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En 2021, la misión exige creatividad, dicen los líderes
Andrew McChesney, Misión Adventista
En Concilio de Liderazgo, se analiza cómo avanzar en tiempo de pandemia.
¿Debería la Iglesia Adventista adquirir un satélite para asegurarse de proclamar el evangelio en los últimos días? ¿Son las llamadas de videoconferencia por Zoom el futuro de la misión en medio de la pandemia del Covid-19? ¿Deberíamos los adventistas actuar de manera más deliberada a la hora de subir videos a YouTube, sabiendo que estas voces pueden ser escuchadas en todo el mundo aun cuando estén durmiendo o después de que pasen al descanso?
Esos fueron algunos de los temas que presentaron los líderes de la iglesia mundial durante una conferencia de liderazgo de dos días que se enfocó en cómo implementar el plan estratégico «I Will Go» en medio de la pandemia. El Primer Concilio de Liderazgo de la Iglesia Adventista, que se reunió por Zoom el 9 y 10 de febrero, concluyó que la innovación y la creatividad, con el poder del Espíritu Santo, son fundamentales para cumplir con la misión de preparar a las personas para el regreso de Cristo.
«Estamos enfrentando desafíos increíbles para el futuro –dijo Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista, a unos setenta líderes que representaron a la Asociación General, las Divisiones de la iglesia, las instituciones educativas y otras organizaciones de la iglesia–. Es una oportunidad de ser creativos y permitir que el Espíritu Santo nos dé esa creatividad». Si bien reafirmó el compromiso de proclamar los mensajes de los tres ángeles de que Jesús viene pronto, Wilson dijo que se necesitan nuevos métodos para transmitirlos. «El mensaje no ha cambiado, pero los métodos sí», expresó.
LA IMPORTANCIA DEL ZOOM
Los oradores hablaron de las nuevas oportunidades de alcanzar a los niños, jóvenes y adultos, que han surgido en un mundo alterado drásticamente por la pandemia. Una de ellas quedó patente durante el evento: la aplicación Zoom.
«Con el Covid, miren lo que ha sucedido con Zoom –dijo Geoffrey Mbwana, uno de los vicepresidentes generales de la iglesia mundial, en una presentación sobre el papel fundamental del Espíritu Santo en la diseminación del evangelio–. Solíamos viajar mucho. Nos hemos dado cuenta de que podemos lograr mucho también gracias a Zoom».
Artur Stele, otro de los vicepresidentes, expresó asombro por el número de personas que pueden asistir a las conferencias bíblicas por Zoom. «Aunque antes de la pandemia solían viajar cientos de personas a una conferencia bíblica, la asistencia en línea en las reuniones recientes de la División Euroasiática y la División de Asia-Pacífico Sur sumaron miles de personas. Esto jamás habría pasado en forma presencial», dijo.
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CREATIVIDAD EN LÍNEA
Stele, que tuvo a su cargo una presentación sobre el uso de Internet y los medios sociales para implementar el plan «I Will Go», señaló que el evangelio en línea posee un fundamento bíblico, por más que la palabra «Internet» jamás aparezca en las Escrituras. Destacó que la Biblia describe a Cristo mediante muchos géneros: la profecía, la poesía y la literatura sapiencial. David escribió salmos en los cuales cada línea comenzaba con la letra subsiguiente del alfabeto hebreo. «Estos nos dan una pauta de que necesitamos ser creativos para presentar nuestro mensaje», dijo.
Al advertir sobre las limitaciones en línea, dijo que Internet podría ser un mejor lugar para proclamar el evangelio que instruir individualmente a las personas. En un ejemplo de su enorme potencial, dijo que un miembro de iglesia del otro lado del mundo le agradeció hace poco por un sermón en línea que le resultó una bendición durante un momento de profundo desánimo. Stele comentó maravillado que él estaba durmiendo mientras ese miembro miraba el video. «Cuando estamos durmiendo, aún estamos trabajando. Aunque pasemos al descanso, aún estaremos trabajando», expresó.
2.568.201
Número de miembros de la División Sudamericana al 31 de diciembre de 2020.
7me
Nombre de la aplicación oficial de telefonía inteligente de la Iglesia Adventista en Sudamérica. La nueva versión 2021 fue lanzada en febrero e incluye secciones para compartir pedidos de oración, información para comenzar grupos pequeños, noticias, una nueva manera de dar diezmos y ofrendas electrónicamente, información sobre las iglesias locales (incluidos los horarios de los cultos y las ubicaciones), además de materiales devocionales (lo que incluye guías de estudios bíblicos). La aplicación está disponible para iOS y Android. «Nuestro mayor desafío ha sido aprender a estar agradecidos en toda situación. A pesar de las iglesias cerradas, las personas contagiadas y las vidas perdidas, nuestros corazones están agradecidos porque “si supiéramos lo que Dios sabe, pediríamos exactamente lo que él nos da” (Timothy Keller). Cuando estábamos arriba en la cima experimentando las bendiciones de Dios, lo reconocimos como fiel. ¿Por qué dudaríamos de él ahora que tenemos que pasar por un valle de dolor y sufrimiento?»
—Erton Köhler, presidente de la División Sudamericana, en su columna publicada en la Revista Adventista de Enero 2021, la revista mensual de la División.
3.000
Número de jóvenes voluntarios adventistas que participaron en el Proyecto de la Misión Caleb en el estado brasileño de Sergipe, en enero y febrero de este año. Las actividades incluyeron la organización de ferias de salud, cortes gratuitos de cabello, consejos sobre aptitud física, distribución de alimentos y seminarios gratuitos sobre alimentación saludable. Todo dentro del marco de respeto del distanciamiento social.
16.584
Número de familias vulnerables que recibieron asistencia alimentaria durante la pandemia del Covid-19, de parte de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales en Ecuador.
«Presentamos a Jesús a los que habían estado buscando ofertas, porque él es la mayor oferta de todos los tiempos».
—Rubén Freitas, un pastor que trabajó en Brasilia, la capital de Brasil, en la «Expo Santuario», una exposición itinerante del Santuario del desierto israelita, presentado a miles de personas que visitaron el Centro Comercial Santa María el 28 y 29 de noviembre de 2020. La exposición presentó réplicas del mobiliario y destacó el significado de elementos claves de sus servicios que señalaban el plan de salvación.
Perspectiva
Sébastien Marchand
La destrucción y las flores
La deseperanza actual y la gloria futura son solo parte de la historia.
«En este mundo, Vamos por un infierno, Mirando flores».
En esas pocas sílabas, el poeta japonés Kobayashi Issa (1763-1828) reflexionó con maestría en la ambivalencia de la existencia humana. Su exquisito poema haiku, escrito hace más de dos siglos, es sin embargo sumamente actual. El pecado ha hecho de nuestro planeta, antes perfecto, un infierno viviente, como lo suele destacar cualquier noticioso vespertino. Sin embargo, a menudo recibimos muestras de toda la belleza que aún nos rodea.
¿PROFETAS DEL DESASTRE?
Desde sus comienzos, los adventistas hemos afirmado que el tiempo previo a la segunda venida de Cristo sería una era de turbulencia social y política. Jesús habló de «guerras y rumores de guerra», añadiendo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino; y habrá pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares» (Mat. 24:6, 7). Y agregó: «Todo esto es solo principio de dolores» (vers. 8).
Las palabras de Jesús y la confirmación que brindan las profecías bíblicas convergentes ofrecen un contexto valioso a las noticias diarias. Las cosas no andan bien y no van a mejorar, afirma la explicación, porque así tiene que ser. Dado que las profecías bíblicas son confiables, las cosas sin duda empeorarán, hasta un nivel casi insoportable.
Al mismo tiempo, ese anhelo de que Jesús cumpla su promesa y regrese para poner fin a la miseria del mundo puede convertirse en una espada de doble filo. Dado que los adventistas, y otros, anhelan que llegue el fin, a menudo hallan en las catástrofes naturales o las causadas intencionalmente un medio útil para el fin deseado. Es algo que, en ocasiones, podría producir un énfasis perjudicial sobre sus emprendimientos diarios. Los seguidores de Jesús que creen en la profecía podrían terminar enfatizando los pasos sombríos que preceden al cumplimiento antes que la expectativa alentadora de la promesa. Esto pondría el carro, por así decirlo, delante del caballo.
CONTEMPLAR LAS FLORES
Un antídoto efectivo a la dañina obsesión en los eventos desafortunados que suelen atestar las noticias se encuentra, por usar las palabras de Issa, en mirar las flores. La capacidad dada por Dios a los humanos de «crear», contemplar y compartir belleza nos ayuda a recordar que somos criaturas de un poderoso Creador y Sustentador que tiene el mundo bajo su control.
Mirar las flores acaso no alivie los resultados funestos del pecado y sus consecuencias. No alimenta falsas esperanzas de que, de alguna manera, los humanos lograrán resolver sus problemas y, mediante la mera fuerza de voluntad, harán de esta tierra un mundo mejor. «Mirar las flores», sin embargo, puede cultivar la esperanza y confianza de maneras que ninguna catástrofe puede hacerlo. Renueva el espíritu y nos ayuda a esparcir ya no fatalidad, sino esperanza.
Algunos lectores han señalado que el poema permite una lectura alternativa. En este mundo, podría decirse, podemos pasarnos mirando las flores, totalmente ajenos al omnipresente dolor y al sufrimiento.
No obstante, los que creemos en la Biblia entendemos mejor esa realidad. No vivimos en un vacío, porque reconocemos el sufrimiento, pero actuamos de manera deliberada para amar a nuestro prójimo, aliviando sus dolores. Al mismo tiempo, recordamos que «el mundo, aunque caído, no es todo tristeza y miseria».1 En efecto, el mundo en general y la naturaleza en particular testifican del «tierno y paternal cuidado de nuestro Dios y su deseo de hacer felices a sus hijos».2
En este sentido, contemplar las flores no es un ejercicio de escapismo sino un acto de adoración. Entre otras cosas, anuncia al arribo de una eterna y perfecta primavera. ¿De qué manera piensa abrazar la belleza hoy?
1Elena White, El camino a Cristo (Boise, Id.: Pacific Press Pub. Assn., 1993), p. 9. 2Ibíd., p. 10.
Enfoque
Más allá de A la mañana viene la alegría
manos y corazones entumecidos
El relato de John Nevins Andrews y la travesía con sus dos hijos adolescentes a Basilea (Suiza), para así convertirse en el primer misionero internacional oficial de la iglesia, es una parte preciada de la historia adventista. Andrews era un conocido erudito, escritor y administrador. Los adventistas valoramos su obra sobre la historia del sábado. Apreciamos su capacidad de escritor y de líder. Lo más destacado, sin embargo, es su disposición de aferrarse a Cristo en medio del dolor y la pérdida personal.
Cuando su hija Mary falleció —de la misma enfermedad que había llevado a su esposa seis años antes— bajo exceso de trabajo, mal alimentado y desafiado, fue sincero con lo que la presión acumulada y el dolor le habían hecho. Le escribió a un amigo las siguientes palabras: «Hermano Kinne, me parece estar tomado de Dios con una mano entumecida».1 Las manos y los corazones entumecidos no parecen tener conexión alguna con el gozo.
¿QUÉ ES EL GOZO?
El gozo abarca una amplia variedad de sentimientos y estados. Aunque incluye emociones, es también un estado del ser o puede llegar a ser una fuente de algo deleitoso. A menudo pensamos en el gozo como algo frágil o evanescente que puede disiparse rápidamente. Pero hay algo más profundo en acción.
El gozo es más que un cielo azul, la gloriosa luz del sol y blancas nubes esponjosas. Mientras que las circunstancias externas afectan nuestro ser y nuestras emociones, el gozo trasciende sentimientos cálidos o soluciones instantáneas.
Los escritores de la Biblia tenían mucho que decir sobre el gozo, algo que impulsa a las personas hacia una mayor confianza y adoración a Dios (vea, por ejemplo, Job 33:26; Sal. 21:1; 42:4; 51:12; 105:43). Cuando adoramos a Dios y reconocemos que él nos ha dado todo, nos llenamos de ese gozo que nos brinda la confianza de estar seguros en sus manos.
EL GOZO Y LA ADVERSIDAD
En las Escrituras, el gozo se hace presente en lugares improbables. Santiago 1:2 nos dice: «Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas».2 ¿Cómo puede la Biblia hablar de gozo y de pruebas
(o «duras pruebas», como señala el griego original) al mismo tiempo? El concepto bíblico del gozo desarma nuestras ideas del gozo. Al conectar el gozo con el Dios que actúa en la historia (y en nuestra vida), se nos recuerda que la fe y el gozo necesitan estar conectados estrechamente. Santiago anima a sus lectores para que «abracen las pruebas no por lo que son sino por lo que Dios puede lograr mediante ellas».3 Quiere que nos volvamos hacia la potencial victoria divina sobre la realidad humana; hacia la fe que trasciende las limitaciones de nuestra visión limitada.
Esa misma actitud parece haber sido parte de la motivación de Jesús al enfrentar la prueba última de la cruz. El autor de la Epístola a los Hebreos nos anima a fijar nuestros ojos en Cristo de esta manera: «quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios» (Heb. 12:2). El gozo de salvar a su creación ayudó a que Jesús soportara las tinieblas de la cruz, aun cuando clamó al Padre diciéndole: «Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya» (Luc. 22:42). Escuchamos dolor y desesperación en su oración, que también habla de entrega y compromiso. En su hora más oscura, Jesús logró ver más allá del dolor de la cruz y considerar el gozo que daría la salvación a incontables millones y miles de millones reclamados por Satanás, el gran engañador. Jesús vio nuestra liberación de las tinieblas y mentiras constantes de Satanás.
MÁS ALLÁ DE LA CRUZ
Las tinieblas y la desesperación parecen ser los trasfondos apropiados de la cruz. Después de una farsa de juicio ante el Sanedrín, que no cumplió con sus propias reglas, Jesús es clavado a una cruz en medio de otras dos cruces. El mensaje de las autoridades es claro: aquí cuelga un pecador entre otros pecadores. Muchos de la multitud que lo ven sufrir, se mofan de él (Mat. 27:39-44). Un pequeño grupo de mujeres que lo había seguido llora y se lamenta (Luc. 23:27; Mar. 15:40, 41). Una extraña oscuridad cubre la tierra por tres horas (Mar. 15:33). Cuando Jesús finalmente muere, el velo que separaba el Lugar Santísimo del Templo se rasga de arriba abajo, un terremoto sacude a Jerusalén, y sepulcros se abren (Mat. 27:51-53). La creación llora, y el gozo parece estar tan lejos como el oriente del occidente.
Jesús descansa en la tumba ese sábado hasta que el domingo por la mañana sucede lo impensable. Cuando algunas mujeres y los discípulos llegan a la tumba para embalsamar a Jesús, hallan la tumba vacía, porque Dios ha levantado a su Hijo. Juan describe con ternura el momento en que María Magdalena solloza al ver la tumba vacía, después de contemplar dos ángeles sentados en el lugar donde habían colocado a Jesús. De pronto, una voz amable detrás de ella le pregunta: «¿Por qué lloras, mujer?» (Juan 20:15). María no reconoce la voz hasta que él pronuncia su nombre (vers. 16), porque su resurrección parecía imposible.
«Ha resucitado» ha sido el saludo tradicional de Pascuas que han usado los cristianos a lo largo de los siglos. Ha resucitado cambia todas las cosas. La oscuridad se vuelve luz; la desesperación se torna en reconocimiento; y el reconocimiento se transforma en gozo.
El gozo viene realmente en la mañana después de una noche llena de oscuridad, muerte, culpa y desaliento. La mañana de la resurrección nos ofrece una vista previa de lo que Dios ha planificado para los que han dormido en él a lo largo de la historia. La mañana de la resurrección nos recuerda que Satanás no tiene la última palabra. La mañana de la resurrección ofrece esperanza e infunde fe.
David estaba en lo cierto cuando escribió estas líneas unos mil años antes de la cruz: «Porque solo un instante dura su enojo, pero toda una vida su bondad. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría» (Sal. 30:5).
Ha resucitado. ¿Lo ha escuchado en su corazón? ¿Puede sentir que la fuerza de ese gozo va llenando su vida?
1 Basado en recuerdos de Jean Vuilleumier, «Early Days of the Message in Europe—No. 3», Advent Review and Sabbath Herald, 11 de abril de 1929, p. 11. Estoy en deuda con Jim Nix, que compartió esta cita durante un recorrido de lugares históricos adventistas en 2013. 2 Kurt A. Richardson, James New American Commentary (Nashville: Broadman / Holman, 1997) Vol. 36, p. 58. 3 Las citas bíblicas pertenecen a la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® © 1999, 2015 por Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.
Gerald A. Klingbeil es editor asociado de Adventist World.
Enfoque
Un gozo imperfecto
En los momentos más difíciles, él está allí
Hace ochenta años disfrutaban de un buen pasar en Birmania. Era una familia de seis: los padres y cuatro hijos. La más grande estaba aprendiendo a leer, y disfrutaba de comer «fresas con crema» para la merienda de la escuela. La más pequeña era un bebé. Era una vida ocupada: el padre de ropas impecables poseía capacidades secretariales y organizativas. Como estenógrafo, estaba equipado para el trabajo de oficina en Rangún, en ese tiempo bajo mandato británico. Su atareada esposa cuidaba de los pequeños en una casa donde había una máquina de coser –una rareza– en la cual confeccionaba prendas para la creciente familia.
Faltaban pocos días para Navidad, y la ciudad estaba de fiesta. Eran días de especial relevancia para esta familia cristiana. Hasta que una tarde llovieron bombas. No hubo advertencia alguna, ni tiempo de tomar a los niños y huir. La mayor vio morir a una de sus hermanitas, alcanzada por la metralla y recuerda que su hermanito decía que no podía respirar. Al rato llegaron camiones para reunir a los heridos y moribundos. El muchachito fue llevado al hospital, y nunca más lo volvieron a ver.