniones espirituales producirán más beneficios que esta. Si no ha tenido el hábito de reunirse con la familia de la iglesia para orar, se sorprenderá por los múltiples beneficios y oportunidades de ministrar que le brindará este ministerio que podrá llegar a ser el superalimento de su dieta espiritual. Los formatos de las reuniones pueden variar, pero el objetivo principal ha de ser la oración. Si bien el estudio de la Biblia forma parte del encuentro, procure que no distraiga el tiempo que debería dedicarse a la oración. A los adventistas nos gusta estudiar y hablar, pero asegúrese de reservar un tiempo fijo para orar (recomiendo, como mínimo, dedicar la mitad del tiempo a orar), y no permita que otras actividades ahoguen esos momentos. Puede resultarle de ayuda consultar programas tales como 40 días de oración. Enseñe a orar. Los que se suman a las reuniones de oración acaso no están familiarizados con las convenciones y las prácticas de oración. Para que el ministerio funcione, se puede ofrecer un seminario o programa de viernes de noche, para enseñar los fundamentos espirituales, las prácticas y los beneficios de dedicar tiempo a la oración grupal. Repase cada tanto las instrucciones sobre la oración. Espere milagros. El ministerio de oración no implica tan solo hablar. En comunión con otros creyentes, oramos a Dios sabiendo y esperando que él responda y actúe. Los milagros son la obra de Dios en nuestra vida, y veremos su obra y su sabiduría de maneras que jamás hemos presenciado. Véase, por ejemplo, https://www.adventsource.org/store/adult-ministries/prayer-ministries/ prayer-ministries-quick-start-guide-21741 por materiales en inglés. En su Asociación o Unión pueden existir materiales disponibles en su propio idioma. *

Tim Lale es coordinador de ministerios de oración de la iglesia adventista de Spencerville, en Maryland, Estados Unidos.

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rate de recordar cuando alguna vez que estuvo en una tormenta donde el viento soplaba, los relámpagos refulgían y retumban los truenos. Puede ser una experiencia aterradora. Pero imagine cuánto peor es en el mar, donde las olas parecen reventar sobre nosotros mientras nos envuelve la tempestad. El apóstol Pablo se encontró en esa condición. Lo leemos en Hechos 27, donde relata que la situación se volvió tan funesta que la tripulación y los pasajeros tiraron todo por la borda. «Pero siendo combatidos por una furiosa tempestad, al siguiente día empezaron a deshacerse de la carga. Y al tercer día con nuestras propias manos arrojamos los aparejos de la nave. Al no aparecer ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos» (Hech. 27:18-20). Es una situación muy desesperante, y sin embargo, una persona a bordo no se había rendido; esa persona era Pablo. Recordemos: no era la primera situación mortífera que había enfrentado el apóstol. Él describe sus experiencias en 2 Corintios 11:24 al 27: «De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he sido náufrago en alta mar; en caminos, muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y desnudez». ¡Ese hombre de Dios había pasado por muchas cosas! ¿Cómo logró seguir adelante en medio de todas esas pruebas y desáni-

Perspectiva mundial

Seguros en la tormenta Aferrémonos a la Roca


mos? Creo que la respuesta se halla en lo que dijo mientras estaba en medio de esa terrible tormenta en el mar. ASÍ COMO DIOS LO DIJO

Aunque Pablo había aconsejado al capitán del barco que esperara antes de seguir viaje, una vez que estaban en la tormenta, le dio palabras de ánimo y fe. Tratemos de escucharlo diciendo: «Habría sido por cierto conveniente haberme oído, y no zarpar de Creta tan sólo para recibir este perjuicio y pérdida. Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave, pues esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, y me ha dicho: “Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; además, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo”. Por tanto, tened buen ánimo, porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho». (Hech. 27:21-25). ¿Cómo logró Pablo tener una fe tan sólida en medio de una tormenta en la que todo parecía perdido? ¿Cómo pudo conservar la esperanza en lo que parecía una situación desesperante? Bueno, podría decir usted, porque se le apareció un ángel. Seguramente eso lo animó, pero, sin embargo, creo que había algo más que tan solo la presencia de un ángel. Creo que fue el mensaje que el ángel le dio, de parte de Dios. Notemos una vez más las palabras de Pablo: «Por tanto, tened buen ánimo, porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho» (vers. 25). Y eso es exactamente lo que sucedió. Aunque la embarcación quedó totalmente destruida, Pablo y todos los demás se salvaron. El apóstol sintió paz y valor porque tenía una confianza plena y total en la Palabra de Dios, en que todo sucedería tal como Dios lo había dicho. VIENE UNA TORMENTA MÁS GRANDE

Ya por un tiempo hemos estado en una tormenta –la pandemia del Imagen: Lightstock / Sean Pierce

Covid, agitaciones sociales y políticas, guerras, catástrofes naturales y otras producidas por el hombre–. A nuestro alrededor vemos devastación y pérdida. Sin embargo, se nos dice claramente que viene una tormenta más grande. «Se aproxima una tormenta de implacable furor. ¿Estaremos preparados para hacerle frente?»1 Sigue diciendo Elena White: «No es necesario que digamos que los peligros de los últimos días pronto nos sobrecogerán, porque ya han llegado. Precisamos ahora la espada del Señor para que corte hasta el alma misma y los tuétanos, la concupiscencia de la carne, los apetitos y las pasiones […]. Los pensamientos deben fijarse en Dios».2 ¿Cuál es esa «espada del Señor»? Es la misma espada descrita en Efesios 6:17: «Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios» (la cursiva es mía). Apreciado lector, nuestra única seguridad hoy y en el futuro es creer en lo que Dios nos reveló mediante las Escrituras. La Biblia ha soportado la prueba del tiempo durante siglos. Las profecías dadas se han cumplido hasta el momento a su debido tiempo, y podemos confiar en que lo que resta también se cumplirá, así como lo revela la Biblia. Podemos «tener buen ánimo», como dice Pablo, porque podemos creer confiados en que todo sucederá como Dios nos lo ha dicho en su Palabra. También hemos recibido, como lo indica Apocalipsis 12:17 y 19:10, el maravilloso don del testimonio de Jesús, que es el Espíritu de Profecía, para guiarnos en estos últimos días de la historia del mundo. En la introducción del tan poderoso libro El conflicto de los siglos, la autora inspirada explica la confiabilidad de las Escrituras, y la importancia del don del Espíritu de Profecía. Escribe: «Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como dotadas de autoridad absoluta y como revelación infalible de su voluntad. Constituyen la regla del carácter; nos revelan doctrinas, y son la piedra de toque de la experiencia religiosa. “Toda la Escritura es inspi-

Nuestra única seguridad hoy y en el futuro es creer en lo que Dios nos reveló mediante las Escrituras.

rada por Dios; y es útil para enseñanza, para reprensión, para corrección, para instrucción en justicia; a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, estando cumplidamente instruido para toda obra buena”» (2 Tim. 3:16).3 Explica entonces que el mismo Espíritu Santo que obró mediante hombres para que escribieran las Escrituras, sigue aún activo, lo que incluye el don del Espíritu de Profecía. Lo animo a leer, o releer, la muy poderosa introducción de El conflicto de los siglos escrito por Elena White.4 Se sentirá inspirado y animado. Al navegar los días futuros, no tenemos por qué preocuparnos. Mientras nos mantengamos enfocados en Jesús, el Autor y Consumador de nuestra fe (Heb. 12:2), creyendo y siguiendo su Palabra, siendo animados e instruidos mediante el Espíritu de Profecía, podemos estar confiados en que llegaremos a nuestro destino final del cielo con seguridad, gozo y paz. Elena White, Testimonios para la iglesia (Doral, Fl.: Asoc. Publ. Interamericana, 1998), t. 8, p. 329. 2 Ibíd. 3 Elena White, El conflicto de los siglos (Doral, Fl.: Asoc. Publ. Interamericana, 2007), p. 11. 4 Todos los escritos de Elena White, incluido El conflicto de los siglos, pueden consultarse gratuitamente en múltiples idiomas en egwwritings.org. 1

Ted N.C. Wilson es presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Se pueden consultar artículos y comentarios adicionales de la presidencia en Twitter: @ pastortedwilson y en Facebook: @ Pastor Ted Wilson.

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Descubramos el Espíritu de Profecía

Las oraciones de la mensajera del Señor Desde las profundidades del pozo de agua viva

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a Biblia registra fielmente las oraciones de patriarcas o profetas como Abraham, Jacob, Moisés, David, Salomón, Jeremías, Pedro, Pablo y, especialmente, Jesús. Vemos un ejemplo de ello en la hermosa oración del Señor en Juan 17. Elena White también fue una persona de oración, lo que representó una parte vital de su experiencia cristiana. Cuando aún era adolescente, Elena cobró el valor de orar públicamente en el hogar de su tío en Portland (Maine). Recordó esa experiencia transformadora con estas palabras: «Mientras oraba, desapareció la pesadumbre angustiosa de mi alma que durante tanto tiempo había sufrido, y las bendiciones del Señor descendieron sobre mí como suave rocío. Alabé a Dios desde lo más profundo de mi corazón».1 Así fue como se llenó de seguridad y confianza en Dios. Esto la llevó a compartir su testimonio con otros adventistas que aguardan el pronto regreso de Cristo. UN TESTIMONIO IMPRESIONANTE

En sus últimos años, la oración siguió siendo un componente indispensable tanto de su experiencia pública como privada. H. M. S. Richards, fundador del ministerio radial 18

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La voz de la profecía, recordó vívidamente una oración que elevó Elena White en una reunión en Boulder (Colorado), cuando él tenía solo quince años: «Estaba sentado a su izquierda, a unos cinco metros. La plataforma tenía unos treinta centímetros de altura […] y ella tenía una gran Biblia, mientras predicaba, dando fielmente el mensaje de Dios». Después de concluir su mensaje, ella y la audiencia se arrodillaron para orar. «Puedo escucharla. No dijo: “Padre nuestro” sino “Oh, mi Padre”. Y a partir de ese momento fue una comunión personal entre ella y su Padre celestial. En un minuto o dos, pareció venir un poder tan grande sobre ese encuentro que lo sentí. Yo era solo un muchacho […], pero sentí ese poder, hasta que tuve miedo de levantar la vista por temor de que Dios estuviera allí a su lado. Ella le hablaba. Se había olvidado de nosotros y estaba en la presencia del Señor […]. Pasó un minuto o dos y se pudo oír que la gente gemía y lloraba por sus pecados. Un tremendo reavivamiento –realmente, un reavivamiento espiritual–, el gran poder de Dios». Richards efectuó entonces una profunda observación: «Cuando predicaba, Dios la bendecía como predicadora.


Las oraciones públicas de la mensajera del Señor produjeron un poderoso cambio en la vida de los que oraron con ella. Pero cuando comenzaba a orar, la honraba como su profeta ante la gente». Las oraciones públicas de la mensajera del Señor produjeron un poderoso cambio en la vida de los que oraron con ella. LAS ORACIONES DE ELENA WHITE

En sus escritos, Elena White se refiere con frecuencia tanto a la oración personal como grupal. El Patrimonio White registra casi cuarenta oraciones, muchas de las cuales fueron elevadas en conexión con un mensaje o sermón que dio. Varias son bastante largas, como la que describió Richards. A continuación, se presentan fragmentos de algunas de sus oraciones. Y aunque contienen un lenguaje de adoración un tanto antiguo, son profundamente personales y tiernas. Durante un mensaje matutino en el Congreso de la Asociación General 1903, oró: «¡Oh, mi Padre, mi Padre! derrite y subyuga nuestros corazones. Esta mañana deseamos entregarnos por completo a ti […]. Ven, Señor Jesús, ven y tómanos así como somos. Danos el manto de tu justicia. Quita nuestros pecados […]. Te amamos, querido Salvador; tú sabes que te amamos. Vemos en ti atractivos sin igual […]. Destierra las tinieblas, desvía los poderes engañadores del enemigo, y que tu voz, tu Espíritu y tu amor lleguen a nuestra alma».3 Al orar en una reunión en 1905 exclamó: «¡Oh, mi Salvador, mi Salvador! ¿Quién es cómo tú? Nadie, nadie puede salvar hasta lo último, como tú. Esta noche nos entregamos a ti».4 Su corazón anhelaba la bendición del Espíritu Santo al orar: «Mi Padre celestial, llénanos de tu Espíritu. Que el Espíritu Santo de Dios descanse sobre nosotros, Salvador mío […]. Ven, Paloma celestial. Oro para que inclines los corazones de los presentes hoy. Queremos ver tu poder de conversión, y queremos sentirte».5 También registró algunas pocas oraciones personales. Son conmovedoras, y revelan la profundidad de su conexión con Dios. Nos acercan al corazón de nuestro Padre, Salvador y Consolador amante. Escribió en su diario: «Me desperté a las tres. Siento la profunda necesidad de entregar mi alma indefensa a Imagen: Lightstock / Anthony Harrison

Jesucristo. Él es mi ayudador. Es mi todo en todo. Soy débil como el agua sin la ayuda del Espíritu Santo».6 En una carta a su hijo Edson, describió cómo había orado: «Señor, ayúdame. Estoy decidida a arrojar mi alma indefensa sobre ti. Satanás es el destructor. Cristo es el Restaurador. Es tu palabra para mí. Procuraré caminar por la fe».7 Para mí, la oración pública más persuasiva de Elena White es una que reiteró en numerosas ocasiones mientras hablaba de Jesús y su sacrificio por nosotros. En su funeral, el pastor G. B. Starr reflexionó sobre sus recuerdos de esa oración: «Creo que jamás he escuchado hablar a otra persona del amor de Cristo, del amor personal, como la escuché a ella. Muchas veces, en grandes congregaciones, la he escuchado pronunciar la expresión [en oración]: “Jesús, te amo; te amo, ¡te AMO!” Algunos aquí lo saben; lo han escuchado; ha cautivado a la audiencia. Hemos sentido la influencia de ese amor por Cristo».8 Estas breves reflexiones sobre la vida de oración y el ministerio de oración de Elena White nos dan una ventana a la realidad de la presencia de Dios en su vida, y la manera en que el Espíritu Santo obró por medio de sus oraciones. «Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo […]. La oración no baja a Dios hacia nosotros, antes bien nos eleva a él».9 Que podamos encontrar una conexión de oración con Dios que sea como agua viva para nuestros corazones secos y sedientos. Elena White, Notas biográficas de Elena G. de White (Doral, Fl.: Asoc. Publ. Interamericana, 1994), p. 42. Transcripción de un recuerdo en video. Patrimonio White. Elena White, 18LtMs, Ms 16, 1903. 4 Ellen White, 20LtMs, Ms 170, 1905. 5 Elena White, 21LtMs, Ms 142, 1906. 6 Elena White, 12 LtMs, Ms 177, 1897. 7 Elena White, 10 LtMs, Lt 114, 1895. 8 G. B. Starr, en Elena White, The Retirement Years, Appendix C, p. 216. 9 Elena White, El camino a Cristo (Boise, Id.: Pacific Press Pub. Assn., 1993), p. 93. 1 2 3

Merlin D. Burt es director del Patrimonio White en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos.

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Fe en acción

El primer adventista que conocí Y jamás olvidé LOU V. MARION, SEGÚN SE LO CONTÓ A VIOLET MARION

Lou V. Marion (fila del medio, extremo derecho) con los que trabajaban en la cocina del Campamento San Sabba Anexo.

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llí estaba, con unas pocas bolsas vacías en la mano y un par de jóvenes que le ayudaban a llevar las provisiones. Al pensar en mi primer encuentro con los adventistas hace muchos años, recuerdo un anciano muy especial. En 1952 tenía solo diecinueve años cuando decidí eludir el servicio militar en Yugoslavia y cruzar la frontera a Trieste, hoy en el extremo noreste de Italia. En ese entonces, la zona libre de Trieste estaba ocupada y gobernada por el Gobierno Militar Aliado. Cuando llegué, había en la ciudad unos diez mil refugiados. Estaban repartidos en cinco campamentos. Después de pasar tres semanas en el Campamento Opicina, a unos diez kilómetros de la ciudad, donde aplicaban todas las vacunas y hacían las revisiones médicas, los refugiados eran reubicados en uno de los otros cuatro campamentos. Los que estaban enfermos eran enviados a Prosecco, que era usado como hospital. Los muchachos solteros eran enviados a una prisión abandonada en la sección antigua de Gesuiti. Los demás eran repartidos entre San Sabba Principal y San Sabba Anexo, en Trieste. Me ubicaron en San Sabba Anexo, el mejor de los campamentos. Allí enviaban a los sanos. Constaba de cuarenta y cuatro barracas donde se alojaban la mayoría de las familias. Allí sentí una bendición de Dios al no ser enviado a la prisión Gesuiti. Después de enterarme de que probablemente llevaría meses o aun años emigrar desde Trieste, mi principal preocupación fue hallar empleo. Tenía alimento y una cama gratuitos, pero no quería estar sin hacer nada. Un mes después de instalarme, se abrió una vacante en la cocina del campamento, y solicité el puesto. No pagaban bien. Me pagaban seis mil liras (unos cuatro dólares) por mes, junto con algunas prendas de vestir. Parecía, sin embargo, que los que estaban dispuestos a trabajar podían emigrar antes. Diez hombres trabajábamos en la cocina, cinco por turno. Alimentábamos a mil cuatrocientas personas de diversas nacionalidades, culturas y religiones. Algo que captó especialmente mi atención fue un grupo de personas que vivía en la Barraca 43. Eran diferentes. No solo se reunían y cantaban juntos los sábados –a diferencia de todos los demás– sino que cocinaban su comida en una pequeña cocina en medio del campamento. Cada mañana, mi compañero y yo llevábamos un gran recipiente con leche desde la cocina principal hasta la puerta de la cocina pequeña. Los viernes llevábamos un contenedor más grande, pero los sábados, no les llevábamos nada. A menudo me preguntaba por qué esa gente vivía en forma diferente a todos los demás. Recuerdo que mi colega me dijo en cierta ocasión que «antes de la última guerra, esas personas eran casi inexistentes, pero ahora crecen como hongos después de las lloviznas de otoño». La cocina principal era el punto de distribución de los alimentos. Dos veces a la semana, un anciano y sus ayudantes recogían las provisiones para la cocina pequeña. Lo que más impresionaba del anciano era su amabilidad. Siempre se acercaba con una sonrisa en el rostro, y siempre se mostraba cortés. Mi colega, que se consideraba religioso, atacaba al anciano con frases desagradables. Pero el anciano permanecía calmo y, con sus respuestas, mostraba cuál de los dos se comportaba realmente como seguidor de Dios. En verdad, ese anciano representó al pueblo de Dios en el lugar y momento más inusuales. No sé dónde terminó, después de que salí de allí, pero aguardo el día de encontrarlo otra vez. Este relato, escrito por mi padre Lou V. Marion,* describe su primer encuentro con un adventista. Fue un encuentro que dejó una impresión Cortesía de la autora


El joven Lou V. Marion en su motocicleta en un lugar no identificado de Australia.

Lou y Rosa Marion en los Jardines Botánicos de Melbourne a fines de la década de 1960.

indeleble en su mente. Fue una semilla sembrada por un creyente fiel. Desde este campamento, a mediados de la década de 1950, mi padre emigró a Australia. De joven viajó por el país y trabajó en tareas diversas, hasta que se estableció en Geelong. Conoció a otros adventistas que regaron la semilla, y finalmente fue bautizado en la iglesia adventista Seddon en Melbourne, a unos kilómetros al noroeste de Geelong. Allí conoció a Rosa, mi madre. Mi padre enfrentó muchos desafíos durante su vida, pero siguió siendo fiel siervo de Dios hasta su muerte en agosto de 1994. Aguardo el día –que creo, será pronto– cuando pueda ver a los dos nuevamente. Anhelo también encontrarme cara a cara con mi precioso Salvador y Padre celestial en el eterno hogar. Hasta entonces, oro para que sigamos siendo representantes fieles y verdaderos de nuestro Padre celestial, no importa en qué circunstancias nos encontremos. «Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante» (Heb. 12:1, NVI). Este relato personal fue editado ligeramente por cuestiones de claridad.

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Después de las tensiones entre Yugoslavia y la Unión Soviética, a comienzos de la década de 1950, Lou V. Marion, de Yugoslavia, emigró y vivió el resto de su vida en Australia. Su hija Violet reside en Heidelberg, Victoria, Australia.

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Reseña bibliográfica

El corazón de la misión A. L. Chism, D. J. B. Trim y M. F. Younger, “We Aim at Nothing Less Than the Whole World”: The Seventh-day Adventist Church’s Missionary Enterprise and the General Conference Secretariat, 1863-2019 «El objetivo es el mundo: La empresa misionera adventista y de la Secretaría de la Asociación General (1863-2019)» (Silver Spring: General Conference of Seventh-day Adventists, 2021), 312 páginas, reseñado por Ronald Kuhn, director asociado del Instituto de Misión Mundial.

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ara fines de 2022, se espera que la población mundial alcance los increíbles ocho mil millones de personas. Llegar a todo el mundo con el evangelio de Cristo es, en términos humanos, una tarea ambiciosa e imposible, más aún si consideramos que la Iglesia Adventista cuenta con una feligresía relativamente pequeña, de unos veintidós millones. En este libro, los tres autores analizan la historia de los emprendimientos misioneros de la secretaría y la Asociación General entre 1863 y 2019, evaluando las decisiones y votos tomados. El libro es acaso la descripción más exacta de la historia de la Asociación General en los últimos ciento cincuenta años en términos de misión intercultural al mundo. Se basa en sólidas evaluaciones estadísticas, con una comprensión equilibrada de los aspectos ocultos que la mayoría de las personas podría desestimar al analizar los datos. Una de las razones del libro fue evaluar «si las prioridades actuales del programa de Servicio de Empleados Internacionales son las mismas que las del programa de envío de misioneros de la Iglesia Adventista de hace más de cien años» (p. xvii). Los autores ofrecen valiosa información histórica que muestra el progreso y las tendencias pero que, más importante aún, revela algunos desafíos. «En años recientes, las prioridades han cambiado», y la iglesia tiene que enfrentar esos cambios para llegar a los no alcanzados y obtener mejores resultados. El libro está organizado en dos partes. La primera brinda una visión general histórica de la empresa misionera, con estadísticas que ayudan a que el lector reconozca tendencias y patrones. Define qué es un misionero y el papel de la estructura administrativa. También señala que, con el crecimiento, llegan desafíos tales como la «medicalización» y burocratización. La Segunda Parte se enfoca en la estructura de la historia misionera de la Secretaría de la Asociación General. El Capítulo 7 analiza las tendencias de los últimos setenta años, destacando que, con el crecimiento y la expansión geográfica de la obra organizada de la iglesia y su demanda de mayor supervisión, el número de misioneros disminuyó significativamente. Asimismo, se volvió insuficiente el tiempo dedicado a planificar y promover la misión. Hay miles de millones de personas que aún no han escuchado las buenas nuevas de salvación en Cristo. Como lo señalan los autores, la iglesia «no tiene por qué festejar […]. Este libro es un llamado a la acción; 22

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más aún, un llamado urgente a cambiar la trayectoria y adoptar muchos elementos de la visión temprana enfocada en la misión» (p. 248). A pesar del tremendo crecimiento del último siglo, «tanto el número real de misioneros interculturales involucrados en la misión de alcanzar a los no alcanzados como la proporción de feligreses que representan han caído vertiginosamente» (ibíd.). El libro llama a la urgente implementación de sistemas, estructuras y procesos menos burocráticos que fomenten la innovación y una renovada pasión por la misión intercultural. Esto solo será posible si la organización actúa de manera deliberada, bajo la conducción del Espíritu Santo. Un ejemplo de esas posibilidades fue la creación de «I Will Go», un movimiento desde las bases, liderado por estudiantes de la Universidad Adventista del Plata en Argentina. Como resultado de ese despertar misionero, se han enviado cientos de estudiantes y voluntarios a muchos países para servir en muchos proyectos y zonas no alcanzadas. Una imagen habla mil palabras, y este libro, en mi opinión, es la mejor imagen de la empresa misionera de la Iglesia Adventista. Debería ser leído por todos los administradores, misioneros, docentes, estudiantes, y por los interesados en la misión intercultural. Es una evaluación de lo que la iglesia hizo bien y de lo que necesita ser cambiado, revisado o mejorado.


Voces jóvenes

Sostén mi mano

A

unque disfruto del senderismo y he subido a algunas montañas, hay una cumbre en particular que quería escalar desde que era niña. Los líderes de Conquistadores suelen organizar una excursión a ese lugar, que puede servir para completar los requisitos de Guía Mayor. Hace unos meses, fuimos allí con un grupo de amigos de la iglesia. Ellos habían estado entrenando, por lo que comenzaron a subir sin esfuerzo. Yo no estaba en buena forma, y llevaba peso extra en la mochila. Sabía de los desafíos de escalar y la Después de importancia de estar bien entrenada. Pero allí estaba: no había hecho caso a los consejos, y cruzar un arroyo ahora sufría las consecuencias. (¿Te ha pasado y tomarnos eso alguna vez?) Cada paso que daba, me costaba más y más respirar. Me dolían todos un pequeño los músculos. Los esfuerzos físicos y mentales descanso, me me estaban costando caro, y pensé cómo se aplicaba todo esto a mi vida espiritual. senté sobre una Al pasar junto a unas cuevas y ver las roca, totalmente colinas junto al camino, procuré distraerme pensando en la experiencia de algunos indefensa. personajes bíblicos. Finalmente llegamos a la cima. Habíamos pensado que era difícil, pero lo más difícil fue descender. Gracias a la preparación previa, a mis amigos no les resultó tan complicado. Mi rodilla derecha, sin embargo, tenía una historia distinta que contar. Creo que me la lesioné en el ascenso, y al bajar sentía un intenso dolor. A pesar de ello, seguí caminando con obstinación, diciendo: «Estoy bien». Pero llegó el momento en que ya no lo pude esconder, y entre el grupo se distribuyeron el contenido de mi mochila, para que yo pudiera estar más aliviada. También me vendaron la rodilla, lo que alivió el dolor. Fui rengueando por diez kilómetros, tragándome el orgullo herido.

Después de cruzar un arroyo y tomarnos un pequeño descanso, me senté sobre una roca, totalmente indefensa. Sentía que era una carga para el grupo, y luchaba con la culpa. Antes de comenzar la travesía, había orado para tener un encuentro especial con Dios, para que me sanara de un dolor emocional con el que había luchado los últimos meses, y para que me mostrara qué cosas debía mejorar. Me di cuenta de que la lista era más larga de lo esperado, pero las lecciones aprendidas me llenaron de devoción. Cuando íbamos descendiendo la empinada pendiente, los compañeros de travesía se turnaban para ayudarme en cada paso. Iban literalmente sosteniendo mi mano, para que no cayera. Me recordó el himno que dice «Mi mano ten», y me consoló saber que Jesús caminaba a mi lado y usaba a mis amigos como instrumentos para responder mis oraciones. Mi actitud cambió cuando vi las cosas desde esa perspectiva. A veces lucho con la vergüenza y siento que tengo que mostrar una versión refinada de mi vida cristiana, sobre la base de mi propio concepto de perfección (que a menudo difiere del de la Biblia). Mis amigos me ayudaron a comprender que está bien mostrarse vulnerable y aceptar ayuda para lo que no podemos hacer por nuestra cuenta. Lo que más importa no es que seamos confiables o no, sino que no olvidemos que Dios sí lo es, y que él confía en que llegaremos a la meta. Esta adaptación de 2 Corintios 12:9 resume bien mi experiencia en esa excursión: Una vez más, su gracia me bastó, porque su poder se perfeccionó en mi debilidad.

Carolina Ramos estudia traducción, enseñanza de inglés y educación musical en la Universidad Adventista del Plata en Argentina.

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Devocional

La cruz sigue en pie

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iense en esta escena dentro de una casa funeraria: una familia doliente reunida alrededor del féretro de un ser querido. La cámara captura las líneas de dolor en sus rostros; el dolor es desgarrador; las lágrimas fluyen libremente. Se los ve sin esperanza alguna, abandonados y solos. Hasta parece que Dios los ha dejado. Entonces la cámara se aleja unos pasos y capta la misma escena. Pero desde ese ángulo más amplio, vemos más que tan solo una familia doliente. Vemos el muro detrás de ellos. Y allí, colgado, hay un cuadro de Jesús con sus brazos extendidos, que mira con amor y compasión a los deudos. No están solos, dice Jesús. Aunque anden por el valle de sombra de muerte, estoy con ustedes (ver Sal. 23:4). CUANDO TODO LO DEMÁS DESAPARECE

Cuando golpea la tragedia, es fácil enfocarnos tanto en la pérdida, que no reconocemos que Dios aún está con nosotros. Cuando todo lo demás desaparece, Dios sigue allí. Nadie comprendió esto mejor que Job. En una sola tarde, perdió todo: su salud, riqueza, hijos y amigos. Hasta su esposa se le volvió en contra: «¡Maldice a Dios y muérete!», le dijo (Job 2:9). ¿Pero qué hizo Job? «Entonces Job se levantó, rasgó su manto y se rasuró la cabeza; luego, postrado en tierra, adoró» (Job 1:20), y bendijo el nombre del Señor. ¿Qué le dio fuerzas? La respuesta se encuentra en Job 19:25. Job dijo: «Yo sé que mi Redentor vive, y que al fin se levantará sobre el polvo». Note dónde está su énfasis. No en lo que ha perdido, sino en lo que permanece. Todo ha desaparecido, pero Dios permanece. La lección para nosotros: Si en medio de todas nuestras pruebas, nuestra fe en Dios permanece intacta, entonces, al igual que Job, tenemos un fundamento sobre el cual reconstruir. 24

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Imagen: Aaron Burden


SE LEVANTA LA SOMBRA DE UNA CRUZ

Entendí esta verdad de la manera más dramática. La congregación Reaching Hearts adquirió un terreno en la zona de Laurel (Maryland, EE. UU.), en el que planeábamos construir un templo. En el medio de la propiedad había una casa vieja que convertimos en un edificio multipropósito. Entonces, el viernes 18 de mayo de 2007 por la noche, un fuego misterioso destruyó el edificio. Los testigos informaron que a medida que el fuego se propagaba, creó un inmenso hueco en la sección media del edificio. Las dos paredes de los extremos eran de ladrillo y quedaron de pie, pero el resto del edificio terminó completamente destruido. En la gran abertura creada por el fuego, se levantó la sombra de una cruz. Sucedió que alguien había plantado una cruz de madera detrás del edificio, solo unos días antes. Y ahora, mientras columnas de humo espeso y negro se alzaban en el cielo nocturno, la cruz sobresalía. Inmediatamente vinieron a mi mente las palabras de un viejo himno de John Bowring: «Me glorío en la cruz de Cristo, que se alza sobre las ruinas del tiempo». En esa fatídica noche, la cruz se alzó como centinela por sobre los despojos ardientes de lo que fuera una vez nuestro lugar de reuniones. En la noche del fuego, lo único que quedó intacto fue la cruz; todo lo demás se tornó en cenizas. Desde el fuego, Dios nos habló con claridad. He aquí cuatro lecciones que sacamos de esa experiencia: 1 No pongamos nuestra confianza en tesoros terrenales. Un día, puede que sea hoy, todo podría desaparecer. En la noche del incendio, solo quedó la cruz. Aferrémonos entonces a la cruz. Es el lugar más seguro. 2 Que nada se interponga entre nosotros y la cruz. La casa que se

quemó era usada para reuniones de oración, de grupos pequeños, juntas y sesiones de planificación. Eran muchas actividades buenas, pero humanas. Desafortunadamente, a menudo se percibe la religión de esa manera: lo que hacemos para Dios. Sin embargo, en medio de toda nuestra actividad afiebrada por Dios, la cruz quedó relegada. Desde el fuego Dios nos habló con claridad: «Quiero estar al frente y al centro de la vida de la congregación. La cruz debería estar en el frente, no detrás de un edificio donde nadie la puede ver». Por más importante que sea la actividad humana, jamás tenemos que olvidar que el cristianismo es en primer lugar una religión de la cruz; es la historia de lo que Cristo ha hecho por nosotros. Ese mismo sábado de noche, sacamos la cruz de detrás del edificio quemado y la colocamos frente al camino Brooklyn Bridge, al frente de nuestra propiedad. Pero hay más. 3 Dios está más cerca de lo que pensamos. Desde la cruz Jesús clamó: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» (Mat. 27:46). No obstante, Dios usa la cruz, el símbolo último de la separación, la alienación y el abandono, para ganarnos otra vez para sí. La cruz es la llegada más profunda del cielo a la existencia humana. Fue allí que Cristo soportó el dolor de la separación del Padre, para que ya no tengamos que estar separados de Dios. Es debido a la cruz que nuestro Salvador puede decirnos en momentos de profundo dolor y angustia: Sé cómo te sientes; he estado allí, y voy a caminar contigo a cada paso. 4 Servimos a un Dios que puede levantarnos de las cenizas y darnos un nuevo comienzo. La cruz continuó allí en el camino Brooklyn Bridge junto a los despojos carbonizados del viejo edificio. Un año después, el condado nos ordenó demoler el edificio y

Desde el fuego, Dios nos habló con claridad.

retirar los escombros. Con el tiempo, toda la zona se cubrió de césped y, con él, desapareció todo recuerdo de la vieja casa. Durante más de una década después del incendio, la cruz continuó su solitaria vigilia guardando nuestra propiedad. Si hoy pasara por allí, vería un milagro de la gracia redentora de Dios: la hermosa iglesia adventista Reaching Hearts, que se levanta literalmente por sobre las cenizas del viejo edificio destruido. LA CRUZ AÚN ESTÁ ALLÍ

Hoy, la cruz aún está allí, ya no junto al solitario camino, sino detrás del púlpito del nuevo templo. Es un recordatorio constante de la fidelidad de Dios con su pueblo. El Dios que creó este mundo de la nada llegó hasta nosotros. Puede hacer lo mismo por usted, no importa cuán quebrantada y arruinada esté su vida.

Pratap Gopala Rao es un profesional de laboratorios clínicos ya jubilado. Es anciano de iglesia en la iglesia adventista Triadelphia, en Clarksville, Maryland, Estados Unidos.

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Respuesta a preguntas bíblicas

¿Descanso sin adoración?

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Un guardador del domingo me dijo que dado que, en la Biblia, el sábado era día de descanso, no de adoración, el sábado halló su cumplimiento en nuestro descanso en la gracia de Cristo, lo que hace que sea innecesario guardarlo hoy. ¿Es bíblicamente correcto ese argumento? Los argumentos que usted ha resumido son usados por la mayoría de los cristianos evangélicos y los católicos para sostener que los cristianos ya no necesitan descansar en un día específico. Agregan que escogen adorar, no descansar, en domingo, añadiendo que era imposible para los cristianos en la sociedad romana tener un día de descanso. Aquí se presentan tres conceptos claves que señalan otra cosa. EL SÁBADO ES UN DÍA DE DESCANSO Y ADORACIÓN

Está claro que el sábado era un día de descanso como recordatorio del reposo de Dios en la creación (Éx. 20:8-11; Gén. 2:1-3). Pero no es correcto afirmar que no era un día de adoración. En primer lugar, al desconectar el sábado de la adoración, se torna un día secular en el cual las personas se toman simplemente el día libre para quedarse en la casa. Esa comprensión secular del tiempo es desconocida en la Biblia. En segundo lugar, la Biblia conecta estrechamente el descanso con la adoración. Éxodo establece claramente que el sábado era un día de descanso (20:8-10) y entonces ofrece la razón por la cual considerarlo un día de adoración: Es un día para recordar al Creador que lo bendijo y lo santificó (vers. 11). En Deuteronomio, el sábado es un día de descanso (5:13, 14) y un día de adoración en el cual se nos llama a recordar nuestra redención (vers. 15). Recordar a nuestro Creador y la redención es el centro mismo de la adoración bíblica. EL SÁBADO ES SIEMPRE UN DÍA DE DESCANSO Y ADORACIÓN

La convicción de que el descanso sabático fue puesto de lado cuando Cristo lo cumplió carece de sustento 26

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bíblico. Ningún pasaje bíblico muestra que Cristo anticipó poner de lado el sábado. De hecho, anticipó que sus seguidores guardarían el cuarto mandamiento (por ej., en Mat. 24:20). Para Jesús, el sábado no era tan solo un día de descanso sino particularmente un día de adoración, durante el cual señaló a su Padre como Dios misericordioso y amante. Aun el mismo Antiguo Testamento anticipó la permanencia del cuarto mandamiento. Isaías describió el sábado como día de comunión con el Señor (Isa. 58:13, 14). Señaló el tiempo escatológico, cuando el Señor creará nuevos cielos y tierra nueva, citando las palabras del Señor: «“Y de mes en mes, y de sábado en sábado, vendrán todos a adorar delante de mí”, dice Jehová» (66:23). No debería ignorarse la combinación bíblica de descanso y adoración durante el sábado y la universalización del mandamiento. EL SÁBADO IMPLICÓ DESCANSO Y ADORACIÓN PARA LOS PRIMEROS CRISTIANOS

Se ha aducido que, en la sociedad romana, tener un día de descanso era prácticamente imposible; pero no fue así. Las evidencias históricas que tenemos demuestran que el sábado judío era tan conocido en todo el imperio que muchos no judíos descansaban en sábado, quizá por motivos supersticiosos.1 El Nuevo Testamento muestra que había guardadores del sábado entre los gentiles, llamados «temerosos de Dios» (véase Hech. 10; 13:16; 17:4). Se beneficiaban de los derechos que el gobierno romano otorgaba a los judíos, para descansar y adorar en sábado.2 Por ello, carece de sustento afirmar que, en la sociedad romana, era imposible guardar el sábado como día de descanso y adoración. Descansar en Cristo no es incompatible con guardar el sábado, porque es un recordatorio de su obra de redención, que llena nuestro corazón de amor y nos mueve a inclinarnos ante él en adoración. Véase Victor A. Tcherikover, «The Sambathions», en Corpus Papyorum Judaicurum (Cambridge: Harvard University Press, 1964), 3:43-53. 2 Véase Irina Levinskaya, «Godfearers», en The New Interpreter’s Dictionary of the Bible, ed. Katharine Doob Sakenfeld, 5 tomos (Nashville, TN: Abingdon, 2007), 2:619-620. 1

Ángel Manuel Rodríguez se ha jubilado después de trabajar como pastor, profesor y teólogo.


Salud y bienestar

La salud del cerebro Los hábitos de estilo de vida pueden hacer la diferencia Tengo 30 años y he visto que dos de mis abuelos han luchado con la pérdida de memoria desde los 65 años, lo que terminó siendo Alzheimer. Estoy preocupado por mí, pero leí que en algunos países hay medicamentos que pueden reducir o revertir la disfunción y el deterioro cognitivos. ¿Puedo esperar una cura cuando yo la necesite?

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l deterioro cognitivo (la capacidad disminuida de procesar pensamientos) afecta la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, los cálculos, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. No afecta la percepción. La demencia puede estar precedida de pérdida de motivación, cambios de humor y pérdida de control emocional. La enfermedad de Alzheimer es el tipo más común de demencia (60 a 70% de las afecciones de disfunción cognitiva), y afecta mayormente a la población mayor. La demencia es común, con unos diez millones de nuevos casos por año, y más de cincuenta millones sufren de demencia en el mundo. Más del sesenta por ciento de esas personas viven en países de bajos y medianos ingresos, donde no es fácil conseguir los medicamentos más nuevos y costosos. Además del Alzheimer, otros tipos de demencia incluyen la de cuerpos de Lewy, la degeneración del lóbulo frontal, la demencia por accidente cerebrovascular, infecciones como el HIV, lesiones cerebrales repetidas y deficiencias nutricionales.¹ Se están desarrollando medicamentos que muestran una eficacia limitada a la hora de frenar la progresión del Alzheimer. Por ahora no existe un tratamiento curativo. Hay buenas noticias, sin embargo, para todos, pero en especial para alguien de treinta años. Hay una manera poderosa de proteger el cerebro mediante un estilo de vida saludable. El mensaje y estilo de vida adventistas de salud han promovido hábitos saludables por muchos años. El doctor Rudolph Tanzi, un neurocientífico en el Centro McCance de Salud del Cerebro en el Hospital General de Massachusetts, resumió hace poco los hábitos saludables que promueven y preservan la salud del cerebro.² Esas prácticas ayudan a prevenir otros problemas relacionados con la edad como la diabetes, el cáncer y las afecciones cardíacas. Preste atención a lo que él enumera: Dormir: Duerma siete a ocho horas por noche, dándole tiempo al cerebro de eliminar la beta-amiloide, una proteína tóxica. Manejar el estrés: Camine en la naturaleza o dedíquese a su pasatiempo favorito. Como base, confiamos en Dios, oramos y estudiamos su Palabra. Interactúe con amigos: Al menos una vez al mes, reúnase y pase tiempo con amigos o familiares cercanos de confianza. Haga ejercicio todos los días: Camine de cinco a diez mil pasos por día, o haga ejercicio durante treinta minutos todos los días. Imagen: Katarzyna Grabowska

Aprenda algo nuevo: Lea libros de no ficción; pruebe una nueva receta. Es así como hacemos nuevas conexiones (sinapsis) en el cerebro. Coma bien: Ingiera alimentos saludables todos los días (recomendamos una dieta vegetariana equilibrada). «El aire puro, el sol, la abstinencia, el descanso, el ejercicio, un régimen alimenticio conveniente, el agua y la confianza en el poder divino son los verdaderos remedios. Todos debieran conocer los agentes que la naturaleza provee como remedios, y saber aplicarlos».³ Los cambios de estilo de vida necesitan ser incorporados de manera deliberada a la vida diaria.⁴ Decida enfocarse en un hábito por día hasta que, en último término, pueda enfocarse cada día en todos. Y no olvide tomar «el escudo de la fe» y orar «en el Espíritu en todo momento» (Efe. 6:16, 18, NVI). Dios fortalecerá su resolución. ¡Él es fiel! https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/dementia https://www.massgeneral.org/neurology/mccance-center/clinic/shield Elena White, El ministerio de curación (Mountain View, Calif.: Pacific Press Pub. Assn., 1959), p. 89. 4 https://www.healthministries.com/celebrations/; https://www.healthministries. com/lifestylecoaching/ 1 2 3

Peter N. Landless es cardiólogo nuclear certificado y director de Ministerios Adventistas de Salud de la Asociación General. Zeno L. Charles-Marcel es especialista certificado en medicina interna y director asociado de Ministerios Adventistas de Salud de la Asociación General.

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Dios y Marvin

C ¿Puedo contarle una historia? DICK DUERKSEN

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uando Marvin conducía su camión con acoplado gigante hasta el pueblo, bebía una docena de cervezas por día y gastaba trescientos dólares por semana en cocaína. Nada le salía bien. Lo que más le molestaba era la voz en su cabeza, que le seguía diciendo que tenía que arreglar las cosas con Dios. «Dentro de mí estaban pasando tantas cosas –cuenta–. Había estado bebiendo desde el séptimo grado, y ahora sufría mareos, ataques de ansiedad, comía muy mal, y una voz insistía en que tenía que arreglar las cosas con Dios». «Si es tan importante para mí, ¿por qué no lo acepto?», le preguntaba Marvin a la voz. *** A los 30 años, sintió que ya no podía más. Se detuvo, miró y dijo: «Dios, ya no puedo vivir de esta manera. Tienes que hacer algo. Tengo que cambiar algo en mi vida. Ya no puedo seguir así». El correo de ese día le trajo una invitación a una campaña de evangelización de la Iglesia Adventista. Leyó el folleto y pensó que acaso Dios le estaba ofreciendo un camino para dejar su vida desastrosa. Esa noche lo despertó un sueño. Soñó que estaba cantando «Sublime gracia» con muchas personas. Cantaba con todo su corazón. Sabía el comienzo, pero las personas estaban cantando la segunda

estrofa, ¡y él no sabía la letra! Marvin se despertó presa de pánico. «Quería cantar –cuenta–. Tenía tantas ganas de cantar, ¡pero no sabía la letra!» Marvin fue a la Iglesia Adventista y se sentó del lado izquierdo, a cinco filas del fondo. La primera noche, el evangelista hizo que todos cantaran «Sublime gracia». Solo la primera estrofa. La segunda noche, la cantaron otra vez. La tercera noche, el evangelista dirigió al grupo para que cantaran las cuatro estrofas, con la letra en la pantalla. «Todos cantábamos, y en la segunda estrofa, yo cantaba como había querido hacerlo en el sueño. Su gracia me enseñó a temer, mis dudas ahuyentó. ¡Oh, cuán precioso fue a mi ser cuando él me transformó!» Marvin cantó todas las estrofas y entonces se sentó, mientras una vocecita le hablaba: «Sigue asistiendo; hay todavía más. Sigue asistiendo». Marvin no se perdió ninguna de las reuniones, y al final de ellas, fue bautizado. «Tenía una nueva vida, una razón para vivir mejor. Diferente. Ahora le pertenecía a Dios». *** Marvin sabía que tenía que cambiar muchas cosas. Dejó de beber y abandonó las drogas. Comenzó a leer la Biblia y aprender más y más sobre la vida cristiana. Para llevar registro de todo lo que iba Fotografía: Dick Duerksen


aprendiendo, necesitaba organizar sus archivos. Por eso, se compró un archivo donde colocar carpetas y divisores. Entonces añadió secciones con colores para encontrar fácilmente los diversos temas que iba estudiando. «Entonces decidí que necesitaba etiquetas autoadhesivas para colocarlas en las carpetas. De esa manera, haría las cosas como un profesional». Fue a la librería, compró lapiceras y papel, pero olvidó las etiquetas. Fue cuatro o cinco veces por otras cosas y siempre olvidándose de lo más importante de la lista. «Estaba tan frustrado y enojado conmigo mismo, seguro de que yo era un tremendo fracaso, que le grité a Dios. Le dije a los gritos que esas etiquetas eran importantes para mí, por lo que deberían importarle a él también, porque yo era importante para él. Dije: “No sé cómo me las vas a proveer o de dónde vendrán, pero sé que de algún lado me las vas a dar”. Listo. Ya no saldré a buscarlas». Una semana o dos más tarde, Marvin estaba en su camión junto a un camino, completando los formularios de una entrega que acababa de hacer, cuando un gran camión dio la curva delante de él a toda velocidad. Al pasar, una de las puertas del costado se abrió y voló un paquete hasta la acera. «Corrí para avisarle, pero así como había aparecido, desapareció. Ni siquiera llegué a ver el nombre en el costado del camión. Cuando miré para ver qué se había caído, descubrí que era una caja de etiquetas autoadhesivas para carpetas de archivo. Casi pude escuchar que los ángeles se regocijaban mientras yo levantaba el paquete». —¿Por qué Dios puede interesarse en etiquetas autoadhesivas? –pregunté a Marvin. —Esto es lo que yo sé –me dijo–. No hay nada demasiado pequeño para Dios. Él lo sabe todo, y quiere que le contemos aun nuestros problemas más pequeños; por ejemplo: necesito etiquetas autoadhesivas. Imagine esto: Dios se interesa tanto que él dedicó parte de su día para hallar un camión, colocar las etiquetas cerca de la puerta y hacer que el conductor vaya demasiado rápido cuando dobla

la esquina donde está Marvin. Él quiere que sepamos que escucha incluso la oración más pequeña. Aún más, quiere que las personas, que muchas personas, le cuenten sus necesidades y le pidan que se involucre activamente con mínimos aspectos de sus vidas. Quiere que sepamos que él está listo para que se lo pidamos. *** En 2007, Marvin y su esposa adventista Lynda estaban pensando en tener hijos. Era una decisión importante. Varias veces al día se lo comentaban a Dios, pidiéndole sabiduría. Por esos días, el auto viejo que tenían se descompuso, y compraron un nuevo Honda. Cuando lo buscaron en la concesionaria, el vendedor les dijo que debían ir al Departamento Automotor a unas cuadras de allí para conseguir una nueva patente. «No hace falta que esperen tres meses para que les llegue por correo», les dijo. Marvin fue hasta la oficina, entregó los documentos, y aguardó para recibir su nueva patente. «Tiene mucha suerte», dijo la empleada al darle la patente. Varios en la fila también notaron el número. Era: «515 DAD» (Mayo, 15, papá). «¡Qué bueno que son suyas! –le dijo un hombre–. Yo ya tengo tres hijos. ¡Espero que sea un varón!» El hijo de Marvin y Lynda nació nueve meses después, exactamente el 15 de mayo. Parece que Dios sigue usando extrañas maneras de hablarle a Marvin. Como esa noche en que él y su hijito de 3 años, Billy, caminaban juntos. De pronto, Billy se detuvo, miró hacia arriba, y dijo: «Papi, Jesús viene pronto». «Me dejó atónito –dice Marvin–. Lloré porque su certeza me hizo pensar en mi vida, mi familia y el regreso de Cristo. Fue un gran recordatorio de que algunas cosas son más importantes que otras. Un golpe repentino para recordarme que tengo que pasar más tiempo con Dios. Es interesante cómo Dios se esfuerza tanto por buscar a los pecadores vagabundos para llevarlos hasta el hogar».

Editor Adventist World, es una publicación periódica internacional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Su editor es la Asociación General, División de Asia-Pacífico Norte de los Adventistas del Séptimo Día®. Editor ejecutivo/Director de Adventist Review Ministries Bill Knott Director de la publicación internacional Hong, Myung Kwan Comisión de coordinación de Adventist World Si Young Kim, presidente; Joel Tompkins; Hong, Myung Kwan; Han, Suk Hee; Lyu, Dong Jin Editores/Directores asociados, Adventist Review Ministries Lael Caesar, Gerald Klingbeil, Greg Scott Editores en Silver Spring (Maryland, EE. UU.) Sandra Blackmer, Wilona Karimabadi, Enno Müller Editores en Seúl (Corea del Sur) Hong, Myung Kwan; Park, Jae Man; Kim, Hyo-Jun Director de plataformas digitales Gabriel Begle Gerenta de operaciones Merle Poirier Coordinadora de evaluación editorial Marvene Thorpe-Baptiste Editores invitados/Consultores Mark A. Finley, John M. Fowler, E. Edward Zinke Gerenta financiera Kimberly Brown Coordinadora de distribución Sharon Tennyson Consejo de dirección Si Young Kim, presidente; Bill Knott, secretario; Hong, Myung Kwan; Karnik Doukmetzian; Han, Suk Hee; Gerald A. Klingbeil; Joel Tompkins; Ray Wahlen; Ex-officio: Paul Douglas; Erton Köhler; Ted N. C. Wilson Diseño y dirección artística Types & Symbols A los colaboradores: Aceptamos el envío de manuscritos no solicitados. Dirija toda correspondencia a 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600, EE. UU. Número de fax de la oficina editorial: 1 (301) 680-6638 E-mail: worldeditor@gc.adventist.org Sitio Web: http://www.adventistworld.org/ A menos que se indique lo contrario, todas las referencias bíblicas pertenecen a la versión Reina Valera. Revisión 1995. Usada con autorización. Adventist World es publicada todos los meses e impresa simultáneamente en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Brasil, Corea del Sur, Estados Unidos, Indonesia, México y Sudáfrica. Vol. 18, No. 5

Dick Duerksen es un pastor y narrador que vive en Portland, Oregón, Estados Unidos.

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Fe en crecimiento

Páginas infantiles

¡Lo hizo un niño como tú!

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ra un sábado típico en la clase de Primarios. Mi asistente y yo estábamos acomodando las sillas y organizando los materiales de la lección. Saludé a los niños que llegaban a la sala. Antes de no mucho, noté que Ritchie entró corriendo, casi atropellando a un muchachito menor. Ritchie era más grande y ruidoso que cualquier otro niño de la Escuela Sabática. Los demás solían imitar su conducta, y las niñas se mostraban molestas cuando este muchachito interrumpía. Como era su costumbre, Ritchie comenzó a molestar 30

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al que estaba a su lado, inmediatamente después de la primera oración, y siguió dando puntapiés a una silla mientras contábamos el relato misionero. Durante el estudio de la lección, imitó el rugido de un león para acompañar las oraciones de Daniel en el foso. Decidí que intentaría algo distinto, y le pregunté si le gustaría dirigir el servicio de cantos el siguiente sábado. Esperaba que al estar involucrado en las actividades, se comportaría mejor, al menos por un rato. Los ojos de Ritchie mostraron sorpresa ante

mi pregunta, pero no dudó. —¿Puedo estar a cargo de todo el programa? –preguntó. —Bueno… –respondí sorprendida–. Dudé, porque no estaba segura de que fuera una buena idea. Pero hablamos de los planes para la Escuela Sabática. Prometí llamarlo para ver cómo iba armando el programa. A mitad de semana cuando lo llamé, ya tenía todo listo. El sábado por la mañana, cuando yo caminaba hacia la clase, escuché música. ¿Provenía de la clase de Primarios? Sí, Ritchie ya estaba allí, y había puesto música. «Son mis canIlustración: Xuan Le


SANDRA J. BALLI

Actividades: Haz una lista de cuáles son tus dones. ¿Tienes habilidades para la música, los deportes, las artes o para socializar?

Ahora, haz una lista de las maneras en que puedes usar esos dones para contribuir a la iglesia, la escuela, tus grupos de amigos y tu vecindario.

Ahora anota cómo piensas llevar ese plan a la acción.

Por último, ¡cuéntanos tu experiencia! Envía un correo electrónico a kidsview@ adventistreview.org y cuéntanos qué piensas hacer (o ya has hecho), y cómo te fue.

Tesoro bíblico «Esfuérzate para poder presentarte delante de Dios y recibir su aprobación. Sé un buen obrero, alguien que no tiene de qué avergonzarse y que explica correctamente la palabra de verdad». 2 Timoteo 2:15 – NTV

ciones de sábado favoritas –dijo sonriendo–. Creo que a los chicos les gustarán». Ese día, la Escuela Sabática anduvo bien. Todos cantaron con la música de Ritchie. Había hecho arreglos para que uno de los maestros brindara una lección práctica de la naturaleza. Su madre contó el relato misionero, y nos dividimos en grupos para la lección. Después de la Escuela Sabática, le dije: «Ya estás usando tus talentos para servir a Jesús». Él sonrió y dijo que era mucho trabajo, pero que también era divertido hacerlo. Ritchie no se ofreció otra vez de voluntario, pero después de ese

día, su conducta cambió. Llegó a ser líder de los menores en lugar de una distracción. Pocos meses después, pasó a la siguiente división. Descubrí que extrañaba el entusiasmo de Ritchie, y acaso también sus imitaciones de animales. En un libro llamado Obreros evangélicos, en la página 223, la escritora Elena White señala que «en nuestras iglesias, se necesitan los talentos juveniles, bien organizados y preparados. Los jóvenes harán algo con sus rebosantes energías». Ritchie ahora ya es grande. Hace poco lo vi recibir su título universitario con el mismo entu-

siasmo que mostraba hace años en la Escuela Sabática. Me sentí feliz de que hubiera usado sus dones de liderazgo para Cristo, tanto de niño como ahora de grande. Y me sentí feliz de haberle dado una oportunidad en esa ocasión hace ya años.

Este relato apareció en KidsView en Julio 2008.

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Reavivamiento

Y REFORMA

Lea escritos inspirados. Aprenda a orar con poder. Equípese para testificar. Encuentre recursos prácticos para su vida espiritual. www.revivalandreformation.org

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